Introduccion A La Proteccion Civil
Introduccion A La Proteccion Civil
Introduccion A La Proteccion Civil
Sesión 1.
1. Antecedentes de la protección civil
o Características generales de la Tierra y el territorio-enfoque local
o Antecedentes del Derecho Internacional Humanitario (guerras,
consecuencias de las guerras, surgimiento de organismos
internacionales)
Sesión 2.
1. Antecedentes de la protección civil
o Instrumentos internacionales en materia de protección civil y
gestión integral de riesgos
Sesión 3.
2. Factores de la protección civil
o Desastre
o Riesgo
o Amenaza
Sesión 4.
2. Factores de la protección civil
o Vulnerabilidad
o Peligro
o Fenómenos naturales y antrópicos que pudieran ocasionar desastres
Sesión 5.
3. La protección civil en México
o Época prehispánica
o Periodo post-independencia
o Periodo post-revolución
Sesión 6.
3. La protección civil en México
o Plan DNIII-E y Plan Marina
o Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección
Civil
o Primera Ley General de Protección Civil
o Ley General de Protección Civil del 6 de junio de 2012
1
Sesión 7.
4. Qué es la protección civil
o Definición
o Campo de acción
o Características del personal que trabaje en protección civil
2
Sesión 1
Elementos de competencia
La ciencia de nuestro tiempo ha logrado establecer que la edad de la Tierra es cercana a los 4 mil
600 millones de años. Y que a lo largo de ese tiempo ha pasado por distintos periodos de
enfriamiento y de calentamiento global. La primera era glacial ocurrió hace 2 mil 300 millones
de años y se perpetuó por mil 150 millones de años. Se calcula que el agua apareció hace 3
millones 800 mil años y 200 millones de años después surgieron las primeras formas de vida.
Según investigaciones recientes, el oxígeno se produjo hace 2 mil millones de años. La segunda
era de la Tierra como bola de nieve ocurrió hace mil 200 millones de años, luego ocurrió un
periodo templado y enseguida se produjo una nueva glaciación hace 700 millones de años. Uno
de los periodos más enigmáticos es el precámbrico, el cual inició hace 550 millones de años.
Posteriormente se desarrolló una era conocida como paleozoica, hace 540 millones de años. Y
ese periodo finalizó con una quinta era glacial que comenzó hace cerca de 430 millones de años.
Hace 300 millones de años la Tierra tenía la forma conocida como Pangea, inferida como un
segmento de tierra que unía los bloques que hoy denominamos continentes. En ellos había lagos,
y grandes extensiones de flora con pequeños reptiles, y peces de agua salada sin alta
concentración de salinidad. Durante 100 millones de años evolucionaron las especies y los
grandes mamíferos han sido ubicados en el periodo conocido como era Mesozoica, hace cerca
de 245 millones de años, la cual abarcó un periodo de 180 millones de años, hasta que se produjo
una extinción masiva hace cerca de 65 millones de años (Viñas, 2013).
Fedorov, V., Brierley, C. y Kerry, E. (2010). Tropical cyclones and permanent El Niño in the early plioceno [imagen].
Tomado del artículo en prensa para la revista Nature.
El Sol es el astro que produce la mayoría de los fenómenos que ocurren en la Tierra. La fuerza
de atracción le permite circular en una trayectoria astronómica. El viento en la Tierra surge de la
evaporación del agua debido a los rayos de calor solar. El sol transmite energía a los seres vivos
por medio de distintos procesos como la fotosíntesis de las plantas. Y sin el Sol, ningún tipo de
vida existiría en el planeta llamado Tierra.
En el interior del tercer planeta del sistema solar también se producen procesos que han sido
deducidos. Al parecer el planeta Tierra está constituido por tres capas, un núcleo duro, un núcleo
externo líquido, un gran manto y la corteza.
Estos enormes bloques, al moverse, dan estabilidad a la gran masa terrestre. Además, se realizan
desplazamientos de enormes placas continentales. Han sido identificadas tres: a) divergentes, son
las que se van separando; b) transformers, son las que se deslizan una con respecto a otra; y c)
convergentes, son las que chocan y producen fenómenos como la subducción, que contribuye
con el surgimiento de coordilleras montañosas y volcanes.
La mayoría de los volcanes están ubicados en el denominado Anillo de Fuego del Pacífico, que
es identificado en el contorno del Océano Pacífico. En el planeta existen súper volcanes cuya
actividad explosiva es capaz de afectar la vida en todo el globo terrestre, como ocurrió hace
aproximadamente 642 mil años cuando se presentó la última erupción del volcán ubicado en el
parque Yellowstone.
Los primeros humanos surgieron hace 200 mil años. Y los vestigios más antiguos de
civilizaciones se remontan a los 5 mil y hasta 20 mil años antes de Cristo (Göbekli Tepe, Tell
Qaramel, Tell Hamoukar, etcétera). Desde entonces han ocurrido diversos sucesos catastróficos
que han producido la extinción de civilizaciones que aún son enigmáticas para la ciencia actual.
Esos antecedentes muestran que las catástrofes se han presentado en diversas ocasiones y que los
desastres no son un invento de la modernidad, sino una posibilidad cuando se convive entre
manifestaciones extremas de la naturaleza. Los desastres en la antigüedad guardan características
con los actuales, puesto que resultan de la combinación de varios factores: la exposición, la
presencia de una amenaza natural y las condiciones vulnerables que hacen mayores o menores
los impactos. Desde que el humano habita la Tierra, la sobrevivencia ha representado un
problema, pues depende de la naturaleza y de sus múltiples manifestaciones, ante las cuales ha
tenido que adaptarse.
México es el único país que es afectado por huracanes desde dos océanos: el Atlántico y el
Pacífico. El Atlántico es más activo, pero en el Pacífico se han producido más impactos de
ciclones tropicales entre 1970 y el 2010. México cuenta con un litoral de cerca de 11,593
kilómetros y dos terceras partes están frente al Océano Pacífico. El país está dividido en 31
estados y un Distrito Federal, y 17 de sus estados se ubican en zona costera, expuestos a los
efectos e impactos de los ciclones tropicales. La mayor cantidad de muertos en un desastre
asociado a un huracán ocurrió en 1976, durante el paso del fenómeno Liza, sobre La Paz, Baja
California Sur, donde una presa se desbordó y al agua impactó las casas que se encontraban a su
paso.
(s. a.). (s. f.). División política de los Estados Unidos Mexicanos [imagen].
Tomada de http://3.bp.blogspot.com/-
3iGMjunNjMk/TVNGVsvijII/AAAAAAAAIFs/OhyQgulJFQo/s1600/Mapa+politico+de+Mexico.gif
En el siglo XX son considerados Niños fuertes, los registrados entre 1982 y 1983 y entre 1997 y
1998.
Además de los ciclones tropicales, nuestro país está expuesto a múltiples fenómenos
hidrometeorológicos y climáticos como la sequía, la ausencia de lluvias, El Niño, La Niña,
granizadas, inundaciones, marejadas, mareas de tormenta, monzón, tornados, frentes fríos, ondas
de calor, etcétera.
http://weather.unisys.com/hurricane/e_pacific/index.html
Los fenómenos geológicos más peligrosos que afectan a México son los sismos y las erupciones
volcánicas.
El sismo más mortal de nuestro tiempo ocurrió en septiembre de 1985 y destruyó una porción
muy poblada de la Ciudad de México, en la que se ha deducido que se alcanzó la cifra de 6 mil
muertos. La actividad sísmica se concentra en algunas regiones de México, principalmente en los
estados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán, Colima, Jalisco y Nayarit; aunque también
en la zona norte de los estados de Baja California y Sonora se han reportado sismos intensos.
Las zonas afectadas por sismos comprenden todo el territorio de 11 estados y parte del territorio
de otros 14, abarcando en conjunto más del 50% del total nacional. Por las características del
subsuelo, la Ciudad de México es una de las zonas que presentan mayor riesgo frente a la
ocurrencia de sismos de gran magnitud, como el que se espera se origine en la brecha sísmica de
Guerrero (Mansilla, 1996).
La explosión volcánica más mortal ha sido la del volcán Chichón, en Chiapas, ocurrida en 1982.
Pero el incremento de población en torno a los volcanes más activos de México podría causar un
desastre, ya que la exposición a estas amenazas se ha incrementado notablemente.
Cerca del volcán Ceboruco viven cerca de 97,486 personas. Entorno al Chichón 182,000, cerca
del Paricutín 326,000. Junto al Colima 349,000. Entorno al Popocatépetl 422,000. Y junto al
Tacaná, 511,000. La zona de mayor actividad volcánica la compone el cinturón que abarca los
estados de Nayarit, Jalisco, Colima, Michoacán, Hidalgo, Estado de México, Distrito Federal,
Puebla, Morelos y Veracruz. Sin embargo, el volcán más activo de México es el de Colima,
también llamado Volcán de Fuego.
(s. a.). (s. f.). Volcán de Colima [imagen]. Tomada de http://www.mexicodesconocido.com.mx/volcan-de-colima.html
En la cultura occidental se ha escrito una historia sustentada con diversas fuentes escritas y
tangibles que han mejorado las interpretaciones del pasado. En ella se ubican grandes eventos
como el contacto de la cultura hispana con la mesoamericana, el cual ha dado origen a la mezcla
cultural que caracteriza a los mexicanos. En los últimos 522 años se transformó la cotidianidad
nativa prehispánica y, después de las conquistas y el colonialismo, los procesos sincréticos
culturales han dado lugar a grandes transformaciones productivas, administrativas,
institucionales, territoriales y religiosas.
En el siglo XX se han producido cambios vertiginosos en sintonía con algunos procesos
mundiales, como las dos guerras mundiales, la evolución del sistema mercantil, el libre comercio
y el capitalismo. Los conflictos bélicos históricos mostraron el horror de la destrucción e hicieron
evidente la necesidad de contar con acuerdos internacionales que protegieran la vida de quienes
no participan en las guerras o son víctimas colaterales.
El Derecho Internacional Humanitario proviene de las antiguas culturas, quienes sujetaron las
guerras a ciertas leyes y costumbres. Actualmente es un conjunto de normas que por razones
humanitarias trata de limitar los efectos de los conflictos armados, protegiendo a las personas que
no participan en los combates, además, limita ciertos usos de armas y métodos de hacer guerra.
Está integrado por acuerdos o tratados que son firmados por los Estados que los reconocen como
obligatorios.
http://ozone.unep.org/new_site/sp/vienna_convention.php
La Segunda Guerra Mundial influyó en la firma de estos acuerdos internacionales para proteger
los derechos humanos, mayoritariamente aceptados por los estados y que han dado forma a
documentos como los Convenios de Ginebra de 1949, entre ellos el de la Protección Civil.
La Segunda Guerra Mundial dejó una cifra de 14 millones de combatientes muertos en el campo
de batalla. Pero sobre todo, mostró al mundo el poder de la destrucción masiva tanto de militares
e inocentes como de infraestructura arquitectónica y entorno ecológico. Fue dramático el impacto
de las bombas arrojadas por los E.U.A en Japón en 1945, porque hicieron evidente que era posible
la extinción de la raza humana por medio del poder tecnológico al servicio de las fuerzas bélicas.
Y a pesar de que se firmó el fin de conflicto, la amenaza de la destrucción masiva nuclear
continuó durante la denominada Guerra Fría, protagonizada por los antagónicos Estados Unidos
de América y la Unión Soviética.
https://www.dropbox.com/s/ari30wjicwyrgpi/
La%20Segunda%20Guerra%20Mundial.mp4?dl=0
Al terminar la Guerra Fría, el medio ambiente se convirtió en un tema fundamental por su
importancia en la preservación de la vida que amenazó la radiación nuclear. A la par, nuevas
investigaciones mostraron que existían otros peligros para el humano, en los cuales estaba
influyendo de manera inconsciente. Sin embargo, en 1985 se logró la firma del Convenio de
Viena para la Protección de la Capa de Ozono y entró en vigor el 22 de septiembre de 1988. Fue
ratificado universalmente, pues el problema de la destrucción de la capa de ozono demostró, por
medio de la opinión pública, su peligrosidad para la raza humana.
https://www.youtube.com/watch?v=IXeNFCTfbU0
http://ozone.unep.org/new_site/sp/vienna_convention.php
Sesión 2 / Competencia
Elemento de competencia
Entre los años 70 y 80 las diversas catástrofes tecnológicas causaron el cuestionamiento acerca
de los riesgos que estaban implícitos en los desarrollos tecnológicos. Con base en observaciones
directas, la antropóloga Mary Douglas identificó que algunas comunidades e individuos están
dispuestos a aceptar ciertos riesgos, mientras que rechazan otros (Douglas, 1985); y que la
comodidad permite aceptar la contaminación ambiental, a pesar de sus consecuencias para la
salud; en parte por un fenómeno social conocido como inmunidad subjetiva, el cual se manifiesta
cuando los individuos piensan que están exentos de padecer un desastre o un accidente.
https://www.youtube.com/watch?v=tShaE0d-tWA
Durante la Guerra Fría, distintas organizaciones enfocaron ciertos esfuerzos en la atención a las
víctimas y el socorro en el seno de las Naciones Unidas, cada agencia operaba según su mandato:
la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (Food and
Agriculture Organization, FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (World Food Programme,
WFP) para el suministro de la ayuda alimenticia, la Organización Mundial de la Salud (World
Health Organization, WHO) para la vigilancia de las epidemias y la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Office of the United Nations High
Commissioner for Refugees, UNHCR) para la puesta en práctica de eventuales desplazamientos
de población.
En Bangladesh, en noviembre de 1970, un ciclón detonó un desastre que causó la mayor cantidad
de muertos registrados en la historia.
Desde 1971, esta organización se ha encargado de coordinar las actividades de socorro de las
principales agencias de la ONU, cuando los países afectados buscan asistencia internacional. La
idea principal ha sido crear una institución capaz de dirigir los socorros a nivel mundial. Sin
embargo, algunos países han temido perder su soberanía, por lo que actualmente la UNDRO
está autorizada solamente a movilizar, orientar y coordinar las actividades de socorro de los
diversos organismos de las Naciones Unidas para satisfacer una demanda de asistencia
formulada por un estado víctima de un desastre (Revet, 2011).
Por lo anterior, en 1991 la experiencia acumulada por la CEPAL en esta materia fue plasmada
en la primera edición del manual de desastres, a cargo de Roberto Jovel. Tras esta publicación,
el Banco Mundial comenzó́ a usar esa metodología en países fuera de la región. A la fecha, se ha
empleado en 40 países de otros continentes, fundamentalmente África y Asia.
En 2003 se publicó una segunda edición bajo la dirección de Ricardo Zapata, un esfuerzo que
contribuyó a la difusión de esta metodología y a la “transferencia de conocimiento sobre la
materia a gobiernos de la región” (Bárcena, 2014).
En materia de prevención, desde los años 70, el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (United Nations Development Programme, UNDP) y la FAO establecieron un sistema
de alerta para supervisar la evolución de las sequías y de las hambrunas, mientras que la
Organización Meteorológica Mundial (World Meteorological Organization, WMO) y la Unión
Internacional de Telecomunicaciones (International Telecommunication Union, ITU) se han
movilizado en las áreas de la predicción de tormentas y de la rapidez del sistema de
comunicaciones intercontinentales (Revet, 2011). Sin embargo, los mayores esfuerzos
preventivos surgieron después de que se visibilizó la proporción del problema de los desastres.
La información contenida en las organizaciones del llamado primer mundo les permitía participar
en labores de asistencialismo.
Pero en los noventa se hizo evidente que hacía falta ampliar el panorama de los riesgos y los
desastres. Por lo anterior, Naciones Unidas declaró los años noventa como el Decenio
Internacional de Prevención de Catástrofes Naturales (DIRDN).
El geofísico estadounidense Frank Press, ex consejero científico del presidente Carter de 1977 a
1980 y presidente de la Academia Nacional de Ciencias de E.U.A de 1981 a 1993 (bajo la
administración de Reagan y después bajo la de George H. Bush), evocó por primera vez la idea
de un decenio internacional sobre el tema de las catástrofes "naturales" en 1984, en el VIII
Congreso Internacional de Ingeniería Sísmica. Durante varios años se dedicó a fortalecer la
propuesta y buscar investigadores que representaran a una gran cantidad de países para que
pudieran contribuir con conocimiento sobre riesgos y desastres.
La propuesta de la ONU tuvo como principales cinco objetivos, los cuales se muestran a
continuación:
Los avances y logros fueron expuestos en diversos medios y encuentros, uno de los más célebres,
la Conferencia Mundial en Yokohama en 1994, fue la primera Conferencia de las Naciones
Unidas organizada sobre el tema de la reducción de riesgos y de catástrofes “naturales".
(s. a.). (s. f.). Portada del libro Los desastres no son naturales [imagen].
Editado en La RED.
En los años noventa, en Costa Rica, se conformó un grupo llamado La RED (Red de Estudios
Sociales en Prevención de Desastres en América Latina), en parte como respuesta a la
tecnocratización de las amenazas y desastres promovida por Naciones Unidas.
Desde La RED, diversos académicos, instituciones, grupos no gubernamentales de diferentes
países han promovido, hasta nuestros días, el estudio social de los riesgos y desastres; en
particular en los países menos desarrollados o en desarrollo, principalmente de Latinoamérica.
La RED promovió un enfoque constructivista que profundiza en los antecedentes históricos y las
relaciones sociales, políticas, culturales y medioambientales que explican la construcción social
del riesgo y del desastre. Se hizo evidente que, aunque algunos fenómenos son destructivos, no
todos son devastadores, pues la vulnerabilidad es el agente social activo que determina el grado
del desastre.
http://www.desenredando.org/lared/antecedentes.html
La evidencia empírica y la reflexión teórica han documentado los desastres más significativos
de cada continente en los últimos 30 años. Durante ese lapso también se han evidenciado
algunos enfoques que perduran en la identificación de los riesgos, en la caracterización del
desastre y en la protección de los humanos ante las amenazas de origen natural y
antropogénico. En 30 años de debate es claro que las sociedades del mundo conviven con
distintas amenazas y prácticamente ningún humano está exento de algún impacto desastroso
durante su vida. Sin embargo, las variables que contienen los conceptos han marcado cambios
muy notables en el significado de algunos que son paradigmáticos como riesgo, desastre,
desastre natural y vulnerabilidad, con discursos divergentes o complementarios dentro de la
teoría general de los estudios sociales de riesgos y desastres (Padilla, 2014).
Como lo señala la especialista en riesgo, la antropóloga francesa Sandrine Revet, en el siglo XXI
surgió la Estrategia Internacional para la Reducción de Desastres (International Strategy for
Disaster Reduction, ISDR), que fue aprobada por la Asamblea General de la ONU el 21 de
diciembre de 2001.
Se formó con un equipo menor que el del DIRDN, pero la ISDR tomó un rumbo cauteloso durante
los años 2001-2005. Sin embargo, tras el tsunami de 2004 en el sudeste de Asia se realizó la
Conferencia de Kobé organizada por la ISDR en 2005. La mediatización y la conmoción que
suscitó a nivel internacional esta catástrofe impulsaron la temática de los riesgos y de los
desastres al primer lugar en todas las agendas, debates e introducciones de informes o textos
producidos en los meses y años siguientes.
Con evidencia de diversos casos, se hizo notable que el asistencialismo no resuelve el problema
de la vulnerabilidad de los países, y que la vulnerabilidad es la condición que hace que un desastre
tenga menores o mayores proporciones.
Ante ese panorama, se propuso enfocar los esfuerzos en reducir las vulnerabilidades a través de
distintos mecanismos.
Para ello se planteó un marco de acción a través de una resolución de la Asamblea General de la
ONU en diciembre de 2005. El Marco de Acción de Hyogo (Hyogo Framework for Action,
HFA), se hizo operativo para el periodo 2005-2015, y fue adoptado por los 168 países y por las
organizaciones que participaron en la conferencia de Kobe, donde se pretendió definir las
acciones prioritarias que se aplicarían para reducir las vulnerabilidades ante los desastres.
www.unisdr.org
Así, la ISDR se presentó desde entonces como un sistema de alianzas que incluye gobiernos,
organizaciones intergubernamentales y no gubernamentales, instituciones financieras
internacionales, actores científicos y técnicos del sector privado. Su secretaría es la encargada de
coordinar y de ejecutar la apertura del HFA (Revet, 2011).
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) es una organización que surgió
posterior a la Segunda Guerra Mundial con el propósito de mantener la paz en el mundo.
Sin embargo, también ha ampliado sus perspectivas y participa en operaciones de socorro ante
desastres. Particularmente su participación se vio fortalecida después de los atentados del 11 de
septiembre de 2001 en Nueva York, ya que evolucionó la noción de seguridad, y colocó en el
mismo nivel a las amenazas terroristas, los riesgos naturales y las catástrofes tecnológicas,
principalmente mediante el concepto de seguridad global y de administración de todos los
riesgos (all hazards management).
Gradualmente la OTAN se ha consolidado cada vez más como una organización de gestión del
riesgo que se centra en las amenazas futuras. Sus operaciones de prevención de riesgos en
Ucrania o en Asia Central demuestran este reposicionamiento. Aunque no todos los miembros
de la Alianza tienen un consenso real en las transformaciones del papel de la OTAN en términos
de protección civil, algunos quisieran ver en el futuro en la Alianza una agencia de seguridad
global.
Sin embargo, las amenazas -naturales y las tecnológicas o terroristas- son presentadas como
permanentes, y el mundo es percibido como día a día más "vulnerable" en razón de las actividades
antropogénicas, de la urbanización creciente y del cambio climático (Revet, 2011).
https://www.youtube.com/watch?v=7R64xzfGW6c
Como se ha expuesto, son diversas las organizaciones e instituciones que han enfocado sus
esfuerzos en la respuesta, rehabilitación y reconstrucción tras un desastre. Sin embargo, son pocas
las que han promovido un enfoque en la denominada Gestión Integral de Riesgos y Desastres
(GIRD).
Con la GIRD, se hizo evidente que era necesario capacitar a la población para mejorar sus
capacidades de respuesta ante las amenazas naturales. Por ello se promovió la Gestión de Riesgos
y Desastres (GRD), que además procuraba atender oportunamente las emergencias y manejar de
la mejor manera los desastres.
A pesar de la perspectiva de la GRD aún predominaba la idea de que el fenómeno natural era el
desastre y que por lo tanto los desastres eran inevitables. Esta idea aún está presente en los
sectores menos informados, y aún siguen confundiendo a los fenómenos con “desastres
naturales”.
Sin embargo, desde la década de los ochenta, algunos estudios latinoamericanos ya insistían en
que el factor presente en todos los desastres era la sociedad y que las condiciones de
vulnerabilidad social influían en la intensidad del desastre. La Gestión Integral de Desastres no
es una invención reciente, en realidad es un concepto para denominar lo que las comunidades
indígenas han realizado a los largo de siglos, para enfrentar las inclemencias del medio ambiente.
Y en el plano urbano se aplica para identificar las formas como las comunidades citadinas se
defienden del medio ambiente y de las condiciones riesgosas.
En principio, admite distintos niveles de intervención que van desde lo global, integral, sectorial
y macro-territorial hasta lo local, lo comunitario y lo familiar. Además, requiere de la existencia
de sistemas o estructuras organizacionales e institucionales que representan estos niveles y que
reúnen bajo modalidades de coordinación establecidas y con roles diferenciados acordados a
aquellas instancias colectivas de representación social de los diferentes actores e intereses que
juegan un papel en la construcción de riesgo y en su reducción, previsión y control (Wilches-
Chaux, 2008).
Código de ética
Elemento de competencia
Desastre
En la Ley General de Protección Civil (2012) se define al desastre como “el resultado de la
ocurrencia de uno o más agentes perturbadores severos y/o extremos, concatenados o no, de
origen natural o de la actividad humana, que cuando acontecen en un tiempo y en una zona
determinada, causan daños y que por su magnitud exceden la capacidad de respuesta de la
comunidad afectada” (p. 2). Sin embargo, la palabra desastre tiene antecedentes muy antiguos.
Según el historiador Gerrit Jasper Schenk, la palabra desastre tiene por equivalente en alemán
las palabras desaster o unstern, que significan "bajo una mala estrella” (Jasper, 2007, p. 12).
Explica que en las lenguas romances como el francés se refieren a désastre y en italiano
a disastro, porque al parecer en el antiguo mundo era común creer que ciertas constelaciones de
estrellas eran las responsables de eventos fatídicos para la vida de los humanos.
https://www.youtube.com/watch?v=pc64XR6GfOE
Entre las categorías más básicas para diferenciar a los desastres se hace distinción entre los
detonados por algún fenómeno natural y los desastres asociados a la intervención humana,
también llamados antropogénicos.
Así, mientras algunos desastres pueden ser considerados regionales, otros, como el detonado por
Mitch, son denominadosdesastres internacionales.
NOAA. (1998). Imagen satelital del huracán Mitch sobre Guatemala, Honduras y Nicaragua [imagen].
Tomada de http://www.ncdc.noaa.gov/oa/reports/mitch/mitch.htm
Además de desastres crónicos también se distinguen otras categorías como desastres pequeños,
medianos y grandes (Lavell, 1993).
Se consideran pequeños desastres a los que, sin llegar a causar una catástrofe, generan
alteraciones en la cotidianidad, afectan económicamente las estructuras sociopolíticas locales e
implican periodos cortos de recuperación. Sin embargo, se ha documentado que estos pequeños
desastres suelen menguar gradualmente la resistencia ante un fenómeno extremo y al producirse
un impacto mayor contribuyen en que el desastre sea mayor. También Alan Lavell explica que
“los recurrentes pequeños eventos erosionan de continuo la capacidad de desarrollo de las zonas
y poblados afectados, y conducen a una inexorable acumulación de vulnerabilidades, que hace
que el efecto de los grandes desastres sea más agudo una vez que suceden” (Lavell, 2000, p. 6).
Los medianos desastres “son aquellos que atraen la atención de los medios regionales y la
recuperación se alcanza con capitales nacionales/estatales” (De la Parra, 2009, p. 19). Los
grandes desastres producen daños mayores a un millón de dólares, se reportan más de 100
muertos y atraen la atención nacional e internacional de los medios masivos de información, por
lo cual se reciben diversos apoyos extranjeros (De la Parra, 2009).
El CENAPRED publicó que entre los años 1999 y 2011 han fallecido en México 2,326 seres
humanos específicamente a causa de algún desastre detonado por un fenómeno
hidrometeorológico, y los costos por los daños durante el mismo periodo han ascendido a poco
más de 14,598 millones de dólares (SEGOB-CENAPRED, 2007, p. 21).
CNN México. (2013). Cifras de muertos y daños en desastres 2000-2012 (gráfica). Tomada de
http://mexico.cnn.com/nacional/2013/10/21/el-costo-de-los-desastres-naturales-se-acentua-por-la-pobreza-y-corrupcion
Durante siglos han perdurado dos ideas fundamentales con relación a los desastres; la primera es
que son actos de Dios y ocurren como un castigo divino ocasionado por una divinidad ante ciertas
violaciones a sus códigos de conducta moral. La segunda es que los desastres son actos de la
naturaleza (“desastres naturales”), que son inevitables y serán prevenibles cuando el humano
controle la naturaleza. Para los antropólogos los desastres son “procesos que se desarrollan a
través del tiempo, y sus orígenes están profundamente arraigados en la historia social. Como tal,
los desastres tienen raíces históricas, que se desarrollan en el presente, y en el futuro que los
procede de acuerdo con las formas de reconstrucción que se llevan a cabo. Estos problemas se
refieren directamente a la relación entre los humanos y la naturaleza y con las estrategias para
formas más sostenibles de desarrollo” (Oliver-Smith, 2009).
https://www.youtube.com/watch?v=fMLWx98bgSc
Los desastres básicamente resultan de la combinación entre una población vulnerable (v), una
amenaza (a) que supera las capacidades de preparación, prevención y respuesta, y algún grado
de exposición (e) a la amenaza. En síntesis: D = V+A/E.
Recientemente se ha argumentado que los desastres son un problema mundial, pues se presentan
en todo el globo terráqueo donde existen condiciones de exposición a ciertas amenazas, donde se
acumulan diferentes grados de vulnerabilidad que el modelo capitalista no ha logrado revertir en
escenarios equitativos de bienestar social, y donde algunas comunidades no han desarrollado
capacidades de respuesta y recuperación apropiadas. Las cifras económicas son un reflejo
cuantitativo de los impactos de los desastres, las incapacidades organizativas y las
vulnerabilidades presentes en las sociedades.
Riesgo
La Ley General de Protección Civil (2012) define riesgo como los “daños o pérdidas probables
sobre un agente afectable, resultado de la interacción entre su vulnerabilidad y la presencia de un
agente perturbador” (p .4). Considera que existe riesgo inminente, el cual “según la opinión de
una instancia técnica especializada, debe considerar la realización de acciones inmediatas en
virtud de existir condiciones o altas probabilidades de que se produzcan los efectos adversos
sobre un agente afectable”.
El riesgo también tiene antecedentes antiguos, la historiadora Margarita Gascón (2009) considera
que proviene del idioma árabe clásico rizq que significa “lo que depara la providencia” y que
ingresó al castellano desde el italiano risico o rischio. El sociólogo francés Peretti-Watel señala
que proviene del latínresecum y estaba asociado a los riesgos de los marineros y los cargamentos
comerciales. Precisa que en el romano rixicare existe relación con reñir que cambia la idea por
combate en lugar de peligro (Peretti-Watel, 2007, p. 10). El ingeniero civil y especialista en
gestión de desastres Omar Darío Cardona precisa que en el griego se encuentra la raíz en la
palabra rhiza, que "hace alusión a los peligros de navegar en un arrecife" (Cardona, 2001, p. 6).
Según el sociólogo Niklas Luhmann, el antecedente más remoto del concepto riesgo surgió en
algún momento del siglo XV, pero fue con la imprenta, después de 1544, cuando se popularizó
principalmente socializado por los marineros que requerían seguros mercantiles para proteger sus
mercancías durante los largos traslados (Luhmann, 2006). El riesgo fue un concepto que se usó
durante siglos sin mucha reflexión a profundidad y con un sentido principalmente pragmático,
por ello se ha utilizado como sinónimo de amenaza, fenómeno natural y peligro, y fue
incorporado al lenguaje económico y comercial para explicar la incertidumbre y la protección de
los productos cada vez más demandados por la modernidad.
http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=13901902
El concepto de riesgo en los estudios de desastres sigue sin consenso, pues mientras el enfoque
de las ciencias naturales lo considera una probabilidad de sufrir un daño, los estudios culturales
lo ubican en la percepción simbólica y los estudios sociales consideran que el riesgo es igual a la
amenaza por la vulnerabilidad:
R=AxV
Donde amenaza se refiere al fenómeno natural que puede afectar diferentes lugares
independientes o en combinación y en distintos momentos (Wisner, 2004, p. 49). La
vulnerabilidad se supone particular para un tipo de amenaza en específico, en un tiempo dado y
con cierto tipo de exposición y población. Aunque simplificada, la fórmula guarda variables
debatibles que son distintas en cada caso de estudio.
Amenaza
En la década de los años ochenta era muy común definir la amenaza como sinónimo de desastre,
pero con la evidencia se identificó que la amenaza es sólo una parte del proceso que constituye
un desastre.
Las ciencias naturales identifican las amenazas por las características físicas del agente natural u
otro tipo de agente como podrían ser los químicos.
Las ciencias naturales clasifican a las amenazas en distintas categorías que se muestran en
seguida.
Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
el contenido desplegado vuelva a su posición inicial, haz clic en otro concepto.
En cambio, para los estudios sociales del riesgo y los desastres la amenaza está asociada con un
fenómeno natural o de otro tipo, pero su factor amenazante está condicionado por la exposición,
la vulnerabilidad y las capacidades organizativas de respuesta social.
Por lo anterior, una amenaza es “cualquier fenómeno o proceso de cualquier origen, cuya
ocurrencia pueda generar efectos que representen un peligro o una serie de peligros para el
territorio (comunidades y ecosistemas) en el cual se llegue a materializar” (Wilches-Chaux,
2008).
Los estudios sociales han clasificado a las amenazas según distintas categorías que se
muestran a continuación:
Amenazas naturales:
“fenómenos o procesos a través de los cuales se expresa la dinámica de la naturaleza, tales como los
terremotos, los tsunamis o las erupciones volcánicas” (Wilches-Chaux, 2008)
Amenazas antrópicas:
“atribuibles sin lugar a dudas a causas humanas” (Wilches-Chaux, 2008)
Amenazas socio-naturales:
“cuando las amenazas se manifiestan como fenómenos aparentemente naturales, pero en cuya generación
han intervenido directa o indirectamente procesos antrópicos” (Wilches-Chaux, 2008). Las amenazas
socionaturales son las consecuencias a corto o mediano plazo de las acciones conscientes o inconscientes
del humano sobre el medio ambiente convertido en amenaza en algún momento. En el caso de los
huracanes, precisa Maskrey (1998), aunque estos fenómenos intensos son considerados fenómenos
naturales, la magnitud de las inundaciones y deslizamientos en asentamientos humanos son determinados
por los procesos sociales que producen amenazas socionaturales como la deforestación, extracción de agua
subterránea, sobrepastoreo, minería a tajo abierto, destrucción de manglares y construcción de
infraestructura, como represas y carreteras. ¿Quieres saber más?
Consulta el Atlas Nacional de Riesgos:
http://www.atlasnacionalderiesgos.gob.mx
Elementos de competencia
Torres, J. (2011). Imágenes del desastre en Colima detonado por el huracán Jova[fotografía].
Sin embargo, existen distintos modelos para explicar la vulnerabilidad. Algunas agencias
e instituciones suelen identificar este concepto casi como un formato, por medio de
encuestas o sondeos después de cada desastre para obtener un informe. Pero el concepto
vulnerabilidad en los estudios de desastres profundiza y busca comprender las causas que
los producen, es decir, el funcionamiento y las relaciones de los sistemas económico,
político y sociocultural, que conviven con la naturaleza y permiten la existencia y
persistencia de diversas características que hacen vulnerables a individuos y grupos ante
ciertas amenazas.
Gustavo Wilches-Chaux explicó este concepto a través del modelo de la vulnerabilidad global y
lo definió como “la incapacidad de una comunidad para absorber, mediante el autoajuste, los
efectos de un determinado cambio en su medio ambiente, o sea su inflexibilidad o incapacidad
para adaptarse a ese cambio” (Wilches-Chaux, 1993).
Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
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Dimensión física: expresa las características de ubicación en áreas propensas y las deficiencias
de resistencia de los elementos expuestos, de los que depende su capacidad de absorber la
acción del suceso que representa la amenaza. La sismo resistencia de un edificio, la ubicación
de una comunidad en el área de influencia de un deslizamiento o en el cauce de un río son
ejemplos de la dimensión física de la vulnerabilidad.
Dimensión económica: los sectores económicamente más deprimidos son los más vulnerables.
La pobreza aumenta la vulnerabilidad. Local e individualmente este aspecto se expresa en
desempleo, insuficiencia de ingresos, dificultad o imposibilidad de acceso a los servicios. En la
esfera nacional se traduce en una excesiva dependencia económica de factores externos
incontrolables, la falta de diversificación de la base económica, las restricciones al comercio
internacional y la imposibilidad de políticas monetarias.
Dimensión social: cuanto más integrada esté una comunidad, superando los inconvenientes que
suelen presentarse, le resultará más fácil absorber las consecuencias de un desastre y podrá
reaccionar con mayor rapidez que una comunidad sin esas condiciones. Las sociedades pueden
ser más o menos vulnerables en el sentido que pueden reaccionar como grupo organizado,
mediante procesos de autoorganización, o con intereses particulares primando sobre los
grupales, con relaciones más estrechas entre sus integrantes, o relaciones meramente
circunstanciales.
Dimensión educativa: se expresa en una educación deficiente o que no tiene una buena
cobertura en una comunidad propensa. La ausencia de conocimiento sobre las causas, los
efectos y las razones por las cuales se presentan desastres, el desconocimiento de la historia y
la falta de preparación y desconocimiento del comportamiento individual y colectivo en caso de
desastre son aspectos que hacen que una comunidad sea más vulnerable. Igualmente, la falta
de socialización de la información aumenta la vulnerabilidad.
Dimensión política: se expresa en el nivel de autonomía que tiene una comunidad con respecto
a sus recursos y para la toma de decisiones que la afectan. La comunidad se hace más vulnerable
bajo esquemas centralistas en la toma de decisiones y en la organización gubernamental. La
debilidad en los niveles de autonomía para decidir regional o localmente impide una mayor
adecuación de las acciones a los problemas sentidos en estos niveles territoriales. En la medida
que la comunidad participe más en las decisiones que le atañen será menos vulnerable.
Dimensión territorial: está relacionada con las dificultades que tienen las instituciones para
hacer gestión del riesgo, situación que se refleja en la falta de preparación para responder ante
un suceso, o cuando sabiendo que existe el riesgo no llevan a cabo acciones eficientes y efectivas
para reducirlo o mitigarlo. Se expresa en la falta de flexibilidad de las instituciones, en el exceso
de burocracia, en el hecho de que prevalece la decisión política y el protagonismo.
Dimensión cultural: esta dimensión de la vulnerabilidad está referida a la forma en que los
individuos se ven a sí mismos en la sociedad y como colectividad, lo que en ocasiones influye de
manera negativa debido a estereotipos perniciosos que no se cuestionan y que se consolidan.
Al respecto juegan un papel crucial los medios de comunicación, puesto que contribuyen a la
utilización sesgada de imágenes o la transmisión de información ligera o imprecisa sobre el
medio ambiente, la misma sociedad y los desastres.
Dimensión ideológica: está relacionada con las ideas o creencias que tienen las personas sobre
el devenir y los hechos del mundo. Se expresa en actitudes pasivas, fatalistas y creencias
religiosas que limitan la capacidad de actuar de los individuos en ciertas circunstancias. La
percepción dogmática de las cosas puede generar confusión acerca de un propósito, falta de
reacción y muchas veces pérdida de la motivación, que debilitan una acción transformadora.
Los modelos propuestos por Wilches-Chaux y Cardona definen la vulnerabilidad como una
condición o circunstancia principalmente dinámica o cambiante, pero fueron conscientes que es
“un proceso acumulativo de fragilidades, deficiencias o limitaciones que permanecen en el
tiempo como factores que inciden en que exista o no una mayor o menor vulnerabilidad”
(Cardona, 2001).
Otro modelo muy influyente es el propuesto por Ben Wisner y otros geógrafos. Se trata de un
modelo de macro y micro escala en el cual hay dos polos, por un lado está el sistema político y
económico y por el otro entorno natural, y al centro se producen las dinámicas de presión y
condiciones inseguras, que son múltiples variables que deben ser consideradas con un estudio y
enfoque local y nacional, y partir de relaciones de producción, subsistencia, arreglos, condiciones
riesgosas, etcétera. Los creadores del modelo PAR coinciden en que “las dinámicas de presión y
las condiciones inseguras están sujetas a cambios, y en muchos casos los procesos involucrados
cambian más rápidamente que como lo hicieron antes” (Wisner, 2004) e involucran causas raíz.
https://www.youtube.com/watch?v=Qbxz_347F3A
Las causas raíz se dan en el ejercicio y distribución del poder en la sociedad. Requieren de una
explicación histórica, social, económica y cultural. Las dinámicas de presión “son procesos y
actividades que trasladan los efectos de las causas raíz temporal y espacialmente a condiciones
inseguras” (Wisner, 2004) para la población que encara las amenazas. Las dinámicas requieren
una explicación sociocultural y económica. Las condiciones inseguras “son las específicas
formas en las cuales la vulnerabilidad de una población es expresada en tiempo y espacio en
conjunción con la amenaza” (Wisner, 2004). Todas estas variables requieren una explicación
descriptiva.
Por amenazas los autores señalan a los fenómenos naturales extremos a los que está expuesto un
grupo o comunidad, y que desafían sus capacidades de respuesta y recuperación. El siguiente
esquema ilustra lo explicado anteriormente.
Wisner, B., Piers, B., Terry, C. e Ian, D. (2004). At Risk, natural hazards, people`s vulnerability and disasters [esquema].
Tomado de Routledge.
Algunos se han perpetuado durante siglos y otros por varias décadas en distintas sociedades de
América Latina, entre las coincidencias de los grupos más vulnerables a desastres asociados con
inundaciones y sequías, destacan los siguientes:
Estos factores son evidencia comparativa de la vulnerabilidad, pero también son parte de las
construcciones sociales de riesgos que se configuran históricamente en América Latina, creando
condiciones propicias para desastres recurrentes o crónicos (Caputo, 1985).
Peligro
Se denomina peligro a un agente que puede causar daño. Los peligros pueden ser fenómenos
naturales, biológicos o antrópicos. Por ejemplo, en África, el peligro más mortal es la sequía.
La intensidad es un efecto similar a la luz de un foco, entre más cerca se está de él es mayor la
luz y entre más distante de la irradiación es menor la luminosidad.
http://weather.unisys.com/hurricane/e_pacific/index.html
Los fenómenos naturales y los antrópicos son agentes que pueden estar asociados a desastres. Sin
embargo, un fenómeno natural, por sí solo, no es un desastre. Para que ocurra un desastre, el
fenómeno debe afectar a una población y rebasar sus capacidades de preparación, prevención o
respuesta.
Entre los fenómenos naturales peligrosos se encuentran los sismos, deslizamientos, inundaciones,
erupciones volcánicas, sequías, ciclones tropicales, lluvias torrenciales, heladas, nortes, El Niño,
La Niña.
Entre los fenómenos antrópicos se incluyen los peligrosos agentes biológicos o químicos, los
derrames de hidrocarburos, fugas de gas, radicaciones y hasta los tumultos, guerras, rebeliones.
Código de ética
Instrucción: Elige la respuesta correcta a cada reactivo que se te presenta. Al finalizar podrás
conocer tu desempeño.
Sesión 5
Elemento de competencia
http://www.desenredando.org/public/libros/1996/hydv1/HistoriaYDesastresVol_I-1.0.0.pdf
El artículo que se te invitó a revisar complementa las tesis que la historiadora ha desarrollado
gradualmente.
La primera con relación a que el modelo colonialista restringió las dinámicas socioculturales de
los mayas para enfrentar los huracanes y les impidió responder preventivamente como solían
hacerlo antes de la conquista porque se implantó un nuevo orden espacial: el colonial.
Por ejemplo, con la división de tierras y asignación de propietarios fueron bloqueadas las
migraciones naturales y estratégicas de los grupos indígenas asociadas a los impactos de los
huracanes, como las reportadas por Konrad (1985).
Además, fueron abandonados los antiguos pueblos y los indígenas se vieron obligados a acercarse
a las nuevas construcciones españolas. Los representantes indígenas perdieron la posibilidad de
decisión propia ante el nuevo poder peninsular.
De estas maneras fueron controlados los mayas en su espacio, dominados en cuerpo y alma;
manipulados en su consciencia ante la imposición de creencias y modelos imaginarios distintos
e incluso contradictorios para su experiencia. Estas condiciones propiciaron la construcción de
riesgos de desastre y vulnerabilidades entre los mayas, algunas de las cuales han perdurado a
través del tiempo hasta nuestros días, como los incendios, la exclusión, la tala inmoderada, la
marginación y la invisibilidad de sus identidades incluso cuando se detona un desastre.
http://www.desenredando.org/public/libros/1996/hydv1/HistoriaYDesastresVol_I-1.0.0.pdf
Los estudios sobre respuestas sociales ante desastres en periodos precolombinos han sido
construidos con base en información obtenida en vestigios arqueológicos, códices, relaciones
administrativas, crónicas y fábulas o historias locales que contienen información y permiten
proponer algunas hipótesis. Por ejemplo, como parte de sus indagaciones, la historiadora María
Eugenia Petit-Brehuilt planteó la hipótesis de que las fuerzas de la naturaleza han sido el punto
de partida para una larga serie de tradiciones (Petit-Brehuilh, 2006) y consideró que la
geodinámica ha marcado la vida cotidiana y a la sociedad. Reflexionó que los desastres han
pervivido en los mitos cosmogónicos y en los relatos indígenas legendarios, es decir, en la
memoria colectiva de estos pueblos en forma de leyendas. Así, indagó en la tradición oral para
explicar cómo se ha perpetuado en las narraciones la historia local desastrosa y en ella identificó
los antecedentes de las ancestrales relaciones sociales con el medio ambiente.
Las manifestaciones de los volcanes fueron muy conocidas para los grupos indígenas, en el
Caribe los indígenas rendían ritual al dios Chirakán, a quien reconocían sus manifestaciones
violentas. Las experiencias ancestrales se manifiestan actualmente en tradiciones que algunos
antropólogos han recogido en los pueblos indígenas que viven asentados en torno a volcanes
como el Popocatépetl (Glockner, 2000).
Particularmente, la antropología y la historia de desastres han mostrado que las causas de cada
suceso desastroso están enraizadas en las razones del asentamiento, en las interacciones con el
medio ambiente, en los usos y abusos de los recursos naturales, en los modos políticos y la
distribución de recursos económicos, en las interpretaciones, valoraciones culturales del entorno
y, desde un enfoque muy particular, en la construcción social de vulnerabilidades y distintas
condiciones de riesgo que ante la exposición permiten que un fenómeno natural sea amenazante
y potencialmente destructivo.
Periodo post-independencia
En México, como lo ha documentado el politólogo Mario Garza Salinas (2001), los sistemas de
alertamiento fueron muy necesarios para advertir los incendios. Uno de los primeros fue el uso
de campanas para advertir la presencia de un incendio y convocar a los voluntarios para
extinguirlo. Sin embargo, algunos eventos sociopolíticos, como la Independencia de España,
propiciaron que se prohibiera este sistema debido a que también convocaba a los insurgentes y
los reunía en las plazas. Por ello fue prohibido sonar campanas y en su lugar se advertía a los
serenos y éstos acudían con los voluntarios para convocarlos. Sin embargo, este sistema retardaba
la respuesta contra el fuego y permitía mayores impactos.
https://www.youtube.com/watch?v=VNN5tui7nAE
La sociedad siempre se ha organizado para responder ante las emergencias que atentan contra la
vida humana. En León Guanajuato, el 28 de junio de 1888, la Cámara de Diputados decretó la
instalación de una Junta General de Socorros para atender todo lo necesario al desastre detonado
por las inundaciones que se presentaron el 18 de junio, causando un desastre de grandes
proporciones. Fueron destruidas 1,390 casas, murieron 265 personas y se reportaron 1, 420
desaparecidos. De una población que se ha estimado en 52 mil habitantes, 5, 000 personas
quedaron en la miseria. Por ello fue necesario que las autoridades convocaran a una reunión entre
autoridades y representantes que permitiera integrar distintos esfuerzos.
Por lo anterior, las juntas de socorro que se realizaron en diversos estados para paliar los impactos
desastrosos constituyen parte de los antecedentes del Consejo Nacional de Protección Civil
Para María de la Cruz Labarthe Ríos, después de los daños causados por la inundación del 18 de
junio de 1888 en León, Guanajuato, se conformó una Junta Local de Socorros. Esta Junta era
apoyada por el presidente Díaz y era la encargada de canalizar lo que recibía del exterior en
alimento, vestido y dinero. La Junta Local de Socorro, a través de un boletín, se encargó de dar
cuenta detallada de los donantes y de cómo fue distribuido lo recaudado en las campañas
promovidas para ayudar a los damnificados.
Por su parte, el historiador Elino Villanueva González (2004) identificó que después del desastre
detonado por el ciclón del 30 de septiembre de 1895 en varias comunidades desde San José del
Cabo hasta las cercanías de Loreto en Baja California Sur “la jefatura del Distrito Sur estableció
una Junta Central de Socorro […] la cual avocó a gestionar apoyo económico a favor de quienes
resultaron afectados por la tempestad” (Villanueva, 2004). El autor hace énfasis en la importancia
del servicio telegráfico, pues aunque en aquellos tiempos era deficiente, el gobierno y la Junta
Central de Socorro pudieron establecer comunicación con el Presidente de la República y,
además, solicitar ayuda a los gobiernos de los estados del país.
De acuerdo con la autora, esta Junta era la encargada de buscar la manera de obtener fondos y
resolver cuáles eran las primeras necesidades urgentes de remediar.
En los ejemplos mencionados, es notable que existe en las diversas juntas cierta organización,
arreglos, coordinación y una estructura colectivas con instrumentos de acción como el boletín,
las listas de apoyo y entrega de recursos como medicinas, alimentos, dinero y ropa. Las juntas de
socorro realizaban distintas actividades, como organizar la distribución de apoyos federales,
acopio de alimentos y medicinas para entregarlas a los damnificados, kermeses, peleas de gallos,
corridas de toros, obras teatrales y colectas para reunir dinero y apoyar a los más afectados. La
integración de la Junta de Socorros hacía evidente la urgencia de la participación de las fuerzas
armadas para salvar a las víctimas y ayudar en la rehabilitación de algunos servicios. De esta
manera se pedía apoyo a los batallones para que intervinieran en auxilio de la población.
Desde el siglo XVIII y hasta 1890, en las mayores ciudades se contrató a servidores públicos que
se encargaban de vigilar las calles para evitar delitos, pero también para alertar incendios y
mitigar sus impactos lamentables. A estos trabajadores se les conoció como serenos, ya que
mientras realizaban su labor se serenaban en las calles y debido a que sus actividades
terminaban a las cuatro de la mañana. Entre otras funciones, también se les encomendaba
participar en el combate de los incendios, pero sobre todo en dar la alarma para responder con
prontitud y disminuir las pérdidas. Sus servicios fueron muy bien conocidos y a fines del siglo
XIX pasaron a ser parte de la policía auxiliar, cuando se sustituyó el alumbrado público con gas.
Esta figura pública fue importada de España, donde sigue vigente hasta nuestros días en algunas
ciudades.
Durante 4 siglos, los bomberos fueron muy necesarios para evitar los incendios producidos por
las prácticas que dependían del fuego en los hogares para diversas labores cotidianas. El fuego
se propagaba en algunas ciudades con gran rapidez en las casas construidas con materiales
artesanales como zacate, carrillo, tejamanil y múltiples maderas. Por lo anterior, los
antecedentes de la protección civil pueden notarse en ciertas manifestaciones y objetivos de
los cuerpos de bomberos, los cuales tenían por misión proteger las propiedades civiles e
institucionales y salvaguardar la integridad de las vidas humanas. Debido a su función tan
necesaria, los bomberos constituyeron uno de los primeros grupos de ayuda civil reconocidos
por las más altas autoridades. Sus funciones eran reglamentadas en México por los virreyes.
Durante la gestión del presidente Benito Juárez fue creado el primer cuerpo de bomberos de la
Ciudad de México, debido a que se presentó un incendio en la Plaza Santo Domingo y los
voluntarios no contaron con el equipamiento necesario ni con agua para extinguirlo.
Estos constituyen los más claros antecedentes de lo que hoy denominamos Protección Civil
(Garza, 2001).
Periodo post-revolución
Desde la primera década del siglo XX se contó en México con el apoyo de la Asociación
Mexicana de la Cruz Roja en situaciones de emergencia. El 5 de julio de 1909 fue organizada la
primera mesa directiva de la Cruz Roja y el gobierno de Porfirio Díaz y el Congreso de la Unión
reconocieron a la institución por su utilidad pública. No en todos los estados de la República se
contó con una representación, pero gradualmente la necesidad de enfrentar distintos desastres y
apoyar a la población afectada contribuyó en la conformación de los grupos estatales y
municipales. Por su parte, los bomberos construyeron un reglamento, el cual fue reconocido en
la Ciudad de México en el año de 1927.
(s. a.). (s. f.). Asociación mexicana de la Cruz Roja [fotografía]. Tonada de Archivo General de la Nación, Fototeca, varios.
Otro de los antecedentes más directos con la protección civil proviene del año de 1942, cuando
el gobierno federal declaró la guerra a los países del Eje y en el Diario Oficial de la Federación
instituyó el servicio de protección de la población contra agresiones aéreas.
Sesión 6
Elemento de competencia
Durante la llamada Guerra Fría, posterior al fin de la Segunda Guerra Mundial, se comenzó
a dar forma al modelo militarizado de respuesta a emergencias que impera en nuestros días.
En 1966, a consecuencia del desbordamiento del Río Pánuco, que detonó un desastre en
poblaciones de Veracruz y Tamaulipas, el Gobierno Federal solicitó a la Secretaría de
Defensa Nacional hacerse cargo de las operaciones de rescate y asistencia a la población. La
secretaría elaboró un plan de intervención con base en un protocolo, que derivó en el actual
Plan DN-III-E, el cual expone las medidas de emergencia para auxiliar a la población civil
en casos de desastre, mediante acciones de rescate, evacuación, prestar atención médica y
asistencial, protección y mantenimiento del orden en zonas afectadas.
Para que conozcas más acerca del Sistema Nacional de Protección Civil, ve el siguiente
video:
http://www.youtube.com/watch?v=vH9K4AS0UUY
Este plan incluye etapas de preparación y prevención con acciones específicas como planear la
coordinación, ubicación e identificación de instalaciones y zonas de riesgo, supervisión en el uso
de explosivos, monitoreo de los fenómenos hidrometeorológicos e implementación de medidas
para disminuir los riesgos.
La organización del SIPROR se integró por una dirección y dos subdirecciones, una de
prevención y otra de atención de emergencias, además de contar con un centro de
operaciones. Orgánicamente el SIPROR quedó originalmente adscrito a la Secretaría General
de Protección y Vialidad; sin embargo, después de los sismos de 1985, el SIPROR se convirtió
en la Dirección de Protección Civil, pasando a depender de la Dirección General de Gobierno
del Departamento del Distrito Federal.
Para que conozcas más sobre la historia del SINAPROC, ve el siguiente video:
http://www.youtube.com/watch?v=kD9JsYkYEbg
Después de los devastadores sismos de septiembre de 1985, el Presidente de la República
determinó la creación del Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC). Estos eventos
evidenciaron la imposibilidad del Estado para dar una respuesta efectiva y coordinada de auxilio
a la población afectada.
A pesar de contar con instancias para la atención de emergencias, éstas no tuvieron una actuación
efectiva frente a la magnitud del evento y el Estado se vio en la necesidad de pedir ayuda a
organismos sociales y privados, nacionales e internacionales, pero también pudo comprobar que
no tenía capacidad para coordinar este tipo de ayuda (Mansilla, 1996).
El Decreto de creación del SINAPROC fue publicado en el Diario Oficial el 6 de mayo de 1986,
con el título “Bases para el establecimiento del Sistema Nacional de Protección Civil y el
Programa de Protección Civil que las mismas contienen”. En ese mismo periodo, el Presidente
Miguel de la Madrid acordó la creación de la Comisión Nacional de Reconstrucción con el fin
de dirigir adecuadamente las acciones de auxilio a la población damnificada, así como dejar
sentadas las bases para atender mejor a la población ante otros desastres.
Dicho consejo actualmente es el órgano de mayor jerarquía dentro del SINAPROC y es presidido
por el propio Presidente de la República, también participan en calidad de Secretario Ejecutivo
el titular de la Secretaría de Gobernación, un secretario técnico que es el Coordinador Nacional
de Protección Civil, así como también está integrado por los titulares de todas las secretarías de
estado.
Instrucción: Haz clic en cada concepto, tema o subtema para desplegar el contenido. Para que
el contenido desplegado vuelva a su posición inicial, haz clic en otro concepto.
La Secretaría de Desarrollo Social (antes de Desarrollo Urbano y Ecología) interviene, tanto a través de los
planes de desarrollo urbano como de su atención a la problemática ecológica relacionada con el control de la
contaminación (atmosférica, de suelos y agua), en los procesos de desertificación, preservación de la flora y la
fauna, etcétera. A partir de 1988, dentro de esta Secretaría se crea el Programa Nacional de Solidaridad
(Pronasol), cuyo objetivo es apoyar con financiamiento y asesoría a las comunidades urbanas y rurales del país
en la creación de programas productivos.
Las acciones específicas que cada una de ellas aplica en el caso de desastres se encuentran
establecidas en los reglamentos internos de cada dependencia.
Lo relevante de estos dos casos es que las instancias militares han estado siempre presentes a lo
largo de la historia de los desastres ocurridos en México, antes e incluso después de la creación
del Sistema Nacional de Protección Civil.
El papel que juegan y la presencia misma de las fuerzas armadas presentan diferentes matices en
cada desastre, y se determina por la magnitud del mismo. En el caso de desastres de pequeña o
mediana magnitud intervienen en forma inmediata, aunque de manera un tanto moderada; sin
embargo, cuando se trata de desastres de gran magnitud, son las instancias militares las que
mantienen bajo control la situación y su presencia se revela con mayor intensidad.
Esta Ley es considerada como el principal sustento legal para los planes y programas de protección
civil. Sin embargo, al igual que toda la legislación mexicana, es de carácter muy general y, a partir
de las últimas modificaciones que sufre, en el año de 1993, solamente se hacen algunas menciones
sobre la prevención de desastres, fundamentalmente dirigidas hacia la protección del medio
ambiente y con una política de manejo de la problemática a través de los tres niveles de gobierno
(federal, estatal y municipal), cancelando con ello la instrumentación de una política de alcance
nacional (Diario Oficial de la Federación, 21 de julio de 1993).
Definir los principios de la política ecológica general y regular los instrumentos para su
aplicación
El ordenamiento ecológico
La preservación, la restauración y el mejoramiento del ambiente
La protección de las áreas naturales y la flora y fauna silvestres y acuáticas
El aprovechamiento racional de los elementos naturales, de manera que sea compatible
la obtención de beneficios económicos con el equilibrio de los ecosistemas
La prevención y el control de la contaminación del aire, agua y suelo
El 6 de junio del año 2012 fue publicada la nueva Ley general de Protección Civil aprobada
por la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, la cual derogó la del 12 de mayo
de 2000 y a sus 4 reformas. La nueva Ley incluyó consideraciones importantes, como
catalogar como delito grave permitir asentamientos humanos o construcción de
infraestructura en zonas de riesgo (no seguras).
De manera similar a la anterior, la nueva Ley establece las bases de la coordinación entre los
tres niveles de gobierno que componen el Sistema Nacional de Protección Civil. En la nueva
Ley se fomenta el intercambio de información climatológica, geológica y meteorológica con
la participación de las entidades federativas y el Gobierno del Distrito Federal.
Con la nueva Ley también fue creado el Comité Nacional de Emergencias para coordinar
situaciones o desastres que pongan en riesgo a la población, sus bienes y su entorno. El Comité
es presidido por el titular de la Secretaría de Gobernación. El Comité convocará a sesión cuando
se presente alguna situación de emergencia o desastre, o cuando la probabilidad de afectación sea
muy alta, poniendo en inminente riesgo a grandes núcleos de población e infraestructura del país.
La nueva Ley también establece que la SHCP proveerá los recursos financieros para la atención
de emergencias y desastres. La Ley entró en vigor el 7 de junio de 2012 y cuenta con 94 artículos
en 18 capítulos.
https://www.youtube.com/watch?v=MwgZVfl5teU
Sesión 7
Elemento de competencia
Definición
Protección Civil es dar cumplimiento a una serie de tareas humanitarias surgidas a partir de los
convenios de Ginebra de 1949. La Protección Civil pretende proteger a la población contra los
peligros bélicos y las catástrofes; y además, ayudar a sociedad a recuperarse de los impactos y
facilitar las condiciones para la supervivencia. Las acciones fundamentales son:
2.- Evacuación
5.- Salvamento
11.- Ayuda en caso de urgencia para el restablecimiento y el mantenimiento del orden en zonas damnificadas
(s. a.). (1998). Ejército presente [imagen]. Tomada del Archivo Histórico Pablo L. Martínez de La Paz, Baja California Sur.
Campo de acción
Para que conozcas más a cerca de las acciones de Protección Civil, mira el siguiente video:
http://www.youtube.com/watch?v=2GXuRzNvk4k
Por esta diferencia de acciones, el campo laboral de quienes se desempeñen en la protección civil
debe ampliarse a la gestión de los múltiples programas preventivos que ofrece el gobierno federal,
tales como:
El personal que labora en Protección Civil debe comprender que las características de su
desempeño exigen de su función el compromiso institucional y social, la capacidad creativa para
resolver problemas con inmediatez y para advertir escenarios riesgosos para la población,
improvisación para reaccionar de la manera adecuada en situaciones extremas, liderazgo ante sus
compañeros de trabajo y ante la sociedad por medio de su ejemplo, trabajo en equipo con el
personal de su dependencia y con los representantes de todos los sectores productivos o
académicos, sinergia con las propuestas que se plantean para el bien de la sociedad por medio de
las instituciones gubernamentales y civiles, honradez en su profesión, lealtad para respaldar la
soberanía nacional, honestidad en su ejercicio profesional y humildad en sus éxitos y fracasos.
Puntos clave:
La intrínseca relación de los seres humanos con las distintas manifestaciones de la naturaleza ha
permitido el desarrollo de las culturas. Sin embargo, el desconocimiento pleno de los peligros del
entorno ha producido catástrofes que han impactado en el progreso cultural y científico de
civilizaciones. Ante ciertos desastres, los humanos se han formulado preguntas acerca de las
causas de las manifestaciones naturales, y las respuestas han favorecido el desarrollo de
instrumentos para conocer las características físicas de los fenómenos y coordinación para
responder ante las emergencias.
Después de las grandes guerras, la humanidad se dio cuenta del poder destructivo del humano
sobre el medio ambiente y sobre la misma especie. Por ello, gestionó la formación de
instituciones y organizaciones que protejan la vida humana, los derechos de las víctimas y el
patrimonio de la humanidad. Igualmente, los estados asumieron su responsabilidad en la
protección de los ciudadanos y entonces fue necesario oficializar las labores de atención a
emergencias, distribución de bienes y ayudas para los damnificados tras sucesos desastrosos. Así
han surgido diversas instituciones y grupos voluntarios como la OTAN, ONU, Cruz Roja,
Bomberos y, en particular, en México el Sistema Nacional de Protección Civil (SINAPROC).
Por medio del SINAPROC, el Gobierno Federal coordina todos los esfuerzos colectivos por
mejorar la respuesta a desastres por medio de distintos programas, tales como el Fondo Nacional
de Desastres Naturales (Fonden) y Fondo de Prevención de Desastres Naturales (Fopreden).
Dichos programas tienen distintos objetivos, pero son complementarios y contribuyen con las
etapas de rehabilitación, reconstrucción, preparación y prevención.
Aunque aún impera el modelo de reacción ante emergencias, actualmente se transita hacia un
enfoque más preventivo, el cual reducirá los costos de los impactos de las amenazas naturales y
antrópicas, pero sobre todo el número de pérdidas humanas por medio de la planeación
estratégica, la previsión de escenarios desastrosos y la reducción de vulnerabilidades tanto físicas
como sociales. Por lo anterior, en el SINAPROC confluyen diversas instituciones, secretarías de
estado, dependencias y grupos de voluntarios, quienes con amplia experiencia, vocación de
servicio y capacitación profesional, enfrentan las distintas amenazas y protegen la vida de cada
uno de los ciudadanos mexicanos.
Código de ética
Instrucción: Elige la respuesta correcta a cada reactivo que se te presenta. Al finalizar podrás
conocer tu desempeño.
Fuentes de información
Bibliográficas
Andrew, M. (Ed.) (1998). Navegando entre brumas, la aplicación de los sistemas de información
geográfica al análisis de riesgo en América Latina, Perú: La RED.
Cohen, J. y Arato, A. (2000). Sociedad civil y teoría política. México: Fondo de Cultura
Contemporánea.
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