El autor propone un nuevo enfoque de diagnóstico estructural que considera las estructuras intrapsíquicas junto con criterios descriptivos, identificando 3 estructuras principales: neurótica, psicótica y limítrofe. Describe las características de cada estructura como su identidad, operaciones defensivas y capacidad para la prueba de realidad. También desarrolla una entrevista estructural para identificar la organización defensiva predominante en un paciente.
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El autor propone un nuevo enfoque de diagnóstico estructural que considera las estructuras intrapsíquicas junto con criterios descriptivos, identificando 3 estructuras principales: neurótica, psicótica y limítrofe. Describe las características de cada estructura como su identidad, operaciones defensivas y capacidad para la prueba de realidad. También desarrolla una entrevista estructural para identificar la organización defensiva predominante en un paciente.
El autor propone un nuevo enfoque de diagnóstico estructural que considera las estructuras intrapsíquicas junto con criterios descriptivos, identificando 3 estructuras principales: neurótica, psicótica y limítrofe. Describe las características de cada estructura como su identidad, operaciones defensivas y capacidad para la prueba de realidad. También desarrolla una entrevista estructural para identificar la organización defensiva predominante en un paciente.
El autor propone un nuevo enfoque de diagnóstico estructural que considera las estructuras intrapsíquicas junto con criterios descriptivos, identificando 3 estructuras principales: neurótica, psicótica y limítrofe. Describe las características de cada estructura como su identidad, operaciones defensivas y capacidad para la prueba de realidad. También desarrolla una entrevista estructural para identificar la organización defensiva predominante en un paciente.
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Diagnóstico estructural.
El autor propone un diagnóstico estructural tomando en cuenta las estructuras
intrapsíquicas de los pacientes junto con criterios originados en el diagnóstico descriptivo. Esto como sustitución al diagnóstico descriptivo de los rasos de la personalidad que se había estado manejando en el gremio psiquiátrico, por resultar en cantidad confuso. Según las acepciones en que se puede identificar a las estructuras, estas son configuraciones relativamente estables de los procesos mentales. El autor identifica la existencia de 3 estructuras: neurótica, psicótica y limítrofe de la personalidad. También menciona que en cada caso la organización estructural desarrolla la función de estabilizar el aparato mental, aparato en el que posteriormente se desarrollan los síntomas de la conducta. Para lograr identificar la estructura predominante en un paciente, resulta necesario observar y escuchar su grado de integración de la identidad los tipos de operaciones defensivas que emplea y su capacidad para la prueba de la realidad. La estructura neurótica implica una identidad integrada de alto nivel, con mecanismos superiores como la represión, a comparación de las otras dos estructuras. Mismas que se encuentran promovidas principalmente por el funcionamiento de operaciones defensivas primitivas centradas en el mecanismo de la escisión. La prueba de realidad se conserva en la estructura neurótica y limítrofe, no así en la psicótica. Para llevar a cabo este diagnóstico, el autor desarrolló una entrevista estructural, la cual, se concentra sobre los principales conflictos del paciente para crear la suficiente tensión y así surja la organización estructural y defensiva del funcionamiento mental del paciente. En esta entrevista se combina el examen mental, con una técnica orientada psicoanalíticamente que se centra en la interacción del paciente-terapeuta. Algunas de las características estructurales de la estructura limítrofe son los siguientes: Presencia de ansiedad en cualquiera de sus tipos, tendencia a neurosis polisintomática, presencia de desviación sexual manifiesta dentro de la cual coexisten varias tendencias perversas, estructuras de personalidad prepsicóticas, presencia de adicciones por impulso. Respecto a la carencia de una identidad integrada, nos dice el autor que esta se representa por un concepto pobremente integrado de sí mismo y otros significantes. Se denota el vacío crónico, autopercepciones contradictorias, conducta contradictoria y percepciones huecas, insípidas y empobrecidas de los demás. Esto se refleja en la entrevista en una historia enormemente contradictoria, o en una alternación entre estados emocionales que implican comportamientos contradictorios, de modo que el entrevistador batalla para ver al entrevistado como un ser humano total. El paciente limítrofe no tiene integrado la visión interna de sí mismo y de los demás. El paciente fracasa ara lograr una empatía real y sus relaciones íntimas resultan caóticas. Las estructuras limítrofes y psicóticas se caracterizan por una predominancia de operaciones defensivas primitivas, como lo es el mecanismo de escisión. Estos mecanismos primitivos protegen al yo de conflictos mediante la disociación o manteniendo aparte las experiencias contradictorias. Otros mecanismos a parte de la escisión son la identificación proyectiva, la negación, omnipotencia y la devaluación. En la entrevista, el señalamiento de estos mecanismos primitivos ha demostrado un aumento de la adaptación social y la prueba de realidad. Sin embargo, no se recomienda este planteamiento para los pacientes psicóticos. La prueba de realidad permite la diferenciación de la organización límite de la personalidad de pacientes psicóticos. Nos referimos a prueba de realidad a la capacidad de diferenciar el sí-mismo del no-sí-mismo, lo intrapsíquico-de-los orígenes externos de la percepción y estímulos, y la capacidad para evaluar realistamente el contenido de nuestro propio afecto, conducta y pensamiento en términos de las normas sociales ordinarias. Pacientes limítrofes presentan deterioro en la integración del superyó, mismo que puede evaluarse al estudiar el grado al que el paciente se identifica con valores éticos y tiene culpa como un regulador principal.