Un Diseño Nada Inteligente
Un Diseño Nada Inteligente
Un Diseño Nada Inteligente
Uno de mis ejemplos favoritos es el nervio laríngeo de las jirafas. A cada lado
del cuello una de las ramas del nervio va desde el cerebro a la laringe, pero la otra
traza una desviación sorprendente: baja hacia el pecho, rodea una de las arterias que
salen del corazón y vuelve a subir hasta el cuello.
El nervio laríngeo en los peces tiene ramificaciones que alcanzan los tres
últimos pares branquiales. Durante la evolución el cuello de los mamíferos se alargó y
las agallas desaparecieron y el nervio laríngeo se estiró. En una persona el desvío del
nervio laríngeo es de unos pocos centímetros, pero en una jirafa llega a ser hasta de
cinco metros en un adulto de gran tamaño.
RICHARD DAWKINS
Evolución: el mayor espectáculo sobre la Tierra