Logica Formal y Trascendental
Logica Formal y Trascendental
Logica Formal y Trascendental
Inhaltsverzeichnis
PARTE 1: Lógica Formal y Trascendental 1
Introducción . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1
Lógica como teoría de las ciencias. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Lógica Apofántica o Morfología Pura de los Juicios. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
Lógica de la No-Contradicción. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Lógica de la Verdad. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
Ontología Formal. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
El trabajo se divide en dos partes. En la primera se estudian algunas temáticas de la lógica formal y
trascendental husserliana. En la segunda, se intentan ampliar tales estudios, poniéndolos en un contexto más
general. Esto implica una serie de repeticiones que se pretenden didácticas. En caso de no serlo … la culpa
es de Husserl que me mal acostumbró a las Wiederholungen innecesarias.
Mencionaré en primer lugar la tarea general que tengo que resolver para mí mismo, si pretendo
llamarme filósofo. Me refiero a una crítica de la razón. Una crítica de la razón lógica, y de
la razón práctica, y de la razón estimativa. Sin dilucidar, en rasgos generales, el sentido, la
esencia, los métodos, los puntos de vista capitales de una crítica de la razón; sin haber pensado,
esbozado, averiguado y demostrado un bosquejo general de ella, yo en verdad no puedo vivir
sinceramente1 .
Entre otras cosas, esto es interesante porque Lógica Formal y Trascendental (FTL) lleva por sub-título
Ensayo de una crítica de la razón lógica. Así, 23 años después de esa entrada en su diario, Husserl publica
finalmente la que sería la parte más fundamental de su crítica de la razón: la crítica de la razón lógica. Pero,
¿en qué consiste? ¿Y por qué tendría un lugar tan destacado la interior del proyecto husserliano?
1
Citado en la Introducción de Walter Biemel a Ideen I, énfasis míos.
1
En FTL, Husserl pretenderá elucidar de forma definitiva lo que son dos conceptos centrales de su proyecto,
a saber: los conceptos de experiencia categorial y de juicio. Dado que toda ciencia depende de estos
conceptos, se puede captar el porqué de la centralidad de los mismos. Su elucidación o clarificación implicará
ahondar en las estructuras y las evidencias de la lógica formal objetiva. La meta de Husserl no es, sin
embargo, simplemente presentar los conceptos de la lógica formal, como podemos encontrarlos en cualquier
manual, sino intentar alcanzar las evidencias que sostienen o fundamentan a la lógica ya no tan sólo como
disciplina práctico y normativa [Kunstlehre], sino sobre todo como disciplina teorética (Cfr. LU, Prolg., I
- III). Se tratará, así, de intentar superar la “ingenuiridad de nivel superior” (FTL, p.6) de la que la lógica
no ha logrado todavía desprenderse, y que pone en Krisis su pretensión de transformarse en la ciencia de
las ciencias [Wissenschtlehre], en la norma para todo saber. Según Husserl la lógica solo podrá superar tal
ingenuidad, si investiga sus propias evidencias. Tal investigación es, pues, lo que Husserl pretende realizar
en FTL.
El método para superar la ingenuidad no será, aquí, ni la simple epojé, ni la mera descripción
[Beschreibung, Deskription] de estructuras objetivas, sino una reflexión radical [radikale Besinnung] que
será tanto una “explicitación original del sentido [Sinn]” y una “nueva configuración del sentido [Sinn]”2 .
En diversas partes de su obra Husserl cita el cierre de Logik de Lotze: “no solamente calcular el curso
del mundo, sino comprenderlo” (Lotze, 1874, p. 608). De allí que no podamos conformarnos con una
comprensión de la Lógica como mera técnica de cálculo (como mathesis universalis en su acepción primitiva
[leibniziana]) sino que debemos clarificar sus relaciones con el todo de la epistemología o de la teoría del
conocimiento. En definitiva, el problema que ve Husserl es que si la lógica se pretende como el locus máximo
o el mismísimo paradigma de nuestra racionalidad, todo el proyecto de Occidente -la filosofía- se vendría
abajo si en ella restan o están implícitos prejuicios o ingenuidades no clarificadas. La necesidad de aclarar
los fundamentos de la lógica formal es, por lo tanto, una tarea ineludible para Husserl. Si la crítica de la
razón lógica logra su cometido, entonces la propia posibilidad del conocimiento y de la razón quedarían
resguardadas.
Por lógica trascendental debemos, por tanto, comprender esto: la crítica fenomenológica de la razón
lógica o, en otros términos, el intento de aclarar los fundamentos de sentido de la lógica formal como parte
de la teoría del conocimiento, y no sólo como mera técnica de cálculo.
La lógica es por lo tanto, y según Husserl, una ciencia; pero una ciencia radicalmente diferente de las
ciencias positivas. Es, de hecho, la ciencia de todas las ciencias y, como tal, el fundamento de toda (otra)
ciencia. El así llamado “proyecto fundacional” de la fenomenología, la idea de que todas las ciencias han de
ser “fundamentadas” por la fenomenología ha de entenderse, en este contexto, precisamente como el intento
de clarificar fenomenológicamente la lógica como ciencia de todas las ciencias.
Como dirá luego Merleau-Ponty:
[…] una filosofía se vuelve trascendental, esto es, radical, no instalándose en la conciencia
absoluta sin mencionar los procedimientos que conducen a la misma, sino considerándose a sí
misma como problema; no postulando la explicitación universal del saber, sino reconociendo
como problema filosófico fundamental esa presunción de la razón. (FP, p. 76).
O en palabras de Husserl:
Muy tarde llegué a reconocer que toda crítica de las evidencias, particularmente de las evidencias
judicativas (con mayor precisión: las de la actividad categorial) no sólo tiene que efectuarse en
el marco de la fenomenología, […] sino que toda ella remite a una crítica última en forma de
una crítica de las evidencias que efectúa directamente la fenomenología en su primer nivel, aún
ingenuo. Esto quiere decir: la crítica del conocimiento primera en sí, en la que arraigan todas
las demás, es la auto-crítica del conocimiento fenomenológico mismo. (FTL, 298).
Así pues, esta crítica de la razón lógica o lógica trascendental se va a desarrollar en tres niveles:
1. Lógica apofántica.
2. Lógica de la consecuencia.
3. Lógica de la verdad.
A su vez, estos tres niveles se enlazan entre sí para formar la disciplina Lógica no como lógica formal,
sino como teoría de las ciencias.
2
Nótese la interración entre Be-sinn-ung y Sinn
2
Lógica como teoría de las ciencias.
En su curso de 1906/1907 sobre teoría del conocimiento Husserl afirma que mientras que la psicología,
entendida cognitivamente, se preocupa por todas las formas del pensamiento, incluyendo las incorrectas, las
“formas del pensar” cómo fenómenos empírico-naturales o empírico-mentales (incluyendo aquellas propias
de los animales y de las personas en su vida cotidiana), la lógica se ocupa de las formas de razonamiento
correctas. Esta idea de corrección, que para Husserl equivale a la idea de racionalidad, es lo que introduce
el carácter normativo de la lógica, normatividad justificada por el hecho de que la Lógica apunta como a su
meta a la Verdad, mientras que este no es el caso del “pensamiento en general”, o de la “esfera intelectiva”
en la generalidad de los actos mentales.
Además, Husserl siempre defiende que la lógica como Kunstlehre o disciplina práctica, presupone la
lógica como ciencia teorética, porque todas las ciencias prácticas presuponen una o más ciencias teoréticas.
Dice Husserl:
La lógica se vuelve normativa, se vuelve práctica, […] pero en sí misma no es disciplina
normativa, sino precisamente ciencia en sentido fuerte, en el sentido de manifestación de la
razón puramente teorética. (FTL, p.34). (Cfr. LU, Prolg. I y II)
Aún así, las verdades de la lógica pueden usarse como principios normativos prácticos o como formas de
razonamiento. Es sobre todo en este último sentido que hay una relación obvia, para Husserl, entre ciencia
y lógica. Todas las ciencias tienen como meta la verdad objetiva y una conexión coherente y fundada entre
sus proposiciones verdaderas. Nótese que estamos juzgando la ciencia, en este punto, no cómo un “método
formal de descrubrimiento”, ni siquiera como un “método formal de corroboración”, sino el el “conjunto
de sus resultados objetivos”. Esos resultados son, para Husserl, proposiciones y, aún más, proposiciones
verdaderas. Pero no se trata de una mera suma arbitraria de proposiciones, sino de un todo coherente
de proposiciones verdaderas fundadas unas en otras. Es precisamente tal conexión entre proposiciones
verdaderas lo que la lógica como ciencia de todas las ciencias viene a garantizar, y de allí que la lógica
exprese y fije las condiciones formales de todo saber científico.
Toda ciencia es, pues, un conjunto de proposiciones o juicios y, como también podemos decir, un conjunto
de significaciones y de combinaciones entre significaciones. Tales proposiciones no pueden ser contradictorias
entre sí, no podemos tener “a y no-a” como proposiciones verdaderas de nuestra ciencia3 .
Es en este rol que Husserl pretende una clarificación de la lógica y, para lograrlo, va a presentar una
estratificación de ella en niveles. En FTL §23 Husserl afirma que habría dos tradiciones principales en lógica:
• Aristóteles: Lógica como Apofántica.
• Leibniz: Lógica como parte de la mathesis universalis.
Ambas tradiciones se unifican, para Husserl, como dos niveles de la Lógica Trascendental, siendo así
que cada nivel demanda variadas aclaraciones o clarificaciones fundadas en una radikale Besinnung de sus
presupuestos y sus evidencias. A veces Husserl llama a estos dos niveles analítica pura. Además, habremos
de considerar un tercer nivel: el nivel de la lógica como verdad.
O en otras palabras: necesitamos un primer nivel (lógica apofántica) que clasifique los juicios
exclusivamente bajo el punto de la vista de la forma, en abstracción de todas las cuestiones concernientes a
la verdad o la no-contradicción de los mismos (entiéndase bien, de la no-contradicción de los juicios entre-sí).
En cierto sentido, este nivel es equivalente al estudio contemporáneo de las fórmulas bien formadas. Un
segundo nivel (lógica de la consecuencia) que considere precisamente tal no-contradicción entre los juicios
o, en otras palabras, la compatibilidad o las formas de fundamentación o las conexiones analíticas de los
juicios entre sí, sin estudiar, todavía, la verdad o falsedad de tales juicios. En términos contemporáneos
estaríamos estudiando el cálculo lógico o la teoría de la demostración. Es decir, un nivel que se ocupa de
la consistencia, inconsistencia o validez de las proposiciones o de las conexiones entre proposiciones. Por
último tendremos un tercer nivel (lógica de la verdad) que estudia las relaciones entre los juicios y los
estados de cosas mentados o referidos por estos juicios. Se trata, acá, de tematizar la verdad posible de
los juicios o proposiciones. En términos más actuales, diríamos que este es el nivel que corresponde a la
perspectiva interpretada de las proposiciones formales, o a la teoría de modelos en sentido matemático.
3
Así, si bien la lógica como apofántica no es más que uno de las orientaciones posibles de la lógica
formal será, para Husserl, su sentido más fundamental. La ingenuidad que tenemos que despejar en este
nivel es aquella según la cual habría una supuesta independencia de las sintaxis predicativas respecto de toda
consideración ontológico-cognoscitiva. De allí la necesidad de la ontología formal como momento de la
consideración general de la lógica apofántica o apofántica formal. O en otras palabras: la apofántica formal
se dedicaría al estudio de la forma de los juicios. Recordemos que en Kant, por ejemplo, los juicios pueden
ser:
Hoy en día sabemos que basta con una sola conectiva lógica para tener un sistema completo de lógica
proposicional. Dado que, por ejemplo, ‘A o B’ tiene exactamente la misma tabla de verdad que ‘si no-A
entonces B’, etc. Esto es útil porque permite un sistema completo de demostración lógica como la deducción
natural sólo con el modus ponens como eliminación del condicional material.
Pero Husserl no se va a ocupar de esto, sino de exponer la imbricación entre las formas de los juicios y
las formas de los objetos, dado que lo que quiere hacer es superar la ingenuidad de creer que las formas de
los juicios pueden postularse de manera completamente independiente a las formas de los objetos.
Antes de esta “corrección” a la idea misma de la independencia de la lógica apofántica, sin embargo,
tenemos que considerar el concepto de forma. Este es el tema de la morfología pura de los juicios, que acá
se presenta como una suerte de versión corregida y ampliada de los contenidos de la IV LU. Ampliada o
expandida en tanto que las investigaciones sobre las formaciones sintácticas o categoriales no solo se ocupan
de los enunciados teoréticos, sino que alcanzan, incluso, las formaciones sintácticas de la esfera axiológica y
práctica4 .
En el terreno de la morfología analítica de los juicios distinguiremos, en primer lugar, las formas
fundamentales [Grundformen] de juicios, a las que están subordinadas otras formas derivadas. La más
fundamental de las formas fundamentales es el juicio predicativo, osea, el juicio o la formación categorial
de la forma “S es p” o “P(s)”. Esta forma da lugar luego a la forma ‘Sp es r’, etc. Así pues, se tematiza la
generalidad de la subordinación, en estrecha conexión con la posibilidad de reiterar las operaciones que nos
permiten llegar a enunciados cada vez más subordinados.
Como puede verse, la morfología analítica y la teoría de las fórmulas bien formadas son muy similares.
Según la última, la reiteración de las operaciones de formación nos permite tener fórmulas cada vez más
complejas. “s o p”, “(s o p) o q”, “((s o p) o q) o r”, etc; reiterando iterativamente la misma operación de
formación.
4
Recordemos que ya Pfänder había intentado estudiar fenomenológicamente la ‘lógica deóntica’ en el contexto de su
Imperativenlehre.
4
“El enlace cuadrado redondo ofrece verdaderamente un significado unitario que tiene su modo de
‘existencia’, de ser en el ‘mundo’ de los significados ideales” (LU, p. 326) pero es una evidencia apodíctica
que a este significado no puede corresponderle ningún objeto “realmente” existente. A diferencia de ello,
series de palabras como, por ejemplo, “un redondo o”, “un hombre y es”, si bien pueden evocar algo así
como una representación indirecta de cierto significado unitario, no poseen significado alguno que pueda
corresponderles como su sentido5 . El análisis de este tipo de ejemplos conduce a la evidencia apodíctica de
que este significado no puede existir y de que “tales partes de significado, así enlazadas, son incompatibles
en un significado unitario.” (idem). Se trata pues de dos incompatibilidades claramente distintas. En el
caso del contrasentido existe el sentido, aun cuando el “objeto” que debería corresponderle ni existe, ni
podría existir. Es decir, aquí existe el significado; nombres como “hierro de madera” y “cuadrado redondo”
son nombres como cualquier otro y proposiciones como “todos los cuadrados tienen cinco lados” son
proposiciones como cualquier otra. Es decir, si las formalizaramos son fórmulas bien formadas. Pero en el
caso del sinsentido o absurdo los significados parciales son incompatibles de forma tal que, lo que queda
anulado y no existe como tal es la posibilidad misma del significado unitario como tal. Es decir, en el caso
del sinsentido no los enunciados no se pueden formalizar como fórmulas bien formadas.
Dado que no podemos entrar en una consideración exhaustiva de los temas de la apofántica analítica de
Husserl en FTL, basten los ejemplos de arriba, sobre el tipo de investigaciones y aclaraciones que se realizan
en esta esfera.
Una consideración exhaustiva debería ocuparse del sentido de trascendental en tales investigaciones,
estableciendo una comparación entre los análisis de Kant (para quien las categorías pueden deducirse de
la naturaleza misma de la conciencia o del sujeto trascendental como apercepción trascendental) y los
análisis del neokantiano Lask, quien pretendía desarrollar una teoría de las categorías objetiva, esto es,
con plena independencia de la apercepción trascendental como fundamento de una lógica trascendental a su
vez fundamento de la filosofía.
Brevemente, en el caso de Husserl tenemos una orientación objetiva en la teoría de los juicios, en cuanto
que las operaciones lógicas o categoriales no pueden pensarse con independencia de los correlatos objetivos
mentados en los juicios. Sin embargo, la lógica como mera apofántica formal, como morfología pura de
los juicios no puede tematizar el punto de vista de la forma de los objetos. ¿Qué lógica puede hacer esto?
La respuesta de Husserl es esperable para los discípulos de H.B: la ontología formal. Con más generalidad:
las matemáticas, pero devuelta, no la matemática como teoría del cálculo, sino como las matemáticas de los
conjuntos, de las combinaciones y las permutaciones, de los números cardinales, de los números ordinales de
diferentes niveles y sobre todo de las multiplicidades. Tales disciplinas no tienen como conceptos temáticos
fundamentales a las proposiciones o juicios, sino a conceptos como ‘conjunto’ y ‘número’; y dice Husserl:
reconoceremos, así, que la teoría de los conjuntos y la teoría de los números cardinales se
refieren al universo vacío: objeto en general o algo en general, con una generalidad formal que
deja fuera de consideración, de una manera principal, toda determinación material [sachliche]
de objetos. (FTL, p. 80).
Es a partir de este análisis que Husserl va a llegar a la Región Universal Formal objeto en general, a
distinguirse de las Regiones Materiales consideradas, por ejemplo, en la I parte de Ideen I.
Lógica de la No-Contradicción.
En esta esfera vamos a ocuparnos de las distintas formas de implicación o Schlussformen, unas correctas
y otras incorrectas o, diríamos hoy, algunas válidas y otras inválidas. Consideraremos así las leyes de
implicación analítica (por ejemplo las tautologías), o lo que Husserl llama las leyes de exclusión [Ausschluss],
(las falacias). Lo mismo con respecto a otros tipos de conexiones judicativas: disyuntivas, conjuntivas,
bicondicionales, etcétera. En todas estas conexiones se pueden encontrar formas típicas y leyes esenciales
que las regulen desde el punto de vista de la no-contradicción. Y si tomamos en cuenta que también la
apófansis simple se compone de miembros que conforman una unidad judicativa, también en ella se pueden
descubrir formas posibles de unidad no contradictoria.
La deducción natural como forma de cálculo lógico que se estudia en cualquier curso introductorio de
lógica se incluiría, entonces, precisamente en la esfera de la lógica de la no-contradicción. También, por
supuesto, otros tipos de cálculo lógico diferentes a la deducción natural en donde se explicita la axiomática
de la que depende el cálculo lógico.
Ya en la IV LU Husserl había mostrado que —a partir de la distinción entre las nociones de sin-sentido
[sinnloss] y contra-sentido [widersinn]—6 la necesidad de separar entre:
5
2. El estudio de las formas posibles de los juicios verdaderos.
En las LU no se plantea, sin embargo, la necesidad de una disciplina lógica propia que se ocupe
exclusivamente de la no-contradicción sin ocuparse, todavía, de la verdad o falsedad de los juicios (en
sentido material o, diríamos hoy, interpretado). Además, los ejemplos de contra-sentido de la IV LU
son ejemplos de contra-sentido material (cuadrado redondo) y no sirven para dar cuenta del carácter
estrictamente formal de los conceptos de contra-sentido y consecuencia (lógica) que es de aquello de lo que
se va a ocupar Husserl al referirse a la lógica de la no contradicción, es decir, aquella lógica que excluye los
contra-sentidos de la esfera de las teorías formales.
Recordemos que a pesar de la separación entre los dos primeros niveles, Husserl afirma que ambos
pueden considerarse como dos momentos inter-dependientes, esto es: como analítica pura. La analítica
atiende justamente a las relaciones fundadas a priori en la esfera de los juicios. Más allá de eso, tenemos
básicamente tres relaciones posibles entre juicios:
Lógica de la Verdad.
Mencioné al comienzo de este escrito el estado de cosas “Emiliano es el discípulo más guapo de Horacio”.
La consideración apofántica de este juicio implicaría decir que no es un sin-sentido, que de hecho es un juicio
asertórico, etc. Bajo la perspectiva de la lógica de la no contradicción se podría considerar la compatibilidad
con otros juicios, como por ejemplo “Alejandro es el discípulo más guapo de Horacio”. Diríamos entonces
que uno no se sigue del otro, que de hecho son incompatibles o contradictorios entre sí, etc. Por último, bajo
la perspectiva de la lógica de la verdad diríamos, no solo que el juicio es falso porque existe Ale; sino que
nos preocuparíamos por averiguar cuál es el tipo de evidencia [Evidenz] con que se me da ese juicio, cuales
son las consideraciones para su impleción (o no), etc.
Husserl distingue tres modos en que puede darse un juicio8 :
1. La confusión [Verworrenheit].
2. La distinción [Deutlichkeit].
3. La claridad [Klarheit].
• El juicio puede llegar a “dación de sí mismo” zur Selbstgegebenheit kommen, esto sería la distinción.
Por otro lado, el ‘estado-de-cosas’ referido en el juicio puede entregarse, y esto sería la claridad.
• Para Descartes el criterio de la evidencia era la claridad y distinción, para Husserl, en cambio, lo será
la auto-presentación o auto-dación o Selbstgebung.
7
O en términos de lenguaje natural, la relación entre “Macri gato” y “soy prole y no tengo un mango” es de implicación, entre
“Macri gato” y “La herencia del gobierno anterior” es de contradicción analítica, y entre “Macri gato” y “lógica trascendental”
la relación es de no contradicción (ponele).
8
Este análisis se despliega temáticamente en FTL §§12-22.
6
El tema es, entonces, la evidencia [Evidenz] de los juicios, problemática que ya había sido tratada en la
VI LU:
Hablamos de evidencia en un sentido laxo siempre que una intención ponente (principalmente
una aserción) encuentra su confirmación por medio de una percepción correspondiente y
plenamente adecuada, aunque esta sea una síntesis adecuada de percepciones particulares
conectadas. En este caso puede hablarse con buen sentido de “grados y niveles de la
evidencia” […]. Pero el “sentido pregnante” de evidencia, en la “crítica del conocimiento”, se
refiere exclusivamente a este último término [Ziel] infranqueable, al “acto de esta síntesis de
cumplimiento más perfecta”, que da a la intención —por ejemplo, a la intención judicativa—
la absoluta plenitud de contenido, la del objeto mismo. El objeto no es meramente mentado
[gemeint], sino “dado” —en el sentido más riguroso— tal como es mentado e identificado
con la mención. Por lo demás, es indiferente que se trate de un objeto individual o universal,
de un objeto en sentido estrecho o de una situación objetiva (el correlato de una síntesis
identificadora o distintiva). (VI LU, §38).
Posiblemente todos los juicios enunciados en este escrito se dan como confusos. Tenemos, sin embargo,
la posibilidad de leer directamente FTL o EuU para intentar otorgarles distinción y /o claridad con el correr o
en el proceso de la lectura de los juicios de Husserl. Sin embargo, puede que incluso entonces en el proceso
de distinción surjan procesos contradictorios, la palabra de Husserl “no nos cierra del todo”.
Lo importante es que la creencia (el concepto creencia) no tiene nada que ver con el estar convencidos. La
creencia, como doxa, es pasible de una serie de modificaciones que van desde la creencia evidente, pasando
por la efectiva, probable, presunta hasta llegar a la nulidad y/o la contradicción. De hecho, si el carácter
de creencia del juicio se revela, en el proceso de explicitación (osea, en el proceso de intentar llevar un
juicio confuso a la distinción o claridad), decía, se revela incompatible/contradictorio con una creencia actual
válida, el proceso mismo de explicitación sufrirá una tachadura [Durchstreichung] o supresión [Aufhebung]
y, consecuentemente, el juicio adquirirá el carácter de nulidad [Nichtigkeitscharakter]. Con todo, esto no
modifica el carácter dóxico que el juicio mantuvo en otro momento:
Si volvemos ahora a los tres niveles de la lógica, para Husserl la analítica pura en sentido restringido
(es decir, como analítica apofántica) tiene como tema únicamente el juicio distinto [deutlich]. Así, la
analítica pura en sentido amplio (es decir, como la combinación de analítica aporfántica y lógica de la no
contradicción) se pregunta cómo es posible formular diferentes juicios en la unidad de otro juicio formulable
con distinción, según su mera forma. O en otras palabras, dado un juicio “A es p” o una serie de juicios, la
pregunta es qué otros juicios se sigue de este/os. Por último, la lógica como lógica de la verdad se pregunta
más precisamente por el tipo de evidencia que le corresponde a un juicio cuando no se da como juicio
distinto, acerca de las condiciones para que se de como juicio distinto, acerca de las variaciones posibles de
los juicios distintos, etc. (Cfr. cita ABC1 arriba).
De esta consideración surgirán tanto las relaciones analíticas posibles (consecuencia, inconsecuencia,
no-contradicción vacía), como las leyes analítico-formales (modus ponens, modus tollens, etc., junto con
las leyes de exclusión) y, en fin, todas las formas de complejos (‘múltiplicidades’) de juicio propiamente
formulables.
Ontología Formal.
Vemos que el tercer nivel de la lógica designa un cambio de actitud, en cuanto que pasa a estar dirigido
a las objetividades [Gegeständlihkeiten] capaces de otorgarle cumplimiento objetivo a menciones vacías o,
mejor incluso, tematiza precisamente la relación mención vacía/objetividad. Para poder investigar, entonces,
la manera en que un juicio con una forma específica gana evidencia, será necesario considerar la forma
misma de los objetos o las objetividades mentadas. Y la preocupación por la forma de las objetividades es,
precisamente, la preocupación central de la ontología formal. Con respecto a la propia expresión “ontología
formal” recordemos que según Husserl:
el término ontología, chocante por razones históricas, no me atreví a emplearlo entonces todavía
[en las LU], por lo que califiqué esta investigación de fragmento de una ‘teoría a priori de los
objetos en cuanto tales’, que es lo que A. Meinong contrajo en la expresión teoría del objeto.
Por el contrario, hoy, respondiendo al cambio de los tiempos, tengo por más exacto volver a
poner en vigor el viejo término ontología” (Ideen I, § 10, p. 35 n.).
7
El ‘no atrevimiento’ surge de los ecos metafísicos de la noción de ontología, vís-a-vís la ‘pureza
metafísica’ de la O-F (esto es, ‘su estar libre de’ o ‘ser independiente de’ todo compromiso metafísico). Si
bien, Husserl sí utiliza, en las LU la expresión ontológico-formal para referirse a los conceptos y las leyes
de la teoría a priori de los objetos, ciertamente nunca utiliza la expresión ontología-formal.
En FTL, la relación entre lógica formal y ontología formal intenta tematizarse y explicitarse y, de hecho,
una de las tareas de la lógica trascendental como reflexión radical sobre la lógica, implica mostrar en que
sentido la lógica no es independiente (no puede ser independiente) de la ontología formal.
De hecho, esta idea -al menos al entender de Husserl- siempre fue parte de la fenomenología. En su
“Esbozo de un prefacio a las Investigaciones lógicas” de 1913 (editado por Fink), afirma que aplicado a
investigaciones analíticas, aritméticas y lógicas, y en “una actitud estrictamente descriptiva, sin ceder a ningún
prejuicio histórico” (Entwurf, p. 125) fue desarrollando, paralelamente a la crítica del psicologismo, la idea
de una ciencia a priori de los objetos en general, correlativa a la ciencia de las significaciones (la morfología
pura de los juicios).
Contexto Histórico
El transfondo del tratamiento filosófico de Husserl lo tenemos en su propia formación matemática a fines
del siglo XIX, donde los matemáticos de profesión se enfrentan a una serie de innovaciones fundamentales
en su disciplina, con los descubrimientos revolucionarios que surgen en la geometría, el análisis y el
álegra desde mediados del siglo XIX. Entre los momento más importantes de este movimiento tenemos
la independencia que adquiere la geometría de la intuición del espacio, luego de haber estado atada a los
presupuestos metodológicos y metafísicos de los Elementos de Euclides durante más de dos mil años.
Husserl asocia esta separación de la geometría de la intuición espacial con la obra de Riemann. No solo
tenemos, en esta época, las así llamadas “geometrías no-euclideas”, que se ocupan de su tema sin ningún
tipo de referencia intuitiva al espacio, sino también el surgimiento del cálculo diferencial e integral, los
cuales apareciendo en el siglo XVII con Leibniz y Newton logran aplicarse con total corrección a estos
nuevos tipos de espacios no-intuibles. De hecho, la aritmetización del análisis que comienza con el cálculo
diferencial (derivadas) e integral (integrales) fue lo que hizo posible los trabajos posteriores de Dedekind,
Heine, Kronecker, Cantor y particularmente de Weierstrass, cuyas lecturas Husserl presenció entre 1878
y 1881; y cuyo tema era clarificar la obscuridad concerniente a los conceptos de cantidad “infinitamente
pequeña” e “infinitamente grande”.
Si bien estos temas pueden parecer ajenos al objeto de la fenomenología, no olvidemos que Husserl refiere
constantemente a problemáticas como las de la matemática formal y material, por ejemplo en §72 de Ideen I:
Ciencias concretas, abstractas, “matemáticas” de esencias. Por “matemática material” Husserl entiende un
abordar los problemas o temas matemáticos bajo un método todavía atado en cierta medida a la intuición,
mientras que por “matemática formal” entiende el nuevo método formal o “aritmético” de análisis.
9
Cfr. Gurwitsch, CW II
8
Si bien una clarificación de estas problemáticas nos llevaría demasiado lejos del problema de este escrito,
el lector puede intentar volverla intuitiva mentando la diferencia entre “medir” algún ángulo de un triángulo
mediante un compás o un transportador (geometría material), o cálcular la medida de un ángulo en la
geometría de Bochensky mediante obscuros procedimientos enteramente formales.
Solo para terminar con esta pequeña introducción, recordemos que la aritmetización del análisis tenía
un presupuesto “filosófico” para los matemáticos de esta época, y que era la clarificación de la naturaleza
de los números irracionales (i.e, aquellos números que NO SON el resultado de una división entre números
naturales, como π [pi]). En su Filosofía de la Aritmética Husserl se enfrenta a ellos bajo el título de “números
imaginarios” y pretende derivarlos de los números enteros. Para ello, primero tiene que asegurar/clarificar
la naturaleza de los números enteros (lo que hace mediante los conceptos de unidad, combinación colectiva,
pluralidad y contar) y luego “derivar” los imaginarios de ellos. Husserl, sin embargo, llega a reconocer que
este proyecto es imposible (i.e, llega a la creencia de que no hay manera de derivar los números imaginarios
de los números enteros) y pasa a considerar que el problema de la aritmetización del análisis tiene como
condición no un análisis material de la naturaleza de los números “imaginarios”, sino un análisis formal del
cálculo como mathesis universalis, en estrecha relación con la lógica.
O dicho en palabras más sencillas: el programa de la aritmetización tenía como meta comprender
el cálculo diferencial e integral. El mismo se usaba hacia siglos, pero los matemáticos no entendían del
todo porqué funcionaba, si bien tenían certeza acerca de que funcionaba, i.e., acerca de la corrección del
cálculo. Los intentos de clarificación del análisis diferencial e integral llevan a los matemáticos de la época
a un extenso tratamiento teorético sobre la naturaleza de los números, y particularmente Weierstrass liga la
correcta comprensión de los fundamentos del análisis a la comprensión adecuada del concepto de “número
entero”, lo que llevó a Husserl en trabajar en la explicitación filosófica de este concepto en su obra sobre
filosofía de las matemáticas. Y si bien Husserl abandona este proyecto en su particularidad —porque, como
mencionamos, la clarificación de los números enteros no basta para clarificar los números imaginarios—
los resultados a los que llega, como el tratamiento filosófico de la individualidad objetiva a partir de la
clarificación de conceptos como unidad, combinación colectiva, pluralidad etc., permearan en adelante sus
investigaciones filosóficas, y en particular, su comprensión de los aspectos formales de la filosofía, que son,
de hecho, uno de los temas principales de sus escritos sobre lógica ya sea sobre lógica teórica o sobre lógica
trascendental. Entre ellas, la III LU tiene un lugar privilegiado.
• Mathesis Universalis (primer sentido): ‘mera’ técnica de cálculo [Kuntslehre], estudio de los algoritmos
que permiten la manipulación de símbolos.
Como vimos antes, sin embargo, esta opinión o visión cambia rotundamente para la época de los
Prolegómenos cuando pasa a considerar a la lógica pura como una ciencia teorética que, en cuanto tal,
fundamenta a la lógica como mathesis universalis o como Kunsthlere, i.e., como técnica calculatoria, técnica
de manipulación de símbolos, o técnica algorítmica. Más precisamente todavía, Husserl clarifica el sentido
de la lógica como lógica formal afirmando que su meta es la formación de una teoría de las múltiplicidades.
Husserl se refiere a la mathesis universalis así entendida como el resultado de las transformaciones
fundamentales de la matemática del siglo XIX, que en FTL describe como “la ruptura del algrebra”
[der Durchbruch der Algebra], (FTL, 54) y que implica la transformación de la lógica y la matemática
en ciencias puras o abstractas. A partir de entonces los axiomas de la lógica o de la matemática, en
definitiva, de la mathesis universalis ya no se usan para hacer afirmaciones-verdaderas acerca de la esfera
de los objetos concretos. Más bien, ahora tenemos “formas axiomáticas” que se usan “para definir
formas-de-multiplicidades”, “para definir esta o aquella forma de tal o cual multiplicidad bajo las formas de
los axiomas” (FTL, p. 100), i.e., para establecer que tomamos por un grupo, un campo, o una multiplicidad
ordenada. Así, la fórmula “a ⊕ b = b ⊕ a” junto con los axiomas de grupo definen un grupo conmunativo.
9
Las esferas de objetos que se conforman con las variables a, b, … (etc) más la operación ⊕ pueden
concretizarse o singularizarse de diversas maneras. Los objetos considerados pueden ser por ejemplo
rotaciones (operaciones en el campo de la geometría), permutaciones (operaciones en el campo de la
combinatoria), o incluso clases de resto (objetos en el campo de la teoría de números).
• Mathesis Universalis (nuevo sentido) = teoría de las (formas de) las múltiplicidades.
Así pues, el rasgo característico de la nueva comprensión de la mathesis universalis es que ya no remite
a tal o cual modelo, esto es, a un modelo determinado o pretendido de antemano. O en otras palabras,
mientras que previamente la región a la que se le aplican tales o cuales técnicas de cálculo debía estar dada
previamente para que los matemáticos pudieran describir las técnicas de cálculo adecuadas para ella (por ej:
geometría euclidiana, no-euclidiana, campos de probabilidad, ecuaciones diferenciales de grado 1, 2, etc.),
la nueva comprensión de la mathesis universalis es que esta puede y debe desarrollarse en independencia
de cualquier región específica, dada precisamente la independencia de la mathesis universalis de cualquier
región material. Bajo este contexto, por lo tanto, debemos entender multiplicidad como “modelo” o como
“región”, y la idea de está técnica de “definir está o aquella forma de las multiplicidades bajo las formas de
sus axiomas” es precisamente la idea de que la forma del todo, modelo, región o multiplicidad es definible
por un sub-conjunto de los axiomas de la teoría general de las multiplicidades, i.e, de toda multiplicidad
posible a priori, i.e., la mathesis universal o (bajo esta caracterización) la “ontología formal”.
Esto suena complicado … y en efecto lo es. De hecho, hay personas, o al menos una persona,
muy inteligente, ilustre, sabia, atractiva, preeminente y pretrascendental que se ha dedicado paciente
y brillantemente al estudio de este tema en su tesis doctoral. A ella me remito para aclaraciones más
fructíferas sobre esta suma (des-)organizada de pretendidas clarificaciones. Lo importante para lo que
nos compete es entender que la mathesis universalis, en su suprema universalidad, no sólo es clave
para entender la geometría y el análisis moderno, sino CUALQUIER región y correspondientemente,
CUALQUIER disciplina que verse sobre CUALQUIER región. Es decir, la lógica como teoría de la razón
funda teoréticamente la mathesis universalis, la cual funda a su vez cualquier región, al explicitar su forma
(y la forma de sus sub-regiones, incluyendo, al final, la forma de los individuos que hagan a estas regiones).
Estas regiones pueden ser tanto abstractas (geometría, etc.) como concretas (lenguajes naturales, campo/s
perceptivo/s, naturaleza, historia [revolucionaria], juicios/proposiciones, objetos de uso, arte, etc.).
• (Dato de color Sesarego): La suprema universalidad de la mathesis universalis en su especificación
como ontología formal (OF) y más en particular, como la propuesta de Husserl para OF (la teoría de
las partes y los todos de la III LU) ha intentado esclarecerse ‘formalizandola’ (i.e., axiomatizandola)
bajo el empleo de una lógica modal de tipo S4, que tiene ‘acceso’ a un montón de “mundos posibles”.
Sin embargo la semántica modal de los “mundos posibles” <W, R, V> se queda corta para el sentido de
la teoría de las múltiplicidades porque sus axiomas/teoremas se pretenden válidos NO para cualquier
MUNDO POSIBLE (que es un tipo determinado de múltiplicidad), sino para cualquier REGIÓN.
Creo que es inmediatamente intuible que lejos está esta nueva visión, del concepto de la “matemática”
como ciencia del número, que fue, allá lejos y hace tiempo, en el siglo XIX, la proto-fundación de la teoría de
la razón husserliana. También, que lejos que queda está nueva comprensión de la “matemática”, la “lógica”
o la mathesis universalis de la comprensión de la misma como una técnica para la manipulación de series
vacías de símbolos. Bajo esta nueva visión de la mathesis universalis como teoría de las múltiplicidades los
teoremas del análisis son verdades (juicios/proposiciones) que refieren a una esfera de objetos particular, o
a una región particular de objetos. Así, por ejemplo, los números reales y sus inter-relaciones presentan
la forma de una múltiplicidad determinada a través de los axiomas que definen un campo ordenado (§70,
Prolegómena). En resumen entonces:
• La lógica y la matemática se fusionan en una disciplina nueva, la mathesis universalis que tiene como
meta propia ser una teoría de las múltiplicidades, i.e., de las formas posibles de toda región o modelo
o múltiplicidad.
• (Tesis Sesarego 1): Si recordamos ahora lo que estudiamos previamente como el primer nivel de
la lógica, esto es, la lógica como apofántica formal o como morfología analítica, i.e., el nivel de
la lógica que estudia las formas posibles de los juicios, queda claro que la apofántica formal no es
más que la especificación de la teoría de las múltiplicidades cuando su esfera objetiva son los juicios
(proposiciones).
Sin embargo, y como ya mencioné, juicio remite tanto al acto de juzgar como al correlato objetivo de
este acto. Y lo mismo podemos estudiar tanto el acto ‘juicio’ (temátizandolo mediante un acto reflexivo)
como el correlato de este acto (el juicio o la proposición). Esto nos tentaría a distinguir, entonces, entre el
tema de la lógica formal (con sus tres niveles) como el estudio de las proposiciones (ya sea de sus formas
[apofántica], de sus interrelaciones [lógica consecuencia] o de su evidencia [lógica de la verdad]); y el tema
de la lógica trascendental, como el estudio de los actos judicativos (ya sea de la forma de tales actos, de sus
interrelaciones o de su función evidenciadora).
10
La última tentación del fenomenólogo.
La tentación entonces estaría en distinguir entre los aspectos subjetivos y objetivos de la lógica, y afirmar
que los aspectos subjetivos son estudiados por la lógica trascendental, mientras que los aspectos objetivos son
estudiados por la lógica formal. La lógica formal coincide, entonces, con la mathesis universalis como ciencia
(tanto teorética como práctica) y la lógica trascendental estudia las operaciones cognitivas involucradas en la
lógica formal, ya sea que dichas operaciones sean una prueba en deducción natural (operación práctica) o
una fundamentación teorética de la noción de prueba-formal (operación teorética).
El fenomenólogo particularmente interesado en los problemas de la lógica formal y trascendental debería,
sin embargo, resistir tal tentación, dado que los análisis de Husserl sobre la relación entre ambas “lógicaS”
son más complejos y sutiles de lo que “la última tentación del fenomenólogo” da a entender. Esto, entre otras
cosas, porque no hay una correspondencia “uno a uno” entre los problemas/temas de la lógica trascendental
y los problemas/temas de la lógica formal, sino que la lógica trascendental abarca muchas más temáticas (i.e,
es mucho más amplia) que la lógica formal, e incluye teorizaciones sobre, por ejemplo, la evidencia [Evidenz]
que exceden por mucho lo que la lógica formal tiene para decir sobre ella. Sin ir más lejos, remitimos al
lector a las distinciones entre “confusión, distinción y claridad” estudiadas más arriba. En lo que sigue
intentaré dar visión panorámica o a vuelo de pájaro sobre esta diferencia. Sin embargo, el lector que NO
ESTÉ particularmente interesado en los problemas de la relación entre lógica formal y trascendental puede
entregarse a la última tentación, dado que más allá de las sutilezas de Husserl, está basta bien encaminada.
• Reflexión como Acto Objetivante: transforma en objeto un acto previamente realizado y lo vuelve
temático.
Podemos agregar que el acto tematizado, ahora objeto, pierde ciertas determinaciones, como por ejemplo
la espontaneidad. Un estudio sistemático de los actos reflexivos queda por fuera de las posibilidades de este
escrito, pero téngase en cuenta que los actos reflexivos son, para Husserl, la condición de posibilidad para la
descripción del lado noético de toda vivencia intencional. Esto no implica, sin embargo, que UNICAMENTE
tengamos experiencia de los actos cuando los tematizamos a través de un acto reflexivo. Los actos pueden
experimentarse per se sin necesidad de que sean temáticos. Es decir: podemos experimentar el flujo de la
conciencia como un flujo de actos de manera puramente marginal u horizóntica. Si tuvieramos que creerle
a Gurwitsch (¡y tenemos que!) de hecho la ‘conciencia no-temática’ (awareness) que acompaña a todo acto
(Cfr. Brentano) es condición de posibilidad para los actos reflexivos. Pero suficiente sobre esto por ahora.
Tenemos, por tanto, dos Einstellungen [actitudes]: la actitud del lógico, que es una actitud reflexiva;
y la actitud del matemático, que es una actitud directamente objetiva. Tengamos en cuenta que, como
siempre, Husserl no fue muy feliz a la hora de elegir los términos técnicos, y que la Einstellung matemática
no tiene mucho que ver con la matemática como mathesis universalis, que fue nuestro tema previo. La
Einstellung matemática es la actitud del matemático profesional, que no necesariamente tiene como su tema
(explícitamente) la teoría de las múltiplicidades o mathesis universalis, sino su especificación en tal o cuál
región concreta, como pueden serlo funciones, geometría proyectiva o riemanniana, métodos de cálculo de
variaciones, etc. En cambio, la Einstellung del lógico, característicamente reflexiva, lo lleva a tematizar el
hablar sobre objetos (abstractos), y vuelve posible, entonces, el aislar las estructuras de tales discursos. Es
así que la lógico (o lógica trascendental), en forma análoga a la ontología formal, tiene como tema una esfera
objetiva, refiere a objetos y sus relaciones, pero con la particularidad que la lógica así entendida (como lógica
trascendental) refiere a esta esfera a través de los actos-juicios (FTL, §54).
11
O en otras palabras: la mathesis universalis puede entenderse como una disciplina concreta, como
una ciencia objetivamente existente. Husserl la caracteriza así bajo la rúbrica de lógica objetiva y,
como toda ciencia (en este caso, como ciencia formal, forma-madre de todas las ciencias formales,
incluidas cualquier rama de las matemáticas a las que se dedique el matemático profesional) demanda ser
descriptiva-fenomenológicamente analizada. Tal descripción incluira un momento subjetivo, esto es, un
estudio descriptivo de las formas o estructuras cognitivas del pensar o el conocer lógico. En FTL Husserl
va a llevar a cabo tal estudio, investigando los actos cognitivos que nos permiten introducirnos en el reino
de la mathesis universalis, lógica objetiva u ontología formal y denomina a tal estudio lógico trascendental.
Dos temas son particularmente importantes:
Sobre el primer tema, Husserl afirma que tradicionalmente la lógica y las matemáticas poseen
orientaciones temáticas claras, sobre la base de las cuales eran “indudablemente ciencias separadas” (FTL,
p. 80), sin embargo, desde la “irrupción del algebra”, las matemáticas abstractas ya no se dedicaran al
número y la cantidad, y la lógica abstracta ya no estará orientada hacia la “gramática pura” ni será la
ciencia de las estructuras de los razonamientos correctos, o la teoría de los razonamientos [expresados
en lenguaje/s natural/es] correctos. Como ya vimos, ambas teorías quedan unificadas bajo la concepción
práctico-teorética de la mathesis universalis. La pregunta es, entonces, como y cuando se distinguen entre
sí la lógica formal y las matemáticas, matemáticas a las cuales Husserl se refiere como “ontología formal”,
i.e., como la ciencia “de las formas categoriales posibles en las cuales los substratos objetivos pueden existir
verdaderamente” [FTL, p. 145].
La respuesta es que sí, y de hecho es justamente la orientación subjetiva o, diríamos en trascendental, la
orientación noética lo que caracteriza a la Einstellung lógica y por ende a la lógica trascendental a diferencia de
la orientación objetiva o, díríamos en trascendental, a la orientación noemática que caracteriza a la Einstellung
matemática y, consecuentemente, a la matemática10 .
La unificación entre los aspectos subjetivos y objetivos de la lógica la debemos buscar precisamente en
los estudios que Husserl desarrolla en Análisis sobre síntesis pasivas y activas, dado que las propias síntesis
pasivas contienen el proto-fundamento de las síntesis activas involucradas en el desarrollo de la teoría de las
múltiplicidades como disciplina científico-formal.
Bajo esta perspectiva11 , la refutación del psicologismo que Husserl lleva a cabo en las LU es un tema de
Lógica Trascendental, porque estudia precisamente el tipo de acceso cognitivo que tenemos a las verdades de
la lógica. Dice Husserl:
Muy brevemente, la refutación del psicologismo de los Prolegómenos consiste en mostrar que:
1. La psicología es una ciencia empírica, por lo que sus leyes no pueden ser exactas, no pueden evitar
estar saturadas de vaguedad. Las leyes lógicas, por su parte, son exactas.
2. Las leyes naturales (entre ellas las leyes psicológicas) no pueden conocerse a priori, las leyes lógicas
sí.
3. Las leyes lógicas no presuponen la existencia de personas con experiencias mentales como juicios.
Son leyes acerca de las verdades, y las verdades no son hechos [Tatbestände].
10
Esto no implica, sin embargo, que para el análisis lógico trascendental de la lógica objetiva tengamos que abstenernos de hacer
uso de la lógica formal o mathesis universalis. Parece un tanto circular, y de hecho lo es, pero hay que distinguir entre la
mathesis universalis como disciplina, como lógica objetiva, es decir, como el conjunto de sus juicios, y el tema de la mathesis
universalis: las formas posibles de las múltiplicidades. O en otras palabras, la mathesis universalis como disciplina también es
una múltiplicidad que, como tal, debe estudiarse en su forma. En Ideen I Husserl ‘pone entre paréntesis’ también a la lógica
formal y la ontología formal, en el contexto de las reducciones fenomenológicas. Esto pareciera implicar que si de hecho los
análisis de la lógica trascendental implican la reducción fenomenológica, entonces no podríamos estudiar la mathesis universalis
bajo la perspectiva de la mathesis universalis y en cierto sentido, entonces, tampoco podríamos estudiar las formas cognitivas
que nos entregan las verdades de la mathesis universalis dado que tales formas cognitivas también son múltiplicidades.
11
Insisto, bajo ESTA perspectiva querido H.
12
Intuición de Esencias y Platonismo.
Tenemos que tener en cuenta el carácter constructivo de la fenomenología husserliana. La mathesis
universalis es una ciencia, aún cuando sea la ciencia de todas las ciencias; y como tal responde al hecho de
ser un logro cognitivo y/o un Leistung constitutivo. Husserl expresa esto ya en los Prolegómena cuando dice
“Wissenschaften sind Geistesschöpfungen …” [Las ciencias son creaciones espirituales], (LU, p. 40). Para
Husserl, las estructuras de la actividad subjetiva implicadas en el pensamiento lógico y matemático derivan
de las estructuras de la percepción, y es precisamente por esto que, en ASPA intenta trazar la génesis de las
operaciones lógicas en las síntesis pasivas involucradas en los actos perceptivos. No sólo eso, sino que los
propios Leistungen de los actos perceptivos, esto es, los objetos perceptivos se ponen como supuestos en
la teoría madura de Husserl sobre los eidos u objetividades abstractas del tipo que sean. El (¿pretendido?)
platonismo ingénuo de las LU no es, en absoluto, la posición de Husserl en sus obras de madurez. De allí
que sea dificil entender porqué se lo ha acusado de platonista tan a menudo, como cuando Van Fraassen
opina que:
Si bien solo el platónico más extremo apelaría a (la) Wesenschau, debe admitirse que Husserl
identificó correctamente una tarea que los realistas matemáticos han dejado lamentablemente
incompleta: describir cómo estas entidades no concretas entran en nuestra experiencia. (Van
Frassen, 1975, p. 45)12 .
No puedo entrar demasiado en este problemática, pero Van Frassen no distingue —e incluso confunde—
la Wesenchau [intuición de esencias] y la Wesenfassung [captación de esencias]13 . En ninguno de los dos
casos Husserl supone una suerte de comercio íntimo y directo con las esencias (Wesenen). La Wesenchau
es la captación perceptiva de que una botella es, de hecho, una botella. La Wesenfassung es la captación del
invariante ‘botella’, que se obtiene por medio de un proceso de variación eidética. En ninguno de los dos
casos Husserl asume la existencia de eidos de forma independiente al sujeto cognoscente. Y así, el Husserl
maduro NO ES un realista platónico. Si el Husserl de las LU lo es o no, es un problema que excede los
límites de este trabajo14 . Sea como sea, Van Frassen sí está en lo correcto al señalar que pocos autores se
han ocupado como Husserl de describir como los eidos —sean lo que sean, i.e, tengan el tipo de existencia
o de modo-de-ser que tengan— ‘entran’ en nuestra experiencia.
Habiendo estudiado 1., nos queda por tratar 2. La estructura interna de la mathesis universalis no es
otra cosa que los tres niveles de la lógica estudiados varias páginas más arriba. La mathesis universalis tiene
como su meta ser una teoría de las múltiplicidades, y ya vimos en qué sentido la apofántica formal es una
especificación de la mathesis universalis. Así, este primer nivel, también llamado por Husserl el nivel de la
gramática lógica pura (Cfr. FTL, §12 ss.) funda un segundo nivel: el nivel de la lógica de la consecuencia o
lógica de la no-contradicción, que a su vez funda el tercer nivel: la lógica de la verdad.
La apofántica formal está caracterizada por el concepto ‘operación’ dice Husserl. Si bien previamente
comparamos este nivel con la comprensión de Aristóteles de la lógica como apofántica, tengamos en cuenta
que acá estamos ante una apofántica FORMAL. Esto señala en opinión de Husserl un logro fundamental de la
lógica, que es su independización de los lenguajes naturales y las gramáticas de los lenguajes naturales —lo
que acuerda gratamente con la idea de que este (y cada) nivel es una especificación de la idea de mathesis
universalis—. Es solo gracias a esta independización que la apofántica formal puede cumplir su vocación
meta-matemática, esto es, explicar/describir tanto el lenguaje matemático como las pruebas y el razonamiento
matemático. Lo importante entonces es destacar la fundamentalidad del concepto-operación, esto es, de las
operaciones que nos permiten construir y/o constituir fórmulas bien formadas, sea en el lenguaje que sea
(tanto natural como formal). La apofántica formal permite comprender en este primer nivel como llegamos
a múltiplicidades sintácticas a través de operaciones de formación aplicadas a símbolos.
12
While only the most extreme Platonist would appeal to Wesenschau, it must be admitted that Husserl correctly identifIed a task
which the mathematical realists have left woefully incomplete: to describe how these non concrete entities enter our experience.
13
Schutz usa expresiones a mí entender mucho más felices: se refiere a la Wesenshau como tipificación y a la Wesenfassung como
conceptualización. A las poco felices elecciones terminológicas de Husserl se les suma, para agregar obscuridad a la confusión,
las absolutamente poco felices decisiones de Gaos como traductor, porque técnicamente la intuición de esencias [Wesenshau]
no es un tipo de intuición en sentido técnico, esto es, un tipo de auto-dación como Selbstgegebenheit.
14
Si bien está es la posición más típica entre los interpretes.
13
Sobre dicho nivel se funda la lógica de la consecuencia15 que especifica aún más el concepto-operación
ahora como operaciones de transformación, i.e., como lo que normalmente entendemos como la derivación
de ciertas fórmulas lógicas de otras fórmulas lógicas. Por supuesto, una forma lógica en este sentido puede
estar expresada tanto en un lenguaje formal, como en un lenguaje natural.
Al fin, el último nivel en esta estructura jerárquica de la mathesis universalis es el nivel de la lógica de la
verdad, que especifica el concepto-operación como entailment o “consecuencia lógica”, como lo que a veces
se denomina “implicación en sentido fuerte” (consecuencia lógica-verdadera). Se trata, aquí, de diferenciar
entre “verdad” y “validez” o, como dice Husserl, de “investigar las leyes formales de las verdades posibles y
sus modalidades” (FTL, p. 55). Pero precisamente porque en este nivel alcanzamos el concepto de verdad,
Husserl se ocupará aquí de las diferentes formas de la evidencia [Evidenz] que remiten, como supuesto de la
verdad, al caracter de dación de toda objetividad. Como dice Husserl:
Claramente «evidencia» no es otra cosa que un nombre para el carácter de la dación16 . (FTL,
p. 155).
Cabe aclarar que aún cuando el nivel de la mathesis universalis como lógica de la verdad corresponde a
la perspectiva interpretada de las proposiciones formales, o a la teoría de modelos en el sentido matemático
contemporáneo, la noción de Evidenz es independiente de esta temática. Véase el apartado “Lógica de la
Verdad.” arriba para esto.
Las estructuras materiales de los campos sensibles dados en este nivel pre-atentivo o pre-egoíco
(Ur-Ichliche) son el resultado de síntesis asociativas que serán, además, síntesis pasivas. Se trata de
emparejamientos o parificaciones [Paarungen] entre datos sensibles o material hylético que se presentan
o como a) contrastes o como b) fusiones o mezclas [Verschmelzungen, Gemische]. En el campo óptico o
visual, por ejemplo, una mancha roja aparece en contraste con un fondo negro. A su vez, varias manchas
rojas se fusionan entre sí y, precisamente, en contraste con el fondo negro. Debe notarse que en ASPA
Husserl se acerca más que nunca a la comprensión gurwitscheana de la fenomenología, dado que estos dos
tipos de síntesis pasivas están curiosamente cercanos a ser una explicitación fenomenológica de las dos
clases de leyes gestálticas, esto es, a) leyes de figura-fondo, b) leyes de organización (de Gestalten).
Es de fundamental importancia comprender que lo que destaca, en el nivel de las síntesis asociativas no
son “individuos” o “configuraciones” en el sentido en que sí apareceran en los niveles más altos (y menos
originarios). Las síntesis asociativas ofrecen solo Ur-x, a saber: proto-estructuras como proto-individuos,
proto-configuraciones, proto-formas-lógicas, etc, que SÓLO SON OBJETIVADAS (técnicamente hablando)
en niveles superiores de la conciencia. Husserl considera que es posible aislar fenomenológicamente el estrato
de las síntesis pasivas y caracterizarlo a través de las estructurales legaleiformes de las síntesis asociativas
también llamadas (mejor) proto-síntesis o síntesis-originarias. Como en este nivel no hay tema propiamente
hablando, no hay atención, y no hay actividad egóica. Así pues, el ‘sujeto’ de las síntesis pasivas, el que las
lleva a cabo es un proto-ego o proto-yo distinguible del ego o yo-trascendental que aparece sólo cuando entra
en juego la atención como “volverse-hacia” (Zuwendung), nivel donde el sujeto ‘mira’ entre las afecciones
—ahora discernibles— en el nivel de la constitución pasiva.
• (Comentario Sesarego 1): podemos considerar a las síntesis pasivas o proto-síntesis como una
proto-lógica que fundamentan a las síntesis activas (categoriales) de la lógica. Así, la operación de
“poner-juntos” que es un tipo básico de síntesis pasiva es una proto-operación del proto-yo que le
permitirá, al yo, la ejecución de la operación sintático-categorial conjunción.
15
Husserl la llama la “matemática de los matemáticos”, FTL, pág. 139
16
Offenbar ist Evidenz nichts anderes als ein Name für den Charakter der Gegebenheit.
14
Metodológicamente hablando, este proto-nivel de la percepción sólo se alcanza abstrayendo toda
performance o logro (Leistung) objetivante. En efecto, el nivel de las síntesis pasivas debe definirse
como pre-objetivante o proto-objetivante17 y en el mismo no hay individuos técnicamente hablando,
sino proto-objetos que son proto-individuos. A partir de estas proto-objetividades resultado de la síntesis
pasivas de los datos sensibles o el material hylético inmanente; el yo, al volverse-hacia (Zuwendung) tales
proto-objetividades, constituye la objetividad propiamente dicha.
Recordémos que la abstracción es para Husserl uno de los métodos fundamental no sólo de la
fenomenología, sino de cualquier ciencia. Abstracción puede entenderse de dos maneras:
1. Como abstracción generalizante, que entrega eidos materiales (silla, rojo, proletario, etc.).
2. Como abstracción formalizante, que entrega eidos formales (si, no, entonces, propiedad, etc.).
Como Actitud (Einstellung) la abstracción se entiende como reducción. Por ejemplo, la reducción
típica de las ciencias positivas, que abstraen todos los predicados objetivos de los objetos con los que nos
enfrentamos en el Lebenswelt para reducirlos a meros objetos de la naturaleza. Como dice Husserl:
En la vida ordinaria [im gewöhnlichen Leben] no tenemos nada que ver con los objetos naturales
[Naturobjekten]. Lo que tomamos por objetos son fotografías, estatuas, jardines, casas, mesas,
ropas, herramientas, etc. Estos son objetos de valor [Wertobjekte] de varios tipos, objetos de
uso [Gebrauchsobjekte], objetos prácticos. No son objetos que puedan encontrarse en la ciencia
natural. [Es sind kein naturwissenschaftlichen Objekte]. (Husserl, Ideen II: §11, 27).
La Actitud [Einstellung] de las ciencias positivas implica abstraer una serie de rendimientos objetivantes,
a saber: todos los que tienen que ver con el valor [Wert], el uso [Gebrauch], la dimensión pragmática, ética,
estética, política, etc. Husserl cree que que es posible no sólo abstraer tales o cuales rendimientos objetivantes,
sino que es posible ABSTRAERLOS TODOS, es decir, abstraer la esfera completamente de la objetividad. Y
así, de la misma manera en que en las ciencias positivas lo que queda como resto es la esfera o región natural
(los objetos naturales); en la abstracción ‘total’ lo que queda como resto es un el proto-ser, o la dimensión o
región (de los proto-objetos) de las síntesis pasivas.
Esta “abstracción total” es, entonces, la ‘condición de posibilidad’ (metodológica) para el estudio de
las síntesis pasivas. O en otras palabras: el nivel más elemental de la percepción se alcanza mediante
la abstracción de todo rendimiento objetivante, y se presenta como la condición de posibilidad para los
mismos. Así, Husserl afirma (cfr. Hua XI, §32 y ss.) que todo lo que destaca posee una tendencia afectiva
hacia el ego, y de la misma manera, el ego posee una tendencia (instintiva) hacia todo lo que destaca, y
que puede presentarse como un impulso, una idea que surge repentinamente del trasfondo y ‘distrae’ a la
conciencia de su tema o proceso temático, etc. Solo para ejemplificar: imaginemos que, mientras estudiamos
concienzudamene el tomo x de Hua. aparece en el medio-ambiente [Umwelt] un delicioso olor a chocolate
… Para Husserl, ese aroma vuelve inmediatamente temático el chocolate (por la tendencia del ego de
volverse-hacia [Zuwendung] lo agradable), perdiénsose, consecuentemente, Hua x. y sus contenidos ideales
como tema.
En el nivel de las síntesis pasivas y sus proto-objetos, tales proto-objetos no están tipificados, i.e, no hay
una Wesenshau como momento consitutivo y rendimiento de una transferencia aperceptiva de sentidos. La
tipicidad de la percepción solo aparece en el nivel propiamente objetivante, donde aparece la ‘marca’ tanto
de la propia biografía del sujeto como de la historia cultural de su/s comunidad/es, que influencia y determina
involuntariamente la percepción del sujeto en la actitud directa, no-reflexiva.
Una consecuencia inmediata de estos análisis es que lo que destaca lo hace a partir de un trasfondo
u horizonte externo. De ese modo, lo que destaca no es un dato individual o una múltiplicidad de
datos-sensibles, sino más bien contrastes (cf. Hua XI, §29).
Una fenomenología completa del nivel de la constitución pasiva también tiene que tomar en consideración
las estructuras formales que pertenecen a la totalidad de los campos sensibles. En efecto, debe incluir
investigaciones concernientes a la naturaleza temporal y espacial de tales estructuras. Estos diversos análisis
se unifican en la teoría de las kinestecias (Cfr. EuU, §19, y Hua XI, suplemento XXV). Aquí se considera
que movimientos corporales acompañan todo curso perceptivo, ya sea a través del movimiento del cuerpo
como un todo, o de algunas de sus partes, digamos, movimientos de los ojos, las manos, la nariz (snif, snif),
etc. Es en este sentido preciso que todo nivel superior de performance (Leistung) intencional está fundado
en las kinestecias.
17
Que no es lo mismo, aclarar en referencia a Bernau.
15
El resultado más importante (opinión personal) de la fenomenología consiste en el descubrimiento de la
contextualidad de todo acto. En relación a la percepción, el principio de contextualidad tiene al menos dos
dimensiones:
1. Como una relación-forma múltiple entre el objeto perceptivo temático y otros objetos dados junto con
el objeto-perceptivo-tema en los campos sensibles.
2. Como una relación entre la aparición perspectivista del objeto y el curso completo de la percepción,
curso que es el contexto en el cual toda aparición unilateral encuentra su sentido.
Se trata de la relación: 1. del tema con su horizonte externo y 2. del tema con su horizonte interno
[Cfr. EuU, §8]. Para 2., Gurwitsch acuño la expresión “sense-conformity” [conformidad-de-sentido] como
término que expresa la relación entre la aparición unilateral actual y el resto de las apariciones unilaterales
posibles y/o pasadas, siendo el principio de la buena continuidad de Wertheimer un caso especial de la
sense-conformity [Cfr. GW, II, p. 436]. El principio de la contextualidad no sólo tiene correlatos en las
leyes gestálticas, sino en un volúmen creciente de investigaciones neuro-científicas que niegan la “hipótesis
un-area-una-función”:
Already the responses of retinal ganglion cells and certainly of striate cortex cells, is determined
not only by the specific stimulus that appears in the center of the cell’s receptive field, but, as just
shown, on what other stimuli appear in the surrounding parts of the visual field and on what the
state is of the system. According to these new views, then, most neurons in the visual system
are not dedicated to the analysis of a singular, highly specific basic feature of the visual scene.
(Schiller, 1996, “On the specificity of neurons and visual areas”. Behavioural Brain Research;
p. 28-29)18 .
La contextualidad tambien se presenta como las determinaciones esenciales de la percepción actual por
la retensión (recuerdo pre-explícito) y la protensión (expectativa pre-explícita) [Cfr, Hua XI, §§36-41 y todo
Hua X]. En otras palabras, la percepción del objeto en el campo visual desde una perspectiva determinada
está determinada por lo visto inmediatamente antes y lo que se ‘espera’ que siga inmediatamente en el curso
perceptivo. Así pues, toda vivencia perceptiva contiene más de lo que la actualidad hylética permite per se,
dado que estas referencias (al pasado y futuro vivientes) co-determinan el significado del momento actual
del curso perceptivo.
[…] la más simple de las certezas es la creencia en su forma original y que todos los otros
fenómenos, como la negación, la conciencia de la posibilidad, la restauración de la certeza por
una afirmación o una negación, resultan solo de la modalización de esta forma primaria y no se
yuxtaponen, dado que no están en el mismo nivel. [EuU, p. 100-1].
En efecto, las tres formas posibles de dación o Evidenz de los juicios que estudiamos previamente [FTL
§§12-22], esto es:
18
Esto equivaldría a una confirmación empírica de la incorrección de la hipótesis de constancia.
19
”Das Wahrnehmen ist, noetisch gesprochen, ein Gemisch von wirklicher Darstellung, die das Dargestellte in der Weise originaler
Darstellung anschaulich macht, und leerem Indizieren, das auf mogliche neue Wahrnehmungen verweist.
20
Cfr. el apartado “Lógica de la Verdad.” donde nos referimos a la claridad de la anticipación.
16
1. La confusión [Verworrenheit].
2. La distinción [Deutlichkeit].
3. La claridad [Klarheit].
Son formas o modos de dación que tienen su condición en la certeza de la expectativa primaria o de la
Vorerwartungsgewißheit, al ser modalizaciones de ella. En el caso de la decepción —la experiencia vivida
de una ruptura limpia en el curso de la percepción— nos encontramos con la proto-negación; que será el
fundamento perceptivo de la negación lógica. El ejemplo que Husserl da para esto es el de una expectativa
en el nivel de las síntesis pasivas de de una esfera que aparece inicialmente como roja y uniforme pero que
prueba ser, del otro lado, verde y aboyada.
El análisis de Husserl de la negación es de hecho bastante más complejo, pero espero, con esto, haber
esbozado un ejemplo lo suficientemente intuitivo acerca de las relaciones de la percepción y la lógica.
Solo para mostrar rapidamente la unificación de diferentes esferas de problemáticas que permite
la fenomenología, permitaseme, para finalizar, ocuparme de la conexión de estas temáticas con ciertos
fenómenos afectivos. Dado que la percepción siempre está conectada con movimientos corporales, la
decepción de la certeza de la pre-expectativa [Vorerwartungsgewißheit] suele estar combinada con afectos
como el miedo, la decepción emocional y/o la experiencia de inseguridad física. A su vez, tales experiencias
pueden manifestarse retensionalmente, y así manifestarse como un patrón típico de movimientos corporales
(un estilo inseguro de moverse diría quizá Merleau-Ponty)21 . Por supuesto, esto no es necesario. Los peores
casos —como proto-instituciones [Ur-Stiffungen] de un “patrón típico de inseguridad kinestécica”— son
aquellos en los que la decepción no es una “ruptura limpia”, sino el resultado de un proceso de acumulación
de confirmaciones y decepciones parciales. Cuando de hecho lo que se vivencia sí es una “ruptura limpia”
de la Vorerwartungsgewißheit, podemos asistir a la emergencia de la proto-conjunción, esto es: la esfera
es roja “y” verde.
Estudiamos, así, la emergencia en las síntesis pasivas —como el nivel más elemental de la percepción—
de proto-formas-lógicas que se corresponden, luego, tanto con conectivas típicas de la lógica proposicional
como de operadores típicos de la lógica modal.
21
¡Nada mejor que entrenar la seguridad kinestécica para ser un buen lógico!
17