Pedagogia y Didactica Ortega Lopez y Tamayo
Pedagogia y Didactica Ortega Lopez y Tamayo
Pedagogia y Didactica Ortega Lopez y Tamayo
didáctica:
Desde una
perspectiva crítica
Autores:
1
Dedicatoria
Queremos dedicar este libro en primera instancia, a todos y todas las maestras que han dado
su vida por la transformación de la educación, la escuela y la sociedad.
Pero además, es un compromiso de vida dedicar este libro a los maestros y maestras de a pie,
quienes en sus cotidianidades construyen una educación y una escuela distinta. Hacen
rupturas con las políticas educativas y posibilitan transformaciones organizativas, comunitarias
y populares en sus territorios de actuación.
Agradecimientos profundos a nuestros colegas, con los que compartimos angustias, sueños y
construcciones colectivas. A nuestros queridos maestros, los propios, los que nos enseñaron a
pensar que otro mundo es posible, que los seres humanos somos el asunto fundamental de la
educación y que la vida vale la pena ser vivida en este camino por la transformación de las
condiciones de injusticia.
2
Presentación de los autores:
Investigadora del Grupo: Educación y Cultura Política en las líneas: Pedagogía crítica,
pedagogía y memoria, educación popular.
Formadora de maestros.
Email: [email protected]
3
Coordinadora de proyectos de extensión de la Universidad Pedagógica Nacional y la Secretaría
de Educación de Bogotá.
Email: [email protected]
4
Pedagogía y didáctica:
Desde una perspectiva crítica
CONTENIDO
Presentación
CAPÍTULO UNO
Relación sujeto-objeto
Algunas conclusiones
CAPITULO DOS
5
CAPÍTULO TRES
Justificación de la didáctica
Clases de didáctica
Tendencias didácticas
Pedagogía y didáctica
Bibliografia
6
Presentación
Este libro: Pedagogía y Didáctica: Desde una perspectiva crítica, se inscribe en las
pretensiones de la teoría crítica, que busca aportar conceptos y métodos para
comprender la sociedad contemporánea empleando las contribuciones renovadas de
la Escuela de Franckfourt, en el sentido de: i) recuperar los fundamentos del Marxismo
a partir de la visión dialéctica del mundo y de la dinámica relación entre teoría y
práctica, ii) articular los avances del debate sobre el marxismo contemporáneo para
reactualizar el materialismo histórico, iii) denunciar el positivismo como una nueva
ideología que legitima las pretensiones del capitalismo para reducir la ciencia y sus
métodos al enfoque empírico-analítico inscrito en una lógica instrumental que niega
otras posibilidades desde el arte, el psicoanálisis y la cultura para entender la sociedad,
más allá de la predicción y el control, iv) reconstruir el materialismo histórico como
base para la investigación social a partir del mundo de la vida y de las interacciones
entre los sujetos históricamente situados, y v) develar el sesgo ideológico hegemónico
y alienante que pretende legitimar una única forma de organización social en el
liberalismo económico.
7
Escribir este libro nos ha significado renovar nuestras complicidades políticas y
pedagógicas, poner en diálogo consideraciones teóricas sobre la pedagogía, la
didáctica y los soportes epistemológicos que la fundamentan. Pero sobre todo,
compartir la preocupación que nos asiste al pensar el lugar del maestro desde sus
trayectorias existenciales, vinculares y políticas en los múltiples espacios en los que
actúa. Preocupación que tiene como asidero la incorporación de discursos y
dispositivos que los asumen y les prescriben funciones de carácter técnico-
instrumental. Discursos instalados en los programas de formación de maestros
diseñados y administrados en los centros de investigación, en las instituciones del
Estado formuladoras de políticas, en las organizaciones no gubernamentales; etc. Estos
programas orientados- muchas veces- por intelectuales o funcionarios académicos –
administrativos, sitúan a los maestros en unas racionalidades de eficiencia, eficacia, y
emprendimientos, las cuales reducen todo proceso formativo a una maquinaria de
supervisión, entrenamiento, organización, pruebas, exámenes, etc.
Esta situación aunada a las condiciones cada vez mayores de precarización laboral y
desvalorización social, nos convoca a pensarnos en colectivo desde nuestras
actuaciones para agenciar condiciones de posibilidad que permitan, entre un nosotros
dialogante y solidario, reafirmar la dignidad de nuestro trabajo, restituir derechos
laborales y sindicales, potenciar las prácticas pedagógicas, dinamizar la constitución de
vínculos y re elaborar los efectos políticos y psicosociales en las subjetividades de
nuevas generaciones de jóvenes maestros que luchan por sobrevivir, en medio de la
desconfianza, la desvergüenza y el miedo que nombran esta época y caracterizan
nuestros contextos.
8
En esta búsqueda nos acompañan autores latinoamericanos (Paulo Freire), españoles
(Martín Rodríguez Rojo; Fernando Bárcena, Joan Carles Mélich, Gimeno Sacristán),
anglosajones (Henry Giroux, Wilfred Carr, Peter McLaren, Stephen Kemis) y
colombianos (Orlando Fals Borda, Marco Raúl Mejía, Alfonso Torres, Alfredo Ghiso,
Lola Cendales). Cada uno nos ha aportado perspectivas y categorías analíticas para
pensar esta relación tan necesaria y vital en los trabajos pedagógicos.
9
finalmente se sugiere algunos desafíos que enfrenta la pedagogía crítica en la escuela,
posicionando al maestro desde sus múltiples lugares de actuación.
Finalmente, este libro es una ventana para mirar una pedagogía de la esperanza que
nos permita soñar y recrearnos en un porvenir que articula herencia y proyecto, pues
como lo diría Joan Carles Mélich “herencia y proyecto, eso somos.”
Piedad Ortega
Diana López
Alfonso Tamayo
10
Sube a nacer conmigo, hermano.
Pablo Neruda
11
CAPÍTULO UNO
Presentación
1
En el sentido de realizar reflexiones acerca de la realidad sin desprenderse de ella, por el contrario, con
el propósito de transformarla. En el pensamiento crítico se resalta la intersubjetividad frente a los
procesos de subjetividad monolítica, una racionalización de lo racionalizado, ya que pone en cuestión la
racionalidad medio-fin y entiende la crítica como un proceso que se reconstituye como crítica política y
del poder (a propósito ver: www.pensamientocritico.info/articulos ), para lo que nos compete, el
pensamiento crítico en el que se enmarcan nuestros tres autores tiene la particularidad de reconocer las
condiciones de opresión, discriminación y desigualdad social que hacen indispensable la reflexión
teórica y a su vez la transformación de la realidad a través de la praxis entendida como acción para la
emancipación.
2
Entiéndase la pedagogía critica como la que reconoce en el pensamiento crítico, la posibilidad de
encontrar elementos liberadores en los procesos de formación que se dan en la realidad, esto se hace
cada vez más evidente en las producciones de Peter McLaren para quien los estudios culturales,
decoloniales son de gran importancia para el análisis de la educación en el marco de la globalización.
12
elementos comunes en el plano específico del conocimiento que aporten al campo de
las pedagogías críticas.
Se ha decidido indagar en las teorías del pedagogo Paulo Freire por ser considerado,
no sólo el inspirador de la Educación Popular, el creador de una corriente pedagógica
en América Latina, sino también el propiciador de las Pedagogías Críticas anglosajonas
y una corriente pedagógica mundial que recoge su legado con la intención de pensar y
rehacer la educación en pro de los procesos de emancipación. Su legado sigue siendo
inagotable en este sentido de aportar a la reflexión pedagógica. Peter McLaren es uno
de los fundadores de la Pedagogía Crítica anglosajona y junto con Henry Giroux,
Michelle Apple y otros3, ha venido desarrollando un planteamiento propio aportando a
la reflexión, discusión y re-creación de esta concepción pedagógica.
3
Hacemos referencia de Gore, Jennifer (1996). “Controversias entre las pedagogías”, Popkewitz,
Thomas (2000) “Sociología política de las reformas educativas”.
4
Entre sus publicaciones vale la pena resaltar para este tema: FALS BORDA, O. (1984) El Problema de
cómo investigar la realidad para Transformarla por la Praxis. Bogotá: Tercer Mundo. FALS BORDA, O.
(1986) Conocimiento y poder popular: Lecciones con campesinos de Nicaragua, Colombia y México. Bogotá.
FALS BORDA, O. y MD. ANISUR: (1991). Acción y conocimiento: Rompiendo el monopolio con la IAP. Bogotá:
Rahman (eds.). FALS BORDA, O. (2009) Una sociología sentipensante para América Latina. Antología y
presentación de Víctor Manuel Moncayo. Colombia: Siglo del Hombre Editores.
13
pensamiento crítico latinoamericano y de la pedagogía comprometida con la
transformación social” argumento sugerido por Torres5
5
Maestro e investigador en el campo de la educación popular. Autor del libro “La educación popular:
trayectoria y actualidad” segunda edición (2012). En su artículo inédito Orlando Fals Borda y la
Pedagogía de la Praxis. Pág. 1
14
darles una fundamentación que permita la incorporación de nuevos métodos y
consecuentemente resultados que tendrán, dependiendo de la concepción, niveles de
validez. En la ciencia, la epistemología se convierte en un estudio del método de
indagación y validación del conocimiento donde también se establecerán distintos
caminos y escuelas en busca de lo que Kuhn ha denominado paradigmas6.
6
. Al respecto ver: Thomas Kuhn “la estructura de las revoluciones científicas” (1971) Ed. FCE. México.
15
A propósito de este tema, se reconoce el trabajo realizado por Mario Díaz (1993), en
relación con los modelos pedagógicos en donde se inscriben las distintas corrientes de
pensamiento pedagógico a través de la historia. De acuerdo con sus análisis podemos
ubicar a las Pedagogías Críticas en el modelo socio crítico que reconoce la importancia
de las relaciones horizontales maestro-estudiante, privilegia las condiciones de
equidad de los sujetos que intervienen en el proceso y asume el conocimiento como
una construcción; sin embargo, no ha de considerarse una corriente dentro del modelo
constructivista porque sus finalidades tienen que ver más con las formas de concreción
del conocimiento en niveles de concienciación de los sujetos y las acciones que se
desencadenan en búsqueda de la transformación de la realidad en contextos
particulares.
Las pedagogías críticas, han sido definidas como pedagogías de la praxis, en el sentido
en que la pedagogía es considerada una acción transformadora de la realidad. Son
16
críticas porque responden a los contextos sociales donde están inmersos los sujetos e
intentan reconocer y transformar las condiciones de desigualdad generadas por el
sistema social, político y económico que está vigente, para cambiarlas de manera
radical.
Las pedagogías criticas encuentran el inicio de una relación directa entre pedagogía y
teoría crítica, que se manifiesta en las reflexiones realizadas por Freire en relación con
la praxis como acción política emancipadora y quien logró articular los propósitos
pedagógicos con los fines ético-políticos de transformación de la realidad de los
oprimidos, en una preocupación por la emancipación de los humanos y de la liberación
de los sujetos particulares también.
Otra categoría central será la de crítica, entendida ésta como una acción liberadora,
que permite leer la realidad de una manera distinta y a su vez nos permite transformar
y transformarnos al ser criticados. “Es preciso aceptar la crítica seria, fundada, que
recibimos, por un lado, como esencial para el avance de la práctica y de la reflexión
teórica, y por otro, para el crecimiento personal del sujeto criticado.” (Freire: 2001: 66)
En este sentido vemos cómo su invitación es potente hacia el ejercicio de la crítica para
transformar la práctica. También se puede reconocer cómo la praxis pedagógica de
Paulo Freire define cinco características de una Pedagogía Crítica:
17
mundo a través de un proceso transformador y liberador de las condiciones
opresoras.
La dialógica, en el sentido de entender el diálogo como actividad fundamental
para el ejercicio democrático en todos los lugares de participación de los seres
humanos.
La política, como parte inherente de la labor educativa. La educación no puede
ser abordada como un problema técnico, puesto que es allí donde se desarrolla
la concienciación crítica de las condiciones sociales, económicas, políticas y
culturales en las que viven las sociedades.
La epistemológica, que asume la formación de sujetos críticos y
auténticamente autónomos que entienden a la política y la educación como un
acto de conocimiento.
La metodológica, en esta dimensión, es necesario comprender que abordar la
educación como un acto de conocimiento es aprender a construir, de-construir
y reconstruir los métodos, las estrategias de enseñanza-aprendizaje y las
formas con las que se trabaja en la cotidianidad pedagógica.
18
La educación debe propiciar reflexiones colectivas sobre la realidad del mundo para
transformarlo a partir de las relaciones de solidaridad que allí se establecen, a
propósito afirma McLaren: La praxis a la que me referiré a lo largo de este libro es una
praxis vivida en solidaridad con todas las víctimas que luchan por superar su
sufrimiento y su alienación” (1997, p. 42). La educación entonces, no sólo será vista
como un ente reproductor de la hegemonía, sino como una posibilidad de romper el
sufrimiento, de alimentar la esperanza y de construir a partir de la praxis pedagógica.
Las pedagogías críticas se enmarcan dentro de la filosofía de la praxis, por ser una
filosofía con pretensiones transformadoras, emancipadoras de la humanidad. Esto
quiere decir que las pedagogías críticas reconocen el ejercicio político en pedagogía
como una necesidad para la liberación de los sujetos oprimidos, alienados y en
condiciones de desigualdad social, racial, de género y étnica. Giroux, y McLaren indican
que la pedagogía crítica “ es una filosofía de la praxis comprometida en un diálogo
abierto en competencia con concepciones de cómo vivir significativamente en un
mundo confrontado por la pena, el sufrimiento y la injusticia” (1998, p. 225).
Relación sujeto-objeto
a. La Dialéctica
7
Diccionario Filosófico. Editorial Nika-2006, pp. 330-331.
21
El movimiento contrario de las relaciones sociales, definidas a partir de la
relación y consecuente dominación de los medios de producción es la dialéctica.
Es ella la que define los momentos del proceso, tanto de alienación, como de
liberación.
8
Sobre todo en sus escritos finales sobre la crisis de las ciencias europeas donde parece superar la
noción de una fenomenología encerrada en su propia conciencia y dedicada a la búsqueda de la esencia
del conocimiento.
22
comunicativa) este último considerado también dentro de las reflexiones de los
pedagogos críticos, en especial de Freire y más profundamente McLaren, en especial
cuando define al sujeto como ser de experiencia y lenguaje, otorgándole al diálogo una
importancia central en la construcción de conocimiento.
Es importante hacer énfasis en que los procesos de conocimiento que sugieren las
diversas corrientes del criticismo, apuntan a reconocerlo como una inter-relación
sujeto-sujeto, sujeto-objeto, o consciencia-conciencia, consciencia-objeto en el devenir
continúo del mundo. El conocimiento no está ni en el sujeto, ni el objeto, de tal
manera que ni el uno ni el otro asume la categoría de cognoscente y conocido. Esta
relación se va dando de manera dialéctica, de tal suerte que tanto sujeto como objeto
van siendo transformados en esta relación: Es allí donde se gesta el conocimiento que
luego se convertirá en teoría-práctica hacia la acción.
23
c. ¿Cómo se constituye la intersubjetividad en las pedagogías críticas?
Convergencias
Tanto Fals Borda como Freire y McLaren coinciden en identificar las formas de
producción de conocimiento como supeditado a las condiciones de desigualdad
generadas por el capitalismo y al servicio del mismo para mantener dichas
desigualdades. Afirma Giroux y McLaren que “Existe aún la fe ciega en el conocimiento
objetivo, que de alguna manera persiste el bloqueo por el poder del desconocimiento
para proponer alguna alternativa moral y para sumir compromisos valiosos” (1998, p.
236)
24
una ruptura, no sólo entre el sujeto y el objeto, sino del proceso mismo de
conocimiento que se logra en dicha relación. Por esta razón los autores en mención
han definido como una necesidad sine qua non el establecimiento de una relación en
movimiento del sujeto y el objeto, del sujeto con el sujeto.
Freire, McLaren y Fals Borda, coinciden en que la inversión hecha en esta concepción,
hizo que sus relaciones pedagógicas y de investigación se transformaran y a la vez
lograran transformar todo lo que se involucró en ellas: tanto los sujetos como los
objetos; en el caso de las comunidades educativas o en formación, de todos los
25
sujetos y su constructos de conocimiento. Pero, ¿qué es lo que se transforma? y ¿para
qué?
Al respecto McLaren insiste en que las relaciones en el aula de clase, entre estudiantes
y maestros y estos con el conocimiento deben ser dialécticas a la manera como lo
expresan Hegel y Marx, en la perspectiva de reconocer, primero la relación entre el
26
conocimiento y el poder, y segundo, construir nuevas formas de conocimiento que den
a los sujetos posibilidades de transformación de sus condiciones y realidad. En esta
perspectiva McLaren evoca la necesidad de que el maestro se transforme, reconozca
sus posibilidades de ser formado y se ubique de manera consciente en el plano de la
formación, no como un ente pasivo, sino como un ser comprometido con el otro y a su
vez susceptible de ser transformado. En este sentido, la enseñanza en el salón de
clases puede ser un enfoque dialéctico hacia el conocimiento. Los comentarios de
Dunayevskaya ayudan a recalcar dicho enfoque cuando escribe lo siguiente:
Es importante señalar que los tres autores no escogen esta relación dialéctica como
una suerte más de distinción en la forma de producir conocimiento, es más bien una
necesidad frente al reconocimiento de un contexto de desigualdad, opresión,
dominación, que reconocen en estos contextos sociales y educativos. Un sujeto pasivo,
que desconoce su realidad, que actúa de manera acorde a lo dispuesto por el orden
imperante, pone en evidencia procesos de alienación de los sujetos en tanto
27
desconocen las condiciones materiales e intelectuales en las que han sido sometidos.
En ese sentido, la dialéctica en la intersubjetividad funciona como un elemento
liberador y transformador, ya que ubica al sujeto en el centro mismo de su propia
reflexión y le permite ubicar a los demás sujetos en su condición para comprender y
actuar frente a esa situación de opresión.
Pero ello sólo es posible en el reconocimiento de las condiciones que impiden al sujeto
reconocer su condición de oprimido, excluido, convertido en objeto. En ese sentido, la
labor pedagógica del maestro debe llevar a los estudiantes o, en el caso de la
investigación como proceso pedagógico, debe reconocer a los investigados como
28
sujetos que hacen parte de su propia indagación. Esa afirmación de los sujetos es lo
que posibilita la intersubjetividad y por ende el conocimiento.
A propósito de esta concepción, es importante señalar los análisis realizados por los
dos autores desde la perspectiva hegeliana, en particular desde la elaboración que
realiza el filósofo a partir de la relación Señor-siervo que aparece en el primer capítulo
de la fenomenología del espíritu” (Hegel,1993) y que posteriormente es desarrollada
por Marx para explicar las condiciones de dominación y la necesidad de la doble
negación, en el sentido en que el sujeto ha sido negado como objeto, por ello se hace
necesaria otra negación que realiza el sujeto objetivado para que se afirme de nuevo
como sujeto. Este proceso se da por medio de procesos de concientización del sujeto,
del reconocimiento de su condición y de la posibilidad de transformación de la misma
a partir de la dialéctica.
29
que intervienen en ella. Freire (1980) lo confirma con el siguiente planteamiento:
“educadores y educandos, liderazgo y masas, co-intencionados hacia la realidad, se
encuentran en una tarea en que ambos son sujetos en el acto, no sólo de descubrirla y
así conocerla críticamente, sino también en el acto de recrear este conocimiento”(1980,
p. 46).
30
activos y críticos que trabajan en colaboración para construir histórica y políticamente
análisis a las prácticas de las sociedades existentes para transformarlas” (1997, p. 332).
La Dialógica
31
acción en el trabajo de investigación en Fals Borda como él mismo lo afirma: para el
efecto se pueden adoptar técnicas dialógicas que rompan el esquema asimétrico del
objeto y sujeto de la investigación y de la acción, y en su libro sobre investigación
participativa menciona a propósito de la transformación de la relación sujeto-objeto:
Heinz Mose y sus compañeros sostienen que en la IAP hay por lo menos dos
elementos novedosos que retan el paradigma dominante en las ciencias sociales.
Primero el replanteamiento de la relación sujeto-objeto. Ellos dicen que esto
tienen una gran trascendencia e implicaciones filosóficas importantes en el
sentido de que expresa no solamente una diferenciación entre el sujeto-objeto
(En las ciencias sociales, entre entrevistador y entrevistado) sino que además,
transcendiendo esa relación, satura todo tipo de relación social en una formación
social determinada. (…) En otras palabras, una sociedad simétrica, mucho más
igualitaria, mucho más democrática y participante. Como se ve, se trata de un
nuevo tipo de sociedad a través del rompimiento de esta relación que se opera no
sólo a nivel científico sino a todo nivel: en el campo doméstico (el machismo en la
relación hombre-mujer = sujeto –objeto); en el campo de la educación,
transformando la relación profesor- alumno, como Paulo Freire y sus compañeros
lo han formulado (Fals y Rodríguez, 1987, pp. 18-19).
De acuerdo con esto, hemos visto cómo cambia la relación sujeto-objeto hacia una
relación de intersubjetividad donde los sujetos se reconocen, toman conciencia de sí y
de los otros, participan de la producción de conocimiento y reconocen las
posibilidades de transformación de la realidad.
32
Diferencias
La noción de sujeto ha sido reflexionada por los tres autores, reconociendo incluso la
importancia de superar la concepción del sujeto solipsista cartesiano, ya que ésta no
reconoce la necesidad de interacción con otros sujetos ni con el mundo en la
producción de conocimiento. Aísla al sujeto de manera que no reconoce el entramado
del mundo ni a los otros en una perspectiva de interacción como lo hemos expuesto;
mucho menos de transformación del mundo.
Por su parte Fals Borda ha de reconocer al sujeto desde una concepción más compleja
que el desarrollo de un sujeto cartesiano, individualizado, en el caso de Fals Borda, no
es posible asumir al sujeto sin los demás y sin el mundo, en ese sentido podemos
afirmar que el sujeto es en tanto es con otros y todos sus procesos en el mundo son
colectivizados, por ello el conocimiento es colectivo y no puede ser de otra manera, lo
que hace que dicha concepción no se desprenda de la perspectiva marxista de sujeto
histórico.
34
objeto es el agente conocido. Precisamente, las Pedagogías Críticas asumen la relación
con el conocimiento como intersubjetiva, en tanto que la relación del hombre con la
naturaleza o del hombre con el hombre es una relación dialéctica, que transforma
cada uno de los agentes del proceso de conocimiento, en ese sentido, los hombres no
aprenden solos sino en comunión, como lo expresara Freire. Esta afirmación de la
intersubjetividad como una relación de búsqueda y producción de conocimiento,
deviene de los planteamientos epistemológicos de Hegel que posteriormente
desarrolla Marx. ¿Pero porqué se afirma que esta es una categoría asumida por los
autores desde la concepción marxiana y no desde la concepción hegeliana? Porque
esta intersubjetividad dialéctica no llega al conocimiento de lo absoluto como lo
planteara Hegel, sino que transciende en la perspectiva de la transformación de los
sujetos, sus realidades, el mundo.
Las búsquedas en relación a las preguntas: ¿Qué es lo que conocemos?, ¿qué es lo que
habitamos?, la pregunta por el mundo, lo que hay entre nosotros, dónde habitamos y
qué es lo que hace posible las distinciones en el rango de una vida humana, hasta la
pregunta por el ser y miles derivaciones más de estos problemas, tienen que ver
directamente con el asunto de la realidad.
35
ser conocida o no, si está por fuera del ser o no, incluso si puede considerarse como un
problema que debe ser trabajado, así que encontramos variantes diversas del asunto
en cuestión. Vargas, plantea que “En términos de Aristóteles, por realidad puede
entenderse a todo lo que ha sufrido un proceso (enteléquico) que determina su estado
actual, es decir, lo que ha sufrido un proceso mediante el cual ha llegado a ser” (2006,
p.12).
Entre otros conceptos podemos encontrar el de Descartes que afirma que existe no
una sino tres realidades: res cogitans, res infinita y res extensa, éstas se presentan en
la mente humana en el orden señalado como Dios, yo y el mundo, pero atendiendo al
orden lógico de lo más simple a lo más complejo, se estudiará primero el mundo, luego
al yo y por último a Dios y haciendo un recorrido minucioso en el orden descrito es
como Descartes estructura su método. En Kant la realidad es realidad empírica que se
manifiesta como categoría de la cualidad, dando a la realidad un sentido
fenomenológico dado que la cosa en sí es algo que no se puede conocer
completamente sino sólo lo que de ella se presenta.
36
puede ser demostrada racionalmente sin acudir a la creencia. Gabriel describe esta
tensión con este planteamiento:
Esta realidad material se antepone a la realidad construida producto de las ideas, pues
dicha realidad material no se constituye a partir de un solo hombre, de las ideas
aisladas o solipsistas, tampoco viene dada por una entidad divina que la revela como
mundo. En ese sentido, Marx cuestiona a la ciencia que define la realidad desde una
perspectiva idealista y hace énfasis en la vida real concreta material que debe ser
transformada.
37
Realidad concreta
El todo representa la unidad que es superior a sus partes. “Lo concreto es concreto
porque es la síntesis de lo múltiple, es decir, unidad de lo diverso” (Marx, 2009, p. 51).
Esta relación del todo con las partes ha sido tema central en la teoría del conocimiento
desde Platón hasta nuestros días. En ella subyace la idea de que para conocer es
indispensable tener en cuenta la imposibilidad de reducir las propiedades del todo a la
de sus partes y anular la diferencia cualitativa entre uno y otra. El concreto pensado es
una categoría marxista que evidencia la relación universal de los fenómenos, es decir,
la relación entre los diversos objetos y su conexión. Esta conexión posee el carácter de
un todo, una totalidad, y respecto de ellas los objetos aparecen como sus partes.
La realidad es dialéctica y se encuentra estructurada, de allí que el conocimiento
concreto de la realidad, que procede del todo a las partes y de las partes al todo; del
fenómeno a la esencia y de la esencia al fenómeno; de la totalidad a las
contradicciones y de las contradicciones a la totalidad sea reconocido como un
proceso: Allí la correlación en el que los conceptos interactúan recíprocamente es
donde justamente se alcanza la concreción.
Se hace evidente que el objeto toma su objetividad del sujeto. “Lo real”,
poseído efectivamente por la conciencia en el incesante flujo de
sensaciones y percepciones, es un universal que no puede ser reducido a
elementos objetivos en los que no esté implicado el sujeto (…)En otras
palabras, el objeto real está constituido por la actividad (intelectual) del
sujeto: de algún modo “pertenece” esencialmente al sujeto. El sujeto
38
descubre que es él mismo lo que está “tras” de los objetos, que el mundo
se hace real sólo mediante el poder de comprensión de la conciencia.
(1994, pp. 97-98).
Mientras que para el idealismo el ser humano es una esencia, para Marx y los
materialistas, el ser humano está siempre condicionado históricamente por las
relaciones con los demás seres humanos y con la naturaleza, debido a las exigencias de
la producción, en ese sentido, su naturaleza se define por las condiciones de la
sociedad en la que se desarrolla su existencia.
39
Por su parte la escuela de Frankfurt rompió la idea clásica de interpretación de la vida
humana desde las apariencias o las ideas preconcebidas, para reflexionar la realidad
desde la perspectiva crítica, materialista. A propósito de los aportes realizados por la
Escuela en este sentido, afirma Giroux:
Convergencias
De esta manera la realidad ha de ser comprendida para ser transformada, porque ella
no es por fuera de los humanos y los sujetos no están distantes de ella, la realidad
condiciona la construcción de subjetividades y las interrelaciones que se dan en ella y a
partir de la misma en una relación permanente de cambio.
Esta realidad en la que están inmersos los seres humanos (en especial los explotados,
los marginados) es concebida como una realidad alienante, que domina y oprime a los
hombres, es la realidad social, económica, histórica la que no permite la realización de
40
una vida plenamente humana y en ese sentido es necesario transformarla por medio
de la praxis, argumento sostenido por Freire, para quien:
La realidad social, objetiva, que no existe por casualidad sino como el producto de
la acción de los hombres, tampoco se transforma por casualidad. Si los hombres
son los productores de esta realidad y si ésta, en la “inversión de la praxis”, se
vuelve sobre ellos y los condiciona, transformar la realidad opresora es tarea
histórica, es la tarea de los hombres (1980, p.28).
Tanto en Freire como en Fals Borda, se reconoce la idea compartida de que además de
las relaciones intersubjetivas, lo que se debe cambiar es la realidad concreta. Pero ello
es posible tan sólo en el reconocimiento de esa realidad, su posible transformación
está mediada, en el proceso de formación, por un proceso pedagógico donde el
docente y el dicente, el investigador y el investigado, se relacionan en la búsqueda de
dichas transformaciones que sólo son posibles a partir de la elevación de la conciencia.
Fals Borda expresó que:
41
La realidad objetiva aparecía como “cosas en sí” que se movían en la dimensión
espacio-tiempo y que venían de un pasado histórico condicionante. Se convertían
en “cosas para nosotros” al llegar al nivel del entendimiento de los grupos
concretos, tales como los de la base en las regiones. (…) Esta transformación de
“cosas en sí” en “cosas para nosotros”, según Lenin (1994) es precisamente el
conocimiento. El nivel de conocimiento de la realidad objetiva en las regiones
donde se trabajó subió algo, gracias a esta transformación (1988, p. 17).
42
los hombres se liberan en comunión. Nadie educa a nadie, nadie se educa a sí mismo,
los hombres se educan entre sí mediatizados por el mundo” (p.25).
En este caso, tanto Freire como McLaren y Fals Borda coinciden en la necesidad de
construir una pedagogía que posibilite a los sujetos la elevación de su conciencia en el
entramado de mundo y a partir de allí reconozcan y transformen las condiciones de la
realidad concreta que no les permite ser libres. Es por esto que el conocimiento
aparece en estos autores, no como un elemento que surge de manera espontánea o
que se da y recibe como una mercancía. El conocimiento es, en últimas, resultado del
proceso de transformación de la realidad misma, en ese sentido no se acumula, no se
vende, no se reproduce, se produce, se construye y constituye en la medida en que
tiene sentido para los sujetos en sus relaciones y con el mundo. Así lo plantean Giroux
y McLaren: “El conocimiento es una construcción social, no algo oculto que está por
descubrirse en los pliegues del mundo empírico, o algo que esté esperando a ser
descubierto” (1998, p.228).
A partir de allí, se hace énfasis en que la teoría, como mera contemplación, no puede
contener los elementos exclusivos del conocimiento, dado que se caería en el
subjetivismo, pero de la misma manera no es posible el conocimiento sólo a partir de
43
una sumatoria de experiencias porque se estaría asumiendo una concepción
mecanicista como muy bien lo expresa Freire:
Pero no estamos constatando aquí nada nuevo: en efecto, los conceptos, las
definiciones y las leyes, aunque necesarios para ligar la realidad observada a la
articulación intelectual, es decir, para fundamentar las representaciones de la
realidad, tienen un valor limitado y circunscrito a contextos determinados para
explicar eventos y procesos. Decía Rickert: “De los conceptos no podemos recoger
y sacar más que lo que hemos puesto en ellos” y con ellos, "no podemos hacer
otra cosa que echar puentes sobre el río caudaloso de la realidad, por diminutos
que sean los ojos de esos puentes" (Rickert, 1943, p. 69, 200; Hegel: II, 516, 700)
(14) (Fals Borda, 1988, p.19).
Lo que significa que la teoría, elaborada de conceptos y leyes abstractas, que luego
intenta explicar la realidad no significa, no transforma, está alejada por completo de la
realidad de los sujetos, del mundo. Esta teoría sólo se utiliza e intenta explicar lo
conveniente, es decir, no es transformadora. Sólo una teoría conjugada con la realidad
tiene sentido y es capaz de generar procesos distintos. Una teoría construida desde los
sujetos será lo que Freire llama pasar de la lectura de la palabra a la lectura del mundo
en un tránsito de una lectura inicial del mundo a una lectura que Freire denomina
epistemológica.
9
Entrevista realizada a Freire por Pedagogos Argentinos y que ha sido publicada en:
http://www.elortiba.org/freire.html, consultada Abril 6 de 2010.
44
Es en la conjugación de la palabra y la realidad, del sujeto con el mundo donde aparece
el conocimiento y no como una acumulación inútil, sino como una creación
permanente en búsqueda de la transformación, de la praxis. A propósito nuestros
autores mencionan la relación de teoría con la realidad en esta nueva constitución
epistemológica de la siguiente manera:
No es la teoría sola, por fuera de la realidad la que interpreta. La teoría crítica surge de
la interacción con la realidad, en un proceso que deviene constantemente. Igualmente
Fals Borda va a considerar que la teoría no puede ser el centro de todo conocimiento,
o representación de la realidad suficiente y necesaria, más bien se convierte en una
lectura particular del mundo, que condiciona la lectura del mismo y su interpretación
logra engañar y confundir. Esta observación elemental había enseñado objetivamente
que tales interpretaciones de la realidad y del mundo vienen condicionadas por
procesos impulsados por intereses de clase, esto es por fuerzas históricas motoras que
impulsan los acontecimientos en la realidad (1988, p. 37).
De esta manera se reconoce la realidad como parte del proceso de alienación de una
clase, o un grupo social específico a otro. Existe una realidad que ha sido construida
para dominar, esa realidad es la que se debe transformar, pero ésta se cambia
radicalmente sólo cuando es analizada, reconocida y asumida como un proceso.
45
Tanto Fals Borda como McLaren, reconocen la importancia del diálogo desde la
perspectiva de Freire y lo consideran esencial en esta transformación: “El concepto de
diálogo tiene dimensiones revolucionarias en este tipo de contacto, como lo expone
Freire (1970, pp. 83-84). Supone descubrir la realidad objetiva y crear conciencia sobre
la situación para eliminar la opresión” (Fals Borda, 1988, p. 50) “La pedagogía crítica
trata acerca de la problematización del lenguaje, la experiencia, del poder del
conocimiento, y de la cultura, cómo ellos son mutuamente constitutivos de la
subjetividad, y cómo sus conflictos generan una forma particular de praxis que actúa
en y sobre el mundo” (Giroux y McLaren: 1998, pp. 225-226).
Diferencias
46
Por lo tanto, la realidad no es un asunto del sujeto en tanto que ser pensante, distante,
sino como un elemento que está presente en el entramado de las relaciones sociales.
No hablan de una realidad única, universal, sino más bien de una realidad que se
constituye en el marco de las relaciones de producción.
47
El término praxis, que significa literalmente acción, no práctica, es un término
trabajado sólidamente por Aristóteles, quién le dará de nuevo su lugar al lado de la
Teoría (contemplación), reconociendo a las dos, como complementos.
La frase de Aristóteles: Ántropos estí zoon politikón afirma que el hombre es un ser
vivo en la ciudad o, de otra manera, un hombre que vive en la ciudad, un ciudadano 10
un ser de palabra y acción, pues lo que distingue al hombre del resto de los animales
es la palabra: “Sólo el hombre entre los animales, posee la palabra. La voz es una
indicación del dolor y del placer; por eso la tienen también los otros animales. (…) En
cambio la palabra existe para manifestar lo conveniente o lo dañino, así como lo justo y
lo injusto” (1995, p. I, 1253ª).
Esta reflexión puntual sobre la relación entre la Teoría y la Praxis vuelve a ser tema de
debate en la modernidad desde un horizonte ético y será Kant quien siente las bases
de la Teoría Crítica. Denominado el padre del criticismo porque reconoce tanto del
racionalismo como del empirismo los elementos sustanciales para la elaboración de
una teoría filosófica que trasciende la epistemología y la ética fundamentalmente.
10
ya que el término está compuesto de dos términos griegos, traducidos, yo vivo o vivir y ov que viene
de ovto que significa ser.
48
El crítico es quien logra, como Kant, reconocer qué hay dentro de las teorías anteriores
de fundamental, sabe retomar de una y otra los elementos para la construcción de
una nueva teoría y poner en cuestión las afirmaciones dudosas o de poca
argumentación para demostrar su inconsistencia y contrastarlas con la experiencia.
Cuando Kant reconoce la necesidad de la experiencia en el proceso de conocimiento,
comprendió también que teoría y experiencia son condiciones necesarias para dicho
proceso; es por esto que a Kant se le denomina el padre del criticismo.
Marx, con el apoyo de las elaboraciones de los pensadores que lo antecedieron como
el caso de los socialistas utópicos, entre ellos Saint-Simon, Feuerbach y otros que
fueron sus contemporáneos como Engels, realiza una inversión importante para la
comprensión y la acción humana, traslada la contemplación al mundo real y exige que
la teoría hasta el momento alejada del mundo, se convierta en parte sustancial de la
unidad dialéctica con la práctica, de tal suerte que, teoría (contemplación) y práctica,
superadas en la praxis (acción) no pueden mantenerse, desarrollarse y generar
procesos de transformación real en los humanos si se mantienen en escenarios
distintos y distantes o si el desarrollo de una se ubica por encima de la otra. Marx y
49
Engels, plantearon que “Feuerbach, no contento con el pensamiento abstracto, apela a
la contemplación sensorial; pero no concibe la sensoriedad como una actividad
sensorial humana práctica” (1982, p. 24).
Es importante resaltar que teoría y práctica como praxis, son indispensables la una a la
otra, en este sentido también es importante aclarar que al hablar de praxis no
hablamos de práctica, la práctica es ejercicio o actividad, pratein, mientras que la
praxis es transformación de esa actividad, de la realidad y no puede estar desligada de
la teoría. Teoría y práctica, en tanto que unidad dialéctica, como praxis, son el impulso
necesario para la emancipación humana, que Sánchez Vásquez denominará:
En ese sentido, la famosa 11 tesis a Feuerbach será el postulado más importante para
que esta unidad dialéctica convoque a muchos intelectuales que, en el futuro se
dedicarán al desarrollo del pensamiento y al análisis de la vida de los humanos en la
perspectiva de aportar elementos para la transformación. El postulado de Marx y
Engels lo confirman “Los filósofos no han hecho otra cosa que contemplar el mundo
pero de lo que se trata es de transformarlo” (1982, p. 26)
Teoría es la acumulación del saber en forma tal que este se vuelva utilizable para
caracterizar los hechos de la manera más acabada posible. (…) Siempre se
encuentran, por un lado, el saber formulado conceptualmente, y, por el otro, una
situación objetiva que debe ser incluida en aquel, percepción o comprobación del
50
hecho y la estructura conceptual de nuestro saber, es su explicación teórica (2003,
p. 227).
Adorno por su parte, realizará trabajos mucho más amplios dedicados a esta relación
de la teoría con la praxis, donde reconoce que sólo la praxis política colectiva y no la
praxis moral individual, puede ser auténtica praxis. "Un concepto de praxis que no sea
estrecho ya únicamente puede referirse, entretanto, a la política, a aquella situación de
la sociedad que condena a la irrelevancia la praxis de cualquier individuo" (Adorno,
1993 p. 164).
Lo que presenta a la teoría crítica, como una teoría que se entiende en relación con la
praxis y no como algo separado de ella. Argumenta Adorno, que "Debería crearse una
conciencia de teoría y praxis que ni separase ambas de modo que la teoría fuese
impotente y la praxis arbitraria, ni destruyese la teoría mediante el primado de la razón
práctica" (1996, p. 161). En este marco filosófico se instaura una corriente de
pensadores que intentaron no sólo teorizar sino tener un ejercicio político que les
permitiera dar fuerza a esa unidad dialéctica entre teoría y praxis, lo que influyó de
manera importante en los planteamientos de los pedagogos críticos.
Convergencias
51
McLaren (2008) define la praxis como una unidad interna del pensamiento y la acción,
donde el sujeto cognoscente es también un sujeto actuante. Teoría y praxis son las dos
caras de una misma moneda. La praxis tiene que ver con la enajenación, con la doble
negación, la económica y la del sujeto. En ese sentido, la praxis es la acción para la
transformación de las condiciones materiales, para la emancipación de los seres en
sentido colectivo y la liberación del ser como sujeto individual.
Es necesario puntualizar, dado que defendemos la praxis, la teoría del quehacer, que
no estamos proponiendo ninguna dicotomía de la cual pudiese resultar que este
quehacer se dividiese en una etapa de reflexión y otra distinta, de acción. De
52
acuerdo con Freire “Acción y reflexión, reflexión y acción se dan simultáneamente
(1980, p. 109).
Esta conjunción entre la teoría y la práctica que deviene praxis, ha sido el motor que
impulsa los métodos construidos por nuestros autores, dado que la posibilidad de lo
dialógico en Freire, o la investigación como transformación en Fals Borda y la
propuesta de la praxis liberadora a partir del ejercicio del maestro en McLaren, están
basadas en este principio articulador. No se puede desconocer ni teoría ni práctica en
el diálogo, de hecho es la palabra la que impulsa la liberación de los hombres en Freire:
“Los hombres no se hacen en el silencio, sino en la palabra, en el trabajo, en la acción,
en la reflexión” (1980, p. 67).
También McLaren dará mucha importancia a la voz como expresión crítica: “El
concepto de voz como "crítica" de las relaciones sociales de producción existentes no
debe ser rechazada por la idea de voz como tropo retórico, La voz siempre debe
implicar la noción de representación colectiva como praxis política.”(2005, p. 337).
Lo que formulan las pedagogías críticas de Freire, McLaren y Fals Borda desde sus
particularidades, es una lectura crítica de la realidad, tanto en lo macro como en lo
micro, para luego generar acciones colectivas que propendan por transformaciones de
las condiciones de alienación y opresión en el que se encuentran los humanos. la
categoría praxis, que bien sería la categoría, que a simple vista está más alejada de la
53
epistemología por su desarrollo y fuerza en el ámbito de la política, es considerada
aquí como una categoría central en la concepción de conocimiento de nuestros
autores, porque es ella a su vez medio y producto del conocimiento, es decir, es la
praxis la que logra consolidar un proceso de conocimiento y a su vez es ella la que lo
valida, por eso se ha querido mostrar en este capítulo, cómo la praxis se convierte en
las pedagogías criticas en un elemento que define la validez del conocimiento que se
produce.
Diferencias
Tal vez una diferencia que marca las particularidades en el pensamiento de Freire,
McLaren y Fals Borda es la manera como se concreta la praxis, su camino y su
desarrollo hacia la transformación. Desde la perspectiva de Freire, la praxis pedagógica
se desarrolla a partir del ejercicio dialógico donde la palabra es elemento central de la
existencia y el reconocimiento humanos. El mundo se transforma en la medida en que
es pronunciado. Freire, nombra que:
Algunas conclusiones
Se reconocen los tres autores en mención como pedagogos críticos, dado que los tres
se asumen dentro de la corriente crítica, asumiendo de manera abierta los postulados
del pensamiento crítico de Marx y de la Escuela de Frankfurt.
55
Comparten la concepción de que el conocimiento no es un elemento que nos lleve a la
consecución de la “verdad” sino más bien se asume como un constructo humano que
en su perspectiva más general desencadene una praxis transformadora, en ese sentido
reconocen la praxis como la forma más concreta del conocimiento. Es decir, la praxis
es medio y fin para la transformación humana, en ese sentido es conocimiento y
posibilidad de transformación a la vez, por eso está ligada directamente con la
dimensión ética-política del ser humano, si no trasciende y provoca cambios
sustanciales en la realidad de los sujetos no es conocimiento pertinente ni válido.
i) Se identifica la relación que existe entre los tres autores en relación con las
categorías analizadas, dado que están enmarcadas dentro de concepciones filosóficas
que definieron su carácter de pensadores críticos.
iii) Se reconoce la pluralidad del discurso y la praxis crítica en la manera como cada
uno asume la manera de hacer práctica la pedagogía crítica en sus contextos:
Alfabetización en Freire, Formación de Maestros en McLaren e Investigación –Acción-
Participativa en Fals Borda.
Ahora bien, es importante señalar que, aunque se puede considerar que parten de los
mismos principios para la elaboración de su teoría y la consolidación de su praxis, es
innegable que cada uno de ellos ha realizado sus propios planteamientos consolidados
en sus experiencias pedagógicas. Por esta razón, es importante señalar cómo se
expresan sus diferencias a partir de la consolidación de propuestas distintas, aunque
no por ello divergentes, en ese sentido se puede afirmar que aunque su praxis es
crítica, se expresa y trasciende de manera distinta.
56
En el caso de Freire, su propuesta de alfabetización demostró que no se trata sólo de
un proceso de aprendizaje de signos para comunicarse y comprender el mundo escrito.
Más allá existen intereses, condiciones y posibilidades que hacen de la alfabetización,
o bien un ejercicio de apoyo a la dominación, en el sentido en que puede ser utilizado
para mantener el sofisma de la educación en la búsqueda del mejoramiento de la vida
de quienes lo hacen, o más bien, para insertarlos dentro de la lógica de los códigos del
capitalismo, con la intención marcada de que no vayan más allá de una lectura plana
del mundo y no se dé una inserción real en el mundo. Esto es lo que ha llamado Freire
un analfabetismo funcional, es decir, que le es conveniente al sistema actual de
dominación para mantener a los oprimidos en su condición, pero simulando que han
mejorado sus condiciones de existencia.
Por su parte McLaren centrará sus esfuerzos en mostrar a los maestros que es
importante hacerse un pedagogo crítico, que propenda por el conocimiento de la
realidad y su transformación en la búsqueda de la superación de la dominación. Para
este autor no hay una manera única de ser pedagogo crítico, pero sí hay unos
elementos centrales que paulatinamente van convirtiendo al maestro en un sujeto
crítico, en un ser de palabra y acción, en un sujeto hacedor y provocador de praxis.
McLaren teme la construcción de un manual que los maestros quieran seguir en algún
momento para evitar pensar en qué y cómo hacerse críticos; sin embargo, parte de los
elementos orientadores que brinda, están centrados en esta voluntad expresa de
cambiar, de generar escenarios de confrontación, crítica y en especial, en propiciar
acciones que alimenten la esperanza, que revitalicen la solidaridad y el deseo de luchar
por cambiar las condiciones de opresión. Ser crítico es vivir un proyecto cargado de
esperanza y de aquello que Giroux (1983) llama un “lenguaje de posibilidad”. Ser
crítico, por otra parte, significa desechar cualquier distancia cognitiva puramente
contemplativa, sobre y por encima del mundo, para afrontar la contingencia del
presente con la esperanza radical (McLaren, 1989), esto es, con una esperanza que
mientras que evita con certeza, anhela una praxis en la unidad interna del pensamiento
y la acción (Giroux y McLaren, 1998, p.227).
57
importancia que le da a los trabajos de género, ecológicos y antirracistas, como un
elemento que ha enriquecido su postura y que invade significativamente el terreno de
las Pedagogías Críticas.
Lo que se da en la IAP es una vivencia que transforma las relaciones entre investigador
e investigado, entre estudiante y maestro, dándole prioridad a la producción de
conocimiento a partir del reconocimiento de la realidad propia de los sujetos que
participan de su investigación. En ese sentido, su labor pedagógica, reconoce a los
sujetos partícipes del proceso y los une en la búsqueda y consolidación de propuestas
de transformación de la realidad que comparten. La IAP transforma tanto a los sujetos
como a sus realidades, de tal manera que es una pedagogía de la transformación, tal y
como se encuentra en Freire, McLaren y otros pedagogos críticos.
58
Amo a los hombres
y les canto.
59
CAPÍTULO DOS
Pedagogía crítica
Horizontes de sentido
Paulo Freire.
11
De acuerdo a las actuales normativas expedidas por el Ministerio de Educación Nacional se ubica el
nuevo estatuto del maestro (decreto 1278 del 2002) y la reglamentación que expide los criterios de
selección de maestros (decreto 3238 del 2004). La forma que toma la despedagogización para la práctica
docente es la reducción de ésta a unos mínimos necesarios, más de corte didáctico, entendido éste en
60
que se están imponiendo en nuestro país de tipo tecno – instrumental, gerencial y una
tendencia humanista más de orientación neo conservadora. Pedagogías de y para la
gestión administración y la gestión escolar que en síntesis constituyen unas
pedagogías para el control que permiten evaluar, cuantificar y normalizar la
subjetividad del maestro y sus prácticas pedagógicas. El control expresa Appel (2000),
genera problemas en la práctica de los maestros, “si todo está predeterminado, ya no
existe una necesidad apremiante de interacción entre docentes, y éstos se convierten
en individualidades desvinculadas, divorciadas de sus colegas y de su trabajo real”
(p.23)
su acepción más limitada, como técnicas y estrategias para la enseñanza de los que se puede apropiar
cualquier profesional con título universitario en un período de prueba determinado (Mejía, 2006).
12
Que tiene como expresiones los siguientes rasgos: i) el aumento de las desigualdades sociales,
culturales, política y económicas con la generación de nuevos grupos de jóvenes, niños y adultos en
condiciones de desmovilización, desplazamiento y desempleo, que está generando la profundización de
la exclusión social; ii) una ideología económica direccionada hacia una capacitación para la pobreza
desde estrategias de integración homogeneizante que se orientan desde la formulación de políticas para
la compensación de desigualdades; iii) procesos comunicativos e informativos colocados en nuevas
modalidades de la infopobreza inscritos en computadores para educar, competencias laborales y en la
capacitación técnica; iv) la existencia de nuevas formas de control; v) la incidencia de la violencia política
y social en la agudización de la conflictividad escolar ; vi) empobrecimiento del poder y la autoridad
simbolizante de los maestros.
61
educativas, reforzamiento de la subordinación del sector público educativo a los
dictámenes de la política macroeconómica, flexibilización laboral del magisterio.
13
En Colombia, el incremento de las desigualdades sociales es el resultado de las transformaciones del
mundo del trabajo, de la creciente concentración de la riqueza y de la redefinición del lugar de
intervención del Estado en modalidades de asistencia mínima, donde las poblaciones de los sectores
populares no cuenta con protecciones en todos los ámbitos; algunos reciben planes sociales, pero
además de ser precarios son insuficientes y no acogen a toda la población.
62
conforme a las normas es casi una ingenuidad. Y más radicalmente una
imposibilidad (2008).14
14
Tomado de La revista virtual Educarnos de La OEI ( 2008) “ Entre desarrollo y educación; ¿ ética,
donde habitas?. http://www.oei.es/noticias/spip.php?article3339
15
Los proyectos educativos y pedagógicos alternativos se constituyen en un horizonte de sentido para la
pedagogía crítica, en tanto sus repertorios de resistencia y construcciones teóricas se mueven en un
proceso de lucha y defensa de la educación pública. Los PEPAS, aspiran a consolidar iniciativas por la
proyección y realización del Movimiento Pedagógico a través de la constitución de los Círculos
Pedagógicos y su trabajo de investigación sobre la realidad de la escuela; hacer visibles las experiencias
pedagógicas alternativas y, la reflexión y construcción intelectual de pensamiento político pedagógico
en la perspectiva de la fundamentación de una Política Educativa Alternativa y de la acción pedagógica e
intelectual, por una educación diferente al modelo único, uniforme, autoritario y estandarizado que la
contrarreforma ha impuesto en el país. Ampliar en la Revista Educación y Cultura de la Federación
Colombiana de Educadores- FECODE- en las producciones de la Mesa por la Movilización Social por la
Educación y en autores como John Ávila, Marco Raúl Mejía, Juvenal Herrera, Miguel A. Franco; entre
otros.
16
Consultado en: http://www.mineducacion.gov.co/1621/articles-75768_archivo_pdf.pdf
63
La problematización que se puede identificar en esta orientación es la concepción
instrumentalista en la formación la cual tiene como referente el modelo Kohlbergiano
en la educación moral. Este modelo representa hoy un campo problemático en los
procesos de configuración de subjetividades, dado la relevancia que coloca en los
marcos cognitivos de formación sin articularlos con los contextos de actuación del
sujeto, es decir sus problemáticas, posicionamientos, deliberaciones. Es decir
desconoce el diálogo tensionante entre el ejercicio de de la alteridad de un sujeto que
requiere pensarse en colectivo.
17
Al respecto se pueden consultar los trabajos de: AGUILAR, J., BETANCUR, J. (2000). Construcción de
cultura democrática en instituciones educativas de Bogotá. Bogotá: IDEP
18
En esta orientación se pueden consultar los proyectos direccionados desde el Centro de Investigación
y Educación Popular- CINEP-, el Instituto Popular de Capacitación- IPC-, entre otros.
64
Desde este contexto de enunciación la pedagogía crítica se configura desde una
pedagogía de la memoria y una pedagogía de la alteridad. Pedagogías situadas en
condiciones y expresiones de violencia política, conflictos escolares y problemáticas de
convivencia. La alteridad y la memoria son construcciones éticas que albergan toda
una potencialidad hermenéutica que permite hacer visible lo invisible. De hacerse
cargo de un “otro” en sus condiciones de vulnerabilidad y de trayectos vitales.
Asumimos la tesis de Mélich (2004) cuando afirma que la memoria es memoria del
otro, de cada otro concreto, único e irrepetible. De ahí que una pedagogía de la
memoria es una pedagogía de la solicitud, de la recepción, de la hospitalidad, es en
síntesis, una pedagogía de la alteridad. Al respecto plantea Mélich:
Comparte la pedagogía crítica con la educación popular una apuesta ética y política,
sustentada por fines de reconocimiento, empoderamiento y democracia de sujetos
que se reconocen desde sus diferencias y desigualdades en condiciones de género,
generacional, clase, etnia, orientaciones sexuales y condiciones de subalternidad. Una
actuación intencionada de corte educativo, que construye lo colectivo como soporte
de los procesos escolares y sociales. Un direccionamiento pedagógico en la
orientación de procesos de construcción del conocimiento y de socialización que
incluye prácticas, saberes, dinámicas socioculturales e interacciones para transformar
la sociedad desde ciudadanías incluyentes y resistencias culturales. Al respecto sugiere
McLaren que la resistencia opera:
dentro del ámbito del significado y la subjetividad, tanto como en el ámbito más
abierto del comportamiento social y político. La resistencia es expresada como
parte de una política cultural del cuerpo y una geografía del deseo; como tal trata
con la divisa de los símbolos, signos y gestos. (…) Crea por lo tanto, una posición
del sujeto que opera desde la fortaleza, más que desde la debilidad, y es más
capaz de resistir una cultura de subordinación vivida (1998, p. 54).
65
Esta comprensión de la resistencia se articula a los sentidos que proponemos de una
pedagogía crítica en la escuela, asumidos desde la perspectiva Freireina en la que
destacamos los siguientes rasgos de su propuesta pedagógica: Construcción dialógica,
realismo esperanzado, un humanismo crítico, prácticas emancipatorias y la
reinvención como la posibilidad de soñar este y otros mundos desde la esperanza que
propende por la constitución de vínculos sociales solidarios. Sentidos que permiten ser
agenciados desde múltiples escenarios escolares y no escolares, los cuales son
impensables si no se tiene en cuenta las condiciones antes enunciadas y si éstas no se
asumen desde una apuesta ética y un direccionamiento político, que relieve las
expectativas de vida de los sujetos. Construcciones que se resignifican en relación con
unas prácticas y una intencionalidad formadora, asumidos desde procesos de
escolarización, prácticas comunitarias, proyectos de redes y movilización social, entre
otros.
Desde este lugar se afirma las condiciones de posibilidad que se puede agenciar desde
la pedagogía crítica visualizados en las siguientes intencionalidades: i) posicionar el
reconocimiento del maestro, de acuerdo con Cullen (2009) desde el poder de enseñar
y el deseo de aprender; ii) luchar por la legitimación de prácticas y discursos
pedagógicos fundados desde un carácter público; iii) trabajar en torno a una pedagogía
de la diferencia, con derechos plenos para todos y todas, ( no desde la tolerancia); iv)
deconstruir el proyecto de formación instalado una pedagogía para el control de los
conflictos y en una pedagogía tecno- instrumental, v) construcción de un
pensamiento crítico fundados en principios como la dignidad, justicia, solidaridad y la
responsabilidad, vi) participar en comunidades de diálogo expresadas en redes,
mesas, movilizaciones y vii) recuperar la posibilidad de indignarnos con las realidades
de este país, para poder agenciar actuaciones transformadoras, construyendo las
pedagogías de la resistencia.
66
aquellas acciones que pretenden influir en la producción y construcción de significado.
En esa medida la pedagogía no tiene que ver únicamente con las prácticas de en-
señanza, sino que implica también un reconocimiento de las políticas culturales que
sustentan dichas prácticas. McLaren y Giroux, (1998) plantean que la pedagogía crítica
es “esencialmente una pedagogía híbrida; es naturalmente anfibia. Está acostumbrada
a disentir con climas intelectuales no llamados aún a un campo disciplinario propio. La
pedagogía está enraizada éticamente, además de estar fundamentada teóricamente”
(McLaren y Giroux, 1998, p. 226).
67
pedagogía crítica. Teorizadas como centros importantes de la pedagogía pública,
estas esferas de producción de conocimientos representan formaciones
fundamentales de aprendizaje y, como tales, son lugares estratégicos en que se
libran las batallas por el poder, la autoridad y la conciencia ( p. 96).
Consideramos que las orientaciones que nos ofrece la pedagogía crítica nos permiten
promover el desarrollo de la autonomía, la participación, el reconocimiento y respeto
por la alteridad, la generación de espacios para la comprensión y tramitación de los
conflictos y la creación de ambientes sociales y comunitarios para reconocernos en
apuestas colectivas. Es por ello que referenciamos también la pedagogía crítica como
un proceso de lucha pedagógica y de fortalecimiento político, que propende por el
reconocimiento y sostenimiento de la subjetividad del maestro, la dinamización del
vínculo pedagógico desde prácticas socio culturales afianzadas en una reflexividad
dialógica en el agenciamiento del cuidado de sí mismo y del otro.
Nos enfrentamos a una suerte de dramatismo profesional. Por una parte aspiramos a gobernar
la práctica desde las tierras altas y seguras de la teoría, la racionalidad y las elaboraciones
científicas y conceptuales pero, por otro lado, los educadores están comprometidos en las
tierras más bajas de una actividad contingente y extraordinariamente singular.
19
Resistencias que subvierten los dictámenes del control social, está fuera de las normas y asume
riesgos. Resistencias que se colocan en espacios de debate público para interrogar los discursos
dominantes sobre el maestro y la pedagogía.
68
El propósito del presente apartado es caracterizar algunas prácticas que se han
producido en Colombia con el fin de analizarlas en sus diferentes configuraciones20.
Son instituyentes porque se sitúan en la pedagogía en una nueva forma de actuar que
se resiste a perpetuar lo ya establecido 21, subvirtiendo los marcos institucionales.
Articula teoría y práctica, lo ético y lo político, lo estético y lo ético, en una
construcción dialéctica que otorga nuevos sentidos a la acción pedagógica. Estas
prácticas leídas en el campo de la pedagogía crítica, nos permiten dar cuenta de sus
relaciones con el contexto, la producción de nucleamientos de acciones colectivas y
los posicionamientos que se construyen en términos de reconocimientos, denuncias,
redistribuciones y reivindicaciones con respecto a las dinámicas de exclusión y al
afianzamiento de políticas públicas educativas marcadas por la despedagogización y la
desprofesionalización de los maestros.
20
La configuración se plantea como un recurso conceptual y metodológico que obliga a poner como
horizonte de comprensión los entramados de significaciones, las formas de interrelaciones, los
horizontes de posibilidad y los nucleamientos colectivos de estas prácticas. Da cuenta de sus escenarios,
ámbitos, ejes articuladores, sujetos implicados y énfasis temáticos.
21
Que nombra lo organizado, lo serializado, como única e inamovible posibilidad, ello se asocia con una
rígida sumisión institucional y con interpretaciones herméticas.
69
relación con unos procesos pedagógicos y una intencionalidad formadora. Son en estos
escenarios, donde se ubica la práctica como el medio más cercano del que disponemos
para abordar, reconocer y transformar sujetos y situaciones en contextos de exclusión,
desigualdad y violencia social como los nuestros.
22
Olga Lucía Zuluaga, fundadora, directora e investigadora del Grupo de Historia de las Prácticas
Pedagógicas –GHPP- para quien la práctica pedagógica nombra los procesos de institucionalización del
saber pedagógico, es decir su funcionamiento en las instituciones educativas, comprende las formas de
enunciación y circulación de los saberes enseñados en tales instituciones.. De acuerdo a esta
comprensión desarrollan cinco líneas de investigación: formación de maestros, historia de conceptos y
relaciones conceptuales con otros campos de saber, pedagogía y cultura, políticas educativas y
recuperación de la memoria educativa y pedagógica
70
Por su parte una comprensión más contemporánea la inscribe en un sentido amplio.
Es una praxis social objetiva e intencionada en la cual intervienen los significados, las
percepciones y las acciones de los agentes implicados en el proceso: maestros,
alumnos, autoridades educativas, padres de familia, así como los aspectos políticos
institucionales, administrativos y normativos que según el proyecto educativo de cada
país delimitan la acción de los maestros (Fierro y otros, 1999).
Para Gimeno Sacristán (1998), la práctica pedagógica es una acción orientada con
sentido en la que el sujeto tiene un papel fundamental como agente insertado en la
estructura social. Según el autor, una epistemología que pretenda dar cuenta de los
maestros tiene que salirse de la perspectiva del positivismo. Propone además la
articulación de tres componentes que están comprometidos en las actuaciones de los
71
maestros: un componente dinámico integrado por las intenciones personales y
sociales que dan pertinencia a la educación, un componente cognitivo conformado por
las construcciones epistemológicas, que delimita las acciones que se realizan y un
componente práctico compuesto por la experiencia reflexionada del saber hacer. En
definitiva,
Por su parte, Schon (1992; 1998), plantea que en la práctica existen algunos problemas
que están claramente definidos: los objetivos son relativamente fijos y los fenómenos
se prestan a ser incluidos en las categorías y técnicas que poseen los profesionales.
Pero existen otros que no se enmarcan en dichas teorías y las respuestas que de allí se
puede extraer no son suficientes para solucionarlos. En estas circunstancias, es preciso
hacer uso de las competencias, habilidades y sensibilidades propias del profesional
para lograr resolver los problemas adecuadamente, indagando sobre el terreno, que es
a lo que este autor llama reflexión en la acción. Esta reflexión incluye dimensiones en
los planos institucionales, sociales y políticos de orden valorativa y metodológica.
23
Se reconocen tipos o modalidades de prácticas: pedagógicas, investigativas, socio-culturales,
comunitarias, artísticas y corporales como (performances, esculturas, puestas en escena, dramaturgias,
fotografías, hibridaciones) y dentro de cada una de ellas se pueden identificar especificidades de
acuerdo con los escenarios, tensiones en relación con el desarrollo de autonomía del maestro;
dispositivos de poder; vínculos que construyen en sus comunidades y condiciones en que se realiza la
práctica, entre otras.
72
La reflexión en la acción, retomando a este autor, se realiza a través de los siguientes
elementos: reflexión, conocimiento en la acción, características generales del proceso
de reflexión en la acción, estilos de resolución de problemas, aprendizaje y
aplicabilidad de la reflexión. Esta dinámica reflexiva permite hacer consciente el
conocimiento generado en la acción e implica reconocer los conocimientos tácitos que
se desarrollan alrededor de las prácticas. Gimeno Sacristán (1998), considera al
respecto que
Es por ello que sin la reflexión sobre el hacer, los intentos descriptivos de los maestros
se pueden limitar a sólo relatar lo que se hace, sin llegar a hacer explícita la
identificación, interpretación e interrogación de los elementos constitutivos de cada
una de las prácticas de las cuales son productores, olvidando que el contexto de dichos
elementos es la vida cotidiana de la actuación pedagógica. Para estos, su práctica está
constituida por el campo profesional de índole disciplinar (nombrado como el saber
específico), su posición en el contexto social y teórico en el cual actúa, las múltiples
interacciones en las que se inscribe y el escenario institucional o comunitario en el cual
trabaja.
73
anterior nos permite reconocer que la práctica pedagógica es una acción intencionada
de formación, de la cual emergen cualidades que la hacen singular y específica, como
el lugar social de la actuación del maestro, actuación que se hace visible en la práctica
y práctica que, a su vez, construye la individuación, pues somos sujetos en una acción
social y como una forma de ser y estar en el mundo; de ahí la importancia de
replantearla e interrogarla reflexivamente.
74
En estas argumentaciones sobre la práctica pedagógica, el contexto le afecta de
manera decidida, en razón a que éste la hace singular. Es importante señalar que tal
afectación se realiza en doble vía: el contexto afecta a la práctica, pero, a su vez, ésta
transforma el contexto. Así, la práctica interroga al contexto acerca de: ¿es
determinante o condicionante?, ¿es explícita la manera de interpelación del contexto
en la práctica?, ¿cómo transformar el contexto desde la práctica?, ¿es posible
hacerlo?, ¿cómo, con quién, para qué?. Tematizar cada una de las preguntas
anteriores, sobre la práctica pedagógica, es una condición necesaria para producir
saber pedagógico contextualizado, que nutre y regresa a la práctica en un continuo,
que sólo es fértil en tanto que se sucedan procesos de transformación social dentro de
los mismos sujetos y en sus realidades.
Desde estos presupuestos, la pedagogía crítica le apuesta por formar a un sujeto que
se interrogue por su propia práctica y a partir de allí indague su acción pedagógica en
relación con los aportes teóricos que provoca cada uno de los espacios donde actúa.
En consecuencia a partir del reconocimiento de los contextos, se hace necesario
asumir al maestro como sujeto de reflexividad, ligado a experiencias y a proyectos;
sujeto constructor de una historia que configura sus dinámicas de relaciones. A partir
de estas dinámicas se generan los temas y problemas que impulsan sus actuaciones al
dar orientación y sentido a su práctica pedagógica. Ese preguntarse y reflexionar como
condición permanente en el quehacer del maestro va generando formas de
construcción del conocimiento vital, contingente a su posición en la dinámica social y
compleja por la naturaleza del conocimiento mismo y de la realidad. Recreando a
Ghiso (2000), la reflexión sobre la práctica se convierte entonces en:
Una mediación que facilita el hacer ver, hacer hablar, hacer recuperar, hacer
recrear, hacer análisis, hacer deconstrucciones y reconstrucciones, lo cual es lo
mismo que hacer visibles elementos, relaciones y saberes sobre sujetos, sus
interacciones y ambientes, reivindicando la belleza, la lengua, el deseo, el poder,
el conflicto y la poética, o sea las dimensiones éticas y estéticas que mueven a los
sujetos en sus múltiples actuaciones (p. 12).
75
pedagogía crítica. Este trabajo de revisión analítica leído desde referentes pedagógicos
permitirán develar su carácter autopoiético, los repertorios y dispositivos que
dinamizan, las construcciones de alteridad que agencian en sus procesos de
vincularidad, dilucidar sus contextos de referencia, identificar los marcos de
enunciación teórica, e igualmente reconocer los registros narrativos que elaboran. A
continuación se detalla la guía que puede registrar los siguientes asuntos:
Razones para la creación de esta práctica (de quienes, por qué, para qué, en dónde,
etc.)
Dar cuenta de las preguntas: ¿Por qué esta práctica se inscribe en un proyecto que
posibilita construir una pedagogía crítica? ¿Qué potencia y alcance tiene esta práctica?
24
Se asumen como una estructura macro que agrupa y articula varias categorías. Además nos permite: i)
elaborar algunos ejes de agrupación temática , ii) construir tematizaciones como soportes de los
referentes que fundamentan la práctica, iii) reconocer algunos “supuestos” implícitos en el tema o
problema que desarrolla el maestro. La categoría no se recoge, ni aparece, ni surge; se extrae, se
nombra, se desarrolla o construye para consolidar un proceso reflexivo sobre la práctica. Las categorías
pueden ser abordadas o enunciadas como unidades de análisis/ ejes conceptuales/ núcleos temáticos o
problemáticos, las cuales recogen la comprensión que se tenga de los contextos y de la perspectiva
teórica que configura el maestro al dar cuenta de sus actuaciones.
76
De esta manera, insistimos en que la práctica pedagógica es una práctica intencionada;
por consiguiente, está orientada por fines. Es una práctica ética y, por ende, también
política, pues no hay práctica educativa sin intencionalidad, no existen posiciones
neutrales en ella en relación con sujetos, concepciones, situaciones y contextos.
No nací marcado para ser un profesor, así me fui haciendo de esta manera en el cuerpo
de las tramas, en la reflexión sobre la acción, en la observación atenta de otras prácticas
o de la prácticas de otros sujetos, en la lectura persistente y crítica de los textos teóricos,
no importa si estaba o no de acuerdo con ellos. Es imposible practicar el estar siendo de
ese modo sin una apertura a los diferentes y a las diferencias con quienes y con los
cuales es probable que aprendamos.
25
Para Múnera (1998), las estrategias son las formas concretas de ejercer el poder, por lo tanto no se
agotan en una sola acción, ya que ponen a funcionar los mecanismos de denuncia, oposición,
77
presenta una síntesis de cada uno de estos ámbitos, en el cual se identifica sus fuentes,
localización y sus respectivos énfasis temáticos. Posteriormente se analiza sus
desarrollos en términos de su pertinencia en relación con la potenciación de la
pedagogía crítica en cada uno de las prácticas referenciadas. Importante indicar que el
reconocimiento de estas prácticas se hace apoyado en una revisión documental y en
algunos casos tienen como soporte registros de entrevistas.
26
Este Instituto se encuentra adscrito a la Secretaria de Educación Distrital de la ciudad de Bogotá. Una
de sus funciones es identificar y acompañar innovaciones y experiencias pedagógicas que estén
desarrollando grupos de maestros que aporten al mejoramiento de la calidad de la educación. En este
componente de innovaciones se apoyan procesos de investigación, sistematización y socialización de
trabajos. Web: http://www.idep.edu.co/
78
Los criterios de selección que se tuvieron para seleccionar estas prácticas fueron: i)
potencian formas organizativas de los maestros en varias modalidades: c olectivos,
grupos, microcentros, asambleas comunitarias, mesas, comités; ii) ejercen un rol
instituyente aportando a la construcción de comunidades filiales, producciones
teóricas y acciones pedagógicas entre la escuela y el entorno comunitario y social ; iii)
se insertan en los proyectos educativos institucionales y atienden proble máticas
sensibles en la escuela y iv) se inscriben en propuestas de innovación e investigación
27
Colectivos reconocidos en el proceso de la revisión documental desarrollada en el marco del proyecto
de investigación: “Sentidos y configuraciones de la pedagogía crítica” período 2007-2008.
28
Consultado en http://colectivopasapalabra.blogspot.com/
79
que superan la invisibilización a la que están acostumbrados los jóvenes no solo en
sus colegios, sino en sus familias y comunidades (2008)29
Este colectivo revindica los presupuestos teóricos del pensamiento crítico aplicados a
la pedagogía. Asume la escuela como un espacio de poder y de transformación en el
cual se producen y reelaboran discursos y procesos de subjetivación que pueden dar
miradas alternativas a la realidad social.
29
Texto registrado en la entrevista realizada.
30
IED Nuevo Horizonte integra los centros educativos de Bellavista y Rural Horizonte.
31
Texto registrado en la entrevista realizada.
80
Sus énfasis temáticos32 se basan en cuatro ejes: lo curricular, el conflicto, la
convivencia y el gobierno escolar. Direccionan proyectos interdisciplinarios nombrados
“microcentros”. Han asumido la educación popular en los trabajos formativos con la
comunidad, específicamente con las escuelas de padres y organizaciones comunitarias.
32
Énfasis que se pueden consultar y ampliar en: GONZÁLEZ, J, et. al. (2003). Por el camino de la
caracterización de la IED Nuevo Horizonte: un viaje de maestros y estudiantes .Bogotá. IED Nuevo
Horizonte. GONZÁLEZ, J. (1999). El gobierno escolar: hacia una educación participativa. Bogotá. UNAD.
81
Proyectos de formación de maestros “Habilidades para la vida”
33
Fe y Alegría entiende por movimiento la agrupación de personas en actitud de crecimiento, autocrítica
y búsqueda de respuestas a los retos de las necesidades humanas. El Movimiento, como expresa en el
documento La pedagogía de la educación popular en Fe y Alegría, busca la transformación social y la
superación de las relaciones de opresión, exclusión y marginalidad impuestas y recreadas por los
modelos económicos vigentes en América Latina. Un Movimiento que promueve desde la fe y la justicia,
una cultura de la paz sobre la base de la equidad social, el respeto a las diferencias, la solidaridad, la
participación ciudadana para construir un proyecto de sociedad justa, fraterna, democrática e
incluyente. Un movimiento comprometido a que todas y cada una de sus acciones ofrezcan respuestas
de calidad, inspiradoras y pertinentes a las necesidades personales y comunitarias de los sectores
sociales empobrecidos, marginados o discriminados, en el contexto de sus culturas, los desafíos
tecnológicos y las demandas del mundo del trabajo (Fe y Alegría, 2002).
82
producir la propuesta, hay desde los grupos, por ejemplo de la comunidad, se
trabaja con personas adultas mayores, con jóvenes, con mujeres, se hace trabajo
en desarrollo comunitario y desarrollo cultural, y esos tienen unas formas distintas
de organizarse a las que existen en la cultura escolar. En la cultura escolar eso está
más estructurado, tiene sus vías, hay una manera de organizar la participación y
de insertar estas habilidades a la organización curricular. De manera que este
proyecto se mueve entre lo formal, lo no formal, y en ese sentido se pueden
encontrar toda la gama de formas de organización que se han mencionado
(2008)34.
34
Texto tomado de la revisión documental.
35
Al respecto consultar: DUARTE, J., JURADO, J. (2004). Más maestro, actores que recrean su rol
profesional. Medellín: Editorial Manuel Arroyaba.
36
Este proyecto es impulsado en el año 2000 en la ciudad de Medellín por organizaciones no
gubernamentales como la Corporación Paisa Joven y la Corporación Región; Universidades como la
Pontificia Bolivariana, la Universidad de Antioquia y la Fundación Universitaria Luis Amigó.
83
proyecto y para las comunidades de maestros que participaron en éste, en la medida
en que ha posibilitado investigar, reflexionar y adelantar acciones en torno a unos
sujetos en particular: los maestros; y en relación con estos, el establecimiento de su
intencionalidad “Fortalecimiento del rol profesional del maestro en la ciudad de
Medellín”. Esta intencionalidad se ha materializado a partir del desarrollo y el
cumplimiento de los siguientes objetivos: i) Elevar la calidad profesional de los
maestros, ii) mejorar la valoración que la sociedad tiene de la profesión docente, a
través de la articulación de los diversos programas de formación docente de la ciudad,
iii) asesorar a los maestros en la realización de proyectos sobre convivencia y
democracia escolar y iv) promocionar escenarios de encuentro entre los maestros. La
construcción de una alianza como un esfuerzo interinstitucional y como un acuerdo
social para gestionar el proyecto, se ha constituido en el soporte para la legitimación y
apropiación de este; por consiguiente, esta alianza ha contribuido a la acumulación de
capital social en la medida que, además de facilitar el desarrollo del proyecto en cada
una de sus estrategias ha construido un aprendizaje social de gran importancia para la
creación de procesos de trabajo con maestros.
A modo de análisis
84
resistencia; v) la actuación de los maestros en su compromiso ético-político fundado
sobre el reconocimiento de la diferencia y la tramitación de los conflictos, y vi) el
diseño de materiales pedagógicos como módulos temáticos para la formación de
maestros, herramientas para la integración de los derechos humanos a las
comunidades escolares y guías de trabajo sobre habilidades psicosociales.
37
Específicamente hacemos mención de Marco Raúl Mejía, Lola Cendales, Alfonso Torres, German
Mariño, Jorge Posada, Alfredo Ghiso, Mario Acevedo, Mario Sequeda, Mario Peresson, Miriam Zúñiga,
Francy Molina, Pilar Cuevas, Disney Barragán, Jairo Muñoz, Graciela Bolaños.
85
inscribe en el anclaje territorial, tanto en el ámbito teórico como en el contextual de la
pedagogía crítica en Colombia. En ese sentido, la revisión documental soporte de esta
elaboración reconoce los acumulados de esta corriente y sus principales exponentes,
identificados en estos programas.
38
Es relevante destacar que inicialmente quien habla por primera vez sobre una pedagogía crítica
liberadora es Freire; es a él a quien se debe el origen mismo de esta denominación, y a su vez la
composición teórica que la diferencian de otras propuestas.
39
Cuatro categorías están implicadas en la práctica, según Freire, los sujetos el condicionamiento social
del saber, el concepto de ideología y la intencionalidad humanizadora.
86
como la Cátedra Paulo Freire40, grupos de estudio y centros de formación en educación
popular, redes de educación popular, los cuales intentan constituirse en escenarios
de reflexión permanente en torno a temas-problemas de interés académico y social. El
siguiente cuadro presenta los desarrollos de estos programas.
En la ciudad de Bogotá:
Licenciatura en educación comunitaria con Escuela, memoria y subjetividad
énfasis en derechos humanos. Inclusión educativa
Prácticas comunitarias. Comunidad e interculturalidad
Maestría en Educación, línea en educación Educación comunitaria y apoyo a
comunitaria. organizaciones sociales.
Diplomado en Pedagogía Social. Educación en derechos humanos
Construcción de cultura política
Cátedra Paulo Freire Sistematización y diálogo de saberes
Organizaciones populares, identidades y
ciudadanías
40
Agenciada por un colectivo de maestros en la Universidad Pedagógica Nacional. También por la
Cátedra “Pensamiento Social Orlando Fals Borda” coordinada por Tjer. http://www.tjer.org/
87
Universidad de Antioquia, Medellín. Interculturalidad.
88
validación de programas nuevos o la renovación de estos, vía expedición de registros
calificados41dado que no le otorgan relevancia a este tipo de énfasis. Igualmente el
requerimiento, para que, desde las Facultades de Educación se garantice la
sostenibilidad de estos programas. Un asunto tensionante es que no se cuenta con
suficiente personal de maestros formados en el campo de la pedagogía crítica, lo que
ha generado poca rigurosidad en las construcciones curriculares y finalmente no se
cuenta con publicaciones que permitan difundir los desarrollos teóricos y
metodológicos en el campo de las teorías críticas en educación y los existentes no
logran estar en escenarios amplios de debate e interlocución.
Ante la debilidad del Estado para garantizar la realización plena de los derechos y la
fragilidad de la institucionalidad democrática, estas organizaciones no
gubernamentales se legitiman en Colombia y particularmente en las escuelas como
actores sociales y educativos que promueven el desarrollo de una cultura política
democrática y la constitución de sujetos, mediante la acción colectiva, el debate, la
formación, la concertación, la incidencia en agendas educativas, la generación y
difusión de conocimiento. A su vez se reafirman en la vocación de contribuir en la
consolidación de corrientes críticas de pensamiento como fundamento de la acción de
transformación social, mediante la implementación de procesos comunicativos,
organizativos y pedagógicos.
41
Estas disposiciones jurídicas y administrativas son tramitadas por la ley 30 de 1992, por el cual se
organiza el servicio público de la educación superior.
89
forma sugieren la necesidad de actuar en red con otros actores mediante el
afianzamiento de alianzas y articulaciones con la finalidad de actuar en estrategias de
formación en escuelas.
90
empoderamiento de sus actores. Es importante significar que sus acumulados teóricos
se inscriben en varias corrientes pedagógicas críticas, las cuales han generado procesos
y dinámicas emergentes en torno a problemáticas y desafíos que enfrentan en medio
de la violencia política y del conflicto social en Colombia. Como puntos de tensión en
éste ámbito se identifican la ausencia de una política de financiación la cual limita la
autonomía de sus estructuras de gestión; así mismo la sostenibilidad de sus dinámicas
organizativas. Preocupa la poca divulgación de sus producciones investigativas.
42
Particularmente nuestro país ha sido escenario de experimentación en la configuración de diferentes
modelos en la constitución de redes, que dan cuenta de la necesidad de intencionar estos espacios
organizativos, de formación, investigación y gestión con la finalidad de incidir en políticas educativas y
a su vez de formular propuestas solidarias que movilice proyectos alternativos a nivel nacional, regional
y local. Un trabajo valioso fue el agenciado en la Universidad Pedagógica Nacional como la red de
cualificación de educadores en ejercicio- RED-CEE- que cuenta con la revista Nodos y Nudos como el
espacio de difusión de las escrituras que realizan los maestros sobre sus prácticas pedagógicas. Dirige
esta publicación la profesora Clara Chaparro. Se recomienda también el trabajo de MARTÍNEZ, M.
(2006). Redes pedagógicas y constitución del maestro como sujeto político. Tesis doctoral. Madrid:
UNED.
91
el interés de transitar caminos hacia la solución de la problemática educativa, sobre
todo en la enseñanza del lenguaje, de la lengua y de la literatura y sus relaciones con
otras áreas.
43
Libro publicado en el 2012. Bogotá. http://mseducacion.wordpress.com/page/2/
44
La Plataforma de Políticas Educativas es una red de personas e instituciones que busca crear un
diálogo nacional para fortalecer dinámicas de incidencia en los diferentes escenarios donde se realizan
procesos de formulación, aplicación, monitoreo, seguimiento y evaluación de políticas educativas.
Pretende consolidar un movimiento de pensamiento y opinión capaz de contribuir al reconocimiento y
valoración de los maestros y maestras y de la institución educativa como sujetos de políticas públicas,
rescatando su carácter de intelectuales, de sujetos activos de la cultura, dueños y productores de un
saber y sujetos sociales y políticos con responsabilidad en la construcción de ciudadanía. La Plataforma
de Políticas Educativas tiene nodos regionales en, Bogotá y en Barranquilla Cartagena, Montería y
Riohacha en la Costa Caribe. En la actualidad estos nodos están articulados a la Coalición Colombiana
por el Derecho a la Educación, miembro de la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación.
Texto registrado en: http://forolatinoflape.blogspot.com/p/quienes-somos.html
45
Este proyecto registra 9 libros publicados entre el 2000 y el 2005, sobre; “las formas de hacer escuela,
.
de hacer maestro, de hacer pedagogía y de construir comunidad educativa” Algunos títulos de los libros
son producidos en la Universidad Pedagógica Nacional como: “Con los dedos en la filigrana”, “Pensando
en el viaje”, “Caminantes y caminos”, “Huellas y registros”, “Preparando el equipaje”; entre otros.
92
nacional, las formas de observar los conflictos locales, regionales y nacionales en pro
de lograr un reposicionamiento de la escuela, el maestro y la pedagogía en el ámbito
de la cultura y la política. Dicha expedición permitió explorar la riqueza y diversidad de
experiencias y saberes pedagógicos existentes en el país ocupándose de asuntos
propios de la pedagogía (prácticas, investigaciones, formación y formas organizativas
de maestros).
93
Sindicato de maestros colombianos: Educación como un derecho y como un
Centros de educación e investigación asunto público
docente (CEID). Dignificación de la profesión docente
Conflicto y educación
Movimiento pedagógico
Red nacional de experiencias pedagógicas Línea de trabajo sobre: inclusión social,
con población en situación de interculturalidad y educación
desplazamiento Políticas públicas
Plataforma de políticas educativas
46
La Mesa es un espacio de encuentro y articulación de distintas iniciativas para posicionar la educación
en Colombia en el debate público nacional, sobre la base de un conjunto de contenidos y propuestas
alternativas con sentido crítico. Entre las actividades que realizan estas Mesas están los ciclos de
tertulias que desarrollan cada semestre con diferentes actores sociales interesados en el tema educativo
(maestros, estudiantes, organizaciones no gubernamentales, organizaciones gremiales y organizaciones
comunitarias). Con las tertulias se busca generar campos de formación, polémica, confrontación,
discusión y divulgación sobre asuntos cruciales de la educación y la actual contrarreforma, que permita
establecer nuevas dimensiones de las problemáticas.
94
diversas formas de hacer escuela y ser maestro, identificadas a través del desarrollo
del movimiento pedagógico colombiano.
47
Esta situación hace parte de la crisis económica, social y política en que se debate el país. La defensa
de la educación pública se inscribe, por lo tanto, en una lucha más amplia que compromete a todos los
sectores sociales y políticos que estén por alcanzar mayores libertades políticas, mejores condiciones de
vida, y fundamentalmente el posicionamiento y reconocimiento del maestro como un intelectual de la
pedagogía.
95
Las prácticas que se reconocen en esta cartografía y agenciadas desde la escuela y
fuera de ella, nos permiten inferir que se sitúan en unos ejes articuladores.
Reconocemos los siguientes: diálogo de saberes, construcción colectiva, lectura crítica
del contexto, capacidad de acción político- pedagógica, identidades compartidas,
afirmación del maestro como sujeto político y productor de saber pedagógico. La
siguiente gráfica ilustra estos ejes:
96
Estas prácticas producen formas de resistencia que le apuestan por construir
democracia, ampliar el horizonte participativo, trascender la representatividad política
y devolverle al escenario escolar los debates sobre el sentido de lo público en la
educación. La pedagogía crítica en estas prácticas se inscribe en unos énfasis
temáticos, los cuales se agrupan en los procesos orientados en la formación, la
investigación, la innovación, la organización y movilización. Se presenta la siguiente
gráfica que recoge la síntesis de estos énfasis articulados en cinco temáticas:
ÉNFASIS
TEMÁTICOS
97
proyectos de formación y de investigación en universidades, procesos de promoción y
desarrollo, dinámicas gremiales, plataformas educativas, redes pedagógicas y
movimientos sociales por la educación. Ver gráfica:
98
Gráfica No 4: Planos de Análisis
Comunidades de saber
pedagógico en diálogo con la
escuela y el contexto
Nucleamientos de organización
Expresiones de resistencia
como potencialidad ético-
como posicionamiento de la
política de la pedagogía crítica
pedagogía crítica
de la PC
Fuente: Elaboración de los
autores.
deben operar dentro de condiciones que les permitan reflexionar, leer, compartir
su trabajo con otros, producir materiales curriculares, y publicar sus logros dentro
y fuera de sus escuelas locales. (…) A través de la lucha por condiciones que
promuevan la enseñanza conjunta, la investigación y publicación colectiva, y la
planeación democrática, los maestros abrirán nuevos espacios para un discurso y
una acción colectiva creativa y reflexiva (1998, p. 86).
99
hacen y por supuesto en las tensiones que afronta en la escuela en torno a sus
actuaciones pedagógicas, las cuales se sitúan en la valoración social que le otorga la
sociedad, en su historia personal que construye cotidianamente en su actuación, su
responsabilidad como sujeto público y su posicionamiento ético- político.
100
procesos de formación, investigación e innovación pedagógica, iii) poca sistematicidad
en la interlocución temática, política y pedagógica de los actores implicados en los
diferentes escenarios institucionales y comunitarios, iv) la desigual apropiación de
unos referentes de comprensión sobre los objetos de las innovaciones y de las
comunidades de saber, v) deslegitimación de las prácticas por parte de las Facultades
de Educación y vi) la crisis de la profesión docente en Colombia, la cual se visibiliza en
la crisis de significación social y de identidad profesional.
101
Al politizar la idea de la enseñanza escolar, se hace posible aclarar el papel que
educadores e investigadores educativos desempeñan como intelectuales que
actúan bajo condiciones específicas de trabajo y cumplen una determinada
función social y política. Las condiciones materiales bajo las cuales trabajan los
profesores constituyen la base tanto para delimitar como para potenciar el
ejercicio de su función como intelectuales (1997, p. 36).
Por consiguiente, el papel de los maestros como intelectuales no sólo tiene que ver
con la apropiación de un saber o la elaboración teórica y su reflexión, sino que además
se combina con la acción, con la finalidad de luchar contra las injusticias y convertirse
en un actor crítico y transformador de las condiciones de opresión y explotación que se
dan en la escuela y en los espacios donde realiza su trabajo. Desarrollar una pedagogía
crítica significa, para Giroux,
Que la pedagogía tome en cuenta los espacios, las tensiones y las posibilidades de
lucha dentro del funcionamiento cotidiano de las escuelas. Subyace a esta
problemática la necesidad teórica y política de generar un conjunto de categorías
que no sólo nos proporcione nuevas modalidades de cuestionamiento crítico, sino
que también señalen estrategias y modalidades de práctica alternativas en torno a
las cuales tal pedagogía se pueda hacer realidad (2003, p. 179).
102
producción y legimitación de diversos intereses políticos, económicos y sociales a
través de las pedagogías que ellos mismos aprueban y utilizan.
103
mismo hay discontinuidad de algunos actores; el poco reconocimiento y
fortalecimiento de las redes sociales en torno a la educación y las tensiones entre lo
nacional/ regional y local que se hacen visibles entre los diferentes espacios
organizativos y sus respectivas reivindicaciones.
104
investigativas al ejercicio profesional, además de exigir mejores condiciones socio-
laborales y la participación de los maestros en la actividad política democrática.
48
Las movilizaciones son procesos sociales territorializados (ya sea de carácter nacional, regional o local)
que actúan sobre problemas, temáticas y agendas concretas mediante los cuales los sectores
educativos populares consideran necesario agenciar para defender la protección de sus derechos a
partir de diversas acciones de resistencia como el cabildeo, asambleas, mitines, marchas, etc.
105
relación con las hegemonías ideológicas, los contenidos de las reivindicaciones, la
lucha por las actuaciones de representación, liderazgo de los maestros y las
jerarquizaciones en las acciones de denuncia, entre otros. De ahí que la resistencia en
este plano adquiere múltiples formas vinculadas con la impugnación, la confrontación,
la interpelación, la insubordinación, la transgresión y la oposición y a partir de estas
manifestaciones opera en acciones de protesta como paros, marchas, asambleas,
huelgas, plantones, movilizaciones y cabildeos; entre otras expresiones, para la
discusión, el posicionamiento, la denuncia y la reivindicación de pliegos, pactos y
proyectos como los que registran los colectivos de maestros en los procesos de
movilización social. Encontramos entonces de acuerdo a Nieto, J. (2008) que la
resistencia se despliega en un campo de fuerzas conflictivo e instituyente; está en cada
acto, en cada expresión colectiva como posibilidad siempre abierta y latente, que sólo
puede ser activada por sujetos colectivos en posición de resistir, los cuales se
caracterizan por agenciar prácticas en modalidades de acción colectiva con un carácter
emancipatorio.
A partir de estas consideraciones sobre los planos de análisis que intenta presentar una
lectura reflexiva sobre las prácticas instituyentes, se hace necesario formular una
agenda pedagógica que intente concretar los siguientes retos:
106
Colocar el tema pedagógico en los medios de comunicación, con el fin de visibilizar los
avances en la construcción de los debates que se están dando en el país 49 y las
búsquedas que se vienen haciendo sobre las diversas formas de hacer escuela y ser
maestro, identificadas a través del desarrollo de las prácticas instituyentes de la
pedagogía crítica.
49
En relación con las construcciones de un estatuto único docente ( FECODE) y una ley de educación
superior por la Mesa Amplia Nacional Estudiantil ( MANE)
107
es decir, no como límite sino como exigencia de construir las mediaciones a través de
las cuales se configuran comunidades filiales y afectivas.
Negociación Cultural
Comunicación
Sociabilidad Democrática
Contextualización
Proceso sinérgicos
Este análisis situado en algunos retos y en criterios para viabilizar las múltiples
prácticas instituyentes de la pedagogía crítica permite construir nuevos caminos para
la acción política, haciendo posible en los maestros la expresión de lo político-
pedagógico, como una tarea anudada a la transformación de sus propias
subjetividades, de sus espacios de trabajo y por ende de la sociedad. En las ecologías
que agencian estas prácticas son fundantes sus apuestas en torno a las
transformaciones emancipatorias que se puedan orientar, su carácter autopoiético,
una actitud crítica en torno a los modos de ejercicio del poder, la apertura dialógica
108
con actores de instituciones y espacios populares y las creaciones pedagógicas que
potencien existencialmente al maestro en formación como sujeto ético-político.
Los maestros deben convertir los salones de clase en espacios críticos que verdaderamente
pongan en peligro la obviedad de la cultura; por ejemplo, la forma en que es usualmente
construida la realidad como una colección de verdades inalterables y relaciones sociales
incombinables. Deben rescatar los ‘conocimientos sojuzgados’ de los que han sido marginados
y privados de derechos, cuyas historias de sufrimiento y esperanza raramente se han hecho
públicos.
Peter McLaren.
109
Estos se proponen como orientaciones que posibiliten pensar la pedagogía crítica en
relación con los maestros, sus prácticas pedagógicas y la escuela, desde una visión
social de compromiso y apertura.
110
comunidades desde unas condiciones atareas (jóvenes, niños, adultos) que asumen la
dinamización de proyectos de vida colectivos, respaldados por unos principios éticos
de justicia y solidaridad, así mismo compartir prácticas generadas en el mundo de la
vida, en el mundo experiencial, en el mundo de la alteridad, en el territorio de la
memoria.
Se propone entonces la pedagogía crítica en relación con estos desafíos, como una
expresión de resistencia, indignación, afirmación y compromiso de maestros,
educadores e investigadores que posibilite la construcción del vínculo social desde las
diferencias y desigualdades. En esa medida también se propone como una praxis que
moviliza sentidos de pertenencia y construcción de colectivos en pro de la justicia social
en cada uno de sus órdenes. La pedagogía crítica se construye y se moviliza desde la
memoria, el territorio, el conflicto, las sensibilidades, el cuerpo, el poder, saberes y
prácticas que configuran las actuaciones de los maestros en espacios escolares y
comunitarios.
111
La pedagogía crítica se constituye en un espacio para la denuncia y el anuncio,
denuncia de las condiciones estructurales de desigualdad en todos sus órdenes
(económicas, políticas, culturales y educativas) y de anuncio desde la posibilidad de
implicarse con el “otro”, de hacerse responsable y en esa medida comprometerse en la
lucha por construir modos de vida más justas, más democráticas y solidarias.
La pedagogía crítica es también una cantera de preguntas, que desinstala las pocas
certezas que se tienen para avizorar allí -en el inédito viable- como lo nombra Freire,
posibilidades de actuación colectivas de transformación de las condiciones existentes
en la escuela. Por ello, la necesidad de preguntarse por los siguientes asuntos:
112
Y por supuesto se necesita conversar larga y pausadamente sobre preguntas que se
requieren abordar; ¿Qué tramitan los maestros en el proceso de formación? ¿Qué les
gusta a los maestros de sus estudiantes? ¿Qué reclaman los estudiantes a sus
maestros?
113
No te salves
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo.
Pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
Mario Benedetti.
114
CAPITULO TRES
Didáctica Crítica
Elementos para su comprensión
115
Se le equipara igualmente con las ciencias de la educación en una relación de
aplicación técnica de teorías científicas acerca de la enseñanza- aprendizaje y en los
últimos tiempos las políticas educativas de corte neoliberal y eficientista la han
reducido a un conjunto de pasos para lograr los resultados exitosos en las pruebas de
evaluación masiva.
Casi todos los maestros están de acuerdo en que la didáctica es la parte más
instrumental de la pedagogía y se refiere a un conjunto de métodos y técnicas para
enseñar con eficiencia. Queda, así, atrapada y enrarecida la didáctica en un simple
ritual de actividades que se heredan o se transmiten por la tradición, por la imitación o
por la autoridad de quien contrata al maestro. Investigaciones realizadas sobre la
enseñanza en las Escuelas Normales de Colombia 50, mostraron al maestro como un
artesano intelectual, que aprende su oficio por imitación.
Los avances en el campo de la pedagogía nos permiten hoy reconocer que, como
construcción social e histórica, el concepto y alcance de la didáctica está ligado de una
manera natural a su estatuto de saber y su relación con la práctica.
50
Al respecto se señalan los estudios de Aracely de Tezanos, Mario Díaz, Humberto Quiceno y Rodrigo
Parra Sandoval; entre otros.
116
En palabras de Zuluaga (1999) “la didáctica es un conjunto de conocimientos referentes
a enseñar y aprender que conforman un saber” ( p.139) ; por lo tanto no es una simple
metódica o la aplicación de unas fórmulas para enseñar bien, sino que suponen una
antropología pedagógica, un objeto de enseñanza, un saber específico, unas teorías
del aprendizaje, unos contextos y unos sujetos, por eso no es lo mismo enseñar física
que enseñar ciencias sociales, su didáctica es diferente, ni es lo mismo enseñar a niños
que a adolescentes o a adultos. En la didáctica como “saber” podemos localizar
conceptos teóricos y prácticos acerca de la manera de conocer, los aprendizajes, la
enseñanza de los contenidos científicos o disciplinares, a los métodos y a las
condiciones que hacen posible la enseñanza de los saberes específicos. No es un
simple discurso sobre la enseñanza desde visiones ingenuas de la realidad sino una
categoría que emerge de la historia misma de la educación y de las prácticas
pedagógicas.
De acuerdo con estos planteamientos existe otra dimensión de la enseñanza, más allá
de lo empírico, o como práctica del enseñar aquí y ahora; esta dimensión ubicaría la
didáctica en el campo de la racionalidad como vía al pensamiento y no como objeto de
descripción.
51
Grupo de investigación conformado por Olga Lucía Zuluaga, Alberto Echeverri, Alberto Martínez
Boom, Alejandro Álvarez, Humberto Quiceno, Javier Sáenz, Oscar Saldarriaga; entre otros.
117
la interacción entre docentes y alumnos que se apropian de códigos especializados y
construyen una ética que regula el debate argumentado. La didáctica así entendida
sería el conjunto de reglas que rigen la cultura académica en el intercambio
comunicativo entre docentes y alumnos. Enseñar sería socializar en la cultura propia
de las disciplinas, apropiarse de los códigos elaborados de las comunidades y ver y
actuar como ven y actúan quienes viven en el mismo mundo paradigmático.
Justificación de la didáctica
La educación ha asumido varias formas según los fines que la animan de acuerdo con
las concepciones de sociedad, de cultura y de hombre que le sirven de sustento “si,
por nuestra parte creyéramos, que todas las formas de influencia sobre las personas,
independientemente de las posibilidades que ellas otorguen al despliegue de
disposiciones personales y del respeto a su libertad, pueden ser consideradas
modalidades legítimas de educación, entonces podríamos decir que la didáctica no es
necesaria” (p. 19).
La historia de la educación siempre ha estado marcada por los intereses de los actores
sociales y por ello es preciso superar una mirada ingenua que idealiza la educación
como el mayor bien social posible sin hacer ningún esfuerzo por develar su sentido,
propósitos y consecuencias
Se puede enseñar de diferentes maneras: “si creyéramos que todas las formas y
modalidades de enseñanza que existen tienen el mismo valor, esto es, que son
igualmente eficaces para el logro de los propósitos de la educación, entonces la
didáctica no sería necesaria” (p.20). La enseñanza como práctica social, académica,
pedagógica, está inscrita en concepciones epistemológicas, éticas y políticas que le dan
significado a la acción y marcan pautas de actuación de los maestros. Vale entonces
reconocer que la “enseñanza” va más allá de la simple repetición de recetas o el
cumplimiento de algoritmos fragmentados en secuencias determinadas de antemano y
se convierte en una categoría compleja anclada en la cultura.
118
debe transmitir los contenidos disciplinarios y científicos con la misma lógica que se
descubrieron y con la que se justificaron y organizaron en cada campo disciplinario,
entonces la didáctica no sería necesaria” (p.20). Es la llamada “transposición
didáctica”, que investiga la relación entre el saber sabio y el saber para ser enseñado
que está mediado por preguntas como: ¿para qué?, ¿a quién? ¿cómo? Y que no se
reduce a la simple transmisión de contenidos específicos de las ciencias, sin contextos,
sujetos, ni intereses.
Los aprendizajes en realidad no son iguales para todos: “si creyéramos que esta
situación es deseable o que no puede o debe ser transformada para lograr la inclusión
de todos en altos niveles de desempeño y de información, entonces la didáctica no sería
necesaria” ( 21). Como se ha establecido en la psicología cognitiva y las experiencias de
la enseñanza para la comprensión, existen las inteligencias múltiples que aprenden
desde perspectivas diversas en lo kinético, lo espacial, lo individual, lo colectivo, lo
artístico, lo musical, lo lógico, etc. Mucho más cuando se piensa en la exclusión, el
marginamiento, el racismo, o la inequidad existente en el sistema educativo.
Algunos autores sostienen que el límite del aprendizaje que las personas pueden
alcanzar esta determinado genéticamente o por las aptitudes con que ha sido dotada:
“si creyéramos que el destino del alumno esta fatalmente determinado y que la acción
del profesor se limita a identificar cuáles son los alumnos que están en condiciones de
aprender y cuáles no podrán superar su incapacidad natural, la didáctica no sería
necesaria” (p. 21). Es por esto que aceptamos que la única criatura que debe, que
tiene que ser educada es el hombre a diferencia de los animales que se pueden
adiestrar pero no educar en el sentido de apropiarse del patrimonio cultural de una
sociedad. Hay pues una relación dialéctica entre naturaleza y cultura que es lo que nos
permite hacernos cada vez más humanos y este es el propósito de la educación.
La evaluación del aprendizaje de los alumnos está reglamentada a nivel nacional y las
pruebas dan cuenta de si se están aplicando los estándares por parte de los profesores
y todo ello orienta la enseñanza. “si creyéramos que con la supervisión de la aplicación
119
de las normas y reglamentaciones vigentes se logra resolver los problemas que plantea
la evaluación que puede hacer el profesor de lo que el alumno ha aprendido, entonces
podríamos afirmar que la didáctica no es necesaria” (p.21). Por esta razón es preciso
denunciar también las pretensiones “cientificistas” de ciertas políticas educativas que
pretenden estandarizarlo todo, para dar cuenta homogénea de lo que se tiene que
aprender y por tanto de lo que se debe enseñar, como si la educación fuera una
mercancía.
Enseñar es una labor compleja: “si pensáramos que enseñar es fácil, que el profesor
nace con talento para enseñar y que si lo tiene eso le será suficiente para resolver los
problemas que se le presenten en su trabajo; si pensáramos que todo está bien en la
educación o que es poco lo que se puede hacer para mejorarla, entonces construir
conocimientos didácticos seria una tarea superflua y sin sentido” (p. 21). La enseñanza
como práctica se alimenta de la teoría que le da sentido pero es la práctica misma la
que le da contenido. Como práctica histórica la enseñanza es un acontecimiento
complejo que no solamente supone saber lo que se enseña sino también cómo
enseñarlo y esto nos abre al extenso campo de las corrientes pedagógicas que desde el
siglo XVII vienen construyendo conocimiento sobre tan importante práctica social.
una disciplina teórica que se ocupa de estudiar la acción pedagógica, es decir, las
practicas de enseñanza, y que tiene como misión, describirlas, explicarlas y
fundamentar y enunciar normas para la mejor resolución de los problemas que
estas prácticas plantean a los profesores. Como tal no puede permanecer
indiferente ante la opción entre diversas concepciones de educación, de
enseñanza, de aprendizaje y ante el examen crítico de los alcances sociales de los
proyectos de acción educativa (2008, p.22).
Hay aquí una opción por asumir la didáctica como un conocimiento que se construye
en el ámbito de las ciencias sociales y que da cuenta de unas prácticas de enseñanza
mediante la aplicación de métodos de investigación de corte cualitativo como la
hermenéutica, la etnografía, la fenomenología o la teoría crítica.
Si, algo queda claro es que el termino didáctica como construcción social e histórica
aparece anclado a diferentes perspectivas teóricas: como hecho social, como categoría
compleja, como competencia comunicativa especializada, como práctica de
120
enseñanza, lo que nos obliga a mantener una vigilancia epistemológica para no caer en
dogmatismos o en relativismos que la recortan o la reducen.
Clases de didáctica
121
contexto del aula, su sentido y significado para comprenderlas en un ejercicio
investigativo hermenéutico que la equipara a una ciencia social. La didáctica es
también prescriptiva ya que da pautas para iluminar la acción practica, nos dice que y
como debemos actuar para que la enseñanza sea adecuada a los fines que persigue.
Tendencias didácticas
Se afirma su ruptura con los enfoques técnicos: luego de las enconadas denuncias
contra el positivismo y el señalamiento de los límites del enfoque técnico-instrumental
en la epistemología, las ciencias sociales, la pedagogía, el currículo y la evaluación, la
didáctica se encamina ahora por otras corrientes que superan lo tradicional,
122
conductista y espontaneísta para centrarse en lo histórico-cultural o en la tradición
crítica.
Nuevas visiones acerca del profesionalismo docente: Estos anteriores desarrollos traen
aparejada una nueva visión del maestro, como profesional de un saber que puede ser
enseñado sin profundidad en el campo pedagógico y que convierte al maestro en un
“operador educativo”, que domina y aplica un conjunto de prescripciones legales que
determinan su oficio. En una “extraña” alianza entre neoliberales y constructivistas se
configura un dispositivo de control sobre las prácticas de enseñanza que atrapa al
52
Al respecto ver Rafael Porlán en “Constructivismo y escuela” Sevilla. Díada.1993.
123
docente y le anticipa una condición de empleado al servicio de la educación,
fuertemente regulado por un estado evaluador53.
Tanto por las políticas neoliberales en educación como por la legislación sobre la
profesión docente así como por la debilidad de los proyectos académicos de las
Facultades de Educación y Escuelas Normales Superiores sumado a la apatía por las
organizaciones gremiales del magisterio, estamos asistiendo a una despedagogización
y desprofesionalización de los docentes con profundas consecuencias en el campo de
la formación profesional y en el desconocimiento de la pedagogía como el saber
propio del maestro.
Pedagogía y didáctica.
De igual manera Sánchez (2009), plantea que la ecuación que se establece con base en
este interés técnico-instrumental para la educación es posible esquematizarla, así:
evaluar = medir = obtener resultados en pruebas masivas sobre aprendizajes
mínimos = cuyos porcentajes comparados a nivel internacional reflejan la calidad de
las instituciones.
53
Estas tendencias se contextualizan en el marco del nuevo estatuto sobre el maestro.
124
No obstante, desde hace mucho tiempo los investigadores en el campo de la
pedagogía (Niño, Díaz Barriga, Álvarez, Díaz Borbón, Santos Guerra, Camilloni, Litwin, han
venido señalando las limitaciones de este enfoque y llamando a una toma de posición
por la pedagogía crítica. De hecho se hace particular énfasis en la necesidad de
desenredar las confusiones en el llamado, “discurso del control” desde la perspectiva
del análisis crítico propuesto por Teun A. Van Dijk (1997).
125
En su libro Didáctica y Curriculum, el profesor Díaz Barriga (1992), establece una
estrecha relación entre estas dos nociones. Señala que es desde la didáctica como se
originó el diseño curricular, para circular una hipótesis acerca de la formación integral
del ser humano, pero que el afán industrializador encontró en la teoría curricular una
tecnología para direccionar y controlar los procesos educativos reemplazando el saber
sobre la enseñanza por el dominio de unas técnicas para formular objetivos, hacer
evaluaciones y programar contenidos. Pero también es preciso relievar la relación
pedagogía-didáctica para evitar dos peligros que han sido señalados por el profesor
Ricardo Lucio (1989).
El segundo, lo podemos llamar activismo o “la didáctica sin pedagogía”, que se reduce
a la aplicación de métodos y algoritmos para la enseñanza sin detenerse a pensar sus
fundamentos, como lo hace la tecnología educativa y el diseño instruccional. Este
peligro constituye una reducción de la didáctica al espontaneismo del maestro.
Señala este mismo autor (2008), tres problemas acerca de la didáctica en las
instituciones que bien pueden servirnos para la reflexión: el primero tiene que ver con
la no reflexión de las instituciones y los maestros sobre el enfoque pedagógico y
didáctico explícito, es decir no hay una sistematización y apropiación colectiva del
Proyecto Educativo Institucional lo que implica que no hay identidad. El segundo
puede ser un problema de privatización de lo didáctico y de lo pedagógico que se
entiende que la pedagogía y la didáctica son asuntos puramente personales (de cada
profesor en particular), secundarias (frente a otras prioridades de la escuela) que
deben resolverse exclusivamente en el ámbito privativo o individual del docente en
particular (el aula de clase) pero nunca discutirse con toda la comunidad educativa. La
privatización puede deberse también a la falta de espacios para compartir lo que se
hace, para construir juntos propuestas didácticas básicas que identifiquen a toda la
escuela. Es posible en tercer lugar que la escuela sucumba a las modas pedagógicas o
didácticas que de pronto dan mucho de qué hablar, justifican la asistencia a muchos
seminarios y actividades de formación docente, pero que, como todos sabemos,
suelen quedarse en el verbalismo y lo pasajero de la moda.
126
En suma, para comprender la didáctica es preciso abordar dialécticamente la relación
teoría- práctica, ya que, parodiando a E. Kant, podemos decir que la pedagogía sin la
didáctica es vacía y la didáctica sin la pedagogía es ciega.
En nuestro medio son conocidos los trabajos de Rafael Florez, Mario Díaz y los
hermanos Julián y Miguel De Zubiria y particular énfasis se ha hecho desde las formas
de enseñanza identificadas por Rafael Porlan (1993).
En el libro “Cómo identificar formas de enseñanza” Tamayo (1999) señala las pautas de
actuación propias de los maestros según cada uno de los modelos:
127
transformación de sus preconcepciones en otras más potentes, más adecuadas y más
complejas.
Es esta hegemonía del paradigma constructivista señalado ya por Estela Cols (2008),la
que campea en nuestro medio y permite que se produzca una profusión de ofertas de
capacitación de maestros supuestamente en didácticas contemporáneas que nos
hablan de pedagogía conceptual, pedagogía afectiva, enseñanza para la comprensión,
cambio conceptual, metodológico y axiológico, didáctica problémica, aprendizaje
significativo, estructuración cognitiva, aprendizaje basado en problemas, didácticas
activas, las cuales niegan o desconocen la construcción histórica del saber pedagógico
y reduciéndolo al enfoque mentalista y cognitivo de una psicología del aprendizaje que
se olvidó de la categoría “enseñanza” como objeto de la didáctica.
La psicología que se había apoderado del niño y había reducido las dimensiones de su
desarrollo a conductas observables, ahora se apodera del maestro y le marca desde la
54
Algunas de las obras de este autor son: “ Poema pedagógico”, “ Problemas de la educación escolar”,
“ El libro para los padres”
128
exterioridad de su propio estatuto epistemológico, no desde la pedagogía, lo que debe
hacer y saber, no para enseñar sino para direccionar el proceso de aprendizaje.
Y en otro lugar, afirma que “no somos animales racionales como pensó Aristóteles en
su lejana y reflexiva Grecia, sino animales pedagógicos” (p.9), porque compartimos a
diario conocimientos y saberes” nos dice confundiendo el acto de enseñar con la
pedagogía.
Cita luego a los psicólogos Myers, D.G y Bloom B. para decir que los maestros
solamente influyen en la calidad de la enseñanza en un 25%, porque el 75% depende
de cada estudiante en particular, pero después afirma que entre mejor domine el arte
y la ciencia didáctica, sus alumnos obtendrán mayor beneficio.
El autor, promete en su libro estudiar las más exitosas didácticas de final del siglo XX
porque “cada profesor debe conocer y dominar las mejores variantes mundiales de
enseñar, para así mejorar su trabajo, mejorar profesionalmente e impactar a sus
aprendices con menos esfuerzo, mayor alegría al enseñar y mayor alegría al aprender,
propósito final de la teoría didáctica” ( p. 12), o sea que reduce la didáctica a una
cuestión de sentimientos y facilismo los cuales además se pueden aumentar de menor
a mayor.
Este es el peligro de ciertos enfoques constructivistas que sin reconocer sus límites se
apropian el campo complejo de la pedagogía y por ende de la didáctica,
desconociendo que la vida mental se vive con otros, es comunicada en el lenguaje y se
inscribe en la cultura, así como no hay lenguaje privado tampoco hay comprensión
posible del mundo entre dos mentes separadas e independientes.
Corroborando la tesis de que la pedagogía sin didáctica es vacía y que la didáctica sin
pedagogía es ciega, es relevante preguntar por: ¿cual es la didáctica de la pedagogía
crítica? Para atender este interrogante se señalan cinco características de la
pedagogía crítica:
130
Una educación que piensa la formación centrada en los contextos: esto quiere decir
que toda educación como proceso social se enmarca en un contexto de relaciones
entre sujetos, saberes, instituciones y prácticas, marcadas por las ideas y paradigmas
de la época y por la manera como los actores sociales se apropian y empoderan frente
ellas. De acuerdo con esta característica la exigencia significa leer y posicionarse frente
a nuestro propio contexto social, político, cultural, científico y tecnológico,
reconociendo en el sus potencialidades y problematizaciones. Algunas preguntas
sugerentes implicadas en las actuaciones de los maestros, pueden ser: ¿Qué dice la
historia de Colombia?, ¿como se asumen las configuraciones familiares, barriales,
ciudadanas?, ¿como está nuestro sistema educativo?, ¿cuales son las políticas
educativas y cómo se expresan en normas y decretos?, entre otras.
Una educación que recupera los sujetos: Significa que se preocupa por el estudiante y
el maestro de carne y hueso, sus circunstancias y sus imaginarios, sus características y
sus niveles de desarrollo psíquico, social, lingüístico, moral, político. Lo coloca como un
referente fundamental en el proceso educativo que no es solamente la enseñanza de
saberes o ciencias, la erudición o la adquisición de conocimientos sino también y con la
misma fuerza la formación como persona, con dignidad y sujeto de derechos y
deberes, con saberes y valores que configuran su mundo como sujeto epistémico y
ético, con ideas y representaciones a partir de las cuales puede aprender otras nuevas
pero sin las cuales no es posible aprender, porque aprender es transformar lo que ya
se tiene en el orden conceptual, práctico, axiológico o metodológico. Una educación
que valora el sujeto como capaz de autonomía, libertad y crítica. ¿Quién es el ser
humano?,¿como aprende el ser humano?, ¿quien es el otro y quién soy yo en el
proceso educativo?
131
amarrado a intereses deshumanizantes. Esta educación liga lo teórico con lo práctico y
se compromete en la defensa de los débiles y excluidos, denuncia las múltiples formas
de colonización de la vida cotidiana. ¿Cómo desarrollar comunidades de indagación
que develen las condiciones de inequidad y organicen proyectos transformadores?
Así como en el capítulo uno, se presentaron las afinidades y diferencias entre McLaren,
Fals Borda y Freire, pero también y definitivamente unas fuentes sólidas en lo
epistemológico para fortalecer las pedagogías críticas, seleccionamos para el campo de
la didáctica tres autores cuyas fuentes antropológicas y éticas constituyen hoy los
cimientos para una didáctica crítica. Esperamos con este ejercicio contribuir a la
comprensión de la relación entre epistemología, pedagogía y didáctica, en el horizonte
de la teoría crítica para señalar caminos por los que transite una pedagogía de la
autonomía.
En este enfoque no se menciona con fuerza la pedagogía y muy poco la didáctica, estos
conceptos quedan subsumidos en sus discursos sobre el currículo como investigación,
la cuestión de la profesión docente, la relación entre la teoría y la práctica educativa y
el problema de la racionalidad dialéctica para la construcción de una ciencia educativa
crítica como ciencia social.
El tema se articula con los trabajos de Stenhouse, Elliot, Kurt Lewin y se alimentan de
una visión filosófica que rompe esquemas epistemológicos positivistas e
interpretativos cuyas visiones del maestro no han permitido la comprensión de su
identidad como formador de sujetos éticos y políticos.
133
la aplicación de un currículo pensado por lo expertos del Ministerio de Educación que
le anticipan una condición de sujeto sin saber pedagógico y sin identidad como gremio.
En estos autores se reconoce una propuesta del maestro como investigador y desde
allí se ilumina la pregunta por la didáctica. De igual modo se afirma una crítica rotunda
a la aceptación sin más de paquetes y manuales prediseñados para maestros
conformistas que legitiman la división entre las producciones de los teóricos y las
aplicaciones de los prácticos.
La pregunta por la profesionalidad del maestro tiene que ver con la manera como se
han construido los métodos de enseñanza y las razones que él mismo da para justificar
su práctica y a diferencia de otras profesiones como la medicina o el derecho, la
ingeniería o la economía, la profesión docente no se fundamenta rigurosamente en un
saber construido desde la investigación, dado que investigar para un docente es algo
esotérico que no tiene que ver con sus actividades cotidianas y mucho más grave aún
cuando sobre su ejercicio docente hay políticas externas que le están negando su
autonomía. No forma a sus sucesores, no define sus políticas, no regula el sistema
educativo, otros lo hacen por él.
De acuerdo con estas consideraciones, los autores justifican con urgencia la necesidad
de contar con una teoría crítica de la enseñanza que supere los modelos meramente
especulativos que teorizan sin tener en cuenta la práctica real y contextualizada o que
elaboran discursos sobre lo que debe ser y mucho menos aquellos que bajo una
racionalidad técnica, científica, instrumental pretenden explicar la labor del maestro
como la aplicación acrítica de un diseño instruccional.
Las empírico -
Técnico Instrumental
Instrumental ElEl trabajo
trabajo
analíticas
Las
Práctico Práctico
Práctico ElEllenguaje
lenguaje
hermenéuticas
La ciencias
Emancipatorio Emancipatorio ElEl poder
poder
críticas
135
investigación. Y se comprende sin mayor dificultad que el tipo de investigación
que aquí se sugiere demanda que los enseñantes se conviertan en figuras críticas
de la empresa investigadora” (p. 57).
Cuadro No 5: Característica de la
Investigación - Acción
Investigación - Acción
1 Integra el conocimiento y la acción.
136
Grafica No 6: Espiral sobre la Investigación
Acción
Análisis de
datos y Nuevo
Problema reflexión problema o
Práctico redefinición
del anterior
Análisis del Propuesta
problema y de acción y
recogida de realización
datos de la misma
Cerramos este análisis de las ideas centrales de Carr y Kemmis, interpretándolas como
un esfuerzo investigativo para situar la racionalidad de la enseñanza y el currículo en
una teoría crítica que permita la construcción de una ciencia educativa en perspectiva
socio crítica que señala las limitaciones de las visiones hegemónicas desde el
positivismo o desde la teoría interpretativa y propone a los docentes referentes
conceptuales, metodológicos, éticos y políticos para comprender su práctica.
137
Como todo enfoque crítico, comienza haciendo una lectura del contexto
contemporáneo señalando que, nunca antes como ahora, la crisis del sistema
capitalista ha resonado con tanta profundidad, amplitud y peculiaridad. Acude a
Habermas para señalar tres grandes rupturas en nuestra época: Desequilibrio
ecológico, desequilibrio antropológico y ruptura del equilibrio internacional.
Ante esta sociedad que sumerge a los estudiantes en una profunda crisis es preciso
levantar un proyecto humanista, científico, solidario y liberador que supere la
superindustrialización, la razón técnica-instrumental, el consumismo, la militarización y
el control, son las intencionalidades de este autor.
Es por este fracaso de la razón burguesa o socialista por lo que se levantan las voces de
los postmodernos para denunciar el reduccionismo y la tiranía de un modelo
hegemónico e inhumano.
Rodríguez Rojo, señala las direcciones que ha tomado esta crítica y aunque caracteriza
tendencias neoconservadoras (Bell) y deconstructivas (Lyotard, Derrida, opta por una
vía intermedia y dialéctica que denomina “Reconstructora o Reformista” apoyada en la
teoría de la acción comunicativa de Habermas.
138
importante función “Ante estas contradicciones ocasionadas por las diversas crisis
parciales de la sociedad, el papel del pedagogo y del educador consistiría en
agudizarlas inteligentemente hasta hacer estallar el descontento en pro de un
sustancial cambio ético” (pp. 26-27)
Muy ilustrativo resulta el recurso a Habermas para caracterizar los tipos de acción y
sus orientaciones, lo cual permite dar cuenta de la relación conocimiento-interés y su
relación con los modelos pedagógicos o mejor las formas de enseñanza. Los siguientes
son los marcos de acción sugeridos por Habermas:
La acción regulada por normas, cuando una comunidad acata una manera de actuar
en función de unos valores comunes. Grandes fines que se traducen en teorías
educativas que todos aceptan sin más.
La acción dramatúrgica cuando se actúa según un rol o papel que se espera del actor
según un libreto que se le asigna desde el poder.
Es desde la acción comunicativa como es posible definir una didáctica crítica que
asuma los referentes de la comunicación, de la ética y de la justicia social, basados en
139
la dignidad de la persona humana. “La didáctica crítica, supondrá un esfuerzo, hecho
desde el campo de la enseñanza y el aprendizaje, por concretar el enfoque
comunicativo de la teoría crítica y una contribución a la lucha contra el sin-sentido de la
civilización postmoderna” (p36).
La didáctica crítica , según Martínez Rojo, es una “ciencia teórico-práctica que orienta
la acción reconstructora del conocimiento, en un contexto de enseñanza aprendizaje,
mediante procesos tendencialmente simétricos de comunicación social, desde el
horizonte de una racionalidad emancipadora” (p. 41).
140
Mediante procesos tendencialmente simétricos de comunicación social, lo que indica
que se privilegia una metódica, un ambiente de clase, participativo, democrático,
dialogal y respetuoso, que forma en valores de respeto y solidaridad mediante grupos
de trabajo y aprendizaje por investigación. Simposio, mesa redonda, panel, entrevista,
foro, seminario, estudio de casos, simulación de roles, juegos, en fin una pedagogía de
la comunicación tal como ha sido planteada por los pedagogos críticos: Grundy, Carr y
Kemmis, Freire, Giroux, McLaren.
Después de señalar los focos y rasgos de la pedagogía crítica la define como “Ciencia
que trata del desarrollo de la racionalidad humana mediante un análisis de la realidad
educativa y de una reflexión crítica sobre tal exploración, en orden a liberar a la
persona y a la sociedad de las distorsiones que las ideologías imperantes pueden
introducir en la organización de las estructuras socioculturales” (p.131).
La didáctica crítica
El profesor Rodríguez Rojo, afirma que en principio, cualquier adjetivo que acompañe a
la didáctica supone una metateoría en la que se apoya su explicación (sistémica,
comunicativa, práctica, crítica, artística, logarítmica, curricular) y aclara que no acepta
la metateoría curricular para la didáctica porque para él las teorías curriculares y las
teorías didácticas son lo mismo y acoge mejor la clasificación de Contreras, en el
siguiente ordenamiento: i) teorías que hacen una opción normativa para la enseñanza,
ii) teorías que plantean un procedimiento técnico científicamente fundamentado, iii)
teorías que plantean sólo la explicación-investigación del currículo, iv) teorías que
141
expresan una visión crítica del currículo, v) el lenguaje práctico como forma de tratar el
currículo y, vi) teorías que entienden la práctica del currículo como un proceso de
investigación.
Según Martínez Bonafé, los cimientos de esta teoría y práctica educativa estarían en
los siguientes principios: “El rechazo de paradigmas funcionalistas, basados en la
racionalidad positivista y tecnológica; la importancia de la conciencia histórica como
dimensión fundamental del pensamiento crítico, iluminando la comprensión de las
interacciones entre la vida individual y social, por un lado y la experiencia y la historia,
por el otro; las relaciones entre la cultura y el conocimiento con los procesos
particulares de dominación y subordinación social; o el modo en que el conocimiento
debe conectarse con los intereses y necesidades particulares y construirse en la acción”
( p.137).
142
Correspondencia entre los requisitos de cualquier definición de didáctica y la
aceptada en el texto.
ELEMENTOS INVARIABLES O
DEFINICIÓN PERSONAL TENIENDO EN
REQUISITOS DE CUALQUIER
CUENTA A LA T.A.C.
DEFINICIÓN DIDÁCTICA
Racionalidad emancipadora incluida en la
Metadidáctica (Axiología)
racionalidad comunicativa de Habermas
Fuente: Rodríguez Rojo, Martín (1997) Hacia una didáctica crítica. Pág.139. Madrid: Editorial Muralla, S.A.
Llegamos así a la definición de didáctica crítica, la cual se entiende como “la ciencia
teórico práctica que orienta la acción formativa en un contexto de enseñanza
aprendizaje mediante procesos tendencialmente simétricos de comunicación social,
desde el horizonte de una racionalidad emancipatoria” (p.140). Esta definición tiene
potencia y fundamentación para comprender y proponer procesos sociales formativos
situados tanto en espacios escolares como comunitarios. Y se acerca a la investigación-
acción y a la pedagogía de la autonomía en la vía de Carr y Kemis y Paulo Freire.
143
Macrosistema o sistema envolvente: que comprende la ecología, la teoría general de
sistemas, la teoría de la acción comunicativa, la racionalidad emancipadora, la
modernidad, la posmodernidad, teoría de la Sociedad, teoría de la democracia, cultura.
144
Aproximación a un Modelo ecológico-comunicativo de currículo
orientado por la T.A.C.
MACROSISTEMA O SISTEMA ENVOLVENTE
EXOSISTEMA O ADMINISTRACIÓN
MESOSISTEMA O CENTRO ESCOLAR
MICROSISTEMA
I – BIOTIPO II – BIOGÉNESIS
Componentes Componentes bióticos
abióticos
Profesor
El mundo de la vida en Alumno
Espacio
el aula
Recursos
Relaciones simétricas entre
Organización del ambos o comportamiento
biotipo ecológico como clima
Intenciones La metódica, la
Contenidos temporización y la
evaluación
Esta aproximación a los planteamientos del profesor Rodríguez Rojo, nos señala con
claridad que hay caminos diferentes para enfrentar la hegemonía neoliberal que se ha
apoderado de las instituciones y de la educación. Su estudio, fundamentado y serio,
muestra que la crisis de la modernidad y los intentos de resolverla por los
posmodernos, encuentran en la teoría de la acción comunicativa de Habermas un
horizonte promisorio que supera el solipsismo de la razón y se reconoce la
145
intersubjetividad y el lenguaje como suelo firme desde el cual la racionalidad se
constituye.
Existen, sin embargo ciertas reflexiones al final que, a nuestro juicio, reducen la fuerza
política y de resistencia de la crítica a una serie de actividades grupales que si bien son
acciones comunicativas se enmarcan en unos supuestos de comunidades ideales de
habla, de voluntad de comunicación, de sinceridad, rectitud y verdad que la mayoría
de las veces no se dan en nuestros contextos de poder, exclusión y violencia.
Equiparar la didáctica con el currículo, como afirma, cuando dice que no acepta el
metacurrículo como referente para la didáctica, es optar una vía anglosajona que
disuelve los problemas de la enseñanza y el aprendizaje en la perspectiva del maestro
investigador sobre el currículo. Tal vez por esto es por lo que al final el esquema
presentado como didáctica crítica puede ser leído
55
Libro publicado en 1997 con 10 ediciones editoriales.
146
planetaria y en una visión del mundo cimentada en el rigor, la investigación, la
actitud crítica, el riesgo, la humildad, el buen juicio, la tolerancia, la alegría, la
curiosidad, la competencia, la generosidad, la disponibilidad…bañadas por la
esperanza. Todo esto desde la autonomía pues sin ella no hay enseñanza ni
aprendizaje” (39).
Tres razones encontramos para esta selección, la primera inscrita en una orientación
epistemológica, que expresa:
La segunda nombra que en este contexto donde predomina “el ideario neoliberal
incorpora, entre otras, la categoría de autonomía, es necesario también prestar
atención a la fuerza de su discurso ideológico y a las volteretas que este puede operar
en el pensamiento y en la práctica pedagógica al estimular el individualismo y la
competitividad” (p.13), y finalmente la tercera razón es el tono general del libro como
pensado para estudiantes y profesores de instituciones formadoras de docentes.
Reseña analítica:
El libro está dividido en tres secciones que desarrolla tres ideas centrales, como quien
profundiza argumentando sobre una tesis; i) no hay docencia sin discencia, ii) enseñar
no es transmitir conocimiento y iii) enseñar es una especificidad humana.
En esta esquematización presentada más como un recurso descriptivo que como una
división natural, subyace la tesis de la educación como proceso intersubjetivo, propio
de los seres humanos, lo que expresa una antropología pedagógica que pone la
dignidad de la persona humana por encima de cualquier otra racionalidad técnica o
administrativa.
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i) No hay docencia sin discencia:
Cuando afirma que “no hay docencia sin discencia” se refiere a que nuestra práctica de
enseñanza, como cualquier otra práctica (cocinar o curar) supone unos saberes
fundamentales acerca de la relación teoría-práctica para evitar que la práctica se
convierta en activismo y la teoría en una mera palabrería. Por eso quien se está
formando y quien forma debe estar convencido que enseñar no es transferir
conocimientos si no crear las posibilidades para su construcción y producción.
Es esta una manera de concebir la didáctica como una experiencia total “directiva,
política, ideológica, gnoseológica, pedagógica, estética y ética, en la cual la belleza
debe estar de acuerdo con la decencia y la seriedad” (p.26). Es pues en el ejercicio de la
capacidad de aprender en donde se construye la “curiosidad epistemológica” sin la
cual no alcanzamos el conocimiento cabal del objeto. Es la curiosidad epistemológica la
que permite también resistir y superar las determinaciones de una educación
tradicional.
Freire enfatiza en la necesidad de que el educador tenga claro que hay que fomentar la
curiosidad y la capacidad crítica del educando para que se aproxime a los objetos de
conocimiento con creatividad, inquietud y persistencia más allá de la simple
memorización y obediencia.
Es una enseñanza para el pensamiento, la que reclama Freire a los educadores, que
permita la transformación de la realidad gracias a la búsqueda organizada y colectiva
de la raíz de los problemas que no son “naturalmente dados” sino construidos
socialmente y por tanto socialmente transformables. Es leer críticamente, con
compromiso, para pensar acertadamente pero sin arrogancia o soberbia. El rigor
metódico es enseñar a leer críticamente la realidad y a comprometerse a formar en el
pensamiento acertadamente en términos críticos.
No hay enseñanza sin investigación ni investigación sin enseñanza, estos términos son
correlativos. Investigar no es un añadido a la práctica docente sino que forma parte de
la naturaleza de ella: se trata de partir de la curiosidad ingenua y de sentido común del
estudiante para llevarlo a una nueva etapa en términos de conocimiento, a la
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curiosidad epistemológica y esta labor del maestro es necesaria porque ese proceso no
se da automáticamente.
El maestro crítico reconoce que nadie llega a clase vacío de saber y que lo que sabe es
el punto de partida para compartir con otros y comenzar, en el debate a construir un
nuevo saber. Freire insiste en dos direcciones: reconocer el valor de los saberes
populares y partir de allí para hacer tomar conciencia de la realidad social como algo
construido y por tanto cambiable si es injusta e inequitativa.
Es por ello que el enseñar lleva a superar la ingenuidad o a develar la ideología con la
que se manipula el pensamiento y lo reduce a razones de tipo técnico-instrumental y
confiando en el espíritu de indagación y curiosidad que todos los seres humanos
tenemos, cualificarla hasta hacerla más potente, más compleja y más adecuada a la
trasformación de la realidad social.
“Pensar acertadamente es hacer acertadamente”, nos dice Freire (p.35), se trata de ser
consecuente y coherente como educador, ser capaz de aceptar la argumentación
racional de los estudiantes y escuchar con respeto, ponerse en el lugar del otro y tratar
de comprender sus puntos de vista aunque no los compartamos. Es mostrar con
nuestra conducta que tenemos criterios éticos para servir de referentes a los demás en
su propio proceso. Por eso el educador democrático y crítico rechaza toda forma de
discriminación porque ofende la sustantividad del ser humano. Es en la raíz misma de
lo humano donde reside la exigencia de respeto a su dignidad. El pensar
acertadamente es dialógico y no dogmático, esta es una exigencia que se hace
asimismo el educador como sujeto humano, social e histórico.”Es preciso entendernos
y no hay entendimiento que no sea comunicación e intercomunicación y que no se
funde en la capacidad de diálogo” (p.39).
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falta el rigor metódico que caracteriza la curiosidad epistemológica del sujeto. Este
pensar acertadamente no es la aplicación de teorías que intelectuales iluminados
imponen desde el centro del poder, sino que por el contrario, el pensar acertadamente
tiene que ser producido por el mismo sujeto en comunión con el profesor. Pero así
como el profesor formador poco a poco está en el proceso de lograr una visión
epistemológica más rigurosa, es ese mismo proceso el que va a fortalecer en el
estudiante para que también él llegue a esa conciencia crítica y liberadora. Ese asumir
es compromiso, no solamente intelectual sino también emocional: rabia, alegría,
esperanza. Rabia por la injusticia y la explotación, esperanza de que la educación
puede liberar y alegría de estar en el proceso de organización y de acción para la
educación para la autonomía.
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Enseñar no es transferir conocimientos si no crear las condiciones para su propia
construcción ya que la educación está centrada en la conciencia del inacabamiento
según la cual me experimento a mi mismo ante los otros y ante el mundo como ser
cultural, histórico, y consciente de mis propias trayectorias existenciales.
El hombre es la única creatura que tiene que ser educada, a diferencia de los animales,
el hombre se soporta en el lenguaje, la inteligibilidad, la comunicabilidad, el asombro
ante la misma vida. Por su relación entre el entendimiento, corazón y manos, convierte
“el soporte en mundo y la vida en existencia. Existencia humana que implica un proceso
de espiritualización del mundo (p.51).
Apoyado en lo anterior dice que enseñar exige respeto a la autonomía del ser
educado: “El respeto a la autonomía y a la dignidad de cada uno es un imperativo ético
y no un favor que podemos o no concedernos unos a otros” (p.58), por lo tanto
Enseñar exige “buen juicio” que en Freire es tener conciencia moral frente a mi
práctica educativa, es obrar de manera coherente con lo que pienso como pedagogo
crítico. Es la expresión de mi toma de posición frente a los demás de acuerdo con los
saberes que ha venido señalando. “Saber que debo respeto a la autonomía, a la
identidad, a la dignidad del educando” (p.61), pero sobretodo hacer uso de cierto tacto
humanizante en mis juicios y evaluaciones para no dejarme llevar por la moda, los
criterios de autoridad o las imposiciones de las políticas neoliberales que se implantan
desde el poder central.
Y, por último Freire nos vuelve a recalcar la curiosidad que exige el enseñar: Ni
paternalismo ni autoritarismo, estimular la curiosidad, la indagación, la búsqueda,
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estimular la pregunta y acompañar en la búsqueda de respuestas a partir de lo que ya
se sabe pero enrutados hacia lo nuevo, sin matar la curiosidad inicial del estudiante
con el fardo de respuestas que lleva el profesor a preguntas que nadie le ha hecho. Es,
a nuestro juicio, la curiosidad como piedra de toque de la didáctica. Entre la libertad y
la autoridad establecer una tensión dialéctica por la formación con disciplina y entre
las diferencias y el multiculturalismo una educación en el diálogo y en el respeto
mutuo, es lo que hará de las aulas “un desafío y no una canción de cuna” (p.83).
El docente debe también tener y asumir un compromiso con el cambio, consigo mismo
y ser coherente con lo que piensa, no repetir y repetir lo que otros dijeron sino decir
sus propios argumentos, escuchar los de los estudiantes y buscar respuestas conjuntas
cuando no las tiene. Por eso el docente debe tener en cuenta la percepción que de su
práctica tienen los estudiantes y sin arrogancia, con humildad, saber leer los
comportamientos que indican aburrimiento, pereza, silencio, no participación. Saber
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leer el espacio pedagógico. “Debo revelar a mis alumnos mi capacidad para analizar,
comparar, evaluar, decidir, optar, romper” (p.94.).
Dura critica hace Freire a la neutralidad en educación y peor aun a cohonestar con un
orden perverso. El maestro debe saber que enseñar es una forma de intervenir en el
mundo y por ello hay una experiencia típicamente humana que supone la opción por
un mundo justo y solidario donde se cultive la humanidad pero también existe la
ideología que nos hace pensar y creer que la conciencia es un puro reflejo de la
materialidad o que el asunto de la educación es subjetivista e ideal. Es preciso
entonces que el docente sea consciente de esos aparatos ideológicos que hipertrofian
el papel de la conciencia en el acontecer histórico y hacen ver como natural y legítimo
un sistema basado en la explotación y la deshumanización, por eso dice: “para mí es
una inmoralidad que a los intereses radicalmente humanos se sobrepongan, como se
viene haciendo, los intereses del mercado” (p.96).
No es solamente lograr la eficiencia técnica de los obreros sino construir una vida
digna, el hambre, el desempleo, la ignorancia no son fatalidades, fuerzas ciegas frente
a las cuales no hay nada que hacer, sino hechos históricamente constituidos que hay
que denunciar y erradicar por inhumanos. Hay que buscar los responsables y resistir a
sus pretensiones con indignación y justa ira porque este es un derecho y un deber que
hay que hacer valer frente a las transgresiones éticas.”No puedo ser profesor en favor
de quien quiera y a favor de no importa qué…soy profesor en favor de la decencia
contra la falta de pudor, a favor de la libertad contra el autoritarismo, de la autoridad
contra el libertinaje, de la democracia contra la dictadura, soy profesor en la lucha
constante contra la discriminación y contra el modelo económico dominante”(p.99).
Para Freire hay una tensión esencial entre libertad y autoridad, es preciso denunciar el
autoritarismo pero no caer en la anarquía y denunciar el libertinaje pero formar en la
disciplina. Hay que formar en la toma de decisiones que es el terreno de la libertad ya
que “es decidiendo como se aprende a decidir” (p.102), es así como se forma la
autonomía, no de una sola vez.
Enseñar exige tomar decisiones conscientes ya que ella es una especificidad humana y
la educación no puede desconocer los gustos, los intereses, las preferencias de los
sujetos y de los contextos, educar para qué, en qué sociedad? Son decisiones políticas
que están en la misma raíz del ser humano, que se funde con su naturaleza inacabada
y de la cual se volvió consciente. “Inacabado, consciente de su inacabamiento
histórico, el ser humano se haría necesariamente un ser ético, un ser de opción, de
decisión” (p.106).
Pero hay en otros la misma naturaleza humana que la mía y por eso hay que escuchar
al otro, dejarlo hablar, hablar con él, hablarle a él, no imponerle a él para hacer del
conversar una aventura del espíritu y evitar la “burocratización de la mente” (p109),
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que es un estado de extrañeza, de autosumisión, de conformismo del individuo, de
resignación ante situaciones consideradas como inmutables, frente a esto hay que
denunciar y resistir, no quedarse callado cuando el neoliberalismo pretende
colonizarlo todo y reducirlo a las leyes del mercado, hay que escuchar otras voces que
sufren, que son desplazados, que han sido despojados por culpa de ese modelo
económico. Debe haber una disciplina del silencio como condición sine qua non para la
comunicación y el diálogo. Quien tiene algo que decir debe decirlo y es su derecho
pero debe saber que hay otros que también tiene algo que decir y también tienen
derecho, por eso debe permitir y fomentar la participación.
Enseñar exige disponibilidad para el diálogo, vale decir, abrirse a los demás,
respetando las diferencias pero acogiéndolos en su contexto y realidad: “El sujeto que
se abre al mundo y a los otros inaugura con su gesto la relación dialógica en que se
confirma como inquietud y curiosidad, como inconclusión en permanente movimiento
en la historia” (p.130).
Y finalmente remata con un llamado a querer bien a los educandos, sin miedo a la
afectividad sino por el contrario evitando que la seriedad y el rigor se confundan con
falta de alegría y esperanza. Querer bien hace parte de los saberes que todo educador
necesita para formar en la autonomía ya que la educación no es solamente
conocimientos sino afectividad, alegría, capacidad científica, dominio técnico, pero
como especificidad humana la educación trabaja con personas y porque es trabajo con
personas por mas que haya teorías y críticas en torno a la propia práctica docente y
discente, “no puedo negar mi atención dedicada y amorosa a la problemática más
personal de este o aquel alumno”(p.138.).
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sino un proyecto social, cultural y colectivo en el que se juegan todas las dimensiones
de la condición humana. De acuerdo con lo anterior nunca una máquina por perfecta
que sea podrá educar a un ser humano y aquellas pretensiones técnico-instrumentales
que asumen la educación como una fría experiencia calculada y determinística en
función de las necesidades del mercado no resisten un análisis argumentado desde
esta perspectiva.
Terminado este recorrido por la obra de Freire es preciso ahora detenernos en una
interpretación de su pensamiento a la luz de los desarrollos del campo intelectual de la
didáctica para preguntarnos por el aporte que hace a la pedagogía crítica y a la
didáctica crítica.
La didáctica en Freire
Me gustaría dejar claro que las cualidades de las que voy a hablar y que me
parecen indispensables para las educadoras y los educadores progresistas son
predicados que se van generando en la práctica. Más aún, son generados en la
práctica en coherencia con la opción política de naturaleza crítica del educador.
Por esto mismo, las cualidades de las que hablaré no son algo con lo que nacemos
o encarnamos por decreto o recibimos de regalo” (2007, p.60).
Se considera que ahí está la clave para interpretar el pensamiento didáctico de Freire:
se trata de preguntarse por el sentido y significado de la práctica educativa, de su valor
como experiencia pedagógica, de sus supuestos ontológicos, epistemológicos,
heurísticos y ético-políticos. En un lenguaje sencillo pero profundo que huye de las
recetas estereotipadas o de los métodos para hacer fácil lo difícil y más bien se
posiciona desde el principio en el hecho humano fundamental del inacabamiento cuya
consciencia genera curiosidad para buscar sentido y reconocimiento de la condición
humana con otros, con la intersubjetividad, lo que pone toda la búsqueda en clave
ética y contextualizado en una época de inequidad que genera también la actitud
crítica para hacer de la educación una práctica de la libertad.
Es más una filosofía de la educación en clave ética que nos recuerda a Kant pero sin los
afanes trascendentales de filósofo idealista sino en el áspero suelo de la realidad
Latinoamericana cruzada por el neoliberalismo y la globalización. Por ello nos habla de
una ética planetaria que nos hace solidarios como humanos pero que reconoce el
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carácter histórico, social y dialéctico de la naturaleza humana, aquí y ahora, tomando
la práctica como punto de partida para la reflexión.
Una visión existencialista que nos recuerda a Heidegger, “un ser arrojado al mundo”,
consciente de su finitud y tejido de temporalidad, que sin embargo quiere construir
sentido a su propia existencia mientras permanezca siendo. Pero también un hombre
que construye conocimiento a partir de sus experiencias iniciales hasta llegar a la
comprensión epistemológica y es ahí, en esa búsqueda, en ese camino, cuando halla la
ideología y sus consecuencias perversas para la educación en el conformismo, en la
aceptación fatalista de lo que hay. Es ahí cuando nos recuerda con Marx que es preciso
investigar la realidad, conocerla, para transformarla.
Es por ello que Freire huye de las recetas pero se esfuerza por develar lo que está
oculto en la práctica educativa: lo ético-político, lo epistemológico, lo social-
comunicativo y sobretodo lo ontológico-existencial, que nos convoca a pensar que la
realidad actual puede ser de otra manera porque es una construcción histórica y que
yo mismo puedo transformarme y transformar a otros en el acto educativo. En lo
primero nos alerta sobre las verdades universales que pretenden imponerse sobre la
educación y su finalidad, sobre la enseñanza empaquetada desde los centros de poder
y sobre la evaluación como dispositivo de rendición de cuentas a los gerentes de la
educación. Políticas y estrategias que se orientan a mantener esta sociedad inhumana
basada en una ética del mercado que reduce al maestro a un asalariado más y a la
educación en una mercancía. Y a nivel personal invita a reflexionar sobre la acción para
crecer en la búsqueda y en la sospecha, para adquirir el rigor metódico y el buen juicio
que me haga crecer como maestro para superar esa condición de subordinado que nos
anticipa las políticas internacionales y empoderarme de mi propia práctica desde esos
saberes necesarios para la práctica educativa.
En un movimiento que se nos ocurre dialéctico, Freire primero pone los saberes
necesarios para la práctica educativa crítica como telón de fondo, como espejo para
que los maestros nos miremos y luego, con un profundo respeto por la manera como
cada uno de nosotros se mira a sí mismo, muestra, señala, orienta, sobre las urgentes
tareas de quien primero se conscientiza, luego se organiza y después se moviliza.
Aunque no hay aquí algoritmos para hacer la clase ni se habla de métodos eficaces o
aprendizajes significativos para quedar bien en las pruebas masivas, la lección que
Freire nos entrega es que la didáctica es un saber complejo sobre la práctica
pedagógica que supone una visión del hombre, de los valores, de la sociedad, del
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conocimiento y de la realidad a partir de contextos concretos y sujetos reales en
situaciones sociales y económicas específicas frente a lo cual, el maestro toma posición
y decide su actuar. Es por esto, por lo que consideramos a Freire un pedagogo crítico.
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