Fuentes
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Fiebre amarilla o vómito negro (también llamada plaga americana). Es una enfermedad
infecciosa zoonótica viral aguda causada por el virus de la fiebre amarilla transmitida por
mosquitos de los géneros Aedes y Haemagogus.
Una enfermedad zoonótica es una enfermedad que puede transmitirse entre animales y seres
humanos. Las enfermedades zoonóticas pueden ser provocadas por virus, bacterias, parásitos y
hongos. Algunas de esas enfermedades son muy frecuentes. En el caso de las enfermedades
zoonóticas causadas por parásitos, los tipos de síntomas y signos pueden variar según el parásito y
la persona. A veces, las personas con infecciones zoonóticas pueden enfermarse mucho, mientras
que otras personas no tienen síntomas y no se enferman jamás. Otras personas pueden tener
síntomas como diarrea, dolor muscular y fiebre. Los alimentos pueden ser una fuente de algunas
infecciones zoonóticas cuando los animales como vacas y cerdos tienen una infección por
parásitos como Cryptosporidium o Trichinella.
Las mascotas y animales (heces) pueden tener parásitos y contagiárselos a las personas.
Su presentación clínica es variada, fluctuando desde una enfermedad febril leve y autolimitada
(lo más frecuente) hasta una enfermedad hemorrágica y hepática grave (con un 50 % de
letalidad). La palabra amarillo del nombre se refiere a los signos de ictericia que afecta a los
pacientes enfermos severamente.
Existe una vacuna efectiva, pero no se conoce cura por lo que cuando personas no vacunadas la
contraen solo se les puede proporcionar tratamiento sintomático. VACUNA PREVIENE EXISTE,
INMUNIDAD TOTAL PERO NO EXISTE CURA.
Así, gran parte del triunfo de la Revolución Haitiana de 1802 se debió a que más de la mitad de las
tropas francesas murió a causa de la enfermedad.12 Se produjeron también epidemias en otras
regiones, como Norteamérica —fue famosa la de Filadelfia en 1793—13 y Europa, por ejemplo
Barcelona en 1821.14 Casi siempre afectaban a zonas urbanas con alta densidad de población,
debido al corto radio de acción del mosquito Aedes aegypti.11
La transmisión de la fiebre amarilla fue un misterio para la ciencia durante siglos hasta que en
1881 el cubano Carlos Finlay descubrió el papel del mosquito Aedes. En 1901 la enfermedad fue
erradicada de La Habana y en pocos años se volvió rara en el Caribe.11
Una de las peores epidemias de fiebre amarilla de la historia es la que afectó a Argentina el año
1871, provocando la muerte del 8% de los habitantes de Buenos Aires (14 mil personas); y la
última gran epidemia de la que se tiene registro es la de Camerún en 1990, donde se registraron
más de 20 mil muertes. Actualmente, el aumento de casos de personas contagiadas tendría
relación con la deforestación, el calentamiento global, las migraciones, la falta de acceso universal
a la vacuna y el hacinamiento en las urbes principales. Y serían 31 países en África y 13 en
Sudamérica (en especial Bolivia, Brasil, Ecuador, Perú y Colombia) los países con mayor riesgo.
Sin embargo, hoy las poblaciones no-vacunadas en muchas naciones en desarrollo del África y
Sudamérica continúan en gran riesgo.15 La Organización Mundial de la Salud estima que la fiebre
amarilla afecta a unas 200 000 personas cada año y mata a 30 000 de ellas, en poblaciones no-
vacunadas.
La fiebre amarilla es una enfermedad vírica aguda, hemorrágica, transmitida por mosquitos
infectados. El término "amarilla" alude a la ictericia que presentan algunos pacientes.
Los síntomas de la fiebre amarilla son: fiebre, cefaleas, ictericia, dolores musculares, náuseas,
vómitos y cansancio.
Las grandes epidemias de fiebre amarilla se producen cuando el virus es introducido por personas
infectadas en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de la
población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los
mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra.
La fiebre amarilla puede prevenirse con una vacuna muy eficaz, segura y asequible. Una sola dosis
es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de recuerdo.
La Estrategia para Eliminar las Epidemias de Fiebre Amarilla es una iniciativa sin precedentes. Con
la participación de más de 50 asociados, la alianza EYE presta apoyo a 40 países en riesgo de África
y las Américas para prevenir, detectar y responder a los casos sospechosos y a los brotes de fiebre
amarilla.
1.3 Signos y síntomas
El periodo de incubación es de 3 a 6 días. Muchos casos son asintomáticos, pero cuando hay
síntomas, los más frecuentes son fiebre, dolores musculares, sobre todo de espalda, cefaleas,
pérdida de apetito y náuseas o vómitos. En la mayoría de los casos los síntomas desaparecen
en 3 o 4 días.
Sin embargo, un pequeño porcentaje de pacientes entran a las 24 horas de la remisión inicial
en una segunda fase, más tóxica. Vuelve la fiebre elevada y se ven afectados varios órganos,
generalmente el hígado y los riñones. En esta fase son frecuentes la ictericia (color amarillento
de la piel y los ojos, hecho que ha dado nombre a la enfermedad), el color oscuro de la orina y
el dolor abdominal con vómitos. Puede haber hemorragias orales, nasales, oculares o
gástricas. La mitad de los pacientes que entran en la fase tóxica mueren en un plazo de 7 a 10.
El diagnóstico de la fiebre amarilla es difícil, sobre todo en las fases tempranas. En los casos
más graves puede confundirse con el paludismo grave, la leptospirosis, las hepatitis víricas
(especialmente las formas fulminantes), otras fiebres hemorrágicas, otras infecciones por
flavivirus (por ejemplo, el dengue hemorrágico) y las intoxicaciones.
Síntomas
Durante los primeros tres a seis días después de contraer la fiebre amarilla, que es el
período de incubación, no tendrás ningún signo o síntoma. Después de este período la
infección entra en una fase aguda y luego, en algunos casos, en una fase tóxica que
puede ser potencialmente mortal.
Fase aguda
Una vez que la infección entra en la fase aguda, puedes notar los siguientes signos y
síntomas:
Fiebre
Dolor de cabeza
Dolores musculares, en particular en tu espalda y rodillas
Sensibilidad a la luz
Náuseas, vómitos o ambos
Pérdida de apetito
Mareos
Ojos, cara o lengua rojos
Generalmente estos signos y síntomas mejoran y desaparecen en varios días.
Fase tóxica
Aunque los signos y síntomas pueden desaparecer por uno o dos días después de la fase
aguda, algunas personas con fiebre amarilla aguda entran luego en una fase tóxica.
Durante la fase tóxica, los signos y síntomas regresan y aparecen otros mucho más
graves y potencialmente mortales. Estos pueden ser:
1.4 Transmisión
El virus de la fiebre amarilla es un arbovirus del género Flavivirus transmitido por mosquitos de los
géneros Aedes y Haemogogus . Las diferentes especies de mosquitos viven en distintos hábitats.
Algunos se crían cerca de las viviendas (domésticos), otros en el bosque (salvajes), y algunos en
ambos hábitats (semidomésticos).
Los arbovirus (virus transmitidos por artrópodos) son todos los virus que se transmiten al ser
humano o a otros vertebrados por ciertas especies de artrópodos hematófagos, especialmente
insectos (moscas y mosquitos) y arácnidos (garrapatas).
Fiebre amarilla selvática: En las selvas tropicales lluviosas, los monos, que son el principal
reservorio del virus, son picados por mosquitos salvajes que transmiten el virus a otros monos. Las
personas que se encuentren en la selva pueden recibir picaduras de mosquitos infectados y
contraer la enfermedad.
Fiebre amarilla intermedia: En este tipo de transmisión, los mosquitos semidomésticos (que se
crían en la selva y cerca de las casas) infectan tanto a los monos como al hombre. El aumento de
los contactos entre las personas y los mosquitos infectados aumenta la transmisión, y puede haber
brotes simultáneamente en muchos pueblos distintos de una zona. Este es el tipo de brote más
frecuente en África.
Fiebre amarilla urbana: Las grandes epidemias se producen cuando las personas infectadas
introducen el virus en zonas muy pobladas, con gran densidad de mosquitos y donde la mayoría de
la población tiene escasa o nula inmunidad por falta de vacunación. En estas condiciones, los
mosquitos infectados transmiten el virus de una persona a otra