Soler - Cuarta Reflexión
Soler - Cuarta Reflexión
Soler - Cuarta Reflexión
Todo trabajo educativo es un trabajo situado. Debe atender las necesidades del
desarrollo de seres concretos, miembros de un grupo humano determinado, en un lugar
geográfico y ecológico sin igual, en un momento histórico preciso, en un ámbito político,
social, cultural, lingüístico con características que le son propias. Lo resumo diciendo
que la educación está caracterizada por su historicidad. Así ha sido siempre; así seguirá
siendo.
Suele suceder que los educadores desconozcamos este principio. Puede ocurrimos que
no nos adecuemos suficientemente a las características locales, a los cambios sociales
que tienen lugar fuera de la escuela, a la evolución de los rasgos culturales del medio,
a la composición de nuestro alumnado, cada vez más enriquecida por fenómenos
migratorios. Hemos aprendido a enseñar de conformidad con ciertas pautas, que pronto
se revelan efímeras. Reinventarlas en función de procesos históricos puede resultamos
difícil. La rutina es uno de los mayores y más frecuentes obstáculos a una educación de
calidad.
Si esto ocurre en las aulas, ocurre también en los sistemas educativos, sobre todo ahora
que predominan las corrientes globalizadoras: ministros que siguen las consignas de los
tecnócratas del Banco Mundial, leyes nacionales copiadas de un país a otro, monopolios
lingüísticos empobrecedores, libros de texto para la enseñanza básica importados,
currículos que se perpetúan veinte o treinta años, o redactados por llamados expertos,
encerrados en su despacho, al margen de la realidad. Seguir la línea del menor esfuerzo
puede ser, por períodos, una tendencia en las cúpulas que permea negativamente todo
el sistema educativo. Insensiblemente, la educación puede perder su historicidad si de
la participación generalizada pasamos a la concentración tecnocrática, de ésta a la
burocracia y de ésta a la ignorancia de qué está ocurriendo en las aulas, que es donde
se interpreta la historia pasada, se vive la presente y se fragua la futura.
Historicidad tampoco ha de significar visión a corto plazo. Los sistemas educativos han
de poder anticiparse tanto como sea posible a las características y necesidades de un
futuro que no conocemos. Los conocimientos de hoy pueden resultar inadecuados
mañana. De ahí que se venga destacando con toda razón la conveniencia de aprender
a aprender, es decir, de lograr que el educando disponga de las herramientas que
puedan servirle a lo largo de su vida para responder a las solicitaciones de una
existencia cambiante. Pero estas herramientas no se adquieren en abstracto. La gran
Historia de la Educación
Prof. Alicia Moreira
maestra es la realidad. Recorrer los caminos que nos llevan a la correcta interpretación
de nuestra realidad y a contribuir a introducir en ésta los cambios requeridos es el
aprendizaje más importante, que no puede hacerse fuera de la historia concreta. Por
esto insisto en la historicidad de la educación, una educación en la realidad, sin ruptura
con el medio ni con la experiencia vital del educando, lo que no quiere decir
desinteresarlo por el ancho mundo ni desatender su derecho al desarrollo de la
imaginación, la afectividad, el placer estético, el goce de la expresión personal y de la
música, propia o ajena, el disfrute de transitar por irrealidades complementarias de la
realidad.
Los grandes avances tecnológicos, el uso cada vez más amplio de la informática, la
comunicación en tiempo real, la mecanización y robotización progresiva de muchas
tareas favorecen la homogeneización del mundo, con consecuencias prácticas positivas
pero que pueden incidir negativamente en los rasgos culturales de los pueblos. Los
maestros lo perciben cotidianamente en el carácter compulsivo que adquiere para sus
alumnos y alumnas la posesión de cuanto artilugio se inventa a su intención. Si la
educación tiene lugar en un contexto histórico real, es preciso que su historicidad sea
crítica, que educadores y educandos puedan tender más a interpretar y crear su
verdadera historia que a someterse a una historia calcada, uniforme y ajena, que cuenta
cada día con más medios de imposición.
Soler Roca, Miguel. (2004) Reflexiones generales sobre la educación y sus tensiones.
Consigna:
1. ¿Qué implica que el trabajo educativo sea situado?
2. ¿Por qué es importante conocer la historia de la educación?
3. ¿Qué papel juega la tecnología en la enseñanza, hoy?
4. ¿Cuáles crees que son los principales problemas que tiene la educación?
Reflexión personal.