La Teoriadelaprobabilidad

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ESTADISTICA ADMINISTRATIVA 1

TAREA 1 DE LA UNIDAD 2
Introducción a la probabilidad
NOMBRE: Luis Enrique Sánchez Martínez
FECHA: 26 de marzo de 2021

LA TEORIA DE LA PROBABILIDAD
¿Qué es la probabilidad?
El término probabilidad proviene de lo probable, o sea, de aquello que es más posible
que ocurra, y se entiende como el mayor o menor grado de posibilidad de que un
evento aleatorio ocurra, expresado en una cifra entre 1 (posibilidad total) y 0
(imposibilidad absoluta), o bien en porcentajes entre el 100% o el 0%,
respectivamente.

Para obtener la probabilidad de un suceso, generalmente se determina la frecuencia


con la que ocurre (en experimentos aleatorios bajo condiciones estables), y se procede
a realizar cálculos teóricos.
Para ello se sigue lo establecido por la Teoría de la probabilidad, una rama de las
matemáticas dedicada al estudio de la probabilidad. Esta disciplina es largamente
empleada por otras ciencias naturales y sociales como disciplina auxiliar, ya que les
permite manejar escenarios posibles en base a generalizaciones.
El origen de la probabilidad reside en la necesidad del ser humano de anticiparse a los
hechos, y de predecir en cierta medida el futuro. Así, en su empeño por percibir
patrones y conexiones en la realidad, se enfrentó constantemente al azar, o sea, a lo
que carece de orden.

La historia de la probabilidad abarca, principalmente, el periodo entre la


escritura del primer tratado que hace referencia a la misma (1553), hasta
finales del siglo XX.
Aunque el concepto de probabilidad viene de hace miles de años, en realidad la
historia de la probabilidad es bastante más breve. Sobre todo, si tenemos en cuenta
los avances en materia de teoría de la probabilidad. Unos avances que no comenzaron
a ser tangibles hasta que se realizó la primera escritura por parte Gerolamo Cardano.
Habitualmente se concede a Pierre Fermat (1601-1665) y Blaise Pascal (1623-1662), el
título de padres de la teoría de la probabilidad. Sin embargo, existen evidencias
históricas que nos inclinan a pensar que el primero en poner por escrito el concepto
fue Gerolamo Cardano (1501-1576).
Por alguna extraña razón, que aún se desconoce, su obra titulada «Liber de ludo
aleae» que significa algo así como «Un libro sobre los juegos de dados» no fue
publicada hasta el año 1663. Cuando, en realidad, la obra fue escrita en 1553.
Teniendo en cuenta que las publicaciones de Fermat y Pascal se realizaron hacia el año
1654, es comprensible que la historia les haya reconocido el hallazgo. Es en este punto,
donde podemos decir que documentalmente comienza la historia de la probabilidad.

Historia de la probabilidad a partir del siglo XVIII


Tras las sucesivas publicaciones de Pierre Fermat (1654), Blaise Pascal (1654) y
Gerolamo Cardano (1663) se sucedieron numerosas obras por parte de intelectuales
que han llegado a ser muy relevantes en la disciplina.
A principios del siglo XVIII, motivado por la notoriedad que adquirieron los juegos de
azar, se publicó un documento titulado «Ars Conjectandi» de Jacob Bernouilli. Una
obra publicada a título póstumo, ya que en realidad fue escrita hacia 1690. Tras la
muerte de Bernoulli, Abraham de Moivre cogió el testigo, y sentó las bases del
Teorema Central del Límite (1733), convirtiéndose así en uno de los referentes de la
teoría de la probabilidad. Un Teorema, todo sea dicho, que sería demostrado por
Laplace años más tarde.
Tras Moivre, Thomas Bayes (1702-1761) y Joseph Lagrange (1736-1813) realizaron
contribuciones muy importantes al campo de la probabilidad.
Con todo, sería Pierre-Simon Laplace (1749-1827) quién impulsaría definitivamente al
campo de la probabilidad. Su obra «Théorie analytique des probabilites», traducida
como «Teoría analítica de probabilidades» y publicada en 1812 constituyó gran parte
de la base sobre la que emerge la teoría de la probabilidad. En ella definía por vez
primera el concepto de probabilidad y dedujo el método de mínimos cuadrados
ordinarios (MCO) desarrollado antes por Carl Friedrich Gauss (1777-1855) cuando era
estudiante.
En esa misma línea, con permiso de Gauss, le corresponde a Laplace la demostración y
aplicación de la distribución normal en la teoría de la probabilidad. Gauss, sin lugar a
dudas, realiza un aporte tremendo con la distribución normal. Sin embargo, se le debe
a Laplace la aplicación en términos probabilísticos.
Con su fallecimiento, la teoría de la probabilidad siguió creciendo. Eso sí, con
dificultades. Dificultades que provenían, principalmente, de matemáticos.
Consideraban que la teoría de la probabilidad carecía de un teoría robusta y precisa
para ser aceptada como parte de las matemáticas.

Las aportaciones de Kolmogorov en el siglo XX


Motivado por las críticas que recibía el campo de la probabilidad, Andréi Kolmogorov
(1903-1987) decidió armarse de valor para cambiar el rumbo de la historia. Hacia 1933
el matemático ruso publicaría una obra titulada «Los fundamentos de la Teoría de la
Probabilidad». En ella expuso la axiomática que lleva su nombre y le valió para ser
reconocido como una eminencia de la probabilidad.
Simultáneamente, aunque de publicación más tardía, Émilie Borel (1871-1956) ofreció
su aportación a la teoría de la probabilidad con su libro «Probabilité et Certitude»
publicado en 1950.

Sin duda, Kolmogorov y Borel ofrecieron un marco más preciso que el resto en cuanto
a la exposición de la teoría probabilística.
Además de los dos anteriores, destacan las aportaciones, durante todo el siglo XX, de
intelectuales como Paul Lévy (1919-1971), Norbert Wiener (1894-1964) o Maurice
Fréchet (1878-1973). Para terminar, diremos que existen otros muchos que podríamos
incluir en la historia de la probabilidad, pero estos son los más influyentes.

Diferencia entre estadística y probabilidad


Como decíamos al inicio estadística y probabilidad son habitualmente confundidos.
Son conceptos relacionados, pero bajo ningún concepto son sinónimos. La diferencia
puede parecer, en un principio, algo sin importancia. Nada más lejos de la realidad.
Conocer la diferencia entre uno y otro concepto nos ayudará a entenderlos mejor y
obtener un conocimiento más preciso de la materia.
Así pues, la teoría de la probabilidad constituye un aparato matemático. Una
herramienta que proviene de la ciencia matemática. La estadística, por decirlo de
alguna manera, se sirve de dicha herramienta para poder llegar a conclusiones más
precisas. Por tanto, probabilidad no es lo mismo que estadística. Y, de hecho, es más,
ni siquiera es una rama de la estadística.

Tipos de probabilidad
Existen los siguientes tipos de probabilidad:

• Frecuencial. Aquella que determina la cantidad de veces que un fenómeno


puede ocurrir, considerando un número determinado de oportunidades, a
través de la experimentación.
• Matemática. Pertenece al ámbito de la aritmética, y aspira al cálculo en cifras
de la probabilidad de que determinados eventos aleatorios tengan lugar, a
partir de la lógica formal y no de su experimentación.
• Binomial. Aquella en la que se estudia el éxito o fracaso de un evento, o
cualquier otro tipo de escenario probable que tenga dos posibles resultados
únicamente.
• Objetiva. Se denomina así a toda probabilidad en la que conocemos de
antemano la frecuencia de un evento, y simplemente se dan a conocer los
casos probables de que ocurra dicho evento.
• Subjetiva. Contrapuesta a la matemática, se sustenta en ciertas eventualidades
que permiten inferir la probabilidad de un evento, aunque alejada de una
probabilidad certera o calculable. De allí su subjetividad.
• Hipergeométrica. Aquella que se obtiene gracias a técnicas de muestreo,
creando grupos de eventos según su aparición.
• Lógica. La que posee como rasgo característico que establece la posibilidad de
ocurrencia de un hecho a partir de las leyes de la lógica inductiva.
• Condicionada. Aquella que se emplea para comprender la causalidad entre dos
hechos distintos, cuando puede determinarse la ocurrencia de uno tras la
ocurrencia del otro.

Ejemplos de probabilidad

En meteorología, la probabilidad se calcula considerando múltiples condicionantes.

La probabilidad se halla continuamente a nuestro alrededor. Los ejemplos más obvios


de ella tienen que ver con juegos de azar: los dados, por ejemplo. Es posible
determinar la frecuencia de aparición de cada cara, a partir de una serie continua de
lanzamientos del dado. O también puede hacerse con la lotería, aunque ello exige
cálculos tan enormes que, virtualmente, los hace imposibles de predecir.
También lidiamos con la probabilidad cuando consultamos el pronóstico del tiempo, y
se nos advierte un cierto porcentaje de probabilidad de lluvia. Dependiendo de la cifra,
será más o menos probable que llueva, pero podría ocurrir que no suceda, dado que se
trata de una predicción, no de una certeza.

Fórmula para calcular la probabilidad


El cálculo de las probabilidades se lleva a cabo según la fórmula siguiente:
Probabilidad = Casos favorables / casos posibles x 100 (para llevarlo a porcentaje)
Así, por ejemplo, podemos calcular la probabilidad de que una moneda salga cara en
un único lanzamiento, pensando que sólo puede salir una cara (1) de las dos que hay
(2), esto es, 1 / 2 x 100 = 50% de probabilidad.
En cambio, si decidimos calcular cuántas veces saldrá la misma cara en dos
lanzamientos seguidos, deberemos pensar que el caso favorable (cara y cara o sello y
sello) es uno entre cuatro posibilidades de resultado (cara y cara, cara y sello, sello y
cara, sello y sello). Por ende, 1 / 4 x 100 = 25% de probabilidad.

Aplicaciones de la probabilidad
El cálculo de la probabilidad tiene numerosas aplicaciones en la vida cotidiana, como
son:

• El análisis de riesgo empresarial. Según el cual se estiman las posibilidades de


caída de precio de las acciones bursátiles, y se intenta predecir la conveniencia
o no de la inversión en una u otra empresa.
• El análisis estadístico de la conducta. De importancia para la sociología,
emplea la probabilidad para evaluar la posible conducta de la población, y así
predecir tendencias de pensamiento o de opinión. Es común verlo en las
campañas electorales.
• La determinación de garantías y seguros. Procesos en los que se evalúa la
probabilidad de avería de los productos o la fiabilidad de un servicio (o de un
asegurado, por ejemplo), para así saber cuánto tiempo de garantía conviene
ofrecer, o a quiénes conviene asegurar y por cuánto.
• En la ubicación de partículas subatómicas. Según el Principio de Incertidumbre
de Heisenberg, el cual establece que no podemos saber dónde está una
partícula subatómica en un momento determinado y al mismo tiempo a qué
velocidad se mueve, de modo que los cálculos en la materia se realizan
normalmente en términos probabilísticos: existe X por ciento de probabilidades
de que la partícula esté allí.
• En la investigación biomédica. Se calculan porcentajes de éxito y de fracaso de
las drogas médicas o de las vacunas, para así saber si son fiables o no, y si
conviene o no producirlas en masa, o a qué porcentaje de la población podrán
causarle determinados efectos secundarios.

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