Venezuela Heroica
Venezuela Heroica
Venezuela Heroica
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VtjitZlJUjl titÜfllCjl
CTTADIÍOS IIISTÓIÍIC08
POR
EDUAnrO, ILAITCO
BOYACA — CARABOBO.
CARACNS.
I M P K ' V ;
*
S A N 7
H. .cl&s! au miiieu de nos préoccupations journal'éres, aa milieu de
os luites de la tribuue, au milieu de nos procés scandaleux, le& choseft,
Jetons done une page de plus á ce vent qui roulait les feuilles de la
le néanl et l'oubli.
-El Aüi
ÜTOR.
INlIiODUCCÍON.
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in 2010 with funding from
University of Toronto
http://www.archive.org/details/venezuelaheroicaOOblan
INTU01)IT((I0>
que gime en el fondo del antro, que estima como una provi-
dencia, que ama y bendice, no importa de donde le venga: de
los resplandores del cielo ó délas llamas de un auto de fe.
aspiración.
Sólo e' trueno que bramaba sobre nuestras cabezas, y las con-
tiverio.
resnrgejit.
libertad.
colonial.
XU INTRODUCrioN.
con indiferencia.
La humanidad en el desarrollo progresivo de sus necesida-
II
República.
amparo el indigente :
y el pavor, como ave fatídica cernién-
suerte decidirlo.
III
tos le acompañan.
Empero, ¿ sabéis quiénes componen, en más de un tercio,
por la patria !
y por la idea sublime que alienta en sus almas
juveniles.
mundo
La situación de La Victoria, has' a entonces desguarnecida,
funesto aventurero.
susurros.
IV
curtir.
de las matanzas.
En breve tiempo, las márgenes del rio, las alturas que domi-
nan la ciudad, y parte del poblado, quedan en poder del
enemigo.
improvisado cuadrilátero.
El campanario y la techumbre de la iglesia' se ostentan de
improviso erizados de bayonetas.
Los escombros y las ruinas ocasionados por el horrible cata-
l6 VENEZUELA HEROICA
sacrificio.
La carga se aproxima.
pasmona celeridad.
I.T muerte.
VI
héroe caballero.
Ríbas-Dávila es un metéoro de fúlgidos reflejos; duró lo
que el relámpago ;
pero )a viva luz que esparce su renombre^
POR EDUARDO DLANCO. 1
mático hábil, pii ero ailm nistr idor, oi)cdiente á las leyes como
soldado y como magistrailo ; <le inteligencia clara y educación
VII
'icds.
lo lleva.
VIH
blicana.
mordiendo á su contrario.
Ahora bien :
¿ qué poder oculto y misterioso comunica ese
fuego sublime, (jue engendra héroes, realiza prodigios y con-
vierte á los peqneños en gigantes ? ¿ Qué alienta a aiiuellos
tad
IX
26 VENEZUELA HEROICA
sas guerrillas, van á ocupar algunas de las casas que dan frente
ala plaza; aportillan los muros, parapetan las ventanas, y á
ciudadanos.
PO.H ."DUARDO UI.ANCO. 2^
dades.
la perseverancia,
XI
siasmo.
XII
ción dfi una unidad á una cifra casi borrada, que apenas exis-
tia ; fiarse a él, era como pretender apoyarse en el átomo para
remover la inmensidad. Pero, necesario es convenir en que,-
;<iébil ó nó, era un punto de apoyo que se ofrecía á la enérgica
cólera.
XIII
Montilla.
MV
egregios compañeros.
con lo excelso ;
por cada plumada de una capitulación
inexplicable, ofrecer como rescate, cadáveres sin cuento,
nada inolvidable.
XY
cia humana.
i:l sitio de san matko.
EL SITIO DE SAN MATEO.
revolución.
ril; la tenacidad.
II
puebK'.
Vos nii )s lie lucha entorpecida por infructuosos ensayos de
'•
Venezuela toda habia vuelto al estado colonial. Las
juntas, los congresos, las const tuciones, la independencia, todo
(•) Rarah.
46 VENEZUELA HEROICA
III
sangre generosa.
la Fortuna.
Ilusoria esperanza ! En medio' de tan profunda oscuridad
para la sometida Venezuela, un gran foco de luz aparece de
súbito en la empinada cima de los Andes. Chispa al principio^
templo del sol, hasta las playas donde Colon dejó caer el ancla
de sus naos victoriosas, los decendientes de los Incas y los
Pero ;
quién era él ? ¿ Quién el atrevido aventurero que
osaba acometer tan ardua empresa? Nadie le conocia; la
común desgracia le habia hecho extraño á la memoria de sus
furores.
IV
sumidero del dolor : cómo brota la sangre por todos los poros
POR EDUARDO BLANCO. 51
nos historiadores.
mmensa luz.
yados compatriotas.
— ¿ Queréis continuar siendo esclavos ? Yo me opongo. En
la balanza de la estricta justicia, mi irrevocable propósito de
daros libertad, pesa mil veces más que todas las miserias que
pudierais alegar como vuestros derechos. Vosotros no podéis
exista uno sólo que las quiera romper. Seréis libres hasta
VI
tan y protegen ;
pero con él, desnudo el sable, radiosa la mirada
Vil
entre los que figuran ninfos, áu>n no apartados del paterno regazo^
se enfrenta á las décuplas fuerzas que le oprimen ; acomete á
todos los flancos que le da el enemigo, lucha,; destroza, vence,
VIH
IX
caudillo republicano.
Allí entre las ílores y las cañas de acjuel risueño valle culti-
vado por sus mayores, habia pasado Bolívar las más felices
en el ejército republicano.
fui :
y al dia siguiente lo hicieron á su vez los cuerpos de
victoria.
66 VENEZUELA HEROICA
XI
inmediatos.
á nuestra línea.
XII
XIII
XIV
de Urama y de Morón.
¡
Y Marino no llega !
XV
pob'adr.
• De esta suerte, sin dar tregua ala lucha, trascurren veintid:s
dias, empeñados en combates parciales de más ó menos grave-
dad, pero todos sangri(ntos.
74 VENEZUELA HEROICA
alegría.
rOR EDUARDO BLANCO.
XVI
victoriosos."
76 VENEZUELA HEROICA
XVII
Clemente.
XVI II
montón de escombros.
misterio.
XIX
Morales.
Bóves enardece á los suyos con el ejemplo de su arrojo.
En medio al fuego que destroza sus filas, se divisa á aquel
pié firme.
nos da el enemigo ;
pe. o su arrojo y su bravura ¡>e estrellan
en medio á la batalla.
XX
parque.
Aquella inesperada operación conturba el ánimo de los
jowiada.
—
82 VENEZUELA HEROICA
XXI
montaña.
gación.
ejército de Oriente.
POR FDUARDO BLANCO. ^^
\X1I
Con todas sus faltas reales, con todas las imputaciones con
XXIII
VENEZUELA HEROICA
valer.
(3 DE ABRIL DE 1819).
Ahora bien :
¿ quién llena aquella página ? ¿ quién el mo-
derno Aquíles, el héroe legendario, émulo sin saberlo, de los
héroes de Homero ?
92 VENEZUELA HERÓI^A
¡
Misteriosos encumbramientos !
mente al acaso.
inexorable.
de Dios.
I'ÜR EDUARDO llLANCO. 93
II
ble España.
III
suyos que tienen por más fuerte, que estiman por más sabio.
IV
¡
Cuánta constancia, cuántos sacrificios, cuánto esfuerzo para
escalar la altura donde sólo elcóndor osa posar su vuelo; y
sm embargo, cuan fácil nos parece de lejos arrostrar la monta-
ña, trepar por sus pendientes, salvar sus precipicios, vadear sus
y limpio el corazón !
VI
8
VENEZUELA HEROICA
asombran y fascinan.
An/> i
.. ui y teguillo *lc cerca j>or
de la campaña.
VII
europeo.
Con todo, era éste el ejército más tuerte y numeroso con que
contaban los independientes. Enfrentarlo en batalla, á tan
VIH
acomete otra vez, y porfía con tesón hasta que logra estrellarse
cargas.
U tenacidad de nuestros
Aráuca, y acosado siempre por
lanceros, se guarece en Achiguas donde fija su cuartel general.
IX
zuela.
división
A mediados de Marzo, incorpora en la L r[)an:i i.i
granaderos,
de su grandeza y poderío !
aplazarla todavía.
XI
zonte,
¡
Osadía sin ejemplo !
cida :
— Canta, si puedes, que vamos á vencer.
a su fama.
XII
un anfiteatro gigantesco.
de Páez.
Tales fueron las impresiones que dominaron en el primer
españolas.
XIII
retroceden espantados.
d
Il8 VENEZUELA HEROICA
XIV
trueno de la fusilería.
sarcasmos.
XV
misericordia.
gloriosa jornada.
BOLÍVAR."
xvi
dardos.
son los atributos del espíritu, que nadie puede arrebatar. De'
todas las aristocracias, la del heroísmo es la más encumbrada
POR fcDUARDO ULANCO. 12$
- - .
fueron todos, tristes, los más, por haber sufrido con la muerte
la ingratitud de pueblo por ellos redimido.
XVII
epopeya.
Id á decir al pueblo griego, hoi degenerado y abatido, que
es todo fábula cuanto narra Herodolo ;
que Leónidas fué un
mito lisonjero ;
que los laureles de Maratón no pertenecen j
Milcíades ;
que Arísticvcs en fin, no sintetiza el patriotismo de
126 VENEZUliLA HEROICA
(7 DE AGOSTO DE 1819;,
batallones.
III
de la cautividad.
I'OR i;ni'ARD<"> BLANCO. 13',
IV
fecundo ingenio.
ocupación de Cartagena.
Aquel núcleo de pueblo y de soldados es el que atrae a
Ca^anare la espada de Bolívar, y en la que cuenta hallar un
decidido apoyo para llevar á cabo la aventurada empresa á
que se entrega con la energía de su carácter.
sanare.
alienta.
VI
rodeaban.
Vil
VIH
locua.
su propio ejército, reo sin excusa de -flagrante
de
El ejército se interna en las tortuosas fragosidades
la sie-
líento.
144 VENEZUELA HEROICA
IX
haremos prisionero."
miento.
POR EDUARDO BLANCO. «47
XI
ventisca
bravios animales en aquellos parajes con la helada y
XI I
hacia adelante y, como Cortes, quema las naves, pzcs á tal equi-
del suelo.
POR EDUARDO BLANCO. I
$3
XIII
XIV
ciones del ejército. Por toda rula por donde puede penetrar
en el corazón de las provincias granadinas, dirige comisiones
fortuna ;
persevera no obstante, y, noticioso al quinto dia de
XV
XVI
XVII
amenaza perderse.
El batallón Británico que combate por primera vez en
presencia del Libertador, hace prodigios de bravura ;
pero no
obstante su denuedo y los reiterados esfuerzos de Rook, su
coronel, por mantenerle firme, retrocede ; y burla la fortuna la
serena tenacidad de Santander, y el arrojo temerario de An-
l62 VENEZUELA HEROICA
XVIII
•
En cambio, pérdidas dolorosas cuesta al ejército patriota
soliiado intrcpido recibe, uno tras otro, dos balazos que le frac-
Apure.
del terreno
el campamento, evoluciona como para posesionarse
con ostensible aparato se prepara, como para librar una batalla
y
posiciones que ocupa.
que Barreiro no esquiva en las fuertes
XIX
XX
mente á combatir.
— Una batalla, decia el Libertador á sus enardecidos com-
pañeros, una batalla más, y habremos dado cima á nuestras
esperanzas.
XXI
su
vicion esforzándose, sobre
todos Barreiro, en dar alcance á
ejército se
contrario antes de que el asombro que domina su
cambie en desaliento.
en extremo el joven general de
Pundonoroso, como lo era
deshonrado, si no lo-
las cohortes españolas, se ve perdido y
pensamiento, se
gra deten, r á Bolívar. Dominado por este
XXII
«n marcha.
Con tal objeto, á mas de los jinetes destacados para vigilar
172 VENEZUELA HEROICA
XXIII
nada.
OK EUUARbO BLANCO. I
75
XXIV
do ;
pero no logra su propósito : los batallones Rifles y Al-
bion, se le interponen y le cierran el paso, á tiempo que Ambro-
sio Plaza y Cruz Carrillo con los Bravos de Páez y Barcelona y
el escuadrón de Infante, lo cargan por el centro. Barreiro se
XXV
presagios.
Mal puede prever lo porvenir aquel á quien ciega la ira.
puede imaginar, que, así los que han de ser vencidos en la lu-
de su genio inmortal.
.
XXVI
XXVII
campo de batalla.
sionero.
patíbulo
espléndida victoria^
XXVIII
tropas ;
ponia las bases que habían de sustentar la gran Repú-
una realidad.
horizontes de la Patria.
II
midable contendor
Trece días le bastan á Bolívar para efectuar tales aprestos :
II
crueldad.
IV
posición.
hicieran de parte
oiria con gusto todas las proposiciones que se
base reco
del gobierno español, siempre que tuviesen por
el
siciones de Morillo.
" La guerra, pues, dice Baralt, al apreciar en su historia
como al Congreso, les dio los títulos que por sus grados y
VI
teridad.
rias.
VII
Revolución, no se le ocultan al
ciaciones habia cobrado la
derivar de un
Libertador las ventajas inmensas que podía
pernicioso á sus contrarios por lo que
estado de cosas tan ;
el generalísimo español, se
interna hacia Ca-
paba áTrujillo ;
VIII
IX
XI
de Abril de 182 1.
A pesar de las bajas sufridas por el ejército español, La Torre
POR EDUARDO BLANCO. MS
contaha todavía con ii.ooo soldados resueltos, disciplmadot
y aguerridos.
cuartel general.
nuevo.
rOR EDUARDO «LAN'CO. »»$
XII
I>eligroso contendor ;
por lo que obrando con acierto, se pro-
pendientes.
21 VENEZUELA HEROICA
ardimiento su paso es
: el del huracán : fuerza en Tacarígua los
po de San Mateo.
Alarmado La Torre, por los efectos de aquella audaz acome-
XIII
cuartel general.
XIV
acontecimientos humanos.
Aquel canipo que la temeridad presumia arrebatarnos, era
nuestro, nos pertenecía por derecho de victoria. Su nombre
estaba escrito al lado de los más altos y magníficos triunfos
fué propicio.
prolongada lucha !
XV
sombra.
Tan luL-go como el ejército español se hubo establecido en
CaraboL o con todo el parque y material de guerra indispen-
VINFZUELA HEROICA
ción de Páez.
pos de su ejército.
que venia desde Achá(;uas, llega al fin i San Carlot ; i ooo in-
de abrir operaciones.
XVI
Desde las galeras del Tinaco hasta las orillas del Cojédes
espacio (jue nuestras tropas ocupaban, un víctor inmenso y pro-
XVII
de escabel.
"
Libertador.
aaS VENEZUELA HEROICA
XVIII
apodo de Primero.
La 2? regíala el General Cedeño, el bravo de los bravos, como
le llamó el Libertador, y el Coronel JúJas TaJeo Piñango ; y
contaba en sus filas los batallones " Tiradores," mandado por
el fogoso Héras ;
" Boyacá " ilustrado en el campo á que debia
su nombre, á las órdenes de Flegel y de Smitli ; " Vargas "
del Libertador, la cual lormaban los batallones " Rifles " que
XIX
ral)obo.
XX
pasillo formado
primera por una abertura natural, especie de
por la separación de las dos extremidades de aqueU.i
caprichosa
la planicie
cadena de colinas que sirven como de antemural á
por la vía de San Carlos.
XIV
á la llanura.
ejército.
lentitud. Sólo se oyen
Trascurre un hora con desesperante
de las trepas realistas y los rugidos de su vigorosa
los fuegos
es ti silencio en nuestras
filas'
artillería. Profundo y solemne
tiempo corre, la impaciencia se au-
la quietud angustiosa ; el
vanguardia al enemigo, es
Aquella primera réplica de nuestra
señal de acometer y las dos divisio-
para los otros cuerpos la ;
atropelladamente por la
nes de Cedeño y de Plaza se lanzan
XXII
•""""' '"""*'""'
pucolo rsm«»"-l-^.- '""="'"
v.c.or.a en
contranos,
Z llegaron á mezclarse; y
entonces, rotas las
bayonetas y des-
XXIII
en muro de granito.
existen :
y el resto de la oficialidad ha sido herida. La Legión
se levanta y acomete ; y en el sitio donde á pié firme hubiera
242 VENEZUELA HEROICA
roja arena.
XXIV
caballería.
'^^
POR EDUARDO BLAMCO.
a.,uc«a carga, no
rechazad, i -".-•
.. a n,om.n.o :
J"-' a
jomada, todos los cuen.os cnem.go.
noncr en riego la
oponer.
!"1 con calurosa decU.on.
.'ie. s61o ,.uede
rrn.n,erodelan.as.„o«.c...s.nen..argo.,aer.cu^^^^^^^^
s
exceptuar los ).-fcs j ofic.aks le i
encontrados escuadrones.
en
de su caballeHa que
Páez reúne, entre tanto, los trozos
el mayor
la llanura. Su ansiedad por allegar
.amenté salen á
alentadora d su diezma
:!. sin pnvar de su presencia
veni.inosa que lan -
nU.a., s'e descubre en la rapidez
así se
para acudir á todas partes,
su impetuoso caballo por
rojo penacho baudo
,r entre eUevuelto torbeUmo su
inestinguible. alma
liento, cual una
llama errante, veloz,
:;
de la batalla,
provocadora del incendio.
inquietante especativa
que sufren
De pronto, en medio i la
¡44 VENEZUELA HEROICA
apodo de ^^
el primero." (•)
XXV
XXVI
de su historia inmortal.
ya fugitivos compañeros.
:
XXVII
XXVIII
empero, algo aun más terrífico que el bote de las lanzas, los
relámpagos, " Araure " y " La Victoria", "San Mateo", " Vigi-
rima", " El Juncal " y " San Félix", " Boyacá " y " Las Quese-
de millares de víctimas.
El ejército de Fernando el Deseado estaba vencido, y ven-
cido sin gloria. Kmpcro, la vergüenza de a<iuel abatimiento
XXIX
2 52 VENEZUELA HEROICA
XXX
su disco, Valencej.
(") En comprobación
del enérgico carácter del Coronel Don Tomas
García, cuéntase que mandando en una parada el ejercicio de fuego á un
:
bandados.
Revueltos, confundidos, dejando el campo cubierto de des-
generosos pechos.
XXXI
na ; revive la lucha.
fatigados batallones.
apetito.
midable garra sobre el sangriento flanco que incita su
nuestros llaneros acome-
Siguiendo su acostumbrada táctica,
otra
para ganar distancia y embestir
ten, chocan y rotroceden
García
ve/ con más violencia. Entre una y otra acometida.
XXXII
los
De esta suerte, siempre acosadosy siempre resistentes,
de la llanura y ganar
Granaderos españoles, logran salir al fin
laaccidentadarutadeValencia, donde con menos riesgo pue-
ponen en juego
frente á nuestros escuadrones;
allí
den hacerle
salvadas del desastre, y ora apoyados
dos piezas de artillería
ten con tal furia que espanta. Muí caro paga Valencey su
intrepidez y arrogancia, de sus compactas filas .ve arrebatar sus
bala que los echa por tierra y al espantado bruto que, sordo á
ios reclamos de la espuela, esquiva el fuego de la fusilería 6 §§
POR EDUARDO BLANCO. 259
pañoles.
cuando García sintió gravitar sobre sus
Oh ! fué entonces
valor
completa ruina de La Torre y que asombrado ante
el
pertinaces,
creciente y la inagotable fortaleza de sus contrarios
XXXIII
¡
Destino, quién pudiera penetrar tus arcanos !
cae sin vida sobre las bayonetas enemigas sin haber dado cima
á aquella su temeraria empresa.
Con aquella catástrofe, los contrapuestos lidiadores, á la par
IB
262 VENEZUELA HEROICA
XXXI 7
i
Así, tus hijos, patria mia, supieron batallar por conquistar
su libertad é independencia !
¡ y así murieron los que plugo al
llo
"
; minutos después estaba muerto.
ta independencia de Colombia.
Hacia siete años que Bolívar no franqueaba las puertas de
colonias de América.
XXXV
é intereses, riñeran con sin igual bravura eni prot de sus Ima-
deras.
Una misma religión, idénticas costumbres, igual carácter,,
noble y generoso en los arranques de genial expansión, á la
vez que temible en las apasionadas manifestaciones de cólera
INTRODUCCIÓN vii
ERRATAS.
Página 18, linea 7? Donde dice — y Mora, léase, y Maza.
,, id., ,, 9? ,,
— Astro brillante, léase. Astros bri-
llantes.
,, 47, ,, 6? ,,
— apuellos, léase, aquellos.
fy 151. .1 10 ,.
— hirgue ,, yergue.
>> 252, ,, 14 ,,
— estremece, léase, estremecen.
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V!
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Venezuela heroica
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