Benemerita Universidad Autonoma de Puebla

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BENEMERITA UNIVERSIDAD

AUTONOMA DE PUEBLA

FACULTAD DE PSICOLOGIA

PSICOLOGIA DEL DESARROLLO HUMANO

TEORIA PSICOSOCIAL DE ERIK ERIKSON

INTEGRANTES
Flores Merino Guadalupe del Rosario
Morales Toledano Azul Nohemy
Mora Rosas Diana Celeste
Rueda Sánchez Rodolfo Alejandro
Tlaxcaltecatl Mani Christian

PERIODO PRIMAVERA 2021


Marco Teórico

Título: Teoría psicosocial de Erik Erickson

En 1950 Erik Erikson, psicoanalista estadounidense, propone la teoría de las ocho


edades del hombre que marca las bases de la psicología evolutiva. En ella argumenta
que, desde el nacimiento hasta la vejez, pasamos por ocho conflictos que permiten el
desarrollo psicosocial y personal. Cuando nos enfrentamos al conflicto y lo resolvemos
satisfactoriamente «crecemos mentalmente». Sin embargo, si no logramos superar estos
conflictos, es posible que no fomentemos las habilidades necesarias para afrontar lo que
viene en un futuro.

La base de la Teoría del desarrollo psicosocial de Erikson se encuentra en el


psicoanálisis, pues Freud ya había explicado la evolución del individuo en las
diferentes fases psicosexuales. Para él, en cada una de las etapas por las que pasa la
vida, el ser humano desarrolla una serie de competencias determinadas; es decir, para el
crecimiento emocional de los niños estos deben desarrollarse en un orden determinado,
siendo fundamental la socialización de los niños para que estos puedan desarrollar su
propia identidad personal de una manera sana.

Las 8 etapas psicosociales y edades aproximadas en las que uno puede adentrarse según
Erickson son las siguientes:

Etapa 1. Confianza versus desconfianza (0 – 18 meses de edad)


Durante esta fase el bebé crea confianza hacia su entorno y sus padres. Esta va a
depender del vínculo que construya con ellos, sobre todo con la madre, ya que suele ser
con la que más tiempo pasa el niño.
Esto es lo que se conoce como “vínculo del apego” y va a determinar el desarrollo
psicosocial del niño a lo largo de su vida. Si los padres no le ofrecen un entorno seguro
y no satisfacen sus necesidades básicas y afectivas, el menor crecerá entre sentimientos
de frustración y sospecha, así como sin esperar nada de los demás, ni del mundo.
Etapa 2. Autonomía versus vergüenza y duda. (18 meses – 3 años)
En este periodo el niño comienza a ser más independiente, aprende a caminar y a
hablar, empieza a controlar los esfínteres, sabe expresar lo que le gusta y lo que no le
gusta. Este mayor «poder» sobre su cuerpo y sobre lo que le rodea hace que empiece a
obtener un sentido de autonomía.
Durante esta etapa es importante brindar ocasiones en las que poder tomar decisiones,
por ejemplo, que elija su ropa del día entre dos opciones, establecer los primeros límites
y normas en el hogar o proponerle pequeños retos adaptados a su edad. Al superar con
éxito esta fase los menores desarrollan una mayor autoestima, más sana y fuerte.
Etapa 3. Iniciativa versus culpa (3 – 5 años)
Esta es la etapa en la que crece el interés por todo lo que le rodea y por relacionarse con
sus iguales. El juego adquiere una gran importancia y a través de él explorará sus
habilidades y capacidades. Los niños sienten curiosidad por absolutamente todo. Todo
lo toca, lo miran y lo tratan como un juguete, así que aquí aparecen las típicas roturas de
jarrones, pintadas en la pared y demás ingeniosidades que muchas veces cuesta creer
cómo pueden aparecer en mentes tan jóvenes.
La culpa es buena, en el sentido de que sirve para reconocer que algo se ha hecho mal,
sin embargo, este sentimiento en exceso es uno de los mayores nutrientes del miedo.

Etapa 4. Laboriosidad versus inferioridad (5 – 13 años)


En este periodo aparecen las comparaciones con los demás, el querer hacer infinidad de
actividades y planes. Los niños ya son capaces de reconocer sus habilidades y las de sus
compañeros y quieren ponerlas a prueba continuamente. Insisten en enfrentarse a tareas
más desafiantes, quieren apuntarse a todos las actividades habidas y por haber, surgen
los “te echo una carrera hasta…” y los enfados cuando pierden un juego o una
competición.
Es importante ofrecerles una estimulación positiva por parte de padres y también
profesores y amigos, reconocer los logros y ayudarles a calibrar desde el realismo hasta
dónde pueden llegar en sus desafíos para que no se afiancen en el sentimiento de
inferioridad.
Etapa 5. Exploración de la Identidad versus difusión de la identidad (13 – 21 años)
Durante esta fase el adolescente se pregunta continuamente una sola cosa: «¿Quién
soy?» Es el momento en que comienza a moldear su propia personalidad, elige a quién
quieren parecerse y qué rol quiere desempeñar en la sociedad. Para ello, la vida social
adquiere un papel muy importante.
Etapa 6. Intimidad versus aislamiento (21 – 40 años)
El entorno y la vida social empiezan a dejar de ser tan importantes, durante estas edades
se empiezan a trazar ciertas líneas invisibles sobre aspectos que la persona ya no está
dispuesta a sacrificar por agradar al resto. Se priorizan las relaciones más íntimas que
requieren un compromiso mutuo.
Etapa 7. Generatividad versus estancamiento (40 – 60 años)
Este es el momento en que la persona empieza a dedicar más tiempo a su familia. Se
intenta ser productivo para poder ofrecer un buen futuro a los seres queridos, se busca
ser y sentirse útil de esta forma. Pero a la vez nos persigue la eterna pregunta de «¿Qué
hago aquí, realmente sirve para algo?».
Etapa 8. Integridad del yo versus desesperación (a partir de los 60 años)
La forma de vivir se altera completamente, el individuo ya no es tan productivo como
antes y no se puede evitar echar la vista al pasado. Esta mirada hacia tiempos anteriores
puede evocar nostalgia y desesperación o, por el contrario, sensación de que ha
merecido la pena lo logrado. Tener una visión u otra nos hará afrontar los cambios
físicos de la vejez y los duelos propios de esta etapa de una forma más o menos positiva.
El desarrollo psicosocial del ser humano es determinante, no solo en lo que concierne a
las cuestiones sociales, sino que va a impactar sobre aspectos claves de su identidad y
personalidad, como la independencia, la autoestima, o la seguridad en uno mismo. Es
por ello muy importante proporcionar a los niños las oportunidades de interacción social
que permitan una sana evolución de la inteligencia emocional y de las competencias
interpersonales.

Cmf, W. D. M. (2021, 17 febrero). La teoría de Erik Erikson: Las etapas del desarrollo

psicosocial. Web del Maestro CMF. https://webdelmaestrocmf.com/portal/la-

teoria-de-erik-erikson-las-etapas-del-desarrollo-psicosocial/#:%7E:text=Erikson

%20afirma%20que%20los%20seres,%C3%A9xito%20de%20las%20etapas

%20anteriores.
INTRODUCCION:

El presente tema resalta la “Teoría psicosocial” o también llamada “Teoría del


desarrollo psicosocial” de Erik Erikson propuesta en 1950, consiste en resaltar que los
seres humanos tienen que pasar por ocho etapas que pueden crear en ellos una crisis o
conflictos en el desarrollo de los cuales se tienen que enfrentar, ya que, suceden entre la
infancia a la edad adulta y al no pasar de forma satisfactoria estas etapas puede que
traiga consecuencias en el futuro en el individuo. Fue una interpretación de Erikson a
partir de la teoría de las fases psicosexuales de Freud; que a diferencia de Freud hace
referencia al aspecto social del ser humano.

DESARROLLO:

Erikson recopiló preciada información acerca de los fundamentales problemas que se


contienen en todas las edades y que indican la personalidad. Fue así como expuso la
“Teoría Psicosocial del desarrollo de la personalidad”. Conforme a esto, cada etapa de
los estadios psicosociales se distingue por un conflicto. Así, el futuro del individuo
estará marcado por la estrategia que este desarrolle para su superación

Etapa 1. Confianza versus desconfianza (0 – 18 meses de edad) Se da en el recién


nacido hasta aproximadamente los 18 meses de edad. Esta etapa hace semejanza al
contacto físico de confianza que percibe el bebé. El niño recibe el contacto físico
originario de la madre, además de sus cuidados blandos y cariñosos, esto ayudará a que
se produzca seguridad en él, sin embargo, como también es abierto a los estímulos del
entorno, será sensible y débil a las experiencias de fracaso. De esta forma, se comienza
a desarrollar el vínculo que servirá como apoyo de sus futuras relaciones con otras
personas que convivirá.
Con el paso del tiempo y suficiente investigación, hemos podido concluir que la primera
etapa del desarrollo que postula Erikson es totalmente correcta, debido a que la afección
de confianza que tengan los padres en sí mismos se revelarán en sus hijos en distinto
nivel: Si esta etapa se lleva a cabo con éxito los bebés crecerán desarrollando vínculos
sociales estables, sin inseguridades, de modo que si el niño demuestra seguridad tratará
abiertamente a los demás y no tendrá terror a explorar cuestiones novedosas. De lo
contrario, si esta etapa no se lleva con éxito los niños crecerán inseguros y sus
relaciones con las demás personas se verán amenazadas por ello. La desconfianza
detiene el interés que los niños tienen por explorar y crean vínculos inestables e
inseguros con las personas que los rodean.

Etapa 2. Autonomía versus vergüenza y duda. (18 meses – 3 años) Se apoya en la


etapa anteriormente mencionada y advierte las bases para las etapas futuras.
Está enlazada con el desarrollo muscular, es tardío y próspero, por ello el niño pasa por
situaciones de vergüenza y duda. Logran cierto rango de control sobre su cuerpo, esto
hace que su independencia avance al facilitarse realizar tareas por sí mismos. Erikson
creía que obtener un balance entre autonomía, vergüenza y duda guía a la voluntad de
determinar sus acciones.
De acuerdo con esto consideramos que es verídico lo que Erikson plantea, ya que los
niños pueden actuar con duda ante situaciones donde se le exponga y él pueda decidir,
esto no es del todo malo porque se considera la razón, acompañado de limites esto
permite que los niños tomen decisiones y puedan ganar el control con ayuda de los
vínculos que llevan con los padres y cuidadores. Los niños que terminan esta etapa con
victoria suelen desarrollar una autoestima sana y resistente, en cambio si no lo hacen
suelen quedarse con una sensación de inestabilidad.

Etapa 3. Iniciativa versus culpa (3 – 5 años)


Esta etapa corresponde a la etapa fálica que mencionaba Freud en su teoría del
psicoanálisis, en este surge la necesidad de tener autonomía de acuerdo con un objetivo
influido por el desarrollo del superego. Si en la etapa pasada, la duda y la vergüenza son
el resultado del fracaso de adquirir un sentido de autonomía, por lo que la culpa e
insatisfacción con el Yo son el resultado del fracaso de adquirir un sentido de iniciativa.
Como bien dice Erikson esta es la fase de la edad de juegos, pues para los niños el juego
toma la función de corregir o recrear sus comportamientos deseables e indeseables para
encontrar su individualidad, de acuerdo con las funciones aceptadas y reprobadas de la
sociedad, jugando solo o en grupo.
Los niños con un sentido de iniciativa bien desarrollado pueden ser sinceros y actuar
auténticamente mediante reglas culturales aceptables para su sexo, edad, posición y
ambiente. Los que imitan hacen un intento por impresionar a los demás con papeles
artificiales, carecen de espontaneidad, son celosos, desconfiados y evasivos.
Etapa 4. Laboriosidad versus inferioridad (6 – 11 años)

En esta etapa las fantasías de la infancia deben dar paso a la tarea de prepararse para
roles y puestos para un correcto trabajo productivo y metas futuras. El individuo
aprende a obtener reconocimiento mediante la producción de cosas a través de la
adquisición de nuevas habilidades y capacidades, completando tareas con herramientas
para solucionar una situación productiva que gradualmente reemplaza los caprichos y
los deseos del juego.

La gran importancia de esta etapa radica en el sentimiento de inferioridad y falta de


adaptación, que inician un nuevo aprendizaje y se percatan de que el mundo por conocer
es mucho mayor que el imaginado, de ahí la constante crisis de las expectativas,
prejuicios e ideales propios y de su familia. Si el niño logra construirse bajo su propia
curiosidad por aprender, participar en situaciones productivas solo y acompañado, podrá
resolver sus problemas y generar estrategias para promover competencia. Sí, por lo
contrario, se desespera de sus posibilidades construirá una baja autoestima, evitar la
competencia y esforzarse por superar sus limitaciones físicas e intelectuales.

CONCLUSIONES:

Conclusión de Morales Toledano Azul Nohemy. Finalmente me permito agregar que


esta teoría es importante ya que hace referencia a el proceso que pasa todo ser humano
en relación con la interacción que tiene con otro individuo desde que nacemos hasta el
día de nuestra muerte, porque, son etapas vitales del ser humano para llegar a un
desarrollo psicológico (mental) con el único propósito de sentirnos bien con nosotros
mismos y con nuestro mismo entorno.

Conclusión de Rodolfo Alejandro Rueda Sánchez. La vida es difícil pero no imposible,


es necesario reconocer que la vida transcurre muy rápido y que las oportunidades que se
presenten a lo largo de esta son únicas e irrepetibles. Lo importante es llegar al último
periodo de las 8 etapas del desarrollo psicosocial, apreciando el esfuerzo empleado en
cada una sin importar cuánto tiempo quedé y aceptar el ciclo o estilo de vida que se ha
tenido, a pesar de los obstáculos y tropiezos que se lleguen a tener.

Bibliografía:

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