Socio-Critico X

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 32

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN CIENTIFICA


Y TECNOLÓGICA
UNIVERSIDAD POLITÉCNICA TERRITORIAL DE FALCÓN “ALONSO
GAMERO”
PROGRAMA NACIONAL DE FORMACIÓN EN CONTADURIA PÚBLICA
TRAYECTO I, TRIMESTRE III

ANÁLISIS Y REFLEXIÓN ACERCA DE LAS


CAUSAS QUE DESATARON LA II GUERRA
MUNDIAL.

Autores:

Jesús Guerrero 26.496.013

José Rios 29.600.208

Erick Sangronis 28.159.457

Alejandro Medina 29.871.569

Profesora: Jennifer Sivila

Sección: #22

Santa Ana de Coro; Junio 2019.


INTRODUCCIÓN
Antes de empezar la lectura de esta investigación u análisis socio-critico,
es importante tener en cuenta o presente la palabra historia, la cual se define
como aquella disciplina que estudia y expone, de acuerdo con determinados
principios y métodos, los acontecimientos y hechos que pertenecen al tiempo
pasado y que constituyen el desarrollo de la humanidad desde sus orígenes
hasta el momento presente.

Es por ello que esta investigación u análisis haya su propósito en cuanto a


lo mencionado anteriormente, lo cual es estudiar y exponer acontecimientos
y hechos pertenecientes a un tiempo pasado, lo cual lleva consigo que esta
investigación tiene como objetivo principal reflexionar acerca de las causas
que desataron el mayor conflicto bélico jamás antes visto por la humanidad
en el siglo XX, conocida como la segunda guerra mundial.

Siguiendo este orden de ideas exploraremos las razones de un tiempo


más allá trasladándonos hasta el tratado Versalles en 1918, principal causa
para el nacimiento de un sentimiento de revanchismo y venganza en una
persona que utilizaría otro gran factor detonante de este conflicto bélico,
como lo fue la gran depresión de 1929. Dicha persona se daría a conocer
como Adolf Hitler responsable directo de esta gran guerra empezando por el
hecho de que fue el líder del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, de
aquel partido que empezó a dar charlas en un pequeño bar y termino con
Hitler dando discursos frente a millones de personas, todas a la merced de
su “Führer”.

Adentrándonos más allá, se analizará y reflexionará acerca de cómo llegó


Hitler al poder, de la falacia de su ascenso al poder, de cómo todo parecía
ser un juego de ajedrez, ya que cada movimiento parecía ser premeditado,
calculado y ejecutado en el momento indicado.

Por ultimo conoceremos las razones que tuvo Hitler para detonar u iniciar
una nueva guerra en el continente europeo que más tarde tendría escalas
mundiales, de todo aquello que llevo a cabo para que a la hora de detonar la
bomba todo ocurriera según el plan.
Inmediatamente después de un conflicto que se creía persistiría poco
tiempo, la debilitada Europa se acomodaba para el período de posguerra.
Los victoriosos iniciaron la redacción de los tratados que asignarían a las
potencias centrales, sin posibilidades de negociar las condiciones.

Marchaba el calendario de 1919. En ese contexto se firmaron los


siguientes pactos: Versalles con Alemania, Saint Germain con Austria,
Trianón con Hungría, Neville con Bulgaria y Sèvres con Turquía. Las
condiciones impuestas en estos tratados no podían ser canceladas o
ignoradas por ninguna nación debido a la presión de los aliados, aunque
Turquía pudo hacerlo a causa del motín liderado por Mustafá Kemal o
también conocido como Atatürk. Sin embargo, de cada uno de los tratados
firmados, el que trajo las más grandes repercusiones históricas se lo lleva el
tratado de Versalles, ya que este intentó frenar el poder de Alemania durante
la primera guerra con sanciones y limitando su dominio militar, aunque no
pudo cumplir su cometido.

Habiendo ya firmado la reconciliación o armisticio de guerra, el inicio de


los tratos y las negociaciones se edificaron sobre las bases propuestas por el
presidente de Estados Unidos, Thomas Woodrow Wilson. Presentó un
documento que constaba de catorce puntos con los que aspiraba enmendar
los problemas que habían llevado a la guerra, mejorar la situación que se
vivía y establecer unas medidas que favorecieran la convivencia pacífica.
Algunos de estos puntos son: la prohibición de la diplomacia secreta, la
reducción de armamento, la exclusión de barreras en el comercio
internacional en la medida de lo posible, autonomía de navegación en todos
los mares, la creación de la Sociedad de Naciones y varias relacionadas con
devolución, rectificación o independencia en determinados territorios.
Las negociaciones se extendieron durante varios meses, sin embargo, se
centraron entre las potencias vencedoras, a excepción de Rusia que había
sido excluida de las relaciones internacionales después del triunfo de la
revolución de 1917, sin participación alguna de los vencidos. De manera que
las circunstancias fueron impuestas, con la amenaza de retomar las acciones
bélicas en caso de no aceptarlas. Esto sucedió ya en la firma del armisticio,
cuando se obligó a la aceptación de las condiciones y, en caso contrario, se
retomarían las operaciones militares. Por otro lado, en mayo de 1919, los
alemanes recibieron el documento y se negaron a firmarlo, los aliados
rechazaron la contraoferta de una reestructuración y amenazaron, de nuevo,
con el retorno a la guerra. Sin embargo, en Alemania no podría sostenerse a
un nuevo combate y firmaron el documento.

La democracia debía ser un valor primordial, y esto condicionó la firma del


Tratado de Versalles. Los militares no estuvieron presentes en la firma, ya
que los aliados, especialmente Estados Unidos sólo aceptaban conversar
con un gobierno plenamente democrático. De esta forma, se responsabilizó a
los políticos de la nueva democracia de las consecuencias del Tratado de
Versalles. Esto condicionó la política de los siguientes años, ya que los
oficiales se vieron desacreditados por militares y grupos tradicionalistas.
Estos mantuvieron, además, que los acuerdos se hicieron sin el
conocimiento de la milicia y que, por tanto, era una traición a la patria.

Estas complicaciones añadidas a las condiciones excesivas dificultaron


notablemente la situación política, dotándola de inestabilidad. Sin embargo,
pronto el Tratado de Versalles empezó a tener sus propios detractores fuera
de Alemania. Estados Unidos, uno de los principales negociadores, no lo
ratificó porque el Senado lo rechazó al igual que sucedió con la Sociedad de
Naciones, donde finalmente no ingresó a pesar de ser promovida por Wilson.
Pero también Reino Unido, una vez satisfechas sus principales demandas,
que eran mantener su supremacía naval y proteger sus intereses coloniales,
también trató de rebajar la presión sobre Alemania. Conocía que finalmente
esto podía llevar a tensiones y al empobrecimiento de Alemania.

Francia era la que estaba obstinada en no moverse un ápice de lo dicho


en el tratado. Argumentaba que era la que había sido más perjudicada por la
guerra, ya que el frente occidental se había desarrollado principalmente en
su territorio, además de que era el Estado que más riesgos corría en caso de
que Alemania volviera a ser una potencia militar debido a su cercanía
geográfica. Sin embargo, su terquedad promovió precisamente lo que
pretendía evitar.

Las cláusulas del Tratado de Versalles que más ofendieron a los


alemanes fueron la 231, que decía así:

“Los gobiernos aliados y asociados declaran, y los alemanes reconocen, que


Alemania y sus asociados son responsables, por haberlas causado, de todas
las pérdidas y de todos los daños sufridos por los gobiernos aliados y
asociados y sus naciones como consecuencia de la guerra que les fue
impuesta por la agresión de Alemania y sus aliados”.

También el retorno a Francia de Alsacia y Lorena, ganada en la guerra


franco prusiana de 1871, la pérdida del control de las minas del Sarre
durante 15 años, la cesión de territorios a Bélgica, Dinamarca y Polonia y la
pérdida de sus colonias. Además, se limitó el tamaño de la fuerza a militar a
unos 100.000 soldados, y eliminar el servicio militar de manera obligatoria, la
desmilitarización de la zona de Renania. También se obligó a la transferencia
de la flota alemana como adelanto al pago de las compensaciones (eligieron
hundirla antes que hacerlo) y se prohibía que desarrollaran aviación,
submarinos y artillería pesada. La indemnización quedó fijada en 6.500
millones de libras a los que habría que sumar intereses. Esta quedó sujeta,
más tarde, al pago de la deuda que habían contraído los países aliados con
Estados Unidos, que también trató de reducir la carga de las
indemnizaciones facilitando el pago de diferentes formas a los alemanes

Estas condiciones fueron, como señala grandes partes de la


historiografía, excesivas y abusivas por parte de los victoriosos. Sin
embargo, al parecer los alemanes tenían en mente algunas saciones
similares en caso de que hubieran ganado la guerra. Un ejemplo es el
acuerdo firmado con la Rusia bolchevique en marzo de 1918, el Tratado de
Brest-Litovsk, en este no se permitía negociación alguna con los vencidos y,
se impusieron las disposiciones que más beneficiaban a sus intereses, como,
por ejemplo: la cesión de Finlandia y territorios en el Báltico y Polonia,
además de las compensaciones económicas. También a Rumanía impuso la
entrega de trigo y petróleo en mayo del mismo año.

En cualquier caso, las consecuencias del Tratado de Versalles fueron


tremendas. Las más evidentes son el auge del nazismo y la Segunda Guerra
Mundial, que mantenían en sus raíces volver a situar a Alemania como una
potencia, restituir el Reich y vengar la humillación sufrida por parte de los
aliados en el tratado, especialmente a Francia y Reino Unido. Pero éstas no
fueron más que efectos de lo que, de manera inmediata, provocó el desastre
de la guerra. La población vivía en una constante situación de hambre hacía
mucho tiempo debido al aislamiento naval que ejercía el Reino Unido que
impedía la entrada de provisiones,. Sin embargo, el pago de reparaciones y
la pérdida de territorios que dotaban al Estado de riqueza hicieron que la
economía se desplomara. La inflación y la devaluación del marco llegó a
límites inauditos. Un dólar de 1914 se compraba por 4,2 marcos; en 1919 por
14; en julio de 1922 por 492; en enero de 1923 por 17,792; y en noviembre
de 1923 por 4,2 billones de dólares. Esto nos permite hacernos una idea de
la magnitud de la crisis vivida en Alemania, y que empobreció a la población
al tiempo que enriqueció a especuladores.

El Tratado de Versalles también estipuló la creación de la Sociedad de


Naciones (o Liga de Naciones), por iniciativa del presidente norteamericano
Woodrow Wilson y sus famosos "14 Puntos". La Sociedad de Naciones
pretendía arbitrar las disputas internaciones y por medio de eso evitar futuras
guerras. El presidente francés Clemenceau era el más vigoroso en las
represalias contra Alemania, ya que gran parte de la guerra había
transcurrido en suelo francés.

Otras cláusulas incluían la perdida de las colonias alemanas y de los


territorios que Alemania había anexado e invadido durante la guerra.

Dentro de las cláusulas territoriales se encontraban como consecuencia


que, Francia recuperaba Alsacia y Lorena, Eupen y Malmedy pasaban a
manos de Bélgica, el pasillo polaco (Posnania y otras regiones) y el sur de
la Alta Silesia se anexarían a la recién nacida Polonia, esto significaba el
aislamiento territorial del resto de Prusia Oriental. Tambien estaba estipulado
que Danzig y Memel, poblaciones germanas del Báltico, serian declaradas
ciudades libres. Cabe mencionar que hubo una cláusula que convocaba un
plebiscito en Schleswig, la franja septentrional, la cual votó a favor del control
danés, y por ende fue incorporada a Dinamarca. La región meridional votó
abrumadoramente a favor de Alemania, y se convirtió en parte del estado de
Schleswig-Holstein. Por otro lado el conjunto de las pérdidas territoriales de
Alemania ascendió a 76.000 kilómetros cuadrados (13% de su territorio),
donde vivían 6.5 millones de habitantes (10% de su población), La cuenca
carbonífera del Sarre pasaba a ser administrada por la Sociedad de
Naciones y explotada económicamente por Francia durante 15 años,
Alemania perdia todas sus colonias, las cuales fueron repartidas como
mandatos de la Sociedad de Naciones entre el Imperio Británico y Francia y
por ultimo Bélgica y Japón se anexionaron territorios muy pequeños.

Otras cláusulas que estaban estipuladas hicieron que Alemania


reconociera su responsabilidad por la guerra y todos los daños que trajo
consigo ya que fue su agresión la que desencadenó el conflicto. Obligada a
pagar reparaciones o indemnizaciones de guerra a los vencedores. La
conferencia de Spa (1920) fija el porcentaje que recibiría cada país del total:
Francia 52%, Gran Bretaña 22%, Italia 10%, Bélgica 8%, en la Conferencia
de Londres (1920) se fija el monto total de las reparaciones: 140.000
millones de marcos-oro, una enorme cantidad. . La prohibición al ingreso en
la Sociedad de Naciones. La Prohibición del Anschluss (unión Alemania y
Austria) y por último el establecimiento del pacto de la Sociedad de
Naciones, como un anexo al tratado.

En conclusión, el Tratado de Versalles trataba de evitar que Alemania


mantuviera un papel hegemónico y pudiera iniciar un nuevo conflicto a escala
mundial. Sin embargo, no fue una política adecuada en tanto que realmente
castigó de forma muy dura a la población alemana y allanó el camino a
opciones extremistas y totalitarias como la representada por Adolf Hitler.

La constitución y consolidación de la dictadura nazi no se puede entender


sin retrotraernos a la situación de Alemania tras la derrota sufrida en la
Primera Guerra Mundial. En ese contexto, iniciado en 1918, hay varios
procesos a tener en cuenta: la revolución frustrada de 1918, la experiencia
de la República de Weimar y las consecuencias de los tratados posteriores a
la guerra.
Si bien aún faltaban años para que el nazismo accediera al poder, el
mancillado orgullo alemán fue un caldo de cultivo muy propicio para
engendrar el apoyo de la población a los grupos ultranacionalistas. Estos
basaban su búsqueda de sustento popular en la necesidad de que la nación
comenzara un proceso de reconstrucción y recuperación de la dignidad
alemana. En el espectro de fuerzas de ultraderecha, fue el Partido
Nacionalsocialista el que logró, a la larga, el consenso de una parte
importante de la población alemana que apoyó a Hitler y a su Tercer Reich.

Para entender un poco este tema del nazismo debemos conocer a su


principal actor, Adolf Hitler Pölzl, nació en Braunau am Inn, zona de la
provincia de la Alta Austria que formaba parte de lo que entonces era el
Imperio Austro-húngaro, el 20 de marzo de 1889. Era hijo de Alois Hitler
(1837–1903), un agente de aduanas, y la ocupación de su padre obligó a la
familia a trasladarse con frecuencia e instalarse en pequeñas localidades
rurales. Su abuela paterna, María Anna Schikelgruber, había tenido a su
padre siendo soltera y el hecho de ser hijo de un desconocido llevó al padre
del futuro Führer a tomar el apellido Hitler de un pariente. Este origen
perturbó a Adolf durante toda su vida ante el temor de tener ascendientes
judíos; sin embargo, el hecho fue desmentido posteriormente.

Esperando poder dedicarse a su profesión favorita, la pintura, realizó


varios intentos sin éxito para ingresar en la Academia de Bellas Artes de
Viena. Luego de la muerte de su madre Klara Pölzl en el año 1907, si vida
tomó un giro, ya que no fue hasta 1913 con su ingreso al servicio militar,
llevaba un estilo de vida holgazán. Aunque Hitler fue descartado en el
ejército debido su contextura física, pudo entrar ante la inminente primera
guerra.
Sirvió en Francia y Bélgica como mensajero del 16° Regimiento de Infantería
Bávara de Reserva. Por su valía en combate, logró ser ascendido a rango de
cabo y recompensado con la Cruz de Hierro de segunda clase en 1914 y con
la Cruz de Hierro de primera clase en 1918. A pesar de estas
condecoraciones, no fue promovido más allá del grado de cabo debido a no
poseer aún la ciudadanía alemana.

Culminada la guerra años después, ocurre la dimisión del emperador y la


transformación de Alemania en república y esto hace que Hitler reafirme sus
opiniones sobre los auténticos enemigos de la patria. Según el Pensamiento
de Patricia Angosto 2008, Ya en este período habría dentro del ejército
alemán grupos de ex-soldados que se resistían a la democracia. También
existe un partido con ideas semejantes a las de Hitler: el Partido Obrero
Alemán (DAP), al que él muy pronto va a pertenecer.

Para Efraím Zadof 2004, a partir de la inclusión de Hitler en ese partido,


comienza su carrera política, destacándose en reuniones y asambleas, como
un gran orador. En sus discursos atacaba el Tratado de Versalles y a los
grupos que consideraba sus enemigos alegando que no podrían llevar a
Alemania a lo que era antes de la guerra, atrayendo a diversos grupos
disgustados con la república.

Siguiendo con la perspectiva del autor, un gran evento se suscita cuando


las NSDAP organizó un golpe de Estado, conocido como Putsch de Munich
el 8 de noviembre de 1923, en la cervecería de Munich donde eran usuales
las reuniones políticas Hitler, con pistolas en mano, evitaron el discurso del
comisario de Baviera, Gustav von Kahr, y anunciaron que la revolución
nacional había comenzado. Este golpe, se formó un “gobierno provisional”,
cuya dirección política quedaba obviamente en manos de Hitler, y ocuparon
los cuarteles del Reichswehr y los de la policía.
Al día siguiente, los rebeldes marcharon por la ciudad en apoyo al golpe, sin
embargo, los oficiales bávaros abrieron fuego contra los manifestantes y
lograron dispersarlos. Tres días iniciado el golpe de Hitler y sus ayudantes
fueron arrestados por el cargo de traición y condenados a cinco años de
prisión, de los cuales Hitler solo cumplió ocho meses. Mientras permanecía
encarcelado, recibía gran cantidad de visitantes diariamente gracias a lo que
había hecho, Hitler escribió Mein Kampf (Mi lucha), texto en el cual están
condensados los principales contenidos de la ideología nazi.

Para Hitler la estadía en prisión le sirvió de manera con las que quizá no
contaba, ya que mientras él pensaba como organizar mejor el partido desde
sus raíces, su popularidad general crecía poco a poco debido a sus acciones
y su discurso que revivía momentos de gloria pasados, pero una cosa es
recordar y otra es cumplir lo que prometía. En diciembre de 1924, Hitler fue
liberado de la cárcel de Landsberg. A partir de ese momento, sus principales
objetivos fueron como había reflexionado en prisión reorganizar el partido
que se encontraba en un estado de desorden, reafirmar su autoridad como
jefe del mismo y controlar a sus miembros más rebeldes.

Para Lightbody Bradley 2004, el periodo 1924–1930 fue importante para el


Partido Nazi porque, en esa etapa de alineación, pudo despertar un poco la
curiosidad de las masas, que comenzó a acercarse para enterarse de sus
propuestas, sin embargo, en la celebración de las votaciones para el
Parlamento alemán, aunque solo obtuvieron el 2,6% de los votos. A pesar de
la conversión del Partido Nazi en un movimiento de masas con participación
en las elecciones, siempre estuvo claro el desprecio que profesaba por la
democracia. La razón de esta participación era destruir el sistema desde
adentro, es decir, usar las armas de la democracia para atentar contra la
misma.
En el libro Mein Kampf (Mi lucha), en el capítulo 14 del tomo 2 Hitler
manifestaba la necesidad, según su juicio tenía Alemania para expandir su
territorio. Piensa en autor que, Hitler en ese momento ya manifestaba en sus
discursos que Alemania debía convertirse en un país potencia en los ámbitos
militares y políticos. De este modo cautivaba a sus seguidores para
manipularlos para que lo ayudaran en sus intenciones de reestructurar las
fronteras perdidas en 1914 luego de la primera guerra y adueñarse de más
territorio ya que podrían obtener recursos con los que no contaban. Acá nos
adelantamos hasta 1929 donde daría inicio una de las principales causas
que iniciaría la segunda guerra mundial.

La debacle económica en 1929 ha concitado la atención de historiadores


y economistas como no lo ha hecho ningún otro momento de la historia
económica del capitalismo.

Sandra Silva (2008), Plantea que el crack de 1929 tuvo claros


precedentes en Europa y también en EEUU. En 1927 se produjo la caída del
mercado de valores de Alemania, en 1928 ocurre igualmente en Gran
Bretaña, y en febrero de 1929 en Francia. El carácter espectacular del
desplome de la Bolsa de Nueva York no debe oscurecer, sin embargo, otro
tipo de manifestaciones que dan cuenta de la difícil situación por la que
atravesaba el capitalismo.

Según lo planteado por el autor anterior las teorías que explican cada una
de las causas de esta crisis son varias y complejas, si bien concuerdan en la
unión de diversos factores como económicos y sociales que se influenciaron
mutuamente. Las consecuencias que se produjo en el tratamiento de la crisis
fue absolutamente valioso, hasta el punto que los historiadores más
prestigiosos la responsabilizan directamente de la II Guerra Mundial. Las
medidas económicas adoptadas en la mayoría de países ocasionaron una
división de la economía mundial y un fuerte impulso de la independencia.

Es en este punto donde nos dirigimos a Alemania, donde se propagará la


gran depresión durante la república de Weimar, es acá donde Hitler se
jactaba de lo que en años anteriores el predecía sobre la llegada de dicha
crisis, y no fue hasta 1929 donde llegaría su satisfacción al ver los bancos
declarados en quiebra y millones de ciudadanos alemanes perdían sus
empleos, él declaró su complacencia, porque entendió que el momento era
oportuno para su discurso revolucionario:

“Nunca en mi vida he estado más dispuesto e interiormente presto a la lucha


que en estos días. Porque la dura realidad ha abierto los ojos de millones de
alemanes a las estafas, mentiras y traiciones sin precedentes de los
marxistas engañadores del pueblo.” -Adolf Hitler acerca de la gran depresión
en 1929.

Es increíble ver la capacidad que tenía Hitler para en un discurso poder


revivir el sentimiento del orgullo nacional aplastado en la primera guerra
mundial y en el tratado de Versalles. Los años posteriores a este conflicto
bélico, Alemania se había convertido en el hazme reír del mundo al perder la
importancia económica que este tenía en Europa, junto con todas sus
colonias, y además se le había impuesto una deuda al aceptar la
responsabilidad de la primera guerra. Hitler por su parte, en sus discursos
prometía repudiar el tratado de Versalles, suspender los pagos de
indemnización, abatir la crisis económica, generando empleo, combatir la
corrupción y controlar a los ricos.

García (2014) hace énfasis en la habilidad de Hitler siendo cautivador en


su oratoria y puesta en escena, su retórica ultranacionalista, revisionista y
antisemita le daba el respaldo de una base social cada vez más amplia y
heterogénea: militantes de otros partidos de ultraderecha, pero también
empresarios, obreros, campesinos y clases medias. Cabe destacar que Hitler
contaba con el apoyo financiero de grandes empresas como lo eran en ese
entonces la aseguradora Allianz, Hugo Boss y entre otras grandes
compañías del momento en Alemania.

Por su parte el autor antes nombrado, alude el uso moderno de la


propaganda y la violencia política como las otras dos armas que tenía Hitler.
Además, destaca que tras la frustrada experiencia del Putsch de Múnich, los
cabecillas nazis estaban convencidos de la necesidad de rebosar la
República desde adentro, participando y utilizando a su favor las instituciones
republicanas. La aceptación momentánea de las reglas democráticas le dará
además al partido el plus de respetabilidad del que hasta entonces carecía.

Según lo describe el mismo autor, el sentimiento de resentimiento por la


ocupación francesa del Ruhr y las sucesivas crisis económicas de 1923 y
1929 incrementaban aún más la base electoral de Hitler; En las elecciones
de 1932 los nazis, con un tercio de todos los votos, son el partido más votado
de Alemania. Con tal apoyo popular y el sustento de otras fuerzas del centro
y la derecha, Hitler es nombrado canciller por el presidente Hindenburg en
enero de 1933.

Berlustinho (2017), resalta el hecho de que la llegada de Hitler al poder


como canciller en 1933, se debió en parte a Frank Von Papen, ya que este
último manejo la manipulación bajo la cortina de aconsejar al entonces
anciano presidente Hindenburg y convencerlo de nombrar a Hitler canciller.
Por otro lado, menciona que Hitler, inteligente en cada movida, se reúne con
Papen el 4 de enero de 1933, donde pactaron la formación de una coalición
en caso de que no se lograrse convencer al presidente Hindenburg.
Aunque si bien es cierto que se le considera a Hitler como el segundo
anticristo de la historia, por sus obras malévolas, dementes y fuera de
contexto, no se le puede negar el hecho de que el hombre con ese ridículo
bigote paso de ser un simple joven que quería ser pintor profesional a ser
uno de los hombres con más poder en Alemania en la década de los 30, y no
se le puede reprochar el hecho que era un hombre que sabía lo que hacía,
sabia ejecutar cada movimiento, consciente de que si no se daba a una
manera ya tenía un plan b para poder cumplir ese mismo objetivo, acá es
ejemplo de ello, al no tener claro si Papen lograría convencer o no al
entonces presidente Hindenburg, tenía que tener clara otras opciones para
finalizar su llegada definitiva al poder, que una vez ahí no iba a ver nada ni
nadie que lo detuviera.

Si bien es cierto que el nombramiento de Hitler como canciller, fue un


gran avance para el líder nazi, si bien se pudo llegar a pensar en ese
entonces que el líder nacionalsocialista llegaría hasta esas instancias del
poder. Los sucesos que acontecieron después del nombramiento de Hitler
como canciller, le daría a él un poder más allá que el de un simple canciller al
estilo Palpatine de star wars.

Lo que describe el mismo autor mencionado anteriormente, es que cuatro


semanas más tarde de la toma de la cancillería por Adolf Hitler, se perpetra
un incendio en el Reichstag (Conocido como el parlamento alemán) el cual
después sería el detonante del ascenso del partido nazi hasta el tercer
Reich. El nombre al que se asocia este hecho fue el de Von der Lubbe, un
comunista concejero neerlandés. Lo que relata Berlustinho (2017), es que
este hecho le permitió a Hitler ante el presidente Hindenburg instar a que
firmara un decreto de emergencia para suspender las libertades civiles con el
fin de “contrarrestar la confrontación despiadada del Partido Comunista de
Alemania”. Tras este decreto, miles de comunistas fueron arrestados
incluyendo en su totalidad a todos los diputados del Reichstag a pesar de
contar con inmunidad parlamentaria.

El anterior autor, afirma que el decreto del incendio del Reichstag firmado
por Hindenburg e instado por Hitler, atentaba contra la mayoría de los
derechos fundamentales de la constitución de 1919 de la República de
Weimar, casi nada. Tras estos hechos, el Canciller pidió de nuevo a
Hindenburg una última cosa, disolver el parlamento y convocar elecciones
para así ampliar su mayoría. De acuerdo a Berlustinho (2017), En esas
elecciones el partido nazi obtuvo el 43.91%, mayoría simple en el Reichstag
que no le permitía formar gobierno. El DNPV se unió al NSDAP consiguiendo
así el 52%, mayoría absoluta pero no suficiente para llegar a las 2 terceras
partes del Reichstag para aprobar una ley de plena concesión de poderes. El
15 de marzo se realizó otra reunión de gabinete donde se discutió la manera
de obtener la mayoría de dos tercios necesarios para aprobar la Ley
Habilitante que Hitler exigía, los comunistas al dejar los asientos libres por
sus arrestos por parte del Decreto del Incendio del Reichstag, las 2 terceras
partes disminuyeron de número y acercó a tal cuantía al NSDAP,
consiguiéndola así, arrestando a parlamentarios del partido socialdemócrata
hasta llegar a 2/3 del Reichstag.

Berlustinho (2017) señala que Paul Von Hindenburg enfermo y con


demencia, veía pasar a Hitler aprobando leyes que impedían la creación de
partidos políticos, el Presidente de la República de Weimar carecía de
poderes políticos para oponerse al Canciller de Alemania, así hasta su
muerte, que el Canciller Adolf Hitler ante la vacancia del Reichspäsident, se
declaró Führer und Reichskanzler otorgándose todos los poderes políticos en
un solo cargo, hecho que podríamos resumir en una frase de Goebbels:
“La voluntad del Führer ha quedado establecida totalmente, los votos ya no
importan más. Sólo el Führer decide. Esto ha sucedido más rápidamente de
lo que esperábamos” - Joseph Goebbels acerca del rápido ascenso de Hitler
al poder en 1933.

Acá es donde nos damos cuenta de cómo la historia por el simple hecho
de ser historia, puede cambiar de un momento a otro en un abrir y cerrar de
ojos sin que nos demos cuenta, un claro y asombroso ejemplo de ello,
porque pudimos observar como un simple ser humano al ver que fue
rechazado en la universidad de artes, con el hecho de que simplemente de
fue aceptado llego a ser el hombre que ocupaba tres cargos en un solo
puesto, colocándolo como la persona con más poder en Alemania en la
década de los treinta, y no solamente el hombre con más poder sino el
hombre con más astucia e inteligente del momento en Alemania, por el
simple hecho de que paso de dar discurso en un salón a dar discursos frente
a un pueblo entero, que paso de dirigir a quince personas a dirigir una nación
completa, de perpetrar un golpe de estado, el cual fracaso, aprendió de ello,
y con ello inicio la mayor guerra que la humanidad haya vivido la cual
irónicamente perdería más tarde alrededor de unos doce años después. Pero
a fin de cuentas hay que meterse en la cabeza de este hombre y pensar si
todo lo que género, hizo y provoco valió la pena, si valió la pena engañar a
un pueblo, si valió la pena todas las atrocidades, persecuciones, delitos y
demás actos contra personas cuyo pensar político era diferente, si valió la
pena aprovecharse de un viejo demente para llevar a cabo los planes que lo
consolidarían en el poder hasta el final de sus días, a fin de cuentas todo lo
que realizo o llevo a cabo Adolf Hitler para consolidarse en el poder valdría la
pena para que el mundo aprendiera el daño que puede generar un hombre
con un ridículo bigote al matar la democracia en un país.
Una vez consolidado el líder supremo alemán en el poder con total
autoridad, empezaría a realizar sus movimientos para que a la hora de
detonar la bomba todo fuera parte según el plan.

Hitler tenía un fuerte sentido de superioridad lo cual lo hacía enaltecerse


ante los demás esto hizo que sintiera que su nación estaba a la sombra de
las demás, todos trataban a Alemania con indiferencia y desagrado por lo
tanto muchos germanos deseaban el nuevo conflicto con el cual podrían
rearmarse e iniciar una expansión con la que recuperarían su territorio.

Según explica Weinberg Gerhard L 1995, el intento de frenar a Alemania


termina en fracaso el 14 de octubre de 1933 con la salida de la conferencia
de naciones y que posteriormente tomara distancia de la sociedad de
naciones. Estos eventos pudieran parecer pequeños, pero ocasionaban 2
aspectos muy importantes, el primero era el fracaso del desarme
generalizado para el ejército alemán ocurrió en la Conferencia Internacional
de Desarme reunida en Ginebra, en febrero de 1932 la cual buscaba como
ya se mencionó, el cese de las operaciones militares de Alemania, pero al
fracasar en el intento, significaba que Alemania llevaría a cabo su tan
ansiado rearme, y el segundo era la posibilidad de una nueva guerra debido
a la tensión que generaba las acciones de la milicia alemana.

Ea importante hacer énfasis en que al contrario de lo que se piensa , el


rearme alemán no comenzó con el ascenso de Hitler, sino que inicio una vez
acabada la primera guerra mundial durante la llamada república de Weimar
esta fue una etapa donde el jefe de gobierno Hermann Müller aprobó
decretos que fomentan varias políticas secretas de rearme las cuales
violaban las condiciones del tratado de Versalles

En el camino de construir alianzas y obtener aliados, la Alemania de Hitler


no tardó en encontrar un compañero importante en la Italia de Mussolini,
cuyo régimen poseía muchas de las características que Hitler anhelaba para
Alemania. Si bien el Duce sentía rechazo hacia los nazis, la admiración de
Hitler por Mussolini quedó expuesta en “Mi lucha”. La actitud de Alemania de
apoyar al Duce ante su operación italiana contra Etiopía llevó al jefe fascista
a cambiar su opinión hacia el régimen nazi y a considerar que la Alemania de
Hitler era la aliada que podía ser beneficiosa.

La coincidencia entre sus objetivos llevó a ambos gobernantes a intervenir


en la guerra civil española que había de iniciado en 1936, apoyando a el
general Francisco Franco en su disputa contra los republicanos. En octubre
de ese año, ambos regímenes proclamaron el Eje Roma-Berlín, al cual se
unió Japón luego de firmar con Alemania, el 25 de noviembre de 1936, el
Pacto Anti-Komintern.

Así, en noviembre de 1936, Alemania firmó junto a Japón un pacto en


contra de la Internacional Comunista, a la cual pensaban que era un factor
de dominación sobre los Estados y como una amenaza para la paz mundial.
Esto ocasionó que ambos países se informaran sobre las actividades de la
Tercera Internacional para elaborar y ejecutar colectivamente acciones de
protección que consideraran necesarias.

El pacto invitaba a otros países que se sintieran intimidados por la


Internacional para que formaran parte de este movimiento. Constituía la
formación de una delegación permanente entre ambos países cuyas
autoridades debían aplicar radicales acciones en contra de los colaboradores
directos o indirectos, nacionales o extranjeros, de la Internacional Comunista.
Este acuerdo fue una respuesta a las resoluciones del Séptimo Congreso de
la Komintern (abreviatura en ruso de Internacional Comunista), que
establecían la necesidad de formar un frente único para luchar contra el
fascismo y el imperialismo. Si la lucha contra el fascismo debía ser
internacional, las respuestas para hacerle frente también debían tener ese
carácter.

En 1937, Italia se adhería al pacto, dando origen a la alianza conocida


como potencias del Eje.

Las visitas realizadas por el Führer y el Duce a sus respectivos países


fueron fortaleciendo aún más los vínculos entre ambos gobiernos. En
septiembre de 1937, Mussolini visitó Alemania por invitación de Hitler y en
mayo de 1938 Hitler devolvió la visita al Duce. A través de estas visitas,
ambos emprendían una vía de coincidencias y coaliciones con intereses
mutuos que llevarían a Italia a pensar y seguir los ideales del nazismo, y
aplicar sus políticas raciales en sus asuntos internos y emprender sus
pretensiones imperialistas.

A partir de la relación italiana con los nazis, el gobierno fascista italiano


comenzó a implementar medidas antisemitas e intolerantes. El 14 de julio de
1938, el diario el Popolo d'Italia publicó un artículo titulado «El fascismo y el
problema racial», luego conocido como «el manifiesto de la raza». En el
documento, Mussolini asumía la responsabilidad y autoría del escrito, donde
se afirmaba que los italianos provenían de raza aria y que los judíos no
formaban parte de la descendencia y, raza italiana.

Acompañando a esta propaganda antisemita, no transcurrió mucho para


que se elaboraran e implementaran las leyes raciales, que obligaban a la
población judía a desaparecer, ya que no podían trabajar en bancos ni en la
administración pública, sus hijos no podían ser educados en escuelas
públicas, no podían enseñar y se les permitió ejercer su profesión solo entre
judíos. Fueron titulados todos los oficiales judíos en servicio, sin embargo, no
se les permitía ejercer ninguna actividad mercantil ni formar parte de
asociaciones culturales y deportivas.
A causa de estas leyes absurdas aplicadas gracias a la mala influencia
del nazismo, miles de judíos quedaron desempleados y fueron víctimas de
persecuciones y ejecuciones solo por su religión y costumbre, aunque nunca
alcanzaron el grado de horror que adquirieron en la Alemania Nazi.

Posterior a esto ocurre en 1939 la consolidación del llamado “Pacto de


Acero” la cual fue una coalición conformada por Alemania, Italia y Japón,
aunque este se unió un año después en 1940, esta constaba en una unión
tanto en ataque y defensa por parte de los países para suministrar poderío
militar a cada una de las partes en caso que existiera una agresión exterior.
Este pacto cerraba definitivamente una buena noticia para el Führer ya que
oficializaba la cooperación con Italia y tendría rienda suelta para volver con
sus ideales expansionistas contra Austria y Checoeslovaquia.

Mediante la presión ejercida por el Führer sobre el canciller austríaco


Schuschnigg, logró la legalización del partido Nazi y el nombramiento de uno
de sus hombres de confianza para mantener vigiladas las acciones del
gobierno. Fue Arthur Seyss-Inquart el elegido para desempeñar ese papel y
no decepcionó a Hitler ya que consiguió que entraran tropas alemanas al
suelo austríaco para consolidar la unión de ambos países convirtiéndola en
una provincia alemana.

Por el lado de Checoeslovaquia, debido a la gran cantidad de población


alemana que vivía en ese país, y sumados a los conflictos internos
relacionados con la independencia de la región gracias al partido alemán-
Sudete, desembocó a una declaración de guerra por parte del gobierno
Checo en 1938. Esta situación fue aprovechada por el Führer quien ya había
manifestado en el pasado su deseo de invadir ese país debido según su
criterio, consideraba que ese gobierno no podía satisfacer las necesidades
primordiales del pueblo alemán.
Para evitar el inicio de un conflicto armado, el Primer Ministro británico,
Chamberlain, emprendió el papel de mediador en el asunto, se entrevistó con
Hitler con la ayuda de Mussolini y le propuso, una reunión de las cuatro
potencias europeas. Esta reunión se celebró el 29 de septiembre de 1938,
los representantes de Francia, Gran Bretaña, Italia y Alemania se reunieron
en Munich. En el tratado allí firmado (denominado Acuerdo de Munich) se
pactó la unión al territorio alemán de los Sudetes, de una parte, de Rutenia a
Hungría y de Teschen a Polonia, a cambio de que se garantizara la
independencia de Checoslovaquia.

En agosto de 1939, Alemania y la URSS, quienes había sido rivales y


enemigos, firmaron un pacto de no agresión. Esta alianza garantizaba ciertas
ventajas para uno y otro. Por un lado, Alemania se beneficiaba de la
inactividad soviética una vez decidida la invasión y anexo de Polonia; por el
lado soviético representaba la recuperación de territorios perdidos desde
1939 a 1949 y tendría un vigor de diez años y contenía dos partes: el propio
pacto de no agresión, conocido públicamente y un protocolo secreto.

El pacto de no agresión constituía, como punto central, que ambas partes


se abstenían de actos de fuerza, acción agresiva o ataque abierto entre sí,
tanto en forma individual como con la asistencia de otras potencias
enemigas. Otra cláusula resaltante determinaba que en dado caso que una
de los dos miembros de la alianza entrara en conflicto armado con una
tercera potencia, la otra parte no suministraría apoyo alguno a la tercera
potencia. Se pactó también la prohibición a cada una de las potencias a
formar parte de una asociación cuyo objetivo fuera atacar a la otra de forma
directa.
El protocolo secreto que quería Hitler implicaba la división del territorio
polaco entre la Alemania la URSS de Stalin y definía cada zona de autoridad
de ambas potencias en el este de Europa. La URSS reconquistaba el control
que perdió sobre los territorios de Estonia, Letonia, Lituania, Polonia Oriental
y Besarabia, perdidos en 1918. La alianza permitió que Hitler lograra utilizar
todas sus fuerzas en un solo frente sin preocuparse por las acciones de
Stalin y centrar su atención en la conquista y ocupación de Francia, Holanda
y Bélgica. También pudo obtener ayuda económica, en especial de materias
primas, y de esa forma contrarrestar el bloqueo marítimo británico.

El pacto, que tendría vigencia por diez años, duró sólo hasta junio de
1941. La decisión de Hitler de invadir la URSS rompiendo la alianza firmada
hacía solo 2 años, luego de haber conquistado Polonia y de iniciada la guerra
mundial, rompió la coalición entre estos dos convirtiéndose nuevamente en
enemigos.

Según Efraim Zadof (2004), con la separación de Checoslovaquia, el


siguiente objetivo de la Alemania Nazi era la conquista de Polonia, deseo ya
manifestado en el Pacto de No Agresión con la Unión Soviética. Los planes
se gestaban desde abril de 1939 para la invasión. El Alto Mando de las
Fuerzas Armadas alemanas emitió, el 3 de abril, la Directiva para las Fuerzas
Armadas 1939/40, en la cual se lee: «Se han de hacer los preparativos de tal
forma que se pueda llevar a cabo la operación (Fall Weiss) a partir del 1 de
septiembre de 1939.

El 1 de septiembre de 1939 el ejército alemán invadió Polonia por varios


puntos del Oeste. El 17 de ese mismo mes con la ayuda de tropas soviéticas
que atacaban por el Este Polonia fue ágilmente vencida, pero para sorpresa
de Hitler, dos días luego de la victoria sobre Polinia, el Reino Unido y
Francia, en integridad con los acuerdos firmados que garantizaban la ayuda
mutua determinados con Polonia, declaraban la guerra a Alemania. Hitler no
contaba con que había cometido un error al imaginar que, en sus acciones
anteriores como la remilitarización de Renania, anexión de Austria e invasión
de Checoslovaquia, ambas potencias se harían de la vista gorda e ignorarían
las acciones viendo el panorama que las amenazaban ambas potencias
aliadas.

Tomando en cuenta las políticas de alianzas y las rupturas de pactos


previos, la guerra enfrentó a dos bandos: los Aliados, formado principalmente
por Inglaterra, Francia, la URSS y Estados Unidos; y las Potencias del Eje,
constituido por Alemania, Italia y Japón. Según Bradley (2004), Hubo países
que se adhirieron a uno u otro de estos bandos. Los países adscriptos al Eje
fueron Eslovaquia, Finlandia, Hungría, Rumania, Bulgaria, Croacia y
Tailandia. Otros países, como Austria y la República Checa, formaron parte
de este bando por haber sido anexados a Alemania unos meses antes.

Las primeras potencias que formaron parte del bando aliado fueron
Francia y el Reino Unido. Luego, la política agresiva del Eje, que llevaba
implícita la conquista de territorios, hizo que se sumaran a los aliados los
países afectados por la misma. Estos fueron Polonia, Dinamarca, Noruega,
Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo, Yugoslavia y Grecia. También
participaron en este bloque los países que formaban parte de la
Mancomunidad Británica de Naciones, como Australia, Sudáfrica, Canadá y
Nueva Zelanda. Con el correr de la guerra se adhirieron la Unión Soviética,
luego de la invasión alemana del 22 de junio de 1941, y Estados Unidos, a
partir del 7 de diciembre de 1941.
Durante la búsqueda de Hitler por aliados luego de la reestructuración del
partido, encontró de manera angelical la ayuda de Mussolini, y aunque
compartían ideales, el principio el Duce no tenía muy buena opinión del
Hitler, aunque pudieron aclarar sus deferencias y unirse por una causa
mutua, la cual era transformar a sus respectivas naciones en grandes
potencias que causaran terror y respeto sobre las demás. Hitler obtuvo las
herramientas para poder hacer realidad el rearme que necesitaba para
comenzar sus planes expansionistas.

Comenzando por obtener los territorios de Francia, comenzó a mofarse del


tratado de Versalles, cosa que debía gozar como nadie lo imagina, además
de comenzar a causar algo de temor frente a los demás países. El camino
hacia el poder de Hitler fue cambiando cuando fue nombrado canciller y
obtuvo mucha más influencia. Y aunque en la historia general no es muy
común ver que entre los aciertos del Führer esté la manipulación a Italia para
obtener su apoyo.

Su alianza con Rusia, aunque breve sirvió para romper de una vez por
todas las cadenas del tratado de Versalles, aunque por una cuestión de ego
por parte de Hitler derrumbaron su carrera hacia el éxito, él mismo cavó su
propia tumba al atacar a una Rusia que solo quería su territorio perdido, y no
tenía intenciones de romper el pacto, pero la avaricia de poder nubló el juicio
de Hitler y terminó perdiendo a un aliado que le hubiera dado muchas
victorias, y pudiera haber ganado la guerra.

El romper las alianzas que tanto buscó ocasionaron que este personaje
que comenzó si nada en la vida, sin una profesión estable, que buscó cobijo
en el ejército, pasara a ser luego de ser encarcelado a ser una figura de
poder en Alemania, que pasó a manipular a grandes personajes y obtenía
poco a poco el poder que tanto anhelaba para Alemania, quien tenía aliados
que, aunque no compartieran al 100% sus creencias podían cooperar, tiró
todo por la borda por la avaricia e intentó derrotar a un enemigo temible que
dividió por completo sus oportunidades de ganar. De lo único de lo que
podemos estar agradecidos con Hitler es haber sido egoísta y atacar a Rusia
y entrar en conflicto con USA para acabar son semejante actor de terror de la
historia.
CONCLUSION

Cada una de los eventos relatados en esta investigación, representan lo


que parecieran pequeños pasos hacia la dirección que Hitler quería para
Alemania, lo cierto es que su cuota de suerte también influyó mucho, y daba
a pensar que todo era premeditado, agrandando la imagen que se tenía del
dictador. En varias ocasiones se notó su doble moral sobre eventos, donde
había un beneficio no dudaba mucho en hacerse de la vista gorda, el más
irónico era su pensamiento racista radical, siendo él una persona no muy
agraciada, también usar a Italia como aliado al verse solitario en ese vasto
territorio y con la potencia rusa siendo la más amenazante, Italia solo era
para Hitler un chivo expiatorio para no ser el centro de atención en la guerra
que él mismo quería iniciar.

Existen varias formas de ver el tercer Reich, como una organización


poderosa de la “Gran Alemania Nazi” la cual dominaba casi toda Europa y
causaba terror ante sus oponentes. Por otro lado ver que cada pequeña
victoria de Hitler en políticas internas y externas las magnificaron para no
causar el descontento, o mejor dicho, más desaprobación de la que ya tenían
después de haber culpado a la derecha democrática de todos los males
antes de tomar el poder, y a los extranjeros de los problemas luego de formar
el tercer Reich. O verlo desde la perspectiva de una persona que sabía lo
que quería, sabía que no podría lograrlo solo, buscó apoyo e intentó
autoproclamarse fallando estrepitosamente siendo encarcelado, para luego
hacerse famoso por ese error y salir al mundo con la fama revolucionaria, su
camino a partir de aquí fue prueba, error, culpar a otros de la debacle y
apropiarse de las victorias para aumentar su ficticia fama del ser perfecto.
Habiendo por lo menos cumplido su meta de acabar con el tratado de
Versalles y “devolverle el prestigio” a Alemania, solo consiguió una victoria
efímera, porque al rearmar a su nación, invadir nuevas tierras, reclamar lo
perdido en la primera guerra e intentar conquistar toda Europa, sentenció al
pueblo alemán a su peor crisis interna de su historia, un país destruido por
las acciones de un charlatán que solo buscaba endiosar su nombre y viendo
el panorama de la derrota en mayo de 1945, luego de la firma de la
rendición, no dudó en no enfrentar lo que había ocasionado y acabó con su
vida, comenzando con el período de reconstrucción de una nación destruida
por un pequeño grupo de personas.

Si bien ha pasado un largo tiempo desde la aparición de Hitler en el


panorama mundial, aún a día de hoy se puede notar el daño que ocasionó y
sus repercusiones como es el caso de Alemania, lugar de nacimientos del
tercer Reich fue tal su influencia negativa en materia, económica, política,
social y cultural que está prohibida la creación de partidos políticos con la
ideología o similares a las del partido Nazi. El impacto social y cultural de la
influencia de los Nazi luego de la guerra está visto por la destrucción de los
países, además de los fallecidos que suman alrededor de 50 millones,
divididos en muertos en combate, bombardeos y otros ocasionando que se
comenzara la reconstrucción de la infraestructura en países como Varsovia
quien perdió cerca del 80% de sus edificios.

En el ámbito social, los civiles inocentes víctimas del fuego cruzado lo


que deja una cicatriz muy profunda en la memoria de muchos, por otro lado
la los bombardeos dejaron los campos en muy mal estado, dificultando la
agricultura ocasionando una hambruna general en muchas partes del
continente, general más muertes.
Los aspectos negativos de la guerra podrían extenderse mucho más es
esta investigación, pero vale la pena mencionar algunas cosas positivas que
ocurrieron luego de la caída de Hitler, como la invención de la computadora,
que tomó como base el Turing, instrumento que se utilizaba para decodificar
los códigos de telecomunicaciones Nazis, dando origen a la computación y la
informática. También ocurrió la fundación de la ONU (Organización de
naciones unidas) que buscaba no repetir los eventos ocurridos en la guerra.
Su principal objetivo es procurar la paz internacional y promover las
relaciones amistosas y positivas entre las naciones.
REFERENCIAS

Referencias Bibliográficas

De la Torre Gómez, Hipólito (2014). «Los inciertos años veinte», p. 67-108.


En De la Torre Gómez, Hipólito. Historia Contemporánea (1914-1989).
Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces.

(Efraim Zadof, 2004, Enciclopedia del Holocausto).

Enciclopedia de Historia National Geographic (2013). «Burguesía y


revolución». En Las guerras mundiales, vol. 30, p. 65-78, Barcelona: RBA.

Eslava Galán, Juan (2014). La Primera Guerra Mundial contada para


escépticos. Madrid: Círculo de Lectores, p. 304-317.

Herrerín López, Ángel (2014). «Las paces: derrotas y victorias pírricas», p.


45-66. En De la Torre Gómez, Hipólito. Historia Contemporánea (1914-1989).
Madrid: Editorial Universitaria Ramón Areces.

(Lightbody Bradley, 2004, La segunda Guerra mundial de la ambición a la


guerra).

Mises, Ludwig von (2002): Gobierno omnipotente: en nombre del Estado.


Madrid: Unión, 2002. ISBN 84-7209-377-8

(Patricia Angosto, 2008, La otra casa del capitalismo, editorial Ocean Sur).

(Weinberg Gerhard L. 1995, Un mundo de armas, Editorial Grijablo).

Referencias Electrónicas

https://www.abc.es/cultura/20140305/abci-nazis-poder-201403051052.html

Fecha de la consulta: 05/05/2019. Hora de la consulta: 6:30pm. Autor:


Javier García Andrés.
https://cronicon.net/paginas/Documentos/Nazismo.pdf?
fbclid=IwAR1sFzj3DTCKEsTyqMtTzba7SFJJfwvdRcrKxWRyR0-
ProjYbxRNsFK7XF8

Fecha de la consulta: 23/05/2019. Hora de la consulta: 3:10pm. Autor:


Patricia Agosto.

https://elretohistorico.com/por-que-alemania-invadio-polonia/)

Fecha de consulta: 03/05/2019. Hora de consulta: 5:15pm. Autor: Miguel


Ángel Ferreriro.

https://revistamirall.com/2017/06/06/hitler/

Fecha de la consulta: 12/05/2019. Hora de la consulta: 4:10pm. Autor:


Berlustinho.

https://sites.google.com/site/biohitler/ascenso-al-poder-durante-la-depresion

Fecha de la consulta: 05/05/2019. Hora de la consulta: 5:22pm. Autor:


Anónimo.

https://www.yadvashem.org/yv/es/holocaust/about/pdf/rise_of_the_nazis_frae
nkel.pdf?
fbclid=IwAR2G1Y1gf90rCXNMWZx8Jk7SZKA55PWvYooNE6DEUww2l5rO7z
wclBsgEyU

Fecha de la consulta: 09/05/2019. Hora: 4:50pm. Autor: Daniel Fraenkel.

https://www.zonaeconomica.com/crisis-1929

Fecha de la consulta: 05/05/2019. Hora de consulta: 7:15pm. Autor:


Sandra Susana Silva.

También podría gustarte