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Benemérita Universidad Autónoma de Puebla

Facultad de Filosofía y Letras


Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica
Seminario Antropología y Literatura
Torres Zavaleta María Fernanda.
201411115
Los Convidados de Agosto y los sujetos femeninos.

En 1964 sale publicado un libro titulado Los convidados de agosto, volumen

conformado por tres cuentos; Las amistades efímeras, Vals “Caprichoso” y Los

convidados de agosto además de una breve novela, El viudo de Román. Narraciones que

llevan como sello la escritura de Rosario Castellanos, una escritura codificada a un espacio

y tiempo que delimita tradiciones y costumbres «mexicanas» aterrizadas en territorio

Chiapaneco en donde las esferas actanciales logran su clímax y desarrollo en las

particularidades ideológicas que conforman la sociedad mexicana en el Siglo XX.

Así el presente trabajo tiene como objetivo analizar el sujeto femenino inmerso en

el sistema social de las narraciones que conforman Los convidados de agosto siguiendo los

paradigmas de la teoría feminista propuesta por Martas Lamas en su ensayo La perspectiva

de género y Hélene Cixous en La risa de Medusa. Siguiendo la teoría, el concepto que

propone Hélène Cixous sobre «Feminismo», abre un panorama para entender esta

cosmovisión, comprendido como: “Un horizonte de lucha, una empresa vigente que aspira

a cambiar las relaciones entre hombres y mujeres para hacerlas más justas”. (54) Por

consiguiente en los cuentos de Rosario Castellanos se presenta una crítica social al recrear y

vislumbrar la vida de la clase media en una ciudad provinciana clasista, poblada de dramas

que suelen engendrar los paradigmas sociológicos en la construcción de los actores

masculinos frente a los femeninos dando como imagen una serie de personajes observados

con ironía y perfección. Y es que a través de la crítica se propicia una definición de la


verdad codificada en el mundo de la literatura que hibrida el plano ficcional con el real al

exponer las creencias que coordinan a una sociedad que obedece tópicos culturales y

logocentristas.

Al tomar como punto de partida las representaciones sociales en los relatos y la

crítica que hace la escritora abre un parteaguas en principio al primer cuento Las amistades

efímeras donde puntualiza la historia de una mujer llamada Gertrudis que, por azares del

destino, curiosidad o linealidad de la vida se fuga con un forastero construyendo su vida

entorno a esta premisa. A partir de este suceso codifica el determinismo femenino social al

interpretar el honor de una familia por la toma de la virginidad de una señorita, aquí es un

claro ejemplo de lo que precisa Marta Lamas para referirse a la construcción simbólica

destinada a parámetros sociales pues puntualiza que la clasificación tradicional depende de

las creencias colectivas que delimitan el “ser” de algo relativo al género.

Para ilustrar mejor citaré a continuación un apartado del cuento donde se

evidencia el paradigma social: “- También podría resarcir la honra de la señorita casándose

con ella. - ¿Cuál señorita? -pregunto el hombre. -Óigame usted, hijo de tal, no me va a

venir ahora con que mi hija no la encontró como Dios manda. ¡Aquí hay pruebas, pruebas!

Y don Tanis enarbolaba otra vez la sábana” (22). Cita que instruye los códigos normativos

que debían de obedecer las mujeres en su esquema mitificador de femenino recalcando la

sexualidad bajo el yugo de exhibición y propiedad en parámetros de obediencia a un

sistema que recrimina la actividad de un género y justifica a otro. Ejemplo de ello es el

diálogo que hace el personaje masculino Juan Bautista con la autoridad Jurídica del

Estado:” Es que antes de llegar a la Concordia levanté en el camino a otra muchacha… El

Licenciado se rascó inmediatamente la oreja - ¿Recuerda usted el nombre de la


perjudicada? – No tuvimos tiempo de platicar. Usted comprende, como iba yo huido…”

(24) A causa del consenso narrativo y lo que sugiere la historia se posibilita la condición

ontológica dado que al jerarquizar el ser se impone toda la organización conceptual a un

sistema, sistema que remite Cixous a la idea de «logocentrismo» es decir el hecho de

someter el pensamiento a dicotomías entre la actividad y pasividad. Fuerzas opositoras que

siempre vuelven al mismo punto de organizar el pensamiento humano y dominar todo

orden conceptual a lo masculino que Lamas lo asimila como «sistema patriarcal».

A su vez el mismo sistema dispone la asignación y adquisición de una identidad o

sea un conjunto de normas y descripciones tituladas roles de géneros, por lo cual en el

primer cuento se declara una situación en la cual la feminidad no puede hacer uso de una

actividad igual a su contrario estableciendo estereotipos morales de lo que es correcto e

incorrecto acribillando transgresiones que salen de la normatividad pasiva destinada a la

mujer. De ahí que en un apartado del cuento la voz narradora da su apreciación del estigma

social que recae en Gertrudis al convencionalismo, citó:

-Tengo una amiga que vive allá. Me escribe seguido. Cartas muy largas. Voy a

buscar la dirección. Así fue como Gertrudis y yo volvimos a vernos. Mis padres

escucharon su historia parpadeando de asombro. No de ninguna manera iban a

permitir que yo me contaminara con tan malos ejemplos. Ni pensar siquiera en que

se quedaría a vivir con nosotros… Bien que mal, Gertrudis fue saliendo adelante.

Nos veíamos a escondidas los domingos” (27).

Observaciones que hacen pensar en el sarcasmo propio de relativizar y burlar las

prácticas sociales regidas por un raciocinio prejudicial al eludir y crearse una propia

percepción de los ideales en la configuración de la voz narradora hacia su amiga Gertrudis


miramientos argumentables y mordaces al recrear metatextualmente la trivialidad del

personaje protagónico dictaminado así: “Al llegar a la casa tomé mi cuaderno de apuntes, lo

abrí. Estuve mucho tiempo absorta ante la página en blanco. Quise escribir y no pude. ¿Para

qué? ¡Es tan difícil ¡Tal vez, me repetía yo con la cabeza entre las manos, tal vez sea más

sencillo vivir” (29)” Argumentos que representan esos designios de lo que es blanco o

negro convirtiéndolo en continuidad un comportamiento que fue causa y efecto de

convencionalismo que se deben obedecer en la cosmogonía social entre lo que es

obligación de una mujer u hombre.

Partiendo del mismo paradigma el segundo cuento, Vals “Caprichoso” modela lo

dicho anterior sobre el constructo social y los roles de género inmersos en la feminidad. En

este cuento relata la historia de una muchachita llamada Reinere de clase media sin título,

pero con una economía imperante y un peso sobre su familia y pasado, en especial de sus

tías Trujillo, mujeres que fueron preponderantes en sus años juveniles, pero con el paso del

tiempo sus dones sociales y estereotípicos fluctuaron. Iniciando el desenlace de la historia a

partir de ese pasado barroco y parafernalio femenil al introducir a su sobrina Reinere en las

esferas de la élite por ordenes de su hermano German un hombre salvaje y con una fortuna

ilícita que quiere que a su hija Reienere se le eduque y se la haga una señorita de bien.

De ese modo el primer párrafo introduce una convencionalidad exponiendo lo

siguiente: “La palabra señorita es un título honroso. hasta cierta edad. Más tarde empieza a

pronunciarse con titubeos dubitativos o burlones y a ser escuchada con una oculta y

doliente humillación” (30) Ideales que conforman una idiosincrasia distintiva de un

pensamiento logocentrista, determinando así, un papel social en la mujer pues para dejar de

ser señorita uno debe entrar en los preceptos cardinales del matrimonio y de la buena mujer
o el tópico del “ángel del hogar “donde se es buena madre y esposa, la cual está bajo el

yugo del constructo masculino. De no ser así la humillación como lo especifica el párrafo

del cuento es inexorable socialmente porque no se ha logrado la culminación de “ser

mujer”. Ese ser mujer es un constructo meramente patriarcal y logocentrista pues obedece a

estándares masculinos.

Lo interesante y otro rasgo de este cuento es la construcción de Reinere frente a

sus tías. Mujeres que obedecen el modelo social y bien visto de lo que debe ser una mujer,

de ahí que su hermano Germán encargara el perfeccionamiento de su hija a sus hermanas,

así se narra el primer encuentro: “Natalia y Julia Trujillo vieron entrar la desgracia por la

puerta… Se llamaba Reiner, era su sobrina y Germán se las había encomendado para que la

educaran y pulieran en el roce social. Les entregó una criatura de buena índole, pero en

estado salvaje. Exigía que le devolvieran una dama y para lograr su propósito no iba a

escatimar ningún medio” (35) En esta narración se ilustra lo que dice Cixous sobre las

dicotomías que son configuradas a la manera y disposición de los constructos sociales con

el fin de censurar o imponer un poder (33), puntualizando este caso la dicotomía entre

salvaje y civilizado, donde lo salvaje obedece a esferas actanciales de lo público, lo exterior

espacios meramente configurados a lo activo que es de índole masculina y no propio al

espacio femenino.

Simultáneamente se posibilita una primera crítica al sistema que rige la educación

en las mujeres reflexionando los preceptos del buen ángel del hogar sinónimo de buena

dama, de persona civilizada. De esa manera Reneire dismitifica ese determinismo social y

transgrede las esferas de lo público destinadas sólo al género masculino donde encontramos

la siguiente actividad:
“Las primeras manifestaciones de la presencia de Reinerie en casa de las

Trujillo fueron catastróficas. Era despótica y arbitraria con la servidumbre, ruda con

las cosas, estrepitosametne efusiva con sus tías… removía los arriates para molestar

a las lombrices, tomaba jugo de limón sin miedo a que se le cortará la sangre y se

bañaba hasta en los días críticos” (39)

Prácticamente el personaje de Reneire tiene particularidades masculinas donde

algunas veces se lee como un personaje mágico, no dotado de las reglas de urbanidad

inmersa en un mundo con variantes culturales no propias de su género y es a través de ello

el sometimiento de convertirla en lo que la dicotomía masculino- femenino a entendido

como civilizado. Martas Lamas en el apartado del Papel de género detalla: “La dicotomía

masculino-femenino establece estereotipos, las más de las veces rígidos, que condicionan

los papeles y limitan las potencialidades humanas de las personas al estimular o reprimir los

comportamientos en función de su adecuación al género” (222) En contraste con lo

anterior la narración muestra que Reinere logra civilizarse entendiendo este concepto bajo

lo que es una buena dama para satisfacer a su sistema, vencida por el rechazo logra

liberarse de esa represión surgiendo su monstruosidad acompañada de la esfera actancial

activa no propia de su género alternándola a grandes figuras femeninas transgresoras como

son las brujas, ejemplo:

Una tarde, en la que el hastió era más enervante que de costumbre, recordó

los conjuros que recitaba su madre para la adivinación del porvenir. La penumbra se

llenó de visiones casi tangibles… Desde entonces la vigilaron con mayor asiduidad

y se dieron cuenta de que reía silenciosamente y sin motivo, hablaba sola en el

idioma de su madre… (56)


Lo que ayuda a comprender y usar el mecanismo de lo mágico en está

construcción transgresora es personificar a una mujer salvaje y cuestionar los atributos

naturales que están ya sentados en la configuración dicotómica de lo activo y pasivo en el

género social.

Ahora se mencionará el tercer cuento que lleva bajo título Los convidados de

agosto, cuento que delimita muy bien los espacios y constructos sociales que obedecen a lo

femenino y masculino. Lo femenino relegado a la esfera privada que es la casa y ámbitos

domésticos y lo masculino referido a lo público, la vida de lo activo. El título del cuento

hace referencia a una celebración festiva, ya tradicional de las costumbres Chapanecas,

pareciera que el relato nos pormenoriza los usos y costumbres del espacio femenino es estas

festividades bosquejando el constructo social del premio de ser una buena mujer ante los

ojos sociales o caso contrario ser la burla de la familia. Aceptando componentes de la

cultura en los sistemas sociales.

Hecha esta salvedad el cuento especifica la vida de dos hermanas relegadas a la

casa, pero se puntualiza la figura del personaje Emelina, una mujer relativamente joven que

el paso del tiempo le ha cobrado sin lograr los estándares sociales, metáfora que logra

expresarse en el siguiente apartado del cuento, hago referencia: “El canario dio unos pasos

vacilantes hacia la salida y se detuvo allí, paralizado por el abismo que lo rodeaba. ¡Volar!

Batir de nuevo unas alas mutiladas mil veces, inútiles tantos años. Avizorar desde lejos

alimento disputárselo a otro más fuertes, más avezados que él…” (69) Metáfora que logra

el cometido al ilustrar el personaje de Emelina al codificarse en la no realización femenina

que le ha llegado tarde porque no es una jovencita de veinte años sino una mujer de treinta

y cinco años que no puede competir con su contexto pues las marcas sociales dan un
carácter imperativo de lo que es correcto y lo impropio. Dando por causa el desenlace de

romper las reglas y buscar un idilio de amor al fugarse momentáneamente con un hombre

extranjero en un espacio público para desconfigurarse como el ideal de lo que debe hacer

una señorita.

Por último, queda la breve novela El viudo Román narrativa peculiar, cumbre de

representar las pautas que una comunidad considera dignas de constituir las relaciones

humanas. Relato Maquiavélico que tiene como antagonista a Don Carlos de Román

conocido como el viudo Roman, hombre de clase alta que se esconde y se oculta detrás de

una máscara de nostalgia para cobrar cuentas pendientes de una venganza pasada.

Desenlace que vuelve a retomar el privilegio y la voz que tiene el logocentrismo en la

jerarquización social hacia la mujer y el simbolismo que se da por el matrimonio y la

virginidad de una persona como un pago de garantía o honor. En la posterior cita se

ilustrará mejor este fenómeno social.

Los rumores se elevaron casi inmediatamente al nivel del cometario que se hace en

voz alta, de balcón a balcón, de banqueta a banqueta. Entonces las personas de más

viso comenzaron a elaborar hipótesis, atrevidas, insolentes lastimosas, pero siempre

cómicas. El ridículo irradiaba como una aureola en torno a las figuras de los

protagonistas del suceso. ¿Quién era Carlos Román? ¿Un novio engañado? ¿Un

marido impotente? ¿Y Romelia? ¿Una mujer Liviana? ¿Una víctima? ¿Y los

Orante? ¿Pretendieron hacer pasar gato por liebre al yerno o la nuez, tan vistosa por

fuera, les salió vana? “(185).

Fenómeno que propicia opiniones y análisis sobre esta crítica. Dada la

construcción simbólica, inmersa en la cultura de los cuentos Los convidados de agosto y en


especial El viudo Román conduciendo a la reflexión de estas ideas esencialista que debe

tener una mujer un hombre para cumplir cierto ideal. Por medio de la ironía se aplica el

carácter axiomático cuyo hábito de conducta procede a la comprensión y crítica de los datos

del problema sociológico en la construcción de procesos culturales de género en donde está

inmerso la desigualdad e inequidad de derechos humanos, pero también de espacios al herir

y encasillar todo un contexto en dicotomías disímiles entre lo activo y lo pasivo en proclive

al logocentrismo. En conclusión, se señala el filtro de traducir la diferencia desigual

respecto a la configuración de lo femenino y masculino en la cultura que sobrepasa la

complementariedad biológica y social respecto a las prácticas que se traducen en opresión o

discriminación por parte de un sistema patriarcal que desconfigura una normativa bajo sus

propios fines.
Trabajos citados
Cixous, Hélene. La risa de la Medusa. Barcelona: Anthropos, 1995.
Rosarios Castellanos. Los convidados de agosto. México: Biblioteca Era, 1964.
Marta Lamas. La perspectiva de género. México: UNAM, 2000.

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