Vías de Administración
Vías de Administración
Vías de Administración
La vía de administración se determina por las propiedades del fármaco (p. ej.,
solubilidad en agua o lípidos, ionización) y por los objetivos terapéuticos (p. ej., la
necesidad de un inicio rápido, la necesidad de tratamiento a largo plazo o la
restricción del transporte a un sitio local). Las vías principales de administración de
un fármaco incluyen enteral, parenteral y tópica, entre otras.
La velocidad de absorción condiciona el período de latencia, que es el tiempo que
transcurre entre el momento de la introducción del fármaco en el organismo hasta
la aparición del efecto. Esta velocidad de absorción depende de la vía por la que
se administre el medicamento.
Vía oral
La ingestión oral de la medicación prescrita es sin dudas la vía más común de
administración de fármacos. Tiene la ventaja de ser el método de mayor
seguridad, el más conveniente y el de menor costo para el paciente. Sin embargo,
hay que tener presente algunas desventajas que se deben evaluar al momento de
decidir su uso: se requiere la voluntariedad y capacidad de deglución del paciente,
ciertos fármacos inducen emesis por ser muy irritantes de la mucosa
gastrointestinal, otros son destruidos por las enzimas digestivas o el bajo pH
gástrico y, se ve favorecida la administración de dosis tóxica.
Vía sublingual:
Es aquella en la que un medicamento es administrado por debajo de la lengua,
siendo una forma más rápida de absorción por parte del organismo en
comparación con los comprimidos ingeridos por vía oral, donde el comprimido aún
necesita desintegrarse y ser metabolizado por el hígado para, sólo después, ser
absorbido y ejercer su efecto terapéutico.
Únicamente, ciertas sustancias activas están disponibles para ser administradas
por vía sublingual, pues necesitan tener características específicas para que sean
viables por esta forma de administración, la cual tiene un efecto sistémico rápido
porque, además de ser absorbidas directamente para la circulación sanguínea, no
necesitan ser metabolizadas por el hígado.
Para cuáles situaciones se indica:
La vía sublingual es una opción muy utilizada en casos donde es necesario
administrar medicamentos con urgencia, como en un ataque cardíaco, por
ejemplo, en el cual se administra nitroglicerina debajo de la lengua, la cual hace
efecto luego de 1 a 2 minutos.
Asimismo, es una opción para el caso de sustancias activas que son alteradas o
degradadas por los jugos gástricos y/o por el metabolismo hepático, puesto que la
absorción se da en la mucosa oral, que es muy vascularizada. Las sustancias son
rápidamente absorbidas y transportadas por las venas que se sitúan por debajo de
la mucosa bucal, que son las braquiocefálicas y yugular interna, drenando luego
en la circulación sistémica.
La vía sublingual también es una alternativa para ser usada en ancianos y niños
que no logran ingerir comprimidos.
Ventajas:
Permite la absorción de medicamentos de forma más rápida que por vía
oral.
Es una técnica sencilla, cómoda y no dolorosa para el paciente.
Impide que el medicamento sea inactivado por los jugos gástricos.
Permite la autoadministración del medicamento.
Ayuda a que las personas que tengan dificultad para tragar comprimidos
reciban el tratamiento, como niños, ancianos o personas con problemas
psiquiátricos o neurológicos.
Puede eliminarse de la boca un exceso del medicamento si el efecto es
muy intenso.
Impide el efecto del primer paso por el hígado y tiene una mayor
biodisponibilidad.
Rápida disolución del medicamento sin que sea necesario beber agua.
Desventajas:
Interfiere con bebidas, alimentos o habla.
Tiene una duración de corta acción.
No puede ser utilizado cuando la persona se encuentra inconsciente o no
coopera.
Permite únicamente la administración en pequeñas dosis.
Es difícil de usar con sustancias activas que posean un sabor
desagradable.
Vía rectal:
Presenta las mismas ventajas que la vía oral, aunque es de mayor utilidad para
fármacos que irriten la mucosa
gástrica, que son destruidos por el pH gástrico o por los jugos digestivos, o cuando
el paciente está inconsciente, o cuando su sabor u olor sean intolerables para el
paciente produciéndole vómitos.
Un 50% del fármaco absorbido sufre efecto de primer paso. La absorción es
irregular e incompleta, aunque puede mejorar si el fármaco se administra como
enema (en solución) en lugar de la forma farmacéutica sólida (supositorio).
Vía inhalatoria:
Es la administración de un fármaco e forma de gas (oxígeno), polvo
(beclometasona) o líquido (salbutamol) vehiculizado por el aire inspirado, con el fin
de ejercer efecto local sobre el árbol bronquial o sistémico después de la
absorción.
Ventajas:
Requiere de dosis pequeñas del medicamento porque los efectos aparecen
rápidamente. Permite la autoadministración.
Desventajas:
No es posible la dosificación exacta, ya que parte de esta se pierde porque se
queda en el aire, se deglute; además en las porciones altas del árbol respiratorio
también quedan restos de ella.
Vía tópica:
A través de estas vías los fármacos son administrados en la superficie externa del
paciente y se busca generalmente un efecto farmacológico local.
Membranas mucosas:
Los fármacos se aplican sobre las membranas mucosas de la nasofaringe,
orofaringe, de la conjuntiva, vagina, colon, uretra, vegiga urinaria y del pulmón.
La absorción de los fármacos a través de las membranas mucosas ocurre con
facilidad. De hecho, los anestésicos locales aplicados para efecto local pueden a
veces ser absorbidos tan rápidamente que producen toxicidad sistémica.
Piel:
Pocos fármacos atraviesan la piel intacta (glucocorticoides, hormonas sexuales) y
su absorción es directamente proporcional al área sobre la cual se aplican y al
coeficiente de partición, ya que la epidermis se comporta como una barrera
biológica. La dermis es permeable a muchos solutos, por tanto, se produce
absorción sistémica más fácilmente en pieles erosionadas.
Se pueden manifestar efectos tóxicos con la absorción a través de la piel de
sustancias altamente liposolubles como los compuestos organofosforados
(insecticidas, plaguicidas, gases de guerra).
La piel es una vía que tradicionalmente se había empleado para tratar afecciones
dermatológicas, pero en la actualidad se está usando para conseguir absorciones
lentas y mantenidas de algunos fármacos en forma de parches cutáneos (nitratos
como antianginosos, clonidina como antihipertensivo, escopolamina como
antiemético contra la cinetósis, etc.). Los fármacos deben ir incorporados en
vehículos grasos (cremas, pomadas) que se adhieran a la piel y permitan la
difusión local de éste. Si el fármaco es hidrosoluble y su sitio de acción está en
capas más profundas, se ha de preferir una vía parenteral.
Óptica:
Es una vía empleada para la administración de fármacos oftalmológicos que son
terapéuticamente útiles por su efecto local. Por tanto, el fármaco debe ser
absorbido a través de la córnea, la cual se comporta como una barrera biológica.
Los traumas e infecciones a la córnea pueden producir un aumento de la
permeabilidad de ésta y verse aumentada la absorción de fármacos con la
posibilidad de manifestaciones tóxicas.
Con algunos fármacos se puede producir cierta toxicidad sistémica si el fármaco
es drenado hacia el canal naso-lacrimal, más aún cuando dicho drenaje no está
sujeto a metabolización por efecto de primer paso. La aplicación de fármacos
antagonistas.
Parenteral
La vía parenteral introduce los fármacos directamente en la circulación sistémica.
La administración parenteral se usa para fármacos que se absorben de forma
deficiente en las vías gastrointestinales (p. ej., heparina) o inestables en las vías
gastrointestinales (p. ej., insulina). La administración parenteral también se usa
para pacientes que no pueden tomar medicamentos por vía oral (pacientes
inconscientes) y en casos en que se requiere un inicio rápido de la acción. La
administración parenteral proporciona el mejor control sobre la dosis del fármaco
administrada al cuerpo. Sin embargo, esta vía de administración es irreversible y
puede causar dolor, miedo, daño local a los tejidos e infecciones.
Intravenosa (IV): La inyección IV es la vía parenteral más frecuente. Es útil
para fármacos que no se absorben por vía oral, como el bloqueador
neuromuscular rocuronio. La administración IV permite un efecto rápido y
un grado máximo de control sobre la cantidad de fármaco administrada.
Cuando se inyecta en forma de bolo, la cantidad total del fármaco se
administra a la circulación sistémica casi de inmediato. Si se administra
como una infusión IV, el fármaco se infunde a lo largo de periodos más
prolongados, lo que resulta en menores concentraciones plasmáticas
máximas y en una mayor duración del fármaco circulante.
Tópica u otras
Inhalación oral y preparaciones nasales : Tanto la inhalación oral como las
vías nasales de administración permiten suministrar con rapidez un fármaco
a lo largo de una gran área de superficie de membranas mucosas de las
vías 24 respiratorias y el epitelio pulmonar. Los efectos farmacológicos son
casi tan rápidos como los de un bolo IV. Los fármacos que son gases (p.
ej., algunos anestésicos) y aquellos que pueden dispersarse en aerosol se
administran mediante inhalación. Esta vía es efectiva y conveniente para
pacientes con trastornos respiratorios como asma o enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, debido a que el medicamento se administra
directamente en el sitio de acción, con lo que se minimizan los efectos
secundarios sistémicos. La vía nasal consiste en la administración tópica de
medicamentos directamente en la nariz y se usa con frecuencia para
pacientes con rinitis alérgica.
Intratecal/intraventricular: La barrera hematoencefálica suele retrasar o
prevenir la absorción de los fármacos en el sistema nervioso central.
Cuando se requiere de efectos locales y rápidos, es necesario introducir los
fármacos directamente en el líquido cefalorraquídeo.
Tópica: la aplicación tópica se usa cuando se busca un efecto local del
fármaco.
Transdérmica: Esta vía de administración obtiene efectos sistémicos
mediante la aplicación de medicamentos a la piel, por lo general mediante
un parche transdérmico. La velocidad de absorción puede variar de forma
considerable, dependiendo de las características físicas de la piel en el sitio
de aplicación, así como de la liposolubilidad del fármaco.
Rectal: Debido a que 50% del drenaje de la región rectal evita la circulación
portal, la biotransformación de fármacos por el hígado se minimiza con la
administración rectal. La vía rectal tiene la ventaja adicional de prevenir la
destrucción del fármaco en el ambiente gastrointestinal. Esta vía también es
útil si el fármaco induce el vómito cuando se administra por vía oral o si el
paciente está inconsciente. La absorción rectal suele ser errática e
incompleta y muchos fármacos irritan la mucosa rectal.