Las Dimensiones Del Ser Humano Ciclo IV ETICA
Las Dimensiones Del Ser Humano Ciclo IV ETICA
Las Dimensiones Del Ser Humano Ciclo IV ETICA
Dicho de otro modo, estas “dimensiones” son las que conforman la complejidad
del ser humano, cuya existencia involucra un conjunto de potencias y de
posibilidades mucho más vastas y diversas que aquellas a las que aspiran los
animales. Se entienden como dimensiones dado que cada una propone una
perspectiva propia del ser humano, a pesar de que en él existan siempre
todas al mismo tiempo.
Nuestra dimensión social siempre nos ayudó a sobrevivir y progresar como especie.
Las emociones y los afectos son indispensables para nuestro bienestar como
individuos, y la gestión de los mismos es clave para nuestro desempeño en
la sociedad: un individuo emocionalmente frustrado tendrá dificultades para llevar
a cabo tareas para las que, por lo demás, se halla perfectamente capacitado.
Por otro lado, la vida afectiva suele definirse en base a la interacción con los
demás, sobre todo durante la niñez y la adolescencia, etapas formativas clave
para el individuo. Por desgracia, este aspecto de nosotros no siempre recibe la
debida atención, y es común que entorpezca los aspectos más refinados o
complejos de nuestro raciocinio.
Así, la vida intelectual del ser humano es la que tiene que ver con su formación
intelectual, su capacidad de razonamiento y su manejo de los saberes que necesita
para llevar una existencia lo más plena posible.
Dimensión espiritual o moral del ser humano
Uno de los aspectos más difíciles de definir del ser humano es lo que tiene que ver
con su sentido de la transcendencia, es decir, con aquellos valores y aspectos de la
existencia de tipo moral, que obedecen a la necesidad de responder a la
pregunta sobre el bien y el mal.
¿Qué es vivir una buena vida? ¿Qué significa hacer el mal? ¿Cómo debería el ser
humano organizarse para que el mundo sea un “buen” lugar para sí y para las
demás especies? ¿Qué responsabilidades le trae al ser humano su capacidad de
pensamiento?
Así, la dimensión moral o espiritual del ser humano tiene que ver con su capacidad
para sentirse parte de una visión armónica del mundo, o sea, para encontrar su
lugar en el orden de las cosas, algo que no es posible hallar a través de la vida
cognitiva o la vida social únicamente. A su manera el arte aspira también a
responder estas cuestiones, a través de un lenguaje propio y complejo: la pintura,
la música, la literatura, etc.