Morfología Básica
Morfología Básica
Morfología Básica
gota, bello, ayer, canta pertenecen a clases de palabras que constituyen conjuntos
abiertos (constantemente se crean nuevos sustantivos, adjetivos, verbos, adverbios).
Los morfemas léxicos aparecen como
palabras simples (gota, útil, ayer) o pueden ser parte de una
palabras compuestas, como cuenta y gotas en cuentagotas.
palabras complejas, constituyendo la raíz a la que se adosan los afijos (got,
politic-);
pero también algunos afijos son léxicos: así, en gotera, llavero o taxista, los
sufijos -era, -ero e -ista denotan respectivamente 'lugar', 'objeto' o 'persona'.
Palabra compleja
raíz sufijo
got- -era
significado léxico parte de un líquido lugar de donde cae una gota
Morfemas gramaticales: pueden ser
• palabras independientes, como preposiciones (a, de, por) y
conjunciones (que, si)
• sufijos flexivos como los que indican género (gat-o, gat-a), número
(casa, casa-s), persona (am-o, am-as), etc…
En ambos casos se definen por su función gramatical, más que por su significado
léxico o conceptual:
a que
dirección que lleva una nexo que incluye una oración
función gramatical
persona o cosa en otra
clase de palabra (conjunto
preposición conjunción
cerrado)
Alomorfo:
Morfemas que están representados por más de una forma fonética; estos
morfemas presentan variación entre formas que alternan de acuerdo con el contexto.
Estas formas alternantes se denominan alomorfos. (Di Tullio, 2014, p. 35)
Ejemplo:
El morfema de “plural, más de uno” tiene tres representaciones fonéticas:
-s aparece cuando la palabra termina en vocal (casa-s, fuego-s)
-es aparece cuando la palabra termina en consonante (árbol-es, cancion-es)
-Ø no se manifiesta. Lo encontramos en unas pocas palabras terminadas en
“s” (crisis, lunes). Se lo denomina alomorfo cero (-Ø) pues, tiene contenido (el significado
de plural) pero ninguna forma fonética que lo manifieste.
El condicionamiento para la aparición de uno de los tres alomorfos (-s, -es, -Ø)
depende del contexto fonológico que lo precede (terminación en vocal o en consonante).
Por otra parte, nunca apareceran en un contexto que no les pertenece (nadie forma el
plural de árbol como arbols o el de fuego como fuegoes o el de lunes como luneses),
por esta razón se dice que su distribución en los contextos es complementaria.
En otros casos, el condicionamiento no depende de factores fonológicos, sino
morfológicos.
Ej.:
El morfema “pretérito imperfecto del indicativo” tiene dos representaciones
fonéticas:
-ba aparece cuando el verbo pertenece a la primera conjugación (ama-ba,
canta-ba)
-ía aparece cuando el verbo pertenece a la segunda o tercera conjugación
(temía, partía).
Como estos dos alomorfos del morfema de pretérito imperfecto indicativo nunca
van aparecer en el mismo contexto (o sea… nadie dira yo amaía, o temaba o partaba)
también están en una distribución complementaria.
Por lo general, los alomorfos se asemejan fonéticamente en mayor o menor
medida:
El morfema de “negación, falta o sin” tiene como alomorfos (representaciones
fonéticas) a:
• in- (in-visible)
• im- (im-posible)
• i- (i-lógico)
estos 3 alomorfos se parecen fonéticamente pero, el los alomorfos del morfema
“pretérito imperfecto indicativo”
• -ba (ama-ba)
• -ía (tem-ía)
fonéticamente no se parecen en nada. La forma extrema de alomorfia es la
supleción, que consiste en la sustitución completa de una forma por otra.
Por ejemplo, las representaciones del morfema “existir, haber” que se representa
en el diccionario con el LEXEMA “ser” son extremadamente distintas entre sí:
so-, es-, se-, fu- son formas supletivas del paradigma del verbo ser, que no
pueden explicarse mediante la mera adición de afijos a una base común ni tampoco por
la modificación de una vocal o consonante.
La supleción suele ser característica de las clases cerradas de palabras: los
auxiliares, algunos verbos de uso muy frecuente (ir), los pronombres personales.