Lamiendo El Plato

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Lamiendo El Plato / Chupándose los dedos

APOCALIPSIS 4 Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el


cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo:
Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.
2
Y al instante yo estaba en el Espíritu; y he aquí, un trono establecido en
el cielo, y en el trono, uno sentado.
3
Y el aspecto del que estaba sentado era semejante a piedra de jaspe y de
cornalina; y había alrededor del trono un arco iris, semejante en aspecto
a la esmeralda.
4
Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los
tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de
oro en sus cabezas.
5
Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono
ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.
6
Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y
junto al trono, y alrededor del trono, cuatro seres vivientes llenos de ojos
delante y detrás.
7
El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante
a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era
semejante a un águila volando.
8
Y los cuatro seres vivientes tenían cada uno seis alas, y alrededor y por
dentro estaban llenos de ojos; y no cesaban día y noche de decir: Santo,
santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que era, el que es, y el que
ha de venir.
9
Y siempre que aquellos seres vivientes dan gloria y honra y acción de
gracias al que está sentado en el trono, al que vive por los siglos de los
siglos,
10
los veinticuatro ancianos se postran delante del que está sentado en el
trono, y adoran al que vive por los siglos de los siglos, y echan sus coronas
delante del trono, diciendo:
11
Señor, digno eres de recibir la gloria y la honra y el poder; porque tú
creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Yo descubrí el verdadero significado de GUSTAR viendo comer Obleas con


arequipe a mis hijos.
Verlos realmente provoca antojo por probar lo que están comiendo
porque no se detiene con buenos modales sino que toma la obleas con
sus manitas y se lo lleva a la boca, lamiéndolas y expresando con toda su
carita el gusto que experimenta.
1. Cuando Alguien disfruta de algo se le nota.

2. Cuando disfrutas algo no puedes detenerte porque eso que te


gusta es agradable para tus sentidos.

3. También haces provocar que otros deseen lo que tú disfrutas.


a) Imagina tu postre favorito, ¿cuál es, las crepas con Nutella y
banano, un flan de caramelo, un Rol de canela, ¿una torta de
chocolate con chocolate?
• Te aseguro que el simple hecho de imaginarlo, te provoca
deseo por comerlo.
a) Así debe ser tu anhelo por disfrutar la presencia de Dios en tu
vida y contagiarla a otros que te vean tan feliz que deseen lo
que tú tienes.
b) Todos debemos sentir que se nos hace agua la boca por
disfrutar nuestro tiempo con el Señor.

4. Cuando algo te gusta intensamente pagas lo que sea para


disfrutarlo.

5. Cuando algo te gusta intensamente no aguantas las horas para


dejar de hacer lo que estás haciendo para hacer lo que te gusta.

6. Cuando algo te gusta intensamente haces locuras por satisfacer las


ganas.

7. Cuando algo te gusta intensamente y no lo tienes sientes que te


mueres.

8. El Salmo 63:1 proclama: “Dios, Dios mío eres tú; de madrugada te


buscaré; mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, en tierra seca y
árida donde no hay aguas”
a. Adorar a tu Dios debe ser un deseo tan ferviente que te
provoque el ánimo por levantarte temprano y acostarte tarde
disfrutando Su presencia.
b. Vuelve a ese primer tiempo cuando te enamoraste de Él y le
buscabas fervientemente porque impactó tus sentidos y tu
corazón.
9. El Salmo 84:2 proclama: “Anhela mi alma y aun ardientemente
desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios
vivo”
a. No sé como cantas, pero lo importante es hacerlo con pasión,
con ese ardor que derrita al Señor y que le demuestre el
profundo amor que sentimos por Él.
b. Eso es adorar, apasionarse y disfrutar ese tiempo reservado
para nuestro Padre Celestial.

10. Éxodo 24:18 cuenta: “Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al


monte; y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta
noches”
a. Moisés subió dos veces al monte, pero realmente no creo que
todo ese tiempo fuera para escribir la ley.
b. Por eso pienso que un gran porcentaje de esos días lo pasaron
él y Dios disfrutando de su tiempo juntos.
c. Imagino a Moisés en éxtasis ante la presencia de Dios, tan
placentera y acogedora que seguramente no quería apartarse
de Su lado. Tal como nos sucedió el día que le entregamos
nuestro corazón.

11. Salmo 37:4 “Deléitate en el Señor”

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