Proyecto Violencia Escolar
Proyecto Violencia Escolar
Proyecto Violencia Escolar
VII SEMESTRE
CICLO ESCOLAR 2020-2021
CURSO:
PREVENCIÓN DE LA VIOLENCIA ESCOLAR (OPTATIVO)
COORDINADOR:
PROFR. RICARDO MEZA ARCE
TRABAJO A ENTREGAR:
ESTRATEGIAS PARA PREVENIR LA VIOLENCIA EN TU ESCUELA.
NORMALISTAS:
KARINA GPE. GONZÁLEZ CESEÑA
MARÍA GPE. HIGUERA MATA
YÉSICA LISET OCHOA RAMOS
MA. FERNANDA OLACHEA VALDEZ
4°C
GENERACIÓN 2017-2021
Unicef vela por los derechos de los niños en el mundo y pone de relieve muchos
hechos que podrían caer en el olvido. El informe "Ocultos a plena luz" ponía sobre la
mesa la cruda realidad de millones de casos de violencia contra los niños. También
casos de violencia emocional.
NOMBRE DE LA INSTITUCIÓN:
Guillermo Valle Gómez
Todos estuvimos y seguimos con miedo, porque esto aún no termina, a casi un
año de iniciar con la cuarentena, debemos seguir en casa, y no sabemos por cuánto
tiempo más permanecer de esta manera.
Por tanto, en el ámbito escolar debimos seguir tomando las clases a distancia,
todo fue nuevo para todos, docentes, alumnos, padres de familia, autoridades
educativas y demás actores que se relacionan para tan importante labor.
Por su parte, los alumnos y padres de familia, y familia en general, tuvimos que
buscar la manera de adaptarnos a esta nueva modalidad, nos enfrentamos a muchos
obstáculos, ya que las clases en línea exigen que debes contar con ciertas
herramientas, como un teléfono inteligente, una computadora o laptop, internet,
impresoras; y cabe destacar que no todas las familias tienen las mismas posibilidades
económicas para contar con dichos elementos.
Pero estas no fueron las únicas dificultades a las que se enfrentaron tanto las
familias como los docentes, existen una lista larga, pero en el presente trabajo nos
vamos a enfocar al problema de VIOLENCIA EMOCIONAL a la que se enfrentan
muchos de nuestros alumnos.
Propósitos del proyecto
PROPÓSITO GENERAL:
PROPÓSITOS ESPECÍFICOS:
Los padres de familia y demás familiares deben identificar y abordar sus propios
sentimientos. Esto les permitirá ayudar a los demás. Explique a sus hijos lo que pasó y
hágales saber que:
Los ama.
El acontecimiento no fue culpa de ellos.
Usted hará lo mejor posible para cuidarlos.
Es normal que se sientan afectados.
Los padres de familia deben:
Permitir que sus hijos se sientan tristes o lloren.
Dejar que sus hijos hablen, escriban o hagan dibujos sobre el acontecimiento y
sus sentimientos.
Limitar las veces que los niños ven las noticias sobre acontecimientos
traumáticos. Es posible que los niños pequeños no entiendan que el noticiero
está hablando del mismo acontecimiento y no de varios similares.
Prestar más atención a los niños que tienen problemas para dormir. Déjelos
dormir con una luz prendida o en la misma habitación que usted (por un tiempo
limitado).
Tratar de mantener las rutinas normales (o crear rutinas nuevas), como leer
cuentos antes de acostarse y cenar o jugar juntos.
Cuando sea posible, ayudar a que los niños sientan que tienen control,
dejándolos decidir qué comerán o qué ropa se pondrán.
Comunicarse con un profesional de la salud si después de estar en un entorno
seguro durante un mes, los niños aún no pueden regresar a sus rutinas
normales.
Comunicarse con un proveedor de atención médica si se presentan nuevos
problemas emocionales o de conducta, sobre todo si los síntomas duran más de
unas pocas semanas.
1. Experimentar latidos acelerados del corazón y sudoración
2. Asustarse con facilidad
3. Volverse emocionalmente insensible
4. Tener sentimientos de mucha tristeza o depresión
Es importante que los padres realicen acciones inmediatas de intervención. Como
ayudar a los niños a generar un autocuidado, una herramienta clave para establecer y
mantener una buena salud mental, esto es, apoyarlos para generar actitudes que los
ayuden a tener un bienestar personal.
Esto se puede realizar midiendo su estado de ánimo, ya sea bueno o malo, con un
ejercicio de escala numérica, para así determinar parámetros y niveles de alerta, con el
fin de evaluar si es necesario recurrir a un psicólogo, agrega la Doctora.
Así pues, como docentes nos enfrentamos ante una tarea difícil, pero tenemos
opciones para apoyar a nuestros alumnos, afortunadamente existe mucha información
y grupos de ayuda, es importante que nos informemos y actualicemos, pidamos ayuda
de ser necesario, pero sobre todo que nos preocupemos, involucremos y nos
ocupemos de nuestros alumnos que pasen por esta triste situación.
Ser más humanizados con sus alumnos, y manejarse con cautela ante ellos,
teniendo en cuenta los problemas o trastornos que tienen o puedan generar
durante la impartición de clases, pues esto ayudará a generar un ambiente
bondadoso y calmado.
Actividades que pongan a sus alumnos sean estructuradas y planteadas
correctamente, teniendo consideración en todo momento de ellos [los alumnos],
para que así no perciban las clases de forma abrumadora o pesada”.
La enseñanza debería ser lo más lúdica posible, e inclusive entretenida, pues
combinando una enseñanza de calidad de los maestros, con la motivación que
se les brinde y lo interesante que pueda ser la clase, se obtendrán mejores
resultados académicos.
Asimismo, el impartir temas de interés (en medida de lo posible), ayudará a
generar una mayor interacción grupal virtual. Es decir, a crear relaciones, aún en
la distancia, puede contrarrestarse la soledad que puedan sentir.
Utilizar lecturas que tenga como fin la reflexión y el rescate de valores.
Desarrollar una relación afectiva. La función del docente debe ser un
seguimiento del proceso personal de los estudiantes.
Se debe resaltar lo positivo de cada estudiante para abordar posteriormente los
aspectos negativos.
Fomentar la participación de cada estudiante.
Canalizar inquietudes. Favorecer la solidaridad y el apoyo mutuo.
Potencializar el apoyo de responsabilidades entre los miembros de un grupo,
asumiendo un juego de roles.
Escuches sus preocupaciones y respondas a sus preguntas de manera
apropiada a su edad.
Promuevas tareas en casa donde tus alumnos puedan expresar sus
pensamientos y sentimientos a través de dibujos o de la escritura,
Organices actividades colaborativas para fomentar la interacción social a
distancia, por ejemplo, deja una tarea que requiera que los estudiantes se
hablen por teléfono.
Evita lenguaje o comentarios que discriminen en contra de las personas que
sufren o sufrieron de Coronavirus o que están en contacto con personas que lo
hayan contraído.
Papel de los alumnos en el caso: (Detalla el rol de cada uno para optimizar
resultados)
En el caso de los alumnos agresores suelen contar con las siguientes características,
suelen pasar por una situación social negativa, aunque cuentan con algunos amigos
que les siguen en su conducta violenta; una acentuada tendencia a abusar de su fuerza
(suelen ser físicamente más fornidos que los demás); son impulsivos, con escasas
habilidades sociales, con baja tolerancia a la frustración, y con dificultad para cumplir
normas; unas relaciones negativas con relación a los adultos y un bajo rendimiento,
problemas que se incrementan con la edad; no son muy autocríticos, por lo que cabe
considerar el hecho observado en varias investigaciones al intentar evaluar la
autoestima de los agresores y encontrarla media o incluso alta.
Están menos satisfechos que sus compañeros con su aprendizaje escolar y con
las relaciones que establecen con los profesores. En ese sentido, parece existir
una estrecha relación entre la tendencia a acosar a los condiscípulos y la de
hacerlo con el profesorado, y entre ambos problemas y la percepción de haber
sufrido tal tipo de situaciones en la relación con los profesores (Mendoza, 2005).
Las víctimas típicas, son por lo general alumnos más ansiosos e inseguros que
los demás.
Suelen ser cautos, sensibles y tranquilos, cuando se sienten atacados,
normalmente reaccionan llorando y alejándose (en especial en grados más
inferiores).
Padecen de una baja autoestima con una opinión negativa de sí mismos y de su
situación. Con frecuencia se consideran fracasados, estúpidos y avergonzados.
En los colegios se les observa solos y abandonados, casi no tienen ni un solo
buen amigo en su clase, no muestran conductas agresivas ni burlonas, de lo
cual se infiere que el acoso y la intimidación no se puede explicar por las
provocaciones a que las propias víctimas pudieran someter a sus compañeros.
Estos niños, también suelen tener una actitud negativa frente a la violencia y el
uso de medios violentos.
Si se trata de niños, lo más probable es que se vean más débiles que los otros
en general. A este grupo de víctimas, el autor los clasifica como víctimas pasivas
o sumisas.
Niños que no responderán al ataque o al insulto. También se caracterizan por un
modelo de ansiedad y de reacción sumisa combinada con una debilidad física.
La víctima típica, o víctima pasiva, que se caracteriza por una situación social de
aislamiento, en relación con la cual cabe considerar su escasa asertividad y su
dificultad de comunicación; una conducta muy pasiva; miedo ante la violencia y
manifestación de vulnerabilidad (de no poder defenderse ante la intimidación);
acusada ansiedad, inseguridad y baja autoestima, características que cabe
relacionar con la tendencia observada en algunas investigaciones en las
víctimas pasivas acerca de culpabilizarse ellas mismas de su situación y hasta
de negarla, debido quizás a que la consideran como más vergonzosa de lo que
lo hacen con la suya los agresores (que a veces parecen estar orgullosos de
serlo).
La victima activa, que se caracteriza por una situación social de aislamiento y de
aguda impopularidad, llegando a encontrarse entre los alumnos con mayor
rechazo por parte sus compañeros (superior al que tienen los agresores y las
víctimas pasivas), situación que podría estar en el origen de su selección como
víctimas, aunque, como en el caso de las anteriores, también podría agravarse
con la victimización; una tendencia excesiva e impulsiva a actuar, a intervenir sin
llegar a poder elegir la conducta que puede resultar más adecuada a cada
situación; con problemas de concentración (llegando incluso, en algunos casos,
a la hiperactividad), y con cierta disponibilidad a reaccionar mediante conductas
agresivas e irritantes. Dichas características han hecho que, en ocasiones, este
tipo de víctimas sea considerada como «provocadora», asociación que
convendría evitar para prevenir la frecuente tendencia a culpar a la víctima que
suele existir respecto a cualquier tipo de violencia, también en la escolar. La
situación de las víctimas activas es la que parece tener un peor pronóstico a
largo plazo.
El COVID-19 puede alterar rápidamente el contexto en el que viven los niños y niñas.
Las medidas de cuarentena —tales como el cierre de escuelas y las restricciones de
movilidad— interrumpen la rutina y el apoyo social de los niños y niñas, además de
representar factores de estrés adicionales para padres, madres y cuidadores, que se
ven obligados a encontrar nuevas opciones de cuidado infantil o a dejar de acudir al
trabajo. La estigmatización y la discriminación relacionadas con el COVID-19 pueden
aumentar la vulnerabilidad a la violencia y el malestar psicosocial en niños, niñas y
adolescentes.
Algunas de las actividades que pueden desarrollar los alumnos en este periodo que se
encuentran en casa para contribuir a la disminución de estrés y ansiedad, son los
siguientes:
Hábito de estudio
Es conveniente que no pierdan el hábito de estudio. Los estudiantes pueden ir
avanzando con los temas y hacer esquemas de lo aprendido. Pueden leer un capítulo
de un libro y hacer un resumen, buscar información, ver vídeos y películas,
documentales, etcétera.
Efecto de la música
Podemos aprovechar el tiempo para practicar alguna obra musical, o incluso, aprender
a tocar algún instrumento, o componer alguna canción. La música es muy terapéutica,
todos conocemos los efectos de cantar alguna canción con alegría. Esto les
proporciona seguridad y sensación de “seguir en su día a día”.
Concursos o juegos
Los concursos sirven para estimular la competitividad y la creatividad entre hermanos.
Podemos crear concursos para ver quién crea el mejor cuento o canción, la mejor
receta fácil y casera. Podemos crear brigadas de limpieza, o jugar a que trabajan en el
restaurante más internacional de la ciudad y necesitan una buena organización para
que salgan todos los platos. Ellos tendrán que decidir si quieren ser cocineros,
reposteros, encargarse de los cócteles, del lavaplatos, etc.
Reflexionar sobre este tipo de historias puede ser un punto de partida para muchas
otras cuestiones y dar lugar a que nazcan otros intereses. Por ejemplo, por la historia,
por Ámsterdam e incluso buscar información sobre la casa de Ana y la ventana por
donde ella escuchaba el campanario que le marcaba las horas o el árbol que veía y le
permitía saber en qué estación del año se encontraban.
Pero además de todo lo antes mencionado no se debe dejar de lado que la guía y
supervisión de un adulto durante esta situación es fundamental, el apoyo, cariño,
supervisión, palabras de aliento y demás acciones que los padres de familia realizan
hacía sus hijos es de vital significación para ellos.
Selección de estrategias
Acciones de preparación
Acciones de respuesta
Definir estrategias para brindar apoyo psicosocial a los niños y niñas, sobre todo
a los que se encuentren en situación de cuarentena.
En esta evaluación también participará el alumnado, que dará su opinión sobre lo que
le ha parecido las actividades, lo que mejorarían de ellas, actividades que no le han
gustado y que quitaría, sugerencias de mejora…etc.
A la hora de evaluar el programa, desde nuestro punto de vista, debería hacerse en
tres momentos:
EVALUACIÓN
https://www.bebesymas.com/salud-infantil/la-violencia-emocional-hacia-los-ninos-una-
cruda-realidad
https://piedepagina.mx/de-regreso-a-clases-medidas-para-prevenir-trastornos-
emocionales-en-est udiantes/
file:///C:/Users/USUARIO/Downloads/Dialnet-
ViolenciaEscolarPerfilesPsicologicosDeAgresoresYVi-4784582.pdf
https://rieoei.org/historico/documentos/rie37a01.htm
https://www.unicef.org/media/66276/file/SPANISH_Technical%20Note:%20Protection
%20of%20Children%20during%20the%20COVID-19%20Pandemic.pdf