Leptospirosis

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Introducción

La Leptospirosis es una enfermedad febril causada por la bacteria espiroqueta del genero
leptospira especies interrogans. En los últimos humanos se presenta como una enfermedad
aguda generalizada cuya característica principal es una vasculitis extensa. Los hallazgos
Histopatológicos afectan principalmente el hígado los riñones y el sistema nervioso central.

La Leptospirosis es una zoonosis de distribución mundial, producida por una espiroqueta de


las cepas patógenas del género Leptospira, que afecta tanto a los animales silvestres y
domésticos así como al hombre (Thiermann, 1984), caracterizada por: fiebre, mialgia,
procesos hemorrágicos, ictericia, nefritis, hemoglobinuria, anorexia, náuseas, cefalea, etc.

Los países tropicales y subtropicales son los más afectados pues las condiciones climáticas
como: precipitación, temperatura, humedad relativa así como el pH, estructura y la
composición de suelo) más favorables a su presentación. La OMS. ha estimado una tasa de
incidencia en humanos entre 4-100 casos por 100 000 habitantes en estos países, dando a
conocer que un brote en China alcanzó una tasa de 1300 casos por 100 000 habitantes
(OMS., 1998)

Es una enfermedad zoonótica de distribución mundial ,siendo reemergente en los países del
cono sur ; en los países industrializados tiene un comportamiento endémico ; manifestada
principalmente por una enfermedad aguda y febril que comprende sobre todo a los animales
salvajes y domésticos .El hombre se contamina en forma accidental por el contacto con
orina o tejidos de animales infectados y presenta cuadros clínicos variables que van desde
infecciones inaparentes, meningitis aséptica, hasta formas severas como el síndrome de
weil. La penicilina sigue siendo el tratamiento de elección.

La Leptospirosis es un germen caracterizado por una extraordinaria movilidad que le


asegura un alto poder invasivo es resistente al frio, sensible a la acción de los rayos solares,
además de morir en un medio acido .El género leptospira incluye dos especies: Biflexa, que
es de vida libre y no patógena e interrogans , que si es patógena tanto para el hombre como
para los animales. Perteneciendo a este último grupo el microorganismo causante de
síndrome de weil.

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los grupos de mayor riesgo son los hombres jóvenes .Las personas que trabajan con ganado
están expuestas a la orina de los animales , al igual que los trabajadores de arroz oles, pues
los roedores infectan los campos .los cañeros igualmente constituyen otro grupo de alto
riesgo, conjuntamente con los trabajadores del alcantarillado, los mineros, los plomeros, los
veterinarios, los empleados de matadores los militares y en condiciones accidentales, los
bañistas, los excursionistas expuestas al agua dulce y manipuladores de pescado.

El deterioro de las condiciones higiénico-sanitarias debido a la difícil situación


socioeconómica unido a la tendencia y crianza de los animales en zonas urbanas y
suburbanas sin cultura para estos cuidados, han constituido condiciones favorables para su
desarrollo epidemiológico.

La enfermedad se presenta en brotes epidémicos en países desarrollados o en vías de su


desarrollo, principalmente en épocas de lluvias e inundaciones, remarcando su carácter
estacional y cosmopolita.

La adquisición de una enfermedad zoonótica es el resultado de la combinación de factores


relacionados con el huésped, el ambiente y el agente implicado.

Para que constituya un foco de Leptospirosis es necesario que además animales portadores,
existen condiciones ambientales odineas para la supervivencia del agente causal en el
exterior.

Entre estos factores podemos citar un alto grado de humedad ambiental, PH neutro o
ligeramente alcalino, un a temperatura elevada, la composición fisicoquímica y biológica
del suelo (población microbiana) precipitaciones abundantes, así como también terreno
bajos, receptáculos naturales o artificiales de agua dulce, todo esto contribuye a que las
regiones tropicales sean endémicas de Leptospirosis.

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¿Qué es la leptopirosis?

La Leptospirosis es una enfermedad emergente con poca divulgación de su historia natural


entre los sistemas de salud , empresarios y trabajadores .Por ser una enfermedad con una
terreno adecuado para su desarrollo en nuestro país puede afectar a cualquier población que
conozca su modo d transmisión y por lo tanto no tome las precauciones necesarias para
controlarla.

La variedad de síntomas en cuanto a su presentación clínica puede contribuir a que no se


realice un diagnóstico adecuado de la enfermedad, el territorio nacional, pues, al ser un país
tropical, existen las condiciones idóneas para su transmisión. La temperatura, la humedad y
el Ph, unido a la infestación por roedores, presencia de animales en las ciudades, deficiente
tratamiento de residuales pecuarios, aumento del personal expuesto temporal o
permanentemente a actividades agrícolas, y la limitada disponibilidad de medios de
protección, han influido negativamente en la prevención y control de esta zoonosis.

Durante las últimas décadas esta enfermedad ha tenido un comportamiento estacional, con
picos entre los meses de junio y noviembre, con manifestaciones en forma de casos
esporádicos o brotes epidémicos. Una de las actividades más importantes en su control lo
constituye el diagnóstico precoz y el tratamiento oportuno de los casos. Sin embargo, aún
hoy existen debilidades en el control de la leptospirosis humana a nivel de la comunidad.

Por lo que se propone aumentar el conocimiento para el control de brotes de esta zoonosis a
nivel primario, teniendo en cuenta las condiciones climáticas venideras, en las que el
régimen lluvioso pudiera influir en un alza en el número de casos de esta enfermedad.

El género Leptospira (Gr. Lepto = fino y espira = espiral) pertenece a la familia


Leptospiraceae y al orden Spirochaetales, las cuales se diversificaron tempranamente en la
evolución de las bacterias.

Tradicionalmente han sido clasificadas tomando como base a sus determinantes antigénicos
en dos especies, la mayoría de leptospiras patógenas se agruparon dentro del «complejo

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interrogans» (después L. interrogans sensu lato), las otras se pusieron en el «complejo
biflexa» (después L. biflexa sensu lato) que agrupa a las saprofitas principalmente. 

La unidad taxonómica en Leptospira es el serovar, ambos complejos (L. interrogans y L.


biflexa) han sido dividido en numerosos serovares por la prueba de aglutinación cruzada
(CAAT), muchos serovares dentro de un serogrupo son representados por una sola cepa de
referencia. Los serovares homólogos antigénicamente han sido agrupados en serogrupos.
Existe más de 60 serovares de L. biflexa sensu lato y más de 240 serovares agrupados en 24
serogrupos dentro de L. interrogans. 

Actualmente, la clasificación del género Leptospira está basado en la homología del ADN y
está dividido en 17 especies; definido en 70% de homología y 5% de divergencia en el
ADN el avance en la biología molecular ha permitido también secuenciar su genoma que
consiste de dos cromosomas circulares.

No obstante, esta clasificación coexiste con la clasificación serológica antigua; debido a


problema en la clasificación los nuevos aislamientos de Leptospira deben caracterizarse por
pruebas moleculares y serológicas.

Esta bacteria fue aislada en 1915 por Inada et al. en el Japón y la identificaron como el
agente causal del síndrome de Weil (Inada et al., 1916). La Leptospira es de forma
helicoidal, aeróbico obligatorio, presenta en uno o ambos extremos una curvatura en forma
de gancho, tiene una gran movilidad que le viene dada por un axostilo, el cual está formado
por dos filamentos axiales insertados en un disco o protuberancia al final del cuerpo
citoplasmático y cuyo extremo libre está unido a la región media de la bacteria estas
características se observan en microscopio electrónico. Tiene un diámetro aproximado de
~0,25&µm y una longitud variable entre 6-25&µm y puede pasar por membranas de
filtración de poro 0,22&µm, ésta característica hace que la Leptospira sea observable
únicamente en un microscopio de campo oscuro o de contraste de fase, y además que no se
pueda colorear con anilinas.

Los reservorios de las Leptospiras son animales que mantienen una relación de comensales
con las bacterias y no sufren o sufren muy levemente la enfermedad; transfieren las

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Leptospiras a sus crías en útero o el periodo neonatal, favoreciendo la cadena de
transmisión. Los portadores son aquellos animales que mantienen las Leptospiras viables y
con capacidad de multiplicarse en sus riñones, excretándolas intermitentemente por la
orina; Los reservorios más importantes son mamíferos pequeños que pueden transmitir la
infección a los animales domésticos y a los humanos. La transmisión depende de muchos
factores como el clima, la densidad y el grado de contacto entre el reservorio y los
hospederos accidentales. Los roedores pueden ser reservorios de diferentes serovares, pero
las ratas generalmente son reservorios de serovares como lcterohaemorrhagiae y Ballum, y
los ratones son reservorios para el serogrupo Ballum.

Recientes estudios muestran que algunos mamíferos y marsupiales presentan serovares


inusuales como el caso de serovar Bim en Mus musculus de Barbados. Sin embargo, se
conoce que una sola especie podría ser reservorio de serovares diferentes en áreas
geográficas diferentes, como por ejemplo el pequeño mongoose (Herpestes auropunctatus),
el cual mantiene el serovar Sejroe e Icterohaemorrhagiae en Hawaii, serovar
Icterohaemorrhagiae y Djatzi en Puerto Rico, serovar Icterohaemorrhagiae en Jules en
Jamaica, serovar Icterohaemorrhagiae y Brasiliensis en Granada19, y serovar Canicola en
Trinidad.

Los animales domésticos también son reservorios accidentales; los cerdos albergan a los
serovares Pomona, Tarassovi y Bratislava; las ovejas, Hardjo y Pomona; los perros,
Canicola21; y el ganado vacuno puede albergar serovares como Grippotyphosa, Pomona y
Hardjo

El serovar Hardjo causa infección en el ganado vacuno en todo el mundo, y produce brotes
de mastitis y aborto; también se puede encontrar en fetos abortados y en terneros
prematuros22. Además, se ha aislado en fetos sanos, descarga vaginal y en el tracto genital,
urinario. 

Las Leptospiras en el agua, a temperatura ambiente, permanecen viables durante varios


meses con un pH de 7,2 a 8,0 bajo las condiciones del laboratorio; la supervivencia en agua
de río es más corta pero es prolongada a bajas temperaturas. En aguas servidas domésticas
disminuye el tiempo de supervivencia a pocas horas; en tierra ácida (pH 6,2) sobreviven
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por siete semanas, y en lodo de tierra por lo menos tres semanas. También se piensa que los
rezagos de detergentes han reducido la sobrevivencia de la Leptospira en los desagües, pues
se inhiben a concentraciones bajas de detergente. Cuando la tierra se contamina con la orina
de ratas infectadas la Leptospira sobrevive durante aproximadamente dos semanas.

La causa de la leptospirosis es la infección por la bacteria leptospira.

La leptospira es una bacteria en forma de espiral delgada, con los extremos en forma de
gancho, que vive en el medio acuático, es capaz de moverse y precisa oxígeno para
sobrevivir. Esta bacteria leptospira puede encontrarse en aguas dulces contaminadas por la
orina de animales. Los seres humanos también pueden infectarse si entran en contacto con
animales infectados por leptospirosis. Excepto en casos excepcionales, la leptospirosis no
se propaga de una persona a otra.

Algunos de los factores de riesgo de leptospirosis son:

 Estar expuesto al contagio por motivo laboral. Por ejemplo: agricultores,


granjeros, trabajadores de los mataderos, cazadores, veterinarios, leñadores,
personas que trabajan en el alcantarillado, personas que trabajan en arrozales y
personal militar.
 Ciertas actividades recreativas: nadar en aguas dulces, practicar deportes de
canoa o kayak y ciclomontañismo en áreas cálidas.
 Exposición en ambiente doméstico: tener perros como mascotas o ganado
doméstico, los sistemas de recolección de agua de lluvia o contacto con roedores
infectados.

Los síntomas de la leptospirosis pueden tardar en aparecer después del contagio entre 2 y
26 días, con un promedio de 10 días.

Los síntomas más frecuentes incluyen:

 Tos seca
 Fiebre

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 Dolor de cabeza
 Dolor muscular
 Náuseas, vómitos y diarrea
 Escalofríos

Otros síntomas menos comunes pueden ser:

 Dolor abdominal
 Ruidos pulmonares anormales
 Dolor en los huesos
 Conjuntivitis
 Inflamación de los ganglios linfáticos
 Agrandamiento del bazo o el hígado
 Dolores articulares
 Rigidez muscular
 Sensibilidad muscular
 Erupción cutánea
 Dolor de garganta

Entre las complicaciones graves pueden ocurrir: meningitis, sangrados severos o una
reacción ante la administración de penicilina (reacción de Jarisch-Herxheimer).

Transmisión y grupos de riesgo

La infección humana es el resultado de la exposición a la orina infectada de mamíferos


portadores, ya sea directamente o vía la contaminación de tierra o agua. Las puertas usuales
de entrada de la Leptospira son las abrasiones, cortes en la piel y por vía conjuntivar; la
infección también puede darse después de la inmersión prolongada en el agua. La
transmisión en el agua se ha documentado en muchos brotes de Leptospirosis, Se ha
reportado también que por la inhalación de agua o por aerosoles y el ingreso hacia las vías
respiratorias se puede producir la infección. Raramente la infección puede darse por
mordeduras de animales. La transmisión directa entre los humanos ocasionalmente se ha

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demostrado porque el pH bajo de la orina limita la sobrevivencia de la Leptospira después
de la excreción. También se ha reportado la transmisión por relaciones sexuales. 

Las infecciones humanas pueden adquirirse a través actividades profesionales, recreativas,


o exposiciones involuntarias. La ocupación es un factor de riesgo importante para los
humanos. El contacto directo con las orina de los animales infectados puede causar
infecciones en granjeros, veterinarios, matariferos, trabajadores que realizan el control de
roedores, y otras ocupaciones en el que se tiene acercamiento con animales. El contacto
indirecto es importante para los obreros de desagüe, mineros, militares, los limpiadores de
tanque sépticos, criadores de peces, guardabosques, obreros de canales, agricultores que se
dedican al cultivo de arroz, plátanos, caña de azúcar y otros. 

Los pescadores son otro grupo de riesgo para contraer leptospirosis. Los ganaderos son un
grupo ocupacional de riesgo importante a lo largo del mundo, principalmente asociado a la
enfermedad del ganado (mastitis), la presencia del serovar Hardjo y el ordeñamiento. 

Se han reportado varios brotes de leptospirosis asociadas a fuentes de agua, aumentando el


riesgo en casos de inundación.

Los casos de leptospirosis en las regiones tropicales son debido a exposiciones accidentales
adquiridas durante actividades de la vida diaria. Muchas infecciones se han atribuido al
caminar descalzo en suelos húmedos o cultivando un huerto o jardín con las manos
desnudas. 

Los perros son una fuente importante para la infección humana en muchos países tropicales
y puede ser una fuente importante.

Para entender mejor la transmisión de la leptospirosis, Faine, propone tres modelos


epidemiológicos; el primero ocurre en climas templados donde son pocos los serovares que
están involucrados en la infección humana y generalmente es por contacto directo con
ganado y cerdos. El control se realiza por inmunización de animales o humanos. 

El segundo ocurre en áreas tropicales donde hay muchos serovares que infectan a humanos
y animales, además hay un gran número de reservorios como los roedores, animales de
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granja y perros. La exposición humana no está limitada a la ocupación sino a la
contaminación medioambiental, en especial durante la época de lluvias. El control se
realiza en roedores, mejorando el saneamiento en estas áreas y higiene profesional para
prevenir los casos de leptospirosis humana. Posiblemente son áreas donde ocurran los
grandes brotes después de diluvios, huracanes u otros desastres. El tercer modelo se da
cuando la infección en los roedores es llevada al ambiente urbano. Es un caso importante
cuando la infraestructura urbana se rompe debido a la guerra o por catástrofes naturales.
Este tipo de infección es rara en países desarrollados, pero se observó un brote de
leptospirosis urbano en Baltimore luego de una inundación; también ocurren en barrios
pobres de los países en desarrollo.

Patogenia

El periodo de incubación es de 7 a 26 días, con un promedio de 12 días. El microorganismo


penetra a través de la piel reblandecida por el agua, por excoriaciones o por mucosas y
alcanza rápidamente el torrente sanguíneo, diseminándose a todos los órganos, incluyendo
líquido cefalorraquídeo (LCR) y humor acuoso; su movimiento en tirabuzón y la
producción de hialuranidasa, pueden explicar la penetración a estos sitios. 

En la primera semana, la Leptospira se puede encontrar en sangre y LCR, sin ocasionar


síntomas neurológicos. Los órganos más frecuentemente afectados incluyen al hígado,
riñón, cerebro y músculos. Dentro de las complicaciones está la disfunción hepática que se
manifiesta por la disminución de la excreción de la bilirrubina como alteración más
frecuente, disminución de los niveles de albúmina sérica, incremento de los niveles de
inmunoglobulinas y disminución en la producción de los factores dependientes de la
vitamina K.La insuficiencia renal aguda por necrosis tubular aguda, es causada por efecto
directo de la Leptospira sobre el tejido renal, la hipoxia o el depósito de complejos
antígeno-anticuerpo-complemento en los glomérulos. La afección vascular, se debe a
vasculitis grave con daño endotelial, produciendo lesión en los capilares. En los músculos,
las alteraciones varían desde inclusiones vacuolares en las miofibrillas e infiltrado discreto
de polimorfonucleares en el tejido muscular, acompañado de elevación importante de la
enzima creatinfosfoquinasa (CPK).

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Después de la primera semana, aparecen los anticuerpos en sangre y coinciden con el
desarrollo de meningitis, no encontrándose Leptospira en el LCR, lo cual sugiere daño
inmunológico. La Leptospira puede persistir por semanas en el humor acuoso y
ocasionalmente causa uveítis crónica o recurrente. Los elevados niveles de factor de
necrosis tumoral alfa (FNTá) encontrados en pacientes con leptospirosis mortal, contrasta
con el buen pronóstico de los niveles normales de esta citoquina, sugiriendo el papel del
FNTá en el pronóstico de la enfermedad.

Manifestaciones clínicas

La expresión clínica de la infección por Leptospira varía ampliamente en el ser humano,


con oscilaciones que van desde procesos totalmente asintomático, que son los más
frecuentes, pasando por las formas de evolución generalmente benignas, hasta el desarrollo
de cuadros graves ictero-hemorrágicos con colapso vascular y serio compromiso de
funcionamiento hepático-renal, que pude ser de evolución fatal (enfermedad de Weil). De
las formas clínicas sintomáticas de la enfermedad, el 80-90% evoluciona en una forma
anictérica benigna y 10-20% como leptospirosis grave con ictericia e insuficiencia renal.

LEPTOSPIROSIS ASINTOMÁTICA

La existencia de formas subclínicas se hace evidente cuando se realizan encuestas


seroepidemiológicas, donde el 16-40% de personas expuestas a la fuente de infección
presentan títulos serológicos de anticuerpos específicos detectables; sin embargo, no
recuerdan haber tenido manifestaciones clínicas sugestivas de la enfermedad.

LEPTOSPIROSIS SINTOMÁTICA

La leptospirosis es típicamente una enfermedad bifásica, presentándose una fase inicial o de


leptospiremia con una duración de cuatro a siete días, caracterizada por la presencia de las
Leptospira en sangre y una segunda fase inmune o leptospiruria con una duración de 8 a 30
días donde se puede detectar anticuerpos específicos en circulación. Ambas fases son
comunes a las dos formas clínicas de presentación: anictérica e ictérica. 

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Leptospirosis anictérica. Comienza de forma abrupta, con cefalea intensa y persistente,
mialgias en la región lumbar y gemelar, inyección conjuntival, escalofríos y dolor
abdominal que puede llegar a confundirse con abdomen agudo quirúrgico. Se presentan
nauseas, vómitos y un acentuado malestar general con postración. La fiebre es de carácter
remitente alcanzando 40 ºC o más. Con cierta frecuencia se observa un exantema macular
de pocas horas de duración, en el tronco. Se puede presentar confusión mental, tos, dolor
torácico o hemoptisis y exantema petequial en el paladar. La evolución de estos casos es
usualmente satisfactoria en un periodo de cuatro a diez días. 

Son muy pocos los pacientes que pasan a la segunda fase (fase inmune), donde sólo hay
fiebre ligera, la cefalea es intensa, señal de meningitis sin signos neurológicos, y con dolor
retro-ocular. Hay mialgias acentuadas en los músculos de las pantorrillas, en los
paravertebrales y el cuello, por lo cual existe la posibilidad de confusión con una meningitis
viral. Raramente se desarrollan signos neurológicos focales o de encefalitis. A partir de la
segunda semana puede desarrollarse uveítis en uno o ambos ojos, que puede seguir un
curso crónico o recurrente. Se han descrito compromisos pulmonares graves como
hemoptisis franca, hipoxemia e insuficiencia respiratoria aguda.

 Leptospirosis ictérica (Síndrome de Weil). Es la forma más grave de la enfermedad, se


caracteriza por las alteraciones de la función hepática y renal, desarrollo de hemorragias,
colapso vascular, alteraciones graves de la conciencia y una mortalidad aproximadamente
de 5 - 40%. 

El inicio de la enfermedad es similar a la forma anictérica, pero al cabo de tres a seis días
de evolución, los síntomas alcanzan su máxima intensidad. La ictericia es una
manifestación constante y está asociada con daño hepatocelular, con predominancia de la
bilirrubina directa.

 Con la instalación de la insuficiencia renal, puede desarrollarse delirio y convulsiones,


junto con la aparición de manifestaciones hemorrágicas diversas y acentuación de la
ictericia. Puede aparecer esplenomegalia acompañada de una hepatomegalia dolorosa.
Algunos de los pacientes pueden desarrollar frotes pericárdicos sin evidencia de derrames,
y en los casos graves, puede desarrollarse insuficiencia cardiaca congestiva y shock
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cardiogénico. En los niños, se han descrito manifestaciones no encontradas usualmente en
los adultos tales como colecistitis acalculosa, pancreatitis, dolor abdominal, hipertensión
arterial, exantema maculopapular con descamación periférica asociada a gangrena y paro
respiratorio. Las manifestaciones radiológicas pulmonares consisten en exudados alveolares
en ambos campos pulmonares. Son comunes las alteraciones electroradiográficas bajo la
forma de bloqueos A-V primer grado, así como cambios sugestivos de pericarditis. En
algunos pacientes es posible detectar anormalidades electrocardiográficas tales como aleteo
auricular, fibrilación auricular, taquicardia ventricular y extrasístoles.

Diagnóstico

Está basado en la historia, cuadro clínico y resultados de los exámenes complementarios


como anemia, leucositosis desviación a la izquierda, trombocitopenia, elevación de la
creatinfosfoquinasam y leucocituria. Con los resultados inespecíficos, pero que asociados al
cuadro clínico, sugieren el diagnostico.

Las técnicas para el diagnóstico de laboratorio se dividen en dos grandes grupos : las que
evidencian al agente, tales como la observación al microscopio en campo oscuro y contraste
de fases, la inmunofluorecencia directa , las tinciones de planta en tejido fijados, la reacción
en cadena de la polimerasa (PCR), las que evidencian los anticuerpos producidos, destacan
la prueba de la microaglutinación, ELISA.

La leptospira se puede observar en muestras de orina, sangre, LCR y fluidos dializados, en


microscopia de campo oscuro e inmunofuorecencia directa .con una concentración de 100-
200/ml.

DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL

Esta debe realizarse de acuerdo con la presentación clínica de la enfermedad. En las formas
anictéricas el diagnóstico diferencial debe establecerse con enfermedades febriles tales
como: influenza, dengue, hepatitis virales, neumonía, meningitis virales, mononucleosis,
Brucelosis, borreliosis, toxoplasmosis. En la forma ictérica (síndrome de Weil), el
diagnóstico diferencial debe hacerse con: hepatitis virales, dengue hemorrágico, malaria,

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fiebre tifoidea, fiebre amarilla, rickettsiosis, fiebre hemorrágica venezolana e infecciones
debidas a antivirus, pielonefritis e intoxicaciones.

Tratamiento

En el tratamiento de la leptospirosis están indicados ciertos antibióticos que son activos


contra la bacteria leptospira. Por ejemplo: ampicilina, azitromicina, ceftriaxona,
cefotaxima, doxiciclina o penicilina.

En los casos más complicados o graves puede ser preciso tratamiento complementario en
una unidad de cuidados intensivos.

El pronóstico generalmente es bueno. A pesar de eso, si no se trata de forma oportuna


puede llegar a ser mortal.

El tratamiento se basa principalmente en la terapia de soporte, corrección del desequilibrio


electrolítico y ácido básico. La antibioticoterapia se debe iniciar lo más temprano posible
para evitar las lesiones en los tejidos. El manejo y el tratamiento de leptospirosis de
moderado a grave debe ser en forma hospitalaria, todo paciente con diagnóstico presuntivo
de leptospirosis debe ser hospitalizado si es que se presenta los siguientes signos de alarma:

Fiebre elevada que no cede a antipiréticos (39 ºC), Vómitos persistentes, dolor abdominal
intenso que puede llegar al abdomen agudo, Ictericia, manifestaciones hemorrágicas
(gingivorragia, hemoptisis, melena, petequias generalizadas, dificultad respiratoria,
Trastornos hemodinámicos (shock), Oliguria. 

Para grupos de personas que ingresen a zonas endémicas en forma temporal (personal
militar, practicantes de deportes de aventura, brigadistas y otros) se recomienda aplicar, en
adultos, doxiciclina 200 mg VO una vez por semana o amoxicilina 500 mg VO una vez por
semana; en niños amoxicilina 250 mg VO una vez por semana. El tratamiento
quimioprofiláctico está recomendado mientras dure la estadía. Las medidas terapéuticas de
soporte constituyen aspectos importantes y deben ser iniciadas rápidamente, evitando

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complicaciones como principalmente las renales. La hidratación, de preferencia
endovenosa, es la terapia más importante en las formas graves de la enfermedad, ya que los
pacientes presentan deshidratación debido a la fiebre, vómitos, diarrea, anorexia y lesiones
vasculares. 

En casos graves con oliguria, se debe tener cuidado con la reposición hídrica excesiva, que
puede empeorar la insuficiencia respiratoria, pudiendo llegar hasta insuficiencia cardiaca.
Si a pesar de las medidas adoptadas, no mejora la insuficiencia renal se debe indicar
precozmente la diálisis peritoneal o derivación a un establecimiento de salud que cuente
con unidad de cuidados intensivos (UCI).

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Conclusiones

Leptospirosis es una enfermedad infecciosa, aguda, esporádica, bifásica, de inicio brusco,


clínicamente polimorfa, que oscila de leve a grave, que con frecuencia evoluciona a la
cronicidad. Simula un gran número de enfermedades conocidas y aunque está ampliamente
distribuida en el mundo, pocos médicos la identifican, por lo que es escasamente
diagnosticada. Mientras la fase crónica está muy bien demostrada y por lo tanto aceptada en
veterinaria, es rechazada por la medicina humana.

Este rechazo, cuesta muchas vidas, ya que cuadros típicos de leptospirosis con abundantes
leptospiras en orina y sangre observadas por microscopía en campo oscuro, pero que cursan
con títulos bajos de anticuerpos, son descartados y no tratados, debido a que al médico le
han enseñado a confiar sólo en la serología a títulos altos, aunque estos sean
frecuentemente negativos en la enfermedad mortal.

En México se desconoce la magnitud del problema ya que, además de ser prácticamente


ignorada, su cuadro clínico, se asemeja a otros padecimientos mejor conocidos como el
dengue, la fiebre tifoidea, toxoplasmosis, paludismo y brucelosis entre muchos otros, por lo
que es diagnosticada y tratada como tales, con las consecuencias esperables que impactan a
la Salud Pública. El objetivo de este trabajo es difundir el padecimiento para que sea
considerado por los médicos y por lo tanto sea diagnosticado y tratado oportunamente.

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