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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma.

El Grupo de Eneas en el Museo


del Prado y su pervivencia en la pintura

El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en


el Museo del Prado y su pervivencia en la pintura
The founding myth of Rome. The Group of Aeneas in
the Prado Museum and its survival in painting

Pilar FERNÁNDEZ URIEL


Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED)
Grupo SICTO. Consorcio MUSACCES
[email protected]

Recibido: 03/02/2017
Aceptado: 14/04/2017

Resumen: Breve recorrido del tratamiento iconográfico del denominado Grupo de Eneas,
desde sus posibles orígenes griegos y etruscos a nuestros días, con una especial atención a su
evolución en Roma y la creación pictórica del siglo XVII depositada en el Museo Nacional del
Prado, realizada por Juan de la Corte, Francisco Collantes y Luca Giordano.

Abstract: Brief tour on the iconographic treatment of the called Group of Eneas, from its
possible Greek and Etruscan origins to our days, with a special attention to its evolution in
Rome and the pictorial creation of the seventeenth century deposited in the Prado National
Museum, painted by Juan de la Corte, Francisco Collantes and Luca Giordano.

Palabras Clave: Iconografía, Eneas, orígenes, Occidente, héroe, continuidad.

Keywords: Iconography, Aeneas, origins, West, hero, continuity.

Sumario: 1. Introducción: Significado del Grupo de Eneas y los personajes. 2. Iconografia.


2.1. Los antecedentes del “Grupo de Eneas” en el Arte Clásico. 2.2. Los antecedentes de la
iconografía clásica. Algunos ejemplos. 2.3. La pervivencia iconográfica de este grupo en la
pintura. 3. Conclusión. Bibliografía

***

1. Introducción: Significado del Grupo de Eneas y los personajes

El denominado Grupo de Eneas es la representación de un momento histórico


específico y concreto: la huida de Eneas de Troya durante su destrucción, y de
ciertos personajes heroicos muy determinados, que tuvo una enorme
trascendencia. Podía ser definido como la representación iconográfica de la
génesis de las dos grandes culturas clásicas del Mediterráneo antiguo, la griega y
la romana, y del vínculo mítico entre ambas.
El grupo suele componerse de dos personajes centrales: Eneas y su padre
Anquises, pero puede tener una mayor complejidad, añadiéndose Creusa y Iulo
Acanio, esposa e hijo de Eneas, incluso divinidades como Afrodita o Marte, que
guían al héroe en su huida; más adelante se añaden otros personajes secundarios,
algunos guerreros o criados que les acompañan.

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Es cierto que la figura fundamental es Eneas,1 pero cada uno de sus


componentes encierra un importante mensaje sobre dicha epopeya: Creusa
representa los lazos, las ataduras de un pasado que es necesario dejar atrás, es la
víctima que en la narración de Virgilio es recogida por Venus. Iulo Ascanio es el
futuro, es Roma. Finalmente, Anquises, héroe de la Grecia mítica, el único
mortal que tuvo descendencia con Afrodita, es el punto de inicio legendario que
hace posible este proceso mítico que le vincula con los dioses2.
La representación de estos cuatro personajes, independientemente del grupo
iconográfico, excepto Eneas, es muy escasa, especialmente la de Creusa y Iulo
Ascanio. La figura de un Anquises joven, en su encuentro con Venus, aparece en
escasísimos relieves romanos, destacando el panel Anchises et Aphrodita del
relieve del Sebasteion de Afrodisias, templo dedicado al culto imperial de época
del emperador Tiberio del siglo I, donde se encuentran una serie de metopas cuya
temática es una mezcla de mitos griegos y romanos, y su relación con los
emperadores Julio-Claudios, actualmente en el Museo Arqueológico de
Afrodisias. En dicho relieve el pastor troyano Anquises mira a Afrodita sentada
en el monte Ida. Ella tiene un pequeño Eros en su regazo, indicando su encuentro
erótico. Destaca el tratado de la ropa, que produce la sensación de movimiento en
la escena. Selene (la Luna) aparece por encima de las rocas de la montaña e
indica la noche. De esta unión nació Eneas, que aparece en el siguiente panel 3.
(Figura 1)

1
El papel del príncipe troyano Eneas en la mitología griega es bastante modesto, pero fue
decisivo en la cultura romana como origen de la propia Roma. Según la mitología era
descendiente de Dárdano, nieto de Asáraco y Hieromneme (una náyade hija del dios río Simois)
e hijo de Capis y de la ninfa Temiste. Como tal, Eneas posee un árbol genealógico muy amplio:
era príncipe caudillo de los dardanios y descendente de una rama de la familia real de Troya no
reinante. Ello y su matrimonio con Creusa, hija del rey Príamo, fue la razón de que acudiera a
defender la ciudad al frente de los dardanios. De sus uniones con Creusa y Lavinia nacieron
Ascanio y Silvio, respectivamente. Ascanio fue el fundador de Alba Longa y el primero de un
largo linaje de reyes. A. Momigliano, La leggenda di Enea nella storia di Roma fino ad Augusto
Saggi di storia della religione romana. Studi e lezioni 1983 – 1986; J. Martínez-Pinna Nieto, Las
leyendas de fundación de Roma, Collecció Instrumenta, 39,2010; A. Rodríguez Mayorgas,
Romulus, “Aeneas and the Cultural Memory of the Roman Republic”, Athenaeum, 98,1 (2010)
pp. 89-110; J. Fugmann, “Von Aeneas zu Romulus” Die Legenden von der Gründung Roms.
Mit einer lateinisch-deutschen Ausgabe der Origo gentis Romanae, Hans Jürgen Hillen (Ed.)
Gymnasium, 112,5 (2005), pp. 489-491.
2
Hay muy pocos episodios referentes a Anquises: Se atrevió a cruzar unas yeguas con los
caballos sagrados que cuidaba Laomedonte, logrando dos magníficos ejemplares que regaló a su
hijo Eneas. Otras referencias citan a Eriopis, su esposa mortal, con la que tuvo a Lirno (o Liro) e
Hipodamia. La mitología solo vuelve a citar al héroe en la caída de Troya, ya anciano, cuando
su hijo Eneas le salvó de la destrucción de la ciudad, llevándole sobre los hombros. Entonces
Anquises recorrería una buena parte del largo periplo de Eneas junto a su hijo y su nieto
Ascanio. Según el mito murió en la Arcadia, al pie de la montaña que llevó su nombre, donde se
levantó un templo a Afrodita o en Sicilia. Según Virgilio, Eneas instituyó en honor de Anquises
unos juegos fúnebres que son el origen de los Juegos Troyanos, los cuales siguieron
celebrándose en Roma hasta el Imperio.
3
T. Gesztelyi, “Eneide nel Sebasteion ad Afrodisia”. Eidola, 9 (2012), pp. 129-140.
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Fig. 1: Anchises et Aphrodita. Relieve del Sebasteion de Afrodisias.


Museo Arqueológico de Afrodisias. Turquía

Este tema también fue tratado en la pintura manierista, siendo un magnífico


ejemplo la pintura Venus y Anquises, incluida en una magna obra de frescos
monumentales llamada “Los amores de los dioses”, realizada por el artista
boloñés Annibale Carracci y su equipo en la Galería Farnese, ubicado en el ala
oeste del Palacio Farnese, ahora Embajada de Francia, en Roma. (Figura 2)

Fig. 2: Venus y Anquises, de Annibale Carracci, siglo XVI.

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Los frescos fueron admirados en gran medida en su época y más tarde se


consideraron como ejemplo y testimonio de un cambio significativo en el estilo
de pintura que, lejos de manierismo del siglo XVI, podía considerarse como la
anticipación de la evolución de barroco y clasicismo en Roma durante el siglo
XVII. Con el mismo título y el mismo tema es la obra de William Blake
Richmon, del siglo XIX. Autor amante de los temas clásicos, sus personajes
están inmersos en un paisaje muy cuidado, con un particular colorido. Este
cuadro se exhibió en Londres y Birmingham en 1890, y en Berlín en 1891.
(Figura 3)

Fig. 3: Venus y Anquises, de William Blake Richmond, siglo XIX.

Sin embargo, en la cultura romana Anquises solo es representado dentro del


Grupo de Eneas como su padre y ya anciano. Dicho grupo tuvo una gran
importancia en Roma, porque sirvió de propaganda iconográfica del principado
de Augusto y de la dinastía Julio Claudia. Según la mitología relatada por
Virgilio en la Eneida, Rómulo y Remo son descendientes de Eneas por medio de
su madre, Rea Silvia, convirtiendo a Eneas en el progenitor del pueblo romano,
(quien daría nombre a las gens Iulia). Teniendo en cuenta las fechas
generalmente aceptadas de la caída de Troya (1184 a. C.) y de la fundación de
Roma (753 a. C.), esto parece improbable. Pero hay más: la familia Julia de
Roma, y principalmente Julio César y Augusto, incluían a Iulo Ascanio y a Eneas
dentro de su propio linaje y, por lo tanto, a la diosa Venus4.
El propio César en el discurso fúnebre (oratio funebris) que pronunció en el
funeral de su tía Julia explica el entronque entre su familia y el legendario Iulo,
trasmitido por Suetonio: “Por parte materna la estirpe de mi tía tiene origen de
reyes, por parte de padre está emparentada con los dioses inmortales. Pues los
reyes Marcio proceden de Anco Marcio y de tal linaje ha sido su madre y del de

4
J. Ronke, Jutta: Die treffliche Gruppe der Flucht des Äneas. Die treffliche Gruppe der
Flucht des Äneas: Ein troianisches Thema in der Provinz: die Aeneas-Gruppe in Stuttgart und
Verwandte Darstellungen. Zu Ikonographie und Bedeutung. Zagreb, Technička Knjiga, 2005.
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Venus los Julios, a cuya estirpe pertenece nuestra familia. Existe por tanto en la
raza la sacralidad de los reyes, que destacan enormemente entre los hombres, y
también el encumbramiento de los dioses, bajo cuya potestad están los mismos
reyes.” (Suetonio, Vita Caesaris, 6).
Este mito tiene su punto de partida en la literatura, no en la documentación
histórica, donde se crearon los arquetipos que luego los artistas reprodujeron.
Estos literatos tomaron el mito fundador de Roma, que Augusto hizo suyo tras
ser adoptado como hijo por Cayo Julio César en su testamento. El resultado es la
creación de una “epopeya nacional” que entronca al mismo tiempo con la historia
de Roma. Los mayores artífices de esta obra serían Publio Ovidio Nasón, Publio
Virgilio Marón y Tito Livio.5
Por lo tanto, al no existir apenas documentación historiográfica, las fuentes
escritas son escasísimas y difíciles de interpretar, ya que se limitan a las literarias
y míticas, convirtiéndose las iconográficas en una documentación enormemente
elocuente y necesaria, a cuyo estudio, interpretación, y evolución posterior se
dedica gran parte de este trabajo.

2. Iconografía

2.1. Los antecedentes del Grupo de Eneas en el Arte Clásico.

Este grupo escultórico podría estar reflejado en los textos citados:


“Eneas, llevando a hombros a su padre Anquises, huyó; por su piedad, los
helenos lo dejaron marchar”. (Apolodoro, Epitome, 5, 22; trad. M. Rodríguez de
Sepúlveda, Madrid, Gredos, 1985).
“A un lado divisa a Eneas con su valiosa carga / y en torno a él, los numerosos
antepasados de la / casa Julia (los reyes de Alba Longa); al otro, Rómulo, hijo de
Ilia, con las / armas del enemigo que venciera con sus propias/ manos, y las
estatuas de los grandes romanos (summi uiri) / con los títulos de sus proezas”.
(Ovidio, Fasti, V, 533 ss.).
La figura central es Eneas, que lleva sobre la espalda, en sus hombros o,
incluso, sentado en su brazo a su padre Anquises, representado como un anciano,
(demostrando su incapacidad física, su vejez o su invalidez), que siempre viste
un himation, con frecuencia velado (velatio capitis), por lo que se ha llegado a
identificar como un sacerdote cuando no se encuentra vinculado con el grupo.
Sostiene en sus manos objetos (los dioses Penates), que a veces porta en una caja.
A su apariencia, se opone la figura de Eneas, un joven guerrero, fuerte, armado
con escudo e incluso aún porta la lanza. Suelen ser seguidos por el niño Iulo
Ascanio y tras ellos, Creusa.

5
Aluden a este mito: Ilíada II, 819 - 821; V, 260 - 273; XX, 215 - 240.; V 243 - 273.y XX 156
– 258; Himno a Afrodita 5;Pseudo-Apolodoro, Biblioth.Mit., III, 12,2 l: Biblioteca mitológica, III,
12, 2; Ovidio: Las metamorfosis, XIII, 623 - 642; XIV, 82 - 119; XIV, 82 - 119: Eneas en Italia;
visita a la Sibila y al Hades (llamado Orco por Ovidio); Virgilio: Eneida; Tito Livio: “Ab urbe
condita”, Libros I-III, Ed. Gredos, Col. Biblioteca Clásica nº 144, Madrid, 1997. Traducción de
José Antonio Villar Vidal.
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2.2. Los antecedentes de la iconografía clásica. Algunos ejemplos.

Las primeras manifestaciones del Grupo de Eneas aparecen, posiblemente, en


la pintura vascular griega ática (figuras negras y figuras rojas) que representan a
Eneas con su padre Anquises sobre sus hombros. Esta imagen del Eneas
“griego” se introduce en Etruria en el siglo VI a.C. a través de la
comercialización de vasos áticos. También existe la teoría de que, por el
contrario, esta fue elaborada a partir de la cerámica producida en Etruria.
(Figuras 4 y 5) 6.

Fig.4: Vaso de figuras negras, Colección Getty, Villa Storage. Fechado en torno al año 418 a.C.
(Nº inventario 86-E-82).
Fig.5: Vaso de figuras negras, procedente de Château- Musée de Boulogne-sur-Mer, fechado en
torno al año 520 a.C.

Precisamente la escultura etrusca presenta cierta evolución iconográfica en la


posición de Anquises, que se apoya sobre el hombro de su hijo, o a sus espaldas,
y se abraza a su cuello, pero también aparece sentado sobre su brazo, postura que
pervive en época romana. Un claro ejemplo es la terracota de Veyes, siglo V
a.C., donde Eneas aparece ataviado con la armadura romana (thoracata) y el
calzado patricio (mullei) y en actitud de avanzar, tal como canta Virgilio: “Ea,
padre querido, monta sobre mi cuello. Te sostendré en mis hombros. No va a
agobiarme el peso de esta carga.” (Virgilio, Aen. II, 706-707)7.
Anquises es representado como un respetable anciano que tiene cubierta la
cabeza por el manto (velatio capitis) y en actitud sacerdotal, ya que el anciano

6
A. Pontrandolfo Greco: “Diffusione e ricezione dell’immagine di Enea in Occidente”. Il greco,
il barbaro e la ceramica attica, Roma, "L'Erma" di Bretschneider, 2007, pp.7-18.
7
N. Horsfall: The iconography of Aeneas’ flight. A practical detail. Archäologischer
Anzeiger, A.K , 1979; Rodriguez Mayorgas, A. “Los orígenes troyanos de Roma. Un mito de la
historiografía antigua y moderna”. Revista de Historiografia, 2011 (2), pp. 100-110.
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iba cargado de los dioses Penates: “Toma en tus manos, padre, los objetos
sagrados y los Penates patrios.” (Virgilio, Aen. II, 717).
Detrás de Eneas, agarrado de su mano derecha se encontraba su hijo Iulo-
Ascanio: “Mete el pequeño Julo en la diestra los dedos de su mano, y va
siguiendo a su padre con pasos que no igualan a los suyos.” (Virgilio, Aen. II,
723-724). Ascanio va siempre vestido a la manera frigia, es decir, con atuendo de
mangas largas y el característico gorro frigio.

Son numerosos ejemplos de la escena de la huida de Eneas en relieve que se


encuentra en segundo pórtico del citado Sebasteion en Aphrodisias.
Destacaremos como ejemplos el altar llamado de la Gens Iulia del Museo del
Bardo, Túnez (Figura 3-a). Otro importante testimonio es la escena denominada
La huida de Eneas de Troya con el conjunto escultórico tradicional, con la
adición de Afrodita escoltando al grupo, en un relieve en dos escenas, la de la
huida de Eneas y el triunfo de Rómulo del Museo Nacional de Budapest: es un
friso esculpido llamado “de la tensa” porque se representa una tensa tirada por
cuatro caballos, y en él se pueden ver las dos estatuas8.

Fig.6: Grupo de Eneas, relieve del Museo del Bardo. Túnez.

Una interesante manifestación de este grupo escultórico se encuentra en la


Tabula o Mensa Iliaca (Iliadica). Se trata de paneles de relieves narrativos de
fecha Imperial temprana. Todos parecen pertenecer a dos talleres romanos, que
podrían haber sido diseñado para satisfacer a una clientela de aspiraciones más
modestas. La Tabula más conocida es la Capitolina, que consta de 21 paneles de
mármol tallados en relieve muy bajo en rectángulos en miniatura con

8
R. R. R. Smith, “Myth and allegory in the Sebasteion”, Ch. Rouché, K. T. Erim
(eds.), Aphrodisias Papers. Recent work on architecture and sculpture. Journal of Roman
Archaeology, Ann Arbor. 1990, pp. 89–100.
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inscripciones que normalmente rodean un relieve central más grande. En el


centro se representa completo el grupo de Eneas, embarcando tras el saqueo de
Troya, tema que sería tratado por artistas posteriores (Figura 3-b)9.

Fig.7: Fragmento de relieve de la Tabula Iliaca Capitolina.

Finalmente, en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida se ha logrado la


reconstrucción digital de este grupo escultórico a través de restos hallados en las
excavaciones realizadas en 1986, formado por la figura de Eneas, identificándose
como tal un thoracato del cual se conserva la parte inferior de la lorica y de las
tiras de cuero (launas), decoradas con una franja de roleos con temas de águilas,

9
Este tipo de relieves se compone de paneles narrativos cuyo tamaño es difícil de calcular,
ya que todas las piezas que se conocen están fragmentadas y ninguna completa. Parece ser que
el mayor fragmento es un rectángulo de 25 cm por 42 cm. Representan escenas de los episodios
de la Ilíada con textos cortos grabados en el anverso, las que han podido ser identificadas se
derivan en gran parte del ciclo épico troyano (once de las pequeñas tabletas de mármol,
incluyendo dos circulares en el Escudo de Aquiles). Otros seis paneles representan el saqueo de
Ilión. Uno de los ejemplos más completos es la Tabula Iliaca Capitolina, estudiada ya en el siglo
XIX, en el Atlas de Antigüedades Clásica (1895) de Theodor Schreiber, se encuentra
actualmente en los Museos Capitolinos de Roma. Fue descubierta en Bovillae y considerada de
la época de Augusto, en torno al 15 a.C. cuyas tallas representan numerosas escenas de la
guerra de Troya y sus leyendas podrían identificarse con un poema de Stesicoro poeta del siglo
VI a.C., aunque no existe seguridad sobre ello. Sobre la Tabula Illiaca: A. Sadurska: Les tables
iliaques,Warsaw, 1964; p. 11; W. McLeod: "The 'Epic Canon' of the Borgia Table: Hellenistic
Lore or Roman Fraud?" Transactions of the American Philological Association 11 (1985), pp.
153-65; N. Horsfall "Tabulae Iliacae in the Collection Froehner, Paris", The Journal of Hellenic
Studies 103,1983, pp. 144–47; Ibídem: "Stesichorus at Bovillae?", Journal of Hellenic Studies
99,1997, pp.26-48; M. Squire, The Iliad in a Nutshell: Visualizing Epic on the Tabulae Iliacae.
Oxford; New York: Oxford University Press, 2011; D. Petrain, Homer in Stone: The Tabulae
Iliacae in their Roman Context. Cambridge University Press, 1985: pp. 163-65.
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medusas y felinos. Anquises, reconocido como la parte superior de la escultura


que representaba a un anciano velatio capitis, que se consideró la cabeza de un
sacerdote, y su hijo Iulo-Ascanio, pieza que llegó a ser calificada como una
Diana cazadora y que se conservaba en el Museo Arqueológico de Madrid. Esta
identificación ha valido como ejemplo y referencia para la identificación de otros
grupos escultóricos que Augusto mandó construir en el propio Foro de Roma y
en los foros de las capitales provinciales del Imperio desde el inicio del
principado (Figura 8)10.

Fig.8: Grupo escultórico de Eneas, Interpretación.


Museo Nacional de Arte Romano de Mérida.

Este grupo escultórico, del que apenas han llegado restos a nuestros días,
debió de alcanzar mucha fama y aceptación en época romana a lo largo del
Imperio, ya que su imagen se reprodujo en lucernas, monedas, glíptica, pinturas o
relieves menores y populares.

10
Fue analizado, principalmente por Walter Trillmich. Se ha basado en el texto, también
incompleto, del elogium pompeyano (Mommsen, CIL X 8348). Vid: W. Trillmich, “El niño
Ascanio (<<Diana Cazadora>>) de Mérida en el Museo Arqueológico Nacional”, Boletín del
Museo Arqueológico Nacional. Madrid. 1992, pp. 25-38; Ibídem: “Reflejos del programa estatuario
del Forum Augustum en Mérida”, J. Massó y P. Sada (eds.), Actas de la II Reunión sobre escultura
romana en Hispania. Tarragona. 1996, pp. 130-133; Ibídem: “El modelo de la metrópoli”, J. Arce-
S. Ensoli- E. La Rocca (eds.), Hispania Romana. Desde tierra de conquista a provincia del
Imperio: [exposición, Roma, Palazzo delle Esposizioni, 22 septiembre-23 noviembre,
1997]. Madrid. 1997, pp. 131-141; L. Ungaro, “Storia, mito, rappresentazione: il programma
figurativo del Foro di Augusto e l’Aula del Colosso”, E. La Rocca, P. León, C. Parisi Presicce
(eds.), Le Due Patrie Acquisite. Studi di archeologia dedicati a Walter Trillmich. Roma. 2008, pp.
399-417; J.L. de la Barrera Antón, “Nuevas aportaciones al estudio y configuración del programa
iconográfico del “Pórtico del Foro” de Augusta Emerita”, en J. Massó y P. Sada (eds.), Actas de
la II Reunión sobre escultura romana en Hispania. Tarragona. Museu Nacional Arqueològic de
Tarragona. 1996, pp. 109-112; A. Peña Jurado, “Reflejos del Forum Augustum en Itálica”, en T.
Nogales y J. González, en Culto Imperial: política y poder, Roma. 2007, pp. 323-345; A. Pérez Paz
y Mª Dolores Baena Alcántara (Coord.), Thoracata, la imagen del poder. “Eneas o Rómulo en
Córdoba”, Córdoba. Museo Arqueológico, Ed. 2015, pp. 12-20.
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del Prado y su pervivencia en la pintura

Fig.9: Monedas romanas con la representación del grupo de Eneas 1: Acuñación de Julio Cesar,
siglo I a. C. 2: Acuñación de Antonino Pío, siglo II d. C.

Las lucernas con la representación de este grupo iconográfico tienen una larga
cronología desde época Julio-Claudia hasta el siglo III. Valga como ejemplo la
lucerna depositada en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, fechada en
torno al 25-75 d.C. Respecto a las emisiones numismáticas, esta representación
era ya usada desde época de Julio César. Conservamos denarios datados en el 46
a.C., cuyo reverso representa el grupo de Eneas desnudo con su padre
Anquises sobre la espalda y portando el Paladio, en vez de los dioses Penates. En
su anverso la cabeza de Venus. Las monedas de Antonino Pío y Lucio Vero
recuperan la representación de este grupo en el siglo II (Figura 9). Hay otros
claros ejemplos en la glíptica o incluso en la decoración de la cerámica Terra
Sigillata que representan la huida de Eneas de una Troya ardiendo, vestido con
armadura, llevando a su anciano padre Anquises en su hombro, con Ascanio y,
tras ellos, su esposa Creusa (Figura10).

Fig.10: Lucerna romana de terra sigillata, decorada con el grupo escultórico de Eneas.
Museo Arqueológico Nacional, Madrid.
Fig. 11: Estela funeraria de Petronia Grata. Museo di Antichità de Turin.

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del Prado y su pervivencia en la pintura

Gracias al estudio de estas piezas consideradas artes menores o mediante


nuevos enfoques a esculturas ya conocidas y con frecuencia mal identificadas, se
ha podido reconstruir este tipo de grupos escultóricos oficiales de gran formato,
cuya iconografía formó parte de la propaganda oficial de Roma, con la que
Augusto se representaba como heredero y descendiente directo de la Gens
Julia11.
Además se asociaría a los valores que, personificados, pasaron al mundo
privado romano: así Petronia Grata eligió el motivo iconográfico de la huida de
Eneas en la lápida mortuoria que le dedica a su madre, como simbolización de
la pietas filial, y que se conserva en el Museo di Antichità de Turín (Figura11)12.

2.3. La pervivencia iconográfica de este grupo en la pintura.

Quizá debido al enorme bagaje que dejó la literatura (la Iliada y la Eneida) y
la importancia que supone la fundación de Roma, sobre la que se basaría la
posterior difusión de la iglesia católica, la representación de este grupo
iconográfico ha perdurado en épocas posteriores. Precisamente el ciclo troyano
fue un tema muy en boga en la pintura del siglo XVII con varias versiones, pero,
en especial, la escena de la salida de Eneas, rodeado de los suyos, de la ciudad en
llamas, según la versión virgiliana.
Tienen su antecedente en la pintura pompeyana. Valgan como ejemplo los
pequeños cuadros pintados en la fachada de una casa de la Via dell’Abbondanza
de Pompeya, que nos informa de la continuidad de la disposición de estos
personajes: Eneas portando a su padre Anquises y llevando de la mano a su hijo
Iulo-Ascanio13.

11
P. Zanker, Augusto y el poder de las imágenes, Madrid, 1992; A. Dardenay, Alexandra:
“A diffusion iconographique des mythes fondateurs de Rome dans l’Occident romain”, Antonio
Caballos Rufino y Sabine Lefebvre (eds.): Roma generadora de identidades: la experiencia
hispana, Madrid: Universidad de Sevilla, Colección de la Casa de Velázquez, 2011 pp.79-96.
Sobre estos objetos de uso común hay una abundante bibliografía específica: Barbara
McManus: Aeneas, Anchises y Ascanius. London, British Museum 1999; Angel Morillo Cerdán:
“En torno a la tipología de Lucernas romanas: Problemas de nomenclatura”, Cuadernos de
prehistoria y arqueología, Nº 17, 1990, pp. 143-168; Respecto a las amonedaciones con la
representación del grupo de Eneas: Moneda de Julio Cesar: BMC coins, Rep. 2469, nº 31-35,
analizada en St. Weinstock: Divus Julius, Oxford: The Clarendon Press, 1971, pp., 253;
Moneda antoniniana (Antonino Pio): BMC Coins Emp. 4207, nº1292, A. Sydemham, 1012.
Vid: T.S. Duncan: “The Aeneas legend on coins”, CJ, 22, 1948-49, pp. 15-29. Finalmente, en
glíptica: M. Kleibrink, La glyptique des mondes classiques. Avisseau Broustet, M. (ed.). Paris :
Bibliothèque nationale de France, 1997, pp.12- 23 ; P. Petrillo Serafin, “La pietas di Enea. Due
monete a confronto”, Bollettino d'arte, 3 1982, pp. 35-38. Albert, Rainer “Caesar, Aeneas und
Pietas: zu Cr. 458/1”. Numismatisches Nachrichtenblatt, 44,3 (1995), pp. 49-59.
12
Museo di Antichità, Turin. Nº inventario: 31432: Grabaltar der Petronia Grata,Turin, Museo
di Antichità. Corpus Inscriptionum Latinarum. Consilio et Auctoritate Academiae Regiae
Borussiae, I-XVI, Berlin,1863-1936, V, 7521; J.A. Berardo, “Pietas as is Observed in the Father
and Son Relationship of Anchises and Aeneas in Virgil’s Aeneid”. The Ancient World, 39/1.2008,
pp. 3-10.
13
De Vos-Raaijmakers, M.: “La fuga di Enea in pitture del I secolo d.C.”, Kölner Jahrbuch für
Vor- und Frühgeschichte, 24. (KJ 24), pp. 113–23.
Eikón Imago 10 (2016 / 2) ISSN-e 2254-8718 11
Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Aunque la imagen de Creusa no es frecuente en las representaciones


pompeyanas, sin embargo, en la pintura renacentista hay claros ejemplos de que
se incorpora al grupo esta figura, como el cuadro Fuga de Troya (Fuga da
Troia), pintado por Girolamo Genga en torno a 1507-1510 en el Palazzo del
Magnifico en Siena, y conservado en la Pinacoteca Nacional de la misma ciudad.
Eneas carga con Anquises, su padre; el hijo, Ascanio, está con ellos. La mujer
que corre puede identificarse como la esposa, Creusa. Al fondo se percibe el
Caballo de Troya. (Figura 12)

Fig. 12: Fuga da Troia, de Girolamo Genga. 1510, Pinacoteca de Siena.

A lo largo del siglo XVII, la representación pictórica del grupo de Eneas no es


un tema recurrente. Se encuentra dentro del denominado ciclo troyano,
presentando ciertos caracteres iconográficos. Dicho grupo suele mantener la
figura de Creusa, incluso suele representarse aumentado o rodeado de otros
personajes: guerreros, siervos, un entorno de troyanos que huyen de la ciudad...
Es notable la expresividad, el movimiento y la variedad del tratamiento de los
aditamentos de los personajes (ropaje, armadura, casco, espada, etc…).
No siempre este grupo corresponde a tema central del cuadro, dedicado a la
caída y destrucción de Troya, sino que constituye una escena lateral e incluso
secundaria de la composición.

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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Fig. 13: La Huida de Troya, de Leonello Spada. Museo de Bolonia.

Aunque hay obras como la realizada por Leonello Spada (Bolonia, 1576-
Parma, 17 de mayo de 1622), pintor italiano activo durante el primer Barroco, en
la que toda la composición se limita a los cuatro personajes, que mantiene un
especial movimiento y expresión en su relación: Creusa se dirige a Anquises
para entregarle las imágenes de los dioses familiares (Penates) ante la atenta
mirada de Eneas, o el niño Iulo Acanio hacia su padre, parece indicarle el camino
de huida (Figura 13)14. Se expone este grupo iconográfico dentro de un contexto
escénico concreto: el paraje de la ciudad de Troya, generalmente constituido por
un fondo arquitectónico en llamas con el caballo de Troya, desde donde el grupo
de Eneas huye apresuradamente, como es representada la composición inspirada
en este tema de Federico Barocci o Baroccio (Urbino, 1535-1612), llamado
también il Fiori, pintor manierista italiano y posiblemente una de las figuras
principales entre Correggio y Caravaggio. En esta pintura representa al grupo de
Eneas con los mismos personajes dentro de un edificio y, tras ellos, la ciudad en
llamas. Eneas aparece como guerrero con casco, portando en brazos a su padre
desnudo, delante su hijo, y detrás Creusa, indicando su inminente desaparición
(Figura 14)15.

14
A Leonello Spada se le llegó a apodar, de manera despectiva, Scimmia del Caravaggio
(mono del Caravaggio), refiriéndose a su relación con este importante pintor lombardo. Vid. R.
Wittkower, Arte y Arquitectura en Italia: 1600-1750, Ediciones Cátedra, Madrid ,2007; C.
Cesare Malvasia- Felsina Pittrice: Vite de' pittori bolognesi, Ed. Forni, 2005.
15
E.A. Lisot, Passion, Penance and Mystical Union: Early Modern Catholic Polemics in the
Religious Paintings of Federico Barocci, excerpt from Univ. of Texas, Dallas, 2009.
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Fig. 14: La caída de Troya, de Federico Barocci (Baroccio), 1598.


Galleria Borghese, Roma.

Otra versión diferente de este entorno arquitectónico se manifiesta en la obra


de Monsù Desiderio (designación con la que tradicionalmente se han asociado las
obras de dos artistas diferentes: François de Nomé y Didier Barra). Hay varias
versiones inquietantes y originales sobre la caída de Troya representada en
edificaciones fantásticas iluminadas por el fuego del incendio que las destruye,
en una composición llena de belleza y simbolismo.16
En la colección del Prado se encuentran las obras pertenecientes a tres pintores
del siglo XVII, dedicadas al denominado ciclo troyano, que incorporan el grupo
de Eneas17.
Juan de la Corte (Flandes, 1597-Madrid, 1660) fue notable precisamente por
sus cuadros relacionados con la Guerra de Troya, gran parte conservados en la
finca El Retiro de Torremolinos (Málaga). En el Museo del Prado se conservan
El Rapto de Helena y dos versiones del Incendio de Troya. En ambas se
interpreta el grupo de Eneas.

16
Ambos pintores, cuyas personalidades han sido recientemente separadas e identificadas, eran
oriundos de Metz y estuvieron activos en Nápoles durante la primera mitad del siglo XVII,
llegando incluso a trabajar en colaboración. Vid. M. R. Nappi, François de Nomé e Didier Barra,
l'enigma Monsù Desiderio, Roma, Jandi Sapi Editori, 1991; J. Turner (a cura di), The Dictionary of
Art, vol. 23, New York, Grove, 1996, pp. 191-192; F. Garavini, Le vite di Monsù Desiderio,
Milano, Bompiani, 2014.
17
D. Angulo Íñiguez: Historia de la pintura española. Escuela madrileña del segundo tercio
del siglo XVII, Instituto Diego Velázquez, Madrid, 1983; A.E. Pérez Sánchez: Pintura barroca
en España (1600-1750), Cátedra, Madrid, 2010; R. López Torrijos, La mitología en la pintura
española del siglo de oro, Madrid, Cátedra, 1985; P. González Serrano: Mitología e iconografía
en la pintura del Museo del Prado, Evohe, ED. Madrid, 2009.
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

El incendio de Troya (Nº de catálogo 3103, Lienzo, 140x 238 cm. Colecciones
reales Ciclo Eneas) (Figura 15)18 se encontraba en el Palacio del Buen Retiro,
con una réplica y versiones muy parecida y similares en la Universidad de
Murcia, en el Palacio de Friofrío y en colecciones privadas en Madrid, Valencia
y Torremolinos.

Fig. 15: El incendio de Troya, de Juan de la Corte. Museo del Prado (Nº de catálogo 3103).
Fig. 16: El incendio de Troya, de Juan de la Corte. Museo del Prado (Nº de catálogo, 4728).

Su obra describe la caída de la ciudad, que representa con construcciones


monumentales en llamas, consiguiendo proporcionar a la escena una gran
perspectiva y profundidad. La mitad de la composición está dedicada a la
descripción del asalto a la ciudad por los guerreros griegos con espadas en alto y

18
D. Angulo Íñiguez-A.E. Pérez Sánchez, Historia de la pintura española. Pintura madrileña
del primer tercio del siglo XVII, Madrid, Instituto Diego Velázquez, CSIC, 1969, pp. 349-368; R.
López Torrijos, La mitología en la pintura española del siglo de oro, Madrid, Cátedra, 1985, pp.
206-209, 211-213 y 410-411; T. Kinkead, Duncan, «El testamento del pintor Juan de la Corte»,
Boletín del Seminario de Estudios de Arte y Arqueología, vol. LII, Valladolid, 1986, pp. 461-462;
A. Martínez Ripoll, «Juan de la Corte. Un pintor flamenco en el Madrid de Calderón», Goya, n.º
161, Madrid, 1981, pp. 312-321.
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

otros jinetes, ante la presencia del célebre caballo, lo que produce movimiento a
la escena, dedicando el primer término de la composición al grupo de Eneas, que
sale del pórtico de un edificio a la izquierda, formado por Eneas, vestido de
guerrero, llevando sobre su espalda a su anciano padre Anquises, que levanta su
brazo y sostiene los dioses familiares.
Tras ellos, avanza Creusa llevando de la mano a Ascanio. Completan el grupo
un guerrero, que sigue a Eneas, y dos criados que portan un fardo. Del último
apenas se percibe su cabeza, pero permite prolongar la perspectiva al interior del
edificio.
En su segunda versión: El incendio de Troya (Nº de catálogo, 4728), Juan de
la Corte utiliza el mismo tipo de composición, si bien se perciben ciertas
diferencias: la escena de lucha es más abigarrada, dando tal vez un mayor
protagonismo al caballo de Troya. Se consigue, quizá, un mayor movimiento en
el grupo de los personajes que huyen, como Creusa y Ascanio. Eneas lleva a
Anquises no a la espalda, sino en sus brazos. Al grupo se añaden otros dos
personajes: el soldado que, mirando hacia atrás, sigue a Eneas, mientras el
personaje del fondo alza sus manos en la huida. (Figura 16).
Francisco Collantes (¿Madrid?, h. 1599-1656) es uno de los pocos pintores
españoles de su siglo conocidos contemporáneamente en Europa. Por lo menos
una de sus obras se encontraba en la colección de Luis XIV19. Se trata de un
artista cuya biografía ha debido ser reconstruida basándose en lo que refieren las
fuentes documentales. Establecido en la corte, Palomino lo considera “natural”
de Madrid. Más tarde, Ceán Bermúdez comenta que fue discípulo de Vicente
Carducho, hecho que no delatan sus obras. Aunque manifiesta su conocimiento
del naturalismo demostrado en sus bodegones y otras obras de martirios de
santos, como San Onofre (Prado), óleo que aparecía atribuido a Ribera en el
inventario de los bienes de Isabel de Farnesio en el palacio de La Granja en 1746,
se trata de un artista singular por su dedicación al paisaje, lo que no era tan
habitual en España como en Italia o Flandes, siguiendo los modelos impuestos
por Poussin y Claudio de Lorena, y donde obtuvo sus más notables éxitos,
reclamados no solo por numerosos coleccionistas particulares. Las obras que de
él se conservan en la actualidad proceden en gran medida del conjunto del Buen
Retiro, datadas entre 1630 y 1640, cuando gozó de mayor prestigio. El Museo del
Prado posee diez obras del pintor: la gran mayoría son paisajes, donde Collantes
se muestra conocedor de las tendencias artísticas italianas de su tiempo,
especialmente las napolitanas, que conjuga con los modelos nórdicos.

19
AA.VV., La pittura madrilena del secolo XVII, cat. exp., Roma, Palazzo delle Esposizioni,
1991, n.º 15; D. Angulo Íñiguez-A.E. Pérez Sánchez, Historia de la pintura española. Pintura
madrileña del primer tercio del siglo XVII, Madrid, Instituto Diego Velázquez, CSIC, 1969, pp.
36-62; J. Held, «Die Theorie der Landschaftsmalerei im frühen 17. Jahrhundert und ihre
politische Bedeutung bei Collantes», Jahrbuch der Hamburger Kunstsammlungen, 1976, pp.
126-154; B. Barghahn, von: Philip IV and the «Golden House» of the Buen Retiro: in the
Tradition of Caesar, Nueva York, Garland Publishing, 1986; J.A. Gaya Nuño, «En el centenario
de Collantes. Escenarios barrocos y paisajes disimulados», Archivo Español de Arte, n.º CXIII,
Madrid, 1956, pp. 222-228; AA. VV: Esplendores de Espanha, de El Greco a Velázquez, cat.
exp., Madrid, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, 2000, pp. 216-217; AA.VV.:
Pintores del reinado de Felipe IV, cat. exp., Madrid, Museo del Prado, 1994, nºs 15-16.
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Fig. 17: El incendio de Troya, de Francisco Collantes. Museo del Prado [P03086]

Entre estas se encuentra la titulada: Incendio de Troya, óleo sobre lienzo, 145
x 197 cm, siglo XVII [P03086], procedente del Buen Retiro. Esta obra presenta
varios puntos escénicos que demuestran la maestría de Francisco Collantes en la
recreación de perspectivas arquitectónicas, envueltas en una luz rojiza y nubes de
humo, que dan a la imagen un tono apocalíptico y de destrucción. La enorme
masa de gente se revuelve en un tumulto desordenado en un entorno troyano
rodeado de majestuosos edificios, donde destaca el famoso caballo ideado por
Ulises. Al lado de una monumental fachada barroca, se halla una columna
historiada que recuerda a las romanas de Trajano y Marco Aurelio y, tras esta, en
un ángulo inferior del cuadro, presenta el grupo de Eneas, compuesto por el
héroe que porta a su padre, seguido de su hijo Iulo-Ascanio y tras ellos, Creusa,
completado por dos guerreros que les siguen20.
Esta afición por una gran exposición arquitectónica como marco escénico,
utilizada tanto por Juan de la Corte como por Francisco Collantes, tiene notables
paralelos con la obra de otro pintor español de su tiempo, Francisco Gutiérrez
Cabello (h. 1616-1670), que fue uno de los perspectivistas españoles más
cualificados de su tiempo. Heredero de Juan de la Corte y amigo de Velázquez
(en cuyas pruebas para la concesión del hábito de Santiago en 1658 testificó),
creó grandes perspectivas arquitectónicas fantasiosas en escenas históricas y
bíblicas, plasmadas con gran fantasía.
La escena de una gran batalla con guerreros y caballería trascurre en una plaza
enmarcada por cuatro grandes y monumentales edificios, entre los cuales se
percibe el caballo de Troya y tras los que surgen las llamas y el humo del

20
R. López Torrijos, La mitología en la pintura española del siglo de oro, Madrid, Cátedra,
1985, p. 225.
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

incendio, produciendo una gran profundidad al cuadro. En un ángulo inferior y,


protegido tras un muro, se distingue el grupo de Eneas, quien lleva en sus
hombros a Anquises, a su lado el niño Ascanio, que levanta su brazo indicando a
su padre el camino (Figura 18)21.

Fig. 18: El incendio de Troya, de Francisco Gutiérrez Cabello, 1657.


Museo de Bellas Artes de Sevilla.

Luca Giordano, también conocido como Lucas Jordán (Nápoles, 18 de octubre


de 1634-12 de enero de 1705), es un pintor barroco italiano. En su obra se
aprecia la influencia de Paolo Veronese, de Pietro da Cortona e incluso de Ribera
(en la composición y en la iluminación tenebrista), En su estilo también
influyeron otros artistas como Mattia Preti, Rubens y Bernini.
Hacia 1670 recibió numerosos encargos españoles de obras pictóricas.
Permaneció en España desde 1692 hasta 1702, realizando obras de gran
importancia, como los frescos del Real Monasterio de El Escorial, encargados
por Carlos II y otras obras en el Palacio del Buen Retiro, la Iglesia de Atocha y la
sacristía de la Catedral de Toledo, además de numerosas obras en lienzos para la
corte y el clero. Adquirió gran popularidad en la corte española, llegándose a
concedérsele el título de Caballero. Tras la muerte de Carlos II, Luca Giordano
decidió regresar a Nápoles en 1702, debido a la difícil situación de España
durante la época de Felipe V 22.

21
E. Valdivieso González, “Francisco Gutiérrez, pintor de perspectivas”, Boletín del Museo
del Prado, Vol. 3, Nº 9, 1982, pp. 175-180; Ibídem: “Nuevos datos y obras de Francisco
Gutiérrez”, Boletín del Museo del Prado, Vol. 13, Nº 31, 1992, pp. 7-10; Ibídem "Francisco
Gutiérrez, un soñador de arquitectura fantásticas", ARS Magazine, Nº 11, 2011, pp. 104-118.
22
La bibliografía sobre Luca Giordano es amplísima Vid: AA.VV. Luca Giordano y España,
Catálogo Exposición Palacio Real (7.03-2.06.2002), Patrimonio Nacional, Madrid, 2002;
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Fig. 19: Eneas fugitivo con su familia, de Luca Giordano.


Museo del Prado (nº de Catalogo: 196).

En el Museo del Prado se conserva una de sus obras dedicada al tema del ciclo
troyano: Eneas fugitivo con su familia (óleo, 279 x 125 cm, nº de Catalogo: 196.
En 1700 estaba en la Zarzuela, nº 1772, en el Palacio Nuevo). Esta pintura, de
proporciones muy alargadas, presenta la huida de Eneas, que se dispone a
realizar su periplo por mar, en el momento de salir de la ciudad y dirigirse a la
pequeña embarcación que se percibe en el plano inferior del cuadro. En el centro
de la escena se encuentra el grupo de Eneas portando sobre la espalda a
Anquises, que se agarra a su cuello, seguido de Creusa y Ascanio, que corren
junto a ellos alzando sus manos. Continúa el fondo escénico de la ciudad en
llamas con un caballo, que alude a la leyenda de la toma de la ciudad, y en la
parte superior de la escena junto a una columna un Eros entre nubes de humo,
que simboliza la ayuda de Venus al héroe (Figura 19).

O.Ferrari- G. Scavizzi, Luca Giordano. L'opera completa, 2 vols., Nápoles, Electa, 2000; S.Alcolea
Blanch, «Otto bozetti di Luca Giordano per gli afreschi perduti del Casón del Buen Retiro»,
Seicento napoletano: Arte, costume e ambiente, Roberto Pane (ed.), Milán, Edizioni di Comunità,
1984, pp. 273-289; A.Francke, Luca Giordano. Die Fresken in Spanien in Auftrag Karls II, tesis
doctoral inédita, Munster, 1993; A. Úbeda de los Cobos, «Luca Giordano y Carlos II», Cortes del
barroco. De Bernini y Velázquez a Luca Giordano, Madrid, Patrimonio Nacional, 2003; C.
Rodríguez Rico, Carmen, «Aportaciones y precisiones sobre obras de Luca Giordano», Goya, n.º
285, 2001, pp. 339-355.
Eikón Imago 10 (2016 / 2) ISSN-e 2254-8718 19
Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

El Grupo de Eneas puede ser calificado, probablemente, una de las


composiciones míticas no prolífica, pero sí con una larguísima cronología. Se
podría citar entre otros notables ejemplos realizados en los últimos siglos, la obra
de Pompeo Girolamo Batoni, pintor italiano nacido en Lucca (1708-1787).
Además de sus célebres retratos, destacan sus numerosos cuadros alegóricos y
mitológicos. Batoni se muestra como un artista de técnica sólida y con tendencia
hacia el neoclasicismo, y cierto influjo del Rococó francés. En las crónicas de la
época se menciona su rivalidad con Anton Raphael Mengs. (Figura 20). Realizó
otras versiones sobre este tema como Enea e Anchise in fuga da Troia in fiamme,
en 1748.

Fig. 20: Enea in partenza da Troia, de Pompeo Girolamo Batoni, 1745. Roma.
Fig. 21: Eneas llevando a Anquises, de Charles-André van Loo. Colección Luis XVI
(adquirida en 1777). Museo del Louvre, Paris. (Nº de inventario: 6278).

Carle o Charles-André van Loo (Niza, 15 de febrero de 1705-París, 15 de julio


de 1765) fue un pintor francés, hermano menor de Jean-Baptiste van Loo.
Abarcó varios temas en sus pinturas: religión, historia, mitología, retratos y
alegorías, entre otros. Eneas llevando a Anquises es una obra de este pintor
francés, de estilo adscrito al barroco tardío o al manierismo. (Figura 21).
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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

Josep Bernat Flaugier (1757-1813) es un pintor francés activo en Cataluña,


que introdujo en Barcelona el neoclasicismo (en el Prado tiene la obra Joven
desconocido). En Eneas, Anquises y Ascanio huyendo de Troya, de una colección
particular, destaca la relación entre el pasado y el presente ante la mirada del
futuro pues apenas se percibe el rostro de Ascanio, mientras Anquises porta las
imágenes de los dioses penates (Figura 22).

Fig. 22 Eneas, Anquises y Ascanio huyendo de Troya,


de Josep Bernat Flaugier. Colección particular.

Aunque hubiera perdido el sentido político y propagandístico iniciado por


Augusto y difundido en el Imperio romano, la representación iconográfica de
Eneas mantuvo otro significado, como la presentación del origen y fundación de
Roma y de la cultura romana. Pero también expresó otros valores propios de esta
cultura: la representación del héroe épico, guerrero, que debe abandonar su patria
para cumplir la misión encomendada, ensalzando el esfuerzo y la voluntad de
trabajo y superación de las dificultades, la del hijo que demuestra su amor filial
y legendario de Roma, relacionando a la urbe de forma casi directa con la
también casi mítica Troya y sus habitantes y, como ya hemos dicho, convirtiendo
a Eneas en el primer pilar de lo que luego será el desarrollo de la civilización
romana, idealizando al héroe y mostrándolo como una síntesis de todos los
aspectos del pueblo que se consideraban positivos.

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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

A partir de ahí, la figura de Eneas, conductor de su familia y los suyos, se


reinventa en nuestro propio tiempo como vemos en estos dos ejemplos:
La representación tomada del Educational card, Exploration, Heroes and
Heroines, Historical articles, History, Industry, Myth, War on Monday, 23
November 2015, celebrada en 1947. (Figura 23)
En el comic de 2009, realizado por Lucas Adams, Eneas es un emprendedor
optimista y positivo: no se rinde ni se pliega ante la adversidad, sigue adelante y
logra alcanzar su meta. Continua válido como símbolo para afrontar la desgracia,
perseguir nuestro futuro, la búsqueda de una nueva vida. (Figura 24).

Fig. 23 Comic de Educational card, Exploration, Heroes and Heroines,


Historical articles, History, Industry, Myth, War on Monday. 1947. Nueva York.

Fig. 24 Comic publicado el 1 septiembre de 2009. Educational card, Exploration, Heroes and
Heroines, Historical articles, Latin, legend, lesson plan, literature, middle school, mythology.

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Pilar FERNÁNDEZ URIEL, El mito fundacional de Roma. El Grupo de Eneas en el Museo
del Prado y su pervivencia en la pintura

3. Conclusión

El denominado Grupo de Eneas no solo significó en la Antigüedad clásica la


representación de un Héroe, fue mucho más: un mito que, tras convertirse en la génesis
de la fundación de Roma, enlazaba las dos grandes culturas mediterráneas clásicas, la
griega y la romana, y con ello, el pasado mediterráneo con nuestro propio tiempo actual,
conectando el pasado con el futuro.
De ahí, su enorme trascendencia. Eneas representa el vínculo mítico en ese largo
viaje que impulsa al hombre a seguir avanzando en la Historia, a seguir su destino pese
a las dificultades, sostenido por su relación filial, cultural y hasta religiosa como
potentes soportes de su identidad, tal vez simbolizado en sus dioses Penates. 23
Aunque no fue un tema ni frecuente ni recurrente a lo largo de la Historia del Arte,
no se puede negar su larguísimo y permanente recorrido, incluso su evolución a lo largo
de más de veinticinco siglos tal vez por la trascendentalidad de su legado y simbolismo,
que, en resumen, significa el amor filial y la constante superación del hombre en su
camino hacia su propio destino.

***

Bibliografia

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Esposizioni, 1991.
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109-112.

23
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Orbis Terrarum, 07, Santiago, 2011, pp. 31-46.

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