La Declaración de Oficio de La Nulidad Manifiesta
La Declaración de Oficio de La Nulidad Manifiesta
La Declaración de Oficio de La Nulidad Manifiesta
RESUMEN
Este artículo trata, como indica su título, sobre la nulidad declarada de oficio
por el juez en los casos que esta resulta manifiesta o resulta evidente sin
necesidad de mayor examen, tal como está contemplado en el artículo 220
del Código Civil; también trata sobre si esa declaración es facultativa del juez
o es un deber insoslayable a su cargo.
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juez puede declararla de oficio cuando es manifiesta, aunque el proceso no
verse necesariamente sobre la nulidad del acto.
ABSTRACT
This article deals, as its title indicates, with the nullity declared ex officio by
the judge in cases where it is manifest or evident without the need for
further examination, as provided for in article 220 of the Civil Code; it also
deals with whether that statement is optional for the judge or is an
unavoidable duty in his charge.
As is known, nullity is a cause of invalidity of the legal act, and invalidity is the
most radical category that, in our system of law, can affect the legal act, since
it does not recognize the non-existent act as a legal category own.
The null legal act is null from its origin, and the same is valid for the voidable
act; hence, the active legitimacy to demand a declaration of nullity of the null
act is very broad; Thus, anyone who has an interest in it, be it economic or
moral, can do so in accordance with art. 220 of the CC., And it can also be
requested by the Public Ministry and, what is more, the judge can also
declare it ex officio when it is manifest, although the process is not
necessarily about the nullity of the act.
PALABRAS CLAVE
ACTO NULO:
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ACTO INEXISTENTE:
Dícese del acto que no llega a existir en el mundus iuridicus, pero que alguna
vez existió en el mundus sensibilis (material); constituye una categoría
jurídica que no ha sido receptada en nuestro sistema de derecho, a pesar
que algunos autores la asimilan a los casos de nulidad virtual (posición que
no compartimos en lo absoluto).
Dícese del acto cuya nulidad es patente, por lo que puede ser advertida sin
necesidad de acudir a otra demostración que no consista en el examen de las
características del propio acto. Su nulidad puede (y debe) ser declarada de
oficio por el juez, cualquiera que sea la etapa del proceso en que se advierte
la misma.
DECLARACIÓN DE OFICIO:
Para este caso, la declaración que hace el juez al advertir que está frente a un
acto manifiestamente nulo y que a pesar de ello no ha sido impugnado por
ninguna de las partes en conflicto de modo tal que tampoco ha pasado a
formar parte del contradictorio, por lo que debe ser declarado ex officio si
dicha nulidad es manifiesta.
PRINCIPIO DE CONGRUENCIA:
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La excepción a este principio la constituye la declaración de oficio de la
nulidad manifiesta, siempre que se trate del acto fundante de la pretensión o
de la contradicción (o de la reconvención, si la hubiera).
CONTRADICTORIO:
PLENO CASATORIO:
SENTENCIA EN CASACIÓN:
I. INTRODUCCIÓN AL TEMA.
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Lo primero que tenemos que aclarar es que este no es un tema novedoso
introducido por el Código Civil del año 84 sino que ya había sido regulado por
el Código Civil del año 1936, como veremos a continuación.
“Art. 220.-
……………………………………………………………………………………………………….
“Artículo 1124.-
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aquí, en este contexto, debe considerarse que significa “estimar” o
“reconocer” y, consecuentemente, declarar -la nulidad-)
También el Código Civil y Comercial argentino, que hace dos años sustituyó al
antiguo código de Vélez Sarsfield de 1869, tiene una disposición muy
parecida a las anteriores; dice así:
Sin embargo, es obvio que estos dos códigos citados son posteriores a
nuestro Código Civil de 1936, que ya contenía una disposición en el mismo
sentido en su artículo 1124, según hemos indicado y transcrito arriba.
I. 2 Si bien segundo párrafo del artículo 220 se limita a señalar que la nulidad
puede ser declarada de oficio por el juez cuando sea manifiesta, la
jurisprudencia se ha encargado de establecer ciertos parámetros (límites,
en realidad) para que los jueces puedan declarar estas nulidades manifiestas,
como veremos enseguida. En particular haremos referencia al IX Pleno
Casatorio Civil, que ha sentado varios precedentes de observancia
obligatoria que tienen carácter vinculante respecto de los órganos
jurisdiccionales nacioanles, conforme lo dispone al art. 400 del Código
Procesal Civil.
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I. 3. El IX Pleno Casatorio Civil.
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probablemente porque es una norma de derecho sustantivo (aunque podría
sostenerse que si el Código Civil contiene muchas normas propias del
derecho procesal civil, ese no es un argumento enteramente válido).
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contrato de locación de servicios del cual consta su acreencia. Según el
IX Pleno Casatorio, el juez no puede declarar la nulidad. aun cuando
del propio documento que contiene el contrato o de otras pruebas
incorporadas al proceso surge que dicho acto jurídico es
manifiestamente nulo, porque en él el deudor se obligó a prestar
servicios sexuales que no ejecutó, o el que se obligó a prestar el
servicio es un menor de diez años de edad (como los muchos que han
ocurrido en Madre de Dios con la minería ilegal), o el obligado es un
sicario que no ejecutó su prestación.
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documento que carezca de alguno de los requisitos indicados en el Art. 119,
salvo en los siguientes casos…”.
Aquí la propia ley de la materia está señalando que el título con el que se
pretende llevar adelante un proceso ejecutivo es inválido (nulo), de manera
que el juez puede declarar esa nulidad en la medida que es manifiesta, pues
para ello le basta contrastar si el documento (que es el acto jurídico por el
“principio de incorporación” del derecho de crédito al título valor) cumple o
no con los requisitos del art. 119 de la ley mencionada. Si no cumple con
alguno de ellos (de los requisitos que no pueden dispensarse), el acto jurídico
cambiario contenido en el título resultará siendo manifiestamente nulo y el
juez no va a hacer lugar a la ejecución sobre la base de un título nulo.
Lo mismo puede decirse con relación a otros títulos que sirven para
promover un proceso ejecutivo o uno de ejecución de garantía: nada impide
que el juez advierta que el acto (en este caso el título continente del
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derecho) es nulo y que, siendo esa nulidad manifiesta, la declare de oficio,
con lo cual va a denegar la ejecución.
I. 3. 2 De otro lado, una sentencia en casación del año 2017 aplicó esta
facultad que le otorga al juez el art. 220 del CC. al resolver un recurso de
casación.
Nulidad de oficio.
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jurídico cuando esta resulte manifiesta; esto es, el juez "( ...) puede
considerar de oficio la existencia de invalidez y aplicar la sanción de
nulidad absoluta, porque aunque no le haya sido rogado por las partes
como conflicto de intereses o como incertidumbre jurídica, no debe
permitir la subsistencia del referido acto que notoriamente agravia
bases elementales del sistema jurídico a las que el juez no puede
sustraerse, ni podrá expedir sentencia ordenando la ejecución o
cumplimiento de un acto jurídico que considera nulo."
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1. 3. 3 Con relación al IX Pleno Casatorio Civil, glosado en el numeral 1. 3, y
al fallo casatorio al que nos hemos referido en el numeral anterior, hay
necesidad de destacar tres (y hasta cuatro consectarios, según vamos a ver
en el literal d), que se derivan de los mismos, a saber:
a) el primero es que los jueces pueden declarar la nulidad de oficio con
arreglo a lo que dispone el segundo párrafo del artículo 220 del Código
Civil, cuando esta resulte manifiesta; este punto no necesita de mayor
explicación ya que, por lo demás, esta facultad está contenida
expresamente en la disposición mencionada. Por nulidad manifiesta
debemos entender que el acto no necesita de otra comprobación que
no sea su propio examen para ser declarado nulo. Si, por el contrario,
para su declaración se requiriese alguna otra demostración, no
estaríamos ante un acto manifiestamente nulo y no sería aplicable la
regla del citado artículo.
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manifiesta postula un despropósito ya que, al menos en teoría, no
podría demostrarse lo contrario, esto es que es que no se trata de un
acto manifiestamente nulo (a menos que se impugne el carácter de
“manifiesta” de la nulidad y que la prueba se oriente solo en ese
sentido; sin embargo, el Punto 60 del IV Pleno Casatorio establece la
regla según la cual para declarar la nulidad manifiesta de un acto es
preciso que el juez advierta a las partes que piensa proceder así, para
que estas puedan, por ejemplo, proponer una excepción de cosa
juzgada o de litispendencia, aportando la prueba necesaria a ese fin
(aquí debemos precisar que el precedente vinculante 5.3 del IV Pleno
Casatorio [que no establecía expresamente la necesidad de un
contradictorio previo a la declaración de nulidad de oficio, a pesar que
lo había hecho en el Punto 60 de la sentencia] fue modificado por el IX
Pleno Casatorio quedando redactado así: “Si en el trámite de un
proceso de desalojo, el Juez advierte la invalidez absoluta y evidente
del título posesorio, conforme lo prevé el art. 220° del Código Civil,
previa promoción del contradictorio entre las partes, declarará dicha
situación en la parte resolutiva de la sentencia y, adicionalmente,
declarará fundada o infundada la demanda de desalojo, dependiendo
de cuál de los títulos presentado por las partes es el que adolece
nulidad manifiesta”). Las negritas son añadidas.
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concernido la Sala tenía que anular necesariamente el fallo recurrido
por las mismas razones que dimos para el caso del recurso de
apelación. Sobre la necesidad de cuándo debe de respetarse el
contradictorio y cuándo no resultaría necesario dar las partes (o al
menos a la que resulte más agraviada con la declaración de nulidad) la
oportunidad para producir prueba en contrario, vamos a volver más
adelante.
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tiene sentido cuando se trata de un acto irrelevante para la decisión del caso
anterior.
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Así, el único supuesto posible es que, en un proceso cuya sentencia pasó en
autoridad de cosa juzgada, el acto que ahora pretende el juez declarar
manifiestamente nulo formó parte de los fundamentos de hecho de la
demanda (de la causa petendi) y la prueba correspondiente a ese hecho
formó parte, a su vez, del thema probandi, y solo pudo no haber sido
declarado nulo en ese proceso por una de dos razones: 1) o porque no fue
un hecho fundante de la pretensión que se hizo valer en ese proceso; 2) o
porque tampoco fue un hecho considerado destacado o relevante para
resolver ese proceso.
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Pero distinta es la situación cuando no puede invocarse la cosa juzgada o la
litispendencia como excepciones oponibles (sobre esto nos remitimos a
comentario que hicimos al respecto en un párrafo anterior), y quien va a ser
afectado con esa declaración de nulidad aporta la prueba que ese acto no
fue declarado nulo en un anterior proceso en donde fue discutida su
validez. Esa prueba valorada en ese proceso y en el que fue desestimada su
nulidad ¿puede tener eficacia en el nuevo proceso, en el sentido que puede
impedirle al nuevo juez pronunciarse respecto al acto que, a diferencia del
juez anterior, sí considera manifiestamente nulo?
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la pretensión hecha valer en la demanda ha sido resuelta (estimándola o
desestimándola) y ya no es posible un nuevo pronunciamiento al respecto;
pero lo que se ha resuelto con el carácter de cosa juzgada es solo el objeto
de la pretensión, de manera que si en el curso de ese proceso se discutió la
validez del acto jurídico (que ahora se pretende declarar nulo) y finalmente
se decidió en la sentencia que no lo era, esa declaración sobre ese hecho (el
acto) no constituye cosa juzgada aunque ese hecho (el acto) haya formado
parte de la fundamentación fáctica, salvo cuando esa declaración de nulidad
del acto haya sido el objeto de la pretensión o cuando haya sido el hecho
fundante de la causa petendi.
En estos dos últimos supuestos estamos ante un hecho (el acto) que en otro
proceso fue parte del material probatorio y, como tal, sometido a un examen
por el juez que determinó que no se trataba de un acto nulo, y que ahora, en
este nuevo proceso, resulta ser un hecho fundante de la pretensión y el juez
quiere declararlo nulo por aplicación del art. 220 del CC. ¿Puede hacerlo?
II. LA AFECTACIÓN DEL PRINCIPIO DE CONGRUENCIA POR LA DECLARACIÓN
DE OFICIO DE LA NULIDAD MANIFIESTA.
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El petitorio es el objeto de la pretensión, el pedido que hace la parte al juez
para que resuelva el conflicto de intereses (o la incertidumbre jurídica); la
causa petendi es la causa de la pretensión que se hace valer, las razones o
fundamentos fácticos y jurídicos que sustentan el pedido concreto de las
partes; los primeros son una barrera infranqueable al principio iura novit
curia, pues el juez no puede modificar en modo alguno los hechos afirmados
por las partes, mientras que sí le es permitido, y aún exigido, que pueda
modificar los fundamentos de derecho de la demanda adecuándolos a lo que
verdaderamente resulta de la fundamentación fáctica de la misma por
aplicación del mencionado principio.
El “principio de congruencia” es una garantía del derecho de defensa de las
partes, de forma tal que por aplicación del mismo al juez no le está
permitido modificar la estructura del contradictorio que se ido formando en
el curso del proceso a partir de la preclusión de la etapa postulatoria hasta
llegar a constituir el thema decidendi. Por eso la declaración de nulidad de
oficio de un acto jurídico (acto jurídico sustancial, para distinguirlo del acto
jurídico procesal) constituye una excepción a ese principio, porque quiebra la
prohibición que impide al juez resolver cuestiones que no fueron sometidas a
debate en el contradictorio y sobre las cuales las partes no tuvieron ocasión
de ejercitar su derecho de defensa, fundamentalmente el derecho a probar.
Y ello ocasiona, como efecto necesario, que el juez se va a ver obligado a
pronunciarse sobre punto no controvertido, lo que importa una
contravención a la correspondencia que debe existir entre lo pedido por las
partes y lo resuelto finalmente en la sentencia (pues en eso consiste,
precisamente, la congruencia).
III. 1 Una condición insoslayable para declarar de oficio la nulidad del acto
por el juez es que esta debe ser manifiesta, es decir, evidente, que resalta a
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simple vista, por un lado, y por otro, que no debe estar sujeta a
demostración o prueba alguna, porque en estos casos no es posible
declararla de oficio sino como consecuencia de haber sido materia del
contradictorio (ya sea porque ha sido demandada o porque ha sido opuesta
al contestarse la demanda, pasando así a formar parte del contradictorio) y,
desde luego, debidamente acreditada por quien invoca la nulidad del acto.
III. 2 Ejemplos concretos de tales actos son los actos jurídicos que no
revisten la formalidad que la ley señala bajo sanción de nulidad (la forma ad
solemnitatem causa); así, la donación de inmuebles que no se hace por
escritura pública, o la anticresis no escriturada, etc. En estos casos, en que es
de aplicación la fórmula forma dat esse rei (la forma es el acto), el acto no
existe sin la forma ni puede ser convalidado, porque es esencialmente nulo,
de manera tal que el juez puede declarar de oficio su nulidad sin vulnerar el
derecho de defensa de las partes, porque ninguna prueba que estas pudieran
producir (particularmente la parte agraviada con la declaración de oficio)
podría enervar la nulidad que manifiestamente padecen los mismos; estos
son casos, además, que sirven para poner de relieve que, aunque la
declaración de nulidad de oficio pueda significar un rompimiento del
principio de congruencia, realmente no producen un quiebre del
contradictorio ni importan desconocer el derecho de defensa de las partes
pues, como ya hemos señalado, ninguna prueba serviría para enervar la
nulidad patente de esos actos. Cosa distinta sucede cuando se cuestiona si se
trata o no de una nulidad “manifiesta”, pues nada impide que la parte
agraviada pueda discutir el adjetivo “manifiesta”. Quizá este último caso sea
el que inclinó la balanza del IX Pleno Casatorio Civil para manifestarse en ese
sentido.
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adolece de simulación absoluta, porque esta condición debe ser
necesariamente probada por quien la alega y. en tanto no sea declarada, se
presume la autenticidad y la validez del acto; o como ocurre con el acto
jurídico cuyo objeto sea física o jurídicamente imposible, cuando esa
imposibilidad no sea objetiva y absoluta y requiera ser comprobada; o
cuando la finalidad ilícita no conste objetiva y evidentemente del propio
acto, ya que en estos dos últimos ejemplos debe presumirse que las partes
han querido que el acto produzca los efectos jurídicos que le son propios (por
aplicación del principio de “Conservación del Acto”, que postula que todo
acto tiende a producir determinados efectos; por ello, ante la duda, se
interpreta a favor del acto).
IV. LA DECLARACIÓN DE LA NULIDAD DE OFICIO ¿ES SOLO UNA FACULTAD
O ES TAMBIÉN UN DEBER DEL JUEZ?
Sin embargo, el hecho que la redacción del segundo párrafo del artículo 220
del Código Civil disponga que la nulidad puede ser declarada de oficio por el
juez cuando resulte manifiesta, no significa que sea exclusivamente una
facultad del juez, aun cuando el uso del verbo “poder” pueda inducirnos a
pensar que solo es eso y que, consecuentemente, siendo solamente una
facultad del juez, este puede o no ejercerla, estándole permitido entonces
eximirse de pronunciarla. Simplemente ello no es así y, por lo demás, en el
Diccionario Jurídico Elemental de Guillermo Cabanellas, la definición de la
locución latina ex oficio significa “de oficio” en castellano, esto es, por deber
del cargo, sin necesidad de instancia de parte, de manera tal que cuando se
dice que el juez procede “de oficio” se sobrentiende que lo hace como parte
de sus deberes como tal. Queda claro, entonces, que no existe duda que se
trata de una facultad, como resultado de la interpretación literal (ad pedem
literae) del artículo, pero que también es, a la vez, un deber del juez, no solo
por la definición de ex officio antes citada, sino como consecuencia de la
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interpretación teleológica (o del sentido final) de la norma legal que
establece esa conducta, como veremos seguidamente.
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manifiesta declarada de oficio por el juez, una sentencia pronunciada por el
entonces Juzgado a su cargo que paso a comentar:
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Asimismo, sostuvo, el demandante tenía deudas con la firma Sebastián
por la compra de productos de peluquería, con la compañía que
instaló las conexiones eléctricas en el local y con la empresa Química
Suiza, como tampoco se le entregaron las facturas ni el inventario del
mobiliario existente en el local.
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oficio la nulidad del acto jurídico en caso ésta sea manifiesta, es
necesario pronunciarse primero sobre la validez de dicho acto jurídico”.
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facultad otorgada por el artículo 220 del Código Civil, declara la
nulidad del negocio jurídico consistente en el “Convenio Privado de
Traspaso de Negocio” suscrito por las partes de este proceso con fecha
siete de febrero de 2002, sin que en el negocio jurídico inválido hayan
participado más personas que las mismas partes en este proceso, por
lo que no ha sido necesario incorporar a persona adicional al mismo,
coligiéndose que no hay terceros que puedan verse afectados con este
pronunciamiento” (las negritas son añadidas).
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nulo de oficio cuando esa imposibilidad no sea objetiva y absoluta y requiera
ser comprobada, que es precisamente lo que había ocurrido en el caso que
dio lugar a esa sentencia en la que, inapropiadamente, se aplicó la nulidad de
oficio del art. 220 del CC., que está limitada a los casos en que la nulidad sea
manifiesta.
CAS. N° 2009-2002-Juliaca-PUNO
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“siendo nulo el contrato de anticresis, los demandados resultan ser
precarios, de conformidad con el artículo 911 del CC, que establece que
la posesión precaria es la que se ejerce sin título alguno o cuando el
que se tenía feneció.”
VI. CONCLUSIONES.
Primero:
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declararla de oficio, sino que tampoco podría hacerlo, ya que la
declaración en la sentencia con respecto al acto atacado de nulidad,
cualquiera que es fuera, sería una consecuencia necesaria de haber
formado parte del thema decidendi.
Segundo:
Tercero:
Cuarto:
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Tratándose de una nulidad manifiesta, es indiferente que la nulidad
del acto jurídico haya sido alegada por alguna de las partes en
conflicto para que el juez proceda a declararla de oficio; en caso
contrario, de no ser manifiesta, el juez pueda declararla solo si hubiera
sido alegada por alguna de las partes (y tuviera una relación directa
con el caso sometido a juicio) porque entonces hubiera pasado a
formar parte del contradictorio y, en consecuencia, se hubiera
incorporado al thema decidendi como punto controvertido y, desde
luego, como hecho sujeto a demostración, también hubiera pasado a
formar parte del thema probandi.
Quinto:
Sexto:
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acto jurídico de cuyo examen resulta patente que adolece de un vicio
de nulidad que lo invalida de manera absoluta y, precisamente por
esa condición, y al menos en teoría, no sería posible demostrar que
no se trata de un acto que padece a ojos vista de un vicio
insubsanable que lo torna en manifiestamente nulo, con la salvedad
que hacemos en la conclusión que sigue a continuación, y que tiene
que ver con el adjetivo “manifiesta” que se le atribuye al acto para
poder declarar de oficio su nulidad.
Sétimo:
Sin embargo, esto que puede ser válido cuando se trata de un proceso
anterior acabado por sentencia firme (es decir, que ha hecho tránsito a
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la cosa juzgada), es discutible cuando se trata de un proceso iniciado
con anterioridad pero todavía en trámite (litispendencia), porque en
este supuesto el juez del segundo proceso no debería estar impedido
de declarar la nulidad de oficio del acto nulo si esta fuera manifiesta,
aunque este hecho fuera fundante de la pretensión pero no el objeto
de la misma en el anterior proceso, caso este último que debería
vedarle al juez del segundo proceso una declaración de esa naturaleza.
Sin embargo, esto último debe ser tomado con cierta reserva, en la
medida que acoger esta tesitura puede dar lugar a pronunciamientos
contradictorios sobre un mismo hecho (el acto jurídico en cuestión
que adolece de nulidad insubsanable y manifiesta) en los dos procesos
en trámite, lo que atenta contra la seguridad jurídica y contraviene
abiertamente el principio, aplicable por extensión, según el cual no
puede juzgarse dos veces un mismo hecho (ne bis in eadem).
Octavo:
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Lima, mayo de 2020.
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