HPO Clase3
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Consideraciones previas
“El año 1492 evoca un simbolismo poderoso. Es claro que el simbolismo es particularmente
poderoso para aquellos pueblos cuya memoria histórica los vincula directamente con las
fuerzas desatadas en 1492. Para los americanos indígenas, los latinoamericanos, las
minorías de ascendencia hispánica o latina, y los españoles y portugueses esta vinculación
es muy fuerte. El año 1492 simboliza un viraje decisorio del destino histórico: para los
amerindios significa el desgraciado cambio de una historia independiente por una historia de
colonización; para los ibéricos, la violenta embestida de un capítulo de su historia que les
granjeó la controvertida reputación de imperialistas; para los latinoamericanos y la diáspora
latina, el doloroso nacimiento de diferentes culturas a partir de enfrentamientos de poder
entre europeos ibéricos, americanos indígenas, africanos y el amplio espectro de los
descendientes que mantuvieron o entremezclaron los principales grupos raciales.
Sin embargo, el alcance de este simbolismo va más allá de las Américas y de los
descendientes de quienes fueron más directamente afectados. La llegada de Colón a
América simboliza una reconfiguración histórica de dimensión mundial. La fusión de las
historias de los nativos americanos y de los europeos en una sola historia marcó el comienzo
del fin de estadios aislados del drama humano. Los parámetros continentales y
subcontinentales de la lucha y las acciones humanas, de los logros y fracasos, se
extendieron a un escenario de poder y confirmación mundial. (…)
Asimismo, el año 1492 simboliza los albores de un ascenso mundial sin parangón de la
civilización europea, sus inventos científicos, su poder y su influencia cultural no alcanzaban
a eclipsar a los de las civilizaciones que habían desarrollado sus propias “edades de oro” en
Asia, África, el Medio Oriente y las Américas. La civilización y el poder humanos tenían
dimensiones continentales o subcontinentales, la vida en alta mar se desarrollaba en
estrecha relación con las masas de tierra, Occidente no era necesariamente superior o
dominante. Después de 1492, la civilización europea comenzó su escalada hacia un dominio
único desde el punto de vista intercontinental e incluso mundial y emprendió la transición
hacia el capitalismo, cuyas transformaciones y vínculos económicos cruzaron varios océanos
y continentes”.
Para comenzar
La noción de proceso
Las explicaciones que los historiadores han generado para entender la conquista
española de América son variadas. Sin embargo, hay un elemento que sobrevuela
al conjunto de los intentos que se han realizado por interpretar cómo fue posible un
proceso semejante. Hay un aspecto que se ha resaltado en muchos estudiosos
cuando se formularon la siguiente pregunta: ¿de qué modo los expedicionarios que
partieron en algunos barcos (no se trató de una gran flota en ninguno de los viajes
iniciales) y pertrechados con algunos armamentos (no se trató de un ejército
profesional en ninguno de los primeros viajes) lograron, tras un viaje de miles de
kilómetros, internarse en un territorio que ignoraban y doblegar, en algunos casos,
a sociedades muy complejas o estados muy poderosos? Ese aspecto o elemento
que está presente o sobrevuela muchas explicaciones es la idea de una
superioridad cultural. En efecto, un enorme número de textos de historia
“De las numerosas naciones que ocupaban el gran continente americano cuando los
europeos lo descubrieron las más adelantadas en poder y en cultura eran, sin duda, las de
Méjico y Perú. Pero aunque se asemejaban en el grado de civilización a que hablan subido,
esta civilización era de diferente carácter en cada una de ellas y el observador filosófico de
la especie humana puede sentir una curiosidad natural en la averiguación de las varias
transiciones por las cuales pasaron aquellos dos pueblos, en sus esfuerzos para salir del
estado de barbarie, y alcanzar una posición más elevada en la escala de la humanidad. En
otra obra que he publicado, procuré describir las instituciones y el carácter de los antiguos
mejicanos, y la historia de su conquista por los españoles. En esta voy a tratar de los
peruanos; y si su historia presenta anomalías menos extrañas, y contrastes menos notables
que la de los aztecas, no será menos interesante al lector la grata pintura que ofrece de un
gobierno bien arreglado, y de los hábitos modestos y laboriosos que se introdujeron bajo el
dominio patriarcal de los Incas.”
“Ya era medio día cuando la comitiva de la indios se puso en marcha, ocupando larga
extensión de la gran calzada. Al frente de todos venía gran multitud de criados cuyo oficio
parecía ser limpiar el camino de la menor partícula de escombros. Por encima de toda la
tropa sobresalía el Inca, llevado en los hombros de sus principales nobles, mientras otros de
la misma categoría marchaban a los lados de su litera, desplegando tan brillantes
ornamentos en sus personas que, según el dicho de uno de los conquistadores, relucían
como el so. Pero la mayor parte de las tropas del Inca, estaban formadas en los campos a
uno y otro lado del camino o esparcidas por los anchos prados hasta perderse de vista.
Cuando la real comitiva llegó a cosa de media milla de la ciudad, hizo alto, y Pizarro vio con
sorpresa que Atahualpa se preparaba para plantar sus tiendas como si quisiera fijar allí su
campamento. A poco tiempo llegó un mensajero para anunciar a los españoles que el Inca
ocuparía aquella noche el sitio en que se había detenido y, que a la mañana siguiente, hacía
su entrada en la ciudad.
Esta noticia disgustó mucho a Pizarro, que participaba de la impaciencia general de su gente, al
ver la poca celeridad con que se movían los peruanos. Las tropas habían estado sobre las armas
desde el amanecer, las de caballería sobre sus caballos, las de infantería en sus puestos,
esperando en silencio la llegada del Inca. Profunda calma reinaba en toda la ciudad, interrumpida
solamente de cuando en cuando por el grito del centinela que desde lo más alto de la fortaleza
anunciaba los movimientos del ejército indio. Pizarro sabía perfectamente que nada era más
peligroso para el valor y constancia del soldado que la prolongada inacción en una situación
crítica como aquella y temía que el ardor de sus tropas se evaporase sucediéndole aquella
sensación nerviosa, natural aun en las almas de los más valientes en tales crisis, y que sino es
temor está muy .cerca de serlo. Respondió por tanto rogando a Atahualpa que cambiase de
propósito; y añadiendo que tenía preparado todo lo necesario para recibirle y obsequiarle y que
le esperaba a cenar aquella noche.
Este
mensaje hizo mudar al Inca de intención y levantando sus tiendas volvió a emprender su
marcha, avisando primero al general que dejarla en aquel punto a la mayor parte de sus
guerreros
y entraría en la plaza solo con algunos de ellos y sin armas, pues prefería pasar la
noche en Caxamalca (Cajamarca). Al mismo tiempo mandó que se preparase alojamiento para él
y su comitiva en uno de los grandes edificios de piedra que, por tener la figura de una serpiente
esculpida en la pared, se llamaba la casa de la serpiente. Ninguna noticia podía haber sido más
agradable que esta para los españoles. No parecía sino que el monarca indio anhelaba
precipitarse en el lazo que se le había preparado. El fanático caballero no pudo dejar de ver en
esto el dedo de la Providencia. Es difícil explicar esta conducta indecisa de Atahualpa, tan
diferente de lo que podía esperarse del carácter resuelto y audaz que la historia le atribuye.
No hay duda en que hizo su visita a los blancos con completa buena fé; si bien Pizarro tenía
acaso razón en pensar que aquellas muestras de amistad tenían un cimiento muy poco sólido.
Hay pocos motivos para suponer que desconfiase de la sinceridad de los extranjeros: de otro
modo no se habría propuesto sin necesidad visitarles desarmado. Su primer propósito de venir
con toda su fuerza tuvo sin duda por objeto desplegar toda su pompa real y tal vez mostrar
mayor respeto a los españoles; pero cuando consintió en aceptar su hospitalidad y pasar la
noche en sus reales, no quiso llevar gran número de sus soldados armados y prefirió visitarles de
una manera que indicase que tenga entera confianza en su buena fé. Tenía un mando
demasiado absoluto en su propio imperio para sospechar con facilidad un ataque a su persona;
acaso no comprendía que el corto número de hombres reunidos en Cajamarca tuviese la audacia
de pensar apoderarse de un poderoso monarca en medio de su victorioso ejército. No conocía el
carácter español.”
CAPITULO V. Plan temerario de Pizarro. — Atahualpa visita a los españoles. — Matanza
horrible.
— El Inca prisionero— Conducta de los conquistadores. — Magnificas promesas del
Inca. — Muere Huascar. 1532. p. 102.
Historia de la conquista del Perú con observaciones preliminares sobre la civilización de los
Incas. William Prescott. Madrid. Imprenta y librería de Gaspar Roig editores, 1851.
La atención que decidimos poner en las conquistas de las sociedades azteca e inca
por parte de los colonizadores españoles tiene que ver con cuestiones que
analizamos en la clase anterior. Se trata de las dos sociedades indígenas que
generaron formas de organización estatal y desplegaron un desarrollo complejo en
múltiples esferas o dimensiones (económica, técnica, artística, arquitectónica,
militar). Por ese motivo es que el impacto de su sometimiento y la magnitud del
interrogante acerca de las razones que permitieron a un grupo reducido de
conquistadores (en términos numéricos respecto de la estructura demográfica y la
capacidad organizativa de la que disponían estos estados) son mucho más grandes.
La presunta superioridad cultural que habría permitido el triunfo de los españoles
expresada en diversos modos según distintos historiadores no es, sin embargo, la
única vía posible para comprender el proceso.
Es importante estar prevenidos frente a las lecturas que buscan en los datos del
pasado una confirmación de lo que sabemos que terminó ocurriendo y derivando
en el presente. Por otra parte, es importante señalar que en los primeros años de
la conquista de los grandes estados indígenas existieron acontecimientos y
situaciones que hicieron zozobrar la pretensión española de asentar un dominio
duradero. En efecto, luego de su entrada en Tenochtitlán Cortés y sus seguidores
afrontaron la denominada “Noche triste” (el término con el que pasó a la
posteridad aquel acontecimiento está consustanciado con la perspectiva de los
conquistadores) en la que los integrantes de la sociedad mexica/azteca
intervinieron en defensa de sus tierras y recursos contra los conquistadores. Por su
parte, tras la prisión de Atahuallpa, Pizarro y los conquistadores del Perú vieron
peligrar sus pretensiones colonialistas cuando Manco Inca organizó hombres y
recursos en la fundación de un estado neoinca al norte del Cuzco. Es decir que,
durante el desenvolvimiento del proceso de conquista, sus protagonistas no tenían
certezas acerca del desenlace que nosotros sí conocemos.
Algunas conclusiones
Para comprender el proceso de la conquista de América es necesario ampliar la
escala temporal y espacial. Es decir, la comprensión de las causas se puede realizar
en la medida en que se miren alternativamente los procesos políticos, económicos y
culturales que se venían desplegando en Europa así como aquellos que estaban
atravesando las sociedades americanas en un período que excede en muchos años
al primer viaje de Colón tanto hacia atrás como hacia adelante.
Bibliografía Obligatoria
Kogan, Nicolás - DOSSIER DE FUENTES Y RECURSOS PARA LA COMPRENSIÓN DE LA
CONQUISTA DE AMÉRICA.
Actividades
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