Hans Kelsen y Carl Schmitt tenían visiones filosóficas opuestas sobre el derecho y la constitución. Para Kelsen, el derecho positivo debe operar por encima de los valores para garantizar la igualdad, la democracia y la tolerancia. Schmitt creía que la constitución debe servir para dar seguridad al poder decisorio del estado y defendía la figura de un soberano que toma decisiones. Mientras que Kelsen apoyaba el control jurisdiccional de la constitución, Schmitt pensaba que un estado total configurado como legislativo debía ser el guardián
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Hans Kelsen y Carl Schmitt tenían visiones filosóficas opuestas sobre el derecho y la constitución. Para Kelsen, el derecho positivo debe operar por encima de los valores para garantizar la igualdad, la democracia y la tolerancia. Schmitt creía que la constitución debe servir para dar seguridad al poder decisorio del estado y defendía la figura de un soberano que toma decisiones. Mientras que Kelsen apoyaba el control jurisdiccional de la constitución, Schmitt pensaba que un estado total configurado como legislativo debía ser el guardián
Hans Kelsen y Carl Schmitt tenían visiones filosóficas opuestas sobre el derecho y la constitución. Para Kelsen, el derecho positivo debe operar por encima de los valores para garantizar la igualdad, la democracia y la tolerancia. Schmitt creía que la constitución debe servir para dar seguridad al poder decisorio del estado y defendía la figura de un soberano que toma decisiones. Mientras que Kelsen apoyaba el control jurisdiccional de la constitución, Schmitt pensaba que un estado total configurado como legislativo debía ser el guardián
Hans Kelsen y Carl Schmitt tenían visiones filosóficas opuestas sobre el derecho y la constitución. Para Kelsen, el derecho positivo debe operar por encima de los valores para garantizar la igualdad, la democracia y la tolerancia. Schmitt creía que la constitución debe servir para dar seguridad al poder decisorio del estado y defendía la figura de un soberano que toma decisiones. Mientras que Kelsen apoyaba el control jurisdiccional de la constitución, Schmitt pensaba que un estado total configurado como legislativo debía ser el guardián
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Caracas,09 de febrero del 2021
Universidad Santa María
4to semestre Turno: Nocturno Sección A
Nombre: Anais Muñoz CI: 27.647.822
Cátedra: Filosofía del derecho
Profesor: Guillermo Blanco
CUARTA EVALUACION.
1. Compare los conceptos dentro de la Filosofía del Derecho de Hans Kelsen y Carl Schmitt
Intelectualmente contrincantes, Hans Kelsen y Carl Schmitt encabezan la
contraposición del pensamiento constitucional, ambos fueron dos de los más destacados especialistas de derecho público de la época, forasteros en cuanto al despliegue de la joven República. Se comparan entre uno y otro dos filosofías con una relación compleja, para Kelsen el derecho positivo es el modelo que puede operar por encima del sistema de valores, presuponiendo una idea de justicia, un derecho en el que puedan manifestarse los valores por igual, la democracia y la tolerancia. Para Schmitt, la constitución debe servir para dar seguridad al sistema decisorio del Estado. Esto, explica su preferencia por las medidas que abarcan situaciones administrativas tradicionales, así como las acciones del Presidente que protege la Constitución. En su libro, La dictadura (1921) critica a Kelsen la confusión entre “norma de derecho” y “norma de realización del derecho”. Aunque no era el primer trabajo que atacaba la teoría de Kelsen, resulta sugerente observar como la defensa de la constitución se va formando. Kelsen estaba convencido de que los hombres pueden organizarse, reconocer derechos y crear instituciones que velen por su libertad. Por otro lado, en Schmitt el “Ser” político es representado por un Soberano, quien decide sobre el estado, y que se identifica como monarca. A diferencia de Kelsen, Schmitt no escribe sobre una teoría de Estado, sino de la Constitución, manifestando así su intención de cambiar el orden según el antiguo positivismo: Primero la Constitución, posteriormente el Estado. A principios de 1925, Kelsen hace referencia crítica a sus ideas sobre el parlamento, ocupándose de manera expresa de Schmitt, cita que el Parlamento no se fundamenta en una metafísica absoluta. Sin duda estos dos se sitúan frente a esta disyuntiva, según Kelsen, esto es la expresión de una sociedad divida desigualmente en dos clases, dejando en claro en su obra Esencia y valor de la democracia (1920) críticas contra el parlamentarismo. De este modo advierte en las propuestas para la reforma del Parlamento, no terminar dando la razón a los que acusan al mismo de excluir al pueblo. A diferencia de Schmitt, representaba la fiel oposición del pensamiento político de Kelsen, en este sentido consideraba que los partidos políticos alemanes no estaban en condiciones de imponer su programa a la caída del Imperio. Se puede señalar, para Kelsen la democracia necesita una serie de instituciones sin las cuales no puede defenderse la libertad política, en definitiva revela un pensamiento que va mas allá del relativismo filosófico. Para Schmitt, toda Constitución reúne una serie de normas para organizar el poder, expresada en la voluntad del pueblo. Supone la imposibilidad de construir un Estado sin el pueblo.
Por lo consiguiente, se crea la controversia en torno a quien debe ser el guardián de
la constitución, y es que después de las distintas concepciones que sostuvieron ambos autores sobre la constitución y la democracia, las consideraciones de Kelsen se desarrollan en distintos análisis. Por una parte, acomete la defensa de sus teorías a favor del control jurisdiccional de la Constitución, este estudio se conforma como una contribución de valor general para todos los estados democráticos. Cabe destacar, desde que Montesquieu formulara su teoría acerca de la división de los poderes, no hubo un autor tan ligado a una teoría constitucional como Kelsen se empeña en demostrar el carácter conservador y nada novedoso de la teoría de la interpretación juridicial y la noción del presidente Reich como poder neutro. Kelsen busca probar su naturaleza ideológica, no científica. En ese sentido, el principio central que se afirma es que nadie puede ser juez de su misma causa. De manera que Schmitt sigue la doctrina del constitucionalismo monárquico y de acuerdo con la teoría kelseniana, la diferencia entre ley y sentencia es cuantitativa, ya que ambas son un acto de producción de derecho. Schmitt reacciona contra la construcción kelseniana, toda su argumentación tiene por objeto demostrar la función de la justicia en el marco de una constitución liberal, sostiene que “una norma protege a otra norma”. Schmitt da un brinco de lo cualitativo a lo cuantitativo que para Kelsen es inadmisible. Según Schmitt, la respuesta de quien deba ser el defensor de la Constitución debe partir de un Estado total configurado como Estado legislativo. Para el, la Constitución es expresión de la unidad del pueblo. Se concluye que, entre Schmitt y Kelsen es posible encontrar diferencias que tienen que ver con la manera en que ambos autores relacionaban las ideas de Estado y derecho. En Kelsen, la garantía de la constitución y la democracia se interconectan, mientras que en Schmitt la regulación social puede sucumbir frente al poder arbitrario. Notablemente la contraposición entre estos dos autores se encuentra en los considerables ejemplos a lo largo de sus respectivas obras. No solo planteándose desde la perspectiva metodológica sino también, desde una perspectiva conceptual. Kelsen consideraba al derecho como instrumento principal de organización y de control de la fuerza, mientras que Schmitt consideraba al derecho como producto de la capacidad de decisión de quien detenta el poder político.