Recetario Del Buen Amor

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No confundir con ningún tipo de terapia.


DARNOS CUENTA DEL CUENTO QUE NOS CONTAMOS

Las mágicas adivinanzas

Las relaciones construyen códigos, unos implíci-


tos y otros explícitos.
Los códigos implícitos son demandas de enten-
dimiento sin palabras; están establecidos por los usos
y costumbres de la sociedad. Son difíciles de cues-
tionar, porque apelan a la obediencia y a las ideas
establecidas sobre el amor y su supuesta compren-
sión inherente (¿quién sirve el desayuno la primera
vez?… así como en una reunión, quien saca lápiz y
papel se transforma en la secretaria).
Por el contrario, los códigos explícitos contienen
la potencialidad del intercambio y la modificación;
permiten que nos salgamos del falso y agotador
mundo de las adivinanzas, de la obediencia y del
darlo por entendido. Mientras avancemos en la
explicitación, más posibilidades tendremos de ex-
perimentar e indagar las relaciones y de aprender
de nuestras libertades, abandonando a Doña Mani-
pulación.

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M A R G A R I TA P I S A N O

Programa radial de los datos de la realidad

Se transmite a diario de 10 a 11 de la noche y


está basado en la responsabilidad de comunicarnos.
Es un noticiario sobre la realidad del mundo y de
una, un noticiario que nos mantiene enteradas de
verdad, no como los de la TV que nos cuentan so-
bre la irrealidad de un mundo reinterpretado por
el sistema.
Lo importante es que estemos enteradas, pues no
hay peor sensación que la de sentirnos engañadas,
envueltas en un silencio cargado o en la ignorancia.
El estar enteradas contiene el desafío, incluso, de
aquello que aún no tenemos claro, que está en la
semipenumbra de nuestro pensamiento, pero que
ya empieza a surgir en nosotras. Se trata de estar
expresadas, sin censuras.
Así, construimos una buena vida, en la que nos
relacionamos con los demás de manera real, no
como dicta lo establecido. La contrapartida de estar
expresadas puede ser el rechazo, pues expresarnos
implica NO negociar con las palabras ni engañar-
nos con falsas protecciones hacia una misma o ha-
cia la otra persona (planos que, en los hechos, son
lo mismo).
Lo peor es sentir la no interacción, que declara
–con el silencio y las negociaciones– incapaz e ile-
gítima a la otra/otro. Cuando nos protegen, nos
descalifican. Cuando no hay interacción, nos im-

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

pregnamos de una sensación de impotencia y sole-


dad… nada peor que hablar en balde o no poder
hablar.

Programa semanal del romántico amoroso


“Voy a perder la cabeza por tu amor”

Música: boleros, tangos, rancheras, cumbias y tam-


bién Chopin, Liszt y más de alguna ópera, para los
doctos. Este programa tiene como objetivo vivirse el
corazón chorreante a flor de piel y en las manos,
para conocer y comprender el romántico amoroso,
con todas sus mentiras.
La metodología del programa consiste en llorar
todos los abandonos, pasados y futuros, de éstos y
de los otros, los de verdad y los imaginarios. Verter
en las lágrimas todos los dolores que nos produce el
que nos dejen o el que nos puedan dejar, repitiendo
como frase de fondo: “cómo alguien puede no que-
rerme”. Es decir, convertir el dolor en sufrimiento,
insertándolo en el melodrama aquél de “yo vivo sólo
cuando sufro”. Este programa está basado en año-
ranzas; recuerda con pena las ausencias, las pérdi-
das –del collar o de la Juana–, tiene olor a viejos tiem-
pos, a alegrías del pasado: “todo tiempo pasado fue
mejor”. Su atmósfera es la espesura de la niebla en
la que una se ve, solamente, a sí misma, y éste es un
regocijo, porque no vivimos el presente.

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M A R G A R I TA P I S A N O

En el programa, el locutor es el personaje de la


Víctima, cuyo escenario preferido es el espacio
parejil, pero que no es su único espacio. La víctima
romántica amorosa vive en todas partes y está pre-
sente en el sistema de poder, en la política, en las
relaciones sociales, en el trabajo, entre las amista-
des… Quién se resiste a una persona emocionada
y sensible que, con los ojos húmedos, apela a nues-
tro corazón con una sonrisa, ante un animalito que
no tiene cabeza (yo salgo corriendo). El corazón
chorreante suple la capacidad de discusión y de in-
tercambio de ideas, suple el sentido de estar entre
humanas(os) = agitación de colitas de perros, son-
risitas y caritas de muñeca.

Los datos al oído (ese lugar tan débil)

En medio de esta sensiblería que sólo funciona


para mal entendernos –y como tampoco nos adivi-
nan–, damos datos al oído de cómo nos gustaría que
fueran las cosas. Éstos son unos datos discretos,
camuflados, insinuados, en secreto, mal dichos,
como si no fueran, como de pasada. Debemos cui-
darnos de los datos al oído, porque fácilmente se
transforman en dardos venenosos, directos al cora-
zón expuesto.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Los mensajes cifrados

A diferencia de los datos al oído, éstos requieren


público y son mensajes indirectos entre la pareja (o
las amistades). El público amortigua la reacción y
actúa como cómplice, así evita que los agonistas en-
tren al campo de batalla. Las verdades escondidas o
falsas verdades, la crítica cariñosa, encubren siem-
pre conflictos acumulados, que llevan mucha carga
explosiva.

Nunca hay que jurar amar para siempre

Aunque estemos envueltas en este “romántico”


sentimental, emocional y novelístico y tengamos un
“para siempre” a flor de labios, no debemos olvidar
que es un deseo armado por la cultura parejil-
familista (la simbiótica media naranja) y que la vida
nunca es estática, que vivirla es estar en constante
movimiento, a pesar de que nos esforcemos por es-
tacionarla (la familia). Por eso, cuando se nos esca-
pe el juramento “Te amaré para siempre”, agregue-
mos prontamente: “sólo por un rato”.

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M A R G A R I TA P I S A N O

Los campos minados y los temas prohibidos

Los temas prohibidos son aquéllos que producen


discusiones reiterativas entre los integrantes del sis-
tema parejil, dejando una estela de sordos resenti-
mientos. En estos temas, fijamos nuestros territorios
de poder y como no los resolvemos ni los comparti-
mos, vuelven a aparecer en un eterno retorno.
Los campos minados, en cambio, son sorpresivos
y referidos a personas concretas que aparecen en
medio de las relaciones: ex amores o amores pre-
sentes –reales o potenciales–, miembros de la fami-
lia, amigos, compañeros de trabajo, etc. La pareja
transita en una constelación de diferentes persona-
jes, amenazadores de su simbiosis. En estos campos
minados tenemos que transitar con mucho cuida-
do, porque cuando menos lo pensamos, estalla una
mina debajo de los pies. El no estar enteredas facili-
ta la explosión de la dinamita.
Cuando percibamos que estamos adentrándonos
en un campo minado, detengámosnos y saquemos
el letrero de CAMPO MINADO, CAMPO MINADO, CAMPO MI-
NADO para manifestarnos públicamente con la “voz
en cuello” contra los campos minados y los temas
prohibidos.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Los temas pendientes

No son prohibidos, sino que se postergan por al-


gún tiempo cuando no se tiene la capacidad ni la
madurez para elaborarlos en ese momento.
Estar en una relación significa estar expresada con
otras personas, sobre todo en la parejil pareja. Es en
ese espacio de vida donde una se siente acogida, in-
cluidas sus inseguridades afectivas, sexuales, intelec-
tuales, y todas las que se vayan agregando. Es un es-
pacio de sol, no de semipenumbra…
La propuesta de resimbolizarlo consiste en vivirlo
expresada y no terminar en otra mentira. Lo único
que podemos hacer como cambio es darnos cuenta
de lo que sentimos, sin contarnos ningún cuento…
e imaginar.

Departamento de créditos e inversiones

Las relaciones abren un libro de contabilidad,


especie de registro de créditos y cobranzas, debes y
haberes, de heridas, profundas o superficiales (al-
gunas con características de traumatismo encefalo-
craneano abierto). Se usa tanto para la cobranza de
la inversión incondicional –“todo lo que he hecho
por ti y así me pagas”– como para la cobranza de la
dependencia del crédito –“todo lo que has hecho
por mí me tiene en constante deuda”–.

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M A R G A R I TA P I S A N O

Lo malo de este libro es que nadie sabe qué es


crédito y qué es inversión. En esta confusión se mue-
ve la pareja. A veces nos cobran cosas que ni siquie-
ra sospechamos y otras veces nos llega un premio
sin razón. En todo caso, es un libro de acceso visible
a nuestras cuentas pendientes, así las podemos co-
nocer y resolver, sean deudas o cobranzas, para en-
contrar la transparencia necesaria en toda relación.

Quiero que seas feliz… conmigo y a mi manera.


Quiero que seas feliz… sin mí –yo me borro–
y a tu manera…

Quiero ser feliz, conmigo y a mi manera expresa-


da… con o sin pareja.

¡Cuidado con el tonito!

El tonito sirve para decir sin decir. Incapaces de


usar con claridad las palabras, recurrimos al tonito,
develador de las verdaderas intenciones. A veces,
pasa a ser un misil disparado con las palabras.
Todo se puede decir. Todo decir tiene varios pla-
nos de expresión: la atención del cuerpo, la expre-
sión de los ojos, la mirada directa o esquiva, el brillo
de las pupilas, pero el tono de la voz está directa-
mente conectado con lo que sentimos, resume todo

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

lo que nos pasa: impaciencia, descalificación, amor


o desamor. El tono puede contradecir las palabras,
traicionando sus significados y produciendo la co-
media de equivocaciones. Un pedido puede conver-
tirse en un mandato; una solicitud, en una exigen-
cia; una demanda, en un ruego. El tono puede llegar
a ser un refugio de nuestras palabras tanto como el
silencio.
Tipos de tonito: el de niñita buena o rebelde, el
tonito de pillita, el amenazante, el de misteriosa, de
indiferente, de sacrificada, de mandona, de acusa-
dora, de interesante y, finalmente, la gran actora de
nuestras vidas, el tonito de la víctima.
¿Cuál es la idea? Decir lo que pensamos y senti-
mos sin negociación.

El silencio de las bodegas cargadas

Un acumulatorio de trastos viejos, guardados con


cariñoso cuidado para no olvidarlos, para sostener
nuestra vida en el pasado. Tendencia dañina para la
salud. Tremendos bultos de silencios pesados, que
creemos inamoviblemente existentes. Cargamos con
ellos en la espalda y en el alma durante años. Ape-
nas encontramos un espacio atento y cálido, parejil
sobre todo, abrimos la bodega y la mochila para que
aprecien “tanto bulto que andamos trayendo” y la
biografía autocompasiva que nos hemos armado.

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M A R G A R I TA P I S A N O

La idea es descargar la bodega, romper el silen-


cio, no tener bodega y seguir, ligeras de equipaje.
Hay historias que cuesta tanto contarlas, que se
quedan en el silencio, atropellándote.
Hay historias que como esqueletos nos sostienen.
Hay historias que se te instalan entremedio y se
ocultan en La Historia.

La amiga íntima (la deseamos… nos desea)

Ella le pasa un plumerito al sistema parejil y así


sacude su polvo estancado. Como viene acompaña-
da por el Celo –personaje principal que sostiene el
amor23 – el sistema parejil logra continuar transfor-
mado en tri-jil o triparejil, que ya es una multitud.

La otra amiga íntima

Esta otra, ejerce de escucha inopinante, sin jui-


cio ni discernimiento. Sentada frente a nosotras, se
transforma en nuestro muro de los lamentos. Así la
queremos: siempre dispuesta, sin horario y muda.
Lentamente, nuestra amiga íntima empieza a mutar

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Si se tienen dudas, consultarle a Shakespeare.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

en un tacho de basura en el que botamos toda la


mugre acumulada hasta sentirnos livianas. Entonces,
declaramos: “no lo quise, no me quiso, nunca pasó
nada”. Ella, que lleva diecisiete años escuchándonos
en silencio, por fin, se expresa: “es un pobre huevón
y tú, una tonta”. Ante este hecho insólito, la opinión
sobre nuestra amiga –con la que compartíamos una
misma mirada del amor– cambia: “no me entiende
mi amiga… mi EX amiga” y buscamos otra.

La ruptura

Todo lo que empieza tiene un término… menos


mal. Y entonces llega la Ruptura que es una ordina-
ria. Viste de drama, siempre maltrajeada, y mira con
desconfianza.
La que abandona se queda con el poder… y quien
tiene poder lo usa y abusa. Como desea que la sigan
queriendo, no deja que la otra (la abandonada) se
desprenda totalmente. Todas queremos que nos
quieran y damos señales ambiguas y confusas, do-
bles mensajes: “yo te quiero, serás siempre mi gran
amor, mi gran amiga, la madre de mis hijos… pero
Julia me fascina”… “Tú me fascinas, Julia, pero Ella
es la madre de mis hijos”…
Humillada y desdichada, inicia un sinnúmero de
estrategias para vengar el abandono, recuperar el po-
der y el orgullo herido. Interpreta a su favor todas las

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M A R G A R I TA P I S A N O

señales equívocas recibidas: “a quien quiere es a mí,


¿viste cómo me miró?”. No hay gloria más grande que
recuperar al rebelde. Tiene de aliados a la religión, la
familia, los amigos, el sentido común instalado, y un
botín que son los niños, los muebles o los discos. Así es
la Ruptura maltrajeada de la simbiosis parejil.
El amor cuando se acaba, se acaba y se acaba para
ambas, el amor es un intercambio. Queda el drama
para saber que vives (“¡sufro tanto!”), además de las
costumbres, los apegos, la comodidad y un…

…Qué voy a hacer el lunes…


el vacío después de la simbiosis parejil

El cuento de la media naranja no corre, la mayo-


ría de las personas corre para otro lado.

La comedia de equivocaciones

Cada persona fantasea sobre sí misma. En el sis-


tema parejil, estos personajes aparecen en gloria y
majestad, pues son los que carecen de defectos y sir-
ven para conquistar. Pensamos que no nos querrán
como realmente somos, tampoco tenemos muy cla-
ro quiénes somos. De esta manera, en el sistema
parejil nos designan e interpretamos diversos perso-
najes. Rápidamente, comienzan las demandas insa-

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

ciables de amor, pues ninguno recibe el amor en


realidad, ya que éste se proyecta sobre los persona-
jes inventados, inexistentes. En consecuencia, nadie
se siente realmente querido.
Lo que comienza con dos tomando el desayuno,
termina con muchos fantasmas interviniendo la co-
media de equivocaciones parejil. “Después de vein-
te años me di cuenta repentinamente quién eras tú”.

El espacio de la sexualidad
(el espacio del misterio)

Nadie sabe de sexualidad: ni médicos, psiquiatras,


filósofos, curas ni nosotras. Es imposible que sepamos
algo de sexualidad si, hasta ahora, se ha mirado el
mundo con una carga misógina. El espacio de la sexua-
lidad ha sido el lugar de las prohibiciones y sancio-
nes, el lugar de los pecados, impuestos, principalmen-
te, sobre el cuerpo de las mujeres. Sobre este cuerpo
marcado por la misoginia, el sistema masculinista ha
construido un doble discurso de odio-amor, admira-
ción-desprecio, entrega-resistencia.
Entender, hoy, el espacio de la sexualidad como
un lugar importante de aprendizajes y de comuni-
cación, que usa el lenguaje del cuerpo y de todos los
sentidos, es un cambio radical. Entenderlo como un
lugar sagrado que merece excepcional respeto como
todo lo que tiene que ver con nuestros cuerpos y

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M A R G A R I TA P I S A N O

nuestro amor propio, como todo lo que tiene que


ver con nuestra libertad.
Así, podemos vivirlo como un espacio dinámico,
diferente siempre, según cómo accedamos a él, se-
gún cómo nos sintamos en el momento (alegres o
tristes) y en nuestras vidas (animosas, expansivas o
replegadas). Así, al “hacer el amor”, éste estará con-
dicionado a nuestra conexión propia, a nuestras
necesidades de reír o llorar, de comunicarnos, de
abrirnos. Esta expansión, esta apertura, procura que
este espacio sea de sanación; en general, muy mal
usado de anestésico para evadirnos de nosotras mis-
mas… sanar es atrevernos a comunicar de verdad.
Jugamos a madre e hijo, a niña o niño jugueto-
nes, con palabras y tonitos, o bien, con un simpático
gordo o gorda, chino o chinita, mi viejito, mi vieja,
perrito, chanchita, papi, mami, etc., buscando en
estas palabras, en estas edades, el permiso para ex-
presar los deseos o sentimientos. Evidentemente, lo
adulto nos incomoda y hacernos las niñas nos
desresponsabiliza de expresarnos y nos evade del
presente… Cuánto habrá de incestuoso24 en ello y
cuánto de comunicación enferma nace en este es-
pacio, permeando todas nuestras relaciones.

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El incesto es un tema pendiente que quiero desarrollar en al-
gún momento.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Programas fundamentales
de representación de personajes
para el amor y para “hacer el amor”

Los sugerimos como juego para poder entrar real-


mente en nuestros dolores y abandonos, llorándolos
sobre otro cuerpo y, de esta manera, inventar nues-
tras desnudeces hablantes. Así crear un espacio de
sanación y de alegría, de verdad comunicante.
Si vivimos la sexualidad en el espacio animal-irra-
cional como perritos sin historia, como hormigas pro-
gramadas y ritualizadas, desconectadas de nuestros
pensamientos y tumbadas con un cuerpo sin cabeza,
la transformamos en el espacio de mayor deshu-
manización. De ahí la importancia de ponerle pala-
bras al cuerpo sexuado y narrar el sexo-amor, consi-
derándolo un tema entre nosotros, antes, durante y
después, y no un acto adivinatorio ni del silencio. Sólo
así iremos construyendo una cultura sexuada y cor-
poral, para transitar hacia un cambio civilizatorio.

La fiesta que queremos

¿En qué fiesta queremos estar? Es la primera pre-


gunta que debemos hacernos y respondernos, de-
jándonos fluir, junto con el desprendimiento que
significa la elección, para no añorar el lugar en el
que no estamos.

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M A R G A R I TA P I S A N O

Siempre se nos presentan tres o cuatro oportuni-


dades para elegir con quién estar. La fiesta contiene
la fantasía de la búsqueda del pasarlo bien, gozo-
felicidad-sexo. Corres de un lado a otro, porque no
te quieres perder ninguna oportunidad. Corres y
corres, buscando la felicidad; y a las seis de la maña-
na vuelves a casa muy cansada y con una bolsa de
frustración, pues no estuviste en ninguna parte.
Te dices a ti misma que este correr detrás de una
fantasía, no sirve y por mucho que te muevas no
encontrarás la fiesta que quieres, porque la fiesta eres
tú. Yo quería ser arquitecta, pero también estudiar
teatro; quería casarme, pero ser soltera; quería ser
heterosexual, pero también lesbiana. En qué fiesta
quiero estar…

El círculo del descontento

Nos han enseñado a correr detrás de metas, sin


estar contentos, finalmente, en ninguna parte. Corre-
mos detrás de un título universitario, dejando el alma
en esta carrera. Al tenerlo, nos damos cuenta de que
no valía la pena por todo lo que dejamos de vida
atrás. Corremos detrás de un amor, un auto, una casa,
una familia y así infinitamente. Buscamos la medalla
de oro de las olimpiadas. Ojo con esta medalla, pues
sus costos son de “cuerpo y alma”.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

PERSONAJES QUE ACOMPAÑAN A LA PAREJIL PAREJA


(ANTES, DURANTE Y DESPUÉS)

Doña Esperanza
Gorda, asomada, preguntona, lateada. Románti-
ca amorosa, baila vals. Tramposa, siempre espera
cambiar-lo o cambiar-la. Siempre se esperan mi-
lagros.

Don Celo
Neurótico, obsesivo, inseguro, mitómano, mace-
teado, masculinista-femenil. Generalmente anda
enredado con la Imaginación, con la Metro
Goldenmayer; odia a la Humora. Conocido como
Otelo en los bajos mundos, es feo y, sin embargo,
lo quieren. Se lo usa, comúnmente, como medi-
dor del amor.

La Señorita Guardiana del Teléfono


Esclava del reloj, siempre lista. Su mirada fija en
el aparato telefónico. La oreja esperando el ring-
ring. Lleva una lista pormenorizada de toda lla-
mada de amor, querencia, amistad o similares.
Controla eficientemente los horarios.

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M A R G A R I TA P I S A N O

La Señora Varias Penas de Tristeza


Pesimista, desencantada, arrastra los pies, siem-
pre tiene sueño y es una casada.

Doña Ego
Picota, orgullosa, salva siempre la situación; se
cree adorable e idolatrable. Se cree única.

Don Ego
Sordomudo.

La Ruptura o la Abandona
Ordinaria.

La Humora
Salva vidas en traje de marinerita con vuelitos. Le
gusta el mar… le gusta todo. A veces desaparece
por otros mundos, y sin la Humora todo se va a
pique, al fondo del mar, o sea, al hoyo.

La Amor Propio
Receptora de toda clase de prejuicios, siendo la más
hermosa. Se la confunde con Doña Ego, su prima
hermana. Siempre están a punto de morir en la
hoguera. Son únicas, sin ellas no se puede vivir.

La Impaciencia
Tiene un tonito exasperante, es apocalíptica. Su
novia, la Fantasía, la mata y cae al hoyo estrepito-

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

samente. Sólo la salva la Cruz Roja, que es una


voluntaria con buena voluntad para socorrer co-
razones chorreantes.

La Cruz Roja
Llegó con la guerra y salva lo insalvable, al patriar-
cado. Ella es alta, rubia y muy femenina, con ai-
res del norte, por eso es buena. Tiene un uniforme
inmaculado y orgullosa luce su cruz. Abastecida
de sus propias necesidades, consuela el llanto de
las mujeres y cicatriza las heridas de los soldados,
siempre desconocidos.

La Espera
Es doble cara la espera cuando des-espera. Cré-
dula, se cree todo lo que le dicen, anda con la
Esperanza a cuestas (tienen amores, cuentan) y
reinventa todo lo que no está a su favor y, por
supuesto, no sabe de desprendimientos, se que-
da pegada… durante años y años. Espera.

Las Otras Yerbas


Grupete de simpáticas amigas, acogedoras… en
las buenas y en las malas.

La Ausencia Detti
Mala compañera, siempre está lejos, es pésima
consejera. Aconseja a la Depre.

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M A R G A R I TA P I S A N O

La Depre
Anda metida en todas partes. Aunque no mete
ruido, susurra constantemente. Se usa como jus-
tificativo del Desamor.

Desamor
Personaje siniestro y pretencioso. Frío, de dudosa
procedencia. Cíclico como la misma naturaleza.

M. Pisano
Querida, querible e insoportable.

Las Pajareras
Toda clase de pájaras que no aprenden a querer-
se todas juntas. Juegan a la pinta y no reconocen
quién la lleva; todas hablan a la vez, buscando
otras tierras en la historia.

La Asuma
Nombre de la fundadora del Movimiento
Feminista Rebelde del Afuera Unipersonal
Asumalotodo.

La Nunca Nada
Yo no puedo, yo no puedo, mis hijos, mi marido,
mi mamá, mi papá, mi abuela, no me dejan, no-
nada. Muere a-no-nada-da.

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

La Jardinera
Experta en malezas, cojea de la pierna izquierda.
Desmaleza los discursos de reiteraciones, victimi-
zaciones y manipulaciones, las peores plagas que
invaden la vida y el jardín. Es enojosa cuando no
queda nada que valga la pena. Encuentra que
nada se expresa, que todo se camufla y que el
miedo lo invade todo… la maleza va comiéndolo
todo. A veces la jardinera ya no quiere plantar
nada, porque el trabajo es agotador.

El Metro
Lo mide todo para dar las medidas que corres-
ponden, le cargan las amebas inmedibles (la
ameba es el territorio donde trabaja preferente-
mente la Jardinera, por supuesto que sin resulta-
dos). En el barrio se reían del Metro y le decían
Medidómetro. Sin Metro no existe la medida y
menos la Buena Proporción.

La Buena Proporción
Señora encantadora que sabe mucho de vida y
arte. Consejera de la Buena Vida.

La Metro Goldenmayer
Productora de toda clase de películas románticas
que se las pasa a todas las Pajareras, a las Otras Yer-
bas y, en especial, a la Amor Propio para derrum-
barla. Es tremendamente informante y deformante,

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M A R G A R I TA P I S A N O

ambas cosas a la vez. Produce seres humanos cojos,


mancos, tuertos, sordos e incompletos, sumergidos
en el mar negro de las fantasías más amorosas y si-
niestras.

La Loba de Mar
Personaje del fondo del mar que recoge a las que
se van a pique, a las muertas de amor, a quienes
asesina la Esperanza. No las resucita en el román-
tico amoroso, sino que se las come.

La Costumbre
Especie de animal voraz, con alas y garras, que
ataca todo espacio parejil a la vista. Cuenta con
un súper radar para detectarlo. Siempre perte-
nece a algún sistema militante.

La Angustia
Esa desconocida que cae pésimo. No es amiga ni
amante y se instala por días y semanas.

El Malenterador
Flaco, cobarde, en constante conflicto con la Ver-
dad, ni la rechaza ni se decide con ella. Con él te
malenteras, o sea, no eres entera ni te enteras.

La Interés Humano
Se la confunde con el Pelambre, pero es distinta.
Como dice su nombre, está interesada en cono-

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JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

cer a las humanas. No usa sus conocimientos para


el poder.

Señorita Cansancio
Siempre cansada, reventada de trabajo. Nunca
llega, apurada llama para que le hagan el resu-
men de la reunión y le cuenten todo. Es cómoda,
de patitas cortas como la Mentira.

La Sargento
Pisa fuerte, habla poco y manda mucho. Varias
personalidades: sargento británico, yanqui, ale-
mán, chileno y lésbico…

La Mentira
Patitas cortas que no llegan a ninguna parte…
así dicen. Dicho popular desmentido por La His-
toria. La Mentira, sumamente implicada, enreda-
da, enamorada del poder.

La Gato Pardo
Mujer vestida de Gato Pardo. Estira su cuerpo
delgado y sentada en las alturas, juzga su alrede-
dor con una mirada ausente. Y dice: “que cambie
algo para que nada cambie”.

La Novicia Rebelde del Afuera (ver cuento anexo)

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M A R G A R I TA P I S A N O

El Rumor
Mata calladamente, dejando viva y sin huesos al
objeto de su rumor; muerte especialmente cruel.
El Rumor es de sexo masculino, pero ha sido ejerci-
do fuertemente por el sexo femenino. Es inataca-
ble y deja a su víctima indefensa, paralizada, desar-
mada. Toda la investigación que se ha desarrollado
sobre él, ha fracasado, como si fuese un virus sin
antídoto. El Tiempo, a veces, lo vence. Se piensa
que sólo con un cambio civilizatorio puede llegar a
desaparecer. El Rumor es turbio y le quita toda se-
guridad afectiva a quien ataca. Se sitúa en la vereda
contraria a los Datos de la Realidad.

La Identidad
General en Jefe del Ejército. Personaje de mu-
chos contra-méritos que obliga a buscar el regi-
miento correspondiente. Los límites de cada ba-
tallón son ambiguos, por lo tanto, puede tener
una, dos, cuatro, cinco… muchas identidades;
pero, al final, el regimiento decide.

Berni
Varón sensible. Él sí que no es machista. Él respeta
y ama a las mujeres, incluso se declara feminista y
femenino. Está dispuesto a darnos todo lo que le
“pidamos” de sus inventos: igualdad, libertad y
sexo; y también, ayuda en la cocina, más aún, él es
cocinero, siempre que se lo pidamos, seamos agra-

162
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

decidas y no luchemos por ello. Existen varias ver-


siones. Berni I: pinta de Jesucristo con ciertos ai-
res “retro”, barba, sandalias y pelo largo; trabaja
con la Cruz Roja o en las ONGs, también en los
Derechos Humanos, en la iglesia y en los ejércitos,
es un ayudista salvador, buenito, y no se hace res-
ponsable de lo que hace el resto de los varones.
Berni II: el súper hombre moderno, preocupa-
dísimo de su físico, de su look, atlético; ha mejora-
do su nariz con la cirugía y piensa en el implante
de cabellera y en ciertos estiramientos. Berni III:
especie de Casanova moderno, que usa la femini-
dad MUCHO MEJOR que las mujeres, su intuición y
su sensibilidad nos superan, además practica el
“madrerismo” con sus hijos y sus novias. En fin, las
versiones transitan con mucha facilidad entre lo
masculino y lo femenino; total, los dos géneros les
pertenecen. Lo insoportable de los Bernis es que
multiplican su poderío, reclamando el amor y la
admiración. Se podrían seguir enumerando
Bernis: rubios, azules o amarillos. Hay unos que
nos envidian el llorar y parir, como si fuesen nues-
tros grandes privilegios; y disfrazan su tendencia
cafichesca románticamente.

La Amante
Producto de la parejil pareja. La Amante I, La
Amante II, la III, IV, V, VI... Ordenadas, de acuerdo
a su aparición en el tiempo, duración, intensidad y

163
M A R G A R I TA P I S A N O

efectos producidos. Toda Amante que cumple con


este ordenamiento, mantiene la seguridad de su
permanencia. Las Amantes responden a catego-
rías: oficiales, clandestinas y circunstanciales. Es-
tas últimas son las más aceptadas, pues casi nacen
y mueren al mismo tiempo. El objetivo fundamen-
tal de Las Amantes es que siga andando el siste-
ma de la parejil pareja, con mayor o menor éxito,
de acuerdo a las creencias y seguridades que lle-
ven los tiempos. Ejercen de renovadoras y
removedoras, de lustra muebles y, en fin, de
plumeritos mayores o menores.

La Psicóloga
Especie abundante del siglo XX y más abundan-
te aún a principios del XXI. Viene a reemplazar
al cura, al confesor, a la amiga íntima, al tacho de
basura. Se distinguen los siguientes tipos de psi-
cólogas: la de consulta, la de café y la amiga con
experiencia, muchas veces esta última apoyada
por el Tarot. Total, impregnan nuestra vida y nues-
tras relaciones, siempre hay más de una psicólo-
ga interviniendo, aconsejándote lo que debes tra-
bajar-te. Hay una tendencia muy clara de consejos
sobre la obediencia debida: a la institución, al tra-
bajo, al matrimonio, a los hijos, etc. Para la psicó-
loga, todas las incomodidades y rebeldías contra
el sistema, hay que trabajar-se-las. Las psicólogas
están en todas partes poniendo orden y contro-

164
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

lando cualquier salida de madre: colegios, me-


dios de comunicación, iglesias, bancos, empresas,
matrimonio, en los deportes, en el gobierno. En
fin, es esta especie no tan nueva que ha ido
permeando de trabajos toda relación existente,
controlando –con sus prácticas y discursos– las
rebeldías, para volverlas a su cauce normal.

El Pedófilo
Varón, producto natural de esta cultura de domi-
nio, dueño de su cuerpo y de todos los cuerpos
que serpentean la tierra.

Los Chilenos Chilenísimos


Son todos aquéllos nacidos por estos lados. Son
chilenos con mucho Chile, con tanto, que pasan
definiéndose chilenos. A cada rato, esta auto-
imagen se derrumba, porque somos iguales a to-
dos los países; los chilenos somos insoportable-
mente autorreferidos, siempre nos leemos como
si fuésemos un aparte del mundo, tanto en las
buenas como en las malas… como todos los paí-
ses. Es una enfermedad de país.
Los Chilenos son de aquella especie masculinista
que se esconde entre las faldas de mamá. Todos
son niños chicos y medio desvalidos. Esta condi-
ción los hace prepotentes, al fin y al cabo –como
todos– se creen únicos. Son los gringos de Amé-
rica y como ellos, arribistas… Como latinoameri-

165
M A R G A R I TA P I S A N O

canos incrementamos la legión de inseguros, tal


como las mujeres dominadas para servir a quien
las domina. Y como a un niño al que su hermano
mayor le roba los juguetes, nos roban nuestros
lagos, los árboles, nuestro mar, los juguetes, nues-
tras riquezas. No somos capaces de pensarnos a
nosotros mismos, con autonomía, pues ésta se
quedó pegada en los lazos de los poderosos.
Los Chilenos Chilenísimos permean sus discur-
sos en la prensa, en los medios, en la política, en
el arte y en todos los ámbitos con su Chile chile-
nísimo. Me aburren los países ísimos, pero el pla-
neta me entretiene tanto como sus habitantes.
Recomendable para quien lea estas palabras, es
cambiar Chile por el nombre de cualquier otro
país: los alemanes alemanísimos, los argentinos
argentinísimos, los gringuísimos…

Doña Manipulación
Bicho difícil de atrapar con patitas hábiles para
saltar (parece una pulga). Carece de antídoto
conocido. Flaca y ágil, se parece a un resorte, se
estira y se encoge. Todo lo que toca, lo toca con
intenciones escondidas. Le gusta dominar des-
de las sombras nunca en descampado. Don Si-
lencio es su gran aliado, juntos dirigen la Come-
dia de Equivocaciones y su escenario favorito, la
feminidad.

166
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Gato de Yeso
También le dicen el Cara de Palo. Valoriza, por
sobre cualquier cosa, la obediencia y las buenas
costumbres; típico de los amaestrados por el siste-
ma. Lo importante es no traslucir lo que piensa,
no discutir, no criticar y rescatar siempre lo “posi-
tivo”. En fin, es un gran negociador de sí mismo.
No sospecha que tenemos cuerpo, cara, manos,
boca, dedos chicos y palabras. No sospecha que el
sistema de domesticación deja las manos quietas y
el cuerpo escondido, atrapándonos y dejándonos
sólo en el gesto de buena educación.

Don Silencio
Es doble espacio. Se presenta acompañado de
Doña Manipulación en las relaciones y se presta
para poder vivir la vida. Sin el Silencio no existe
la música. Hay que resignificarlo con cuerpo
mujer, porque es demasiado varonil.

La Aduladora
Vive en el reino del Buenismo y tiene lengua de
perrito faldero. Y es mala, mala, mala…

IMAGINE, IMAGINE USTED, SEÑORA…

La Civilizatoria… (sin Rumor)

La Buena Vida…

167
La Novicia Rebelde del Afuera

Cual Novicia Rebelde, fue vestida de primavera, de


la mano de su madre científica, a perturbar el cole-
gio de su hermana. El colegio moderno disfrazado
de inglés –The Old England Toffee School– propo-
ne una semana al año dedicada a cada uno de los
alumnos del curso; esta dedicación consiste en que
todos los demás le dicen al elegido cuánto lo quie-
ren. Falso, más falso, lo más falso. Lugar al que na-
die del AFUERA puede ir a meterse. Todos le lustran
el ego al personaje semanal, no, error, desgraciada-
mente, no es el ego, sino el corazón chorreante. Y,
de paso, todos se lustran el propio corazón.
Esa semana le tocaba a su hermana de nueve años.
La Novicia Rebelde del Afuera, ingenua ella, cual
Juana de Arco, fue a dar sus batallas, con padrastro,
madre y hermano, todos dedicados a la niña, a quien
había que llevar a los cielos del amor en razón del
amor. (Una puede instaurar el día del ego y dedicar-
se a lustrarlo, agrandarlo, sacarle brillo, no parece
mala idea. Incluso se podría inaugurar El Día Mun-
dial del Ego de las Mujeres). Según cuentan las ha-
das del amor, no del ego, en este moderno colegio

169
M A R G A R I TA P I S A N O

–elegido por su madre en veremos– sucedió lo que


relato a continuación. La Novicia Rebelde me dijo:
–Yo iré y haré las cosas que me has enseñado.
Sin embargo, la Novicia Rebelde salió con las alas
rotas, los pies chuecos y el corazón adolorido de ver
tanta misoginia junta, todo revuelto en el más her-
moso merengue de amor (¡pobre Novicia!, la Juana
de Arco, hoy, es su sombra sin armadura. Ya lleva-
mos dos cafés tratando de recomponer sus alas).
Al salir del colegio, Novicia le dijo a su madre:
–¡¡¡¡Viste lo sexista de este mundo: los niñitos can-
taban canciones sexistas, y las niñitas eran mudas y
tan señoritas!!!!
Madre no entendía lo que Novicia decía:
–¿Cómo?, si todo estaba tan lindo, todo el mun-
do le decía a tu hermana cuánto la amaban.
Mientras, la pequeña se reía con ese gesto de
humildad ensayado por las mujeres durante siglos,
madre no veía, no entendía, a pesar de que estudia
la reproducción asistida hace años. No se dio cuen-
ta de lo que pasó enfrente de sus ojos y continuaba
orgullosa de la niña tan querida, sin entender la re-
beldía de su otra hija. Terminaron de despedirse de
este fatal día. Pero la fatalidad no había terminado
para la tal rebelde feminista, pues en la noche del
sábado dijo:
–Bueno, iré donde mis amigas que me entienden,
les leeré un artículo que escribí con el sudor de mi
frente y con esfuerzo para que no sea pisanista.

170
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Con el arma bajo el brazo y tratando de sanarse de


esta visión del patriarcado, partió donde aquéllas, las
que están en el portal de la adultez, de su misma edad,
adultas jóvenes, llenas de vida, de rebeldías y abortos.
Cuál no sería su sorpresa cuando le dijeron que era
una latera, que el feminismo ya no corría y que el
artículo era evangelizador. Estas adultas jóvenes, aún
adolescentes, creyentes del amor, están todas enamo-
radas de un huevón y de una mujer. El amor válido,
por supuesto, es el del macho, el otro es pura amistad
y vaga en el más profundo de sus inconscientes. To-
das quieren besar a la Novicia, pero como amigas,
aunque le han hecho propuestas indecentes.
Después de la experiencia de evangelización, ca-
vilando por el camino acerca de lo que pasaba en
esta vida, llegó una mañana cuán muchacho rebel-
de reclamándole a Lenin “que nadie le hacía caso”.
La vieja que constantemente está escribiendo que el
patriarcado está peor que nunca y vivito y coleando,
se llenó de ese orgullo tan característico de ella, su
ego se engordó y le dijo:
–Viste, yo te lo he dicho.
(Frase más cargante que le pueden decir a una).
Entonces, la Novicia se preguntó con ingenuidad
por qué el feminismo no ha penetrado con más efi-
ciencia el orden existente. La vieja le dijo:
–Tení’h que entender lo que yo escribo, poh; el
fracaso de las demandas y las políticas del feminis-
mo es histórico.

171
M A R G A R I TA P I S A N O

Éste es el cuento de las rebeldes y los espíritus


heroicos y, efectivamente, de las evangelizadoras. Y
este cuento se acabó, porque no tiene vuelta si se
trata de ir a evangelizar o de salvar de a una a las
hermanitas del mundo.

172
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

LO FEO Y LO BELLO
LOS DESEOS DE CAMBIO Y/O EL CAMBIO DE LOS DESEOS25

Toda persona tiene un listado más o menos cons-


ciente de lo que encuentra bueno y malo, bello y
feo, que descansa en el más convencional sentido
común instalado por esta macrocultura.
Propongo que cada quien haga sus propios
inventarios, reconociendo sus creencias y sus decep-
ciones e interrogando lo que realmente ve, hace,
piensa y siente. Por ejemplo, en uno de mis prime-
ros listados, encuentro fea a una pareja bailando vals,
tango o bolero… porque en estos bailes se expresa
el dominio-conquista de los varones y la participa-
ción colaboradora-sometida de las mujeres. Es de-
cir, el amor romántico amoroso en el que perdemos
nuestra capacidad humana de pensar, posibilitando
la violencia (y eso es muy feo).
Mientras nos sigamos emocionando con estas

25
Publicado en Revista Sapiens, Puerto Montt, Año 2, No 3, enero
2003.

173
M A R G A R I TA P I S A N O

ideas-valores, perpetuados por los poderes y la his-


toria, no cambiamos realmente. No sirve el rechazo
racional o teórico desligado de lo emocional, ni vi-
ceversa. Al salir a la calle, todos bailan vals con la
música que sea. Esto no implica que no encuentre
bello un cuerpo expresado en la danza.
Esta macrocultura descreída de sus propios dio-
ses, no es capaz de asumir su descreimiento, por lo
tanto, los reinstala constantemente en su decepción.
Si se separa el arte de esta moral omnipotente, más
se acerca a la libertad, señalándonos la necesidad
de abandonar la macrocultura vigente.

LO FEO

Encuentro feo y muy feo el contenido de domi-


nio/esclavitud que inunda las relaciones de las per-
sonas.
Encuentro fea la culpa por tener un cuerpo.
Muy fea la heterosexualidad obligatoria.
Encuentro feo y muy feo el amor a la patria, el
amor a los uniformes y a cualquier camiseta.
Encuentro casi grotesco el matrimonio (otra ca-
miseta).
Encuentro feo tener que pagar para mirar.
Muy feo que el papa se sienta poseedor de la moral
y que, además, se sienta el mayor experto en la mo-
ral natural.

174
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Me parece muy feo un cuerpo no expresado con


sus silencios cómplices del dominio.
Encuentro feos y muy feos los desfiles militares
(me recuerdan miles de cuerpos destrozados) y los
desfiles de aparatos de guerra (veo en ellos la repre-
sión de los pueblos).
Qué fea la maternidad obediente.
En realidad, el ser obediente.
Encuentro grotesco no estar entera y ser la me-
dia naranja de alguien.
Encuentro grotesco quedarse pegado en la tradi-
ción.
Fea y muy fea es la historia inundada de héroes.
Feas y muy feas, las catedrales –también las góti-
cas. No puedo mirarlas sin ver en ellas la quema de
mujeres y sus cuerpos clausurados.
Encuentro feo un Alfa Romeo contaminando el
aire y muy fea toda expresión de depredación del
planeta.
Encuentro feo y muy feo que necesitemos niños para
no estar solos y para perpetuar nuestros nombres.
Encuentro fea la navidad y que un niño tenga que
venir a salvarnos.
Encuentro feo y muy feo matar árboles para man-
tener los diarios, las revistas y el papel de regalo.
Encuentro muy fea a la virgen… y al virgen.
Encuentro feos y muy feos a los filósofos…
misóginos.
Qué fea la masculinidad.

175
M A R G A R I TA P I S A N O

Y tan fea la feminidad.


Encuentro fea y muy fea la macrocultura que nos
contiene.
Feas y muy feas son la caridad, la tolerancia, la
solidaridad…
Encuentro feo y muy feo que la homosexualidad
reproduzca los modelos de la heterosexualidad
parejil.
Grotesco, un Picasso en la bóveda de un banco.
Encuentro feo y muy feo jurar amar para siempre.
Encuentro fea y muy fea la felicidad envasada.
Feísimo, el amor obligado. Feísima, la consangui-
nidad y sus intereses.

LO BELLO

Para quienes estamos mirando por otra cultura, la


mayoría de lo bello está pendiente. Sin embargo…

…Es bello y muy bello diseñar la propia vida.


Muy bello, decidir sobre el propio cuerpo.
Bello, bello, el amor propio.
Bellísimo, estar expresada.
Encuentro muy bello el desprendimiento, incluso
de la vida misma y decidir sobre la propia muerte.
Encuentro bellas y muy bellas las relaciones basa-
das en el respeto humano.
Encuentro bello el cuerpo humano.

176
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

Y muy bello el pensamiento no condicionado.


Bellísimo, traicionar la feminidad y la masculini-
dad que la contiene.
Encuentro bella y muy bella la libertad… (*)

(*)¿Qué significa la libertad para una mujer que


tiene una historia totalmente distinta a la de los hom-
bres?
La libertad, la igualdad y la democracia no me
contienen, pues están pensadas y significadas desde
un cuerpo ajeno.
Nuestro cuerpo de mujer vivencia maternidades,
experimentamos la simbiosis y el desprendimiento.
Para nuestro cuerpo cíclico la libertad es otra.
La libertad de los hombres ha sido relatada des-
de lo heroico y a las mujeres se nos ha impuesto esta
simbólica. La memoria nos recuerda permanente-
mente nuestra extranjería en este mundo.
La cultura vigente nos impone la idea de libertad
en una aparente neutralidad. Las grandes epopeyas
han sido narradas por y para la libertad masculina.
Sabemos que las guerras son luchas de hegemonías
y poderes masculinos. Nadie ha hecho la guerra por
las mujeres en estado de extrema esclavitud. En una
cultura que plantea la idea de un hombre superior,
lo que realmente existe es una deformación de la
libertad. Este concepto de libertad se construye so-
bre los límites que la constriñen y la censuran. Apro-
piarnos de la libertad en su totalidad se transforma

177
M A R G A R I TA P I S A N O

en una transgresión y en un abismo, se le impone


límites arbitrarios: el respeto al otro, ¿en una cultu-
ra de dominio?.
La libertad se necesita en plenitud para poder
pensar, crear y ser persona. El desafío en este mo-
mento es empezar a pensarnos como un cuerpo
sexuado libre, y ponerle a nuestra libertad símbolos
y valores, saliéndonos de la dinámica del dominio,
en la que sólo es posible una libertad condicionada
por guerreros. El sistema enseña el dominio, no la
libertad. Qué es ser hombre en esta cultura, no lo
podemos ni siquiera imaginar, así como ellos no
imaginan qué es ser mujer. Por eso, ¿de qué libertad
estamos hablando, si estamos acopladas a un siste-
ma cultural que está hablado y simbolizado por un
cuerpo varón dominante?

178
DATOS DE LA REALIDAD PARA UNA VIDA
EN DESCAMPADO Y A PLENO SOL

• No todo es en serio, pero no hay nada que no sea


serio… Son los “datos de la realidad” a riesgo com-
pleto, pero así es vivir la vida…

• Tú no eliges contarme… Tú no te relatas. De


alguna manera te he ido contando mi mirada
del amor, de la pareja, de cómo vivo, también
de las carencias que he tapado y de las elec-
ciones de cotidianos que me son indispensa-
bles para una buena vida.

• Quiero decir algunas cosas…


1.- Yo elegí mis soledades, sola.
2.- Yo elegí mi tránsito por los años viejos, sola.
3.- Yo elegí vivir mis miserias, sola, sin testigos.
Y también elijo que quiero una compañera, inven-
tando una otra con/vivencia.

• Al final, una siempre elige por una. Vota por


una misma. Elige la vida, la propia, incluso en
las situaciones de sacrificio. El heroicismo, el

181
M A R G A R I TA P I S A N O

buenismo y toda esta clase de ismos, escon-


den la opción por una misma. El suicidio es
una elección válida. Esta cultura es del sacri-
ficio y del castigo.

• Viví una larga semana donde los jueves eran do-


mingos. No hay teléfonos que valgan y nada vale
un teléfono-espera. Llegó la Angustia, esa descono-
cida que me cae pésimo y que no es ni amiga ni
amante, y se instaló sin soltarme durante todo el
día. Me produce terror que se/me Mal-entere.

• Puedo asumir no disfrazar lo que siento y hago,


corriendo los riesgos del Desamor, puedo com-
prometerme a mantenerte informada de cómo
te quiero, que es bien distinto de por qué te
quiero…

• Tango
Hay algo que quiero salvar de este naufragio, para
no quedarme pegada en un silencio… Necesito
claros y nítidos datos de la realidad totalmente
explicitados… ¿Qué es lo que estás eligiendo? ¿Por
qué y cómo? ¿Qué es lo que no estás eligiendo?
¿Por qué y cómo?… Así de tanto saberte podré
recuperarme/te…
Qué facil es quedarse tranquila en la sombra de un
buen árbol, escondida…

182
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

• Qué es lo que no quiero ver


Siempre hay algo que una (yo) no quiere ver
en las penumbras del pensamiento.

• Yo
No puedo entender estas clausuras, no puedo en-
tender el amor que no conoce de libertades. El amor
de clausura es sólo consanguinidad imaginaria,
obligatoriedades de muerte más que de vida. La
única obligación son los datos de la realidad y siem-
pre que sean mutuos, porque sino son “datos al
enemigo” y serán usados en tu contra… También
hay otros más sutiles, los dardos, inventados y ve-
nenosos.

• Dar los datos de la realidad y asumir los cos-


tos, cuales sean.

A ESTAS ALTURAS DEL CUENTO O DE LA VIDA,


MUCHAS YA SABEMOS LO DIFÍCIL Y DOLOROSO
QUE ES… NO CONTAR FINALMENTE EL CUENTO.

Y está ese viejo tema de la pareja y los límites

• ¿Qué es lo que tengo que procesar en este com-


partimento? ¿Habrá un compartimentar posible,
desde mi forma de ver la vida? ¿Habrá un coti-
diano de compartimentos clandestinos, asumidos

183
M A R G A R I TA P I S A N O

desde la colaboración y no desde la posesividad?


¿Compartimentos informados desde las segurida-
des, construidas trabajosamente, no pedidas como
actos de fe, desde los datos de la realidad y que
además transite en sus modificaciones sabiamente,
con nosotras completas y en nosotras mismas, que-
riéndonos? ¿Es esto lo que debemos aprender?

• ¿Qué es esto de querer, sabiendo que nunca


podrá ser? Mentira, siempre se esperan mi-
lagros. Tengo miedo de que me conozcas
más, de que conozcas mis pequeñas mise-
rias, mis enojos, mis cansancios, mis impa-
ciencias… pero la cordillera me protege y
tu estar en pareja también me protege de
quedarme de nuevo en esa entrega/confian-
za con otra.

• Hablando desde mi libertad, puedo asumir los com-


promisos de vida que tienes y tengo, porque me
afectan, porque te quiero y quiero a otras. Y esto
no es un decir y, acá aparece otro límite, ahora con
otras seres humanas… Si descubriera que te tiene
atrapada la vida, que estás paralizada, te remecería
como pudiera, me iría a verte, para hablarte, para
hacer el amor. Si pudiera ejercer mi libertad real-
mente haría todo lo que no estoy haciendo y que
quiero hacer.

184
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

• De los costos: sumergirse en una pareja ya sig-


nificada tiene muchos costos de vidas enteras.
Salirse de las actuales formas de amar con sus
fidelidades y lealtades también los tiene. No sa-
bemos hacerlo, no hay modelos, no tenemos
cómo hacerlo con tantas inseguridades, caren-
cias y miedos con que nos socializan. Nos su-
frimos todo, porque en el drama nos sentimos
morir… y vivir. No hemos resimbolizado la vida
y menos el amor como para vivirlo de otra ma-
nera. Las proyecciones de propiedad sobre otra
persona son las formas de buscar finalmente
nuestras seguridades.

• Sé que si te asumo en pareja con otra, voy a


tironearte… ¡Todo de nuevo!: te estoy asumiendo
en pareja con otra y al mismo tiempo te estoy
tironeando, te estoy convidando a mi vida que yo,
claro, encuentro muy desafiante, porque mi vida es
la única aventura posible y válida.

• ¿A quién le estamos entregando el poder so-


bre nosotras? ¿Cuánto tiempo en la historia res-
pondimos a la familia? Aquella que juzga,
malama y finalmente nos instala en una socie-
dad a su imagen y semejanza ¿Cómo poder
vivir nuestros amores y desamores, de tal ma-
nera que sean una propuesta de respeto hu-
mano, más allá de las protecciones y de los

185
M A R G A R I TA P I S A N O

sacrificios de los moldes de propiedad y fideli-


dad patriarcal?

• OJO con la masculinidad y su fidelidad, pues ella


es masculina, determina una pertenencia válida en
la re-producción… Nuestra fidelidad es esa que que-
remos inaugurar y está basada en el respeto de la
otra, en su dignidad y en la validez de sus sentimien-
tos y pensamientos… Todo en experimentación, en
la disposición de la búsqueda, rompiendo los luga-
res comunes y los lugares sagrados.

• A pesar de que lo que siento sea de esos amo-


res que no se dan a cada rato en este mundo,
no se deben dejar pasar, pero tampoco soste-
ner a palos. Eso sólo es contravida…

• A todas mis conocidas


Me enrabio de no ser capaz de virarme de una
relación tan postergada, tan supeditada a otros asun-
tos, maltratada de esperas y abandonos, depen-
diente de otros pendientes… tan secundaria en este
amor…

• Quiero una relación abierta y como en una


volada de una noche, decía que quería de ve-
cina a una vecina existente, tocar el timbre y
pedirle una tacita de azúcar. Soy un ser lo
menos programado para estar en este claros-

186
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

curo, no es mi lugar natural, quiero una vecina


que me vea y me toque…

• No puedo entender que una le pertenezca a al-


guien, que nuestra libertad dependa de otra perso-
na, que la vida no dependa de una misma. Dirás
que es por amor, mentira, quién sabe, son tus mie-
dos de vida que la otra protege y cultiva…

• ¿Con qué o hacia quiénes estamos pensando


esta autonomía? ¿De la puerta para afuera otra
vez? ¿De qué estamos hablando finalmente?
¿De una neomoral autónoma, cargada con los
tópicos de la traición? o ¿trabajaremos de ver-
dad lo que es la traición?

• Abrirte a un espacio de libertad parejil y asumir


que como tú te enamoras de otra, Julia también
puede abrirse a amar a otra. ¿Eres capaz de so-
portarlo?

• Descubrir que la única fidelidad es con una


misma y eso no implica, aunque lo creas, daño
alguno, pues nada daña más que vivir y amar
dañada.

• Y por último tienes que asumir que cualquiera de


estas alternativas tiene un costo, que nada es gratis
en la vida y que la libertad siempre vale la vida.

187
M A R G A R I TA P I S A N O

• Cuando una se libera, también libera a quien


ama y eso es un descanso… Ya no te sientes
arrastrando ni siendo arrastrada por nadie,
ahora claro que esto puede doler, pero duele
sabiendo y eso es impagable, mucho más sano
a que te duela mintiendo, porque quieras o
no, no estás siendo injusta amando a otra, sino
ocultándole tu necesidad de amar o de ser
libre.

• Noticias
El patriarcado está en su salsa con esta construc-
ción convencional del amor. Así arma esta esca-
sez de amor, en el discurso del amor grande, úni-
co y para siempre, que al final mata a los amores,
a unos por culposos y a otros de tanto amor. Es
como la flecha de Robin Hood, la flecha del amor,
del amor bueno y salvador; pero que a veces se
confunde con el cuchillo de Jack el destripador,
que de malo es malo y una muere siempre de al-
guna de estas dos heridas, duelen lo mismo, ma-
tan lo mismo.

El celo: neurótico, inseguro, mitómano

Me acabas de llamar muerta de celos y estoy feliz,


de ver cómo la vida le gana a las palabras…

188
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

• Hoy estoy incómoda


A veces me pasa que estoy incómoda conmigo
misma, me siento fuera, me pierdo de mí. Como
si nada –ni piernas, brazos, cabeza, corazón,
dedos– estuviera relacionado entre sí, a ratos
cada parte, parte por sí sola y agarra dimen-
siones propias, olvidándose del resto… Enton-
ces hay que hacer memoria de cada parte, re-
ponértelas y aceptar tus sentires.
¿Qué partió por su cuenta? La incongruencia
de un discurso, el mío… sentí celos, les puse
resistencia, recurrí a mi teoría, pero nada, ahí
estaban. Mientras más los disfrazaba y escon-
día, más aparecían. Me he demorado, dos días,
dos semanas, dos siglos para aceptar tran-
quilamente lo que sentí, sin resistencias, sin des-
calificaciones, ni “deber ser”, viéndolos de frente
y de lado, tomándoles el peso y el color… sólo
así no disparan para el lado equivocado ni para
adentro… es como cuando, al fin, te aceptas a
ti misma queriéndote.
Los celos no se pueden mandar a guardar, ni
se mandan de paseo, ni se usan para el que-
rer ni para sostener nada, vienen con esta cul-
tura. Pero a veces sirven para darte cuenta
de tus inseguridades, de tus proyecciones y
de cómo te duele un amor, cómo buscas segu-
ridades en las promesas, en las palabras y que,
al final, no resuelven nada importante.

189
M A R G A R I TA P I S A N O

No quería más, se me perdió por dentro el amor


que te tengo, se me desproporcionó el alma y
se me instaló la incomodidad. Eran los celos y
un amor perdido en mi alma y no lograba pro-
porcionarme de nuevo, encontrarme...

Sobre el tiempo

Y corren los tiempos para mí de ti…

• Sé que para mí y creo que para ti esto es válido por


lo que de amor y amor a la vida tiene, esto es tan
válido porque ya lo estamos viviendo, como una vida
más. No es sólo un amor, sino una vida entera más,
dure lo que dure y tenga el espacio que tenga (Einstein
de nuevo). Una vida entera para rediseñarnos, re-
descubrirnos, rehumanizarnos y repolitizarnos. Crear-
nos personas nuevamente y sólo persona/persona.
En un constante crearse, yo puedo ser con otra y esto
es un transitar que ya está andando…

• Esto esperado, sin esperar, descarga la otra


espera tan esperada, entonces esperarte sin
demandas, sin proyectos de futuro, diluyendo
toda exigencia, abriéndome a lo que pueda, es
casi un reto que a ratos se me hace posible.

• Esa aproximación de nuevo al abismo… tenía ne-

190
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

cesidad de consuelo, tenía necesidad de ti, pero


también la necesidad de nada con nadie. Sólo yo
y esa espera espesa, sabiendo que ni mi cuerpo ni
yo, resistiríamos… hoy ya no te espero, porque es-
toy recibiéndote de a poco.

• No quiero más pendientes en mi vida, sola-


mente viviendo puedo responsabilizarme de mis
decisiones, lo demás es cuento.

• ¿En qué mirarte sucedió? Quién sabe, fue en una mi-


rada que quedó pendiente en el tiempo atrás del vivir
mi vida, quién sabe, fue un pendiente en cada amor
que he vivido. Este pendiente de amor, cuidadosa-
mente hilado en el tiempo, acumulado, reservado, es
el que aparece real y concreto ahora en mi vida.

• Quisiera saber esperar con esa tranquilidad


marcada por la experiencia de mis años…

• Tanto miedo vivido, tanto silencio, tanto control, no


decir, no exhibir… casi no estar, pero también tanto
descubrirnos en esos tiempos como mujeres; final-
mente, no se nos pasó la vida… nunca… aunque a
veces nos quedamos pegadas tanto rato…

• Me mueves toda la vida, todo lo aprendido no


me sirve de mucho, estoy pensándote y sin-
tiéndote, a veces casi constantemente. Tu foto

191
M A R G A R I TA P I S A N O

es una buena foto, como tú –me habla de tu


existencia–, es un certificado de presencia
como dice Barthes. Me hace bien tenerte en
mi cartera, puedo volver permanentemente a
encontrarte.

• Creo que es extraño este rebote en el tiempo…

• Viviéndonos ciertos tiempos-amor-posibles, ire-


mos conformando nuestra relación, mucho más
allá de estas nostalgias parejiles.

• Cómo no cuidaste lo que sientes, cómo no amar a


este amor tan oportuno. Justo cuando ya no podía-
mos con la vida, nos llega, nos remece y nos de-
vuelve a ella… cómo no lo reconoces…

• Hay tantas maneras de agarrar ese compro-


miso por otra persona, en el sentir amor mien-
tras dure el sentimiento… y el compromiso sólo
puede ser el cuidar lo más que se pueda este
sentimiento, que una vez que existe también em-
pieza a desaparecer como todo en la vida. Tie-
ne un inicio, un tiempo y un término…

• Todo se pierde en el camino, sólo queda una que


otra imagen que continúa con nosotras un trecho y
luego es sólo parte de nuestro pasado.

192
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

• Creo que te quedará un pendiente de amor, que


tarde o temprano nuevamente desafiará tu vida.
Sólo me queda el silencio y no sé si sirve.

• Festejarnos a nosotras con todo lo que somos: vie-


jas-sabias, amándonos con todos los recursos que
tenemos, con todo lo vivido apuntalando nuestras
propuestas de amor y de vida.

• Y cómo poco a poco nos fuimos encontrando


en mis necesidades y en tus necesidades de
tiempos tan distintos. Para ti este amor es a
destiempo, justo ahora con todo complicado,
trabajos, dinero, salud, etc. Para mí, justo ahora
después de varias muertes, tan a tiempo en
este retomar la vida…

El desprendimiento y la buena vida

No olvides, que tengo un tren muy moderno y


veloz y, según las instrucciones, para detenerlo debe
hacerse despacio y de a poco, para evitar daños.

• Conecto mi quererte a las cosas buenas de la vida


en que estás a cada instante.

• La proposición de “alejarnos despacito” removió


mi ternura por todo lo cuidadoso que conlleva,

193
M A R G A R I TA P I S A N O

pero como proposición de respetar mi libertad,


no vale, señora. Porque mi proposición de liber-
tad está en sentir lo que siento por ti en este mo-
mento y expresarlo y no hay pareja que valga…

• Este mirar/encontrarte, me ha devuelto un mirar


hacia otras mujeres que tenía clausurado. El des-
echar toda fantasía, dejar las cosas como están,
ya no es posible, no existe esa realidad… y porque
hay un límite ético conmigo misma y mi cuerpo,
contigo misma y tu cuerpo… Que les demos tiempo
a nuestros cuerpos para modificar sus sentires debe
hacerse sin maltratos y estar agradecidas de lo que
nos pasó, porque mejoró nuestras vidas.

• Cuánto miedo tienes de producir dolor, quisie-


ras que el vivir no tuviera estos costos. No hay
forma de vivir sin amarnos y desamarnos, todo
tiene un proceso, nada es permanente y pare-
jo… vivir es estar en movimiento. Podemos cam-
biar nuestra cultura para que haya menos do-
lor, menos injusticia. Podemos trabajar los
miedos, las culpas, los apegos, trabajar mu-
cho más el saber vivir, construir una cultura
más sabia. Pero dolor siempre habrá, no como
sistema, eso es lo que cambiaremos. Siempre
dolerá perder a alguien como te ha dolido a ti
tu compañero, no sólo por lo injusto, por la for-
ma y por un sistema que desprecia a los seres

194
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

humanos. Siempre dolerá perder un brazo, la


visión o la voz… o perderte a ti…

• No quiero que nadie se sacrifique por mí ni quiero


sacrificarme por nadie, no creo en mártires ni en
cruces para construir el respeto de lo humano.

• Lo íntimo, lo privado y lo público tienen que


estar bien hilados entre sí, para una buena vida.
Nunca sacrificar un espacio por otro, si así
fuera, si así nos lo viviéramos, sería contradic-
torio –por decir lo menos– con el nuevo diseño
de vida que proponemos.

• No hay espacio sagrado, todo siempre tiene que volver


a moverse, a mirarse, a re-hilarse en una misma.

• ¿De qué valen todos nuestros años de sabidu-


ría, si no sabemos desprendernos de a poco
de la vida? No como negación, sino de lo pura
buena que es… La vida es nuestra y la deja-
remos cuando sepamos de verdad irnos, por-
que sabremos de la buena vida sin vivirla tan
de menos. Sí que nos trajo cosas esta vida,
nos devolvió el cuerpo.

• Poco a poco fui asumiendo este sentimiento, al prin-


cipio casi como un juego, maravillada de mí mis-
ma por volver a querer.

195
M A R G A R I TA P I S A N O

• Estoy tratando de hacer una vida “normal”,


que es la única manera de transitar con cier-
ta cordura esta buena locura que me ha to-
cado.

• La naturaleza desdibuja sus límites de vez en cuan-


do… Entre tormentas, desdibuja su paisaje, confun-
de lejanías y cercanías, nosotras tenemos tormen-
tas que nos desdibujan y ya no sabemos cuándo
estamos de términos… Los desprendimientos se ha-
cen difíciles si los límites no están claros, pareciera
que nunca terminan…

• No sé cómo acompañarte en la despedida


como me pides, trataré de no seguir siendo una
expresada tan intensa, encontraré donde com-
prarme un traje de adiós con su pañuelo, un
muelle con un barco que lentamente se aleja,
mientras nos hacemos más pequeñas hasta
desaparecer… No sé bien quién debe estar
en el muelle y quién en el barco, pero con to-
das las despedidas que nos han tocado vivir,
cada una sabrá dónde estar…

• La libertad no radica en salir a vivir hiriendo, sino


en salir de a poco, paso a paso y eso también es
bueno. La libertad cuando aparece no es para una
sola, trae una propuesta de cambio. Cambio no
quiere decir abandono ni muerte ni dolor, sino un

196
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

nuevo modo de relacionarse… No es drama, no


es necesario el drama, no pasa por ahí.

• Todas las decisiones nos marcan y mis mar-


cas quiero que sean de verdad. Las quiero co-
nocer de frente y de costado, porque así me
las puedo sobar.

197
RETAZOS BIOGRÁFICOS

Los cuerpazos

Lo que he aprendido de la vida es no hacerme la


lesa con sus proposiciones. Aprendí a asumir todo
lo que ella me propone, los amores y desamores y
las tantas otras yerbas políticas. Porque cada vez que
no me hago cargo de lo que me pasa, la vida y yo
terminamos muy mal, con pérdidas de espacios, terri-
torios y gentes.
Lo primero fue Tierra del Fuego, siglos después
no sabía cómo vivir sin estar allí, sin sentir la isla
cósmica en mis ojos y en mis pies. La había dejado
sin dejarla, queriendo llevármela conmigo hasta que,
en uno de los tantos retornos, me di cuenta de que
ya no era, que no existía, que era otra… y que no
me había dejado estar en otros lugares porque su
fantasma me lo impedía. La solté y la recuperé al
mismo tiempo –esta vez sin añoranzas– como una
maravillosa informante de vida. Ahora cuando vuel-
vo a sus paisajes, me entiendo en los apegos que no
me dejan vivir bien y busco en el retorno los des-
prendimientos más definitivos…

199
M A R G A R I TA P I S A N O

Una vez/otra vez, me corté la cabeza (cuatro días


inconsciente). Mi cuerpo-vida casi me deja por estas
resistencias a aceptar mis otras dimensiones… En-
tonces me sumergí en este hacer movimiento social
con mujeres, me sumergí en este pensarnos, para
ello tuve que dejar varios amores (pareja, hijos, ar-
quitectura) y este es otro cuento que quiero contar.
La arquitectura, uno de mis amores importantes,
eso de hacer arte, atrapar espacios, materializarlos,
intervenir esquinas, calles y ciudades. El proceso
creativo que me hacía cantar y encantarme con la
vida y que, como todo amor, no murió en un acci-
dente en la esquina, se fue modificando, y yo desilu-
sionando de a poco. Creía que la arquitectura era
mucho más civilizatoria, pero sólo era apariencias y,
más bien, era una conservadora.
Fue un proceso tremendo, no lo quería ni pen-
sar, porque además era el medio de ganarme la vida
(con bastante esplendor, por lo demás). Salirme de
la arquitectura fue como entrar en la nada. Me cos-
tó entrar en esta nada sin llevar nada, para precisa-
mente no añorar nada… ni el esplendor, la seguri-
dad y las medallas. Y así poder vivir lo que la vida me
proponía nuevamente. Sabía lo que era quedarme a
medias, la aventura era tan distinta y yo tenía tantas
ganas y percibía tantos posibles nuevos amores…
Esta otra vida tenía mucha acción. Era construir lo
otro, ahora sí, civilizatorio, que me incluyera como
cuerpo sexuado mujer y político… Y como siempre

200
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

todo tiene un comienzo y un término, esto terminó


con otro cuerpazo. No quería ver lo que necesitaba
ver, que finalmente era asumir lo que quería hacer de
verdad: escribir sobre todo lo aprendido y, fundamen-
talmente, no negociar nada, no negociarme para per-
manecer donde estaba… trabajo, bienestares,
legitimidades y amores. Me echaron de La Morada26,
no me fui, no la entregué, me la robaron. No la solté
hasta que llegó el cuerpazo, primero la ceguera, luego
la voz/palabra y, al último, ya en medio de la recupera-
ción, mis manos, mis manos que escriben, que cons-
truyen, que hacen el amor. Mira tú, detrás de todo esto
estaba también Un cierto desparpajo, mi segundo libro.

La escritura

• No sé escribir, mis herramientas son muy falladas:


no tengo ortografía, soy “dislógica” y disléxica, no
sé gramática… Nada… Por eso, organicé mi vida
con estas carencias, me busqué un quehacer: dibu-
jar. Así casi se me pasa la vida… y otras yerbas,
pero al fin, he terminado entre palabras y escrituras.

26
Fundé, junto a otras mujeres, la Casa de la Mujer La Morada
(ONG) como un proyecto político, movimientista y feminista.
Con el advenimiento de la democracia, los movimientos socia-
les, especialmente el feminista, entran en un proceso de institu-
cionalización, funcionalizándose al sistema neoliberal.

201
M A R G A R I TA P I S A N O

• Ayer no más escribía sobre mis manos, del ha-


cer de mis manos. Soy una constructora, nací
con martillo y clavos, no con una pluma y, cuan-
do estoy con la pluma, siempre les doy mo-
mentos a mis manos carpinteras, para que
puedan recordar, amar y escribir de nuevo,
para arreglarme repisas, sillas y mesas inter-
nas con la palabra.

• Diga lo que diga no cambiarán en nada las versio-


nes que circulan sobre mí. No hay explicaciones
que modifiquen este relato que no es neutro, que
tiene un trasfondo político, cuyo objetivo es borrar
mi discurso y la gestualidad que lo contiene. Si yo
bajo a la discusión que las feministas proponen,
entro en sus objetivos y no en los míos. Por ahora y
en este plano, opto por el silencio y esto no quiere
decir que elija la no-historia. Creo que es muy im-
portante ir recuperando nuestra historia y memoria,
sin partir siempre de cero y sin confundir el dar cuenta
y el dar explicaciones con el hacer historia. Tengo
una historia gestual de vida que trasciende el relato
y espero que ella sea la que hable.

• Cada día soy menos activista, ya no siento la


necesidad de organizar nada ni a nadie, pues
mi desafío fundamental es organizar mi pen-
samiento, leer y repensar las teorías que nos
han legado otras mujeres, pensar… diseñar

202
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

mis talleres… aprender con las mujeres y es-


tar, finalmente, AFUERA.

• Yo produzco removidas por mi energía, mi discurso


y por lo que creo como vida (buena y válida vida).
Mucho del rechazo que provoco va por ahí y tam-
bién todas las pasiones. No soy conciliadora, amo
mucho a las personas y por eso, quién sabe, quiero
que tengan eso que descubrí, que es estar parada
en esta vida, sin deberle nada a nadie. Estar expre-
sada, en la aventura del pensarlo todo, despierta a
todo, usando todo, cuestionando todo, sin dejar de
tocar, oler y mirar nada, darles vueltas y tres vueltas
más a todo y a mí misma. Por eso escribo, para
pensar. Claro que en estos días estoy en crisis
escritural, pues existe un espacio, un vacío, entre lo
que escribo y lo que entienden mis escasos y esca-
sas lectoras/es, que me hace dudar de mi capaci-
dad del decir-escribir lo que pienso y siento y si
esto vale la pena o la risa…

• Cuando una escribe siempre se arriesga, sino


no vale ni la pena ni la alegría, ni vale una per-
sona ni la otra… no existen.

• Cada vez que escribo me expongo, me exhibo… me


pongo al servicio de los silencios de las otras/os,
sabiendo que mis ideas van a ser usadas y mal leídas
por una mayoría y sólo entendidas por algunas.

203
M A R G A R I TA P I S A N O

Homenaje a las hermanas Brontë

CUMBRES BORRASCOSAS

Amanecía nublado con grandes olas, lloviznan-


do… Se iba el sol y las brillanteces, los colores casi se
escondían en los grises, desdibujando y negando sus
límites, estaban tristes, sus furias contenidas. No era
un temporal, pero todo podía pasar; salir el sol o
terminar en tormenta…
Caminaba a la orilla en este atardecer de día nu-
blado, pero con la franja del horizonte ensancha-
da de luces donde el sol se asomaba para desapare-
cer. Caminaba a la orilla, perdiéndole el gusto,
perdiendo mi conexión con mi entorno, encontrán-
dolo en el recuerdo, de memoria, sin mi piel y sin
mi cuerpo.
El pacífico azotaba rocas y arenas, armando olas
enormes. Me hacía caso, yo las quería, las necesi-
taba enormes. Necesitaba toda esa fuerza que se
transforma en algún momento, que se diluye en
explosiones de espumas como las tormentas del
alma.
Fueron tres días de mar, olas, lluvias, nubes ne-
gras, truenos, relámpagos, todos confundiéndose en-
tre sí y conmigo. Yo nada, casi nada, en esas fuerzas
tremendas desatadas.
Sin embargo, durante este caminar tormentas en
las orillas, te quería, para caminar contigo esperan-

204
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

do la noche y que la naturaleza nos metiera más aún


la una en la otra, y que fuera parte de nuestras com-
plicidades.

De la sexualidad

• A la amistad le pedimos casi todo lo que le pedi-


mos al amor, pero al amor le pedimos el exclusivo
espacio de los cuerpos y su lenguaje, el espacio
de la sexualidad/sensualidad que rompe límites.
Es en el placer con un cuerpo/otro que buscas en-
tender y entenderte en el misterio de otra persona.
El pensar, la actividad mental se detiene durante un
instante y en esa detención se produce un momento
de vida completa. Este lenguaje otro tiene la fuerza
que no encuentras en otra parte. Aunque una ame
muchas veces en la vida, este lenguaje se da de
verdad muy pocas.

• No sabemos narrarnos desde nuestros cuer-


pos erotizados, sólo tenemos las palabras pres-
tadas de otros cuerpos…

• El día que tengamos un lenguaje que narre la sexua-


lidad, no el lenguaje de la negación que hemos
tenido hasta ahora, podremos limpiar este espacio
y lograr que sea diferente.

205
M A R G A R I TA P I S A N O

• Yo encuentro que lo feo/feo, lo antiestético es


ver en una fiesta un cuerpo que desea bailar y
no baila porque depende de otro… Lo que nos
proponen nuestras mentes, nuestros cuerpos,
nuestros recuerdos, nuestras vidas y que es
lindo/lindo es vivir. Negarlo, mentirlo, es feo…
el espacio de no libertad es un espacio feo y
es mucho más feo y mucho más maldito cuan-
do están involucrados nuestros cuerpos, nues-
tros sentires y nuestros amores. El sacrificio
es feo y hasta que no encontremos feo un sis-
tema entero, que está permeado de sacrificios
de unos por otros, no estaremos saliendo de
toda la hipocresía antagónica del sistema y sin
otra ética y estética.

• Abrir el lenguaje sagrado de los cuerpos y del sexo


para nuevamente aprenderme y enseñarme; llegar
sin nada, sin recuerdos ni añoranzas, sin segurida-
des, siempre en la aventura de lo nuevo... y en esto
no hay reserva…

206
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

RETAZOS

Qué fácil es quedarse tranquila

Qué fácil es quedarse tranquila en la sombra de


un buen árbol, escondida.
Academia, pareja, cultura, familia, partido, reli-
gión, todos buenos árboles, tienen sombras largas
donde no vivir y no pensar.
Desde allí todos dirigen, unos el tránsito, otros
las hormonas, los capitales y las pobrezas, algunos
los discursos, otros los silenciamientos, repartiéndo-
se por sorteo, salud, educación y cultura.
Qué fácil es quedarse tranquila en la sombra de
un buen árbol, escondida. Asumiéndote humana-
mente imperfecta, para no cuestionarte y mantener
el sistema. Es en esa sombra donde nos marcan la
piel como animales a las que nos quedamos en des-
campado y a pleno sol, porfiadamente, vivas.

207
M A R G A R I TA P I S A N O

Las Marcas

La marca que me hizo La Morada es de esas se-


ñas de animal, que asumimos, miramos y vemos
como si pertenecieran a la piel que las lleva, desde
siempre, de nacimiento y que te acompañan hasta
la muerte.
La envidia que me ha acompañado siempre, aho-
ra tiene otro además.

He dicho

Así terminaban los discursos en los viejos tiem-


pos. Así terminaban de decir lo que había que decir.
Llegar al he dicho, al propio he dicho, es un de-
safío, sentir al fin que he podido decir todo lo que
tengo que decir.
Vivir expresada en este mundo es vivir realmente.
Cada pequeño he dicho que he logrado –nunca el
definitivo–, tiene el precio del vacío de su propio
silencio y en cada uno me desprendo un poco de mí
misma.
Por qué el cuerpo se acomoda a sus cargas tan
fácilmente, por qué todo viene despacio y en papel
de cumpleaños, tan lentamente y de chica… que ni
lo sientes, no te das cuenta hasta que ya no puedes
ni moverte, sentirte, ni siquiera expresarte y menos
alzanzar el dichoso he dicho. Si logro alguno, pue-

208
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

do volver a moverme: la búsqueda de ese discurso


que te dice a ti misma, que logra expresarte comple-
tamente, que todo está allí, exhibida de toda vida.
Eso limpia para volver a empezar.
He dicho a unos, no a todos mis amores. He di-
cho a unos feminismos, no a todos. He dicho a los
hombres, a casi todos. He dicho a muchas mujeres,
pero me faltan tantas todavía…
Me he dicho a mí misma, tantas veces, y aún me
faltan…
Hoy busco un he dicho para poder empezar de
nuevo y llorar.
Este he dicho, está cargado de mi silencio defini-
tivo, pero también de un próximo discurso…
Te he dicho… lo que soy… Les he dicho todo…
lo que sé.
Los gestos que trascienden mis palabras son los
he dicho que tanto he buscado.

Exhibiéndose

Me carga todo rasgo de humildad, incluso los


míos… quiero y respeto a quien anda amándose de
verdad y sin excusas… exhibiéndose. Aquélla que
reclama su lugar de exhibición es la que vive. La que
no quiere que la vean, hace todo en clandestino y
escondida.
Ayer empecé a pensar en mi muerte.

209
M A R G A R I TA P I S A N O

Los estacionamientos

Has visto lugares más de la nada que los estacio-


namientos, allí no hay nada. Uno al lado del otro.
Uno delante del otro sin desorden posible y ningu-
no con conductor. Viven a ratos, a golpe de puertas,
con ronquidos feroces como una.
Has visto lo grande y extensos que son. No tienen
asientos, ni ventanas, a lo más una puerta de entra-
da, nunca de salida. Su proporción es su deforma-
ción y su repetición, malsana.
Entre el largo, el ancho y la altura, ningún inter-
cambio. No son para el ojo, son para estacionarse,
no son para el odio, ni el cuerpo, ni el gusto, huelen
mal. Allí nosotras las humanas, no tenemos mucho
que hacer, allí es donde nos violan.
Donde tenemos mucho que hacer siempre está
cerrado y es domingo.
En los edificios de estacionamientos, cada uno
busca su lugar, su nicho para quedarse, como los
cuerpos en sus cajones. Alma vacía del cuerpo,
violatorio y asesinatorio, construido ciudadanamente
moderno. ¿Será visitado por turistas como hoy visi-
tan catedrales?

210
JULIA, QUIERO QUE SEAS FELIZ

El cuento ése

Estaba media muerta, todo este tiempo, algo me


despertó. El cuento ése del príncipe aquél del beso
y la bella durmiente del bosque que la vuelve a la
vida, funciona, permanece vigente, traspasa el tiem-
po, hace sentido justamente porque lo que nos vuel-
ve a la vida una y otra vez es ese soplo al corazón, del
compromiso con una misma y la vida y desde allí,
sentir y asumir. Eso es lo válido del cuento… a nadie
pertenece; ni al amor, ni al beso, ni a la bella dur-
miente y ni siquiera al príncipe ése.

Las palabras

Arrastré demasiado tiempo un cuerpo sin alas…


y las palabras se me pegaron a la tierra de los hom-
bres, sin saber reinventarme mujer.
Ya sé, hoy me toca biografiarme, ya sé, hoy me
toca fotografiarme, hoy me toca a mí.

211
M A R G A R I TA P I S A N O

Doña Vida

Ayer hablamos –estuvimos agradablemente conec-


tadas– y eso me re-animó. La verdad es que estoy de
lo más entretenida contigo, Señora Vida. Mis enamo-
ramientos hacia ti van y vienen. Eres muy manipula-
dora, y de repente, tengo la vaga sensación de cier-
tas infidelidades que me mueven el piso. Doña Vida,
estás difícil, enturbias, a veces, parte de mis tiem-
pos, eres una mañosa. Y ahora, vieja, quieres abrir-
me la barriga, pero no te conformas con eso, me
dejas esperando; creo que te pegaré una aclarada...
¡que no me molestes más, que te decidas a querer-
me, que no jodas! ¡Qué paciencia hay que tener en
esta vida! Pero como soy sabia y puedo amar mucho
y a muchas: te amo, Señora Vida.
Te quiero cada día un poquito menos. Estoy tra-
tando de despegarme, en cualquier momento te
abandonaré, Doña Vida… Y no puedes enojarte.

212
Este libro se terminó de
imprimir en los talleres de
Lom Ediciones, Maturana
9, en octubre de 2004. Se
imprimió sobre papel
Bond ahuesado de 80 grs.

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