La Sabiduría de Lo Santo
La Sabiduría de Lo Santo
La Sabiduría de Lo Santo
LA SABIDURÍA DE LO SANTO
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La sabiduría de la Torá es más elevada que cualquier otra sabiduría, debido a que transforma la
voluntad y el carácter anímico de los que la estudian, de manera tal que los acerca a aquella
elevación en la cual ella misma se concreta; lo que no es así en las sabidurías universales, a pesar
que ellas describen temas trascendentales, armoniosos y nobles no poseen aquella característica
dinámica que permite atraer al ser humano que las estudia a su valor íntimo. Ciertamente no
existe relación ninguna [entre las sabidurías universales] con el resto de las fuerzas y de la
realidad del Hombre, fuera de su poder científico únicamente. El motivo de este fenómeno radica
en que todo tema relacionado con lo Santo proviene de la fuente vital de la vida, del fundamento
de la misma que da existencia al todo. Existe en la fuerza del contenido de lo Santo la posibilidad de
dar existencia a múltiples seres creados en proyección infinita, “plantar la tierra y ponerlos
fundamentos al cielo”, por ende cuanto más imprimir una nueva forma sobresaliente sobre el alma
del pensador. Todas las ciencias de lo Profano no poseen esta fuerza, ya que éstas no renuevan ni
crean nuevos seres a partir de ellas mismas, sino que ellas dibujan y representan frente a una
visión intelectual aquello que existe en la realidad, por lo tanto no logran hacer del pensador
un ser renovado, extraerlo de la realidad de sus malas características y ubicarlo en la situación
de una nueva realidad, pura y viva con luces de vida verdadera, la cual permanecerá para siempre.
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La paz interior.
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Debido a la fuerza de recepción que posee el ser humano, un conocimiento contradice a otro, un
sentimiento a otro, un concepto a otro. Sin embargo un conocimiento fortalece a otro, un
sentimiento a otro y un concepto a otro. Cuanto más se eleva la persona su medios se
amplían hasta que encuentra por sí mismo el enorme contenido de la paz interior, y la
verificación de los conocimientos, los sentimientos y los conceptos que son diferentes unos de
otros.
Este proceso se extiende hasta llegar a lo más profundo de lo profundo, hasta un punto donde
la contradicción es más aguda e intensa, hasta la ira vigorosa de lo Santo. Debido al conocer
interior, que se amplía y se extiende en toda la altura espiritual del ser humano, se transforma
en paz que penetra se introduce y desciende hasta el abismo, incluyendo el propio abismo.
La senda por la cual se asciende hasta este supremo nivel, se comienza en el momento que el ser
humano se encuentra en una situación desventajosa por el golpe de la contradicción, también
allí existen dos senderos, uno superior al otro. Existe la realidad en que un conocimiento
contradice a otro, la niega por completo, hasta que el conocimiento contradecid por la fuerza del
conocimiento adquirido es considerado como no formando parte de la realidad, y como si toda
su existencia no fuera sino un total vacío. Existe además que a través de la contradicción de un
conocimiento con otro se concentran síntesis de conocimientos contradecidlos e ingresan
dentro del conocimiento adquirido y apreciado. Entonces, a pesar que desde el punto de vista
del medio parece que el ser humano niega y contradice el conocimiento contrario, en verdad desde
el punto de vista de la luz interior lo construye y lo adquiere para sí mismo. Así el proceso se
desarrolla también en los sentimientos y en los conceptos, hasta que debido a la profundidad
de la extracción concentrada, que el conocimiento adquirido extrae del conocimiento contrario
rechazado, se amplía el conocer como un todo, transformándose esta situación en una cima de
envergadura, que es el punto más profundo de la paz. Todo conocimiento, sentimiento y
concepto se presentan, por ende, como un todo orgánico, una unidad perfeccionada, donde cada
parte completa a otra, no habiendo brecha ni mengua en sus circunstancias.
Feliz el pueblo que es así, feliz el pueblo cuyo Dios es Dios, feliz el pueblo que sabe comprender
al Soberano del universo, al rey a quien pertenece la paz, y de tanto placer y amor canta la
canción de amistad, de cariño y cercanía, el cantar de los cantares de Shlomó.
La importancia de la confrontación de opiniones.
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Existen opiniones que a causa de la naturaleza misma del ser humano suelen conllevar a
resultados nocivos, a pesar que en si mimas puedan ser útiles y verdaderas. Se presenta en la
naturaleza del espíritu humano una cierta tendencia a luchar por su supervivencia, oponerse a
esas opiniones para que no lo dañen en alguna de sus derivaciones que se expanden.
La contienda se alarga hasta que le proporciona al hombre una valentía muchísimo más
elevada desde su manantial espiritual, entonces el llega a captar que su posición no debe temer
en absoluto del desarrollo de opiniones contra las cuales combate. La fuerza interior que
fortalece su espíritu le es proporcionada por la propia contienda; por lo tanto el hombre tal llega
a encariñarse muchísimo con el valor mismo de tal contienda. Por ende, será una gran desilusión si
sabe que no luchó lo suficiente en contra de aquellas opiniones que lo dañaron entonces, siendo
que después puede introducirse en ellas con una valentía vital y recibirlas a pesar que las
combatió cuando se expandieron.
No obstante, así como el hombre se eleva, también se elevan junto con él sus conceptos
espirituales, y aquellas opiniones a pesar que se presentan como contendientes, realmente no lo
san tal. Solamente en las expresiones exteriores son parecidas unas a otras, pero en si las
observamos en su valor interior son diferentes las unas a las otras, como la diferencia
existente entre lo santo y lo profano, entre la luz y la oscuridad.
Lo que fue desplazado entonces, descubre el hombre que lo desplazó correctamente, siendo que
aquellas opiniones que acerca después de haber sido elevadas las ha acercado correctamente.
Precisamente las opiniones desplazadas que vuelven y se presentan, en ellas descubrimos un
rocío vital, vigoroso y santo.
Artículo Segundo