Herramientas para La Gestión de Cooperativas de Trabajo

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PROPUESTA PARA EL DISEÑO DE TAPAS Y PORTADAS

(datos para la tapa y contratapa – tonos de verdes suaves – tamaño A5)


Tapa:
(Patrocinantes)
Programa de Vinculación Socio Productiva
Secretaría de Extensión Universitaria
Universidad Nacional de Mar del Plata
Logo de la UNMDP

(Título)
Herramientas para la gestión de las cooperativas de trabajo”

(Autores, ordenados alfabéticamente por nombre)


Adrián José Antonio Giudice
Alejandro Ayala
Alicia Beatriz López
Antonela Belén Colello
Lucas Fernando Chromechek
María Belén Mena
María Consuelo Huergo
María Isabel González
Paola Andrea Buzzella

Al aprobar y financiar el proyecto Fortalecimiento Vincular y Productivo de las orga-


nizaciones de la Economía Social desde el Programa Voluntariado Universitario, el Equipo
Interdisciplinario el Programa se enfocó en dos aspectos tan urgentes como complemen-
tarios: relevar las necesidades y modos de acompañamiento requeridos por las organiza-
ciones productivas. En consecuencia, se relevaron las cooperativas de trabajo encuadra-
das dentro de la Economía Social y sus necesidades de capacitación, para realizar un
acompañamiento más efectivo de sus esfuerzos.

Este texto es uno entre varios recursos didácticos utilizados para la capacitación
específica en el uso de algunas herramientas valiosas para la gestión de cooperativas de
trabajo.

Consistentemente con el modo de trabajo del los distintos Equipos Interdisciplina-


rios, docentes, graduados y alumnos han participado activamente en la elaboración de
este material, como así también en la capacitación de los cooperativistas.

Dejamos en sus manos un instrumento que confiamos sea útil para la toma de de-
cisiones. Elegimos un formato pequeño para que puedan tenerlo a mano, donde y cuando
sea oportuno reflexionar hacia dónde y cómo queremos llegar para que la cooperativa
pueda salir adelante… ¡Siempre hay un adelante!
Portada (Blanco y negro, tamaño A5)
(Patrocinantes)
Programa de Vinculación Socio Productiva
Secretaría de Extensión Universitaria
Universidad Nacional de Mar del Plata
Logo de la UNMDP
Contratapa:
(Título)
Herramientas para la gestión de las cooperativas de trabajo”

(Autores, ordenados alfabéticamente por nombre)


Alicia Beatriz López (compiladora)
Adrián José Antonio Giudice
Alejandro Nicolás Ayala
Antonela Belén Colello
Lucas Fernando Chromechek
María Belén Mena
María Consuelo Huergo
María Isabel González
Paola Andrea Buzzella

(Edición)
ISBN -13: 978-987-544-283-2
Universidad Nacional de Mar del Plata
Mar del Plata, 2008

PRÓLOGO
(como el resto del material, hoja A5, fuente arial o similar, 11 o 12 puntos, interlineado
sencillo
Herramientas para la gestión de cooperativas

¡BIENVENIDAS! ¡BIENVENIDOS!
Nos proponemos acompañarlos en el desafío que significa aprender cosas nuevas,
pensar lo que sabemos desde otra perspectiva y, lo más importante, seguir aprendiendo
de nuestros aciertos y nuestros errores para crece cada día un poco más.

En esta obra les presentamos algunas nociones (básicas, por cierto) acerca de la
gestión de las cooperativas y algunas herramientas que consideramos valiosas para la
gestión de sus cooperativas.

Sólo para ordenar ideas, encontrarán cuatro capítulos que desarrollan los conteni-
dos de los cuatro encuentros previstos para el curso. El quinto capítulo los invita a plan-
tearnos cómo seguir adelante, qué posibilidades hay y qué oportunidades podemos explo-
rar.

Si alguien quiere profundizar un tema en particular, no se quede con las ganas: lo


plantean en nuestros encuentros o bien se comunican por correo electrónico al Programa
de Vinculación Socio Productiva: [email protected]

El límite para aprender lo pone uno mismo, así que ¡manos a la obra!

Equipo de Trabajo Interdisciplinario


Programa de Vinculación Socio Productiva

INDICE

3
¡Bienvenidas! ¡Bienvenidos! ................................................... 5
¿De qué se trata? ...................................................................... 7
Capítulo 1: Vinculación socio productiva ............................... 9
Capítulo 2: Administración.................................................... 28
Capítulo 3: Producción .......................................................... 66
Capítulo 4: Economía ............................................................ 83
Capítulo 5: Esto, ¿cómo sigue? ............................................. 90

4
¿DE QUÉ SE TRATA?
Durante el curso esperamos que cada uno (sea en forma individual o involucrando a la co-
operativa a la que representa) pueda interactuar con los demás.

Para mejor aprovechar esta experiencia, vamos a ir construyendo espacios de reflexión y


capacitación para que puedan conectarse y analizar intereses, competencias y posibilidades para
aprovechar mejor los recursos que tienen.

Si bien los procesos administrativos y productivos son importantes, es mucho más urgente
establecer y fortalecer los vínculos entre las personas, hacia adentro del emprendimiento y con
otros emprendimientos (que también llevan adelante las personas…)

¿Qué nos proponemos?


No bastan nuestras buenas intenciones, si no podemos concretarlas en acciones
que les resulten útiles para mejorar la gestión de sus cooperativas.

Así, les presentamos una lista con algunos de nuestros propósitos. Queremos que
los usen como una brújula, que nos mantenga orientados en la propuesta y así mejor
aprovechar el tiempo, encuadrar nuestras expectativas y evaluar los logros.
Conocer
 La profundidad y radicalidad de los cambios que se han producido en el mercado
laboral, su realidad en el ámbito regional y las nuevas demandas que surgen a par-
tir de estos cambios.
 El impacto que estos cambios tienen en las empresas (nuevas exigencias tecnoló-
gicas y nuevos perfiles de los empleados) y la sociedad en general (nuevas ten-
dencias de consumo de bienes y servicios)
Modificar actitudes que contribuyan a
 Vencer el temor a asociarse con otros para mejorar complementariamente el sus-
tento de cada cooperativista, respetando la propia idioscincracia.
 Establecer redes con otras organizaciones que puedan ofrecer información, recur-
sos y oportunidades de crecimiento y desarrollo.
Reconocer herramientas que faciliten
 Adquirir técnicas y habilidades relacionadas con la coordinación de grupos de tra-
bajo
 Identificar la diversidad de características de las personas con las que interactua-
mos, especialmente con fines de mejorar el sustento de cada cooperativa
CAPÍTULO 1: VINCULACIÓN SOCIO PRODUCTIVA

COOPERATIVA Y COOPERATIVISMO
Se entiende por cooperativa como una asociación autónoma de personas que se unen
voluntariamente para satisfacer sus necesidades y aspiraciones económicas, sociales y
culturales comunes por medio de una empresa de propiedad conjunta democráticamente
gestionada.

La cooperativa es autónoma, esto significa que será tan independiente del gobierno y
las empresas privadas como sea posible.

Es una asociación de personas. Las cooperativas tienen libertad de definir a las perso-
nas en cualquier forma legal que elijan. Se debe tener en cuenta que existen países del
mundo en los cuales sólo se admiten a personas individuales por su legislación. Pero en
otros países admiten a personas jurídicas, a las que se les conceden los mismos dere-
chos que a cualquier otro miembro de la cooperativa.

Las personas están unidas voluntariamente, asociarse a una cooperativa no puede ni


debe ser obligatorio, dentro de las mismas, sus miembros deben ser libres para unirse o
para irse.

Los miembros de una cooperativa satisfacen sus necesidades económicas, sociales


y culturales, los socios se organizan para su beneficio individual y mutuo en los aspectos
mencionados.

La cooperativa es una empresa que se posee en su conjunto y se controla democrática-


mente, esta frase recalca que dentro de la cooperativa se distribuye el control entre sus
miembros sobre una base democrática, característica especialmente importante al dife-
renciarla de otras empresas controladas por el capital o por el gobierno. También es de
destacar la estructura organizacional que se esfuerza permanentemente para servir a sus
miembros en forma eficaz.

VALORES COOPERATIVOS
Los principales valores de la Economía Social y Solidaria son:
 La libre adhesión, por lo que se permite entrar o salir sin depender de obligaciones
de pertenencia o exclusión
 La democracia como principio básico organizador, que comporta defender la pri-
macía de las personas, del objeto social sobre el capital y la transparencia de la
gestión
 La primacía del beneficio colectivo sobre el individual
 La contribución al desarrollo de las personas
 La independencia de los poderes establecidos, tanto públicos como privados
 La defensa y aplicación del principio de responsabilidad, de solidaridad y de cesión
social
 La aplicación de los excedentes (o sea las ganancias) al objeto social mediante su
reinmersión o distribución, según los deseos de sus miembros, así como para la
creación de empleo, de nuevas actividades o de actividades solidarias.
PRINCIPIOS DEL COOPERATIVISMO
1.- Asociación Voluntaria y Abierta
A todas las personas capaces de utilizar sus servicios y dispuestos a aceptar responsabi-
lidades de asociarse, sin discriminaciones raciales, políticas, religiosas, sociales o de gé-
nero.

2.- Control Democrático por los socios


La gestión está a cargo de los socios, quienes participan activamente en la fijación de po-
líticas y en la toma de decisiones. Los hombres y mujeres elegidos como representantes
son responsables ante los socios. En las cooperativas primarias los socios tienen iguales
derechos de voto (un socio, un voto) y las cooperativas de otros niveles se organizan asi-
mismo en forma democrática.

3.- Participación Económica de los Socios


Los socios aportan equitativamente a la formación del capital y lo gestionan democrática-
mente. Los socios pueden recibir una compensación limitada al capital (establecido por
estatuto). Destinan los excedentes a todos o alguno de los siguientes fines: el desarrollo
de la cooperativa, posiblemente mediante la constitución de reservas de las cuales una
parte al menos debe ser indivisible, la distribución a los socios en proporción a sus opera-
ciones con la cooperativa, y el apoyo a otras actividades aprobadas por los socios.

4.- Autonomía e Independencia


Las cooperativas son organizaciones autónomas de autoayuda gestionadas por sus so-
cios. Si efectúan acuerdos con otras organizaciones, incluidos los gobiernos, o captan ca-
pital de fuentes externas, lo hacen en términos que aseguran el control por parte de los
socios y mantienen su autonomía cooperativa.

5.- Educación, Capacitación e Información


Las cooperativas deben brindar educación y capacitación a sus socios, representantes
elegidos, administradores y empleados, para que contribuyan al desarrollo de la coopera-
tiva. Informan a la comunidad acerca de la naturaleza y los beneficios de la cooperación.

6.- Cooperación entre Cooperativas


Las cooperativas fortalecen a su movimiento trabajando mancomunadamente a través de
estructuras locales, nacionales, regionales e internacionales.

7.-Preocupación por la Comunidad


A la vez que atienden las necesidades de sus socios, las cooperativas trabajan a favor del
desarrollo sostenible de sus comunidades mediante políticas aprobadas por aquéllos.

La forma cooperativa de organización, y más aún, cualquier emprendimiento colectivo


puede ser visto como un proceso de reproducción en el que los miembros generan su or-
ganización y al mismo tiempo son transformados por ella.

Sería razonable sugerir que el proceso de formación propiamente dicho comience con la
emergencia de un agente colectivo que forma un núcleo o la base del reclutamiento para
el futuro emprendimiento. La emergencia y cristalización de tal agente colectivo obviamen-
te presupone que un determinado número de individuos se agruparán, llegarán a un
acuerdo y tomarán una decisión más o menos simultáneamente.

La probabilidad que dicho resultado surja aleatoriamente de encuentros casuales entre


extraños es insignificante. Para disminuir las probabilidades aún más: aunque los indivi-
duos estuvieran dispuestos, en general estarían atados a otros compromisos personales.
El reordenamiento simultáneo de las prioridades personales de todos los participantes
demandaría un alto grado de compromiso por parte de los futuros co-fundadores, para el
nuevo (y aún incierto) proyecto conjunto.

Aunque las crisis aumentan la propensión a formar cooperativas, presuntamente por la


disminución en los costos de oportunidad y la disolución de antiguos compromisos, es po-
co probable que generen una acción en una forma directa.

Un emprendimiento colectivo también presupone cierto grado de confianza entre los futu-
ros participantes especialmente si existirá una apropiación individual del producto. Al nivel
individual, la confianza también contribuye compensar la incertidumbre presente en el
muy impredecible proceso de formación.

No es necesario señalar que es poco probable que semejantes relaciones emerjan espon-
táneamente entre desconocidos. Estas precondiciones establecen altos umbrales de
emergencia para la formación de cooperativas y para los emprendimientos colectivos es-
pontáneos en general.

Un examen de los casos actuales de formación de cooperativas revela con frecuencia que
los miembros de un grupo fundador suelen compartir una suerte de “prehistoria” en co-
mún, que delimita y liga al círculo de participantes potenciales. Entonces, la cuestión del
contacto inicial y del establecimiento de la confianza mutua deja de ser una
(im)probabilidad estadística y se convierte en una cuestión de dinámica grupal.

Las descripciones históricas y anecdóticas de formación de cooperativas están llenas de


estas “felices coincidencias”. Así, Mondragón fue fundada por la primera promoción de
graduados de una escuela de oficios católica. La asociación Rochdale emergió de un gru-
po que, efectivamente, tenía en mente establecer una comunidad rural.

Las cooperativas pueden surgir de grupos de estudio, de productores de teatro comunita-


rio o ser iniciadas por grupos de padres anclados en sus casas por no contar con guarde-
rías, por discapacitados que necesitan asistencia las veinticuatro horas, por habitantes de
pueblos en proceso de emigración, etc.

Un relevamiento de casos concretos de formación de cooperativas resalta la importancia


de la historia previa y sugiere cuatro bases para la definición de un actor social: comuni-
dad, necesidad, idea y empresa.

a. Orígenes basados en redes sociales/comunidad


Estas cooperativas se originan en el contexto de comunidades locales, es decir dentro de
(sub)poblaciones que están bien delimitadas geográficamente y además definidas y uni-
das por lazos de amistad.

Sin embargo, el tejido de lazos y relaciones sociales que constituye una comunidad no
siempre apuntala el proceso. Aunque por naturaleza es estabilizador y reproductivo, pue-
de generar, también, una considerable resistencia a la innovación.

El potencial cooperativo latente, inherente a un contexto local podrá ser activado una vez
que la comunidad se involucre en un proyecto común, para resolver un problema comuni-
tario o se sienta atraída por una idea compartida.
b. Orígenes basados en necesidad/situación de vida
“Una situación de vida compartida puede identificar a un grupo de fundadores potenciales.
Define algunas necesidades compartidas, facilita contactos y de una manera indirecta,
también puede definir potenciales lugares de reunión”…”Los emprendimientos así inicia-
dos muy probablemente atenderán a la necesidad en cuestión, sea como la actividad cen-
tral de una empresa de servicios (por ejemplo un servicio personal como en el caso de las
cooperativas de servicios de seguridad social suecas, o un servicio financiero, como en el
caso de las cooperativas de crédito), o como una externalidad importante que genera la
empresa (empleo, en emprendimientos iniciados por desempleados). No es necesario
aclarar que una necesidad en sí misma no constituye una idea empresaria”.

c. Orígenes basados en ideas


Una visión compartida del mundo puede constituir el marco para la definición de necesi-
dades y eventualmente para emprender una actividad; en el caso de grupos políticos o
confesionales también contribuye a la conformación de lugares de encuentro.

La “idea cooperativa” concreta, es decir, la idea del negocio de la empresa que surge co-
mo resultado, define una actividad concreta inspirada y apuntalada por y en armonía con,
una visión normativa; por ejemplo la forma en que un taller de bicicletas se alinea con la
filosofía ecológica.

La impronta de estas ideas se puede observar muy fácilmente en los casos que claramen-
te se apartan de lo común, como las cooperativas alternativas y new-age. Patrones muy
similares pueden también observarse en negocios convencionales, destacándose como
ejemplos Body-Shop (Morgan, 1997) y computadoras Apple con sus lazos con la contra-
cultura de los setenta.

d. Orígenes basados en empresas o actividades


Un grupo también puede estar definido por una actividad desarrollada en conjunto. La ad-
quisición por parte de los trabajadores de una firma en crisis y los desmembramientos de
compañías existentes constituyen los más claros ejemplos de empresas existentes (en
más amplio sentido de la palabra) que constituyen el punto de partida para la formación
de una cooperativa.

El grupo actor se define principalmente a través de experiencias compartidas o condición


de empleado. En este caso, el contexto social compartido es producto de haber trabajado
juntos más que de una acción colectiva preprogramada (como sería el caso de cooperati-
vas originadas por razones comunitarias)”.

GRUPOS, CONFLICTO Y NEGOCIACIÓN


Al introducirnos en el campo de lo grupal, es necesario poder encontrar el significado de
su nominación. El origen de la palabra GRUPO proviene del antiguo provenzal grop, que
significa nudo; y también tendría su origen en el germano Kruppa (masa redondeada) que
remite a la idea de círculo. Ambas referencias nos dan la idea de cohesión, de encuentro,
de circulación de miradas.

En la actualidad hay numerosas definiciones de grupo. Una de ellas es la que lo define


como un conjunto de dos o más personas que interactúan entre sí, comparten un espacio
y un tiempo, y comparten objetivos e intereses.
Otra definición es la que nombra al grupo como un número numerable de personas, esto
es, los cuerpos de los otros se hacen discernibles, se generan intercambios donde todos
pueden ver a cada otro, y donde se establecen condiciones para la organización de redes
identificatorias. Estas identificaciones hacen del grupo un nudo.

Podemos decir que una de las funciones básicas del grupo es la integración social, dife-
renciada en tres tipos:
 Integración ambiental: el grupo promueve la integración en los espacios comparti-
dos.
 Integración conductual: el grupo promueve la integración a través de actividades
comunes.
 Integración afectiva: el grupo promueve la integración de sentimientos compartidos.

Los grupos no están aislados del contexto socio-histórico al que pertenecen y están ade-
más atravesados por él. Cada integrante de un grupo porta su propia singularidad, con su
historia y su presente, y a su vez los miembros comparten ideas y significados.

Así como existen creencias, mitos, significados compartidos socialmente, que denomi-
namos como significaciones imaginarias, también cada grupo crea sus propias significa-
ciones, esto es, sus propios mitos, su historia, códigos y normas. A éstas las llamamos
significaciones grupales, y es lo que nos indica que un grupo está conformado como tal.

Es importante considerar que los grupos son dinámicos, establecen roles, formas de llevar
adelante las tareas para cumplir sus objetivos, etc. También existen, como en todo víncu-
lo, alianzas, acuerdos, conflictos que irán variando dependiendo del momento grupal.

Es necesario remarcar que los roles son complementarios y que es esperable que circu-
len entre los distintos miembros del grupo. Por ejemplo, si algún miembro es el líder del
grupo, éste variará según las tareas a llevar adelante.

LAS ETAPAS DE UN GRUPO


Podemos diferenciar 4 etapas que varían según las concepciones de los distintos autores

Inicio
Prevalece la identidad personal de cada miembro, hay resistencia a conformar un nuevo
grupo. Prevalece una distancia entre los miembros, por el desconocimiento del resto y por
temor a perder la propia identidad.

Ilusión grupal
Momento de conformación del grupo, aparece el “nosotros”, se conforma la identidad gru-
pal donde prevalecen las similitudes y se dejan de lado las diferencias. Generalmente se
expresa en frases como “somos el mejor grupo”, “nuestro coordinador es el mejor coordi-
nador”. Se conforma una identidad grupal.

Grupo centrado en la tarea


Algunos autores se refieren a esta fase como grupo propiamente dicho. Es el momento
donde la ilusión cae por el surgimiento, necesario, de las diferencias. También se ha teori-
zado un momento denominado Fantasma de Ruptura, que sería el momento preciso de
temor a la ruptura del grupo por el surgimiento de formas distintas de pensar o de des-
acuerdos.
Este momento es necesario, ya que si el grupo queda anclado en la ilusión grupal, en la
idealización, se burocratiza, sin poder llevar adelante la tarea.

Finalización del grupo


Puede concluir porque ya tuviera fijado un término o por el cumplimiento del objetivo que
daba sentido al mismo. No es un momento que se de necesariamente, también es posible
que el grupo vaya modificándose en su dinámica, conformación y objetivos.

Anteriormente mencionamos que todos los grupos atraviesan por diferentes conflictos. In-
troduzcámonos un poco en este concepto.

Cuando pensamos en un conflicto, se nos aparecen palabras tales como problemas,


desacuerdos, relaciones sociales, comunicación, entre otras. El conflicto está caracteriza-
do por tensiones o fuerzas en pugna, tensiones que son diferentes y a veces son opues-
tas entre sí.

El conflicto es NATURAL, ya que es inherente a nuestra esencia humana. No sólo es im-


posible la ausencia de conflicto humano, sino que éste es necesario porque nos hace cre-
cer como personas, genera cambios y aprendizajes sobre distintas situaciones de la vida.

TIPOS DE CONFLICTOS:
Conflicto intrapersonal
cuando una persona entra en conflicto consigo misma, por ejemplo, ante la decisión de un
proyecto de vida.

Conflicto interpersonal
Son los conflictos que se producen entre dos personas, por ejemplo, problemas de pareja.

Conflicto intragrupal
Conflictos dentro de un grupo, organización o institución.

Conflicto intergrupal
Conflicto entre distintos grupos.

¿CÓMO SE RESUELVEN LOS CONFLICTOS?


En primer lugar hay que diagnosticar el conflicto o la situación conflictiva. Para ello anali-
zamos 3 elementos presentes en todo conflicto:
1) Las partes (quiénes)
2) Las percepciones de las partes (qué piensa cada uno de otro y de la situación)
3) Las posiciones e intereses de las partes (qué pide cada parte, qué desea, por qué
y para qué, cuáles son sus valores).

Para seguir estableciendo el diagnóstico del conflicto, analizamos en qué nivel se encuen-
tra. Podemos distinguir tres niveles:
 Gestos visuales y comentarios onomatopéyicos.
 Discordias (acumulación de gestos, enojo, falta de comunicación sostenida en el
tiempo, replanteo de la relación)
 Crisis: (altos niveles de estrés, violencia verbal y hasta física, sentimiento de vulne-
rabilidad)
Cuando una persona es parte de un conflicto puede tomar dos posiciones: negarlo o
asumirlo. Si el conflicto se niega no se puede resolver, y tarde o temprano aparecerá qui-
zás con más intensidad.

Si es asumido ya comenzamos a resolverlo porque podemos trabajar en él y con él. En-


tonces podemos acudir a algún profesional que actúe como mediador, o podemos utilizar
la estrategia de la negociación. Esta última es una actividad por la que las partes intervi-
nientes en el conflicto se comunican e interactúan para intentar llegar a un acuerdo.

Es necesaria una actitud de cooperación y búsqueda de alternativas en que ambas partes


se sientan satisfechas aún cuando tengan que ceder parte de sus intereses.

Para ello hay que separar el problema de lo personal, evitar los prejuicios, no ser rígidos
en nuestras posturas, no explotar los puntos débiles del otro, y sobre todo, hay que escu-
char, para poder comprender el lugar del otro.

Para finalizar, debemos mencionar que el trabajo, en este caso el trabajo cooperativo, no
ocupa sólo un lugar marginal en la construcción de nuestra identidad. Muchas veces toda
la economía familiar se convoca para ayudar a sus miembros a enfrentar o crear las con-
diciones y situaciones de trabajo.

Para llevar éste adelante es necesaria tanto la coordinación, garantizando las condicio-
nes de una articulación de las actividades singulares, como la voluntad de las personas
de trabajar juntas y superar colectivamente las contradicciones que nacen por la esencia
de la organización del trabajo.

Y resulta imprescindible la cooperación entre los trabajadores que exige, a su vez, rela-
ciones de confianza. Sin confianza hay que enfrentar la desconfianza y la sospecha. Tie-
ne que ver principalmente con la construcción de acuerdos, normas y reglas que encua-
dran de qué manera ejecutaremos el trabajo, y es lo que nos permite crear redes de sos-
tén y crecimiento mutuo, que, como dijimos antes, estén regidos por la cooperación, la in-
clusión, el respeto por las diferencias y la solidaridad.

ANÁLISIS FODA
El Análisis FODA es una metodología de estudio de la situación competitiva de una em-
presa dentro de su mercado y de las características internas de la misma, a efectos de
determinar sus Fortalezas y Oportunidades, Debilidades y Amenazas.

Las Fortalezas y Debilidades son internas a la cooperativa; las Oportunidades y Amena-


zas se presentan en el entorno de la misma.

Esta herramienta fue creada a principios de la década de los setenta y produjo una revo-
lución en el campo de la estrategia empresarial.

Su finalidad es determinar las ventajas competitivas que tiene la empresa bajo análisis y
la estrategia genérica a emplear por la misma que más le convenga en función de sus ca-
racterísticas y de las del propio mercado en que se mueve.

Oportunidades
Son situaciones o factores socioeconómicos, políticos o culturales que están fuera del
control de la organización, y son factibles de ser aprovechados favorablemente si se cum-
plen determinadas condiciones en el ámbito de la organización.
Amenazas
Son aquellos factores externos y que podrían perjudicar y/o limitar el desarrollo de la or-
ganización.

Fortalezas
Son los recursos humanos y materiales con las que cuenta la organización para adaptarse
y aprovechar las ventajas que ofrece el entorno, y enfrentar con mayores posibilidades de
éxito las posibles amenazas.

Debilidades
Son las limitaciones o carencias de habilidades, conocimientos, información, tecnología y
recursos financieros que padece la organización, y que impiden el aprovechamiento de
las oportunidades que se consideran ventajosas en el entorno y no le permiten defender-
se de las amenazas.

¿CÓMO SE HACE UN ANÁLISIS FODA?


Consta de cuatro pasos:
1. Análisis externo
2. Análisis interno
3. Confección de la matriz FODA
4. Determinación de la estrategia a emplear.

Veamos cada uno de ellos:

El Análisis externo permite fijar las oportunidades y amenazas que el contexto puede
presentarle a una empresa.

Existen cinco fuerzas que determinan las consecuencias de rentabilidad a largo plazo de
un mercado o de algún segmento de éste. La idea es que las empresas deben evaluar su
posición frente a éstas:
 Amenaza de entrada de nuevos competidores
 La rivalidad entre los competidores
 Poder de negociación de los proveedores
 Poder de negociación de los compradores
 Amenaza de ingreso de productos sustitutivos

El Análisis interno permite fijar las fortalezas y debilidades de la empresa, realizando un


estudio que permite conocer la cantidad y calidad de los recursos y procesos con que
cuenta el ente.

Para realizar el análisis interno de una corporación deben aplicarse diferentes técnicas
que permitan identificar dentro de la organización qué atributos le permiten generar una
ventaja competitiva sobre el resto de sus competidores.

CONSTRUCCIÓN DE LA MATRIZ FODA

Análisis FODA Fortalezas Debilidades


Análisis interno Capacidades dis- Recursos y capa-
tintas cidades escasas.
Ventajas natura- Resistencia al
les cambio.
Recursos superio- Problemas de mo-
res tivación del perso-
nal
Oportunidades Amenazas
Análisis Externo Nuevas tecnolo- Altos riesgos.
gías. Cambios en el en-
Debilitamiento de torno.
competidores.
Posicionamiento
estratégico
CAPÍTULO 2: ADMINISTRACIÓN

LA ORGANIZACIÓN COMO SISTEMA


La generación de riqueza en la sociedad se produce mediante el trabajo de sus integran-
tes. En nuestra sociedad las células donde se concentra esa producción son las empre-
sas. Estas son sistemas abiertos con características particulares, en las que interactúan
todos sus participantes componentes.

Las personas, las tareas, técnicas y la estructura de funcionamiento conforman la organi-


zación empresa y le posibilitan que generen sus productos o servicios.

Al mismo tiempo a través de su funcionamiento se relaciona con el medio que la rodea e


intercambia con él, medios tangibles e intangibles. Es decir recursos tangibles como los
humanos, materias primas, edificios, herramientas, maquinas, etc.; y recursos intangibles
como la capacidad, las experiencias, autorizaciones, etc.

La interrelación reconoce cuatro movimientos; entradas-procesos-salidas-


retroalimentación.

Así ingresan a la organización todos aquellos bienes, personas y recursos que permiten a
través del proceso la producción de los bienes que luego serán salidas y por los que se
recibirán fondos que retroalimenten el circuito nuevamente.
O
O

e
n
e

B
C
E
P

Entradas Proce- Sali-


ma

Ma
te-
pri

ria
s,

Retroalimenta-

Todas las empresas (sea cual fuera su tamaño o forma jurídica), realizan algunas funcio-
nes esenciales. Toda organización comercial, al menos compra, vende y produce.

Al mismo tiempo necesitan estar organizados, para poder realizar esas funciones. La ges-
tión atraviesa todas las funciones de la empresa.

GESTION
COMPRAS

VENTAS

PRODUCCION
Para poder llevar adelante los objetivos de la empresa, es indispensable plantearse la
elaboración de una Estrategia. La estrategia es la delimitación de que acciones se lleva-
ran adelante para alcanzar los objetivos planteados sobre la base de un diagnóstico de la
organización.

ANÁLISIS ESTRATÉGICO
Para iniciar el análisis podemos guiarnos por cuatro etapas;
1. Determinación del Ámbito Producto Mercado
2. Vector de Crecimiento
3. Análisis FODA
4. Potencial de Sinergia

1. Determinación del Ámbito Producto Mercado


Se busca delimitar el alcance, las formas y características por las cuales nos vamos a re-
lacionar con nuestros clientes. Los clientes se acercan a la organización para satisfacer
ciertas necesidades a través del consumo de lo que nosotros Producimos (sean bienes o
servicios). Por ejemplo, si del diagnóstico surge que la organización satisfará necesidades
de alimentación; nuestra actividad buscará brindar servicios de restaurante, comidas rápi-
das, rotiserías, entre otras.

2. Vector de Crecimiento
Es un instrumento compuesto que analiza 4 estrategias posibles para hacer crecer la Em-
presa. Estas estrategias analizan las alternativas de crecimiento entre Productos y Mer-
cado, pensando en mantener los actuales o buscar nuevas alternativas.

PRODUCTO ACTUAL PRODUCTO NUEVO


A. PENETRACION B. DESARROLLO DE
MERCADO
EN EL MERCA- PRODUCTO
ACTUAL
DO
MERCADO C. DESARROLLO D. DIVERSIFICACIÓN
NUEVO DE MERCADO

Si se optara por a Alternativa A, estaríamos decidiendo mantener el producto actual en el


mismo mercado, buscando mejorar nuestra participación en él.

Si se eligiera la Alternativa B, deberíamos buscar un nuevo producto (dentro de la misma


área de productos o servicios actuales) para proveer al mercado actual.

Si fuese la Alternativa C, debiéramos buscar llevar adelante nuestro producto en un nuevo


mercado. Por Ejemplo; si fabricamos dulces y vendemos en Mar del Plata, venderlos en
otra localidad o a otro sector de la sociedad donde hoy día no se trabaja.

Si la opción fuera la D, implicaría un esfuerzo por comenzar de cero con un nuevo produc-
to y un nuevo mercado, diferente a lo que la organización realiza actualmente.

Lo importante es determinar ¿con que criterio elegir el vector de crecimiento?


Un criterio puede ser elegir en función del riesgo a asumir por la empresa. Donde la alter-
nativa más propicia sería la A por ser la menos riesgosa.

Otro criterio sería relacionarlos con la actitud de los empresarios o la empresa. El conoci-
miento profundo del producto o del mercado donde se trabaja puede brindar entonces un
eje para desarrollar el negocio porque brinda mayor nivel de confianza y seguridad para
seleccionar una alternativa como la B o la C.

La alternativa D, implica un alto nivel de riesgo en la decisión y rodearse de personas que


conozcan los mercados y en profundidad el tipo de producto a desarrollar. Ya que en cier-
ta medida implica volver a empezar porque todo es diferente a lo que la organización vie-
ne realizando.

3. Análisis FODA
Es una herramienta que nos permite elaborar un diagnóstico interno y externo de la orga-
nización. En el ámbito interno se buscará determinar Fortalezas y Debilidades, mientras
que fuera de la organización buscaremos Oportunidades y Amenazas.

Para el análisis externo (oportunidades, amenazas) podemos emplear un esquema que


muestre las fuerzas que generalmente actúan en el mercado en relación a la organiza-
ción, para poder determinar la posición respecto de éstas.

En el capítulo 1 hemos presentado a la Matriz FODA como instrumento, a continuación


mostramos un ejemplo de aplicación para el análisis externo del mercado donde comer-
cializamos nuestros productos.

En este caso, nos limitamos a un análisis cualitativo de las fuerzas que intervienen. Sin
embargo, es posible darle un tratamiento más sofisticado si se cuenta con la información
adecuada.

Amenazas de nuevos
competidores

Poder de nego- Rivalidad de Poder de ne-


ciación de los competidores gociación de
proveedores existentes los clientes

Amenaza de productos
sustitutos

Amenazas de nuevos competidores, se refiere a la posibilidad de que en el entorno


cercano a la organización se instalen nuevos competidores (ya sea en instalarse en el
mismo barrio en caso de la prestación de un servicio, o un producto similar al producido
por la organización para el mismo tipo de clientes).
Amenazas de productos sustitutos se refiere a la posibilidad de aparezcan produc-
tos/servicios nuevos, que satisfacen la misma necesidad que lo producido por la organi-
zación pero son generados por otros competidores.

Poder de negociación de los Proveedores, habla de la relación entre quien nos brinda
los insumos para producir y la organización. Es decir la variedad y disponibilidad de quie-
nes ofrezcan a la organización los insumos necesarios para producir. Cuanta menor canti-
dad de proveedores exista, mayor es su poder de decisión sobre los precios, condiciones
de venta, etc. Para una organización lo mejor es buscar variedad de proveedores para no
sólo obtener mejores precios y calidades sino para eludir la presión y la dependencia que
la poca diversidad de proveedores genera.

Poder de negociación de los clientes. Este punto se refiere a la capacidad de los clien-
tes para poder negociar las condiciones de compra. Y lo podemos analizar desde dos
cuestiones; por un lado la disponibilidad de otros productos que satisfacen la misma ne-
cesidad, y por otro la importancia del cliente para la organización. Lo primero indica que si
hay muchas organizaciones o empresas que ofrecen el mismo producto o productos simi-
lares, el cliente tiene mayor cantidad de alternativas y puede bajo la amenaza de no com-
prar negociar con mayor libertad las condiciones de compra (precio por cantidad, formas
de pago, etc.). Y el segundo punto refiere a la importancia del cliente como comprador o
como acceso a nuevos compradores. Por ej. Una organización que produce Mermeladas,
tiene un cliente que compra el 20% de la producción y al mismo tiempo tiene contactos
para poder colocar el mercado otro 15% de la producción. Ese cliente por su capacidad
de compra directa o indirecta tiene mayores posibilidades de negociar las condiciones de
compra y al mismo tiempo requiere mayor atención por parte de la organización.

Por ultimo, la rivalidad de competidores existentes. En este punto lo importante es ana-


lizar que relación tiene el emprendimiento con los competidores más cercanos o más im-
portantes. Es decir, si existen o no reglas claras de juego, si pueden llevarse adelante
acuerdos de precios o de jurisdicciones de venta, si se puede hablar de “códigos” comer-
ciales compartidos. Es de suma importancia mantener una competencia sana entre las
organizaciones. En esta sociedad de consumo en la que vivimos, hay suficiente mercado
para todos.

4. Potencial de sinergia
Es la capacidad de la organización para afrontar nuevos desafíos del mercado (produciendo, ven-
diendo o financieramente) haciendo más cosas sin necesidad de incrementar los insumos en la
misma proporción. Tiene relación directa con la capacidad de combinar los recursos de la organi-
zación de modo tal que nos permitan crecer sin tener que incrementar lo recursos. La cualidad de
organizarse mejor y aprovechar al máximo las capacidades con que se cuentan (tanto intelectua-
les o humanas, como de recursos físicos).

Estas herramientas y procesos no se aplican necesariamente en el orden expuesto. La


realidad es dinámica y, por lo tanto, estos instrumentos deben facilitar y guiar a los res-
ponsables por la gestión en los cursos de acción más convenientes para el crecimiento y
la supervivencia de la misma.

UNA VISIÓN DINÁMICA ACERCA DE SER COOPERATIVA


Si consideramos al empresario como la persona que emprende un negocio o la que ha
creado una empresa en marcha de la nada, la creación de nuevas empresas se acotaría
al móvil económico.
Es decir, crearán empresas aquellas personas que vislumbren una oportunidad de lucro.

Si además, la creación de esa empresa se rige por los principios y valores cooperativos,
aún cuando no tenga su forma jurídica plena, desde la perspectiva de la Economía Solida-
ria se tendrá un valor agregado interesante.

Sin embargo, la realidad es mucho más compleja, puesto que se espera que, además del
éxito económico se espera que la sociedad mejore por acciones directas y concretas de la
cooperativa.

El proceso emprendedor implica todas las funciones, tareas y actividades asociadas a la


percepción de oportunidades y a la creación de organizaciones para perseguirlas.

No obstante, parece no ser suficiente la existencia de un único emprendedor (individuo


creador) para optimizar la función creativa, sino de un equipo de trabajo que sea empren-
dedor. En este curso, nos enfocaremos en aquellos equipos que adoptan o desean adop-
tar los principios y valores del cooperativismo.

Una cooperativa no es la simple suma de esfuerzos emprendedores individuales. Ni tam-


poco exige que todos los asociados sean emprendedores por sí mismos. Más bien se es-
pera que al trabajar juntos, colaborativamente, sus esfuerzos se multiplican.

En la actualidad, se debería acabar con el "mito de los héroes emprendedores" y recono-


cer el cooperativismo emerge de las contribuciones sinérgicas de los asociados.

Podemos analizar la dinámica de la gestión cooperativa desde dos tipos de requisitos


esenciales
 requisitos de actitud,
 requisitos de liderazgo y comportamiento

REQUISITOS DE ACTITUD
Hay al menos dos tipos de actitudes en los asociados que mejoran la efectividad de una
cooperativa:

La satisfacción en el trabajo
Es el conjunto de impresiones y creencias que las personas tienen acerca de sus trabajos
actuales. Una persona con una elevada satisfacción en el trabajo generalmente le gusta
éste; siente que está siendo justamente tratado, y cree que el trabajo tiene muchas carac-
terísticas deseables.

En general, es deseo de los miembros de un equipo estar satisfechos con sus trabajos
por, al menos, dos razones. Primero, miembros satisfechos es más probable que aporten
más al equipo y se comprometan en los comportamientos cívicos de la organización,
comportamientos que no son requeridos, pero que contribuyen y son necesarios para la
eficiencia de un equipo, son más capaces de cumplir la llamada del deber por encima de
todo, lo cual puede oscilar entre hacer horas extras cuando sean necesarias y presentar-
se con verdaderas ideas creativas, así como superar los obstáculos para realizarlos, sa-
liéndose de su camino para ayudar a otro.

Una segunda razón para satisfacer a los miembros es que así será menos probable que
dejen la organización. Así, la excesiva desvinculación limita la información de la capacidad
sinergética que es crucial para el incremento continuo del proceso de construcción de una
cooperativa.

En resumen, la satisfacción en el trabajo no sólo ayuda a preparar la necesaria "pasión"


para el trabajo colaborativo, sino también ayuda a poner los cimientos en los miembros de
la cooperativa para el desarrollo de un conocimiento único compartido acerca de ellos
mismos, de los otros y de su trabajo.

El compromiso
El compromiso organizacional se define como: un fuerte deseo de permanecer en una
particular organización; la buena voluntad de ejercer un alto nivel de esfuerzo en nombre
de la organización; y la aceptación de los valores y objetivos de la organización.

El compromiso es visto como el grupo de sentimientos, sensaciones y creencias que los


miembros tienen de su equipo como un todo. Los asociados que se comprometen con és-
te, creen en lo que el equipo esta haciendo, están orgullosos de lo que el equipo significa,
muestran un alto nivel de lealtad hacia él, y experimentan a conciencia un sentido inten-
cionado de compañerismo. Es más probable que los miembros comprometidos actúen a
la llamada del deber por encima de todo para ayudar a su equipo y es menos probable
que dejen el trabajo.

La cooperación no surge de la coacción y de los contratos. Sino de los individuos que es-
tán altamente comprometidos, y constantemente "trabajan por encima de sus posibilida-
des". Tal pasión surge de la satisfacción y del compromiso individual del equipo, lo cual
lleva al individuo a ir "más allá de la llamada del deber" y a "ampliar sus habilidades ante-
riores" para servir al equipo. Así, el compromiso de los miembros del equipo hacia éste y
hacia su satisfacción en el trabajo, son dos requisitos de actitud esenciales en el trabajo
cooperativo

El sinergismo colectivo es el resultado del compromiso de los miembros del equipo hacia
su trabajo y hacia el grupo. Este compromiso proporciona la motivación para mantener
unas relaciones interpersonales armoniosas que son la base para alcanzar un alto nivel
de comunicación, una buena colaboración, y una resolución de conflictos efectiva.

La comunicación en la cooperativa
En un ambiente de trabajo en equipo, tal comunicación interpersonal, produce el entendi-
miento y la comprensión no sólo de uno a otro, sino también de todo el equipo de trabajo.
La comunicación actualiza información acerca de los individuos y el equipo, y asegura la
completa comprensión. La comunicación entre los miembros del equipo también contribu-
ye a la "redundancia de información", que es fundamental para el proceso de innovación
continuo y creciente, eje central del emprendedurismo colectivo.

La colaboración en la cooperativa
Mientras que la competencia fue el principal valor guiando aptitudes y comportamientos
hacia el trabajo en los entornos que caracterizaron las sociedades preindustrial e indus-
trial, actualmente, la colaboración es el valor alternativo para afrontar los retos de los am-
bientes turbulentos de la sociedad post-industrial a la que en la actualidad nos enfrenta-
mos.

La colaboración refleja un deseo de alinear los propósitos propios con aquellos que son
de otros y negociar, mutuamente, unos resultados aceptables, en lugar de coaccionar y
dominar con el fin de conseguir lo que se quiere.
Definimos la colaboración como un comportamiento interactivo que satisface los intereses
de todos los miembros del equipo implicado y que conduce a resultados integrales.

Conflictos en la cooperativa
El conflicto es el proceso que comienza cuando una de las partes percibe que la otra ha
afectado, o está a punto de afectar, negativamente en algo que él o ella estima.

El cómo sea dirigido o manejado un conflicto tendrá un impacto directo en la actuación y


resultados del equipo. Los equipos deberían superar eficazmente dos tipos de conflictos:
Conflictos de tareas o conflictos funcionales (desacuerdo entre los miembros del grupo
acerca del contenido de la tarea) y conflictos de relación o conflictos disfuncionales (in-
compatibilidades interpersonales, tensión, estados de ánimo y molestias).
Los estudios demuestran que los conflictos de tareas o funcionales son beneficiosos para
el desarrollo del equipo, especialmente sobre la creatividad del equipo y la calidad de de-
cisión.

Sin embargo, los conflictos de relación o disfuncionales van en detrimento de las actua-
ciones en equipo, dando como resultado relaciones personales pobres que dañan la si-
nergia en equipo y, si no son resueltas, destruyen el espíritu cooperativo. Dirigir adecua-
damente el conflicto puede ayudar a reducir el consumo innecesario de recursos, a au-
mentar la capacidad sinérgica y construir recursos relacionales.

IMPACTO DEL LIDERAZGO EN ACTITUDES Y COMPORTAMIENTOS


El cooperativismo exige la necesidad de liderazgo en equipo. El liderazgo puede ayudar a
cultivar tanto las condiciones de actitud como de comportamiento hacia adentro y hacia
fuera de la cooperativa. Cada uno juega un papel importante ayudando a crear mejor so-
ciedad.

En realidad, en estos modelos organizacionales, el liderazgo no "se quita del medio".


Simplemente cambia sus estilos, del estereotipo tradicional de "héroes individuales" ro-
deado de un equipo de "zánganos" cuya única responsabilidad es servir las órdenes e ins-
trucciones al "genio organizador", quien está dispuesto a sacrificarse para asegurar una
atmósfera de cooperación.

El liderazgo orientado hacia las relaciones


Los que se orientan hacia las relaciones están interesados en la gente, tendiendo a in-
crementar la colaboración y el trabajo en equipo, subordinándose al trabajo satisfactorio e
identificándose con la organización y equipo.

Al analizar los tipos de comportamientos del liderazgo orientado hacia las relaciones, se
ha descubierto que el apoyo está relacionado con la actitud y comportamiento positivo del
subordinado, y con los comportamientos interactivos entre los colaboradores / compañe-
ros de trabajo. Al mostrar consideración, respeto, aceptación, y preocupación por las ne-
cesidades y sentimientos de sus subordinados, los líderes que apoyan el trabajo en equi-
po ayudan a construir y mantener relaciones interpersonales efectivas y ayudan a sus su-
bordinados a reducir y vencer el estrés, lo cual puede ayudar a reducir conflictos relacio-
nales que pueden dañar el emprendedurismo colectivo.

El liderazgo orientado hacia las tareas


Los líderes orientados hacia las tareas no pierden tiempo trabajando con sus subordina-
dos. Definen y estructuran sus propias reglas y las de sus subordinados, supervisan de
cerca a sus subordinados en el establecimiento y consecución de metas u objetivos for-
malmente preestablecidos, ignorando los sentimientos y actitudes de los mismos.

Estos líderes definen las reglas de los otros, explican qué hacer y porqué, determinan los
modos en cómo se han de ejecutar las tareas, y ofrecen cualquier nuevo enfoque a los
problemas, aspectos todos que incrementan la probabilidad de que el subordinado de-
penda del líder. Negando, de esta forma, su iniciativa y creatividad.

El liderazgo participativo
Se considera al liderazgo participativo como un aspecto distinto del liderazgo orientado
hacia las tareas y el basado en las relaciones. Este implica los esfuerzos del líder para
motivar y facilitar la participación de sus subordinados en la toma de decisiones, que, de
otro modo, podrían ser tomadas sólo por el líder. En general, los líderes participativos mo-
tivan a sus subordinados a asumir responsabilidades en su propio trabajo.

De forma similar al liderazgo orientado hacia las tareas, el liderazgo participativo influen-
ciará a los miembros del equipo para que estén abiertos a las opiniones, ideas y sugeren-
cias de los demás. Un líder que abre el dominio de la autoridad de decisión al grupo, favo-
recerá a los miembros del equipo para que abran sus dominios de trabajo a otros miem-
bros, haciendo así todo el equipo de trabajo más integrado y más orientado en su totali-
dad

CAPITAL SOCIAL ECONÓMICO


El capital social económico refleja la dimensión relacional, asociativa, conectiva, de aque-
llas unidades u organizaciones primarias que actúan en la esfera de la producción, la dis-
tribución o el intercambio de bienes y servicios, que realizan actividades económicas con-
juntas y en muchos casos también brindan asistencia técnica y representación de los in-
tereses de sus asociados. La promoción del capital social económico apunta a construir
un entramado social que haga más sostenibles y equitativas las alternativas de genera-
ción de trabajo e ingresos.

La realidad de las nuevas organizaciones económicas muestra que las categorías tradi-
cionales no alcanzan por sí solas para dar cuenta de la complejidad de su gestión. La cri-
sis de la empresa capitalista, con las consecuentes altas tasas de trabajadores desocupa-
dos, obliga a redefinir e! enfoque de análisis hacia lo territorial.

El capital social económico está constituido en su base por dos tipos diferentes de unida-
des u organizaciones primarias: (a) las unidades económicas de la llamada "economía
social o solidaria", y (b) las unidades económicas de la "economía empresarial". Se distin-
guen en función de la relación social o "forma social" del trabajo utilizada al interior de es-
tas organizaciones
La economía empresarial se basa en el trabajo asalariado, debido a la relación social que
se establece entre un empresario (individuo o sociedad) que es dueño del capital y los
trabajadores que reciben un salario a cambio de su trabajo para subsistir. Esta organiza-
ción del trabajo crea en la esfera de la producción un "excedente" que se realiza en el
mercado a través de la venta de la producción (ya sean productos o servicios) y es fuente
de beneficios o ganancias.

La configuración de esta forma social del trabajo y una disposición "adecuada" tanto de
capital como de materias primas (recursos productivos), asegura a las organizaciones de
la economía empresarial (empresas capitalistas) la obtención en el mediano plazo de una
rentabilidad que les permite un ritmo de capitalización ampliada acorde con las condicio-
nes medias predominantes en la economía. Su racionalidad económica, por lo tanto, tiene
por objetivo la maximización de una ganancia capitalista.

La economía social o solidaria, en cambio, se basa en relaciones no salariales, solidarias


e igualitarias de trabajo, a través de la relación social que se establece entre los trabaja-
dores, que son los propietarios del capital, y por lo tanto del producto o servicio que reali-
zan, lo cual determina que la distribución de los beneficios que obtienen se efectúe según
el trabajo aportado.

Esta conceptualización de base económica está acompañada de mecanismos participati-


vos en la toma de decisiones y en un conjunto de valores que le dan a la organización o
unidad una proyección -actual o potencial- de índole comunitaria.
En el marco de la economía social o solidaria funcionan tres tipos de organizaciones eco-
nómicas:
 de autoproducción,
 de subsistencia,
 capitalizadas.

La racionalidad económica de la economía social o solidaria tiene por objetivo la maximi-


zación de un ingreso monetario y/o no monetario (o su contrapartida en términos de aho-
rro de gastos vía autoproducción) que permita asegurar y mejorar la vida de los seres
humanos.

Este tipo de unidades puede generar una serie de "externalidades" positivas que tienen
que ver no sólo con el bienestar de sus miembros sino con el de su comunidad, tales co-
mo la reinversión de los excedentes en su entorno social, una mejor relación co-
sto/efectividad del llamado gasto social, y una mayor participación y poder de las mayorí-
as ciudadanas y, por ende, menor conflictividad social.

Son precisamente los sectores de menores recursos de la sociedad los que integran los
tres tipos de unidades u organizaciones de la economía social o solidaria. Por ello en este
trabajo nos concentraremos en el análisis y posibilidades de transitar de una respuesta
defensiva frente a la emergencia social, a constituirse en una alternativa de cambio del
actual modelo socio económico.

La economía social o solidaria no es sinónimo de microemprendimiento, de informalidad,


de "pobres entre pobres", de trueque porque "no hay plata". Por cierto, en muchos casos
el punto de partida es ese tipo de situaciones que son "contenedoras de la pobreza ac-
tual", pero que intentan -buscando nuevas formas de organización económica y social-
alcanzar una mayor escala en las actividades que les permita incorporar procesos tecno-
lógicos de avanzada que las hagan más eficientes y sostenibles en el mediano plazo.

Entendido así, constituye un subsistema dentro de la economía, una economía del trabajo
por contraposición con la economía del capital. La economía social o solidaria constituye
un subsistema que se vincula con el subsistema de la economía empresarial y con el sub-
sistema de la economía pública dentro del sistema económico global.

Por este motivo, más que focalizarse en forma aislada en las unidades de la economía
social, una política de desarrollo local debe centrarse en los eslabonamientos de la eco-
nomía social con la empresarial y la pública.

1. Economía social de autoproducción


La economía social o solidaria de autoproducción tiene por objetivo la producción de bie-
nes y servicios autoconsumidos para "asegurar la vida", es decir, la reproducción de la
mano de obra. Esta función social es llevada a cabo por tres tipos de unidades u organi-
zaciones: unipersonales, familiares, y asociativas o comunitarias.
Se realiza a través de actividades como las siguientes: las comúnmente denominadas "ta-
reas domésticas", el cuidado de la salud, de la educación, la autoproducción de alimentos,
de vestimenta y de materiales para la construcción de viviendas, entre otras.

Esta economía está a cargo principalmente de las mujeres, aunque con la actual desocu-
pación masculina, también está en parte bajo responsabilidad de los hombres. Estas no
producen en principio un excedente para vender en el mercado y apuntan principalmente
a la reproducción simple de sus recursos (capital y trabajo).

En cuanto a sus posibilidades de sostenibilidad en el tiempo, existen dos tipos de em-


prendimientos:
 los que producen sus propios insumos, como las semillas propias en huertas o
las crías en granjas, etc.,
 los que no producen sus insumos básicos y dependen de un flujo de recursos
externos para lograr la reproducción simple de los mismos, como los comedores,
los jardines maternales, las panaderías, los roperos comunitarios, las salitas de sa-
lud, etc.

2. Economía social de subsistencia


La economía social o solidaria de subsistencia tiene por objetivo la producción y/o comer-
cialización en el mercado de bienes y servicios para "asegurar la vida", es decir, la repro-
ducción de la mano de obra, empleando tanto trabajo familiar (por ejemplo, microempren-
dimientos o microempresas unipersonales o familiares) como asociativo remunerado (por
ejemplo, microemprendimientos asociativos o grupales bajo diferentes formas jurídicas,
como sociedades de hecho, cooperativas, asociaciones civiles, etc.).

La venta de productos o servicios, dada la escasez de capital de estas unidades económi-


cas, sólo permite obtener un ingreso que alcanza para la reproducción simple de sus re-
cursos productivos (capital y trabajo), es decir, para la subsistencia. En este caso, si bien
existe una remuneración del trabajo, la misma no siempre es monetaria (puede ser en es-
pecie).

La mayor parte de los emprendimientos de esta economía social de subsistencia se hallan


ubicados en el llamado sector informal de la economía. Este está caracterizado por una
forma de producir vinculada a la pequeña escala, con baja productividad, inestabilidad y
desprotección social para sus trabajadores.

¿Qué relación existe entre los conceptos de informalidad y economía social?

La informalidad hace referencia a la falta de cumplimiento de determinadas regulaciones


vinculadas con la realización de aportes fiscales y previsionales y otras normativas nacio-
nales, provinciales y municipales (permisos de habilitación, circulación, etc., de productos
o servicios).

Ahora bien, la informalidad existe tanto en algunas empresas de la economía empresarial


(aquellas que mantienen "en negro" a sus empleados, que no cumplen con el pago de im-
puestos o normativas de habilitación de productos, etc.), como la formalidad existe en al-
gunos de los emprendimientos de la economía social de subsistencia, y en muchos de los
emprendimientos de la economía social capitalizada.

3. Economía social capitalizada


La economía social capitalizada es la tercera modalidad que se distingue dentro de la
economía social o solidaria. Sus unidades económicas producen y/o comercializan en el
mercado bienes y servicios, con el objetivo de "mejorar la vida". Revisten forma uniperso-
nal, familiar (por ejemplo, micro o pequeña empresa), o asociativa (bajo diversas formas
jurídicas como sociedades civiles, cooperativas, uniones transitorias de empresas, etc.), y
el trabajo es remunerado en forma monetaria.

Dado que se basan en relaciones laborales solidarias, no salariales, con una lógica redis-
tributiva de los beneficios y no acumulativas, la racionalidad económica de este tipo de
unidades económicas consiste en la maximización de un ingreso monetario, parte del cual
va a reinvertirse en la actividad, iniciando así un proceso de reproducción ampliada.

En general, en países como el nuestro, estas unidades capitalizadas, también considera-


das "empresas sociales", tienen una escasez relativa de recursos productivos (principal-
mente capital) que les impide obtener en el mercado un ingreso equivalente a la ganancia
media capitalista. En muchos casos se ven obligados a "autoexplotar" su fuerza de trabajo
para mantener su presencia en el mercado.

Sin embargo, en los países desarrollados este tipo de empresa puede contar con una do-
tación suficiente de recursos productivos que las habilite para obtener un ingreso equiva-
lente a la ganancia capitalista.

Se las ubica dentro de la economía social, porque la conjunción de trabajo solidario, ade-
cuada organización empresarial y subsidios públicos y/o privados suele redundar en el
cumplimiento de objetivos sociales a nivel macro (relación costo/efectividad satisfactoria
respecto del gasto social), al mismo tiempo que obtienen una rentabilidad económica
adecuada para el emprendimiento.

En los últimos años, y con el avance de la crisis económica, se ha verificado una mayor
tendencia de este tipo de unidades económicas capitalizadas hacia el "asociativismo". La
conformación de estas unidades de negocios integradas por varios pequeños productores
o microempresarios se impone en la actualidad como forma de llegar en mejores condi-
ciones de competitividad a los mercados.

Y NOSOTROS ¿DÓNDE Y CÓMO ESTAMOS?


Diagnóstico participativo del capital social económico
a. Participantes: ¿quiénes forman
parte de la organización?
(Modalidades de participación de los
actores.)
b. Iniciativa: ¿cómo se generó la or-
ganización?
(Sector público o privado, si en forma
espontánea u organizada, o a través
de alguna instancia de gestión asocia-
da, etc.)
c. Alcance: ¿dónde actúa la organi-
zación?
(Ámbito barrial, local, provincial, na-
cional).
d. Modelo de gestión: ¿cómo se or-
ganiza?
(Normas y reglamentos de funciona-
miento formales e informales, asigna-
ción de roles y funciones según géne-
ro, edad, escolaridad, etc., modalida-
des de participación y mecanismos de
toma de decisiones, diferenciación en
áreas de gerenciamiento, modelos de
representación y delegación, lideraz-
gos, procedimientos de elección de
autoridades, mecanismos de control
de gestión y resolución de conflictos,
de comunicación interna y con el en-
torno, etc.).
e. Grados de formalización: ¿existe
una forma jurídica?, ¿cuál es?
(Para organizaciones de segundo gra-
do: red, consorcio, unión transitoria de
empresas, federación de cooperativas,
alianza estratégica, etc.; y para sus
organizaciones primarias: sociedades
de hecho, asociaciones civiles sin fi-
nes de lucro, sociedades civiles, co-
operativas, sociedades de responsabi-
lidad limitada, etc.)
f. Grados de articulación institucio-
nal: ¿con quién o quiénes gestiona?
(Con el Estado y otras instituciones,
principalmente en un territorio local:
gestión asociada de un proyecto pun-
tual, la programación sectorial y la
planificación estratégica integral.)
g. Problemas que intenta resolver:
¿por qué actúa?
(Causas que llevaron a la creación de
la organización; técnicas diagnósticas
empleadas y contenidos, etc.)

2. Planificación participativa de la gestión del capital social económico


a. Objetivos: ¿para qué actúa?
(Finalidad y propósitos de la or-
ganización.)
b. Estrategia: ¿cómo actúa?
(Caminos para la consecución
de sus objetivos.)
c. Actividades: ¿qué hace?
(Prácticas o tareas concretas
que desarrolla la organización.)

d. Recursos: ¿con qué?


(Recursos económicos, cultura-
les y políticos.)
e. Tipos de articulación eco-
nómica: ¿con quién o quiénes
negocia?
(Características de los vínculos
con otras organizaciones de la
economía social o solidaria, ta-
les como las redes o cadenas
horizontales, las organizaciones
de la economía empresarial a
través de su integración en ca-
denas verticales, la economía
pública a través de ventas al
Estado, etc.)

3. Evaluación participativa del impacto del capital social económico en


el desarrollo local
a. Los aportes característico de
la organización del capital social
económico respecto de otras or-
ganizaciones económicas (públi-
cas o privadas) al desarrollo lo-
cal. (recursos productivos y fi-
nancieros, puestos de trabajo,
servicios comerciales, informa-
ción, capacitación y asistencia
técnica, etc.).
b. Las vinculaciones económicas
de la organización con su con-
texto (posicionamiento en las
cadenas horizontales y vertica-
les productivas, comerciales y
de servicios, etc.).
c. Las relaciones de poder y los
mecanismos de participación
democrática dentro de la organi-
zación y con otros actores socia-
les del territorio local.
d. Los grados de gestión aso-
ciada entre la organización y el
Estado.
e. Las relaciones de género -
entre varones y mujeres dentro
de esta organización (en el ac-
ceso y control del trabajo, mane-
jo de recursos, capacitación, to-
ma de decisiones, distribución
de beneficios, etc.).
f. Las relaciones generacionales
-entre jóvenes y mayores- en la
organización (en el acceso y
control del trabajo, manejo de
recursos, capacitación, toma de
decisiones, distribución de bene-
ficios, etc.).
g. El grado de sostenibilidad en
el uso y manejo de los recursos
naturales y del medio ambiente
que realiza la organización.
h. Los vínculos que mantiene la
organización en términos de la
integración entre lo rural y lo ur-
bano (direccionalidad de las
transferencias socioeconómicas:
complementariedad, competen-
cia, cooperación, subordinación,
etc.).

Mate- BIE-
rias NES
pri-
mas
Maqui
nas EM SER-
Herra PR VICIO
mien-
tas ESA S
Edifi-
CAPÍTULO 3: PRODUCCIÓN
OPERACIÓN, PROCESO, PROCEDIMIENTO
Desde que entra la materia prima (materiales o información) hasta obtener el producto
terminado (un bien o un servicio), se realizan una serie de tareas que, por lo general, se
agrupan “naturalmente” formando ciertas etapas llamadas operaciones. A su vez, agru-
pando estas operaciones se define el proceso por el cual se obtiene el producto.

Desde otro punto de vista, se puede definir una operación según el efecto que produzca
sobre la materia o información en proceso y, entonces, puede haber grupos de tareas
equivalentes para realizar una misma operación. El detalle de las tareas a realizar en cada
etapa del proceso es lo que llamamos método o procedimiento.

Dado que, además de la mano de obra, intervienen numerosos entes aportantes de par-
tes, piezas, conjuntos, maquinarias, equipos e instalaciones que contribuyen al proceso
de bienes, es necesario establecer una verdadera coordinación con éstos.

Esta coordinación se logra mediante la planificación de actividades:


1) Preparación del trabajo
2) Programación de las tareas
3) Lanzamiento del trabajo a realizar
4) Control del avance de lo programado y planificado

Mediante la planificación, el área producción, intenta cumplir con tres objetivos fundamen-
tales:
• Lograr eficacia: se debe alcanzar el objetivo específico por el cual fue creada lo
producción: fabricar un determinado producto o línea de productos, o bien, prestar
un determinado servicio.
• Lograr eficiencia: debe hacerlo al menor costo posible.
• Lograr efectividad: debe alcanzarse el objetivo con el menor costo posible y de la
mejor manera posible.

ESTRATEGIAS
Antes de avanzar sobre las estrategias utilizadas en producción para alcanzar estos obje-
tivos, se debe aclarar el significado de estrategia. Como ya mencionamos anteriormente,
entendemos por ella a la delimitación de las acciones que se llevaran adelante para al-
canzar los objetivos planteados sobre la base de un diagnóstico de la organización.

Comúnmente, cada área funcional del emprendimiento (comercialización, producción,


administración, etc.) tiene su propia estrategia que responde a la estrategia general del
emprendimiento. La estrategia de producción es, básicamente, el nexo entre las deci-
siones que se toman sobre las operaciones a realizar y los objetivos generales de la em-
presa establecidos a corto y largo plazo.

En cualquier tipo de empresa, la responsabilidad de los asociados consiste en planear el


futuro a largo plazo del emprendimiento. La estrategia general define él o los negocios a
los que se dedicará la organización, las nuevas oportunidades y amenazas que surgirán
en el entorno y los objetivos de crecimiento que será preciso alcanzar. Básicamente, deci-
de respecto de
Determinar la misión:
Es decir, establecer a qué tipo de negocio se dedicará la empresa; dónde se espera estar
a futuro (por ejemplo: en 10 años); quiénes son los clientes; cuáles son los ideales de los
asociados; qué parámetro se utilizará para medir el éxito: las ganancias, el crecimiento,
etc.

Estudiar el entorno:
Identificar tendencias socioeconómicas (industria, mercado, sociedad) buscando oportu-
nidades y amenazas potenciales.

Desarrollar capacidades fundamentales:


Se debe aprovechar todo lo que la organización hace particularmente bien: las capacida-
des fundamentales. Éstas reflejan el aprendizaje colectivo, especialmente en la forma de
coordinar procesos e integrar tecnologías. Se debe analizar la fuerza de trabajo, tipo de
instalaciones, conocimientos financieros y de mercado y el grado de tecnología y organi-
zación implementadas

Importante: si bien se deben explotar las capacidades fundamentales existentes del em-
prendimiento, también se requiere un mejoramiento constante sobre estas capacidades
para mantenerlas. Dicho mejoramiento, a veces, suele ser radical pero otras puede ser
fruto de una serie de pequeños cambios graduales.

Entonces, una vez que se determinó a qué clientes atender mediante una investigación
del mercado, se deben desarrollar las prioridades competitivas del emprendimiento, es
decir, las capacidades y las fortalezas que habrá que poseer para satisfacer la demanda
del consumidor.

Al identificar las capacidades de producción necesarias para el futuro, las personas res-
ponsables de la producción deben trabajar muy de cerca con las personas responsables
de otras áreas para que todos sean capaces de responder a las amenazas del entorno.

PRIORIDADES COMPETITIVAS:
El análisis de mercado identifica las necesidades de mercado que una empresa puede
explotar para obtener una ventaja competitiva en cada segmento del mercado.

Después de traducir esas necesidades en capacidades deseables para cada una de las
áreas funcionales del emprendimiento (comercialización, producción, distribución, etc), es
preciso desarrollar las capacidades seleccionadas que se relacionan con las prioridades
competitivas establecidas en el emprendimiento.

Las decisiones estratégicas a considerar pueden agruparse en cuatro prioridades compe-


titivas: Costo, Calidad, Tiempo y Flexibilidad.

En el siguiente cuadro se exponen estas decisiones con una breve descripción.

Es importante realizar este análisis al planificar las actividades de la cooperativa como


cuando se está evaluando lo que se hizo hasta un momento dado.

PRIORIDAD DECISIONES DESCRIPCIÓN


Operaciones de
COSTO
Operaciones
de bajo costo

Diseño de alto Incluye características


rendimiento superiores, tolerancias
estrechas, mayor durabi-
CALIDAD

lidad y servicios relacio-


Diseño de alto nados
Calidad consis- Es la calidad que se es-
tente pera según lo acordado
con el cliente o lo que se
ha visto en publicidad
rendimiento
Calidad consis- Es la calidad que se es-
pera según lo acordado
con el cliente o lo que se
ha visto en publicidad
tente
Entrega rápida Desde que se recibe el
pedido hasta que se en-
trega el producto
Entrega a tiempo Mide la frecuencia con la
cual se cumplen pun-
tualmente las promesas
sobre el tiempo de en-
TIEMPO

Entrega rápida trega (es la entrega rápi-


da a compradores indus-
triales)
Velocidad de Mide el tiempo transcu-
desarrollo rrido desde la genera-
ción de la idea de un
producto hasta el diseño
final y producción
Personalización Es la capacidad de satis-
facer las necesidades
particulares de un cliente
FLEXIBILIDAD

modificando diseños
Flexibilidad de Es la capacidad de ace-
Personaliza-
volumen lerar o frenar rápidamen-
te la tasa de producción
para lidiar con grandes
fluctuaciones de deman-
da
ción
Flexibilidad de Es la capacidad de ace-
volumen lerar o frenar rápidamen-
te la tasa de producción
para lidiar con grandes
fluctuaciones de deman-
da

SELECCIÓN DE LAS PRIORIDADES COMPETITIVAS:


¿Por qué, en general, se tiene que escoger sólo algunas de las ocho prioridades competi-
tivas para desarrollar por la empresa? Porque en cierto momento, cualquier mejora adi-
cional en una de éstas puede originar un empeoramiento en una o varias de las demás.

Por ejemplo: frecuentemente, un diseño de alto rendimiento provoca una elevación de los
costos. Por lo tanto, es común que la organización deba escoger un conjunto de priorida-
des competitivas para enfocar en ellas los esfuerzos.

Por otro lado, muchas veces no es posible trabajar compensando unas prioridades com-
petitivas con otras porque una de ellas se convierte en un requisito conocido como califi-
cador de pedido para poder comerciar en un segmento de mercado en particular.

En esas situaciones, los clientes no harán pedidos, a menos que la organización demues-
tre que posee cierto nivel de rendimiento. Un ejemplo de calificador de pedido es la fiabi-
lidad de los electrodomésticos.

Satisfacer el calificador de pedido no garantiza el éxito competitivo en un mercado: sola-


mente coloca al emprendimiento en condiciones de competir en él.

Flujos de proceso:
Partiendo de las prioridades competitivas del emprendimiento para sus productos, los
responsables de la producción deben seleccionar una estrategia de flujo, la cual deter-
mina cómo se deberá organizar físicamente el sistema de operaciones para manejar el
volumen y la variedad de productos que un segmento de mercado específico requiere.

El emprendimiento puede emplear más de una estrategia de flujo para sus operaciones,
según las prioridades competitivas de cada conjunto de productos que desee producir.

Con una estrategia de flujo flexible, se puede producir una amplia variedad de produc-
tos de bajo volumen. Diferentes tipos de máquinas o empleados con diferentes conjuntos
de habilidades se agrupan para hacerse cargo de todos los productos que requieren el
desempeño de una función específica y diversos productos pasan de un proceso a otro.

En otro extremo se encuentra la estrategia de flujo en línea, en la cual el equipo y el


personal están organizados en torno al producto o servicio. Este tipo de estrategia se
ajusta a la producción de unos cuantos productos en altos volúmenes y donde, en gene-
ral, se utilizan instalaciones automatizadas. Aquí todos los productos siguen un patrón
lineal a lo largo de la instalación. Si los recursos son lo suficientemente flexibles, los pro-
ductos pueden seguir la misma secuencia de operaciones.

La estrategia de flujo intermedio o mixta está a medio camino entre las estrategia de
flujo flexible y la de flujo en línea. Los volúmenes de productos son relativamente altos y el
sistema tiene que ser capaz de manejar los pedidos de varios clientes al mismo tiempo.
En las manufacturas, si la demanda es suficientemente previsible, se pueden fabricar al-
gunos productos o componentes estándar antes de recibir los pedidos concretos de los
clientes. El patrón general de flujo sigue siendo desordenado pero surgen ciertas rutas
dominantes.

Estrategias de elaboración basadas en flujos:

Estrategia de fabricación para inventario:


Los establecimientos que usan flujo en línea tienden a fabricar productos que se almace-
nan en las instalaciones para una entrega inmediata, minimizando el tiempo de entrega al
cliente.

Estrategia de ensamble por pedido:


Es un enfoque para elaborar productos que incluyen muchas opciones, a partir de relati-
vamente pocos ensambles y componentes, después de haber recibido los pedidos de los
clientes.

La estrategia de flujo intermedio es apropiada para esta situación porque los componen-
tes y ensambles de alto volumen pueden producirse con una estrategia de flujo en línea,
mientras que los componentes y ensambles de bajo volumen pueden producirse con una
estrategia de flujo flexible.

La estrategia de ensamble por pedido satisface, comúnmente, dos prioridades competiti-


vas: la personalización y la entrega rápida.

Estrategia de fabricación por pedido:


Se usa el flujo flexible para la fabricación de productos en bajos volúmenes, de acuerdo a
las especificaciones del cliente. Esta estrategia permite un alto grado de personalización.

DOCUMENTOS BÁSICOS DE PRODUCCIÓN


Como primer paso para poder entender, en general, cómo se desarrolla en proceso pro-
ductivo, es decir, cómo se relacionan unas operaciones con otras en la fabricación de un
producto, se utiliza un esquema llamado diagrama de flujo. En éste, por medio de blo-
ques, identificamos cada una de las operaciones y las conectamos por flechas para mar-
car la dirección en el avance del proceso.

Por otro lado, también es necesario conocer el método o procedimiento empleado para
desarrollar cada operación y, entonces, es necesario contar con un documento que expli-
que detalladamente cómo se ejecuta cada una de las operaciones en un formulario de-
nominado hoja de procedimientos..

Ambos documentos, diagrama de flujo y hoja de procedimientos, se pueden compilar para


formar el manual de procesos que es útil para varios propósitos:

 Como ayuda memoria de las personas que trabajan en producción


 Como material básico para capacitar a nuevas personas
 Como base para el mejoramiento del proceso y/o del producto
 Como base para establecer formas de controlar la calidad
 Como información básica para formular proyectos de financiamiento

Todos estos documentos son objeto de posibles modificaciones que surgen de la mejora
del proceso/producto,.
A continuación presentamos un ejemplo cotidiano para ilustrar estos conceptos. Para ela-
borar una torta, tenemos las instrucciones detalladas en la caja (hoja de procedimientos y
mostramos el diagrama de flujo que ilustra los pasos a seguir.

Diagrama de flujo para elaboraruna torta:


Encender el horno

Enmantecar y Seleccionar los


enharinar el mol- ingredientes: le-
de che, huevos, pol-
vo instantáneo

Mezclar los ingre-


dientes

Volcar la mezcla
en el molde

Hornear

Dejar enfriar

Desmoldar

Servir

DISTRIBUCIÓN EN PLANTA
Una vez que se definen las estrategias de flujo y fabricación a utilizar en la producción, y
la cantidad de productos a fabricar en período de tiempo, se debe analizar cómo ordenar
físicamente las operaciones para aprovechar al máximo el área disponible en el estable-
cimiento.

Es decir, si se supone que la elaboración de un determinado producto requiere una estra-


tegia de flujo lineal, existen varias maneras de disponer las operaciones linealmente. Por
ejemplo:

En línea recta

En U

En zigzag
En L

Si se requiere una estrategia de flujo flexible, las opciones para acomodar las operaciones
son mucho más amplias. Existen diferentes técnicas para realizar una buena distribución
de planta. Una de ellas consiste en comenzar ordenando los grandes sectores en general
para luego resolver los detalles en particular.

Una vez que se definieron los productos y cantidades (o procesos y actividades) se pue-
den seguir estos pasos:

1) Listar la áreas o actividades ya definidas y establecer las relaciones de cercanía nece-


saria entre ellas utilizando un cuadro de relaciones de cercanía donde se registra la
necesidad de cercanía y su justificación para cada par de actividades.

2) Establecer los requerimientos de áreas para las mismas

3) Simbolizar las áreas o actividades y diagramar las relaciones de cercanía establecidas


en el primer paso sobre un papel.

4) Representar la superficie de cada área o actividad en escala conforme al diagrama de


relaciones obtenido en el paso 3) para obtener una distribución preliminar o básica que
se irá deformando para obtener una que sea satisfactoria a partir de aproximaciones
sucesivas.

5) La evaluación de las alternativas obtenidas y selección de la óptima en función del ob-


jetivo

6) Detallar la distribución elegida utilizando un plano


CAPÍTULO 4: ECONOMÍA
¿QUÉ ES LA ECONOMÍA?
Cuando hablamos de economía; y más precisamente de la economía social y solidaria,
que es la que nos interesa en este curso; primero debemos hablar de ciertas cuestiones
que nos ayudarán a entenderla mejor.

Las personas necesitan alimentarse, vestirse, recibir una educación, etc.; para ello tienen
unos recursos o ingresos que siempre son insuficientes a la hora de conseguir todos los
bienes y servicios que desean para satisfacer sus necesidades. También el conjunto de
personas, la sociedad, tiene necesidades colectivas, como los caminos, la justicia, la edu-
cación, etc.; y al igual que ocurre con las personas individuales, también tiene más nece-
sidades que medios para satisfacerlas.

La economía se ocupa de las cuestiones que se generan en relación con la satisfacción


de las necesidades de los individuos y de la sociedad.

Para satisfacer estas necesidades, que pueden ser tanto materiales (alimentos, vestidos,
vivienda) como no materiales (educación, ocio) de una sociedad, las personas se ven
obligadas a llevar a cabo determinadas acciones productivas. Mediante estas actividades
se obtienen los bienes y los servicios que se necesitan, entendiendo por bienes todo me-
dio capaz de satisfacer una necesidad tanto de los individuos como la sociedad.

La economía se preocupa, precisamente, de la manera en que se administran unos recur-


sos escasos, con el objeto de producir diversos bienes y distribuirlos para su consumo en-
tre los miembros de la sociedad, atendiendo a las necesidades ilimitadas que poseen.

ECONOMÍA CLÁSICA Y ECONOMÍAS ALTERNATIVAS


Desde hace ya varios años se viene divulgando en el mundo de las ideas y las prácticas
económicas alternativas el concepto de economía de la solidaridad, economía solidaria, o
como la llamaremos en adelante “economía social”. En todos los casos, la expresión es
utilizada para dar cuenta de las numerosas experiencias de hacer economía (en sus di-
versas fases de producción, distribución, consumo y acumulación) que se caracterizan por
movilizar recursos, ahorro ético, etc.

Al tratarse de experiencias que pretenden manejarse con criterios alternativos en alguna


de las cuatro fases de la economía, necesariamente estamos frente a una realidad muy
diversificada de propuestas, por ejemplo: cooperativas, grupos asociativos y empresas
recuperadas, talleres autogestionados, comunidades de trabajo, experiencias de comercio
justo, de ahorro ético, etc. En todos los casos, lo que une a tan variadas experiencias es
la búsqueda de una economía más justa, más participativa y solidaria por medio del aso-
ciativismo y de la cooperación, factores, relaciones económicas y valores alternativos a
los que hegemonizan en nuestros mercados.

ECONOMÍA SOLIDARIA
Frente a este panorama, lo que propone la economía solidaria es un modelo de desarrollo
distinto, basado en experiencias comunitarias donde se puedan vivenciar los valores de la
solidaridad, de la ayuda mutua, de la equidad, de la participación y la autogestión.
En síntesis, podemos describir a la economía social y solidaria como aquella activi-
dad económica que tenga por objeto trabajar para sus miembros y usuarios, y para
la sociedad, a fin de satisfacer necesidades precisas de interés colectivo.

La Economía Social no esta desvinculada del mercado. Se articula en él la mayor parte


del tiempo, a pesar que existen ciertas experiencias (como el trueque) que apuestan a se-
pararse explícitamente.

Se puede afirmar que la economía de mercado ocupa un papel predominante en la socie-


dad en la que vivimos, por lo que, los aportes de la Economía Social tienden a permane-
cer invisibles, e incluso a verse instrumentalizados a favor de los que posen el capital.

La Economía Social abarca las distintas formas de organización para las que optan los
ciudadanos y las ciudadanas con el objetivo de crear sus propias fuentes de trabajo o pa-
ra acceder a bienes y servios de calidad al costo mas bajo posible, en una dinámica de
reciprocidad y solidaridad que articula los intereses individuales y el interés colectivo.

ECONOMÍA SOLIDARIA Y COOPERATIVISMO


Como antes habíamos mencionado, existen diferentes propuestas o actividades que pue-
den inscribirse dentro de la Economía Social. Particularmente este curso está destinado a
cooperativas, por que debemos, si queremos explicarlas, hablar de un proceso más gran-
de denominado cooperativismo.

El movimiento cooperativo es el movimiento social que defiende la cooperación de sus


integrantes en el rango económico y social como medio para lograr que los productores y
consumidores, integrados en asociaciones voluntarias denominadas cooperativas, obten-
gan un beneficio mayor para la satisfacción de necesidades.

Las cooperativas están basadas en los valores de la autoayuda, la autorresponsabilidad,


la democracia, la igualdad, la equidad y la solidaridad. En la tradición de sus fundadores,
los socios cooperativos hacen suyos los valores éticos de la honestidad, la transparencia,
la responsabilidad y la vocación social.

Todos los valores cooperativos, desde luego, son esenciales. Tal vez uno de los más so-
bresalientes es de la autoayuda. Que traducido en palabras sencillas equivale a decir que
solo el pueblo salva al pueblo. La gran virtud del cooperativismo es la de despertar con-
fianza y fe de que cooperando con otros en un pie de igualdad se pueden superar las
condiciones desfavorables en que se vive.

COOPERATIVA Y EMPRESA CAPITALISTA


Es posible observar la gran diferencia entre un emprendimiento de la Economía Social y
una empresa de mercado o capitalista más. Tanto los objetivos, como las formas de orga-
nización, valores, etc., son diametralmente distintos.

Estas importantes diferencias pueden ser observadas a través del siguiente cuadro:

Empresa capitalista Empresa cooperativa

Las personas buscan obtener


Las personas buscan dar servi-
ganancias y beneficiarse unos
cios y el beneficio común
sobre otros
Con la ganancia se beneficia el Con la ganancia se beneficia la
propietario del capital prestación de servicios

Principal objetivo: ensanchar


Principal objetivo: ofrecer servi-
los márgenes hasta hacerlos lo
cios lo más próximos posibles al
más provechosos posibles para
precio de coste
el capital

El excedente disponible se de-


El beneficio logrado se distri- vuelve a los socios en propor-
buye entre los accionistas ción a sus actividades o servi-
cios

El capital dirige, la persona no La persona dirige, el capital no

La persona no tiene ni voz ni


La persona tiene voz y voto
voto

El número de socios es ilimita-


El número de socios es limita- do. Pueden ser socios todas las
do personas que lo deseen, según
estatutos

Los objetivos son dependientes


Los objetivos son independien-
de las necesidades de los so-
tes del socio
cios

Administrada por un número Se gobierna con la participación


reducido de personas de todos los socios

Se organiza internamente por Se organiza internamente por


medio de la competencia medio del apoyo mutuo
CAPÍTULO 5: ESTO, ¿CÓMO SIGUE?
Hasta aquí hemos dado un vistazo muy superficial a los temas críticos en la gestión de
una organización en general y las cooperativas de trabajo en particular.

Presentamos varias herramientas para fortalecer los vínculos “hacia adentro” y “hacia fue-
ra” de la cooperativa. Ubicamos a la cooperativa en un contexto más complejo y rico, con
presencia importante de otras expresiones de la economía solidaria. Hemos distinguido y
revalorizado la importancia del modelo cooperativo de organización respecto de otros mo-
delos organizacionales. Revisamos muy someramente los procesos productivos que po-
demos establecer en nuestra cooperativa.

Existen varios puntos de contacto entre la gestión de las organizaciones de la economía


solidaria y las de la economía clásica.

No obstante, la esencial diferencia no pasa por la documentación ni las normas jurídicas


sino, más bien, por los principios y valores que subyacen en los procesos de tomas de
decisiones.

Así, los invitamos a seguir buscando respuestas a la pregunta ¿Cómo lo hacemos en el


aquí y ahora de nuestra coopativa?

El desafío está. Este curso es un umbral. El techo lo fija cada uno de uds. sea como co-
operativa o como asociados a una cooperativa.

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