Poryecto Investigacion Documental Sobre El Arroz
Poryecto Investigacion Documental Sobre El Arroz
Poryecto Investigacion Documental Sobre El Arroz
PORTAFOLIO
De este producto viven cerca de 500.000 familias que siembran el arroz en 215 municipios
ubicados en los Llanos Orientales, Tolima, Huila, Santanderes y algo en departamentos de
la Costa Norte como Magdalena, Córdoba, Sucre y César.
Sin embargo, esta cantidad no alcanza para cubrir con toda la demanda nacional, razón por
la cual desde Estados Unidos, y al amparo del Acuerdo Comercial que está vigente desde
2012, llegan 100.000 toneladas.
El mapa de producción cambió, y los Llanos tienen una mayor participación en la siembra
de arroz. En esta zona del país se produce casi la mitad del arroz en Colombia, el 44,4 por
ciento, según cifras de Fedearroz de cierre del 2018. En la zona centro, básicamente Tolima
y Huila, se siembra el 29,5 por ciento; en el bajo Cauca el 13,6 por ciento; en la zona de los
Santanderes se cultiva el 7,8 por ciento y el restante 4,5 por ciento se cultiva en la Costa
Norte.
A mediados de julio salió el 16 por ciento de la cosecha del arroz que se produce en los
Llanos, que es la grande, en agosto sale un 45 por ciento, en septiembre un 36 por ciento y
el 3 por ciento restante sale en octubre.
Y en el momento el panorama no es para nada alentador, toda vez que la cosecha coincide
con el cierre de la vía al Llano.
“Casi la mitad de esta cosecha debe salir para el resto del país y la situación de cierre de la
vía llevará a un aumento en los fletes de más del doble. Y la otra mitad del arroz habrá que
almacenarse, lo que requiere un incentivo al almacenamiento, pues los costos de secar y
guardar ese arroz en la bodegas, tiene un costo adicional”, explicó Hernández.
El arroz que se produce en Colombia se queda para el consumo interno, pues no se exporta
pese a que los niveles de productividad son bajos.
Así lo señaló Silverio Gómez, director de la Cámara de Arroz de la Andi, Induarroz, quien
explicó que mientras en Colombia se producen cinco toneladas de arroz por hectárea, en
Estados Unidos la producción es de 9 toneladas por hectárea y en otros países
pertenecientes a la región oscila entre 7,5 y 8,5 toneladas por hectárea.
“En el 2030 el arancel para importar arroz va a ser cero por lo que en ese momento el sector
debe estar en condiciones para competir, por lo que se debe ir ajustando el sector a esas
nuevas circunstancias”, dijo Gómez.
Por un lado, debe hacer un cambio de norte en el tema de falta de información al productor
para la toma de decisiones.
“El productor primario no cuenta con fuentes de información oportunas y confiables que le
permitan tomar sus decisiones de forma racional. Por ejemplo, en este momento las
estimaciones de área sembrada fueron rebasadas por la realidad en más de 20.000 hectáreas
en solo la región de los Llanos, que impactarán la comercialización de su producto en el
segundo semestre y por ende sus ingresos”, explicó Gómez.
PORTAFOLIO
Daniel Durán, gerente de mercadeo y vocero oficial de la compañía, le contó a este diario
que Atún Supremo, la nueva marca, vendrá en aceite de girasol y agua.
En un negocio que puede mover cerca de $400.000 millones anuales en el país y 30.000
toneladas de atún al año. Arroz Supremo va inicialmente por el 4% de la participación en
este mercado, según resaltó Durán, al agregar que esta meta la tienen planteada para 2021.
“El atún es importado, maquilado por Galapesca, fabricante en Ecuador que provee a la
marca número uno de atunes en EE. UU., por ese lado tenemos una garantía de calidad
importante para el mercado colombiano”, comentó.
Asimismo, dijo que estos productos tendrán dos diferenciales importantes. Entre estos
resaltó que “van a tener la proporción de lomos rayado y entero, la cual será 90 - 10,
respectivamente. Lo cual lo hace un producto de atún premium”, explicó.
Como segundo punto, comentó que “vamos a tener un producto certificado con sello de
calidad de Monde Selection, el cual también lo tienen nuestras líneas de arroz”, mencionó.
Por otro lado, aseveró en que esta decisión responde a la necesidad de diversificar su
portafolio para poderlo rentabilizar.
Frente a ese punto explicó que el margen de rentabilidad con el atún es mayor al que
obtienen a través de las ventas de arroz.
Entre los factores que jugarían a favor de la compañía con la nueva categoría de producto
está el valor de marca que ya tienen en el mercado nacional como Arroz
Supremo, “podemos traslardarle un poco de eso al atún y así, garantizarle a los usuarios la
calidad que nos ha caracterizado, con una oferta de valor importante y un precio
competitivo”, explicó el ejecutivo.
Y aunque el directivo no contó muchos detalles, dijo que no descartan ingresar en nuevas
categorías, pues al estar como empresa en el segmento de alimentos, tienen varias
oportunidades.
Según Durán, la principal región de cultivo son los Llanos Orientales, que
aproximadamente participan con el 45% de la producción.
Con base en lo anterior, y respecto al cierre de la vía al Llano, dijo que por el momento no
los ha afectado mucho porque “sucedió cuando aún no estábamos en cosecha, pero
esperamos que en agosto esté de alguna manera solucionado. En caso de que el problema
siga el próximo mes, los precios podrían verse afectados, más que todo por el alza en los
fletes”.
Sobre las expectativas de la firma, Durán dijo que este año esperan producir 110.000
toneladas, dato que al ser revisado por arrobas, como usualmente se hace en esa industria,
significaría alrededor de 730.000 al mes.
Por último, contó que tienen cuatro molinos y que a finales de 2020 tendrán una nueva
planta que producirá su energía con residuos del arroz. La inversión para esta será de
$45.000 millones.
OTRAS ACTIVIDADES
A través de la Media Maratón de Bogotá de este año, Arroz Supremo espera completar 630
kilómetros de recorrido, a través de un equipo que participará en este escenario y otras
actividades.
Por cada kilómetro que logren, la compañía dará 1 kilo de arroz, que en términos de platos
podrían ser 15.000. Estos serán destinados para apoyar a niños de Chocó, a través de una
fundación. Otro de los puntos que destacó Daniel Durán, vocero oficial de la marca, que es
patrocinadora de este tipo de eventos por primera vez, es dar a conocer la importancia del
arroz en la dieta de los deportistas. Dijo que, en torno a este cereal, suele haber
desinformación y comentó que allí lo importante es tener presente las cantidades
consumidas.
VO
POR:
PORTAFOLIO
Por eso, según lo planteado por los cultivadores en el Consejo Nacional del Arroz, en el
cual participa el Gobierno a través del Ministerio de Agricultura, las siembras deben
hacerse siguiendo criterios de productividad por regiones, de tal manera que no se desborde
la oferta entre agosto y octubre, y se deprima el precio.
De esta manera, los productores y el Gobierno creen que el país debería sembrar este año
478.000 hectáreas de arroz, frente a las 500.900 hectáreas del 2018. Rafael Hernández,
gerente de Fedearroz, habló con Portafolio sobre las perspectivas del sector.
Lo que estamos recomendando es que el área sembrada no se desborde de tal manera que
haya una ‘quebrazón’ generalizada de cultivadores.
Lo que buscamos es que no haya siembras en áreas marginales, donde no puede ingresar
maquinaria ni vehículos para llevar la producción a los centros de consumo y en lotes que
nunca han sido sembrados y no tienen ningún nivel de adecuación.
Es necesario que quienes vayan a sembrar arroz en este semestre tengan en cuenta lo
siguiente: actualmente, el kilo de arroz paddy está por encima de $1.000, pero este no
puede ser el valor de referencia de los cultivadores para la toma de decisiones de siembra,
ya que eso no será lo que recibirá cuando salga la cosecha.
Hay que hacer cuentas con precios de entre $750 y $800 pesos el kilo, ya que la oferta de
ese momento será superior a la actual. Nadie está esperando que en agosto le paguen el
precio de hoy, pero que tampoco pongan a perder al agricultor.
¿Pero se cumplirá la meta de regular el área a 478.000 hectáreas?
Los productores deben registrarse ante el ICA para tener derecho a las ayudas del Gobierno
en almacenamiento y líneas de crédito a tasas bajas.
Aparte de programar el área ¿qué más está haciendo Fedearroz para solucionar los
problemas de comercialización?
Hicimos algo que venían pidiendo los productores, y que consiste en que el gremio haga lo
mismo que los cafeteros, es decir, entrar en el negocio de la trilla y las marcas propias.
Nosotros montamos infraestructura que es usada por los productores para llevar su arroz
directamente al consumidor. A los agricultores que se han integrado les ha ido bien, pues
han tenido ingresos adicionales entre el 12% y 15% adicional, pero Fedearroz no tiene la
capacidad para ofrecerles esta opción a todos. Nuestro objetivo no es ser los líderes del
mercado. Por eso digo que el productor requiere de la industria y viceversa. Estamos
entrando en un negocio como lo están haciendo muchos otros sectores.
Pero en muchas zonas tenemos dificultades para aplicar esta tecnología por falta de bienes
públicos y de infraestructura como riego y carreteras. Muchos de los problemas del sector
están fuera de la finca.
En este momento un 53%. En muchos casos no la usan el 100%, pero acoge parámetros de
este sistema. Eso ha hecho que cada vez se acerque más la línea del productor tradicional
con el tecnificado.
El uso del paquete tecnológico Amtec debería ser promovido hasta por la industria porque
ellos se benefician recibiendo arroz de mejor calidad.
Necesitamos producir arroz a menos de US$300 la tonelada de paddy seco. Esta debe ser
nuestra meta al 2024, porque en ese año los aranceles con Estados Unidos bajarán a 37%.
Hoy están en 68%.
Si logramos producir arroz a US$300 dólares la tonelada estamos listos para competir con
el grano estadounidense, e incluso realizar exportaciones de arroz colombiano.
¿Es cierto que en Colombia consumimos el arroz más caro del mundo?
A los consumidores les queremos decir que vamos a producir arroz suficiente para atender
la demanda, sin que se afecten los precios más allá del ritmo del costo de vida promedio del
país. Pero lo que sí no es posible es pretender que los precios bajen hasta el punto de
provocar la quiebra de los cultivadores.
No podemos acabar con los productores porque tendremos que volver a la situación del
2008 cuando el consumidor se comió el arroz más caro de la historia.
RCHIVO PORTAFOLIO
POR:
PORTAFOLIO
Para el presidente de Induarroz, Silverio Gómez, las preocupaciones deben ir más allá, pues
se requiere un esfuerzo del Gobierno y los componentes de la cadena para garantizar la
sostenibilidad del sector una vez se liberen los mercados y no haya arancel para su
importación. Ya han pasado 7 de los 18 años que otorgó el TLC con Estados Unidos para
llegar al arancel cero. Las claves: mantener la calidad, bajar los costos y aumentar la
productividad.
¿La molinería tiene capacidad para adquirir toda la cosecha de arroz en un año, estimada en
tres millones de toneladas de ‘paddy’ verde?
¿En cifras, cuánto vale la cosecha del Llano que se deberá recoger entre agosto y octubre?
Puede ser la compra de más de 1,1 millones de toneladas en más de 200.000 hectáreas de
siembra, 20.000 has menos que 2018 y 50.000 por debajo de hace dos años. Por el
crecimiento de los cultivos en el Meta, Casanare y Arauca, buena parte de la nueva
molinería se ha localizado en esa región, muy cerca de los cultivos. Y la industria sigue
respondiendo por las compras en el resto del país: en el centro, en el que hay dos cosechas
por el riego, se siembran unas 150.000 has cuya cosecha también se compra en su totalidad.
En Santanderes hay unas 40.000 has y en el Bajo Cauca casi 65.000 has. En la Costa son
alrededor de 22.000.
Los precios vigentes de compra al productor hoy son los más altos de los últimos 25 meses,
de acuerdo con las estadísticas de los mismos productores. Sin embargo, los precios al
consumidor solo subieron 1% en 2018, según el Dane.
Los 2015 y 2016 no pueden ser el patrón de guía, pues fueron atípicos por efecto de ‘El
Niño’. Los agricultores y molineros deberían tener una pancarta en la que se fijara el valor
del precio internacional hoy y compararlo con el interno.
Deben saber que en unos años ese será el valor que recibirán. Todos, cultivadores,
productores de insumos, molineros, gobierno y gremios deben ser conscientes de esa
realidad: mantener la calidad, bajando los costos de producción y aumentando la
productividad. El precio del arroz al productor debe guiarse por el precio internacional y la
política pública del gobierno debe estar orientada a contribuir para reducir los costos de
producción.
Hay que hacer una revisión muy seria de los costos de producción del arroz en el país si se
quiere ganar competitividad, pues de lo contrario se compromete el futuro de la actividad.
En eso se tiene un plazo de 10 años pues en el 2030 el arancel será cero. Sería triste que el
arroz siguiera la ruta de desaparición del algodón. Y este es un trabajo en el que se ha
hecho muy poco existiendo recursos: en 2012 cuando se firmó el TLC con Estados Unidos,
el gremio de los productores comenzó a recibir el 50% del sobreprecio de la subasta para
mejorar productividad que estaba en promedio para 2005/2009 en 5,1 ton/ha y entre
2014/2018 bajó a 4,60 promedio año. En el Centro estaba en 6,3 en el primer periodo y bajó
a 5,9 en promedio en los últimos años. EE. UU. y Uruguay producen 8,5 ton/ha y Perú 7,2.
¿Y cuál es la solución?
El Estado tiene que ayudar, pero no necesariamente con subsidios directos sino con
inversiones en bienes públicos como vías y reservorios de agua en particular en los Llanos,
lo que bajaría el costo de la tierra en Tolima y Huila. El crédito ágil y oportuno y el
financiamiento de maquinaria son básicos. Pero los agricultores también deben preocuparse
por mejorar y focalizar los recursos que reciben del gobierno y de la subasta del TLC con
EE. UU.
POR:
EFE
(Lea: Tras diez años, Perú y Colombia acuerdan reactivar comercio de arroz)
El año pasado, Ecuador vendió 33.000 toneladas del cereal a su vecino del norte y para
2019 está planificado acceder a dicho mercado con un volumen superior a las 50.000
toneladas, lo que permitiría evacuar los excedentes.
Gran parte de esto es debido a una producción que no está orientada a la demanda local e
internacional, lo que hace que los productores se dediquen a determinados cultivos y luego
no encuentran un mercado seguro.
Por tal razón, la estrategia de intervención del Ministerio de Agricultura busca, a través del
fortalecimiento del sector agropecuario, apoyar la sostenibilidad de la dolarización, en
vigor desde el año 2000, cuando el dólar reemplazó al sucre como patrón de intercambio,
en medio de una de las peores crisis financieras vividas por la nación andina.
Para los productos tradicionales como arroz, maíz, papa y leche, entre otros, el Ministerio
presenta la alternativa de reconversión productiva, a través de promover la siembra de
cultivos con compra asegurada, mediante la suscripción de contratos compraventa entre los
productores y la agroindustria, industrias y exportadores.
Uno de los productos más sensibles es el arroz, esta cadena ha venido soportando
problemas en la comercialización y por esa razón el Ministerio de Agricultura junto a su
similar de Comercio Exterior e Inversiones avanza en la identificación de mercados
externos.
EFE