Introducción Teoría Evolucionista

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Introducción Teoría Evolucionista

A lo largo de los años, el hombre siempre se ha


interesado por saber el origen de las cosas en el
planeta. También, ha sido uno de los temas más
complejos para la ciencia entender y explicar este
origen, esa gran incógnita que acompaña a la
humanidad desde épocas milenarias y que hoy en
día, aún se sigue buscando la respuesta.
La ciencia siempre está presente en cualquier
actividad que realicemos en este mundo y en el
espacio exterior. Es por esta relación que creemos
en la ciencia y en sus teorías que explican de
manera demostrable el origen del universo, del
hombre y de la vida.
La teoría evolucionista plantea el desarrollo de la
naturaleza viva, formulada principalmente por
Darwin. Según este científico, los factores
principales de la evolución de los seres vivos son la
mutabilidad, la herencia y la selección natural. En el
curso de la lucha por la existencia, que se libra en
las condiciones mutables del medio externo,
sobreviven y se reproducen tan sólo los seres vivos
mejor adaptados. La selección natural no deja de
perfeccionar la estructura y las funciones de los
organismos y las formas de su adaptación al medio.
La teoría evolucionista dio por primera vez una
explicación científica de la variedad de las especies
biológicas y de su desarrollo, constituyendo la base
de la biología moderna.
Llevando este razonamiento hasta el final, se llega a la conclusión
de que los seres vivos han comenzado a existir a partir de
sustancias y reacciones químicas presentes en una remota edad
de la tierra. Obviamente, las condiciones de dichas épocas
debieron ser bastante distintas de las actuales, pues ahora, como
hemos dicho, no se observa generación espontánea. Ésta debió
suceder en el pasado. Actualmente, sin embargo, no se emplea
en ciencia la expresión «generación espontánea» para señalar el
origen de los seres vivos a partir de material preexistente, y se
prefiere hablar de «origen de la vida», expresión que a veces
hace pensar en una explicación completa que desecha la noción
de creación. Por muy contraintuitivo que pueda parecer que los
seres vivos han tenido su origen en material inerte, o que ha
habido evolución de las especies, es la única conclusión viable si
se desea mantener la coherencia intelectual: la ciencia basa su
trabajo en la confianza en la racionalidad subyacente a la
naturaleza, y las leyes naturales deber ser universales.

El Big Bang no se refiere a una explosión en un espacio ya


existente, sino que designa la creación conjunta de materia,
espacio y tiempo, a partir de lo que se conoce como una
singularidad, es decir, un punto al que matemáticamente nos
podemos acercar más y más, pero sin llegar a él. El universo se va
haciendo cada vez más pequeño, pero la cantidad de materia es
la misma, de manera que la densidad va aumentando, hasta
llegar al punto en el que la densidad de materia y energía se hace
infinita. Transcurrido aproximadamente un microsegundo
después del Big Bang, el universo ya se había expandido y
enfriado lo suficiente como para que su desarrollo posterior
estuviera determinado por procesos que podemos observar en la
física de partículas.

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