Historia Del Hojaldre
Historia Del Hojaldre
Historia Del Hojaldre
Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Naves en llamas más allá de Orión,
restaurantes de relumbrón que usan hojaldre del súper y pastelerías históricas que hacen
hojaldre con margarina, porque es más fácil. La buena masa hojaldrada, con sus mil
capas crujientes e inconfundible sabor a mantequilla, es cada vez más escasa debido a
una injusta fama de receta malcriada e inaccesible. Pero vamos a ver, almas de cántaro,
que sólo tiene cuatro ingredientes. Si sois capaces de hacer pan de masa madre o
croquetas, que conllevan cierta dificultad manual, estáis perfectamente cualificados para
hacer hojaldre. Lo único que hace falta es tiempo y ganas, además de una mínima
capacidad retentiva para seguir las instrucciones. Y si además entiendes las razones del
proceso y cómo cuatro simples elementos se transforman en una estructura compleja,
mejor todavía.
LOS INGREDIENTES
Harina: hace falta una harina de media fuerza, con gluten suficiente como para crear
una estructura de capas pero no tanto como para que resulte imposible de estirar. ¿Y eso
en qué se traduce? En una harina con alrededor de un 11-12% de proteínas. Compra
harina de fuerza y mira la etiqueta de composición nutricional: si tiene un porcentaje de
proteínas mayor (= más gluten), mézclala con una tercera parte de harina floja de
repostería (8-9% de proteínas). Si usáramos harina demasiado floja, la masa sería
facilísima de estirar y podríamos hacer incluso todo el proceso de una vez, pero el
hojaldre conseguido no se levantaría igual y aparentaría tener muchas menos capas.
Pero a escala pequeña, casera y entrañable, no es difícil controlar que la mantequilla nos
la juegue. Tan sólo necesitamos paciencia y un frigorífico para refrigerar de vez en
cuando la masa, dejando a la vez que se relaje y el estirado sea mucho más cómodo. Si
tienes a tu alcance una buena mantequilla, úsala, pero sale casi igual de bien con
cualquiera que puedas encontrar en el supermercado. Eso sí, sin sal y a poder ser en
pastilla rectangular, que te hará más fácil aplastarla de forma adecuada.
Extras: algunas recetas añaden una pequeña parte de la mantequilla o un poco de zumo
de limón a la masa inicial, para debilitar el gluten y conseguir que la masa se pueda
modelar mejor. La grasa relaja el gluten al establecer enlaces con los aminoácidos
hidrófobos que hay en las cadenas de proteínas, impidiendo parcialmente que se unan
entre sí. La acidez (o sea, el limón) debilita la red de gluten al disminuir la fuerza de
atracción entre las cadenas de proteínas. Traducido a términos prácticos, quiere decir
que añadiendo una pizca de zumo de limón la masa será más fácil de estirar.
LA TEMPERATURA
El empaste debe de estar frío pero flexible, para que no se rompa al estirarlo, de modo
que después de refrigerado, lo mejor es estirarlo un poco con el rodillo (sin quitar el
papel o film) y comprobar que se puede doblar ligeramente sin desgajarse. Si la
mantequilla estuviera muy dura rasgaría la masa, y si estuviera excesivamente blanda se
saldría de la envoltura de masa que vamos a hacer.
La masa hecha con harina, agua y sal —semejante a la de un pan—, debe estar a a la
misma temperatura que la grasa y tener aproximadamente la misma consistencia, para
que el estirado de ambos sea uniforme. Aprovecha los días fríos y elabora el hojaldre en
una habitación sin calefacción, intentando no tocar mucho la masa con las manos. Si
quieres, puedes enfriar el rodillo en la nevera antes de utilizarlo y durante los descansos.
LAS CAPAS
LAS VUELTAS
Como ya hemos visto, son los estiramientos y subsiguientes dobleces los que logran
levantar el hojaldre. El proceso de estirar y plegar la masa en tres es lo que se denomina
“una vuelta” y normalmente se hacen seis. Si haces menos, el hojaldre tendrá menos
capas pero quedará igual de rico para una base de tarta, por ejemplo. Venirte arriba y
hacer vueltas de más no logrará que el resultado sea mejor: al contrario, las capas serían
demasiado numerosas y finas y acabarían por mezclarse unas con otras.
El giro de 90 grados que se da al final de cada vuelta ayuda a estirar la masa en distintas
direcciones, logrando que la grasa se distribuya mejor y que las capas no se
entremezclen. Dobla la masa estirada como si fuera un folio para meter en un sobre: gira
un tercio del extremo hacia el centro y después haz lo mismo en el otro lado. Gira el
paquete resultante 90 grados y prosigue con la siguiente vuelta, estirando y volviendo a
doblar. No importa si haces el giro a la izquierda o a la derecha, siempre que lo realices
cada vez en el mismo sentido. A mí me ayuda imaginar que la masa doblada es una
especie de libro, con lomo y portada, así que la giro siempre para tener el lomo de ese
libro a la izquierda.
Si en tu cocina hace frío y te ves con maña suficiente, puedes hacer dos vueltas
seguidas, dejando enfriar la masa bien tapada en la nevera unos 30 minutos antes de
seguir. En caso de que te empiece a asomar la mantequilla por los lados o se te pegue la
masa a la superficie de trabajo, no insistas; espolvorea un poco de harina y pide ayuda a
tu amigo el frigorífico para que la mantequilla vuelva a coger consistencia.
CONSEJOS FINALES
Disfruta del proceso y no le metas prisa, sobre todo la primera vez. No hay nada
comparable a comer tu propio hojaldre y no vale la pena intentar acelerar el proceso, así
que ten paciencia. Puedes preparar el plastón de mantequilla y la masa con antelación,
dejándolos bien envueltos en la nevera. Al día siguiente sólo tendrás que hacer el
laminado con una o dos vueltas cada 30 minutos, mientras ves una película o te tomas
un martini.
Deja que la masa final se enfríe antes de utilizarla, y no engurruñes los recortes que te
sobren en una pelota. De ese modo destrozarás el arduo trabajo de haber creado mil
capas horizontales: mejor guarda trozo sobre trozo, teniendo en cuenta que ese hojaldre
de descarte no subirá tanto como el original. Por supuesto, el hojaldre recién hecho se
puede congelar sin ningún problema: tenlo siempre a mano y podrás preparar todas
estas maravillas.
Dificultad
No tanta como la pintan.
Ingredientes
Preparación
3. Amasar brevemente hasta obtener una pelota homogénea. Envolver en film plástico y
enfriar en la nevera.
10. Repetir el proceso, teniendo cuidado de empezar a estirar de nuevo con la masa
girada 90 grados (dejar el lomo del “libro” siempre a la izquierda).
11. Completar otras cinco vueltas, girando la masa siempre 90 grados en el mismo
sentido al principio de cada una de ellas. Para no perder la cuenta, hacer una marca con
el dedo en la esquina superior izquierda indicando cuántas vueltas lleva.
12. Si la masa se empieza a pegar a la superficie de trabajo o comienza a salirse la
mantequilla, enharinarla ligeramente y meterla al congelador 10 minutos para que
vuelva a coger consistencia.
13. Después de la sexta vuelta, enfriar el hojaldre y usarlo después como se quiera o
congelarlo.
Si haces esta receta, comparte el resultado en tus redes sociales con la etiqueta
#RecetasComidista. Y si te sale mal, quéjate a la Defensora del Cocinero enviando un
mail a [email protected]
HOJALDRE
Una historia con muchas hojas
Dice la leyenda que en 1613, un pastelero francés llamado Claude Lorrain se olvido de
agregar la margarina a una masa que estaba preparando. Para solucionar el error, se
le ocurrió agregar la margarina a la masa ya preparada. Y para facilitar el proceso,
extendió la masa, pasó margarina sobre ella y la dobló varias veces.
Después de repetir la operación, cortó las piezas y las colocó al horno. Pero cual sería
su sorpresa al ver el resultado: Una masa liviana, vistosa y muy sabrosa.
Había acabado de ser inventado el “hojaldre”. El nuevo producto se volvió muy
popular y Lorrain trató de guardar la fórmula en secreto. Lamentablemente esto le
costó la vida, pues fue robado y muerto por hombres ansiosos de hacer fortuna con la
nueva delicia pastelera.
Con el tiempo se fueron desarrollando otros métodos y excelentes margarinas para la
elaboración de hojaldre, con lo que su popularidad se hizo enorme en todo el mundo.
Definición de Hojaldre
Los hojaldres son productos configurados en capas u hojas, constituidos por dos
elementos de distinta naturaleza: uno es la masa (harina y agua) y el otro es la
margarina.
El número de capas se alcanza por laminado de los elementos (masa + margarina)
superponiéndolos mediante pliegues o dobleces comúnmente denominados “vueltas”.
Estas vueltas son sencillas o dobles, según el número de pliegues que se den y son los
que en gran medida determinan las características de unos y otros hojaldres.
Harina de trigo
Agua
Margarina
Para cumplir con todas las exigencias de una margarina especializada para la
elaboración de los mejores hojaldres, Cogra Maestro tiene en el mercado el producto
“VITINA HOJALDRE”:
Sal
1. Masa: mezclar y amasar hasta obtener una masa elástica, bien sea a maquina o con
cilindro.
2. Cubrir con plástico y dejar reposar por 15 minutos.
3. Empaste: hacer un plastón con Vitina Hojaldre.
4. Laminar la masa 2 veces al tamaño del plastón.
5. Colocar el plastón o lamina de margarina y cubrirlo con la masa.
6. Laminar en forma rectangular a medio centímetro de espesor.
7. Hacer un doblez en 3 (vuelta sencilla).
8. Laminar de nuevo a medio centímetro de espesor y hacer un doblez en 4 (vuelta
doble).
9. Dejar reposar la pasta mínimo 15 minutos cubierta con plástico.
10. Laminar de nuevo a medio centímetro de espesor y hacer un doblez en 3 (vuelta
sencilla).
11. Laminar de nuevo y hacer un doblez en 4 (vuelta doble).
12. Dejar reposar la pasta por apróx. 15 minutos cubierta por plástico.
13. Laminar hasta un espesor de 3 mm.
14. Dejar reposar la pasta por 15 minutos aprox.
15. Laminar diferentes figuras.
16. Rellenar y dejar reposar de 30 minutos a 1 hora antes del horneo.
17. Hornear.
LAMINADO Y CORTE
MOLDEO DEL HOJALDRE
Laminado
Las capas y dobleces
Pastel Gloria
Pañuelo
1. Cortar cuadros
2. Aplicar agua o huevo.
3. Colocar el relleno en el centro.
4. Doblar en diagonal.
5. Brillar y azucarar si se desea.
6. Hornear.
Conos
Lotus
1.
Laminar hasta obtener una lámina de 80x30cms.
2. Rociar azúcar granulada encima y pasar el rodillo suavemente, retirar luego el
exceso de azúcar.
3. Doblar como se indica.
4. Aplicar agua o huevo en las láminas de encima y doblar.
5. Cortar tiras de 1 cm.
6. Azucararlos ligeramente si se desea.
7. Hornear y cuando tomen color darle la vuelta para que dore por ambos lados.
8. Dar acabado con cobertura de chocolate.
Mariposa
1. Cortar rectángulos.
2. Aplicar agua o huevo y pegar de 4 a 6 rectángulos.
3. Cortar porciones de 1 cm a lo largo
4. Hacer presión en el centro y hacer un giro completo sobre si.
5. Hornear y cuando tomen color darle la vuelta para que dore por ambos lados.
6. Dar acabado con chocolate o azúcar en polvo.
Rectángulo
1. Cortar rectángulos a lo largo de la pasta.
2. Aplicar agua o huevo y pegar de 4 a 6 rectángulos.
3. Pasarle el rodillo suavemente
4. Cortar porciones de 1 cm a lo ancho.
5. Hornear.
6. Dar acabado con chocolate o azúcar en polvo.
Triple o Strudel
1. Cortar piezas rectangulares de 15 cms de
ancho por 25 de largo aprox. Colocarlas en latas.
2. Aplicar agua o huevo en los bordes.
3. Colocar el relleno deseado en el centro de la base.
4. Hacer cortes interiores de a centímetro de ancho y sin llegar al borde a otras piezas
rectangulares que servirán de tapa.
5. Colocar la tapa y presionar los bordes.
6. Hornear.
7. Dar acabado final con brillo.
Corazón
1. Rociar azúcar granulada encima y pasar el
rodillo suavemente, retirar luego el exceso de azúcar.
2. Doblar de 5 a 7 cms por los lados opuestos hasta llegar a la mitad, hacer máximo 2
dobleces.
3. Aplicar agua en las dos mitades y unir.
4. Cortar porciones de 1 cm de espesor. Azucararlas ligeramente si se desea. Al
colocar las porciones en la lata darle forma de corazón.
5. Hornear y cuando tomen color darle la vuelta para que dore por ambos lados.
HORNEO
En la pasta antes del horneo, existe una estructura laminada de capas delgadas de
masa separadas por capas de margarina. Los productos de hojaldre se expanden por la
humedad que queda dentro de la masa. Cuando el calor penetra en el producto, las
capas de margarina se funden y parte del agua de la masa se evapora, causando que
las capas se expandan. A medida que se eleva la temperatura de la masa, la humedad
(el vapor) aumenta también en cantidad y volumen. Cuando aumenta el volumen se
produce tensión. La presión crea una fuerza en las capas y como hay margarina entre
las paredes, la margarina tiende a captar ese vapor.
El horneo del hojaldre es importante y deberá estar muy bien controlado; con el fin de
asegurarnos la obtención de un hojaldre con su correcta cocción y dorada apariencia
se necesita una temperatura de aprox 180-200°C para variedades sin relleno como el
vol-au-vent.
Para productos con relleno o con azúcar, se requieren temperaturas ligeramente más
bajas, aprox 160-180°C.
Una temperatura muy baja hace que la margarina se filtre por entre las capas de masa,
resultando un producto de mala calidad y bajo volumen. Y a una temperatura muy alta,
el producto se cierra prematuramente y hace que se obtenga un producto con el centro
crudo y un bajo volumen.
Se recomienda que la base de los productos que llevan relleno sea de menor espesor que
la tapa para compensar volumen.
La temperatura y tiempo de horneo de los productos de hojaldre, dependerá también del
espesor y tamaño del mismo.
Se recomienda no abrir el horno durante la cocción para evitar pérdida de humedad y
volumen en el producto.
Al entrar al horno,
parte del agua contenida en la masa se evapora y hace presión por salir. Debido al
efecto aislante de la margarina y el gluten de la masa, esta presión es la que produce el
crecimiento y desarrollo del hojaldre.
Luego por efecto de la cocción, se consolida la masa y el hojaldre ya no baja.
REFRIGERACIÓN Y CONGELACIÓN
Refrigeración
Congelación
RECOMENDACIONES
9. Si embola con huevo antes de hornear, cuide de no mojar los laterales de las figuras,
pues el huevo “sellaría” las capas entre si, obteniéndose un crecimiento pobre y
disparejo.
10. Los reposos entre vueltas permiten al gluten de la harina recuperar la elasticidad.
El ideal de 15 a 30 minutos.
11. Cuando se está trabajando la pasta, cubrirla con un plástico para evitar
resecamiento.
12. Cuanto más fino se corta el hojaldre, mejor desarrollo se obtiene y además, mejor
rendimiento (menos pasta por figura). El ideal es 3 mm de espesor.
13. El horno debe estar bien caliente 220-240°C para obtener el máximo desarrollo.
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Claudio de Lorena
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Claudio de Lorena
Claudio de Lorena
Información personal
Nombre de
Claude Gellée
nacimiento
circa 1600
Nacimiento
Chamagne, Lorena
23 de noviembre de 1682
Fallecimiento (82 años)
Roma, Estados Pontificios
Nacionalidad Lorenés
Educación
Agostino Tassi
Alumno de Goffredo Wals
Claude Deruet
Información profesional
Área Pintura
Movimiento Clasicismo
Firma
Claude Gellée, más conocido en español como Claudio de Lorena (en francés Claude
Lorrain, pronunciado [klod lɔ.ʁɛ]̃ , aunque en su país es más conocido simplemente
como Le Lorrain [«el lorenés»]) (Chamagne, Lorena, entre 1600 y 1605nota 1 – Roma,
Estados Pontificios, 23 de noviembre de 1682), fue un pintor francés establecido en
Italia. Perteneciente al período del arte barroco, se enmarca en la corriente denominada
clasicismo, dentro del cual destacó en el paisajismo. De su extensa producción subsisten
hoy día 51 grabados, 1200 dibujos y unos 300 cuadros.1
Generalmente descrito por sus contemporáneos como una persona de carácter apacible,
era reservado y totalmente dedicado a su oficio.2 Casi desprovisto de educación, se
dedicó al estudio de temas clásicos, y labró por sí mismo su fortuna, desde un origen
humilde hasta alcanzar la cima del éxito personal. Se abrió camino en un ambiente de
gran rivalidad profesional, que sin embargo le llevó a tratar con nobles, cardenales,
papas y reyes.3 Su posición dentro de la pintura de paisaje es de primer orden, hecho
remarcable por la circunstancia de que en el ámbito anglosajón —donde su obra fue
muy valorada e incluso influyó en la jardinería inglesa—4 sea únicamente conocido por
su nombre de pila, Claude, al igual que artistas como Miguel Ángel, Rafael o
Rembrandt. Gran innovador dentro del género paisajístico, ha sido calificado como el
«primer paisajista puro».5
Claude conocía el mundo con el corazón hasta el último detalle. Se servía del mundo
para expresar lo que sentía en el alma. ¡Esto es el verdadero idealismo!
Goethe9
Índice
1 Biografía
2 Estilo
o 2.1 El paisaje clásico
o 2.2 La luz como elemento estético
3 Técnica
4 Repercusión de la obra de Lorrain
5 Obras principales
6 Véase también
7 Referencias
8 Enlaces externos
Biografía
Monumento fúnebre de Lorrain, en la iglesia de San Luis de los Franceses (Roma).
La vida de Lorrain es conocida principalmente por sus dos primeros biógrafos: el pintor
alemán Joachim von Sandrart (Die Deutsche Akademie, 1675), que convivió con él en
Roma; y el filólogo e historiador Filippo Baldinucci (Notizie de' professori del disegno
da Cimabue in qua, 1681-1728), que recabó información de los sobrinos del artista.
Claude nació en 1600 en Chamagne, cerca de Lunéville, al sur de Nancy, en el ducado
de Lorena, por aquel entonces una región independiente. Era hijo de Jean Gellée y Anne
Pedrose, de origen campesino pero con una posición algo acomodada, y fue el tercero
de siete hijos.10 Huérfano desde 1612, pasó una breve estancia con su hermano mayor en
Friburgo de Brisgovia; éste, escultor de madera especializado en marquetería, le enseñó
los rudimentos del dibujo.11
En 1625 inició un viaje por Loreto, Venecia, Tirol y Baviera, y volvió a su lugar de
origen, estableciéndose en Nancy por año y medio. Aquí colaboró como ayudante de
Claude Deruet, pintor de la corte ducal, y trabajó en los frescos de la iglesia de los
Carmelitas de Nancy (hoy perdidos).13 Por último, en 1627 regresó a Roma, ciudad
donde permaneció el resto de sus días. De vida tranquila y ordenada, una vez
establecido en Roma solo cambió de domicilio en una ocasión, de la calle Margutta a la
calle Paolina (actual Via del Babuino).nota 2 Aunque se mantuvo soltero, tuvo una hija
natural, Agnese, con la que convivió junto a dos sobrinos venidos igualmente de
Lorena, Jean y Joseph Gellée.14
En los años 1630 empezó a consolidarse como pintor, haciendo paisajes inspirados en la
campiña romana, de aire bucólico-pastoril. Firmaba sus cuadros como le lorrain («el
lorenés»), por lo que empezó a ser conocido como Claude Lorrain.15 En Roma contactó
con Joachim von Sandrart y otros extranjeros establecidos en la sede papal (Swanevelt,
Poelenburgh, Breenbergh), con los que se introdujo en la pintura paisajista. También
hizo amistad con Nicolas Poussin, otro francés afincado en Roma. Poco a poco fue
mejorando su posición, por lo que pudo tomar a su servicio un ayudante, Gian
Domenico Desiderii, que trabajó con él hasta 1658.16
Hacia 1630 pintó varios frescos en los palacios Muti y Crescenzi de Roma, técnica que
sin embargo no volvió a utilizar.17 Por aquel entonces empezó a gozar de cierta fama en
los círculos artísticos de Roma, por lo que recibió diversos encargos de personajes
prominentes, y fue favorecido por el cardenal Bentivoglio, quien lo presentó al papa
Urbano VIII, que le encargó dos obras: Paisaje con danza campesina (1637) y Vista de
puerto (1637).17 También fueron mecenas suyos los cardenales Fabio Chigi y Giulio
Rospigliosi, que más tarde serían papas como Alejandro VII y Clemente IX.18 Durante
toda su vida pintó principalmente para la nobleza y el clero, y recibió encargos de toda
Europa, principalmente Francia, España, Gran Bretaña, Flandes, Holanda y
Dinamarca.19 Era tanta la demanda de obras de Lorrain que en 1665 un marchante tuvo
que confesar al coleccionista Antonio Ruffo —comitente de varias obras de Rembrandt
— que «no hay esperanza de conseguir una obra de Claude; no le bastaría una vida para
satisfacer a sus clientes».20
Su fama era tal que empezaron a surgirle imitadores —como Sébastien Bourdon—,21
por lo que en 1635 inició el Liber Veritatis (British Museum), cuaderno de dibujos
donde dejaba constancia de todas sus composiciones, para evitar las falsificaciones.nota 3
Este cuaderno consta de 195 dibujos que copian la composición de sus obras, descritas
hasta el último detalle, el cliente para el que había sido pintado y los honorarios que
había cobrado.22 En 1634 ingresó en la Accademia di San Luca, y en 1643 en la
Congregazione dei Virtuosi, sociedad literaria fundada en 1621 por el cardenal
Ludovisi.23
En 1636 realizó un nuevo viaje a Nápoles, y al año siguiente recibió un encargo del
embajador de España en Roma, el marqués de Castel Rodrigo, de una serie de
aguafuertes, titulada Fuegos artificiales.24 Quizá por recomendación de éste,nota 4 Claude
recibió un encargo de Felipe IV para el Palacio del Buen Retiro en Madrid, para decorar
la Galería de Paisajes, junto a obras de artistas coetáneos como Nicolas Poussin,
Herman van Swanevelt, Jan Both, Gaspard Dughet y Jean Lemaire. Lorrain realizó ocho
cuadros monumentales, en dos grupos: cuatro de formato longitudinal (1635-38) y
cuatro de formato vertical (1639-41). El programa iconográfico, tomado de la Biblia e
Historias de los Santos, fue elegido por el conde-duque de Olivares, que dirigía las
obras.25 En 1654 rechazó el puesto de rector principal de la Accademia di San Luca,
para vivir plenamente dedicado a su profesión.26 Aquejado de gota desde 1663, en sus
últimos años realizó cada vez menos cuadros, derivando hacia un estilo más sereno,
personal y poético.
Liber Veritatis
Debido a la falsificación de sus obras, Claude inició el Liber Veritatis, donde copiaba la
composición de sus cuadros y añadía algunas notas sobre el comitente. Consta de 195 dibujos,
realizados a pluma con tinta al gouache, y unos pocos con tiza. Cabe señalar que algunos de los
dibujos son de cuadros que se han perdido, como La liberación de San Pedro, al parecer uno de
los pocos cuadros que Claude hizo en un interior. 28 El cuaderno fue adquirido por el duque de
Devonshire, que lo incluyó en su colección de su residencia de Chatsworth House, y
actualmente se conserva en el British Museum. Fue publicado por primera vez en 1777 por el
editor John Boydell, en forma de grabados, realizados por Richard Earlom.29 En la imagen,
Paisaje con las tentaciones de San Antonio (1636-38, Museo del Prado, Madrid), y su
correspondiente dibujo en el Liber Veritatis.