Curso Principios de Predicación

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FACULTAD CRISTIANA TeOLÓGICA

De VenezueLA A.c.

PROGRAMA de
CienciAs
MinisteriAles

COORDINACIÓn de PregRADO

Principios de PredicACIÓN
PRINCIPIOS DE PREDICACIÓN
HOMILETICA PRÁCTICA

INTRODUCCIÓN
“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.”
Salmo 119:130
“Las herramientas para mejorar la predicación son eso, herramientas; se debe recordar que las
herramientas y el instrumento deben estar impregnados de la unción del Espíritu Santo para que la
Palabra haga impacto en el corazón de los oyentes y genere cambios significativos en la vida de
éstos”.

Arnoldo Rincón. Ph.D.

Material consultado, revisado y adaptado:


.
.

2
REFERENTES

Capítulo I
DEFINICIÓN Y EXPLICACIÓN DEL TÉRMINO HOMILÉTICA
Capítulo 2
CÓMO COMUNICAR UN SERMÓN
Capítulo 3
EL PREDICADOR Y LA PREDICACIÓN
Capítulo 4
PREPARACIÓN DEL SERMÓM
Capítulo 5
CÓMO ELABORAR SERMONES - TIPOS
Capítulo 6
EL SERMÓN TEXTUAL
Capítulo 7
EL SERMÓN EXPOSITIVO
Capítulo 8
EL SERMÓN TEMÁTICO
Capítulo 9
SERMÓN BIOGRÁFICO
Capítulo 10
LA INTRODUCCIÓN, LAS ILUSTRACIONES Y LA CONCLUSIÓN
Capítulo 11
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LOS PREDICADORES
Capítulo 12
LA IMPORTANCIA DEL TEXTO Y DEL CONTEXTO
Capítulo 13
EL ESTUDIO BÍBLICO DETALLADO
Capítulo 14
PRINCIPIOS DE HERMENÉUTICA
Capítulo I

DEFINICION Y EXPLICACION DEL TÉRMINO


HOMILETICA
La palabra “Homilética,” no se encuentra en algunos diccionarios de la lengua española.
Es un término que introdujeron los antiguos misioneros en los seminarios establecido
por ellos mismos, en la América Latina. Ese Término lo introdujeron sin traducir.

En el inglés sí se encuentra este vocablo. En el diccionario Webster (en el cual se


trabajó 20 años para introducirlo), nos dice que el término viene del Griego
“Homiletikós,” que significa “platicar con.” Homilética es por lo tanto, dice el
diccionario, el arte de predicar.

La palabra “Homilía” tiene también en su raíz etimológica relación con la palabra


Homilética. El diccionario de Etimología por Joan Corominas nos lleva hasta el año
1584 D.C., donde se Principió a utilizar el término Homilía del griego, “homilía” que
significa originalmente “reunión;” “conversación familiar.” Un diccionario español
define la palabra homilía como “plática” que se hace para explicar al pueblo las
materias de religión.

De modo que la palabra Homilética, en su forma más breve y sencilla, podríamos


definirla así: HOMILÉTICA ES EL ARTE DE PREPARAR Y PRESENTAR EL
SERMON CON ÉXITO.

La Homilética es un arte que debe ser estudiado por todo ministro sincero del evangelio,
por ser que se trata de aquello que le puede ayudar a dignificar su ministerio y
hermosearlo de modo que fructifique para la honra y gloria del Divino Maestro.

Hermanos, Ministro apostólicos, con toda sinceridad y respecto les presento


estos estudios creyendo que serán Útiles para aquellos que se preocupan y tienen
diligencia en preparar presentar el mensaje sagrado de las Escrituras al pueblo
lavado con la sangre del Cordero. Enseguida también, les informo que al igual
que los escritores sobre Homilética u otras Materias no pretendo ser original, sino
mas bien con mucho gusto recomiendo a dos de los varios libros que existen sobre el
ministerio de la predicación, que se usaran como referencia para estos estudios cortos,
que son: El Sermón Eficaz por James D. Crane y Tratado de Homilética por Alberto
Alvarado.
Capítulo 2

COMO COMUNICAR UN
SERMÓN
Pensando que tomaría más espacio escribiendo una lección sobre “como comunicar el
sermón,” he pensado incluir en esta porción unos cortos apuntes sobre lo referido,
esperando sirvan como guía y consejo practico en el momento cuando nos presentemos
a predicar la palabra de Dios, ellos son: “Las bienaventuranzas del Predicador,” “Antes
de Dar el Mensaje Tome en Cuenta Estos” y “Preguntas Vitales Para Nuestro
Ministerio.”

A. Bienaventurado el Predicador que sabe ayunar y orar.


B. Bienaventurado el Predicador que Estudia para Predicar.
C. Bienaventurado el Predicador que sabe Predicar.
D. Bienaventurado el predicador que sabe variar el timbre de voz.
E. Bienaventurado el predicador que sabe cuando terminar un sermón.
F. Bienaventurado el predicador que se predica el sermón primero así mismo.
G. Bienaventurado el predicador que predica sobre grandes temas.
H. Bienaventurado el predicador cuyos sermones son claramente enunciados
progresivos.
I. Bienaventurado el predicador cuyo sermón es una unidad y tiene un propósito
definido.
J. Bienaventurado el predicador que raras veces usa el pronombre “YO.”

II. ANTES DE DAR EL MENSAJE TOME EN CUENTA ESTO

A. Cuando usted inicie un tema, cíñase a él. Si piensa hablar de la fe, no diga nada
del amor. Algunos tienen por costumbre anunciar un tema que nunca desarrollan.
B. Estudie bien lo que va a decir; sepa de antemano lo que se propone presentar ante
el PÚblico. Empezar por el Génesis y terminar con Revelación cada vez que se
habla, indica claramente falta de preparación.
C. Tengas sus ideas ordenadas y bien clasificadas. Ideas claras hacen buena
impresión. El PÚblico tiene más nociones de lógica y de buen sentido que lo que
usted se imagina.
D. Evite los chismes en el sermón. Una buena ilustración en su momento oportuno
remacha las ideas; pero los cuentos graciosos,
además de echar a perder la seriedad del mensaje, convierten al predicador en un
charlatán.
E. No haga uso de las palabras y expresiones vulgares. Molestan al oído de las
personas serias y rebajan la dignidad del mensaje y del mensajero.
F. Presente siempre el mensaje con un pensamiento nuevo. No podemos cambiar las
verdades, pero podemos decirlas de manera que resulten siempre interesantes.
Recuerde que sin interés, no hay mensaje.

III. PREGUNTAS VITALES PARA NUESTRO MINISTERIO

A. Cuando tomamos el PÚlpito para dar el mensaje, ¿lo hacemos


MECANICAMENTE, o INSPIRADOS POR DIOS?
B. En el trabajo de entre semana, ¿servimos como ADMINISTRADORES o como
EMBAJADORES?
C. En la mente de la multitud, ¿somos hombres de RELACIONES PUBLICAS o
somos HOMBRES QUE HAN “…ESTADO CON JESUS?”
D. En su oficina o lugar de estudio, ¿se convierte en un INGENIERO TEOLOGO o
un SIERVO DE DIOS, recibiendo el mensaje de Dios para ese tiempo?
E. Cuando MINISTRAMOS, ¿piensa en el PECADOR, y el PUEBLO DE DIOS o
piensa más en la POLITICA ECLESIASTICA?

Con toda seriedad y corazón abierto debemos considerar estos apuntes y sugerencias,
que nos pueden ayudar a enriquecer nuestro ministerio. Este es el deseo de un
servidor en la magna obra de nuestro Divino Salvador.

“Predicando no sólo para informar sino para formar;…a fin de perfeccionar a los
Santos para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”. (Gálatas
4:19: Efesios 4:12).
Capítulo 3

EL PREDICADOR Y LA
PREDICACION
“Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.” Hechos 6:4

I. EL MINISTERIO DE LA PALABRA

Los apóstoles, hombres santos y consagrados a seguir las pisadas de Maestro de


Nazaret, se encontraron sirviendo “…las mesas…” y ministrando necesidades sociales,
físicas y con la gran responsabilidad de alimentarlos espiritualmente; llegaron a un
acuerdo, que sería el de utilizar, a otros hombres con cualidades semejantes a la de ellos,
para que estos (diáconos) se encargaran del trabajo inferior y ellos continuaran con su
trabajo primordial, el de orar y predicar. Así ellos cumplirían con la encomienda divina
de Cristo “…Id por todo el mundo y predica el evangelio a toda criatura” (Hechos 6:1-7
Marcos 16:15).

“Y él mismo constituyó a unos apóstoles, a otros profetas; a otros evangelistas; a otros


pastores y maestros…” (Efesios 4:11).

Enseguida les sugiero una aplicación práctica de este versículo, en relación al


predicador de hoy, segÚn James D. Crane:

“Pero, ¿qué significa todo esto para nosotros? Nos hace ver con claridad, no sólo lo que
“el ministerio de la Palabra” fue en los tiempos neotestamentarios, sino lo que debe ser
hoy y siempre. Este ministerio ha de ser apostólico, profético, evangelístico, pastora y
discipulador. Ha de ser apostólico en el sentido de basar su mensaje en `la fe entregada
una vez para siempre a los santos` (Judas 3). Ha de ser profético en el sentido de
entregar su mensaje bajo el impulso directo del Espíritu Santo y con el fin de satisfacer
las necesidades espirituales de los oyentes. Ha de ser evangelístico o misionero en su
urgencia de traer las almas perdidas a Cristo como salvador. Ha de ser pastoral en su
empeño constante y abnegado de edificar a los creyentes en Cristo como señor. Ha de
ser discipulador en el deseo de enseñar todas las cosas que se ha de guardar en el
evangelio.”

II. REQUISITOS DEL PREDICADOR

Pablo insigne siervo de Cristo, al transcurrir los años, en el desarrollo del “…ministerio
de la palabra…” llega a una conclusión referente a las calificaciones de aquellos que
serian llamados a dedicarse a este santo ministerio de la palabra, y en la primera epístola
a Timoteo capitulo tres
y versículo uno al catorce, enumera los requisitos de estos predicadores, a los cuales en
ésta enseñanza, haremos alusión en una forma indirecta, trayendo a su atención algunos
puntos prácticos.

A. SU VIDA DEBE SER SIN REPROCHE

Es menester que el predicador tenga un buen testimonio entre los hombres y una
conciencia limpia ante Dios. Si su vida tiene manchas, o él no anda rectamente delante
del mundo, él no tiene influencia y su predicación, aunque sea elocuente, no tendrá
valor para conmover a las almas.

Si su conciencia no es pura, su predicación no será ungida de dios y sus palabras serán


“como metal que resuena y címbalo que retiñe”.

Un hombre no puede guiar al rebaño a cosas más profundas que las que él mismo ha
experimentado, ni alzarlo a alturas más altas que él no haya subido.

La conducta moral del predicador ha de ser “irreprochable.” Esta es una expresión muy
fuerte. Significa no solo que no debe haber acusación en su contra, sino que debe ser
imposible formularle una acusación que pudiera resistir la investigación. Su conducta
debe ser tal que no deje al adversario ninguna base posible para vituperar su vocación.
Tan así ha de ser que aun entre los extraños “es necesario que goce de buen nombre.” El
predicador ha de ser un “modelo a los que creen, en palabra, en comportamiento, en
amor, en fe y en pureza” (I Tim. 4:12). Es cierto que todo hijo de Dios tiene la misma
obligación de andar como es digno de la vocación con que ha sido llamado (Ef. 4:1)
pero la posición prominente del predicador aumenta grandemente su responsabilidad a
este respecto.

B. DEBE TENER INTERES EN LA HUMANIDAD

Es una cosa que el predicador sienta una carga por su sermón, y es otra que sienta
carga por la gente a quien le va a predicar. Es muy natural que un hombre, sabiendo
que le toca predicar, busque de Dios un mensaje, porque no quiere fracasar. Pero si su
mayor interés es solamente en ser un buen predicador y predicar un buen sermón, él e
“corto de vista.” El sermón no puede tener mucho valor porque no tiene un propósito
que vale. El predicador que puede conmover la humanidad es el que ama la humanidad
y su propia alma es angustiada por el estado espiritual de ella.
El predicador que se mezcla con la gente llega a conocer sus
sufrimientos, triunfos, flaquezas, gozos y tristezas. Su corazón se derrite de
compasión por ellos. En el PÚlpito él es una fuente derramándose con palabras de
consolación, exhortación y edificación. Su sermón es poderoso porque está
encendido en el fuego de su propia alma.

El contacto con la gente ayuda al predicador mismo. Le hace humano, jovial,


amigable, con un calor en su personalidad – cualidades que son provechosas para su
ministerio.

El que gasta toda la semana encerrado(a) en su oficina, estudiando, puede tener


mensajes profundos, pero no ministra a la humanidad porque no les conoce. El
estudio y la oración son muy necesarios pero no deben impedir el contacto con la
gente. Invol ÚCrate con el Pueblo de Dios.

C. DEBE SER PROFUNDO EN LA PALABRA

“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de que
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (II Tim. 2:15 y 3:15; Juan 5:39). El
hermano M. J. Gaxiola nos aconseja a leer más; en su escrito así como sigue:

“SOMOS GENTE DEL LIBRO, gente de la Biblia. De allí procede nuestra


predicación y se requiere que la conozcamos antes de que podamos compartirla con
otros.”

El ministerio debe entonces leer constantemente su Biblia a fin de que cada vez esté
más familiarizado con los personajes, eventos, lugares e ideas de que trata. Mientras
más lea su Biblia, más se empapará el ministro del contenido y el espíritu del libro de
Dios y más sentirá la acción del Espíritu Santo que le conduce al conocimiento de la
verdad y el deseo de llevar esa verdad a otros.

El ministro debe también leer todo lo que le permita saber más acerca de la Biblia, su
historia y su desarrollo, las características de los idiomas originales y todo aquello que
le permita tener una idea más precisa del contenido general de la Palabra de Dios.

APRENDER a leer significa que adquirimos un hábito que alguien llamo “el Único
vicio del que no hay que arrepentirse.” El que lee tiene necesariamente una
mente más despierta y adquiere forzosamente una mayor sensibilidad espiritual e
intelectual.
D. DEBE SER HOMBRE DE ORACION

En los siguientes párrafos encontraremos algunos consejos muy directos al corazón del
ministro del evangelio.

1. LA PRIMACIA DE LA ORACION

La oración en la vida, en el estudio y en el PÚlpito del predicador, ha de ser una fuerza


conspicua, sobresaliente, ilustre, y que a todo trascienda. No debe tener un lugar
secundario, ni ser una simple cobertura A él le es dado pasar con su Señor "la
noche orando a Dios. " Para que el predicador se ejercite en esta oración
sacrificial es necesario que no pierda de vista a su Maestro, quien "levantándose muy
de mañana, aun muy de noche, salió y se fue a un lugar desierto, y allí oraba. "

El cuarto de estudio del predicador ha de ser un altar, un Bethel, donde le sea revelada la
visión de la escala hacia el cielo significando que los pensamientos antes de bajar a los
hombres han de subir hasta Dios; para que todo el sermón esté impregnado de la
atmósfera celestial, de la solemnidad que le ha impartido la presencia de Dios en el
estudio.

El predicador debe, por la oración, poner a Dios en el sermón. El predicador, por medio
de la oración, acerca a Dios al pueblo antes de que sus palabras hayan movido al pueblo
hacia Dios. El predicador ha de tener audiencia con Dios antes de tener acceso al
pueblo. Cuando el predicador tiene abierto el camino hacia Dios, con toda seguridad lo
tiene abierto hacia el pueblo.

Los predicadores son seres humanos y están expuestos a ser


arrebatados por las corrientes del mundo. La oración es un trabajo espiritual y la
naturaleza humana rehÚye un trabajo espiritual y exigente. La naturaleza humana
gusta de bogar hacia el cielo con un viento favorable y un mar tranquilo. La
oración hace a uno sumiso. Abate, el intelecto y el orgullo, crucifica la vanagloria y
señala nuestra insolvencia espiritual. Todo esto es difícil de sobrellevar para la carne y
la sangre.

El poco valor que damos a la oración está evidenciado por el poco tiempo que le
dedicamos. Hay veces que el predicador sólo le concede los momentos que le han
sobrado.

El predicador tiene la comisión de orar tanto como de predicar. Su labor es incompleta


si descuida alguna de las dos. Aunque el predicador hable con toda la elocuencia de los
hombres y de los ángeles, si no ora con fe para que el cielo venga en su ayuda, su
predicación será como
"metal que resuena, o címbalo que retiñe, " para los usos permanentes de la gloria de
Dios y de la salvación de las almas.

III. LA PRIMACÍA DE LA PREDICACIÓN.

En su exposición sobresaliente sobre el tema de 1a predicación, nos dice J.D. Crane así:

Corría el año sesenta y seis. Desde la hÚmeda celda romana en que aguardaba su
proceso final, e1 anciano Pablo escribía a Timoteo, su hijo en la fe. Era su Última
carta, y en ella vertía el alma en palabras de consejo, de estimulo, de
exhortación y de advertencia. Ya para ter- minar, reunió la esencia de todo 1o dicho
en un gran encargo final: 2da Tim. 1:4-6; 1era Pedro 5:4; Mar. 3:14-15; Mat. 24:14;
Mar. 16:15.

La primacía de la predicación fue bien entendida por la iglesia primitiva. Cuando Felipe
descendió a la ciudad de Samaria, les predicaba…” Hechos 8:5. Hechos 10:42; Hechos
17:18. 1era Cor. 1:17; Rom. 10:14; 1era
Cor. 15:11.

IV.- DEFINICIÓN DE LA PREDICACIÓN.

Un ministro apostólico describe lo que es predicar: “predicar es dar a conocer la


voluntad de Dios segÚn se revela en las Sagradas Escrituras y hacerlo con la Unción
del Espíritu Santo, con sabiduría, destreza, amor, belleza, disciplina, estética, respeto,
seriedad y perseverancia, de modo que la predicación sea entendida y aceptada como
Palabra de Dios, al grado que inspire a quienes la escuchan a creerla, obedecerla,
vivirla y propagarla”.

LO QUE NO ES PREDICAR:
 Regañar  Recitar
 Confundir  Bromear
 Engañar  Decir chistes
 Enredar  Entretener
 Hacer perder tiempo al  Asustar
oyente  Amenazar
 Presumir  Vengarse
 Excitar o mover las  Aprovecharse
emociones del oyente  Mofarse
 Incitar  Entre otras.
“La predicación del evangelio es el hacha que puesta a la raíz de los árboles, los
derriba con violencia, los arranca de su puesto y los prepara que sean llevados al
aserradero y pasen por el molino y después por el banco del ebanista, llegando a
convertirse en mueble o en utensilio para estar en la sala o la recámara, dando
servicio al hombre. La predicación del evangelio derriba a los hombres y mujeres de
su pedestal, les arranca de la ignorancia, del orgullo, de la vanidad, y los lleva poco
a poco al arrepentimiento genuino, en donde una vez convertidos, y retoñados,
pueden irse remodelando hasta llegar a estar en la casa de Dios. Adornando en todo
la doctrina de nuestro Salvador Dios”.

Maclovio Glaxiola.

V.- DEFINICIÓN ETIMOLÓGICA DE PREDICAR

La Palabra “predicar” en la Versión Reina Valera tiene varias


acepciones. Está representada por la Palabra euaggelizo, vocablo que significa:
“traer buenas nuevas” o “anunciar buenas noticias” “anunciar alegres nuevas”
o “proclamar las buenas nuevas”. El mismo verbo aparece en otros cuarenta
pasajes donde es traducido generalmente por “anunciar”. El otro verbo
griego traducido “predicar” es kerusso, que significa “proclamar PÚblicamente
como un heraldo” con la sugestión siempre de “formalidad, gravedad y de una
autoridad que demanda atención y obediencia” Este Verbo aparece sesenta y
una veces “publicar”, dos veces “pregonar” y una vez “divulgar”.

Joseph Henry Thayer. A Greek-English Lexicon of the New Testament.


Pag. 346

Aparte de los términos ya mencionados, existen varias otras expresiones en el


Nuevo Testamento que describen los discursos cristianos. Solo en el libro de los
Hechos se encuentran veinticuatro de ellas, tales como: “exhortar” “Testificar”
“Disputar” “Persuadir” “Amonestar” “profetizar” “Disertar” “Enseñar” “Alegar”
entre otras más.

VI.- TENTACIONES DEL PREDICADOR.

Como palabra de consejo, advertencia, y exhortación existe el peligro de:


La ambición del Poder y la Alabanza. La Palabra de Dios advierte de manera
precisa que el poderío sobre la grey de Dios no es buena o correcta. 1era
Pedro 5:2-3. El amor al poder y del poder siempre termina vinculado con la
alabanza. No se puede negar que hay alabanza, honores, e incluso honra (al
que honra, honra; y respeto al que merece respeto), es correcta y merecida;
pero cuando la alabanza se convierte en adulación, el peligro reside en que
un predicador se convierta “adicto” de la alabanza hasta que se hace una
“necesidad” y lucha por obtenerla a cualquier precio.
La auto-exhibición. La personalidad del predicador, puede verse deteriorada
cuando se cae en la tentación del exhibicionismo, cuando se ama y se busca
la espectacularidad o “fama”, inclinando su ministerio al dramatismo, o al
“yo”, el ego; olvidando que el Centro de la predicación es Cristo y no el
predicador. Los creyentes deben ir a ver a Cristo en la palabra del
predicador, no a ver el predicador. Los oyentes deben hallar el camino
expedito para el encuentro personal con el Señor Jesucristo. De otra manera
los oyentes se sentarán frente a un “actor” “actriz” “payaso”, pero nunca
frente a un varón de Dios, atalaya, heraldo y menos “predicador”.

VII.- CONCLUSIÓN.

Partiendo del supuesto objetivo que la realidad es que el predicador sea un


heraldo de Jesucristo, es más importante y relevante que se ponga en práctica
todo el bagaje informativo, de manera tal que estemos frente a un acto formativo
y transformador. Algunos puntos teóricos, puestos en acción a través de la
praxis, producirán predicadores, maestros, eficaces, eficientes, espirituales y
conscientes de la necesidad del Pueblo de Dios y del mundo irredento. Por lo
tanto, invitamos al participante, a que su aprendizaje sobre el tema homilético no
termine aquí, sino solo sea este el detonante para continuar su proceso
permanente y constante de formación, capacitación y mejoramiento ministerial.
Capítulo 4

PREPARACIÓN DEL
SERMÓN
Método G. Gales.

Uno de los privilegios más grandes para el ministro del evangelio es poder exponer la
Palabra de Dios. La predicación es un arte que se perfecciona con la experiencia. Sin
duda una de las preguntas más importantes que hace el nuevo ministro es "¿cómo
preparo un sermón?

Por dónde empezar:

Dios le habló al corazón para llamarle al ministerio. Pero, probablemente, usted ya


tenía tiempo hablando con otra gente acerca de Dios y las grandes verdades de la
Biblia. En esas discusiones, usted puede encontrar los temas para un buen sermón. Los
13
requisitos básicos para un sermón efectivo, es que sea sobre un tema que viene de su
corazón, Dios ya ha tratado en tu vida, y sobre lo cual usted se siente a gusto hablar. Si
tiene claro en su corazón, en su mente lo que quiere enseñar, y concuerda con la
verdad de Dios, seguro le va a ser mucho más fácil predicar y/o enseñar con
convicción.

1. Identifique el texto y tema

Lo primero es saber exactamente sobre que quiere predicar y tener una porción de
escritura que lo explica. Si no tiene un tema definido, la gente tampoco va a recibir un
mensaje claro. Además, el texto que utiliza debe ser una porción conocida. Si no lo es,
usted corre el riesgo de estar interpretando mal los versículos escogidos.

Hay dos errores que puede hacer el predicador neófito respeto al uso de la Palabra de
Dios. Uno es querer predicar sobre una idea de interés limitado y luego tratar de forzar
un versículo a apoyar su idea, usándola fuera de contexto. El peligro es que el orden
de formular el sermón está al revés. Mejor sería permitir que la Biblia le hable
primero, y dejar que la porción de escritura le dé el tema del sermón.

El segundo error es luchar demasiado a encontrar un tema interesante, y sobre todo


de profundo sentir. Esto com Únmente lleva al predicador a escoger un texto
casi totalmente desconocido, y tratar de establecer una enseñanza novedosa
sobre ello. Esto invariablemente deja a la gente confundida y no convencida.

14
La Biblia es rica en enseñanza, pero no trate de descubrir algo nuevo o novedoso; eso
solo demostrará su ignorancia. Después de dos mil años de predicación, ya se hubiera
descubierto. Dedíquese a predicar primero los grandes capítulos de la Biblia y las
grandes verdades de la Biblia, antes de dedicarse a temas secundarios. Para no fallar se
puede tomar como ejemplos espirituales los héroes del Antiguo Testamento y eventos
de la vida de Jesucristo.

El secreto para un buen sermón es un buen texto, un buen tema, y una buena historia.
Por ejemplo, la gente nunca se cansa de oír la historia de "David y Goliat" porque ve
en ella reflexionado sus luchas cotidianas y espirituales. Con la experiencia usted va a
poder predicar sobre más temas. La meta ahora es tener éxito en los primeros
sermones para que no se desanime y reciba una invitación a predicar de nuevo.

Sobre todo, para escoger el texto y tema de sus sermones, dependa de Dios. Dios
le puede indicar en cualquier momento de que hablar. Cuando se le ocurra una
buena idea, APÚntelo en un cuaderno. En sus meditaciones diarias, al leer la
Biblia, apunte los textos que pudieran servir para un sermón.

2. Descubra los puntos.

Estudie los versículos de su texto escogido hasta encontrar el mensaje, el orden de


presentación, y su lógica. Esos son los puntos para formular un bosquejo sencillo del
orden en que usted puede presentar los argumentos de su sermón. Si usted está
predicando un sermón temático, cada punto puede ser un versículo diferente, de
diferentes libros de la Biblia, que apoya la enseñanza en sus diferentes aspectos. Otro
método muy efectivo para escoger los puntos de una plática, es ponerse en el lugar de
los oyentes y pensar que preguntas harían ellos sobre el texto o el tema. Cada pregunta
y su respuesta es un punto, y pronto se desarrolla el sermón.

3. Escoja los puntos.

Siguiendo las instrucciones de cómo descubrir los puntos de un texto o tema, pronto
se dará cuenta de que tiene más información de lo que se necesita para el sermón.
Ahora usted tendrá el lujo de escoger cuales puntos, preguntas o versículos mejor
se relacionan el uno con el otro, cuales serán mejor para su pÚblico, y cuales
descartar. Recuerde que veinte minutos es mucho para un principiante hablar.
De todas maneras, aunque el tema le parezca a usted interesante, muchos en la
congregación no aguantarán el tema por más de treinta minutos. Es mejor ser breve,
confiando que tendrá otras oportunidades de predicar.

4. Poner en orden los puntos.

A. El propósito del sermón debe de ser el ganar almas o motivar a las personas a hacer
una decisión específica. Con ese fin se tiene que poner los puntos o argumentos de su
sermón en un orden lógico. El primer punto tiene que ser una introducción al segundo
punto, y así sucesivamente para convencer al oyente. Piense en el abogado
presentando el caso de su cliente en un juicio ordenadamente para convencer a los
juradores o jueces.

B. Ponga sus puntos, argumentos e ilustraciones en orden desde el más sencillo hasta
el más fuerte, siempre terminando su sermón con el punto que lleva a la gente a hacer
la decisión indicada para Cristo.

5. Use ilustraciones.

Cuando puede, respalde e ilustre a cada punto con una ilustración breve. Con
una buena ilustración al principio del sermón se puede captar la atención del
PÚblico. Reserve su mejor ilustración para el Último y más importante punto.
Volviendo a una ilustración de la abogacía, un licenciado famoso dijo, "el que
tiene la mejor historia gana el caso." Gane el caso para Cristo usando buenos
ejemplos con que la gente puede identificarse y que ilustran su enseñanza.

6. Planee la introducción y conclusión.

Si usted tiene claro en su mente lo que quiere enseñar y el resultado que quiere lograr,
será fácil preparar el sermón. El ejercicio mejor para aclarar su mente y enfocar sus
propósitos es preparar primero la introducción y la conclusión. El cuerpo del sermón
vendrá después por añadidura. La introducción tiene que presentar el tema. La
conclusión tiene que repetir los conceptos de la introducción más dar un llamamiento a
hacer una decisión. Todos los puntos del sermón tienen que apoyar la introducción y
la conclusión; si no, quítelos del sermón. No van. El sermón tiene que tener un
propósito y todo en ello apoyarlo. Es más que un discurso bonito o entretenido. Si no
mueve a la gente, de nada sirve. Para asegurar su fin, planee antes de todo la
introducción y la conclusión.
La presentación:

Durante la presentación debe tener a la vista su bosquejo o apuntes. No para


leerlos, sino para recordarle lo que quiere decir y en que orden. Sea usted
mismo. Hable de una forma natural. Predique en el estilo en que se siente mejor,
sin tratar de imitar a otros. Predique detrás del PÚlpito. Si desea dejar el lugar del
PÚlpito, no camine muy lejos de el y tenga cuidado de que la gente siempre le
puede ver y oír. Si está dando una plática a un grupo informal, por ejemplo en un
hogar, se puede parar o aun sentarse con la gente. Su plática será más breve que
un sermón.

Sea sincero. No se preocupe de los nervios. Con cada predicación será más fácil.
Sobre todo siempre predique la Palabra de Dios, y no se mete en asuntos ajenos, ni en
fábulas, ni en supersticiones, ni en suposiciones. Dios bendice la predicación de su
palabra. Que siempre sea dicho de usted que "use bien la palabra de verdad”.
Capítulo 5

¿CÓMO ELABORAR
SERMONES?
Autor y conferencista de la Alianza Cristiana y Misionera Colombiana
Prof. Adm. Fernándo A. Jiménez

Una de las formas eficaces de llegar a la comunidad de creyentes, es mediante la


exposición de la palabra en la estructura de Sermón.
¿Cómo se prepara un Sermón? ¿Cuáles son los componentes de su estructura? ¿Cuánto
tiempo debe durar un mensaje?¿De dónde se obtienen las ideas principales?¿Qué son
las Divisiones Mayores y cuáles las Divisiones Menores? En realidad existen diversas
metodologías de Elaborar Sermones. Esta parece bastante apropiada para estudiantes
de pregrado que se inician como predicadores y maestros. Solo resta mucha oración,
praxis y estudio permanente. El buen predicador no nace, se hace, pues Dios los
Constituye, lo equipa y capacita para su Obra.

1. ¿Cuántas clases de sermones hay?

Hoy día existen muchas formas de exponer la Palabra de Dios. Todas válidas y, en su
mayoría, eficaces. Pero durante nuestra serie nos enfocaremos a estudiar las bases para
elaborar: sermones textuales, expositivos, temáticos y biográficos. Son cuatro géneros
que le permitirán al orador, presentar el mensaje de Dios para su pueblo.

2. Hay que definir un propósito

Desde el momento en que usted se pare al frente del PÚlpito, deberá tener claro qué
espera lograr al término de la enseñanza. En tal sentido es importante que usted
sepa que, al disponerse a realizar la exposición, debe tener claro si lo
que pretende ofrecer a sus interlocutores son bases para el crecimiento y
solidez espiritual, o llevarlas a tomar una decisión por Jesucristo.
Es necesario entonces que, en primera instancia, tenga definidos los dos grandes
géneros de mensajes:

a. El sermón de edificación

b. El Sermón evangelístico
Los dos tienen orientaciones totalmente diferentes. Por tal motivo es necesario que
hagamos, no solo la diferencia, sino que tengamos definido en qué consiste cada uno.

3. El sermón de edificación

Es el mensaje dirigido a toda la congregación, sobre la base de que todos ya


aceptaron a Jesucristo como su Único y suficiente Salvador. Por lo generar
asisten a la congregación y lo que requieren son orientaciones sobre cómo vivir
y crecer en la vida cristiana. Se trata de mensajes que tocan una temática variada,
pero enfocada en su totalidad a lograr bases sólidas para el creyente,
afirmándolo en la sana doctrina.

4. El sermón evangelístico

Es mucho más sencillo que el de edificación. N la mayoría de los casos se


fundamentan en un solo texto y no saltan de un pasaje a otro. De entrada está
orientado a crear entre los asistentes, conciencia sobre la necesidad de aceptar a
Jesucristo como su Único y suficiente Salvador. El sermón, en estos casos,
termina con una invitación a hacer decisión de fe por JesÚS.

TIPOS DE SERMONES.
Descripción

Para que tengamos una mejor comprensión de cuáles y cuántas son las clases de
sermones, hacemos a continuación una breve descripción:

1.- Sermón Textual

Aludimos a Sermón Textual al referirnos al mensaje que toma como base un texto
específico, generalmente un solo versículo. Por ejemplo, Juan 3:16. Sobre este escrito
entramos a desarrollar la enseñanza. El propósito es desglosar su estructura, haciendo
particular énfasis en palabras en el sentido particular de las frases.

2.- Sermón Expositivo

Este género de Sermón se desarrolla fundamentado en un pasaje bíblico. Las ideas que
se exponen guardan un orden lógico. El predicador no fuerza un versículo para que
concatene con otro o
quizá para que diga lo que él quiere. Por el contrario, toma con naturalidad cada una
de las ideas y puntos que van surgiendo en cada versículo. Es uno de los estilos más
complejos pero a su vez, de los más enriquecedores. Charles Spurgeon es uno de los
mejores ejemplos de esta forma de predicación. N el siglo XIX ejerció una poderosa
influencia en Inglaterra y Estados Unidos con sus poderosos mensajes.

3.- El Sermón Temático

Como su nombre lo indica, el Sermón Temática toma un tema y lo desarrolla. Por


ejemplo, el pecado. Se analizan todos los versículos en los cuales la palabra pecado
ejerce un papel preponderante. Se requiere una exploración bíblica con el propósito de
definir sus orígenes, causas, evolución y consecuencias. Tenemos allí un tema
expuesto. Este género es muy frecuente en las congregaciones.

4.- Sermón Biográfico

A diferencia de los anteriores, que se predican desarrollando un tema central, el


Sermón Biográfico toma su base en un personaje de la Biblia y es el más apropiado
para adelantar predicaciones en serie, es decir, para varios servicios religiosos. Del
personaje objeto de estudio, se buscan aspectos positivos, los negativos, qué principios
espirituales aplicó a su existencia y cuáles son válidos hoy día, etc.

División del Mensaje

Para facilitar la exposición de un tema, generalmente se divide en puntos específicos.


Vendrían a ser lo que llamamos Divisiones Mayores. Son los grandes aspectos que
abordaremos. Por ejemplo, vamos a hablar del pecado. Si lo fuéramos a hacer tomando
tres grandes facetas, podría quedar así.

1. EL PECADO NOS LLEVA A LA CEGUERA ESPIRITUAL

2. EL PECADO NOS ALEJA DE DIOS

3. EL PECADO NOS LLEVA AL ESTANCAMIENTO ESPIRITUAL

Observe que se trata de ideas generales, que encierran muchos elementos.

Las Divisiones Menores son aquellos puntos que dan soporte a las Divisiones
Mayores. Son los puntos que están relacionados con los
primeros y que sirven para hacer una adecuada exposición. Si ya tenemos las
Divisiones Mayores y vamos a incorporar las Divisiones Menores, quedaría de la
siguiente manera:

1. EL PECADO NOS LLEVA A LA CEGUERA ESPIRITUAL

a. Olvidamos los principios espirituales contenidos en la Biblia

b. Dejamos de lado las pautas trazadas por Dios para su pueblo.

2. EL PECADO NOS ALEJA DE DIOS

a. Progresivamente regresamos al mundo pecaminoso

b. Nuestra conciencia nos redarguye y nos apartamos del Dios que da vida

3. EL PECADO NOS LLEVA AL ESTANCAMIENTO ESPIRITUAL

a. Un cristiano inmerso en pecado no progresa

b. Un cristiano inmerso en pecado está ajeno a las verdades bíblicas

Es importante que tengamos claro el papel que juegan las Divisiones Mayores y las
Divisiones Menores en la estructura del mensaje que se va a compartir con el Pueblo
de Dios o con los no conversos.
Capítulo 6

EL SERMÓN
TEXTUAL

La elaboración del Sermón Textual REÚne muchas ventajas. Entre ellas, que permite
captar el interés de los asistentes, evita salirse del tema y además, mantiene los
márgenes bíblicos, es decir, que se sujeta específicamente a lo Escritural y no
a las anécdotas del predicador que tienden a glorificarlo a él antes que a
Jesucristo. En esencia, este género de exposición se centra en la Escritura.

¿Cómo se escoge un texto?

Esta constituye la pregunta que se formula todo predicador en sus comienzos. No es


fácil. Pero sugerimos dos principios que son infalibles.

a. Busque la dirección de Dios

Esta es la estrategia principal. Todo predicador debe pasar buena parte de su tiempo en
oración. No podemos hablar de un Dios de poder si no lo conocemos o si lo
conocemos y no permanecemos en su presencia. ¿Cómo ser mensajeros de Aquél a
quien no consultamos?

Al comenzar la semana o durante el transcurso de la misma, el expositor bíblico debe


pedir la orientación del Supremo Hacedor en procura de guía sobre la porción
escritural que debe escoger. Este principio no falla. Generalmente en el curso de las
horas siguiente, Dios muestra pasajes que llaman poderosamente la atención y se
constituyen en la base de mensajes para la membresía.

b. Estudie la Biblia y tome apuntes

Adoptar la costumbre de estudiar la Biblia e ir tomando apuntes en una libreta sobre


los aspectos que nos llamaron la atención, los que podrían tener una aplicación
práctica o aquellos en los que sentimos específicamente que Dios habló a nuestra vida,
constituyen una valiosa herramienta.

En el futuro, cuando estemos frente al compromiso de exponer la Palabra de Dios, será


de mucha utilidad revisar las notas. De seguro siempre encontraremos un tema para
compartir con nuestras congregaciones.
Predicando sobre un texto específico

Una vez tengamos el texto o versículo a partir del cual vamos a elaborar el mensaje, es
necesario que nos familiaricemos con él. Debemos leerlo cuantas veces sea necesario.
En lo posible es aconsejable escoger un versículo con una idea completa.

Lea lo que aparece antes y después del pasaje escogido. Eso nos ayudará a definir el
contexto. Escriba aquellas palabras con las que no esté familiarizado con el fin de
investigarlas con ayuda del Diccionario.

Si tiene la posibilidad, le sugerimos que consulte ese mismo versículo en otras


versiones de la Biblia. Haga comparaciones. Defina aspectos en los que pueden darse
diferencias. Este análisis comparativo será enriquecedor cuando defina el enfoque que
tendrá el mensaje.

Descubra las divisiones naturales del texto

Cuando esté familiarizado con el texto, busque las divisiones naturales que podría
tener. Generalmente un versículo podría tener dos o tres ideas inmersas. Para que
apreciemos este hecho, tomemos como base Juan 3:16. Dice así "Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3.16).

Tras un análisis sencillo, podríamos señalar que las divisiones naturales son:

a. "Porque de tal manera amó Dios al mundo"

b. "...que ha dado a su Hijo unigénito"

c. "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"

Aquí tenemos un esbozo de cuál podría ser la división natural para aplicarla a este
versículo.

¿Cómo se elaboran las divisiones de un sermón textual?

Como recordarán, tras escoger nuestro texto que será la base del Sermón, que fue Juan
3:16 "Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito,
para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna", acordamos
que lo primero que debemos hacer, es dividirlo ojalá en tres partes que tengan sentido.
La primera parte sería "Porque de tal manera amo Dios al mundo"

La segunda: "...que ha dado a su hijo unigénito..."

Y la tercera: "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna"

Cada uno de estos segmentos constituirá un punto a tocar en el mensaje. De esta


manera, tomando como referencia "Porque de tal manera amo Dios al mundo",
podemos crear una primera gran división:

DIOS AMA AL MUNDO

La referencia será: "Porque de tal manera amo Dios al mundo"

Ahora hay que anexarle puntos que sustenten este primer gran aspecto. Y podrían ser:

Dios ama al mundo porque El lo creó.

Dios ama al mundo porque el hombre él lo hizo.

Dios ama al mundo desde los comienzos de la creación.

Ahora unamos el primer gran postulado, que llamamos división mayor, con estos tres
argumentos que dan soporte. Quedaría así:

I. DIOS AMA AL MUNDO

"Porque de tal manera amo Dios al mundo"

a. Dios ama al mundo porque El lo creó.

b. Dios ama al mundo porque el hombre él lo hizo.

c. Dios ama al mundo desde los comienzos de la creación.

¿Se dan cuenta qué hicimos? Propusimos el primer gran punto del mensaje y lo
estamos acompañando de la sustentación para ese primer punto. Vamos ahora con el
siguiente. Podría ser:

DIOS MANIFESTÓ SU AMOR MEDIANTE SU HIJO, refiriéndose a su


manifestación en Carne.

La referencia bíblica sería: "...que ha dado a su hijo unigénito.."


Ahora nos corresponde dar soporte a este planteamiento. Lo
podríamos hacer así:

JesÚS es la muestra suprema del amor de Dios al mundo JesÚS

era el Hijo ÚNIco, por tanto un gran sacrificio JesÚS, el Hijo de

Dios, se dio por la humanidad

Si cuadramos este segundo gran punto con los tres argumentos de soporte, nos quedaría
así:

II. DIOS MANIFESTÓ SU AMOR MEDIANTE SU HIJO

"...que ha dado a su hijo unigénito.."

a. JesÚS es la muestra suprema del amor de Dios al mundo

b. JesÚS era el Hijo ÚNIco, por tanto un gran sacrificio

c. JesÚS, el Hijo de Dios, se dio por la humanidad Llegamos al

Último aspecto. Lo podríamos describir así: JESUCRISTO,

PUERTA A LA VIDA ETERNA

La referencia escritural será: "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna"

Ahora le anexamos los argumentos, o puntos de soporte a esta división mayor:

Es necesario creer en JesÚS, el Hijo de Dios. Quien

cree, no morirá para siempre

Quien cree tendrá la vida eterna

Ahora acomodemos este tercer elemento de nuestro sermón.


Quedaría así:

III. JESUCRISTO, PUERTA A LA VIDA ETERNA

"...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"

a. Es necesario creer en JesÚS, el Hijo de Dios.


b. Quien cree, no morirá para siempre

c. Quien cree tendrá la vida eterna

Ahora sólo nos resta armar el Sermón en su totalidad:

Base Escritural: Juan 3:16

I. DIOS AMA AL MUNDO

"Porque de tal manera amo Dios al mundo"

a. Dios ama al mundo porque El lo creó.

b. Dios ama al mundo porque el hombre él lo hizo.

c. Dios ama al mundo desde los comienzos de la creación.

II. DIOS MANIFESTÓ SU AMOR MEDIANTE SU HIJO

"...que ha dado a su hijo unigénito..."

a. JesÚS es la muestra suprema del amor de Dios al mundo

b. JesÚS era el Hijo ÚNIco, por tanto un gran sacrificio

c. JesÚS, el Hijo de Dios, se dio por la humanidad

III. JESUCRISTO, PUERTA A LA VIDA ETERNA

"...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"

a. Es necesario creer en JesÚS, el Hijo de Dios.

b. Quien cree, no morirá para siempre

c. Quien cree tendrá la vida eterna

¿Se da cuenta? Es muy sencillo. Pero no puede partir de la base de la improvisación.


Recuerde que el pasaje se debe estudiar con detenimiento, y en todo momento la
oración debe constituir una base fundamental.
Por supuesto, se preguntará: ¿Y el título? Pues no sólo es el título lo que falta.
También es necesario introducir el mensaje y plantear la conclusión. Pero son aspectos
que iremos tratando poco a poco.

Por ahora tiene una tarea: buscar en su Biblia un texto al que le puedan aplicar estos
pasos, e ir armando su sermón. Recuerde que la práctica hace al maestro, al
predicador.
Capítulo 7

EL SERMÓN
EXPOSITIVO

Del género de mensajes que se comparten a la congregación, el modelo más


apasionante es el expositivo. Históricamente ha jugado un papel preponderante en la
evangelización.

Entre las ventajas que ofrece, está el que se trabaja con base en un solo texto. Esto
favorece concentrar la atención de los asistentes. No es necesario saltar de un versículo
a otro como sí ocurre con los sermones temáticos.

Asimismo es el modelo más aconsejable cuando se trata de un mensaje en


el que buscamos como objetivo central, que al terminar de predicar, las personas
nuevas acepten a Jesucristo como su Único y suficiente Salvador.

Concatenación de ideas.

Cuando se hace una presentación expositiva, se sigue el orden de los acontecimientos


descritos en el pasaje, no se fuerzan los aspectos que aborda cada versículo, y se logra
coherencia y concatenación de las ideas. Por lo tanto, facilita que quien los asistentes
sigan el curso de los hechos.

La asimilación es más fácil cuando se predica con un solo pasaje. Está probado que, al
salir del servicio religioso, es más probable que los asistentes recuerden no sólo qué
base escritural se utilizó, sino también de qué trató el mensaje.

Otro de los aspectos a favor es que facilita la inserción de ejemplos prácticos que
tornan más próximo y entendible el acontecimiento bíblico, le da un aire de
contemporaneidad y se transmite una enseñanza más aterrizada frente a la realidad
actual.

El Sermón Expositivo se presta para que comparta lo que el autor quería decir
originalmente, y cierra las posibilidades a un fenómeno frecuente entre algunos
predicadores: forzar el texto para que la audiencia escuche lo que él quiere que
escuchen y nada más.
Leer y releer el texto

El primer paso para la elaboración del Sermón Expositivo es familiarizarse con el


pasaje. Esto nos lleva a una primera lectura. Así tendremos una visión panorámica de
qué acontece, quiénes intervienen e incluso lugares relevantes que se describen. Es
fundamental lograr una adecuada comprensión.

Una segunda lectura deberá estar orientada a intentar conocer en detalle, cuál era el
propósito original del autor.

Para tornar práctico el ejemplo, tomaremos como base de lectura del capítulo veinte
del segundo libro de Reyes. Nos centraremos en los versículos del uno al once.

El objetivo es que, tenga definidos los pasos anteriores, como también que investigue
en un diccionario bíblico quién fue el rey Ezequías, en qué época vivió y algunos
aspectos relacionados con su período de gobierno.

Estructura del Sermón Expositivo

Como se recordará, el Sermón Expositivo se sujeta o extrae los principios contenidos


en el texto. El propósito es compartir un mensaje ajustado a lo que se proponía el autor
bíblico, sin desconocer que el contenido tiene su aplicación en la época que se
escribió, y arroja pautas y principios que cobran particular vigencia en nuestro tiempo.

El primer paso es leer cuidadosamente los versículos objeto de estudio, identificar cuál
es la esencia de cada uno. Como se recordará, nuestra Base Escritural o lectura bíblica
es el segundo libro de Reyes, capítulo 20, versículos del uno al once.

Un resumen de la lectura.

Una primera lectura nos indica que, en el momento de mayor prosperidad


administrativa, militar, económica y religiosa del reino de Ezequías, el decimotercero
en la dinastía sobre el pueblo de Judá (716- 687 a.C.), las malas noticias golpearon a
su puerta. El profeta Isaías le anuncia la inminencia de su muerte. Además, le exhorta
a arreglar todo, de cara a su partida hacia el viaje sin retorno.

¿La reacción del rey? Angustia, preocupación y quizá la íntima sensación de que
muchos planes y proyectos quedarían truncados si
moría. Además, amaba la vida. Y clama al Señor desde su desesperación. En respuesta
a su clamor, Dios no solo le otorga la sanidad de la enfermedad que padecía, sino que
le prorroga la vida por espacio de quince años más.

A partir de ese hecho, usted como predicador bien puede compartir un extraordinario
mensaje de parte de Dios para su pueblo. Además, la historia reviste no solo la fuerza
descriptiva, de incalculable valor literario y narrativo, sino que arroja principios de
vida que pueden aplicarse al cristiano de hoy.

Trazando el bosquejo.

Ahora que tenemos claro el tema y que nuestro objetivo es compartir principios
bíblicos de vida, retornemos nuevamente a los apuntes que hayamos escrito para
sinterizar, en una idea, el versículo que hayamos leído.

Personalmente elaboré el siguiente prospecto, pero recuerde que quizá usted encuentre
otras pautas prácticas.

Sé que la esencia del mensaje no cambia, pero si pueden variar las ideas que se
deriven del estudio que hagamos del pasaje. Mi propuesta de bosquejo quedó así:

1. Debemos estar preparados para la hora de partir (v.1)

2. El modelo de una oración eficaz (vv. 2,3)

3. Dios escucha nuestras oraciones (vv. 4,5)

4. Dios nos ofrece una nueva oportunidad (vv.5,6)

5. Dios nos ofrece una salida al laberinto (v.7)

6. Las dudas impiden las bendiciones en nuestras vidas (v.8).

Observe que tomé seis principios de vida. A propósito, el título que le di a este sermón
fue: "Seis principios para una vida cristiana victoriosa".

Las anteriores vendrían a ser las divisiones mayores. ¿Y las divisiones menores? Estas
se desprenden de una nueva lectura de cada versículo y de la idea central que hayamos
logrado en cada uno. Esto nos arroja luces para darle soporte a cada argumento. En
este orden de ideas, las divisiones menores propuestas son: (Véase el bosquejo).
Título: "Seis principios para una vida cristiana victoriosa

Base Escritural: 2 Reyes 20: 1-11

1. Debemos estar preparados para la hora de partir (v.1)

a. La hora de partir no avisa

b. A la hora de partir no hay tiempo para arreglar asuntos pendientes

2. El modelo de una oración eficaz (vv. 2,3)

a. La oración debe estar exenta de palabrería

b. La oración debe reconocer la grandeza y el poder de Dios

3. Dios escucha nuestras oraciones (vv. 4,5)

a. Nuestras oraciones toca el corazón de Dios

b. Nuestras oraciones no se pierden. Dios las escucha

4. Dios nos ofrece una nueva oportunidad (vv.5,6)

a. Dios nos abre las puertas a una nueva vida

b. Dios nos da una nueva oportunidad cada día

5. Dios nos ofrece una salida al laberinto (v.7)

a. Si dependemos de Dios, encontramos soluciones

b. Si dependemos de Dios, las crisis no nos desestabilizan

6. Las dudas impiden las bendiciones en nuestras vidas (v.8).

a. Las dudas se convierten en un muro

b. Las dudas nos impiden avanzar

Acompañamiento del mensaje

El Sermón Expositivo abre las puertas para el acompañamiento con ilustraciones de la


vida práctica. Estas acotaciones con historias, anécdotas o hechos de la cotidianidad y
acercan el mensaje al
oyente. Es una de las razones por las cuales este género de exposición resulta atractivo
para muchos predicadores.
Capítulo 8

EL SERMÓN
TEMÁTICO

Llegamos al tercer sistema de exposición de la Palabra de Dios: el Sermón Temático.


Como su nombre lo indica, este género de predicación gira en torno a un tema
específico.

Requiere de ayudas generales como una buena concordancia. La mayoría de las


ediciones de las Sociedades Bíblicas Unidas, tienen una, al final de cada Biblia. Pero
también se pueden conseguir concordancias extensas en el mercado de la literatura
cristiana. Cualquiera que sea su extensión, amplia o corta, son fundamentales en la
elaboración de estos sermones.

Ventajas.

El Sermón Temático es uno de los más comunes entre los predicadores evangélicos.
Es favorable porque ofrece a los oyentes una amplia gama de posibilidades
para absolver interrogantes en torno a un aspecto escritural en particular. Es
como abrir un abanico: ofrece mÚltiples y variadas facetas. Además presenta una
lista panorámica en cuanto al asunto objeto de estudio.

El propio expositor recibe mucha edificación durante la elaboración del mensaje.


Aprende, agudiza su visión, trata de ponerse en el lugar de los creyentes y se adelanta
a las preguntas que se podrían formular. De igual manera, obliga a investigar aspectos
que no quedan claros.

Recuerde que si hay algo que le genera dudas a usted, lo más probable es que a los
oyentes también.

Desventajas.

Toda moneda tiene dos caras. Ya vimos una primera faceta del Sermón Temático: las
ventajas. Son muchas. Pero también tiene sus desventajas.

Buen nÚmero de los expositores se limita a tener un tema y buscar cuanto


versículo halla en la Biblia. Luego organizan su bosquejo sin mayor coherencia.
Esta práctica puede llevar al desconcierto, a la desorientación e incluso a la
incertidumbre a la audiencia.
He escuchado a sinnÚmero de personas decir: "El sermón estuvo muy bueno,
pero realmente no lo entendí". Aseveraciones así son traumáticas, tanto
para el expositor como para los oyentes. Para que eso no ocurra, lo fundamental es
trabajar con sumo cuidado trazando el mensaje.

Definiendo el tema.

Un bosquejo conlleva oración. No olvide que usted representa un embajador de


Dios en el PÚlpito. Cada Sermón debería ser como una escultura. Una estructura
en la que se cuidan mucho los detalles. No una pieza de oratoria preparada al
azar.

Asimismo habrán podido descubrir que si deseamos tener la preparación necesaria, se


requiere orar y ser buenos estudiantes de las Santas Escrituras.

Ahora, el primer paso es definir el tema, aterrizarlo. Que no de lugar a generalidades.


Supongamos que, en nuestro Sermón Temático, nos inclinamos por "El amor de
Dios". Nuestra Base Escritural o Lectura Bíblica inicial sería Juan 3:16.

Hasta ahí vamos bien, pero si lo analiza detenidamente, encontrará que predicar sobre
"El amor de Dios" puede sonar muy general e incluso, ambivalente.

Es necesario ser más específicos porque "El amor de Dios" puede expresarse con
relación a la naturaleza, los niños, la humanidad, la mujer cabeza de familia, los
farmacodependientes, las prostitutas y más y más etcéteras. En síntesis, podemos
señalar que el amor de Dios tiene una proyección demasiado amplia.

Si no particularizamos más el tema, de entrada podemos generar confusión entre la


audiencia.

Como predicador, usted debe tener claro qué aspecto desea focalizar, es decir,
desarrollar en concreto. Es un ejercicio que debe poner en práctica los próximos días.
Es un paso elemental pero a la vez, ineludible para todo buen expositor.

Al grano: usted debe escoger entre la gama de posibilidades. Supongamos que nos
inclinamos por "El amor de Dios hacia la humanidad". Es claro y conciso. De seguro,
será un extraordinario mensaje.
Formulando interrogantes.

Ahora que hay un tema definido, usted como predicador debe hacer algunos
interrogantes, que probablemente son los que se haría como oyente en la
congregación.

1. ¿Por qué ama Dios a la humanidad?

2. ¿Cómo es el amor de Dios hacia la humanidad?

3. ¿Qué genera el amor de Dios hacia la humanidad?

Por supuesto, usted puede hacerle otras preguntas. ¿Qué paso vamos a seguir? Vaya a
la concordancia y escoja versículos que refieren el tema del amor de Dios, y
específicamente el amor de Dios hacia la humanidad. Encontrará una veintena, como
mínimo.

Obviamente debe sumar los textos que usted conoce, y que considera apropiados. Con
estos versos, trate de responder a las preguntas que escribió.

La estructura del Sermón Temático

Como tuvimos la oportunidad de apreciarlo, el Sermón Temático se desarrolla a partir


de un tema. Ofrece una enorme variedad de posibilidades para, no solo presentar y
desarrollar un asunto, sino para absolver todos los interrogantes que puedan surgir.
Edifica a los oyentes, pero primero, edifica al predicador.

El Sermón a elaborar tiene como título propuesto: "El amor de Dios hacia la
humanidad".

Las Divisiones Mayores ¿De dónde salen?

Cuando no tenga claro qué puntos o Divisiones Mayores deben incluirse, lo más
aconsejable es que le formule interrogantes al título.

Imagine por un instante que usted oye, de manera desprevenida, el título de la


exposición que otra persona va a compartir. "El amor de Dios hacia la humanidad".
Usted ¿Qué puntos quisiera escuchar en torno a ese aspecto? También: ¿Qué preguntas
le despierta el amor de Dios? Si usted se ubica en los zapatos de la congregación,
seguramente podría plantearse los siguientes interrogantes:

1. ¿Por qué nos amó Dios?


2. ¿Cómo se manifiesta el amor de Dios?

3. ¿Qué produce el amor de Dios en nuestras vidas?

Definiendo las respuestas.

El paso siguiente es más sencillo. Hay dos formas. La primera, buscar en una
Concordancia Bíblica los versículos y pasajes referentes al amor de Dios. Hay un
buen nÚmero.

Un ejemplo práctico. Supongamos que ya hallamos los siguientes versículos:

Juan 3:16; Filipenses 2:8; 1 Juan 3:1; 2 Corintios 5:17-19; Efesios 3:14-18

También encontramos otros versos que, aunque no hablan directamente del amor de
Dios, expresan de qué manera y por qué, nos amó el Creador:

Génesis 1:1; Salmos 57:10; Romanos 5:5-7; Romanos 13:10

Es natural que encontremos muchos más. Pero específicamente en este ejemplo,


utilizaremos los que anoté.

¿Qué paso seguir? Con base en todo este cÚmulo de material bíblico, comenzar a
responder los interrogantes. Las Divisiones Menores, es decir, los puntos que
desarrollaremos, deben expresarse en ideas cortas, concisas.

Siguiendo este proceso, el Bosquejo del Sermón Temático podría quedar así:

Título: "El amor de Dios hacia la humanidad"

Base Escritural: Juan 3:16

I. ¿Por qué nos amó Dios?

1. Porque somos su creación (Génesis 1:1)

2. Porque la misericordia de Dios es eterna (Salmos 57:10)

3. Para abrirnos la puerta a hacernos sus hijos (1 Juan 3:1)

4. Porque no quiere que pasemos a la eternidad sin El (Juan 3:16)


II. ¿Cómo se manifiesta el amor de Dios?

1. A través de la obra de su Hijo JesÚS (Juan 3:16)

2. Por el sacrificio de JesÚS en la cruz (Filipenses 2:8)

3. A través de su emanación como Espíritu Santo (Romanos 5:5-7)

¿Qué produce el amor de Dios en nuestras vidas?

1. Produce amor en nuestras vidas (Romanos 13:10)

2. Nos reconoce como Padre. Somos sus hijos (2 Corintios 5:17-19)

3. Hizo que Su Espíritu habitara en nuestras vidas (Efesios 3:14-18)

Este representa sólo el fundamento. Pero en esencia, la recomendación es que se tenga


mucho cuidado, de un lado en la escogencia de los versículos y pasajes bíblicos, y de
otra parte, no insertar versículos que digan lo que yo como predicador quiero decir,
sino que expresen lo que Dios quiso decir a través de los autores de cada texto.
Capítulo 9

EL SERMÓN
BIOGRÁFICO

En esta ocasión estudiaremos la estructura y dinámica del Sermón Biográfico. Conjuga


elementos de los anteriores, es decir de los sermones textual, expositivo y el temático.

Entre las ventajas de este género, figura el que se puede analizar en detalle la
existencia de un personaje de la Biblia, sus aportaciones a los demás, y en particular,
los principios de vida práctica que arrojan pautas y luces para los cristianos de hoy.

Entre los elementos favorables que tiene este sistema de predicación, se cuenta el
estrecho acercamiento de los creyentes con las experiencias, tanto positivas como
negativas, de los hombres y mujeres de la Biblia. Ellos, al igual que nosotros,
enfrentaron períodos de incertidumbre, persecuciones, intolerancia, duda y también de
victoria.

¿Cómo se elabora un Sermón Biográfico?

El primer paso es la escogencia de un personaje. Tras orar y estudiar las Escrituras,


seleccionaremos quién será objeto de análisis. Una vez tengamos claro de quién se
trata, nos dirigimos a la Biblia y leemos todo cuanto digan las Escrituras sobre él o
ella.

El estudio debe ser pormenorizado, en lo posible. La meta es no dejar escapar detalles.


Examinar cuál es su origen, período histórico aproximado en el que existió, país o
región donde residía, en qué momento se produjo el llamamiento de Dios y cuál fue su
desempeño en la misión que el Señor le llamó a cumplir. Repito, es necesario no
omitir detalles.

Durante el estudio, iremos tomando nota de lo que aprendemos. Es aconsejable


tomar referencia del capítulo y los versículos donde se encuentra algÚn dato
relevante. No olvide que estos pormenores serán de gran ayuda cuando estructuremos
la predicación.

Llevando la teoría a la práctica.

Tomemos como ejemplo la vida de Noé. Es una existencia relativamente corta en el


registro Escritural y nos ayudará a tornar práctica esta enseñanza.
Una vez hayamos identificado en qué capítulos de la Biblia
encontramos aspectos sobre el desenvolvimiento del personaje en estudio, sería
Útil que nos formuláramos los siguientes interrogantes:

1.- ¿Cuál es su origen y a qué familia pertenecía?

2.- ¿Cómo se produjo el llamamiento de parte de Dios?

3.- ¿Qué misión específica le encomendó?

4.- ¿Desde un comienzo Dios le reveló qué propósito debía cumplir o le fue mostrando
el camino de manera progresiva?

5.- ¿Cuál fue su respuesta frente al llamamiento de Dios?

6.- ¿Qué podemos aprender de la relación de nuestro personaje seleccionado con


Dios?

7.- ¿Hay peligros que haya enfrentado y que pueden alertarnos hoy para observar
transparencia y consagración en nuestro caminar con Jesucristo?

8.- ¿Cómo describiría usted el secreto del éxito tanto secular como espiritual del
personaje sobre el cual realizamos el análisis?

9.- ¿Cuál fue la conclusión de su vida?

La meta es que se tome el trabajo de despejar estos interrogantes para el momento en


que empecemos a estructurar el mensaje.

No olvide que es aconsejable disponer de una Biblia, de un diccionario bíblico, una


buena concordancia y un diccionario que permita ampliar el significado de ciertos
términos...

El Sermón Biográfico y su estructura

Estructura

El Sermón Biográfico responde a la necesidad de analizar el llamamiento, crecimiento


y evolución personal y espiritual de los hombres de Dios conforme lo registra la
Biblia.

Es un método sencillo, aunque rico en posibilidades para descubrir a partir de las


Escrituras, principios y valores que tienen aplicación para el hombre de hoy. Recaba
en la trascendencia de las pautas de vida
para los seres humanos conforme lo dispone Dios, sin que esos lineamientos de la
forma indicada de pensar y actuar, cambien así se modifiquen los tiempos.

Otra característica de suma importancia es que permite estimular un acercamiento


entre los problemas y victorias del hombre en los pasajes bíblicos y el hoy. Lleva a
pensar que ellos no fueron diferente de nosotros, salvo por su fe y dependencia del
Creador, que es justamente lo que estamos llamados a aprender en nuestra
cotidianidad.

Como acordamos, el primer paso es realizar un estudio pormenorizado sobre la vida


del personaje. Escogimos a Noé con el propósito de ofrecer un ejemplo. De acuerdo
con el texto, algunas de las características de este hombre son:

Aspectos que sobresalen en la vida de Noé:

a.- El nombre de Noé está estrechamente ligado con el alivio del dolor de la
humanidad y el descanso de los trabajos (v. 29).

b.- Era descendiente de Adán e hijo de Lamec (Génesis 5:30).

c.- Tuvo otros hermanos porque el texto refiere que Lamec "engendró hijos e
hijas..."(Génesis 5:30).

d.- Noé vivió en medio de una sociedad inmoral, centrada en el placer (Génesis 6:1,
2).

e.- En los tiempos de Noé había gigantes (6:4).

f.- Dios reconoció en tiempos de Noé la naturaleza pecaminosa del hombre (vv.3, 5).

g.- La maldad se había multiplicado (v.5). Noé halló gracia delante del Señor (v. 8).

h.- Noé era un varón justo (v. 9 a).

i.- Noé era perfecto en medio de una generación corrupta (v. 9 b).

j.- Noé tenía una familia normal (v. 10).

k.- La maldad y el desmoronamiento moral abarcaron todo el género humano (vv.11-


13).
l.- Dios impartió instrucciones específicas a Noé (vv. 14-16 y 19-21). m.- Los

planes a mediano y largo plazo fueron revelados a Noé. n.- Noé era obediente a

Dios (v. 22).

Como podrá apreciar realizamos un estudio preliminar a los capítulos 5 y 6 del


Génesis que nos refieren aspectos importantes de la vida de Noé. Por supuesto, la
historia se extiende mucho más allá y encontrará en los capítulos subsiguientes
muchas cosas que son relevantes. Pero para el caso, tomamos sólo estos dos capítulos
que nos servirán para elaborar un mensaje como el que se encuentra a continuación:

Título: Noé, un ejemplo de integridad en una sociedad sin Dios

Bases Escriturales: Génesis 5 y 6

I.- NOE FUE LLAMADO A CUMPLIR UNA MISIÓN EN UN MOMENTO


COYUNTURAL DE LA HISTORIA

1.- Históricamente hombres de Dios han impactado el mundo que les rodea (Noé, José,
Moisés, Abraham, Josué, Gedeón...).

2.- Había conciencia de la importancia de caminar con Dios (Génesis 5:23, 24)

3.- Noé entra en escena para cumplir los designios de Dios (Génesis 6: 6, 7).

4.- Como en el caso de Jeremías y otros hombres de Dios, el Señor le tenía escogido
desde antes de nacer.

II.- NOE FUE UN EJEMPLO DE INTEGRIDAD EN UNA SOCIEDAD


CORRUPTA
(Génesis 6:8, 9). (vv.8, 9).

1.- La integridad de Noé le llevó a alcanzar gracia delante del Señor (v. 8).

2.- Noé se caracterizó por ser justo delante de Dios (v. 9 a)

... cumplidor de principios conforme a la voluntad del Señor...

3.- Noé era perfecto en medio de una generación corrupta (v. 9 b).
III.- DIOS REVELA SUS PLANES A QUIENES SON LLAMADOS (vv.10-16).

1.- Noé era un hombre normal, con una familia normal y obligaciones (vv.10).

... Dios escoge hombres comunes y corrientes...

2.- Dios escogió a Noé para desarrollar una misión específica en un momento específico
(vv.11-13).

3.- Las revelaciones de Dios se producen en hombres dispuestos a escucharle y


hacer Su voluntad (vv. 14-16).

IV.- LOS PLANES DE DIOS SE CUMPLEN A MEDIANO Y LARGO PLAZO


(vv.17-22).

1.- Dios reveló a Noé los planes a mediano plazo (v. 17).

2.- Dios reveló a Noé los planes a largo plazo (v. 18).

3.- El hombre debe aprender a descansar en las promesas de Dios (v. 18).

4.- Mantenernos en los planes de Dios nos obliga a ser obedientes (v. 22).

Una estructura sencilla.

Como podrá apreciar, la estructura que se siguió es muy sencilla. No se sujeta a


casillas específicas. Fluye libremente. La esencia es presentar a Noé, como hombre
del com Ún, pero también, como hombre de Dios. Ver el mundo a través de sus
ojos y conocer de qué manera el Creador trató con su vida. Es un ejercicio
sumamente enriquecedor para los oyentes.

Le sugiero que revise nuevamente el ejemplo. Y trate de elaborar su propia versión del
mensaje. Le ayudará a ampliar su panorama.

No olvide, con base en los próximos capítulos (Génesis 7 y 8, entre otros), podrá usted
preparar otros mensajes. Eso sustenta lo que dijimos al comienzo de esta serie respecto
del Sermón Biográfico, y es que sirve para desarrollar varios mensajes.
Capítulo 10

LA INTRODUCCIÓN, LAS ILUSTRACIONES Y LA


CONCLUSIÓN

Hemos aprendido sobre las estructuras de los sermones textual, expositivo, temático y
biográfico. Paso a paso hemos visto cómo se concluye la armazón sobre la cual
descansan los argumentos bíblicos de las enseñanzas que compartimos con la
audiencia. Ahora es necesario complementar este cuadro con tres elementos
fundamentales: la introducción, las ilustraciones y la conclusión.

LA INTRODUCCIÓN.

Todo tema debe tener una introducción apropiada, una vez se comparte la Base
Escritural o Base Bíblica, y por supuesto, cuando hemos leído la porción sobre la cual
realizaremos el análisis. Se trata de una síntesis de todos los aspectos que abordaremos
en la predicación. Es la antesala o aperitivo, y por tanto, debe circunscribirse a marcar
pinceladas de lo que todos escucharán a continuación. Su propósito fundamental es
despertar interés.

Lo aconsejable es que, en cuanto a tiempo, oscila entre los tres y cinco minutos. A
partir de entonces se puede tornar monótona, y si se quiere, contraproducente ya
que los oyentes caerán en m Últiples distracciones.

La introducción puede realizarse acudiendo a una pregunta o quizá, con una breve
historia. Cualquiera que sea el recurso que se utilice, debe despertar inquietud y deseos
de conocer qué sigue a continuación.

En caso que se incline por un relato, debe en lo posible, ser comprensible. Recuerde
que si no es preciso al compartir la información, puede provocar confusión. Otra
recomendación es que las frases sean cortas. Esto da mayor impacto a las palabras e
incluso, despiertan curiosidad.

LAS ILUSTRACIONES.

Juegan un papel importante en la exposición del mensaje. Son las historias, anécdotas
o narraciones que le permiten al oyente, entender que la Palabra de Dios tiene
aplicación práctica en nuestro tiempo.
Un sermón debe contener un buen nÚmero de ilustraciones, aunque cuidando de
no incurrir en excesos.

¿De dónde se obtienen? De muchas partes. Usted puede tomarlas de los libros que lea,
de los hechos cotidianos que transmiten los noticieros de televisión, de la radio, de los
diarios e incluso, de los argumentos que se manejan en las películas. El trato con las
personas que le rodean, ofrece asimismo un excelente repertorio de ilustraciones.

Para no olvidarlas con facilidad, es aconsejable llevar con nosotros una agenda o
libreta en la que anotemos cada hecho que, a futuro, nos puedan servir. Es
recomendable también tener en cuenta los detalles, así parezcan irrelevantes. Pueden
a la postre ser muy Útiles.

Las ilustraciones tornan amena la enseñanza y se constituyen en una excelente


herramienta para que la audiencia memorice o al menos, asimile los principios que
recibieron a partir de la Palabra.

LA CONCLUSIÓN.

Imagine siempre un sermón como la experiencia de subir una montaña. Cuando


ascendemos, lo hacemos despacio, cuidando en qué lugar pisamos. Asimilado a la
predicación, es lo mismo que ocurre cuando compartimos los principios bíblicos
acompañados de ilustraciones.

Una vez nos encontramos en la cima de la montaña, podemos caminar e incluso correr
con confianza. Pero llega el momento en que debemos iniciar el descenso. En el caso
del mensaje, la conclusión es un segmento de suma importancia porque es allí cuando
guiamos a nuestra asistencia al punto que, desde un comienzo, queríamos que
alcanzaran.

Puede ser que hagan decisión de fe por el Señor Jesucristo o quizá, que apliquen en su
vida cotidiana principios prácticos que hayamos compartido durante la exposición.

Es recomendable entonces, recordar en síntesis, cada uno de los puntos objeto


de estudio en el sermón. Repetirlos de manera tal que se facilite AÚn más su
asimilación por parte de los asistentes a la reunión. Debe hacerlo despacio, sin
correr. Si bien ya está terminando su mensaje, es un tiempo que debe
aprovechar para enfatizar aquellos
aspectos que desea, queden grabados --con ayuda del Espíritu Santo" en el corazón y
en la mente de los creyentes.

Así quedaría entonces la estructura del mensaje:

1.- Base escritural

2.- Introducción

3.- Desarrollo del tema (En el que se incluyen las ilustraciones).

4.- Conclusión

Le invitamos para que, en adelante, ponga en práctica estos sencillos pero efectivos
elementos cuando vaya a compartir la Palabra de Dios en su congregación.
Capítulo 11

RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LOS PREDICADORES

Una de las preguntas que formulan con mayor frecuencia quienes toman los cursos de
homilética práctica es ¿Cómo se logra influir en el oyente y además, que el mensaje
quede sembrado en sus corazones? Este interrogante es comprensible y nos
proponemos despejarlo con una serie de principios que si bien, son elementales,
arrojan excelentes resultados.

1.- La oración

Es fundamental que el varón de Dios o predicador pase tiempo delante de la presencia


de Dios en oración. No podemos hablar en Nombre del Señor y Creador del universo,
si ni siquiera le conocemos.

Cuando oramos, lo más seguro es que se producirán resultados positivos e impactantes


entre quienes nos escuchen, como se evidenció en el pasaje bíblico en el cual el
escriba Esdras compartió la Palabra a los repatriados de Israel.

"Abrió, pues, Esdras el libro a los ojos del pueblo, porque estaba más alto que todo
el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo le estuvo atento... y leían el libro de la
ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura" y
relata la historia que hasta tal punto impactó su intervención, que fue necesario le
dijese a los presentes:"... Día santo es a Jehová nuestro Dios: no os entristezcáis, ni
lloréis: porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley"(Nehemías 8:5,
8 y 9).

2.- Claridad en la exposición

Es evidente que además de tratarse de un instrumento en manos de Dios, el escriba


Esdras tenía a favor que sus exposiciones eran claras, y en segundo lugar, tenía
definida la necesidad de presentar un mensaje que por igual entendieran desde un
adolescente hasta un adulto mayor.

3.- Tener definidas las ideas o puntos a exponer

"¿Para qué se requiere de un bosquejo?" Se preguntan muchos y es probable que


también, argumenten que sólo basta la inspiración del Espíritu Santo. No lo
discutimos. Pero salta a la vista que quien no tiene
claro de qué disertará, confiado en la improvisación, corre el peligro de divagar. Por el
contrario, cuando tenemos un resumen o bosquejo de los asuntos a tratar,
aprovechamos mejor el tiempo, vamos directamente al grano y no discurrimos de un
segmento a otro, generando confusión entre quienes escuchan.

4.- Utilización de argumentos sólidos e ilustraciones

Un buen expositor de la Palabra de Dios tiene la certeza de qué va a exponer,


fundamentado en la Biblia y no en vivencias personales. Nada más chocante
que escuchar a quienes leen un pasaje bíblico y durante su intervención plantean
cosas que no tienen relación con el texto. Igual quienes posan de sÚper-espirituales
y circunscriben toda la predicación a las experiencias, revelaciones, diálogos
y hasta encuentros individuales que han tenido con el Señor.

Para contemporizar el mensaje, es aconsejable utilizar ilustraciones. Tornan agradable


el tiempo de exposición, y como lo anotamos anteriormente, permiten que los
asistentes comprendan que los hechos objeto de estudio, impactaron a hombres y
mujeres como nosotros, con debilidades y fortalezas.

5.- Definir el tiempo de exposición

Juega un papel importante el definir, desde un comienzo, cuánto tiempo tardará la


exposición. Esto permite al líder o predicador, tener control sobre el desarrollo de cada
uno de los puntos, y no extenderse hasta el límite en que las personas resultan
fatigadas.

He escuchado a quienes dicen "no hay que poner limitaciones ni sujetarnos a horarios
específicos porque así no obra el Espíritu Santo". Y a tales personas he tenido que el
Espíritu Santo es un Espíritu de orden.

6.- Anunciar el título y resumir, hacia el final

Es aconsejable que, al comenzar la exposición, anunciemos de qué se trata. De esa


manera los oyentes tendrán ilustración sobre el asunto en torno al cual girará la
predicación. También, hacia el final y como ya lo anotamos en otra lección, es de
suma importancia resumir y recordarles a los oyentes qué puntos se abordaron. Esto
contribuye a la asimilación de la enseñanza.
7.- Buena vocalización

Además de mirar al PÚblico, es fundamental que el pastor, líder o predicador,


vocalicen bien. Pronuncien claramente las palabras y, en caso que se equivoquen en
algÚn término, lo corrijan. No deben sentir vergÜenza sino por el contrario, la
tranquilidad de que se es honesto al admitir las fallas.

8.- No permanecer estáticos

Con mucha frecuencia se observa desde los PÚlpitos a expositores que permanecen
en el mismo sitio y no se desplazan. Pareciera que se trata de estatuas o de una
fotografía colocada junto a un atril. Por esa razón, es aconsejable que se utilicen
las manos y el movimiento corporal para tornar más amena la enseñanza. Ir
de un lado a otro, con mesura, descansa a los oyentes.

9.- Modular el tono de voz

Lo más aconsejable, cuando se realiza una exposición, es primero utilizar un estilo


ameno, de charla, que suene informal, así se trate de un mensaje profundo. Lo
segundo, aprender a elevar o disminuir el tono de voz, de acuerdo con el asunto que se
esté exponiendo.

Un volumen plano ayuda a que muchos sientan ganas de dormitar o al menos,


experimenten arrullo permanente o "echase un sueñito".

Si alguien se está durmiendo en el auditorio: primero, guarde silencio y con seguridad,


despertará. O segundo, baje o eleve el tono de voz. Son dos recursos infalibles.

10.- Utilizar términos comunes

Cuando exponemos la Palabra de Dios, siguiendo el ejemplo de Esdras, debemos


aspirar que todos los asistentes entiendan el tema. Para lograrlo, además de claridad en
la exposición, es importante no utilizar términos rebuscados o que obliguen a cada
creyente, además de su Biblia, el que necesite llevar un diccionario bajo el brazo
cuando asista a un servicio religioso en el que usted será el exponente.

Además de lo anterior, sobra recordar la necesidad de que el predicador vaya vestido


conforme a la ocasión. La presentación revela mucho del expositor, no lo olvide.
Capítulo 12

LA IMPORTANCIA DEL TEXTO Y EL CONTEXTO

Con demasiada frecuencia encontramos personas que toman un solo versículo de la


Biblia y a partir de allí generan toda una serie de principios doctrinales. Lo grave es
que, sin tener suficiente basamento Escritural, comparten mensajes totalmente
desfasados, fuera de su contexto. Yerran y conducen a otras personas al error.

Igual ocurre cuando se elabora un estudio bíblico. No podemos, bajo ninguna


circunstancia, tomar un solo versículo para tratar de explicar todo lo que dice el pasaje,
el capítulo o el libro.

Para no incurrir en errores, definiremos qué es el texto y cuál su contexto.

El texto

Por texto podemos definir un versículo o un pasaje específico que vayamos a estudiar.

Imagine una pared con muchos ladrillos. El texto vendría a ser uno de aquellos
ladrillos. Hagámoslo mucho más gráfico: imagine un rompecabezas. ¿Qué es el texto?
Vendría a ser una de las muchas piezas que conforman la totalidad del juego.

Cuando tenemos esa imagen clara, podemos entender que un solo eslabón de la
cadena, no constituye el todo sino una parte. No puedo tomar un ladrillo y decir:
"Tengo en mis manos toda una pared o muro".

¿Qué es el contexto?

El contexto es todo el conjunto de piezas del rompecabezas o el muro completo. Es el


todo en el cual se encuentra incrustado el texto.

Vamos a otro ejemplo. Ubíquese mentalmente en el templo al que asiste. ¿Ve todas las
sillas? Pues ese conjunto de bancas vendría a ser el contexto. Pero ahora enfoque su
atención en una sola de las sillas. Si lo explicamos gráficamente, diríamos que ese
taburete vendría a ser el texto.

Tener estos dos conceptos claros reviste particular importancia porque al elaborar un
estudio bíblico es necesario que no saquemos un texto, de su contexto.
Mirando un pasaje dentro de su contexto.

Al elaborar una lectura panorámica, tenemos una visión general de qué acontece en la
totalidad del libro o texto que vamos a estudiar. Nos permite estar en la cima de la
montaña y apreciar el paisaje: las montañas, las nubes, los ríos, las carreteras y la
ciudad.

Este ejercicio nos permite hilar ideas generales y conocer cuáles son los aspectos más
relevantes. Este paso es fundamental porque en el momento de realizar un análisis
detallado, tenemos una cosmovisión aproximada de qué ocurre a lo largo del texto.

Incluso, es probable que nos surjan interrogantes o que por el contrario, absolvamos
preguntas. En todos los casos, es recomendable leer el libro de forma panorámica.

Pero supongamos que, una vez lo haya hecho, usted se interesa por un solo capítulo.
Es de allí que extraerá una enseñanza. Pues lo aconsejable es que se tome el tiempo
para leer los capítulos anteriores y los posteriores. Así tendrá una idea mucho más
aterrizada de qué está ocurriendo.

Entramos ahora en una experiencia apasionante para todo estudiante de la Biblia. Es lo


que conocemos como Lectura Detallada, es decir, un paso de avanzada en la
elaboración del estudio bíblico.

¿Qué es la Lectura Detallada?

Este tipo de lectura exige mucho más. Nos lleva a investigar, analizar, corroborar y
tomar apuntes. Es un ejercicio enriquecedor porque nos abre las puertas para conocer
en particular, de qué trata el capítulo.

Supongamos que ya leímos la totalidad del libro que vamos a estudiar. Tenemos una
cosmovisión de qué se trata.
Capítulo 13

EL ESTUDIO BÍBLICO
DETALLADO

Como todo proceso, la elaboración de un Estudio Bíblico Detallado tiene unos pasos.

¿Cuáles son los pasos?

Para comenzar, le invitamos que los cumpla todos hasta que logre asimilar y dinamizar
que se hace, es decir, cuál es el proceso. Esto le facilitará sus propios análisis en el
futuro realizar.

Primer paso: Investigue sobre el libro que estudiará

Hoy día abundan excelentes Biblias de estudio a precios módicos. Hay muchas
versiones, todas muy buenas. En particular considero que las de mayor aceptación en
Latinoamérica son las que publican las Sociedades Bíblicas Unidas.

Pero es probable que usted reside en un lugar distancia. Tiene una Biblia sencilla. Pues
lo aconsejable, en tal caso, es que pudiera acceder bien sea a través de su pastor o de
un líder" a un diccionario bíblico. Lo primero que hará entonces, es buscar el libro
específico. Por ejemplo: Jonás.

Tome el mayor nÚmero de datos posibles. ApÚntelos en su libreta. Es de suma


importancia. Es vital que conozca todo lo que rodea el libro. El autor, la época
en que se escribió, la situación social, económica, política, religiosa y cultural.

De esta manera, cuando vamos a una segunda lectura, mucho más cuidadosa, tenemos
ya una idea general de todos los aspectos que rodean el texto general que vamos a
analizar.

¿Qué ocurre si no tenemos a mano un diccionario bíblico? Este interrogante quedará


despejado un poco más adelante.

El contexto de la época

Nuestra sociedad goza de los avances tecnológicos. Hay modernidad por todas partes.
Pero imagine que por un extraño mecanismo usted logra traer al presente, a alguien
que vivirá cincuenta o cien años después.
Por supuesto, su forma de vestir, hablar y de expresarse, será totalmente diferente a la
nuestra.

Si le invita a escuchar mÚSica en CD, lo mirará con extrañeza. Igual que si le


sugiere navegar por el Internet. Todo para él será estrafalario, obsoleto, cosas
del pasado, es más, podrá tildarlo de arcaico. Es natural porque vive en una
época diferente, con mucho mayor desarrollo en todos los órdenes.

Para que le entienda, tendría que entrar a explicarle muchas cosas que para nosotros
son elementales hoy.

Eso mismo ocurre cuando usted viaja en el tiempo para realizar un estudio de la
Biblia. Muchas cosas descritas allí no tendrán sentido para usted.

Allí estriba la importancia de conocer particularidades del tiempo que describe el libro
que está estudiando.

Entre los elementos sobre los que sugerimos investigue antes de realizar una
exploración en detalle, se encuentran:

Conocer sobre el autor

Es fundamental que conozcamos quién es el autor del libro. ¿De dónde era? ¿En qué
época vivió? ¿Cuál era su profesión? ¿Cuál fue el tiempo aproximado de su trabajo
ministerial o desempeño secular?

Si estudiamos algunos datos sobre el escritor, podremos conocer incluso cuáles


pudieron ser algunas de sus motivaciones.

Recuerde, si bien obró bajo inspiración del Espíritu de Dios, cualquiera haya sido la
época en que viviera, enfrentó períodos de crisis, soledad, desánimo pero también de
alegría. En cierta medida esos estados de ánimo, propios del momento que vivió,
ejercieron una considerable influencia en él y en su desempeño.

Esto nos permitirá ponernos en los zapatos del autor, pisar su tierra, disfrutar la misma
brisa del atardecer en la reseca Palestina de la época y tantas cosas que para nosotros
son lejanas.
Condiciones sociales y políticas

¿Qué circunstancias políticas prevalecían en el momento de escribir el libro? Esta


pregunta reviste mucha importancia. Su respuesta arroja luces sobre la razón por la
que se escribió el texto.

Nos ayuda a determinar si el pueblo se encontraba bajo opresión, sumido en


idolatría, alejado de Dios y detalles que son sumamente Útiles en el estudio.

Las condiciones políticas están estrechamente ligadas al desarrollo social. Esto es otro
aspecto de trascendencia.

Descubrirlo es enriquecedor en nuestro estudio. Ampliará la visión que pudiéramos


tener del momento en que se estaba viviendo.

Circunstancias religiosas

A partir del libro de Josué, pasando por todo el Antiguo Testamento hasta llegar a las
Páginas del Nuevo Testamento, toda la historia ha estado marcada por una amalgama
de circunstancias políticas y religiosas. En un comienzo el gobierno era teocrático, es
decir, regido por principios religiosos, pero con el tiempo, la parte político se vio
inmersa en un matrimonio con el ejercicio de la religión judía.

De ahí que, dependiendo de cómo marchaba el mundo político, se veía un reflejo en la


vida religiosa. O viceversa. También se pueden encontrar detalles valiosos al conocer
qué condiciones primaban en la relación de los hombres con Dios. Si estaban
distantes, si estaban muy cercanos o por el contrario, esgrimían una actitud de
indiferencia.

La economía de la época

Las fluctuaciones económicas de nuestro tiempo, nos afectan directa o


indirectamente. Y eso es normal. Cuando la escasez o la recesión tocan nuestro
bolsillo, nos golpean o si por el contrario, hay bonanza financiera, exalta
positivamente nuestro ánimo, nos lleva a plantear proyectos hacia el futuro,
planear viajes y un sinnÚmero de factores que no tenemos ni el tiempo ni el
espacio para pormenorizar.

Pero en esencia todo se enfoca resaltar la necesidad de investigar, cuando iniciamos la


Lectura Detallada de un libro en particular, cuáles eran las condiciones económicas del
momento. Esto nos dará mucha claridad del por qué se escribieron ciertos pasajes.
La cultura prevaleciente

Es innegable el poder que ejerce la cultura que nos rodea. Trae costumbres y hábitos
que de manera inconsciente, asimilamos y ponemos en práctica en lo que hacemos.
Permea todo lo que nos compete. Incluso, podría llevarnos a pensar y actuar de una
manera inexplicable para muchos.

Al realizar un estudio bíblico es inevitable que investiguemos sobre la cultura, no solo


la que en ese momento formaba parte de la identidad del pueblo judío (en el caso del
Antiguo Testamento) o de las diferentes ciudades y regiones en que transcurre el
Nuevo Testamento. Igualmente es de suma importancia saber qué culturas externas les
estaban influenciando en esos momentos.

Este hecho nos lleva a tener una idea muy amplia del ¿por qué? de su comportamiento
religioso, por ejemplo, o de sus actitudes frente a la moral.

¿En qué época se escribió el libro?

Por Último le sugerimos tener en cuenta la época en que se escribió el texto objeto
de análisis.

Secularmente podemos investigar mucho de la historia y sus cambios. Pero cuando


conocemos el tiempo aproximado de redacción del pasaje, podemos relacionarlo con
las circunstancias que prevalecían en el momento.

No podemos olvidar que la vida y tiempos de los judíos, inicialmente, y de los


cristianos, no estuvieron al margen de lo que ocurría a su alrededor.

Es por tanto de mucha importancia conocer qué estaba ocurriendo en esos momentos.

Segundo paso: Lectura detallada

Partamos de la base que ya tenemos unas notas de todo lo que concierte al libro.
Estamos listos entonces para comenzar a identificar aspectos mucho más detallados. E
iniciamos la segunda lectura, mucho más analítica.
Comenzamos leyendo cada capítulo y le ponemos una frase que resume el contenido.
Así, al leer la totalidad de los capítulos, tendremos el esqueleto o bosquejo general.

RESUMIR LAS IDEAS

Cuando vaya a apuntar algo que le llamó poderosamente la atención, le sugiero que
sea lo más breve posible. Simplemente anote la idea general. Por ejemplo, los
versículos 1 y 2 del Salmo 23. Dice el texto: "El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce..."
(Nueva Versión Internacional).

Al resumir, usted podría colocar: "Dios es mi pastor", "Dios es mi proveedor" o


simplemente "Dios nos cuida en todo". Esas ideas concretas nos permiten, de un lado
recordar fácilmente la información, y de otra parte, nos preparan para la elaboración
de mensajes.

Hay que destacar que los resÚmenes facilitan formarnos una idea general de
todo lo que trata el texto objeto del estudio. Facilitan la elaboración de
esquemas fáciles de estudiar.

ELABORACIÓN DEL CUADRO DE


INTERROGANTES
Cuando iniciamos un estudio detallado de algÚn pasaje, es de suma utilidad la
elaboración de un recurso que denominaremos cuadro de interrogantes. En él se
busca auscultar al máximo la información que nos pueda suministrar el escritor
sagrado.

En este cuadro, que le invitamos para que dibuje en una hoja de papel una vez reciba
las instrucciones, usted de manera horizontal trazará cuatro casillas y dos casillas de
forma vertical.

En las casillas de forma horizontal usted responderá a cuatro interrogantes elementales


que son:

¿Qué? ¿Quién? ¿Cuándo? ¿Dónde?

A continuación vamos a describir cada uno de ellos. Para ilustrarlo, imagine que el
texto que está leyendo, es como si estuviera viendo una muy buena película. Y usted,
como buen televidente o cineasta,
no quiere perderse los detalles. Quiere saber hasta lo más mínimo que ocurre en la
trama y desenlace del film.

Primer interrogante: ¿Qué?

Si hemos tomado como base el ejemplo de una película, la idea es que usted responda
a esta pregunta relatando, de manera resumida, qué es lo que ocurre. La idea es que,
con sus propias palabras, pueda describir cuál es el argumento central de la
presentación. Esto nos ofrece una idea aterrizada sobre los elementos que está tocando
el autor del texto bíblico.

Es tratar de meternos en todo el transcurso de lo que ocurre en el pasaje, ponernos los


zapatos del autor y determinar qué fue lo que quiso transmitirnos, decenas o
centenares de años más tarde.

Este ejercicio es de suma importancia porque nos ofrece conceptos claros que nos
ayudarán en la posterior elaboración de sermones. No olvide poner especial atención a
todos los detalles, en el momento en que vaya a despejar este interrogante.

Segundo interrogante: ¿Quién?

Seguimos con la ilustración de la película. En todo buen film por supuesto intervienen
los buenos, los malos y aquellos personajes que simplemente son importantes para que
el argumento tenga peso.

Pues bien, en su cuadro es fundamental que usted anote qué personajes intervienen,
definiendo con base en el texto leído, el cargo que ocupan, en lo posible si son o no
individuos con actitudes buenas o malas y todo aquello que nos pueda ofrecer un
panorama de cuál es su aporte o de qué manera toman parte en el texto bíblico: ¿Qué
hacen? Por qué son importantes? ¿Cuál era su relación con Dios? etc.

Tercer interrogante: ¿Cuándo?

Entramos aquí a un punto que jamás debemos olvidar. De un lado nos enriquece el
panorama del texto que leemos, y de otro, nos ubica en el tiempo. Me refiero al
interrogante "¿Cuándo?". La idea es que, si el pasaje que leemos nos lo permite,
podamos determinar en qué momento, cuándo, en qué año y bajo qué gobiernos o
períodos específicos -religiosos o administrativos" ocurrieron los hechos descritos en
el texto.
La datación, es decir, determinar el tiempo en el que ocurrieron los hechos, es
necesario para el estudiante bíblico. Ahora, supongamos que en el pasaje no
encontramos mayores referencias en cuanto al año en que ocurren los acontecimientos,
pues entonces y para despejar cualquier duda, es aconsejable que usted acuda al
diccionario bíblico.

Cuarto interrogante: ¿Dónde?

Despejar este interrogante nos ayuda a determinar el lugar en el cual acontecieron los
hechos. Recuerde que en la Biblia se relatan, no solo aspectos relacionados diversos
personajes, sino también la ubicación.

Dependiendo del sitio donde se desenvuelven los acontecimientos, podemos


identificar si se trata de territorios poblados por creyentes (llámese israelitas o
cristianos, segÚn si está leyendo el Antiguo o el Nuevo Testamento).

Lo más aconsejable, por supuesto, es que usted se traslade a la sección de la Biblia que
utiliza, en donde se publican los mapas. Son de una extraordinaria ayuda. También y
como veremos más adelante, es necesario que usted aprenda la utilización de escalas
en el momento de determinar distancias. Estas instrucciones podrán consultar con su
maestro bíblico.

Tener en cuenta las referencias textuales:

Cuando estudiamos en detalle un pasaje de la Biblia, es importante tener en cuenta las


referencias que aparecen y que nos llevan a otros textos.

Pongamos un ejemplo. Vamos a realizar un análisis pormenorizado al primer capítulo


del libro de Isaías. Nuestro propósito es averiguar qué ocurrió cuando el profeta inicia
y desarrolla su ministerio.

Al comenzar a leer, encontramos en el texto que: "Visión de Isaías, hijo de Amos, la


cual vio acerca de Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes
de Judá" (Is. 1:1).

Para tener una idea aproximada de qué estaba ocurriendo en todos los órdenes:
político, religioso, económico, administrativo y cultural, entre otros, es necesario que
nos tomemos el tiempo que se requiera para investigar en las referencias anotadas.
Si observamos con cuidado, encontraremos que las referencias al rey Uzías se
encuentran en 2 Reyes 15:1-7 y 2 Cr. 26:1-23; las de Jotam, en 2
Reyes 15:32-38 y 2 Cr. 27:1-9; las de Acaz, en 2 Re. 16: 1-20; 2 Cr. 28:1-27
y las de Ezequías, en 2 Reyes 18:1-20 y 2 Cr. 29:1-32.

Un cuadro de características.

Para determinar qué hizo cada uno de los monarcas israelitas y de qué manera, su
desempeño administrativo y religioso pudo ejercer influencia no solo en el pueblo sino
en el ministerio del profeta Isaías, es de mucha ayuda la elaboración de un cuadro.

En el debemos consignar: "¿Qué hizo positivo?", "¿Qué hizo negativo?" y una tercera
casilla en la que anotemos "¿Qué nos enseña para nuestro tiempo?".

De esta manera podemos resumir las ejecutorias, evaluar su desenvolvimiento. Esto es


fundamental ya que podremos entender un poco las circunstancias que rodearon el
desenvolvimiento de Isaías y nos ayudará también a conocer, con más detalle, el por
qué se escribió la profecía.

Ahora le aconsejamos que lea cada una de las referencias bíblicas que hay sobre los
reyes. En el cuadro, anote qué hicieron, si su período administrativo fue bueno o malo
de acuerdo con el relato del autor sagrado, si estuvieron cerca o alejados de Dios, de
qué manera ejercieron influencia en el pueblo, cuántos años de edad tenían cuando
iniciaron su reinado y, por supuesto, cuánto tiempo gobernaron.

Cuando tenga el análisis de cada uno de los cuatro reyes que vio gobernar Isaías,
tendrá un panorama mucho más claro de cuál fue la influencia que ejercieron en su
ministerio y de qué manera, las profecías que él transmitió tenían cumplimiento en el
pueblo de Israel.

Se trata de un punto que no puede pasar por alto. Recuerde que generalmente las
referencias a otros textos bíblicos, se escriben justamente para ubicar al estudiante de
la Biblia.

Análisis versículo por versículo.

Ahora vamos al análisis versículo por versículo. Es necesario que al hacerlo, anotemos
en una hoja de papel cada versículo que estudiaremos en detalle. ¿Qué se debe tener
en cuenta?
En primera instancia es necesario que tomemos nota:

Del centro del versículo.

Con estos términos nos referimos a cuál es la enseñanza primordial en el versículo


objeto de análisis. Por ejemplo, el versículo dos del primer capítulo de Isaías. Allí se
comienza a describir en detalle la profecía. Nuestro propósito es encontrar el centro.

Dice así: "Oíd, cielos, y escucha tu, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí" (Is. 1:2).

Haga una segunda lectura de este versículo. De nuevo, si no le queda claro cuál es el
punto central de ese pequeño texto. Usted podrá decir: "La profecía es para los cielos
y la tierra". Está bien, no le discuto, pero es necesario ahondar un poco más. ¿Se da
cuenta? A medida que avanzamos, descubrimos que es necesario aguzar mucho más
los sentidos cuando leemos la Biblia. Una segunda opinión podría señalar: "El centro
del pasaje es Jehová. Él es quien habla a través de su profeta". Se aproxima pero
definitivamente, todavía no es el punto.

De ser necesario, realice una nueva lectura. Sí, lo descubrió. El punto focal se
encuentra no al principio del texto ni en la mitad, en este caso está al final. Sí,
definitivamente lo descubrió. Esta refiriéndose a la rebeldía del pueblo de Israel.

Como usted está tomando nota en su libreta, anotaría Versículo 2 - centro: Rebeldía
del pueblo.

Le invito para que ahora se dirija al versículo 3. Repitamos el ejercicio. Haga las
lecturas cuantas veces considere necesario. La idea es que tome apuntes cuando ya
tenga claro cuál es el centro de ese versículo.

Dice así: "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no
entiende, mi pueblo no tiene conocimiento" (Is. 1:3).

Hagamos de nuevo el análisis. Despacio. De seguro ya pudo identificar el punto


esencial. No es ni el buey, ni el dueño y menos el pesebre. En esencia, esta primera
parte del versículo lo que hace es ilustrar la segunda parte que es donde se encuentra la
enseñanza principal. Sí, el punto central sería el desconocimiento del pueblo, la
ignorancia de las cosas de Dios.
Ahora le animamos para que prosiga así con los versículos que van desde el 4 hasta el
9.

Tome nota. No deje de hacerlo porque justamente aprenderá en la medida en que


ponga en práctica la teoría. Realizar los ejercicios constituye la base para que se
constituya en un buen estudiante de la Biblia.

Supongamos que ya hizo los ejercicios. Los tiene en su libreta de notas. Habrá podido
descubrir que todos reiteran un punto: la rebeldía y alejamiento del pueblo. Están al
margen de la voluntad de Dios porque incurrieron en el pecado, la depravación y por
supuesto, un desconocimiento absoluto de los preceptos trazados por el Señor.

Ahora diríjase de nuevo al versículo 9. Leámoslo de nuevo. Allí encontrará una


enseñanza valiosa. Dice el texto:

“Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma y
Gomorra fuéramos, y semejantes a Gomorra" (Is. 1:9).

Si usted leyó los versículos anteriores, notará que en la profecía el Señor está
recabando en el pecado del pueblo y su distanciamiento de la Palabra, es decir, de las
leyes que El había prescrito. Pero este versículo 9 es diferente de los demás. Y la
importancia de la diferencia radica justamente en que nos refiere que Dios ha dejado
un pueblo pequeño. Un remanente que pareciera indicarnos, ha contribuido para que
en ese momento no se desencadenara el juicio divino, que de hecho, estaba a las
puertas.

¿Para quién iba dirigida la profecía?

Ahora una pregunta que es natural que se esté formulando: ¿A quién iba dirigida esta
primera parte de la profecía?

Si no hubiésemos hecho un estudio previo sobre los cuatro reyes....


pensaríamos que el anuncio profético tenía aplicación en todos los casos. Pero
el análisis que ya realizamos, nos permite intuir que se refiere, probablemente a
los dos Últimos reyes y en particular al declive moral en el que sumieron al pueblo.
Cúmulo de material.

Cuando ya realizamos un análisis pormenorizado, versículo por versículo en todo el


capítulo, tenemos una serie de informaciones que nos ayudarán a tener un panorama
amplio de qué estaba ocurriendo.

Es como si se encontrara en una Biblioteca y tras pedir libros de toda clase, los tuviese
sobre la mesa. Sabe de qué trata cada uno de los textos. Tiene al menos las referencias.
Pero usted lo que va es a responder un cuestionario. Le corresponde entonces ir
ordenando los libros de consulta, de acuerdo con los temas.

Eso justamente es lo que hacemos cuando ya tenemos realizado el análisis de


todo el pasaje. Tenemos a mano el cÚmulo de información. Nos corresponde
ahora ordenarla de manera que nos facilite la elaboración del sermón, de
acuerdo con los modelos que aprenderemos más adelante.

No olvide que en todo este proceso juega un papel esencial la utilización de la libreta
de apuntes. Guardar esa información es crucial, porque no solo ahora, cuando se
apresta a elaborar un mensaje, sino en la posterioridad, puede servirle para elaborar
otros estudios bíblicos relacionados.
Capítulo 14

PRINCIPIOS DE
HERMENÉUTICA

Hermenéutica es la ciencia de interpretar correctamente la Biblia usando el método


gramático-histórico tomando en cuenta el impacto directo del contexto en el cual se
dio la Palabra de Dios. Se sigue la interpretación literal de las palabras sin ignorar las
figuras literarias y retóricas, las parábolas, la poesía y la profecía. Provee las
herramientas para ser un buen intérprete de las Escrituras.

Definición Seminario Reina-Valera.

La hermenéutica (del griego ἑρμηνευτικὴ τέχνη [hermeneutiké tejne], ‘arte de explicar,


traducir o interpretar’) es el arte de interpretar textos y especialmente el de interpretar
los textos sagrados. En filosofía (particularmente en la de Hans-Georg Gadamer),
teoría de la verdad y el método que expresa la universalización del fenómeno
interpretativo desde la concreta y personal historicidad.

Para Mario Bunge es la interpretación de textos en la teología, la filología y


la crítica literaria; y, en la filosofía, es la doctrina idealista segÚn la cual los
hechos sociales y quizás también los naturales son símbolos o textos que deben
interpretarse en lugar de describirse y explicarse objetivamente.

La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del
lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso
contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. La hermenéutica intenta
descifrar el significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón
misma sobre el significado.

El término hermenéutica proviene del verbo griego ἑρμηνεύειν


(jermeneueien) que significa interpretar, declarar, anunciar, esclarecer y, por
Último, traducir. Significa que alguna cosa se vuelve comprensible o se
lleva a la comprensión. Se considera que el término deriva del nombre del dios
griego Hermes, el mensajero, al que los griegos atribuían el origen del
lenguaje y la escritura y al que consideraban patrono de la comunicación
y el entendimiento humano. El término originalmente expresaba la
comprensión y explicación de una sentencia oscura y enigmática de los dioses
u oráculo, que precisaba una interpretación correcta.
El término hermenéutica deriva directamente del adjetivo griego ἑρμηνευτικἡ, que
significa (saber) explicativo o interpretativo, especialmente de las Sagradas Escrituras,
y del sentido de las palabras de los textos, así como el análisis de la propia teoría o
ciencia volcada en la exégesis de los signos y de su valor simbólico.

Pero el origen de los estudios hermenéuticos se encuentra realmente en la teología


cristiana, donde la hermenéutica tiene por objeto fijar los principios y normas que
han de aplicarse en la interpretación de los libros sagrados de la Biblia, que,
como revelados por Dios pero compuestos por hombres, poseían dos
significados distintos: el literal y el espiritual, este Último dividido en tres: el
anagógico, el alegórico y el moral:

El sentido literal es el significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la


exégesis filológica que sigue las reglas de la justa interpretación. Y de este modo no
existe confusión en las Escrituras, puesto que todos los sentidos se fundamentan en
uno, el literal.

El sentido espiritual, infuso por Dios en el hombre segÚn la creencia cristiana,


da un sentido religioso suplementario a los signos, dividido en tres tipos diferentes:

El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión
más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa
manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo. (Véase 1
Co 10:2).

El sentido moral, por el cual los acontecimientos narrados en la Escritura pueden


conducir a un obrar justo; su fin es la instrucción (1 Co 10, 11; Véase Epístola a los
hebreos 3-4,11).

El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y
acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego anagogue) a los
cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén
celeste. (Véase Apocalipsis 21,1-22,5)

Círculo Hermenéutico.

Un círculo hermenéutico es un recurso explicativo de tipo dialógico que intenta dar


razón de los aspectos generales para el entendimiento suscitando de esta forma una
nueva retroalimentación que hace
discursivo el entendimiento en todo proceso hermenéutico. “Tanto en el campo
filosófico como en el teológico, se hace referencia al círculo hermenéutico para
designar la estructura circular de la intelección o entendimiento”.

La exégesis.

Del griego ἐξήγησις [exéguesis], de ἐξηγεομαι [exegueomai], ‘explicar’) es un


concepto que involucra una interpretación crítica y completa de un texto,
especialmente religioso, como el Antiguo y el Nuevo Testamento de la Biblia, el
Talmud, el Midrash, el Corán, etc. Un exégeta es un individuo que practica esta
disciplina, y la forma adjetiva es exegética.

La palabra exégesis significa ‘extraer el significado de un texto dado’. La exégesis


suele ser contrastada con la Eiségesis, que significa ‘insertar las interpretaciones
personales en un texto dado’. En general, la exégesis presupone un intento de ver el
texto objetivamente, mientras que Eiségesis implica una visión más subjetiva.

La exégesis tradicional requiere lo siguiente:

 Análisis de palabras significativas en el texto, en el marco de la traducción;


 Examen del contexto general histórico y cultural,
 Confirmación de los límites de un pasaje, y finalmente,
 Examen del contexto dentro del texto.

HERMENEUTICA BÍBLICA – FIGURAS LITERARIAS Y RETÓRICAS.

La Hermenéutica como la ciencia de interpretar correctamente la Biblia usando el


método gramático-histórico tomando en cuenta el impacto directo del contexto en el
cual se dio la Palabra de Dios,. Hace uso de la interpretación literal de las palabras sin
ignorar las figuras literarias y retóricas, las parábolas, la poesía y la profecía. Provee
las herramientas para ser un buen intérprete de las Escrituras.

Parábolas

Entre las formas figuradas del lenguaje bíblico la parábola ocupa un sitio preeminente.
La parábola es especialmente digna de estudio por constituir revelaciones
de su reino celestial. También las empleaban los grandes rabinos contemporáneos
de JesÚS y frecuentemente tropezamos con ellas en el Talmud y otros libros judíos.
Entre todos los pueblos orientales parece haber sido una forma favorita de transmitir
instrucción moral y la encontramos en la literatura de la mayoría de las naciones.

Es, esencialmente, una comparación o símil y, sin embargo, todos los símiles no son
parábolas. El símil puede apropiarse una comparación de cualquier género o clase de
objetos, ora reales o imaginarios. La parábola está limitada en su radio y reducida a las
cosas reales. La parábola es, esencialmente, una comparación formal y obliga al
intérprete, a fin de hallar su significado, a ir más allá de la narración que ella hace;
Ejemplo: La parábola del Sembrador.

El Símil

Cuando se hace una comparación formal entre dos objetos, buscando


impresionar la mente con algÚn parecido o semejanza, la figura se llama
"símil". En Isaías 55:10-11, hallamos un hermoso ejemplo de esto.

Los símiles ocurren con frecuencia en las Escrituras y teniendo por objeto
ilustrar la idea del autor, no envuelven dificultades de interpretación.
Cuando el salmista dice: "Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el BÚho
de las soledades; velo y soy como el pájaro solitario sobre el tejado" (Salmo
102:6) sus palabras son una vívida descripción de su absoluta soledad. En Mat.
28:3, se dice del ángel que movió la piedra de la puerta del sepulcro, que "su
aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como la nieve"... En Romanos
12:4, el apóstol ilustra la unidad de la Iglesia y la diversidad de sus ministros
individuales por medio de la siguiente comparación: "De la manera que en un
cuerpo tenemos muchos miembros empero todos los miembros no tienen la
misma operación, así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos
miembros los unos de los otros". Compárese, también, 1 Cor. 12:12. En todos
estos casos, así como en otros, la comparación se interpreta por sí sola, en
tanto que las imágenes intensifican el pensamiento principal.

Hallamos un hermoso ejemplo de símil en el final del Sermón del Monte (Mat. 7:
24-27): "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un
varón prudente que edificó su casa sobre la
peña". Tenemos, por un lado, la figura de una casa cimentada sobre la roca
inconmovible, a la que ni las tormentas ni los aluviones pueden conmover.

Metáfora

Una metáfora es una expresión relacionada a un objeto o idea particular pero que se
aplica a otra palabra o frase para dar a entender que hay una similitud entre ellas. Por
ejemplo, cuando decimos que, “Tus ojos son dos luceros”, nos estamos refiriendo a
que los ojos de una determinada persona tienen un brillo igual a dos luceros.

La Metáfora, del griego meta (fuera o más allá) y pherein (trasladar), es una Figura
Retórica que consiste en expresar una palabra o frase con un significado distinto al
habitual entre los cuales existe una relación de semejanza o analogía. Es decir, se
identifica algo real (R) con algo imaginario (I). Se distingue de la Comparación en que
no usa el nexo "como". Es una de las Figuras Retóricas más recurridas.

Salmos 71:3: "Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra yo


continuamente. TÚ has dado mandamiento para salvarme, Porque tÚ eres mi roca y
mi fortaleza."

Tenemos en este caso metáforas puras:

Términos imaginarios: roca, refugio

Términos reales: seguridad, protección (que Dios proporciona a sus hijos)

Alegoría

La alegoría de la vejez (Ecles. 12:3-7) bajo la figura de una casa próxima a caer en
ruinas, ha sido diversamente interpretada, pero la gran mayoría de expositores antiguos
y modernos, han entendido el pasaje como una descripción alegórica de la vejez.

El proceso de alegorización mediante el cual, San Pablo, en Gál. 4.:21-31, hace a Agar
y Sara ilustrar dos pactos es un ejemplo neo- testamentario.
La Alegoría es una Figura Retórica que consiste en representar una idea figuradamente
a través de formas humanas, animales o seres inanimados.

A.T.= Gn 49:4, 9; Jue 9:7-15; Sal 23; Sal 80:8-15; Is 5:1-6; Is 28:20

N.T.= Mt 3:10, 12; 5:13; 7:3-5: 9:15; 9:16-17;12:43-45 Lc 9:62; Jn 4:35; Jn 15;
Ro 11:16-18; Ro 13:11-12; 1 Co 3:6-8, 12-15; 5:7-8; 2 Co 3:2-3; 5:1, etc.;
10:3-5; 12:2; Gá 6:8 Gá 4:22, 24; Ef 6:11.

Epiteto

El Epíteto es una Figura Retórica que consiste en el uso de adjetivos innecesarios que
no añaden ninguna información suplementaria:

La blanca nieve → la nieve siempre es de color blanco. Otro

ejemplo:

El frío hielo lastimó la piel del joven. Antonio vio como sus recuerdos más preciados
ardían en medio del fuego caliente.

Hipérbole

La Hipérbole es una Figura Retórica que consiste en una alteración exagerada e


intencional de la realidad que se quiere representar. La Hipérbole tiene como fin
conseguir una mayor expresividad.

¡Eres más lento que una tortuga!

Llueve a cántaros

Tiene tanta hambre que es capaz de comerse una ballena. Tengo tanto sueño

que podría quedarme dormido aquí de pie.

¡Tienes un corazón tan grande que, no te cabe en el pecho!

Onomatopeya

La Onomatopeya es una Figura Retórica que consiste en la utilización de palabras para


imitar sonidos naturales.

El kikirikí del gallo me despertó. El

tic-tac del reloj.


Eufemismo

El Eufemismo es una Figura Retórica que consiste disimular un término desagradable


o vulgar mediante su sustitución por otro término menos negativo.

Ejemplos de Eufemismo:

Una mujer de color (una mujer de raza negra) La

tercera edad (la vejez)

Rellenito, robusto (gordo) Intervención

militar (guerra) Relaciones impropias

(Adulterio) Paralelismo

El Paralelismo es una Figura Retórica que consiste en la repetición de una misma


estructura gramatical:

Tu frente serena y firme, tu risa suave y callada → Se repite la estructura: Tu


frente / Tu risa.

Sinestesia

La Sinestesia es una Figura Retórica que consiste en mezclar sensaciones de órganos


distintos (audición, visión, gusto, olfato, tacto) o mezclar dichas sensaciones con
sentimientos (tristeza, alegría, etc...) Suave como un silbido de verano → mezcla de
tacto con audición.

Escucho con los ojos a los muertos… Es de oro el silencio….Y tenía un olor ácido,
como a yodo y a limones.

Palionimia

Esta figura, que significa "muchos nombres", ocurre cuando a una persona o
aun lugar se le dan en la Biblia varios nombres. Por ejemplo, en Mt 15:39, se nos
dice que JesÚS "vino a los confines de….). En cambio, en Mr 8:10, se nos dice
que "se fue a la región de….". No hay contradicción, sino que en (Mateo 15:39)
está el nombre de la región, y marcos 8:10, se refiere al nombre de la ciudad.

A.T. = Gn 10:19; 11:2; 26:34; 28:9; Dt 1:2, 44; 2:8;


N.T.=Mt 8:28

Accismo

El Accismo es una Figura Retórica que consiste en el rechazo fingido de algo que se
desea.

N.T = Mt 15:22-26; Mt 21:29.

Existen otros géneros literarios y retóricos, éstos pueden ser investigados por el
estudioso para ampliar su conocimiento.
Recomendaciones para el Trabajo Final
1.-Lea detenidamente el material de cada Capítulo.

2.-Reflexiona sobre cada capítulo. Trate de comprender el uso de estas herramientas.


No olvide que el poder de la enseñanza o predica radica en la Unción del Espíritu y la
Vida acepta delante de Dios del predicador o maestro.

3.-Realiza un Resumen No mayor a una página por capítulo sobre lo que consideres de
mayor relevancia.

4.-Posteriormente, debes realizar un Bosquejo para un Sermón siguiendo


los pasos que plantea el autor. El tema del mensaje es Libre. Debe indicar que tipo
de sermón es (expositivo, textual, etc). La temática y tÚ estilo determinará el
perfil de la misma.

Orientaciones Metodológicas. 1.-

ResÚMenes:

Tipo de letra: Arial # 12.


Interlineado: 1.5 cms.
Márgenes: 4x4 3x3
Tamaño de papel: Tipo Carta.

2.-Para realizar el Bosquejo:

NÚmero de páginas: xx
Tipo de letra: Arial # 14 (Divisiones) # 12 sub-divisiones.
Interlineado: 1.15 cms.
Márgenes: 4x4 3x3
Tamaño de papel: Tipo Carta.

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