Curso Principios de Predicación
Curso Principios de Predicación
Curso Principios de Predicación
De VenezueLA A.c.
PROGRAMA de
CienciAs
MinisteriAles
COORDINACIÓn de PregRADO
Principios de PredicACIÓN
PRINCIPIOS DE PREDICACIÓN
HOMILETICA PRÁCTICA
INTRODUCCIÓN
“La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.”
Salmo 119:130
“Las herramientas para mejorar la predicación son eso, herramientas; se debe recordar que las
herramientas y el instrumento deben estar impregnados de la unción del Espíritu Santo para que la
Palabra haga impacto en el corazón de los oyentes y genere cambios significativos en la vida de
éstos”.
2
REFERENTES
Capítulo I
DEFINICIÓN Y EXPLICACIÓN DEL TÉRMINO HOMILÉTICA
Capítulo 2
CÓMO COMUNICAR UN SERMÓN
Capítulo 3
EL PREDICADOR Y LA PREDICACIÓN
Capítulo 4
PREPARACIÓN DEL SERMÓM
Capítulo 5
CÓMO ELABORAR SERMONES - TIPOS
Capítulo 6
EL SERMÓN TEXTUAL
Capítulo 7
EL SERMÓN EXPOSITIVO
Capítulo 8
EL SERMÓN TEMÁTICO
Capítulo 9
SERMÓN BIOGRÁFICO
Capítulo 10
LA INTRODUCCIÓN, LAS ILUSTRACIONES Y LA CONCLUSIÓN
Capítulo 11
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA LOS PREDICADORES
Capítulo 12
LA IMPORTANCIA DEL TEXTO Y DEL CONTEXTO
Capítulo 13
EL ESTUDIO BÍBLICO DETALLADO
Capítulo 14
PRINCIPIOS DE HERMENÉUTICA
Capítulo I
La Homilética es un arte que debe ser estudiado por todo ministro sincero del evangelio,
por ser que se trata de aquello que le puede ayudar a dignificar su ministerio y
hermosearlo de modo que fructifique para la honra y gloria del Divino Maestro.
COMO COMUNICAR UN
SERMÓN
Pensando que tomaría más espacio escribiendo una lección sobre “como comunicar el
sermón,” he pensado incluir en esta porción unos cortos apuntes sobre lo referido,
esperando sirvan como guía y consejo practico en el momento cuando nos presentemos
a predicar la palabra de Dios, ellos son: “Las bienaventuranzas del Predicador,” “Antes
de Dar el Mensaje Tome en Cuenta Estos” y “Preguntas Vitales Para Nuestro
Ministerio.”
A. Cuando usted inicie un tema, cíñase a él. Si piensa hablar de la fe, no diga nada
del amor. Algunos tienen por costumbre anunciar un tema que nunca desarrollan.
B. Estudie bien lo que va a decir; sepa de antemano lo que se propone presentar ante
el PÚblico. Empezar por el Génesis y terminar con Revelación cada vez que se
habla, indica claramente falta de preparación.
C. Tengas sus ideas ordenadas y bien clasificadas. Ideas claras hacen buena
impresión. El PÚblico tiene más nociones de lógica y de buen sentido que lo que
usted se imagina.
D. Evite los chismes en el sermón. Una buena ilustración en su momento oportuno
remacha las ideas; pero los cuentos graciosos,
además de echar a perder la seriedad del mensaje, convierten al predicador en un
charlatán.
E. No haga uso de las palabras y expresiones vulgares. Molestan al oído de las
personas serias y rebajan la dignidad del mensaje y del mensajero.
F. Presente siempre el mensaje con un pensamiento nuevo. No podemos cambiar las
verdades, pero podemos decirlas de manera que resulten siempre interesantes.
Recuerde que sin interés, no hay mensaje.
Con toda seriedad y corazón abierto debemos considerar estos apuntes y sugerencias,
que nos pueden ayudar a enriquecer nuestro ministerio. Este es el deseo de un
servidor en la magna obra de nuestro Divino Salvador.
“Predicando no sólo para informar sino para formar;…a fin de perfeccionar a los
Santos para la obra del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo”. (Gálatas
4:19: Efesios 4:12).
Capítulo 3
EL PREDICADOR Y LA
PREDICACION
“Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.” Hechos 6:4
I. EL MINISTERIO DE LA PALABRA
“Pero, ¿qué significa todo esto para nosotros? Nos hace ver con claridad, no sólo lo que
“el ministerio de la Palabra” fue en los tiempos neotestamentarios, sino lo que debe ser
hoy y siempre. Este ministerio ha de ser apostólico, profético, evangelístico, pastora y
discipulador. Ha de ser apostólico en el sentido de basar su mensaje en `la fe entregada
una vez para siempre a los santos` (Judas 3). Ha de ser profético en el sentido de
entregar su mensaje bajo el impulso directo del Espíritu Santo y con el fin de satisfacer
las necesidades espirituales de los oyentes. Ha de ser evangelístico o misionero en su
urgencia de traer las almas perdidas a Cristo como salvador. Ha de ser pastoral en su
empeño constante y abnegado de edificar a los creyentes en Cristo como señor. Ha de
ser discipulador en el deseo de enseñar todas las cosas que se ha de guardar en el
evangelio.”
Pablo insigne siervo de Cristo, al transcurrir los años, en el desarrollo del “…ministerio
de la palabra…” llega a una conclusión referente a las calificaciones de aquellos que
serian llamados a dedicarse a este santo ministerio de la palabra, y en la primera epístola
a Timoteo capitulo tres
y versículo uno al catorce, enumera los requisitos de estos predicadores, a los cuales en
ésta enseñanza, haremos alusión en una forma indirecta, trayendo a su atención algunos
puntos prácticos.
Es menester que el predicador tenga un buen testimonio entre los hombres y una
conciencia limpia ante Dios. Si su vida tiene manchas, o él no anda rectamente delante
del mundo, él no tiene influencia y su predicación, aunque sea elocuente, no tendrá
valor para conmover a las almas.
Un hombre no puede guiar al rebaño a cosas más profundas que las que él mismo ha
experimentado, ni alzarlo a alturas más altas que él no haya subido.
La conducta moral del predicador ha de ser “irreprochable.” Esta es una expresión muy
fuerte. Significa no solo que no debe haber acusación en su contra, sino que debe ser
imposible formularle una acusación que pudiera resistir la investigación. Su conducta
debe ser tal que no deje al adversario ninguna base posible para vituperar su vocación.
Tan así ha de ser que aun entre los extraños “es necesario que goce de buen nombre.” El
predicador ha de ser un “modelo a los que creen, en palabra, en comportamiento, en
amor, en fe y en pureza” (I Tim. 4:12). Es cierto que todo hijo de Dios tiene la misma
obligación de andar como es digno de la vocación con que ha sido llamado (Ef. 4:1)
pero la posición prominente del predicador aumenta grandemente su responsabilidad a
este respecto.
Es una cosa que el predicador sienta una carga por su sermón, y es otra que sienta
carga por la gente a quien le va a predicar. Es muy natural que un hombre, sabiendo
que le toca predicar, busque de Dios un mensaje, porque no quiere fracasar. Pero si su
mayor interés es solamente en ser un buen predicador y predicar un buen sermón, él e
“corto de vista.” El sermón no puede tener mucho valor porque no tiene un propósito
que vale. El predicador que puede conmover la humanidad es el que ama la humanidad
y su propia alma es angustiada por el estado espiritual de ella.
El predicador que se mezcla con la gente llega a conocer sus
sufrimientos, triunfos, flaquezas, gozos y tristezas. Su corazón se derrite de
compasión por ellos. En el PÚlpito él es una fuente derramándose con palabras de
consolación, exhortación y edificación. Su sermón es poderoso porque está
encendido en el fuego de su propia alma.
“Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado como obrero que no tiene de que
avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (II Tim. 2:15 y 3:15; Juan 5:39). El
hermano M. J. Gaxiola nos aconseja a leer más; en su escrito así como sigue:
El ministerio debe entonces leer constantemente su Biblia a fin de que cada vez esté
más familiarizado con los personajes, eventos, lugares e ideas de que trata. Mientras
más lea su Biblia, más se empapará el ministro del contenido y el espíritu del libro de
Dios y más sentirá la acción del Espíritu Santo que le conduce al conocimiento de la
verdad y el deseo de llevar esa verdad a otros.
El ministro debe también leer todo lo que le permita saber más acerca de la Biblia, su
historia y su desarrollo, las características de los idiomas originales y todo aquello que
le permita tener una idea más precisa del contenido general de la Palabra de Dios.
APRENDER a leer significa que adquirimos un hábito que alguien llamo “el Único
vicio del que no hay que arrepentirse.” El que lee tiene necesariamente una
mente más despierta y adquiere forzosamente una mayor sensibilidad espiritual e
intelectual.
D. DEBE SER HOMBRE DE ORACION
En los siguientes párrafos encontraremos algunos consejos muy directos al corazón del
ministro del evangelio.
1. LA PRIMACIA DE LA ORACION
El cuarto de estudio del predicador ha de ser un altar, un Bethel, donde le sea revelada la
visión de la escala hacia el cielo significando que los pensamientos antes de bajar a los
hombres han de subir hasta Dios; para que todo el sermón esté impregnado de la
atmósfera celestial, de la solemnidad que le ha impartido la presencia de Dios en el
estudio.
El predicador debe, por la oración, poner a Dios en el sermón. El predicador, por medio
de la oración, acerca a Dios al pueblo antes de que sus palabras hayan movido al pueblo
hacia Dios. El predicador ha de tener audiencia con Dios antes de tener acceso al
pueblo. Cuando el predicador tiene abierto el camino hacia Dios, con toda seguridad lo
tiene abierto hacia el pueblo.
El poco valor que damos a la oración está evidenciado por el poco tiempo que le
dedicamos. Hay veces que el predicador sólo le concede los momentos que le han
sobrado.
En su exposición sobresaliente sobre el tema de 1a predicación, nos dice J.D. Crane así:
Corría el año sesenta y seis. Desde la hÚmeda celda romana en que aguardaba su
proceso final, e1 anciano Pablo escribía a Timoteo, su hijo en la fe. Era su Última
carta, y en ella vertía el alma en palabras de consejo, de estimulo, de
exhortación y de advertencia. Ya para ter- minar, reunió la esencia de todo 1o dicho
en un gran encargo final: 2da Tim. 1:4-6; 1era Pedro 5:4; Mar. 3:14-15; Mat. 24:14;
Mar. 16:15.
La primacía de la predicación fue bien entendida por la iglesia primitiva. Cuando Felipe
descendió a la ciudad de Samaria, les predicaba…” Hechos 8:5. Hechos 10:42; Hechos
17:18. 1era Cor. 1:17; Rom. 10:14; 1era
Cor. 15:11.
LO QUE NO ES PREDICAR:
Regañar Recitar
Confundir Bromear
Engañar Decir chistes
Enredar Entretener
Hacer perder tiempo al Asustar
oyente Amenazar
Presumir Vengarse
Excitar o mover las Aprovecharse
emociones del oyente Mofarse
Incitar Entre otras.
“La predicación del evangelio es el hacha que puesta a la raíz de los árboles, los
derriba con violencia, los arranca de su puesto y los prepara que sean llevados al
aserradero y pasen por el molino y después por el banco del ebanista, llegando a
convertirse en mueble o en utensilio para estar en la sala o la recámara, dando
servicio al hombre. La predicación del evangelio derriba a los hombres y mujeres de
su pedestal, les arranca de la ignorancia, del orgullo, de la vanidad, y los lleva poco
a poco al arrepentimiento genuino, en donde una vez convertidos, y retoñados,
pueden irse remodelando hasta llegar a estar en la casa de Dios. Adornando en todo
la doctrina de nuestro Salvador Dios”.
Maclovio Glaxiola.
VII.- CONCLUSIÓN.
PREPARACIÓN DEL
SERMÓN
Método G. Gales.
Uno de los privilegios más grandes para el ministro del evangelio es poder exponer la
Palabra de Dios. La predicación es un arte que se perfecciona con la experiencia. Sin
duda una de las preguntas más importantes que hace el nuevo ministro es "¿cómo
preparo un sermón?
Lo primero es saber exactamente sobre que quiere predicar y tener una porción de
escritura que lo explica. Si no tiene un tema definido, la gente tampoco va a recibir un
mensaje claro. Además, el texto que utiliza debe ser una porción conocida. Si no lo es,
usted corre el riesgo de estar interpretando mal los versículos escogidos.
Hay dos errores que puede hacer el predicador neófito respeto al uso de la Palabra de
Dios. Uno es querer predicar sobre una idea de interés limitado y luego tratar de forzar
un versículo a apoyar su idea, usándola fuera de contexto. El peligro es que el orden
de formular el sermón está al revés. Mejor sería permitir que la Biblia le hable
primero, y dejar que la porción de escritura le dé el tema del sermón.
14
La Biblia es rica en enseñanza, pero no trate de descubrir algo nuevo o novedoso; eso
solo demostrará su ignorancia. Después de dos mil años de predicación, ya se hubiera
descubierto. Dedíquese a predicar primero los grandes capítulos de la Biblia y las
grandes verdades de la Biblia, antes de dedicarse a temas secundarios. Para no fallar se
puede tomar como ejemplos espirituales los héroes del Antiguo Testamento y eventos
de la vida de Jesucristo.
El secreto para un buen sermón es un buen texto, un buen tema, y una buena historia.
Por ejemplo, la gente nunca se cansa de oír la historia de "David y Goliat" porque ve
en ella reflexionado sus luchas cotidianas y espirituales. Con la experiencia usted va a
poder predicar sobre más temas. La meta ahora es tener éxito en los primeros
sermones para que no se desanime y reciba una invitación a predicar de nuevo.
Sobre todo, para escoger el texto y tema de sus sermones, dependa de Dios. Dios
le puede indicar en cualquier momento de que hablar. Cuando se le ocurra una
buena idea, APÚntelo en un cuaderno. En sus meditaciones diarias, al leer la
Biblia, apunte los textos que pudieran servir para un sermón.
Siguiendo las instrucciones de cómo descubrir los puntos de un texto o tema, pronto
se dará cuenta de que tiene más información de lo que se necesita para el sermón.
Ahora usted tendrá el lujo de escoger cuales puntos, preguntas o versículos mejor
se relacionan el uno con el otro, cuales serán mejor para su pÚblico, y cuales
descartar. Recuerde que veinte minutos es mucho para un principiante hablar.
De todas maneras, aunque el tema le parezca a usted interesante, muchos en la
congregación no aguantarán el tema por más de treinta minutos. Es mejor ser breve,
confiando que tendrá otras oportunidades de predicar.
A. El propósito del sermón debe de ser el ganar almas o motivar a las personas a hacer
una decisión específica. Con ese fin se tiene que poner los puntos o argumentos de su
sermón en un orden lógico. El primer punto tiene que ser una introducción al segundo
punto, y así sucesivamente para convencer al oyente. Piense en el abogado
presentando el caso de su cliente en un juicio ordenadamente para convencer a los
juradores o jueces.
B. Ponga sus puntos, argumentos e ilustraciones en orden desde el más sencillo hasta
el más fuerte, siempre terminando su sermón con el punto que lleva a la gente a hacer
la decisión indicada para Cristo.
5. Use ilustraciones.
Cuando puede, respalde e ilustre a cada punto con una ilustración breve. Con
una buena ilustración al principio del sermón se puede captar la atención del
PÚblico. Reserve su mejor ilustración para el Último y más importante punto.
Volviendo a una ilustración de la abogacía, un licenciado famoso dijo, "el que
tiene la mejor historia gana el caso." Gane el caso para Cristo usando buenos
ejemplos con que la gente puede identificarse y que ilustran su enseñanza.
Si usted tiene claro en su mente lo que quiere enseñar y el resultado que quiere lograr,
será fácil preparar el sermón. El ejercicio mejor para aclarar su mente y enfocar sus
propósitos es preparar primero la introducción y la conclusión. El cuerpo del sermón
vendrá después por añadidura. La introducción tiene que presentar el tema. La
conclusión tiene que repetir los conceptos de la introducción más dar un llamamiento a
hacer una decisión. Todos los puntos del sermón tienen que apoyar la introducción y
la conclusión; si no, quítelos del sermón. No van. El sermón tiene que tener un
propósito y todo en ello apoyarlo. Es más que un discurso bonito o entretenido. Si no
mueve a la gente, de nada sirve. Para asegurar su fin, planee antes de todo la
introducción y la conclusión.
La presentación:
Sea sincero. No se preocupe de los nervios. Con cada predicación será más fácil.
Sobre todo siempre predique la Palabra de Dios, y no se mete en asuntos ajenos, ni en
fábulas, ni en supersticiones, ni en suposiciones. Dios bendice la predicación de su
palabra. Que siempre sea dicho de usted que "use bien la palabra de verdad”.
Capítulo 5
¿CÓMO ELABORAR
SERMONES?
Autor y conferencista de la Alianza Cristiana y Misionera Colombiana
Prof. Adm. Fernándo A. Jiménez
Hoy día existen muchas formas de exponer la Palabra de Dios. Todas válidas y, en su
mayoría, eficaces. Pero durante nuestra serie nos enfocaremos a estudiar las bases para
elaborar: sermones textuales, expositivos, temáticos y biográficos. Son cuatro géneros
que le permitirán al orador, presentar el mensaje de Dios para su pueblo.
Desde el momento en que usted se pare al frente del PÚlpito, deberá tener claro qué
espera lograr al término de la enseñanza. En tal sentido es importante que usted
sepa que, al disponerse a realizar la exposición, debe tener claro si lo
que pretende ofrecer a sus interlocutores son bases para el crecimiento y
solidez espiritual, o llevarlas a tomar una decisión por Jesucristo.
Es necesario entonces que, en primera instancia, tenga definidos los dos grandes
géneros de mensajes:
a. El sermón de edificación
b. El Sermón evangelístico
Los dos tienen orientaciones totalmente diferentes. Por tal motivo es necesario que
hagamos, no solo la diferencia, sino que tengamos definido en qué consiste cada uno.
3. El sermón de edificación
4. El sermón evangelístico
TIPOS DE SERMONES.
Descripción
Para que tengamos una mejor comprensión de cuáles y cuántas son las clases de
sermones, hacemos a continuación una breve descripción:
Aludimos a Sermón Textual al referirnos al mensaje que toma como base un texto
específico, generalmente un solo versículo. Por ejemplo, Juan 3:16. Sobre este escrito
entramos a desarrollar la enseñanza. El propósito es desglosar su estructura, haciendo
particular énfasis en palabras en el sentido particular de las frases.
Este género de Sermón se desarrolla fundamentado en un pasaje bíblico. Las ideas que
se exponen guardan un orden lógico. El predicador no fuerza un versículo para que
concatene con otro o
quizá para que diga lo que él quiere. Por el contrario, toma con naturalidad cada una
de las ideas y puntos que van surgiendo en cada versículo. Es uno de los estilos más
complejos pero a su vez, de los más enriquecedores. Charles Spurgeon es uno de los
mejores ejemplos de esta forma de predicación. N el siglo XIX ejerció una poderosa
influencia en Inglaterra y Estados Unidos con sus poderosos mensajes.
Las Divisiones Menores son aquellos puntos que dan soporte a las Divisiones
Mayores. Son los puntos que están relacionados con los
primeros y que sirven para hacer una adecuada exposición. Si ya tenemos las
Divisiones Mayores y vamos a incorporar las Divisiones Menores, quedaría de la
siguiente manera:
b. Nuestra conciencia nos redarguye y nos apartamos del Dios que da vida
Es importante que tengamos claro el papel que juegan las Divisiones Mayores y las
Divisiones Menores en la estructura del mensaje que se va a compartir con el Pueblo
de Dios o con los no conversos.
Capítulo 6
EL SERMÓN
TEXTUAL
La elaboración del Sermón Textual REÚne muchas ventajas. Entre ellas, que permite
captar el interés de los asistentes, evita salirse del tema y además, mantiene los
márgenes bíblicos, es decir, que se sujeta específicamente a lo Escritural y no
a las anécdotas del predicador que tienden a glorificarlo a él antes que a
Jesucristo. En esencia, este género de exposición se centra en la Escritura.
Esta es la estrategia principal. Todo predicador debe pasar buena parte de su tiempo en
oración. No podemos hablar de un Dios de poder si no lo conocemos o si lo
conocemos y no permanecemos en su presencia. ¿Cómo ser mensajeros de Aquél a
quien no consultamos?
Una vez tengamos el texto o versículo a partir del cual vamos a elaborar el mensaje, es
necesario que nos familiaricemos con él. Debemos leerlo cuantas veces sea necesario.
En lo posible es aconsejable escoger un versículo con una idea completa.
Lea lo que aparece antes y después del pasaje escogido. Eso nos ayudará a definir el
contexto. Escriba aquellas palabras con las que no esté familiarizado con el fin de
investigarlas con ayuda del Diccionario.
Cuando esté familiarizado con el texto, busque las divisiones naturales que podría
tener. Generalmente un versículo podría tener dos o tres ideas inmersas. Para que
apreciemos este hecho, tomemos como base Juan 3:16. Dice así "Porque de tal
manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquél
que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna" (Juan 3.16).
Tras un análisis sencillo, podríamos señalar que las divisiones naturales son:
c. "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"
Aquí tenemos un esbozo de cuál podría ser la división natural para aplicarla a este
versículo.
Como recordarán, tras escoger nuestro texto que será la base del Sermón, que fue Juan
3:16 "Porque de tal manera amo Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito,
para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna", acordamos
que lo primero que debemos hacer, es dividirlo ojalá en tres partes que tengan sentido.
La primera parte sería "Porque de tal manera amo Dios al mundo"
Y la tercera: "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida
eterna"
Ahora hay que anexarle puntos que sustenten este primer gran aspecto. Y podrían ser:
Ahora unamos el primer gran postulado, que llamamos división mayor, con estos tres
argumentos que dan soporte. Quedaría así:
¿Se dan cuenta qué hicimos? Propusimos el primer gran punto del mensaje y lo
estamos acompañando de la sustentación para ese primer punto. Vamos ahora con el
siguiente. Podría ser:
Si cuadramos este segundo gran punto con los tres argumentos de soporte, nos quedaría
así:
La referencia escritural será: "...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más
tenga vida eterna"
"...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"
"...para que todo aquél que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna"
Por ahora tiene una tarea: buscar en su Biblia un texto al que le puedan aplicar estos
pasos, e ir armando su sermón. Recuerde que la práctica hace al maestro, al
predicador.
Capítulo 7
EL SERMÓN
EXPOSITIVO
Entre las ventajas que ofrece, está el que se trabaja con base en un solo texto. Esto
favorece concentrar la atención de los asistentes. No es necesario saltar de un versículo
a otro como sí ocurre con los sermones temáticos.
Concatenación de ideas.
La asimilación es más fácil cuando se predica con un solo pasaje. Está probado que, al
salir del servicio religioso, es más probable que los asistentes recuerden no sólo qué
base escritural se utilizó, sino también de qué trató el mensaje.
Otro de los aspectos a favor es que facilita la inserción de ejemplos prácticos que
tornan más próximo y entendible el acontecimiento bíblico, le da un aire de
contemporaneidad y se transmite una enseñanza más aterrizada frente a la realidad
actual.
El Sermón Expositivo se presta para que comparta lo que el autor quería decir
originalmente, y cierra las posibilidades a un fenómeno frecuente entre algunos
predicadores: forzar el texto para que la audiencia escuche lo que él quiere que
escuchen y nada más.
Leer y releer el texto
Una segunda lectura deberá estar orientada a intentar conocer en detalle, cuál era el
propósito original del autor.
Para tornar práctico el ejemplo, tomaremos como base de lectura del capítulo veinte
del segundo libro de Reyes. Nos centraremos en los versículos del uno al once.
El objetivo es que, tenga definidos los pasos anteriores, como también que investigue
en un diccionario bíblico quién fue el rey Ezequías, en qué época vivió y algunos
aspectos relacionados con su período de gobierno.
El primer paso es leer cuidadosamente los versículos objeto de estudio, identificar cuál
es la esencia de cada uno. Como se recordará, nuestra Base Escritural o lectura bíblica
es el segundo libro de Reyes, capítulo 20, versículos del uno al once.
Un resumen de la lectura.
¿La reacción del rey? Angustia, preocupación y quizá la íntima sensación de que
muchos planes y proyectos quedarían truncados si
moría. Además, amaba la vida. Y clama al Señor desde su desesperación. En respuesta
a su clamor, Dios no solo le otorga la sanidad de la enfermedad que padecía, sino que
le prorroga la vida por espacio de quince años más.
A partir de ese hecho, usted como predicador bien puede compartir un extraordinario
mensaje de parte de Dios para su pueblo. Además, la historia reviste no solo la fuerza
descriptiva, de incalculable valor literario y narrativo, sino que arroja principios de
vida que pueden aplicarse al cristiano de hoy.
Trazando el bosquejo.
Ahora que tenemos claro el tema y que nuestro objetivo es compartir principios
bíblicos de vida, retornemos nuevamente a los apuntes que hayamos escrito para
sinterizar, en una idea, el versículo que hayamos leído.
Personalmente elaboré el siguiente prospecto, pero recuerde que quizá usted encuentre
otras pautas prácticas.
Sé que la esencia del mensaje no cambia, pero si pueden variar las ideas que se
deriven del estudio que hagamos del pasaje. Mi propuesta de bosquejo quedó así:
Observe que tomé seis principios de vida. A propósito, el título que le di a este sermón
fue: "Seis principios para una vida cristiana victoriosa".
Las anteriores vendrían a ser las divisiones mayores. ¿Y las divisiones menores? Estas
se desprenden de una nueva lectura de cada versículo y de la idea central que hayamos
logrado en cada uno. Esto nos arroja luces para darle soporte a cada argumento. En
este orden de ideas, las divisiones menores propuestas son: (Véase el bosquejo).
Título: "Seis principios para una vida cristiana victoriosa
EL SERMÓN
TEMÁTICO
Ventajas.
El Sermón Temático es uno de los más comunes entre los predicadores evangélicos.
Es favorable porque ofrece a los oyentes una amplia gama de posibilidades
para absolver interrogantes en torno a un aspecto escritural en particular. Es
como abrir un abanico: ofrece mÚltiples y variadas facetas. Además presenta una
lista panorámica en cuanto al asunto objeto de estudio.
Recuerde que si hay algo que le genera dudas a usted, lo más probable es que a los
oyentes también.
Desventajas.
Toda moneda tiene dos caras. Ya vimos una primera faceta del Sermón Temático: las
ventajas. Son muchas. Pero también tiene sus desventajas.
Definiendo el tema.
Hasta ahí vamos bien, pero si lo analiza detenidamente, encontrará que predicar sobre
"El amor de Dios" puede sonar muy general e incluso, ambivalente.
Es necesario ser más específicos porque "El amor de Dios" puede expresarse con
relación a la naturaleza, los niños, la humanidad, la mujer cabeza de familia, los
farmacodependientes, las prostitutas y más y más etcéteras. En síntesis, podemos
señalar que el amor de Dios tiene una proyección demasiado amplia.
Como predicador, usted debe tener claro qué aspecto desea focalizar, es decir,
desarrollar en concreto. Es un ejercicio que debe poner en práctica los próximos días.
Es un paso elemental pero a la vez, ineludible para todo buen expositor.
Al grano: usted debe escoger entre la gama de posibilidades. Supongamos que nos
inclinamos por "El amor de Dios hacia la humanidad". Es claro y conciso. De seguro,
será un extraordinario mensaje.
Formulando interrogantes.
Ahora que hay un tema definido, usted como predicador debe hacer algunos
interrogantes, que probablemente son los que se haría como oyente en la
congregación.
Por supuesto, usted puede hacerle otras preguntas. ¿Qué paso vamos a seguir? Vaya a
la concordancia y escoja versículos que refieren el tema del amor de Dios, y
específicamente el amor de Dios hacia la humanidad. Encontrará una veintena, como
mínimo.
Obviamente debe sumar los textos que usted conoce, y que considera apropiados. Con
estos versos, trate de responder a las preguntas que escribió.
El Sermón a elaborar tiene como título propuesto: "El amor de Dios hacia la
humanidad".
Cuando no tenga claro qué puntos o Divisiones Mayores deben incluirse, lo más
aconsejable es que le formule interrogantes al título.
El paso siguiente es más sencillo. Hay dos formas. La primera, buscar en una
Concordancia Bíblica los versículos y pasajes referentes al amor de Dios. Hay un
buen nÚmero.
Juan 3:16; Filipenses 2:8; 1 Juan 3:1; 2 Corintios 5:17-19; Efesios 3:14-18
También encontramos otros versos que, aunque no hablan directamente del amor de
Dios, expresan de qué manera y por qué, nos amó el Creador:
¿Qué paso seguir? Con base en todo este cÚmulo de material bíblico, comenzar a
responder los interrogantes. Las Divisiones Menores, es decir, los puntos que
desarrollaremos, deben expresarse en ideas cortas, concisas.
Siguiendo este proceso, el Bosquejo del Sermón Temático podría quedar así:
EL SERMÓN
BIOGRÁFICO
Entre las ventajas de este género, figura el que se puede analizar en detalle la
existencia de un personaje de la Biblia, sus aportaciones a los demás, y en particular,
los principios de vida práctica que arrojan pautas y luces para los cristianos de hoy.
Entre los elementos favorables que tiene este sistema de predicación, se cuenta el
estrecho acercamiento de los creyentes con las experiencias, tanto positivas como
negativas, de los hombres y mujeres de la Biblia. Ellos, al igual que nosotros,
enfrentaron períodos de incertidumbre, persecuciones, intolerancia, duda y también de
victoria.
4.- ¿Desde un comienzo Dios le reveló qué propósito debía cumplir o le fue mostrando
el camino de manera progresiva?
7.- ¿Hay peligros que haya enfrentado y que pueden alertarnos hoy para observar
transparencia y consagración en nuestro caminar con Jesucristo?
8.- ¿Cómo describiría usted el secreto del éxito tanto secular como espiritual del
personaje sobre el cual realizamos el análisis?
Estructura
a.- El nombre de Noé está estrechamente ligado con el alivio del dolor de la
humanidad y el descanso de los trabajos (v. 29).
c.- Tuvo otros hermanos porque el texto refiere que Lamec "engendró hijos e
hijas..."(Génesis 5:30).
d.- Noé vivió en medio de una sociedad inmoral, centrada en el placer (Génesis 6:1,
2).
f.- Dios reconoció en tiempos de Noé la naturaleza pecaminosa del hombre (vv.3, 5).
g.- La maldad se había multiplicado (v.5). Noé halló gracia delante del Señor (v. 8).
i.- Noé era perfecto en medio de una generación corrupta (v. 9 b).
planes a mediano y largo plazo fueron revelados a Noé. n.- Noé era obediente a
1.- Históricamente hombres de Dios han impactado el mundo que les rodea (Noé, José,
Moisés, Abraham, Josué, Gedeón...).
2.- Había conciencia de la importancia de caminar con Dios (Génesis 5:23, 24)
3.- Noé entra en escena para cumplir los designios de Dios (Génesis 6: 6, 7).
4.- Como en el caso de Jeremías y otros hombres de Dios, el Señor le tenía escogido
desde antes de nacer.
1.- La integridad de Noé le llevó a alcanzar gracia delante del Señor (v. 8).
3.- Noé era perfecto en medio de una generación corrupta (v. 9 b).
III.- DIOS REVELA SUS PLANES A QUIENES SON LLAMADOS (vv.10-16).
1.- Noé era un hombre normal, con una familia normal y obligaciones (vv.10).
2.- Dios escogió a Noé para desarrollar una misión específica en un momento específico
(vv.11-13).
1.- Dios reveló a Noé los planes a mediano plazo (v. 17).
2.- Dios reveló a Noé los planes a largo plazo (v. 18).
3.- El hombre debe aprender a descansar en las promesas de Dios (v. 18).
4.- Mantenernos en los planes de Dios nos obliga a ser obedientes (v. 22).
Le sugiero que revise nuevamente el ejemplo. Y trate de elaborar su propia versión del
mensaje. Le ayudará a ampliar su panorama.
No olvide, con base en los próximos capítulos (Génesis 7 y 8, entre otros), podrá usted
preparar otros mensajes. Eso sustenta lo que dijimos al comienzo de esta serie respecto
del Sermón Biográfico, y es que sirve para desarrollar varios mensajes.
Capítulo 10
Hemos aprendido sobre las estructuras de los sermones textual, expositivo, temático y
biográfico. Paso a paso hemos visto cómo se concluye la armazón sobre la cual
descansan los argumentos bíblicos de las enseñanzas que compartimos con la
audiencia. Ahora es necesario complementar este cuadro con tres elementos
fundamentales: la introducción, las ilustraciones y la conclusión.
LA INTRODUCCIÓN.
Todo tema debe tener una introducción apropiada, una vez se comparte la Base
Escritural o Base Bíblica, y por supuesto, cuando hemos leído la porción sobre la cual
realizaremos el análisis. Se trata de una síntesis de todos los aspectos que abordaremos
en la predicación. Es la antesala o aperitivo, y por tanto, debe circunscribirse a marcar
pinceladas de lo que todos escucharán a continuación. Su propósito fundamental es
despertar interés.
Lo aconsejable es que, en cuanto a tiempo, oscila entre los tres y cinco minutos. A
partir de entonces se puede tornar monótona, y si se quiere, contraproducente ya
que los oyentes caerán en m Últiples distracciones.
La introducción puede realizarse acudiendo a una pregunta o quizá, con una breve
historia. Cualquiera que sea el recurso que se utilice, debe despertar inquietud y deseos
de conocer qué sigue a continuación.
En caso que se incline por un relato, debe en lo posible, ser comprensible. Recuerde
que si no es preciso al compartir la información, puede provocar confusión. Otra
recomendación es que las frases sean cortas. Esto da mayor impacto a las palabras e
incluso, despiertan curiosidad.
LAS ILUSTRACIONES.
Juegan un papel importante en la exposición del mensaje. Son las historias, anécdotas
o narraciones que le permiten al oyente, entender que la Palabra de Dios tiene
aplicación práctica en nuestro tiempo.
Un sermón debe contener un buen nÚmero de ilustraciones, aunque cuidando de
no incurrir en excesos.
¿De dónde se obtienen? De muchas partes. Usted puede tomarlas de los libros que lea,
de los hechos cotidianos que transmiten los noticieros de televisión, de la radio, de los
diarios e incluso, de los argumentos que se manejan en las películas. El trato con las
personas que le rodean, ofrece asimismo un excelente repertorio de ilustraciones.
Para no olvidarlas con facilidad, es aconsejable llevar con nosotros una agenda o
libreta en la que anotemos cada hecho que, a futuro, nos puedan servir. Es
recomendable también tener en cuenta los detalles, así parezcan irrelevantes. Pueden
a la postre ser muy Útiles.
LA CONCLUSIÓN.
Una vez nos encontramos en la cima de la montaña, podemos caminar e incluso correr
con confianza. Pero llega el momento en que debemos iniciar el descenso. En el caso
del mensaje, la conclusión es un segmento de suma importancia porque es allí cuando
guiamos a nuestra asistencia al punto que, desde un comienzo, queríamos que
alcanzaran.
Puede ser que hagan decisión de fe por el Señor Jesucristo o quizá, que apliquen en su
vida cotidiana principios prácticos que hayamos compartido durante la exposición.
2.- Introducción
4.- Conclusión
Le invitamos para que, en adelante, ponga en práctica estos sencillos pero efectivos
elementos cuando vaya a compartir la Palabra de Dios en su congregación.
Capítulo 11
Una de las preguntas que formulan con mayor frecuencia quienes toman los cursos de
homilética práctica es ¿Cómo se logra influir en el oyente y además, que el mensaje
quede sembrado en sus corazones? Este interrogante es comprensible y nos
proponemos despejarlo con una serie de principios que si bien, son elementales,
arrojan excelentes resultados.
1.- La oración
"Abrió, pues, Esdras el libro a los ojos del pueblo, porque estaba más alto que todo
el pueblo; y cuando lo abrió, todo el pueblo le estuvo atento... y leían el libro de la
ley de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen la lectura" y
relata la historia que hasta tal punto impactó su intervención, que fue necesario le
dijese a los presentes:"... Día santo es a Jehová nuestro Dios: no os entristezcáis, ni
lloréis: porque todo el pueblo lloraba oyendo las palabras de la ley"(Nehemías 8:5,
8 y 9).
He escuchado a quienes dicen "no hay que poner limitaciones ni sujetarnos a horarios
específicos porque así no obra el Espíritu Santo". Y a tales personas he tenido que el
Espíritu Santo es un Espíritu de orden.
Con mucha frecuencia se observa desde los PÚlpitos a expositores que permanecen
en el mismo sitio y no se desplazan. Pareciera que se trata de estatuas o de una
fotografía colocada junto a un atril. Por esa razón, es aconsejable que se utilicen
las manos y el movimiento corporal para tornar más amena la enseñanza. Ir
de un lado a otro, con mesura, descansa a los oyentes.
El texto
Por texto podemos definir un versículo o un pasaje específico que vayamos a estudiar.
Imagine una pared con muchos ladrillos. El texto vendría a ser uno de aquellos
ladrillos. Hagámoslo mucho más gráfico: imagine un rompecabezas. ¿Qué es el texto?
Vendría a ser una de las muchas piezas que conforman la totalidad del juego.
Cuando tenemos esa imagen clara, podemos entender que un solo eslabón de la
cadena, no constituye el todo sino una parte. No puedo tomar un ladrillo y decir:
"Tengo en mis manos toda una pared o muro".
¿Qué es el contexto?
Vamos a otro ejemplo. Ubíquese mentalmente en el templo al que asiste. ¿Ve todas las
sillas? Pues ese conjunto de bancas vendría a ser el contexto. Pero ahora enfoque su
atención en una sola de las sillas. Si lo explicamos gráficamente, diríamos que ese
taburete vendría a ser el texto.
Tener estos dos conceptos claros reviste particular importancia porque al elaborar un
estudio bíblico es necesario que no saquemos un texto, de su contexto.
Mirando un pasaje dentro de su contexto.
Al elaborar una lectura panorámica, tenemos una visión general de qué acontece en la
totalidad del libro o texto que vamos a estudiar. Nos permite estar en la cima de la
montaña y apreciar el paisaje: las montañas, las nubes, los ríos, las carreteras y la
ciudad.
Este ejercicio nos permite hilar ideas generales y conocer cuáles son los aspectos más
relevantes. Este paso es fundamental porque en el momento de realizar un análisis
detallado, tenemos una cosmovisión aproximada de qué ocurre a lo largo del texto.
Incluso, es probable que nos surjan interrogantes o que por el contrario, absolvamos
preguntas. En todos los casos, es recomendable leer el libro de forma panorámica.
Pero supongamos que, una vez lo haya hecho, usted se interesa por un solo capítulo.
Es de allí que extraerá una enseñanza. Pues lo aconsejable es que se tome el tiempo
para leer los capítulos anteriores y los posteriores. Así tendrá una idea mucho más
aterrizada de qué está ocurriendo.
Este tipo de lectura exige mucho más. Nos lleva a investigar, analizar, corroborar y
tomar apuntes. Es un ejercicio enriquecedor porque nos abre las puertas para conocer
en particular, de qué trata el capítulo.
Supongamos que ya leímos la totalidad del libro que vamos a estudiar. Tenemos una
cosmovisión de qué se trata.
Capítulo 13
EL ESTUDIO BÍBLICO
DETALLADO
Como todo proceso, la elaboración de un Estudio Bíblico Detallado tiene unos pasos.
Para comenzar, le invitamos que los cumpla todos hasta que logre asimilar y dinamizar
que se hace, es decir, cuál es el proceso. Esto le facilitará sus propios análisis en el
futuro realizar.
Hoy día abundan excelentes Biblias de estudio a precios módicos. Hay muchas
versiones, todas muy buenas. En particular considero que las de mayor aceptación en
Latinoamérica son las que publican las Sociedades Bíblicas Unidas.
Pero es probable que usted reside en un lugar distancia. Tiene una Biblia sencilla. Pues
lo aconsejable, en tal caso, es que pudiera acceder bien sea a través de su pastor o de
un líder" a un diccionario bíblico. Lo primero que hará entonces, es buscar el libro
específico. Por ejemplo: Jonás.
De esta manera, cuando vamos a una segunda lectura, mucho más cuidadosa, tenemos
ya una idea general de todos los aspectos que rodean el texto general que vamos a
analizar.
El contexto de la época
Nuestra sociedad goza de los avances tecnológicos. Hay modernidad por todas partes.
Pero imagine que por un extraño mecanismo usted logra traer al presente, a alguien
que vivirá cincuenta o cien años después.
Por supuesto, su forma de vestir, hablar y de expresarse, será totalmente diferente a la
nuestra.
Para que le entienda, tendría que entrar a explicarle muchas cosas que para nosotros
son elementales hoy.
Eso mismo ocurre cuando usted viaja en el tiempo para realizar un estudio de la
Biblia. Muchas cosas descritas allí no tendrán sentido para usted.
Allí estriba la importancia de conocer particularidades del tiempo que describe el libro
que está estudiando.
Entre los elementos sobre los que sugerimos investigue antes de realizar una
exploración en detalle, se encuentran:
Es fundamental que conozcamos quién es el autor del libro. ¿De dónde era? ¿En qué
época vivió? ¿Cuál era su profesión? ¿Cuál fue el tiempo aproximado de su trabajo
ministerial o desempeño secular?
Recuerde, si bien obró bajo inspiración del Espíritu de Dios, cualquiera haya sido la
época en que viviera, enfrentó períodos de crisis, soledad, desánimo pero también de
alegría. En cierta medida esos estados de ánimo, propios del momento que vivió,
ejercieron una considerable influencia en él y en su desempeño.
Esto nos permitirá ponernos en los zapatos del autor, pisar su tierra, disfrutar la misma
brisa del atardecer en la reseca Palestina de la época y tantas cosas que para nosotros
son lejanas.
Condiciones sociales y políticas
Las condiciones políticas están estrechamente ligadas al desarrollo social. Esto es otro
aspecto de trascendencia.
Circunstancias religiosas
A partir del libro de Josué, pasando por todo el Antiguo Testamento hasta llegar a las
Páginas del Nuevo Testamento, toda la historia ha estado marcada por una amalgama
de circunstancias políticas y religiosas. En un comienzo el gobierno era teocrático, es
decir, regido por principios religiosos, pero con el tiempo, la parte político se vio
inmersa en un matrimonio con el ejercicio de la religión judía.
La economía de la época
Es innegable el poder que ejerce la cultura que nos rodea. Trae costumbres y hábitos
que de manera inconsciente, asimilamos y ponemos en práctica en lo que hacemos.
Permea todo lo que nos compete. Incluso, podría llevarnos a pensar y actuar de una
manera inexplicable para muchos.
Este hecho nos lleva a tener una idea muy amplia del ¿por qué? de su comportamiento
religioso, por ejemplo, o de sus actitudes frente a la moral.
Por Último le sugerimos tener en cuenta la época en que se escribió el texto objeto
de análisis.
Es por tanto de mucha importancia conocer qué estaba ocurriendo en esos momentos.
Partamos de la base que ya tenemos unas notas de todo lo que concierte al libro.
Estamos listos entonces para comenzar a identificar aspectos mucho más detallados. E
iniciamos la segunda lectura, mucho más analítica.
Comenzamos leyendo cada capítulo y le ponemos una frase que resume el contenido.
Así, al leer la totalidad de los capítulos, tendremos el esqueleto o bosquejo general.
Cuando vaya a apuntar algo que le llamó poderosamente la atención, le sugiero que
sea lo más breve posible. Simplemente anote la idea general. Por ejemplo, los
versículos 1 y 2 del Salmo 23. Dice el texto: "El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes pastos me hace descansar. Junto a tranquilas aguas me conduce..."
(Nueva Versión Internacional).
Hay que destacar que los resÚmenes facilitan formarnos una idea general de
todo lo que trata el texto objeto del estudio. Facilitan la elaboración de
esquemas fáciles de estudiar.
En este cuadro, que le invitamos para que dibuje en una hoja de papel una vez reciba
las instrucciones, usted de manera horizontal trazará cuatro casillas y dos casillas de
forma vertical.
A continuación vamos a describir cada uno de ellos. Para ilustrarlo, imagine que el
texto que está leyendo, es como si estuviera viendo una muy buena película. Y usted,
como buen televidente o cineasta,
no quiere perderse los detalles. Quiere saber hasta lo más mínimo que ocurre en la
trama y desenlace del film.
Si hemos tomado como base el ejemplo de una película, la idea es que usted responda
a esta pregunta relatando, de manera resumida, qué es lo que ocurre. La idea es que,
con sus propias palabras, pueda describir cuál es el argumento central de la
presentación. Esto nos ofrece una idea aterrizada sobre los elementos que está tocando
el autor del texto bíblico.
Este ejercicio es de suma importancia porque nos ofrece conceptos claros que nos
ayudarán en la posterior elaboración de sermones. No olvide poner especial atención a
todos los detalles, en el momento en que vaya a despejar este interrogante.
Seguimos con la ilustración de la película. En todo buen film por supuesto intervienen
los buenos, los malos y aquellos personajes que simplemente son importantes para que
el argumento tenga peso.
Pues bien, en su cuadro es fundamental que usted anote qué personajes intervienen,
definiendo con base en el texto leído, el cargo que ocupan, en lo posible si son o no
individuos con actitudes buenas o malas y todo aquello que nos pueda ofrecer un
panorama de cuál es su aporte o de qué manera toman parte en el texto bíblico: ¿Qué
hacen? Por qué son importantes? ¿Cuál era su relación con Dios? etc.
Entramos aquí a un punto que jamás debemos olvidar. De un lado nos enriquece el
panorama del texto que leemos, y de otro, nos ubica en el tiempo. Me refiero al
interrogante "¿Cuándo?". La idea es que, si el pasaje que leemos nos lo permite,
podamos determinar en qué momento, cuándo, en qué año y bajo qué gobiernos o
períodos específicos -religiosos o administrativos" ocurrieron los hechos descritos en
el texto.
La datación, es decir, determinar el tiempo en el que ocurrieron los hechos, es
necesario para el estudiante bíblico. Ahora, supongamos que en el pasaje no
encontramos mayores referencias en cuanto al año en que ocurren los acontecimientos,
pues entonces y para despejar cualquier duda, es aconsejable que usted acuda al
diccionario bíblico.
Despejar este interrogante nos ayuda a determinar el lugar en el cual acontecieron los
hechos. Recuerde que en la Biblia se relatan, no solo aspectos relacionados diversos
personajes, sino también la ubicación.
Lo más aconsejable, por supuesto, es que usted se traslade a la sección de la Biblia que
utiliza, en donde se publican los mapas. Son de una extraordinaria ayuda. También y
como veremos más adelante, es necesario que usted aprenda la utilización de escalas
en el momento de determinar distancias. Estas instrucciones podrán consultar con su
maestro bíblico.
Para tener una idea aproximada de qué estaba ocurriendo en todos los órdenes:
político, religioso, económico, administrativo y cultural, entre otros, es necesario que
nos tomemos el tiempo que se requiera para investigar en las referencias anotadas.
Si observamos con cuidado, encontraremos que las referencias al rey Uzías se
encuentran en 2 Reyes 15:1-7 y 2 Cr. 26:1-23; las de Jotam, en 2
Reyes 15:32-38 y 2 Cr. 27:1-9; las de Acaz, en 2 Re. 16: 1-20; 2 Cr. 28:1-27
y las de Ezequías, en 2 Reyes 18:1-20 y 2 Cr. 29:1-32.
Un cuadro de características.
Para determinar qué hizo cada uno de los monarcas israelitas y de qué manera, su
desempeño administrativo y religioso pudo ejercer influencia no solo en el pueblo sino
en el ministerio del profeta Isaías, es de mucha ayuda la elaboración de un cuadro.
En el debemos consignar: "¿Qué hizo positivo?", "¿Qué hizo negativo?" y una tercera
casilla en la que anotemos "¿Qué nos enseña para nuestro tiempo?".
Ahora le aconsejamos que lea cada una de las referencias bíblicas que hay sobre los
reyes. En el cuadro, anote qué hicieron, si su período administrativo fue bueno o malo
de acuerdo con el relato del autor sagrado, si estuvieron cerca o alejados de Dios, de
qué manera ejercieron influencia en el pueblo, cuántos años de edad tenían cuando
iniciaron su reinado y, por supuesto, cuánto tiempo gobernaron.
Cuando tenga el análisis de cada uno de los cuatro reyes que vio gobernar Isaías,
tendrá un panorama mucho más claro de cuál fue la influencia que ejercieron en su
ministerio y de qué manera, las profecías que él transmitió tenían cumplimiento en el
pueblo de Israel.
Se trata de un punto que no puede pasar por alto. Recuerde que generalmente las
referencias a otros textos bíblicos, se escriben justamente para ubicar al estudiante de
la Biblia.
Ahora vamos al análisis versículo por versículo. Es necesario que al hacerlo, anotemos
en una hoja de papel cada versículo que estudiaremos en detalle. ¿Qué se debe tener
en cuenta?
En primera instancia es necesario que tomemos nota:
Dice así: "Oíd, cielos, y escucha tu, tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los
engrandecí, y ellos se rebelaron contra mí" (Is. 1:2).
Haga una segunda lectura de este versículo. De nuevo, si no le queda claro cuál es el
punto central de ese pequeño texto. Usted podrá decir: "La profecía es para los cielos
y la tierra". Está bien, no le discuto, pero es necesario ahondar un poco más. ¿Se da
cuenta? A medida que avanzamos, descubrimos que es necesario aguzar mucho más
los sentidos cuando leemos la Biblia. Una segunda opinión podría señalar: "El centro
del pasaje es Jehová. Él es quien habla a través de su profeta". Se aproxima pero
definitivamente, todavía no es el punto.
De ser necesario, realice una nueva lectura. Sí, lo descubrió. El punto focal se
encuentra no al principio del texto ni en la mitad, en este caso está al final. Sí,
definitivamente lo descubrió. Esta refiriéndose a la rebeldía del pueblo de Israel.
Como usted está tomando nota en su libreta, anotaría Versículo 2 - centro: Rebeldía
del pueblo.
Le invito para que ahora se dirija al versículo 3. Repitamos el ejercicio. Haga las
lecturas cuantas veces considere necesario. La idea es que tome apuntes cuando ya
tenga claro cuál es el centro de ese versículo.
Dice así: "El buey conoce a su dueño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no
entiende, mi pueblo no tiene conocimiento" (Is. 1:3).
Supongamos que ya hizo los ejercicios. Los tiene en su libreta de notas. Habrá podido
descubrir que todos reiteran un punto: la rebeldía y alejamiento del pueblo. Están al
margen de la voluntad de Dios porque incurrieron en el pecado, la depravación y por
supuesto, un desconocimiento absoluto de los preceptos trazados por el Señor.
“Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto pequeño, como Sodoma y
Gomorra fuéramos, y semejantes a Gomorra" (Is. 1:9).
Si usted leyó los versículos anteriores, notará que en la profecía el Señor está
recabando en el pecado del pueblo y su distanciamiento de la Palabra, es decir, de las
leyes que El había prescrito. Pero este versículo 9 es diferente de los demás. Y la
importancia de la diferencia radica justamente en que nos refiere que Dios ha dejado
un pueblo pequeño. Un remanente que pareciera indicarnos, ha contribuido para que
en ese momento no se desencadenara el juicio divino, que de hecho, estaba a las
puertas.
Ahora una pregunta que es natural que se esté formulando: ¿A quién iba dirigida esta
primera parte de la profecía?
Es como si se encontrara en una Biblioteca y tras pedir libros de toda clase, los tuviese
sobre la mesa. Sabe de qué trata cada uno de los textos. Tiene al menos las referencias.
Pero usted lo que va es a responder un cuestionario. Le corresponde entonces ir
ordenando los libros de consulta, de acuerdo con los temas.
No olvide que en todo este proceso juega un papel esencial la utilización de la libreta
de apuntes. Guardar esa información es crucial, porque no solo ahora, cuando se
apresta a elaborar un mensaje, sino en la posterioridad, puede servirle para elaborar
otros estudios bíblicos relacionados.
Capítulo 14
PRINCIPIOS DE
HERMENÉUTICA
La necesidad de una disciplina hermenéutica está dada por las complejidades del
lenguaje, que frecuentemente conducen a conclusiones diferentes e incluso
contrapuestas en lo que respecta al significado de un texto. La hermenéutica intenta
descifrar el significado detrás de la palabra y, con ello, intenta la exégesis de la razón
misma sobre el significado.
El sentido alegórico, por el que es posible a los cristianos adquirir una comprensión
más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; de esa
manera el paso del mar Rojo simboliza la victoria de Cristo y el bautismo. (Véase 1
Co 10:2).
El sentido anagógico (o sentido místico) por el cual los santos pueden ver realidades y
acontecimientos de una significación eterna, que conduce (en griego anagogue) a los
cristianos hacia la patria celestial. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén
celeste. (Véase Apocalipsis 21,1-22,5)
Círculo Hermenéutico.
La exégesis.
Parábolas
Entre las formas figuradas del lenguaje bíblico la parábola ocupa un sitio preeminente.
La parábola es especialmente digna de estudio por constituir revelaciones
de su reino celestial. También las empleaban los grandes rabinos contemporáneos
de JesÚS y frecuentemente tropezamos con ellas en el Talmud y otros libros judíos.
Entre todos los pueblos orientales parece haber sido una forma favorita de transmitir
instrucción moral y la encontramos en la literatura de la mayoría de las naciones.
Es, esencialmente, una comparación o símil y, sin embargo, todos los símiles no son
parábolas. El símil puede apropiarse una comparación de cualquier género o clase de
objetos, ora reales o imaginarios. La parábola está limitada en su radio y reducida a las
cosas reales. La parábola es, esencialmente, una comparación formal y obliga al
intérprete, a fin de hallar su significado, a ir más allá de la narración que ella hace;
Ejemplo: La parábola del Sembrador.
El Símil
Los símiles ocurren con frecuencia en las Escrituras y teniendo por objeto
ilustrar la idea del autor, no envuelven dificultades de interpretación.
Cuando el salmista dice: "Soy semejante al pelícano del desierto; soy como el BÚho
de las soledades; velo y soy como el pájaro solitario sobre el tejado" (Salmo
102:6) sus palabras son una vívida descripción de su absoluta soledad. En Mat.
28:3, se dice del ángel que movió la piedra de la puerta del sepulcro, que "su
aspecto era como un relámpago y su vestido blanco como la nieve"... En Romanos
12:4, el apóstol ilustra la unidad de la Iglesia y la diversidad de sus ministros
individuales por medio de la siguiente comparación: "De la manera que en un
cuerpo tenemos muchos miembros empero todos los miembros no tienen la
misma operación, así muchos somos un cuerpo en Cristo, mas todos
miembros los unos de los otros". Compárese, también, 1 Cor. 12:12. En todos
estos casos, así como en otros, la comparación se interpreta por sí sola, en
tanto que las imágenes intensifican el pensamiento principal.
Hallamos un hermoso ejemplo de símil en el final del Sermón del Monte (Mat. 7:
24-27): "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras y las hace, le compararé a un
varón prudente que edificó su casa sobre la
peña". Tenemos, por un lado, la figura de una casa cimentada sobre la roca
inconmovible, a la que ni las tormentas ni los aluviones pueden conmover.
Metáfora
Una metáfora es una expresión relacionada a un objeto o idea particular pero que se
aplica a otra palabra o frase para dar a entender que hay una similitud entre ellas. Por
ejemplo, cuando decimos que, “Tus ojos son dos luceros”, nos estamos refiriendo a
que los ojos de una determinada persona tienen un brillo igual a dos luceros.
La Metáfora, del griego meta (fuera o más allá) y pherein (trasladar), es una Figura
Retórica que consiste en expresar una palabra o frase con un significado distinto al
habitual entre los cuales existe una relación de semejanza o analogía. Es decir, se
identifica algo real (R) con algo imaginario (I). Se distingue de la Comparación en que
no usa el nexo "como". Es una de las Figuras Retóricas más recurridas.
Alegoría
La alegoría de la vejez (Ecles. 12:3-7) bajo la figura de una casa próxima a caer en
ruinas, ha sido diversamente interpretada, pero la gran mayoría de expositores antiguos
y modernos, han entendido el pasaje como una descripción alegórica de la vejez.
El proceso de alegorización mediante el cual, San Pablo, en Gál. 4.:21-31, hace a Agar
y Sara ilustrar dos pactos es un ejemplo neo- testamentario.
La Alegoría es una Figura Retórica que consiste en representar una idea figuradamente
a través de formas humanas, animales o seres inanimados.
A.T.= Gn 49:4, 9; Jue 9:7-15; Sal 23; Sal 80:8-15; Is 5:1-6; Is 28:20
N.T.= Mt 3:10, 12; 5:13; 7:3-5: 9:15; 9:16-17;12:43-45 Lc 9:62; Jn 4:35; Jn 15;
Ro 11:16-18; Ro 13:11-12; 1 Co 3:6-8, 12-15; 5:7-8; 2 Co 3:2-3; 5:1, etc.;
10:3-5; 12:2; Gá 6:8 Gá 4:22, 24; Ef 6:11.
Epiteto
El Epíteto es una Figura Retórica que consiste en el uso de adjetivos innecesarios que
no añaden ninguna información suplementaria:
ejemplo:
El frío hielo lastimó la piel del joven. Antonio vio como sus recuerdos más preciados
ardían en medio del fuego caliente.
Hipérbole
Llueve a cántaros
Tiene tanta hambre que es capaz de comerse una ballena. Tengo tanto sueño
Onomatopeya
Ejemplos de Eufemismo:
(Adulterio) Paralelismo
Sinestesia
Escucho con los ojos a los muertos… Es de oro el silencio….Y tenía un olor ácido,
como a yodo y a limones.
Palionimia
Esta figura, que significa "muchos nombres", ocurre cuando a una persona o
aun lugar se le dan en la Biblia varios nombres. Por ejemplo, en Mt 15:39, se nos
dice que JesÚS "vino a los confines de….). En cambio, en Mr 8:10, se nos dice
que "se fue a la región de….". No hay contradicción, sino que en (Mateo 15:39)
está el nombre de la región, y marcos 8:10, se refiere al nombre de la ciudad.
Accismo
El Accismo es una Figura Retórica que consiste en el rechazo fingido de algo que se
desea.
Existen otros géneros literarios y retóricos, éstos pueden ser investigados por el
estudioso para ampliar su conocimiento.
Recomendaciones para el Trabajo Final
1.-Lea detenidamente el material de cada Capítulo.
3.-Realiza un Resumen No mayor a una página por capítulo sobre lo que consideres de
mayor relevancia.
ResÚMenes:
NÚmero de páginas: xx
Tipo de letra: Arial # 14 (Divisiones) # 12 sub-divisiones.
Interlineado: 1.15 cms.
Márgenes: 4x4 3x3
Tamaño de papel: Tipo Carta.