Actividades 2° Grado

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IMPORTANTE:

De ahora en adelante, cada apunte que hagas en tu libreta debe contener los siguientes
elementos al inicio de la hoja, de no tener alguno de estos elementos, NO se revisará ni
registrará la actividad del día.

1. Fecha.
2. Nombre del alumno.
3. Asignatura.
4. Aprendizaje esperado.

Así mismo, antes de hacer las actividades elabora un separador que contenga el nombre de la
Práctica social del lenguaje.

2° Grado: Practica social del lenguaje: Leer novelas y cuentos latinoamericanos


contemporáneos y escribir un comentario sobre su lectura para compartirla.

LUNES 14 DE SEPTIEMBRE:

Aprendizaje esperado: Movimientos literarios en América Latina: realismo mágico.

Actividades:

1. Completa el siguiente mapa conceptual con la información que consideres más importante.
Utiliza tu libro de texto de Español, en las páginas 101 y 102.

Latinoamérica y su
literatura.

El movimiento literario
en esta región del
mundo comenzó a
principios del siglo XX.

Caracerísticas:

Realidad Corrientes literarias


Personajes. Lenguaje. Ambiente.
latinoamericana. latinoamericanas.
MIERCOLES 16 DE SEPTIEMBRE:

Aprendizaje esperado: Describir las perspectivas de los personajes sobre los acontecimientos.

Actividades:

1. Lee los siguientes cuentos:


Caperucita Roja.
Había una vez una dulce niña que quería mucho a su madre y a su abuela. Les ayudaba en
todo lo que podía y como era tan buena el día de su cumpleaños su abuela le regaló una
caperuza roja. Como le gustaba tanto e iba con ella a todas partes, pronto todos empezaron a
llamarla Caperucita roja.
Un día la abuela de Caperucita, que vivía en el bosque, enfermó y la madre de Caperucita le
pidió que le llevara una cesta con una torta y un tarro de mantequilla. Caperucita aceptó
encantada.

- Ten mucho cuidado Caperucita, y no te entretengas en el bosque.


- ¡Sí mamá!
La niña caminaba tranquilamente por el bosque cuando el lobo la vio y se acercó a ella.
- ¿Dónde vas Caperucita?
- A casa de mi abuelita a llevarle esta cesta con una torta y mantequilla.
- Yo también quería ir a verla…. así que, ¿por qué no hacemos una carrera? Tú ve por ese
camino de aquí que yo iré por este otro.
- ¡Vale!
El lobo mandó a Caperucita por el camino más largo y llegó antes que ella a casa de la
abuelita. De modo que se hizo pasar por la pequeña y llamó a la puerta. Aunque lo que no
sabía es que un cazador lo había visto llegar.
- ¿Quién es?, contestó la abuelita
- Soy yo, Caperucita - dijo el lobo
- Que bien hija mía. Pasa, pasa
El lobo entró, se abalanzó sobre la abuelita y se la comió de un bocado. Se puso su camisón y
se metió en la cama a esperar a que llegara Caperucita.
La pequeña se entretuvo en el bosque cogiendo avellanas y flores y por eso tardó en llegar un
poco más. Al llegar llamó a la puerta.
- ¿Quién es?, contestó el lobo tratando de afinar su voz
- Soy yo, Caperucita. Te traigo una torta y un tarrito de mantequilla.
- Qué bien hija mía. Pasa, pasa
Cuando Caperucita entró encontró diferente a la abuelita, aunque no supo bien porqué.
- ¡Abuelita, qué ojos más grandes tienes!
- Sí, son para verte mejor hija mía
- ¡Abuelita, qué orejas tan grandes tienes!
- Claro, son para oírte mejor…
- Pero abuelita, ¡qué dientes más grandes tienes!
- ¡¡Son para comerte mejor!!
En cuanto dijo esto el lobo se lanzó sobre Caperucita y se la comió también. Su estómago
estaba tan lleno que el lobo se quedó dormido.
Caperucita roja ese momento el cazador que lo había visto entrar en la casa de la abuelita
comenzó a preocuparse. Había pasado mucho rato y tratándose de un lobo…¡Dios sabía que
podía haber pasado! De modo que entró dentro de la casa. Cuando llegó allí y vio al lobo con
la panza hinchada se imaginó lo ocurrido, así que cogió su cuchillo y abrió la tripa del animal
para sacar a Caperucita y su abuelita.
- Hay que darle un buen castigo a este lobo, pensó el cazador.
De modo que le llenó la tripa de piedras y se la volvió a coser. Cuando el lobo despertó de su
siesta tenía mucha sed y al acercarse al río, ¡zas! se cayó dentro y se ahogó.
Caperucita volvió a ver a su madre y su abuelita y desde entonces prometió hacer siempre
caso a lo que le dijera su madre.

Caperucita Roja en versión de El lobo.


El bosque era mi hogar. Yo vivía allí y me gustaba mucho. Siempre trataba de mantenerlo
ordenado y limpio. Un día soleado, mientras estaba recogiendo las basuras dejadas por unos
turistas sentí unos pasos. Me escondí detrás de un árbol y vi llegar a una niña vestida de una
forma muy divertida: toda de rojo y su cabeza cubierta, como si no quisieran que la viesen.
Caminaba feliz y comenzó a cortar las flores de nuestro bosque, sin pedir permiso a nadie,
quizás ni se le ocurrió que estas flores no le pertenecían. Naturalmente, me puse a investigar.
Le pregunté quién era, de dónde venía, a dónde iba, a lo que ella me contestó, cantando y
bailando, que iba a casa de su abuelita con una canasta para el almuerzo. Me pareció una
persona honesta, pero estaba en mi bosque cortando flores. De repente, sin ningún
remordimiento, mató a un mosquito que volaba libremente, pues el bosque también era para
él. Así que decidí darle una lección y enseñarle lo serio que es meterse en el bosque sin
anunciarse antes y comenzar a maltratar a sus habitantes.
La dejé seguir su camino y corrí a la casa de la abuelita. Cuando llegué me abrió la puerta una
simpática viejecita. Le expliqué la situación y ella estuvo de acuerdo en que su nieta merecía
una lección. La abuelita aceptó permanecer fuera de la vista. Cuando llegó la niña la invité a
entrar al dormitorio donde yo estaba acostado vestido con la ropa de la abuelita. La niña llegó
sonrojada, y me dijo algo desagradable acerca de mis grandes orejas. He sido insultado
antes, así que traté de ser amable y le dije que mis grandes orejas eran para oírla mejor.

Ahora bien, la niña me agradaba y traté de prestarle atención, pero ella hizo otra observación
insultante acerca de mis ojos saltones. Comprenderán que empecé a sentirme enojado. La
niña mostraba una apariencia tierna y agradable, pero comenzaba a caerme antipática. Sin
embargo pensé que debía poner la otra mejilla y le dije que mis ojos me ayudaban a verla
mejor. Pero su siguiente insulto sí me encolerizó. Siempre he tenido problemas con mis
grandes y feos dientes y esa niña hizo un comentario realmente grosero.

Reconozco que debí haberme controlado, pero salté de la cama y le gruñí, enseñándole toda
mi dentadura y gritándole que era así de grande para comérmela mejor. Ahora, piensen Uds:
ningún lobo puede comerse a una niña. Todo el mundo lo sabe. Pero esa niña empezó a
correr por toda la habitación gritando mientras yo corría detrás suya tratando de calmarla.
Como tenía puesta la ropa de la abuelita y me molestaba para correr me la quité, pero fue
mucho peor. La niña gritó aun más. De repente la puerta se abrió y apareció un leñador con
un hacha enorme y afilada. Yo lo miré y comprendí que corría peligro, así que salté por la
ventana y escapé corriendo. Me gustaría decirles que éste es el final del cuento, pero
desgraciadamente no es así. La abuelita jamás contó mi parte de la historia y no pasó mucho
tiempo sin que se corriera la voz de que yo era un lobo malo y peligroso. Todo el mundo
comenzó a evitarme y a odiarme.

Desconozco que le sucedió a esa niña tan antipática y vestida de forma tan rara, pero si les
puedo decir que yo nunca pude contar mi versión. Ahora ya la conocen…”

2. Contesta las siguientes preguntas:


a. Ahora que conoces dos versiones sobre un mismo acontecimiento, ¿Qué opinas sobre
el personaje de El lobo?
b. ¿Cuál versión es tu favorita y por qué?
3. Realiza un breve resumen de ambos cuentos en tu cuaderno, imagina que le cuentas a alguien
de que trata cada cuento.
VIERNES 18 DE SEPTIEMBRE:

Aprendizaje esperado: Describir las perspectivas de los personajes sobre sus características
psicológicas.

Actividades:

1. Lee y escribe en tu cuaderno el siguiente cuento:

“No se culpe a nadie de mi muerte. Me suicido porque de no hacerlo, seguramente con el


tiempo te olvidaría. Y no quiero olvidarte.”
-Max Aub.
2. Imagina que eres un psicólogo muy bueno en tu trabajo, analizas el cuento una y otra vez,
posteriormente tratas de darle respuesta a las siguientes preguntas:
a. ¿A quién crees que trataba de no olvidar?
b. ¿Por qué crees que no quería olvidarla?
c. ¿Cómo sería la personalidad de la persona que se suicidó?
d. ¿Qué le hubieras aconsejado tú para que no se suicidara?
3. Realiza un dibujo alusivo al cuento.
4. Realiza una breve conclusión sobre lo que aprendiste esta semana en la asignatura de
Español.

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