6 Maneras para Dejar de Intentar Cambiar Al Otro

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6 maneras para dejar de intentar cambiar al otro

¿Cuántas veces te has pillado intentando cambiar en el otro algo que hace o dice?

Venga va, que no se lo diré a nadie…

En el post de hoy quiero explicarte cómo puedes dejar de cambiar al otro, y utilizar la


relación como un recurso para tu propio crecimiento personal

Contenidos [Ocultar]
 La falsa ilusión de cambiar al otro
 6 maneras para dejar de intentar cambiar al otro (y de paso, averiguar cosas
sobre ti)
o 1. Dile lo que no te gusta
o 2. Pon el foco en ti
o 3. Observa TU comportamiento
o 4. Cambia tu estrategia
o 5. Acepta al otro tal como es
o 6. Si no puedes aceptarl@, déjal@

La falsa ilusión de cambiar al otro


Durante varios años intenté cambiar a mis padres, especialmente a mi madre. No me
gustaba el hecho de que ella no reaccionaba ante diferentes situaciones.
Y mira que yo le daba opciones…

Con mi pareja, quería que fuera más esto o menos aquello, pero el caso es que yo tenía muy
claro cómo tenía que ser.

¿Te suena de algo esto que te cuento?

Supongo que si te ha pasado algo parecido, ya habrás podido comprobar que por más que
intentes cambiar tú al otro, no lo consigues.

¿Y esto por qué?

Pues porque uno sólo se puede cambiar a sí mismo…si quiere.

Y este “querer” tiene que ser verdadero, tiene que salir de él o de ella.

No sirve que quiera cambiar, para que tú te quedes tranquila.

No sirve que quiera cambiar, para hacer un papel ante ti.

Porque su compromiso no durará.

Hay personas a las que ya les está bien como son, ¿por qué deberían cambiar?

Que a ti no te guste cómo es el otro, no significa que él o ella tenga que cambiar.
 NO puedes cambiar al OTRO.

Ni tú, ni yo, ni nadie.

Porque cada uno tiene la libertad de escoger aquello que quiere para sí mismo.

Así que no insistas

Pero sí puedes cambiarte a ti.

Utiliza la relación con el otro como una Oportunidad para APRENDER.

6 maneras para dejar de intentar cambiar al otro (y de


paso, averiguar cosas sobre ti)
1. Dile lo que no te gusta

Este es el primer paso.

Si no le dices al otro lo que no te gusta, ¿cómo podría saberlo?

¡No son adivinos!


Recuerda la famosa frase que te he explicado en varios post, a la hora de hablar de lo que
NO te gusta del otro:

“Cuando tú haces o dices…X…yo me siento….Y”

Habla desde lo que te pasa a ti, pero sin atacar al otro.

Puedes decirle al otro las cosas que hace que no te gustan, pero teniendo claro que el
otro puede elegir si seguir haciéndolas o no.

2. Pon el foco en ti

Si consigues este paso, ya tienes la mitad del camino recorrido.

Trata de averiguar, ¿Por qué te molesta tanto ese comportamiento del otro?

¿Qué te pasa A TI con eso que hace o dice el otro?

¿Cómo te sientes?

¿Qué hay detrás del “no me gusta” o de “el problema lo tiene el otro”?
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3. Observa TU comportamiento

Pongamos un ejemplo sencillo:

Imagina que “No te gusta que el otro te interrumpa cuando tú hablas”.

Reflexiona sobre las siguientes preguntas:


 ¿Tú escuchas sin interrumpir cuando el otro habla?
 Cuando el otro te interrumpe, ¿qué haces?
 ¿Continúas contestando a sus interrupciones o te quedas en silencio?
 ¿Cómo respondes a aquello que NO te gusta?

Porque muchas veces, con nuestro comportamiento o nuestra reacción, podemos estar
manteniendo el problema.

4. Cambia tu estrategia

Si por más que le dices al otro que no te interrumpa, lo sigue haciendo, no se lo digas más
y HAZ algo diferente.

¿Qué podrías hacer TÚ de manera diferente?

 Podrías no enfadarte
 Podrías dejar de contestarle
 Podrías quedarte en silencio y mirarle a los ojos
 Podrías marcar un tiempo para hablar cada uno
 Podrías marcharte
 Podrías no querer hablar con él hasta que te deje acabar
 Podrías no darle importancia al hecho de que te interrumpa
 Podrías entenderlo como un debate en el que cada uno quiere expresar su
opinión
 Podrías…

Hay mil cosas que podrías hacer o cambiar, simplemente, si pones el foco de tu


atención en TI.

5. Acepta al otro tal como es


Las personas son como son.

Lo que tienes que valorar es cuánto, de la forma de ser de esa persona, te gusta, y cuánto
no.

Pero esa valoración la has de hacer AHORA, en el momento presente.

No te auto-engañes pensando en un futuro en el que él o ella cambiarán.

No.

Del 0 al 100, ¿cuánto te gusta en general la forma de ser de esa persona?

¿Un 50%? ¿Un 75%? ¿Un 80%?

¿Cuánto?

Ponle un número.

6. Si no puedes aceptarl@, déjal@

Si el porcentaje de las cosas que NO te gustan de una persona es más elevado de las que SÍ
te gustan,

¿Qué haces con esa persona?

Búscate a otra que tenga un porcentaje mayor de lo que SÍ te gusta.


No arruines tu vida intentando cambiar al otro, porque no lo vas a conseguir.

El otro cambiará si quiere.  Es una elección personal.

Pero si no te gusta como es,

¿A qué estás esperando para buscar la persona que SÍ te gusta TAL COMO ES?

Si la relación es con tus padres, está claro que no los puedes “dejar” como harías con una
relación de amistad o de pareja.

En ese caso, trata de disfrutar de lo que sí te gusta y encuentra la manera de gestionar lo que
no.

Espero con este post conseguir que dejes de luchar contra lo que no se puede y aprendas a
focalizar tu energía en lo que sí.

Si tienes dudas, puedes escribirlas en el apartado de comentarios, y te responderé


encantada.
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