Liturgia y Vida Cristiana
Liturgia y Vida Cristiana
Liturgia y Vida Cristiana
a. En dinamismo de continuidad
La Liturgia se abre a la vida. En ella, el cristiano debe realizar su propia vocación y vivir el
Evangelio. Los misterios celebrados en la Liturgia deben continuarse y manifestarse en la vida.
La Liturgia ha de insertarse en la vida: la necesidad de una coherencia entre la fe y la vida, el
aspecto ético dé la Liturgia o la dimensión litúrgica de toda la existencia humana.
b. En dinamismo de interioridad
Toda la vida cristiana es Liturgia, si es vida en el Espíritu, en cuanto que se lleva a la vida lo
que se ha celebrado en la Liturgia. Porque el bautismo sitúa al cristiano en un estado litúrgico
permanente.
Aunque, en sentido estricto, no todas las acciones del cristiano son Liturgia, sin embargo, la
Liturgia constituye. propiamente, la espiritualidad de la Iglesia. Las diversas escuelas de
espiritualidad acentúan uno u otro aspecto del misterio cristiano. Pero, la espiritualidad oficial de
la Iglesia es la Liturgia.
La espiritualidad litúrgica es la que armoniza plenamente el ritmo vital del creyente con el ritmo
de la Liturgia de la Iglesia. El cristiano ha de insertar en su propia vida existencial el proceso de
muerte y vida que siguió Jesucristo en su misterio pascual. Una vida espiritual sin contacto
asiduo y profundo con la Liturgia en toda su riqueza, se verá empobrecida y correrá el riesgo de
perder su identidad cristiana.