Tema 16. Shock Hipovolémico y Shock Séptico
Tema 16. Shock Hipovolémico y Shock Séptico
Tema 16. Shock Hipovolémico y Shock Séptico
SHOCK HIPOVOLÉMICO
En el parto la mujer está expuesta inevitablemente por una situación de pérdida sanguínea de
intensidad variable. Una serie de mecanismos fisiológicos desarrollados durante el embarazo
permiten tolerar esta pérdida volémica sin mayores consecuencias. Las hemorragias graves son
una de las principales causas de muerte materna en todo el mundo. Alrededor de ¼ de esas
muertes ocurren en el período puerperal inmediato (primeras 24 horas), la mayoría debida a la
hemorragia (WHO, 1999). Este riesgo es 100 veces mayor en paises en desarrollo,
comparativamente a los países desarrollados. Gran parte podrían ser evitadas, por mejor
diagnóstico prenatal, por mejor atención del parto y puerperio, como también por medidas
eficaces de planificación familiar.
DEFINICIÓN
El shock es definido como hipoperfusión de los tejidos, con disminución de la respiración celular.
En el shock hipovolémico, esta reducción del consumo de oxígeno celular es causada por la
disminución del flujo sanguíneo por la pérdida de gran cantidad de sangre o de líquido
intravascular, en aquellas situaciones donde no hay hemorragia.
Las pérdidas de alrededor de 10 a 15% del volumen sanguíneo total no provocan efecto
significativo en el débito cardiaco y presión arterial. Por encima de 25% del volumen sanguíneo en
embarazadas son consideradas como hemorragias graves. Una hemorragia masiva es la pérdida de
sangre que requiere la sustitución del volumen sanguíneo total de la paciente o la trasfusión de
más que 10 unidades de sangre en 24 horas.
Por otra parte, otras literaturas tienen otra forma de esquematizar la etiopatogenia.
ETIOPATOGENIA. Para facilitar la orientación diagnóstica inicial, resulta conveniente clasificar las
causas de las Hemorragias de acuerdo con el período obstétrico considerado, antes del parto, en
el puerperio, temprano y tardío, e indiferentes, que se referirá básicamente a aquellas
hemorragias que no tienen como tal una causa obstétrica, y que generalmente son
desencadenadas por trastornos en la coagulación.
La antidiuresis se pone en marcha por la caída del gasto cardíaco, el incremento en la secreción de
hormona antidiurética y el efecto secundario de la ocitocina cuando se administra en dosis
superiores a 40 unidades. La hormona antidiurética es liberada por la neurohipófisis como
respuesta a la hipotensión detectada por los baroreceptores y los valores de natremia a la que los
osmoreceptores de los núcleos talámicos supraóptico y paraventricular son sensibles.
CLASE 2. SHOCK LEVE. Pérdida hemática de 750 a 1.500 ml, equivalente a 15 a 30% de la
volemia, con tensión arterial normal, frecuencia cardiaca entre 100 y 120 y diuresis entre 20-
30 ml/hora. La existencia de tensión arterial sistólica menor de 90 mmHg en decúbito dorsal,
asociada con sangrado grave, representa el signo de alarma más relevante para activar el
protocolo para la asistencia de hemorragias graves y potencialmente exanguinantes, con
grado de ALERTA. Esta situación quedará así establecida aunque la expansión inicial de la
volemia logre corregir la hipotensión arterial.
Algunas pacientes son hipotensas constitucionales, otras podrán manifestar hipotensión debido a
la analgesia regional, en otras situaciones se trata de reacciones vaso-vagales caracterizadas por
hipotensión y bradicardia, sin embargo en ninguno de estos casos la hemorragia grave se
encuentra presente. Dependiendo de la magnitud del sangrado, el estado hemodinámico logra
estabilidad hemodinámica parcial. En caso contrario sufre una descompensación manifiesta.
El líquido extracelular se desplazará al espacio intravascular en el intento de favorecer la perfusión
tisular, este movimiento se ve favorecido por la caída de la presión en los capilares. Se demostró
que con una hemorragia que represente el 25% de la pérdida de la volemia con hipotensión
arterial, el volumen extracelular se reduce en 18-26%. La caída del gasto cardíaco y la tensión
arterial se relacionan directamente con el volumen de sangre perdido. De continuar la
hemorragia, aunque se logre una estabilización transitoria, ingresamos en la zona con elevada
morbi-mortalidad, que corresponde a las hemorragias masivas.
CLASE 3. SHOCK MODERADO. Pérdida hemática entre 1.500 a 2.000 ml, 30 a 40% de la
volemia, con tensión arterial disminuida entre 70 - 80 mmHg, frecuencia cardiaca de 120 a
140, diuresis de 5-15 ml/hora
Con pérdidas agudas de más de 30% de la volemia la disponibilidad de oxígeno celular se ve
severamente afectada. El índice de extracción tisular de oxígeno llega a 50% utilizando el
organismo su último recurso para mantener la vitalidad celular (figura 5).
El metabolismo anaerobio eritrocitario genera aumento del 2,3-difosfoglicerato con el
consiguiente desplazamiento de la curva de disociación oxígeno/hemoglobina hacia la derecha, y
de este modo facilitar la cesión de oxígeno a los tejidos.
Esta respuesta podrá resultar anulada por la presencia de hipotermia y la transfusión de grandes
cantidades de sangre de banco que provocan un efecto opuesto sobre la curva de disociación
oxígeno/hemoglobina.
En enfermas con función hepática conservada, los valores de lactacidemia y su persistencia tienen
valor pronóstico al asimilarse con la deuda de oxígeno en los tejidos.
Después de cierto tiempo de hipoperfusión e hipoxia tisular sostenida, la liberación de citoquinas y
otros intermediarios ponen en marcha el síndrome de respuesta inflamatoria sistémica (SIRS) que
conducirá a las fallas multiorgánicas por daño secundario con elevada mortalidad. El desenlace
fatal podrá ocurrir en los días siguientes a pesar que el sangrado fue controlado.
Diversos estudios demostraron diferencias entre los géneros en relación con la respuesta inmune
frente al shock hemorrágico. Elevados niveles de estrógenos y/o altos valores de prolactina
circulantes podrían contribuir aumentando la respuesta inmunológica en mujeres. Esta respuesta
también fue observada en los individuos más jóvenes, y existirían variaciones interpersonales
vinculadas con el modo de reaccionar frente a la injuria
Ingresamos al último nivel de gravedad que comprende aquellas enfermas con hemorragias
exanguinantes, y riesgo inmediato de detención cardíaca. Con pérdidas de la volemia del orden del
40%, el deceso ocurrirá en las horas siguientes.
A pesar de los elevados niveles de catecolaminas circulantes existe una pérdida en la
autorregulación local debido a cambios estructurales en los receptores periféricos y al intento
frustro de controlar la tensión arterial por parte los centros vasomotores centrales. Además, se
suma una respuesta inflamatoria intensa que provoca mayor lesión celular. La disfunción de las
membranas celulares se traduce en la incapacidad de la bomba de sodio/potasio y calcio para
ejercer su función, pérdida de la integridad de las membranas celulares y desplazamiento de agua
hacia el espacio intracelular. En estas circunstancias, es muy probable que el shock se torne
irreversible, teniendo en cuenta la suma de hipoxia, acidosis, depleción de nucleótidos de
adenosina, y la generación de radicales libres de oxígeno.
Las células hepáticas y del intestino podrán persistir isquémicas, aún después de la recuperación
de las variables hemodinámicas debido al edema tisular que comprime los capilares. Este
fenómeno denominado no reflow, persiste a pesar de la normalización del gasto cardíaco.
Con los mecanismos compensadores en su máxima expresión, la perfusión cerebral se mantendrá
con una presión arterial media de hasta 50 mmHg, luego con la hipotensión surgirá el estupor y el
coma. En enfermas con asistencia ventilatoria, la asistolia es el evento final cuando la perfusión
coronaria se reduce con hipoxemia asociada y con los cambios metabólicos que inducen severa
acidosis e hiperkalemia.
Podemos establecer una relación entre la gravedad del shock y la evolución esperable.
SHOCK IRREVERSIBLE
La existencia de shock grave con tensión arterial sistólica menor de 70 mmHg por mas de 30
minutos se asocia con una mortalidad mayor del 80%. En el shock hemorrágico, la caída del
contenido de oxígeno arterial vinculado con la anemia, es el factor determinante de los cambios
hemodinámicos compensatorios: aumento del gasto cardíaco, redistribución del flujo regional e
incremento de la extracción periférica de oxígeno. En presencia de anemia aguda, el gasto
cardíaco en mujeres jóvenes es capaz de incrementarse hasta 110% para mantener la
disponibilidad de oxígeno tisular. Las arteriolas responden a estímulos neuroendócrinos derivando
el flujo hacia corazón y cerebro. Valores de hematocrito de hasta 21% son perfectamente
tolerados cuando los mecanismos de compensación se encuentran indemnes. Cuando estos
mecanismos compensatorios se agotan, las demandas de oxígeno tisular supera la disponibilidad
del mismo.
Este déficit de oxígeno podrá adquirirse por cualquiera de los tres mecanismos: hipovolemia,
anemia o hipoxemia. El consumo de oxígeno permanece constante hasta que la disponibilidad cae
a un nivel crítico: 8-10 ml de oxígeno por kg de peso. Mas allá los valores referidos, aunque se
reponga el volumen perdido o se supere ese monto, el daño celular resultará de tal magnitud que
las posibilidades de recuperación serán nulas.
De todos los elementos que las células necesitan para ejercer su función, la deprivación de
oxígeno es la primera en generar profundos cambios metabólicos, capaces de conducir a la muerte
celular de no mediar una corrección oportuna.
En las fases iniciales hay disminución de la presión arterial, del volumen minuto cardíaco, de la
presión venosa central, del volumen y trabajo de eyección del corazón, de la saturación de oxigeno
en la sangre venosa y del consumo de oxígeno. La paciente tolera las perdidas hasta cierto punto,
a través de sus mecanismos compensatorios. A partir de entonces, si la hemorragia no es
controlada, pequeñas pérdidas pueden provocar grandes alteraciones, creándose un ciclo vicioso
de necrosis celular y vasoconstricción, que provocan isquemia de los órganos, pérdida de la
integridad de las membranas de los capilares y pérdida aun mayor del líquido intravascular. El
shock es un disturbio progresivo si no es bloqueado, avanza por estadios fisiopatológicos, puesto
que los mecanismos del cuerpo buscan combatir la pérdida aguda de la sangre. Se estima que la
descompensación hemodinámica y el shock ocurran con pérdidas no compensadas alrededor de
25% a 30% del volumen sanguíneo total. Cuando el débito cardíaco está alrededor de 40% del
normal, la paciente puede sobrevivir por pocas horas. Cuando la presión arterial cae mucho, el
flujo sanguíneo coronaria no disminuye debajo del necesario para la adecuada nutrición del
miocardio, resultando en depresión cardíaca, disminución de su trabajo y aún mayor de la presión
arterial.
La redistribución del flujo no resultará óptima mientras la gestante yace en decúbito dorsal con el
útero de más de 20 semanas comprimiendo la vena cava inferior. En estas circunstancias las
posibilidades de incrementar el gasto cardíaco se ven reducidas, estimándose una caída del
volumen sistólico de hasta 30%.
Por medio del registro de la frecuencia cardíaca fetal y la ecografía Doppler feto-placentaria, se
estudió a un grupo de voluntarias que fueran sometidas a donación prenatal de 400 ml de sangre
para reserva autóloga durante la semana 36. De este modo se provocó una caída de la
hemoglobinemia materna de 1 g/dl, sin cambios en la tensión arterial ni en la frecuencia cardíaca.
Se observó una disminución significativa del índice de pulsatilidad en la arteria cerebral media al
cabo de 24 horas posteriores a la donación.. Estos hallazgos son compatibles con la caída de la
resistencia vascular cerebral como se observa cuando existe redistribución del flujo debido a
insuficiencia útero-placentaria. Si bien no hubo consecuencias ulteriores sobre la salud fetal, la
experiencia pone de manifiesto la repercusión hemodinámica que se genera en estas condiciones,
aunque la madre exhiba óptima tolerancia.
DIAGNÓSTICO. Los signos vitales, como la presión arterial y la frecuencia cardiaca son los
parámetros iniciales usados. El reconocimiento precoz del shock puede ser difícil, aun en presencia
de hemorragia significativa, debido a los mecanismos compensatorios que entran en acción en
mujeres sanas. Pérdidas por encima de 30% del volumen sanguíneo total presentan señales de
falla orgánica múltiple. El objetivo es intentar reconocer estas fases, antes del desarrollo de falla
orgánica. Además, es importante mejorar la perfusión de los tejidos evitando las complicaciones
de la reposición volémica. Algunos métodos para el diagnóstico son la presión venosa central,
presión capilar pulmonar y arterial media, además del oxigeno, diferencia de bases y lactato
plasmático. Cuando el shock es por una pérdida externa, el diagnóstico es obvio, pero hay un gran
error al estimar visualmente el volumen de sangre perdido. Si el shock ocurre inesperadamente
durante el trabajo de parto o a posteriori, sin causa aparente, se debe sospechar de embolia por
líquido amniótico.
Son necesarios los resultados de hemoglobina, hematocrito, recuento de plaquetas, tests de
coagulación, prueba cruzada de sangre, electrólitos, urea y creatinina. Otros criterios para el
diagnóstico son débita cardíaco bajo, saturación venosa de oxigeno elevada, lactato elevado y pH
bajo. Al inicio de una hemorragia masiva ocurre disminución de la presión arterial, de la presión
venosa central (PVC), de la presión de capilar pulmonar (PCP) y de la saturación de O2 de la sangre
venosa.
MANEJO URGENTE. Se debe establecer de inmediato una o dos vías intravenosas de grueso
calibre para permitir una rápida administración de soluciones cristaloides y de sangre. Es
importante restablecer la circulación, la perfusión de los tejidos y controlar la hemorragia. En la
embarazada, el decúbito dorsal horizontal puede provocar compresión de la cava inferior, y
empeorar el retorno venoso, efecto grave para el feto y para la madre. Se debe mantener el
decúbito lateral de por lo menos 30°. Pueden ser necesarias una serie de medidas farmacológicas,
quirúrgicas y como maniobras obstétricas.
Las dos medidas esenciales iniciales son la oxigenación materna y la reposición volémica:
a) La administración de 8 a 10 litros de O2 por minuto es útil para retardar la instalación de la
hipoxia de los tejidos. Sí la oxigenación continúa precaria, debe realizarse la intubación
orotraqueal y la ventilación mecánica; b) La otra prioridad es la reposición' rápida de volumen, al
mismo tiempo que se instituyen medidas para manutención de las funciones vitales y control de la
hemorragia.
Aunque el feto esté vivo, la prioridad es la madre, pues así se puede mejorar la condición fetal. Los
procedimientos iniciales esenciales son: asegurar una vía venosa adecuada y extraer sangre para
los exámenes necesarios y siempre que sea posible, mantener los miembros inferiores elevados.
El Colegio Americano de Obstetricia y Ginecología (ACOG, 1997) utiliza una regla nemotécnica:
"ORDER":
• Oxigenar.
• Restablecer el volumen circulatorio.
• Drogas- utilizar.
• Evaluar.
• Resolver el problema básico.
El uso de drogas vasoactivas es poco frecuente y deben utilizarse como último recurso. La dopa
mina, a dosis bajas (1-3 g/kg/mín) activan receptores dopaminérgieos, causando vasodilatación y
aumento del flujo renal, mesentérico, coronario y cerebral. Dosis intermedias (3-10 g/kg/mín)
activan receptores betaadrenérgicos, con aumento de la contractilidad miocárdica y mejora de la
función cardíaca. Dosis altas (por encima de 10g/kg/mín) activan receptores alfaadrenérgicos,
con vasoconstricción (incluso del útero y circulación uteroplacentaria).
REPOSICIÓN VOLÉMICA. Es uno de los puntos más importantes del tratamiento ya que el
organismo tolera mejor la anemia que la hipovolemia. En el shock, además de la pérdida de
sangre, ocurre también alteración de la permeabilidad capilar, con salida de liquidas para el
intersticio. Por eso son necesarios grandes volúmenes para estabilizar a la paciente, mayores que
la pérdida sanguínea estimada. En situaciones extremas, si no se conoce el grupo sanguíneo o no
se dispone de sangre del grupo de la paciente, se opta por la trasfusión de sangre tipo O Rh
negativo, pero hay mayor riesgo de reacciones transfusionales. El "líquido ideal" sería aquel que
pudiera proporcionar expansión rápida y duradera del volumen plasmático, mejorando las
variables hemodinámicas, trasporte y consumo de O2, normalizando los niveles de lactato y
corrigiendo la acidosis intracelular, sin provocar complicaciones en otros sectores.
Para restablecer el volumen intravascular, se usan soluciones cristaloides (isotónicas o
hipertónicas) y soluciones coloides (proteicas y no proteicas). La mejor evidencia disponible
apunta para el uso de cristaloides, recordando que esos liquidas, una vez administrados,
permanecen en pequeña cantidad en el espacio intravascular, lo que puede provocar edema
intersticial.
• Plasma fresco congelado (PFC). Sirve para la reposición de factores de coagulación, cuando ya
fueran trasfundidas varias unidades de glóbulos rojos o persisten alteraciones de coagulación. Se
podrá hacer, como método práctico y sencillo de evaluación de la coagulación, por medio del test
de Wíener: se colectan 10 ml de sangre en un tubo seco y se coloca en estufa a 37°C o
calentamiento manual, dejar en reposo por 10 minutos. Sí el coágulo es firme y estable, el
fibrinógeno es superior a 100 mg/dl y el riesgo de coagulopatía es pequeño. SI la formación es
débil o si se disuelve, empezar el tratamiento. Este test no se justifica donde los exámenes
laboratoriales son rápidos y eficientes. Esquema de utilización del plasma congelado: dosis de
ataque es 10 ml/kg de peso; mantenimiento de 10-30 ml/kg/día, dividido en 4 dosis. Para cada 4 o
5 bolsas de concentrado de GR, se recomienda trasfundir una de PFC.
CONTROL DE LA HEMORRAGIA
El control del sangrado es medida obvia y obligatoria. No siempre es posible un control definitivo,
principalmente en los momentos iniciales. Medidas temporarias pueden ser útiles, dependiendo
de las condiciones ·del lugar, causa y situación de la paciente. Es fundamental evaluar la historia y
realizar examen físico, incluyendo examen vaginal, ya que hay condiciones del cuello (laceraciones,
cáncer) y vagina (varices, laceraciones, tumores) que pueden ser el origen de la hemorragia. Las
formas de conducción de las pacientes con placenta previa, desprendimiento prematuro de
placenta, ruptura y atonía uterina ya fueran discutidas en los capítulos respectivos.
Formas de control de la hemorragia obstétrica. Por la rapidez e intensidad con que evolucionan los
cuadros hemorrágicos, el obstetra debe tener conocimiento de múltiples formas de controlar la
hemorragia.
Algunas medidas simples pueden ser salvadoras en situaciones de gravedad. Otras exigen mayores
recursos y personal entrenado. Las medidas simples pueden resolver la hemorragia o reducir el
sangrado, permitiendo que se adopten otras medidas:
• Tracción y compresión uterina: la tracción intraoperatoría del útero permite la angulación de los
vasos uterinos, reduciendo su presión de sangrado. El riesgo es provocar un reflejo vaga!, con
hipotensión acentuada. Debe ser hecha con cuidado y con monitoreo del anestesista. La
compresión uterina puede ser hecha manualmente o por medio de suturas. Al aproximar la pared
anterior de la posterior uterina, y comprimiendolas una contra la otra, el sangrado puede ser
reducido temporariamente.
• Utilización de medicamentos: las drogas más usadas son las destinadas al control de la
hemorragia posparto: oxitocina y derivados de la ergometrina, además de prostaglandinas.
Recientemente, el misoprostol ha sido utilizado en la hemorragia grave posparto; los resultados
preliminares son alentadores. El misoprostol, en la dosis de 800 mg por vía rectal, puede ser
considerado droga de primera linea en el tratamiento de hemorragias puerperales. El resultado
del método parece interesante por la simplicidad y bajo costo, sobre todo para países en
desarrollo, aunque necesite de estudios controlados para evaluar su real efectividad.
• Taponamiento uterino: consiste en llenar la cavidad uterina con compresas, mantenido por 24 a
36 horas. Su uso fue abandonado en el pasado por el riesgo de hemorragia oculta e infección. Sin
embargo, resurgió en los años 80 y 90, ya que sus riesgos no se confirmaron con la técnica
correcta.
• Ligadura arterial: se hace en las arterias uterina y ováricas. La arteria uterina puede ser ligada
utilizándose la técnica de O'Leary, que consiste en la colocación de varios puntos de bloqueo en el
trayecto de la arteria uterina. Lo mismo puede ser hecho con la arteria ovárica, después de su
penetración en la pared uterina. Como la arteria ilíaca interna (hipogástrica) es el vaso del cual se
origina la arteria uterina, su ligadura también puede colaborar en la reducción del sangrado. Esta
técnica, sin embargo, es de mayor riesgo por la mayor dificultad, con tasa de éxito del 50%.
• Embolización angiográfica: procedimiento con cateterización vascular del área con hemorragia,
a través de la visualización radiológica y acceso por la arteria femoral, seguida de aplicación de
dispositivos o sustancias que bloquean el flujo sanguíneo local. El tiempo medio de realización es
de una hora y su eficacia es de 95%. En situaciones de alto riesgo de hemorragia, como el
acretismo placentario, la morbilidad materna y la necesidad de trasfusión sanguínea disminuyen
mucho si se planifica la cateterización de los vasos tributarios placentarios sin embolización hasta
la extracción fetal. Posteriormente se realiza la embolización y se continúa con el procedimiento
quirúrgico con más facilidad y menor riesgo para la paciente.
• Cola de fibrina: es un tipo de adhesivo biológico (existe producto sintético), con iguales
cantidades de crioprecipitado y trombina bovina. Simula los últimos estadios de la coagulación y
ayuda en la hemostasia, en situaciones de sangrado venoso difuso intraoperatorio de baja presión
y en la cicatrización.
PREVENCIÓN
Identificación de pacientes de alto riesgo. Se debe rastrear a todas las mujeres
embarazadas para detectar anemia y corregirla antes del parto. Las causas de hemorragia
obstétrica más comunes son bien conocidas, como en el caso de placenta previa y de
cicatriz de cesárea. No siempre es posible identificar el riesgo, como en algunos casos de
desprendimiento prematuro de placenta sin causa aparente.
Hidratación durante el trabajo de parto. Durante el trabajo de parto, las pérdidas
insensibles de liquidas son grandes. Si no se hace la reposición adecuada de liquidas, la
mujer puede deshidratarse y ser menos capaz de tolerar la pérdida sanguínea. La
conducta de ayuno en mujeres en trabajo de parto por el riesgo de aspiración del
contenido gástrico no mostró ser efectivo. Por lo tanto, es importante administrar liquidas
orales durante el trabajo de parto.
COMPLICACIONES
El shock hipovolémico se asocia a complicaciones que pueden ser graves y definitivas, como la
hipoxia de los tejidos, lesiones isquémicas de los órganos y falla orgánica aislada o múltiple. La
necrosis tubular aguda es común y generalmente autolimitada. Ocasionalmente ocurre lesión
renal más grave y hay necesidad de diálisis. La complicación grave más frecuente es la del
síndrome de angustia respiratoria. La aglutinación de plaquetas, que libera sustancias vasoactivas,
capaces de provocar oclusión de los pequeños vasos, perjudicando la perfusión en la circulación
capilar. Esos agregados plaquetarios pueden provocar embolias pulmonares, provocando
insuficiencia respiratoria. La hipoxia puede acarrear daño neurológico severo y permanente, sobre
todo cuando se asocia a paro cardiaco en situaciones de hemorragias muy intensas.
Otras complicaciones están relacionadas con la terapeutica del shock hipovolémico, incluyendo los
riesgos trasfusionales. Cuanto mayor es el volumen de sangre trasfundida, mayor el riesgo de
reacción trasfusional. La sangre almacenada tiene un pH más bajo, con riesgo de acidosis. Sin
embargo, lo que más se observa es un cuadro de alcalosis, debido al metabolismo del citrato a
bicarbonato. Otra alteración frecuente en la sangre almacenada es la hiperpotasemia, decurrente
de liberación de los eritrocitos. La hipotermia también es frecuente, decurrente de la trasfusión de
grandes cantidades de sangre (almacenada a temperatura de 4°C) sin calentamiento previo, uso
de líquidos no calentados, pérdida de calor en cirugías y salas quirúrgicas refrigeradas. Otra
consecuencia de la trasfusión masiva son las alteraciones plaquetarias y de la coagulación.
La sangre de banco es deficiente en plaquetas y factores de coagulación. En una mujer sana, una
deficiencia de factores de coagulación es poco probable hasta que alrededor de 80% del volumen
sanguíneo haya sido cambiado. La evaluación del sangrado discreto y continuo de lugares de
punción, suturas, mucosas y hematuria deben hacer la sospecha de coagulopatía. En la paciente
sometida a estrés agudo existe riesgo de desarrollar ulceración gástrica, debiendo recibir profilaxis
con bloqueadores H2. Como complicaciones quirúrgicas existe el riesgo de lesiones vesicales y
ureterales en la tentativa de controlar la hemorragia o en la realización de hísterectomía.
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
El diagnóstico diferencial de shock hemorrágico en la paciente obstétrica debe hacerse,
básicamente con otras condiciones que puedan desencadenar estados de shock, ya sea
hipovolémico, por péridas de fluido, vasogénico, que puede ser causado por sepsis y lesión del
SNC entre otros, cardiogénico, caracterizado por falla de bomba ventricular, o neurogénico,
causado en muchas ocasiones por lesiones medulares.
Diagnósticos diferenciales de shock hemorrágico obstétrico
Shock Hipovolémico:
Hemorragia externa: Traumatismo, Sangrado gastrointestinal
Hemorragia interna: Hematomas, Hemotórax, Hemoperitoneo.
Pérdidas plasmáticas: Quemaduras.
Pérdidas de fluidos y electrolitos: Diarreas, Vómitos, Ascitis,
Pérdidas a tercer espacio: Edemas, peritonitis, pancreatitis
Shock Cardiogénico:
Arritmias
Infarto del miocardio
Miocardiopatías
Insuficiencia mitral
CIV, etc.
Shock Obstructivo:
Neumotórax
Taponamiento pericárdico
Pericarditis constrictiva
Estenosis mitral o aórtica, etc.
Shock Distributivo:
Séptico,
Anafiláctico
Neurogénico
Por drogas vasodilatadoras
Insuficiencia adrenal aguda, etc
BIBLIOGRAFÍA
El concepto de infección abarca a todo proceso patológico causado por la invasión de tejidos,
líquidos o cavidades normalmente estériles por microorganismos patógenos o potencialmente
patógenos. Entre 0,4 y 0,9% de las gestantes requieren ingreso en unidades de cuidados
intensivos por infecciones graves vinculadas con el embarazo y el puerperio. En países
desarrollados, la mortalidad materna por sepsis posee una prevalencia de 6,4 casos por cada
millón de nacimientos.
Sepsis simplemente se refiere a la gran cantidad de síntomas y/o signos clínicos asociados con la
respuesta del huésped a la circulación de exo/endotoxina que inician la activación de citocinas,
complemento, factores de coagulación y células inmunes. Sepsis, sepsis severa y shock séptico son
estados progresivos de una mala perfusión de múltiples órganos resultando en disfunción o
muerte celular de dichos órganos.
Se considera sepsis severa a la presencia de por lo menos una disfunción orgánica en un paciente
con sepsis, tiendo en cuenta que esta última resulta de la presencia de la respuesta inflamatoria
sistémica secundaria a una infección.
El shock séptico se diagnostica en caso de sepsis con hipotensión refractaria a la expansión de la
volemia, con valores promedios de 3.000 a 5.000 ml de cristaloides, que requiere el uso de drogas
vasoactivas para corregir esta situación y se sostiene aunque la enferma ya no esté hipotensa por
el uso de las mismas. Un lactato sérico > 4 mmol/L como expresión de anaerobiosis tisular,
sustenta este diagnóstico
FISIOPATOLOGÍA
Esta respuesta del huésped es una parte integral de todas las defensas, sin embargo, dicha
activación puede producir efectos deletéreos sobre el huésped y daños en los tejidos. La
activación del complemento conlleva la bacteriolisis, con la consiguiente liberación de histamina y
bradiquidina. El lípido A directa y sinérgicamente puede producir vasodilatación periférica,
promover daño celular e incrementar la permeabilidad endotelial. Los leucocitos activados
también liberan enzimas lisosomales y producen peróxido de hidrógeno, radicales superóxido, y
radicales hidroxilo, los cuales causan daños a los tejidos locales. El depósito de fi brina y múltiples
microtrombos puede resultar en una hipoperfusión tisular. La disminución de factores de
coagulación se debe a su consumo así como, a la disminución de su producción hepática lo cual
puede producir una alteración de la coagulación.
La alteración vascular puede producir la hipoxia, debido a la mala distribución del flujo vascular
irrigando tejidos con escasas demandas metabólicas resultando hiperperfundidos mientras otros
están en el caso opuesto. En cuanto a la etiología los patógenos más frecuentes son las bacterias
gram negativas aproximadamente 2/3 de los casos, sin embargo, otros patógenos también pueden
ser responsables del mismo, bacteria Gram positiva, Micoplasma, Hongos, Rickettsia, o Virus. Un
20% son polimicrobianas.
Son variables su incidencia según las series de distintos autores siendo los gérmenes más
frecuentes E. Coli, Streptococo del grupo beta hemolítico y bacterias anaerobias hasta en un 30%
de los casos. Puede que los cocos Gram positivos estén jugando un papel cada vez más
preponderante en dichas sepsis. Datos de experimentación animal sugieren que la gestante podría
estar predispuesta a shock séptico debido al incremento de la sensibilidad a endotoxinas
circulantes. Exceptuando dicho aumento de sensibilidad, la mortalidad en la población obstétrica
es menor debido a “la falta de otros problemas médicos”. La condición de inmunodepresión
relacionada con el virus de inmunodeficicencia humana incrementa las sepsis debidas a gérmenes
no típicos en huéspedes inmunodeprimidos, de lo cual se deriva la importancia de seleccionar
adecuadamente la población de alto riesgo.
ETIOLOGÍA
ETAPAS DEL SHOCK
CLÍNICA
FIEBRE: entendemos por tal, la presencia de temperatura axilar mayor de 37,8º C. Un subgrupo
menor, presenta hipotermia menor de 36º C, mientras que otras no modifican la temperatura.
DIGESTIVO: es frecuente el íleo funcional. Las hemorragias del tracto gastrointestinal, son más
frecuente a nivel gástrico, producto de la isquemia de la mucosa. Hematológico: Anemia y
trombocitopenia son trastornos habituales de observar. En ocasiones se desencadena una
coagulopatía por consumo. La activación de la coagulación en la sepsis se efectúa
predominantemente a través de la vía extrínseca y es inducida por la actividad de los mediadores
inflamatorios o los productos bacterianos ingresados a la circulación. El primer paso resulta de la
activación del factor tisular en los monocitos y en el endotelio. El factor tisular forma un complejo
con el factor VII y a partir del mismo se desencadena la coagulación intravascular. La cascada de
reacciones continúa con los factores IX y X que ponen en marcha la vía final común y culmina con
la formación de trombina y la activación del fibrinógeno a fibrina. A su vez este sistema posee
inhibidores naturales: inhibidor del factor tisular, antitrombina III, sistema fibrinolítico y la
proteína C activada. Sobre esta última nos referiremos en el tratamiento del shock séptico.
ESTUDIOS COMPLEMENTARIOS
Se efectuarán los siguientes estudios elementales de laboratorio:
• Hemograma
• Gases en sangre y estado ácido-base
• Electrolitos
• Urea y creatinina
• Glucosa
• Lactato
• Coagulación
• Hepatograma
Se obtendrán tan pronto como fuera posible, por lo menos dos muestras para hemocultivos,
siendo por lo menos una de las muestras obtenida por punción percutánea. Los hemocultivos para
candida requieren técnica de lisis-centrifugación. Se completará los estudios bacteriológicos con
hemorretrocultivo obtenido a través de catéteres que registren más de 48 horas de permanencia;
urocultivo en todos los casos y demás muestras que se estimen convenientes: líquido abdominal,
material de abscesos abdómino-pelvianos, hisopado transcervical, si bien algunos autores
consideran que la contaminación de la muestra es lo habitual. Ante la sospecha de corioamnionitis
se efectuará una amniocentesis enviándose la muestra de líquido a bacteriología y al laboratorio
para la determinación del recuento de leucocitos y glucosa. En aquellas enfermas derivadas de
otras instituciones se efectuará el cultivo del hisopado anal y nasal en búsqueda de gérmenes
colonizantes multirresistentes.
Además, al ingreso efectuamos el recambio de cánulas, sondas y catéteres. Los cultivos de tejidos
serán considerados positivos si el crecimiento bacteriano resulta superior a 100.000 colonias por
gramo de tejido. Estas muestras de tejido requieren cultivos para anaerobios al igual que el
material obtenido de los abscesos intraabdominales.
Una de las indicaciones generales más frecuentes para colocar un catéter en la arteria pulmonar
en la embarazada, es la sepsis con hipotensión refractaria a la expansión u oliguria. En toda
enferma con infusión de drogas vasoactivas, resultará necesario complementar la colocación del
catéter en la arteria pulmonar con un catéter en la arteria radial o femoral con la finalidad de
efectuar el monitoreo permanente de la tensión arterial sistémica y para la obtención frecuente
de muestras de sangre para la determinación de gases en sangre y estado ácido-base. Además se
medirá la diuresis horaria a través de una sonda vesical. La complicación más frecuente en la
colocación del catéter de Swan-Ganz en una gestante son las extrasístoles ventriculares, con una
incidencia de 27%. Otras complicaciones menos comunes incluyen la punción arterial accidental, la
celulitis en el sitio de inserción y el neumotórax.
Teniendo en cuenta la morbilidad asociada con las técnicas invasivas, su uso en el embarazo
quedará condicionado a las siguientes situaciones generales:
El resultado final dependerá del balance entre el efecto vasoconstrictor regional, en particular
el feto-placentario, y el beneficio que resulta de una mejor perfusión orgánica el aumentar la
tensión arterial y el gasto cardíaco. Se preferirá el uso de drogas inotrópicas antes que las de
acción vasoconstrictora de ser posible. La droga inicial suele resultar la dopamina, en dosis
mayores de 5 gammas/k/min y hasta 30 gammas/kg/min. El motivo de su elección reside en
sus efectos sobre el gasto cardíaco además de resultar vasoconstrictora con dosis mayores de
las referidas. Sus aspectos negativos residen principalmente en su efecto taquicardizante,
arritmógeno y su respuesta variable sobre el flujo esplácnico, incluyendo el fetoplacentario.
En animales se comprobó que disminuye el flujo uterino. Solo con bajas dosis, menores de 5
gammas/k/min, el flujo esplácnico se incrementa. Se comunicó una disminución de la pO2a
por incremento del shunt intrapulmonar con el uso de dopamina.
Insulina
Se demostró mejoría de la evolución en aquellos pacientes que bajo asistencia respiratoria
mecánica, mantenían glucemias entre 90-110 mg/dL mediante la infusión de insulina. El
umbral superior fue extendido a 150 mg/dL dado el mayor porcentaje de hipoglucemias con el
rango anterior. Se vincula este resultado con una mejoría de la función de los leucocitos y de la
fagocitosis.
Alimentación precoz
Mejora el pronóstico de los pacientes con sepsis severa. La vía enteral es de elección si el tubo
digestivo se encuentra activo, con el fin de mantener la integridad de la barrera intestinal y
evitar la traslocación bacteriana.
Profilaxis de las ulceras por estrés: Se realiza con los bloqueantes de los receptores H2 o con
los inhibidores de la bomba de protones.
Profilaxis de la trombosis venosas: Mediante el uso de heparinas fraccionadas debajo peso
molecular o el uso de dispositivos mecánicos –manguitos de compresión neumática
secuencial- en miembros inferiores.
OXIGENOTERAPIA
Las pacientes sépticas tienen incrementadas las necesidades metabólicas de oxígeno, pero con un
descenso de la capacidad de extracción de oxígeno. Se instaura la hipoxia tisular por el descenso
de la utilización de oxígeno por los órganos periféricos y vitales estableciéndose progresivamente
un metabolismo anaerobio que conduce a la acidosis láctica, disfunción multiorgánica y muerte. La
utilización del catéter pulmonar arterial permite la monitorización de la medida y consumo del
oxígeno. El oxígeno administrado debe ser incrementado hasta que las concentraciones de ácido
láctico vuelvan a ser normales. Sería prudente mantener la oxigenoterapia, incluso en ausencia de
acidosis láctica, sin embargo, el beneficio de este mantenimiento de la oxigenoterapia no ha sido
demostrado por ensayos clínicos hasta el momento.
Estas medidas no solo logran optimizar la disponibilidad de oxígeno tisular, sino además disminuir
el trabajo respiratorio y el incremento del consumo de oxígeno derivado del aumento del trabajo
muscular ventilatorio. Así, el 21% del gasto cardíaco es utilizado por el diafragma y los músculos
respiratorios durante la respiración espontánea. La asistencia respiratoria mecánica con
sedoanalgesia permite derivar parte de este flujo hacia áreas vitales. Evitar el bloqueo
neuromuscular. Ansiolíticos y sedantes pueden atravesar la placenta y deprimir los movimientos
fetales y la variabilidad de los latidos fetales, por lo que usará la menor dosis efectiva posible. Se
aconseja proteger el alvéolo con volúmenes corrientes bajos, del orden de 6 mL/kg peso ideal, sin
sobrepasar presiones mesetas de fin de inspiración mayores de 30 cm H2O, con PEEP de 5 cmH20.
El objetivo es lograr una saturación de hemoglobina por encima de 90%. Evitar la hipercapnia
permisiva y el decúbito prono en la gestante.
TRATAMIENTO ANTIBIÓTICO
Una vez obtenidos el material para los cultivos, la rápida indicación de antibióticos dentro de la
primera hora del diagnóstico de shock séptico o sepsis severa, contribuye al pronóstico favorable.
El tratamiento empírico inicial deberá incluir 1. Amplia cobertura 2. Administración por vía
intravenosa 3. Preferentemente asociar dos antimicrobianos, indicación necesaria en caso de
infecciones por pseudomonas y en enfermas neutropénicas 4. Por lo menos uno de ellos con
acción bactericida 5. Adecuada perfusión tisular.
La evolución del shock séptico puede ser fulminante de ahí la importancia de instaurar un
tratamiento empírico adecuado y precoz sin dilación, evaluando los posibles focos iniciales del
proceso infeccioso. Se deben recoger las muestras precisas para una posterior terapia selectiva de
acuerdo al antibiograma. El tratamiento empírico en estos casos debe cubrir gérmenes Gram
negativos y positivos tanto aerobios como anaerobios.
* Se deben ajustar las dosis de acuerdo a la función renal en caso de insuficiencia renal.
La extirpación del tejido infectado puede ser vital para la supervivencia de la paciente.
• La evacuación del útero debe realizarse de forma precoz tras la iniciación de terapia antibiótica
y estabilización de la paciente en casos de sospecha de aborto séptico o retención de restos
ovulares. El retraso del legrado puede resultar fatal siendo menos traumático por aspiración que el
legrado convencional.
• El parto se requiere en aquellos casos relacionados con corioamnionitis con feto viable,
dependiendo de las condiciones hemodinámica y obstétrica la vía final del parto.
• La histerectomía se indica en aquellos casos en los que se objetiva dentro del tejido miometrial
microabscesos y si se acompaña de deterioro del estado general de la paciente tras el tratamiento
inicial con los apropiados antibióticos y legrado y con miometritis necrotizante o perforación
uterina (especialmente si existe daño de algún asa intestinal). Si los anejos están afectados deben
también ser extirpados. No todos aquellos casos que se detecte clostridium perfringens debe
indicarse histerectomía, sólo en casos severos sin respuesta a tratamiento adecuado (penicilina G
30-40x1000000/24 horas).
BIBLIOGRAFÍA: