Act #3 - Historia - Generación Del '80 y MAE
Act #3 - Historia - Generación Del '80 y MAE
Act #3 - Historia - Generación Del '80 y MAE
Belgrano”
Curso: 4to Año Ciencias Sociales
Espacio Curricular: Historia
Docente: Eugenia Gómez
mail: [email protected]
Quedate en tu casa. No imprimas. Podes entregar la actividad por Ed modo o por mail (con
foto de lo realizado o con un archivo de texto)
resaltador para marcar las ideas principales. (Eliges la herramienta y la pasas por el texto que
quieres resaltar. Puedes cambiarle el color si tocas en la fecha que aparece a su derecha) Si no puedes
copia aquellos conceptos significativos que resaltarías en el documento en tu hoja de carpeta.
2. Completa el siguiente cuadro:
Generación
del ’80 Proyecto
eran
La Generación del 80
La llamada "Generación del '80" estuvo integrada por un conjunto de hombres (minoría oligárquica) que tuvieron a
su cargo la conducción del país, sin mezquinar sus esfuerzos en llevar adelante la tarea del progreso indefinido,
convencidos plenamente de ello, pero con la condición humillante de subordinarnos ante los intereses extranjeros,
principalmente inglés.
El proyecto de la Generación del ochenta es quizás el más completo de reordenar y modificar desde sus bases en
la sociedad argentina. Una generación de ideas liberales, europeísta, seudo-culta, ansiosa por dejar atrás un
pasado catalogado por algunos de sus ideólogos como bárbaro y que, sin embargo, no puede romper con el antiguo
soporte de la economía, que es la tierra. Era un conjunto de hombres que devotamente creía en el progreso
¿En qué consistía su proyecto?
En lo económico, la inserción de nuestro país en la división internacional del trabajo a partir de la producción de
materias primas y alimentos y la importación de la mayor parte de los productos elaborados que se consumían en el
mercado interno; en lo social, el tratar de cambiar usos nativos a través de la inmigración de mano de obra y
tratando de europeizar nuestras costumbres; y en lo político, la conformación de un estado moderno a partir de
instituciones a imitación de la Europa de fin de siglo con el propósito de ofrecer garantías a los capitales extranjeros
que invertían en nuestro país.
Por otra parte Europa tiene necesidad de colocar un excedente de producción y de población, asimismo necesita de
alimentos y de materias primas.
Para asegurar la ansiada meta del progreso, los distintos sectores le atribuían a la educación una relevancia
singular queriendo alfabetizar a la masa de argentinos que vivían bajo un índice de analfabetización extraordinario,
pero más necesaria fue la educación de la elite dirigente que debía pasar por la universidad si quería acceder a una
posición destacada dentro de la carrera política para alcanzar el poder.
Esta generación aprendió que la libertad individual era el valor supremo que el Estado debía defender y que el
librecambio comercial era el sustento de toda política económica, pero no advirtió que esa libertad era privilegio de
los fuertes y en la Argentina los fuertes no fueron precisamente los nativos, que el librecambio solo servía para
consolidar al capital extranjero y que los sagrados derechos y garantías eran solamente excusas para amparar a las
compañías extranjeras cuando buscaban eludir los impuestos nacionales o no querían someterse a las leyes justas
de la Nación.
La ideología que adoptó esta generación fue el reflejo de los sentimientos e intereses de los terratenientes, su
gobierno fue el gobierno de los selectos y de los iluminados. Bajo su influjo Buenos Aires dejó de ser la gran aldea
para transformarse en una urbe cosmopolita de carácter, como ya dijimos, europeizante ya que la educación
universitaria a la que nos referimos anteriormente tenía que venir de Londres y Paris.
El positivismo fue su filosofía: orden y progreso. Este lema, que se lo debemos a Comte, fue la bandera de su
accionar. Progreso significó crecimiento y modernización. Orden consistía en crear las condiciones de tranquilidad
en las cuales debía encontrarse el pueblo para permitir la proyección del progreso sin pausa. La segunda mitad del
Siglo XIX trae el triunfo del capitalismo industrial y con ello el aumento de la demanda de materias primas. La
mejora en los transportes permiten el traslado de millones de inmigrantes que van a satisfacer la creciente demanda
de mayor producción. En este mundo de progreso y cambio se inserta la Argentina a través de la expansión de su
producción agropecuaria produciéndose entonces el fenómeno de un extraordinario crecimiento en su economía
pero para ello fue preciso conquistar la Pampa Húmeda expulsando al indio y sometiendo todo el territorio nacional
a la voluntad del gobierno central, de esta manera indios y gauchos fueron sacrificados en beneficio del sistema.
La riqueza generada se derrocharía en la construcción de palacios, monumentos y lujo a la europea. Esta
generación fue un fenómeno cultural trascendente, fruto de la política educacional liberal, querido y logrado por un
plan meditado. Sus hombres oscilaban en los 30 años de edad en consecuencia no habían vivido la época del
federalismo. Conocieron como una única realidad nacional la de los gobiernos liberales posteriores a Pavón y se
formaron en los Colegios Nacionales lo que les permitió pertenecer a los grupos privilegiados convirtiéndose en
ilustrados a la europea y aptos para integrarse a la política, a la burocracia y al ejercicio de las profesiones liberales
ocupando los mejores cargos.
Sin trabas morales para sus ambiciones dejaron de lado los principios éticos de sus antecesores y las costumbres
tradicionales creando un nuevo estilo de vida, aprovecharon los empréstitos, los juegos de la Bolsa, el hipódromo y
los naipes que se hicieron sus costumbres y le otorgaron dinero fácil que les permitió acceder al despilfarro, a las
viviendas más suntuosas, a la vestimenta europea y gozar de todos los lujos.
Con ellos comenzó la corrupción fenómeno nuevo en el país, salvo algunos pocos casos anteriores. Esta
generación fue ajena al sentir nacional, inescrupulosa, dilapidó la riqueza de la Nación empobreciendo al país y
exaltando como únicos valores culturales los propios de Europa, logrando también imponer en el país el respeto
sagrado al capital extranjero.