- ADVIENTO 2020 -

PROPUESTA PARA LA ORACIÓN SEMANAL

DE CADA PEQUEÑA COMUNIDAD

EXPLICACIÓN DE LA PROPUESTA

Kaixo guztioi. Como cada año, os trasladamos una propuesta de oración que esperamos que nos
ayude a todas y a todos a ir preparándonos durante las cuatro semanas de Adviento para la
llegada de Jesús.

Muchas veces nos sentimos perdidos, desorientados... En la oscuridad de la noche, igual que
hicieron aquellos Magos de Oriente (sin GPS) vamos a mirar a lo alto y juntos buscaremos una
luz, una guía un camino para encontrar la vida. Que este Adviento sea para nosotros un reiniciar,
renacer y reconectar nuestra vida para llegar a Jesús.

Este año plantearemos el adviento en clave de acción, porque no hay mejor manera de
reiniciarse que pulsando el botón. A lo largo de estas cuatro semanas, os propondremos
diferentes actividades para que reflexionéis y actuéis junto con vuestras compañeras de camino
para preparar nuestros corazones para el reencuentro de Jesús.

Si algo nos ha enseñado este año, es a mantener nuestros vínculos a pesar de la distancia física.
En este adviento, os proponemos y animamos a estar activas en el entorno digital.
Aprovecharemos todo lo que hemos aprendido este año para sentirnos cercanas de nuestros
hermanos y hermanas comunitarias. ¡Hagamos de este Adviento un periodo en el que sentir la
calidez de la comunidad!

Cada semana escucharemos la palabra de Dios y esta será nuestra auténtica guía. Además, el
equipo de animadores y animadoras enviará una foto y una propuesta de oración y actividad,
que esperamos que os ayude a descubrir mejor la palabra de Dios y el camino que tomar para
abrir nuestros corazones.

Esperamos, como siempre, que esta propuesta os ayude a vivir con intensidad y en clave de
espera creyente estas semanas.

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 1º DOMINGO DE ADVIENTO:
¡ESTAD ATENTAS… VIENE EL SEÑOR!

Textos

Lectura del santo evangelio según san Marcos 13,33-37:

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

- Mirad, vigilad: pues no sabéis cuándo es el momento.
Es igual que un hombre que se fue de viaje, y dejó su casa y dio a cada uno de sus criados su
tarea, encargando al portero que velara.
Velad entonces, pues no sabéis cuándo vendrá el dueño de la casa, si al atardecer, o a
medianoche, o al canto del gallo, o al amanecer: no sea que venga inesperadamente y os
encuentre dormidos.
Lo que os digo a vosotros, lo digo a todos: ¡velad!

Para la oración compartida

Jesús está en Jerusalén, sentado en el monte de los Olivos, mirando hacia el Templo y
conversando confidencialmente con cuatro discípulos: Pedro, Santiago, Juan y Andrés. Los ve
preocupados por saber cuándo llegará el final de los tiempos. A él, por el contrario, le preocupa
cómo vivirán sus seguidores cuando ya no lo tengan entre ellos.

Por eso, una vez más, les descubre su inquietud: «Mirad, vigilad, vivid despiertos »

El comienzo del Adviento, nos pone en alerta. Jesús va a nacer entre nosotros y nosotras.
Tenemos que estar preparados. Tenemos que estar vigilando porque una vez más, Dios nos va
a regalar su amor a través de su hijo. Jesús nos los recuerda: ¡velad, estad atentos!

Vivimos apesadumbradas y agotadas por la situación de pandemia que nos está superando. La
sociedad también nos adormece en esta época con un mensaje de consumismo, pero el buen
Dios nos quiere dar de nuevo un mensaje de esperanza.

¡Despertemos!. Vivamos atentos y vigilantes esta época de Adviento. Cada uno y cada una
tenemos nuestra tarea en la casa de Jesús. Estemos activos y preocupados por el cuidado de

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esa casa. Confiemos en la misericordia de Dios y velemos para que todas las personas tengan
cabida. Seamos justos, busquemos el bien común, transmitamos nuestro amor a los demás,… y
así lograremos dignificar el pesebre donde volverá a nacer Jesús este año.

Para esta 1º semana de Adviento os proponemos un sencillo gesto:

• Durante esta semana configura la alarma de tu móvil o de tu despertador con esta

canción ESTAD ATENTOS
• Empieza cada día de la semana con un pedazo de esta oración: “Quiero estar en vela,
Señor”

Quiero estar en vela, Señor

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (LUNES)

Preparado para que, cuando Tú llames, yo te abra
Despierto para que, cuando Tú te acerques, te deje entrar
Alegre para que, cuando Tú te presentes, veas mi alegría

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (MARTES)

Que, el tiempo en el que vivo, no me impida ver el futuro
Que, mis sueños humanos, no eclipsen los divinos
Que, las cosas efímeras, no se antepongan sobre las definitivas

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (MIERCOLES)

Y que, cuando nazcas, yo pueda velarte
Para que, cuando vengas, salga a recibirte
Y que, cuando llores, yo te pueda arrullar

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (JUEVES)

Para que, la violencia, de lugar a la paz
Para que los enemigos se den la mano
Para que la oscuridad sea vencida por la luz
Para que el cielo se abra sobre la tierra

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QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (VIERNES)
Porque el mundo necesita ánimo y levantar su cabeza
Porque el mundo, sin Ti, está cada vez más frío
Porque el mundo, sin Ti, es un caos sin esperanza
Porque el mundo, sin Ti, vive y camina desorientado

QUIERO ESTAR EN VELA, SEÑOR (SÁBADO)

Prepara mi vida personal: que sea la tierra donde crezcas
Trabaja mi corazón: que sea la cuna donde nazcas
Ilumina mis caminos: para que pueda ir por ellos y encontrarte
Dame fuerza: para que pueda ofrecer al mundo lo que tu me das

Quiero estar, en vela, Señor (DOMINGO)

Entre otras cosas porque, tu Nacimiento,
será la mejor noticia de la Noche Santa
que se hará madrugada de amor inmenso en Belén.
¡VEN, SEÑOR!

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 2º DOMINGO DE ADVIENTO:
PREPARAD EL CAMINO
Textos

Lectura del santo evangelio según san Marcos 1,1-8:

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el profeta Isaías:

- Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino.

Una voz grita en el desierto:

«Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos».

Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les
perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él
los bautizaba en el Jordán.

Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de
saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba:

- Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las
sandalias.

Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.

Para la oración compartida

Estamos empezando este año litúrgico, nos encontramos en la segunda semana. Con
las fuerzas renovadas recorremos este adviento, y no podemos más que empezar de una
manera, con la fuerza del Espíritu santo. Imposible hacernos los sordos, una voz grita en el
desierto, solo se oye el aviso Preparad el camino, allanad los senderos.

La fuerza del mensaje y el modelo de Juan nos interpelan. Esto que se anuncia no tiene que ver
con nada de lo visto hasta ahora. Juan rompe con la imagen hasta ahora establecida, su

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austeridad nos marca el camino, romper con la autocomplacencia, Preparad el camino, salir al
desierto allanad los senderos, crear caminos nuevos. No es fácil, nadie nos engaña, tenemos
que convertirnos, cambiar radicalmente, confesar nuestros pecados, es tiempo de trabajo, de
esfuerzo, buscar nuestro camino, pero sabemos que el premio merece la pena. Él nos bautizará
con el Espíritu Santo.

• Predicar en el desierto, sinónimo de trabajo absurdo. Juan lo hacía y su voz se oía.

¿Dónde predicamos nosotros? ¿Somos testigos de Jesús? ¿Cuáles son nuestros
ambientes? ¿Salimos a nuestros desiertos?

• Preparad el camino, allanad los senderos, tarea difícil ¿Qué senderos me piden que
allane yo? ¿Tengo claro cuál es el camino por el que viene Jesús?

Para esta 1º semana de Adviento os proponemos un sencillo gesto:

• Date un pequeño regalo, dedícate un rato a pasear con Jesús, reza mientras haces tu
camino, fíjate en tu alrededor, marca tu ruta, lugares que te ayudan a rezar, imágenes
que nos sirven de guía en el camino. Saca una foto, marca tu ruta, compártela con tu
comunidad, reza con este camino realizado.

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 3º DOMINGO DE ADVIENTO:
¡ALEGRÁOS EN LA ESPERA!
Textos
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,6-8.19-28):

Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste

venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él
todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde
Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú
quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: «Entonces, ¿qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo: «No lo soy.»
«¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: «¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado,
¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el
profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué bautizas, si tú no eres
el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el
que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

Para la oración compartida

Juan no era la LUZ, era testigo de LA LUZ. Anunciaba a Jesús, la LUZ con mayúsculas. Anunciaba
la ESPERANZA. Anunciaba la ALEGRÍA del que iba a venir.

En este año 2020 el mundo está, más que nunca, necesitado de luz, de esperanza y de alegrías.
A nosotros, cristianos y cristianas, nos toca poner luz a nuestro alrededor. Porque, sí, sí hay
buenas noticias… sí hay motivos para la esperanza… sí hay motivos para alegrarnos mientras

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esperamos el nacimiento de Jesús. Solo se trata de no caer en la corriente social que nos arrastra
hacia el pesimismo. No se nos pide que demos la espalda a la cruda realidad; pero se nos pide
que pongamos el foco en las buenas noticias, que las anunciemos, que las extendamos a nuestro
alrededor. Nos bombardean con “malas noticias” que no nos dejan ver LA LUZ. Estamos
necesitados de buenas noticias para ALEGRARNOS EN LA ESPERA.

Por eso esta 3º semana de Adviento os proponemos un sencillo gesto:

• Esfuérzate por encontrar “buenas noticias” en periódicos, radio, comunidades,

presencias, trabajos, cuadrillas, familia …

• Compártelas en tus redes sociales (WhatsApp, Twitter, Instagram, Facebook…)

1. Envía el símbolo de la linterna de tu móvil
2. Envía este mensaje #ALÉGRATE EN LA ESPERA
3. Envía la noticia: mensaje escrito, vídeo, imagen, enlace, …

Y además te animamos a rezar con esta canción y esta oración:

Color esperanza (Diego Torres): https://youtu.be/i2YjM4-CIz4

Voy a seguir creyendo, aun cuando la gente pierda la esperanza.

Voy a seguir dando amor, aunque otros siembren odio.

Voy a seguir construyendo, aun cuando otros destruyan.

Voy a seguir hablando de paz aún en medio de la guerra.

Voy a seguir iluminando, aún en medio de la oscuridad.

Y seguiré sembrando, aunque otros pisen la cosecha.

Y seguiré gritando, aun cuando otros callen.

Y dibujaré sonrisas en rostros con lágrimas.

Y trasmitiré alivio, cuando vea dolor.

Y regalaré motivos de alegría donde solo haya tristezas.

Invitaré a caminar al que decidió quedarse.

Y levantaré los brazos a los que se han rendido.

Así podré ser luz de esperanza

para los que me rodean cada día.

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 4º DOMINGO DE ADVIENTO:
¡EL SEÑOR ESTÁ CONTIGO!
Textos

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,26-38):

En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada
Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen
se llamaba María.
El ángel, entrando en su presencia, dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.»
Ella se turbó ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquél.
El ángel le dijo: «No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu
vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del
Altísimo, el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para
siempre, y su reino no tendrá fin.»
Y María dijo al ángel: « ¿Cómo será eso, pues no conozco a varón?»
El ángel le contestó: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la fuerza
del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el Santo que va a
nacer se llamará Hijo de Dios. Ahí tienes a tu pariente Isabel, que, a
pesar de su vejez, ha concebido un hijo, y ya está de seis meses la
que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible.»
María contestó: «Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según
tu palabra.»
Y la dejó el ángel.

Para la oración compartida

“Hágase la voluntad de Dios”: María nos invita a decir también nosotros este “sí”, que a veces
resulta tan difícil. Sentimos la tentación de preferir nuestra voluntad, pero ella nos dice: « ¡Sé
valiente!, di también tú: “Hágase tu voluntad”», porque esta voluntad es buena. Puede parecer
un peso casi insoportable, una carga que no se puede llevar; pero, en realidad, la voluntad de
Aita Dios no es un peso. Nos da alas para volar muy alto, y así con María también nosotras nos

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atrevemos a abrir a Aita Dios la puerta de nuestra vida, las puertas de este mundo, diciendo “sí”
a su voluntad, conscientes de que esta voluntad es el verdadero bien y nos guía a la verdadera
felicidad.

Para esta 4º semana de Adviento os proponemos un sencillo gesto:

• Haz memoria. Ponte a pensar y recuerda esa llamada, ese pequeño “marrón” en el que
te quisieron meter y al que, por comodidad, dijiste que no. Abre el WhatsApp, descuelga
el teléfono, y ofrécete a echar una mano donde haga falta: familia, amistades,
voluntariado…
• Reza, canta “Alma misionera”. Sintiendo dentro de ti ese HÁGASE firme y decidido que
María da ante el anuncio de que será madre de Jesús. Párate a pensar cuál es ese lugar
en el que se necesita la Palabra de Aita Dios, dónde se necesitan las ganas de vivir… y
ponte un objetivo de cara a aportar tu pequeño granito de arena.

Señor, toma mi vida nueva Te doy mi corazón sincero

Antes de que la espera Para gritar sin miedo
Desgaste años en mi Tu grandeza, Señor
Estoy dispuesta a lo que quieras Tendré mis manos sin cansancio
No importa lo que sea Tu historia entre mis labios
Tu llámame a servir Y fuerza en la oración

Llévame donde los hombres Y así en marcha iré cantando

Necesiten tus palabras Por calles predicando
Necesiten mis ganas de vivir Lo bello que es tu amor
Donde falte la esperanza Señor tengo alma misionera
Donde falte la alegría Condúceme a la tierra
Simplemente por no saber de ti Que tenga sed de Dios

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