Monografia Estres Infantil
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El segundo capítulo está centrado en determinar al estrés infantil por hospitalización;
se reconoce las fuentes que conllevan al estrés en los niños hospitalizados, así como los
factores amortiguadores que permiten enfrentar la hospitalización a los niños; para luego
señalar algunas repercusiones negativas que se observa como consecuencia de la
hospitalización.
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Capítulo I
Conceptos Básicos
El estrés es toda demanda física o psicológica que se le haga al organismo, sobre las
capacidades de cada una de ellas.
Tabla 1
Síndrome General de Adaptación (SGA)
Bajo este enfoque que propone Selye, una persona pasa por una etapa de alarma en la
que en un estadio A lucha contra el estresor o huye de él, sin embargo, en un estadio B,
baja la guardia y trata de mantener la homeostasis; si el estímulo aversivo persiste, la
persona puede adaptarse (habituarse) temporalmente a él hasta que los recursos de
afrontamiento disminuyen o ya no son eficaces. De continuar el estresor, la persona pasa a
un agotamiento que debilita al organismo, es allí en la que la línea delgada que separa al
estrés de la depresión puede romperse y originar un cuatro mixto de ansiedad y depresión.
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Aquí las respuestas del organismo, implican un conjunto complejo de respuestas que
son según Trianes (2002):
Al principio, refiere Guzmán, el estrés es una respuesta adaptativa que puede ser
benéfica para el organismo porque la persona busca soluciones que le permitan tener
bienestar; no obstante, Lazarus coincide con Selye al aceptar que el exceso cuantitativo o
cualitativo de estrés, es consecuencia de la exposición a múltiples o impactantes
situaciones, falta de recursos de afrontamiento apropiados o del agotamiento del organismo
que se encuentra sobre funcionando para hacer frente a las demandas; aumentan la
vulnerabilidad de la personas para contraer enfermedades, porque el sistema autónomo se
dispara al interrelacionar con el sistema nerviosos y endocrino.
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Figura 1. Modelo procesual del estrés de Lazarus (Rutas que se activan al presentarse
los estresores y los tipos de respuesta que desencadena).
Nota. Tomado de Guzmán (2006).
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1.1.2. Estrés como respuesta
Es la reacción o respuesta del sujeto frente a los estímulos estresores. Aquí, el
estado de estrés; como señala Sandin (1995; citado en Toledo et. al.); implica básicamente
un conjunto complejo de respuestas fisiológicas, emocionales, cognitivas y conductuales.
En donde, los tipos de emociones que suelen acompañar a la experiencia de estrés son
negativas, como por ejemplo ansiedad, miedo, ira, depresión o dolor. En circunstancias de
estrés agudo es frecuente la experiencia subjetiva de ansiedad/ miedo; cuando el estrés se
cronifica, predomina el estado de ánimo depresivo, dado el agotamiento en los mecanismos
neurotransmisores del sistema nervioso central.
Trianes (2002) refiere que durante la infancia los niños se encuentran en constantes
cambios, por lo cual la transición de una etapa a otra, conlleva a determinados
acontecimientos que puede resultarle estresantes (Véase Tabla 2).
Tabla 2
Aspectos evolutivos más destacados en el proceso de desarrollo
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Según las investigaciones realizadas luego de los primeros estudios sobre las
situaciones estresantes en los niños; diversos autores han ido estableciendo la clasificación
de los estresores infantiles.
Así tenemos, la investigación realizada por Moreno y Del Barrio (1995; citado en
Toledo et. al.) refieren que los estresores infantiles más habituales provienen de la
interacción con la familia, amigos y los profesores:
Añadiendo a ello, Del Barrio (1997) propone la siguiente clasificación (véase Tabla 3):
Tabla 3
Estresores infantiles
Por su origen - Externos (muerte de un amigo)
- Internos (cambio corporal)
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conocidas como factores protectores, factores moduladores y factores de afrontamiento
(véase Tabla 4).
Tabla 4
Factores que intervienen en la experiencia de estrés en la infancia
Añadido a ello; Lazarus y Folkman, (1984; citado en Toledo et. al.) refieren que existen
factores situacionales que parecen modular la probabilidad de que una determinada
interacción sea evaluada como estresante, las cuales son:
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- Novedad: Si una situación nueva se encuentra asociada al daño, peligro o
dominio (adquirido mediante la propia experiencia o por la información recibida).
Cuanto más ambigua sea dicha situación, mayor es la probabilidad de error en la
interpretación, y posiblemente se experimentará un alto grado de incertidumbre y
amenaza.
- Incertidumbre del acontecimiento: Hace referencia a la confusión del sujeto
sobre el significado de la configuración del entorno. La incertidumbre tiene un
efecto inmovilizador sobre los procesos de afrontamiento anticipatorios.
- Inminencia: Es el tiempo que transcurre antes de que ocurra un acontecimiento.
Cuanto más inminente es un acontecimiento, más intensa resulta su evaluación,
especialmente si existen señales que indiquen daño, peligro o bien posibilidad de
dominio o de ganancia. Así mismo cuanto más prolongado es el tiempo de
anticipación, mayor es la probabilidad de complejidad en la evaluación.
- Duración: Es el tiempo durante el cual persiste un acontecimiento estresante.
Los estresores prolongados o crónicos agotan al individuo psicológica y
físicamente.
- Incertidumbre temporal: Es el desconocimiento de cuando se va a producir un
acontecimiento dado. Cuando se dé incertidumbre temporal, el sujeto intentará
evitar los pensamientos sobre el acontecimiento, hasta que sea inminente.
- Ambigüedad: Hace referencia a la falta de claridad situacional. Siempre que
existe ambigüedad, los factores dependientes del individuo (en mayor medida
que los estímulos objetivos) determinan la comprensión de la situación. La
ambigüedad produce sensación de amenaza si existe una predisposición del
sujeto a sentirse amenazado.
- La cronología de los acontecimientos estresantes en relación con el ciclo vital.
Los niños se enfrentan al estrés y a los conflictos sean internos o externos; logrando
generalmente adaptarse a estos de diferente forma y con distintos grados de éxito, por lo
cual presentan difícilmente sintomatología patológica.
Aunque, por definición, los síntomas no pueden persistir durante más de seis
meses de la desaparición del estresante o de sus consecuencias, la especificación
de crónica se aplica cuando la duración de la alteración es superior a seis meses en
respuesta a un estresante crónico (p.e. una enfermedad crónica).
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1.4.2. Trastornos de ansiedad
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amenazas para su integridad física o la de los demás, donde la persona ha
respondido con temor, desesperanza o un horror intenso.
El concepto de una división del ciclo de vida en periodos es una construcción social:
una idea acerca de la naturaleza de la realidad que tiene amplia aceptación entre los
miembros de una sociedad en un momento particular, con base en percepciones subjetivas
o suposiciones compartidas; según señala Papalia, Wendkos & Duskin (2005).
Se deduce entonces; que el concepto de niñez al ser una construcción social, los
cambios o sucesos que experimente el individuo, llegan a ser indicadores del término e
inicio de un periodo; dependiendo de la sociedad en la que se encuentre.
Todos los sentidos y Las habilidades para aprender y Se forman apegos con los padres y con
sistemas corporales recordad están presentes, incluso otros.
funcionan al nacimiento en las primeras semanas.
en grados variables. Se desarrolla la conciencia de sí.
El uso de símbolos y la capacidad
El cerebro aumenta su
crecimiento es para resolver es algo
El pensamiento problemas se
egocéntrico Ocurre
Crecen el cambio
el de la dependencia
autoconcepto y a
la
(del
temprana
El crecimiento
apetito disminuye
se hacey mundo.
Disminuye el egocentrismo. los autocuidado.
El autoconcepto se vuelve más
(6 a 11 años)Niñez Intermedia
La niñez, entonces, es el periodo del ciclo vital que se extiende desde los 3 años
hasta la llegada de la pubertad (11 a 12 años), donde ocurren constantemente cambios
físicos, cognoscitivos y psicosociales que se van desarrollando durante la misma. Es en
este periodo en el cual se enfoca la presente investigación, aunque se menciona también el
periodo de lactancia.
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Cabe resaltar que la enfermedad infantil, implica un fuerte impacto social, psicológico
y pedagógico sobre el niño y su familia (Lizasoáin, 2000).
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A consecuencia de las investigaciones en relación a la hospitalización infantil; comienza
paralelamente la preocupación por contar con un apoyo legal que permita mejorar los
servicios ofrecidos en los hospitales.
Así, en Europa se emite la Carta Europea de Derechos del Niño Hospitalizado, la cual
fue aprobada por el Parlamento Europeo en 1986, donde se señala (ASION, 2002):
1. Derecho del niño a que no se le hospitalice sino en caso de que no pueda recibir los
cuidados en su casa o en un ambulatorio, con el fin de que la hospitalización sea lo
más breve y rápida posible.
2. Derecho del niño a procurar la hospitalización diurna, sin que ello suponga una
carga económica adicional a los padres.
3. Derecho del niño a estar acompañado de sus padres o de la persona que lo
represente, el máximo tiempo posible, durante su permanencia en el hospital, no
como espectadores pasivos, sino como elementos activos de la vida hospitalaria, sin
que ello comporte gastos adicionales; el ejercicio de este derecho no debe perjudicar
en modo alguno ni obstaculizar la aplicación de los tratamientos a los que hay que
someter al niño.
4. Derecho del niño a recibir una información adaptada a su edad, su desarrollo mental,
su estado afectivo y psicológico, con respecto al conjunto del tratamiento médico al
que se le somete y a las persepectivas positivas que dicho tratamiento ofrece.
5. Derecho del niño a que la recepción, el seguimiento y los cuidados necesarios se
realicen, a ser posible, por los mismos enfermeros y auxiliares.
6. Derecho del niño a negarse (por boca de sus padres o de las personas que los
sustituyan) a prácticas de investigación, cuidados o exámenes educativos o
informativos, no terapéuticos.
7. Derecho de los padres, o de sus sustitutos, a recibir toda la información referente a
la enfermedad y bienestar del niño, que se dará siempre respetando su intimidad.
8. Derecho de los padres o de las personas que los sustituyan a expresar su
conformidad con los tratamientos que se aplican al niño.
9. Derecho de los padres, o de sus sustitutos, a ser recibidos y atendidos por el
personal con formación especializada.
10. Derecho del niño a no ser sometido a experiencias farmacológicas. Sólo los padres
ejercerán su autoridad para permitirlo y denegarlo tras conocer riesgos y ventajas.
11. Derecho del niño, en caso de ser sometido a experimentación terapéutica, a estar
protegido por la declaración de Helsinki de la Asamblea Médica Mundial.
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12. Derecho del niño a no recibir tratamientos médicos inútiles y a no soportar
sufrimientos físicos y morales que puedan evitarse.
13. Derecho del niño de contactar con sus padres o la persona que los sustituya en
momentos de tensión.
14. Derecho del niño a ser tratado con tacto, educación y comprensión, respetando su
intimidad.
15. Derecho del niño a recibir cuidados físicos y afectivos, por personal cualificado, de
acuerdo a su edad y necesidades.
16. Derecho del niño a ser hospitalizado junto a otros niños, evitando todo lo posible la
hospitalización entre adultos.
17. Derecho del niño a disponer de locales amueblados y equipados, de modo que
respondan a sus necesidades en materia de cuidados, de educación y de juegos,
que estarán protegidos mediante normas de seguridad.
18. Derecho del niño a proseguir su formación escolar durante su permanencia en el
hospital, con maestros y material didáctico, en particular en el caso de una
hospitalización prolongada, sin que se perjudique su bienestar y no obstaculice el
tratamiento que precise.
19. Derecho del niño a disponer, durante su permanencia en el hospital, de juguetes
adecuados a su edad, de libros y medios audiovisuales.
20. Derecho del niño a poder recibir estudios en caso de hospitalización parcial
(hospitalización diurna) o de convalecencia en su propio domicilio.
21. Derecho del niño a la seguridad de recibir los cuidados que necesita, solicitando la
actuación de la justicia cuando los padres, o sus sustitutos, por incultura, prejuicio o
religión, no afronten la urgencia.
22. Derecho del niño a la necesaria ayuda económica y moral, así como psicosocial,
para ser sometido a exámenes y/o tratamientos que deban efectuarse
necesariamente en el extranjero.
23. Derecho de los padres o de la persona que los sustituya a pedir la aplicación de la
presente Carta en el caso de que el niño tenga necesidad de hospitalización o de
examen médico en países que no formen parte de la Comunidad Europea.
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Capítulo II
Estrés en niños por hospitalización
Del mismo modo Ortigosa y Méndez (2000) refieren que la hospitalización en los
niños es un acontecimiento estresante el cual genera en el niño alteraciones tanto
cognitivas, psicológicas, así como motoras; esto es antes, durante y después de la estancia
hospitalaria. Este proceso conlleva a múltiples estresores en un periodo de tiempo
generalmente breve; mas las repercusiones negativas de la hospitalización vienen a ser el
resultado de la interacción de fuentes de estrés y factores amortiguadores (Véase Tabla 6).
Tabla 6
Repercusiones negativas de la hospitalización infantil dependen de las fuentes de estrés y
de los factores amortiguadores
Fuentes de estrés Factores amortiguadores Repercusiones negativas
Existen situaciones a las que están expuestos los niños hospitalizados, que llegan a
convertirse en estresores para ellos.
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Observamos así que las situaciones estresantes son variadas y dependerán de la
valoración que le den los niños a cada situación experimentada. Así Méndez y Ortigosa
(1997; citado en Ortigosa y Méndez) clasifican los estresores hospitalarios en cuatro grupos:
Tabla 7
Fuentes de estrés en la hospitalización infantil
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Características de la Atemorizantes: Estructura: Padres:
enfermedad: Inyecciones Diseño Separación de los
Naturaleza Extracciones de sangre arquitectónico padres
Duración Retirada de moldes de Mobiliario extraño: Ansiedad paterna
Gravedad escayola camillas, sillas de
Cirugía ruedas Otros pacientes:
Aspectos de la Decoración fría e Relación con
enfermedad: Dolorosos: impersonal desconocidos
Síntomas (fiebre, Aspiraciones de Vestimenta de los Gente con
nauseas, etcétera.) médula ósea profesionales: batas deformidades
Malestar (inapetencia, Punciones lumbares blancas, mascarillas
insomnio, etc.) Hidroterapia para Medicación: olor, Profesionales de la
Dolor (de cabeza, de quemados sabor salud:
estomago, etc.) Cateterismo cardiaco Instrumental: tijeras, Falta de contacto
Daño (heridas, lesiones, bisturíes Relación distante y
etc.) fría
Organización:
Secuelas de la Interrupción de la Situación personal:
enfermedad: actividad diaria Soledad
Desfiguración Pérdida de Dependencia
(cicatrices, amputación, autonomía e
etc.) intimidad.
Alteraciones físicas Tiempo de espera
(déficit hormonales, etc.) Incertidumbre sobre
Restricciones (dieta, la conducta
ejercicio, etc.) apropiada.
Incapacidad
Riesgo de muerte
Enfermedad
La enfermedad consiste en una alteración habitual, repetitiva o temporal de la salud,
que tiene efectos negativos sobre:
- El autoconcepto personal del niño.
- Sus formas normales de actividad.
- Su relación a nivel familiar, escolar y social.
Es decir implica pérdida del bienestar físico, psicológico y/o social del niño
enfermo, lo cual generará reacciones negativas de este.
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día. Las características de la enfermedad (naturaleza, gravedad, duración, etc.) influían
en las respuestas de afrontamiento.
Dolor
La percepción del dolor es una de las variables que determina la experiencia de
enfermedad, tanto en el niño como en sus padres.
Aunque existe una falsa creencia de que los niños perciben menos dolor que los
adultos. Se sabe que los aspectos emocionales tienen una notable importancia por su
concurrencia con los problemas del dolor. El miedo, la ansiedad o la depresión pueden
exacerbar el dolor, especialmente cuando este constituye un problema recurrente, por
lo que deben ser evaluados específicamente, del mismo modo:
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Riesgo de muerte
García y De la Barra (2005) refieren que la hospitalización en sí; tiene un
significado de amenaza vital, vivido con una mayor intensidad por el niño ante procesos
agudos graves, cirugías, ingreso a unidad especial como la Unidad de Cuidados
Intensivos (UCI) y ante enfermedades crónicas de mal pronóstico. En estos casos, el
temor a la muerte se hace aún más presente, de modo que el proceso de duelo se vive
con mayor intensidad en el enfermo y su familia.
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Reforzando ello; Gálvez, Méndez & Martínez (2005) señalan que durante la
estancia hospitalaria las exploraciones y los procedimientos, técnicas diagnosticas u
operatorias que necesitan penetrar en el tejido o invadir algún orificio corporal
(inyecciones, endoscopia, punción lumbar, aspirado de médula ósea, etc.) suelen ser
una fuente muy importante de estrés para un niño.
Cirugía
La intervención quirúrgica constituye una fuente de estrés psicológico, porque
obligan a los pacientes a enfrentarse a situaciones desconocidas y que, además,
implican ciertos riesgos. El estrés quirúrgico, hace que los enfermos tengan reacciones
muy variadas, así en los niños se pueden dar conductas agresivas, regresivas,
depresión, pasividad e inexpresividad (Alonso, 2005).
El ambiente hospitalario influye en las repuestas del niño, pueda ser de forma
positiva o de forma negativa.
Esto dependerá de ciertos factores, como sostiene Alonso:
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Ambiente inusual
Lutzker y Lamazor (1985, citado en Ortigosa y Méndez, 2000) advierten que
los estímulos de las salas donde se efectúan las consultas pediátricas son
atemorizantes (olor a medicinas, instrumental médico, etc.). Además la arquitectura,
el mobiliario y la decoración de muchos hospitales no están diseñados
especialmente para los niños, que se enfrentan a una situación desconocida.
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ocasionado por la enfermedad y hospitalización. La primera fase es llamada de
“Desaliento”, tiene lugar entre 24 y 72 horas después de la separación, se
encuentra un niño excitado que llora inconsolablemente que llama a sus padres y
generalmente se le cataloga como un “mal paciente”. Luego tenemos la fase de
“Desesperación” en el sentido de desesperanza, la cual puede durar varios días,
así tenemos un “buen paciente” que permanece tranquilo en su cama o sentado
en la sala de recreo. La tercera fase es la “De Negación” el niño con su gran
capacidad para negar simplemente lo que es desagradable para él, se vuelve
cooperador y no tiene quejas, y de hecho, puede llevar a cabo sus rutinas diarias
como si no estuviese en el hospital.
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(horarios, comida, aseo) claramente distintas de aquellas a las que está
acostumbrado; encuentra a niños que están atravesando, como él, la experiencia de
la hospitalización y con quienes debe aprender a establecer relación; se ve inmerso
en un mundo que ha desarrollado una tecnología de la que poco o nada se conoce
en el exterior; se somete a procedimientos dolorosos o molestos (cirugía, curas,
inyecciones); es posible que pase momentos solo, mientras los padres realizan
gestiones, o puede que se halle ingresado en una cámara de aislamiento o en una
unidad de cuidados intensivos, donde el acceso de familiares está muy limitado
(Inarejos, 2007).
En el nuevo ambiente, el niño se ve obligado a asimilar múltiples cambios. De
repente tiene que interactuar con muchas personas a quien no conoce. Entre ellos
están los profesionales de la salud (médicos, enfermeras), quienes examinan su
cuerpo y lo someten a diversas intervenciones, que en ocasiones se tornan
molestosas o dolorosas (Duran et al, s.f. citado en Serrada, 2007)
Tabla 8
Factores amortiguadores del estrés en la hospitalización infantil
Factores Ambientales
Entorno Físico Apoyo Social Factores Personales
Ambiente agradable y Habilidades paternas: Temperamento fácil
relajante: De afrontamiento Experiencias
Arquitectura Educativas previas positivas
Mobiliario Recursos económicos Habilidades del
Decoración Disponibilidad horaria niño:
De afrontamiento
De autocontrol y
Información apropiada: autocuidado
Normas del hospital (horarios, visitas, etc.)
Procedimientos médicos (motivos,
descripción, etc.)
Reacciones del niño (sensaciones,
sentimientos, etc.)
Relación cálida y cordial de los
profesionales de la salud con el niño y
sus padres:
Habilidades de comunicación
Habilidades de reforzamiento
Nota. Tomado de Ortigosa y Méndez (2000).
Los niños cuentan con factores ambientales y personales, que permiten amortiguar
el impacto de los estresores que perciben durante la hospitalización (Véase Tabla 8). Estos
repercuten significativamente durante el tiempo de hospitalización.
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2.3.1. Factores Ambientales
Entorno físico
Para crear un mejor ambiente hospitalario para el niño, tomando en
consideración su edad, García y De la Barra (2005) recomiendan:
41
7. Preparación para hospitalización: En cirugía programada se recomienda
que el niño conozca con anterioridad el hospital junto a sus padres. Se pueden
confeccionar folletos explicativos o cuentos cortos que sean entregados al niño a su
ingreso y/o videos ilustrativos.
Apoyo social
Familiar
Los padres desempeñan una doble función como figuras de apoyo en el proceso
hospitalario. Por un lado, son los principales agentes que proporcionan estimulación
placentera y reforzamiento positivo; por otro, actúan como modelos de afrontamiento
que el niño observa e imita.
Sanitario
La información precisa y adecuada sobre la hospitalización ayuda a mitigar el
estrés. Así también encontramos que las relaciones cálidas y cordiales de los
profesionales de la salud con el niño y sus padres ejercen un efecto positivo.
El personal de enfermería puede hacer mucho para ayudar a los enfermos en los
distintos avatares de su progreso de adaptación psicológica a la cirugía:
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con el paciente y sus necesidades corporales, compartir muchas
horas con él y su familia, y el hecho de ser las primeras personas
que son llamadas ante cualquier dolor o problema. Todo esto otorga
una gran trascendencia a la calidad que tenga la atención de las
enfermeras; dicha atención puede ser fuente de tranquilidad y
reaseguramiento para muchas personas que, por estar enfermas y
tener que ser operadas, suelen hallarse bastante desconcertadas o
angustiadas (Alonso, 2005, p. 59)
Edad
El desarrollo cognitivo, afectivo, motor y social depende de la edad,
determinando la capacidad de procesamiento de información, el lenguaje
comprensivo, la expresión verbal de sentimientos y necesidades, el grado de
autonomía personal, etc. La edad se relaciona con la forma de afrontar la
hospitalización. Así, los niños de mayor edad emplean estrategias más activas de
afrontamiento (Lamontagne, 1988; citado en Ortigosa y Méndez, 2000).
Cabe resaltar que según la edad y nivel cognitivo del niño, se observan
diferencias en la concepción de enfermedad (véase Tabla 16. Cap. III).
Tomando en consideración la edad que presenta el niño se recomienda
durante el periodo de hospitalización (Cruz Roja Juventud Galicia; 2004):
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Primera Infancia
Favorecer un sentimiento de confianza del niño y de la niña hacia
aquellas personas que son más cercanas. Las voces, caricias, y juegos
de estas personas permitirán percibir al niño o niña que sus necesidades
vitales se verán satisfechas a pesar de los cambios producidos en su
entorno.
Animar a los padres y madres a permanecer al lado de sus hijos e hijas
durante el período de hospitalización con el fin de reducir su ansiedad.
Animarles igualmente a que proporcionen en el hospital los objetos más
significativos para los niños y niñas (un muñeco, un peluche,...) que
posibiliten un ambiente de mayor familiaridad en el entorno hospitalario.
Estimular la autonomía del niño y de la niña promoviendo la adquisición
de nuevas habilidades como caminar, alimentarse, vestirse, controlar
esfínteres, habilidades de exploración del entorno,dado que pueden
verse privados de ellas en un momento de enfermedad u hospitalización.
Promover que los padres y madres presenten al personal sanitario y al
Animador/a Hospitalario/a como personas "amigas" en las cuales el niño
y la niña puedan depositar su confianza.
Promover que el personal hospitalario interaccione con el niño y la niña
de un modo lúdico y que el menor lo perciba como cercano.
Favorecer la realización de actividades que potencien habilidades
perceptivas, motoras, de conocimiento y sociales
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consecuencia de un incremento de la sobreprotección materna/paterna
durante la estancia hospitalaria (Ej. volver a mojar la cama, chupar el
dedo, hablar incorrectamente, etc.)
Sexo
Algunas investigaciones apoyan la idea de que las mujeres perciben el
entorno más amenazante que los hombres, aunque atraviesan más o menos las
mismas circunstancias.
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adolescentes, de 10 a 14 años, encontrando que las chicas puntuaron
significativamente por encima el miedo al daño físico, a la muerte y a la sangre,
excepto en el grupo de edad de 14 años el miedo a la sangre.
Experiencias previas
Las experiencias pasadas influyen en como el niño afronta la hospitalización.
Las relaciones médicas u hospitalarias anteriores afectan de forma diferente en
función de su naturaleza. Si fueron breves, intensas y negativas existe una elevada
probabilidad de producir sensibilización aumentando la vulnerabilidad infantil,
mientras que si resultaron altamente positivas contribuyeron al ajuste del niño a la
nueva situación. Las experiencias previas son de gran influencia en las respuestas
de los niños ante futuras hospitalizaciones.
Trianes (2002) refiere que se debe tener en cuenta que en edades inferiores
a los 6 y 7 años, los niños presentan menos capacidad cognitiva para tener un
recuerdo exacto de la experiencia anterior, y pueden distorsionar el recuerdo
fácilmente, aumentando la intensidad o el dolor del procedimiento temido, así como
presentar creencias infundadas e inexactas.
Afrontamiento al estrés
La hospitalización es una contingencia en la vida del niño puesto que es algo
que no se prevé en la mayoría de los casos, por lo tanto trae consigo una serie de
repercusiones de diferente índole porque el niño está expuesto a eventos
estresantes que tiene que afrontar con los recursos adaptativos con los que cuenta;
al ser un evento nuevo por el que tiene que pasar no sabe cómo poner en práctica
sus habilidades en la resolución de problemas y si éstas funcionarán, lo que le
producirá ansiedad (Guzmán, 2006).
Las capacidades de afrontamiento del niño se observará en relación al
impacto de la hospitalización; el cual está relacionado con un factor circular de
vulnerabilidad (término que hace alusión al impacto que tienen los estresores en las
personas), lo cual dificulta alcanzar un estado de bienestar y disminuye la capacidad
(pluralidad de factores que posibilitan el desarrollo de potencialidades en la
persona), por consiguiente refiere Guzmán, los niños internados quedan desvalidos
y sin recursos personales para hacer frente a los eventos traumáticos que conlleva la
hospitalización (Véase Figura 2).
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Figura 2. Modelo de retroalimentación negativa entre la hospitalización y el afrontamiento.
Nota. Tomado de Guzmán (2006).
En una investigación hecha en Perú por Lirón (2009) se describe los controles y
tolerancia al estrés en un grupo de 20 niños de 6-10 años diagnosticados con cáncer
comparados con 20 niños sanos, con las mismas características demográficas y
socioeconómicas. Los resultados indican que los niños con cáncer son sumamente
evitativos y defensivos frente al ambiente ya que éste les resulta amenazante.
Además, se observa que cuentan con mayor capacidad para tolerar altos niveles de
estrés, sin embargo sus recursos se encuentran inhibidos lo cual hace que ejerzan
mucho control sobre sí mismos, presentando malestar interno e intenso, dejándolos
sin la capacidad de apoyarse en el ambiente. Por otro lado, se encontró que la
leucemia y la quimioterapia resultan los más difíciles en cuanto a malestar vivido y
dificultades de afrontamiento.
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A su vez; Beuf (1989, citado en Ortigosa y Méndez, 2000) refiere que existen
cinco tipos de niños en función del afrontamiento de la hospitalización:
1. “El niño salvaje”. Protestas e intenta saltarse las normas para preservar su
identidad y poder dentro de la institución.
2. “El huésped gregario”. Patrón de conducta opuesto al anterior, conocido
tradicionalmente como el buen paciente. Evita las protestas, respeta las
normas y coopera con el personal sanitario.
3. “El paciente que adopta el papel de enfermo”. Utiliza la enfermedad
(permanece acostado, se preocupa por la salubridad de los alimentos, se
interesa por los resultados de las analíticas, etc.)
4. “El pequeño estudiante de medicina” .Es común en hospitalizaciones
repetidas. Emplea terminología médica, conoce las normas y los derechos
del paciente.
5. “El caso de aislamiento y depresión”. No expresa sus pensamientos ni sus
emociones. Evita el contacto con otros pacientes pediátricos y con el
personal sanitario, resultando difícil establecer relaciones con él.
Kain y Mayes (1996, citado por Inarejos 2007) Hallaron que una proporción
significativa de niños hospitalizados seguían mostrando miedos médicos incluso un año
después de ser dados de alta.
Entre las reacciones más típicas ante la hospitalización del niño según Alonso
(2005), se encuentran:
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2. Depresión: Es otro forma de respuesta del niño que puede surgir por efectos
directos de una enfermedad, debido a la restricción en el ambiente
hospitalario o, por la separación de los padres como consecuencia de la
hospitalización. Se suelen producir trastornos físicos con equivalentes
depresivos: cambios en la conducta motora, trastornos digestivos (rechazo
de los alimentos, diarrea infantil), trastornos del sueño, etc.
Del mismo modo Ortigosa y Méndez (2000) refieren que algunos niños presentan
alteraciones como consecuencia de la hospitalización, siendo las más frecuentes (véase
Tabla 9)
Tabla 9
Repercusiones negativas de la hospitalización infantil
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Sustitución de comportamientos recientemente adquiridos por otros
extinguidos en fases evolutivas anteriores (por ejemplo, recuperación
espontanea de la conducta de chupeteo del pulgar)
Alteraciones del estado de ánimo: estados depresivos, distimia, etc.
Fobias médicas. sangre, inyecciones, daño.
Miedos a la muerte, a adquirir una enfermedad, a las batas blancas, a
pruebas diagnosticas (por ejemplo, rayos X), a atragantarse con la
ingestión de fármacos, a los hospitales, etc.
Ansiedad de separación
Mutismo y retraimiento social
Alteraciones somatoformes: hipocondría, afonía secundaria a
amigdalectomia, etc.
Alteraciones de la conducta alimentaria: conducta negativista ante la
comida, hiperfagia, etc.
Trastornos del sueño y otros relacionados: insomnio, pesadillas, fobias
a la oscuridad, etc.
Trastornos de la eliminación: enuresis, encopresis.
Trastornos de tics: faciales, palpebrales, etc.
Agresividad.
Nota. Tomado de Ortigosa y Méndez (2000).
Capítulo III
Intervención Psicológica
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3.1. Evaluación psicológica
Para ello, los objetivos de la evaluación serían según Palomo (1995, citado Quiles,
Ortigosa, Méndez & Pedroche, 1999):
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o El remitente no es la persona objeto de la evaluación: los pacientes (niños)
son referidos por los adultos responsable, por lo cual los instrumentos deben
se atractivos para que sean aceptados fácilmente.
o Control del medio: Estudio de las variables ambientales que afectan a la
respuesta del pequeño a los estresores hospitalarios.
o Los momentos de evaluación han de coincidir con las situaciones más
estresantes de la experiencia hospitalaria.
Las técnicas psicológicas utilizadas para la evaluación del niño, según Moreno,
Blanco & Rodríguez (1992) podrían ser subdivididas de la siguiente manera, tomando en
consideración como criterio diferenciador las fuentes de información consultadas:
3.2.1.1. Autoinforme
Las medidas de autoinforme, a través de sus diferentes formatos, permiten
acceder al estado subjetivo del paciente, con el fin de valorar sus cogniciones y
reacciones emocionales ante la experiencia hospitalaria.
52
3.2.1.1.1. Cuestionarios de evaluación
Tabla 10
Cuestionario para niños utilizados en la evaluación psicológica hospitalaria
Cuestionario de Depresión para Lang y Tisher (1978) General Anxiety Scale for Children Sarason et al.,(1960)
Niños (Children Depression Scale, (GASC)
CDS).
Cuestionario de autoevaluación Spielberg, Edwards,
CUESTIONARIO DE INFORMACIÓN ansiedad-estado en niños Lushene, Montuori Y
(STAIC-E) Platzek (1990)
Test de información hospitalaria Faust y Melamed Escala de Ansiedad Infantil (AI) Sosa et al.(1993)
(Hospital Information Test) (1984)
Cuestionarios de procedimientos Malestar Emocional (Emotional Reid, Gilbert, McGrath,
hospitalarios (Hospital Procedures Toler (1985) Distress) Chipuer, Ellerton y Ritchie
Questionnaire) (1994)
Test de información sobre el hospital Melamed, Dearborn y Ansiedad anticipatoria ante la Palermo, Drotar y Lambert
(The Hospital Information Test) Hermecz cirugía (Anticipatory Sugery (1998)
Distress)
Cuestionario de conocimiento
(Information Questionnaire) Gillis (1990) CUESTIONARIOS DE CONDUCTAS DE AFRONTAMIENTO
Spirito, Stark y
CUESTIONARIOS DE MIEDOS HOSPITALARIOS Afrontamiento infantil (The Kidcope) Williams (1981)
Escala de Apreciación de Miedos al Relamed y Siegel Medida de disposición del niño (Child Peterson y
Hospital (EAMH) (1975) Disposition Measure) Shigetomi (1981)
Cuestionario de miedos médicos Aho y Erickson (1985) Historia de uso de estrategias de Palermo, Drotar y
infantiles (Children Medical Fears afrontamiento (History of Coping Strategy Lambert (1998)
Questionnaire) Use)
Escala de Estimación de 11 Miedos Rodrigue, Graham- Modo de afrontamiento prequirurgico: Cohen y Lazarus
(The 11 Fears Rating Scale) Pole, Kury, Kubar y dimensión evitadora-vigilante (The (1975)
Hoffman (1995) preoperative mode of coping interview:
Avoidant-vigilant dimensión)
Escala de preocupaciones sobre la Quiles, Ortigosa y
cirugía infantil: Forma niños Méndez, 1998 CUESTIONARIOS DE CREENCIAS SOBRE LA CIRUGIA
Creencias sobre los analgésicos
CUESTIONARIOS DE ACTITUDES HACIA LA SALUD (Pain Medicine Beliefs) Mizell, Lambert, Drotar, y
Jacopson (1994)
Cuestionario de actitudes hacia el
cuidado de la salud (The children Bush y Holmbeck CUESTIONARIOS DE RECUPERACION FUNCIONAL
Health Care Attitudes Questionnaire) (1985)
Inventario de discapacidad
CUESTIONARIOS DE DOLOR functional (The Functional Walker y Zeman (1991)
Disability Inventory)
Richardson, McGrath,
Diario de dolor (Pain Diary) Cunningham y ESCALA DE OBSERVACION
Humphreys (1983)
Cuestionario de afrontamientos de Reid, Gilbert y Cuestionario de conductas pre y Vernon, Schulman y Foley,
dolor (The pain Coping McGrath(1998) poshospitalarias 1966. Revisión de
Questionnaire) McClowry y McLeod (1990)
Escala de locus de control de Nowicki y Strickland Escala de Observación de Estrés Gonzalez y Montoya (2000)
Nowicki- Strickland (CNS-IE). Sosa (1985) Posquirúrgico (EODP)
Nota. Adaptado de Quiles y Pedroche (Ortigosa y Méndez 2000); y Ortiz, 2006 (véase anexos).
Tabla 11
Cuestionarios para padres utilizados en la evaluación psicológica hospitalaria infantil
CUESTIONARIOS DE ANSIEDAD
54
The Zuckerman Adjective Checklist “Listado de Adjetivos De Zuckerman Zuckerman (1960)
Rae (1981)
Adjective Checklist “Listado de Adjetivos”
Robinson y Kovayashi (1990)
Parent Questionnaire “Cuestionario de padres”
CUESTIONARIOS DE INGLES
CUESTIONARIOS DE PREOCUPACIONES
CUESTIONARIOS DE DOLOR
CUESTIONARIOS DE AFRONTAMIENTO
History of Coping Questionnaire “Cuestionario de Historia de Afrontamiento” Peterson, Ridley – Johnson, Tracy y
Mullins (1984)
CUESTIONARIO DE INFORMACION
Child Development Questionnaire (CDQ) “Cuestionario de Desarrollo Infantil” Zabin y Melamed (1980)
Maternal Perception of Seriusness of Child´s Illness “Percepcion Materna de la Berenbaum y Hatcher (1990)
Gravedad de la Enfermedad del Niño”
The Post- Hospital Stress Index for Children (PSIC-C)”Indice de Estrés Melnyk, Alpert – Guillis, Hensel,
Poshospitalario para Niños” Cable-Beiling y Rubenstein (1997)
The Behavior Problem Checklist “Listado de Problemas de Comportamiento” Melamed y Cols. (1976)
CUESTIONARIOS DE SATISFACCION
55
Quiles et al. (2004) refiere que existen diferentes tipos de métodos proyectivos;
siendo uno de los más comunes, la interpretación de los dibujos del niño, ya que estos
pueden ser una forma de expresión de su dolor. Determinadas características de los
dibujos, como densidad de las líneas, número y tipo de figuras, inclusión de partes del
cuerpo (dientes, ojos, miembros, cabeza y genitales) y/o lesiones en las zonas
representadas pueden ser un reflejo del estado anímico del niño.
Para la selección de una de estas escalas se debe tener en cuenta que los niños de
5 a 7 años no tienen capacidad de diferenciar entre ellos mismos y su entorno, su definición
de dolor es “algo” o “alguna” cosa. A partir de los 7 a los 10 años empiezan a diferenciar
entre ellos y los otros y definen el dolor como sensación, y a partir de los 11 años ya existe
una clara diferencia entre ellos y los otros, de manera que la palabra que usan hace
referencia a sufrimiento de tipo físico y psíquico (véase Tabla 12).
Dentro de las escalas de intervalo se incluyen, según Quiles et. al. (2004):
Escalas numéricas y verbales
Escalas analógico-visuales.
56
En este tipo de pruebas se mide la intensidad del dolor la cual se
gradúa en intervalos con etiquetas numéricas o verbales (de 0 a 5 o de 0 a 10;
nada de dolor/dolor ligero/moderado/intenso). Un ejemplo de este tipo de
escalas es The numeric pain scale/“Escala numérica del dolor” en la que los
niños evalúan su dolor en un continuo de 0 a 10, donde 0 es ausencia de dolor
y 10 el peor dolor posible (Ver Figura3 )
También son muy utilizadas las escalas tipo Likert con cinco puntos o
niveles que suelen ir asociados a palabras que sirven para designar el
incremento de malestar en cada nivel: nada, poco, medio, bastante y mucho.
Existe una variedad de estas escalas que es el termómetro de dolor,
normalmente numerada de 0 a 10 donde 0 representa “ausencia de dolor” y
10 “el peor dolor posible”. El niño señala la intensidad de su dolor coloreando
la barra de mercurio del termómetro (Ver Figura 4).
58
Fichas de Poquer (Poquer Chip) 4-12 Hester,1979
Con respecto a la Escala de dibujos faciales las cuales constan de un cierto número
de caras (normalmente de 5 a 10), con distintas expresiones de malestar graduadas de
forma ascendente.
59
Figura 6. Escala de las nueve caras.
Nota. Tomada de Quiles et. al. (2004).
Aquí, el paciente debe imaginar que las caras corresponden a un niño que padece
su misma enfermedad. Posteriormente se le indica que valore su miedo o ansiedad
indicando la cara que mejor representa lo que siente en ese momento. La parte posterior es
una regla graduada que permite convertir la señal del niño en datos numéricos.
60
1. Nombra tres cosas que han provocado que sientas dolor.
2. Rodea las palabras que describen el dolor entre una lista que se le
presenta al sujeto.
3. ¿De qué color es el dolor?
4. Cuando tengo dolor me siento,....
5. Recuerda el peor dolor que hayas tenido. ¿Cómo fue? Dime cómo te
sentiste.
6. ¿Qué te ayuda a sentirte mejor cuando tienes dolor?
7. ¿Qué tiene de bueno el dolor?
8. ¿Sientes dolor ahora?... Si contesta que sí, se le entrega un dibujo del
contorno de una figura humana para que marque la zona donde le duele (véase
Figura 8).
Se puede utilizar con niños y con adolescentes. Entre sus ventajas destaca que
puede ser aplicado de forma individual o colectiva y que se completa en sólo 10 ó 15
minutos.
61
3.2.2.2. Autorregistros
Para medir el dolor, los autorregistros, permiten presentar el registro de dolor en el
mismo momento que se produce. Por ello, son muy utilizados en situaciones naturales.
Quiles et. al.; menciona los siguientes autorregistros utilizados en la evaluación el dolor:
Autoinforme con formato de diario, que posee una escala de respuesta tipo Likert,
que permite señalar al niño ¿Cuánto dolor estás experimentando ahora? El dolor se evalua
dos veces al dia durante el periodo post- quirúrgico.
Diario de la cefalea (Reid, Gilbert & McGrath, 1998; en Quiles et. al.)
3.2.2.3. Observación
La observación de conducta manifiesta, sea motora, verbal o fisiológica; se suele
utilizar en el ámbito hospitalario; ya sea en términos simples o categorías conductuales. Es
necesario para ello contar con observadores entrenados.
Así podemos mencionar las siguientes escalas, Según Ortigosa y Méndez (véase
Tabla 13):
62
Tabla 13
Escalas de observación utilizadas en la evaluación psicológica hospitalaria infantil
Escalas de Observación
Escala de Evaluación del Comportamiento durante los procedimientos Katz, Kellerman & Siegel
(The Procedural Behavior Rating Scale, PBRS) (1980).
Escala de Ansiedad Prequirúgica de Yale (The Yale Preoperative Kain, Mayes, Ciccheti,
Anxiety Scale, YPAS) Caramaico, Spieker,Nygren &
Rimar; (1995).
Listado de Conductas de Afrontamiento Infantil durante los Ritchie, Cay, Ellerton & Arklie
Procedimientos Médicos Instrusivos (Children’s Coping Strategies (1990).
Checklist-Intrusive Procedures)
Listado para la sala de recuperación (The Recovery Room Cheklist) (Peterson y Toler,1986).
Registros de Interacción
Escala de Interacción Diádica Preestresora (Dyadic Preestressor Bush, Melamed, Sheras &
Interaction Scale, DPIS) Greenbaum (1986)
Escala de Interacción Triádica durante el Examen Pediátrico: versión Sullivan, Bush, Mcgrath &
para Situaciones Dentales (The Scale of Triadic Interaction During Farrington (1996)
Pediatric Examination –Dental Version, STIPE-D)
Escala de Interacción Niño- Adulto durante los Procedimientos Blount, Corbin & Wolfer (1987)
Médicos (The Child-Adult Medical Procedure Interaction Scale,
CAMPIS)
Nota. Basado en Ortigosa y Méndez (2000).
63
Consiste en un conjunto de métodos que, aplicados antes, durante o después de la
estancia hospitalaria, tienen la finalidad de potenciar el bienestar del niño y, por
consiguiente, facilitar su adaptación a esta situación estresante. Al respecto, Torres et. al.
señala que:
Los objetivos generales de cualquier programa de preparación psicológica a
la hospitalización se pueden resumir en facilitar información al niño y a sus
padres, establecer una relación de confianza con el personal sanitario, y
enseñarles estrategias de afrontamiento. Al respecto, cabe señalar que al
incluir a los padres, dicha situación permite reducir su estrés y angustia. Y a
su vez, permite instruirles procedimientos que ayuden a los niños a afrontar
las intervenciones médicas (pág.11).
Peterson y Mori (1988; citado en Méndez, Ortigosa y Pedroche, 1996) distinguen tres
tipos de preparación a la hospitalización:
Tabla 14
Relación de técnicas empleadas en la Hospitalización Infantil
64
Técnica Autor Procedimiento Ventajas
Modelado Moix y El niño contempla una cinta de Es el procedimiento más
Ortigosa video en la que se muestra como empleado en la práctica
un paciente afronta la hospitalaria por su
hospitalización. efectividad.
Juego médico Montoya, Se utiliza material inofensivo propio Informa y prepara al niño
Benavides y del hospital y muñecos anatomicos sobre los procedimientos
Gonzales. recreando la escena quirúrgica. médicos mientras facilita
la confianza.
65
Es una intervención psicológica que ayuda a mejorar la calidad de vida de los
pacientes. Difiere de otro tipo de información proporcionada al niño, porque considera el
nivel cognitivo del paciente y facilita los diferentes aspectos de conducta (conductuales) y
emocionales que pueden influir para aumentar la comprensión el niño ante la enfermedad y
la hospitalización.
1. Fase de preparación
Se recaba de los padres la información más relevante del paciente, se
proporciona información al niño sobre diferentes aspectos de la hospitalización
así como las explicaciones necesarias a los padres para estimularles a que
colaboren en el cuidado y bienestar de su hijo. Finalmente, en esta fase, se suele
explicar la estructura del programa de intervención, los objetivos que se
pretenden conseguir y se pide el consentimiento del paciente y de los padres para
su participación en el programa.
2. Fase de Intervención
Se entrena al paciente para favorecer el afrontamiento de la hospitalización, se
informa a los padres sobre los métodos de preparación, se evalúa la eficacia de
los mismos y se realiza un entrenamiento para propiciar la correcta transición del
hospital a casa.
3. Fase de Seguimiento
Se evalúa las reacciones conductuales del niño tras la estancia hospitalaria, bien
preguntando a los padres u observando directamente su comportamiento en un
cita establecida después del alta.
66
3. Sensaciones producidas por la intervención
4. Efectos colaterales
5. Estrategias de afrontamiento del sujeto
Tabla 15.
Tipo y contenido de la información proporcionada en la preparación psicológica a la
hospitalización infantil
Información Contenido
Naturaleza de la intervención médica: cómo, cuándo, dónde y quiénes
le van a intervenir. Fases o etapas por las que pasara durante la
hospitalización, cuánto tiempo durará, quién estará con él, cuánto
Sobre el Proceso tardará en recuperarse, etcétera. Este tipo de información interesa
mucho al paciente ya que las dos principales preocupaciones de los
niños hospitalizados para intervenciones quirúrgicas son, sobre todo,
las inyecciones y el separarse de sus padres.
67
Edad y nivel cognitivo del niño
En relación a la edad del niño y su nivel cognitivo, se establece la forma de cómo se
trasmitirá la información y la participación de los padres en ella.
Tabla 16
Eficacia de la preparación psicológica basado en la información, según la edad y nivel
cognitivo del niño
Estilo de afrontamiento
68
- Locus de control interno versus externo
Una forma de clasificar el grado de aceptación de la información es según el tipo de
locus de control. El niño que posee un control personal interno y considera que
puede influir en las recompensas que recibe, acepta mejor la información cuando
tiene que enfrentarse a una situación estresante. Sin embargo, el niño que cree que
las recompensas dependen del azar, el destino o la suerte y que, por tanto, percibe
el control personal como algo externo a él, tiende a bloquearse ante la información y
prefiere estar desinformado.
Experiencias previas
69
Las experiencias previas pueden influir directamente en la forma en que recibe la
información. Los niños con experiencia previa; como señala Pedroche y Quiles, en
lugar de recibir información preoperatoria lo que hacen es estructurar la información
que ya poseen a consecuencia de su propia experiencia. En estos casos es más
aconsejable la combinación de información de contenido muy general y la aplicación
de técnicas de distracción.
Debido a que los niños con experiencia previa son más sensibles a la información,
es necesario que se considere las experiencias previas de este para programar una
intervención preparatoria; ya que si estas han sido negativas se deberá plantear una
preparación más conductual que cognitiva, orientada a modificar comportamientos
inadaptados.
A. Información oral
La explicación oral es la forma de preparación más sencilla y económica y, por lo
tanto, la más utilizada, siendo conveniente:
1. Evitar las explicaciones largas, complicadas y demasiadas técnicas,
evitando también dar mucha información en poco tiempo.
2. Ser muy conscientes de que se dirige al niño y no al adulto.
3. Utilizar muchos ejemplos clarificadores.
4. Asegurarse de la cantidad de información retenida.
B. Información escrita
Pedroche y Quiles (2000) manifiestan que la información escrita se da a través
de la distribución de folletos informativos, la cual se encuentra dirigida tanto para los
niños como para los adultos. En caso del niño, los folletos suelen contener
elementos referentes al hospital y al procedimiento médico concreto para el que se
tiene que preparar. Los niños suelen colorear estos elementos y manipularlos a su
gusto. En cambio los folletos dirigidos a los padres contienen información general
(funcionamiento hospitalario, horarios, servicios, etc.) o más específicamente
referida al procedimiento médico por el que su hijo acude al hospital.
Otra forma sería a través de libros, estos son más elaborados que los folletos y
proporcionan mayor información. Los libros dirigidos a los niños incluyen historias
que se acompañan con fotos o dibujos de animales o niños que visitan el hospital
para recibir atención médica.
Tabla 17
El juego y el desarrollo en el niño
En las primeras etapas del desarrollo, los niños(as) entran
en contacto consigo mismos y con el ambiente a través de
Sensorio-
estímulos visuales, táctiles, auditivos y cenestésicos. Al ir
motriz madurando, sus movimientos se vuelven más
diferenciados y aumentan en complejidad.
72
3.3.2.2. Funciones del juego
El juego puede ayudar al niño a entender su enfermedad (aclarando los
malentendidos y las fantasías que el niño pueda tener), comprendiendo los procedimientos
y tratamientos a los que será sometido (preparándole psicológicamente para ellos y
facilitando su cooperación), y potenciando de esta manera su habilidad para afrontar las
exigencias de la hospitalización.
Así Doberty (1992; citado en González, Benavides & Montoya, 2000) manifiestan que
el juego proporciona beneficios al niño las cuales logra:
Tabla 18
Clasificación del juego médico
Representación de Juego de hacer “como si”. El niño puede adoptar el rol de médico o personal sanitario y
papeles simular una experiencia médica. Este tipo de juego suele acompañarse de instrumental
(rol playing) médico o juguetes referidos a temas relacionados con la hospitalización.
Juego imaginativo sobre situaciones médicas, con el apoyo de material o juguetes “no”
Fantasía médicos. Muy adecuado en los casos en que el niño teme o rehuye el contacto con
instrumental médico. Genera los mismos efectos que el anterior, pero con menores
niveles de ansiedad y miedo.
74
Se considera: juego no directivo o no estructurado y juego directivo o estructurado.
Tabla 19
75
Juguetes por edades
EDAD JUGUETE
- Muñecos de lana, felpa, trapo.
- Pelotas de lana, felpa, trapo… que las pueda agarrar con la mano y
De 0 a 3 años de gran tamaño.
- Juguetes de arrastre, para rodar, llenar, vaciar, tapar…
(correpasillos)
- Bloques de trapo, cartón, plástico…para hacer construcciones.
- móviles
- Sonajeros. Objetos musicales y sonoros, instrumentos musicales
sencillos: tambor, maracas, panderetas…
De 3 a 7
Muñecos y mascotas:
Los muñecos permiten que los niños se familiaricen con las exigencias de la
hospitalización, así permite enseñar: las rutinas del hospital (mostrando cómo se
toma la medicación, se realizan pruebas diagnosticas, realizan la higiene diaria,
etc.), el instrumental médico (poniéndoles inyecciones, catéteres, utilizando
fonendoscopios con ellos, etc.) y el personal sanitario (mostrando como interactúa
con los médicos, el personal de enfermería, los celadores, etc.)
Existen dos modalidades de muñecos de preparación señala Gonzales et. al. : Los
muñecos neutros y los muñecos mascota
76
Los muñecos neutros son más impersonales, de fácil manipulación y permanece
con el niño durante la hospitalización. Es importante que estos muñecos estén
fabricados con material ligero, que permita hacer incisiones y sea fácil de pintar.
Al ingresar el niño al hospital se le entrega este muñeco con algunas pinturas
para que pueda colorearlo, la actividad le permite reducir el estrés y la ansiedad
propias de esta etapa. El que el niño decida los colores y facciones que tendrá
el muñeco le permite tener una sensación de control, de independencia y
familiaridad. Supone también un importante instrumento diagnostico; ya que los
colores y trazos utilizados, así como la historia que relate en relación al muñeco,
proporciona información sobre el estado físico y emocional del niño.
Tanto los muñecos neutros como los muñecos mascota cuentan con características
como dientes extraíbles, venas preparadas para la introducción de agujas o partes
del cuerpo afectadas dependiendo de las distintas enfermedades. En ocasiones se
acompañan de instrumental y material médico.
Ludomóvil
El ludomóvil ha sido concebido por el Instituto Tecnológico del Juguete y la
Universidad de Valencia, que han realizado su experimentación y trabajo de campo
de acuerdo a las necesidades mostradas por un centenar de hospitales de toda
España. Los psicólogos que han participado en el diseño de este aparato han
coincidido en señalar los efectos positivos que el juego logra en el niño hospitalizado
y en su entorno familiar y asistencial. A través del juego y el entretenimiento, el niño
puede canalizar su agresividad o la tensión acumulada ante un entorno que le
resulta extraño y recrea una atmósfera que le es más cómoda y familiar, lo que
beneficia su equilibrio emocional (En publicación Gobierno de Navarra, 2003).
A través de los juguetes del Ludomovil se puede proporcionar al niño tanto juego de
desarrollo como juego medico. El nivel de directividad de las personas encargadas
variará dependiendo de las necesidades del niño, por ello es necesario que las
personas encargadas de su manejo estén preparadas para ello.
La expresión plástica
La expresión plástica, o como muchos también la denominan, las manualidades, es una
acción que va más allá del mero hecho de confeccionar objetos a través de la imitación
o de una intervención guiada. A través de la expresión plástica se conforma una mente
creativa.
78
Para lo cual se utiliza ciertas técnicas, las cuales podrían agruparse en cuatro
grandes apartados en función de los materiales básicos que se necesitan para el
desarrollo creativo (véase Anexo):
• Creaciones y composiciones pictóricas
• Creaciones con papel y cartón
• Creaciones con pastas modelables
• Creaciones con material de desecho
La música
A su vez, a través de la música los niños enfermos observan que pueden realizar
las mismas actividades que sus compañeros: cantar, tocar algún instrumento,
sienten una gran satisfacción, y empiezan a considerarse miembros del grupo,
integrándose plenamente en él.
Los medios de expresión musical con los que vamos se suele trabajar en el hospital,
son:
• La voz y el cuerpo, como instrumentos más próximos al individuo, entre otras, las
siguientes técnicas: Canto, Percusión Corporal, Expresión Corporal
• Los instrumentos, ya sean "caseros" o instrumentos musicales propiamente dichos,
esto a través de la Ejecución de instrumentos
• La audición musical, que sería la escucha. Activa y Audiciones Musicales
La narrativa
La Lectura puede ser otra fuente de distracción para el niño hospitalizado, al mismo
tiempo que estimula el aprendizaje y la continuidad de su desarrollo. Algunas de las
actividades que puede llevarse a cabo son: leerles cuentos o escuchar los cuentos
que ellos leen en voz alta, intercambiar opiniones sobre libros con niños de mayor
edad, organizar concursos de redacción, etc.
Las técnicas en dos grandes apartados en función del material básico que se utilice:
• El cuento
• La escritura creativa.
3.3.2.6. Factores condicionantes del juego en el contexto hospitalario
Según Gonzales et. al. (2000) los siguientes aspectos son condicionantes del
juego en el hospital:
79
Tipo de enfermedad: Para el juego sería lo más adecuado contar con juegos
adecuados para cada tipo de enfermedad; así por ejemplo: en el área de
Traumatología podrían utilizarse muñecos con algún tipo de problema óseo, muleta,
andador, etc; en el área de Oncología podría ser útil la existencia de muñecos a los
que el niño pudiera cortar el cabello, con la finalidad de ayudarle a afrontar la caída
del cabello, etc.
Estado Físico: El estado físico condiciona en gran medida el tipo y frecuencia del
juego. Cuando el niño se encuentra en el periodo agudo o de convalencia de su
enfermedad, generalmente se siente cansado y muestra un alto nivel de pasividad.
En estos momentos necesita un estimulo que no implique esfuerzo físico ni
necesidad de concentración. Por ejemplo: leerles cuentos, pompas de jabón,
proyectar imágenes relajantes, etc.
Ludoteca: Los hospitales suelen ofrecer un espacio lúdico donde los niños pueden
disfrutar del juego. La creación de una ludoteca requiere que exista personal
dedicado a organizar el juego, a distribuir los materiales y a realizar las actividades
lúdicas con el niño, así como disponer el material necesario para estas actividades.
80
o Función lúdica: Educar por, para y en el ocio y tiempo libre, ofrecer
alternativas lúdicas frente a las que habitualmente disfruta el niño o la niña en
nuestra sociedad.
Sala polivalente: Suele ser un espacio de la sala escolar, del comedor o de la sala
de espera habilitado para el juego, o que en determinados momentos del día se
destina para este fin. En este sentido, es preciso señalar que se considera más
adecuado un espacio destinado y habilitado únicamente para el juego, que posibilita
una disponibilidad continua.
81
Normas de seguridad: Se debe tener cuidado con los juguetes que se utilizan, que
no presenten zonas cortantes o que estén fabricados con materiales y/o pinturas
toxinas.
Tamaño de los juguetes: Es necesario tener en cuenta el lugar en el que van a ser
utilizados. Los juguetes excesivamente grandes suelen ser difíciles de ubicar en los
espacios disponibles y difíciles de manipular por el niño enfermo. Cuando existe un
espacio amplio para el juego pueden incluirse los juguetes grandes; sin embargo,
para niños encamados son mejores juguetes más manejables.
Maestro: Organiza las tareas escolares para los niños más mayores y/o que llevan
hospitalizados más tiempo, a fin de que la hospitalización no afecte al seguimiento
de sus estudios. Las actividades del juego estarían destinadas a entretener a los
más pequeños y a aquellos cuyo estado físico o emocional no les permite el estudio.
Personal de enfermería: Suelen pasar mucho tiempo con los niños y en muchas
ocasiones utiliza el juego para comunicarse con ellos.
82
surjan durante el juego, y para modificar en caso necesario el desarrollo de las
actividades lúdicas.
Moix, Bassets & Caelles (1998) refieren se basa en la contemplación de una cinta de
video o diapositivas, por parte del niño y en algunos casos también por los padres; en la que
se muestra como un niño y sus padres afrontan correctamente todas las etapas de la
hospitalización. Se trata que los niños y sus padres se familiaricen con el proceso de
hospitalización y aprendan por imitación como deben actuar en los momentos más difíciles
del mismo: el ingreso, la separación padres – hijo, las inyecciones, el dolor, etc.
Algunas de las ventajas del uso del audiovisual en relación a otros procedimientos son:
Es un medio atractivo
Se tiene la posibilidad de utilizar trucos visuales o sonoros para enfatizar la
información
Minimiza el coste de esfuerzo y tiempo de aplicación a la vez que maximiza los
beneficios para el paciente
Son de fácil implementación en la práctica hospitalaria cotidiana.
Pero así como tiene beneficios también existen inconvenientes ya que suele ser un
método impersonal, de elaboración costosa y posee limitaciones a estímulos visuales y
auditivos (se complementaria esta técnica con la exposición a estímulos táctiles, olfativos o
gustativos).
Tabla 20
Características principales del audiovisual
Tipo de -Video
audiovisual -Programa diapositivas
-Programa informático
Variantes de -Simbólico
modelado -Coping o de afrontamiento
-Múltiple
-Humano/No humano
Escenas -Ingreso
hospitalarias -Preparación
-Aplicación del procedimiento medico
-Después de la aplicación
-Alta
Información
La información facilitada consiste en información procedimental, sensorial y
de afrontamiento, como se puede observar en la siguiente tabla (véase tabla 21).
Tabla 21
Tipo de información contenida en los audiovisuales
85
Información Información Información De
Procedimental Sensorial Afrontamiento
-Presentación del personal -Olores -Relajación muscular.
sanitario. -Ruidos -Respiración profunda.
-Normas del hospital -Sensación producida -Autoinstrucciones.
-Descripción del procedimiento por el tacto del -Autoverbalizaciones.
medico: aparato, finalidad. aparataje. -Imaginación / distracción.
-Postura y comportamiento que el -Pensamiento del niño.
niño debe adoptar ante la -Emociones del niño.
aplicación de un procedimiento
médico.
Nota. Tomado de Ortigosa y Méndez (2000).
86
Una variante de modelado es la utilización en vivo, no en soporte audiovisual,
de muñecos o títeres, como marionetas o guiñoles, que juegan o actúan en una obra
de teatro simulando el proceso de hospitalización.
Otro recurso son materiales impresos en los que el niño ve dibujos y/o lee textos
ilustrativos de la experiencia hospitalaria.
El afrontamiento es todo esfuerzo, tanto cognitivo como conductual que hace una
persona frente al estrés. Se sabe que los niños también experimentan el estrés, más aun si
presentan alguna enfermedad y son hospitalizados por ello, entonces:
a) Actividades preparatorias:
b) Componentes claves:
88
del pie. El número de grupos musculares a relajar está en función del
tiempo disponible para el entrenamiento.
6. Entrenar al niño a relajarse en situaciones estresantes.
7. Emplear un lenguaje familiar y animar al niño a que aplique la relajación
durante los procedimientos estresantes.
8. Proporcionar una grabación que el niño puede emplear siempre que
quiera.
Imaginación/distracción
Las estrategias distractoras y de imaginación de escenas placenteras se usan a
menudo en combinación con la relajación muscular y la respiración. Se solicita al niño
que imagine una escena tranquila que le haga sentirse feliz. A continuación se le
indica que describa dicha escena para evaluar su capacidad de creación y
mantenimiento de imágenes mentales. De esta forma se comprueba que el niño
focaliza su atención en imágenes sugerentes, relajantes, de gran fuerza emotiva y que
no se centra en estímulos que le producen ansiedad.
Autoverbalizaciones/Autoinstrucciones
El lenguaje interior dirige nuestras acciones, por lo que su modificación tiene
un efecto directo sobre el comportamiento motor. Lograr este cambio es el objetivo
principal del entrenamiento en autoinstrucciones o autoverbalizaciones
(Meichenbaum, 1977; citado en Méndez et. al.).
a) Fase educativa: se les proyectó a los padres una película con dos partes
diferenciadas. En la primera se les explicaba la naturaleza del estrés.
Control de estímulos
90
Los programas de preparación pretenden disminuir la activación vegetativa
excesiva, sustituir las cogniciones desadaptativas por otras apropiadas, eliminar
respuestas motoras inadecuadas como las pataletas y desarrollar conductas de
colaboración con el personal sanitario. Para conseguir estas metas no solo se utilizan
técnicas de reducción de la ansiedad y técnicas cognitivas como las expuestas
anteriormente, sino también técnicas operantes de control de antecedentes, de
práctica de conductas positivas y de control de contingencias.
Ensayo de conducta
El ensayo de conductas y de las habilidades aprendidas se suele efectuar en
un marco lúdico, como el juego de los médicos (Jay, Elliot, Woody y Siegel, 1991;
citado en Méndez et. al.).
Consiste en entregarle al niño material médico como mascarillas, jeringuillas,
vendas, etc., para que lo manipule jugando con un muñeco; además el niño
desempeña el rol de «entrenador» del muñeco en conductas de afrontamiento.
Este tipo de juegos es útil porque permite la ejecución de los comportamientos
recientemente adquiridos y también porque desensibiliza al niño al ropaje,
instrumental y procedimientos médicos a los que va a ser expuesto y posibilita la
expresión de sus temores y necesidades.
Reforzamiento positivo
Consiste en presentar estímulos positivos contigentemente a las respuestas
adecuadas del niño y de sus padres, por ejemplo una señal de aprobación de la
enfermera por la actitud firme y serena de la madre ante las protestas de su hijo.
Jay y sus colaboradores (Jay et al., 1987; Jay et al., 1991, citado en Méndez
et.al.), entregaban a los niños un trofeo como «incentivo positivo», ya que no querían
llamarlo reforzador por la demora en su administración. A los niños se les prometía
que ganarían un trofeo si durante los procedimientos médicos dolorosos hacían lo
mejor que pudiesen: a) mantenerse tumbado y b) respirar como se les había
enseñado. Si el niño mostraba alguna dificultad para realizar cualquiera de estas
tareas era ayudado por la enfermera o por el psicólogo. La situación estaba
planificada de forma que finalmente todos los niños obtenían su incentivo.
Capítulo IV
91
Programas y Técnicas de Intervención Psicológica
92
Figura 9. Proceso del programa de intervención y modificación del autoconcepto
en niños.
93
Los grupos establecidos estaban conformados por:
Grupo 1: Veinte pacientes a quienes se proporciono el PPBI (grupo
experimental o de intervención).
Grupo 2: Diez pacientes que no recibieron PPBI (grupo control).
La segunda fase del programa estuvo conformada por 100 niños y sus
respectivos progenitores. La edad de los pacientes también estaba comprendida
entre los 3 y 12 años. La cirugía a la que debían someterse pertenecía a las
siguientes especialidades: 47 otorrinolaringologia, 4 Ortopedia, 8 oftalmología,
41 cirugía general. Los sujetos de esta muestra se repartieron al azar en dos
grupos: a) grupo experimental: el cual tomó parte en las sesiones antes
descritas y b) el grupo control al que no se le invitó a las sesiones.
94
Figura 10. Primera fase del programa de preparación audiovisual para la cirugía
en pacientes pediátricos.
Figura 11. Segunda fase del programa de preparación audiovisual para la cirugía en
pacientes pediátricos.
95
Los resultados de la primera fase indican que el audiovisual parece ser muy
eficaz según refieren los padres de los niños que van a ser intervenidos. Este
efecto se observa en la primera fase más no existe diferencias en las respuestas
obtenidas en la segunda fase, pudiéndose determinar que el audiovisual
produce una tranquilización inmediata, y este no se mantiene hasta el día antes
de la intervención. Independientemente de ello se observan aspectos positivos
en el uso del audiovisual, ya que permite aclarar las dudas respecto a la
operación y a la hospitalización, ayuda a que los niños tengan una imagen más
familiar del hospital, promueve la conversación entre padres e hijos respecto a la
operación y hospitalización, y aumenta la satisfacción que sienten los padres por
la información recibida por el hospital.
Además considera:
- Análisis de la problemática hospitalaria infantil.
- Prevención a nivel psicosocial
Se centra en la intervención y preparación a tres niveles (Ambiente hospitalario,
el niño y los padres), de manera que la interacción entre los tres se da de forma
positiva y activa. Esto implica lo que el medio hospitalario ofrece y el
entrenamiento por separado tanto a los niños como a sus padres (véase Figura
12).
96
Para poner en práctica los objetivos enumerados se manejan tres instrumentos:
Entrevistas con el profesional de la Salud (Pediatra de Atención
Primaria, Enfermeras, Psicólogo).
Manual para los Padres, donde se les explica todo el Programa.
Vídeo, donde una niña explica cómo fue su experiencia el día que le
operaron.
Juego como medio para enseñar técnica.
98
temporalizaciones como la analepsis (salto hacia el pasado) y la prolepsis
(salto hacia el futuro).
5. En el desarrollo de la narrativa el terapeuta funge como un facilitador del
relato. Su función es escuchar detenidamente la narración y hacer preguntas
reflexivas para que el niño vaya reestructurando su experiencia. el proceso
de la terapia narrativa puede ir de lo reflexivo, dejando que el niño hable
libremente de lo vivido, hasta lo directivo, haciendo preguntas concretas
cuando se salga completamente del objetivo de la respuesta.
6. El dialogo que emplea el niño al narrar sus experiencias puede utilizarse para
elaborar metáforas que tengan relación con sus vivencias y ayudar a
construir una historia alternativa.
7. Para que el niño resignifique sus experiencias traumáticas debe crearse una
historia alternativa. Este proceso comienza cuando el niño narra sus
vivencias, se escucha a sí mismo y reflexiona. La historia traumática que vive
el niño hospitalizado se llama trama, y la inatención es que el niño forme un
contra trama (historia alternativa) para acceder a la resignificación.
8. La contra trama debe ser una historia alternativa que contradiga a la trama,
cuyos personajes, circunstancias e intenciones se desarrollen bien y con
convicción como los personajes de la trama (problema).
Una herramienta de gran interés es el arte; a través del tiempo el arte ha sido de
gran importancia como medio terapéutico considerándose como un área de actividad
expresiva, creativa y también comunicativa. Esta última frase nos lleva a la idea de la
creatividad como salud; si el paciente puede desarrollar su creatividad y expresión
sensorial a través del arte, entonces hemos allanado el camino de su curación o de
su restablecimiento. Si bien la expresión artística en el campo terapéutico se ha
utilizado para la detección de problemas a través de los test gráficos, la
incorporación del arte como vehículo de rehabilitación a través de la creatividad y el
uso terapéutico de la expresión artística se está implantando en algunos pocos
centros hospitalarios con un sentido muy avanzado de la curación integral del
paciente (Klein, 1997; Sudres 1998, en Alonso, García & Romero (2006)
Dentro de las muchas formas del arte, el dibujo viene a representar en el niño
una oportunidad para manifestar los estados de ánimo del mismo, su intelecto y
emociones. Las grafías son utilizadas por el niño como un lenguaje personal, para
99
dar a conocer las ideas, sentimientos e impresiones con relación a lo que quiere
comunicar. Según Duborgel (1981, en Alonso et. al.) el dibujo infantil es una
manifestación privilegiada de la creación artística y es también el lugar en el cual la
psicología puede reconocer la expresión de una “necesidad” psicológica o
emocional, por ello la psicología opta por estudiar las grafías y dibujos de los niños
como un acto que implica contenidos representativos.
Niños de 5 a 8 años
Inicialmente hacen lo que quieren hacer y luego de darles algunas
indicaciones, perciben poco a poco cómo consiguen hacer la actividad
solos. Algunas de las actividades son:
o Máscaras: El motivo lo escogen ellos, y se confecciona con ayuda;
también se usan historias que permitan crear relatos.
o Animales fantásticos: Los niños inventan el “animal más fantástico
del mundo”; primero lo dibujan y después lo hacen en papel
maché, que permite obtener mejores resultados.
4.6. Risoterapia
Es una técnica que puede generar beneficios físicos, psicológicos y sociales,
permitiendo que las personas afronten los problemas o situaciones generadoras de
tensión con mejor humor y menor ansiedad (Christian, Ramos, Susanibar, Balarezo,
2004; citado en Ortiz 2006). La risoterapia parte del fundamento empírico de que reír
y gozar de un buen sentido del humor es beneficioso para la salud y terapéutico (Lupiani,
Gala, Lupiani. S, Davila,Miret, 2005; citado en Ortiz 2006).
Son varias las ONG y las organizaciones que trabajan con esta arma terapéutica en
todo el mundo a través de los clowns o payasos, para contribuir en el bienestar de
las personas hospitalizadas. Entre los grupos destacados se encuentra Payasos sin
Fronteras, La Sonrisa Médica, la Doctora Clown, la Red Bolarroja, que agrupa
numerosas ONG dedicadas a la risoterapia. Asimismo, se destacan las asociaciones
como la Internacional Society for Humor Studies (ISHS), la Asociación Americana
100
para el Humor Terapéutico (AATH), la American Humor Studies Asociación, La
sociedad Japonesa del Humor, la Asociación Francesa para el Desarrollo de las
Investigaciones de la Risa y el Humor, entre otras, que han investigado el poder
curativo de la risa definiendo el humor terapéutico como una intervención que
promueve la salud y el bienestar, reafirmando el valor amortiguador y protector del
humor, tanto en los pacientes como en el personal sanitario (Lupinani et al., 2005).
Los Doctores Bola Roja (2012) señalan que “tienen como objetivo crear un clima
más humano en el ambiente hospitalario, combatir la depresión del niño
hospitalizado, disminuir el estrés de los padres e influir positivamente en el personal
de salud, a través del juego y el humor. Colaborando con el aumento de la
autoestima del paciente, aliviando el proceso de miedo y angustia producidos por la
hospitalización, y creando un vínculo sólido de amistad y confianza con los
pequeños pacientes”.
4.7. Musicoterapia :
La musicoterapia se está empleando como técnica para mejorar el estado
emocional de los niños hospitalizados. La Nacional Association for Music Therapy
(NAMT, citado en Ortiz, 2006) la define como el uso de la música en la consecución
de objetivos terapéuticos, contribuyendo al mantenimiento el incremento de la salud
física y mental. La musicoterapia en el ámbito hospitalario ayuda a reducir la tensión,
brinda una sensación confortable en el niño, facilita la expresión de sentimientos y
promueve movimientos e imitaciones.
102
La música, es una vía de comunicación no verbal, conlleva la expresión de
emociones y de acciones que no precisan de una organización lingüística ni de
explicaciones; por medio de la música el niño encuentra el camino de la relación y
expresión de sus sentimientos (Serrada, 2006).
103
Conclusiones
1. En el transcurso del desarrollo del niño, diferentes factores y/o situaciones pueden
producirle estrés; como ocurre cuando presenta enfermedad, esto significa para él
una condición amenazante, pues no solo es sacado de su ambiente cotidiano
(hospitalización), sino que debe lidiar con su enfermedad y todo lo que conlleva.
3. El ingreso al ambiente hospitalario conlleva muchas veces que los niños presenten
una serie de desajustes sociales, familiares, emocionales y educativos, por lo cual
es necesario proporcionar estrategias de afrontamiento al niño y a sus padres, como
medida preventiva.
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Recomendaciones
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Referencias
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niños en edad preescolar. Educere, 10 (34), 455-462.
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106
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a los niños ingresados. Navarra.es. Obtenido de
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Marcos, Lima, Perú.
Serrada, M. (2006). La música como medio de expresión del niño hospitalizado. Educere
10(32); 35-41.
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