Ortega Martín
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Heterodoxias Medievales
El Libre Espíritu, El Misticismo
Herético y Joaquín de Fiore
Sumario: Se analizan dos fenómenos que se Summary: Two phenomena that have
han dado de forma paralela y conjunta occurred in parallel and jointly in the
en las heterodoxias medievales de la Eu- medieval heterodoxies of Western
ropa occidental en los siglos XIII y XIV, Europe in the thirteenth and fourteenth
que ponen de relieve determinadas pe- centuries, which highlight certain
culiaridades y fenómenos especiales de peculiarities and special phenomena of
las herejías medievales. Así mismo se medieval heresies, are analyzed. Likewise,
trata de comparar tales movimientos con it is about comparing such movements
algunos movimientos protestantes de la with some Protestant movements of the
actualidad que ponen el acento en la es- present that emphasize the eschatology
catología y el fin de los tiempos como eje and the end of time as the axis of their
de su doctrina. doctrine.
Palabras clave: libre espíritu, misticismo he- Key words: free spirit, heretical mysticism,
rético, heterodoxia, pobreza, anarquismo heterodoxy, poverty, mystical anarchism,
místico, profetismo milenarista, Iglesia millenarian prophecy, Church
1986, 192-199.
En 1296 Bonifacio VIII promulgó una bula contra una secta que oraba en des-
nudez, y en 1311 Clemente V escribió al obispo de Cremona para desarraigar de Italia
la secta del Libre Espíritu, cuyos componentes exigían libertad de acción por estar ins-
pirados por el Espíritu Santo6. En 1307 un autoritario obispo de Colonia, Enrique de
Vineburgo, incluía en las decretales de su diócesis, junto a censuras de estilo tradicional
de los begardos, (de ambos sexos, ya que no usaba el término beguinas para las mujeres),
por contravenir los cánones sobre órdenes nuevas, predicar e interrumpir los sermones
de los frailes, una acusación de misticismo herético. Por ese tiempo entre 1306 y 1308
expone Lambert que una beguina de Hainault, cuyo nombre era Margarita Porete, cu-
yos libros habían sido ya quemados por el obispo de Cambrai, fue detenida y enviada a
París por difundir la herejía entre el pueblo sencillo y los begardos. Se niega a responder
a los interrogatorios, pero se declara culpable de herejía ante una comisión de teólogos.
Se le declara relapsa y es quemada en la hoguera en París en 1310. Fue condenada por
misticismo herético y disponemos de su obra original titulada: El espejo de las almas
sencillas, que ha circulado anónimo el original desde el siglo XIV por monasterios y
conventos hasta nuestros días7. Describe la autora su experiencia personal y un diálogo
con el alma, y de cómo el alma sale del cuerpo y se une con la Trinidad, etc… Margarita
se trata de una beguina clériga de la región valona cercana a Bélgica, el libro está escrito
en francés antiguo picardo y luego fue traducido a otras lenguas. A diferencia de otras
autores como santa Hildelgarda o Catalina de Siena, que tuvieron experiencias simila-
res, fue condenada a la hoguera. Explica en su obra como el alma se va uniendo poco
a poco a Dios, y ya en esa Unión no importa nada, y como Amor engendra en el Alma
la Trinidad. Su libro es un libro en parte esotérico, que aunque parece sencillo no lo es,
y trata con ambigüedad la pasividad expuesta del alma liberada y lo innecesario de los
sacramentos8.
Después de lo anterior, en 1312 en la declaración del Concilio de Vienne “Ad
nostrum”9, se señala que había entre los beguinos y begardos de Alemania una “secta
6
Ibid., 194-195. Cf. L. Oliger, De secta spiritus libertatis in Umbria Saec. XIV, Edizione di "Storia e
Letteratura", Roma 1943.
7
M. Porete, El espejo de las almas simples, Siruela, Madrid, 2005.
8
M. Lambert, o.c., 194-195. Cf. R. E. Lerner, Heresy of the Free Spirit in the Later Middle Ages, University
of California, Berkeley, 1972.
9
Este es el nombre de la bula que convoca el Concilio, y señala en la convocatoria como temas a deliberar: el
problema suscitado por la Orden del temple, la reforma eclesiástica y el rescate de Tierra Santa.
abominable”, una herejía del Libre Espíritu. Eran seguidores de la obra de Margarita
Porete y para ellos siguiendo sus consejos podían eludir las limitaciones de los hom-
bres mortales, porque al alcanzar determinado estado místico entonces hay libertad,
porque no es necesaria la obediencia donde está el Espíritu del Señor, ni son necesa-
rios muchos otros ritos cristianos. Incluso exponían que no era necesario levantarse
junto con la elevación de la hostia, y que el ejercicio de la sexualidad no era pecado
cuando la naturaleza lo reclamaba etc… Una cuestión que podemos plantearnos es si
tuvo conexión este movimiento con otros, como los beguinas y begardos del Midi, de
manera indirecta parece que sí10.
En general, a este movimiento se le difamo con rotundidad. Se decía que si
practicaban el libertinaje, orgias y prácticas sexuales aberrantes11, todo ello no se ha
podido demostrar y forma parte del desprestigio al que la propia iglesia sometía a
los movimientos heterodoxos que pensaban distinto. Por eso, como dice Lambert los
partidarios del movimiento místico, tuvieron que vigilar sus enseñanzas para no ser
relacionados con el movimiento del Libre Espíritu. Hubo por tanto una conexión
de este movimiento de pobres, de personas que pensaban distinto y que buscaban la
pobreza, que en parte quedaron marginados por su disidencia y modo de vida. A este
respecto, pero dentro de la ortodoxia cristiana, nos cita un caso similar el profesor
Mitre12: Nos habla de Juan de Ruysbroek, de la región de Brabanza, que tiene rela-
ción con la fraternidad del Libre Espíritu (en algunos presupuestos) y fue defensor
de las vías tradicionales de la Unión Mística, la tercera venida de Cristo. La entiende
el autor como un juicio de postrimería (entendamos que Cristo para los milenaristas
vuelve, y reina por mil años hasta derrotar a Satanás), sin embargo, para el autor,
las dos anteriores tienen que ver con la Encarnación y la recepción de los sacramen-
tos por los hombres. De todos modos concuerda con la interpretación milenarista.
Luego explica el autor como van a ser separados los condenados de los redimidos y
benditos en Cristo, y el papel del Purgatorio.
También ya hemos expuesto la conexión de estos movimientos con la idea
de la pobreza y su sentido de apartamiento del mundo, y que tuvieron que ver estos
movimientos en el siglo XIII y XIV con movimientos como los pastorcillos, el joa-
quinismo y el mesianismo popular, dado su descontento, su rebeldía y su necesidad
de transformar la sociedad13.
10
Véase la obra: R. Manselli, Spirituels et Beguins du Midi, Bibliotéque Histórique Privat, Toulose-Cédex
1989.
11
Entiéndase el desprecio del mundo y de la carne en la mentalidad medieval, y cómo lo bueno era retirarse
a un convento, y se veía la sexualidad como un mal necesario para la procreación, pero nunca se debería de ir más
allá. Véase la obra: V. Fumagalli, Solitudo carnis: el cuerpo en la Edad Media, Nerea, Madrid 1990.
12
E. Mitre Fernández, Fronterizos Clio (marginados, disidentes y desplazados de la Edad Media), Editorial
Universidad de Granada, Granada 2003, 236-240. Cita la obra: J. Ruysbroeck, Bodas del alma, edición,
traducción y notas de T.H. Martin, Salamanca 1989, 46-48.
13
M. Mollat, Pobres, humildes y miserables en la Edad Media, Fondo de Cultura Económica, México 1988.
14
N. Cohn, En pos del Milenio, Alianza editorial, Madrid 1986, 162-163.
15
T. Burat, Fray Dulcino y Margarita, Virus, Barcelona 2016.
16
“La multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo propio nada
de lo que poseía, sino que tenían todas las cosas en común” Hechos 4:32.
17
Véase: 1ª Timoteo 6: 7 y 10, Levítico 25:23, Mateo 19:21, hechos 4:34-35, Hechos 5:1-11, Mateo 4:1,
Mateo 9:28 entre otros.
perfecto, guiará al género humano, y habrá una renovación integral de la tradición ecle-
siástica, toda ella empapada de fariseísmo.
El libro profundiza en el nacimiento del movimiento apostólico de Gherardino
Segalello, “libertario de Dios”. Tuvo contacto con los pobres de Lyon y entró en un con-
vento. Después de ello se dedica a la predicación y a la reforma del cristianismo, desde
un punto de vista anárquico, pues para el teólogo y filósofo Jacques Ellull existe una
convergencia entre anarquismo y cristianismo en diversas épocas. Describe la aparición
de Dulcino, sus predicaciones la comunidad del Piamonte, y destaca la compañera
del mismo Margarita, que la pone en un papel esencial como mujer realzada en la
importancia que tuvo, en una época de posición subalterna y en la que la mujer estaba
relegada al ámbito familiar. De ahí que como se ha dicho los movimientos heréticos
promocionaron la liberación de la mujer pues realizaban reuniones y actividades en las
que ellas, las mujeres, podían participar.
El libro también analiza la paradoja de cómo Pablo exhorta a someterse a las
autoridades superiores porque así lo ordena Dios (Romanos 13:1). La obra recoge la
doctrina del movimiento, pues la única fuente es la de Bernardo Gui, Inquisidor Gene-
ral, que son lo que el mismo relata sobre un número de veinte proposiciones heréticas
y hacen referencia fundamentalmente a esa idea ascética de ese nuevo modo de vida, el
poder dirigirse a los fieles, por sí mismos, libremente, y a la renuncia de los estamentos
eclesiásticos, a la crítica de la riqueza de la iglesia y a su autoridad, a la crítica del
diezmo de los laicos, y el fin de los tiempos, como un futuro liberador y de esperanza18.
El libro trata de hacer una aplicación del movimiento obrero y del redescubri-
miento en la época actual de Jesús como socialista. Es de destacar la primera carta de
Fray Dulcino y Margarita a los valsusinos. Lucha que se exhibe en el apéndice de este
documento de investigación.
18
Fra Dolcino. Nascita, vita e morte di un'eresia medievale, R.Orioli (Editor), Roma 2004.
19
E. Mitre Fernández, Fronterizos Clio (marginados, disidentes y desplazados de la Edad Media), 233-236.
El autor expone: “Si las culpas se saldaran tan fácilmente como este vino, muchas de las almas estarían ya en el
purgatorio”, apéndice del libro, M. Eckhart, El consuelo divino, Castaño Pinan, Buenos Aires 1977, 75.
20
E. Mitre y C. Granda, Las grandes herejías de la Europa cristiana, 176-177, y cita el autor se dedicó a la
mística especulativa.
que Dios, el alma humana es el principio de todas las cosas21. El autor, Echkart, de un
lado está a favor de la idea de doctrina de la reforma de la adopción22, y de otro de
la conexión mística del alma en Dios y en todas las cosas. Para Lambert23, el maestro
Eckhart cayó víctima del propio Enrique de Vinerburgo que había lanzado acusaciones
contra los beguinos de Colonia; fue acusado de herejía y es, después de su muerte en
1329, donde fueron condenadas veintiocho proposiciones de su obra. De otro lado las
beguinas y los begardos se salvaron en principio de ser perseguidos por la indecisión
del decreto Cum de quibusdam mulieribus, y por la defensa de los buenos beguinos,
que llevaban una vida estable y que no discutían asuntos de alta teología hecha en
1323 por Juan XXII en la “Ratio Recta”.
Las sospechas de herejía del movimiento del Libre Espíritu contribuyó a legali-
zarlos. Lo que Lambert explica, tras sus investigaciones, es que había muchas mujeres,
unas más excéntricas, otras menos dispuestas a declarar lo que se les pidiera, muchas
de ellas influenciables o sospechosas, pero en muchos casos cercanas a la locura que
no deberían de haber recibido ninguna atención, pero como veremos más adelante los
sospechosos del Libre Espíritu no fueron exactamente beguinos o begardos. Y hubo
mucha difamación.
Pero volvamos a Eckhart. Muchos lo consideran un precursor de la reforma
protestante y de Lutero24, por sus ideas. Junto a ello es necesario citar a otros po-
sibles precursores de la reforma, como Juan Taulero25 (1300-1361) o Enrique Suso
(1300-1366).
A este respecto en relación a Taulero y a Suso la Enciclopedia ilustrada de la
historia de la Iglesia26 recoge lo siguiente:
-En el caso de Enrique Suso los primeros años de su vida los pasó en la contem-
plación y haciendo penitencias muy severas. Creía que el único medio de complacer
a Dios era atormentando el cuerpo, y llevaba una camisa interior con 150 tachuelas
que se introducían en la carne. Pero al escuchar a Juan Taulero en Colonia, cambió
de pensamiento, dejando atrás las mortificaciones y aprendiendo a confiar en la obra
de Cristo. Decía “Que el hombre humilde debe de reformarse de la criatura pecadora,
conformarse a Jesucristo y transformarse a la divinidad”.
-En el caso de Juan Taulero, tuvo más popularidad por su facilidad el lenguaje
que el maestro Eckart, y sostenía que el alma se hallaba en una de estas tres condicio-
nes: la de la naturaleza, la de la gracia o la de la santificación, y abogaba por el derecho
de que cada creyente debía de pensar y sentir por sí mismo.
21
H. Graef, Historia de la Mística, Herder, Barcelona 1970, 234-235.
22
“Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios”.
15
“Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el
espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!” (Romanos 8:14-15).
23
M. D. Lambert, La herejía medieval. Movimientos populares de los bogomilos a los husitas, 198-199.
24
S. Vila y A. D. Santamaría, Enciclopedia ilustrada de la historia de la Iglesia, 310.
25
E. Mitre Fernández, Fronterizos Clio (marginados, disidentes y desplazados de la Edad Media), 234-235:
Juan Taulero fue uno de los grandes predicadores de la penitencia y el retorno a la vida interior, y Enrique Suso
fue el tercer genio de la mística renana, a diferencia de Taulero, Suso defiende el carácter ortodoxo de su maestro”.
26
S. Vila y A. D. Santamaría, Enciclopedia ilustrada de la historia de la Iglesia, 531-534.
Por todo ello, se dice que todas estas doctrinas influyeron en Lutero a la
hora de vivir en profundidad la fe cristiana como una camino de libertad, donde
el creyente justificado por la fe, es libre de ese sentimiento, al mismo tiempo de la
interpretación de la escritura de manera libre y concordada, y así el Espíritu Santo
obrará sabiamente en el creyente.
Para profundizar un poco más en este tema nos remitimos a la obra de E. Zo-
lla27. En dicha obra, el autor aporta citas del pensamiento de estos autores por ejemplo
de Eckhart28: La soledad, La visión de Dios y la bienaventuranza, El nacimiento eterno.
De Enrique Suso, cita de su obra: El libro de la sabiduría eterna. De Juan Taulero cita las
obras: El amor loco y De las predicaciones.
Para mayor ampliación a nivel teológico nos encontramos con la obra del pro-
fesor De Pablo Maroto que expone la espiritualidad en la Baja Edad Media y en sus
conclusiones expone: “los autores abordan una ascética radical que abarca la renuncia
del yo, del ser, del quehacer de la kenotización29 radical y el abandono en las manos de
Dios, son presupuestos para la unión transformante y equivalen a esas noches oscuras
de San Juan de la Cruz” 30.
De todos modos, incluso ese desapego, ese desasirse de las cosas del mundo,
lo podemos encontrar en la literatura oriental cristiana ortodoxa, en obras como El
peregrino ruso31, de carácter anónimo que hablan en esa filocalia, en ese abandono del
cristiano a la voluntad de Dios.
Pero frente a esta mística especulativa, apareció el movimiento de la “devotio
moderna”. Corriente que surgió en los Países Bajos y se extendió por obras como las
de Gerardo Groote (1340-1384) y de su discípulo Florens Radewijins (1350-1400).
Corriente que se canalizó en la constitución de los hermanos de vida en Común, y en
la congregación agustiniana de Windeshein32.
Esta conexión es aún mayor en otras religiones de corte oriental como el hin-
duismo, o el budismo, que hablan de cortar los velos de la ilusión o Maya para unirse
con el Atman o ser superior a través de la superación del karma, de la práctica del Sha-
dana o camino para alcanzar ese estado superior o Darma.
Sin embargo, no podemos dejar de hablar de la perspectiva del movimiento del
Libre Espíritu antes de cerrar este epígrafe del autor N. Cohn. A este respecto debemos
hacer las siguientes conclusiones:
27
E. Zolla, Místicos de Occidente II: Edad Media, 295-337.
Para ampliar datos véanse las obras: A. M. Haas, Maestro Eckhart, Herder, Barcelona 2002 y A. M. Haas,
28
El terror al fin del mundo y el año Mil, y sus posteriores movimientos, dio
lugar en Europa, a este fenómeno religioso, en un mundo rico de ideas y de movi-
mientos diversos.
En cuanto a esos miedos y su comparación con el año 2000 el profesor Duby33
lo ha estudiado en su obra Año 1000. Año 2000. La huella de nuestros miedos. En esta
33
G. Duby, Año 1000. Año 2000. La huella de nuestros miedos, Edit. Andrés Bello, Santiago de Chile 1995.
obra el autor hace un paralelismo entre los miedos del ser humano de ayer y de hoy,
y los compara en cuanto a la violencia, miserias, epidemias, el miedo al otro, el miedo
al más allá. Porque el tener miedo no es un fenómeno ni una cuestión que se dio en
el día de ayer, sino que forma parte de la condición humana y sus expectativas, y en
cierto modo la historia es la lucha de la especie humana por superar o combatir esos
miedos y su deseo de protección y seguridad y defensa como son las propias guerras.
Hoy las guerras en parte son más sutiles y sofisticadas, pero el miedo y sus factores que
lo rodean, sigue estando ahí. El mismo miedo o similar puede tener una persona que
tiene trabajo y que teme quedarse sin él, y que debe de quedar como vasallo a merced
del Estado proveedor, para que le conceda un subsidio para sobrevivir, como el miedo
del siervo medieval, que tenía que tener contento a su Señor. Las formas de vasallaje han
cambiado, en cierto modo la libertad también, pero los problemas de fondo que atan
a la condición humana, entendemos que no, con un problema añadido: que ahora la
especie humana vive más años, y hace que tenga experimentar más vicisitudes y conflic-
tos, en una sociedad como la actual que necesita esperanzas, pero que está dominada en
gran parte por el consumo y el estrés. Si hoy, como ha tratado el cine, cualquier persona
aterrizase en la Corte del rey Arturo o en un poblado medieval, o viceversa, veríamos
que el miedo y los mismos factores estarían presentes, incluso para el creyente del siglo
XXI que invoca la protección divina, o que cree en determinadas supersticiones, que
ahora se denominan con otro nombre.
Para ahondar más en el tema, remito al artículo de Enciso Recio34 sobre: Año
Mil, año 2000, milenios y milenarismos. En esta obra se hace un esbozo histórico desde
el nacimiento del movimiento, su imagen altomedieval, y luego cómo a lo largo de los
siglos se ha entendido de una manera romántica, en otros casos se ha denostado por los
positivistas, y finalmente la escuela de los annales, lo ha analizado y estudiado desde una
perspectiva más realista e integradora.
Pero dejando a un lado la historia reciente, pasemos a la época que nos ocupa
y que vamos a analizar, Joaquín de Fiore vive en el siglo XII, y muere en los albores o
comienzos de siglo XIII, para Dante este autor estaba dotado de Espíritu profético y
su doctrina fue condenada en el IV Concilio de Letrán en el año 1215. Para él después
de la Edad Media vendría la Edad del Espíritu Santo, algo que parece confirmarse
con la renovación carismática de nuestros días. Fiore señalaba que la Iglesia Romana
había quitado muchos de los dones que existían en la Iglesia primitiva35. Sin embar-
go, tenemos que enlazar con sus obras esenciales que son: Concordia Novi et Veteris
Testamento, Expositio in Apocalipsis y Psalterium decem cordarum. En el siglo XIII es
cuando empiezan a leerse sus obras e influye en los espirituales disidentes, en cuanto a
la observancia integral de la regla y de la pobreza absoluta, junto a estas doctrinas van
a servir de armas de combate aunque no tengan nada que ver con las mismas. Así lo
comenta E. Vilanova, que Joaquín se convirtió en un profeta del mesianismo francisca-
34
L. M. Enciso Recio, Año Mil, año 2000, milenios y milenarismos, Estudios de Historia, Homenaje al
profesor Jesús María Palomares, Valladolid 2006, 411-466.
35
S. Vila y A. D. Santamaría, Enciclopedia ilustrada de la historia de la Iglesia, 396.
era del espíritu que proponía Joaquín, resultaban muy sugestivas para algunas órdenes
religiosas. El propio Liber Figurarum39 de Joaquín de Fiore, influyó en estas órdenes
religiosas. Se trataba de identificar los acontecimientos y las personalidades clave para
predecir el acercamiento del fin del mundo, en base a esta concepción apocalíptica, y de
ahí el cambio de fechas sucesivas, y las innumerables procesiones de flagelantes que se
dieron en todo el siglo XIII y a finales del mismo. Incluso las persecuciones para Joaquín
eran la identificación del comienzo de la Nueva Era.
De todo lo anterior se deduce la necesidad de estudiar con más profundidad
estos santos, profetas y visionarios que se dan a lo largo de la Edad Media y en especial
en el siglo XII y XIII, y cómo establecieron esa conexión entre lo místico y su visión, y
las propias ideas del fin del mundo y los acontecimientos escatológicos que están por
venir, o la propia venida del Anticristo, y el miedo de las gentes a ese posible cambio,
y a esa esperanza, un tanto ensombrecida por la pobreza, y por la enfermedad que en
la Edad Media no fue una excepción, y que André Vauchez ha estudiado en su obra
Saints, Prohetes et visionnaries, especialmente en el capítulo que abarca desde Santa
Hildelgarda de Bingen a Savonarola40. Está claro que los grupos disidentes tuvieron
acceso a la lectura del Apocalipsis, y por tanto a los terrores o profecías que el propio
Libro establecía, como la venida del propio Anticristo. Téngase en cuenta, a su vez, que
el demonio o Diablo para la mente de la Edad Media estaba muy presente en la vida
cotidiana, como un ente o ser maligno, cuando la enfermedad, la guerra, la peste u otras
cuestiones no tenían explicación. La esperanza por tanto de estos visionarios y profetas,
sobre todo para la gente más pobre y humilde, es el regreso de Cristo redentor, que
limpiaría la tierra de toda inmundicia y mal, y con su venida derrotaría también al
Dragón, como símbolo de Satanás, de ahí que todo el imaginario medieval y sus leyen-
das41 estén plasmadas de sucesos y eventos entre lo mítico y lo religioso, y la lucha de los
caballeros contra criaturas infernales que asolaban la tierra, en medio de una era oscu-
rantista, fría y sombría como era la Europa de la Edad Media. Por tanto, Joaquín de
Fiore como tantos otros, fue un detonante, una excusa o punto de apoyo para expresar
determinadas esperanzas e ideas. Esa es la lucha en la Edad Media entre la fe y la razón,
la magia y la leyenda, lo que hace que tenga esta etapa de la historia un lugar especial, y
buen contenido que quizás otras no hayan llegado alcanzar, porque aquí se entremezcla
todo, y parte de algunas fuentes o escritos son en muchos casos mera fantasía, o confor-
man lo que se ha denominado el imaginario medieval, en el que podemos introducir ese
mismo concepto milenarista, de la venida del Espíritu y de Cristo, junto a las propias
agitaciones de los flagelantes y de los diversos movimientos que estamos exponiendo42.
A este respecto ocurre una comparación con Hildelgarda de Bingen y esa tradición vi-
sionaria de occidente, que la autora María Victoria Cirlot también ha profundizado en
39
Véase en: Le miroir du mystère (Lo specchio del mistero). Les planches du liber figurarum de Joachim de Flore.
Catalogue de l'exposition de Salvatore Oliverio, Centro internazionale di studi gioachimiti, et ál. | 1 enero 2002
40
A. Vauchez, Saints, prophètes et visionnaires: le povoir surnaturel au Moyen Age, Albil Michel, Paris 1999.
Véase también la obra: A. Vauchez, Profhètes et prophétisme, Seuil, Paris 2012.
41
D. González Ruíz, Breve historia de las leyendas medievales, Nowtilus S.L, Madrid 2010.
Véase a este respecto las obras: B. Solares, P. Walter, Merlín, Arturo y las hadas, imaginario medieval,
42
Universidad Autónoma, México 2007 y S. Page, La magia en los manuscritos medievales, Truner, Madrid 2007.
el tema, y que creo es necesaria para comparar entre los diversos personajes expuestos
que tienen que ver con la mística y la visión en plena edad media, y contribuye a dar un
barniz y un aspecto más a la misma a todos los efectos.43
Vemos por tanto cómo de los seguidores de Joaquín de Fiore y sus obras
surgieron otros movimientos espirituales y fueron perseguidos y quemados por la
Inquisición por orden del Papa Juan XXII hacia el año 1317. Fueron perseguidos tan
implacablemente como los cátaros y los inquisidores, y se mostraron especialmente
crueles con los espirituales fraticellos44.
Todas estas inquietudes nuevas, se realzan con lo que expone Mitre:
48
Ibid., 29.
49
D. Pentecost, Eventos del porvenir: Estudios de escatología bíblica, Editorial Vida, Florida 1984.
50
Cf. J. Martín Velasco, El fenómeno místico, Trotta, Madrid 1999; Cf. M. Corbi, El Camino interior: más
allá de las formas religiosas, Bubok publishing S.L, Madrid 2013.
3. Breve conclusión
existencia y la vida. Sin duda alguna la autenticidad de estas personas, aunque en parte
desviadas en algunos postulados, dieron su vida y testimonio por seguir el Evangelio.
También en algunos conceptos se anticiparon a su tiempo.