Taxidermia

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Introducci�n

La taxidermia, concepto que proviene de las palabras griegas


taxi:
orden, y
derma:
piel,es el arte de conservar a los animales muertos �despojados de sus v�sceras,
carne yesqueleto� con apariencia de vivos. Surgido a finales del siglo
XVIII,
y dado que losantiguos naturalistas no parec�an muy interesados en conservar las
pieles de losanimales, podemos afirmar que es un arte totalmente moderno. No cabe
duda de que elhombre primitivo era conocedor de sistemas y procedimientos m�s o
menos perfectosen la preparaci�n y conservaci�n de las pieles que habr�an de
servirle de abrigo y otrosmenesteres, pero en ning�n momento tales t�cnicas
tuvieron como finalidad unconocimiento m�s profundo de los animales. El hombre
primitivo anterior a la historiaescrita, empleaba la piel de los mam�feros que
mataba para protegerse del fr�o y es muyprobable que poseyera, como decimos,
ciertas nociones sobre el curtido y la preparaci�nde dichas pieles con el fin de
hacerlas m�s duraderas, pero nosotros desconocemos lossistemas que pudo haber
empleado. Lo que s� es cierto es que no tuvo el m�s m�nimointer�s en conservarlas
desde un punto de vista puramente cient�fico. Desconocedor delos museos de ciencias
naturales �el de Tolomeo Soter, en Alejan
dr�a, no conten�a m�sque animales vivos� ello nos confirma en la idea de que la
taxidermia no le preocupaba endemas�a. Plinio, uno de los autores que escribi�
sobre la historia de los animales salvajes en laantig�edad, nada dice al respecto,
aunque conocemos que durante este tiempo se disecaba a losanimales para analizar
sus v�sceras. As�, sabemos, por ejemplo, que la anatom�a del piteco,mono del norte
de Africa, fue considerada durante mucho tiempo como la equivalente a la delser
humano.Durante la Edad Media, los alquimistas, para excitar la imaginaci�n de los
profanos en lamateria que acud�an a consultarlos, decoraban las paredes con pieles
de animales desconocidospor el vulgo, con frecuencia preparadas mediante
procedimientos muy rudimentarios y que m�starde habr�an de ir a parar a casa de
alg�n anticuario. Ser� a finales del siglo xviii, con elfarmac�utico Jean-Baptiste
B�coeur y su invento del jab�n arsenical, cuando se producir� unaaut�ntica
revoluci�n en el arte de la taxidermia. Todas las pieles de su colecci�n de p�jaros
deEuropa �la m�s numerosa y mejor conservada�, seg�n afirmaci�n de Le Vaillant,
fueronpreparadas siguiendo el m�todo que el propio B�coeur describiera en su
Memoria instructivasobre la forma de preparar a los animales.
En la actualidad, todos estos procedimientos se han ido perfilando cada vez m�s,
con lo que elarte de la taxidermia ha alcanzado cotas rayanas en el preciosismo y
lo perfecto. Tal es lamaestr�a de esos hombres conocidos con el nombre de
taxidermistas, empe�ados en hacer queanimales que un d�a nos asombraron por su
exotismo, sigan deleit�ndonos despu�s de muertoscon su belleza.

FIG. 20
Ya puedes rellenar el animal con algod�n hasta darle la forma deseada. Terminado
el relleno,cose la piel y coloca el ave en una peana para proceder a las �ltimas
verificaciones. En el casode que la nuca o el cuello no est�n suficientemente
rellenas, introduce el algod�n por la boca ypor las �rbitas oculares. Luego, fija
el pico con un alfiler, rellena los globos oculares con arcillay adhiere en ella
los ojos de cristal. Alisa y peina las plumas y, por �ltimo, pintas el pico y
laspatas al �leo, dej�ndolo secar el tiempo preciso.
Montaje del ave con las alas extendidas
Detallaremos aqu� la disecaci�n con las alas extendidas, puesto que puede ocasionar
ligerosproblemas al aficionado. En primer lugar, debes haber montado anteriormente
varios ejemplarescon las alas plegadas, puesto que adquirir�s cierta pr�ctica que
te ser� indispensable en elmomento de disecar el animal en actitud de vuelo.Una vez
despellejado el animal como de costumbre, realiza una peque�a incisi�n en la
partesuperior del cr�neo. Si el ave tuviera cresta, efectuar�as la incisi�n en la
garganta. Por estaabertura sacar�s los sesos, la lengua y toda la carne que
encuentres; espolvorea con b�rax y cosela incisi�n.Haz otro corte por debajo del
ala, por el que sacar�s la carne. Espolvor�alo con b�rax eintroduce una varilla lo
suficientemente s�lida para que pueda mantener el peso del ala. Ahoravas a dar la
forma definitiva, por lo que te aconsejo consultes libros en que halles el animal
enpleno vuelo.

Con un cart�n que sujetar�s por debajo del ala con alfileres, dar�s la curvatura
deseada.Tambi�n te puede ser de utilidad el empleo de alambres. Estos alambres los
cortar�s seg�n lasmedidas que te dimos en anteriores apartados. Cada uno de estos
alambres debe poseer lasuficiente longitud para poder doblarlo cuando sobresalga
por el extremo del ala y, a la vez, paraque sirva de punto de apoyo mientras �sta
se seque. Los introducir�s entre la piel y el hueso ylos sujetar�s al h�mero con un
par de vueltas de otro alambre m�s fino. Antes de sujetarlo,puedes recubrir el
h�mero con un poco de algod�n para evitar cualquier roce que da�ar�a elhueso.
Montaje de pieles secas
En el caso de que lo desees, puedes montarte un archivo en donde colocar�s todos
losdatos que puedan serte de utilidad (longitud del ave desde el pico hasta la
cola,envergadura total de punta a punta
de las alas con �stas extendidas, dimensiones del alacerrada, de la cola, del
tarso, de la punta del pico hasta su base. Adem�s, puedes tambi�nclasificar el
nombre del animal, popular y cient�fico, el sexo, la fecha y lugar de captura...).
Paratodo ello, te ser� de gran utilidad poseer la piel seca del animal.Al efectuar
el desuello destinado a una piel seca, debes tratarla con b�rax en lugar de
jab�narsenical. Una vez el desuello est� hecho, rellena la cabeza por la boca y las
�rbitas oculares co�algod�n y clava el pico.Inmediatamente despu�s, pliega las alas
con la ayuda de unas pinzas y envuelve el ave en unpapel, apretando bastante el
cuerpo del animal para que sus plumas queden perfectamentedispuestas una vez secas
(fig. 21).
FIG. 21

Conservaci�n de huevos y nidos


La nidificaci�n de las aves posee una gran importancia para el estudio de la
ornitolog�a.En realidad, esta especialidad no encierra grandes problemas y podr�s
efectuarla conextrema facilidad. Basta con que hagas un agujero, de dimensiones no
muy grandes, enla parte central del huevo en el cual introducir�s un alambre
torcido, haci�ndolo girar entodas las direcciones para destruir su contenido. Luego
inyecta aire con una jeringuillapara conseguir que con la presi�n salga la clara y
la yenta. Una vez hayas sacado de suinterior esos elementos, lo lavar�s con agua
hasta que la c�scara quede lista para laconservaci�n.
Es probable que el huevo est� en estado de incubaci�n. Para saberlo, deber�s
ponerlo en unrecipiente con agua. En el caso de que el huevo se hunda, �ste estar�
incubado o a medioincubar y, entonces, su limpieza te presentar� algunos
inconvenientes, que solucionar�shaciendo un agujero de mayor tama�o. Puedes
introducir dentro del huevo sosa c�ustica ensoluci�n concentrada, dejando que �sta
act�e por espacio de algunas horas. Luego, te ser� m�sf�cil limpiarlo.Debes
proteger las colecciones de la luz, solar, puesto que los huevos perder�an su
colorido.Junto a cada huevo pon todos los datos que te sean necesarios para poder
reconocerlosposteriormente.De vez en cuando, para la buena conservaci�n de los
huevos, debes limpiarlos con un pa�oempapado en agua fr�a.En el caso de que quieras
conservar alg�n nido, los m�s indicados son los que tienen huevos,puesto que los
que ya poseen cr�as acostumbran a estar llenos de par�sitos. Suponiendo que elnido
lo encuentres colgado de un �rbol, corta las ramas unos cent�metros por encima y
pordebajo del nido y luego lo sujetas en una peana. Si, por el contrario, el nido
se hallaba en elsuelo cuando lo encontraste, col�calo en una cubeta.Para su buena
conservaci�n pulver�zalo con una soluci�n de alcohol o producto insecticida,
queevitar� los par�sitos.

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