El Amor Es Una Farsa Melodramatica v2

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El amor es una farsa

melodramtica
Cuentos

Alejandro Archundia
Volumen 1 versin 2.0

Mensaje del autor


Una vez ms, te agradezco mucho el haber descargado este libro. Cualquiera que haya sido
la razn por la que te encontraste frente a esta lectura, sabrs que te espera un viaje de
emociones, de personajes cuya razn de existir es esa fuerza que nosotros llamamos amor.
Ojal y los personajes se comuniquen contigo, que te hagan vibrar y recordar. Que suees al
mismo tiempo que descubres algo de ti que quizs no conocas.
Como bien lo dice Eric Fromm La paradoja del amor es, ser uno mismo, sin dejar de ser
dos. Y es que algo que quise demostrar en estos cuentos es esa lucha entre el dar todo sin dejar
de ser uno mismo. A veces las circunstancias llevan a la transformacin del amor en algo ms
puro, ms honesto y en otras ocasiones el amor termina de tajo, como en un silencio tan cercano
como la muerte.
Esta antologa est compuesta de cinco cuentos. Brain Edition gan un premio en el ao
2008. Cintura Elctrica es el cuento ms viejo y personalmente es mi favorito. Los dems
experimentan con la narrativa y mucho con las formas y los monlogos internos.
Es importante recordarles que este es tan slo el primer volumen de una serie de antologas
que abordan el concepto Farsa Melodramtica que no es ms que una irona trgica dentro de
la vida de las personas. Concepto que invent a partir de las ironas que mi propia existencia me
ha llevado a experimentar.
Disfruten, cualquier comentario es bien recibido.

Este mensaje es una farsa melodramtica,


Alejandro Archundia
[email protected]
NOTAS SOBRE LA VERSIN 2.0

En agradecimiento a tod@s los que han descargado este libro, agregamos tres
cuentos ms. Espero que los disfruten y que esperen los prximos libros: Animales
de Pantano (Novela indita), Teatro breve para leer, actuar y
enloquecer (Antologa de obras de teatro breves) y el segundo volumen de Farsas
melodramticas cuyo tema es la muerte.

El amor es el silencio ms fino, el ms tembloroso, el ms


insoportable.
Jaime Sabines

Sincrona
Volvers a tomar el papel. Quitars el seguro del cajn y sacars la pluma, esa
pluma azul que te regal el da que publicaste tu primer libro. Probars la tinta en
la orilla de la hoja. Escribirs su nombre, quiz escribas el tuyo a un lado, quiz
hagas un acrstico con el nombre de ambos entrelazado, no importa, ser slo para
comprobar que an tienes tinta. Ser un 17 de noviembre a las 17 horas.
Regresars a escribir acerca de ella. Otra vez.
Escribir sobre un personaje, una ella, que por razones azarosas conoce a un
personaje l (l). Se vern en la plaza de un pueblo. l habr tenido el suficiente
valor, basado en las caractersticas psicolgicas del personaje, para acercarse a Ella
e invitarle un poco de ilusin (la ilusin estar representada por un algodn de
azcar). Ella lo aceptar, tendr que ser claro que al personaje Ella le interesa l,
que quiere pero que no quiere. Le regalar una sonrisa arrugando el lunar de su
mejilla y seguir su camino por la avenida principal. l habr entendido el
mensaje, se colocar del lado derecho de la acera y caminar a su lado,
desprevenido de lo que le espera, se notar que sus ganas de vivir son muchas, que
es valiente, que su insistencia es su herramienta de seduccin. Caminarn hasta la
noche, l estar feliz, Ella se habr culpado por no decirle a l su verdad, guardar
silencio, vivir el momento. Se despedirn a la orilla del ro, l querr besarla, Ella
se negar y le dar una justificacin absurda, se me ocurre que ser Tenemos
diferente religin No tenemos nada en comn o No estoy lista una frase que
aclarar que Ella quiere comprobar que l est interesado en ella. Cuando l se
haya marchado, Ella podr liberar la tensin y reconocer que l le gusta, que
disfrut su compaa. Luego tendr que callar de nuevo, cuando entre a su casa y
su marido la est esperando, con esa paciencia que caracterizar al personaje, con
la cena servida y ninguna pregunta. Ella sentir culpa, cenar con su marido en
silencio. A la hora de dormir, se acostar del lado derecho de la cama (aunque ella
siempre haya preferido el izquierdo), depositar un beso inspido en la mejilla de su

marido y al escucharlo roncar, Ella abrir los ojos y le pedir a su Dios en voz
queda, la oportunidad de ver a l otra vez.
Escribir cmo un personaje, un l, se enamora de una ella (ella). l
regresar a su casa, con el pecho a punto de estallarle. Saludar a sus padres,
comer una concha de vainilla y recostado en su cama pensar cmo es Ella. Se
dar cuenta que Ella quiere pero no quiere, que podr ocultar lo que piensa pero
no lo que siente. Su padre entrar a la habitacin, se tomarn juntos una cerveza,
l no resistir la angustia y le contar del lunar que Ella tiene en la mejilla, le
hablar de su sonrisa, del aire misterioso que le rodea la cintura, del perfume de
sndalo que Ella dice le prepara su abuela. El padre sentir temor, habr de
suponer que una mujer tan hermosa tendra dueo ya. l ignorar las advertencias,
soar con Ella.
Se encontrarn una semana despus, en el mercado. Ella estar comprando
guayabas, llevar en la mano una bolsa con manzanas. l la habr estado buscando
desde esa noche, con los ojos hinchados de recordarla (procurar justificar bien este
encuentro). Se acercar a Ella, que desde metros atrs percibir el delicado aroma
a sudor que tanto le atrajo de l la primera vez. A ambos les temblarn las manos,
l seguir, Ella lo esperar clavada al suelo y afianzada de la bolsa con manzanas.
Ella recibir la bolsa con las guayabas y sentir como otra mano se apodera de la
suya. Dentro, se le desatarn 14 mil fragmentos celulares, la imagen del marido
quedar sepultada entre el trauma de la infancia y la muerte de su hermano. No
tendr caso contenerse, sus dedos jugarn una danza hasta quedar pegados.
Caminarn unidos hasta llegar a casa de l. Ella tendr miedo, pero no dudar en
querer hacerlo. Al entrar, ella pondr la bolsa de pollo sobre la mesa mientras l se
asegura que no haya nadie en la casa. Y no habr nadie. Ella sacar una guayaba
de la bolsa, le quitar la cabeza y la pondr en la boca de l. Ser la ltima vez que
ella recuerde, en ese da, la hora y sus minutos, cerrar los ojos.
l sentir como sus labios se vuelven de papel, respirar aceleradamente cuando
sus manos bajen con delicadeza los tirantes del vestido caf, tendr un escalofro
cuando ella le acaricie la espalda con las uas. Tendr cuidado de no lastimarla
cuando rueden por el piso astillado, la penetrar como si la vida se le fuera en ello.
Asegurar que en ese preciso instante, Dios y el demonio se encuentran en perfecta

comunin. Llegar la noche, Ella dormir del lado izquierdo del petate, amarrada
con el brazo al pecho de l, soar con un momento que se repite sin cansancio, l
soar lo mismo. Ninguno escuchar el ruido del cerrojo, ni la puerta que se abrir
dejando entrar al padre y al marido que se encontrarn (como ellos) por razones
azarosas en la plaza del pueblo (Tendr que justificar eso). Los mirarn con odio,
los despertarn de sbito, Ella se colocar detrs de l sin dejar de abrazarlo. El
marido no sentir furia, ni coraje, no es parte del personaje, ser una reaccin de
conmiseracin. El marido enloquecer y saldr corriendo de la casa, Ella no lo
seguir, nadie sabr nadie del marido hasta la maana siguiente, en la que
encontrarn su cuerpo inerte a la orilla del ro.

Detendrs la escritura, dejars la pluma sobre el escritorio, esa pluma
gris que l te regal antes de que te fueras a vivir a otro pas. Te preguntars si l
habr recordado la fecha. Abrirs el cajn, antes de guardar la pluma escribirs en
el filo de la hoja su nombre, quiz escribas el tuyo a un lado, quiz hagas un
acrstico con el nombre de ambos entrelazado, no importa, ser slo para
comprobar que an tienes tinta. Cerrars el cajn. Ser un 17 de noviembre, te
habrs olvidado de la hora y sus minutos. Te dars cuenta que regresaste a escribir
acerca de l. Otra vez.

Cmo decirle a Lul


Tengo miedo de decirle a Lul que esta es la quinta vez que pasamos por aqu,
ella confa mucho en su brjula y en sus dos aos de experiencia como nia
exploradora, pero yo no puedo estar equivocado, desde aqu puedo ver el pedazo
de paliacate que amarr en una rama desde la segunda vez, Lul es muy linda, su
cara se pone roja siempre que el sol le da directo a las mejillas, no puedo lastimarla,
si la ofendo ya no me tomar de la mano como anoche en la fogata mientras
quembamos malvaviscos y los maestros cantaban canciones que slo ellos
conocen, que chistoso, se saben muchas canciones pero no saben el camino de
regreso, eso les pasa por querer hacer sus dichosas prcticas de campo, tambin a
ellos les da vergenza reconocer que estamos perdidos, Porqu son as los
mayores? Porqu no pueden aceptar sus errores? Les encanta echarle la culpa a
alguien ms; Que si el clima, que si Pepe no se hubiera regresado al bao, que si las
ardillas no se hubieran comido el mapa... Puros pretextos para lavar sus culpas,
claro, como ellos no estn cargando las casas de campaa pues podemos darnos el
lujo de dar vueltas hasta que como el burro que toc la flauta encontrar un camino
que nos lleve hasta donde est el camin.
No quiero lastimar a Lul, pero ya est oscureciendo y al Choche ya le estn
rugiendo las tripas de hambre, Laurita como siempre se ha puesto a llorar igual o
peor que cuando perdi el concurso de la reina de la primavera, Godnez est muy
plido y cansado, nos hemos tenido que detener varias veces porque al pobre a
cada rato se le caen los lentes y sin ellos no ve nada, los dems andan en las
mismas, hambrientos, sudorosos, sin agua, Lul me va a perdonar pero tengo que
decirle a la maestra que fui dejando pedacitos de paliacate en algunas ramas,
precisamente por si los maestros nos perdan, no es que no confe en ellos, pero he
tenido sueos horribles, la otra vez so que el profesor Quirarte nos llevaba a la
fbrica de chocolates y que a todos a los que nos habamos portado mal con l nos
tiraba en una tina grande llena de chocolate y que nunca volvan a saber de
nosotros, y sueos por el estilo, por eso tom mis precauciones, adems mi pap
siempre me ha dicho que hombre prevenido vale por dos.

Como decirle a Lul que esta es la sexta vez que pasamos por aqu, se ve tan
segura de si misma, por eso me gusta, a Larios tambin le gusta, pero porque se
parece a su mam, morenita y chaparrita, como aquellas que salen en las pelculas
que le encantan a mi abue, ya les dije a los maestros lo de los paliacates y ni caso
me hicieron, creyeron que era una broma, tpico, los adultos jams creen en los
nios a menos que otro adulto les diga que son supersabios, hasta me dan ganas de
regresarme solo, bueno, con Lul, pero si cree que le voy a hacer algo malo? La
vez que le dispar un refresco en la tienda de don Braulio me dio las gracias, pero
al da siguiente me dijo que ya no quera que nunca le comprara refrescos, le
habrn dicho algo sus paps? Mejor me quedo callado, capaz que me deja de
hablar.
Ha oscurecido y los profesores al fin se dieron cuenta que slo hemos estado
dando vueltas, tratan de calmarnos con las tpicas palabras del adulto desesperado:
No pasa nada, todo est bien Seguramente ya nos estn buscando, mejor vamos
a descansar Muchos ya estn llorando, yo no estoy preocupado, s que Lul va a
notar mi rastro y con lo inteligente que es nos llevar hasta el camin, ya descubri
unas frutitas que nos han estado sirviendo de comida, nada de peligro, puras
vitaminas, tambin se dio cuenta de que la Lupe todava tena mucho agua y habl
con ella para que nos diera a todos, qu linda es Lul!
Segn el reloj de Manuel, ya son las doce de la noche, ni rastro de alguien que
venga por nosotros, en la casa de campaa que compartimos Manuel, Godnez, el
Choche y yo, nadie duerme, pasamos el rato leyendo unas historietas del Choche,
sufrimos el olor de los pies de Manuel, Godnez nos muestra una revista prohibida
que le rob a su pap, es increble lo grande que puede llegar a crecer una mujer,
me da asco pensar que Lul se volver as, ella que es tan linda as de chiquita, tan
tierna, las mujeres de la revista son todo menos tiernas, Cmo decirle a Lul lo
bella que es.
El Choche es el ltimo en caer, todos duermen profundamente menos yo, no
dejo de pensar en Lul, me pongo mi chamarra y salgo a mirar las estrellas y a
respirar aire fresco, afuera Quirarte y la maestra tambin duermen, me da risa or
como roncan, me siento a un lado de la fogata, contemplo las constelaciones que se
forman, que por cierto, Lul las expuso en la clase de Geografa, fue de las pocas
clases que se me quedaron bien grabadas, veo a la osa mayor y veo tambin a Lul
salir de su casa de campaa, al verme se acerca a platicar conmigo, me dice que
tiene mucho miedo, llora casi en silencio para que los maestros no se despierten,

me dice que ella estaba segura que como nia exploradora nos poda sacar de aqu,
yo estoy muy a gusto de que ella est junto a m, siento maripositas en el estmago,
y decido hacer el primer sacrificio de amor en mi vida.
Me armo de valor y le digo que yo he estado marcando las ramas con pedazos
de paliacate, al principio no me quiere creer pero la tomo de la mano y con
lampara en mano le enseo el rastro ms cercano, caminamos unos cuantos metros
en la oscuridad y le alumbro el siguiente, me pide que sigamos adelante, pero ahora
el que tiene miedo soy yo, no podemos alejarnos mucho del campamento, est muy
oscuro y algo malo nos podra pasar, me da un beso en la mejilla y me pide una vez
ms que sigamos, la tomo fuertemente de la mano, rezo una oracin en silencio y
sin pensarlo comienzo a buscar las ramas marcadas, Cmo decirle a Lul que no.
Me doy cuenta que todos los nios tenemos un ngel de la guarda, estamos a
punto de llegar hasta donde est el camin, puedo ver en Lul lgrimas de
felicidad y tranquilidad, estoy pensando que es el momento de decirle que me
gusta, le aprieto la mano y le digo que es una nia muy linda, muy tierna, muy
bonita, ella sonre, me da las gracias y otro beso en la mejilla, seguro que no me
lavo el cachete en un buen rato, llegamos al camin y muchos policas y padres de
familia nos rodean, mis padres me abrazan y me revisan a ver si estoy bien, los
padres de Lul hacen lo mismo con ella, que les dice que hay que ir por los dems
compaeros, que solamente hay que seguir el rastro de los paliacates que ELLA
haba puesto por si nos perdamos, yo no dije nada, simplemente le segu la
corriente pensando an en aquel beso, policas y padres siguieron a Lul que los
conduca por el camino que mis trapos haban marcado, eran las tres de la
maana, la osa mayor segua bien clarita en el cielo.
Al da siguiente todo fue muy especial, a Quirarte y a la maestra ni los
regaaron por habernos perdido, dijeron que haba sido parte de la prctica para
ver como reaccionaba nuestro instinto de supervivencia, todos les creyeron y hasta
les dieron una mencin honorfica de la S.E.P, a Lul le dieron unas medallas en los
nios exploradores, en la escuela un diploma muy bonito por idear esa genial idea
de los paliacates en las ramas y el derecho de estar de abanderada en la escolta
por el resto del ao escolar, mis amigos me dejaron de hablar por creer que yo los
quera engaar al decirles que la idea haba sido ma, Quirarte me dej un mes sin
recreo por haberme ido sin permiso del campamento y por exponer a Lul a los
peligros de la noche y Lul jams volvi a besarme en la mejilla, difcilmente me

volvi a hablar. Ella tan linda, tan inteligente... Como decirle a Lul que me
rompi el corazn.

Corre-gir (Dcima del silencio)


Experimento amoroso farsimelodramtico en un acto.
No corrijas. Nunca corrijas. Dale algo ms. Algo que suene bien. J u e g a con
las fffffoormaasss,
tus dedos desnudos golpean y los golpes aparecen transformados en una letra.
Aqu ests. Aqu estamos, escribiendo, t marcas la pauta de la frase, yo respondo
con la siguiente, suerte de escritores, nos reconocemos en las palabras, en las
huellas que marcas en tus textos, con las seales que te pongo en los mos. Pero
nada es suficiente, tenemos que comulgar el sueo con el conjunto, que este escrito,
el primero que escribimos juntos, para nosotros, nos lleve anclados en el sueo
hasta un clmax, sin la necesidad de alterar nuestros sentidos al contacto de
nuestras manos.
Siguiente paso. A lo que sigue. Corrige. Siempre corrige. Te gusta jugar con el
punto y seguido. Yo prefiero los dos puntos: pares, ubicados a la misma distancia,
separados por un espacio vaco, redondos como el ciclo de nuestras vidas. Pero lo
que nos encanta son las comas, s, las comas. Y si lo incluimos en nuestros
respectivos libros? Eso es una cacofona, es una propuesta, te gusta la ese, porque la
golpeo con el anular de mi mano izquierda, tus manos son huesudas, Ves? A ti
tambin te gusta la ese, no te sumerjas en eso tenemos que corregir, la segunda fase
del proceso, a mi me gusta as como est, hay que cambiarle, darle varias pasadas,
lelo en voz alta, as no funciona.
Pagaste la luz? Para qu te preocupas por eso en este momento? Me acord,
estamos corrigiendo el texto, disclpame me acord eso es todo, -----, no te enojes,
-----, qutale esas rayas no sirven para nada, esas yo las puse y se quedan, Ah, Ya te
decidiste a hablar! Las rayas se quedan, -----, Podemos seguir? Ya es muy tarde,
pues vete a dormir y yo termino, vas a maquillar lo que yo puse para que se cargue

a tu estilo, no seas paranoica, te conozco, Entonces no te duermas y corrijamos!


Ests cayendo en el lugar comn, siempre caemos ah, porque te falta madurez
creativa, si eso crees entonces para que hacemos esto juntos, porque pareca una
buena idea, lo es y eso demuestra que no me falta madurez creativa, Pero ya
camos en el lugar comn! Por tu culpa, sacaste la estupidez de la luz!
No crees que es demasiado corto? Era otra cosa algo lindo pero ya no lo es,
parece un texto de cada, Quin se est cayendo? Nosotros mensa nuestra idea, no
me digas mensa limtrofe, y ahora quien llev las cosas al lugar comn, no me
gustan tus sarcasmos cerebro de gusano, insultndome no vas a llegar a ningn
lado me vale madres en el fondo s que tus rencores son porque me amas, ja ja ja ja
ja, reptas bruja pretenciosa, kome kaka kavrn, No le hagas esto a nuestro texto!
K paz, no aguantaz unaz pekeaz faltaz de ortografia? Nunca te cre capaz de
hacer algo as era nuestro cuento nuestro lazo, ava una bes un ombre que... Ya
basta! Iva a escrivir un testo con zu amada y... Deja de hacer eso por favor! La
iztoria ce fue al carajo...-----, Adnde vas? -----, Arturo? -----, perdname no
pens que te fuera a doler tanto fue una estupidez disclpame, -----, Qu haces?
no seas tonto yo no quera ya te dije disclpame, -----, suelta eso ya ven vamos a
corregir el texto disclpame carajo, -----, ya no exageres vamos a corregirlo, -----,
por favor te gustan las comas Te acuerdas? -----, aljate de ah suelta eso no mires
as, -----, Nooooo!, -----. Estpido texto, no lo borres djalo como est, pero es
nuestro smbolo, No toques ni cambies nada! T tampoco queras que quedara as,
Es una ficcin y nada ms, Slo una ficcin? S, slo eso.
Se fue la luz. Lucirnaga fundida, empozoando todo lo que tocas, carcamn,
desodorante de zorrillo, meteco, nonada, limtrofe, chancro, pedazo de basura. Un
silencio. Lgrimas. Descarga de la emocin. Afuera llueve, adentro est que arde.
Bruja, cerda malparida, puta que cobra de a peso, frgida, bola de pelos escupidos,
fusta, gargajo de albail, palafrenera, gibada. Otro silencio. Relmpagos. Despus
todo oscuro. Y ahora? Y ahora que pendejo, pues se fue la luz, no la pagaste.
Tercer silencio. Se escucha un ruido. Te echaste un pedo marrana?, No seas
imbcil! Empuj el silln y se movi, a mi se me hace que te pedorreaste, el len
cree que todos son de su condicin, ni digas nada porque ya me est llegando el
olor y los sillones no huelen cuando los empujas, Bueno ya! Me ech uno chiquito.
Silencio. Relmpago cercano. Por un instante se dibujan las siluetas. Qu me ves

animal?, Ah ching! Cmo sabes que te estoy viendo?, hasta ac siento tus pupilas
como estacas, supongo que eres una gata que mira en la oscuridad, Te vi! no te
hagas, ests loca y paranoica, loca por casarme con una escoria, escoria que te
coges siempre que ests caliente, una pinche escoria que no me dura ni ocho
minutos, ms vale calidad que cantidad, calidad de marca libre, entonces con que
poca cosa gimes, soy buena actriz. Quinto silencio. La luz regresa unos segundos.
Oscuro otra vez. Tanta pendejada que compras en el sper y no eres capaz de
comprar unas velas, con la limosna que me das ni para unas pinchurrientas velas
me alcanza, pues claro que no si todo te lo gastas en maquillajes y billetes de
lotera, Eso crees? Si se me acaba comprndote para tragar pinche barril sin
fondo, de alguna manera tengo que desquitar mi infelicidad, No eres feliz? Pues
cuando quieras te puedes largar! La puerta est muy ancha y hasta un elefante
como t cabe por ella, Tal vez debera hacerlo! Mi mam si sabe hacer de comer y
seguro que cualquier mujer es mejor en la cama que t, rale cabrn! Pues te me
largas que este pinche departamento es de mi pap y cuando quiera te puedo
correr, est bien nada ms que llegue la luz para poder verte a la cara y decirte que
te vayas mucho a chingar a tu madre Perra desgraciada!. Silencio largo. Llanto de
ella y coraje de l. Oye flaquita disclpame se me fue la mano, Siempre es lo
mismo hijo de la chingada!, no de veras perdn, ya es muy tarde estoy cansada de
que me humilles. Silencio. Relmpago. Llanto. l se acerca un poco a ella. Mi
amor, Que quieres!, chiquita disclpame los dos dijimos cosas que no debimos, te
amo pero eres un patn, ya no llores S? flaquita?, ven y abrzame. Octavo
silencio. Se abrazan con recelo. Remanso. Disclpame a mi tambin, no te
preocupes bonita me merezco todo lo que me haz dicho, Oli mucho mi pedo?,
No te s decir soy un desodorante de zorrillo. Silencio. Risas. l la besa en la frente.
Ella se acurruca en su regazo. Bsame, Quieres?, tu que crees, que s,
demustrame que no son ocho minutos, te amo, yo tambin te amo. Dcimo
silencio. Inicia el ritual amoroso. Dos almas perdidas en el ego se funden para
hacerse una sola. Regresa la luz. Qu pas?, Puedes apagar la luz?. Oscuro.
Nada de lo que escribiste es cierto verdad?
Los insultos?
S. Los insultos.
No. Para nada.

Segura?
Cllate y bsame.

Crnica de los 17 candados


Se miraron durante unos minutos. Estaban sentados en el borde de la cama. Sus
manos se acariciaban inconscientemente. l quera llorar, ella no quera enfrentar
la situacin. Mariana contemplaba la habitacin como recordando lo que para ella
haba sido durante mucho tiempo su santuario de paz, su espacio alejado de la
realidad que a veces se antojaba aplastante.
A l se le sali una lgrima, por su cabeza no haba ms que la sensacin de
quedarse sin ella. Pens en miles de frases, palabras que en algn momento fueron
suficientes para hacerla sonrer pero que ltimamente ya no arrojaban resultados
favorables. No dijo nada, saba que por primera vez en mucho tiempo no iba a
servir de nada.
Ella lo mir de nuevo. Con su dedo suavemente le limpi la lgrima y lo abraz.
Son el timbre, el taxi haba llegado.
1
Se conocieron en su lugar de trabajo. Ella, Mariana, acababa de llegar de Canad
despus de un ao de hacer obras de caridad. Al ser hija de padres exitosos, su
trabajo no era una necesidad, ms bien encontraba en su trabajo esa especie de paz
que te da el hacer cosas buenas por los dems. l, Ramn, estaba a cargo de la
capacitacin del personal que llegaba a laborar a la empresa.
Su primer encuentro, fue durante su primer capacitacin a la que Mariana lleg
tarde.
El segundo encuentro fue una repeticin del primero, Mariana, con su aire de
ligereza que la caracterizaba, no contemplaba la importancia de la puntualidad
para Ramn, as que decidi jugarle una broma para que no volviera a retrasarse.
El tercer encuentro corri con ms suerte, Ramn hizo obvia la belleza de las
pestaas de Mariana, lo que cre una especie de intimidad furtiva entre los dos.

Ella tena pareja. Para Ramn esa clase de hechos descartaban a alguien como su
posible inters afectivo. Sin embargo, Martn disfrutaba mucho esos pequeos
momentos en los que comparta con ella. Lo hacan sentirse joven, lo hacan
sentirse especial.
Una tarde despus del trabajo, Ramn not a Mariana triste, ella le cont de su
familia, de la soledad, de los momentos en los que sientes que no encajas en ningn
lado. Ramn le dio un abrazo. Para l, fue como si un candado con el que cuidaba
su corazn se hubiera cado.
2
Esa noche, Ramn pens en la famosa frase nunca subestimes el poder de un
abrazo.
Los encuentros eran cada vez ms recurrentes. Los saludos en el trabajo se
convirtieron en largas horas de plticas nocturnas al telfono y chat. Los dos
haban encontrado una puerta abierta por la que estaban dispuestos a seguir
caminando. Nadie se haba percatado, ni ellos mismos que estaban construyendo
un puente invisible entre sus deseos y sus emociones.
Da de descanso. Da que para Mariana significaba pasear con sus padres. Para
Ramn significaba quedarse en su casa a pensar. Lo sorprendi un mensaje de
Mariana que le explicaba que se encontraba confundida debido a un sueo que
haba tenido. Ramn era psiclogo, tena cierta facilidad para interpretar los
sueos de los dems. El sueo de Mariana era hermoso. Mientras Ramn deseaba
que hubiera sido l, el hombre con el que so Mariana, otro candado
silenciosamente desapareca.

3
Los das pasaron y Ramn segua sin considerar a Mariana como una posibilidad
de enamorarse, hasta que por primera vez, vio a Mariana platicando con uno de
los empleados nuevos. Martn tena que dar otra capacitacin pero no dejaba de
pensar en ella y en la posibilidad de dejar de tener eso que slo ella le daba. Por la
noche, en contra de todas las convenciones, Ramn tir un candado ms y le
confes a Mariana que haba sentido celos.

Mariana no supo qu contestar, para ella le resultaba difcil creerlo, y es que por
mucho que el enamoramiento hace sus locuras, ella jams se habra imaginado que
lo que poco a poco comenzaba a sentir por l pudiera ser correspondido. En la
vida, en el plano real, haba tantas cosas que los separaban; su condicin en el
trabajo, su edad, su condicin econmica; pero en el plano inmaterial, todo los
una.
4
Por un tiempo dejaron que la vida siguiera, pero la tentacin de hablarse, de
acercarse iba creciendo sin que ellos se dieran cuenta. La situacin no era sencilla,
para Ramn, el estar con Mariana implicaba un riesgo, un riesgo de perderlo todo
a causa de una relacin que no tendra futuro. Para Mariana, las implicaciones
sociales tenan ms peso, romper todos los moldes y los esquemas establecidos y la
terrible sensacin de decepcionar a sus padres. Sus emociones seguan adelante
pero su cabeza les marcaba razones lgicas y justificables para no estar juntos.
Ramn quizo cerrar un candado y decidi no seguir con la relacin. Mariana llor,
pero estaba segura que era lo correcto. Ramn no tard en arrepentirse de no
seguir, finalmente Porqu tendra que quedarse con el deseo de amar a alguien por
evitar los riesgos? Mariana siempre fue ms valiente que Ramn, pero en esa noche
decidi, a diferencia de lo que hacen todos los adultos, tirar otro candado y
apostarle a su felicidad.

5
Ramn amaba los libros y las sorpresas. Un da apareci en su escritorio un libro
que se llamaba Ramn el preocupn y un chocolate. La ingenuidad de Ramn
lo llev a pensar que haba sido alguien ms. Cuando supo quien fue un candado
ms haba desaparecido.
6

Haba un vnculo, un lazo que los una cada vez ms. Cualquier momento era una
oportunidad para mandarse un mensaje, para intercambiar secretos, para llenar de
palabras hermosas el corazn de cada uno.
Ramn tena que ausentarse unos das para dar una capacitacin en otro pas, en
ese tiempo no estaba seguro que el lazo que haba construido con Mariana era lo
suficientemente fuerte, pero mientras preparaba su maleta una sensacin de vida
permeaba su estmago. Era amor. Y tena que decrselo a Mariana, que para el da
que Ramn se tuvo que ir se notaba muy triste. Antes de irse, unos das antes
Ramn tir a la basura un candado ms. Se arm de valor y busc un momento
para estar a solas con Mariana. La bes. No fue el beso ms hermoso, no fue el
beso que quizs Ramn hubiera querido darle, pero fue sorpresivo, intenso, lleno
de esa energa que emborracha al que lo recibe.
Un momento antes de irse, Ramn busc otro momento, cada vez era ms
necesario buscar esos momentos a solas, era importante, l tena que decirle algo y
cuando lo hizo, nunca le haba hecho tanto sentido decirle a alguien Te amo.
7
Durante el viaje, a Ramn le hizo compaa un regalo en una bolsa que Mariana
le haba hecho, un rompecabezas que al unir las piezas, se mostraba la
correspondencia de Mariana. Para l, as era su relacin, un rompecabezas que al
principio nadie entenda, pero que al poner las piezas todo tena forma, todo tena
sentido.
A pesar de la diferencia de horarios, siempre encontraron oportunidades para estar
en contacto. Ramn se llev el beso, su esencia y mientras viajaba y conoca un
pas que siempre so conocer, todo lo que vea le pareca el regalo perfecto para
ella. Tirar candados ya era cada vez ms fcil.

8
Oxitocina. Esa encima que el cerebro libera cuando se est enamorado. Ramn y
Mariana la soltaban a montones. Haba algo mgico entre ellos, quizs el hecho de
tener una relacin en secreto, quizs el hecho de verse unidos por fuerzas que
parecan del destino, quizs los retos que poco a poco superaban.
Lleg la temporada vacacional. Ramn, que a pesar de los candados que haba
tirado le pareca que todo terminara pronto, vea con tristeza que l y Mariana

permaneceran alejados mucho tiempo. Ella viajara a su pas. En secreto, le


prepar a Ramn la mejor de las sorpresas. Cuando se fue a Ramn le dej una
caja, una caja que contena videos rotulados para cada da. Cada da era algo
diferente, cada da algo para amar ms a Mariana. Mientras Ramn vea
diariamente los videos y cuidaba a la gatita de Mariana, Le escriba correos todos
los das y le escriba poemas. No haba amor ms grande. Los dos parecan estar
hechos el uno para el otro. Haba cado un candado ms.
9
No haban terminado las vacaciones cuando pudieron estar en contacto. Ella le
confes su pasin por el tatuaje de corazn que Ramn tena tatuado en el brazo
derecho. l le envi una foto, ella le pidi que no lo hiciera porque no podra
hacerse responsable de sus actos. l pens que ella estaba jugando. Ella le confes
lo que hizo, una muestra de deseo y de pasin para s misma. l dud por un
momento, nunca haban tocado el tema del deseo. Se cay un gran candado, los
dos, se abrieron la puerta para hacer ms ntima su relacin.
10
Superaron la prueba de la distancia. Ramn y Mariana se reencontraron y ya eran
una pareja, que segua escondida pero pareja. Se acercaba la fecha del cumpleaos
de l y ella le tena preparada una sorpresa. No se la pudo dar ese mismo da
porque muchos queran festejar a Ramn, sin embargo, l no se despeg de ella en
todo el da, l slo quera tener su compaa, estar cerca de ella. Le hizo un regalo,
una foto de ellos y con la letra de ella la frase en ingls: Nunca ms volvers a
estar solo.
A Mariana se le ocurri una idea loca. Para Ramn las ideas de Mariana eran
descabelladas, pero siempre haba esa admiracin, esa pasin por atreverse a hacer
las cosas de manera diferente. Se escaparon del trabajo para celebrar el
cumpleaos de Ramn un da despus. Se fueron al parque. Mariana traa
guardado un pastelillo con merengue de fresa. Lo mordieron al mismo tiempo y ese
pequeo detalle se convirti en una tradicin. Comer a dos bocas. Un candado
menos.

11
Llegaron al punto en el que los besos, los abrazos y las palabras ya no eran
suficientes. Estaban listos para darse, para entregarse y alcanzar el punto mximo
de su amor. Tuvieron un encuentro fallido, no se pudo, no era el momento.
12
Lo intentaron una vez ms. Arreglaron un encuentro un da se asueto. Ese da otro
gran candado se desintegr. Se unieron en un momento en el que la vida se les iba
en estar juntos. Pasin, saliva y flujos se mezclaron. Los dos cuerpos pasaron a ser
uno, las almas se tocaron en la cumbre. Volaron.

13
El amor comenz a notarse. Cada da era ms difcil no mostrar que estaban
juntos, que haban decidido desprenderse de las cadenas que los ataban. An haba
mucho que vivir, mucho que descubrir. La gente cercana comenz a hacer
preguntas. Ramn era un buen mentiroso, pero en el fondo no soportaba la idea de
tener que ocultar una relacin que lo haca sentirse vivo, sentirse un ngel. Para
Mariana era ms difcil, menta, pero su corazn quera gritar lo mismo.
Una tarde Mariana y Ramn se reunieron en casa de ella para hacer trabajo extra,
la madre de Mariana se dio cuenta del vnculo.
Pareca que todo estaba acabado, Mariana estaba lista para despedirse de Ramn,
pero l, creyendo en la grandeza de su amor, tuvo el valor de confrontar la
situacin y habl con la madre de Mariana, que para su sorpresa, estuvo de
acuerdo con la relacin. Un candado menos, ahora alguien ms era parte cmplice
de una historia de amor que haba superado cualquier adversidad.
14
Se encontraban seguido. Cada da encontraban nuevas formas para amarse.
Establecieron una dinmica para verse sin problemas. Para Ramn, cualquier
problema, cualquier reto le pareca problema pequeo, Mariana era la mujer con
la que quera estar, pero Ramn no contemplaba el mundo exterior, la presin del
trabajo, el cansancio de la rutina laboral que siempre hace mella en cualquier
trabajador. Sin darse cuenta, esa situacin empez a ser parte de la relacin.
Ramn se quejaba con Mariana. Ella siempre lo escuchaba y quizs por lealtad,
quizs por amor, ella misma empez a sentirse enojada con el trabajo.

15
Algo estaba mal con Mariana. De pronto se senta culpable de su amor, de pronto
se senta ajena, alejada de todo el mundo que la rodeaba, varias ocasiones quiso
terminar con la relacin, pero siempre regresaba. Pareca que se pertenecan pero
las circunstancias no eran las ms favorables. Se amaban, Mariana y Ramn se
amaban, pero haba ocasiones en las que Ramn quera estar con Mariana y ella
quera hacer otra cosa. Por su propia naturaleza, Mariana empez a sentirse
enjaulada, Ramn empez a sentirse solo.
16
Se acercaba el cierre del ao laboral. La presin hasta el cuello. Mariana y Ramn
ya no eran los de antes. Obligados por las circunstancias que les exigan ocuparse
de sus responsabilidades, cansados de ocultarse, preocupados inconscientemente
por el futuro. Mariana viajara de nuevo, pero esta vez se ira mucho tiempo. Con
todas esas dudas en el aire, el amor no desapareci, pero permaneca oculto.
Crisis, hubo crisis, cualquier pretexto era vlido para que la intolerancia estallara, si
no era l, era ella, se peleaban, discutan. A diferencia del principio, en el que eran
incapaces de irse a dormir sin arreglar las cosas, las disculpas iban desapareciendo,
aparecan reclamos constantes. Ramn le quiso dar ms espacio a Mariana, ella
sigui su naturaleza, pensaron en la posibilidad de un ltimo encuentro.
17
Una tarde, siete meses despus de la declaracin de amor de Ramn. Sus cuerpos
se unieron una vez ms, sus almas se mezclaron, alguna especie de liberacin
ocurri entre ellos. Saban que quizs sera la ltima vez y dejaron a un lado los
problemas que fueron caractersticos en su ltima etapa. Ninguno de los saba que
sera de sus vidas, si es que una vez ms superaran la prueba del destino, si es que
seran capaces o si vala la pena cargar el peso del silencio, se entregaron, se
reconocieron, se tuvieron, se perdieron, se amaron.
Se miraron durante unos minutos. Estaban sentados en el borde de la cama. Sus
manos se acariciaban inconscientemente. l quera llorar, ella no quera enfrentar
la situacin. Mariana contemplaba la habitacin como recordando lo que para ella
haba sido durante mucho tiempo su santuario de paz, su espacio alejado de la
realidad que a veces se antojaba aplastante.

A l se le sali una lgrima, por su cabeza no haba ms que la sensacin de


quedarse sin ella. Pens en miles de frases, palabras que en algn momento fueron
suficientes para hacerla sonrer pero que ltimamente ya no arrojaban resultados
favorables. No dijo nada, saba que por primera vez en mucho tiempo no iba a
servir de nada.
Ella lo mir de nuevo. Con su dedo suavemente le limpi la lgrima y lo abraz.
Son el timbre, el taxi haba llegado.
l pens en todo lo que ella le haba dado. Ella pens en el tatuaje de corazn.
Antes de partir se tocaron las manos por ltima vez. Remanso. Sin que el otro lo
supiera los dos pensaron al mismo tiempo que sera de sus vidas a partir de ese da.

Cintura Elctrica
Te levantas con pesadez despus de dormir tan slo un par de horas, la noche
anterior fue divertida, pero los estragos resuenan en tu cerebro con singular alegra.
Bostezas, te mueves con torpeza, el camino al bao te parece lejano. El agua de la
regadera se resbala por tu cuerpo resucitando cualquier idea de celebracin,
mientras frotas el contorno de tus senos con el jabn recuerdas aquel comercial que
supone que tomar un bao es rejuvenecer y volver a la vida, te lamentas de no
haber comprado esa marca. Tus pies mojados dejan huellas en la alfombra. La
toalla blanca moldea tu figura, el turbante seca tu cabello para que no se maltrate.
C aminas a la ventana y suavemente deslizas tus manos sobre la cuerda para mirar
el amanecer. Es temprano, abajo se escuchan ligeros zumbidos de los pocos autos
que circulan por la avenida. La luna se oculta justo frente a ti. Acompaas la
imagen con un trago del tequila que sobr de la noche anterior. Nunca has
entendido porqu el alcohol ayuda a que te coloques las medias con mayor soltura.
La falda negra espera sobre la cama, miras la luz rojiza del despertador que indica
que aun ests a tiempo de tomarte otra copa, un cigarro para que te sepa mejor.
Piensas que tu cuerpo semidesnudo resplandece ante el espejo, tu cabello est
perfectamente rizado, te untas un poco de crema en el rostro, la locin perfuma tu
cuerpo y te hace sentir una nia otra vez.
El auto te espera ansioso en el estacionamiento. Miras a padres e hijos andando
con prisa y malas caras porque se ha hecho tarde para ir a la escuela. Das las
gracias por no tener hijos, por no estar casada y por ser tan organizada en tu vida
que tienes calculado cada detalle para la llegada al trabajo. Depositas una moneda
en la mano del conserje por el favor de abrir la puerta, este te da las gracias y te
habla respetuosamente, ests segura que eres la nica a la que le habla as. Llegas a
la esquina, el voceador repite la rutina diaria y te ofrece el peridico, es la misma
sonrisa del conserje, te alegras de recibir tus primeros halagos del da. El trfico es
insoportable a estas horas y puedes notar el descontento de los hombres y mujeres
que sudan por no estar a tiempo. T ests tranquila, el tiempo te sobra, aprovechas

el embotellamiento para mirar de nuevo ese sobre que reposa en el asiento trasero.
Lees la invitacin por sexta vez, no puedes creer que la persona que considerabas el
amor de tu vida contraer nupcias el da de hoy, peor an, te cuesta ms trabajo
aceptar que no se casar contigo. Interrumpes la sptima lectura al notar que los
conductores adyacentes a ti no dejan de mirarte, sonres una vez ms, juegas con su
flirteo, finges que ests interesada, les brindas algunos segundos de alegra y
regresas a tu asunto, para ti los coqueteos son parte de la vida diaria, la boda del
amor de tu vida no lo es.
Te repones de tu tristeza cuando entras por la puerta, recibes la acostumbrada
mirada encueradora por parte de los policas que cuidan la puerta; Los saludas,
caminas por el corredor y notas la gran cantidad de hombres que se mueren por
tomar el ascensor contigo, tu oculto estado de nimo provoca que los halagos
comiencen a incomodarte, sobretodo cuando el pequeo espacio se llena de una
mezcla de olores y perfumes baratos que contrastan con tu delicada esencia de
3000pesos la botella. Sales del encierro, tu cuerpo se levanta cuando caminas por el
pasillo, sabes que las mujeres te envidian, las habladas a tus espaldas y sus ojos de
rencor son mucho ms gratificantes que cualquier piropo, saludas a todas para
aumentar tus regodeos, tu olor impregna los cubculos, sabes que eres la reina de
ese lugar, sobretodo cuando entras a una de las dos oficinas en ese piso y
encuentras el tradicional ramo de flores sobre tu escritorio.
El trabajo es de lo ms sencillo, vigilar lo que los dems se acomiden a hacer en
tu lugar, el poder que tienes te causa placer, una sonrisa, una mirada, un beso,
tareas sencillas que no te cuestan, no quieres pensar que tu puesto de ejecutiva te lo
ganaste con esos adeptos. Hora del almuerzo, te pasas la mitad del tiempo
espantando a todos aquellos que quieren sentarse al lado tuyo, degustas un rico
emparedado de tu preparacin y una soda de dieta. Es la novena vez, Ricardo y
Mara, el amor de tu vida y la bruja, la persona que no es ni el diez por ciento
mujer de lo que t eres, la tipa que fue despus de ti, la intil que crees que no lo
conoce, la cerda que no tiene nada de lo que tienes, la suertuda que posee lo nico
que te falta. Se acerca la hora de la salida, llamas a tu madre con el celular ms
moderno del mercado para preguntar, asegurarte de que ir a esa boda est bien,
ella te pide prudencia, te habla de la cantidad de hombres que desearan estar a tu
lado, de lo racional que suenan las frases: T eres una ejecutiva, l slo es un

maestro T eres una diosa, el es un don nadie. Sabes que tu madre trata de
ayudarte, le agradeces, haz tomado una decisin, piensas que esa boda no sera
nada si no ests presente, vas a hacerles el favor, irs a demostrarle lo que ha
perdido.
Tienes una cita con el destino, antes de salir de la oficina, pasas a agradecerle a
tu jefe por las flores que todos los das iluminan tu escritorio, l siempre quiere algo
ms que un agradecimiento, le pides que tenga paciencia, que antes de tenerte
tendr que dejar a su esposa, no tienes miedo de soltar esas palabras, ests segura
de que nunca lo har, nunca podr tenerte, el hombre no te inspira la mnima
confianza para estar entre sus brazos. Te despides de tus compaeros, las mujeres
recuerdan que ests aqu y sus caras se hacen largas otra vez, eso te recuerda que
eres la mejor. Altus citius fortius, as dira el querido profesor que hoy se te va.
Caminas con soltura, no hay panza que tengas que ocultar, no es necesario
quebrarte la espalda para sacar los pechos, no necesitas el vaivn de tus glteos
como pndulo para sentirte hermosa. Eres natural, eres una diosa, eres la mujer
que cualquier hombre deseara tener, por tu cuerpo, por tu inteligencia, por tu fino
rostro, por tu sabidura. Ninguna es mejor que t, pocos hombres son dignos de ti,
tienes la posibilidad de escoger y no que te escojan. El ego y tu seguridad se suben
al auto con rumbo a la boutique ms elegante para comprar un vestido a tu altura,
un atuendo que resplandezca tu condicin de musa, el elevado sueldo que percibes
te da la oportunidad de comprar lo que se te antoje. La invitacin se burla desde el
asiento trasero, una seal de lo nico en lo que haz fracasado, un antagonista
silencioso que quiere arrancarte la autoestima para tumbarte al suelo, slo para
que conozcas el mundo de los pobres seres humanos.
Haces la entrada triunfal en la plaza, los hombres se rinden a tus pies y observas
con horror como las esposas, novias y parejas dejan de ser atendidas cuando pasas
junto a ellos. Analizas las ropas que ellas visten, notas una tendencia a que ellas
presuman su cintura no importando su tamao o su inexistencia. Miras pantalones
por debajo de la cadera justo en el lugar donde la espalda se divide, blusas y
playeras estampadas que presumen el ombligo pero dan peso especfico a la
cintura. No puedes dejar de rer, miras sus lonjas luchando por esconderse, los
pantalones ajustados a punto de reventar, panzas que convierten al ombligo en una
caricatura. Tus burlas carecen de remordimiento, te hubiera gustado vestir de otra

manera para demostrar tu pequea cintura elctrica que destroza corazones, que te
coloca a la par de los ngeles. Se te ha ocurrido algo, escoges el vestido de noche
ms hermoso y le pides a la empleada que le haga algunos ajustes, ese atuendo
debe por sobre todas las cosas presumir tu cintura. La mujer regresa con el vestido
en unos cuantos minutos, al entallarlo con tu silueta el lugar se transforma, todos
los reflectores apuntan hacia la cintura elctrica, recibes las acostumbradas miradas
de envidia de las mujeres y los pensamientos animales de los hombres presentes,
este es. El gerente de la tienda se acerca y te ofrece un atractivo descuento a
cambio de una foto y el permiso para hacer de esa foto una forma para publicitar
el lugar, halagos ms, halagos menos, te sientes tan duea del mundo que te das el
lujo de negarte, pagas tu vestido y sales con un mar de luces multicolores adentro
de la sangre.
La hora se acerca, llegas con el tiempo justo a tu hogar, tomas otro bao para
refrescar tus poros, al salir metes tus pies en agua de sbila para que resistan toda la
noche de baile, rocas tu cuerpo con aquella fragancia que slo usaste cuando salas
con l. Tomas una copa de tequila, fumas un cigarro. El silencio del departamento
te hace pensar que su alma te pertenece, no sabes lo que hars al llegar, pero ests
segura que algo se te ocurrir. Te colocas el vestido, te miras al espejo, viajas al
pasado, recuerdas aquella noche de Junio, la ltima que estuvo en tu cama, el coito
del adis, la noche que fue de ustedes, aquella en la que su espalda qued araada
por tus uas que lo apretaban con fuerza contra tu cuerpo. Esa vez tu cintura se
movi con tal fuerza, con tal cadencia, con tanto placer que termin haciendo
corto circuito, le comentaste la imagen y l fue el que la bautiz como cintura
elctrica. Al da siguiente se fue, tu creste que para siempre, te ofreci viajar con
l, pero fuiste vctima de tu egosmo, te negaste y el crey que lo habas dejado de
amar. Tres aos despus regres pero no te busc, conoci a cualquier otra mujer
que lo arrop y tu no hiciste nada, supiste que haba vuelto cuando por accidente
lo encontraste en aquel caf de Coyoacn que frecuentaban cuando eran una
pareja. Platicaron, te enteraste que estaba comprometido y te diste cuenta que
seguas amndolo como a nadie. Reaccionas de tus recuerdos cuando notas en el
reflejo algunas lgrimas que destrozan tu maquillaje, corres al bao por una toalla,
sin embargo se antepone en tu camino el botiqun, sacas de este un pequeo
paquete que haca mucho que no utilizabas, te acercas de nuevo al espejo, sacas del
cajn el inhalador y te entregas al olvido, el polvo blanco recorre tus fosas nasales
purificando el dolor, te dejas llevar por tus impulsos, tu razn est apagada, el

recuerdo de tu maestro no puede borrarse, est pegado al alma como una


sanguijuela que te chupa toda la sangre, paso a paso, el dolor se concentra en tu
estmago llenando de ruido el departamento que hasta hace unos instantes
soplaba nicamente el sonido del silencio.
Te esfuerzas por arreglar el desorden lo antes posible, haz roto con tus hbitos,
se te ha hecho tarde, tomas un pequeo bolso y sales hacia el auto, ignoras al
conserje y su tercera sonrisa del da, sacas valor de algn lado y aceleras tu carro
como nunca antes, recibes insultos de los otros conductores a diferencia de sonrisas
y miradas lascivas. Llegas a la iglesia y no encuentras estacionamiento, dejas tu
auto en doble fila y bajas con la compostura extraviada, al entrar al recinto te
tropiezas y tus tacones resuenan en todo el lugar, todos te han visto llegar. La misa
ya ha recorrido varias oraciones e inclusive el sacerdote te ha visto llegar tarde.
Buscas un asiento cerca de la puerta, reconoces a la mayora de los asistentes,
cuando eras su pareja lo acompaabas a toda clase de reuniones familiares y
lograste cierta amistad con algunos de ellos, tratan de saludarte y sonrerte, no
tienen importancia, ests concentrada en aquella espalda hincada en la parte de
enfrente que despierta toda clase de deseos y sentimientos. Tu corazn est
acelerado, algo te dice que debes ser parte de esta noche inolvidable, quisieras
levantarte y hacer por amor una locura que sera mal vista por todos pero que te
tranquilizara. Vamos, nunca te han importado los dems, slo buscas tu bienestar.
Tratas de armarte de valor, pero hay sentimientos encontrados en tu cabeza,
algunos asistentes que te han estado mirando comienzan a sospechar tu fechora, se
ponen alerta mientras contemplan lo hermoso de tu cuerpo.
No sabes como pero te haz puesto de pie, todos te miran menos l, caminas por
el extremo izquierdo del aposento con el cuerpo resplandeciendo sobre tus pies.
Algunos temen, otros se exitan con el momento, te diriges al frente, no hay quien te
detenga, eres una diosa, un ngel, te mereces todo lo que quieras, no hay nadie
como t, tus pasos son firmes y seguros, el corazn se te quiere salir del pecho, tu
cabeza da vueltas, el ambiente se llena de tensin, casi haz llegado, ests a unos
cuantos pasos de impedir o posponer que el amor de tu vida se vaya para siempre,
l no te ha mirado, a pesar de tus ruidos, de tu imagen, de tener a todos mirndote,
tu hombre no se ha inmutado y ha escuchado al sacerdote como hipnotizado, no
ha soltado de la mano a esa masa amorfa que lleva un ridculo vestido blanco y que

no tiene una cintura elctrica, no le ha importado saber si su hermosa diosa ha


llegado a impedir la peor estupidez de su vida. Algo detiene tus impulsos, ests casi
frente a l y no dejas de contemplar su ausencia, lo conoces tan bien que sabes que
est muy feliz, de hecho, ms feliz de lo que alguna vez lo viste cuando estaba
contigo. Esa felicidad es como un pual en tu corazn, pero es tambin como un
balde de agua fra sobre tu cabeza. Lo haz perdido, lo dejaste ir y ni tu belleza, ni
tu inteligencia, ni tu cuerpo, ni tu vestido que presume tu cintura elctrica van a
darle lo que tiene ahora. Podras quedarte a compartir su felicidad, ir a la fiesta,
raptarlo y hacerle el amor en el bao como en aquellas noches de calor en tu
departamento, esperar a que te viera y encender de nuevo una esperanza creyendo
que lo que ese hombre quiere es estar contigo, pero no haces nada, todos respiran
tranquilos al mirarte caminando hacia la salida, algunos piensan ir en tu consuelo y
hacer su noche tratando de hacerte feliz, pero la boda de el maestro es ms
importante, sales de la iglesia de la misma forma que como entraste, sola.
Justo antes de que tu auto sea remolcado con la gra, una sonrisa como las que
t slo sabes hacer convence al polica de dejarte en paz. Ya es noche, ha
empezado a llover, manejas por la grande avenida llena de luces y al fin sabes
porque amas tanto a ese hombre, descubres porqu es el nico por el que eres
capaz de ir hasta el fin del mundo, es muy sencillo pero nunca lo habas pensado, lo
amas tanto porque es el nico que nunca se intimid cuando estaba frente a ti, un
igual que nunca se muri cuando le sonreste, un extrao ser que te amaba por lo
que eras, otro dios como t que convive con los simples mortales para ser alabados
y servidos. Quieres pasar a algn antro a elevar tu ego pero no ests de humor, el
fracaso est en todos los rincones de tu alma, ese hombre, el nico que se pudo
resistir a tus encantos, el maestro que te ense a amar, el Prometeo sin cadenas
que alguna vez se rob el fuego por ti. A pesar de tus pensamientos te niegas a
creer que l es mejor que t y decides jugar tu ltima carta, es necesidad saber si
an le importas, desabrochas el cinturn de seguridad, aceleras el carro y bajas la
intensidad de los limpiadores. Repasas el plan en tu cabeza, chocas, te accidentas y
as el vendr corriendo a pedirte perdn porque sabe que lo hiciste por l, deja a su
esposa, te recuperas y ambos empiezan de nuevo una vida juntos, suena bien, ests
dispuesta a correr el riesgo, todo sea por l, el dolor fsico no es nada si tu alma est
vaca, si tu hogar se siente fro, si tu cama no tiene sus marcas, si no lo tienes para
que te prepare el caf por las maanas. Nada importa si no est la nica persona
que te ha hecho sentir varios orgasmos en una noche, si no est l, tu

complemento, tu otra mitad, tu dios, tu maestro. Cierras los ojos al observar al


inocente con el que te impactars, rezas porque no le pase nada, giras el volante
repentinamente y el auto se vuelca contigo dentro, tu ltimo pensamiento: l, tu
ltimo deseo: no morir para que el plan resulte, tu ltimo recuerdo: aquella noche
que bautiz tu cintura.

Brain Edition
1
Hoy es el da de la operacin.
Al principio tuve mis dudas. Marta me habl de la preparacin, que tena que
tomar leche durante un mes, que mi dieta tena que contener hierro para que el
cerebro pudiera tolerar el chip, que tena que operarme los ojos para corregir la
miopa, que tena que bajar quince kilos para estar en el peso. Mucho que hacer
para una operacin que me iba a salir carsima a pesar de ser el yerno de uno de
los pocos que tenan la licencia para comercializar la tecnologa en el pas. Pero
luego Marta me habl de los beneficios, de las posibilidades infinitas de tener un
disco duro injertado a mi cerebro. Saba por la televisin que la ciruga era
revolucionaria, que en Japn ya est establecido que al nacer los nios y nias
reciban su chip, que en los Estados Unidos se ha elevado el nivel de vida y
disminuido los ndices delictivos, que en Canad es un requisito tener la ciruga
para aplicar para un permiso de trabajo. Sin embargo no conoca a nadie (slo a
Marta y a su familia) que tuvieran su disco duro, para ellos era algo tan natural que
no comentaban nada al respecto, slo vea a Marta cerrar los ojos y enseguida
vena la explicacin Espera, estoy guardando este momento en mi disco duro o
Espera, estoy desfragmentando mi disco o en el ms extrao de los casos,
acompaaba a Marta a la biblioteca, abra un libro, lo tocaba con la palma de la
mano y mientras pasaba las hojas me deca Lo estoy escaneando.
Era como tener una novia extraterrestre, pero en el mundo de Marta, el
aliengena era yo. Senta que me perda de algo, quera entender a Marta, sentir lo
que ella siente, adems es preciosa y muy buena en la cama, tanto como para
permitir que metan un disco duro en mi cerebro.

2
Hola Fernando! Bienvenido al futuro. Gracias por preferir el sistema operativo
Windows brain edition para acompaarte por el resto de tu vida. Esta sencilla gua
te ayudar a familiarizarte con las sorprendentes caractersticas que Windows brain
edition tiene para ti en tu nueva vida. Este sistema funciona en tu cerebro como
cualquier computadora, en la que guardas tus archivos en carpetas, de acuerdo al
paquete que elegiste, tienes un espacio disponible de un terabyte para almacenar
recuerdos, lenguajes, conocimientos y todo lo que quieras conservar de tu vida
cotidiana, te recordamos que en cualquier momento puedes borrar archivos y
carpetas para reemplazarlas por vivencias nuevas. Como cualquier computadora,
te recordamos que mantengas tus archivos de manera ordenada para evitar
mareos, vrtigo o alguna enfermedad mental.
Antes de empezar a utilizar tu disco duro, debes aprender a utilizarlo Es muy
sencillo! Al principio debers utilizar los lentes especiales que se te entregarn una
vez que seas dado de alta, posteriormente lo nico que debers hacer para acceder
a tus archivos es cerrar los ojos y concentrarte. Fernando deseas acceder a tus
archivos ahora? Piensa s o no. Excelente! Fernando estamos en la carpeta mis
documentos, donde est almacenada tu vida previa hasta el da de ayer. En la
carpeta recuerdos estn almacenados todos tus recuerdos, Windows brain edition
te permite salvar tus recuerdos automticamente, sin embargo el sistema operativo
te permite borrar cualquier recuerdo doloroso en tu vida simplemente enviando el
recuerdo sealado a la papelera de reciclaje. En la carpeta Conocimiento se
encuentra todo lo que has aprendido hasta el da de ayer, esta carpeta est dividida
en subcarpetas, de manera predeterminada hemos creado las carpetas idiomas
valores destrezas y habilidades y cultura, cualquier conocimiento que
quieras adquirir, como aprender el idioma chino o la habilidad papiroflexia por
ejemplo, podrs obtenerlo a bajo costo con algn distribuidor autorizado e
instalarlo en tu disco duro. Otra de las asombrosas caractersticas de tu Windows
brain edition, es la posibilidad de comunicarte e intercambiar informacin con
cualquier otro usuario que tenga Windows brain edition instalado en su cerebro va
Bluetooth. Olvdate de la indiscrecin! Intercambia msica, vivencias y recuerdos
simplemente tocando la mano de otro usuario. Otras caractersticas de Windows
brain edition son: despertador (nunca ms llegars tarde a tus citas importantes, tu
cerebro te despertar a la hora que necesites), conexin a internet (checa tu correo
electrnico simplemente cerrando los ojos) y programador de sueos (suea con lo

que t quieras mientras tu Windows brain edition realiza labores de


mantenimiento). Ests a un paso de convertirte en un mejor ser humano, te
recordamos asistir a las capacitaciones y mantener actualizado tu sistema
operativo, bienvenido al futuro, bienvenido al primer da del resto de tu vida.

3
Marta me ayud mucho los primeros das. Como regalo de iniciacin me
llev a la tienda de software a escoger el programa que yo quisiera. Escog un
paquete de sueos que inclua: volar, bucear y meditar. Otro da me llev a una
fiesta donde haba pura gente con disco duro en el cerebro, muchos de ellos con
unas conversaciones muy interesantes por la cantidad de paquetes de cultura que
tenan instalados, cuando le pregunt a un seor si poda compartirme su paquete
de los grandes autores de la literatura universal se neg, cuando le coment a
Marta ella me dijo que nadie comparta su paquetera, no entend por qu. Ofrec
a cambio mi paquete de sueos, pero ya lo tenan todos, era de los ms baratos. En
esa fiesta me enter de la iniciativa de los gobiernos de primer mundo, para
implementar la ciruga de cerebro en las crceles y borrar los archivos que hacan a
una persona cometer crmenes, no sin antes enfrentarlos a una pena de un ao
consecutivo de pesadillas. Tambin escuch de una iniciativa negada a las naciones
unidas donde proponan aplicar la ciruga gratuita a todos los ciudadanos del
mundo.
Aunque a Marta le encantaba decirle a todos los que conoca que era portadora
del disco duro en su cerebro, yo no me senta cmodo al mencionarlo. Cuando
estaba en el trabajo, procuraba ser discreto al momento de subirme informacin,
nadie en la oficina, ni siquiera el gerente de sistemas tena la ciruga. Eso no
impeda que todos hablaran de ella, que todos soaran con operarse. La gente en
las calles se refera a nosotros como los cyborgs y muchos grupos conservadores
se reunan afuera de las clnicas donde practicaban la ciruga para protestar. Yo
disfrutaba compartir con Marta mis archivos. Todo el da me la pasaba pensando
en los paquetes que podra adquirir, en las cosas que podra aprender. Decid
ahorrar una parte de mi sueldo para que a finales de cada mes, pudiera comprar
un paquete nuevo e intercambiarlo con Marta.

En dos meses logr dominar la transferencia de datos y el despertador. La


conexin a internet me costaba trabajo, pero Marta me llev a una plaza comercial
para practicar; nos acercbamos a los restaurantes y cafeteras que tenan servicio
de internet inalmbrico gratuito, nos tombamos de la mano y cerrbamos los ojos,
cuando la seal era pobre, tenamos que caminar unos pasos hasta que logrramos
una seal decente. Nos veamos muy chistosos dando pasitos en la plaza con los
ojos cerrados. Marta y yo encontramos en la transferencia de datos el amor y la
comunicacin que no haba tenido con otra mujer.

4
Hace dos semanas, en la tienda de software conoc a Mariana. Ella tena apenas
dos semanas de operada, me pidi ayuda para escoger su primer paquete, le ofrec
transferirle el mo de los sueos, pero no se pudo porque ella no tena Windows
brain edition, ella se haba operado en una clnica de Apple. Intercambiamos
telfonos a la manera antigua y acordamos tomar caf algn da de estos. Guard
el recuerdo en mi disco duro, Mariana decidi comprarse el mismo paquete de
sueos que yo, pero para su sistema operativo.
Encontr un puesto en un tianguis que vende software pirata para mi cerebro.
Tienen todos los paquetes que siempre quise tener y estn muy baratos. Para poder
instalarlos en mi disco duro necesito crackearlos, encontr un artculo que dice
que funcionar con un programa crackeado podra provocarme daos mentales.
Decid no arriesgarme.
Esa noche Marta durmi en mi casa. Despus de bailar un poco de flamenco,
cena con velas y unas cuantas horas de placer nos quedamos dormidos. Al
despertar, Marta no estaba en la cama. La encontr en la cocina desayunando,
trat de besarla pero evit mi boca. Le pregunt si haba dormido bien y
permaneci en silencio, cerr los ojos y busqu en mi gua para entender a las
mujeres alguna pista, aunque era evidente que estaba enojada por algo. Quin es
Mariana?, me pregunt con voz enrgica. Una chava que conoc hoy en la tienda
de software, le ofrec mi paquete de sueos pero tena otro sistema operativo,
despus de contestarle entend que yo no haba compartido ese recuerdo con ella.
Cmo sabes que conoc a una Mariana? Quera saber que habas hecho hoy y
busqu en tus recuerdos. Buscaste en mis recuerdos? No lo hice con mala

intencin, slo quera saber lo que habas hecho hoy. Y por qu no me lo


preguntaste? Marta permaneci en silencio unos segundos. Esa Mariana es
importante para ti? No, claro que no, es una chava con la que tal vez algn da me
vaya a tomar un caf, eso es todo. Me amas Fernando? Claro que te amo chiquita.
Haras algo por m? Claro que s, lo que t quieras Marta. Podras borrar de tu
memoria a esa Mariana?
La borr. Marta era muy importante para m y no quera que sospechara cosas,
menos que mi negativa provocara que Marta espiara mis archivos cuando estuviera
dormido.
Hola Fernando! Ests en panel de control donde podrs modificar la
configuracin de tu Windows brain edition, por favor elige una de las opciones.
Has elegido restaurar sistema donde podrs recuperar los recuerdos borrados
accidentalmente. Advertencia! Restaurar sistema puede provocar mareos y
vmitos durante algunos minutos, es recomendable que te relajes y tengas un
contenedor cerca de ti. Has elegido continuar, por favor elige el recuerdo que
quieras restaurar. Mari~1.mem se recuperar en la carpeta recuerdos.
Mari~1.mem ha sido recuperado en la carpeta, es recomendable que hagas copias
de seguridad de tus recuerdos en algn dispositivo (computadora porttil o de
escritorio).
Algo haba cambiado en Marta, el diccionario para entender a la mujer
almacenado en mi disco duro deca que todas las parejas pasan por etapas de
asentamiento, pero en el caso de Marta pareca algo ms. Das despus del
incidente de Mariana, pasebamos por el parque cuando vimos a un hombre viejo
en silla de ruedas pidiendo dinero, me acerqu y le di cinco pesos. Marta se
molest, me dijo que estaba fomentando que ese hombre siguiera de holgazn en
la calle. A mi no me gusta discutir esos puntos de vista porque nunca se llega a un
acuerdo, permanec en silencio y Marta se fue a su casa en taxi. Ms tarde me
llam y me pidi disculpas, sin dar ms explicaciones me pidi que borrara el
recuerdo de mi disco duro. No lo hice.
Marta me llam hace cinco das en la madrugada. Estaba llorando. Me pidi
que borrara de mi disco duro los recuerdos de mis ex novias. No lo hice.
Hace tres das fuimos a la clnica. Marta tiene un virus en su disco duro que
prohbe el acceso a su carpeta emociones y altera los valores de los archivos
provocando una constante variacin emocional. El virus es nuevo y se transmite
por ciber-sexo mental. Marta tiene que permanecer en cuarentena. No tuve tiempo

de hablar con ella, no quise pedirle explicaciones, es obvio que me ha sido


cibernticamente infiel durante algn tiempo.

5
Hoy escuch en las noticias que se planea un ataque terrorista a ciudadanos
norteamericanos con chip. Recomendaron que todos los habitantes del mundo con
disco duro instalen un parche de seguridad que cuesta cien dlares y que se hace
con ciruga para evitar problemas. Tendremos que mantener nuestros discos duros
apagados hasta nuevo aviso, eso quiere decir que tendr que estar dormido. Se que
Marta est mejor, no me ha llamado, no la he llamado. Acord con Mariana tomar
ese prometido caf cuando despertemos. Ped una semana de vacaciones en la
oficina para no despertar sospechas. Hola Fernando! Ests a punto de cerrar el
sistema, tienes un documento de texto abierto, es recomendable que salves la
informacin antes de apagar el equipo. Cuando el parche quede instalado y
Windows brain edition considere que ests a salvo de virus y otras amenazas el
equipo se reiniciar automticamente, el proceso puede durar algunas horas o das.
Deseas salvar tu documento antes de cerrar el sistema?
Hoy es el da de la operacin.
El archivo brainedition.pdf ha quedado guardado en la carpeta Mis
documentos Windows brain edition se cerrar.

Los caminos de la vida


Cundo fue la ltima vez mujer? Hace como dos aos, me recogiste en la
esquina de Insurgentes y San Cosme. Que buena memoria tienes. No slo la
memoria. Y cmo est tu marido? Muerto. Adnde vamos? Digo hacia dnde te
llevo? A casa de Chencho Si te acuerdas donde es, no? Hace poco estuve ah. Me
lo imagino. A casa de Chencho pues. No vas a prender el taxmetro Roberto?
Claro, s... el pinche taxmetro.
Roberto jal la cadena cubierta de hule para cerrar la puerta del coche.
Acomod el retrovisor de manera que el rostro y los senos de Paulina quedaran
justo en su rango visual. Haba pasado tiempo, para l siglos, antes de verla otra
vez. No se hubiera imaginado, que Paulina abordara su taxi para viajar al otro
extremo de la ciudad un viernes de quincena en hora pico, maldita coincidencia.
No vas a arrancar? El camino es largo. Estaba pensando por donde me voy a ir, el
trfico est de la chingada. No me importa por donde me lleves, slo llvame.
Tienes prisa? por? Porque es ms rpido si te vas por el metro. Paulina esboz
una sonrisa, casi pudo oler los nervios de Roberto. No te preocupes Rober,
andamos en tiempo, pero avanza ya. El taxi se puso en marcha, Roberto encendi
la radio en una estacin de msica tropical, unos metros ms adelante, los otros
autos rugan sus bocinas por un camin de redilas atravesado justo a la mitad de
Tlalpan. Puedes abrir las ventanas? Hace mucho calor. Se va a meter el polvo, te
vas a ensuciar el vestido. S, mi vestido. Sus ojos se encontraron en el reflejo,
Paulina sonri. Roberto no super la presin, respondi tocando la bocina. rale
cabrones muvanse! Varios conductores le hicieron segunda, hubo por algunos
segundos un concierto. Ves lo que haces Rober? El camin encontr acomodo en
la entrada de donde nunca debi salir, se aprovech el carril libre para que todos
transitaran por all, lento pero seguro Roberto fue relajndose, estaba en marcha,
cada vez faltaba menos para dejar a Paulina en casa de Chencho, un poquito
menos, falta menos, faltaba menos.

Sigues solo? Noms como siempre. Mira, que bueno que no tienes que
mantener una familia, todas las ganancias son para ti solito. Tambin tiene sus
desventajas. Ah, si? Yo no le veo ninguna, eres libre, puedes acostarte con quien
quieras sin remordimiento, echarte los pedos que quieras en tu casa sin molestar a
nadie. Paulina, ya no sigas por favor. Bueno yo slo deca que... Paulina. Bueno ya
ya, te haz vuelto amargado Rober. Digamos que la vida no me ha tratado muy
bien, sobretodo despus de que me abandonaste. Roberto casi se pas un alto, sus
reflejos le permitieron frenar de sbito, rechinaron las ruedas, Paulina se sacudi en
el asiento. Roberto! Pero Roberto nada deca, sus ojos se incrustaron en un nio
disfrazado de payaso que mova sus nalgas de globo tratando de arrancarle una
sonrisa a los conductores. Se estar burlando de mi? Habr dicho demasiado? El
calor se mezclaba con el olor a vainilla del taxi, una gota de sudor se escap por la
frente de Roberto. No la mires, no la mires. Ves Roberto? Abre las ventanas ya
ests sudando. Chingao mujer! qu no ves que te vas a ensuciar el vestido? Ah! Y
no te preocupes por el vestido, maana lo llevo a la Tintorera.
Y ahora, porqu te desvas? Hay manifestacin, vamos a tener que tomar
Insurgentes no te quieres bajar? De veras que en metro llegas en quince minutos.
Rober Rober Rober, t siempre tan preocupn qu crees que no tengo para
pagarte? No es eso, es por el tiempo Cul, el tuyo o el mo? El tuyo, por supuesto.
Reljate Rober, te voy a demostrar que tengo el tiempo del mundo. Paulina le pidi
que condujera en silencio, cuando Roberto tom el carril central, Paulina se
levant del asiento y se coloc sobre el espacio que separa al chofer de la puerta.
me puedo sentar aqu? qu haces mujer? Te voy a hacer que recuerdes los viejos
tiempos. Paulina inclin su brazo hasta llegar al pantaln de Roberto. No Paulina
no lo hagas. Reljate y conduce, yo voy a hacer que te sientas mejor. Aunque la
panza de Roberto le estorbara, Paulina conoca el camino, baj el cierre
lentamente. Mujer! Hay mucha gente, nos pueden ver. Eso nunca te import
Rober, es ms, lo preferas con trfico. Antes de que la boca de Paulina se
incrustara en su objetivo, Roberto tuvo un instante para pensar. Y por qu no? Es
una nalga Roberto, tan slo una nalga. S claro, la nalga que te dej abandonado
hace dos aos, despus de que le pediste que se casara contigo. La nica nalga a la
que verdaderamente haz amado. La nalga que se cas con otro taxista. La nica
nalga que ha ejercido control sobre ti. Tan slo una nalga? Pero ahora es
diferente, nos encontramos, es el destino. No te hagas pendejo Roberto. Ella lo
saba, lo plane todo. Pero ella quiere, est en mis manos. No te hagas pendejo
Roberto. Eso te lo haca cuando quera algo. Qu puede querer? Viaje gratis?

Vale la pena por una mamada. No te hagas pendejo Roberto. Quiere otra cosa. No
te hagas pendejo Roberto. No te hagas pendejo. Roberto se mordi el labio
superior, con la mano derecha detuvo la cabeza de Paulina justo cuando el largo
cabello rubio rozaba su pierna. Qu es lo que quieres? Qu no es obvio? No te
hagas, sabes a que me refiero. Yo slo quiero de ti, lo mismo que t quieres de mi.
Paulina regres al asiento trasero, Roberto vio por el retrovisor su ceo fruncido.
Te ests haciendo viejo Roberto, antes cogas sin preguntar. El trfico se aliger un
poco a la altura de San Cosme, Roberto aceler el taxi. Diario paso por donde me
tomaste Cmo es que nunca te haba visto? Ay Rober no seas paranoico! El
vestido... es mucha coincidencia! El tacmetro ya indicaba los ciento veinte.
Quieres que me baje? Eso es lo que quieres? El taxi se violent hacia la derecha,
Roberto pis el freno pasando el Eje dos. Dime que no me buscaste! Dime que fue
el azar! No Rober, no lo fue, te estaba buscando ya? contento? Roberto qued
desarmado con la frialdad con la que Paulina poda reconocer esas cosas, su
cinismo lo excitaba. El coche permaneci unos minutos parado con el motor
encendido. Roberto se subi el cierre y de su bolsillo sac una cajetilla de
Delicados, le ofreci uno a Paulina. No gracias, no ahora. Tiene que ver con
Chencho verdad? Ese puto mat a mi esposo Rober porque le deba dos mil pesos!
Roberto ocult su satisfaccin, el cabrn de Fidel tuvo lo que se mereca. Y yo
qu? yo qu pitos toco en todo esto? Voy a matarlo. Roberto vio por el retrovisor a
Paulina que buscaba algo en su bolsa, esperaba ver una pistola, nueve milmetros
quiz, es la que todos compran, es con la que lo han asaltado ms de siete
ocasiones, pero Paulina le mostr un cuchillo an en su empaque, con letras en
ingls que no pudo descifrar, despus de todo Roberto slo haba estudiado la
primaria. Con eso piensas matar a Chencho? Con un pinche cuchillo cebollero?
S Rober, lo voy a cortar en pedacitos. El rostro coqueto y manipulador de Paulina
se transform en instantes, Roberto pudo imaginarse la escena con slo mirarla a
los ojos. Pues yo te dejo en casa de Chencho y me pelo a seguir trabajando. El taxi
se puso en marcha. No Rober! Necesito que me esperes, que me lleves a la central
camionera. Te vas a ir? Lo tienes todo bien planeado! Vamos Rober, eres el nico
en el que puedo confiar. Roberto disminuy la velocidad. Apag la radio que
tocaba los caminos de la vida, el taxmetro marcaba ms de noventa pesos. Se
afianz al volante, se acomod en el asiento, por vez primera pens en el
significado del libre albedro. Las manos le sudaban, a falta de un trapo, Roberto se
frotaba las manos en el tablero cubierto de peluche azul. Los domin el silencio,
Los ojos del chofer no encontraban donde entretenerse, Paulina, en cambio,

miraba el cuchillo y lo acariciaba. El taxi vir en la Raza, al llegar a 100 metros a


unos cuantos minutos de casa de Chencho, Roberto se estacion en un hotel de
paso. A qu hora sale tu camin?

Para Roberto fueron instantes, pero en realidad fueron dos horas.
Estaba de pie, contemplando frente al espejo detrs de la puerta, ese cuerpo
grasoso y peludo que era su presencia ante el mundo. Paulina dorma sobre la
cama en posicin fetal, su rubia cabellera con races castaas colgaba llegando casi
hasta el piso. En que momento me hice este monstruo? Trat de ocultarse con el
dedo un pelo que sala de su nariz. Tengo que ponerme a dieta. Paulina murmur
algo entre sueos, Roberto se volvi para mirarla, con suerte se despertara justo
antes de la hora de salida de su camin y as se quitara la idea de matar a Chencho
con el cuchillo cebollero. De entre la ropa tirada en el piso, el vestido rojo que para
Rober no era vestido si no lo traa puesto Paulina, yaca arrugado entre la trusa y la
camisa blanca. Si no hubiera sido por ese vestido, Roberto jams se hubiera
detenido. No estara yo aqu. Se sent al pie de la cama, el cuerpo desnudo de
Paulina le pareca diferente, ms fofo quiz. Qu horas son Rober? Ya despertaste.
Qu horas son Rober? Seis y media. Vmonos, es hora. Paulina es una locura. Es
una locura que hayamos cogido tanto tiempo. Cogimos? Perdona Roberto
olvidaba que eres muy sensible, no cogimos hicimos el amor contento? No lo
hagas, te vas a meter en un lo tremendo. Ya lo decid Rober, anda ya es hora.
Pero... pero nada, adems t me vas a ayudar recuerdas?
Aldama 32. Casa de Chencho. Ms all de ser un simple hogar, el lugar serva
para lavar dinero, traficar drogas y de vez en cuando era un putero para los ricos
de la zona. Los clientes le llamaban la narcotiendita. A Roberto se le resbalaban
las manos en el volante empapado de sudor, desde que salieron del hotel, Paulina
cerr los ojos y oraba en voz alta mientras empuaba el cuchillo con ambas manos,
Roberto haba pensado en aprovechar su distraccin para llevarla a la Central
Camionera, fingir que el taxi se averiaba y an ms tonto, pens en pedirle que se
fueran juntos y que olvidara el abandono. Ya llegamos. Cunto te debo? No mujer
como crees. Por favor, djame pagarte el servicio. La voz de Paulina se quebraba,
Roberto intuy que ni ella estaba segura de salir viva de all. Me pagas cuando
lleguemos a la Central. Paulina esboz una sonrisa, guard el cuchillo en su bolsa.
Gracias Rober, de veras que no s que hubiera hecho sin ti Te refieres a el ahora o
a el ayer? Siempre, tontito. Roberto no apag el motor ni se estacion, el taxi

qued a mitad de la calle. Paulina abri la puerta, cerr los ojos. Me das la
bendicin? Paulina si no lo quieres hacer no lo hagas! Tengo que hacerlo. Un
silencio. La mujer se acomod el vestido y puso un pie fuera del taxi, Roberto la
sujet del brazo. Espera... yo lo hago. Jal a Paulina y la sent de nuevo, tom su
bolsa, sac el cuchillo, se lo guard bajo la camisa. No apagues el coche. Paulina no
hizo nada para detenerlo, quiz eso era lo que quera desde el principio.
rale putos que llevo prisa! Hijos de su puta madre! avancen con una
chingada! Rober ests bien? Tienes sangre en la camisa. Carajo! Vieja tenas que
ser pendeja! ndale viejito basilisco, mueve las nalgas! Rober ya no te angusties
nadie nos sigue. Pinche tamarindo ponte a trabajar! Vale verga, pinche trfico!
pinches todos! Qu traes en la bolsa Rober? pinches puales! muvanse!
Llegaron a la Central diez minutos despus, quince antes de que saliera el
camin que llevara a Paulina a Sonora. El sudor de Roberto se mezclaba con la
sangre en su camisa. Seguro que lo dejaste bien muerto? Sin mirarla, tom la
bolsa negra que traa en las piernas y la arroj hacia atrs golpeando a Paulina en
los tobillos. Roberto! Eso era lo que queras no? S pero... ah est! Para que te los
lleves de recuerdo, tu pinche cuchillo cebollero lleno de sangre, la lengua de
Chencho, la mano derecha de Chencho, un dedo de la izquierda... A ver donde
chingados te guardas la bolsa porque ni maleta traes. Te amo Roberto! Te amo
Roberto! Ests loca mujer y yo tambin por hacerte segunda. Vmonos a Sonora
Rober, a continuar lo que dejamos pendiente. No. No? Pens que eso era lo que
queras, por eso hiciste todo esto por m. Lo hice por tu vestido mujer, para que no
lo ensuciaras. Paulina qued en silencio, cuando iba a decir algo, Roberto le abri
la puerta. Es tarde, no quiero que te deje el camin. La mujer tom su bolsa de
mano, le hizo un nudo a la bolsa con los miembros y baj del taxi. Ahorita compro
una maleta, adis. Espera no te vayas an! La sonrisa le regres al rostro, la
historia de amor se completara cuando Roberto bajara del taxi y le dijera que se
ira con ella. Me debes doscientos cincuenta pesos, eso es lo que marca el
taxmetro, se me olvid apagarlo cuando nos metimos al Hotel y como marca por
tiempo... Paulina trag saliva, sac la cartera de su bolsa y le pag exacto. Gracias
Rober, me imagino que ya no te voy a ver. Si regresas quizs, pero que no sea para
matar a nadie por favor. Qu te pas Rober? T te ofreciste para hacerlo! Ya te
dije que lo hice para que no ensuciaras el vestido. No es cierto! Lo hiciste porque
me amas. Yo? Me tengo que ir Roberto, el camin est por salir. A Paulina se le

escurrieron las lgrimas, Roberto jal con fuerza la cadena de hule, ahora una
puerta cerrada se interpona entre ellos. Paulina se dio la vuelta y busc su andn
de salida. Roberto se baj del taxi, abri la cajuela y sac un suter gris que se
coloc sobre la camisa ensangrentada, abord de nuevo, arranc el Volkswagen 92
y levant una vez ms el letrero de libre. A la altura de Vallejo, una mujer le hizo
la parada. Traa puesto un vestido rojo. Roberto se detuvo.

Reencuentro
Estaba sentada en la parada del camin. Lea un libro cuyo nombre no puedo
recordar. ltimamente olvido mucho las cosas. Lo que s recuerdo es que traa
puesto el traje sastre azul. Ese con el que me deca que me vea hermosa, con el
que le pareca toda una ejecutiva.
No recuerdo que haca leyendo en la parada del camin. Me gustara pensar
que no lo estaba esperando, que l iba pasando por casualidad y que nos volvimos
a encontrar. Slo recuerdo que yo estaba ah, leyendo un libro cuyo ttulo quiero
recordar pero que no puedo. No supe por donde lleg; si por la izquierda, la
derecha o si sali de la cafetera. Lo escuch silbar una cancin que reconoc, pero
tampoco recuerdo cual era. No lo mir, se detuvo frente a mi y pude oler su locin,
esa que yo escog para l y cuyo nombre tampoco recuerdo. Disculpe, ya s que
estoy muy olvidadiza, s que le gustara escuchar ms detalles, pero simplemente
no los recuerdo.
Yo te conozco. Eso fue lo primero que me dijo. Se vea muy entusiasmado. Yo
estaba tratando de identificar el olor de su locin. Lo mir de pies a cabeza.
reconoc los tenis, el pantaln negro de mezclilla, la playera blanca y el suter
abierto color gris. Saba que conoca a alguien que usaba regularmente ese
atuendo, reconoc sus ojos cafs y sus pestaas, pero ningn recuerdo llegaba a mi
mente. Disclpeme, no lo recuerdo. Se lo dije, poda reconocer todo pero no su
nombre, ni la conexin que habamos tenido en el pasado.
Mi primera reaccin fue volver a mi lectura, aunque estaba segura que el
reencuentro no iba a ser tan furtivo. Haba una curiosidad natural, una especie de
atraccin al desconocido, no tena mucho de haber llegado, apenas estaba
conociendo los alrededores.

No te hagas! Estoy seguro de que nos conocemos. Se sent a mi lado, se vea


ms confundido que yo. Me senta incmoda, no recuerdo porqu, pero mi
curiosidad fue ms fuerte. De dnde me conoce? No lo recordaba, al parecer
buscaba en m las mismas respuestas que buscaba yo en l.
Le pregunt su nombre, tal vez la mencin destapara en mi cabeza los
recuerdos escondidos. No lo recordaba, l mismo no recordaba su nombre, empec
a sospechar que algo no estaba bien con nosotros.
Pasamos unos minutos en silencio. Volv a mi lectura, sent su desesperacin. No
supe si fue mi indiferencia lo que lo hizo recordar, pero poco a poco fue
descubriendo que se llamaba Martn.
Mucho gusto en conocerte Martn. Me hizo hincapi en recordarme que ya nos
conocamos aunque ninguno de los dos lo recordara, necio, una pequea muestra
de querer todo perfecto. Mi mente comenz a despejarse.
Qu hacas? Me pregunt muy seguro de s mismo. Me sent un poco expuesta.
Le respond que era bastante obvio, que estaba leyendo un libro.
Siempre fuiste as de directa verdad? Alcanc a notar un brillo en sus ojos,
como si l tambin empezara a recordar poco a poco las cosas. Me dio un poco de
vergenza, le dije que no recordaba si era directa o no.

S! Siempre fuiste as de directa Guadalupe. Mi nombre. Record mi nombre.


Al escucharlo fue como si algo se hubiera destapado en mi cabeza, cientos de
imgenes inundaron mi cuerpo, sensaciones que no recordaba haber
experimentado. No se si fue una mezcla de su voz, sus ojos y la entonacin de mi
nombre en sus cuerdas vocales, pero entend, por primera vez desde que llegu a
este lugar, que a la nica persona que quera ver era a l.

Fuimos novios verdad? No quera que notara mi emocin, una vez ms me


comport fra, ms cuando me percat que l no recordaba que habamos tenido
una relacin. En la universidad, t me decas chiquita, yo te deca beb.
Haciendo un esfuerzo por recordarlo, me dijo que estuvo insistindome seis
meses. Trat de mostrar seguridad, se me hizo tonto que me dijera que haba cado
rendida a sus pies.
Me gust tu insistencia, tus ganas de vivir. Eso es lo que me hizo recordar a
Martn, tena una voluntad que no haba conocido en ningn hombre. Era como
una fuerza de la naturaleza. No era agresivo, tena una singular forma de tratarme;
delicado, tierno, pero fuerte, seguro. Nunca quedaba satisfecho hasta que yo no me
sintiera feliz. Quin no podra enamorarse de un hombre que todo el tiempo est
preocupado por hacerte feliz?
Espera. Cerr sus ojos, acerc sus manos hacia mi rostro y comenz a
acariciarlo, como si tratara de reconocerme con su tacto. Lo permit, quera sentir
sus manos por mi cuerpo, quera sentirme viva. Me dijo que no haba cambiado
nada, eso le caus confusin. Ninguno de los dos tenamos nocin del tiempo. A
Martn le encantaba encontrar las causas de todo, hasta de la cosa ms
insignificante. Era muy sabio e inteligente, pero ingenuo. Eso era algo que tambin
amaba de l. No quera que pensara en nada, quera que me tocara, que me
besara, que disfrutara el momento. Recuerdo tus labios, la forma en la que me
besabas. No lo hizo, su curiosidad ya estaba palpitando, quera saber ms,
descubrir ms datos sobre nosotros.
Fuimos novios dos aos verdad? de hecho fueron seis meses. Tan poquito?
Nos separamos por que siempre me reclamabas todo Martn. No me acuerdo. Por
que no te conviene. No es cierto, nos separamos porque trabajabas mucho. Y me
reclamabas eso. Te rendiste muy rpido!
Reclamos. Eso no me hubiera gustado recordarlo. Martn reclamaba mucho, a
veces era muy exigente, pero recuerdo que logr aceptarlo como era, aunque en ese
momento no estaba segura de haberlo aceptado en tan slo seis meses.

No me rend. Despus regres. Y jur que sera para siempre Martn.


Estuvimos juntos dos aos Guadalupe y luego nos casamos. Nos casamos? S,
aunque yo no quera. No queras casarte conmigo? No, creo que tena miedo. Me
tenas miedo? Tena miedo de que la vida no me alcanzara para darte todo lo que
te merecas, tena miedo de sentir que todo lo que te daba no fuera suficiente.
Martn se qued callado. l me reclamaba mucho, pero tambin yo era muy
exigente con l. Eso lo record muy bien. Era menor que yo por cinco aos,
tuvimos nuestra relacin en secreto durante mucho tiempo por que para mi familia
que yo estuviera con un hombre menor era imperdonable. Para l tampoco fue
fcil, me cost mucho trabajo darle su lugar. Sin embargo l me esper y aguant
con esa voluntad nica hasta que estuve lista para casarme con l. En ese momento
record por que ramos la pareja perfecta, por que nos complementbamos. Lo
mir, confundido. Le sonre, lo tom de la mano.
Entonces estuvimos casados. Fuimos novios y estuvimos casados Guadalupe.
An lo estamos no? No s, no me acuerdo. Yo tampoco. Tuvimos hijos? Seguro
que de eso me acordara. Queras cuatro, pero yo no quera. No queras tener
hijos conmigo? No, creo que tambin tena miedo de eso, de no tener lo que se
necesita para criar cuatro hijos.
Conforme ms recuerdos llegaban a mi cabeza iba entendiendo ms la
situacin. Yo estaba sentada en esa parada de camin para esperarlo a l, saba que
no tardara en pasar por ah, saba que me iba a reconocer y que tendramos la
conversacin que estbamos teniendo. Antes de que Martn pudiera entender lo
que estaba sucediendo, yo quera sentirlo, lo haba extraado demasiado.
Lo mir de nuevo, me mir. Nos tocamos las manos. Juntamos nuestros labios y
en ese beso, todo cobr sentido. No supe cunto tiempo tena esperndolo; das,
meses, aos que valieron la pena en ese beso, en esa oportunidad de poder sentir
sus brazos flacos apretndome contra su cuerpo. Me senta viva otra vez.

De esto s me acuerdo. Te gustaba dormir sobre de m, me encantaba porque al


despertar t eras lo primero que vea. Fuimos una pareja feliz Martn, me cost
trabajo aceptar que no tendramos hijos, pero contigo me senta completa.
Entonces no tuvimos hijos? No pudimos tenerlos. Porqu?
Quise besarlo de nuevo, decirle que el pasado ya no importaba. Quera dejar a
un lado las explicaciones y que celebrramos que estbamos juntos de nuevo, pero
es Martn. Martn el amante de las causas y las explicaciones lgicas a los
acontecimientos de la vida.
Estaba enferma. Enferma? S, enferma, no podamos tener hijos por que tena
una enfermedad terminal.
Su mirada cambi. Martn estaba totalmente confundido. Permaneci unos
minutos en silencio. Recargu mi cabeza sobre su pecho. Como lo esperaba, su
corazn no lata.
Tenamos una promesa Martn. No la cumpliste.
A qu te refieres chiquita?
Porqu me seguiste?
A dnde?
Aqu. Me seguiste hasta aqu.
Yo no te segu, vena pasando y te encontr.
Y de dnde venas?

No s, no me acuerdo.
No estabas aqu beb, acabas de llegar.
De dnde?
Ay beb por favor ya no finjas!
Martn ya no estaba confundido. Se notaba muy avergonzado. Lo extraaba
mucho, pero tena que hacerle entender que haba roto su promesa.
Lo intent chiquita, te lo juro. Pero no quera estar solo. No quera estar sin ti!
Pero me lo prometiste. Prometiste que no me alcanzaras hasta que llegara tu
hora. Te dije que iba a estar esperndote y as era. Pero llegaste antes, llegaste muy
pronto.
Martn estaba devastado. Ya no haba marcha atrs, lo haba recordado todo. Si
estuviera vivo seguramente hubiera llorado, fue mejor as, cuando estaba viva
nunca soport hacerlo llorar.
Pero eso ya no importa chiquita, estamos juntos, para siempre.
S importa beb. Llegaste antes, me lo prometiste y yo confi en ti.
Y ahora qu?
Nada.

te puedo besar?
Preferira que no.
Te puedo acompaar?
No. Djame estar sola. Un momento.
Y qu voy a hacer?
No s. Acabas de llegar. Tienes que acostumbrarte a muchas cosas, tienes que
estar listo.
Me puedes ensear t.
No puedo beb. Esta fue tu decisin, tienes que hacerlo slo. Las parejas se
acompaan, aprenden juntos, cuando ests listo yo te busco.
Y si no lo haces chiquita?
Lo har. Es una promesa. Ya no insistas.
Martn se levant. Esa fue la tercera vez que lo vi as. La primera vez que nos
separamos, el da que mor y ahora esa ocasin.
Se fue caminando lentamente, en el fondo s que pude ir tras l y acompaarlo
en su proceso, pero haba roto nuestra promesa. Estaba segura que si en la vida nos
habamos vuelto a encontrar aqu lo haramos de nuevo. Nuestra edad ya no
importa y mejor an, aqu tengo toda una eternidad para perdonarlo.

Copyright 2012 Alejandro Archundia


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The only exception is by a reviewer, who may quote short excerpts in a review.

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