El Amor Es Una Farsa Melodramatica v2
El Amor Es Una Farsa Melodramatica v2
El Amor Es Una Farsa Melodramatica v2
melodramtica
Cuentos
Alejandro Archundia
Volumen 1 versin 2.0
En agradecimiento a tod@s los que han descargado este libro, agregamos tres
cuentos ms. Espero que los disfruten y que esperen los prximos libros: Animales
de Pantano (Novela indita), Teatro breve para leer, actuar y
enloquecer (Antologa de obras de teatro breves) y el segundo volumen de Farsas
melodramticas cuyo tema es la muerte.
Sincrona
Volvers a tomar el papel. Quitars el seguro del cajn y sacars la pluma, esa
pluma azul que te regal el da que publicaste tu primer libro. Probars la tinta en
la orilla de la hoja. Escribirs su nombre, quiz escribas el tuyo a un lado, quiz
hagas un acrstico con el nombre de ambos entrelazado, no importa, ser slo para
comprobar que an tienes tinta. Ser un 17 de noviembre a las 17 horas.
Regresars a escribir acerca de ella. Otra vez.
Escribir sobre un personaje, una ella, que por razones azarosas conoce a un
personaje l (l). Se vern en la plaza de un pueblo. l habr tenido el suficiente
valor, basado en las caractersticas psicolgicas del personaje, para acercarse a Ella
e invitarle un poco de ilusin (la ilusin estar representada por un algodn de
azcar). Ella lo aceptar, tendr que ser claro que al personaje Ella le interesa l,
que quiere pero que no quiere. Le regalar una sonrisa arrugando el lunar de su
mejilla y seguir su camino por la avenida principal. l habr entendido el
mensaje, se colocar del lado derecho de la acera y caminar a su lado,
desprevenido de lo que le espera, se notar que sus ganas de vivir son muchas, que
es valiente, que su insistencia es su herramienta de seduccin. Caminarn hasta la
noche, l estar feliz, Ella se habr culpado por no decirle a l su verdad, guardar
silencio, vivir el momento. Se despedirn a la orilla del ro, l querr besarla, Ella
se negar y le dar una justificacin absurda, se me ocurre que ser Tenemos
diferente religin No tenemos nada en comn o No estoy lista una frase que
aclarar que Ella quiere comprobar que l est interesado en ella. Cuando l se
haya marchado, Ella podr liberar la tensin y reconocer que l le gusta, que
disfrut su compaa. Luego tendr que callar de nuevo, cuando entre a su casa y
su marido la est esperando, con esa paciencia que caracterizar al personaje, con
la cena servida y ninguna pregunta. Ella sentir culpa, cenar con su marido en
silencio. A la hora de dormir, se acostar del lado derecho de la cama (aunque ella
siempre haya preferido el izquierdo), depositar un beso inspido en la mejilla de su
marido y al escucharlo roncar, Ella abrir los ojos y le pedir a su Dios en voz
queda, la oportunidad de ver a l otra vez.
Escribir cmo un personaje, un l, se enamora de una ella (ella). l
regresar a su casa, con el pecho a punto de estallarle. Saludar a sus padres,
comer una concha de vainilla y recostado en su cama pensar cmo es Ella. Se
dar cuenta que Ella quiere pero no quiere, que podr ocultar lo que piensa pero
no lo que siente. Su padre entrar a la habitacin, se tomarn juntos una cerveza,
l no resistir la angustia y le contar del lunar que Ella tiene en la mejilla, le
hablar de su sonrisa, del aire misterioso que le rodea la cintura, del perfume de
sndalo que Ella dice le prepara su abuela. El padre sentir temor, habr de
suponer que una mujer tan hermosa tendra dueo ya. l ignorar las advertencias,
soar con Ella.
Se encontrarn una semana despus, en el mercado. Ella estar comprando
guayabas, llevar en la mano una bolsa con manzanas. l la habr estado buscando
desde esa noche, con los ojos hinchados de recordarla (procurar justificar bien este
encuentro). Se acercar a Ella, que desde metros atrs percibir el delicado aroma
a sudor que tanto le atrajo de l la primera vez. A ambos les temblarn las manos,
l seguir, Ella lo esperar clavada al suelo y afianzada de la bolsa con manzanas.
Ella recibir la bolsa con las guayabas y sentir como otra mano se apodera de la
suya. Dentro, se le desatarn 14 mil fragmentos celulares, la imagen del marido
quedar sepultada entre el trauma de la infancia y la muerte de su hermano. No
tendr caso contenerse, sus dedos jugarn una danza hasta quedar pegados.
Caminarn unidos hasta llegar a casa de l. Ella tendr miedo, pero no dudar en
querer hacerlo. Al entrar, ella pondr la bolsa de pollo sobre la mesa mientras l se
asegura que no haya nadie en la casa. Y no habr nadie. Ella sacar una guayaba
de la bolsa, le quitar la cabeza y la pondr en la boca de l. Ser la ltima vez que
ella recuerde, en ese da, la hora y sus minutos, cerrar los ojos.
l sentir como sus labios se vuelven de papel, respirar aceleradamente cuando
sus manos bajen con delicadeza los tirantes del vestido caf, tendr un escalofro
cuando ella le acaricie la espalda con las uas. Tendr cuidado de no lastimarla
cuando rueden por el piso astillado, la penetrar como si la vida se le fuera en ello.
Asegurar que en ese preciso instante, Dios y el demonio se encuentran en perfecta
comunin. Llegar la noche, Ella dormir del lado izquierdo del petate, amarrada
con el brazo al pecho de l, soar con un momento que se repite sin cansancio, l
soar lo mismo. Ninguno escuchar el ruido del cerrojo, ni la puerta que se abrir
dejando entrar al padre y al marido que se encontrarn (como ellos) por razones
azarosas en la plaza del pueblo (Tendr que justificar eso). Los mirarn con odio,
los despertarn de sbito, Ella se colocar detrs de l sin dejar de abrazarlo. El
marido no sentir furia, ni coraje, no es parte del personaje, ser una reaccin de
conmiseracin. El marido enloquecer y saldr corriendo de la casa, Ella no lo
seguir, nadie sabr nadie del marido hasta la maana siguiente, en la que
encontrarn su cuerpo inerte a la orilla del ro.
Detendrs la escritura, dejars la pluma sobre el escritorio, esa pluma
gris que l te regal antes de que te fueras a vivir a otro pas. Te preguntars si l
habr recordado la fecha. Abrirs el cajn, antes de guardar la pluma escribirs en
el filo de la hoja su nombre, quiz escribas el tuyo a un lado, quiz hagas un
acrstico con el nombre de ambos entrelazado, no importa, ser slo para
comprobar que an tienes tinta. Cerrars el cajn. Ser un 17 de noviembre, te
habrs olvidado de la hora y sus minutos. Te dars cuenta que regresaste a escribir
acerca de l. Otra vez.
Como decirle a Lul que esta es la sexta vez que pasamos por aqu, se ve tan
segura de si misma, por eso me gusta, a Larios tambin le gusta, pero porque se
parece a su mam, morenita y chaparrita, como aquellas que salen en las pelculas
que le encantan a mi abue, ya les dije a los maestros lo de los paliacates y ni caso
me hicieron, creyeron que era una broma, tpico, los adultos jams creen en los
nios a menos que otro adulto les diga que son supersabios, hasta me dan ganas de
regresarme solo, bueno, con Lul, pero si cree que le voy a hacer algo malo? La
vez que le dispar un refresco en la tienda de don Braulio me dio las gracias, pero
al da siguiente me dijo que ya no quera que nunca le comprara refrescos, le
habrn dicho algo sus paps? Mejor me quedo callado, capaz que me deja de
hablar.
Ha oscurecido y los profesores al fin se dieron cuenta que slo hemos estado
dando vueltas, tratan de calmarnos con las tpicas palabras del adulto desesperado:
No pasa nada, todo est bien Seguramente ya nos estn buscando, mejor vamos
a descansar Muchos ya estn llorando, yo no estoy preocupado, s que Lul va a
notar mi rastro y con lo inteligente que es nos llevar hasta el camin, ya descubri
unas frutitas que nos han estado sirviendo de comida, nada de peligro, puras
vitaminas, tambin se dio cuenta de que la Lupe todava tena mucho agua y habl
con ella para que nos diera a todos, qu linda es Lul!
Segn el reloj de Manuel, ya son las doce de la noche, ni rastro de alguien que
venga por nosotros, en la casa de campaa que compartimos Manuel, Godnez, el
Choche y yo, nadie duerme, pasamos el rato leyendo unas historietas del Choche,
sufrimos el olor de los pies de Manuel, Godnez nos muestra una revista prohibida
que le rob a su pap, es increble lo grande que puede llegar a crecer una mujer,
me da asco pensar que Lul se volver as, ella que es tan linda as de chiquita, tan
tierna, las mujeres de la revista son todo menos tiernas, Cmo decirle a Lul lo
bella que es.
El Choche es el ltimo en caer, todos duermen profundamente menos yo, no
dejo de pensar en Lul, me pongo mi chamarra y salgo a mirar las estrellas y a
respirar aire fresco, afuera Quirarte y la maestra tambin duermen, me da risa or
como roncan, me siento a un lado de la fogata, contemplo las constelaciones que se
forman, que por cierto, Lul las expuso en la clase de Geografa, fue de las pocas
clases que se me quedaron bien grabadas, veo a la osa mayor y veo tambin a Lul
salir de su casa de campaa, al verme se acerca a platicar conmigo, me dice que
tiene mucho miedo, llora casi en silencio para que los maestros no se despierten,
me dice que ella estaba segura que como nia exploradora nos poda sacar de aqu,
yo estoy muy a gusto de que ella est junto a m, siento maripositas en el estmago,
y decido hacer el primer sacrificio de amor en mi vida.
Me armo de valor y le digo que yo he estado marcando las ramas con pedazos
de paliacate, al principio no me quiere creer pero la tomo de la mano y con
lampara en mano le enseo el rastro ms cercano, caminamos unos cuantos metros
en la oscuridad y le alumbro el siguiente, me pide que sigamos adelante, pero ahora
el que tiene miedo soy yo, no podemos alejarnos mucho del campamento, est muy
oscuro y algo malo nos podra pasar, me da un beso en la mejilla y me pide una vez
ms que sigamos, la tomo fuertemente de la mano, rezo una oracin en silencio y
sin pensarlo comienzo a buscar las ramas marcadas, Cmo decirle a Lul que no.
Me doy cuenta que todos los nios tenemos un ngel de la guarda, estamos a
punto de llegar hasta donde est el camin, puedo ver en Lul lgrimas de
felicidad y tranquilidad, estoy pensando que es el momento de decirle que me
gusta, le aprieto la mano y le digo que es una nia muy linda, muy tierna, muy
bonita, ella sonre, me da las gracias y otro beso en la mejilla, seguro que no me
lavo el cachete en un buen rato, llegamos al camin y muchos policas y padres de
familia nos rodean, mis padres me abrazan y me revisan a ver si estoy bien, los
padres de Lul hacen lo mismo con ella, que les dice que hay que ir por los dems
compaeros, que solamente hay que seguir el rastro de los paliacates que ELLA
haba puesto por si nos perdamos, yo no dije nada, simplemente le segu la
corriente pensando an en aquel beso, policas y padres siguieron a Lul que los
conduca por el camino que mis trapos haban marcado, eran las tres de la
maana, la osa mayor segua bien clarita en el cielo.
Al da siguiente todo fue muy especial, a Quirarte y a la maestra ni los
regaaron por habernos perdido, dijeron que haba sido parte de la prctica para
ver como reaccionaba nuestro instinto de supervivencia, todos les creyeron y hasta
les dieron una mencin honorfica de la S.E.P, a Lul le dieron unas medallas en los
nios exploradores, en la escuela un diploma muy bonito por idear esa genial idea
de los paliacates en las ramas y el derecho de estar de abanderada en la escolta
por el resto del ao escolar, mis amigos me dejaron de hablar por creer que yo los
quera engaar al decirles que la idea haba sido ma, Quirarte me dej un mes sin
recreo por haberme ido sin permiso del campamento y por exponer a Lul a los
peligros de la noche y Lul jams volvi a besarme en la mejilla, difcilmente me
volvi a hablar. Ella tan linda, tan inteligente... Como decirle a Lul que me
rompi el corazn.
animal?, Ah ching! Cmo sabes que te estoy viendo?, hasta ac siento tus pupilas
como estacas, supongo que eres una gata que mira en la oscuridad, Te vi! no te
hagas, ests loca y paranoica, loca por casarme con una escoria, escoria que te
coges siempre que ests caliente, una pinche escoria que no me dura ni ocho
minutos, ms vale calidad que cantidad, calidad de marca libre, entonces con que
poca cosa gimes, soy buena actriz. Quinto silencio. La luz regresa unos segundos.
Oscuro otra vez. Tanta pendejada que compras en el sper y no eres capaz de
comprar unas velas, con la limosna que me das ni para unas pinchurrientas velas
me alcanza, pues claro que no si todo te lo gastas en maquillajes y billetes de
lotera, Eso crees? Si se me acaba comprndote para tragar pinche barril sin
fondo, de alguna manera tengo que desquitar mi infelicidad, No eres feliz? Pues
cuando quieras te puedes largar! La puerta est muy ancha y hasta un elefante
como t cabe por ella, Tal vez debera hacerlo! Mi mam si sabe hacer de comer y
seguro que cualquier mujer es mejor en la cama que t, rale cabrn! Pues te me
largas que este pinche departamento es de mi pap y cuando quiera te puedo
correr, est bien nada ms que llegue la luz para poder verte a la cara y decirte que
te vayas mucho a chingar a tu madre Perra desgraciada!. Silencio largo. Llanto de
ella y coraje de l. Oye flaquita disclpame se me fue la mano, Siempre es lo
mismo hijo de la chingada!, no de veras perdn, ya es muy tarde estoy cansada de
que me humilles. Silencio. Relmpago. Llanto. l se acerca un poco a ella. Mi
amor, Que quieres!, chiquita disclpame los dos dijimos cosas que no debimos, te
amo pero eres un patn, ya no llores S? flaquita?, ven y abrzame. Octavo
silencio. Se abrazan con recelo. Remanso. Disclpame a mi tambin, no te
preocupes bonita me merezco todo lo que me haz dicho, Oli mucho mi pedo?,
No te s decir soy un desodorante de zorrillo. Silencio. Risas. l la besa en la frente.
Ella se acurruca en su regazo. Bsame, Quieres?, tu que crees, que s,
demustrame que no son ocho minutos, te amo, yo tambin te amo. Dcimo
silencio. Inicia el ritual amoroso. Dos almas perdidas en el ego se funden para
hacerse una sola. Regresa la luz. Qu pas?, Puedes apagar la luz?. Oscuro.
Nada de lo que escribiste es cierto verdad?
Los insultos?
S. Los insultos.
No. Para nada.
Segura?
Cllate y bsame.
Ella tena pareja. Para Ramn esa clase de hechos descartaban a alguien como su
posible inters afectivo. Sin embargo, Martn disfrutaba mucho esos pequeos
momentos en los que comparta con ella. Lo hacan sentirse joven, lo hacan
sentirse especial.
Una tarde despus del trabajo, Ramn not a Mariana triste, ella le cont de su
familia, de la soledad, de los momentos en los que sientes que no encajas en ningn
lado. Ramn le dio un abrazo. Para l, fue como si un candado con el que cuidaba
su corazn se hubiera cado.
2
Esa noche, Ramn pens en la famosa frase nunca subestimes el poder de un
abrazo.
Los encuentros eran cada vez ms recurrentes. Los saludos en el trabajo se
convirtieron en largas horas de plticas nocturnas al telfono y chat. Los dos
haban encontrado una puerta abierta por la que estaban dispuestos a seguir
caminando. Nadie se haba percatado, ni ellos mismos que estaban construyendo
un puente invisible entre sus deseos y sus emociones.
Da de descanso. Da que para Mariana significaba pasear con sus padres. Para
Ramn significaba quedarse en su casa a pensar. Lo sorprendi un mensaje de
Mariana que le explicaba que se encontraba confundida debido a un sueo que
haba tenido. Ramn era psiclogo, tena cierta facilidad para interpretar los
sueos de los dems. El sueo de Mariana era hermoso. Mientras Ramn deseaba
que hubiera sido l, el hombre con el que so Mariana, otro candado
silenciosamente desapareca.
3
Los das pasaron y Ramn segua sin considerar a Mariana como una posibilidad
de enamorarse, hasta que por primera vez, vio a Mariana platicando con uno de
los empleados nuevos. Martn tena que dar otra capacitacin pero no dejaba de
pensar en ella y en la posibilidad de dejar de tener eso que slo ella le daba. Por la
noche, en contra de todas las convenciones, Ramn tir un candado ms y le
confes a Mariana que haba sentido celos.
Mariana no supo qu contestar, para ella le resultaba difcil creerlo, y es que por
mucho que el enamoramiento hace sus locuras, ella jams se habra imaginado que
lo que poco a poco comenzaba a sentir por l pudiera ser correspondido. En la
vida, en el plano real, haba tantas cosas que los separaban; su condicin en el
trabajo, su edad, su condicin econmica; pero en el plano inmaterial, todo los
una.
4
Por un tiempo dejaron que la vida siguiera, pero la tentacin de hablarse, de
acercarse iba creciendo sin que ellos se dieran cuenta. La situacin no era sencilla,
para Ramn, el estar con Mariana implicaba un riesgo, un riesgo de perderlo todo
a causa de una relacin que no tendra futuro. Para Mariana, las implicaciones
sociales tenan ms peso, romper todos los moldes y los esquemas establecidos y la
terrible sensacin de decepcionar a sus padres. Sus emociones seguan adelante
pero su cabeza les marcaba razones lgicas y justificables para no estar juntos.
Ramn quizo cerrar un candado y decidi no seguir con la relacin. Mariana llor,
pero estaba segura que era lo correcto. Ramn no tard en arrepentirse de no
seguir, finalmente Porqu tendra que quedarse con el deseo de amar a alguien por
evitar los riesgos? Mariana siempre fue ms valiente que Ramn, pero en esa noche
decidi, a diferencia de lo que hacen todos los adultos, tirar otro candado y
apostarle a su felicidad.
5
Ramn amaba los libros y las sorpresas. Un da apareci en su escritorio un libro
que se llamaba Ramn el preocupn y un chocolate. La ingenuidad de Ramn
lo llev a pensar que haba sido alguien ms. Cuando supo quien fue un candado
ms haba desaparecido.
6
Haba un vnculo, un lazo que los una cada vez ms. Cualquier momento era una
oportunidad para mandarse un mensaje, para intercambiar secretos, para llenar de
palabras hermosas el corazn de cada uno.
Ramn tena que ausentarse unos das para dar una capacitacin en otro pas, en
ese tiempo no estaba seguro que el lazo que haba construido con Mariana era lo
suficientemente fuerte, pero mientras preparaba su maleta una sensacin de vida
permeaba su estmago. Era amor. Y tena que decrselo a Mariana, que para el da
que Ramn se tuvo que ir se notaba muy triste. Antes de irse, unos das antes
Ramn tir a la basura un candado ms. Se arm de valor y busc un momento
para estar a solas con Mariana. La bes. No fue el beso ms hermoso, no fue el
beso que quizs Ramn hubiera querido darle, pero fue sorpresivo, intenso, lleno
de esa energa que emborracha al que lo recibe.
Un momento antes de irse, Ramn busc otro momento, cada vez era ms
necesario buscar esos momentos a solas, era importante, l tena que decirle algo y
cuando lo hizo, nunca le haba hecho tanto sentido decirle a alguien Te amo.
7
Durante el viaje, a Ramn le hizo compaa un regalo en una bolsa que Mariana
le haba hecho, un rompecabezas que al unir las piezas, se mostraba la
correspondencia de Mariana. Para l, as era su relacin, un rompecabezas que al
principio nadie entenda, pero que al poner las piezas todo tena forma, todo tena
sentido.
A pesar de la diferencia de horarios, siempre encontraron oportunidades para estar
en contacto. Ramn se llev el beso, su esencia y mientras viajaba y conoca un
pas que siempre so conocer, todo lo que vea le pareca el regalo perfecto para
ella. Tirar candados ya era cada vez ms fcil.
8
Oxitocina. Esa encima que el cerebro libera cuando se est enamorado. Ramn y
Mariana la soltaban a montones. Haba algo mgico entre ellos, quizs el hecho de
tener una relacin en secreto, quizs el hecho de verse unidos por fuerzas que
parecan del destino, quizs los retos que poco a poco superaban.
Lleg la temporada vacacional. Ramn, que a pesar de los candados que haba
tirado le pareca que todo terminara pronto, vea con tristeza que l y Mariana
11
Llegaron al punto en el que los besos, los abrazos y las palabras ya no eran
suficientes. Estaban listos para darse, para entregarse y alcanzar el punto mximo
de su amor. Tuvieron un encuentro fallido, no se pudo, no era el momento.
12
Lo intentaron una vez ms. Arreglaron un encuentro un da se asueto. Ese da otro
gran candado se desintegr. Se unieron en un momento en el que la vida se les iba
en estar juntos. Pasin, saliva y flujos se mezclaron. Los dos cuerpos pasaron a ser
uno, las almas se tocaron en la cumbre. Volaron.
13
El amor comenz a notarse. Cada da era ms difcil no mostrar que estaban
juntos, que haban decidido desprenderse de las cadenas que los ataban. An haba
mucho que vivir, mucho que descubrir. La gente cercana comenz a hacer
preguntas. Ramn era un buen mentiroso, pero en el fondo no soportaba la idea de
tener que ocultar una relacin que lo haca sentirse vivo, sentirse un ngel. Para
Mariana era ms difcil, menta, pero su corazn quera gritar lo mismo.
Una tarde Mariana y Ramn se reunieron en casa de ella para hacer trabajo extra,
la madre de Mariana se dio cuenta del vnculo.
Pareca que todo estaba acabado, Mariana estaba lista para despedirse de Ramn,
pero l, creyendo en la grandeza de su amor, tuvo el valor de confrontar la
situacin y habl con la madre de Mariana, que para su sorpresa, estuvo de
acuerdo con la relacin. Un candado menos, ahora alguien ms era parte cmplice
de una historia de amor que haba superado cualquier adversidad.
14
Se encontraban seguido. Cada da encontraban nuevas formas para amarse.
Establecieron una dinmica para verse sin problemas. Para Ramn, cualquier
problema, cualquier reto le pareca problema pequeo, Mariana era la mujer con
la que quera estar, pero Ramn no contemplaba el mundo exterior, la presin del
trabajo, el cansancio de la rutina laboral que siempre hace mella en cualquier
trabajador. Sin darse cuenta, esa situacin empez a ser parte de la relacin.
Ramn se quejaba con Mariana. Ella siempre lo escuchaba y quizs por lealtad,
quizs por amor, ella misma empez a sentirse enojada con el trabajo.
15
Algo estaba mal con Mariana. De pronto se senta culpable de su amor, de pronto
se senta ajena, alejada de todo el mundo que la rodeaba, varias ocasiones quiso
terminar con la relacin, pero siempre regresaba. Pareca que se pertenecan pero
las circunstancias no eran las ms favorables. Se amaban, Mariana y Ramn se
amaban, pero haba ocasiones en las que Ramn quera estar con Mariana y ella
quera hacer otra cosa. Por su propia naturaleza, Mariana empez a sentirse
enjaulada, Ramn empez a sentirse solo.
16
Se acercaba el cierre del ao laboral. La presin hasta el cuello. Mariana y Ramn
ya no eran los de antes. Obligados por las circunstancias que les exigan ocuparse
de sus responsabilidades, cansados de ocultarse, preocupados inconscientemente
por el futuro. Mariana viajara de nuevo, pero esta vez se ira mucho tiempo. Con
todas esas dudas en el aire, el amor no desapareci, pero permaneca oculto.
Crisis, hubo crisis, cualquier pretexto era vlido para que la intolerancia estallara, si
no era l, era ella, se peleaban, discutan. A diferencia del principio, en el que eran
incapaces de irse a dormir sin arreglar las cosas, las disculpas iban desapareciendo,
aparecan reclamos constantes. Ramn le quiso dar ms espacio a Mariana, ella
sigui su naturaleza, pensaron en la posibilidad de un ltimo encuentro.
17
Una tarde, siete meses despus de la declaracin de amor de Ramn. Sus cuerpos
se unieron una vez ms, sus almas se mezclaron, alguna especie de liberacin
ocurri entre ellos. Saban que quizs sera la ltima vez y dejaron a un lado los
problemas que fueron caractersticos en su ltima etapa. Ninguno de los saba que
sera de sus vidas, si es que una vez ms superaran la prueba del destino, si es que
seran capaces o si vala la pena cargar el peso del silencio, se entregaron, se
reconocieron, se tuvieron, se perdieron, se amaron.
Se miraron durante unos minutos. Estaban sentados en el borde de la cama. Sus
manos se acariciaban inconscientemente. l quera llorar, ella no quera enfrentar
la situacin. Mariana contemplaba la habitacin como recordando lo que para ella
haba sido durante mucho tiempo su santuario de paz, su espacio alejado de la
realidad que a veces se antojaba aplastante.
Cintura Elctrica
Te levantas con pesadez despus de dormir tan slo un par de horas, la noche
anterior fue divertida, pero los estragos resuenan en tu cerebro con singular alegra.
Bostezas, te mueves con torpeza, el camino al bao te parece lejano. El agua de la
regadera se resbala por tu cuerpo resucitando cualquier idea de celebracin,
mientras frotas el contorno de tus senos con el jabn recuerdas aquel comercial que
supone que tomar un bao es rejuvenecer y volver a la vida, te lamentas de no
haber comprado esa marca. Tus pies mojados dejan huellas en la alfombra. La
toalla blanca moldea tu figura, el turbante seca tu cabello para que no se maltrate.
C aminas a la ventana y suavemente deslizas tus manos sobre la cuerda para mirar
el amanecer. Es temprano, abajo se escuchan ligeros zumbidos de los pocos autos
que circulan por la avenida. La luna se oculta justo frente a ti. Acompaas la
imagen con un trago del tequila que sobr de la noche anterior. Nunca has
entendido porqu el alcohol ayuda a que te coloques las medias con mayor soltura.
La falda negra espera sobre la cama, miras la luz rojiza del despertador que indica
que aun ests a tiempo de tomarte otra copa, un cigarro para que te sepa mejor.
Piensas que tu cuerpo semidesnudo resplandece ante el espejo, tu cabello est
perfectamente rizado, te untas un poco de crema en el rostro, la locin perfuma tu
cuerpo y te hace sentir una nia otra vez.
El auto te espera ansioso en el estacionamiento. Miras a padres e hijos andando
con prisa y malas caras porque se ha hecho tarde para ir a la escuela. Das las
gracias por no tener hijos, por no estar casada y por ser tan organizada en tu vida
que tienes calculado cada detalle para la llegada al trabajo. Depositas una moneda
en la mano del conserje por el favor de abrir la puerta, este te da las gracias y te
habla respetuosamente, ests segura que eres la nica a la que le habla as. Llegas a
la esquina, el voceador repite la rutina diaria y te ofrece el peridico, es la misma
sonrisa del conserje, te alegras de recibir tus primeros halagos del da. El trfico es
insoportable a estas horas y puedes notar el descontento de los hombres y mujeres
que sudan por no estar a tiempo. T ests tranquila, el tiempo te sobra, aprovechas
el embotellamiento para mirar de nuevo ese sobre que reposa en el asiento trasero.
Lees la invitacin por sexta vez, no puedes creer que la persona que considerabas el
amor de tu vida contraer nupcias el da de hoy, peor an, te cuesta ms trabajo
aceptar que no se casar contigo. Interrumpes la sptima lectura al notar que los
conductores adyacentes a ti no dejan de mirarte, sonres una vez ms, juegas con su
flirteo, finges que ests interesada, les brindas algunos segundos de alegra y
regresas a tu asunto, para ti los coqueteos son parte de la vida diaria, la boda del
amor de tu vida no lo es.
Te repones de tu tristeza cuando entras por la puerta, recibes la acostumbrada
mirada encueradora por parte de los policas que cuidan la puerta; Los saludas,
caminas por el corredor y notas la gran cantidad de hombres que se mueren por
tomar el ascensor contigo, tu oculto estado de nimo provoca que los halagos
comiencen a incomodarte, sobretodo cuando el pequeo espacio se llena de una
mezcla de olores y perfumes baratos que contrastan con tu delicada esencia de
3000pesos la botella. Sales del encierro, tu cuerpo se levanta cuando caminas por el
pasillo, sabes que las mujeres te envidian, las habladas a tus espaldas y sus ojos de
rencor son mucho ms gratificantes que cualquier piropo, saludas a todas para
aumentar tus regodeos, tu olor impregna los cubculos, sabes que eres la reina de
ese lugar, sobretodo cuando entras a una de las dos oficinas en ese piso y
encuentras el tradicional ramo de flores sobre tu escritorio.
El trabajo es de lo ms sencillo, vigilar lo que los dems se acomiden a hacer en
tu lugar, el poder que tienes te causa placer, una sonrisa, una mirada, un beso,
tareas sencillas que no te cuestan, no quieres pensar que tu puesto de ejecutiva te lo
ganaste con esos adeptos. Hora del almuerzo, te pasas la mitad del tiempo
espantando a todos aquellos que quieren sentarse al lado tuyo, degustas un rico
emparedado de tu preparacin y una soda de dieta. Es la novena vez, Ricardo y
Mara, el amor de tu vida y la bruja, la persona que no es ni el diez por ciento
mujer de lo que t eres, la tipa que fue despus de ti, la intil que crees que no lo
conoce, la cerda que no tiene nada de lo que tienes, la suertuda que posee lo nico
que te falta. Se acerca la hora de la salida, llamas a tu madre con el celular ms
moderno del mercado para preguntar, asegurarte de que ir a esa boda est bien,
ella te pide prudencia, te habla de la cantidad de hombres que desearan estar a tu
lado, de lo racional que suenan las frases: T eres una ejecutiva, l slo es un
maestro T eres una diosa, el es un don nadie. Sabes que tu madre trata de
ayudarte, le agradeces, haz tomado una decisin, piensas que esa boda no sera
nada si no ests presente, vas a hacerles el favor, irs a demostrarle lo que ha
perdido.
Tienes una cita con el destino, antes de salir de la oficina, pasas a agradecerle a
tu jefe por las flores que todos los das iluminan tu escritorio, l siempre quiere algo
ms que un agradecimiento, le pides que tenga paciencia, que antes de tenerte
tendr que dejar a su esposa, no tienes miedo de soltar esas palabras, ests segura
de que nunca lo har, nunca podr tenerte, el hombre no te inspira la mnima
confianza para estar entre sus brazos. Te despides de tus compaeros, las mujeres
recuerdan que ests aqu y sus caras se hacen largas otra vez, eso te recuerda que
eres la mejor. Altus citius fortius, as dira el querido profesor que hoy se te va.
Caminas con soltura, no hay panza que tengas que ocultar, no es necesario
quebrarte la espalda para sacar los pechos, no necesitas el vaivn de tus glteos
como pndulo para sentirte hermosa. Eres natural, eres una diosa, eres la mujer
que cualquier hombre deseara tener, por tu cuerpo, por tu inteligencia, por tu fino
rostro, por tu sabidura. Ninguna es mejor que t, pocos hombres son dignos de ti,
tienes la posibilidad de escoger y no que te escojan. El ego y tu seguridad se suben
al auto con rumbo a la boutique ms elegante para comprar un vestido a tu altura,
un atuendo que resplandezca tu condicin de musa, el elevado sueldo que percibes
te da la oportunidad de comprar lo que se te antoje. La invitacin se burla desde el
asiento trasero, una seal de lo nico en lo que haz fracasado, un antagonista
silencioso que quiere arrancarte la autoestima para tumbarte al suelo, slo para
que conozcas el mundo de los pobres seres humanos.
Haces la entrada triunfal en la plaza, los hombres se rinden a tus pies y observas
con horror como las esposas, novias y parejas dejan de ser atendidas cuando pasas
junto a ellos. Analizas las ropas que ellas visten, notas una tendencia a que ellas
presuman su cintura no importando su tamao o su inexistencia. Miras pantalones
por debajo de la cadera justo en el lugar donde la espalda se divide, blusas y
playeras estampadas que presumen el ombligo pero dan peso especfico a la
cintura. No puedes dejar de rer, miras sus lonjas luchando por esconderse, los
pantalones ajustados a punto de reventar, panzas que convierten al ombligo en una
caricatura. Tus burlas carecen de remordimiento, te hubiera gustado vestir de otra
manera para demostrar tu pequea cintura elctrica que destroza corazones, que te
coloca a la par de los ngeles. Se te ha ocurrido algo, escoges el vestido de noche
ms hermoso y le pides a la empleada que le haga algunos ajustes, ese atuendo
debe por sobre todas las cosas presumir tu cintura. La mujer regresa con el vestido
en unos cuantos minutos, al entallarlo con tu silueta el lugar se transforma, todos
los reflectores apuntan hacia la cintura elctrica, recibes las acostumbradas miradas
de envidia de las mujeres y los pensamientos animales de los hombres presentes,
este es. El gerente de la tienda se acerca y te ofrece un atractivo descuento a
cambio de una foto y el permiso para hacer de esa foto una forma para publicitar
el lugar, halagos ms, halagos menos, te sientes tan duea del mundo que te das el
lujo de negarte, pagas tu vestido y sales con un mar de luces multicolores adentro
de la sangre.
La hora se acerca, llegas con el tiempo justo a tu hogar, tomas otro bao para
refrescar tus poros, al salir metes tus pies en agua de sbila para que resistan toda la
noche de baile, rocas tu cuerpo con aquella fragancia que slo usaste cuando salas
con l. Tomas una copa de tequila, fumas un cigarro. El silencio del departamento
te hace pensar que su alma te pertenece, no sabes lo que hars al llegar, pero ests
segura que algo se te ocurrir. Te colocas el vestido, te miras al espejo, viajas al
pasado, recuerdas aquella noche de Junio, la ltima que estuvo en tu cama, el coito
del adis, la noche que fue de ustedes, aquella en la que su espalda qued araada
por tus uas que lo apretaban con fuerza contra tu cuerpo. Esa vez tu cintura se
movi con tal fuerza, con tal cadencia, con tanto placer que termin haciendo
corto circuito, le comentaste la imagen y l fue el que la bautiz como cintura
elctrica. Al da siguiente se fue, tu creste que para siempre, te ofreci viajar con
l, pero fuiste vctima de tu egosmo, te negaste y el crey que lo habas dejado de
amar. Tres aos despus regres pero no te busc, conoci a cualquier otra mujer
que lo arrop y tu no hiciste nada, supiste que haba vuelto cuando por accidente
lo encontraste en aquel caf de Coyoacn que frecuentaban cuando eran una
pareja. Platicaron, te enteraste que estaba comprometido y te diste cuenta que
seguas amndolo como a nadie. Reaccionas de tus recuerdos cuando notas en el
reflejo algunas lgrimas que destrozan tu maquillaje, corres al bao por una toalla,
sin embargo se antepone en tu camino el botiqun, sacas de este un pequeo
paquete que haca mucho que no utilizabas, te acercas de nuevo al espejo, sacas del
cajn el inhalador y te entregas al olvido, el polvo blanco recorre tus fosas nasales
purificando el dolor, te dejas llevar por tus impulsos, tu razn est apagada, el
Brain Edition
1
Hoy es el da de la operacin.
Al principio tuve mis dudas. Marta me habl de la preparacin, que tena que
tomar leche durante un mes, que mi dieta tena que contener hierro para que el
cerebro pudiera tolerar el chip, que tena que operarme los ojos para corregir la
miopa, que tena que bajar quince kilos para estar en el peso. Mucho que hacer
para una operacin que me iba a salir carsima a pesar de ser el yerno de uno de
los pocos que tenan la licencia para comercializar la tecnologa en el pas. Pero
luego Marta me habl de los beneficios, de las posibilidades infinitas de tener un
disco duro injertado a mi cerebro. Saba por la televisin que la ciruga era
revolucionaria, que en Japn ya est establecido que al nacer los nios y nias
reciban su chip, que en los Estados Unidos se ha elevado el nivel de vida y
disminuido los ndices delictivos, que en Canad es un requisito tener la ciruga
para aplicar para un permiso de trabajo. Sin embargo no conoca a nadie (slo a
Marta y a su familia) que tuvieran su disco duro, para ellos era algo tan natural que
no comentaban nada al respecto, slo vea a Marta cerrar los ojos y enseguida
vena la explicacin Espera, estoy guardando este momento en mi disco duro o
Espera, estoy desfragmentando mi disco o en el ms extrao de los casos,
acompaaba a Marta a la biblioteca, abra un libro, lo tocaba con la palma de la
mano y mientras pasaba las hojas me deca Lo estoy escaneando.
Era como tener una novia extraterrestre, pero en el mundo de Marta, el
aliengena era yo. Senta que me perda de algo, quera entender a Marta, sentir lo
que ella siente, adems es preciosa y muy buena en la cama, tanto como para
permitir que metan un disco duro en mi cerebro.
2
Hola Fernando! Bienvenido al futuro. Gracias por preferir el sistema operativo
Windows brain edition para acompaarte por el resto de tu vida. Esta sencilla gua
te ayudar a familiarizarte con las sorprendentes caractersticas que Windows brain
edition tiene para ti en tu nueva vida. Este sistema funciona en tu cerebro como
cualquier computadora, en la que guardas tus archivos en carpetas, de acuerdo al
paquete que elegiste, tienes un espacio disponible de un terabyte para almacenar
recuerdos, lenguajes, conocimientos y todo lo que quieras conservar de tu vida
cotidiana, te recordamos que en cualquier momento puedes borrar archivos y
carpetas para reemplazarlas por vivencias nuevas. Como cualquier computadora,
te recordamos que mantengas tus archivos de manera ordenada para evitar
mareos, vrtigo o alguna enfermedad mental.
Antes de empezar a utilizar tu disco duro, debes aprender a utilizarlo Es muy
sencillo! Al principio debers utilizar los lentes especiales que se te entregarn una
vez que seas dado de alta, posteriormente lo nico que debers hacer para acceder
a tus archivos es cerrar los ojos y concentrarte. Fernando deseas acceder a tus
archivos ahora? Piensa s o no. Excelente! Fernando estamos en la carpeta mis
documentos, donde est almacenada tu vida previa hasta el da de ayer. En la
carpeta recuerdos estn almacenados todos tus recuerdos, Windows brain edition
te permite salvar tus recuerdos automticamente, sin embargo el sistema operativo
te permite borrar cualquier recuerdo doloroso en tu vida simplemente enviando el
recuerdo sealado a la papelera de reciclaje. En la carpeta Conocimiento se
encuentra todo lo que has aprendido hasta el da de ayer, esta carpeta est dividida
en subcarpetas, de manera predeterminada hemos creado las carpetas idiomas
valores destrezas y habilidades y cultura, cualquier conocimiento que
quieras adquirir, como aprender el idioma chino o la habilidad papiroflexia por
ejemplo, podrs obtenerlo a bajo costo con algn distribuidor autorizado e
instalarlo en tu disco duro. Otra de las asombrosas caractersticas de tu Windows
brain edition, es la posibilidad de comunicarte e intercambiar informacin con
cualquier otro usuario que tenga Windows brain edition instalado en su cerebro va
Bluetooth. Olvdate de la indiscrecin! Intercambia msica, vivencias y recuerdos
simplemente tocando la mano de otro usuario. Otras caractersticas de Windows
brain edition son: despertador (nunca ms llegars tarde a tus citas importantes, tu
cerebro te despertar a la hora que necesites), conexin a internet (checa tu correo
electrnico simplemente cerrando los ojos) y programador de sueos (suea con lo
3
Marta me ayud mucho los primeros das. Como regalo de iniciacin me
llev a la tienda de software a escoger el programa que yo quisiera. Escog un
paquete de sueos que inclua: volar, bucear y meditar. Otro da me llev a una
fiesta donde haba pura gente con disco duro en el cerebro, muchos de ellos con
unas conversaciones muy interesantes por la cantidad de paquetes de cultura que
tenan instalados, cuando le pregunt a un seor si poda compartirme su paquete
de los grandes autores de la literatura universal se neg, cuando le coment a
Marta ella me dijo que nadie comparta su paquetera, no entend por qu. Ofrec
a cambio mi paquete de sueos, pero ya lo tenan todos, era de los ms baratos. En
esa fiesta me enter de la iniciativa de los gobiernos de primer mundo, para
implementar la ciruga de cerebro en las crceles y borrar los archivos que hacan a
una persona cometer crmenes, no sin antes enfrentarlos a una pena de un ao
consecutivo de pesadillas. Tambin escuch de una iniciativa negada a las naciones
unidas donde proponan aplicar la ciruga gratuita a todos los ciudadanos del
mundo.
Aunque a Marta le encantaba decirle a todos los que conoca que era portadora
del disco duro en su cerebro, yo no me senta cmodo al mencionarlo. Cuando
estaba en el trabajo, procuraba ser discreto al momento de subirme informacin,
nadie en la oficina, ni siquiera el gerente de sistemas tena la ciruga. Eso no
impeda que todos hablaran de ella, que todos soaran con operarse. La gente en
las calles se refera a nosotros como los cyborgs y muchos grupos conservadores
se reunan afuera de las clnicas donde practicaban la ciruga para protestar. Yo
disfrutaba compartir con Marta mis archivos. Todo el da me la pasaba pensando
en los paquetes que podra adquirir, en las cosas que podra aprender. Decid
ahorrar una parte de mi sueldo para que a finales de cada mes, pudiera comprar
un paquete nuevo e intercambiarlo con Marta.
4
Hace dos semanas, en la tienda de software conoc a Mariana. Ella tena apenas
dos semanas de operada, me pidi ayuda para escoger su primer paquete, le ofrec
transferirle el mo de los sueos, pero no se pudo porque ella no tena Windows
brain edition, ella se haba operado en una clnica de Apple. Intercambiamos
telfonos a la manera antigua y acordamos tomar caf algn da de estos. Guard
el recuerdo en mi disco duro, Mariana decidi comprarse el mismo paquete de
sueos que yo, pero para su sistema operativo.
Encontr un puesto en un tianguis que vende software pirata para mi cerebro.
Tienen todos los paquetes que siempre quise tener y estn muy baratos. Para poder
instalarlos en mi disco duro necesito crackearlos, encontr un artculo que dice
que funcionar con un programa crackeado podra provocarme daos mentales.
Decid no arriesgarme.
Esa noche Marta durmi en mi casa. Despus de bailar un poco de flamenco,
cena con velas y unas cuantas horas de placer nos quedamos dormidos. Al
despertar, Marta no estaba en la cama. La encontr en la cocina desayunando,
trat de besarla pero evit mi boca. Le pregunt si haba dormido bien y
permaneci en silencio, cerr los ojos y busqu en mi gua para entender a las
mujeres alguna pista, aunque era evidente que estaba enojada por algo. Quin es
Mariana?, me pregunt con voz enrgica. Una chava que conoc hoy en la tienda
de software, le ofrec mi paquete de sueos pero tena otro sistema operativo,
despus de contestarle entend que yo no haba compartido ese recuerdo con ella.
Cmo sabes que conoc a una Mariana? Quera saber que habas hecho hoy y
busqu en tus recuerdos. Buscaste en mis recuerdos? No lo hice con mala
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Hoy escuch en las noticias que se planea un ataque terrorista a ciudadanos
norteamericanos con chip. Recomendaron que todos los habitantes del mundo con
disco duro instalen un parche de seguridad que cuesta cien dlares y que se hace
con ciruga para evitar problemas. Tendremos que mantener nuestros discos duros
apagados hasta nuevo aviso, eso quiere decir que tendr que estar dormido. Se que
Marta est mejor, no me ha llamado, no la he llamado. Acord con Mariana tomar
ese prometido caf cuando despertemos. Ped una semana de vacaciones en la
oficina para no despertar sospechas. Hola Fernando! Ests a punto de cerrar el
sistema, tienes un documento de texto abierto, es recomendable que salves la
informacin antes de apagar el equipo. Cuando el parche quede instalado y
Windows brain edition considere que ests a salvo de virus y otras amenazas el
equipo se reiniciar automticamente, el proceso puede durar algunas horas o das.
Deseas salvar tu documento antes de cerrar el sistema?
Hoy es el da de la operacin.
El archivo brainedition.pdf ha quedado guardado en la carpeta Mis
documentos Windows brain edition se cerrar.
Sigues solo? Noms como siempre. Mira, que bueno que no tienes que
mantener una familia, todas las ganancias son para ti solito. Tambin tiene sus
desventajas. Ah, si? Yo no le veo ninguna, eres libre, puedes acostarte con quien
quieras sin remordimiento, echarte los pedos que quieras en tu casa sin molestar a
nadie. Paulina, ya no sigas por favor. Bueno yo slo deca que... Paulina. Bueno ya
ya, te haz vuelto amargado Rober. Digamos que la vida no me ha tratado muy
bien, sobretodo despus de que me abandonaste. Roberto casi se pas un alto, sus
reflejos le permitieron frenar de sbito, rechinaron las ruedas, Paulina se sacudi en
el asiento. Roberto! Pero Roberto nada deca, sus ojos se incrustaron en un nio
disfrazado de payaso que mova sus nalgas de globo tratando de arrancarle una
sonrisa a los conductores. Se estar burlando de mi? Habr dicho demasiado? El
calor se mezclaba con el olor a vainilla del taxi, una gota de sudor se escap por la
frente de Roberto. No la mires, no la mires. Ves Roberto? Abre las ventanas ya
ests sudando. Chingao mujer! qu no ves que te vas a ensuciar el vestido? Ah! Y
no te preocupes por el vestido, maana lo llevo a la Tintorera.
Y ahora, porqu te desvas? Hay manifestacin, vamos a tener que tomar
Insurgentes no te quieres bajar? De veras que en metro llegas en quince minutos.
Rober Rober Rober, t siempre tan preocupn qu crees que no tengo para
pagarte? No es eso, es por el tiempo Cul, el tuyo o el mo? El tuyo, por supuesto.
Reljate Rober, te voy a demostrar que tengo el tiempo del mundo. Paulina le pidi
que condujera en silencio, cuando Roberto tom el carril central, Paulina se
levant del asiento y se coloc sobre el espacio que separa al chofer de la puerta.
me puedo sentar aqu? qu haces mujer? Te voy a hacer que recuerdes los viejos
tiempos. Paulina inclin su brazo hasta llegar al pantaln de Roberto. No Paulina
no lo hagas. Reljate y conduce, yo voy a hacer que te sientas mejor. Aunque la
panza de Roberto le estorbara, Paulina conoca el camino, baj el cierre
lentamente. Mujer! Hay mucha gente, nos pueden ver. Eso nunca te import
Rober, es ms, lo preferas con trfico. Antes de que la boca de Paulina se
incrustara en su objetivo, Roberto tuvo un instante para pensar. Y por qu no? Es
una nalga Roberto, tan slo una nalga. S claro, la nalga que te dej abandonado
hace dos aos, despus de que le pediste que se casara contigo. La nica nalga a la
que verdaderamente haz amado. La nalga que se cas con otro taxista. La nica
nalga que ha ejercido control sobre ti. Tan slo una nalga? Pero ahora es
diferente, nos encontramos, es el destino. No te hagas pendejo Roberto. Ella lo
saba, lo plane todo. Pero ella quiere, est en mis manos. No te hagas pendejo
Roberto. Eso te lo haca cuando quera algo. Qu puede querer? Viaje gratis?
Vale la pena por una mamada. No te hagas pendejo Roberto. Quiere otra cosa. No
te hagas pendejo Roberto. No te hagas pendejo. Roberto se mordi el labio
superior, con la mano derecha detuvo la cabeza de Paulina justo cuando el largo
cabello rubio rozaba su pierna. Qu es lo que quieres? Qu no es obvio? No te
hagas, sabes a que me refiero. Yo slo quiero de ti, lo mismo que t quieres de mi.
Paulina regres al asiento trasero, Roberto vio por el retrovisor su ceo fruncido.
Te ests haciendo viejo Roberto, antes cogas sin preguntar. El trfico se aliger un
poco a la altura de San Cosme, Roberto aceler el taxi. Diario paso por donde me
tomaste Cmo es que nunca te haba visto? Ay Rober no seas paranoico! El
vestido... es mucha coincidencia! El tacmetro ya indicaba los ciento veinte.
Quieres que me baje? Eso es lo que quieres? El taxi se violent hacia la derecha,
Roberto pis el freno pasando el Eje dos. Dime que no me buscaste! Dime que fue
el azar! No Rober, no lo fue, te estaba buscando ya? contento? Roberto qued
desarmado con la frialdad con la que Paulina poda reconocer esas cosas, su
cinismo lo excitaba. El coche permaneci unos minutos parado con el motor
encendido. Roberto se subi el cierre y de su bolsillo sac una cajetilla de
Delicados, le ofreci uno a Paulina. No gracias, no ahora. Tiene que ver con
Chencho verdad? Ese puto mat a mi esposo Rober porque le deba dos mil pesos!
Roberto ocult su satisfaccin, el cabrn de Fidel tuvo lo que se mereca. Y yo
qu? yo qu pitos toco en todo esto? Voy a matarlo. Roberto vio por el retrovisor a
Paulina que buscaba algo en su bolsa, esperaba ver una pistola, nueve milmetros
quiz, es la que todos compran, es con la que lo han asaltado ms de siete
ocasiones, pero Paulina le mostr un cuchillo an en su empaque, con letras en
ingls que no pudo descifrar, despus de todo Roberto slo haba estudiado la
primaria. Con eso piensas matar a Chencho? Con un pinche cuchillo cebollero?
S Rober, lo voy a cortar en pedacitos. El rostro coqueto y manipulador de Paulina
se transform en instantes, Roberto pudo imaginarse la escena con slo mirarla a
los ojos. Pues yo te dejo en casa de Chencho y me pelo a seguir trabajando. El taxi
se puso en marcha. No Rober! Necesito que me esperes, que me lleves a la central
camionera. Te vas a ir? Lo tienes todo bien planeado! Vamos Rober, eres el nico
en el que puedo confiar. Roberto disminuy la velocidad. Apag la radio que
tocaba los caminos de la vida, el taxmetro marcaba ms de noventa pesos. Se
afianz al volante, se acomod en el asiento, por vez primera pens en el
significado del libre albedro. Las manos le sudaban, a falta de un trapo, Roberto se
frotaba las manos en el tablero cubierto de peluche azul. Los domin el silencio,
Los ojos del chofer no encontraban donde entretenerse, Paulina, en cambio,
qued a mitad de la calle. Paulina abri la puerta, cerr los ojos. Me das la
bendicin? Paulina si no lo quieres hacer no lo hagas! Tengo que hacerlo. Un
silencio. La mujer se acomod el vestido y puso un pie fuera del taxi, Roberto la
sujet del brazo. Espera... yo lo hago. Jal a Paulina y la sent de nuevo, tom su
bolsa, sac el cuchillo, se lo guard bajo la camisa. No apagues el coche. Paulina no
hizo nada para detenerlo, quiz eso era lo que quera desde el principio.
rale putos que llevo prisa! Hijos de su puta madre! avancen con una
chingada! Rober ests bien? Tienes sangre en la camisa. Carajo! Vieja tenas que
ser pendeja! ndale viejito basilisco, mueve las nalgas! Rober ya no te angusties
nadie nos sigue. Pinche tamarindo ponte a trabajar! Vale verga, pinche trfico!
pinches todos! Qu traes en la bolsa Rober? pinches puales! muvanse!
Llegaron a la Central diez minutos despus, quince antes de que saliera el
camin que llevara a Paulina a Sonora. El sudor de Roberto se mezclaba con la
sangre en su camisa. Seguro que lo dejaste bien muerto? Sin mirarla, tom la
bolsa negra que traa en las piernas y la arroj hacia atrs golpeando a Paulina en
los tobillos. Roberto! Eso era lo que queras no? S pero... ah est! Para que te los
lleves de recuerdo, tu pinche cuchillo cebollero lleno de sangre, la lengua de
Chencho, la mano derecha de Chencho, un dedo de la izquierda... A ver donde
chingados te guardas la bolsa porque ni maleta traes. Te amo Roberto! Te amo
Roberto! Ests loca mujer y yo tambin por hacerte segunda. Vmonos a Sonora
Rober, a continuar lo que dejamos pendiente. No. No? Pens que eso era lo que
queras, por eso hiciste todo esto por m. Lo hice por tu vestido mujer, para que no
lo ensuciaras. Paulina qued en silencio, cuando iba a decir algo, Roberto le abri
la puerta. Es tarde, no quiero que te deje el camin. La mujer tom su bolsa de
mano, le hizo un nudo a la bolsa con los miembros y baj del taxi. Ahorita compro
una maleta, adis. Espera no te vayas an! La sonrisa le regres al rostro, la
historia de amor se completara cuando Roberto bajara del taxi y le dijera que se
ira con ella. Me debes doscientos cincuenta pesos, eso es lo que marca el
taxmetro, se me olvid apagarlo cuando nos metimos al Hotel y como marca por
tiempo... Paulina trag saliva, sac la cartera de su bolsa y le pag exacto. Gracias
Rober, me imagino que ya no te voy a ver. Si regresas quizs, pero que no sea para
matar a nadie por favor. Qu te pas Rober? T te ofreciste para hacerlo! Ya te
dije que lo hice para que no ensuciaras el vestido. No es cierto! Lo hiciste porque
me amas. Yo? Me tengo que ir Roberto, el camin est por salir. A Paulina se le
escurrieron las lgrimas, Roberto jal con fuerza la cadena de hule, ahora una
puerta cerrada se interpona entre ellos. Paulina se dio la vuelta y busc su andn
de salida. Roberto se baj del taxi, abri la cajuela y sac un suter gris que se
coloc sobre la camisa ensangrentada, abord de nuevo, arranc el Volkswagen 92
y levant una vez ms el letrero de libre. A la altura de Vallejo, una mujer le hizo
la parada. Traa puesto un vestido rojo. Roberto se detuvo.
Reencuentro
Estaba sentada en la parada del camin. Lea un libro cuyo nombre no puedo
recordar. ltimamente olvido mucho las cosas. Lo que s recuerdo es que traa
puesto el traje sastre azul. Ese con el que me deca que me vea hermosa, con el
que le pareca toda una ejecutiva.
No recuerdo que haca leyendo en la parada del camin. Me gustara pensar
que no lo estaba esperando, que l iba pasando por casualidad y que nos volvimos
a encontrar. Slo recuerdo que yo estaba ah, leyendo un libro cuyo ttulo quiero
recordar pero que no puedo. No supe por donde lleg; si por la izquierda, la
derecha o si sali de la cafetera. Lo escuch silbar una cancin que reconoc, pero
tampoco recuerdo cual era. No lo mir, se detuvo frente a mi y pude oler su locin,
esa que yo escog para l y cuyo nombre tampoco recuerdo. Disculpe, ya s que
estoy muy olvidadiza, s que le gustara escuchar ms detalles, pero simplemente
no los recuerdo.
Yo te conozco. Eso fue lo primero que me dijo. Se vea muy entusiasmado. Yo
estaba tratando de identificar el olor de su locin. Lo mir de pies a cabeza.
reconoc los tenis, el pantaln negro de mezclilla, la playera blanca y el suter
abierto color gris. Saba que conoca a alguien que usaba regularmente ese
atuendo, reconoc sus ojos cafs y sus pestaas, pero ningn recuerdo llegaba a mi
mente. Disclpeme, no lo recuerdo. Se lo dije, poda reconocer todo pero no su
nombre, ni la conexin que habamos tenido en el pasado.
Mi primera reaccin fue volver a mi lectura, aunque estaba segura que el
reencuentro no iba a ser tan furtivo. Haba una curiosidad natural, una especie de
atraccin al desconocido, no tena mucho de haber llegado, apenas estaba
conociendo los alrededores.
No s, no me acuerdo.
No estabas aqu beb, acabas de llegar.
De dnde?
Ay beb por favor ya no finjas!
Martn ya no estaba confundido. Se notaba muy avergonzado. Lo extraaba
mucho, pero tena que hacerle entender que haba roto su promesa.
Lo intent chiquita, te lo juro. Pero no quera estar solo. No quera estar sin ti!
Pero me lo prometiste. Prometiste que no me alcanzaras hasta que llegara tu
hora. Te dije que iba a estar esperndote y as era. Pero llegaste antes, llegaste muy
pronto.
Martn estaba devastado. Ya no haba marcha atrs, lo haba recordado todo. Si
estuviera vivo seguramente hubiera llorado, fue mejor as, cuando estaba viva
nunca soport hacerlo llorar.
Pero eso ya no importa chiquita, estamos juntos, para siempre.
S importa beb. Llegaste antes, me lo prometiste y yo confi en ti.
Y ahora qu?
Nada.
te puedo besar?
Preferira que no.
Te puedo acompaar?
No. Djame estar sola. Un momento.
Y qu voy a hacer?
No s. Acabas de llegar. Tienes que acostumbrarte a muchas cosas, tienes que
estar listo.
Me puedes ensear t.
No puedo beb. Esta fue tu decisin, tienes que hacerlo slo. Las parejas se
acompaan, aprenden juntos, cuando ests listo yo te busco.
Y si no lo haces chiquita?
Lo har. Es una promesa. Ya no insistas.
Martn se levant. Esa fue la tercera vez que lo vi as. La primera vez que nos
separamos, el da que mor y ahora esa ocasin.
Se fue caminando lentamente, en el fondo s que pude ir tras l y acompaarlo
en su proceso, pero haba roto nuestra promesa. Estaba segura que si en la vida nos
habamos vuelto a encontrar aqu lo haramos de nuevo. Nuestra edad ya no
importa y mejor an, aqu tengo toda una eternidad para perdonarlo.