Mercurio 209 (Marzo 2009)

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www.revistamercurio.

es narrativa
Luis Landero
Kaouther Adimi
Jenny Erpenbeck
Elvira Navarro
Elisa Levi
Félix J. Palma
Karina Sainz Borgo
FUNDACIÓN JOSÉ MANUEL LARA Edurne Portela

Número 209 | Marzo 2019 ensayo


EJEMPLAR GRATUITO Eduardo Lago
Amartya Sen
Juan Cruz Ruiz
Alberto González Troyano
Jonathan Haidt
Jesús Marchamalo

UNIVERSO
poesía
Ada Salas
Andrés Neuman
Raquel Lanseros

WHITMAN
Álvaro Salvador
Javier Vela

entrevista
Elvira Sastre
PREMIO BIBLIOTECA
BREVE 2019

“La memoria es un
truco para seguir
viviendo lo que se
ha perdido”
ILUSTRACIÓN: MIGUEL SÁNCHEZ LINDO

ARTÍCULOS
EDUARDO LAGO
ANTONIO RIVERO TARAVILLO
ANTONIO LUCAS
TONI MONTESINOS
EDUARDO MOGA
editorial 5

El poeta de
la democracia

E
n mayo se cumplirán doscientos años del nacimiento de Walt
Whitman, pionero de la literatura estadounidense —estricto
contemporáneo de Melville, formó parte de la segunda gene-
ración de escritores nacidos en el país, continuadora de los
Emerson, Hawthorne, Poe y compañía— que dentro y fuera de
sus fronteras es con razón considerado uno de los padres fundadores de la
poesía moderna. Su influjo, reconocido por autores españoles e hispanoa-
mericanos de la talla de Lorca, Borges o Neruda, ha sido tan universal como
su obra, en la que se cumple un empeño totalizador que pretendía recoger
la voz de una nación y ha acabado por dársela a la humanidad entera.
Para Eduardo Lago, el autor de Hojas de hierba encarnó al Poeta con ma-
yúscula que había reclamado para América el filósofo trascendentalista,
asumiendo la misión de crear “un Nuevo Canto para un Nuevo Mundo”. Su
ascendiente es comparable al que tuvieron Homero, Dante o Shakespeare,
que fueron además de la Biblia las lecturas esenciales del poeta en sus años
de formación, tanto en sus ámbitos lingüísticos respectivos como fuera de
ellos. La forma, famosamente libre, y el contenido, orientado a celebrar la
democracia en todos los órdenes, señalaron una novedad que ha tenido un
recorrido inagotable, aunque como también señala Lago su celebración no
era acrítica y por otra parte el país, que carga con sus propios demonios,
no siempre ha estado a la altura del ideal de Whitman. El sucesor de Poe,
escribe Antonio Rivero Taravillo, fue un poeta de corte muy distinto, solar, El influjo de
abierto a los otros, deseoso de representarlos en ese “mí mismo” que une Whitman, reconocido por
en una sola las tres personas gramaticales, las personas del verbo. El hom- Lorca, Borges o Neruda, ha sido
bre común era el destinatario natural de su obra, una colección de poemas
incesantemente reelaborada desde su primera edición en 1855, que se ha tan universal como su obra, en
beneficiado, apunta Rivero, del uso del versículo flexible, no sometido a la que se cumple un empeño
constricción métrica, a la hora de ser traducida a otros idiomas sin necesidad totalizador que pretendía
de soluciones forzadas.
La libertad y la plenitud, la igualdad y la justicia están en la raíz del dis- recoger la voz de una nación
curso de Whitman, que como afirma Antonio Lucas tiene su centro en la idea y ha acabado por dársela a la
de fraternidad y busca la adhesión de otros seres —y el amor de otros hom- humanidad entera
bres, desde una perspectiva homoerótica previsiblemente condenada por
los moralistas— que son, como el hipócrita lector de Baudelaire, semejantes
y hermanos. Cuerpo y espíritu, propios y ajenos, se funden en una suerte
de misticismo que invita a la vitalidad y pregona la alegría, para devolver al
universo cuanto de él han recibido. El yo es nosotros y es todo, incluida la
vasta geografía americana donde se proyecta el anhelo de continuidad y de
infinitud, de convivencia, diálogo y encuentro, de comunión casi religiosa
con la especie. Consta que el propio Whitman era consciente de su grandeza
y así lo atestiguan los textos en los que escribió de su obra, a menudo, como
señala Toni Montesinos, de forma anónima y bien poco pudorosa, como
un embozado agente comercial que se asegura los elogios escribiéndolos él
mismo, ansioso del reconocimiento que de todos modos merecía.
La exuberante naturaleza de América es el otro gran tema de Whitman o
mejor dicho su formidable escenario, que abarca la gran ciudad de Nueva
York, los bosques y lagos y cordilleras y toda la fauna y la flora del conti-
nente. En línea con Emerson, dice Eduardo Moga, el poeta de Long Island
le atribuye un alma, un impulso del que participan el hombre y todo lo que
existe, una energía primordial que remite también al deseo. El amor es la
fuerza que mueve el mundo y su imperio, felizmente, no conoce barreras. n

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T E M A S peare, sus lecturas esenciales durante sus
años de formación, junto a la Biblia. En
cuanto a su propia tradición, pese a las
dificultades que les supondrá asumir la
ansiedad de influencia provocada por

UNIVERSO
alguien de su peso, figuras del calibre de
Eliot y Pound, los dos pilares de la poesía
en lengua inglesa del siglo XX se rendirán
ante la magnitud de su legado. Pound lle-

WHITMAN gará a decir de él: “Es el poeta de América


[…] Es América”, dando así por cumplida
en su figura la requisitoria de Emerson.
Abundando en la idea, Harold Bloom
proclama sin ambages que Whitman es
el centro del canon norteamericano, y al
calibrar su alcance universal singulariza
en Borges, Neruda y Pessoa la herencia
ibérica del legado de Whitman. Su radio
de influencia, mucho mayor, incluye una
La intención explícita de Walt Whitman era constelación de nombres que van desde
Martí, autor de una crónica memorable
celebrar, representar y encarnar la esencia de la sobre Whitman y Lincoln, hasta Rubén
democracia norteamericana, cuyo depositario Darío, cuya renovación de la expresión
poética en español es comparable a la que
había de ser el ciudadano de a pie llevó a cabo el norteamericano en su len-
gua. No es necesario recordar el impacto

EL POETA que tuvo en Lorca ni que a escala universal


la proyección de su obra llega a los rinco-
nes más insospechados, como ocurre con

Y LA NACIÓN poetas como Adonis o Nazim Hikmet, por


mencionar dos casos poco previsibles.
Whitman tenía 36 años cuando pagó
de su bolsillo la primera edición de Hojas
de hierba, que publicó anónimamente.
Desde entonces el libro estuvo someti-
do a un proceso constante de revisión,
EDUARDO LAGO aumentando sin cesar hasta alcanzar un
total de nueve ediciones, la última su-

L
pervisada por el autor desde su lecho de
a publicación de Hojas de conscientemente, todos buscan lo mismo. muerte. Como en el caso de Henry James,
hierba en 1855 cierra el lustro Lo que Emerson plantea en El poeta es lo fue un proceso extenuante, y no siempre
prodigioso del que surgieron que Melville y Hawthorne llevan a cabo positivo. La fuerza incomprensible, colo-
las líneas maestras que deter- en sus obras narrativas, cristalización de sal, de su genio, el milagro de escuchar y
minarían el futuro de la litera- facto de algo que décadas después dará en registrar la canción que lo habitaba, tuvo
tura norteamericana. En 1849 fallece Poe, conocerse como “la gran novela america- lugar principalmente entre los treinta y
el padre del cuento. El ensayo encuentra na”. Hojas de hierba es su equivalente en los cincuenta años de la vida del poeta.
su forma en la figura de Emerson, que poesía. Posteriormente, Whitman perdió el con-
publica Hombres representativos en 1850. La primera edición del libro consta- tacto consigo mismo y con los hilos que
Una nueva manera de entender la novela ba de doce poemas sin titular en los que lo conectaban a lo sagrado, pese a lo cual
arranca con la aparición ese mismo año Whitman proclama jubilosamente su poé- siguió interviniendo en su poemario.
de La letra escarlata, seguida de la de Moby tica, celebrando su país como la encarna- Para entender lo que se proponía ha-
Dick, un año después. Poco antes, en 1844, ción de la idea misma de democracia. El cer es preciso leer con atención el prefacio
Emerson había publicado El poeta, ensayo poemario busca ser un instrumento capaz de la edición original, en el que presenta
en el que proclama la necesidad que tie- de absorber el ser político, geográfico y so- como credencial su condición de “ameri-
ne la nación de dar con una voz capaz de cial de la nación. Para lograr su propósito cano”, manifestación cósmica y adámica
representarla con autenticidad. Whitman de crear un Nuevo Canto para el Nuevo de un nuevo hombre en una nueva tierra
tenía 25 años cuando leyó el ensayo y se lo Mundo, Whitman se ve obligado a revi- y en posesión de una palabra enteramente
tomó como si Emerson le estuviera enco- sar los modos de la tradición europea en nueva. Su intención explícita es dar forma
mendando una misión. Su respuesta llegó la que se ha formado. La fuerza desafora- a un gran poema capaz de representar y
nueve años después, con Hojas de hierba, da de su verbo dificulta su encaje históri- encarnar la esencia de la democracia nor-
obra que completa el estallido fundacional co, pero no es exagerado decir que en su teamericana, cuyo depositario ha de ser
de la literatura norteamericana, suman- contexto el impacto de Whitman sobre el el ciudadano de a pie: “El genio de los Es-
do a las facetas del cuento, la novela y el canon es comparable al que tuvieron en tados Unidos no es mejor ni más elevado
ensayo la de la poesía. Consciente o in- sus coordenadas Homero, Dante o Shakes- en sus ejecutivos ni en sus legisladores

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ni en sus embajadores
o autores, ni tampoco
en sus universidades,
iglesias o foros, ni si-
quiera en sus periódi-
cos o en sus inventores
[…] sino que siempre
llega a lo más en la
gente común”.
Al trazar el retrato
de su país Whitman
no quiere omitir nada.
Junto al cuerpo social,
la ambición del poe-
ma es cantar y cele-
brar “la geografía y la
vida natural del país,
sus ríos y lagos”. Esti-
lísticamente, el valor
máximo es el ideal de
sencillez: “El arte del
arte, la gloria de la ex-
presión y el brillo solar
de la luz de las letras es
la simplicidad. No hay
nada mejor”. En cuanto
a la misión del poeta,
Whitman señala: “El
bardo americano ha
de ser la encarnación
del kosmos [sic]. El
marinero y el viajero,
el anatomista, el quí-
mico, el astrónomo, el
geólogo, el frenólogo,
el espiritualista, el ma-
temático, el historia-
dor y el lexicógrafo no ASTROMUJOFF

son poetas, pero son


los legisladores de los poetas y sus cons- ción por Lincoln, uno de los
trucciones son la estructura subyacente Con ‘Hojas de hierba’, Walt presidentes de imagen más
de todo poema perfecto”. limpia en la historia esta-
Hay un lado negativo. Whitman resulta Whitman completa el estallido dounidense, no admite fisu-
ridículo cuando afirma que “los Estados fundacional de la literatura ras, y su asesinato supuso un
Unidos son el poema más grandioso”. norteamericana, sumando a las facetas trauma insuperable para él.
Como se viene señalando de manera cre- Whitman veía en Lincoln la
ciente, hay aspectos de su poesía que no del cuento, la novela y el ensayo encarnación de la idea misma
es fácil digerir, como su ambivalencia en la de la poesía. Hawthorne, Melville, de “América”. Los hechos han
asuntos como el abolicionismo o los de- Emerson, todos buscan lo mismo demostrado la falsedad de los
rechos de la mujer. Así, aunque en vida se presupuestos sobre los que se
opuso a la práctica de la esclavitud, en su sustentaba tal visión. Históri-
afán por abarcarlo todo celebra junto al camente, los Estados Unidos
esclavo al traficante que lo subasta. Más han ejercido sin escrúpulos
interesante es señalar que el tono cele- no es menor de lo que se suponía sino su despotismo como poder imperial. Si
bratorio de su canto no es unívoco. Hay mucho mayor. Los servicios nacionales bien es cierto que la nobleza y la grandeza
una vena crítica inequívoca. En Democratic de América a nivel nacional, estatal y mu- de Whitman como poeta prevalecen so-
Vistas denuncia con acritud las lacras del nicipal en todas sus sucursales y depar- bre todo lo demás, el país que cantó dista
cuerpo social: “Jamás ha habido, quizá, un tamentos están saturados de corrupción, mucho de ser el que saluda su canto. Los
vacío mayor de corazón que en el presen- sobornos, falsedad y mala administración, Estados Unidos son desde hace tiempo
te y aquí en los Estados Unidos […] ¿Qué y el poder judicial está corrupto”. y hoy más que nunca una sociedad pro-
ojo penetrante no lo ve todo a través de Es común hablar del carácter profético fundamente enferma y la democracia que
la máscara? Vivimos inmersos en una at- de su obra y su figura, aunque al hacerlo celebró Whitman, como señaló alarmado
mósfera de hipocresía […] La depravación se insiste en su aspecto positivo. Hay otra hace tiempo Norman Mailer, brilla en es-
del mundo de los negocios de nuestro país cara, la del profeta que yerra. Su admira- tos momentos por su ausencia. n

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Walt Whitman fue el gran cantor de la rante el Levantamiento de Pascua de 1916):
el hermano de Whitman había sido herido
América de lengua inglesa, la que suelda en la batalla de Fredericksburg, y el poeta
sus dos mitades tras la Guerra Civil, y quien fue allí al campamento militar en 1862. En
memoria de Lincoln, víctima de la guerra
sienta las bases de la poesía que vendría en retaguardia, el poeta compuso la emo-
tiva elegía “When Lilacs Last in the Door-

UN HOMBRE yard Bloom’d” (1867). También se le cuadró


líricamente y lo llamó capitán, su capitán.
Años después publicaría descripciones en

ENTRE LOS OTROS prosa de la contienda.


Whitman escribió: “A mí mismo me
canto y me celebro, / y eso que yo asumo
asumiréis / pues cada átomo mío tam-
bién os pertenece”. No es, pues, poeta de
torre de marfil, y sabe que el hombre es
uno con los otros, acepta la alteridad y se
ANTONIO RIVERO TARAVILLO hace altruista, comprende que el límite
de la piel es muy corto si no se prolonga

Q
esta en otra mediante el roce de caminar
ué habría escrito Edgar Allan muchos de esos acontecimientos, y aun- en una misma dirección o, también, en la
Poe, el crítico prolífico que que no luchara en la Guerra de Secesión efusión erótica. La suya fue homosexual,
dejó reseñas en tantas cabece- auxilió por igual a heridos de la Unión que quizá habría que definir mejor como
ras de Nueva Inglaterra y otros y de la Confederación. Le honra y nos homofílica, porque Eros es solo uno de
Estados acerca de su sucesor conmueve. John Ford, nacido dos años los elementos que intervienen en ese
en el trono de la poesía de los EE UU? La después de que muriera Whitman, cantó amor, no solo físico, al otro, al prójimo.
pregunta es, por supuesto hipotética, en celuloide con idéntica ecuanimidad a Fue tildado de indecente y la dudosa mo-
puesto que el autor de “El cuervo” murió grises y azules en una película formidable, ralidad de los que lo acusaron de inmoral
antes de que Walt Whitman empezara a lo asedió, y llegó a perder por
publicar Leaves of Grass en sucesivas edi- ello un empleo. No importa,
ciones, hasta la conocida como deathbed, Whitman no es poeta de torre tuvo otros. Uno, nada baladí,
definitiva, y se convirtiera en el bardo de fue el de impresor, oficio que
la nación estadounidense. Son poetas muy de marfil, acepta la alteridad y se hace lo hace ser colega del padre
diferentes ambos: el primero volcado ha- altruista, comprende que el límite de la patria estadounidense y
cia las pesadillas interiores y la soledad; de la piel es muy corto si no se prolonga asimismo del género autobio-
el segundo, solar y abierto a los otros, gráfico: Benjamin Franklin.
con una camaradería, con un abrazo, im- en otra mediante el roce de caminar También, entre nosotros, fue
posibles de atisbar en el primero. Por si en una misma dirección o, también, compañero en la distancia
esto fuera poco, Poe era un enamorado de en la efusión erótica — antecesor— de poetas im-
 

Roma y lo arábigo, de los páramos ingleses presores como Emilio Prados


y las melancolías feéricas de una Europa y Manuel Altolaguirre.
que conoció siendo niño y quedó prendida Whitman fue además pu-
en su sensibilidad enfermiza; Whitman, Para su difusión exterior, blicista anónimo de su propia
sin embargo, fue el gran cantor de la Amé- ha sido un elemento favorable el vehículo obra, y se conservan páginas
rica de lengua inglesa, la que suelda sus de escritos, y hasta reseñas, en
dos mitades tras la Guerra Civil, y quien
de su poesía. Whitman es una puerta los que volcó sus ideas sobre
sienta las bases de la poesía que vendría. abierta, un versículo flexible que, ella, de gran utilidad para el
No es que Poe fuera ignorado por los si bien hay que verter con no menos estudioso. Lo que parece son-
poetas posteriores, pero su aristocratis- rojante autobombo puede ser
mo, su individualidad irreductible, mal
exactitud, permite una más fácil también interpretado como
casaban con el país de la Democracia, gran exportación a otras lenguas un estado de conciencia en el
valor para Whitman. El primero murió que se difuminan los contor-
borracho tras un coma etílico en día de nos entre el yo y el tú o el él, y
elecciones; el segundo vivió ebrio de cor- el ellos se solapa con el voso-
dialidad hacia los demás, de un afán de tros y el nosotros. Las personas
justicia en la que el pueblo es dueño de Misión de audaces (The Horse Soldiers) en del verbo, en definitiva, título de Jaime Gil
su destino. la que se rinde tributo al valor, no tanto de Biedma, también poeta carnal, sensual
Walt Whitman nació en 1819 y murió entendido como ciega valentía o arrojo te- y preocupado civilmente por su país. El
en 1892. No fue una centuria comple- merario sino como código de bonhomía. yo, el I, está muy presente en Whitman,
ta pero sí el gran siglo norteamericano: Whitman podría haber dado testimonio de como una de sus formas, ese Myself que
aquel en el que desde la independencia primera mano, cosa que a Ford le pirraba es epígrafe —Song to Myself— de una de
de las colonias suceden más cosas de (cuando rodó sobre la independencia ir- las secciones de Hojas de hierba.
importancia, cuando cambia la faz de landesa dio papeles a actores del Abbey No solo se cantó a sí mismo, también lo
casi medio continente. Él fue testigo de Theatre que habían estado en Dublín du- hizo a “la naturaleza sin trabas con energía

MERCURIO MARZO 2019


temas UNIVERSO WHITMAN 8|9

Los críticos que no eran él


mismo fueron tibios o poco en-
tusiastas con él inicialmente. El
trascendentalismo, el idealismo
que permean su poesía le hi-
cieron acreedor del aprecio de
Emerson, que lo alabó aunque
también mostró alguna reserva,
como la tendencia whitmaniana
a la enumeración (rasgo del que
Borges, temprano traductor del
estadounidense, sacó provecho
y convirtió en característica de
su propio estilo, con más firme
gobernalle). Al final de sus días
pudo comprarse una casa con el
dinero obtenido con sus versos.
Eso dice mucho de la populari-
dad alcanzada. Durante un tiem-
po, no obstante, Whitman dejó
de ser leído más allá de su inex-
cusable inclusión en los libros de
texto y antologías escolares de su
país. Pero, y no solo por la efemé-
ride del segundo centenario de
su nacimiento, hoy es de nuevo
reconocido.
Para su difusión exterior,
más allá de las fronteras de Ca-
nadá y México, de las orillas del
Atlántico y el Pacífico, es un ele-
mento favorable el vehículo de
su poesía, que puede llegar más
lejos, por la ancha extensión de
su envergadura, que el verso es-
trecho, medido, cuya traducción
exige más rigor métrico, y que
solo sabe abrir un buen cerrajero.
Whitman es una puerta abierta,
un versículo flexible que, si bien
hay que verter con no menos
exactitud, permite una más fácil
exportación a otras lenguas.
Son versos y versículos los su-
yos que abundan en anáforas y a
menudo avanzan en bucles que
recuerdan —prefiguran—, pero
sin surrealismo, a los del Neruda
de Residencia en la Tierra o al más
intimista Rosales de La casa en-
cendida. Poeta en Nueva York, de
Lorca, también tiene coinciden-
ASTROMUJOFF cias formales, lecciones aprendi-
das, más la conocida “Oda a Walt
primigenia”, “la salud, el gorjeo de la luna temporáneo suyo, estaba más pendiente Whitman”. Conoció este la filosofía hindú,
llena”, “el impuso procreador del mundo”. del Imperio que de la Democracia, y con la y su libro herbal y multifoliado es una es-
D.H. Lawrence, que no regalaba sus elogios, vista puesta en el pasado, no en el porve- pecie de Mahabharata del Nuevo Mundo,
vio y admiró la potencia de Whitman. Por nir; en las gestas del rey Arturo del también con extensión que lo hace —si se exagera
fuerza nos ha de incomodar su grandeza, muy extenso Idylls of the King en versión un poco— casi igual de inabarcable. Octa-
observó. Han escrito sobre él importantes recatada, y no en el hombre común, en vio Paz indagó en prosa sobre México en El
poetas como Cesare Pavese, William Carlos identidad de alma y cuerpo libres. No ex- laberinto de la soledad. Whitman profetizó
Williams o Kenneth Rexroth. En Inglaterra traña que otro poeta victoriano, Swinburne, en verso sobre Estados Unidos en algo que
llama la tención su contraste con otro bar- más mórbido y sexualizado que Tennyson, puede, en correlato inverso, calificarse
budo: Tennyson. El Poeta Laureado, con- aplaudiera a Whitman. como “El campo abierto de lo plural”. n

MARZO 2019 MERCURIO


Walt Whitman descubre impresionado que el sin más intermediación que las palabras,
que la naturaleza, que América. Es el mis-
ser humano es una conciencia que incrementa ticismo whitmaniano, donde no hay exac-
el misterio del mundo, que a la vez lo goza. tamente tesis ni antítesis, como tampoco
dificultad ni propiedades. El hombre es
Ninguna fuerza supera la energía de lo fraternal todos los hombres. Verbo y gesto son una
unidad material y esencial. “Me celebro y

EL HERMANO me canto a mí mismo. / Y lo que yo diga


ahora de mí, lo digo de ti, / porque lo que
yo tengo lo tienes tú / y cada átomo de mi

PROFUNDO cuerpo es tuyo también” (versión de León


Felipe).
El proyecto lírico y vital de Whitman,
insólito y desbordante, recorre el siglo XIX
americano fijando una percepción inédita
no solo de la sonoridad del verso blanco,
sino de la alegría, de la excitación general.
ANTONIO LUCAS El hecho capital de su poesía es el cambio
de valores. La fundación de una nueva as-

W
tronomía que tiene su eje en el ser huma-
alt Whitman es el pri- plena en lo inmediato. Porque los mús- no, en la maravilla de la hermandad, en
mer poeta moderno culos no están separados de los signos. el intercambio. En el prólogo a la edición
que habilitó la poesía Porque en Hojas de hierba se canta la de- de Hojas de hierba de 1855 escribió esto:
como una herramien- mocracia, no exactamente como sistema “La prueba de un poeta es que su país lo
ta de exaltación de sí político sino como espacio de encuentro, absorba sentimentalmente de la misma
mismo en el confín de su propia biogra- como celebración, como éxtasis, como forma que él absorbió a su país”. Y tam-
fía. Asumió el poema como un proceso en liturgia que sustituye lo finito por lo infi- bién por eso podemos asumirlo más como
marcha que toma cuerpo, forma, sentido y nito. La democracia es un tema literario, un sujeto de sustrato divino que como un
vuelo, según la vida va cumpliendo su pro- como lo son en Borges los espejos. ¿Es li- poeta naturalmente religioso. Él funde los
pósito. Walt Whitman se reconoce ínti- instantes de intensidad y los
mamente como una materia humana apta ofrece como un Yo, como un
para licuarse en todas las combinaciones, En ‘Hojas de hierba’ se canta la Nosotros, como un Todo im-
para hablarle al mundo sin interferencias pulsado por un instinto pleno
entre el todo y él. Un poeta que entiende democracia no como sistema político de felicidad, grandeza, fuer-
el papel primordial de su misión como sino como espacio de encuentro, como za, amanecer, ventana. De ser
la manera de comunicar algo que aún no celebración, como éxtasis, como liturgia americano. De ser el mediador
se ha dicho. O no ha sido enunciado de entre el hombre y América. De
ese modo. Walt Whitman es el poeta sor- que sustituye lo finito por lo infinito. ser el filósofo de la desmedi-
prendido en todo momento de habitar ese La democracia es un tema literario, da, pero también el padre de
nombre suyo: Walt Whitman. como lo son en Borges los espejos una nueva urbanidad que tie-
Una de las primeras grabaciones de voz ne como horizonte el orgullo
que se conserva es la suya recitando el de lo común, la fortuna de la
poema “América”. Sabemos por ese regis- convivencia y bucolismo ac-
tro cómo sonaba Whitman. Qué voz tenía. Whitman busca la intimidad con tivo que se hace de mil san-
Cómo sonaba un hombre de su tiempo. los semejantes sin más intermediación gres juntas, del proyecto de
Aquella grabación es un canto donde quie- humanidad. A la manera de
re convocarlo todo y a todos. Ese poema es
que las palabras. En su misticismo Lucrecio, también puede de-
la fundación de un tiempo nuevo, de una no hay tesis ni antítesis, dificultad ni cir que cuando la necesidad
expresión hasta entonces inédita. Colosal. propiedades. El hombre es todos los nos arranca palabras since-
Las aportaciones más plenas de su escritu- ras, cae la máscara y aparece el
ra vienen del pensamiento totalizador de
hombres. Verbo y gesto son una unidad hombre formando un mismo
una realidad extensible, abrazadora, un- material y esencial todo acerca de la naturaleza
tuosa, pero también del hallazgo de unos de las cosas. “Nacido aquí de
recursos técnicos propios donde el poema padres cuyos padres nacieron
es erupción y hermandad, canto sublime aquí y / Cuyos padres también
de la anatomía y la moral. El poder está en aquí nacieron. / A los treinta
el ritmo, en la comunión que este impone bre el hombre que duerme y sueña? Del y siete años de edad, gozando de perfecta
a quien se acerca. En el contagio de ese mismo modo que lo es quien se entrega salud, / Comienzo y espero no detenerme
entusiasmo por decir, por dejar rastro, por a los caminos buscando la adhesión de hasta morir. / Que se callen los credos y las
hacer casi rehenes que son, como el poeta, otros seres, el amor de otros hombres —el escuelas, / Que retrocedan un momento,
hombres que estiman la libertad y la ple- homoerotismo no como ardor, sino como conscientes de lo que son y / Sin olvidarlo
nitud, la igualdad y los derechos. Porque acuerdo, como equilibrio, como fiesta sin nunca. / Me brindo al bien y al mal, me
la suya no es una percepción parcial de lo más nomenclatura que la complicidad y el permito hablar hasta correr peligro. / Na-
real, sino una inaplazable intervención deseo—, la intimidad con los semejantes turaleza sin freno, original energía”.

MERCURIO MARZO 2019


temas UNIVERSO WHITMAN 10 | 11

Leer las epopeyas de


este poeta abundante tiene
algo de ejercicio de fe en la
humanidad, en la justicia,
en la libertad. (A estas al-
turas del siglo no lo pone
fácil). Pero también es un
encendimiento de tantas
emociones vinculadas con
el vértigo del encuentro
con el otro, donde colisio-
nan varios ‘whitmans’: el
discreto periodista, el ca-
minante sin fatiga, el poeta
que suena en todas direc-
ciones. Escribe un libro in-
finito que no busca sitio en
el tiempo, ni en el pasado,
ni en el futuro. Y él, centro
de la escritura, se presenta
como un ser sin final, una
pértiga de células y de soni-
do. Un pensador lírico, un
poeta político, un utopista
de la posibilidad. De Hojas
de hierba dice: “Camarada,
esto no es un libro. / El que
lo toca, toca a un hombre”
(versión de Borges).
Walt Whitman, tatuado
de vendaval, descubre muy
impresionado que el ser
humano es una conciencia
que incrementa el misterio
del mundo, que a la vez lo
goza. Y si ninguna veloci-
dad puede superar la de la
luz, ninguna fuerza supera
la energía de lo fraternal.
Su escritura no es una res-
puesta, sino una lúcida afir-
mación de la convivencia,
del diálogo, del encuentro.
El poeta mira una imagen y
ve una realidad. “¿Quién ha
hecho esto?”, pregunta. “No
sé qué hombre, qué dios, qué
hermano profundo”. Y esa
vuelta al “inocente estilo de
Adán” (Georges Santayana)
tiene algo de primer y últi-
mo vagido que aloja también
por dentro un espíritu sofis-
ticado. A través de la razón
de lo imprevisto canta a los
ASTROMUJOFF hombres, sin banderas ni
banderías. Canta a la especie
La condición de revelar belleza, como retales pero que es él a la vez, él hecho y dice la verdad: que la democracia es un
avanzó Borges, está en esta poética. Whit- de los demás, dotado de la carnalidad perpetuo anhelo de construcción y lo de-
man enseña de algún modo a ser ameri- del hombre a quien también confía la más no tiene sentido. Que la democracia
cano. O, de otro modo: tiene necesidad emoción y la tristeza, la duda y la ansie- sin pasión carece de vigor y de futuro. Que
de inventar un héroe. Un héroe fuera de dad, el apetito y el regocijo. El cuerpo es el encargo del poeta es su propagación. En
lo mitológico. Un héroe como “el ubicuo el lenguaje; y el amor, el centro de todas esa certeza pudo Whitman fundar toda su
dios de los panteístas”, hecho de muchos las cosas. vida. Y ensanchar la nuestra. n

MARZO 2019 MERCURIO


12 temas UNIVERSO WHITMAN

En recensiones anónimas que escribía él que todo el mundo había de tener siempre
cerca: “Leerás estas Hojas de hierba al aire
mismo, publicaba en los diarios e incorporó libre, en todas las estaciones de todos los
a las sucesivas ediciones de su obra, Whitman años de tu vida”.
Convocar al lector a que acompañe su
reflejó su ansiedad por el reconocimiento libro es una treta fabulosa con la que lo-
gra dirigirse a las generaciones venideras,

UN PIONERO DE LA pues no en vano advierte que el pasado, el


presente y el futuro están unidos. El poeta
de Long Island intentó atraer a cualquier

AUTOPROMOCIÓN ser humano diciéndole que todo cuan-


to hiciera o pensara era importante, que
un gran poema era para todas las épocas
y para todas las personas, para todos los
estados y caracteres; una aspiración esta
innovadora en el terreno de las letras, una
estratagema insuperable al proyectarse a
TONI MONTESINOS todo el planeta, a todos los tiempos.
Con todo, esta sinceridad

C
que enarbola por escrito podría
onsciente de que cuestionarse desde el momen-

G. FRANK E. PEARSALL
estaba escribiendo to en que el ofrecimiento de su
algo nuevo, Walt poesía generaba también una
Whitman prepa- campaña de autopromoción
ró, incluso desde engañosa por hacerla de modo
la portada de su primer libro y anónimo, o bien por intentar
mediante sus componentes ti- dirigir opiniones ajenas para su
pográficos, que tan bien conocía propio beneficio y enaltecerse,
gracias a su experiencia en im- cual agente comercial del siglo
prentas, una exposición pública XXI. Él mismo, en una nota anó-
en calidad de poeta deslizando, nima para la primera edición de
en paralelo, una manera de des- Hojas de hierba, se describió así:
tacar, admirar y proteger su pro- “¡Por fin un bardo americano!
pia poesía para con ello compen- Uno de los personajes burdos,
sar los comentarios despectivos grande, orgulloso, afectuoso,
que pudieran originarse. De tal comiendo, bebiendo y engen-
modo que elaboró una estrategia drando, su vestimenta varonil y
de autodefensa y autopublicidad libre, su rostro quemado por el
única e impudorosa, a veces con sol y barbado, sus gestos fuertes
un tono exagerado en la prensa, y erguidos”.
y otras a modo de reflexión lite- Whitman invita a que le admi-
raria más sutil, sobre todo en los ren desde “Canto de mí mismo”,
extensos prefacios que incorpo- que ocupaba más de la mitad del
ró a las diferentes ediciones de libro en su primera edición, a la
Leaves of Grass. cual le seguiría una segunda, a
Lo hizo mediante dos cami- finales de 1855, acompañada de
nos: hablando de manera pio- sus propias reseñas, para inten-
nera e hiperbólica de la gran- tar reavivar unas ventas que ha-
deza de su país y de sus gentes, bían sido casi inexistentes. Eran,
y deseando la llegada de un claro, recensiones anónimas que
poeta que estuviera acorde con el poeta había escrito, después
tamaña grandeza. Creaba así una comu- de lograr publicar textos laudatorios en
nicación estrecha entre el público que El poeta de Long Island periódicos con cuyos directores tenía
necesitaba a su nuevo cantor y el poeta confianza, o bien escribiendo él mismo los
que había aparecido para satisfacer ese intentó atraer a cualquier ser elogios sin firmar, o bien dando indicacio-
vacío, que no era otro que Walt Whitman. humano diciéndole que todo nes para que se redactaran reseñas óptimas
Al referirse a un país entero y a sus nece- cuanto hiciera o pensara era con —�todo estaba hábilmente planifica-
sidades espirituales y literarias, no dejaba do— algún comentario negativo para evitar
de hablar de sí mismo: de su fe en la eter- importante, que un gran poema dar la imagen de una flagrante propaganda
nidad del ser humano, de su actitud de era para todas las épocas y para que, en cualquier caso, le dio un excelente
profeta con claros elementos jesuíticos. Y todas las personas, para todos resultado. n
como equiparando las sagradas escrituras
que enfatizan su mensaje de bondad y en- los estados y caracteres Toni Montesinos es autor de El dios
más poderoso. Vida de Walt Whitman,
trega a los demás, ofrecía su propia biblia de próxima publicación en Ariel.

MERCURIO MARZO 2019

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