Tema 14 - Los Dones Del Espíritu Santo Planifican
Tema 14 - Los Dones Del Espíritu Santo Planifican
Tema 14 - Los Dones Del Espíritu Santo Planifican
Situación: Dios nos ha creado porque nos ama y nos sigue ayudando para que
respondamos con fidelidad a su gracia.
¿Sabes que, en la Confirmación, vas a recibir unos done, que son como regalos
especiales de Dios, que se llaman los dones del Espíritu Santo? ¿Quieren que los
recordemos juntos y busquemos lo que significan cada uno de los sietes dones?
DON DE SABIDURÍA: nos ayuda a gustar todo lo que Dios hace y quiere de nosotros,
DON DE ENTENDIMIENTO: ayuda a comprender la Palabra de Dios y todo lo que Dios hace
en la vida de los hombres.
DON DE CONSEJO: capacita para orientar desde la fe y la Palabra de Dios dando buenos y
sabios consejos.
DON DE FORTALEZA: ayuda a ser testigos de la fe aun con todos los riesgos que puedan
oponerse. Es propio de los mártires.
DON DE CIENCIA: ilumina para conocer cómo Dios ha actuado y actúa permanentemente
en el mundo.
DON DE PIEDAD: motivan nuestra relación filial con Dios nuestro Padre, y nos ayuda a
aumentar nuestro amor con Él.
DON DE TEMOR DE DIOS: es el amor respetuoso a Dios que nos invita a poner siempre
confianza en él.
Iluminación:
Isaías 11,1-4 (Jesé: que Jesús es el descendiente de David)
En Jesús se cumple lo que estaba anunciado. Los dones que señala el profeta
¿Estarían todos en Jesús? ¿Actúa Jesús conforme a los dones recibidos?
¿No les gustaría actuar como?
El día de la confirmación es un día de fiesta para toda la Parroquia porque se hace
presente el Espíritu Santo.
¿Qué pueden esperar, primeramente, tu familia y toda la gente de cada uno de los que
van a recibir el Sacramento de la Confirmación?
Tengamos muy presente: Debemos actuar como testigos de Jesús. Muchos, quizás, digan
se acabó la catequesis...Pero nuestro compromiso firme hoy comienza.
Aprender:
En la Confirmación recibimos el Espíritu Santo con sus
siete dones: Sabiduría, Entendimiento, Consejo, Fortaleza,
Ciencia, Piedad, Temor de Dios.
-Por el don de temor de Dios, el hombre se somete enteramente al querer de Dios sobre
su vida por un gran respeto hacia la majestad divina; y como teme desobedecer le
considera con horror al pecado. Así se va perfeccionando en él la virtud de la humildad. El
cristiano pues, por este don trata de eliminar todos los obstáculos que en él se oponen al
cumplimiento de la voluntad de Dios, a quien por nada del mundo quiere ofender.
-Por el don de la fortaleza se vigoriza el espíritu de hijo recibido en el bautismo y se nos
da fidelidad para vivir como tal hasta la muerte. La fuerza de Dios penetra nuestra
voluntad y la hace capaz de practicar las virtudes en una medida heroica, como lo hacen,
por ejemplo, los mártires y los santos. Por este don de la fortaleza, los cristianos tienen el
poder de emprender grandes cosas en servicio de Dios y de la Iglesia con magnanimidad y
perseverancia.
-Por el don de la piedad el corazón del cristiano se llena de un afecto filial hacia Dios a
quien considera ya siempre como un Padre, ya al mismo tiempo, mira a todos los hombres
como hermanos e hijos de una misma familia, que brota de Dios y a Él vuelve. La vida
entera se va así convirtiendo en vida de intimidad y de familiaridad de un hijo con su Dios,
y en plena vivencia de esa oración que Jesús nos enseñó: el Padrenuestro.
-El don del consejo, el cristiano, bajo la moción del Espíritu Santo, sabe discernir en cada
acción si se le conviene ejecutarla y de qué manera debe hacerlo para santificarse a través
de ella, para ir a Dios con seguridad y rapidez. Este don madura la prudencia del que lo
recibe y lo hace apto para el gobierno de sí mismo y de los demás. Se ve pues su
necesidad para ser adulto en la fe y guía de otros en los caminos de la fe.
-Por el don de ciencia, el cristiano juzga las cosas con la mirada penetrante con que las ve
Dios. Es pues una participación del juicio de Dios sobre las cosas, de las que muestra, tanto
la fragilidad y la vanidad en cuanto creadas, como su bondad y grandeza en cuanto que
son huellas e imágenes que nos hablan de su Creador. Este don libera el corazón de sus
ataduras afectivas y le permite elevarse con ímpetu hacia el Señor que es su Todo.
-Por el don del entendimiento, el cristiano lee en el interior de los misterios de Dios. Su
entendimiento se hace apto para penetrar en las verdades reveladas y en todo lo que
tenga que ver, de cerca o de lejos, con la fe. Ayuda a los que son testigos de Dios, pues les
permite hablar a ciencia cierta de lo que conocen. El Espíritu Santo les va dando la
comprensión de las verdades de la fe, así como Jesús Resucitado les abrió a los discípulos
de Emaús la compresión de la Escrituras.
-Por el don de la sabiduría, el cristiano juzga incluso de esas cosas divinas que el Espíritu
le va mostrando para que pueda gozar de ellas en lo que se llama la experiencia mística de
la Contemplación. Es un don de síntesis, en la que la vida se transforma y se unifica en una
total entrega de Dios, en oración.