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UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA

FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS

TESIS DOCTORAL
“CARACTERIZACIÓN DE LAS PROPIEDADES DE LA
ARENISCA ROJA DE MONTORO, SUS ALTERACIONES Y SU
APLICABILIDAD PARA LA CONSTRUCCIÓN”

Directores
JULIA BARRIOS NEIRA Y LUIS MONTEALEGRE CONTRERAS.
Doctorando
JULIO ALEJANDRO CLEMENTSON LOPE

CÓRDOBA 2012
TITULO: CARACTERIZACIÓN DE LAS PROPIEDADES DE LA ARENISCA DE
MONTORO, SUS ALTERACIONES Y SU APLICABILIDAD PARA LA
CONSTRUCCIÓN

AUTOR: JULIO ALEJANDRO CLEMENTSON LOPE

© Edita: Servicio de Publicaciones de la Universidad de Córdoba.


Campus de Rabanales
Ctra. Nacional IV, Km. 396 A
14071 Córdoba

www.uco.es/publicaciones
[email protected]
UNIVERSIDAD DE CÓRDOBA
FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS

CARACTERIZACIÓN DE LAS PROPIEDADES DE LA ARENISCA


ROJA DE MONTORO, SUS ALTERACIONES Y SU
APLICABILIDAD PARA LA CONSTRUCCIÓN

Tesis presentada por Julio Alejandro Clementson Lope, en cumplimiento de los


requisitos para optar al grado de Doctor en Ciencias. Dirigida por Julia Barrios Neira
catedrática de Química Inorgánica E.U y Luis Montealegre Contreras titular de la
E.T.S.I.A.M. de la Universidad de Córdoba.

Los directores de la tesis


El doctorando

Julia Barrios Neira


Julio Alejandro Clementson Lope

Luis Montealegre Contreras

CÓRDOBA 2012
A Dolores, Ana y Mar,
a mi Familia
y a la memoria de mis Padres
AGRADECIMIENTOS.

Me gustaría que estas líneas sirvieran para expresar mi más profundo y sincero
agradecimiento a todas aquellas personas que, con su ayuda, han colaborado en la
realización del presente trabajo de investigación.

Ciertamente resulta muy difícil compaginar esta actividad investigadora con el


trabajo diario –la actividad docente- y con la familia, muy difícil cuando vives en una
localidad distinta de la que trabajas y distinta también de la que investigas, pero también
cuando tienes dos pequeñas joyas –Ana y Mar- que demandan todas tus atenciones,
muy difícil cuando tienes que “quitarle” a tu familia el poco tiempo libre que te queda
para estar con ellos, y también cuando la práctica docente, en la actualidad, te exige una
parte de tu tiempo para estar al día en lo que se denomina la formación permanente del
profesorado.

Por eso, por todo el tiempo que no le he podido dedicar a mi familia, quiero
darles, en primer lugar, las gracias a ellos. Por esas risas y esos juegos que escuchaba
desde mi sala de estudio, y que me hacían seguir hacia adelante.

Mi agradecimiento a la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía por las


ayudas prestadas para empezar con este trabajo.

A Julia Barrios Neira, por sus consejos y orientaciones para elaborar esta tesis y,
sobre todo, por su humanidad.

A Luis Montealegre Contreras, por sus orientaciones y largas charlas sobre


cuestiones geológicas, ya que los geólogos, según qué sitios, son “difíciles de
encontrar”.

A Vidal Barrón López de la Torre y a todos sus compañeros del departamento de


Edafología de la E.T.S.I.M., por sus orientaciones teóricas y por sus enseñanzas en el
laboratorio.

Al departamento de Química Inorgánica, que me ha permitido utilizar sus


equipos, y a todas las personas que me han ayudado con las distintas técnicas y análisis.

A Juan Antonio Puertas Jurado, por acompañarme en las salidas al campo y en


las recogidas de muestras.

Al laboratorio PROCTOR de Córdoba, por ayudarnos con los estudios de


resistencias de las rocas.

A Rafael Cosano Carbonell, por su asesoramiento en temas de meteorología, por


su interés y por su lectura crítica.

A Bartolomé Delgado Cerrillo, por su asesoramiento en la redacción de la tesis.

A Miguel Carlos Clementson Lope y María de los Ángeles Clementson Lope,


mis hermanos, por su ayuda y asesoramiento en temas arquitectónicos e históricos.
A Antonio Jesús González Barrios por acompañarme en los primeros pasos de
campo y por su colaboración desde el laboratorio de carreteras de la Junta de Andalucía,
junto a Antonio León.

A Benito Madueño y su taller de molinaza de Montoro, por haberme cortado las


piedras y dejado muestras.

A mis amigos Seth y Susana, por su paciencia con mi inglés.

A mis compañeros de instituto, por sus arengas para terminar.

A todos los que han sido mis profesores y que, por tanto, han contribuido a mi
formación aportando su granito de arena a esta tesis.

A mi familia y mis amigos, por estar siempre a mi lado, por recordarme que no
hay cosa tan importante como ellos, y por esos momentos que me habéis sacado del
ordenador para estar con vosotros y, sobre todo, a mis PADRES, por ser maravillosos,
por su amor y sacrificio, y por haberme dado todos los instrumentos que tenían a su
alcance para enseñarme a “andar” por la vida. Quiero hacerlos presentes el día de la
lectura para abrazarlos y decirles que los quiero.

A todos ellos “muchas gracias”.


RESUMEN

Se ha utilizado desde hace mucho tiempo para la construcción en la Comarca del


Alto Guadalquivir, una arenisca roja denominada localmente “molinaza”. Con este tipo
de material, se ha construido la mayoría de las edificaciones que poseen cierto interés
arquitectónico, ya sea por su belleza o historia.

Se trata de una roca formada durante el Permotrías, una época convulsa de la


historia de la Tierra. En aquel tiempo, lo que hoy se conoce como Península Ibérica, se
encontraba situada en zona tropical y en el este de un supercontinente denominado
Pangea, a orillas del Mar de Tethys y bajo unas condiciones climáticas cálidas y áridas.

Se estudiaron las condiciones climáticas pasadas y actuales para comprender


mejor su génesis, junto a los agentes y procesos geológicos susceptibles de producir
modificaciones en ella.

Se han recogido muestras en las antiguas canteras abandonadas y en las que


actualmente están en funcionamiento.

Se ha realizado un estudio mineralógico y petrológico de la roca, mediante


microscopía óptica de polarización, difracción de rayos-x, microanálisis por dispersión
de energía y espectrofotometría de reflectancia difusa. A través de estas técnicas, se ha
obtenido información sobre las principales especies mineralógicas y su abundancia, así
como su caracterización petrológica mediante las clasificaciones clásicas.

También se han medido las propiedades índice de diversos tipos de muestras:


porosidad, densidad, absorción, humedad, resistencia a compresión simple, etc.,
comparándola más tarde con otras areniscas encontradas en la bibliografía, y viendo que
es relativamente resistente respecto a ellas.

No se podía olvidar su color rojo ni los minerales que lo causan, por ello se ha
estudiado el color en las muestras mediante espectrofotometría de reflectancia difusa,
obteniendo la composición y cuantificación de los óxidos de hierro presentes en la roca
(hematites y goethita), su poder pigmentante, así como la bondad del método para
detectar umbrales muy bajos de dichos minerales.

Se han estudiado los procesos de alteración que tienen lugar en los materiales
pétreos, mediante ensayos de alterabilidad e índices de alteración, relacionándolos con
los tipos de alteraciones más comunes presentes en la roca y se han realizado
mediciones sobre las paredes de las edificaciones más significativas de la zona.

Se ha efectuado un examen, descripción y clasificación de las principales


alteraciones. Se ha realizado un estudio sobre los usos tradicionales, extracción de la
piedra y los factores que influyen sobre los distintos tipos de arquitectura, y finalmente
se añaden algunas de las construcciones más representativas de la comarca.
SUMMARY

For a long time in the High Guadalquivir region a red sandstone locally known
as “molinaza’ has been used in construction. This material has been used in the
construction of most of the buildings of architectural interest in regards to their aesthetic
or historical value.

This sandstone is a rock that was formed in the Permian–Triassic period in the
history of the Earth. During that period what is today known as Iberian Peninsula was
located in a tropical zone in the East of the super continent named Pangea, on the shore
of the sea of Tethys and in hot and arid climate conditions.

Past and current climate conditions were studied to better understand the rock’s
origin and the factors that modified it.

Samples were taken form old, abandoned quarries and others that are still active
today.

A mineralogical and petrological analysis were carried out by means of


polarized optic microscopes, x-ray differentiation, energy dispersion microanalysis and
diffuse reflectance spectroscopy. Information about the most important mineralogical
species and their frequency, has been derived from these techniques as well as its
petrological features according to a traditional classification.

Index Properties have been measured by different types of samples: porosity,


density, absorption, humidity, uniaxial compressive strength of rock material, etc.
Results were compared it to other sandstones found in the bibliography, taking into
account its relative resistance to the them.

It could not be forgotten neither its red colour nor the minerals which produce it:
we therefore studied the colour in the samples by means of spectrophotometer analysis
of diffuse reflectance, obtaining composition and quantification of the iron oxide
present in the stone (hematite and goethite), its colouring power, as well as the ability of
the technique to detect very low levels of the mentioned minerals.

We have studied the processes of alteration, which take place in the stone
materials, by testing the changeability and the levels of alteration, contrasting them with
the types of the most common alterations present in the stone. We have also carried out
studies of the walls of the most important buildings of the area.

We have carried out a test, description and classification of the main alterations.
We have made a survey about the traditional usages, extraction of the stone and the
factors which affect the different types of architecture; and finally, some of the most
important buildings in the area have also been included.
ÍNDICE DE CAPÍTULOS.

Capítulo I. Contextualización geográfica y geológica. 1


Capítulo II. Climatología. 37
Capítulo III. Mineralogía y petrología. 57
Capítulo IV. Propiedades físico químicas. 109
Capítulo V. Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color. 145
Capítulo VI. Estudio de las principales alteraciones. 173
- Examen y descripción de las principales alteraciones 214
Capítulo VII. Usos tradicionales y construcciones relevantes. 241
Anexo 1. Estaciones Geomecánicas. 309
Capítulo 1 Generalidades

Generalidades

1
Capítulo 1 Generalidades

GENERALIDADES

1.- Introducción 3
2.- Contexto geográfico 6
3.- Contexto socioeconómico 6
3.1. Flora 8
3.2. Fauna 8
4.- Contexto geológico. Unidades representadas 9
4.1. Devoniano medio 11
4.2. Carbonífero 11
4.3. Triásico 11
4.4. Mioceno 11
4.5. Cuaternario 12
5.- El problema del límite entre el Pérmico y el Triásico 12
6.- El trías Germánico 13
7.- El triásico en Andalucía 13
8.- El clima durante el Permo-Trías 16
9.- Serie estratigráfica general 21
10.- Variaciones en la zona de Montoro 23
11.- Antecedentes 26
12.- Principales canteras y canteras tradicionales 27
13.- Conclusiones 31
14.- Bibliografía 32

2
Capítulo 1 Generalidades

1.- Introducción.

Andalucía es una de las regiones del mundo con más historia, donde la
convergencia de civilizaciones ha sido y sigue siendo símbolo de interculturalidad,
donde cada pueblo que ha pasado ha dejado y marcado huella. Es puente entre
continentes (América y Europa por un lado y África y Europa por otro), querida y
añorada por todos (cristianos, árabes y judíos), y durante mucho tiempo “la gran
olvidada”. El legado de todos estos pueblos ha permanecido en mejor o peor estado. La
excepcional riqueza del Patrimonio Arquitectónico de Andalucía requiere una
investigación personalizada, con el fin de restaurarla y protegerla. Esta investigación
debe estar basada en modernas técnicas científicas.
Nuestro patrimonio arquitectónico se ha construido con materiales diversos,
entre los que destacan las piedras naturales -rocas en sentido geológico- procedentes de
canteras de la región o importadas. Una de las piedras más bellas empleadas para la
construcción es la arenisca roja; se trata de una roca sedimentaria que se ha formado en
varios periodos geológicos, especialmente durante el Devónico, Pérmico y Triásico. En
la península Ibérica son las del Triásico Inferior y el Pérmico las más utilizadas en la
construcción.

En la Comarca del Alto Guadalquivir, se ha utilizado desde muy antiguo en la


construcción una arenisca roja, denominada localmente “molinaza”. La mayoría de las
edificaciones que poseen un cierto interés arquitectónico por su belleza e historia, han
sido construidas con ella.

La Arenisca Roja de Montoro, -o piedra molinaza-, forma parte de la


arquitectura popular andaluza. Son importantes los monumentos que cuentan con
sillares de dicho material, (desde época íbero-romana hasta nuestros días). Muchos de
ellos por efecto del tiempo, la contaminación y los agentes geológicos externos han
sufrido degradación y desgaste, como son los casos del Puente Romano de Villa del
Río, algunas aceñas y molinos y muchas de las casas solariegas de Montoro (Córdoba).

El término “molinaza” en la comarca montoreña y alrededores, es una palabra de


conocido renombre y con el que la mayor parte de la población se encuentra
familiarizada desde la infancia. En Montoro, el color rojo de la piedra “molinaza”,
prevalece sobre el blanco de la cal tan identificativo de otros pueblos andaluces. Este
nombre no se usa como descripción de material geológico en ninguna parte del mundo,
pero para los de esta zona, decir molinaza es decir sierra, arenisca roja, y sobre todo,
Montoro. Se trata de una piedra con nombre y apellidos: “Molinaza Roja de Montoro”.
En cualquier buscador de Internet, el término “molinaza” posee únicamente dos
acepciones: primero como nombre de un escritor dominicano asesinado hace unos años,
se trata de un pseudónimo, un juego de palabras de sus dos apellidos reales, (Molina y
Aza); y segundo esta roca. La piedra “molinaza” en Internet es patrimonio exclusivo
cordobés, de estudiosos de Córdoba, y por extensión de alguna parte de Jaén. El origen
de dicha palabra tiene que estar asociada a sus propiedades, a su uso popular y sus
raíces hay que buscarlas en el pueblo. El origen de la palabra “molinaza” puede ser
cuádruple: el más difundido, aunque erróneo, es que se pueda llamar así por ser la
piedra con la que se realizaron muchos de los molinos y construcciones relacionadas
con el aceite de la sierra de Montoro. No se utilizaba como piedra de muela para la
aceituna, ya que se trata de una piedra porosa, y para esos menesteres se empleaba el

3
Capítulo 1 Generalidades

granito junto con otras rocas menos porosas. Según Manuel Criado Hoyo se
contabilizaban 190 fábricas o molinos para la fabricación de aceite en 1932 dentro del
término municipal de Montoro, sin contar caseríos ni lagares sin fábrica de aceite, ni la
multitud de ermitas e iglesias que existían en aquel tiempo. Montoro llegó a tener una
población cercana a 20.000 habitantes, mucho más que la actual; lo que indica la
importancia que tuvo y tiene el olivar para la comarca.

Una segunda posibilidad, -que se defiende como la más correcta y acertada-, es


su utilización como piedra abrasiva “piedra de muela”. La piedra “molinaza” es muy
útil para el afilado de navajas, aperos agrícolas, y probablemente en la antigüedad
cumplía la misma función con armas, cuchillos, navajas, espadas y puntas de flecha.
Hay opiniones como la de Moya (2008), que relacionan este tipo de areniscas triásicas
con la “Laminitanae”, a la que se refería Plinio el Viejo cuando enumera las piedras de
afilar dentro del capítulo XXXVI 47, 165 de la Naturalis Historia, en estos términos
"quarta ratio est saliva hominis proficientium in tonstrinarum officinis. Laminitanae ex
Hispania citeriore in eo genere praecipuae". Schulten et al. (1987) lo traducen como
“La cuarta clase es de las piedras afiladeras que se humedecen con saliva humana en
los talleres de las barberías, las laminitanas de la Hispania Citerior son las mejores de
este grupo”. Otra traducción de García y Bellido (1947) es: “En cuarto lugar están las
que se afilan con la ayuda de la saliva humana; se utilizan en la barberías. Las mejores
en el género son las Laminitanae de la Hispania Citerior”.

Dicha piedra era utilizada por los romanos en las “barberías” para afilar navajas,
e identificada con asperones, rodenos, areniscas férricas, areniscas silíceas con cuarzo,
todas ellas muy útiles para el afilado de enseres de hierro. El jesuita Gerónimo Román
de la Higuera en la Historia Eclesiástica de la Ymperial Ciudad de Toledo, (realizada
entre 1584 y 1598), localiza Laminio como próxima a la actual Alhama de Ciudad Real,
comentando:

“Llamase aquella ciudad de Laminio, antigua Lagos, cortando el Vocablo,


Plinio en el lib. 36 c.22 diçe que las mejores aguçaderas del mundo eran las de los
Laminitanos y así sea de leer como se nota por codiçes Antiguos, manuscriptos, y no
flaminitanos, diçe ex hispania citerior[…] Por esta tierra, se hallan piedras de que se
hacen las Muelas llamadas Piedras Cotes, y también en Arenas, de las quales partes se
provee la mayor de España para Molinos, y para los Barberos […]. Al mediodía, y
oriente, esta a tres leguas de la villa de Alhambra, y a media Legua de ella haçia
Villanueva de los Ynfantes que dista de Alhambra tres Leguas, en la parte de aquella
sierra, corre un Arroyo de la fuente chica a donde se levanta un gran monte en alto
dicho Serrejón, de este se sacan excelentes muelas para Barberos, y aguçaderas que
son las que llama Plinio Laminitanas”

La arenisca triásica del Campo de Montiel a la que el jesuita se refiere es


denominada localmente piedra “Moliz”, y es semejante por su edad, mineralogía, color
y propiedades a su vecina “Molinaza”, de forma que los numerosos asentamientos y
vestigios romanos de la zona con toda probabilidad utilizaron la arenisca roja como
piedra de muela, al igual que la usaron para obras civiles.

De igual modo, Madoz (1850), refiriéndose a la misma piedra, señala que: “en el
sitio de los Molares, está la celebrada cantera de piedras de afilar, conocida de los
romanos que las llevaban a su país para las fab.[rica] de armas blancas de que hace

4
Capítulo 1 Generalidades

mención Plinio. También se exportaban a Toledo para la fab.[rica]de espadas, a


Extremadura, Portugal y otros puntos.

Otro posible origen es el relacionado con sus propiedades físicas, debido a que la
piedra cuando se meteoriza queda con aspecto “de molida”, formando una arena muy
fina, similar a la de los relojes (de arena). Una cuarta posibilidad es que se utilizase
equivocadamente por deformación de la única acepción geológica aproximada
“molasa”.

La piedra “molinaza” es conocida en algunos lugares de la provincia de Jaén,


(Marmolejo), con el nombre de “azucareña” por su similitud con un terrón de azúcar
moreno, y en Andújar la conocen como “asperones”. En la parte del levante la
denominación es “rodeno”, y como hemos dicho anteriormente en Ciudad Real la
conocen con el nombre de “Moliz”.

El sufijo –aza hace referencia a un aumentativo que expresa lo grande o excesivo


del nombre, o de la intensidad del adjetivo, probablemente por el tamaño de las piedras
que se extraían, o bien una segunda posibilidad más creíble es que el sufijo anterior no
aumenta su tamaño, sino su calidad. Una molizana es una piedra “moliz” de una calidad
sensacional.

Los objetivos de este trabajo son: caracterizar la roca, determinar sus


propiedades, conocer los procesos y agentes de alteración, poner en valor el patrimonio
arquitectónico, aportar conocimientos para restauraciones futuras, dar un mayor
conocimiento de sus usos tradicionales y citar las construcciones más relevantes en las
que se ha empleado este tipo de material.

Se quiere recoger información e investigación, para luchar contra la degradación


de construcciones tan importantes como: el Puente Romano, las Aceñas, la Iglesia de la
Inmaculada Concepción, en la localidad de Villa del Río, sobre todo el casco antiguo de
Montoro: Ayuntamiento, Juzgados, Puente de las Dádivas, Iglesias, y numerosas casas
solariegas que poseen la citada piedra. Edificios como el Ayuntamiento de Adamuz y
casas solariegas, Villafranca, Pedro Abad, El Carpio, Bujalance, Marmolejo y Andújar,
así como numerosos caseríos y molinos; auténticas joyas arquitectónicas, que poco a
poco se van convirtiendo en alojamientos rurales como: “la Colorá”, “la Molina Plaza”,
o conservadas en el tiempo como “las Prensas”, “la Rosa Alta”, “Escalera”, “La Loma”.
En algunos casos han sido esquilmadas o arrasadas en su totalidad: “San Camilo” y “El
Molino de la Garavitera” de donde ha desaparecido la piedra con la inscripción del
molino. Este estudio es una “arma de futuro” que hay que preparar y tener dispuesta
para actuales y futuras restauraciones e intervenciones.

Interesa la conservación del monumento, de su entorno inmediato y del sitio


histórico, por ello es necesaria una valoración lo más completa posible de las
estructuras, técnicas y materiales.

El presente estudio surge como necesidad de involucrarse en la conservación del


entorno y como medio de conocimiento y desarrollo personal.

Es necesario este tipo de estudios por su repercusión social, y por el beneficio


que puede causar sobre todo en la comarca de Montoro. Puede potenciar turísticamente

5
Capítulo 1 Generalidades

la zona mediante la conservación de sus recursos arquitectónicos, culturales. Este


material de construcción ha perdurado siglos, y cada día es más usado en nuestros
pueblos como embellecedor junto a la cal.

Se pretende realizar una investigación adecuada de su comportamiento ante la


alteración, para que las construcciones puedan seguir perdurando en el tiempo. Se ha
iniciado el siguiente proyecto con la intención de darle difusión y relevancia social.

2.- Contexto geográfico del sector estudiado.

La zona objeto de estudio se sitúa en el centro-este de la provincia de Córdoba, y


en el centro-oeste de la de Jaén, dentro de lo que se conoce como Comarcas Agrarias
denominadas: “Sierra” y “Campiña baja”.

Los límites geográficos son:

- Al este el término municipal de Andújar.


- Al sur los términos municipales de Bujalance y Lopera.
- Al oeste el término de Córdoba.
- Al norte el término municipal de Cardeña y el Batolito de los Pedroches.

El sector que se ha estudiado se encuentra comprendido entre las coordenadas


geográficas 375000 al oeste, 4216000 al norte, 401000 al este y 4205000 al sur.

Se trata de una zona entre las provincias de Córdoba y Jaén. Los afloramientos
de la citada roca se encuentran en todo el borde sur y oriental del Macizo Ibérico (desde
Andalucía hasta Aragón) (Montealegre, 1990). Este trabajo se va a centrar en la
comarca de Montoro y sus alrededores: Adamuz, Montoro, Villa del Río, Marmolejo y
parte de Andújar. La citada roca se utiliza también en todos los pueblos de los
alrededores como: Pedro Abad, El Carpio, Villafranca, Bujalance e incluso Córdoba
capital.

El área se encuentra contenida en la hoja 1:50000 del Mapa Topográfico


Nacional número 903 de Montoro y 904 de Andújar, aunque hay algunos resquicios de
la roca en la 902 Adamuz y continúa hacia el este de la 904 Andújar.

3.- Contexto socioeconómico.

La población de la comarca se sitúa en 89958 habitantes. Las principales


localidades son Andújar y Montoro.

La población de la zona se distribuye de la siguiente forma, según el SIMA del


año 2008:

• Andújar 38979 habitantes.


• Marmolejo 7600 habitantes.
• Montoro 9895 habitantes.
• Bujalance 7941 habitantes.
• Villa del Río 7411 habitantes.

6
Capítulo 1 Generalidades

• El Carpio 4411 habitantes.


• Adamuz 4472 habitantes.
• Villafranca 4401 habitantes.
• Cañete 3173 habitantes.
• Pedro Abad 2944 habitantes.

La principal actividad económica hasta hace unos años ha sido la agricultura,


apoyada en las fértiles tierras de la Vega del Guadalquivir. En los últimos años ha
tenido un fuerte empuje la industria, sobre todo la del mueble, destacándose los sectores
aceiteros, calderería, confección e industria mecánica. Los principales pueblos
industriales son Andújar, Montoro y Villa del Río. El sector servicios se encuentra
representado principalmente por las administraciones, empresas y oficios auxiliares de
las industrias. El turismo rural esta siendo potenciado últimamente mediante una serie
de ofertas relacionadas con la belleza de los pueblos, y sobre todo el paisaje de la
comarca con sus parques naturales. El sector energético comienza a ganar pulso con la
creación de parques y huertos solares. La crisis ha afectado duramente a la comarca y en
la actualidad existe un reajuste económico.

Hace algunos años los pueblos constituyeron la mancomunidad de Municipios


del Alto Guadalquivir, para actuar sobre temas de interés general, obras de
infraestructura, el agua, etc…

Las comunicaciones y accesos principales son a través de la autovía de


Andalucía, Madrid- Cádiz, la nacional IV, (3247 y 420), la comarcal 320 y varias
locales (401, 402, 412, 414, 511, 203, 202, 290, 295, 294, 292, 291).

El ferrocarril también atraviesa la zona con estaciones en: Andújar, Marmolejo,


Villa del Río, Montoro, Pedro Abad, Villafranca y Córdoba. Actualmente el mayor
tráfico de viajeros se realiza a través de la línea de AVE, que conecta con Córdoba, y
que parte Sierra Morena en dos trozos. En la actualidad dos lanzaderas AVE,
comunican algunas poblaciones de la comarca con Córdoba capital.

La zona se encuentra comunicada con Córdoba y Madrid por medio de líneas de


autobuses, (5 o 6 paradas diarias en cada dirección).

Cabe destacar en la zona dos parques naturales unidos geográficamente entre sí,
aunque separados administrativamente por el hombre: el de Montoro-Cardeña y el de
Andújar-Las Viñas. Aparte de su interés paisajístico y geológico, hay ejemplos muy
bellos de dehesa donde se ha conservado parte del bosque autóctono mediterráneo. Se
trata de un ecosistema montaraz, simplificado por el hombre a través de un proceso
histórico para obtener un complejo de especies domesticadas, aunque con una estructura
alterada que conserva la mayor parte de los elementos del medio original.

En la información general sobre el Parque Natural de la Sierra de Cardeña y


Montoro recogida por Esquivias et al. (1992), figuran las siguientes descripciones que
aquí se resumen:

7
Capítulo 1 Generalidades

3.1.- Flora.

Entre los elementos arbóreos, existen: encinas (Quercus ilex), acebuches (Olea
europaea), quejigos (Quercus faginea), alcornoques (Quercus suber), roble melojo
(Quercus pyrenaica) y coscoja (Quercus coccifera). En zonas de mayor humedad, se
pueden encontrar el álamo blanco (Populus Alba), el álamo negro (Populus nigra), el
olmo (Ulmus minor), la adelfa (Nerium oleander).

El estrato arbustivo está compuesto por las agrupaciones del orden


Lavanduletalia stuechidis Br. Bl (1931), pertenecientes a la clase Lavanduletea BR. Bl
1940, que sustituye el maquis mediterráneo de origen andrógeno.

La alianza que representa a este orden es Cistian ladaniefi Br. Bl 1931, con
especies características como: Calluna vulgaris (L), Cystus salvifolius L, Cystinus
bupositis (L) L, Cystinus scopanius (L) link, Lavándula stoechas I.

El estrato herbáceo está constituido por pastizales oligotrofos mediterráneos


pertenecientes a la clase fitosociológica Helianthemetea aunma (Br. Bl 1952),
desarrollados en claros de matorral y de modo profuso cuando éste ha sido descuajado.

En general son malos pastizales y se encuentran representados por los siguientes


órdenes:
- Helianthemetalia, Br. Bl. 1940.
- Agroshidetalia, Riv. God. 1957.
- Poetalia bulbosae, Riv. Gog. Riv. Mar. 1963.

Los pastizales adehesados son de suma importancia, ya que suponen un


porcentaje muy alto de alimentación de los herbívoros, y representan la única protección
con que cuenta el suelo en gran parte de la superficie de la dehesa.

En el Parque de Cardeña-Montoro, el factor que más influye en el desarrollo del


pastizal es la humedad. Entendida ésta como la cantidad de agua que pueden aprovechar
las plantas herbáceas. Unas zonas reciben aportaciones de agua mayores a las que
correspondería por precipitaciones y de sólidos por sedimentación. Otras zonas pierden
rápidamente el agua de lluvia por escorrentía, fenómeno que también transporta
partículas del suelo.

En la zona también es posible encontrar repoblaciones forestales con especies de


pino como el Pinus pinea L y eucaliptos (Eucalyptus camaldulensis dehn).

3.2.- Fauna.

Los insectos acuáticos han sido estudiados como indicadores de las


características de las aguas, entre los que destacan los Efemerópteros, Odonatos y
Plecópteros.

Existen dieciséis especies de reptiles, protegidos por la Ley –con excepción de la


víbora hocicuda (Vipera latastei), Lagarto ocelado (Lacerta lepida) y el Galápago

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Capítulo 1 Generalidades

leproso (Clemys caspita)- Entre aquellos destacan por su interés, el Eslizón de cinco
dedos (Chalcides bedriagai) y la Clebrilla ciega (Blanus cinereus).

El Parque es rico también en aves, destacando las rapaces por ser más
amenazadas actualmente. Sobresalen por su singularidad: Águila Imperial (Aquila
adalberti), Águila real (Aquila chrysaetos), Águila perdicera (Hieraetus fasciatus),
Águila calzada (Hieraetus pennatus), Águila culebrera (Circaetus gallicus), Ratonero
(Buteo buteo), Azor (Accipiter gentilis), etc.

No deben ignorarse otras rapaces que, aunque no anidan en este territorio, lo


visitan asiduamente en busca de alimentos, como son: el Buitre leonado (Gyps fulvus),
Alimoche (Neophron percnoterus) y Buitre negro (Aegypius monachus).

Entre los mamíferos, destacan el Lobo (Canis lupus), el Lince (Lynx pardina),
Gato montés (Felis sylvestris), Meloncillo (Herpestes ichneumon) y Nutria (Lutra
lutra).

Son también interesantes los micromamíferos, como la Musaraña común


(Croccidura russula) y la Musarañita (Suncus etunscus), ambas protegidas por la Ley.
La Gineta (Genetta genetta) junto al Zorro (Culpes culpes) completan el catálogo de
pequeños depredadores mamíferos.

Quizá las joyas de este parque sean el Lobo y el Lince, carnívoros muy
representativos en Andalucía por su escaso número y precisa localización.

No se ha de olvidar la presencia de especies cinegéticas tales como la Perdiz


(Alectoris rufa), la Paloma torcaz (Columba palumbus), la Tórtola (Streptopelia turtur),
el Conejo (Oryctolagus cuniculus) y la Liebre (Lepus capensis) y entre las de caza
mayor el Ciervo (Cervus elaphus), Gamo (Dama dama), Jabalí (Sus scrofa) y Muflón
(Ovis musimon). Este catálogo de especies convierte a la zona en una de las mejores
para la caza, tanto mayor como menor, y un fuerte potencial para un turismo de interior
de calidad.

4.- Contexto geológico de la zona. Unidades representadas.

Los materiales objeto de estudio coexisten en la zona con las siguientes unidades
crono-estratigráficas, que se describen a continuación, y que corresponden con las
mencionadas en la hoja 903 Montoro del Mapa Geológico de España del IGME. (Fig. 1
y 2).

1. Devoniano Medio.
2. Carbonífero Inferior.
3. Triásico.
4. Mioceno.
5. Cuaternario.

Todo el conjunto geológico pertenece al Dominio Centro-Ibérico del Macizo


Hercínico Ibérico (como se ilustra en el mapa de la Figura 1).

9
Capítulo 1 Generalidades

(a)

(b)

Figura 1(a) y 1(b).-. Mapa del contexto geológico. Leyenda.- 20 Granitoides Cordieríticos. 21
Granitoides Tardicinemáticos. 24 Cámbrico – Proterozoico Superior. 27 Silúrico – Devónico.
28 Carbonífero. 37 Pérmico – Triásico. 44 Plioceno. (Tomado de Vera et al. 2004)

Figura 2.- Mapa geológico del I.G.M.E. 1:50.000. En rosa los afloramientos triásicos de la zona de
Montoro. La flecha celeste marca la citada localidad.

10
Capítulo 1 Generalidades

4.1.- Devoniano Medio: Se pueden considerar los materiales más antiguos de la


hoja. Atravesando el Batolito de los Pedroches se encuentran materiales Silúricos,
Ordovícicos, Cámbricos y un extenso y complejo Proterozoico en Sierra Madrona.

Desde el punto de vista litoestratigráfico se pueden diferenciar dos grandes


unidades dentro de los materiales Devonianos:

a) Una unidad superior azoica en general conglomerática, que a su vez


comprende tres tramos diferenciados en la cartografía en función de la
naturaleza de los materiales que los integren.
b) Una unidad superior cuarcítico-arenosa fosilífera.

4.2.- Carbonífero: El Devoniano limita al N y S con terrenos del Carbonífero


Inferior. La franja de terreno que constituye el límite sur, apenas tiene extensión debido
al recubrimiento del Trías y Mioceno.

Mucha más extensión presenta al norte de la mancha devoniana, alcanzando al


menos 10 Km en esa dirección, hasta que es interrumpida por el asomo del complejo
Batolítico de los Pedroches.

En los niveles más bajos de esta unidad existen una serie de niveles calizos
lentejonares, que localmente alternan con un conglomerado de cantos de pequeño
tamaño de cuarcitas, pizarra, arenisca y fragmentos calcáreos.

Los niveles superiores están constituidos por una serie alternante de pizarras y
grauvacas que se extienden ininterrumpidamente hacia el N. La alternancia de pizarras y
tramos arenosos son el resultado de la deposición en un medio sedimentario marino
somero, aunque más profundo que el que presidió la deposición de las calizas recifales,
con oscilación del fondo durante la sedimentación o con variaciones de energía en los
aportes.

4.3.- Triásico: Aparece discordante sobre el Paleozoico y corresponde con los


pisos Changhsingiense-Scytiense. Se manifiesta en esta zona con la denominada facies
Bunt o del Buntsandstein, término germánico de facies, (no estratigráfico) pero que se
utiliza con bastante asiduidad en Europa-España, para designar terrenos detríticos que
incluyen el final del Pérmico y el inicio del Triásico. La facies Bunt muestra un
conglomerado cuarcítico basal, encima del cual se sitúan las areniscas rojas “piedra
molinaza”.

La transgresión del mar a comienzos del Triásico dio lugar a la formación de una
serie de cuencas, en las que se depositaron los sedimentos del Bunt y quizá algún tramo
superior. La emersión de la cuenca dio lugar a la erosión de los materiales durante el
Mesozoico y parte del Terciario.

4.4.- Mioceno: Se depositó horizontal sobre un Trías sensiblemente inclinado y


parcialmente erosionado, por lo que existe una ligera discordancia angular erosiva entre
ambos.

11
Capítulo 1 Generalidades

La deposición del Mioceno comenzó en general con facies conglomeráticas poco


potentes, constituidas por clastos cuarcíticos, areniscosos, restos de ostreas y matriz
areno-limosa (en su mayor parte carbonatada), no sobrepasando los 6 metros de
potencia en los lugares donde aparece.

Sobre estos conglomerados se depositaron sedimentos carbonatados de


biomicritas y bioesparitas con intercalaciones de arenas y limos arcillosos, que han sido
datados como Tortoniense inferior (Perconing, 1971). Este conjunto ofrece una mayor
complejidad sedimentaria, ya que es posible diferenciar al menos cuatro tipos de
niveles: biocalcarenitas conglomeráticas, biomicritas, bioesparitas y biocalcarenitas
muy arenosas. Todas ellas se han utilizado en monumentos sobre todo en la ciudad de
Córdoba (Mezquita, Alcázar, Murallas, puentes, etc): (Montealegre, 1976; Montealegre
y Barrios, 1996) incluso en Montoro. Paulatinamente la sedimentación se hace más
profunda (menos costera) y da lugar a las facies de margas azules del Tortoniense, cuya
potencia alcanza espesores considerables hacia el sur.

El ambiente sedimentario es un Mioceno transgresivo sobre el Trías prebético


depositado en un ámbito litoral.

El final del Mioceno constituye en parte una sedimentación deltaica, que aporta
areniscas amarillas datadas como Messiniense (Andaluciense sólo en algunos trabajos:
Perconing 1971)

4.5.- Cuaternario: Durante el cuaternario se originan únicamente aportes de


origen fluvial y torrencial, que forman niveles de terrazas que en la transversal de
Montoro son 5 principales, y en Córdoba 6 (Montealegre, 1994); constituidas por
gravas, arenas y limos. Es de destacar que durante el Cuaternario, se han desarrollado
por la meteorización y degradación de las rocas aflorantes, una serie de suelos
significativamente distintos según el material sobre los que se han generado. Tales
suelos son clasificables como haplosoles e inceptisoles rojos sobre el Triásico,
paleorodoxeralf y rodoxeralf (alfisoles) sobre las terrazas medias y antiguas,
inceptisoles y entisoles sobre las terrazas más recientes (y los depósitos actuales),
vertisoles sobre el mioceno margoso (Tortoniense) y otros tipos, según las condiciones
topográficas locales. (Montealegre, 1976; Del Campillo et al, 1993).

5.- El problema del límite entre el Pérmico y el Triásico.

Se ha hallado una problemática a la hora de datar y separar los sedimentos del


Triásico y del Pérmico, ya que existe dificultad para encontrar series en que esta
sucesión fuera marina, continua y permitiera por tanto definir correctamente el último
piso del Pérmico y primero del Trías. Esto se debe a que el límite entre el Pérmico y el
Triásico, es decir entre la Era Primaria y la Secundaria, corresponde a un
acontecimiento “mayor” en la historia de la Tierra, un momento en que se producen
unos eventos que la modifican profundamente, quizá un cambio en la velocidad de
rotación, o un importante cambio climático, pero en cualquier caso “algo” que produce
una aceleración en la evolución biológica y un importante cambio paleogeográfico.
(Virgili, 1987).

Esta dificultad de distinguir Pérmico del Trías es lo que ha hecho que se estudie
por numerosos investigadores, buscando un límite que los separe. Durante un tiempo se

12
Capítulo 1 Generalidades

admitió la discordancia palatínica como límite entre el Trías y el Pérmico, pero las
observaciones de Ramos (1979), Ramos et al. (1976 y 1979), Boulouard y Vialar (1981)
y Vischer et al. (1982), demostraron que a menudo la discordancia palatínica es
intrapérmica. La existencia de surcos y grabens hacen que el comienzo de la
sedimentación del Buntsandstein sea extraordinariamente heterocrona (Virgili, 1987).
Por tanto Trías y Pérmico se funden en éste y en numerosos trabajos en el término
Permotrías.

6.- El Trías Germánico.

El término Trías fue propuesto por Von Alberti en 1834, para designar el periodo
de tiempo de tres tramos muy bien definidos en Alemania central. Estos depósitos eran
fundamentalmente continentales siliciclásticos y carbonatos marinos de plataformas
someras. Las tres formaciones fueron.

- Buntsandstein: Areniscas, conglomerados y algunas lutitas con predominio


del color rojo.
- Muschelkalk: esencialmente calcáreo.
- Keuper: Con arcillas y margas de colores abigarrados, con evaporitas y
algunos niveles de areniscas.

Los sedimentos de facies germánicas constituyen el comienzo del ciclo de


sedimentación alpino de la mayoría de las regiones españolas. En casi toda España se
reconocen las facies Buntsandstein, Muschelkalk y Keuper, aunque con características y
potencias diferentes según las distintas cuencas y subcuencas (Virgili et al., 1977).

7.- El Triásico de Andalucía.

Durante el Triásico el Océano Atlántico aún no existía, y el mar del Tethys se


abría paso hacia el oeste inundando todo lo que se conoce hoy en día como el centro y
el sur de Europa. Pangea dominaba el planeta con una parte al norte denominada
Laurasia y otra al sur llamada Gondwana. (Fig. 3).

Figura 3.- Mapa de Pangea. Triásico, principios de la Era Secundaria, hace 250 millones de años.
Casi todas las tierras emergidas se reúnen en un sólo continente, Pangea, que al poco tiempo
comenzará de nuevo a partirse hasta formar los continentes actuales. El estrechamiento y cierre del
gran mar tropical de Tethys dará lugar al Mediterráneo. (Tomado de Uriarte 2003).

13
Capítulo 1 Generalidades

Pangea se fractura durante el Trías, y se forman numerosos rift con diferente


subsidencia y evolución. Dentro de este contexto se pueden distinguir tres dominios:
Continental, Germánico y Alpino.

• Continental.- Depósito de materiales detríticos relacionados con sistemas


fluviales y aluviales.

• Germánico.- Zonas de plataforma de margen continental en medios


sedimentarios de transición y marinos someros.

• Alpino.- Facies marinas menos restringidas conectadas con Tethys.

En estos dominios se depositaron respectivamente los materiales de facies “red


beds”, (de facies germánica y alpina). Algunos autores consideran el Trías Germánico
como un Trías de transición entre el Continental y el Alpino. (Pérez-López,1991).

A comienzos del Trías (hace 250 millones de años) Iberia estaba constituida por
una extensa zona emergida denominada Macizo Ibérico y con algunos relieves de la
Orogénia Hercínica.

En la periferia de las zonas elevadas las fracturas formadas en las fases


distensivas de finales del Pérmico, han dado lugar a cuencas continentales donde se
acumulan los sedimentos que los ríos traen de las zonas elevadas del continente. El
basculamiento de los bloques hace que haya zonas hundidas alternando con otras más
elevadas. Los bloques de hundimiento rápido pero heterogéneo producen la
acumulación de unos pocos metros de sedimentos en las zonas más estables, en cambio
en otras de mayor subsidencia se acumulan los mismos materiales en cientos de metros.
(Meléndez, 2004).

El clima es árido y caluroso con lluvias escasas y torrenciales, por lo que la


erosión de materiales de todos los tamaños es muy importante, cosa parecida a lo que
ocurre en el desierto de Almería cuando llueve sobre la tierra desnuda. Dependiendo de
la energía del medio, se transportan y acumulan en depósitos: arcillas, arenas y gravas,
que con posterioridad darán lugar a arcillas, areniscas y conglomerados, que ya
anteriormente durante el Pérmico se fueron depositando.

Estos sedimentos depositados de esta forma reciben el nombre de Buntsandstein,


(en alemán areniscas abigarradas). Su color rojo es debido a la existencia de óxidos de
hierro característicos de esa época de desertización en gran parte de Europa. E. g. (Vera
y López Garrido, 1971), (Millot et al., 1961), (Barron y Montealegre, 1986). Durante
todo ese periodo las zonas más elevadas se fueron erosionando y ascendiendo
isostáticamente, mientras que en las zonas deprimidas el depósito hizo que se fuesen
hundiendo cada vez más debido a su peso. Este proceso anterior queda reflejado en las
secuencias granodecrecientes de gravas, arenas y arcillas, que marcan una pérdida de
energía por parte de los ríos al ir alcanzando su perfil de equilibrio. El rejuvenecimiento
del relieve corta el tramo arcilloso y hace que vuelva a aparecer un nuevo tramo
conglomerático por levantamiento isostático de la cabecera de los ríos y el consiguiente
aumento en la energía del agente transportador (agua de escorrentía).

14
Capítulo 1 Generalidades

Iberia se encontraba sometida a un clima árido y a un proceso de


desmantelamiento del relieve Hercínico, que duró entre 30 y 40 millones de años.
(Meléndez, 2004).

Las plataformas continentales eran extensas y poco profundas. En algunas zonas


protegidas del mar abierto, el calor hacía que la evaporación fuera intensa y que las
aguas se hicieran más salinas. Poco a poco a medida que los relieves perdían altura y los
ríos energía, la situación se estabilizó, las depresiones se colmataron a final del Triásico
Inferior y empezaban a unirse algunas cuencas aisladas con el Macizo Ibérico. La
llanura elaborada por los ríos se abría hacia el sureste al mar de Neotethys.

Sobre estas llanuras se produjo una transgresión, que se adentra hacia el


continente cubriendo de margas y arcillas toda la plataforma del Triásico inferior.
Aparecen materiales de intersección entre el continente y el mar: estuarios, deltas y
marismas. (Meléndez, 2004).

Durante el Trías medio el mar penetró en el continente y llega a rozar los bordes
del Macizo Ibérico. En esa extensa y poco profunda plataforma continental se van a
depositar lodos calcáreos, que van a formar calizas. Estos materiales reciben el nombre
en alemán de Muschelkalk (calizas con moluscos). En España no son abundantes, pero
aparecen por ejemplo en las calizas del Trías alóctono de Cambil-Huelma con
myphorias (Montealegre, 1970).

Estas unidades del Muschelkalk se deben a dos entradas sucesivas del mar con
regresiones posteriores. Al final hay un episodio regresivo que hace que se restablezcan
las llanuras fangosas y marismas, en las que se vuelven a acumular arcillas, sales y
yesos. Estas dos transgresiones marinas dejaron diferentes espesores de calizas, que con
posterioridad se dolomitizaron.

Los materiales sedimentarios depositados durante el Triásico Superior reciben el


nombre de Keuper, que significa -en alemán- abigarrado o de muchos colores, y que se
debe a la variedad cromática de los materiales que los forman. (Fig. 4)

En este tiempo se producen pequeñas subsidencias en un clima muy caluroso,


que hacen que se formen llanuras fangosas, cuya agua se va evaporando por efecto de la
temperatura y dan lugar a episodios evaporíticos a veces de varios cientos de metros de
espesor, lo que puede dar idea de la envergadura del fenómeno. Eran llanuras que se
inundaban a veces por el mar y se evaporaban, o por ríos que aportaban algunas arcillas
de los relieves ya muy desgastados del continente. Este fenómeno es el que en la
actualidad hace que aparezcan gigantescos depósitos de sal dentro de la Península, y
numerosos topónimos relativos a la sal que podemos encontrar en toda la geografía
nacional (Meléndez, 2004), como son los arroyos con el nombre “Salado” de la margen
izquierda del Guadalquivir.

Al final todo se sumerge de nuevo y sobre la plataforma se depositan calizas,


que en la Subbética dan lugar a la Formación Zamoranos. Recibe el nombre de la
localidad de Zamoranos en Jaén, y están compuestas por calizas y dolomías de edad
Noriense-Retiense. Tiene intercalados minerales de óxidos de hierro de color rojo.
(Pérez-López et al., 1992)

15
Capítulo 1 Generalidades

A finales del Trías la Placa Ibérica ha atravesado el Trópico de Cáncer (latitud


23º N). Hacia el sureste del Macizo Ibérico se encuentra el Mar de Neotethys, mientras
que en el norte y hacia el noroeste se activa la Falla del Golfo de Vizcaya, que también
ha sido invadida por el mar. En el Jurásico (límite superior del Trías) Iberia va a volver
a quedar sumergida pero con un clima completamente distinto, lo que va a originar un
comportamiento diferente de las zonas inundadas (Meléndez, 2004).

Figura 4.- Trías Germánico: Relación de las unidades litoestratigráficas del Triásico del borde de la
Meseta (Cobertera Tabular) y las del Triásico que afloran en la Zona Prebélica. (Vera et al 2004).
Se puede observar como el Muschelkalk desaparece y el Keuper disminuye de espesor hacia la
cobertera tabular.

8.- El clima durante el Permo-Triásico.

Durante este periodo tiene lugar una de las catástrofes más grandes que ha
ocurrido en el planeta (The Great Dying), ya que desaparecieron el 85% de las especies
marinas, el 70% de los vertebrados terrestres y los insectos desaparecieron por
completo. En el reino vegetal el colapso de productividad biológica en los mares ocurrió
en paralelo con el desastre ecológico de los continentes (Ward, 2000). Las teorías para
estas extinciones masivas son dos: el choque de un asteroide y las erupciones volcánicas
masivas. Ambas teorías se basan en observaciones realizadas en los sedimentos y rocas
de esa época.

La primera hipótesis es avalada por la rapidez con que se produjo la extinción, y


la aparición de ciertas moléculas de origen extraterrestre (fulerenos) semejantes a las
encontradas en meteoritos (Becker, 2001).

La segunda hipótesis se correspondería a un brusco cambio climático, motivado


por las masivas erupciones volcánicas que acontecieron en Siberia (Fig 5). Enormes
plataformas basálticas de lava datan de esa época (Reichow, 2002).

16
Capítulo 1 Generalidades

Figura 5.- Esquemas de las


plataformas volcánicas
Siberianas, donde puede
verse la enorme extensión
que llegaron a alcanzar
durante el Triásico. (Ivanov,
2007)

Los efectos desastrosos pudieron ser de diferentes tipos. Los compuestos de


azufre y de carbono combinados con el vapor de agua atmosférico, pudieron provocar
lluvias de ácido sulfúrico y carbónico que envenenasen la vegetación marina y
continental. Además las erupciones volcánicas pudieron provocar cambios térmicos
violentos difíciles de soportar. Al principio el clima se enfriaría bruscamente debido a la
oscuridad provocada por el polvo y por las nubes sulfatadas (producto del SO2
volcánico).

Tras la sedimentación de las partículas de polvo de sulfatos y demás aerosoles la


atmósfera se aclararía y se registraría un calentamiento brusco, debido al efecto
invernadero causado por la alta cantidad de CO2, que también fue arrojado por los
volcanes, y que permanecería en el aire durante mucho tiempo todavía (Fig. 6). La
descongelación de vastas extensiones de permafrost en Siberia pudo añadir además
metano a la atmósfera, reforzando así el efecto invernadero (Dorritie, 2002).
Figura 6.- El efecto
climático de las
erupciones volcánicas que
arrojan SO2 y CO2 a la
atmósfera es complejo. El
dióxido de azufre (SO2) se
oxida a SO3 y acaba
formando gotitas de ácido
sulfúrico (H2SO4) que
amarillean y oscurecen el
cielo, haciendo sombra y
enfriando la superficie.
Por el contrario, el
dióxido de carbono (CO2)
es transparente a la luz
solar (flechas amarillas)
pero opaco a la radiación
infrarroja terrestre
(flechas rojas), por lo que
calienta el aire y la
superficie. (Uriarte 2003)

17
Capítulo 1 Generalidades

La existencia de un único continente durante el Trías produjo un clima árido en


vastas extensiones del interior del continente. La continentalidad (la lejanía al mar),
creaba condiciones de extrema aridez y oscilaciones térmicas estacionales muy fuertes.
La probable ausencia de cordilleras no favorecía las lluvias.

Los modelos que simulan el clima de Pangea indican una oscilación térmica
extrema en el sur y en el interior del continente, con veranos muy cálidos e inviernos
muy rigurosos (Uriarte, 2003).

Las zonas tropicales y medias de Pangea más próximas al mar debieron de estar
sometidas a un clima de tipo monzónico con lluvias estivales (Lopee, 2001). Pese a
encontrarse el Macizo Ibérico en zona tropical durante ese periodo, en verano el
contraste térmico que se originaba entre el continente y el océano, causaría un gradiente
de presión, que debía de favorecer la entrada de vientos húmedos del mar hacia el
interior, pero la falta de relieve restaba fuerza al monzón y no favorecía la formación de
nubes y precipitaciones, por ello fueron más extensas las regiones ocupadas por
desiertos tropicales que las regiones de selva monzónica (Uriarte, 2003).

Durante el Trías son muy abundantes las rocas evaporíticas, típicas de climas
cálidos, que se depositaban en regiones recubiertas periódicamente por transgresiones
marinas.

El clima cálido y árido también propició la formación de areniscas eólicas y de


arcillas rojas. El color que las rocas sedimentarias fueron adquiriendo bajo aquel clima
se debe principalmente a la presencia de óxidos de hierro, fundamentalmente hematites
(αFe2O3, cristalina).

A finales del Trías (hace 208 m.a) Pangea comenzó a dividirse a lo largo de la
línea de fractura que comenzaba a separar América del Sur y África (CAMP: Central
Atlantic Magmatic Province), y por allí salieron gigantescas coladas de basaltos. Se cree
que los gases expulsados provocaron intensos cambios químicos en la composición de
la atmósfera (lluvia ácida). Otros autores son partidarios del comienzo de una fase muy
cálida por aumento del CO2 arrojado por los volcanes. Todo esto coincide con una
catástrofe biológica y la destrucción de parte de la fauna de ese momento. Tanner
(2001) lo achaca a variaciones en el nivel del mar y Olsen (2002) habla de la posibilidad
de un choque de un asteroide. Todas estas teorías están de algún modo dando la razón a
las ideas neocatrastrofistas, que reiteran recientemente el papel de los eventos en la
evolución e historia del planeta (Vera, 1994).

La posición geográfica de la zona se puede comparar con la posición actual del


“cuerno de África”. El clima descrito para el Triásico se puede extrapolar, con las
debidas precauciones, al clima que se encuentra hoy día en las regiones de Somalia,
Eritrea, Djibuti y Este de Etiopía, que aún encontrándose en latitudes muy próximas al
Ecuador (en el Oeste del continente) no se traduce ello en copiosas precipitaciones. El
funcionamiento del monzón del Índico hace que tanto en verano como en invierno la
zona se encuentre en posición de abrigo pluviométrico. Esto puede explicar las
condiciones reinantes en la península, dada su ubicación muy similar durante el tránsito
Permo-Triásico (Figs. 7 y 8).

18
Capítulo 1 Generalidades

En la actualidad en la zona africana se encuentra un continente muy masivo al


Norte del Índico, hecho que sumado a la posición de la Cordillera del Himalaya,
provoca por un lado un gradiente de presión muy alto por el recalentamiento de la
Meseta del Tibet, y por otro una mayor facilidad para las precipitaciones de origen
orográfico que las condiciones que ocurrirían durante el tránsito Permo-Triásico, por lo
que la incidencia de los monzones en el pasado sería con toda seguridad menor.

Figura 7.- Esquema ilustrativo de la circulación atmosférica del monzón de verano, extrapolado al
Triásico. Elaboración propia a partir de Lockwood (1974). Plano base Paleomap Project. Scotese
(2000).

Leyenda

Alisios del NE

Alisios del SE

19
Capítulo 1 Generalidades

Figura 8.- Esquema ilustrativo de la circulación atmosférica del monzón de invierno, extrapolado al
Triásico. Elaboración propia a partir de Lockwood (1974). Plano base Paleomap Project. Scotese
C.R. (2000).

Leyenda
Corriente en chorro Ecuatorial 150 hPa

Corriente en chorro Tropical 200 hPa

Vientos superficie SE a S-SO

20
Capítulo 1 Generalidades

9.- Serie estratigráfica. No se pretende hacer un estudio de la estratigrafía ni de la


sedimentología de la cobertera triásica de la zona, que ha sido ampliamente estudiada
por Fernández (1984), Vera y López Garrido (1971), etc., para zonas cercanas como
Chiclana del Segura o Alcaraz. La serie germánica en la zona de Montoro se encuentra
totalmente incompleta, sólo aparece la base del Buntsandstein, que se coloca mediante
una discordancia angular erosiva unas veces sobre las pizarras del Carbonífero con gran
buzamiento (fig. 10), y otras veces sobre cuarcitas del Devónico (fig. 9). Los materiales
triásicos no se encuentran afectados por la orogenia hercínica pero sí los infrayacentes
más antiguos, en los que sólo se puede notar un ligero buzamiento en el Trías de menos
de 10º hacia el suroeste. Las orogenias posteriores no afectaron a esos materiales,
aunque a veces aparecen fallas relacionadas con esfuerzos y reajustes más tardíos.

Figura 9.- Discordancia angular


erosiva Permo-Trías Devónico.

Figura 10.- Discordancia angular


erosiva Permo-Trías Carbonífero.

21
Capítulo 1 Generalidades

La serie tipo de la cobertera triásica definida por Fernández (1977) a partir de las
series de Puente-Génave, Villarrodrigo y Torres de Albánchez, es la siguiente:

La sucesión se apoya discontinuamente sobre un paleorrelieve Paleozoico. Es


difícil establecer una serie-tipo válida a nivel regional, debido a los numerosos cambios
de facies; no obstante, se han podido identificar cuatro tramos litológicos bien
definidos, con una potencia total media de 315 m. (Fig. 11).

- Unidad A: Tramo basal predominantemente


lutítico que puede comenzar con un
episodio conglomerático con espesores no
superiores al metro. La base posee unos
tonos abigarrados oscuros, pasando hacia
arriba a colores rojos predominantes.
Existen intercalaciones de areniscas,
siempre de poca potencia, y delgados
niveles carbonatados y nódulos de
evaporitas. La potencia del tramo es
variable, oscilando entre 70 y 90 m.
(máximo de 125 m. en Puente Génave).
- Unidad B: Tramo intermedio con niveles de
areniscas que forman verdaderos bancos de
hasta 20 m. de potencia con morfologías
irregulares en general, y que se intercalan
entre lutitas de coloración roja
predominante (verde minoritaria). Hay
delgados niveles carbonatados. La potencia
total del tramo oscila entre 120 y 160 m.

Esta unidad se puede dividir en dos subtramos:

- B1: subtramo inferior, compone la casi


totalidad del volumen de la unidad, en la
cual la posición y número de bancos de
areniscas es variable.
- B2: Subtramo superior constituido
invariablemente por un paquete de
areniscas y arenas blanco amarillentas de
grano fino, con abundante óxido de hierro,
yeso y carbonatos en nódulos y cementos.
El espesor varía entre 12 y 20 m. Figura 11.- Serie estratigráfica
tipo para los materiales triásicos
de la zona borde de la Meseta. (Gil
1987).

22
Capítulo 1 Generalidades

Recordar que en nuestra zona aparecen solamente los primeros episodios de la


serie descrita (no evaporitas) y que al encontrarnos hacia el oeste la sedimentación
carbonatada es prácticamente inexistente. (Sánchez Cela, 1969).

La unidad C y la D solamente se nombraron, ya que en nuestra zona ninguna de


estas se encuentra recogida en la estratigrafía.

- Unidad C (K3 + K4 +K5): Tramo superior lutítico evaporítico.


- Unidad D: Dolomías blanco- grisáceas tableadas, recristalizadas y a veces
laminadas.

10.-Variaciones con respecto a la zona de Montoro:

Suelen aparecer en la base conglomerados de diversos tamaños, sin ningún tipo


de granoclasificación ni ordenación interna, con el eje mayor dispuesto en la horizontal.
Algunos autores en otras zonas los han asignado a abanicos aluviales y conglomerados
de ríos trenzados, anostomosados, y a corrientes de tipo Debris Flow de diversa
potencia, según se acerque o aleje al antiguo continente. Presenta cantos cuarcíticos
muy desgastados, con dimensiones que oscilan entre 1 y 30 cm y cementados con una
matriz arenoso-limosa. Su potencia es variable, habiéndose medido un máximo de 48
metros en las proximidades del cruce de la carretera que va de Villa del Río a Montoro,
con la que une Marmolejo y la Venta de Cardeña; y un mínimo de 8 m junto a las
fuentes del balneario de Marmolejo. (IGME, 1973). (Fig. 15)

Lo siguiente es una serie rítmica de conglomerados alternantes con areniscas y


limos o arcillas, probablemente relacionada con cambios en la energía del medio
debidos a tormentas o rejuvenecimiento de la cuenca, para pasar finalmente a
alternancia de areniscas y limos. Tienen una potencia mínima de 6 metros, observada en
la carretera que va de Villa del Río a la de Marmolejo- Venta de Cardeña (a 9,400 Km
de Villa del Río), y un espesor máximo de 20 m medidos en las proximidades del
balneario de Marmolejo (Figs 12, 13 y 14). Estos datos se complementan con algunos
sondeos, que dan potencias de 63 m para el Trías en la antigua carretera de Montoro a
Villanueva, entre los km 4 y 5 (IGME 1973). No se han encontrado restos del
Muschelkal ni del Keuper en la zona, ya sea por un hiato deposicional, o bien porque
los terrenos fueron erosionados borrando todo rastro del Trías Medio y Superior. Las
potencias de los paquetes de arenisca son variadas, así como su composición, tamaño de
grano, compacidad, etc. Estos paquetes se encuentran separados unos de otros por
arcillas, limos, o por hard grown, que les confieren poca continuidad vertical y por
consiguiente potencia escasa. La demanda hoy día sigue siendo importante, a pesar de
que los gruesos sillares antiguos se han sustituido en las fachadas, por placas
superficiales que los imitan, dando ese aspecto antiguo y señorial deseado.

En cuanto a las estructuras sedimentarias, aparecen paleocanales rellenos de


sedimentos y gravas, ripples de corriente, y otros que parecen ser eólicos, hard grown,
abanicos, debris flow, llanuras de inundación, etc…

Los datos aportados por el IGME, y que han sido en los que se han basado las
columnas de las figuras 12, 13 y 14, muestran calizas dolomitizadas que no se han
podido encontrar.

23
Capítulo 1 Generalidades

Figura 12.- Columna realizada junto a las fuentes medicinales de Marmolejo, siguiendo los datos del
mapa del IGME de Montoro, y que allí denomina C-1. Comprende materiales de edades triásicas y
miocénicas. La columna tiene como muro el paleozoico, representado en esa zona por el carbonífero
y como techo el mioceno

Figura 13.- En esta columna se representan dos cortes, uno de los conglomerados triásicos en el cruce
de la carretera que va de Montoro a Villa del Río, con la que une Marmolejo y la Venta de Cardeña,
y otro segundo de arcosas con el mioceno de techo. Tomando como fuente descripciones de la Hoja
Geológica de Montoro y la serie C-2.
24
Capítulo 1 Generalidades

Figura 14.- Columna idealizada del triásico de Montoro, a partir de los datos aportados por el
Informe sedimentológico del Mapa Geológico de Montoro, con mioceno en el techo, y el muro unas
veces discordante sobre el carbonífero y otras sobre el devónico.

Figura 15.- Contacto de la base de


conglomerados del permo-trías, con la
alternancia de paquetes de areniscas y
arcillas.

25
Capítulo 1 Generalidades

11.- Antecedentes.

Se ha trabajado mucho sobre las propiedades de los grandes monumentos de


España y Andalucía, en concreto se han redactado tesis muy detalladas sobre catedrales
y conjuntos históricos, (Villegas, 1989; García, 1985; Alcalde, 1989 etc…). Existen
estudios de caracterización, mineralógicos y sedimentológicos de las areniscas del
Trías, los más cercanos del noreste de Jaén y Albacete, (Vera y López-Garrido, 1971;
Gil, Fernández y López-Garrido, 1987), pero ninguno de esos trabajos se aproximan a
la zona de Montoro. Existe un vacío respecto a sus características mineralógicas y
petrográficas, así como su comportamiento y alterabilidad en la obra civil.

No existe ningún estudio publicado sobre la arenisca roja que nos ocupa. Existen
pequeñas monografías desde un enfoque sociocultural, o geográfico, (Rosa Gito, 1995 y
Casado y Concheso, 2004), todo el mundo la nombra, pero es una “gran desconocida”.
Existen muchos artículos sobre edificios desde una visión histórico arquitectónica, por
ejemplo (Clementson, 1994; Lope, 1999; Delgado, 1994; Olmedo, 2006; Moreno, 2005
etc…). Se cree necesario este trabajo para llamar la atención sobre construcciones muy
deterioradas, que esperan pacientemente prometidas restauraciones que nunca llegan,
como el Puente Romano de Villa del Río y, como exponen en su artículo Casado y
Concheso (2004), realizar unas propuestas de gestión y puesta en valor de la Piedra
Molinaza.

Existen amplios estudios sedimentológicos y petrográficos de los afloramientos


de esos materiales en otras zonas de España, los más cercanos de la zona de Chiclana y
Alcaraz, pero ninguno sobre las alteraciones y su aplicación a la conservación del
patrimonio, sus métodos de defensa y restauración. Los estudios existentes han servido
de orientación geológica para extenderlos más al oeste donde quizá por lo incompleto
de la serie y por su carácter más alejado no era un centro de interés.

Sobre alteraciones últimamente se han efectuado investigaciones sobre los


distintos materiales empleados en la construcción. Existen trabajos realizados sobre
areniscas y tesis, que han servido de ayuda en cuanto a la metodología empleada y al
enfoque científico dado al estudio. (e.g. Villegas, 1989; Zoghlami, 2003, etc.). Cada
roca o material presenta unas características propias que lo hacen diferente en cuanto a
comportamiento físico-químico, por ello se hace necesario conocer las características
particulares del material para establecer la estrategia de restauración y de conservación
del objeto de estudio, para poder obtener resultados eficaces y resolver los problemas
planteados al comienzo de la investigación.

26
Capítulo 1 Generalidades

12.- Principales canteras y canteras tradicionales de la zona.

Se han estudiado en una serie de afloramientos donde existen indicios de haber


servido como canteras para algunos edificios de la comarca y en canteras que se usan en
la actualidad.

La cantería tradicional obtenía la piedra de los alrededores de la construcción


que se iba a realizar, por ello es normal encontrar pequeños afloramientos de los que se
ha sacado el volumen necesario para su uso en la obra, al final de ella dejaban
abandonada la explotación. No es raro encontrar pequeñas canteras a lo largo de toda la
sierra de Montoro, en cortijos o molinos, es curiosa su disposición a veces a lo largo de
las curvas de nivel siguiendo los afloramientos de la roca que aportaban el material y
sustentación a las cimentaciones.

Disponemos de algunos documentos históricos sobre el uso de las canteras, de su


forma de explotación y de las preferencias que el usuario ejercía. Aunque se conoce a
esta piedra como molinaza roja, en realidad se prefería la piedra lo más clara posible, y
en las primeras investigaciones han sido estas piedras más claras las que suelen ofrecer
mayor resistencia.

En todas las canteras que se han estudiado, se han realizado “Estaciones


Geomecánicas” para obtener una primera aproximación sobre la caracterización y
calidad del macizo rocoso. A todos esos datos se les han dado tratamiento informático y
se ha procurado tomar muestras para ensayar e intentar determinar la procedencia de la
piedra empleada en los distintos monumentos.

Las canteras estudiadas han sido:

Curva del Cañaveral. De la carretera Nacional 420 de Villa del Río a Cardeña en
el kilómetro nº 50,6, se encuentra una pequeña excavación con localización de
coordenadas UTM X=388.200; Y=4209683; Z=217 m, de la que se han extraído las
muestras que a lo largo del trabajo identificaremos como OSO, para diferenciarlas de
las procedentes de un lugar llamado Cañaheral. Posiblemente el material de esta cantera
se emplease para alguna cortijada o casa de Villa del Río. Por encima de la cantera
existe una antigua trinchera de la Guerra Civil, que domina la subida a la sierra desde el
valle. Término municipal de Montoro.

Cantera de Santa Inés. El material es de colores más claros y se llega a ella por
la carretera de la Aragonesa que va desde Villa del Río a San Julián, a través del camino
de la derecha que sale al llegar al cortijo de Santa Inés. Desde el cortijo de Santa Inés
hasta la cantera, parte del trayecto se hace por una antigua calzada Ibérica. La
localización UTM es X=390456; Y=4210683 y Z=218 metros de altura. En esta cantera
se han tomado muestras que se han denominado como INÉS. De esta cantera proceden
las piedras de la conocida casa de las columnas de Villa del Río. Término municipal de
Marmolejo.

Cantera de la Aragonesa. En ella está documentada la extracción de material


para el puente llamado “de hierro” de Villa del Río, y casi con toda seguridad por su
fecha de ejecución, coincidente con la construcción de la Iglesia de la Inmaculada y la
casa familiar de la calle Alta 44, puede ser que también procediesen de esas canteras la

27
Capítulo 1 Generalidades

piedra utilizada para su construcción. Su localización UTM es X=389631; Y=4209600


y Z=210 metros. El acceso se realiza a través de la carretera anterior que nos llevaba a
Santa Inés, un poco antes, por la entrada al Castillo de la Aragonesa construido de esa
misma piedra. Durante su explotación fue propiedad de D. Enrique Cerezo al menos en
torno a los años 1900, en los que se realizaron las obras citadas. A las muestras de esta
cantera se le ha dado el nombre de ARA. Término municipal de Marmolejo.

Cantera del Cortijo de la Monjas. En la actualidad se encuentra sellada y


restaurada. Por la actual carretera que va de Montoro a Cardeña, en el Kilómetro 5,5.
Sus coordenadas UTM son X=379456; Y=4213908 y z=319 metros. Término municipal
de Montoro.

Desde el Restaurante “El Risquillo”, a unos dos kilómetros al norte por la vía de
servicio de la anterior carretera en dirección a Cardeña, a unos dos kilómetros se
encuentra el cortijo de “Calcula”, donde existe una cantera que hasta hace un par de
años se encontraba en uso, de ella hemos tomado muchas de las muestras de alteración.
Sus coordenadas UTM son X=379200; Y=4214700 y Z=315 metros. Las muestras se
han llamado MAD. Término municipal de Montoro.

Loma del Cañaheral. Se trata de una cantera muy antigua, situada sobre la loma
que da nombre a la cantera. Esta cantera cuenta con la peculiaridad de que en sus
alrededores no existen otros afloramientos de piedra “molinaza”, por lo que su
importancia radica en que tuvo que ser una cantera que abasteció a todos las
edificaciones de la zona en un amplio radio. El cortijo allí situado pasa por ser uno de
los más antiguos de la comarca. Las muestras de allí han sido denominadas como
CAÑA. Sus coordenadas UTM son las siguientes: X=375550; Y=4214500 y Z=353
metros. En ese punto se encuentra un vértice geodésico de 373 metros de altura.

Cantera del Arroyo Andujar. Hoy día soterrada y sólo se tiene conocimiento de
ella a través de unas fuertes lluvias que dejaron al exterior un afloramiento y una fuente
con signos árabes y romanos. Su importancia radica por ser posiblemente de época
romana y encontrarse muy cerca del Puente Romano de Villa del Río, y en la misma
orilla del Guadalquivir que éste, por lo que pudo ser la cantera original de la que se
extrajeron los sillares del Puente Romano, según nos cuenta el investigador Villarrense
Francisco Pérez Daza. Coordenadas UTM; X=389440; Y=4207850 y Z=180 metros.
Término municipal de Marmolejo.

Canteras del balneario de Marmolejo, junto al arroyo de “Las Graíllas”, utilizada


para la construcción del puente allí existente sobre el Guadalquivir, y algunas
edificaciones de Marmolejo, entre ellas el Nuevo Hotel Balneario. Su acceso es por el
mismo balneario de Marmolejo. Nombre de muestras MAR. Coordenadas UTM
X=396600; Y=4213200; y Z=185. Término municipal de Marmolejo.

Justo enfrente al otro lado de la carretera y con entrada por un enorme eucalipto
allí existente, hay otra cantera de la que se extrajo piedra para el Nuevo Hotel Balneario.
Allí fue donde originalmente se quería colocar el Hotel. Muestras BAL. Coordenadas
UTM X=395850; Y=4212700 y Z=190 metros. Término municipal de Marmolejo.

Junto a la planta embotelladora de aguas “La Paz” de Marmolejo existe otra


pequeña cantera de la que se extrajo piedra posiblemente para algún otro cortijo de la

28
Capítulo 1 Generalidades

sierra, tal vez el Ecijano o Las Prensas. Muestras PAZ. Coordenadas X=393700;
Y=4213980; Z=265 metros. Término municipal de Marmolejo.

Se han tomado muestras del Molino de la Garabitera, al que se accede por la


nacional 420 Villa del Río- Cardeña, por una salida a la derecha en el kilómetro 53,400.
Estas muestras se han denominado como GARA. Junto debajo del molino, se encuentra
la explanada de la que se extrajo la piedra para su construcción. Sus coordenadas UTM
son: X=389900; Y=4211475; y Z=210 metros. Término municipal de Montoro.

En el Arroyo Escobar de Andujar existe una pequeña cantera o extracción de


piedra, posiblemente relacionada con algún tipo de obra pública

Cada cortijada, cada molino de la sierra, cada lagar, cada casona, dispone de su
propia cantera de la que se abastecieron para su construcción, y a su vez esas canteras
servían para ceder piedra a aquellos lugares cercanos donde por algún motivo no existía.

Podemos hablar acerca de la ubicación de los mejores cortijos de la sierra, que


están situados en la cota a la que aparece el afloramiento de areniscas. Así por ejemplo
en la zona de la Aragonesa y toda la hoz que allí hace el río Guadalquivir, la cota de
afloramiento se encuentra cercana a los 200 metros, y se hallan, el cortijo de Santa Inés,
el Castillo de la Aragonesa, Verdizales, El Molino de la Garabitera, y otras muchas
construcciones que surgen en esa que podíamos denominar “cota mágica 200”, donde
aflora el material. Este material presenta un comportamiento acuitardo, que
complementando a los aljibes de lluvia abastecía a las cortijadas de la sierra; de ahí su
ubicación: material de construcción cercano y abundante, y existencia de agua.

Las canteras citadas, se encuentran representadas en la figura 16.

29
30
Capítulo 1

Figura 16.- Localización de las principales canteras sobre las que se ha trabajado, en rojo sobre la figura, con la leyenda al margen. Cuatro en el término
municipal de Montoro y cinco en el término municipal de Marmolejo. (Mapa base. Hoja Montoro. Instituto Geográfico Nacional: Escala 1:50.000)
Generalidades
Capítulo 1 Generalidades

13.- Conclusiones.

- El término molinaza es un localismo de la comarca del Alto Guadalquivir.


- Dicho término proviene de su utilización como piedra abrasiva, piedra de
muela.
- La coincidencia de eventos catastróficos, con intensa actividad geológica
durante el Permo-Trías, pudieron provocar un cambio climático global
natural que contribuyó a la formación de la “molinaza” en todo el mundo.
- A la piedra molinaza se la puede datar como Permo-Trías, de la formación
Buntsandstein, Trías Germánico.
- La serie estratigráfica se encuentra incompleta, discordante unas veces sobre
el Devónico y otras sobre el Carbonífero.
- La cantería tradicional extraía los bloques de los alrededores de las
construcciones.
- Las canteras en la actualidad se encuentran cerradas y abandonadas,
permaneciendo sólo una cantera en explotación.
- Existen pocos antecedentes de estudios sobre la piedra molinaza, por lo que
este tipo de trabajos se hace necesario para avanzar sobre la investigación del
patrimonio, la puesta en valor de la roca y potenciar turísticamente la
comarca.

31
Capítulo 1 Generalidades

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35
Capítulo 1 Generalidades

36
Capítulo 2 Climatología

Climatología

37
Capítulo 2 Climatología

CLIMATOLOGÍA

1.- Introducción 39
1.1. Niveles de estudio 40
1.2. Objetivos 40
2.- Materiales y métodos 40
2.1. Registro meteorológico 40
2.2. Período óptimo de medidas 41
2.3. Temperatura 41
2.4. Precipitación 42
2.5. Humedad 42
2.6. Número de horas de sol 42
2.7. Vientos dominantes 43
3.- Resultado 43
3.1. Temperatura 43
3.2. Precipitación 44
3.3. Humedad 44
3.4. Número de horas de sol 44
3.5. Vientos dominantes 45
4.- Discusión 49
4.1. Interpretación de la rosa de los vientos del observatorio de 54
Córdoba- Aeropuerto
5.- Conclusiones 55
6.- Bibliografía 56

38
Capítulo 2 Climatología

1.- Introducción.

La meteorización es la respuesta de los materiales (en equilibrio dentro de la


litosfera) a nuevas condiciones climatológicas al entrar en contacto con la atmósfera, la
hidrosfera y la biosfera (Reiche, 1950). Una gran parte de las rocas que han estado
sometidas a elevadas presiones y temperaturas en ausencia de aire y de agua, al aflorar
en superficie, tienen que buscar el equilibrio con presiones de una atmósfera,
temperaturas mucho menores y presencia de aire y de agua, que son las condiciones
existentes en el contacto litosfera-atmósfera (Carroll, 1970). De la definición de Reiche
(1950), se deduce que el clima ejerce una influencia fundamental en los procesos de
meteorización. Estas circunstancias se reflejan claramente en los diagramas de Peltier
(1950) y Wilson (1968) en los que se relacionan los procesos de meteorización con las
variaciones de precipitación y temperaturas medias anuales (Gutiérrez, 2008).

Según la fórmula más ampliamente aceptada, el clima de una localidad queda


definido por las estadísticas a largo plazo de caracteres como la temperatura, la
humedad, el viento, la precipitación, etc., en dicha localidad. El tiempo meteorológico
es el estado de la atmósfera en un lugar y momento determinados.

El clima de una región resulta del conjunto de condiciones atmosféricas que


tienen lugar normalmente en ella a lo largo de los años (Aguiló et al., 1995).

En este trabajo es importante e imprescindible el estudio del clima, ya que es el


motor de todos los procesos tanto físicos como químicos que actúan sobre la superficie
de la roca.

El clima condicionó en su día las características de la piedra “molinaza”, y hoy


determina la actuación y el desgaste de la atmósfera sobre ella. Las temperaturas y la
humedad afectan a la velocidad de las reacciones químicas, al estado del agua y a los
componentes biológicos que colonizan la roca. En ambientes más secos, la
meteorización más importante es la física, ya que la diferencia de temperaturas y el
viento que actúa sobre la roca desnuda por la falta de vegetación se imponen ante la
meteorización química y biológica. No obstante, algunos procesos como la
meteorización salina son de tipo físico-químico y esta lleva implícita la disolución y
precipitación de sales de elevada solubilidad, la posterior rotura de la roca (Cooke et al.,
1993), la formación de óxidos de hierro (Cornell & Schwermann, 2003) y la
movilización de sílice y alúmina en medios alcalinos (Smith, 1994), entre otros.

Se ha de destacar la importancia de la topografía, y sobre todo la accesibilidad


de la roca a los agentes atmosféricos, pues la insolación o su disposición en obra van a
afectar al deterioro del material estudiado.

39
Capítulo 2 Climatología

1.1.- Niveles de estudio.

Los estudios climáticos pueden realizarse en tres niveles distintos, y todos ellos
actúan conjuntamente sobre la roca:

• Macroclima es el clima general, que abarca las grandes regiones y zonas


climáticas de la tierra y que afectará a la comarca de forma general.
• Mesoclima es el clima modificado de forma local por diversos aspectos del
paisaje: el relieve, la altitud, las ciudades, etc. Afecta de forma distinta a
determinadas zonas de la comarca (como sierra y campiña), debido a aspectos
como diferente altitud y variación de humedad entre ambas.
• El microclima está determinado por el conjunto de características especiales que
adquiere el mesoclima bajo condiciones muy restringidas. Afectará de manera
diferente a la roca por su disposición en distintas partes del edificio, interior o
exterior, parte basal o parte alta, etc.

La macroclimatología y la microclimatología son las dos áreas más desarrolladas


y el principal criterio que las distingue es la representatividad. La climatología general o
macroclimatología se basa en criterios y datos procedentes de estaciones
representativas, mientras que las observaciones efectuadas en puntos no representativos
caen dentro del dominio de la microclimatología (Aguiló et al., 1995).

1.2.- Objetivos.

Los objetivos de este capítulo son:

• Identificar las características climáticas de la zona de Montoro (Córdoba).


• Comparar dichas condiciones con las del pasado.
• Estudiar y comprender el medio de formación y los procesos de alteración que
ha experimentado la roca.

2.- Materiales y métodos.

2.1.- Registro meteorológico.

Los datos obtenidos se corresponden a dos estaciones: una de segundo orden o


termopluviométrica y otra completa o de primer orden. Entre los aparatos empleados en
estas estaciones están: termómetros de máximas y mínimas, pluviómetros de registro
continuo, higrómetros y anemómetros. Se describirán las características de las dos
estaciones empleadas para el muestreo de datos, así como su importancia.

La estación más representativa de la zona es la de Montoro (estación de segundo


orden) que ha suministrado las temperaturas y precipitaciones en un intervalo de treinta
años. Se encuentra situada a 195 m. sobre el nivel del mar, y sus coordenadas son:
longitud 422522 W, latitud 380140 N. La segunda estación es la de “Córdoba
aeropuerto” (estación completa), cuyas coordenadas son; longitud 451020 N, latitud
375040 N, altitud 91 m. Esta última estación es menos representativa por su distancia de
la zona y estar influenciada por características geográficas, topográficas y

40
Capítulo 2 Climatología

mesoclimáticas, que podrían afectar el resultado. Por dicha razón, se ha hecho una serie
de correcciones empíricas basadas en la observación y en la experiencia. En algunos
casos, al no tener datos de una estación, han tenido que ser extrapolados de otra, como
es en el caso de: humedad, nubosidad, dirección del viento predominante, velocidad y
ocurrencia. Al no haber datos en Montoro, se han tomado los obtenidos en Córdoba
como los más precisos.

Los datos se recibieron en formato de texto continuo, y se convirtieron en tablas


con Excel. Luego se han procesado para su análisis y estudio definitivo.

2.2.- Periodo óptimo de medidas.

Dependiendo del tipo de estudio a realizar, la O.M.M (Organización


Meteorológica Mundial) en 1935 recomendó estudiar un periodo uniforme de treinta
años, que posteriormente fue actualizado a la tabla 1.
Tabla 1.- Recomendaciones para lograr la representatividad de un clima para cada uno de los
parámetros atmosféricos, en relación con la región geográfica que se encuentre.

Periodo óptimo de años


Elemento Islas Costas Llanuras Montañas
Temperatura 10 15 15 25
Humedad 3 6 5 10
Nubosidad 4 4 8 12
Visibilidad 5 5 5 8
Precipitación 25 40 40 50

Al estar prácticamente en una llanura (las diferencias de cotas no son muy


importantes), según la tabla los datos deberían provenir de series: de temperatura de
unos 15 años, humedad de 5, nubosidad de 8, visibilidad de 5 y precipitación de 40.

2.3.- Temperaturas.- Las características climatológicas más importantes, por su


influencia en todos los procesos que afectan a la roca, son la temperatura del aire y la
humedad.

La temperatura se midió en garita meteorológica estándar con termómetro de


mercurio para máximas y mínimas, así como mediante termohidrógrafo Bedford de
registro continuo de temperaturas. Las medidas corresponden a un periodo superior a 30
años:

- Temperatura máxima diaria, temperatura mínima diaria, temperaturas


máximas y mínimas mensuales, temperaturas máximas y medias anuales.

Entre las medias:

- Temperatura media diaria, temperatura media mensual, temperatura media


mensual de las máximas, temperatura media mensual de las mínimas,
intervalo diario de temperaturas, intervalo anual de temperaturas, diferencia
entre la media del mes más cálido y el mes más frío.

41
Capítulo 2 Climatología

Se han medido otros tipos de parámetros:

- Periodo libre de heladas, estación media libre de heladas, temperatura


nocturna efectiva, temperatura diurna efectiva.

2.4.- Precipitación.

La precipitación se define como el agua, tanto en forma líquida como sólida, que
cae sobre la superficie terrestre. La precipitación viene siempre precedida por
fenómenos de condensación y evaporación o por una combinación entre los dos.

Se trata de uno de los caracteres más definitorios de un clima y es el factor que


controla el ciclo hidrogeológico. La toma de datos se realizó con pluviómetro estándar
de 200 cm2 de sección, así como con pluviógrafo estándar de registro continuo, con
control de intensidad y cantidad de lluvia. Se ha realizado para un periodo de tiempo
superior a 30 años. Se han determinado principalmente.

Promedios:
- Media mensual, media anual, media de las máximas y mínimas anual o
mensual, número medio mensual de días de lluvia, número medio anual de
días de lluvia, precipitación anual media, valores extremos de los módulos
pluviométricos.

2.5.- Humedad.

Se entiende por humedad atmosférica, la cantidad de vapor de agua contenido en


el aire. Se trata de un carácter climatológico de primera magnitud muy relacionado con
todos los demás.

Las medidas se han realizado mediante diferencia entre termómetro seco y


húmedo, así como con higrómetro estándar. Los datos empleados son de la estación de
Córdoba aeropuerto (para un periodo superior a 30 años).

2.6.- Radiación solar - Número de horas de sol.

La radiación solar es el proceso de transmisión de energía por medio de ondas


electromagnéticas y el modo por el cual llega la energía solar a la tierra. Su intensidad
depende de la latitud, altitud, nubosidad y pendiente. Se ha medido mediante Heliógrafo
Negretti & Zambra. Su importancia radica en la capacidad que tiene la radiación para
incrementar las variaciones de temperatura entre las máxima y mínimas diarias, así
como para evaporar y extraer el agua con sales disueltas del interior de los sillares.

Dado que es reducido el número de estaciones que disponen de instrumentos de


medida de la radiación que llegue a nivel del suelo, no queda más remedio que estimarla
empíricamente referida a la bibliografía.

42
Capítulo 2 Climatología

2.7. Vientos dominantes.

Se empleó una torreta de viento Vaisala a 10 metros de altura para medir


intensidad y dirección de vientos. Es importante ya que va a repercutir en el desgaste
físico y químico de la roca, por una parte por el golpeteo incesante de las gotas de agua
y partículas sólidas sobre la superficie, y por otra al ser siempre en los edificios en la
cara que da a los vientos dominantes la que más agua recibe, y la que va a sufrir más los
procesos en que ésta interviene.

Se calcularon las rosas de los vientos dominantes en la estación de Córdoba


Aeropuerto en cada uno de los meses del año, y la anual.

3.- Resultados.

3.1.- Temperatura.

Con los valores tomados de una serie de 30 años en la estación de Montoro, se


pueden extraer los resultados que se exponen a continuación.

La temperatura media anual para el período 1975-2004 ha sido de 17,92 ºC, con
unas temperaturas medias de las mínimas de 11,04 ºC y una temperatura media de las
máximas de 24,81 ºC, obteniendo así una amplitud media anual de 13,77 ºC.

Las temperaturas medias máximas de los meses más cálidos han sido de 41,03
ºC en julio y de 40,8 ºC en agosto. Las temperaturas medias mínimas de los meses más
fríos han sido de 1,13 ºC en diciembre y de 1,57 ºC en enero. Otro dato también
reseñable es la media de los días de helada para el período estudiado, estableciéndose en
7,5 días.

Para dicho periodo ha habido un total de 12 días con temperaturas por debajo de
-5ºC, y de 535 días por debajo de los 0ºC, ha habido una media de más de 17 días por
debajo de 0ºC al año.

Los días con temperaturas superiores a los 25ºC (en 1975-2004) han sido 4789
días, lo que supone 159 días de media al año. Han superado los 30ºC 3166 días, lo que
arroja una media de 105 días al año.

La diferencia media anual entre las temperaturas máximas y mínimas del mes
ronda los 24,5ºC diarios, con rangos de diferencia entre los meses más fríos y los más
cálidos del orden de 32 a 33º C

3.2.- Precipitación.

De los valores extraídos de una serie de 30 años en la estación de Montoro, se


pueden deducir las conclusiones que se exponen a continuación.

43
Capítulo 2 Climatología

La precipitación media anual del período 1975-2004 ha sido de 565,3 mm/año,


con una variabilidad muy acusada para la zona entre años secos y años hiperhúmedos
(Figura 1).

PRECIPITACIÓN MEDIA ESTACIÓN DE MONTORO (CÓRDOBA)

PERÍODO 1975-2003
2
mm/m
mm/m2
1200

1000

800

600

400

200

0
1975

1976

1977

1978

1979

1980

1981

1982

1983

1984

1985

1986

1987

1988

1989

1990

1991

1992

1993

1994

1995

1996

1997

1998

1999

2000

2001

2002

2003
años
Fuente: Instituto Nacional de Meterología

Figura 1.- Precipitación anual recogida en la estación de Montoro. (Córdoba).

3.3.- Humedad. (Relativa).

En la tabla 2 se han reflejado las humedades medias mensuales y medias anuales


correspondientes a la estación “Córdoba Aeropuerto” para un periodo de 30 años, de las
cuales faltan datos de los años 1982 al 1985.

Tabla 2.- Humedades medias mensuales y medias anuales de la Estación Córdoba Aeropuerto.

E F M A Media M J J A S O N D
Anual
Humedades medias 76.42 71.69 64.81 61,07 56,77 49,92 44,11 45.44 53.00 66.85 74.03 79,38 61.95

3.4.- Número de horas de sol.

Según los datos obtenidos en la estación “Córdoba Aeropuerto” en el periodo de


30 años del 1975 al 2005, (con diez de ellos incompletos 1975-81-82-83-84-85-86-87-
89 y 97 y 2005 al faltar los datos de algunos meses), las medias son: 128.85 días
despejados, 171.76 días nubosos y 64.71 días cubiertos.

Si el mismo cálculo se hace de idéntico periodo, considerando los meses de los


que se disponen los datos completos de cada año, se tendrán los siguientes valores, para
cada uno de los meses del año. Tablas 3, 4 y 5.

44
Capítulo 2 Climatología

Tabla 3.- Días nubosos y cubiertos para el periodo de tiempo estudiado.

Nubosidad media mensual en días E F M A M J J A S O N D


Nubosos 12,44 12,57 16,5 16,4 18,3 14,51 9,88 11,62 16,25 16 13,79 13,64
Cubiertos 8,12 7,11 6,07 7,18 5,81 2,29 0,56 0,88 2,33 7,33 6,54 9,88

Tabla 4.- Insolación Potencial media diaria de los distintos meses del año en horas para la zona
de Montoro.

E F M A M J J A S O N D
8.5-9.5 9.5-10.5 10.5-11.5 11.5-12.5 13.5-14.5 13.5-14.5 13.5-14.5 12.5-13.5 11.5-12.5 9.5-10.5 8.5-9.5 8.5-9.5

Tabla 5.- Máxima insolación mensual posible en horas, para las mismas latitudes de 30 y 40º según
Dunne y Leopold, (1978), y extrapolando esos resultados a 38º.

E F M A M J J A S O N D
30 324 314 370 388 425 420 430 410 370 353 320 316
40 303 300 370 400 445 450 455 425 375 345 300 290
38 307 303 370 400 441 441 450 422 374 347 304 295

3.5.- Vientos dominantes.

Las rachas de viento máximas rondan entre los 18 y los 22 km/h, aunque pueden
encontrarse dentro del periodo de investigación realizado, rachas de 126 km/h en el año
1989, 96 km/h en el 97, etc…

Los vientos dominantes se encuentran representados en las rosas de las figuras 2,


3 y 4.

45
Capítulo 2 Climatología

N N
NN 20 NNE NN 20 NNE
NW 15 NE NW 15 NE
10 10
WNW ENE WNW ENE
5 5
W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Enero Febrero

N N
NN 15 NNE NN 15 NNE
NW 10 NE NW 10 NE

WNW ENE WNW ENE


5 5

W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Marzo Abril

N N
NN 20 NNE NN 25 NNE
15 20
NW NE NW NE
15
10
WNW ENE WNW 10 ENE
5 5
W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Mayo Junio

Figura 2.- Dirección de los vientos dominantes para la estación Córdoba Aeropuerto: Enero- Junio.

46
Capítulo 2 Climatología

N N
NN 25 NNE NN 25 NNE
20 20
NW NE NW NE
15 15
WNW 10 ENE WNW 10 ENE
5 5
W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Julio Agosto

N N
NN 20 NNE NN 15 NNE
NW 15 NE NW NE
10
10
WNW ENE WNW ENE
5
5
W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Septiembre Octubre

N N
NN 20 NNE NN 20 NNE
NW 15 NE NW 15 NE
10 10
WNW ENE WNW ENE
5 5
W 0 E W 0 E

WSW ESE WSW ESE

SW SE SW SE
SSW SSE SSW SSE
S S

Noviembre Diciembre

Figura 3.- Dirección de los vientos dominantes para la estación Córdoba Aeropuerto: Julio- Diciembre.

47
Capítulo 2 Climatología

Con los datos obtenidos en dicha estación, se puede interpretar que los vientos
dominantes en los meses más fríos: enero, febrero, noviembre y diciembre, suelen venir
del E y del ENE. En los meses más cálidos: de abril a septiembre, los vientos
predominantes son SW, WSW y W, durante marzo y octubre puede considerarse que
existe un condominio entre ambas direcciones. Durante todo el año las precipitaciones
atlánticas provienen del W, penetran por el Valle del Guadalquivir y acceden a toda la
comarca.

N
NN 15 NNE

NW NE
10

WNW ENE
5

W 0 E

WSW ESE

SW SE

SSW SSE
S

Vientos anuales

Figura 4.- Dirección de los vientos dominantes para la estación Córdoba Aeropuerto: Anual.

Extrapolando a la zona en estudio y observando la rosa de los vientos anual, se


podría decir que los vientos dominantes son los que provienen del W, los de más
energía y los que aportan la pluviosidad, por lo que es fácil encontrar un mayor desgaste
en las fachadas de los edificios expuestos a esas orientaciones, donde se conjunta agua e
insolación. En invierno son escasos los vientos fríos del norte que aportan heladas sobre
las fachadas orientadas en esa dirección.

48
Capítulo 2 Climatología

4.- Discusión.

Estas temperaturas y precipitaciones sitúan la zona en el dominio climático


mediterráneo-continentalizado, en una zona de transición entre el mediterráneo
subtropical con influencias oceánicas muy atenuadas y el continental con matiz de
montaña de la zona de Ossa Morena. La precipitación se sitúa entre 750 y 500 mm. En
esta zona el relieve no contribuye a potenciar la acción de las perturbaciones frontales
atlánticas, produciéndose un volumen menor de lluvias comparado con las sierras. La
apertura y cercanía al Atlántico determina que las precipitaciones no sean en ningún
caso exiguas.

Andalucía presenta una gran diversidad en los totales pluviométricos, que es


compatible con la existencia de un régimen de precipitaciones que muestra rasgos
comunes para toda la región. El primero de estos rasgos es el intenso déficit hídrico
estival, que afecta prácticamente por igual a todo el territorio, de forma tal que en
ningún caso las precipitaciones estivales alcanzan el 6% de las anuales, siendo su
porcentaje normalmente inferior al 3%.

Es también una nota dominante en la región, el predominio de las


precipitaciones invernales frente a las del otoño o la primavera, como consecuencia de
la presencia frecuente de vaguadas en la corriente en chorro y del vigor que alcanzan las
perturbaciones del frente polar.

Las estaciones equinocciales presentan un comportamiento más variado y


pueden establecerse dos grandes conjuntos: el ámbito interior, en el cual el trimestre
más lluvioso del año es el comprendido por los meses de enero, febrero y marzo,
marcándose así la importancia de la primavera como segunda estación más lluviosa del
año después del invierno, y el ámbito que podríamos denominar periférico, en el cual el
otoño ocupa un papel más relevante, siendo el trimestre más lluvioso del año el
constituido por los meses de noviembre, diciembre y enero. Dentro de este segundo
conjunto cabe distinguir además el ámbito mediterráneo, en el cual el peso del otoño es
particularmente relevante. En él las precipitaciones otoñales totalizan aproximadamente
el 30% del total anual, en tanto que en el dominio atlántico es el invierno el que
predomina con claridad al totalizar más del 40% de las lluvias anuales. (Fuente
Consejería de Medio Ambiente Junta de Andalucía).

El índice de humedad resultante del cociente entre la precipitación anual media,


expresiva del aporte de agua en la región y la evapotranspiración potencial media anual,
que reflejaría la demanda de agua ejercida por el medio y que estaría determinada
básicamente por la temperatura, en nuestra zona se sitúa en 0.6-0.9. La existencia de
meses con valores de precipitación inferiores a los de ETP no impide que se produzcan
excedentes en algunos meses del año, siendo estos excedentes los que alimentan la
escorrentía. A pesar de ello se registran déficit de agua en la estación estival y existen
meses en los que la ETP supera a la precipitación (tabla 6), lo que de nuevo pone de
manifiesto el carácter absolutamente definitorio de la sequía estival en el clima andaluz.

49
Capítulo 2 Climatología

Tabla 6.- Ficha hídrica de Villa del Río, según el modelo de Thornthwaite. Fuente SINAMBA.
Agenda 21 local.

La intervención de factores del clima como la latitud subtropical en la que se


encuentra esta zona y la abundancia de situaciones anticiclónicas sobre la región,
determina la existencia en Andalucía de una insolación muy elevada. Todo el valle del
Guadalquivir y los espacios costeros con excepción del área del estrecho de Gibraltar,
superan las 2800 horas de sol al año. Estos altos valores de insolación asociados al
elevado ángulo de incidencia de los rayos solares en estas latitudes tan bajas,
determinan también valores elevados de recepción de radiación solar, que superan los 5
Kw/h/m2. (Fuente Consejería de Medioambiente de la Junta de Andalucía).

50
Capítulo 2 Climatología

Con las variables estudiadas y trabajando con los diagramas de Peltier (1950),
que utiliza dos parámetros climáticos (la temperatura media anual y la precipitación
total anual) para establecer la relación de los mismos con cinco procesos
geomorfológicos, tales como: meteorización química, acción de las heladas,
meteorización total, erosión pluvial, y acción del viento, se han obtenido los siguientes
resultados. Fig. 5 a 10).

Figura 5.- En la figura puede verse que para los


valores medios se obtiene una meteorización química
débil, pudiendo llegar para años más lluviosos, a
meteorización moderada. En determinados
microclimas, como zonas de humedades en edificios,
puede haber una meteorización intensa.

Figura 6.- En la figura, se puede ver que para los


valores determinados la acción de las heladas es
ausente o insignificante.

Figura 7.- En la figura de regiones de meteorización, se


puede observar como la zona es de meteorización muy
débil, aunque en regímenes más húmedos se llegaría a
moderada. Si se consideran factores intrínsecos a la
propia roca, como su porosidad y el acceso de las aguas
freáticas a las zonas más bajas de los edificios, la
meteorización química se haría más intensa. Hay que
tener en cuenta que determinadas zonas del edificio
están sometidas a una acción permanente de las aguas
por capilaridad.

51
Capítulo 2 Climatología

Figura 8.- En la siguiente figura se observa que la


erosión pluvial alcanza una importancia moderada,
pudiendo llegar algunos años a máxima. La erosión
pluvial se ve minimizada por efecto de la verticalidad
de las construcciones, siendo mayor en la cara que
azota el viento y menor en la contraria.

Figura 9.- La acción del viento es máxima, aunque


minimizada por los escasos materiales que puede
encontrar para aumentar su fuerza erosiva. Sí influye
como agente colaborador de la lluvia, ejerciendo su
influencia sobre la cara que azota.

De todo este análisis, Peltier propone


nueve regiones morfogenéticas, que se
diferencian por un conjunto de procesos
geomorfológicos característicos.

Figura 10.- Para los valores determinados, se obtiene


una región morfogenética Semiárida a partir de la
intensidad relativa de los anteriores procesos
geomorfológicos.

Las diferenciaciones que efectúa Peltier son muy cualitativas y bastante


subjetivas (Derbyshire, 1973).

52
Capítulo 2 Climatología

Embleton y Thornes (1979) relacionan los diferentes tipos de alteración


predominante y su intensidad en función de la temperatura y precipitación de la región,
para dar en dichos diagramas: alteración química baja, alteración física muy baja y
alteración físico- química muy baja, pero cercana a moderada, con un grado más de
humedad. En los diagramas de Cooke y Doornkamp (1990) muy similares a los de
Peltier, se obtiene para las mismas variables y resultados una escasa meteorización
química.

Wilson (1968) llama la atención sobre la variación de la temperatura y


precipitación a lo largo del año (que denomina estacionalidad), y la influencia que tiene
en la actividad de los procesos geomorfológicos. (Gutiérrez, 2008).

Figura 11.- Regímenes climáticos y


sistemas clima-proceso. La línea roja
representa los datos tomados del
capítulo de las medias de precipitación
y temperatura de los distintos meses
del año. La flecha negra marca enero,
y de ahí en continuo el resto de los
meses. Las abreviaturas son: A- árido;
SA- Semiárido; S- Selva; HT-
Templado húmedo; P- Periglaciar y
G- Glaciar. Wilson (1968). Modificado
de Gutiérrez (2008).

En la figura 11 puede observarse el recorrido por meses de los datos medios


obtenidos y que se aproximan mucho a los dados por Strahler (1965) para el clima
mediterráneo. Un clima Mediterráneo con influencia continental para los meses de
enero, febrero y marzo, siendo febrero el menos húmedo de los tres, con un aumento de
temperaturas hasta agosto. De enero a mediados de junio y de finales de agosto a
septiembre el sistema clima-proceso es semiárido, coincidente con el gráfico de Peltier
(1950) (Fig., 10). El clima para los meses de verano es árido, mientras que para
noviembre, diciembre y parte de enero es templado húmedo.

Abril y mayo son meses primaverales con clima típicamente mediterráneo, y los
tres meses junio, julio y agosto aparecen caracterizados como desérticos, con
temperaturas por encima de la media del clima mediterráneo. La transición de mayo-
junio y septiembre- octubre atraviesan características de clima tropical húmedo seco.
Septiembre y octubre son típicamente mediterráneos, y noviembre y diciembre
templado húmedo.

53
Capítulo 2 Climatología

4.1.- Interpretación de la rosa de los vientos del observatorio de Córdoba-


Aeropuerto.

ENERO Y FEBRERO: El predominio de la componente ENE y E se debe


principalmente a que la situación del anticiclón centroeuropeo en esta época del año
envía más frecuentemente vientos de esta componente generalmente secos y fríos.
También ayuda la posición del anticiclón de la península de origen térmico y subsidiario
del anterior.

MARZO-ABRIL-MAYO: El bloqueo ejercido por el anticiclón centroeuropeo,


que por estas fechas asciende de latitud, e incluso se sitúa en la vertical de las Islas
Británicas, favorece la circulación más al Sur de las borrascas atlánticas con mayor y
mejor entrada por el Golfo de Cádiz. Esto hace que se alcance el máximo pluviométrico
en muchas zonas del Valle del Guadalquivir, y al final una mayor aparición de vientos
de componente WSW, SW y W. El mes de marzo es una transición de los meses
anteriores.

JUNIO-JULIO-AGOSTO-SEPTIEMBRE: Con la entrada del verano se


establece una circulación zonal del W, favorecida por el dominio del anticiclón de las
Azores. Predominan las calmas que, junto con las situaciones de pantano barométrico,
hacen que la componente siempre sea del W, WSW. Las bajas presiones del Norte de
África (con vientos del E en el estrecho durante el verano) hacen que en la zona del
Valle del Guadalquivir se cree una circulación contraria.

OCTUBRE-NOVIEMBRE-DICIEMBRE: En estos meses se advierte: una


transición con descenso de latitud del anticiclón de las Azores, un aumento de la
ciclogénesis en el mediterráneo con mayor aporte de vientos del ENE y E (sobre todo en
el mes de octubre), y por tanto una menor aportación del WSW y SW debido a que las
borrascas atlánticas entran con más facilidad por el NO de la península. La entrada de
borrascas por el estrecho y su posicionamiento en el SE de la península (Alborán)
favorece que principalmente en noviembre se siga la anterior dinámica, y que
posteriormente en diciembre, el anticiclón centroeuropeo tome el protagonismo de
nuevo, impulsando otra vez vientos del ENE y E.

Hay que tener en cuenta que con la disposición geográfica de Córdoba con la
sierra al Norte, las montañas ejercen de abrigo aerológico para los vientos provenientes
de allí, que se convierten en NE en muchas ocasiones, ya que Sierra Morena encajona
los vientos dándoles una mayor influencia a la componente E y ENE. También se
observa que los vientos del S y SE son poco importantes debido a que las Béticas y
Penibéticas no dejan pasar estos vientos y los desvían sobre todo de componente E. En
definitiva el valle en cuña formado por el Guadalquivir, es bastante determinante en las
componentes de vientos de la comarca.

54
Capítulo 2 Climatología

5.- Conclusiones:

- El clima es el factor desencadenante de la mayoría de los procesos que


disgregan la roca, en especial la temperatura y la humedad.
- La mayoría de los diagramas representados para los parámetros climáticos,
adjudican una meteorización química débil o moderada. En algunas zonas
de los edificios (como las más próximas al suelo) existen microclimas
particulares que cambian los efectos de los procesos de alteración sobre las
construcciones.
- Sobre las zonas con acuíferos y niveles freáticos cercanos a la superficie se
observa un alto grado de humedad en las construcciones ubicadas sobre ellas.
- La presencia de agua y la variación de temperatura van a producir sobre este
tipo de rocas procesos químicos como: disolución, hidratación, hidrólisis y
oxidación-reducción.
- La temperatura influye sobre la meteorización física, y ésta, junto con la
humedad, lo hace sobre la meteorización química.
- La formación de hielo afecta a las zonas húmedas (sólo algunos días al año
se producen heladas) y en general no es un factor importante.
- La insolación tiene un importante papel en la meteorización de las rocas, y su
importancia puede verse en las diferencias de alteraciones existentes entre
zonas soleadas y zonas sombreadas.
- La erosión pluvial es moderada, pero se ve minimizada en las edificaciones
por efecto de la verticalidad de las paredes, y la protección que ejercen los
salientes frente a la lluvia.
- La acción del viento sería máxima, si existiesen materiales sueltos y espacios
amplios para el desarrollo de mecanismos de abrasión eólica.
- Del análisis de Peltier se deduce que la región se puede caracterizar como
semiárida.
- Los vientos predominantes son E-NE, para los meses fríos, y W-SW, para
los más cálidos, siendo marzo y octubre los meses donde se produce el
cambio en la dirección de los vientos.
- La zona presenta un clima mediterráneo, con influencia continental para los
meses fríos, y semiárida para los meses más cálidos.

55
Capítulo 2 Climatología

6.- Bibliografía.

Agenda Local 21. Villa del Río. (2003) Junta de Andalucía. Diputación de Córdoba y
Ayuntamiento de Villa del Río. Departamento de Medio Ambiente y Protección Civil.

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de Estado de Medio Ambiente y Vivienda. Madrid, 809 pp.

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Encyclopedia of Geomorphology. Dowden, Hutchison and Ross. Stroudsburg, 717-729.

56
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Mineralogía y petrología

57
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

MINERALOGIA Y PETROLOGIA.

1.- Introducción. 59
1.1 Objetivos. 60
2.- Materiales y métodos. 61
2.1. Materiales. 61
2.1.1. Muestras. 61
2.1.2. Muestras trituradas. 61
2.1.3. Pastillas prensadas de material triturado. 61
2.1.4. Láminas delgadas. 61
2.2. Métodos. 62
2.2.1. Microscopía óptica de polarización. 62
2.2.2. Difracción de Rayos-X. 62
2.2.3. Microanálisis por Dispersión de Energía, EDX. 62
2.2.4. Espectrofotometría de reflectancia difusa. 62
3.- Resultados. 63
3.1. Microscopía óptica de polarización. 63
3.2. Difracción de R-X 64
3.3. EDX 66
3.4. Espectrometría de reflectancia difusa. 66
4.- Discusión. 67
4.1. Elección del tipo de clasificación. 67
4.2. Estudio y tipo de grano. 67
Tamaño de grano. 68
Distribución de los tamaños. 68
Morfología de los granos. 68
Madurez textural. 68
Empaquetamiento. 69
4.3. Mineralogía. 70
4.4. Diagénesis y procesos diagenéticos. 79
4.4.1. Procesos diagenéticos. 80
4.5. Parámetros Químico- Físicos. 82
4.6. Naturaleza y génesis de los cementos. 84
Cemento ferruginoso. 84
Cemento siliceo. 84
Cemento arcillo-micáceo. 85
4.7. Petrología y medio de depósito. 86
4.7.1 Nomenclatura de las areniscas. 86
4.7.2 Medio de depósito 98
4.7.3 Procedencia de los clastos. 98
5.- Conclusión. 103
6.- Bibliografía. 104

58
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Capítulo 3.- MINERALOGIA Y PETROLOGIA.

1.- Introducción.

El estudio de una roca clástica como la arenisca roja de Montoro, comprende el


análisis completo de todos y cada uno de los componentes prescindiendo de los
porcentajes en que éstos se encuentran, a fin de obtener el máximo de información
posible sobre cada uno de ellos. Esta información puede ser muy amplia y diversa, y
depende del origen y evolución que hayan sufrido dichos componentes. Si deseamos
obtener de cada partícula cuanta información pueda llegar a suministrarnos, es necesario
una gran dedicación y un análisis detenido de las mismas.

Para Jackson y Bates (1987), una arenisca es una roca clástica, litificada y
constituida por granos de dimensión arenosa de cualquier origen y composición.

En general las rocas clásticas están constituidas por una serie de fragmentos que
han sufrido un mayor o menor transporte, y que son derivados de la meteorización de
rocas ígneas, metamórficas y sedimentarias preexistentes. (Melgarejo 2004; Larson
1973; Corrales et al 1977).

En este trabajo se efectúa la determinación mineralógica, composición química y


textural de esta roca, así como matriz, tipos de cementos, neoformaciones y alteraciones
mineralógicas que tienen lugar durante la diagénesis; su clasificación y nomenclatura.

Los sedimentos arenosos tras su depósito sufren una serie de transformaciones,


que acaban por dar un material con unas propiedades fisicoquímicas modificadas de las
originales, pero derivadas de éstas. Identificar estos procesos y conocer el camino que
han recorrido, es tarea necesaria para saber cual será en un futuro la evolución y
tendencia de esos materiales.

El conocimiento de la realidad presente de la roca, nos permitirá saber su origen


y destino, y por tanto qué nos aportará tanto de positivo como de negativo en los
edificios construidos con dichos materiales.

Para la caracterización petrológica de la roca, se hace necesario un estudio


cualitativo y cuantitativo de su tipología, tamaño, morfología y distribución de los
clastos, así como de su textura, madurez textural y empaquetamiento. Los elementos
que definen el patrón textural de las rocas detríticas, se han estudiado a través de
microscopía óptica de luz polarizada.

Tan importante como la mineralogía de la roca es la textura de esta, ya que nos habla de
los procesos tanto de génesis como de evolución. Si se define un sedimento o roca
sedimentaría como una asociación de minerales, la <<textura>> es el concepto que
refleja esta asociación como una propiedad más del sedimento. Se define la textura
como las condiciones de interrelación entre los componentes de la roca o sedimento, y
se incluyen aspectos como tamaño de grano, clasificación, forma y empaquetamiento de
los constituyentes del sedimento o roca. (Corrales et al. 1977).

59
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Para la textura de las rocas detríticas, el mismo autor define la textura como la
naturaleza y relaciones mutuas entre los componentes individuales de las rocas, granos,
matriz y cemento.

Sagredo (1985) la define como, “la disposición de los cristales en el interior de


una roca cristalina”.

Para Griffiths (1961,1967) es una propiedad del sedimento, que se puede definir
en función de unas variables, como composición, tamaño, forma, orientación,
empaquetamiento. A estas variables que condicionan la textura se han denominado
elementos texturales.

La textura no tienen un significado estático, sino que por el contrario hay que
asignarle un significado dinámico ya que sus elementos se modifican a lo largo de la
evolución del sedimento, de esta forma podremos hablar de “madurez textural”,
refiriéndonos como el grado de diferenciación que alcanza el sedimento respecto al
material original del que procede. Un sedimento homogéneo y redondeado será maduro,
mientras que uno heterogéneo y escasamente redondeado será inmaduro. El concepto es
semicuantitativo, pudiendo definirse diversos grados de madurez en función entre otros
parámetros del grado de esfericidad, de redondeamiento, así como del valor de las
curvas de simetría y grado estadístico de los diagramas gaussianos de distribución de
tamaño de partículas: asimetría (Skewness) y angulosidad (Kurtosis). Existe una
“madurez mineralógica”, o grado de diferenciación entre la asociación de minerales que
presenta el sedimento y la que presenta las rocas que formaban el área madre. (Corrales
et al. 1977).

Todas las rocas detríticas presentan textura clástica. Los clastos pueden estar
cementados, o no. Al material que rellena los huecos entre granos, se denomina
cemento cuando es de origen diagenético, y en el caso del material estudiado por lo
general suele ser ferruginoso o silíceo. El cemento no se confunde con la matriz fina, ya
que esta forma parte del depósito original mientras que el cemento es post-sedimentario
o post-deposicional.

1.1. Objetivos.

En este capítulo se pretende conocer en profundidad las características


mineralógicas y petrológicas de la arenisca roja de Montoro. Efectuar su clasificación, y
describir los procesos y transformaciones que tuvieron lugar en el sedimento y con
posterioridad en la roca.

60
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

2.- Materiales y métodos.

2.1.- Materiales.

2.1.1.- Muestras.

Se ha trabajado sobre un centenar de muestras extraídas de antiguas canteras de


Montoro y Marmolejo, así como de edificios de Montoro y Villa del Río. Unas intactas
para estudiar su composición, y otras alteradas para ver las variaciones sufridas.

2.1.2.- Muestras trituradas.

Para su estudio se trituraron las muestras se trituraron hasta tamaño uniforme en


mortero de ágata. Parte de ellas se destinaron a la difracción de R-X, a la
espectrofotometría de reflectancia difusa y a la preparación de pastillas para el análisis
EDX.

2.1.3.- Pastillas prensadas de material triturado.

Se compactaron en prensa, para lo que se le aplicó una presión de 3 toneladas


por cm2 durante 5 minutos. Dichas pastillas se utilizaron para determinar mediante EDX
su composición química.

2.1.4.- Láminas delgadas.

Son las preparaciones de las muestras para ser estudiadas mediante el


microscopio petrográfico. La muestra rocosa se adelgaza hasta alcanzar un grosor de
entre 25 a 30 μm, valor que está estandarizado para toda lámina delgada de cristal o
roca.

Se realizaron un total de 62 láminas delgadas de muestras de cantera. El proceso


de elaboración se realizó de la siguiente forma.

1.- Preparación de la muestra. Se cortó con un disco de metal con borde de


diamante hasta conseguir una tableta de roca de dimensiones aproximadas de 25 x 45
mm y menos de 10 mm de grosor. Seguidamente la muestra se pulimentó en una de sus
caras con ayuda de un lubricante y un abrasivo, para finalmente montarla, con un agente
cementante (resina epoxi), sobre un portaobjetos.

2.- Desbaste y pulido final de la preparación. El montaje elaborado se sometió a


desgaste mecánico hasta alcanzar un grosor de 0,1 mm. La fase final se realizó a mano
hasta alcanzar los 0´03 mm de espesor, para ello se utilizó carborundo (carburo de
silicio) de tamaño progresivamente más pequeño (400, 600 y 800), realizándose el
acabado con el más fino.

3.- Cubreobjetos y etiquetado. Con el fin de proteger la lámina delgada se tapa


con un cubreobjetos con resina transparente. Para su identificación se le coloca una
etiqueta con una numeración o siglas de la muestra.

61
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

De esta forma se obtiene una sección fina de roca montada sobre un portaobjetos
de vidrio y cubierta por un cubreobjetos que la protege.

2.2.- Métodos.

- Microscopía óptica de polarización.


- Difracción de Rayos-X.
- Microanálisis por Dispersión de Energía, EDX.
- Espectrofotometría de reflectancia difusa.

2.2.1.- Microscopía óptica de polarización.

Para la identificación mineralógica se ha empleado la microscopia óptica de


polarización junto a la difracción de rayos-X. Se ha utilizado un microscopio ZEISS II
POL dotado de revolver de objetivos de 2,5 x 10 x, 25 x, 40 x y de 100 x de inmersión,
y cámara CONTAX para la obtención de imágenes. Se ha efectuado el estudio mediante
láminas delgadas, en las que se han observado los minerales constituyentes de la roca,
sus alteraciones, el tipo de cemento, porosidad, relaciones texturales, se han clasificado
las rocas, y se les ha dado nombre según los porcentajes de cuarzo, feldespato y
fragmentos de roca, mediante diagramas triangulares, siguiendo algunas de las múltiples
clasificaciones que existen para ello. (Pettijhon 1972, McBride 1963 Folk 1974, Pey-
Yuan Chen 1968, etc). El contaje semi-cuantitativo se efectuó mediante un ocular
dotado de red de rejilla de Zeiss y plantilla de texturas de Buehler.

2.2.2.- Difracción de R-X.

Se ha utilizado un difractómetro SIEMENS D-5000 con ánodo de cobre, filtro de


níquel y monocromador de grafito. Mediante esta técnica, se han determinado
cualitativamente las especies minerales presentes de los materiales estudiados; por lo
que también ha servido como apoyo y confirmación de lo observado por microscopía.
El método utilizado ha sido el de polvo desorientado. Se muele finamente sobre mortero
de ágata y se procura mantener lo mas posible la homogeneidad en la textura del polvo,
en base a los tiempos de molido y esfuerzo aplicado en las mismas muestras anteriores,
tanto de cantera, como de las alteraciones, que se han obtenido mediante raspado
cuando eran películas superficiales y de fragmentos caídos o arenizaciones.

2.2.3.- Microanálisis por dispersión de energía. EDX.

Para conocer la composición química de los elementos presentes en la roca, se


utilizó un microscopio electrónico de barrido JEOL 6300 con técnicas de microanálisis
por energía dispersiva de R-X. (EDX). Se emplearon pastillas prensadas de las mismas
muestras que se utilizaron para difracción de rayos-x, tanto de alteraciones como de
roca sana. De cada muestra se hicieron varias tomas, y con los valores obtenidos se
calculó la media (detalles en capítulo 4).

2.2.4.- Espectrofotometría de reflectancia difusa.

Se utilizó para cuantificar y caracterizar los óxidos de hierro, la técnica y


resultados se detallan en el capítulo 5, que trata íntegramente del color en la roca.

62
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

3.- Resultados.

- Microscopía óptica de polarización.


- Difracción de Rayos-X.
- Microanálisis por Dispersión de Energía, EDX.
- Espectrofotometría de reflectancia difusa.

3.1.- Microscopia óptica de polarización.

Mediante microscopía óptica de polarización se determinaron los siguientes


minerales que aparecen en la tabla 1.

Tabla 1.- Características ópticas que permiten la identificación de los minerales observados en
lámina delgada en este trabajo.

Mineral Habito Relieve Exfoliación Color Birrefringencia Macla Otras


Pleocroísmo
Cuarzo Gran Bajo no Incoloro 0.009 no
Calcedonia Gran Bajo no Incoloro 0.009 Sal y pimienta
Ortosa Prm Bajo fina Incoloro 0,007 Carlsbad Tinción
Microclina Prm Bajo fina Incoloro 0.007 Cruzada Tinción
Periclina Prm Bajo fina Incoloro 0.007 Periclina Tinción
Plagioclasa Prm Bajo fina Incoloro 0.001-01 Polisintética No tinción
Biotita Lam-aci Alto lam Amarillo-rojo- 0.040 Granulada,
pardo Abanico
Moscovita Lam-aci Medio lam Incoloro 0.038 No Abanico
Sericita Esc Medio - Incoloro 0.037
Clorita Lam-aci Medio lam verde-incoloro 0.001- Haces Azul
Arcillas Mas Bajo - -
Caolinita Mas Bajo - - .007-.02
Piroxeno- Prm Alto bast Amarillo-pardo- 0.015-0.035
verde
Anfíbol
Circón Gran Muy alto no Incoloro 0.049
Calcita Gran Variable Romboédrica Incoloro 0.172
Hematites Irreg Alto - Rojo 0.280
Goethita Irreg Alto - Pardo 0.250
Yeso Aci Bajo Si Incoloro 0.001 Si
Fluorita Gran Bajo Si Incoloro isótropa
Titanita Gran Muy alto si Verdoso incoloro 0.120
Gran Æ Granular; prm Æ prismático; lam Æ laminar; aci Æ acicular; esc Æ escamas; mas Æ masivo; irreg Æ irregular;

Mediante microscopía también se realizó una aproximación a las características


texturales. Se trata de una roca con esqueleto siliciclástico, de textura granuda, con
tamaño de grano comprendido entre fino y muy fino, y muy heterogéneos entre las
distintas muestras.

63
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

3.2.- Difracción de R-X.

A través de la difracción de R-X hemos obtenido los resultados de la


mineralogía, detectando las siguientes especies minerales: Cuarzo con reflexiones de
intensidades de 4.26(8) - 3.34(10) - 1.818(6) - 1.541(4) - 1.081(5), feldespatos:
microclina con reflexiones a 4.21(5) - 3.83(3) - 3.48(3) - 3.37(5) - 3.29(5) - 3.25(10) y
ortoclasa con reflexiones a 4.22(6) - 3.77(7) - 3.46(5) - 3.31(10) - 3.23(8), biotita con
reflexiones a 10.1(10) - 3.37(10) - 2.66(8) - 2.54(8) - 2.45(8), moscovita con reflexiones
a 9.95(10) - 4.99(5) - 3.37(10) - 2.66(8) - 2.45(8), minerales arcillosos: illita con
reflexiones (como en moscovita) y caolinita con reflexiones a 7.16(10) - 3.57(10) -
2.55(8) - 2.49(9) - 2.34(10). Los minerales citados en la tabla 1, reconocidos en láminas
delgadas bajo el microscopio que están presentes en un % muy bajo, no se identifican
necesariamente por difracción de rayos X. Por la misma razón los minerales opacos
bajo el microscopio, se encuentran en % muy bajo para ser detectados en la muestra
total con DRX, pero su presencia puede verse con DRX por ataque químico previo para
su concentración. Así se ven goethita con reflexiones a 4.21(10) - 2.69(8) - 2.44(7) -
2.18(4) - 1.719(5) y hematites con reflexiones a 2.69(10) - 2.52(8) - 2.21(4) - 1.843(6) -
1.697(7). Las figuras 1 y 2 muestran ejemplos de algunos difractogramas.

64
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Figura. 1.- Difractograma en polvo desorientado de rayos-X, para la muestra “oso 8”. Se puede
apreciar la mineralogía, con cuarzo, feldespatos, micas, etc.

(a)
(b)

(c) (d)

(e)

Figura 2.- Difractogramas para las muestras


mad2, caña2, paz3, oso3 e inés1, en la que
puede observarse la homogeneidad de los
distintos tipos de muestras.

65
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

3.3. Microanálisis por dispersión de energía. EDX.

Mediante EDX, se obtuvieron las composiciones químicas de las rocas. A partir


de los datos obtenidos se calcularon los porcentajes de óxidos. En la Tabla 2 se
muestran los porcentajes máximos, mínimos y medios de los distintos óxidos
encontrados en las muestras analizadas.

Tabla 2.- Composición química expresada en % de óxidos. (Valores medios).

SiO2 Al2O3 Fe2O3 K2O MgO TiO2 CaO


Media 71 13 5.5 5.1 0.8 0.5 3.3

Los valores medios de la composición química se reflejan en la tabla 2. La


variación del % de óxidos en las muestras es la siguiente:

SiO2 (61.5 y 78.7); Al2O3 (7.6 y 20.6); Fe2O3 (2.2 y 12); K2O (3.5 y 6.8); MgO
(0.3 y 2); TiO2 (0.1 y 1.3); CaO (0.3 y 3.9)

3.4.- Espectrofotometría de reflectancia difusa.

En el capítulo 5, se trata este apartado. Mediante esta técnica se ha detectado


hematites y goethita, en relaciones 6 a 1; y contenidos medios de hierro libre del 0.63%.

66
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

4.- Discusión.

Con los resultados anteriores, se ha procedido a estudiar y cuantificar su


mineralogía, el proceso de formación y los factores que la condicionaron, la naturaleza
y génesis de los cementos, su clasificación petrológica, medio de depósito y la
procedencia de los clastos.

4.1. Elección del tipo de clasificación.

El estudio en lámina delgada bajo el microscopio petrográfico muestra en todos


los ejemplares analizados, que se trata de una roca clástica de tipo arenisca, y que
siguiendo a Valloni et al (1991): los granos que componen el esqueleto de las areniscas
son en su mayoría siliciclásticos (Dott, 1964), con algunos aloclastos no carbonáticos.
(Garzanti 1990).

En una primera aproximación y según Melgarejo (2004), sería una arenisca no


carbonática, al no haber clastos carbonáticos.

En una segunda aproximación y siguiendo a Valloni et al (1991), sería una


arenisca siliciclástica o silicoarenita, ya que los siliciclastos predominan sobre los
aloclastos no carbonáticos.

La proporción existente de siliciclastos es mayor del 50%, por lo que se incluiría


dentro de las silicoarenitas puras, procediendo a su clasificación mediante los diagramas
triangulares clásicos (Cuarzo, Feldespato y Fragmentos Líticos como vértices).

4.2. Estudio y tipos de granos.

Siguiendo la clasificación expuesta por Melgarejo (2004), todos los granos son
no carbonáticos, de carácter extracuencales e intracuencales, algunos de ellos son
contemporáneos y otros no contemporáneos, y la mayoría son no pedogenéticos o no
edafogénicos.

Como cantos contemporáneos intracuencales, no pedogenéticos y no


carbonáticos, están los cantos blandos arcillosos, los cuales constituyen los intraclastos
de Garzanti (1991), partículas derivadas del substrato penecontemporáneo no
consolidado.

Como cantos no contemporáneos, extracuencales, pedogenéticos y no


carbonáticos, están los fragmentos de ferricretas y algunos cuarzos.

Como cantos no contemporáneos, extracuencales, no pedogenéticos y no


carbonáticos, están todos aquellos cuarzos, feldespatos y fragmentos de rocas
siliciclásticas de origen plutónico, metamórfico o sedimentario, procedentes de la
erosión del área fuente, transportados en medio fluido o bien por la acción del viento.
Son el componente principal de las rocas clásticas, y por tanto están contemplados en la
mayoría de las clasificaciones de las rocas convencionales. (Pettijhon et al 1972; Folk.
1974), etc…

67
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Tamaño de grano.- Se expresa en función del diámetro, pero al no ser esféricos


hay que referirlos al modo de medida. (Corrales et al. 1977).

El tamaño de grano medido con diámetro de malla, (la mayoría de las veces) se
encuentra entre los valores de 62 y 250 micras, raramente suelen ser superados, por lo
que la fracción arena estaría en lo que se conoce como arena fina y muy fina.

Distribución de los tamaños.- El hecho de que haya una clara distribución


heterogénea de tamaños, indica o habla de las condiciones energéticas de transporte y
sedimentación: variables y cercanas al área fuente. La presencia de grauvacas,
alternando con arcosas y capas de finos, exige un medio de depósito con erosión,
transporte y sedimentación rápido, con una sedimentación fluvial episódica
característica de las zonas semiáridas, en las que las lluvias esporádicas junto a una
vegetación escasa da lugar a una escorrentía muy rápida, y unas corrientes someras sin
canalizar, (Arche 1992). La forma de cuantificar la dispersión es mediante la desviación
estándar (en unidades de diámetro) tomada a 2/3 de la frecuencia máxima. Es lo que se
conoce como “sorting”. Este se puede conocer a través de patrones como los basados en
Pettijohn el al, (1973).

Para la medida de la dispersión de las muestras, se han encontrado “sortings”


(ordenamientos) del orden de 0´35 a 0´5 la mayoría de las veces, para las areniscas
clasificadas como arcosas, y valores semejantes o un poco mayores en el caso de
clasificarse como grauvacas, alcanzando en ocasiones valores de 1.

Morfología de los granos. Los parámetros más usados para definir la morfología
de los granos para partículas detríticas son: la forma, redondez, textura superficial y
pivotabilidad, (Krumbein y Pettijohn, 1938; Koster, 1964; Folk, 1974).

Se define la forma, como las características geométricas en tres dimensiones, la


redondez por la curvatura de la superficie, la textura superficial por las características de
la superficie, y la pivotabilidad como medida relativa de la facilidad para el
movimiento.

Una descripción más simple se encuentra en los patrones para determinar el


grado de redondez de los clastos (Pettijohn el al, 1973), cuya clasificación para las
muestras que se estudian, coinciden con las de Powers (1953). La forma o la morfología
de los clastos suele ser subangulosa de baja esfericidad.

Madurez textural. Una roca será más madura cuando más largo y energético
haya sido su proceso de transporte. Las rocas maduras se caracterizarán por tener sus
granos redondeados, una distribución homogénea de tamaño, y por ausencia de matriz.
A través de los diagramas de flujo basados en Folk (1951), se puede calcular el grado de
madurez textural en areniscas en función del: porcentaje de matriz, ordenamiento y
redondez de los clastos.

La matriz se sitúa generalmente cercana o por encima del 5%, por lo que las
areniscas se encontrarían en el límite de maduras e inmaduras, según el diagrama de
flujo basado en Folk (1951). A veces es difícil distinguir la matriz ferruginosa de los
granos teñidos por los óxidos de hierro presentes en la mayoría de las muestras. En la
bibliografía encontrada sobre las areniscas del Buntsandstein, las areniscas son

68
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

clasificadas mayoritariamente como inmaduras. En las muestras estudiadas aquí la


inmadurez también es común para las distintas clasificaciones de areniscas utilizadas
para el presente trabajo, Pettijohn (1957), Folk (1974), McBride (1963) y Pey-Yuan
Chen (1968); pero como se verá más adelante, las rocas que se seleccionan para su
utilización en los edificios, y que presentan mayor durabilidad son maduras. La zona de
estudio presenta la peculiaridad de tener más influencia continental y menos influencia
marina, ausencia de sedimentación carbonatada, ausencia de depósitos de glauconita, de
evaporitas, etc, presentando la roca una mayor madurez en el sentido de Folk (1974).

Empaquetamiento.- Son las características que definen la microestructura o


fábrica del sedimento. Es la ordenación de partículas en el campo gravitacional.
(Corrales et al. 1977).

Se puede medir el tipo de contactos de granos, empleando para ello los


esquemas de Griffiths (1967), aunque existen otros muchos, como: Taylor (1950),
Kahn (1956), Pettijohn, Potter y Siever (1972).

El empaquetamiento entre granos en la mayoría de las muestras estaría


comprendido entre tangente y completo. Aunque en algunas grauvacas con más alto
contenido de matriz llega a estar flotante en el sentido de Griffiths (1967).

69
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

4.3. Mineralogía.

A través de la microscopía petrográfica, se ha reconocido dentro de las muestras,


la trama, la matriz y cemento. En cuanto a la trama, las areniscas estudiadas son
bastante homogéneas, el mineral más abundante es el cuarzo, seguido de los feldespatos
potásicos, ortoclasa y microclina, predominando la primera sobre la segunda. Los
feldespatos sódico-cálcicos (serie de las plagioclasas) son mucho menos frecuentes
(fig.3) pero muy visibles, cuando aparecen, bajo los polarizadores cruzados. En algunas
muestras de la serie “ara” se han observado en porcentaje inferior al 1 %. La relación
cuarzo-feldespatos está comprendida entre dos y tres. Componentes también muy
importantes son las micas (moscovita y biotita), no tanto por su abundancia como por su
ubicuidad predominando la moscovita sobre la biotita. Existen también otros
filosilicatos tales como: cloritas, sericitas, illitas y caolinita aunque son bastante escasas.
Algunos de ellos (clorita, sericita) son resultado de procesos de transformación de las
micas trioctaédricas (como la biotita). Otros minerales son la calcedonia, hematites,
goethita, y opacos. En la tabla 1 se presentan las principales características ópticas de
los minerales observados.

Figura 3.- Aspecto general de la textura y mineralogía de la Arenisca roja de Montoro vista con
polarizadores cruzados. Se observan cuarzos, feldespatos (con gris y blancos de primer orden),
calcedonias y moscovitas filiformes (con colores rosas de interferencia de tercer orden), y arcillas
en la parte inferior izquierda (a modo de películas finas teñidas de color amarillento).

Como se ha dicho anteriormente, el cuarzo es el mineral más abundante tanto de


procedencia ígnea como metamórfica, y en ocasiones existen granos suturados y
recristalizados a partir de soluciones diagenéticas. Se encuentra la variedad calcedonia
formada de igual modo. (Fig. 4).

70
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Figura 4.- Textura de sal y pimienta en calcedonia, núcleos de clorita, arcillas


alrededor de la calcedonia central y moscovitas a la derecha de la imagen, a la
izquierda arriba un posible piroxeno.

Figura 5.- Feldespato potásico, microclina, con macla de Albita - Periclina.

71
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

En el siguiente orden de importancia se encuentran los feldespatos potásicos, en


sus variedades de ortoclasa y microclina, algunas con macla de albita-periclina
(enrejado). A veces han sido sintetizados a partir de soluciones diagenéticas, en cuyo
caso presentan intrusiones de cuarzo y otros minerales (Fig. 5). Algunos feldespatos se
encuentran transformados en parte a minerales de la arcilla (Fig. 6 y 7).

Figura 6 y 7.- Biotita, moscovita y feldespato (ortosa), transformándose en arcilla.


Puede observarse que el feldespato se encuentra totalmente rodeado de ellas. Con y sin
luz polarizada. La moscovita muestra una alteración en abanico.

72
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Otros minerales menos abundantes son las micas (moscovitas), con cristales de
un tamaño considerable, desde 250 micras hasta 1 mm, a veces orientados como
consecuencia de su depósito paralelo a las líneas de estratificación (Fig. 16 y 17). La
moscovita se presenta con frecuencia con bordes abiertos en abanico (Fig 8 y 9), y a
menudo transformada en illita.

Figura 8 y 9.- Mica moscovita, con bordes abiertos en abanico sin y con luz
polarizada.

73
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

La biotita suele estar orientada y asociada a cristales de moscovita de mayor


tamaño (Fig. 10 y 11) y presenta alteraciones a clorita, óxidos de hierro y minerales de
la arcilla. Las biotitas según Dapples (1967) pasan en el estadio redoxomórfico a óxidos
de hierro y minerales de la arcilla (illita y caolinita). En ambiente débilmente reductor
puede pasar a clorita. Por el contrario la moscovita es más estable en los tramos rojos,
pudiendo neoformarse a partir de illita y/o caolinita en medio oxidante, donde la biotita
es inestable y se transforma a óxidos de hierro. (Marfil et al 1977).

10

11

Fig 10 y 11.- Biotita asociada a moscovitas, cuarzos, feldespatos y arcillas peliculares


y tiñendo a feldespatos. Arriba a la izquierda un cristal isótropo polémico (posible
fluorita).

74
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

La presencia de anfíboles y piroxenos es minoritaria, y de tamaños muy


pequeños y difíciles de identificar (fig 12).

Fig. 12.- Centro cristal de piroxeno con alta birrefringencia, feldespatos, ortosa,
cuarzos que parecen refundidos, y algo de arcilla intergranos (izq).

En la composición de las arcillas (Fig. 13) predomina la illita frente a la


caolinita, hecho ya destacado por Millot et al (1964, 67), y que se confirma en el
presente trabajo. La aparición de caolinita indica continentalidad, y junto a los procesos
sedimentológicos, confirman el depósito a partir de ríos anastomosados y medios
sedimentarios asociados (Fernández 1977), que se dirigían al mar de comienzos de la
Era Mesozoica. La ausencia de glaucomita y de carbonatos habla de la poca influencia
que este mar de comienzos de la era mesozoica pudo tener en la zona de Montoro. La
illita y la caolinita fueron depositadas originalmente o bien fueron neoformadas.

Figura 13.- Arcilla,


moscovita, feldespatos,
cuarzos y ¿piroxeno?.

75
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Los oxihidróxidos de hierro se pueden encontrar rodeando los granos (Fig. 14 y


15), incluidos a veces en las líneas de exfoliación y fractura, y como relleno de poros. A
veces la tinción provocada por estos minerales es tan intensa que cuesta reconocer el
grano que rodean. (Fig. 16 y 17). Mediante espectrofotometría de reflectancia difusa, se
ha detectado hematites y goethita, que confieren a los lechos rojos su color
característico. (Walter et al. 1981; Torrent y Schwertmann 1987; Barron y Montealegre
1986), debido a reacciones rédox durante la diagénesis temprana (Dapples 1967). Se
aprecian asimismo algunos núcleos opacos de magnetita, aunque escasos. (Clementson
et al. 2009).

14

15

Figura 14 y 15.- Arcilla impregnada de óxidos, y biotita en rojo.

76
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

16

17

Figura 16 y 17.- Aspecto general, estratificación y lechos de óxidos, que vuelven la


muestra opaca, granos isométricos de cuarzo-feldespatos, cristales laminares
(lineales en sección) de micas, casi todas son moscovitas paralelas a la dirección de
estratificación, (en verde), e impregnación de óxidos .

77
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Las plagioclasas y los carbonatos no se encuentran presentes (Clementson et al.


2007), y apenas se han observado en las láminas delgadas. Las pocas plagioclasas
originales que existiesen han tenido que desaparecer transformándose en minerales de la
arcilla.

En cuanto al cemento, la roca presenta una composición más variada, ya que se


pueden encontrar tres tipos de cementos: cemento silíceo, cemento arcilloso y cemento
ferruginoso. No se encuentra cemento carbonatado como hay en las areniscas del
Buntsandstein del Sistema Ibérico (e.g. Marfil et al., 1977); La Mancha (e.g. Yébenes et
a., 1977) y Chiclana de Segura (e.g. López-Garrido y Rodríguez-Estrella, 1970).
Cuando el cemento es arcilloso, la roca pierde en calidad, pero si el cemento es
ferruginoso o silíceo, le puede conferir mayor dureza. El cemento arcilloso y el
ferruginoso son los que generalmente aportan el color rojo a la roca, mientras que el
cemento silíceo lo aportará cuando éste se encuentra teñido de óxidos de hierro, y por lo
general va a estar relacionado con coloraciones más claras.

En los análisis químicos efectuados a las alteraciones, se observó que en las


muestras alteradas, los porcentajes de óxidos no varían demasiado de los encontrados en
las muestras sin alterar. Es de destacar la aparición de nuevos compuestos (en las
muestras alteradas), casi todos ellos relacionados con la actividad humana, limpieza,
agricultura, industria, edificación, etc.. (óxidos de sodio, fósforo, azufre y calcio, junto
al cloro), con reducción de los óxidos de sílice.

En las arenizaciones, se produce una acumulación del cuarzo, y en las


pulverizaciones disminuye por acumulación de finos. Dichos procesos serán detallados
más adelante en el capítulo de alteraciones. Llama la atención la similitud química entre
un granito y la piedra “molinaza”, lo que parece lógico pensando en que alguna parte de
los sedimentos que formaron la roca procede de los granitos cercanos (complejo de los
Pedroches).

78
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

4.4.- Diagénesis y procesos diagenéticos.

Es el proceso que engloba todos los cambios que se producen después de la


sedimentación, y afectan tanto a las partículas minerales como a los fluidos acuosos
intersticiales. Estos cambios son debidos a procesos físico-químicos, bioquímicos, etc.,
y tienden a mitigarse y desaparecer a temperaturas y presiones inferiores.

Se pueden distinguir en la diagénesis de las areniscas las tres etapas de Dapples


(1967): redoxomórfica, locomórfica y filomórfica:

Etapa redoxomórfica. En la que se producen los cambios químicos de oxidación-


reducción y los mecánicos de compactación y eliminación de agua.

Las arenas bien clasificadas con porosidad y permeabilidad situadas por encima
del nivel freático, están sometidas a condiciones oxidantes, que oxidan la materia
orgánica, eliminan los sulfuros por transformación a sulfatos solubles y fijan el hierro
en forma de hidróxido férrico, que colorea de rojo los granos o la matriz. (Corrales et al
1977).

Si las arenas tienen menor permeabilidad, por contener un mayor contenido en


arcillas, al igual que las situadas bajo el nivel freático, predominan entonces
condiciones reductoras. En estas circunstancias se conserva la materia orgánica, los
sulfatos se fijan como sulfuros y el hierro da pirita, el Fe3+ está ausente predominando
entonces los colores grises.

En ambas circunstancias tiene importancia el clima, en los periodos más secos y


calurosos predominarían los tramos rojos con hematites, y en épocas más lluviosas los
tramos amarillos con goethita.

Los aspectos mecánicos de compactación y eliminación de agua predominan


sobre los aspectos diagenéticos químicos, dependiendo de la profundidad.

Etapa locomórfica. Caracterizada por procesos de cementación, sin intervención


de materiales del esqueleto granular, puede ser simple con granos en contacto puntual,
de nucleación y engrosamiento de granos o con evolución en la matriz arcillosa. Es la
sílice el principal cemento que precipita en los poros de las rocas al no existir
carbonatos, aunque también puede haber óxidos hidratados de hierro. Su efecto es la
disminución de la porosidad y permeabilidad, dando lugar a la consolidación. Durante
esta etapa se producen los contactos suturados de sílice.

Etapa filomórfica. Esta etapa enlaza con el metamorfismo, la porosidad se ha


reducido al máximo por causa de la cementación de la etapa anterior y se producen
transformaciones minerales, que especialmente afectan a la matriz arcillosa, con la
aparición de nuevos filosilicatos (tales como illitas, moscovitas, cloritas, etc.),
desarrollándose si hay matriz abundante una esquistosidad incipiente. Si las arenas están
libres en la matriz, la continuidad del proceso de disolución por presión daría lugar a
rupturas de grano y aparecerían cuarcitas. Este proceso no ha llegado a tal extremo, y se
puede observar una aproximación en las muestras “caña” de la cantera “Cañaheral”.

79
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

La epidiagénesis se caracteriza por la aparición de una porosidad secundaria, que


puede interrumpir cualquiera de las anteriores fases.

La fuerte compactación que pueden llegar a sufrir los minerales de la arcilla,


obliga con frecuencia al agua intersticial a migrar hacia arriba, y a medida que asciende,
va cambiando de composición por adsorción, efectos de membrana o filtración
selectiva, cambio de catión, etc, lo que da lugar a procesos químicos. Uno de los
cambios más frecuentes es la transformación de minerales de la arcilla, como
montmorillonita, en illita y clorita.

La proximidad del metamorfismo se resalta por la esquistosidad, cristalinidad de


la illita y aparición de sericita, clorita y minerales más ricos en sílice.

4.4.1.- Procesos diagenéticos:

Se definen como todos aquellos procesos (físicos, químicos, físico-químico y


bioquímicos) producidos en las diferentes etapas o fases diagenéticas que
interrelacionan principalmente con los parámetros físico-químicos (pH, Eh, etc.) y
termodinámicos (Presión y Temperatura), que serán los responsables de la
consolidación del sedimento en la roca sedimentaria. El principal proceso de naturaleza
física es la compactación. Los procesos de naturaleza química, se han dividido en dos
grupos: uno de naturaleza constructiva: cementación, neomorfismo, reemplazamiento
y autogénesis y otro de naturaleza destructiva: disolución y corrosión.

Los que más afectan dentro de ellos a la estabilidad de los minerales son la
corrosión, neoformación y transformación. En la tabla 3, pueden verse esquematizados.

Tabla 3.- Principales procesos que afectan a la estabilidad mineral.

Minerales Se corroe por: Se neoforma a Se transforma


partir de: en:
Soluciones
Cuarzo Min. Arcillas
diagenéticas
Min. arcillas
Soluciones
Feldespato Min. Arcillas Sílice
diagenéticas
Pertitas
Min. arcillas Illita
Moscovita Sílice
Sericita
Clorita
Biotita Sílice Min. Arcillas Ox. de hierro
Min.Arcilla
Soluciones
Calcedonia Min. Arcilla
diagenéticas.
Biotita,
anfíboles,
Clorita Min. arcilla
piroxenos,
Min. Arcilla
Micas
Illita Sílice Feldespatos Moscovita
Min. Arcilla
Min. arcilla
Caolinita Sílice Illita
Feldespatos
Plagioclasas Min arcillas Min. arcillas

80
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Dichos procesos afectan a la estabilidad mineral: unos aportan debilidad, como


la transformación en minerales de la arcilla, y en cambio otros le confieren a la roca más
dureza, por ejemplo la neoformación de cuarzo a partir de soluciones diagenéticas pero
este último proceso no se da en los edificios construidos con piedra “molinaza”. En una
edificación los procesos de alteración que afectan a la estabilidad mineral, siempre van a
contribuir en el sentido de la degradación de la roca.

Compactación. Es la disminución de volumen del sedimento originado por la


presión de carga que aparece como consecuencia del enterramiento, lo que se traduce en
una disminución de la porosidad, debido al empaquetamiento de los granos con
expulsión del fluido intersticial. Es uno de los procesos más importantes de la diagéneis,
y se produce simultáneamente o en una etapa posterior a la sedimentación. Su
intensidad está relacionada con la porosidad inicial, y por tanto con el tamaño de grano
y el contenido de agua pelicular. Las arenas poseen una porosidad inicial baja, y se
reduce muy lentamente por compactación, aunque puede ocurrir que esta disminución
aumente mucho de valor si hay matriz arcillosa, mala clasificación y granos elásticos o
deformables como las micas. En las arenas ricas en cuarzo la primera etapa de expulsión
de agua intersticial es muy lenta. Como el aumento de carga crece más rápidamente que
la disminución de volumen, los granos de cuarzo tienden a deformarse, y pueden
aparecer fenómenos de disolución a presión, oscureciendo la interpretación del proceso,
junto con la orientación paralela de los minerales de la arcilla.

La cementación es el crecimiento de especies minerales en la porosidad del


sedimento a partir de los fluidos que circulan por los intersticios de la roca debido a los
gradientes de presión, y los minerales más comunes que se encuentran como cementos
en la arenisca roja son los siguientes: óxidos de hierro, sílice, y minerales de la arcilla.
La precipitación del sedimento se produce en los poros de la roca, por lo que va
reduciéndose su porosidad. La precipitación del cemento se hace a partir del fluido
intersticial, que generalmente rellena los poros de la roca.

Este proceso diagenético necesita una disolución previa y un movimiento de


fluidos. La disolución se produce principalmente por el efecto de un estadio notable de
compactación, es decir al progresar el enterramiento se produce un aumento de presión
de sobrecarga y del grado geotérmico, lo que genera por ejemplo, disolución de sílice en
los contactos intergranulares que son los puntos de aplicación de la compactación.
Cuando la sílice disuelta sobresatura las aguas intersticiales, precipita seguidamente en
las zonas de menor presión (espacio poral), desarrollando un proceso de
sobrecrecimiento (cuarzo secundario), que va desde excrecencias de continuidad óptica
hasta la cementación silícea al rellenar totalmente los espacios intersticiales. (Veliz
2003).

Este proceso diagenético concuerda con el "principio de Riecke", que consiste en


que la solubilidad de los minerales en el agua se incrementa con la presión. (Veliz
2003).

Neomorfismo Incluye las transformaciones polimórficas y a los procesos de


recristalización. En la recristalización no se produce ningún cambio de especie mineral,
pero sí una variación en el tamaño y morfología de los cristales. Se ha observado
neoformación de los componentes del esqueleto, ya que se han encontrado cristales
perfectos de cuarzo y feldespato, pues de haberse transportado rodando nunca tendrían

81
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

ese aspecto idiomorfo. Además en algún caso es visible bajo el microscopio el


recrecimiento de cristales rodeados de cuarzo que adquieren así la forma idiomorfa
mencionada (o poligonal). Las transformaciones polimórficas se refieren al cambio de
especie mineral pero sin variar la composición química. Se han transformado micas,
minerales de la matriz y feldespatos. Las arcillas conforme van enterrándose y
adquieren profundidad, varían en su cristalinidad, por lo que este método, en concreto
con la illita, puede ser utilizado para saber la profundidad del enterramiento. La
presencia de moscovita en las muestras estudiadas solapa el pico de la illita e impide el
anterior estudio.

La escasez de plagioclasas en estas rocas las interpretan Marfil, Cruz y de la


Peña (1977), como que aunque su transformación a minerales de la arcilla tuvo lugar
fundamentalmente durante la hipergénesis (procesos que destruyeron la roca madre y la
transformaron en detritos), también continuó durante la diagénesis. Por tanto la
transformación de las plagioclasas ha alcanzado prácticamente su etapa final.

Transformación o reemplazamiento. Este proceso representa un cambio en la


mineralogía entre el nuevo material resultante y el reemplazado, pudiendo conservarse
las texturas deposicionales y las microestructuras de los granos o cementos
transformados. La autigénesis es la aparición de un nuevo mineral durante la evolución
diagenética, y el metasomatismo implica el aporte de un nuevo material procedente del
exterior (no contenido inicialmente en el sedimento, como los nódulos de hematites).

La disolución. Es el principal causante de la porosidad secundaria de las rocas, e


incluye el lavado de la matriz y la disolución de los cementos primarios. La disolución
se produce principalmente sobre minerales detríticos inestables y/o minerales
cementante (Veliz 2003). Los feldespatos afectados comúnmente por la disolución son:
ortosa y plagioclasas, estas últimas desaparecidas por completo. Morgan y Gordon
(1970) ya discutieron la importancia de la disolución del feldespato en las areniscas y su
influencia en la porosidad.

Corrosión de los granos de la arenisca por la matriz arcillosa. Se evidencia


corrosión incipiente y/o parcial sobre algunos granos de cuarzo, mostrando su periferia
con huellas de corrosión debido al paso de soluciones alcalinas, y se manifiesta en
forma de cavidades o entrantes corrosivas.

4.5.- Parámetros químico-físicos.

Los procesos diagenéticos vienen controlados por una serie doble de factores,
uno de carácter químico y otro de carácter físico. El lugar donde actúan esos factores, y
se realizan por tanto los procesos diagenéticos, se denomina medio o ambiente
diagenético, que en este caso se trata de un ambiente fluvial anastomosado con poca
influencia marina.

A.- Entre los parámetros químicos que controlan los procesos diagenéticos, se
encuentran:

- El potencial ión hidrógeno. (pH).


- El potencial de oxidación-reducción. (Eh).

82
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

- Los fenómenos de absorción iónica.

El pH en la superficie de los sedimentos es ligeramente más alto que en el fondo


del agua. Para la removilización de los óxidos de hierro, se necesita un ambiente ácido o
potenciales de oxidación muy bajos, que se pueden dar en profundidad, y que
caracterizan el enterramiento diagenético temprano. La transformación de arcillas libera
protones, rebaja el pH y disuelve el feldespato-K, para suministrar K+ necesarios para el
paso de caolinita a illita. Esta liberación de K+ de las arcillas y reemplazamiento por H+,
elevaría la alcalinidad en las soluciones intersticiales, incrementándose la solubilidad de
la sílice (Thomson 1959). La difusión de la sílice disuelta es favorecida por las películas
de arcilla (Weyl 1959). Este autor considera que las películas de arcilla a su vez podían
contener miles de moléculas de agua que favorecían la velocidad de difusión de la
sílice. (Marfil y De la Peña. 1992).

El Eh, potencial de oxidación, es generalmente positivo en la superficie de los


sedimentos (condiciones oxidantes) y negativo en profundidad (condiciones reductoras).
El Eh bajo favorece la movilización de los óxidos de hierro, debido a la retirada del
oxígeno disuelto en las soluciones intersticiales de los niveles superiores y a las
condiciones anóxicas de profundidad. En las rocas el hierro se presenta en dos estados:
como ión ferroso y como ión férrico. El ión ferroso pasa con relativa facilidad de la roca
al agua por intercambio iónico y se oxida rápidamente debido a que su potencial de
oxidación es de Eh = -771 mV., frente al existente en el agua de lluvia 300 ≤ Eh ≤ 700
mV. La solubilidad del ión férrico es menor, por lo que precipita tiñendo a la roca con
los colores característicos.

Fenómenos de absorción iónica, tienen lugar en ciertas sustancias como los


coloides y los minerales de la arcilla, y se desarrollan a baja temperatura en fase
coloidal o compleja. A través del proceso de absorción iónica, los fluidos de los poros
son desprovistos o enriquecidos de muchos iones, pudiendo causar o influir en los
procesos diagenéticos, al poder alterar el fluido del poro. Los iones que más participan
en este proceso son Ca2+, Na+, K+, Mg2+, Cu2+, Al3+ y Zn2+

B.- Entre los parámetros físicos, se han de considerar los factores: temperatura,
presión y tiempo.

Temperatura: Las temperaturas bajas o moderadas a las que se encuentran la


mayor parte de los sedimentos influyen en la geoquímica de la diagénesis, de modo que
sólo se forman componentes simples. Las temperaturas medias de la interfase agua
sedimento son bajas.

Presión: Con la progresiva acumulación de sedimentos en la cuenca aumenta la


presión en profundidad, lo que se traduce fundamentalmente en una disminución del
volumen de poros y en la rotura o deformación de ciertos elementos de la roca,
favorecidas por disoluciones en las superficies de contacto (fenómenos de disolución a
presión), etc; en suma, en una progresiva compactación del sedimento y/o roca
sedimentaria.

Tiempo: Desempeña un papel muy importante en la diagénesis dada la extrema


lentitud con que se realizan muchos de los procesos involucrados.

83
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

4.6.- Naturaleza y génesis de los cementos.

Al contrario de otras facies del bunt, en el entorno estudiado apenas aparece el


cemento carbonatado, ni carbonatos, que son más abundantes en zonas como el macizo
ibérico, (Marfil 1977) o la parte más oriental de nuestra zona. (Yébenes et al. 1977;
López Garrido et al. 1970). Sánchez- Cela (1969), ya explicaba que hacia el oeste la
matriz se hace más silícea frente a la carbonata de la parte mas oriental.

Cemento ferruginoso. Formado principalmente por hematites y goethita.


Texturalmente se ha encontrado de cuatro formas distintas: Películas sobre granos
detríticos, rellenando poros o microfracturas, absorbidos sobre los minerales de la
arcilla y asociado a zonas de tipo calcedonia.

La cementación por sesquióxidos, se encuentra muy condicionada por el Eh y el


pH existente en cada ambiente, por lo general se presenta solamente en climas húmedos,
donde hay una lixiviación muy intensa y puede llegar a movilizar los óxidos de hierro y
aluminio en forma coloidal. En este estudio la humedad, depósito fluvial, junto con las
altas temperaturas de las condiciones tropicales ayudaron a esa movilización. Con
posterioridad se necesita una circunstancia que fije esos óxidos de hierro, que suele ser
una estación seca con altas temperaturas, durante la cual se deshidratan los geles
formados. La desaparición de la vegetación puede hacer ese mismo efecto. En el
apartado del clima (capítulo1) se explica detalladamente las condiciones climáticas de
depósito, que tuvieron lugar durante el Permo-trías.

El cemento siliceo de cuarzo es el más abundante, y se presenta con frecuencia


bajo la forma de recrecimientos, en perfecta continuidad óptica con los granos de cuarzo
detríticos. Se presenta también como ópalo, como formas fibrosas, o calcedonia. El
cemento de cuarzo tiene una estructura sintaxial sobre granos detríticos, pudiendo
diferenciarse perfectamente ambas zonas gracias a la película de oxido de hierro
interpuesta.

La precipitación del cuarzo como crecimiento de granos detríticos es la forma


más frecuente de cementación silícea. La fuente de sílice es inorgánica a favor de
fenómenos de disolución por presión, alteración de feldespatos y transformaciones de
minerales de la arcilla. Los iones necesarios para la cementación de las arcillas son
suministrados por las reacciones entre los minerales detríticos intercalados y la
alteración de los feldespatos durante la diagénesis (Boles y Franks 1979).

Pequeñas cantidades de sílice (difícilmente visibles en capas finas), llenan los


intersticios entre los granos minerales o recubren las partículas de arcilla o grupo de
partículas, con lo cual estas partículas arcillosas forman agregados que no se rompen
con los métodos normales de dispersión de suelos para análisis granulométrico.

Este cemento suele darse en climas mediterráneos y en los áridos, con


precipitación suficiente para producir transformación química, pero sin llegar a la
lixiviación. La sílice procede de las aguas intersticiales expulsadas durante la
compactación de sedimentos arcillosos contiguos, o bien es liberada in situ, por
procesos de disolución a presión que afectan a los granos de cuarzo de las rocas
areniscosas. En estos últimos, conforme avanza el proceso, al aumentar la presión por
enterramiento, los contactos entre granos pasan de puntuales, tangentes a saturados o

84
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

completos, acelerándose el proceso de disolución del cuarzo en los contactos y la


precipitación en los huecos inmediatamente adyacentes, desapareciendo parte de la
porosidad. Se produce una recristalización en los puntos de contacto, donde las
tensiones son muy elevadas, conduciendo a una cementación que puede ser muy fuerte.
Actualmente, se considera también como fuentes de generación de sílice, la disolución
incongruente de los feldespatos, la precipitación a partir de aguas subterráneas
percolantes y la diagénesis de los minerales de la arcilla (Sandoval 2000).

Como se vio anteriormente, la transformación de caolinita en illita libera


protones. (Fig. 18)

Figura 18.- Desilicificación de granos de cuarzo en la arena. Inducida por cambios de bases en
partículas de arcilla intercaladas (según Thomson, figura tomada de Larsen y Chilingar, 1967).

La cementación típica de un hueco supone una variación de textura desde las


paredes hacia el interior, que implica mayor lentitud de crecimiento. Los primeros
revestimientos son de calcedonia u ópalo fibroso y en el centro aparecen los mosaicos
de megacuarzo. Seguidamente se produce el envejecimiento o maduración (paso del
ópalo a cuarzo) que es más rápido en medio continental que en marino, y por último la
recristalización del cuarzo.

Cemento arcillo micáceo. Procede de la alteración diagenética de feldespatos


(plagioclasas fundamentalmente), o fragmentos de rocas sedimentarias, que se
transforman en caolinita y/o illita.

La neoformación de micas origina un cemento micáceo, el cual tiene hábito


cristalino monomineral, está compuesto por illita, moscovita en los niveles rojos, y de
biotita en los menos rojizos. Está relacionado por tanto con las características oxido-
reductoras del medio.

85
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

En relación con las aguas intersticiales para las areniscas de las facies del
Buntsandstein de la Cordillera Ibérica descrito por De la Peña et al., (1983), y
dependiendo de la profundidad de enterramiento, una secuencia de cementación para un
medio continental es: óxidos de hierro, cuarzo, caolinita, illita y cuarzo, apareciendo el
feldespato-K como transicional, cuando aumenta la influencia marina, prácticamente a
la vez que los óxidos de hierro.

Füchtbauer (1974) también da una secuencia de cementación para areniscas


fluviales triásicas de Alemania en relación con el pH: caolinita y feldespato-K en medio
ácido y cuarzo e illita, en medio básico.

4.7.- Petrología y medio de depósito.

La clasificación de las rocas en su mayoría son arcosas, aunque cuando el


contenido en matriz aumenta hay grauvacas, también se han encontrado algunas rocas
que por su alto contenido en cuarzo podrían clasificarse como subarcosas.

La forma de selección de las muestras ha hecho que predominen las arcosas


sobre las grauvacas, ya que estas últimas poseen un interés constructivo menor por su
elevado contenido en matriz, su menor dureza y su mayor alterabilidad.

4.7.1.- Nomenclatura de las areniscas según los distintos autores.

La clasificación de las areniscas ha sido un tema muy discutido durante los


últimos decenios, en especial por los autores norteamericanos. Baste con decir al
respecto que Okada (1971) y Pettijohn, Potter y Siever (1972) hacen una revisión de 50
clasificaciones diferentes propuestas sobre diagramas triangulares, todas ellas
publicadas después de la clasificación de Krynine (1948) (Corrales et al. 1997).

Como base de la clasificación los diversos autores toman cuatro componentes,


tres de ellos relativos a la trama y otro al contenido de matriz detrítica.

Los componentes de la trama más usuales son: cuarzo, feldespatos y fragmentos


de rocas.

El contenido de matriz detrítica fina es uno de los temas de discusión, ya que


para algunos autores determina el nombre de la roca, convirtiéndola en grauvacas,
mientras que para otros simplemente es un factor indicador del grado de madurez, ya
que su nombre vendría dado únicamente por los constituyentes de la trama.

Se ha considerado tamaño matriz, el producto de cualquier origen cuyo tamaño


sea menor a 30 micras. La matriz puede ser primaria (sinsedimentaria), secundaria
(diagenética).

86
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Es necesaria la identificación de la matriz, ya que va a ayudar a clasificar las


areniscas como maduras o inmaduras, y también de los proceso diagenéticos sufridos
por ellas.

En las areniscas se han reconocido los distintos constituyentes mediante


microscopía petrológica, ya que se han realizado láminas delgadas de todas las muestras
extraídas de cantera.

Entre los componentes principales se han determinado: porcentaje de cuarzo,


cuarcitas y chert. Porcentaje de feldespatos, porcentaje de fragmentos de roca y
porcentaje de matriz detrítica. Los valores se han representado en diagramas
triangulares, en el que se toman como vértices los tres primeros componentes, mientras
que la matriz se ha indicado con círculos blancos numerados, cuando ha sido superior al
15%. Así pues las representaciones son de cuatro componentes, ya que se presenta el
valor de la matriz en profundidad. Los datos han sido tratados con el programa TriDraw
de representaciones triangulares. (Fig. 19).

Q
100
10
90
20
80
30
70
40
60
50
50
60
40
70
30
80
20
90
10
100
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
Representación triangular de muestras estudiadas

Figura 19.-

Estos componentes de los vértices son los utilizados en distintas clasificaciones


de las areniscas, como las de Pettijohn (1957), McBride (1963), Folk. (1974) y Pey-
Yuan Chen (1968), que son las más conocidas.

La nomenclatura de las areniscas será distinta según cada una de las


clasificaciones que se sigan.

Por tanto lo mejor será dar los valores gráficos y su equivalencia en las distintas
clasificaciones y las diversas nomenclaturas, ya que estas van a aportar mayor
información.

87
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

En la clasificación de Pey-Yuan Chen (1968), se tendría una doble


nomenclatura: de composición y textural. Subarcosas, Arcosas y Arcosas litíticas, y
según el contenido en matriz: maduras, inmaduras y muy maduras. (Fig. 20)

Q
100
10
SUBARCOSAS90
20
80
ARCOSAS 30

MU
70

Y
ARCOSAS LITÍTICAS

IN
40

IN

MA
60

MA
FELLIARENITAS

DU
MA
50

DU

RA
50

DU

RA

S
RA
60

S
S
40
70
30
80
20 50%
90
10 15%
100 5%

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
PEI-YUAN CHEN (1968)

Figura 20.-

Si se emplea la clasificación de Pettijohn (1957) se tendría dos grupos


principales de rocas: Arcosas y Grauvacas feldespáticas, y menos abundantes
Subarcosas y Grauvacas litíticas. (Fig. 21).

Q
100
ORTOCUARCITAS
10
90
PROTOCUARCITAS
20
SUBARCOSAS 80
30
70
40
GR

60
AU

50
VA

50
CA
S

60
40
70
30 ARCOSAS SUBGRAUVACAS
A
IC

75%
IT

80
R
ET

20
D
Z

90
RI

10
AT

15%
M

100
%

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
PETTIJOHN 1957

Figura 21.-

88
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Según la clasificación de McBride serían Arcosas, Arcosas litíticas, Subarcosas,


Subarcosas litíticas y Grauvacas. (Fig. 22).

Q
100
10
SUBARCOSAS 90
SUBARCOSAS LITÍTICAS 20
80
ARCOSAS 30
70

GR
ARCOSAS LITÍTICAS

AU
40
60

VA
CA
50
50

S
60
40
70
30
80
20
90
10
100 15%
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
McBride (1963)

Figura 22.-

Por último, en la clasificación de Folk (1974), aparecen Arcosas y Arcosas


litíticas, con más o menos grado de madurez, ya que este autor es de los que no aceptan
el término Grauvaca en su clasificación. (Fig 23).

Q
100
10
SUBARCOSA 90
20
80
30
70
--
ARCOSA 40 Z
RE
60 DU
50 + MA
50
60
40
70
ARCOSA LITÍTICA 30
A
IC
IT

80
R
ET

20
D
Z

90
RI

10
AT
M

100
%

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
(1974)
FOLK (1968)

Figura 23.-

89
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Desde el punto de vista textural se ve que existen dos tipos de areniscas: con
matriz detrítica y sin ella. Las rocas con elevado contenido en matriz detrítica son las
que diversos autores denominan grauvacas. Las otras rocas más abundantes son las
arcosas, que se podría decir es la piedra principal con la que se construye, la que más se
utiliza, y sería la denominada piedra “molinaza”. El elevado número de muestras de
arcosas frente a las demás no debe ser indicativo del porcentaje de muestras dentro del
Buntsandstein, ya que como se indica anteriormente, las muestras se seleccionaron de
forma que fuesen lo más parecidas a las utilizadas por los antiguos maestros canteros, se
han sacado de los mismos afloramientos que ellos utilizaron, pero posiblemente,
algunas de las canteras fuesen olvidadas por falta de rentabilidad, y otras porque la
calidad de la roca empezase a bajar. También es posible que los frentes de las canteras
abandonadas, se encuentren muy alterados hoy en día por tanto tiempo expuestos a la
superficie. Las muestras que se salen de los parámetros normales fueron analizadas para
tener un conocimiento más general del entorno, pero por supuesto, que al tener gran
contenido en matriz no serían aptas para la construcción, y por eso también se le asigna
una menor importancia en este trabajo.

La clasificación de las muestras de cantera están indicadas por la colocación en


las representaciones triangulares (Fig. 24), y más adelante en la tabla 4 se encuentra la
nomenclatura de las rocas según cada autor.

Figura 24.- (A, B, C, D, E, F y G). Representaciones triangulares de las muestras extraídas de las
diferentes canteras. Al pie de figura el nombre de la cantera.

Q
100
10 gara1 c
90
gara2 o
20 gara3 p
80 q
o gara4
gara6 s
q 30
gara7 t
70
ts
60
p 40
> del 15% de matriz

50
c 50

60
40
70
30
80
20
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR

A. Muestras San Camilo

90
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Q
100
10
90
20 caña2 o
80 caña3 p
caña5 r
30 caña6 s
70
caña7 t
o 40 caña9 v
60 p
r
v
ts 50
50
60
40
70
30
80
20
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
B. Muestras Cañaheral

Q
100
10
90
20 paz1 n
80 paz2 o
paz3 p
30 q
70 nt paz4
o bal1 n
p
o
u 40 bal2 d
60 qn n
qs
r
e
mar1
mar2 o
n 50
e
50 d mar3
mar4 q
60 mar5 r
40
mar6 s
70 mar7 t
30 mar8 u
80
20 > del 15% de matriz
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR

C. Muestras Paz, Mar y Bal.

91
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Q
100
10
90
20 ara1 n
80 ara2 o
ara3 p
30 ara4 q
70
ara6 s
v l b 40 ara9 v
60
os J ara10 l
p 50 ara11 J
50 qn ara12 b
60 > del 15% de matriz
40
70
30
80
20
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR

D. Muestras Aragonesa
Aragones a

Q
100
10
90
20 mad1 c
80 mad2 o
mad3 p
q
v 30 mad4 q
70 O
N
o r
c
r mad5
u 40 mad6 s
60 pJ t
Et mad7
sK 50 mad8 u
50 mad9 v
mad10 b
b 60 mad11 J
40
mad12 K
70 mad13 N
30 mad14 O
80 mad15 E
20
90 > del 15% de matriz
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR
E. Muestras Madueño

92
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Q
100
10
90
20 oso1 n
80 oso2 o
oso3 p
30 oso4 q
70
oso5 r
40 oso7 t
60 pv oso8 u
qt 50 oso9 v
50 on
r
60
40
70
30
80
20
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR

F. Cantera Cañaveral

Q
100
10
90
20 ines1 c
80 ines2 o
ines3 p
30 ines4 q
70
ines5 r
r 40 ines6 s
60 s
u ines7 t
c p
q ines8 u
50
o 50

t 60
40
> del 15% de matriz
70
30
80
20
90
10
100

100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
FK FR

G. Cantera Santa Inés

93
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Se han representado de igual modo los datos obtenidos en los análisis químicos
en el diagrama que Pettijohn et al. 1973, construyeron para identificar los protolitos
(rocas sedimentarias de las que procedían las rocas metamórficas). Para ello se ha
representado el log (Na2O/K2O) que se trata de un índice utilizado para separar wackes
de arcosas, respecto al log (SiO2/Al2O3) que es un índice químico de madurez
mineralógica. Como puede observarse para los valores obtenidos, la mayoría de las
rocas se encuentran entre los campos composicionales de las Arcosas y Grauvacas. (Fig.
25).

Figura 25.- Diagrama de clasificación química de las rocas sedimentarias. Pettijohn et


al (1973).

94
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Figura 27.- Diagrama de composición química de las areniscas sanas. Pettijohn et al


(1972).

En las figuras 26 (alteraciones) y 27 (roca sana), se representa la clasificación de


las alteraciones en las areniscas según su composición química para Pettijohn (1972). El
Índice log(Fe2O3/K2O) es para separar arenitas líticas de arcosas y el índice
log(SiO2/Al2O3) es el Índice Químico de Madurez Mineralógica. Se puede observar la
mayor dispersión en la figura 26, y una mayor homogeneidad en la figura 27,
correspondiendo a rocas Wackes, Litoarenitas y Arcosas.

95
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Figura 28.- Sistema práctico de estudio de las areniscas y utilización de las diversas
clasificaciones (modificado de Vera y López Garrido, 1971, para areniscas de Trías del borde de
la Meseta Ibérica). Tomado de Corrales et al. (1977).

Si se comparan las rocas analizadas en el presente capítulo, con las areniscas de


Trías de borde de la Meseta estudiadas por Vera y López Garrido (Corrales, 1977), se
vería una gran similitud entre ambas. Se puede observar, que los valores hallados son
similares a los de los autores mencionados (fig. 28). Se ha de tener en cuenta que
mientras en la anterior figura no se han seleccionado las rocas, para la construcción sí
que hay un proceso de selección de material, buscando su calidad para la puesta en obra.

96
Capítulo 3 Mineralogía y petrología
Tabla 4.- Nomenclatura para cada una de las muestras utilizadas, según las clasificaciones de distintos autores.

Muestras Pey-Yuan Chen Pettijohn Mc.Bride Folk


Gara1 Arcosa muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa inmadura
2 Subarcosa inmadura Subarcosa Subarcosa Subarcosa
3 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
4 Arcosa inmadura Arcosa Subarcosa Arcosa
6 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
7 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
Caña2 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
3 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
5 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
6 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
7 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
9 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
Paz1 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
2 Arcosa litítica inmadura Arcosa Subarcosa litítica Arcosa litítica
3 Arcosa litítica inmadura Arcosa Subarcosa litítica Arcosa litítica
4 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
Bal1 Arcosa inmadura Arcosa Subarcosa Arcosa
2 Arcosa litítica muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa litítica inmadura
Mar.1 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
2 Arcosa litítica inmadura Arcosa Subarcosa litítica Arcosa litítica
3 Arcosa litítica inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa litítica inmadura
4 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
5 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
6 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
7 Arcosa litítica inmadura Arcosa Subarcosa Arcosa litítica
8 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
Ara1 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
2 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
3 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
4 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
6 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
9 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
10 Arcosa litítica muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa litítica inmadura
11 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
12 Arcosa litítica muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa litítica inmadura
Mad1 Arcosa muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa inmadura
2 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
3 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
4 Arcosa inmadura Arcosa Subarcosa Arcosa
5 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
6 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
7 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
8 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa Arcosa litítica
9 Arcosa inmadura Arcosa Subarcosa Arcosa
10 Fellitarenita muy inmadura Grauvaca litítica Grauvaca Litarenita Feldespática
11 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
12 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
13 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
14 Arcosa muy inmadura Grauvaca feldespática Subarcosa Arcosa inmadura
15 Arcosa muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa inmadura
Oso1 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
2 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
3 Arcosa madura Arcosa Arcosa Arcosa

97
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Muestras Pey-Yuan Chen Pettijohn Mc.Bride Folk


4 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
5 Arcosa madura Arcosa Arcosa Arcosa
7 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
9 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
Ines1 Arcosas muy inmadura Grauvaca feldespática Grauvaca Arcosa inmadura
2 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa Arcosa
3 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
4 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
5 Arcosa litítica inmadura Arcosa Subarcosa litítica Arcosa litítica
6 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica
7 Arcosa inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa
8 Arcosa litítica inmadura Arcosa Arcosa litítica Arcosa litítica

4.7.2.- Medio de depósito.

La nula presencia de carbonatos deja entrever poca influencia marina, al


contrario que en areniscas más orientales mencionadas anteriormente y estudiadas por
otros autores. (Sánchez Cela 1969).

La presencia de grauvacas exige un medio de depósito en el cual la erosión,


transporte y sedimentación sean rápidos, y no permitan la meteorización química de los
feldespatos. La peculiares condiciones climáticas del Permotrías en esta zona, cálidas y
áridas, con tormentas torrenciales ocasionales, favorecerían el transporte de sedimentos
desde los relieves circundantes hasta ríos tipo braided.

Las arcosas se depositarían en medios de corrientes laminares, que darían las


estratificaciones cruzadas. A veces, cuando las corrientes perdían energía, aparecerían
los depósitos con tramos arcillosos que se encuentran intercalados entre las arenas.
(López y Rodríguez-Estrella 1970).

4.7.3.- Procedencia de los clastos.

La composición y mineralogía de los materiales estudiados indica claramente su


procedencia de rocas metamórficas de bajo grado (Fig. 30), (rocas de Sierra Madrona)
todas bien representadas en el Paleozoico de la meseta (tabla 5), y de rocas ígneas
procedentes del Batolito de los Pedroches (tabla 6). En la figura 29 podemos ver
esquematizado un bloque diagrama con un corte de una idealización de la zona en
tiempos triásicos.

El alto contenido en feldespatos, (sobre el 30%) indica que el recorrido desde el


área fuente hasta la cuenca de sedimentación ha sido corto y rápido.

Los diagramas de Dickinson (1985, 86) que muestran la distribución de las


arenas derivadas de diferentes procedencias, las diferentes procedencias de sedimentos
y el ambiente tectónico asociado, dejan entrever una procedencia de bloque continental.
De igual modo, los diagramas de discriminación de ambientes tectónicos con base a la
concentración de elementos mayores de arenas y areniscas de Bathia (1983), los
clasifican como de márgenes continentales.

98
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Madrona

Montoro

Córdoba

Figura 29.- Bloque diagrama, extensión de las facies distales (fans) y el depósito de llanura
durante el inicio del Trias.

Figura 30.- Clasto de cuarzo metamórfico con límites saturado.

99
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Tabla 5.- Edad y tipos de materiales situados cronológicamente por debajo del Triásico y
situados a mayor cota que éste. (Confeccionado a partir de los Mapas Geológicos Nacionales del
IGME).

Edad de los
Materiales sedimentarios.
materiales
Ordovícico Conglomerados oligomícticos, cuarcitas, areniscas y pizarras tableadas, negras y
arenosas.
Silúrico Cuarcitas tableadas, pizarras negras y areniscas.
Devónico Conglomerados, pizarras y areniscas.
Carbonífero Pizarras negras y areniscas grauváquicas. Alternancia pelítico-grauváquicas.
Permotriásico Conglomerados y areniscas.

Tabla 6.- Unidades representativas del Batolito de los Pedroches, con la mineralogía de cada zona.
Confeccionado a partir de los datos de Vera et al. (2004).

Unidades Mineralogía.
Granítica Monzogranitos porfídicos con fenocristales de feldespatos potásicos, cuarzo,
plagioclasa y a veces cordierita en matriz biotítica - cordierítica, con moscovita
secundaria. Como accesorios presenta: circón, apatito, monacita, xenotina, ilmenita y
andalucita.
Granodiorítica Granodioritas biotíticas con anfíboles, algunas tonalitas con ortopiroxenos y accesorios
como el circón, apatito, ilmenita, allanita, biotita y anfíbol
Adamellítica Composición modal intermedia entre las dos anteriores. (Carracedo, 1991)

Las mineralizaciones de la tabla 6, se encuentran distribuidas según se detalla en


la figura 31.

* MQNTORO

Fig 31.- Esquema cartográfico del Batolito de los Pedroches y su entorno. DB: Don Benito;
P: Pozoblanco; L: Linares. Plutones: 1: granodiorítico de los Pedroches; 2: Linares; 3:
Campanario – La Haba; 4: Santa Eufemia; 5: El Guijo; 6: Mogabar; 7: Cardeña – Virgen
de la Cabeza; 8: Arquillos. Vera et al (2004). Modificado del Mapa Geológico de la
Península Ibérica, Baleares y Canarias (Rey y Olaverri, 1980).

100
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

La posible cuenca de procedencia de los materiales permotriásicos, comienza de


norte a sur con las rocas de Sierra Madrona y Sierra Quintana, de edades ordovícicas,
silúricas y devónicas, la cuenca carbonífera de los Pedroches, cortada por su mitad por
el complejo batolítico de los Pedroches (Figuras: 29, 31, 32 y 33), representado por tres
unidades principales (granítica, adamellítica y granodiorítica), (Fig 31), y de nuevo los
afloramientos devónicos y carboníferos sobre los que descansa discordante el permo-
trías. (Fig. 33).

Todos los materiales detallados en las tablas 5 y 6, se encontraban formando


parte de la costa en el momento que los ríos braided vertían hacia la cuenca
permotriásica los aportes terrígenos que dieron lugar a la piedra molinaza. El batolito de
los Pedroches partió la antigua cuenca carbonífera y formó una alineación magmática
que se situó al norte de los actuales depósitos permotriásicos de Montoro, en el margen
somero de la cuenca, proporcionando con el tiempo sedimentos al permotrías. (fig. 29 y
32)

Fig. 32.- Mapa geológico actual donde se detallan los afloramientos triásicos de la zona de
Montoro, y en A-A´el corte de la figura 33.

101
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

Montoro Pedroches Madrona SO-NE

A´ cota 1200 Alcudia A


cota 700 cota 650
cota 600
cota 200

25 Km

Figura 33.- Corte geológico actual, desde el Valle de la Alcudia, hasta los afloramientos
Permotriásicos de Montoro, pasando por Sierra Madrona y el Batolito de los Pedroches. En el
corte se representan los materiales que pudieron abastecer al triásico de Montoro.
.
Al encontrarse la cota media de Pedroches 60-70 m por encima de la media del
resto de la Mancha, y Madrona casi 500 metros más alta, (figura 33), puede suponerse
que exista una falla inversa de empuje hacia el sur de todo el Macizo Ibérico. Esa
hipotética falla quedaría representada en la figura 34, y en su tiempo habría
rejuvenecido la zona aumentando la erosión.

Fig. 34.- Explicación mediante falla inversa de la mayor elevación de Pedroches sobre la Meseta.

102
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

5.- Conclusiones.

- Al tratarse de una roca detrítica presenta una textura clástica, con minerales
procedentes de las rocas preexistentes que han sufrido un transporte hasta la
zona de depósito, así como otros formados o depositados durante y después
del depósito.
- En el Buntsandstein las rocas generalmente son inmaduras, aunque las
empleadas para la construcción -de mejores propiedades mecánicas- tienen
mayor grado de madurez en el sentido de Folk (1974), ya que para Chen
(1968) prácticamente todas las muestras son inmaduras.
- Las areniscas presentan más madurez en las canteras antiguas que en las
actuales, posiblemente por la selección, o simplemente casualidad al existir
hoy en día una o dos canteras activas.
- El tamaño de grano medido con diámetro de malla en lámina delgada oscila
entre 62 y 250 micras (areniscas de grano fino a muy fino).
- La medida de la dispersión es bastante variada, aunque el sorting no suele
pasar de 0.5, la mayoría menores de 0.35.
- La morfología de los granos es subredondeada a subangulosa de baja
esfericidad. (Pettijhon et al., 1972).
- Empaquetamiento entre tangente y completo. (Griffiths, 1967).
- La mineralogía es muy homogénea, con cuarzo, feldespato potásico (ortosa y
microclina), micas y oxihidróxidos de hierro.
- Los principales procesos que afectan a la estabilidad mineral son la
corrosión, neoformación y transformación. Otros procesos importantes son la
cementación, compactación y la disolución.
- Los parámetros que controlan los procesos diagenéticos son pH, Eh y
fenómenos de absorción, junto la temperatura, el tiempo y la presión.
- Los cementos predominantes son silíceo, ferruginoso y arcilloso.
- La mayoría de las rocas de los afloramientos son arcosas y grauvacas, con
intercalaciones de arcilla, aunque en los edificios predominan las arcosas por
motivos de calidad de la roca.
- El medio de depósito fue en ríos anastomosados cercanos a costas, pero con
poca influencia marina y un clima cálido seco.
- El área madre o de procedencia de los granos detríticos, son los granitos de
Los Pedroches, y las cuarcitas y pizarras. Estas últimas bien representadas en
el Paleozoico de la meseta.
- Los diagramas de Dickinson y Bathia de procedencia, muestran origen
continental de los sedimentos protolitos de las rocas.

103
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

6.-Bibliografía.

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107
Capítulo 3 Mineralogía y petrología

108
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Propiedades físico químicas

109
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

PROPIEDADES FÍSICO-QUÍMICAS

1.- Introducción 111


1.1. Objetivo 112
2.- Materiales y métodos 112
2.1. Muestras 112
2.2. Peso específico, densidad 112
2.3. Porosidad 112
2.3.1 Porosimetría de mercurio 113
2.4. Absorción de agua 114
2.5. Humedad 114
2.6. Resistencia a compresión simple 114
2.7. Microscopía electrónica de barrido 115
2.7.1. Preparación de muestras 116
2.7.2. EDAX 116
2.8. Ascenso capilar. Permeabilidad 117
2.9. Pérdida de agua. 118
3.- Resultados 119
3.1. Peso específico, densidad 119
3.2. Porosidad 122
3.2.1. Porosimetría de mercurio 123
3.3. Absorción de agua 127
3.4. Humedad 128
3.5. Determinación de la dureza de Schmidt. Esclerómetro. 128
3.5.1 Resistencia a compresión simple 129
3.6. Microscopía electrónica de barrido. EDAX. 130
3.7. Permeabilidad y Ascenso capilar. 130
3.8. Perdida de agua por evaporación. 132
4.- Discusión 133
5.- Conclusión 141
6.- Referencias. 142

110
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Propiedades físico químicas.

1.- Introducción.

Los maestros canteros y constructores siempre seleccionaban las rocas por sus
propiedades físicas, según el fin para el que estaban destinadas. A lo largo de la historia
el hombre ha realizado muchísimas construcciones, cada una con un sentido o una
finalidad diferente:

1) Algunas construidas con materiales adecuados, buenas proporciones


y preparación del terreno mediante estudios previos.
2) Otras veces el hombre se ha dejado llevar por su vanidad, ha
escatimado en materiales pensando en su beneficio económico, o ha
creado edificaciones de proporciones alejadas de toda lógica natural.
Con el tiempo, la misma naturaleza que impone sus leyes frente a los
hombres, ha relegado esas construcciones a inmensos montones de
escombros.

Es difícil hablar de edificaciones desaparecidas por errores constructivos o por


mala elección de materiales, ya que no han quedado dibujos o planos, ni hay modelos de
estructuras antiguas. En cambio las que han permanecido en pie nos hablan de su
perfecta ejecución.

A nivel constructivo (en roca), poco se puede saber hoy que nuestros
antepasados no experimentasen con anterioridad. Se ha ido heredando la información
que proporcionan los edificios que se han mantenido en pie por su perfección. Hoy día
se pueden analizar tanto a escala macroscópica como microscópica, las propiedades de
cada una de las circunstancias que motivan la degradación de un edificio, de forma que
se pueden explicar los distintos procesos degradativos. Para entender esta degradación,
se hace necesario el estudio de los materiales mediante el análisis de sus propiedades
físicas.

La caracterización de las rocas y el estudio de su comportamiento mecánico y


deformacional es muy complejo, debido a la gran cantidad de características y
propiedades que presentan, y al elevado número de factores que los condicionan.
(González de Vallejo et al, 2002). La finalidad de este capítulo es conocer y predecir el
comportamiento de los materiales ante la actuación de los procesos y fuerzas externas e
internas que se ejercen sobre ellos.

Las propiedades físicas de las rocas son el resultado de su composición


mineralógica, fábrica, historia geológica, deformacional y ambiental, incluyendo los
procesos de realteración y meteorización. Serán por tanto las propiedades físicas de las
rocas las que determinen su comportamiento mecánico. La determinación de estas
propiedades físicas se lleva a cabo mediante técnicas específicas y ensayos de
laboratorio (González de Vallejo et al. 2002). Las propiedades físicas o propiedades
índice de las rocas que más influyen en el comportamiento mecánico son: la porosidad,
el peso específico, la permeabilidad, la alterabilidad, la resistencia y la velocidad de
propagación de las ondas sónicas. De ellas va a depender la accesibilidad de los agentes
geológicos a la matriz rocosa, y por tanto su alterabilidad y resistencia.

111
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

1.1.- Objetivo. En este capítulo se pretende estudiar las propiedades físico-


químicas fundamentales de las rocas, para entender su comportamiento frente a los
agentes geológicos externos.

2.- Materiales y métodos.

2.1.- Muestras.

Se tomaron muestras inalteradas de canteras y afloramientos, sobre las que se


han realizado los distintos ensayos. Se han seleccionado los trozos más sanos, aunque
también se han recogido otros alterados para comparar entre ambos. Se supone que el
maestro cantero extraía la piedra buscando la mejor calidad posible, y que las canteras
que están actualmente abandonadas lo han sido: por agotamiento, por acabado de la
obra para la que se abrieron o por falta de rentabilidad. Que no fuesen rentables en el
pasado no quiere decir que hoy no lo sean, aunque también es verdad que los permisos y
exigencias medioambientales para abrir una cantera no son los mismos que antaño.

2.2.- Peso específico o peso unitario y densidad (masa por unidad de


volumen).

Es el peso por unidad de volumen. Sus unidades son de fuerza. Para determinar
el peso aparente se pesaron las muestras tal y como se recibieron en laboratorio, y a
continuación se pesaron las muestras saturadas en una balanza hidrostática. El empuje
se calculó mediante la diferencia de las pesadas anteriores, obteniéndose el volumen de
la muestra. El cociente entre el peso y el volumen, sirve para calcular el peso específico,
cuyas unidades son las de fuerza por unidad de volumen. En la bibliografía geotécnica
se emplea el término densidad, aunque se esté haciendo referencia al peso específico. Al
trabajar con peso debe quedar claro que se trabaja con unidades de fuerza y no de masa,
así:

γ = ρ*g = 1 gramo (masa)/cm3 * 980 cm/s2 = 980 dinas/cm3 = 1


gramo(fuerza)/ cm3 ó γ= 1000 Kg/m3 * 9,8 m/s2 = 9800 N/m3= 1000 Kp/m3.

Para una perfecta determinación y descripción de las propiedades de las


muestras, se calculó su densidad aparente, seca y saturada.

2.3.- Medida de la porosidad.

Es la relación entre el volumen ocupado por los poros o huecos de la roca y el


volumen total, (partículas sólidas más huecos).

n(%)=Vv/V.

El volumen de huecos se entiende como la suma de huecos y fisuras.

El comportamiento físico de las rocas depende tanto de la porosidad total como


del tamaño, forma y grado de conexión entre los poros.

112
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

La porosidad, se puede determinar de las siguientes formas:

- A partir de la densidad.
- A partir del agua absorbida tras saturar la roca con agua.
- Saturando la roca con mercurio introducido a presión.
- Midiendo el volumen de sólidos y de aire utilizando la Ley de
Boyle.

En el presente trabajo se ha utilizado tanto la técnica de saturación en agua


destilada y picnómetro, como la porosimetría de mercurio. Se realizó sobre un testigo de
roca por métodos de saturación (según las recomendaciones ISRM (1981)).

Una porosidad eficaz se define también como la relación entre el volumen de


poros interconectados y el volumen de la muestra. En rocas es frecuente que los poros
no se encuentren interconectados, por lo que la porosidad real será mayor que la eficaz.
El índice de poros es la relación entre el volumen ocupado por los huecos, y el volumen
ocupado por las partículas sólidas.

2.3.1.- Porosimetría por intrusión de mercurio.

Se basa en los fenómenos de capilaridad generados por los líquidos que no


mojan los sólidos con los que están en contacto. Así un líquido como el mercurio que no
penetra espontáneamente en los conductos capilares, precisa una presión "p" para su
introducción que es inversamente proporcional al radio "r" de los mismos:

r = 2 σ cos α / p

donde: "σ" es la tensión superficial del mercurio, y "α" el ángulo de contacto sólido-
líquido.

En el caso de conductos cilíndricos ideales, de acuerdo con los valores


normalmente aceptados para los materiales rocosos ("σ": 480 dinas/cm y "α": 141,3º),
dicha relación
es:

r = 7'5 / p [1]

donde el radio de los capilares "r" viene expresado en μm, y la presión "p" en Kg/cm2.

El ensayo porosimétrico consiste en inyectar mercurio a presión y registrar el


volumen de mercurio absorbido. Para cada intervalo de presión considerado, el volumen
de mercurio absorbido nos indica el volumen de poros de la muestra que tienen un
determinado intervalo de tamaño de acceso.

Las presiones aplicadas se sitúan frecuentemente entre 0,1 y 2000 Kg/cm2 y de


acuerdo con la expresión [1], se obtiene la distribución del volumen de poros dentro del
rango de acceso de poro 75 a 0,0037 μm. (Alonso 2002).

Este ensayo permite además conocer la densidad real y aparente, así como la
porosidad total accesible al mercurio. Posibilita la determinación de la distribución

113
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

porosimétrica de macroporosidad y microporosidad, estableciendo el límite entre ambas


en 5 μm de diámetro de poro. La importancia de determinar la macroporosidad y
microporosidad, se basa fundamentalmente en el hecho de que a igualdad de
condiciones, la microporosidad suele propiciar más alteración de los materiales.

Se ha utilizado el porosímetro de mercurio Micromeritcs, Autopore IV, 9500. El


rango de medida de tamaño de poro comprende desde los 0.001 hasta los 1000 μm, y la
presión ejercida para la intrusión del mercurio abarca desde 15 psi hasta 60000 psi. La
muestra a ensayar se ha secado en estufa durante 24 h a 70+/-5ºC y se ha introducido en
desecador a temperatura ambiente 1 h antes de proceder con la porosimetría. Durante la
realización del ensayo la temperatura se ha mantenido constante. A 20+/-4ºC.

2.4.- Medida de la absorción de agua.

Es una característica fácil de obtener y se utiliza mucho en ingeniería civil para


definir la calidad de una roca. Proporciona información sobre el grado de meteorización
o fisuración por comparación con muestras del mismo material sin alterar. El ensayo
consiste en sumergir las muestras en un recipiente con agua, en las condiciones
establecidas en cada uno de los distintos tipos de ensayo que existen normalizados. Es
un ensayo que se emplea muy a menudo para determinar la alterabilidad potencial de las
rocas.

Se diferencian los siguientes tipos de absorción:

- Absorción de agua por inmersión libre o forzada.


- Absorción de agua por higroscopicidad.
- Absorción de agua por capilaridad.

Estos ensayos se pueden realizar por las normas UNE 83-133-90 y 83-134-90.

La absorción es la relación entre el peso del agua que contiene una muestra
saturada y el peso de la muestra seca, expresado en %.

A= (Psat-Pd) x 100/ Pd

La saturación de la muestra se realiza sumergiéndola en agua durante 24 horas.

2.5.- Medida de la humedad.

Se realiza sobre muestra inalterada, siguiendo las recomendaciones ISRM


(1981). Se obtiene mediante la relación entre el peso de la roca en su estado natural y el
secado en estufa hasta valor constante.

2.6.- Resistencia a compresión simple.

Se determina a través del ensayo de resistencia a compresión simple. Se trata de


un ensayo que aunque parece sencillo, es relativamente complicado, ya que exige una

114
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

meticulosa preparación de las probetas, una cuidada ejecución del ensayo y una
interpretación teórica rigurosa. Tienen gran influencia en el resultado obtenido el
tamaño de las probetas, la velocidad del ensayo, la calidad de las superficies de contacto
con la carga y el contenido de agua.

Otra forma de medir la compresión simple in situ (sin alterar el monumento), es


el Martillo de Schmidt o Esclerómetro, que indica la dureza superficial de la roca. Este
ensayo permite estimar de forma aproximada la resistencia a compresión simple
mediante una sencilla correlación, siendo aplicable fundamentalmente a matriz rocosa.
Su uso está muy extendido debido a la facilidad y rapidez de utilización.

Es un pequeño aparato de geometría cilíndrica que dispone de un muelle en su


interior y de una punta retráctil, que al ser presionada contra la roca hace que el muelle
se dispare. La zona a ensayar ha de estar limpia y libre de fisuras y grietas, por lo que se
ha de eliminar la roca meteorizada. El aparato se ha de colocar perpendicular al plano
del ensayo. Dependiendo de la posición del esclerómetro, se utilizará una u otra de las
escalas marcadas en el martillo. En función de la mayor o menor dureza de la roca, el
muelle sufrirá un mayor o menor rebote, que quedará reflejado en el aparato. Se han de
efectuar diez medidas, de las cuales se eliminarán las cinco más bajas y con las restantes
se hará un promedio.

Los valores se introducirán en un ábaco de entrada múltiple: densidad,


inclinación del plano ensayado y del martillo, y se correlacionará con la RCS,
(resistencia a compresión simple). Se mide un índice de rebote, denominado “Ir”, y la
norma a aplicar son las recomendaciones ISRM (1978) y la UNE 83-307/86.

2.7.- Microscopía electrónica de barrido.

La resolución del SEM es del orden de 200 Å y la magnificación superior a


50000 x, situándose en un rango entre el microscopio de luz transmitida y el microcopio
electrónico de transmisión (TEM).

En el SEM un haz de electrones con una energía entre 1 y 50 KeV y un vacío de


10-7 bars, se hace incidir sobre una muestra gruesa opaca a los electrones. Este haz
electrónico se focaliza sobre la superficie de la muestra, describiendo un conjunto de
líneas paralelas. Como resultado de la interacción de los electrones incidentes con la
muestra, se producen una serie de fenómenos entre los que cabe destacar:

1) La emisión de electrones secundarios con energías de unas pocas decenas de


eV (inferior a 50 eV). Esta señal se emplea para el estudio morfológico de
las muestras, con imágenes de alta resolución.
2) La emisión de electrones retrodispersados de alta energía (backscattered
electrons- BSEs), que permite la obtención de imágenes y topografía de la
superficie.
3) Emisión de energía dispersiva que permite realizar determinados análisis.

115
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

2.7.1.- Técnicas de preparación de las muestras.

Pueden ser masivas o en partículas, y dentro de las primeras se incluirían los


trozos de rocas (con un tamaño desde 1 cm hasta 1 micra). Un requisito esencial es que
las muestras han de permanecer a potencial cero o tierra durante su observación. La
preparación de la muestra se ocupa de este aspecto.

Los materiales masivos se pegan a un soporte


metálico en forma de disco con una pasta de plata
coloidal o cinta de cobre (fig. 1). Así se logran dos
objetivos: fijar la muestra al soporte y establecer un
contacto conductor de la electricidad entre el soporte
y la muestra.

Las muestras deben ser estables a la


irradiación con electrones (en ocasiones, hay que
modificar el voltaje acelerador y la densidad de la
corriente para no degradarla). Es necesario tomar
precauciones, para evitar que el método de
preparación, altere las características o propiedades
del material que se desea estudiar. En SEM el
diámetro de las muestras puede ser de hasta unos 75
mm y su espesor de unos 50 mm.
Fig.1.- Muestras en pastillas
preparadas para su estudio mediante
el EDX.

2.7.2.- Microanálisis por dispersión de energía. (EDX).

El bombardeo de la superficie de una muestra por un haz de electrones da lugar a


una serie de señales y a la emisión de rayos X. Un microscopio equipado con un sistema
de detección de rayos X se puede utilizar para fines microanalíticos. Hay dos sistemas
de detección: de longitud de onda (WDS) y de dispersión de energía (EDS).

Los fotones X generan una señal eléctrica, que tras ser ampliada, es tratada en el
analizador multicanal, el cual permite separar e integrar esos fotones X según su
energía. El espectro aparece instantáneamente sobre un monitor, que está constituido
por 1024 canales de energía, en los que se van registrando (expresados en números de
cuentas) los elementos unidad o pulsos. Un pulso es la corriente que fluye del detector,
cuando un fotón X incide sobre el mismo para un tiempo extraordinariamente pequeño,
menos de 1 microsegundo. La posición de los diferentes picos del espectro está
relacionada con la energía de los fotones característicos del elemento químico emisor, y
su altura es función del contenido de este elemento en el material.

El sistema EDS permite obtener simultáneamente todos los datos en un tiempo


medio por análisis de unos minutos. Es recomendable para elementos químicos con
número atómico Z>10, (aunque en algunas posiciones concretas pueden obtenerse datos
de C, N y O), con una precisión aproximada de 2% y un límite inferior de detección
entre 0,1 y 0,01%.

116
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Los microanálisis pueden realizarse puntual o arealmente en una muestra. Hay


que tener en cuenta que la resolución espacial es peor que la proporcionada por la
imagen, y que cualquier partícula o deshomogeneidad no visibles (situadas por debajo
de la superficie de la muestra) contribuye al espectro analítico final. En el caso habitual
de que no se realicen microanálisis sobre muestras pulidas (sino sobre muestras masivas
o en polvo), la información analítica proporcionada por los rayos X debe ser corregida
(corrección ZAF) por los siguientes factores: diferencias en la dispersión de los
electrones en función del número atómico de los elementos (Z), la propia absorción de
los rayos X (A) y el fenómeno de fluorescencia de los rayos X (F). Esta corrección va
implícita en el programa.

2.8.- Permeabilidad y Ascenso capilar.

Se realizaron dos ensayos distintos, uno de percolación y otro de ascenso capilar.


Se realizó un primer ensayo de permeabilidades en probetas a las que se
impermeabilizaron sus laterales con silicona, y se hizo percolar agua destilada a través
de ellas. Dichas probetas tenían dimensiones de 7 x 5 x 5 cm. La circulación de fluidos
por capilaridad en las rocas, es uno de los principales fenómenos involucrados en los
procesos de deterioro de las mismas cuando se utilizan como materiales de
construcción, tanto en forma de sillares o plaquetas de revestimiento. Dicho proceso es
conocido desde antiguo (Maximilian 1981). Se midió el tiempo que el agua tardó en
atravesar la probeta de arriba abajo.

La permeabilidad del testigo o muestra de roca aporta información sobre la


posible interconexión entre los poros y microfisuras existentes en la misma.

Para la medición del coeficiente de capilaridad C se siguió el “ensayo francés”,


descrito por Maximilian (1981). El coeficiente de capilaridad viene dado por:

C= M/S

Este ensayo de capilaridad realizado es también muy sencillo. La muestra es un


cubo de 50 mm. de lado, se coloca dentro de un recipiente sobre un papel de laboratorio
en contacto con el agua, que permite que la cara inferior de la muestra esté humedecida.
Cada vez que el nivel baje un poco, se añade agua. A intervalos periódicos de tiempo, se
pesa la muestra y se determina el incremento de peso que va experimentando a lo largo
del ensayo por efecto de la absorción capilar. Con estos datos se construye una gráfica
que muestra el incremento de peso por unidad de superficie de la base con respecto al
tiempo (expresado en función de la raíz cuadrada del tiempo). La pendiente de la parte
recta de la gráfica corresponde al coeficiente de capilaridad (C) en g/m2 s0,5.

Aunque no está normalizado, se puede determinar también otro coeficiente, el de


penetración capilar (A) (Maximiliam 1981, Torraca 1986). Para ello se mide la altura
alcanzada por el agua absorbida por capilaridad a intervalos periódicos de tiempo en
función de la raíz cuadrada del tiempo. El coeficiente de penetración capilar
corresponde a la parte recta de la gráfica construida a partir de los datos medidos. (Ruiz
de Argandoña, 2008).

117
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Los resultados obtenidos en este ensayo, proporcionan mucha información sobre


la capacidad natural de la roca de absorber agua sólo por fuerzas capilares, y permiten
establecer una relación significativa entre el comportamiento cinético de la absorción
del agua y la porosidad libre y atrapante, así como del grado de conectividad del sistema
poroso.

2.9.- Pérdida de agua. Desorción libre.

El ensayo consiste en saturar de agua la porosidad accesible de la roca. Este


ensayo pretende que las probetas absorban la máxima cantidad posible de agua y para
ello se tienen metidas durante 48 horas en un recipiente con agua destilada. Después se
extraerán las probetas, se secarán ligeramente y se pesarán.

Los materiales rocosos son capaces de retener agua, debido a la presencia de


espacios vacíos (porosidad) o de minerales higroscópicos por diversos mecanismos. Si
las condiciones climáticas cambian, en el sentido de facilitar la evaporación, entonces el
agua que se encuentra en el interior, tenderá a salir al exterior (desorción).

Para su cálculo se realiza una curva de secado del material rocoso. Los
resultados son afectados profundamente por las fluctuaciones de humedad (Alonso et
al., 1987). Las probetas se colocan en un recipiente aislado del exterior (cámara
climática) donde se controla la temperatura y la humedad. Se calcula la pérdida de masa
por evaporación y por unidad de superficie, respecto al tiempo (expresado en función de
la raíz cuadrada del tiempo). La primera parte de la curva nos dará la información sobre
la pérdida de agua o desorción libre.

118
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

3.- Resultados.

3.1.- Peso específico o peso unitario y densidad.

La media de densidades de las 66 muestras analizadas es de 2.148 g/cm3, 39


están por debajo de la media y el resto por encima (fig. 2). Su desviación estándar
poblacional o desviación típica es de 0.128. Las mayores densidades las aportan las
canteras del Cerro: del Cañaheral “Caña” donde se alcanzan valores de 2.57 g/cm3, la
actual de Madueño “Mad” 2.47 g/cm3 y la de Santa Inés “Inés” con 2.33 g/cm3, el resto
son valores un poco más bajos, aunque todas suelen tener algún valor por encima de la
media. Los valores más bajos se obtienen en el balneario de Marmolejo, en concreto en
la cantera del arroyo de las Graíllas, (llamadas “Mar”), así como en la cantera de la
Aragonesa “Ara”. Estas muestras alteradas y sin alterar se identificaron y analizaron
para compararlas.

Densidad aparente

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

0.500

0.000

Fig. 2.- Valores de densidad aparente de las muestras de cantera.

Mediante porosimetría de mercurio se midieron las densidades aparentes,


obteniendo resultados muy cercanos a los calculados mediante inmersión en picnómetro
tal y como se muestra en la tabla 1.

Tabla 1.- Comparación de los valores de densidades aparente (g/cm3) realizados por
inmersión en agua, y porosimetría de mercurio.

Gara4 Caña6 Paz2 Bal2 Ara9 Mad8 Oso4 Inés2


Aire libre 2.02 2.57 2.08 2.36 2.04 2.24 2.01 2.02
Porosimetría 1.92 2.42 2.30 2.26 2.03 2.23 2.00 2.06
Variación 0.1 0.15 0.22 0.1 0.01 0.01 0.01 0.04

119
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Los valores máximos, mínimos y medios de densidad aparente en cada cantera


son los expresados en la tabla 2.

Tabla 2.- Valores de densidades aparentes máximas, mínimas y medias de cada una de las canteras estudiadas (g/cm3).

Cantera Máximas. Mínimas Medias


Garabitera— Gara 2.18 1.97 2.07
Cañaheral—Caña 2.57 2.05 2.24
Paz—Paz 2.23 2.05 2.11
Balneario—Bal 2.36 2.16 2.26
Graillas—Mar 2.28 2.06 2.15
Aragonesa—Ara 2.12 1.93 2.03
Madueño—Mad 2.48 2.03 2.14
Cañaveral—Oso 2.27 2.01 2.17
Santa Inés—Inés 2.33 2.02 2.12

Se realizó la misma operación con el peso de la roca secada en estufa hasta peso
constante, obteniendo para las densidades secas los siguientes resultados (fig. 3).

Densidad seca

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

0.500

0.000

Fig. 3.- Valores de densidad seca de las muestras de cantera.

Las medias de densidades secas obtenidas son de 2.12 g/cm3 y las desviaciones
típicas 0.129. Los valores mayores de densidad seca son de nuevo los correspondientes
a las muestras Caña 5 y 6.

Los valores máximos, mínimos y medios de densidad seca en cada cantera son
los expresados en la tabla 3:

120
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 3.- Valores de densidades secas máximas, mínimas y medias de cada una de las canteras estudiadas (g/cm3).

Cantera Máximas. Mínimas. Medias


Garabitera— Gara 2.14 1.94 2.05
Cañaheral—Caña 2.56 2.03 2.22
Paz—Paz 2.20 2.02 2.34
Balneario—Bal 2.24 2.14 2.19
Graíllas—Mar 2.24 2.04 2.13
Aragonesa—Ara 2.05 1.91 1.78
Madueño—Mad 2.46 2.02 2.19
Cañaveral—Oso 2.24 2.00 2.15
Santa Inés—Inés 2.28 2.14 2.24

Los valores de las muestras saturadas se representaron en la figura 4:

Densidad saturada

3.000

2.500

2.000

1.500

1.000

0.500

0.000

Fig. 4.- Valores de densidad saturada de las muestras de cantera.

Las medias obtenidas son de 2.26 g/cm3, y las desviaciones típicas de 0,109. Los
valores mayores son los correspondientes a las muestras Caña 5 y 6.

Los valores de densidad saturada máximos y medios de cada cantera son los
expresados en la tabla 4:

121
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 4.- Valores de densidades saturadas máximas, mínimas y medias de cada una de las canteras estudiadas (g/cm3).

Cantera Máxima Mínima Medias


Garabitera— Gara 2.27 2.10 2.20
Cañaheral—Caña 2.59 2.18 2.34
Paz—Paz 2.33 2.18 2.24
Balneario—Bal 2.39 2.26 2.33
Graíllas—Mar 2.38 2.18 2.26
Aragonesa—Ara 2.21 2.04 2.13
Madueño—Mad 2.52 2.16 2.32
Cañaveral—Oso 2.40 2.15 2.30
Santa Inés—Inés 2.44 2.14 2.24

3.2.- Medida de la porosidad libre.

La media de porosidades obtenidas para nuestras muestras es de un 14% y la


desviación estándar es 0.028. En la tabla 5 se expresan los valores para cada cantera.

En la figura 5 se pueden ver reflejados los distintos valores de porosidad para


cada una de las muestras analizadas. Las porosidades bajas van a conferir a las muestras
unas mejores propiedades físicas (entre ellas la dureza).

Porosidad

0.250

0.200

0.150

0.100

0.050

0.000

Fig. 5.- Representación gráfica de los valores de porosidades obtenidos para cada una de las muestras analizadas.

122
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 5.- Valores en % de porosidades máximas, medias y mínimas de cada una de las canteras estudiadas.

Cantera Porosidad Porosidad Medias


Max Min
Garabitera— Gara 0.16 0.12 0.15
Cañaheral—Caña 0.16 0.03 0.11
Paz—Paz 0.16 0.13 0.15
Balneario—Bal 0.15 0.12 0.14
Graillas—Mar 0.15 0.12 0.14
Aragonesa—Ara 0.19 0.13 0.16
Madueño—Mad 0.23 0.06 0.13
Cañaveral—Oso 0.16 0.12 0.14
Santa Inés—Inés 0.17 0.12 0.15
Piloto—Pil 0.14 0.12 0.13

3.2.1.- Porosimetría por intrusión de mercurio.

Mediante porosimetría de intrusión de mercurio, se obtuvieron los valores de


porosidad, superficie específica y diámetros de poros que se expresan en la tabla 6. Las
relaciones entre micro y macroporosidad se dan en la tabla 7, la distribución de tamaños
de poros en tanto por ciento se encuentran en la tabla 8, y la distribución modal del
diámetro de poro mediante el % de incremento de volumen de intrusión respecto al
tamaño de poro se encuentra representado en las figuras 6 a 13.

Tabla 6.- Valores característicos de las muestras obtenidos mediante porosimetría de mercurio.

Porosidad de Porosidad Superficie Mediana Mediana Diámetro de


Hg % agua % específica m2/g diámetro de diámetro de poro medio
poros (Volumen) poros μm
μm (Área)μm
Ara 9 0.13 0.19 0.014 19.72 18.65 18.68
Bal 2 0.11 0.15 1.15 0.91 0.038 0.17
Mad 8 0.12 0.12 1.09 3.12 0.022 0.21
Caña 6 0.05 0.03 1.19 1.16 1.034 0.076
Gara4 0.19 0.15 1.81 17.30 0.012 0.22
Oso4 0.18 0.16 0.19 13.71 0.27 1.90
Paz 4 0.12 0.13 0.76 1.8 0.048 0.27
Inés 2 0.11 0.16 0.023 10.15 9.66 9.40

Tabla 7.- Relación entre la microporosidad y la macroporosidad de las muestras estudiadas.

Microporosidad < 5 Macroporosidad Intrusión total mL/g Volumen atrapado a


μm en % > 5 μm en % 18 psi mL/g
Ara 9 0.5 99.5 0.063 0.062
Bal 2 93.7 6.3 0.050 0.034
Mad 8 53.9 46.1 0.057 0.048
Caña 6 93.6 6.4 0.023 0.016
Gara4 25.2 74.8 0.10 0.094
Oso4 23.5 76.5 0.092 0.085
Paz 4 94.6 5.4 0.052 0.044
Inés 2 2.1 97.9 0.054 0.051

123
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 8.- Relación porcentual de tamaños de poro de las muestras analizadas por porosidad de mercurio.

<0.01 μm 0.01-0.1μm 0.1-1 μm 1-10 μm 10-100 μm >100 μm


Ara 9 0 0 0.05 2.35 93.85 3.74
Bal 2 0.11 15.14 38.08 40.75 1.81 4.11
Mad 8 0.69 9.53 18.92 59 8.1 3.74
Caña 6 1.20 29.2 60.90 2.75 2.17 3.79
Gara4 1.28 6.22 8.56 15.42 64.34 4.19
Oso4 0 0.68 10.41 22.48 63.90 2.54
Paz 4 0 10.61 24.52 60.78 2.34 1.76
Inés 2 0 0 0.26 45.51 50.88 3.35

Distribución modal del diámetro de poro de las muestras ensayadas.

Fig. 6.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Ara 9.

Fig 7.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Bal 2.

124
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Fig. 8.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Mad 8.

Fig. 9.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Caña 6.

Fig. 10.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Gara 4.

125
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Fig. 11.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Oso 4.

Fig. 12.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Paz 2.

Fig. 13.- % de incremento de volumen de intrusión respecto al tamaño de poro para Inés 2.

126
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

3.3.- Medida de la absorción de agua.

La absorción de agua para las distintas muestras se representó en la figura 14.


Absorcion

12.000

10.000

8.000

6.000

4.000

2.000

0.000

Fig. 14.- Valores de absorción para las muestras analizadas.

En las figuras anteriores se puede observar la relación existente entre la


porosidad y la absorción, ya que ambos parámetros se encuentran relacionados entre sí.
Los valores que destacaron por su porosidad, también lo hacen ahora por su absorción.
Son gráficas muy parecidas en ellas sobresalen por su baja absorción las muestras Caña
5 y 6, junto a Mad 14, mientras que en el extremo contrario se encuentran las Mad 10, y
otras muchas con valores entre el 7 y 9 %. (tabla 9).

La absorción media ha sido del 6,70%, y la Desviación Típica de 1,53.

Tabla 9.- Valores en % de absorción máxima, medias y mínima de cada una de las canteras estudiadas.

Cantera Máximo Mínimo Medias


Garabitera— Gara 8.20 5.75 7.28
Cañaheral—Caña 7.79 1.33 5.29
Paz—Paz 7.65 5.72 7.08
Balneario—Bal 6.74 5.61 6.18
Graillas—Mar 7.22 5.44 6.48
Aragonesa—Ara 9.92 6.61 7.89
Madueño—Mad 11.4 2.50 6.12
Cañaveral—Oso 7.86 5.60 6.69
Santa Inés—Inés 8.35 5.88 7.28

127
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

3.4.- Medida de la humedad.

Los valores de humedad se representaron en la figura 15.


Humedad

8.000

7.000
6.000

5.000
4.000

3.000
2.000

1.000
0.000

Fig. 15.- Valores de humedad para las muestras estudiadas.

Las medias de humedades han sido de 1.37%, y las desviaciones típicas de 1.14.
Los valores de humedades máximas, medias y mínimas son los expresados en la tabla
10.

Tabla 10.- Valores en % de humedades máximas, medias y mínimas de cada una de las canteras estudiadas.

Cantera Humedad Humedad Medias


Max Min
Garabitera— Gara 1.80 0.67 1.05
Cañaheral—Caña 1.49 0.24 0.57
Paz—Paz 1.35 0.73 1.02
Balneario—Bal 5.39 1.20 3.30
Graíllas—Mar 3.30 0.48 1.31
Aragonesa—Ara 7.04 1.10 2.54
Madueño—Mad 4.03 0.54 1.14
Cañaveral—Oso 1.25 0.48 0.92
Santa Inés—Inés 2.95 0.66 1.45

3.5.- Determinación de la dureza de Schmidt. Esclerómetro.

Se ha realizado por tratarse de un ensayo no destructivo, y se ha utilizado para


un primer acercamiento a la resistencia a compresión simple allá donde no se podían
emplear métodos destructivos (tabla 11). Se ha empleado en canteras y edificios de
Montoro como: Casas de Tercias, Puente de las Donadas, Iglesia de Santa Ana, Iglesia

128
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

de San Bartolomé, Ayuntamiento, Convento y Plaza de toros. Dentro del término


municipal se han hecho mediciones también en los cortijos de la Loma del Cañaheral,
Verdizales y Molino de la Garabitera. En Villa del Río se han efectuado mediciones en
la Iglesia de la Inmaculada, Puente Romano, Casa de las Columnas, Casa de la calle
Alta 44 y Puente de Hierro. En Marmolejo en el puente sobre el Salado de Arjona,
Castillo de la Aragonesa, Iglesia de Nuestra Señora de la Paz, Iglesia de Jesús y el
Puente del Balneario. Las canteras en las que se ha determinado la dureza de Schmidt
han sido: Loma del Cañaheral, Cortijo Calcula, Santa Inés, Aragonesa, Cañaveral,
Graíllas 1 y 2, y la Paz. En todas ellas se realizaron estaciones geomecánicas para
caracterizar el macizo rocoso geotécnicamente. (Ver anexo I).

Tabla 11.- Valores de resistencia a compresión simple obtenidos a partir del esclerómetro.

Esclerómetro Media de nº de golpes Kg/cm2 MPa


Iglesia Villa del Río 48.75 492.71 48.32
Casa de las columnas 51.86 539.77 52.93
Puente romano 47.54 474.47 46.53
Puente de hierro 47.7 472.27 46.31
Casa Esther López de Rego 52.33 546.98 53.64
Cantera Aragonesa 41.25 379.14 37.18
Cantera Santa Inés 45.42 442.24 43.37
Puente Balneario 48.18 484.11 47.47
Cantera Gradillas I 47.33 471.26 46.21
Cantera Gradillas II 42.87 403.75 39.59
Cantera “La Paz” 43.8 417.76 40.97
Iglesia Ntra. Sra. de la Paz 43.9 419.10 41.10
Cantera Cañaveral 49.64 506.14 49.63
Cantera Madueño 49.58 505.33 49.56
Cantera Cañaheral 55.08 588.62 57.72
Puente Salado Arjona 44.82 433.18 42.48
Iglesia de Jesús Marmolejo 44 420.78 41.26
Cortijo Verdizales 40 360.21 35.32
Molino Garabitera 45.25 439.71 43.12
Pozo Garabitera 46.18 453.82 44.50
Castillo de la Aragonesa 47.91 479.98 47.07
Cantera Santa Ana 46.82 463.46 45.45
Puente de las Donadas 48.36 486.86 47.74
Casa de Tercias 43.27 409.77 40.18
Frente tercias 43.9 419.27 41.11
Iglesia San Bartolomé 48.25 485.14 47.58
Portada San Bartolomé 45.5 443.50 43.49
Ayuntamiento Montoro 44.73 431.80 42.34
Convento Montoro 48.25 485.14 47.58
Plaza de toros 42.42 396.81 38.91

Los anteriores resultados nos dan una media de nº de golpes de 46.50, con una
desviación estándar de 3.29, una R.C.S., de 458.44 kg/cm2, una desviación estándar de
49.83, que si lo consideramos en MPa sería de 44.95 de media y una desviación
estándar de 4.89.

3.5.1.- Resistencia a compresión simple.

Los resultados obtenidos para rotura a compresión simple en la arenisca roja son
los que se muestran en la tabla 12.

129
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 12.- Valores de Resistencia a Compresión Simple para la arenisca de Montoro.

Probeta R.C.S MPa


Mad A 33.50
Mad B 54.62
Mad C 67.25
Mad D 57.69
Pil 57.50
Oso 74.69
Gara 18.16
Mad E 34.49
Mad F 41.65
Mad G 41.34
Caña 93.80

3.6.-Microscopia electrónica de barrido. EDX.

Los resultados obtenidos mediante esta técnica, se encuentran detallados en los


capítulos 3 y 6, dentro de los apartados de mineralogía, composición química y
alteraciones.

3.7.- Permeabilidad, y Ascenso capilar.

La muestra 3 “Gara”, fue atravesada por el agua en 14 minutos, dejando ver la


humedad en su base, y a los 30 minutos comenzó a rezumar agua. La muestra 1 “Mad”
hizo lo mismo a las dos horas. En cambio la muestra 3 “caña”, permaneció con la base
inferior seca después de varios días, por lo que se puede considerar prácticamente
impermeable.

Los valores de variación de masa por unidad de superficie respecto a la raíz


cuadrada del tiempo se representan en la figura 16, obteniéndose los resultados para las
pendientes de la sección primera de la curva, que nos dan los Coeficientes de
capilaridad (C), cuyo valor numérico se expresa en la tabla 13.

El incremento de masa por unidad de superficie para rocas porosas, cuando


penetra el agua dentro de las muestras por capilaridad, sigue aproximadamente la
siguiente relación W=C*t1/2, donde C como se ha visto es el coeficiente relativo antes de
llegar a la cinética del proceso (anterior al tramo de estabilización).

Igualmente se procedió para el cálculo del Coeficiente de penetración capilar,


pero esta vez con las alturas. En la muestra “Gara”, se había alcanzado la máxima altura
de la probeta a los tres minutos, igual ocurre con la muestra “Mad” a las dos horas. El
resto de las muestras pasadas las 48 horas del ensayo no llegaron a alcanzar la altura
máxima de la probeta: “Oso” 3.5 cm, “Pil” 3.4 cm y “Caña” 2.5 cm de altura
respectivamente. En la figura 17, se pueden ver representados los resultados obtenidos
por subida capilar, y en la tabla 13 las pendientes calculadas que nos dan los
Coeficientes de penetración capilar (A).

130
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

25
Incremento de
masa por
capilaridad

20

15
Gara
Mad
Oso
Pil
Caña
10

0
0 10 20 30 40 50 Tiempo

Fig. 16.- Incremento de masa por capilaridad por unidad de superficie, respecto a la raíz cuadrada del tiempo.

6 Ascenso capilar

Pil
Oso
3 Caña
Mad
Gara

Fig. 17.- Subida capilar, en la grafica se


representa en el eje de abcisas la raíz cuadrada
del tiempo en segundos, y en ordenadas el
1 ascenso en cm.

0
0 20 40 60 80
Tiempo

131
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

C A Absorción en peso
Gara 1.292 3.22 8.87
Mad 0.259 1.03 6.66
Oso 0.064 0.90 3.52
Pil 0.065 0.39 4.44
Caña 0.013 0.26 1.55

Tabla 13.- Valores obtenidos para los Coeficientes de Capilaridad “C” en g/cm2*s0.5 y
Coeficiente de Penetración Capilar “A” en mm/s0.5

3.8.- Pérdida de agua por evaporación.

Las muestras que más rápidamente perdieron agua fueron: “Gara”, seguidas de
“Oso”, “Mad”, “”Pil” y “Caña”. Las pendientes de pérdida en 120 horas fueron: “Gara”
4%; “Oso” 0.6%; “Mad” 0.56%; “Pil” 0.16% y “Caña” 0.13%. (figura 18).

Pérdida de masa
por evaporación

0.5

0.4

0.3

Oso
Mad
0.2
Gara
Caña
Pil

0.1

0
0 5 10 15 20 25 30 35 40 Tiempo

Fig. 18.- Resultados de pérdida de masa por evaporación por unidad de superficie, respecto al tiempo.

132
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

4.- Discusión.

La arenisca roja de Montoro en la comarca cordobesa del Alto Guadalquivir se


presenta en gran abundancia y con una serie de características físicas que ha hecho que,
a lo largo de los años, sea muy útil para la construcción.

La roca presenta valores medios de densidades aparentes de 2.15 g/cm3. Estos


datos se acercan bastante a los obtenidos por otros autores como González de Vallejo
(2000), que propone a partir de datos de Goodman (1989), Rahn (1986), Walthan
(1999) y Farmer (1968), valores para la arenisca de 2.3 a 2.6 g/cm3. Jiménez Salas
(1975), obtiene valores de entre 1.6 y 2.9 g/cm3. Y Ordaz et al (1984) proponen
densidades aparentes para la arenisca de Villamayor de 1.76 g/cm3. Thomas et al.
(2008) dan valores de densidades aparentes de 2,25 para la arenisca roja y de 2.09 para
la blanca del Palacio de Riva Herrera de Santander. Ruiz de Argandoña (2004) obtiene
valores de 1.95 g/cm3 para la arenisca de la Marina.

Los mismos cálculos para las densidades aparentes, realizados mediante


porosimetría de inyección de mercurio, dieron resultados muy parecidos a los obtenidos
a presión atmosférica con variaciones menores de 0.2 g/cm3 y en su mayoría iguales a
0.01 g/cm3. Las variaciones mayores se dieron en las muestras en las que predominaba
la microporosidad respecto a la macroporosidad.

Hay que señalar que algunas de estas canteras llevan cerca de cien años
abandonadas, y como en el caso de la cantera de la Aragonesa reciben un importante
caudal de agua, ya que hacia ellas se ha desviado la escorrentía superficial de los
campos de olivares cercanos, por lo que su alteración es importante.

Para densidades secas y saturadas los valores fueron menores para las secas y
mayores para las saturadas, como cabría esperar, con medias de 2.12 g/cm3 y 2.26 g/cm3
para cada tipo de densidad.

Las porosidades de la piedra “molinaza” son muy variadas, presentando valores


medios de un 14% (con máximos de 23% y mínimos de 3.4%) que son menores que las
medias de las demás areniscas encontradas en la bibliografía.

Para tener una idea de cómo afecta la porosidad a la resistencia de una roca,
valga un ejemplo puesto por Serrano y Olaya (1994): “Un volumen de fisuras del orden
del 2% en un granito, implica una reducción de su resistencia del orden del 50%,
mientras que una reducción del mismo orden en un material sedimentario, por ejemplo,
necesitaría de un 20% de huecos de tipo redondeado”.

La porosidad es la propiedad que más afecta a las características mecánicas de la


roca y a las relacionadas con la resistencia. Es inversamente proporcional a la
resistencia y densidad, y directamente proporcional a la deformabilidad, ya que la
existencia de huecos puede dar lugar a superficies de debilidad. Los poros en el caso de
rocas cristalinas, ígneas o metamórficas pueden ser microfisuras o grietas en la matriz
rocosa. La porosidad por lo general decrece con la profundidad y con la edad de las
rocas. La resistencia, la deformabilidad y la alterabilidad están relacionadas de manera
directa con la porosidad.

133
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Goodman (1989) asigna unos valores de porosidad para las areniscas de entre un
5 y un 25%. Puede observarse que la mayoría de estas muestras se encuentran dentro de
esos límites que pueden considerarse normales, encontrándose en los límites superiores
las muestras “Mad”10, con porosidades del 23.2%, y fuera de los límites inferiores las
“Caña” 5 y 6, con porosidades de 4.3 y 3.4% respectivamente. Próximas a éstas con
valores de 6.1% se encuentra las muestras “Mad” 14. Son muestras que a lo largo de la
investigación han ido llamando la atención por su calidad.

Para la arenisca de Villamayor, Ordaz et al (1984), proporcionan valores para


porosidad abierta de 32.9% y total de 33.8%. Ruiz de Argandoña et al (2004) proponen
porosidades abiertas de entre 21.3 y 23.7%.

Jiménez Salas (1975) asigna valores de entre el 8 y el 42% de porosidad para las
areniscas, por lo que puede verse, se trata de una roca con una porosidad baja respecto a
otras de su misma litología.

Por los resultados puede observarse, que la medida de porosidad obtenida


mediante porosimetría de mercurio a veces proporciona valores sensiblemente distintos
que los obtenidos a presión atmosférica.

Las diferencias obtenidas entre la picnometría al agua y la porosimetría de


mercurio se deben a que ambas técnicas miden porosidades de rangos diferentes. Con el
porosímetro de mercurio se miden aproximadamente poros en el rango de 0.0020 µm y
400 µm, mientras que las técnicas con agua alcanzan porosidades de mayor tamaño. Por
este motivo es conveniente hablar de porosidad accesible al mercurio y porosidad
accesible al agua, ya que son valores diferentes. Hay que tener en cuenta que los poros
con diámetros inferiores a 0.1 μm son poros muy difícilmente accesibles para el agua.
(Lautridou, 1971; Aubry, 1974; Lautridou y Leneuf, 1974).

Por otro lado, existen otras causas que pueden generar valores diferentes, ya que
las metodologías de medidas son distintas. Una eliminación no adecuada del aire que
existe en el interior de la piedra, o el ángulo de contacto piedra-agua puede variar el
resultado con el picnómetro, ya que esto no se tiene presente en esta técnica y sí en la
porosidad medida con porosimetría de mercurio.

En la muestra “Caña” 6 se obtienen valores de porosidad de mercurio un poco


mayores que con el picnómetro, pues presenta un alto porcentaje en poros menores a 0.1
μm (30%). Son poros más pequeños que los de las demás muestras, y en ellos se hace
más difícil el acceso para el agua. Otras muestras “Caña” obtuvieron idénticos valores
con agua que con mercurio.

Las muestras “Gara” 4 dieron valores menores con agua que con intrusión de
mercurio, lo que puede deberse a que no entrase el agua en el 7.5% de poros menores a
0.1 μm. Ocurre igual con las muestras “Oso” 4 pero en estas el porcentaje de poros
menores a 0.1 μm es insignificante. Tanto las muestras “Gara” 4 como “Oso” 4 tienen
una distribución de tamaño de poro muy parecida.

Las muestras “Paz”4 y “Mad”8, han dado resultados muy parecidos tanto con
mercurio como con agua, y presentan una distribución de poros también muy parecida
con poros menores a 0.1 μm (entre el 10 y el 15%).

134
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Las muestras “Ara”9 presentan porosidades sensiblemente mayores con


picnometría al agua que con porosimetría de mercurio, aunque en otras muestras “Ara”
coinciden sus valores. Las muestras “Ara” no presentaron poros inferiores a 0.1 μm. La
diferencia puede ser debida a la existencia de una porosidad grande que no se midió con
mercurio, o bien que quedase con algo más de agua cuando se pesó. Lo mismo pudo
ocurrir con las muestras “Bal”2, ya que éstas sí que presentan un alto contenido en
poros menores a 0.1 μm.

Las muestras “Inés”2 tienen poros de mayor tamaño, por lo que la mayoría de
las muestras “Inés” dieron porosidades mayores con agua que con mercurio, aunque hay
algunas que se acercan en ambos ensayos, dichas muestras no presentan porosidades
menores a 0.1 μm.

La porosidad total de la roca determinada a partir del ensayo porosimétrico por


intrusión de mercurio muestra valores dispares. La variación observada, tal y como
indican los valores presentados en la tabla 6, es debida también a la presencia de
arcillas, tamaño de grano y en menor medida, al grado de ordenamiento y de
compactación de las muestras. Estos factores modifican la configuración de la red
porosa.

Según las curvas obtenidas, podemos clasificar las muestras en tres grupos:
muestras en las que predomina la microporosidad, (muestras “Bal 2, Caña 6 y Paz 4”);
otras en las que predomina la macroporosidad (muestras “Ara 9, Oso 4, Inés 2 y Gara
4”), y un último grupo con proporciones equivalentes de micro y macroporosidad,
(“Mad 8”).

En las muestras que predomina la microporosidad, los tamaños de poros


predominantes son más variados, siendo de menor a mayor “Caña 6” con tamaños entre
0.1 y 0.3 μm; “Bal 2” con tamaños entre 1 y 3 μm; y “Paz 4” con tamaños entre 1 y 5
μm. Las muestras “Mad 8”, en las que la microporosidad y la macroporosidad se
encuentran igualadas, los tamaños de poros predominantes son entre 1 y 3 μm para la
micro y entre 6 y 8 μm para la macroporosidad. En las muestras que predomina la
macroporosidad, la distribución de tamaños de poros es más regular, siendo
predominantes para todas ellas los tamaños comprendidos entre 10 y 20 μm, con
porcentajes entre el 60 y el 90% de la porosidad total de la roca.

La cantidad de agua absorbida por un fragmento de roca influye directamente


sobre su resistencia. Una importante absorción puede llegar a producir una reducción
drástica de la resistencia a la compresión simple o de la carga puntual.

El agua absorbida aumenta la deformabilidad, ya que el agua tiende a debilitar


los contactos entre partículas, y disminuye la resistencia al corte al reducir el rozamiento
entre fragmentos. Esta influencia es más importante, en el caso de minerales que
presentan una red cristalina bidimensional (micas, cloritas, serpentinas, etc…), en las
que el agua actúa como si fuera un lubricante. Lo contrario ocurre en minerales de red
cristalina tridimensional.

La Comisión Internacional de Grandes Presas en un informe sobre materiales


rocosos da valores de absorción del orden del 20% para las areniscas (sobre todo de
cemento silíceo o ferruginoso).

135
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

En relación con la alterabilidad, Mª Teresa Mateos (2000) señala que para


materiales con absorciones inferiores a 0,5%, no será preciso acometer ensayos
específicos para determinar su alterabilidad en proyectos ingenieriles. Si su absorción
está entre 0,5 y 2%, habría que hacer algún tipo de ensayo para determinar su
alterabilidad. En el caso de presentar absorción superior al 2%, el material rocoso será
considerado como marginal, a menos que los resultados de los ensayos de durabilidad
apunten lo contrario. Excepto dos de las muestras estudiadas, ninguna baja del 2% de
absorción, por ello esta roca, sería tratada como un material marginal para ciertos usos
ingenieriles, (escolleras, firmes, pedraplenes, etc…)

Es la absorción de agua el parámetro que con mayor frecuencia se emplea en las


clasificaciones de rocas y escolleras, para la estimación de sus propiedades mecánicas y
para determinar el grado potencial de alterabilidad por ataque químico o físico. Esta
autora da unos valores típicos de absorción para areniscas de entre 0,3 y 31%, intervalo
tan amplio que abarca todos los valores obtenidos en nuestras muestras. Los resultados
de absorción de agua para otras areniscas como la de Villamayor (Ordaz et al, 1983),
son de 14.5% y ninguna de nuestras muestras se acercan a las medias de esta roca.

Destacan, por su alto contenido en humedad, las muestras “Ara” y “Bal” con
valores de 7.04% y 5.39% respectivamente, junto a las “Mad” 10, con un 4.03%. Las
muestras “Ara” y “Bal” provienen de canteras situadas en zonas muy húmedas (zonas
de umbría), y esa podría ser una de las causas de su elevada humedad. En el caso
contrario, están las muestras “Caña” 5, 6 y 7, con valores de 0,24% y 0,48% y 0,47%
respectivamente, y las “Oso” 9 con 0,48%. Se han de tener en cuenta las porosidades,
pues van a influir en la capacidad de la roca para atrapar el agua. Deere y Miller (1966)
basándose en la R.C.S y el módulo de deformación, clasifican los materiales rocosos en
cinco categorías.

- Clase A: Resistencia muy alta: mayor de 2250 kg/cm2


- Clase B: Resistencia alta: de 1120 a 2250 kg/cm2
- Clase C: Resistencia media: de 560 a 1120 kg/cm2
- Clase D: Resistencia baja: de 280 a 560 kg/cm2
- Clase E: Resistencia muy baja: de 70 a 280 kg/cm2

Algunas de las canteras estudiadas pertenecerían según la mencionada


clasificación a un tipo de clase D, (valores hallados con medias de 460 Kg/cm2, 45.1
MPa). En otras canteras donde la dureza y la calidad es mejor, el tipo de roca sería de
clase C. Los valores en la rotura de las probetas fueron un poco mayores, aunque las
resistencias siguen siendo medias y bajas.

Todos estos valores (para la roca que se trata) son valores muy bajos, ya que
González de Vallejo (2002) propone valores para la arenisca de 550 a 1400 Kp/cm2 a
partir de datos de Rahn (1986), Walthan (1999), Obert y Dubal (1967) y Farmer (1968).

González de Vallejo (2002) propone una nueva clasificación de las rocas a partir
de la resistencia a compresión simple. Las rocas se clasificarían entre moderadamente
duras y duras, llegando en contadas ocasiones a muy duras, siguiendo la norma ISRM
(1981) y de la Geological Society of London (1970) y entre baja y media pudiendo
llegar a veces a alta con la clasificación de Bieniawski (1973).

136
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Los valores de RCS de las areniscas estudiadas están dentro de los valores
medios de la RCS de los diferentes tipos de rocas que propone Icold (1993),
coincidiendo con el amplio rango de valores de rocas sedimentarias con cemento
ferruginoso que éste propone (entre 50 y 120 MPa). Por el contrario nuestra arenisca da
valores de R.C.S., situados por encima de los elaborados por Mateos (2000), que
proporciona valores medios de la dureza de Schmidt de entre 10 y 40 MPa para
areniscas.

Los coeficientes de capilaridad (C) se encuentran comprendidos entre 1.292 y


0.013 g/cm3 * s1/2, y son parecidos a los calculados por otros autores. Ruiz de
Argandoña (2004) obtiene para las muestras ensayadas de la arenisca de la Marina del
jurásico asturiano coeficientes de entre 0.019 y de 0.060 g/cm3 * s1/2. En trabajos
posteriores el mismo autor (Ruiz de Argandoña et al. 2008) monitorizando las areniscas
mediante tomografía computerizada de rayos X, vuelve a dar valores para C de 0.0104
g/cm3 * s1/2, siendo estos coeficientes un poco más bajos que los del 2004.

Zoghlami (2003) da valores de Coeficiente de absorción capilar para las


areniscas miocénicas de Cartago cercanos a los obtenidos para las muestras “Oso” y
“Pil”, siendo los valores “Gara” y “Mad” altísimos, y el valor de “Caña” demasiado
bajo comparados con ellos. Los valores más altos son debidos a la porosidad y a la
inexistencia de arcillas, y los más bajos a su escasa porosidad.

Los resultados obtenidos muestran que la velocidad de absorción de agua por


capilaridad es altísima para la muestra “Gara” y “Mad”, y va acompañada por un alto
grado de absorción, lo que indica que la comunicación de la red porosa es muy buena.
Los valores diferentes para el Coeficiente de Capilaridad y de Penetración Capilar de las
muestras “Oso, Pil y Caña” son debidos a su menor porosidad y absorción. “Oso”
presenta un comportamiento anómalo respecto a “Pil”, posiblemente por una mejor
comunicación entre los poros aunque sean de menor tamaño. (En “Oso” sube más
rápido, pero absorbe menos agua).

Son directos los coeficientes de correlación para todas las variables y muestras,
para “Gara, Mad y Pil” muy fuerte, para “Oso” medio alto, y para “Caña” muy débil.
Los valores medios de la permeabilidad para areniscas dados por Goodman (1989) en
(cm/s) son los siguientes: en laboratorio entre 3*10-3 a 8*10-8 y en campo de 1*10-3 a
3*10-8. A partir de las gráficas obtenidas por Thomas et al (2008), se han obtenido
coeficientes de capilaridad para las areniscas claras de 0.0174 g/cm3 * s1/2, y de 0.0033
g/cm3 * s1/2, para la arenisca roja. Son valores demasiado bajos comparados con las
características físicas dadas para la “molinaza”.

Los coeficientes de penetración capilar (A) obtenidos para la arenisca roja de


Montoro, se sitúan entre 3.22 y 0.26 mm/s1/2. Ruiz de Argandoña (2004) obtiene valores
entre 2.09 y 1.50 para la arenisca de la Marina, valores un poco altos, pero
comprendidos entre los que se hallaron en la arenisca roja de Montoro. Hay que tener en
cuenta que en el trabajo citado se considera la anisotropía del material y que se mide en
todas las direcciones, de ahí las diferencias tan grandes dentro de una misma muestra.
En cambio las diferencias obtenidas en las muestras estudiadas se deben a los distintos
tipos de piedra, ya que en todas se midió paralelamente a la estratificación. Ruiz de
Argandoña (2008) obtiene valores de 0.817 mm/s1/2.

137
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Los valores más bajos calculados para (A) por Ruiz de Argandoña (2008) en su
segundo artículo, se deben en parte a la tomografía computerizada de rayos X, que le
permite monitorizar la ascensión de la lámina de agua por la parte central de la muestra,
la cual alcanza menos altura al principio del ensayo, y rebaja la pendiente inicial de la
curva. Se observa que las muestras con porosidades mayores, alcanzan mayor
incremento de masa por unidad de área.

Tabla 14.- Tabla resumen de valores de comportamiento hídrico de la piedra molinaza.

Mayor Muestras Menor


Agua sin evaporar en la roca tras 120 horas, medida en %, Caña Pil Mad Gara Oso
respecto al total absorbido. 39.47 27 17.07 12.95 10.46
Absorción media por capilaridad en % de su peso. Gara Mad Oso Pil Caña
9.06 6.39 5.71 5.26 2.16
Porosidad Media en %. Gara Oso Pil Mad Caña
0.19 0.18 0.13(agua) 0.12 0.05
Correlación (Macroporosidad / Microporosidad). Medida con Oso Gara Mad Caña
-
Hg. 3.25 2.97 0.85 0.07
Subida capilar en altura. Gara > Mad > Oso > Pil > Caña
Incremento de masa por unidad de superficie. Gara > Mad > Pil > Oso > Caña

Figura 19.- Absorción de agua en la roca por capilaridad en %, Cantidad de agua que conserva del
total absorbida tras 120 horas. Valor que retiene sobre el % de la absorbida. Cantidad de agua que
pierde en peso tras las 120 horas.

Absorción %

50

40

30

20

10

0
gara mad oso pil caña
Adsorción en % 9.06 6.39 5.71 5.26 2.16
Cantidad de agua que conserva 1.17 1.09 0.6 1.42 0.85
% que retiene 12.95 17.07 10.46 27 39.47
Cantidad que pierde 7.89 5.3 5.11 3.89 1.31

Como se puede ver en la tabla 14 y en la figura 19, la pérdida de agua por


evaporación dio resultados muy relacionados con la porosidad y con el tamaño de poro.

Las muestras “Pil” aunque son de las que menos agua absorben (un 5.26% de su
peso), pierden medianamente, y son de las que se quedan más % del agua absorbida (un
27%), suponiendo un 1.42% en peso.

La muestras “Gara” toman más agua por tener una gran macroporosidad 74.8%,
y por el mismo motivo pierde más rápidamente, siendo de las que se quedan con un
porcentaje menor. Su porosidad le permite perder mucha agua de la que absorbió, en
torno al 9.06%, quedándose con un 12.95% del total absorbido (un porcentaje muy bajo

138
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

del que tomó) pero aun así, en términos cuantitativos son de las que más retienen, un
1.17% en peso.

Las muestras “Mad” presentan una distribución uniforme de tamaño de poro, y


parecida micro y macroporosidad. La correlación entre porosidades es de 0.85, lo que le
hace presentar una absorción del 6.39% de su peso en agua, con pérdidas por
evaporación y retención de agua intermedias, reteniendo un 1.09% en peso.

Las muestras “caña” presentan poca porosidad total (toda es microporosidad), y


una correlación entre porosidades de 0.07, por ello es la que menos agua gana un
2.16%, pero también es la que menos pierde en términos de porcentaje, ya que se queda
en su microporosidad un 39.47% de la que tomó. La macroporosidad es más fácil de
llenar y vaciar, mientras que la microporosidad es más difícil tanto de llenar como de
vaciar. Retiene un 0.85% del total.

La muestra “Oso” pese a tener una macroporosidad parecida a “Gara”, es de las


que menos microporosidad tiene, y por ello es la única que supera a “Gara” a la hora de
perder agua. “Oso” presenta un % de 0.68 en poros menores a 0.1μ. También señalar
que aunque “Gara” presenta más porosidad medida con Hg, “Oso” dio valores mayores
con agua.

Las que pierden y ganan agua más rápidamente son las más porosas, mientras
que las que se quedan con más % del agua absorbida, son las que poseen una mayor
microporosidad respecto a la macroporosidad, aunque no necesariamente hayan
absorbido más cantidad de agua. Los coeficientes de relación entre porosidades pueden
orientar sobre el movimiento del agua dentro de los sillares.

139
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

Tabla 15.- Resumen de los valores de parámetros de las propiedades físicas de la piedra “molinaza”
de Montoro. Abs Æ Absorción en %; W Æ Humedad en %; N Æ Porosidad en %; DSec Æ
Densidad Seca; DSat Æ Densidad Saturada; DAp Æ Densidad Aparente.
Muestras Abs. W N DSec DSat DAp Muestras Abs. W N DSec DSat DAp
Gara1 7.28 1.00 0.15 2.09 2.25 2.12 Mad1 7.62 1.17 0.16 2.10 2.26 2.12
2 8.20 1.24 0.16 1.94 2.10 1.97 2 5.20 0.80 0.12 2.25 2.37 2.27
3 5.75 1.80 0.12 2.15 2.27 2.18 3 5.37 0.81 0.12 2.25 2.37 2.27
4 7.70 0.81 0.15 2.00 2.16 2.02 4 7.11 0.54 0.15 2.09 2.24 2.10
6 7.28 0.80 0.15 2.07 2.22 2.09 5 6.81 0.63 0.14 2.09 2.23 2.10
7 7.46 0.67 0.15 2.03 2.18 2.04 6 5.13 2.03 0.12 2.29 2.41 2.34
Medias 7.28 1.05 0.15 2.05 2.20 2.07 7 5.09 1.17 0.11 2.24 2.36 2.27
Caña2 7.79 0.63 0.16 2.06 2.22 2.07 8 5.56 0.84 0.12 2.22 2.34 2.24
3 7.48 1.49 0.15 2.06 2.21 2.09 9 5.79 1.07 0.13 2.21 2.34 2.23
5 1.71 0.24 0.04 2.52 2.56 2.52 10 11.4 4.03 0.23 2.04 2.27 2.12
6 1.33 0.48 0.03 2.56 2.59 2.57 11 5.13 0.74 0.12 2.25 2.37 2.27
7 6.45 0.47 0.14 2.12 2.26 2.13 12 6.33 0.95 0.13 2.12 2.25 2.14
9 7.01 0.73 0.14 2.03 2.18 2.05 13 7.26 0.76 0.15 2.02 2.16 2.03
Medias 5.29 0.67 0.11 2.22 2.34 2.24 14 2.50 0.65 0.06 2.46 2.52 2.48
Paz1 7.65 1.17 0.16 2.06 2.21 2.08 15 5.54 0.92 0.12 2.21 2.34 2.23
2 7.64 0.73 0.16 2.06 2.22 2.08 Medias 6.12 1.14 0.13 2.19 2.32 2.14
3 7.29 0.82 0.15 2.03 2.18 2.05 Oso1 6.91 0.95 0.15 2.16 2.31 2.18
4 5.72 1.35 0.13 2.20 2.33 2.23 2 7.13 1.25 0.16 2.24 2.40 2.27
Medias 7.08 1.02 0.15 2.34 2.24 2.11 3 5.97 0.91 0.13 2.16 2.29 2.18
Bal1 5.61 1.20 0.12 2.14 2.26 2.16 4 7.86 0.77 0.16 2.00 2.15 2.01
2 6.74 5.39 0.15 2.24 2.40 2.36 5 5.60 0.72 0.12 2.18 2.30 2.20
Medias 6.18 3.30 0.14 2.19 2.33 2.26 7 6.43 1.14 0.14 2.19 2.33 2.21
Mar.1 6.88 3.30 0.14 2.04 2.18 2.11 8 6.89 1.16 0.15 2.17 2.32 2.20
2 6.82 0.48 0.14 2.05 2.19 2.06 9 6.71 0.48 0.14 2.12 2.26 2.13
3 7.22 1.76 0.15 2.12 2.27 2.15 Medias 6.69 0.92 0.14 2.15 2.30 2.17
4 5.44 1.99 0.12 2.24 2.36 2.28 Ines1 6.89 2.16 0.16 2.28 2.44 2.33
5 6.56 0.50 0.14 2.15 2.29 2.16 2 8.11 0.66 0.16 2.01 2.17 2.02
6 6.73 1.21 0.14 2.10 2.24 2.12 3 7.06 0.82 0.15 2.08 2.22 2.09
7 6.03 0.74 0.14 2.24 2.38 2.26 4 7.51 0.70 0.15 1.99 2.14 2.00
8 6.14 0.53 0.13 2.07 2.20 2.08 5 7.23 1.42 0.15 2.13 2.28 2.16
Medias 6.48 1.31 0.14 2.13 2.26 2.15 6 5.88 1.52 0.12 2.07 2.19 2.10
Ara1 7.70 3.18 0.16 2.05 2.21 2.12 7 7.19 2.95 0.15 2.12 2.27 2.18
2 8.42 2.32 0.16 1.93 2.09 1.97 8 8.35 1.36 0.17 2.01 2.18 2.03
3 6.61 1.28 0.13 1.91 2.04 1.93 Medias 7.28 1.45 0.15 2.08 2.24 2.12
4 7.81 2.01 0.16 1.99 2.15 2.03 Medias
totales. 6.71 1.37 0.14 2.12 2.26 2.15
6 8.68 2.23 0.17 1.92 2.09 1.96 Desviación
9 9.92 7.04 0.19 1.91 2.10 2.04 típica. 1.53 1.14 0.03 0.13 0.11 0.13

10 7.49 2.41 0.15 2.04 2.19 2.09


11 6.86 1.27 0.14 1.99 2.13 2.02
12 7.56 1.10 0.15 2.04 2.20 2.06
Medias 7.98 2.54 0.16 1.78 2.13 2.03

140
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

5.- Conclusión.

Las rocas estudiadas suelen presentar mayores densidades medias y menores


porosidades medias que las referidas en bibliografía.

En comparación con otras areniscas, este tipo de rocas tiene una absorción baja.

Algunos de estos materiales pueden ser considerados como marginales en


sentido ingenieril. Como ornamental ofrecen buenos resultados, y perduran en el tiempo
con apenas un mantenimiento mínimo.

Son muy parecidas las densidades o pesos específicos medidos con agua y con
mercurio, pudiendo considerarlas dentro de los rangos normales. Algunas rocas
presentan diferencias entre las porosidades medidas con mercurio y con agua, pero esas
diferencias son achacables a la diferente penetración de sendos líquidos en los poros.

Son muy dispares los Coeficientes de Capilaridad y los de Penetración Capilar, y


están influenciados por la dirección de estratificación (anisotropía), lo que es
fundamental a la hora de estudiar: el comportamiento de la roca, el volumen de poros,
su tamaño y distribución, así como la interconexión entre ellos.

Los grandes poros son más fáciles de ser ocupados y vaciados por el agua, en
cambio la microporosidad es más difícil de llenar, pero una vez llena es muy difícil de
vaciar. Los coeficientes de relación entre porosidades nos pueden orientar sobre el
movimiento del agua dentro de los sillares, y lo que este hecho puede influir a la hora de
eliminar componentes y deteriorar la roca.

La roca presenta una resistencia baja media a la compresión simple comparada


con otro tipo de roca, pero dentro de las areniscas presenta un valor alto por encima de
la media. Aunque los valores de R.C.S. de la bibliografía son tan variados y dispares,
todos entran dentro de los rangos bibliográficos.

Las piedras puestas en obra se comportan como un macizo rocoso ideal, con tres
familias de discontinuidades perpendiculares entre sí, cuyas diaclasas se encuentran
perfectamente cementadas y protegidas de la circulación de agua en el caso ideal.

La piedra “molinaza” presenta una serie de propiedades físicas, que la hacen ser
(en el caso de no tener anomalías) relativamente resistente frente a la alteración en
comparación con otras areniscas de su entorno. Es más alterable si la comparamos con
rocas no areniscas.

141
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

6.- Bibliografía.

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143
Capítulo 4 Propiedades físico-químicas.

144
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

Caracterización de los óxidos de Fe de la arenisca. El color

145
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

CARACTERIZACIÓN DE LOS ÓXIDOS DE LA ARENISCA. EL COLOR

1.- Introducción. 147


1.1 Influencia de los óxidos de hierro en el color de las rocas. 148
1.2 Técnicas usuales para la caracterización de óxidos de hierro. 149
1.3 Color y técnicas de reflectancia difusa 150
a. Comparación y visuales 150
b. Instrumentales. 150
b-1. Hunter Lab 150
b-2. Espectrofotométricas. 150
b-2.1 Parámetros de color. 150
b-2.2 Derivación del espectro de reflectancia. 151
1.4.- Objetivos 151
2.- Materiales y métodos. 151
2.1 Materiales. 151
2.1.1. Muestras. 151
2.1.2. Desferrificados. 152
2.1.3. Óxidos de hierro. 152
2.1.4. Mezclas de óxidos de hierro y desferrificados. Patrones. 152
2.2 Métodos 152
2.2.1. Determinación del hierro. Extracción y cuantificación. 152
2.2.2. Determinación del color en campo (método Hunterlab). 153
2.2.3. Espectrometría de reflectancia difusa. 153
2.2.4. Determinación de la susceptibilidad magnética. 154
3.- Resultados. 154
3.1. Contenido total de hierro libre. 154
3.2. Color 156
3.3. Cuantificación de Hematites y Goethita a partir de la 2ª derivada. 157
3.4. Susceptibilidad magnética. 163
4.- Discusión. 164
5.- Conclusiones. 168
6.- Bibliografía. 169

146
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

1.- Introducción.

En la comarca de Montoro (Córdoba) se utilizan para la construcción areniscas


rojas de edad permo-triásicas, cuyo dominio litológico corresponde a rocas detríticas con
algo de arcilla; el medio de depósito debió de ser fluvial, con escasa o nula influencia
marina. Según Millot et al. (1964, 1967), estas facies detríticas rojas se pueden formar
bajo tres condiciones: a) tectónica intensa con clima tropical alternante, b) tectónica
media en clima subtropical alternante y c) tectónica casi nula en clima mediterráneo
alternante, manteniéndose un equilibrio de forma que no se desarrollasen grandes
bosques en el continente. En el caso de la arenisca roja de Montoro todo parece indicar
que las condiciones climáticas reinantes serían las señaladas en el tercer caso, por lo que
el clima podría ser mediterráneo con la citada alternancia de épocas secas y húmedas.

El color de la arenisca se debe principalmente a la presencia de óxidos y


oxihidróxidos de hierro, fundamentalmente hematites (α-Fe2O3, cristalina) y goethita (α-
FeOOH, cristalina). En determinadas condiciones climáticas se produce la meteorización
de minerales que contienen Fe(II), como anfiboles, biotitas, piroxenos, algunos sulfuros,
etc…, y hace que se libere el Fe, y se oxide. Sólo pequeñas cantidades de éste suelen
quedar incorporadas a la red cristalina de los minerales de la arcilla y otros se
removilizan y cuando varían las condiciones climáticas, precipitan principalmente como
óxidos e hidróxidos de Fe(III) secundarios. Estos compuestos son los óxidos más
comunes tanto en suelos como en rocas. Sus formas y niveles de concentración son muy
variables, dependiendo de factores como la naturaleza de la roca original, el grado de
meteorización, las condiciones climáticas (Fassbender y Bornemisza, 1987). Por
ejemplo, en ambientes templados los sedimentos pueden presentar entre un 1 y un 10%
de óxidos de hierro, mientras que en áreas tropicales pueden llegar hasta un 40%. Los
óxidos de hierro más comunes son goethita, hematites, lepidocrocita, maghemita y
ferrihidrita. Estos minerales son los que luego formarán parte de las rocas sedimentarias
y contribuirán a su coloración.

En condiciones parecidas, en los denominados red beds (lechos rojos) del


triásico, se ha identificado hematites en Moenkopi, Meseta de Colorado, (Walter et al.,
1981). En las viejas areniscas rojas devónicas de Escocia, se ha detectado hematites
como el principal óxido de hierro (Wilson, 1971). En rocas arcillosas formadas por
sedimentos consolidados devónicos y silúricos en el Báltico, se han detectado cantidades
variables de hematites y de goethita, dando coloraciones de rojizas a amarillas
dependiendo de los porcentajes relativos en óxidos. En las areniscas triásicas del oeste de
las montañas Eifel (Alemania), Mader (1982) sugiere que hay dos tipos de hematites:
una primaria depositada inicialmente y otra secundaria autigénica e idiomorfa formada
por maduración del material primario o por reacciones pseudomórficas de goethita,
biotita y pirita. Esa misma hematites autigénica también ha sido encontrada en la
formación Skagerak en Dinamarca (Weibel, 1998), formada por oxidación de magnetita,
biotita e ilmenita en areniscas rojas del triásico. La presencia de hematites en los
sedimentos de las cordilleras béticas ha sido confirmada por Barrón y Montealegre
(1986).

El color rojo dominante de las facies detríticas rojas -red beds- está ligado a
óxidos de hierro, formados en unas condiciones climáticas de alternancia de épocas
húmedas y secas (Vera y López Garrido, 1971). Millot et al. (1961) ya indicaban que en
las épocas húmedas los silicatos ferromagnesianos liberaban el hierro, mientras que en

147
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

las estaciones secas se fijan los óxidos de hierro. De igual modo Walter (1967) propone
como condiciones para la formación de estos sedimentos continentales, y para la
neoformación de hematites un clima semiárido con ciclos de humedad-sequía, y bajo
contenido en materia orgánica, que favorece la formación de hematites vía ferrihidrita.
Este mecanismo requiere la movilización del hierro durante la diagénesis.

1.1.- Influencia de los óxidos de Fe en el color de las rocas.

El color es el resultado de la combinación de los colores de todos los


componentes de la roca, dependiendo de la concentración, de su poder pigmentante, del
grado de humedad y de la homogeneidad. Los principales componentes de la roca con
características cromáticas son los propios minerales y pigmentos como los óxidos de
hierro y de manganeso, así como el carbonato cálcico y otras sales.

Los óxidos de hierro son los pigmentos dominantes en suelos y en las rocas
formadas a partir de sedimentos depositados en ambientes continentales, y son los que
proporcionan los colores rojos, pardos y amarillentos. En ambientes más húmedos y fríos
los colores debidos al hierro son amarillos o pardos en general, mientras que en
ambientes más cálidos son más rojos.

La hematites presenta un color rojo (entre 7.5R y 2.5R, según la notación


Munsell), debido al fenómeno de transferencia de carga (O-2 ÆFe+3) y al campo del
cristal (Mazurca et al., 1980; Koshcheev y Chervaskin, 1980; Murasko et al., 1981,
Sherman y Waite, 1985). Estas teorías explican la amplia banda de absorción en el
espectro visible de la hematites, que va desde el color amarillo hasta el violeta, y que
provoca el color rojo. Las diferencias de color que presenta la hematites son en parte
debidos a cambios en el tamaño de partícula (Hund, 1966). Al aumentar el tamaño de
partícula el color varía de tonos rojo-amarillento a tonos rojo-púrpura (Torrent y
Schwertmann, 1987; Torrent y Barrón, 2003) e incluso las partículas de tamaño
milimétrico presentan colores negros con brillo metálico como en la especularita. Otros
cambios en el color (de pardo rojizo a pardo oscuro) se asocian a cambios en la
estructura. La variación de color también está afectada por la sustitución isomórfica de
Al por Fe (Barrón y Torrent, 1984) -muy común en las hematites naturales en los suelos.
La hematites posee un alto poder de pigmentación, y a bajas concentraciones es capaz de
impregnar de color rojo la roca. Scheffer et al. (1958) observaron cómo un 1.7% de
hematites era suficiente para colorear un suelo de rojo, y Resende (1976) observó cómo
un oxisol amarillo pasaba de un tono 10YR a un 5YR cuando se le añadió un 1% de
hematites, por lo que se puede constatar el alto poder pigmentante de la hematites.

La goethita presenta un color amarillo entre 9YR y 2,5Y. Las bandas de


absorción en el espectro visible también se atribuyen al efecto del campo del cristal y,
fundamentalmente, al proceso de transferencia de carga (Nassau, 1978). De acuerdo con
Kosmas et al. (1984) y Malengreau et al. (1996), las variaciones observadas en el color
pueden venir determinadas por la sustitución isomórfica de Al, que condiciona en
muchos casos el tamaño de la partícula y la estructura.

Además de estos óxidos, existen otros como la lepidocrocita, maghemita,


ferrihidrita, que también actúan como pigmentos, pero, en cualquier caso, son menos
abundantes y presentan un poder pigmentante menor que la goethita, y sobre todo, que la

148
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

hematites. La lepidocrocita presenta un color que puede variar entre el naranja y el


amarillo (5YR-7.5YR), dependiendo de las condiciones de formación (Cornell &
Schwertmann, 2003). La presencia de este mineral es improbable en las rocas estudiadas
por presentarse asociada a condiciones de hidromorfía en climas templados. La
ferrihidrita tiene un color pardo entre 5YR y 7.5YR; es difícil que se encuentre en la
roca, ya que es un mineral intermedio que evoluciona hacia otros minerales cristalinos
como goethita y hematites. Sólo se ha observado en cantidades apreciables en suelos
ácidos en climas templados y fríos, donde los suelos evolucionan más lentamente. Los
sedimentos que formaron las rocas sedimentarias estudiadas tienen la suficiente edad
como para que la ferrihidrita haya evolucionado hacia hematites y/o goethita. La
magnetita es un mineral, normalmente, litogénico que puede ser heredado en rocas
sedimentarias. Se ha detectado una cierta susceptibilidad magnética en algunas muestras
asignable a pequeñas trazas de magnetita. La maghemita, -de color pardo rojizo-, y la
magnetita ferrimagnética se encuentran en suelos de áreas tropicales y subtropicales muy
alterados, procedentes de la oxidación de la magnetita o bien en suelos que han sufrido
un incendio y en presencia de materia orgánica y altas temperaturas la ferrihidrita y/o
goethita de estos suelos, evoluciona a maghemita. Es difícil encontrar maghemita en
rocas sedimentarias, pues probablemente se haya transformado a una fase más estable,
como es la hematites (Cornell and Schwertmann, 2003).

1.2.- Técnicas usuales para la caracterización de los óxidos de hierro.

La importancia de los óxidos de hierro queda reflejada en su influencia sobre las


propiedades de la roca, ya que puede informar acerca de sus condiciones de formación y
de ahí la necesidad de su estudio (cualitativo y cuantitativo). Existen muchas técnicas
aplicables a la caracterización de los óxidos de hierro.

- Técnicas de concentración.
- Técnicas de extracción selectiva.
- Técnicas basadas en el espectro electromagnético.
o Absorción de infrarrojos.
o Difracción de rayos X.
o Espectroscopía Mössbauer.
o Difracción y microscopía electrónica.
- Técnicas térmicas.
o Termogravimetría.
o ATD.
o Termomecánicos.
- Otras técnicas.
o Espectroscopía fotoelectrónica de rayos X (XPS).
o Microscopía de efecto túnel (STM).
o Microscopía de fuerza atómica (AFM).

La mayoría de estas técnicas presentan una serie de problemas, unas alteran la


cristalinidad y la sustitución de óxidos minerales, algunas requieren aparatos muy
complejos y costosos, otras son incapaces de detectar pequeñas proporciones de óxidos
de hierro, etc. Una alternativa sencilla y con alta resolución para identificar y cuantificar
pequeñas cantidades de óxidos de Fe es la determinación del color por reflectancia

149
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

difusa. En el presente trabajo se trata de estudiar los óxidos de hierro presentes en la


arenisca roja de la comarca de Montoro, mediante espectroscopía de reflectancia difusa.

1.3.- Color y técnicas de reflectancia difusa.

El color es una propiedad derivada de la interacción de la radiación visible con la


materia, donde el óxido de hierro junto con otros pigmentos (materia orgánica, óxidos de
manganeso) son los principales responsables. La determinación del color se puede
realizar por dos procedimientos:

a) Métodos de comparación visuales con las Value

llamadas tablas Munsell. Este sistema define el color en


función de tres parámetros: Hue o tono que se refiere al
Chroma
color espectral dominante; Value o claridad que expresa
la luminosidad u oscuridad del color y Chroma o
saturación que indica la pureza o intensidad del color
(Fig.1). Hue

Fig. 1.- Parámetros de color. (Tono-Hue,


Chroma-Croma, Value-Claridad).

b) Métodos Instrumentales.

-b.1) Hunter Lab. Es un método de medida directa del color mediante un


aparato compuesto por una cabeza de medición y un procesador. La cabeza está
provista de una lámpara de luz xenón y seis fotocélulas de silicio de alta
sensibilidad. Dichas células recogen la luz reflejada y la convierten directamente
a valores triestímulos, X, Y, Z.
-b.2) Espectrofotométricos. Con ellos se puede obtener una doble
información:

b.2.1) Parámetros de color: La técnica consiste en registrar la curva de


reflectancia difusa del material coloreado en el intervalo de longitudes de ondas
del visible. Por integración de esta curva se obtienen los valores triestímulus, que
permiten calcular las coordenadas tricromáticas x= X/(X+Y+Z), y=Y/(X+Y+Z) y
también otros parámetros de color en notaciones como Munsell o Cie-Lab
utilizando el programa de color Munsell (WallkillColor Utilities). Los sistemas
de medición del color fueron utilizados por Torrent et al. (1983) y Barrón (1985)
para correlacionar el contenido de hematites de un suelo con los índices de
enrojecimiento obtenidos a partir de estos sistemas. Dichos índices han sido
utilizados en trabajos posteriores para estimar las concentraciones de hematites en
suelos. Chavernas (1996) comparó los resultados obtenidos mediante los citados
índices de enrojecimiento, con los obtenidos mediante el método de la función de
Kubelka-Munk, que radica en el proceso de obtención de los coeficientes de
absorción, obteniendo resultados muy similares. Demostrando la bondad de esta
técnica para la cuantificación de hematites, con la ventaja de que a la vez que se
estima la hematites, también se puede estimar la goethita, cosa que no puede
hacerse con los índices de enrojecimiento. Otros investigadores han utilizado el
método espectrofotométrico para relacionar el color y diferentes propiedades del

150
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

suelo, encontrando correlaciones interesantes (Shields et al., 1968; Torrent et al.,


1980; Schwertmann and Kämpf, 1983).

b.2.2) Derivación del espectro de reflectancia. A partir del espectro de


reflectancia, es posible mediante procedimientos matemáticos determinar
también la 1ª y la 2ª derivada, respecto a la longitud de onda. La primera derivada
de la reflectancia difusa ha sido utilizada por Deaton y Balsan (1981), para
detectar pequeñas trazas de óxidos de hierro en mezclas de estos con distintas
matrices. De acuerdo con dichos autores mediante la aplicación de esta técnica
permite detectar porcentajes inferiores a 0.2%. El rasgo distintivo de la segunda
derivada del espectro de reflectancia difusa es su capacidad para distinguir en una
curva, (sin picos apreciables), distintos máximos y mínimos tras la aplicación de
técnicas derivativas (Kosmas et al., 1984). Estos autores aplicaron el método de
derivación sucesiva del espectro de reflectancia difusa, como método de
discriminación entre los diferentes óxidos de hierro en mezclas sintéticas.
Malengreau et al (1996) caracterizaron los cambios de color e identificaron la
naturaleza de los óxidos de hierro durante la reducción química de materiales con
hematites, mediante el empleo de la segunda derivada de la función de Kubelka-
Munk (en adelante K-M). Scheinost et al (1998), también usan la segunda
derivada para identificar y cuantificar los óxidos minerales en suelos.

1.4.- Objetivos.

Las técnicas basadas en el color a partir de medidas de reflectancia difusa


requieren un instrumental relativamente asequible y exigen una preparación de las
muestras rápida y sencilla, consiguiendo fácilmente el espectro. Los procedimientos
matemáticos necesarios para la obtención de las distintas derivadas, pueden ser
realizados también, casi de forma inmediata, gracias al soporte informático de esta
técnica.

Según estos antecedentes, se pretende, mediante la aplicación de este método, los


siguientes objetivos:
1. Identificar cualitativamente entre los óxidos de hierro presentes en la roca,
(hematites y goethita).
2. Obtener una serie de patrones para cuantificar a través del color los contenidos de
estos pigmentos principales de la roca.
3. Determinar la sensibilidad para poder detectar bajas concentraciones de estos
óxidos, que otras técnicas no son capaces de detectar.

2.- Materiales y métodos.

2.1.- Materiales.

2.1.1.- Muestras.

Las muestras se han tomado de las canteras que tradicionalmente fueron


empleadas siglos atrás y de las que actualmente están en uso de la Serranía de Montoro,
citadas en el capítulo 1. Se han cogido fragmentos caídos de algunas construcciones,

151
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

(molinos de la sierra), o se procedió al raspado de algún fragmento de interés. Se ha


trabajado sobre 92 muestras trituradas cuya reflectancia difusa se midió en laboratorio, y
sobre 298 muestras tomadas de las paredes de edificios y canteras.

2.1.2.- Desferrificados.

Sobre muestras de arenisca se procedió a utilizar una disolución de HCl, para


eliminar el hierro y así obtener muestras desferrificadas. Previamente a la utilización del
ácido, se comprobó la total inexistencia de carbonatos.

2.1.3.- Óxidos de hierro.

Se han utilizado óxidos de hierro sintéticos de hematites de alta cristalinidad


(rojo-violeta), obtenidos a partir de ferrihidrita en un medio altamente alcalino 5M
NaOH a 70 ºC durante 8 días (Schwertmann and Cornell, 2000), y una goethita
(amarillo) obtenida a partir de una solución de Fe(NO3)3 llevada hasta pH 13 con KOH
2M y guardada a 35 ºC durante 30 días (Schwertmann and Cornell, 2000). Para simular
el color de la roca, se han utilizado dichos óxidos por ser los pigmentos más abundantes
y con mayor poder de coloración en suelos y rocas, una vez descartados otros óxidos de
hierro por sus particulares condiciones de formación y génesis.

2.1.4.- Mezclas de óxidos de hierro y desferrificados: Patrones.

Para la obtención de patrones se utilizaron los desferrificados y los óxidos de


hierro sintéticos. Dichas muestras desferrificadas se mezclaron con el polvo sintético de
goethita y hematites, en partes proporcionales a los intervalos entre 0.05% y el 10% de
concentración. No se emplearon otros porcentajes, al observarse que, con mayores
concentraciones de polvo, se producía saturación en color, y con porcentajes menores la
variación de color era insignificante.

2.2.- Métodos.

2.2.1.- Determinación del hierro. Extracción y cuantificación.

Para determinar el hierro libre, como óxidos de Fe no asociados a los silicatos, se


trataron las muestras con una mezcla de citrato-bicarbonato-ditionito. Algunas de ellas
tuvieron que ser tratadas separadamente con HCl concentrado, por presentar hematites de
alta cristalinidad y ocasionar, problemas de disolución. Previamente se comprobó la
ausencia de carbonatos en las muestras que pudieran reducir el efecto del HCl. En la
mayoría de los casos, el Fe en los extractos se determinó colorimétricamente con un
espectrofotómetro UV-Visible Lambda3 de Perkin-Elmer utilizando el método de Olson
and Ellis (1982). Cuando las interferencias desaconsejaban el método colorimétrico, se
determinó el Fe por absorción atómica de llama en un espectrofotómetro Perkin Elmer
3100 a 248.3 nm con una rendija de 0.2 μm y una corriente en lámpara de 25 mA.

152
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

2.2.2.- Determinación del color en campo (método HunterLab).

En el campo se utilizó un espectrofotómetro marca Minolta Chroma Meters CR310, para


determinar el color sobre las superficies de los edificios y canteras. Mediante dicho
aparato se efectuaron 298 mediciones en los siguientes lugares:

- Montoro (111): Puente de las Donadas (14), Iglesia de Santa Ana (12), San Bartolomé
(27), Ayuntamiento (15), Alrededores del Ayuntamiento (43).

- Villa del Río (80): Puente Romano (19), Casa de las Columnas (10), Iglesia de la
Inmaculada (36), Casa de doña Esther López de Rego (15).

- Marmolejo (41): Parroquia de Jesús (11), Iglesia principal (30).

- Canteras de Montoro (41): Cortijo Calcula (25 MAD), Cantera “Cuesta del
Cañaveral” (16 OSO).

- Canteras Marmolejo (25): Cantera Santa Inés (16 INES); Cantera junto a las Aguas
de Marmolejo (9 PAZ).

2.2.3.- Espectrofotometría de reflectancia difusa.

Se utilizó un espectrofotómetro Cary Varian 5000, que barre en el intervalo del


ultravioleta, visible e infrarrojo cercano (380 a 2600 nm), provisto de esfera integradora
de reflectancia difusa. Como patrón de blanco se utilizó politetrafluoretileno (PTFE o
Teflón®). Se colocaron en él las muestras previamente trituradas en un portamuestras
con ventana de cuarzo de 1.6 cm de diámetro y se determinó la reflectancia difusa en el
intervalo de 400 a 700 nm.

A partir de la curva de reflectancia se pueden obtener los parámetros de color


según el sistema CIE, lab o Munsell (Wyszecki and Stiles, 1982) para correlacionar el
contenido de hematites de un suelo, con los índices de enrojecimiento obtenidos a partir
de estos sistemas.

La curva de reflectancia y su transformada (la denominada función de Kubelka-


Munk 1931) [K-M = (1-R)2/2R]), presentan bandas muy poco específicas, dificultando la
diferenciación entre las bandas correspondientes a la hematites y goethita. Aplicando la
primera derivada a la función de K-M se obtuvieron unos picos o bandas algo más claras,
aunque aún era evidente un cierto solapamiento. En la segunda derivada los picos se
definieron mucho mejor, permitiendo diferenciar el pigmento al que corresponden, para
ello se usó un procedimiento de alisado con un algoritmo de ajuste a curvas “cubic
spline” para series de 30 valores consecutivos de R (Scheinost et al., 1998). A partir de la
relación de amplitudes de los picos correspondientes para la goethita y hematites se
obtuvo una curva patrón, la cual se utilizó para la cuantificación de la concentración de
estos pigmentos.

153
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

2.2.4.- Determinación de la susceptibilidad magnética.

Las medidas de susceptibilidad magnética se realizaron en un instrumento de


susceptibilidad magnética MS2, de Bartington Instrument Ltd., con un sensor de
laboratorio MS2B de doble frecuencia. Con este sensor es posible medir la
susceptibilidad magnética utilizando un campo magnético bajo y alterno de intensidad
80 A m-1 (10-4 T) y de frecuencia variable. Se midió la susceptibilidad magnética
específica en baja frecuencia 465 Hz (χLF) y una precisión del sensor de 1% (Bartington
Instrument Ltd., 1994). Para detectar la presencia de minerales ferrimagnéticos
(maghemita/magnetita) se determinó la susceptibilidad magnética en base a un valor
medio para magnetita/maghemita de 500 x 10-6 m3 Kg-1 (Dearing, 1999).

Se seleccionaron las muestras que mayor contenido en hierro tenían, para calcular
el % en minerales magnéticos.

3.- Resultados.

3.1.- Contenido total de Fe libre.

Los valores de contenidos de hierro alcanzaron una media de 0.63 % para las
muestras de cantera (sin tener en cuenta las alteraciones) con máximos de 6.68 y 4.98%,
y mínimos casi nulos (0.004% para muestras “Inés”) (Tabla 1). La desviación estándar
fue de 1.08. Los mayores contenidos en Fe libre se encontraron en las muestras “mar” y
“mad”, mientras que los más bajos se detectaron en la cantera “Inés”, (con un máximo de
0.33%) donde están las muestras con colores menos rojizos. En las alteraciones
(muestras denominadas “ph” y siguientes) se observaron concentraciones mucho
mayores al ser concentraciones locales de óxidos de hierro, alcanzando valores de
19.15%, para “c8” y de 13.74%, para muestra “ph5”.

154
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

Tabla 1.-Contenido en hierro libre de las muestras.

Fe libre %-1 Fe libre % Fe libre %


Ara1 0.33 Mad14 0.07 gara2 0.33
Ara2 0.08 Mad15 0.46 gara3 0.37
Ara3 0.04 bal1 0.54 gara4 0.87
Ara4 0.17 bal2 1.00 gara6 0.42
Ara6 0.27 paz1 1.18 gara7 0.10
Ara7 2.93 paz2 1.50 ph3 0.11
Ara9 0.05 paz3 0.51 ph4 0.02
Ara10 0.23 paz4 0.53 ph5 13.74
Ara11 0.05 oso1 0.21 1a 0.23
Ara12 0.10 oso2 0.96 5a 0.37
Ines1 0.33 oso3 2.26 6a 0.00
Ines2 0.03 oso4 0.25 c0 0.77
Ines3 0.10 oso5 0.25 c1 0.16
Ines4 0.01 oso7 0.62 c3 1.30
Ines5 0.00 oso8 0.16 c5 0.59
Ines6 0.00 oso9 0.20 c6 0.15
Ines7 0.01 .mar1 0.33 c8 19.15
mad1 0.35 .mar2 0.57 c9 1.05
mad2 0.11 .mar3 0.48 c10 1.21
mad3 0.32 .mar4 0.53 c11 1.08
mad4 0.23 .mar5 0.42 c12 0.07
mad5 0.59 .mar6 0.32 c16 0.56
mad6 0.46 .mar7 4.98 c17 o c7 1.29
mad7 6.68 .mar8 0.46 c18 0.08
mad8 0.14 caña2 0.42 m1 0.36
mad9 0.09 caña3 1.74 m2 0.77
mad10 1.23 caña4 0.82 m3 0.11
mad11 0.33 caña5 o 9 0.82 1i 0.14
mad12 0.33 caña7 0.53 4ª 0.34
mad13 0.25 gara1 0.35 c15 1.53

155
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

3.2. - Color.

En la Fig. 2 se muestran los colores expresados en el espacio de color CIE, para


las 298 mediciones directas con el Hunterlab sobre paredes de canteras y edificios
representativos. Los puntos en rojo son los valores medidos sobre paredes en cantera. En
verde se indican los colores de las muestras trituradas y determinadas por reflectancia
difusa. Para estas últimas también se recogen en la Tabla 2 los parámetros Munsell junto
con un rectángulo coloreado que representa su color según el sistema RGB.

. La mayoría de las muestras


trituradas (en verde) presentaban
tonos entre 10R (rojizas) y 10YR
(pardo rojizas). Los cromas se
encontraban entre valores cercanos a
2 y 5, para una claridad de 7. El
centro de la nube de puntos para las
muestras trituradas se ubicaba
cercano a 6YR 7/3.

En las muestras sin triturar (en


rojo), se apreciaron colores con
tonos del orden de 2,5YR a 10YR y
cromas de 3 a 6 (para claridades de
7). La parte central de la nube de
puntos para las muestras sin triturar,
Fig. 2. Variación de color de las muestras trituradas se ubicaba en torno al punto 4YR 7/4.
(puntos verdes) y sin triturar (puntos rojos), sobre El efecto de la molienda es mayor
un plano con claridad, value= 7. sobre el croma que sobre el tono,
viéndose en la figura 2 cómo la nube
de puntos se desplaza un poco hacia arriba y hacia la derecha. Las muestras originales
sin triturar presentaron siempre una claridad menor que la que ofrecían las mismas
muestras trituradas.
La trituración de las muestras lleva a un menor tamaño de grano de la matriz
arenosa de cuarzo y por tanto a una mayor superficie. El efecto de recubrimiento del
pigmento de óxido de Fe sobre el cuarzo es menor y consecuentemente el croma
resultante es más bajo y la claridad mayor (por el efecto clarificador del cuarzo
triturado).

156
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

Tabla 2.- Color de las rocas y muestras trituradas, expresadas en el sistema Munsell (Hue,
Value, Chroma). Los rectángulos coloreados se han configurado utilizando los parámetros del
sistema RGB obtenidos a partir de los valores triestímulus.

3.3.- Cuantificación de hematites y goethita a partir de la 2ª derivada.

En las curvas de reflectancia y su transformada (función de Kubelka-Munk); las


bandas que se obtuvieron eran bastante inespecíficas, dificultando la diferenciación de
hematites y goethita. (Fig. 3A y 3B). Como se dijo anteriormente, es en la segunda
derivada donde los picos se definieron mejor, eran más estrechos y permitían diferenciar
al pigmento al que correspondían (fig 3C).

157
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

a
70

60

Reflectancia 50

40

30

20

10

0
380 480 580 680
Longitud de onda

b
4.5

4
3.5

3
F u n ció n K -M

2.5
2

1.5
1
0.5

0
380 480 580 680
Longitud de onda

c
2.50E-03

2.00E-03

1.50E-03

1.00E-03
2ª derivada

5.00E-04

0.00E+00
380 480 580 680
-5.00E-04

-1.00E-03

-1.50E-03
Longitud de onda

Figura 3a.- Curvas de reflectancia para una muestra de 5% de hematites (en rojo) y curva
para 2.5% de Goethita (en verde). 3b.- Función de Kubelka Munk, para las mismas
muestras. 3c.- Derivada segunda de la función de Kubelka Munk para una muestra de 5%
de hematites y 2% de goethita.
158
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

La amplitud de las bandas características de la goethita y de la hematites


calculadas, (como se muestran en la Fig. 3C), varió con la concentración de los
respectivos pigmentos, cuando éstos se mezclaron en diferentes cantidades con areniscas
desferrificadas (Fig. 4). Se observó que a concentraciones bajas había una respuesta
lineal, lo que pone de manifiesto la bondad de este procedimiento para la detección de
bajas cantidades de goethita y hematites en estos materiales. Conforme aumentaba la
concentración de óxidos (valores superiores al 1-2%), se iba produciendo una curvatura
hacia valores asintóticos, debido a que empezaba a producirse una cierta saturación en el
color.

40
a 14 b

Amplitud x 0.0001
12
Amplitud x 0.0001

35
30 10
25 8
20 6
15 4
10 2
5
0
0
0 5 10
0 2 4 6
Goethita % Hematites %

Fig. 4.- Variación de la amplitud de la segunda derivada en función del contenido de goethita
(a) y hematites (b) mezclada con arenisca desferrificada.

Muchas de las muestras de arenisca presentaban cantidades variables de


hematites y goethita, por lo que fue necesario considerar las interferencias entre ambos
pigmentos. Se realizaron distintos patrones con mezclas muy diversas de hematites y
goethita. Las curvas presentaban el aspecto que se muestra en la Fig. 3c, y las amplitudes
A2/(A2+A1) se relacionaron con las concentraciones de hematites/(hematites+goethita)
tal como se muestra en la Fig. 5. El ajuste de los puntos a una ecuación exponencial (Fig.
6): y=0,0152*e4,0051x mostró una alta correlación (r2 = 0,9654). Esta curva se utilizó
como patrón para obtener la relación hematites/(hematites + goethita) de las muestras de
arenisca que se reflejan en la Tabla 3.

.
Fig. 5.- Segunda derivada de la función de
K-M para la muestra patrón 5% goethita
2.5% hematites, donde se pueden identificar
las bandas características para la goethita
A1 (un mínimo alrededor 423 nm y el
máximo entre 441 nm) y para la hematites
A2 (un mínimo a 569 nm y un máximo a 601
nm).

159
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

0.9
y = 0.0152e4.0051x
0.8
R2 = 0.9654 Fig.6.- Grafica patrón obtenida a partir de
0.7
la relación de amplitudes medidas en la
A2/(A2+A1)

0.6
segunda derivada de la función de K-M de
0.5
los patrones realizados con la arenisca
0.4 desferrificada mezclada con cantidades
0.3 variables de goethita y hematites sintética.
0.2
0.1
0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
Hem/(Hem+Goe)

160
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

Tabla 3.- Relación de amplitudes [A2/(A2+A1)] obtenidas a partir de la 2ª derivada de la


función de K-M para muestras trituradas y relación entre el contenido de hematites (H) y
goethita(G) expresado como H/(H+G) derivado de la correlación de la Fig. 6. (En blanco
las muestras no detectadas).

A2/(a2+a1) H/(H+G) a2/(a2+a1) H/(H+G)


ara1 0.07 0.3 oso9
ara2 0.56 0.9 .mar1 0.82 1
ara3 0.59 0.9 .mar2 0.25 0.7
ara4 0.61 0.9 .mar3 0.84 1
ara6 0.27 0.7 .mar4 0.21 0.6
ara7 0.89 1 .mar5 0.35 0.8
ara9 0.42 0,8 .mar6 0.43 0.9
ara10 0.18 0,6 .mar7 0.65 1
ara11 0.38 0.8 .mar8 0.68 1
ara12 0.49 0.9 caña2 0.79 1
ines1 0.45 0.9 caña3 0.64 1
ines2 caña4 0.21 0.6
ines3 0.19 0.6 caña5 o 9 0.80 1
ines4 0.55 0.9 caña7 0.80 1
ines5 0.28 0.7 gara1 0.50 1
ines6 0.28 0.7 gara2 0.77 1
ines7 0.31 0.8 gara3 0.80 1
mad1 0.19 0.6 gara4 0.71 1
mad2 0.53 0.9 gara6 0.46 0.8
mad3 0.67 1 gara7 0.17 0.6
mad4 0.63 0.9 ph3 0.41 0.9
mad5 ph4 0.40 0.9
mad6 0.27 0.7 ph5 0.40 0.9
mad7 0.90 1 1ª 0.53 1
mad8 5ª 0.35 0.8
mad9 0.42 0.9 6ª
mad10 0.70 1 c0 0.83 1
mad11 0.38 0.8 c1 0.57 1
mad12 0.49 0.9 c3 0.33 0.8
mad13 c5 0.19 0.6
mad14 c6 0.40 0.8
mad15 c8 0.41 0.9
bal1 0.78 1 c9 0.32 0.8
bal2 0.86 1 c10 0.57 0.9
paz1 0.63 1 c11
paz2 0.71 1 c12
paz3 0.66 1 c16 0.29 0.7
paz4 0.80 1 c17 o c7
oso1 0.76 1 c18 0.16 0.5
oso2 0.25 0.5 m1 0.73 1
oso3 0.36 0.8 m2 0.51 1
oso4 0.35 0.8 m3 0.83 1
oso5 0.43 0.9 1i 0.44 0.9
oso7 0.34 0.8 4ª 0.76 1
oso8 0.27 0.7 c15

161
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

Al representar H/(H+G) frente al Fe total (Fig. 7), se observó claramente que la


nube de puntos se agrupa en la parte derecha de la figura, lo que indica una
predominancia de la hematites sobre la goethita. Sólo una muestra (“ara1”) tenía una
relación de H/(H+G) inferior a 0.5. No se observó una relación clara entre el hierro total
y la proporción de goethita y hematites.

1.5

1
Hierro total

0.5

0
0 0.2 0.4 0.6 0.8 1
H/(H+G)
Fig.- xx.-
Fig 7.- Representación de las concentraciones de Hematites y Goethita respecto al
hierro total existente en la roca.

La relación media existente entre los óxidos encontrados en las muestras de


arenisca es de un 85% de hematites, y una desviación estándar de 15.5. Por ello se puede
considerar que la relación hematites/goethita es de 5.7. De aquí la predominancia de los
colores rojos frente a los amarillentos y el mayor poder de pigmentación que tiene la
hematites frente a la goethita.

162
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

3.4.- Susceptibilidad magnética.

Tabla 4.- Susceptibilidad magnética χLF (10-6 m3 Kg-1), medida en las


muestras.

Muestra Susceptib. %mag


Ara7 0.04 0.008
Ines3 0.007 0.001
Ines5 0.01 0.002 De acuerdo con los valores de la susceptibilidad
mad7 0.009 0.002 magnética el contenido de magnetita/maghemita no fue mayor
mad10 0.8 0.008 de 0,01% (Tabla 4), por lo que la presencia de esta fase
Paz2 0.003 0.0006 ferrimagnética es mínimo. Probablemente el origen sea de las
Paz4 0.02 0.004 rocas metamórficas del paleozoico y de los granitos situados al
Oso2 0.05 0.01
norte de las areniscas rojas, (Batolito de los Pedroches).
Oso3 0.01 0.003
.mar-5 0.02 0.003
.mar-7 0.02 0.004
caña2 0.02 0.003
caña3 0.01 0.003
caña4 0.02 0.005
gara3 0.01 0.002
gara4 0.03 0.005
gara7 0.01 0.002

163
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

4.- Discusión.

Los materiales estudiados son rocas del Permo-Trías, cuyo dominio litológico
corresponde a rocas sedimentarias detríticas. Son areniscas con algo de arcilla en medio de
depósito fluvial y con escasa o nula influencia marina. Son rocas sedimentarias que por su
génesis, presentan cierto origen común con los suelos.

La arenisca roja de Montoro debe su nombre y color a los óxidos de hierro presentes
en ella. Dichos óxidos, como se indicó en la introducción, proceden de la meteorización de
los minerales que contienen el Fe(II), que por efecto de las condiciones climáticas, se
produce la liberación y oxidación del Fe. Cuando varían las condiciones climáticas el Fe
vuelve a precipitar como óxidos o hidróxidos de Fe(III) secundarios. Estos óxidos e
hidróxidos secundarios pueden precipitar, tras haber sido transportados por fluidos a lo
largo de bandas de menor presión, confiriendo a la roca unos nódulos o bandeado
característico.

La arenisca roja de Montoro es una roca formada por la diagénesis de los


sedimentos, que en su día se depositaron en ríos de zonas de clima mediterráneo con pocas
lluvias. Los sedimentos que formaron las rocas pudieron tener condiciones parecidas a las
actuales.

Las rocas estudiadas contienen preferentemente hematites sobre la goethita con un


contenido medio en hierro de 6.3 g Kg-1 de Fe. Este valor es un poco bajo comparado con
los encontrados por Wedepohl (1969) que indica valores medios de 10 g Kg-1 de Fe para las
areniscas, 50 g Kg-1 para las arcillas y sólo unos 4 g Kg-1 para rocas carbonatadas. Han sido
muchos los autores que han detectado la hematites como el pigmento que da color a los red
beds: (Heim 1970, Wilson 1971, Van Houten 1973, Walter 1976, Mader 1982, 83), pero no
se encuentran fácilmente en la bibliografía datos cuantitativos referentes a contenidos de
hierro en rocas semejantes. Uno de los trabajos en los que se ofrecen datos sobre el
contenido de Fe en red beds, es el de Torrent y Schwertmann (1987) cuyos valores pueden
verse comparados en la figura 8.

Hay más referencias en la bibliografía sobre contenidos de óxidos de Fe en suelos


como precursor de muchas de las rocas sedimentarias. Torrent (1996) al trabajar con suelos
mediterráneos, observó que la mayor parte de ellos tienen una concentración de Fe por
debajo de 50 g Kg-1 y el valor medio hallado para 114 suelos estudiados es de 17.1 g Kg-1,
aunque la mayoría los colocan con valores entre 5 y 26 g Kg-1. Torrent (1996) considera
que la mayor parte del hierro se concentra en la fracción arcilla fina. Los valores obtenidos
en este trabajo (6.3 gFe Kg-1) se encuentran entre los contenidos más bajos de dicho
intervalo, valores lógicos de acuerdo con el anterior autor.

A partir de análisis químico y de reflectancia difusa efectuada a los sedimentos


triásicos de las zonas externas de las Cordilleras Béticas, Barrón y Montealegre (1986)
detectaron contenidos en hierro total desde 0,6 a 7,2% de hierro, si bien el contenido de
arcilla en ellos era también muy alto (60 al 80%).

164
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

En la arenisca roja de Montoro no hay cantidades apreciables de carbonatos


(Clementson et al., 2007), lo que favorece la liberación de hierro (fig 8), ya que esta
ausencia de carbonatos permite pH bajos y con la acidez se favorece la fase de Fe++ soluble.

Fig. 8.- Diagrama de estabilidad de óxidos


de hierro con la variación del Eh y el Ph.
Fuente: Área de Edafología y Química
agrícola. Fuente Unex.

El hecho de que sean sedimentos muy


antiguos (Permo-Trías), ha favorecido la
aparición de fases estables de óxidos de hierro
frente a otras fases intermedias como es la
ferrihidrita, que han tenido tiempo de
evolucionar y desaparecer por completo. En
suelos se admite que en primer lugar se forma un
óxido de hierro con cierto grado de ordenación
cristalina (ferrihidrita), que si no se acompleja
por la materia orgánica o materiales silíceos, da
lugar a óxidos de hierro cristalinos. La hematites
se forma predominantemente si las temperaturas
son cálidas y la humedad baja. Por el contrario,
si predominan las temperaturas bajas y hay
humedad alta, el oxihidróxido de hierro que se
forma predominantemente a partir de la ferrihidrita es la goethita. Es común la formación
simultánea de ambos oxihidróxidos (Hematites y goethita), dependiendo de su proporción
relativa y de las condiciones de génesis (Cornell y Schwertmann, 2003).

Es necesario considerar los procesos de disolución selectiva que pueden llevar a la


pérdida diferencial de un óxido frente a otro. Es frecuente que alrededor de los poros más
finos del suelo o de la roca sedimentaria se produzca hidromorfismo, lo que puede provocar
la aparición de orlas amarillas en una matriz roja; pero para que esto ocurra la hematites se
ha de disolver preferencialmente frente a la goethita. Tal como han mostrado Barrón y
Torrent (1984), la sustitución isomorfa del Fe por Al en la estructura cristalina de la
goethita es normalmente mayor que en la hematites y estabiliza este mineral frente a la
disolución.

En casos parecidos como en el valle del Guadalquivir (con un clima mediterráneo


actual) se ha comprobado que al aumentar el grado de evolución de los suelos, aumenta la
proporción de óxidos de hierro cristalinos y que en ambientes bien drenados predomina la
hematites sobre la goethita en la fracción cristalina (Torrent et al., 1980).

Torrent y Schwertmann (1987) analizaron el color de los “red beds” en términos de


parámetros Munsell, dando como usuales los valores de 5YR-2,5YR de Hue, y Hunter-Lab
valores que se recogen en la Fig. 9 (representados con la trama). Una parte importante de
las areniscas de Montoro (puntos) presentan colores parecidos, pero más de la mitad tienen
valores de “a” más bajos, o sea, son menos rojas (según el sistema de color Hunter-Lab, “a”
representa el rojo y “b” el amarillo). Sólo un par de muestras (gara 3 y mad 12) tienen un

165
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

color rojo mucho más intenso que los “red beds” analizados (Torrent y Schwertmann,
1987).

40

30

20
b

10

0
0 10 20 30 40

a
Fig. 9.- Representación Hunter-lab de las muestras de arenisca roja de Montoro (puntos), en
comparación con el área de los “red beds” estudiados por Torrent and Schwertmann (1987)
(trama).

Molina et al (2011), dan valores de L= 59.25; a= 9.36 y b= 15.02, para la piedra


molinaza.

El tamaño y forma de las partículas de hematites afecta drásticamente al color,


pudiendo variar desde el negro en especularitas laminares de tamaño mili o micrométrico,
hasta el rojo amarillento de la hematites nanométrica (Cornell and Schwertmann, 2003). El
color púrpura de las hematites aparece para tamaños micrométricos, aunque en los “red
beds” el púrpura parece estar más relacionado con la formación de agregados orientados de
los cristales de hematites que con su tamaño (Torrent y Schwertmann, 1987). Ambos
autores apoyan esta hipótesis, ya que la molienda causa fácilmente un cambio en los colores
(de violáceo rojo a amarillento rojo) en los “red beds”.

De igual forma Marfil et al (1977) hablan del color de las areniscas del
Buntsandstein de la Cordillera Ibérica, dando como dominantes los pardos (10YR a 5YR) y
rojos (10R) subordinados. Con frecuencia añaden zonas gris-verdosas (5Y a 5GY) que
afectan irregularmente a las anteriores.

Aunque la goethita también está presente en muchas muestras de areniscas, su


menor proporción y poder de pigmentación en comparación con la hematites hace que el
color rojo sea predominante en la roca.

El contenido en minerales magnéticos es mínimo, como lo demuestran los


porcentajes detectados de magnetita/maghemita en las distintas muestras. La magnetita es
heredada de las formaciones paleozoicas antiguas y del magmatismo granítico de los
Pedroches, donde tampoco es muy abundante.

Las tonalidades rojo-violáceas de la hematites proporcionan una serie de


propiedades a la arenisca roja de Montoro, entre ellas deben señalarse las estéticas que

166
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

hicieron de esta piedra un sinónimo de señorío y belleza, confiriendo empaque a las


construcciones de la comarca. La construcción en piedra es una construcción cara sólo
asequible a las clases más pudientes, por eso a veces sólo se utilizaba en los elementos
estructurales de las viviendas. Cuando la economía no lo permitía, se simulaba en las casas
con pintura roja: zócalos, jambas, dinteles, etc., intentando emular el aspecto de las
viviendas de los vecinos económicamente más afortunados. Los óxidos de hierro confieren
a la roca una doble propiedad resistente. Generalmente en las arcosas (con poco contenido
en materiales finos) los óxidos forman parte del cemento, confiriendo propiedades
resistentes a la roca. En las grauvacas los óxidos de Fe se concentran en las arcillas, siendo
entonces las rocas menos resistentes. Por tanto, el color rojo asociado a los óxidos de Fe no
es sinónimo de calidad, a menos que se relacione con la mineralogía del resto de los
materiales.

167
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

6.- Conclusiones.

- Las tonalidades de la arenisca roja de Montoro son producidas en su mayoría


por efecto de los minerales de hierro, tales como la hematites que le confiere
el color rojo, y la goethita para las tonalidades más amarillentas.
- Ambos minerales presentan una cristalinidad muy elevada, como demuestra
su dificultad para disolverse en ácidos.
- Cantidades pequeñas de óxidos u oxihidróxidos de Fe son suficientes para
producir coloraciones importantes en la roca, un 0.05% de hematites y
goethita producen tinciones significativas en la roca. Para valores por encima
del 5% de goethita y 10% de hematites, se produce la saturación en color de
las muestras.
- Los métodos espectrofotométricos junto a las técnicas derivativas permiten
estimar la concentración (cualitativa y semi-cuantitativa) de los principales
óxidos de hierro en areniscas, ya que pueden detectar umbrales muy bajos del
orden de 0,05% para hematites y del 0,25% para goethita, además de tener la
ventaja de poder diferenciar la hematites respecto a la goethita. Se trata de un
método sencillo, rápido y relativamente económico.
- La hematites predomina sobre la goethita, en relaciones medias de 6 a 1, a
veces de 20 a 1 y hasta de 100 a 1.
- Al variar las coloraciones con el tamaño de grano y la molienda, variará si la
medición se realiza en el campo con el HunterLab, (sobre muestras
inalteradas de edificios o canteras), en laboratorio con el espectrofotómetro o
con muestras pasadas por el mortero.
- La roca presenta tonos para muestras trituradas entre 10R y 10YR, con
cromas entre 2 y 5, con claridades de 7.
- Las muestras sin triturar dieron tonos del orden de 2.5YR a 10YR, cromas de
3 a 6, con claridades de 7.
- Apenas se encuentra susceptibilidad magnética en la arenisca roja de Montoro
debido a la escasa presencia de minerales ferrimagnéticos.

168
Capítulo 5 Caracterización de los óxidos de la arenisca. El color

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172
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Estudio de las principales alteraciones

173
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

ESTUDIO DE LAS PRINCIPALES ALTERACIONES

1.- Introducción 176


1.1. Objetivos 177
1.2. Procesos de alteración de los materiales pétreos 178
1.2.1. Meteorización física. 178
Lajamiento 178
Crioclastia 178
Termoclastismo 178
Hidroclastismo 179
Haloclastismo 180
1.2.2. Meteorización química 160
Acidez, pH 181
Oxidación- reducción 182
Quelación 182
Cambio iónico 182
Hidratación 182
Disolución 182
Hidrólisis 182
1.2.3. Meteorización biológica 183
2.- Materiales y métodos 185
2.1. Muestras y trabajo de campo 185
2.2. Otras técnicas empleadas 185
2.3. Técnicas específicas. 185
2.3.1. Índices de alteración. 185
Reiche 185
Parker 186
Nesbitt & Young 186
Englund Jorgensen 186
2.3.2. Ensayos de alterabilidad 186
2.3.2.1. Cristalización de sales 187
2.3.2.2. Hielo-Deshielo 187
2.3.2.3. Calentamiento- enfriamiento 188
2.3.2.4. Humedad- sequedad 188
3.- Resultados. 189
3.1. Muestras. 189
3.2. Esclerómetro y R.C.S. 189
3.3. Parámetros físicos. 189
3.4. Microscopía óptica y difracción de R-X 189
3.5. Análisis químicos. EDAX. 189
3.6. Color. 190
3.7. Índices de alteración. 191
3.8. Ensayos de alterabilidad. 192
3.8.1. Cristalización de sales. 192
3.8.2. Hielo-deshielo. 192
3.8.3. Calentamiento-enfriamiento. 193
3.8.4. Humedad-sequedad. 193
4.- Discusión. 194
4.1. Variaciones composicionales en contenido en óxidos. 194
4.2. Cambios composicionales debido a la meteorización. Variaciones 197

174
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

con el protolito original


4.3. Índices de alteración 198
4.3.1 Reiche 199
4.3.2. Parker 199
4.3.3. Nesbitt & Young 199
4.3.4. Englund Jorgensen 200
4.4. Los procesos de meteorización y la arenisca roja de Montoro 203
4.4.1 Meteorización física 203
4.4.1.1. Lajamiento 203
4.4.1.2. Crioclastia 203
4.4.1.3. Termoclastismo 204
4.4.1.4. Hidroclastismo 206
4.4.1.5. Haloclastismo 206
4.4.2. Meteorización química 208
4.4.2.1. Acidez, pH 208
4.4.2.2. Oxidación- reducción-Eh 208
4.4.2.3. Quelación 209
4.4.2.4. Cambio iónico 209
4.4.2.5. Hidratación 209
4.4.2.6. Disolución 209
4.4.2.7. Hidrólisis 209
4.4.3. Meteorización Biológica 210
4.4.3.1. Líquenes 213

5.- Subcapítulo: Examen y descripción de alteraciones. 214


6.- Bibliografía. 234

175
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

1.- Introducción.

La acción de los agentes geológicos sobre los materiales rocosos utilizados en


las obras públicas y las edificaciones, producen alteraciones en el transcurso del tiempo.

Se ha visto la influencia que el clima tiene sobre la estabilidad mineral y la roca,


y como algunos autores: (Peltier, 1950; Emblenton y Thurner, 1979; Wilson, 1968;
Gutiérrez Elorza, 2008) relacionan parámetros climáticos, con procesos
geomorfológicos (capítulo 3).

Todos los materiales, situados en un determinado ambiente, tienden a ponerse en


equilibrio con el mismo; si los parámetros ambientales cambian, se produce la pérdida
del equilibrio conseguido, y surge la necesidad para el objeto de adaptarse nuevamente.
(Lazzarini y Laurenzi-Tabasso, 1986).

Muchas rocas y minerales se forman en profundidad, (dentro de la corteza


terrestre), donde la temperatura y presión son notablemente diferentes a las que se
registran en la superficie. Los materiales formados en el interior de la corteza se
encuentran en desequilibrio con respecto a las condiciones superficiales. La
meteorización involucra a todos los procesos, que tienden a poner a las rocas y a los
minerales en equilibrio con los ambientes que se encuentran en o cerca de la superficie
de la Tierra.

En edificación se tiene en cuenta particularmente, la distinta acción a que están


sometidas las rocas situadas en la fachada exterior y aquellas que se utilizan en los
recubrimientos interiores, que están protegidas de la acción directa de los agentes
atmosféricos. Aún dentro de las rocas utilizadas como mampostería o recubrimientos
exteriores, se producen fenómenos de alteración de diferente intensidad entre las caras
orientadas al sur (más soleadas), y las que lo están al norte, que están sometidas a
menores variaciones de temperatura y en general son más húmedas, (Dapena, 1998).
Desde hace mucho tiempo, los experimentos demostraron que estas tensiones son
insuficientes para fracturar las rocas sanas, siempre que estas se encuentren
perfectamente secas, (Blackwelder, 1933; Griggs, 1936; y Gómez Jiménez, 2001). Pero
los mismos experimentos, muestran que en presencia de agua, alternancias repetidas de
calentamiento y enfriamiento pueden finalmente conducir a la rotura, (Jiménez y Justo,
1975).

Holmes (1965), predijo que bajo condiciones naturales, las rocas masivas deben
de haber sido debilitadas previamente por la erosión química para que la insolación
pueda tener alguna influencia.

Basta quizá con un grado de ataque químico muy pequeño que disminuya la
cohesión o el ángulo de rozamiento interno de la roca, para que las fisuras iniciadas se
propaguen merced de la variación diaria de temperatura, hasta producir rotura por un
fenómeno de fatiga. La erosión química en un clima desértico es pequeña dada la
sequedad de la atmósfera, pero por esta última causa, las diferencias de temperatura
entre el día y la noche son grandes, y aún es más brusco el enfriamiento causado por las
tormentas escasas pero súbitas y violentas, con precipitaciones que a veces llegan a ser
de granizo. (Jiménez y Justo, 1975).

176
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Por tanto en la meteorización de una roca van a actuar una serie de procesos
degradativos, sumatorios y complementarios, que llevarán a la roca a enfrentarse a
nuevas condiciones distintas de las de su formación. Un único proceso no va a explicar
el deterioro completo de un sillar, aunque puede ser el que ejerza más influencia en éste.

A pesar de que el medio ambiente genera cambios en las estructuras de la piedra


(Pellicer y Sabatini, 1975), la alteración natural de la misma es lenta y los daños se
producen en el transcurso de largos periodos de tiempo. Sin embargo en las últimas
décadas la sociedad industrializada ha producido una dramática aceleración de la
velocidad de alteración, de forma que monumentos construidos hace siglos (e incluso
miles de años) han experimentado un proceso degradativo importante (e.g. Winkler,
1975; Abrusci, 2005).

En todas y en cada una de las edificaciones construidas con elementos naturales,


se pueden observar problemas de alteración importantes, que a veces pueden ocasionar
perdida del material. Esto se debe a que los minerales constituyentes de estas rocas, han
sufrido alteraciones que han motivado su transformación, modificado sus propiedades y
su comportamiento mecánico.

Es fundamental el conocimiento de estos procesos, para evitar el riesgo de una


rápida degradación y posterior deterioro, que implicaría ruina para el edificio, o
simplemente defectos que alteren la estética de la construcción.

El problema principal de la arenisca radica en su


composición. Una arenisca está formada
fundamentalmente por dos componentes bien
diferenciados, con comportamientos físico-químicos
muy diferentes. Se compone de un armazón de granos
de tamaño arena, generalmente cuarzo y feldespato, y
una matriz o cemento de naturaleza arcillosa,
ferruginosa o silícea, que une esos granos de arena y le
da consistencia al conjunto. Este conjunto cuando se Fig 1.- Efecto del armazón de los
pone en obra, sufre una serie de desgastes que acaban granos sobre el cemento de la roca.
ocasionado la eliminación de algunos componentes y
por tanto su degradación. También las tensiones generadas por el peso de unos
materiales sobre otros, hacen que el propio armazón de granos se clave sobre la matriz o
cemento, fracturando las uniones y generando fracturas y fisuras que son el origen y que
favorecen los procesos de disgregación físico-química. (fig.1).

1.1.- Objetivos.

- Determinar la naturaleza química, mineralógica y petrofísica de las


alteraciones y compararlas con la originales de la roca.
- Identificar y clasificar los agentes y procesos de alteración que actúan sobre
la roca, antes, durante y después de la puesta en obra.
- Cuantificar la intensidad del efecto de los agentes, procesos de alteración, y
la forma en que afecta a la roca.
- Contribuir a la defensa del Patrimonio Arquitectónico de la comarca.

177
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

1.2.- Procesos de alteración de los materiales pétreos.

La acción de los agentes geológicos externos sobre la superficie de las rocas,


desarrolla en éstas unos procesos de alteración que pueden provocar su debilitamiento,
desintegración y variaciones en su composición química.

La meteorización es el fenómeno más fundamental en la evolución del modelado


y es la precursora del ciclo geológico de erosión, transporte y sedimentación. Es
esencial en el desarrollo de los suelos, regolitos y en la alteración de las piedras
monumentales. (Turkington et al., 2005). El término alude literalmente a la acción
realizada sobre las rocas por los meteoros o los fenómenos atmosféricos. La aceptación
más estricta se refiere a la disgregación mecánica y a las transformaciones químicas que
experimentan las rocas en el seno de la atmósfera y en algunos casos de la hidrosfera
(Anguita y Moreno, 1993).

La meteorización se divide en tres tipos: física o mecánica, química y biológica.

1.2.1.- Meteorización física.

Es la ruptura de la roca por diferentes causas mecánicas. La mayoría de las


fuerzas implicadas en estos procesos son externas, aunque también pueden estar
acumuladas en el interior de la roca. La erosión física de las rocas sólo puede dar lugar a
arenas o limos, pues la aparición de arcillas requiere transformaciones químicas;
(Jiménez y Justo, 1975).

Los principales procesos que producen meteorización física son: Lajamiento por
descompresión, Crioclastia, Termoclastismo, Hidroclastismo y Haloclastismo

Lajamiento por descompresión.- Las rocas que han estado a cierta profundidad
dentro de la litosfera y sometidas a determinadas presiones de confinamiento, al
ascender a superficie sufren una descompresión por pérdida de carga, que se transmite a
las rocas generando un diaclasado paralelo a la topografía denominado lajamiento.
(Gisbert, 1904; Birot et al., 1968). El espaciado de este diaclasado discontinuo aumenta
por lo general con la profundidad y se reconoce claramente en rocas masivas como
granitos, conglomerados y areniscas. Autores como Lewis (1954), Chapman (1956),
Birot et al (1968), explican el lajamiento por procesos de termoclastia, meteorización
química y relajamiento por pérdida de carga; mientras otros autores consideran que el
lajamiento resulta de una compresión lateral. (Twidale, 1973 y 1982; Vidal Romaní et
al., 1995; Vidal Romaní y Twidale, 1998; Twidale y Vidal Romaní, 2005).

Crioclastia.- El agua al congelarse aumenta su volumen en un 9%, y la roca se


rompe cuando se supera la resistencia a la tensión. Si el agua se hiela en un espacio
confinado se ejercerán grandes presiones sobre la roca encajante. Sin embargo la acción
de las heladas nunca es totalmente confinada, ya que el agua al helarse en una grieta
puede extruir y sólo parte de la expansión se utiliza en disgregar la roca. (Ollier, 1984).
La rotura produce clastos angulosos o gelifractos, pero también tiene lugar una
desintegración granular.

Termoclastismo.- Las variaciones de temperatura que experimenta una roca dan


lugar a dilataciones y contracciones, que pueden llevar a la rotura de las mismas. El

178
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

calor suministrado puede proceder de forma natural de la radiación solar o de calor


artificial. Cuando se emplea la piedra “molinaza” como material constructivo en
chimeneas, se puede producir rotura de la roca situada sobre todo en la parte superior
del hogar del fuego. Se observa una rotura de todo el bloque. Por tanto no es
recomendable esta piedra para ese tipo de construcción, al menos del soportal de la
chimenea. En el primer caso, el proceso de desintegración física se denomina
meteorización por insolación, y en el segundo, se denomina choque térmico.

La mayoría de las rocas están formadas por diferentes materiales y estos


presentan dilataciones térmicas distintas según su color y estructura. Por su parte los
minerales también poseen distinto grado de expansión y contracción con respecto a las
variaciones de temperatura, ya que los oscuros se dilatan más que los de colores claros.
Por diferencias de temperatura entre el día y la noche un mineral oscuro puede ser
enfriado a 0º C y calentado hasta los 50 º C, lo que favorece también la desintegración a
lo largo de los contactos entre los cristales de estas distintas especies. Además, algunos
minerales se dilatan más fácilmente en una dirección que en la otra, según su estructura
cristalina. Las dilataciones producen esfuerzos compresivos en el interior de la roca y
las contracciones esfuerzos tensionales. Como resultado de las diferentes expansiones y
retracciones pueden producirse microfisuras y disgregación granular (Birot et al.,1968).
Las rocas son malas conductoras del calor, existe una importante diferencia de
temperatura entre la superficie y el interior de la roca, lo que también da lugar a
importantes dilataciones y contracciones que llevan a la descamación de la misma.
(Birot et al., 1968; Warke y Smith, 1994; Smith y Warke, 1997).

Los clásicos experimentos de laboratorio de Black-Welder (1925, 1933) y


Griggs (1936), de ciclos de calentamiento y enfriamiento con diferentes tipos de rocas,
en ausencia de agua, ponen de manifiesto la inexistencia de roturas de las rocas después
de numerosos ciclos, equivalentes a 224 años de meteorización diaria. Pero al enfriar la
roca en agua, en lugar de aire seco, se producen fracturas después de un número de
ciclos equivalentes a dos años y medio (Gutiérrez, 2008).

Las temperaturas disminuyen exponencialmente con la profundidad, y el


descenso más rápido de temperatura se realiza en los primeros centímetros. (Peel,1974).
Los ensayos de laboratorio de Gomez- Heras et al., (2006), señalan que las diferencias
de temperatura en superficie para distintos minerales, pueden producir disgregación
granular por efecto de fatiga. También el tamaño de los cristales ejerce un importante
control sobre las diferentes temperaturas de los minerales en superficie. Las diferencias
de temperatura podrían tener un control directo en la rotura de las rocas. (Gómez- Heras
et al., 2006).

Hidroclastismo. Las rocas están sometidas a ciclos de humectación y


desecación, que producen efectos disruptivos. Esta acción desintegradora inducida por
el agua se comprueba mediante ensayos de durabilidad llevados a cabo con diferentes
rocas. (Ollier, 1984). La desintegración se manifiesta por una descamación superficial y
fracturación de la roca, preferentemente a lo largo de los planos de debilidad. La
descamación se interpreta por la polaridad de las moléculas de agua que son atraías por
la superficie de los minerales, produciéndose una fuerza expansiva que separa las
superficies confinadas. Este mecanismo se puede experimentar en laboratorio
sometiendo a las rocas a la actividad de líquidos de alta y baja polaridad. Los primeros

179
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

producen importantes efectos disruptivos, mientras que con los segundos la acción
disruptiva es nula (Anon, 1966).

Haloclastismo. La presencia de sales se muestra indicada por la aparición de


eflorescencias de tonalidades blancas sobre los sillares. La precipitación de sales en los
espacios porosos de las rocas, junto con las modificaciones resultantes de la actividad
de los procesos físicos y químicos que afectan a las sales depositadas, dan lugar a
expansiones volumétricas que generan esfuerzos disruptivos, los cuales conducen a la
desintegración de las rocas (Gutiérrez, 2008). La cristalización de sales produce
cambios volumétricos entre 1 y 5 %, este proceso ocurre más eficientemente en
condiciones áridas y cálidas, pero también sucede en regiones frías. La precipitación de
sales por migración capilar de soluciones puede producirse en la superficie de las rocas
(eflorescencias), o en el interior a lo largo de fracturas o microfracturas
(subflorescencia). La subflorescencia constituye un proceso de desintegración muy
eficiente.

Las amplias variaciones diurnas y estacionales de temperaturas y humedad


relativa reinante en la zona, junto con la presencia de vientos secos y esporádicos
facilitan el haloclastismo. Estas variaciones de temperaturas y humedad no sólo son de
carácter temporal, sino que se manifiestan también en superficie y cerca de la misma,
por lo que influyen en la variabilidad espacial de los procesos de meteorización salina.
Las altas temperaturas dan lugar a la evaporación de las soluciones salinas y finalmente
a su precipitación. El enfriamiento de las soluciones saturadas puede producir también
la precipitación de sales. El incremento de humedad puede generar sales hidratadas y el
aumento de temperaturas origina la dilatación térmica de los cristales salinos. Estos
procesos de crecimientos de cristales, hidratación y dilatación producen importantes
modificaciones volumétricas, que traen consigo esfuerzos disruptivos de las rocas
afectadas (Cooke et al., 1982). La zona de capilaridad que puede alcanzar alturas
considerables, varía en función del tamaño de partículas constituyentes y del grado de
cementación de la roca. Su límite superior viene dado por acumulaciones de cristales de
sal, y cuando el frente capilar alcanza la superficie se originan eflorescencias salinas.

Este tipo de meteorización es más efectivo en rocas porosas con gran capacidad
de absorción y pérdida de agua tales, como por ejemplo, areniscas poco cementadas.
(Mabbutt, 1977).

Los mecanismos que comporta la meteorización por haloclastismo son de


carácter físico-químico. Comprenden la cristalización, hidratación y expansión térmica
de sales de elevada solubilidad en espacios confinados o semiconfinados tales como
poros y grietas. (Gutiérrez Elorza, 2008).

1.2.2.- Meteorización química.

La meteorización química resulta de un cambio en el ambiente químico


(Loughnan, 1969) ya que las rocas formadas en condiciones de mayores presiones y
temperaturas y en ausencia de aire, se vuelven inestables al ponerse en contacto con la
atmósfera. El agua, oxígeno y dióxido de carbono atacan a los minerales constituyentes
de las rocas dando reacciones exotérmicas. Los productos más solubles se eliminan por
disolución, dejando un residuo rico en constituyentes menos solubles, que se
reestructura para dar origen a compuestos de neoformación, fundamentalmente

180
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

minerales de la arcilla y oxihidróxidos de hierro y aluminio, que están en equilibrio con


las condiciones ambientales. (Gutiérrez Elorza, 2008).

En la meteorización química interviene el agua, por ello es característico de las


zonas húmedas (Anguita y Moreno, 1993). Debido a ella ciertos minerales de las rocas,
se transforman en otros nuevos, o bien desaparecen por disolución en las aguas de
escorrentía. En este caso la meteorización por disolución va acompañada de una erosión
por evacuación de los solutos.

La meteorización química está estrechamente relacionada con el clima, ya que


éste regula las condiciones de humedad y temperatura, que son esenciales para controlar
las reacciones químicas que conducen a la descomposición de los minerales. El clima
tropical, caracterizado por elevadas temperaturas y disponibilidad de agua, produce
procesos de descomposición, que son 3,5 veces más intensos que los que ocurren en
condiciones de clima templado.

Los cationes liberados en las reacciones de meteorización pueden liberarse


fácilmente o quedar retenidos en el residuo. Esto se debe a las reacciones físico-
químicas de la disolución. Los factores y procesos que más inciden en la movilización y
precipitación de los iones en silicatos son:

- Acidez, pH; Oxidación-reducción-Eh; Quelación; Cambio iónico; Hidratación;


Disolución e Hidrólisis.

Acidez-pH.- Las aguas continentales tienen valores entre 4 y 9, (Mason, 1958).


El Na+ y el K+ son solubles en cualquier valor de pH y Ca(OH)2 y Mg(OH)2 también se
solubilizan en los pH de las aguas naturales (Figura 2). Por otra parte, los Al2O3 y TiO2
y el Fe(OH)3 son insolubles en los intervalos señalados. Únicamente el Fe(OH)2, el
Ti(OH)4 y el CaCO3 están influenciados por el pH de las aguas naturales. La solubilidad
de la sílice es baja, pero con un pH claramente alcalino se lixivia con relativa facilidad.
La curva de solubilidad, se refiere a sílice amorfa, que tiene una solubilidad veinte veces
mayor que el cuarzo; (Carrol, 1970). Dichos procesos de disolución de la sílice se
vieron detalladamente en el capítulo de mineralogía.

Fig 2.- Solubilidad con respecto al


pH de algunos componentes
liberados por la meteorización
química: recopilado de varios
autores por Lougnan, (1969).
Extraido de Gutiérrez Elorza
(2008).

181
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Oxidación-reducción-Eh.- Influye en la solubilidad de los cationes polivalentes


como el Fe y el Ti. Si la solubilidad varía en los diferentes estados de valencia, el
potencial redox afecta a la movilidad del elemento químico. En la figura 8 del capítulo 5
se observa como el valor del potencial redox, afecta a la solubilidad del hierro. Los
principales factores que afectan al Eh en los ambientes de meteorización, son la
accesibilidad de oxígeno atmosférico y la presencia o ausencia de materia orgánica
(Loughnan, 1969). El K+ pese a ser un catión muy soluble, tiene tendencia a quedar
retenido en las estructuras de los minerales de la arcilla tipo illita. No obstante, en
condiciones de elevada precipitación puede llegar a desaparecer por completo.

La oxidación consiste en la reacción química que se produce entre un mineral y


el oxígeno. Ello implica la remoción de uno o más electrones del componente original,
lo que favorece la formación de una estructura menos rígida y crecientemente inestable.

Quelación.- Es la unión de un catión con un agente acomplejante (quelato),


como EDTA. El resultado es la generación de un compuesto organometálico, de
estructura anular con el catión en el interior de la misma (Bland y Rolls, 1998). Los
cationes pinzados por estos quelatos suelen ser divalentes o trivalentes y estos
complejos organometálicos son bastantes solubles. En la naturaleza se producen por la
generación de ácidos húmicos y fúlvicos en los procesos de descomposición de las
plantas y de secreción de las raíces (Keller, 1957).

Cambio iónico.- Es un proceso considerable en la meteorización química


(Carroll, 1970). Es el intercambio entre los iones de una disolución y los existentes en
los minerales. Los minerales de la arcilla son los principales responsables de la
capacidad de cambio en la meteorización de las rocas. Si el mineral no es eléctricamente
neutro, se adhiere un catión a la superficie interlaminar de la arcilla para neutralizar la
carga negativa de la lámina. Sustituciones isomórficas en las capas de las láminas son la
causa del defecto de carga de ésta. Un reemplazamiento frecuente es el de Si4+ por Al3+.
Cada mineral de la arcilla tiene una capacidad de cambio iónico; alcanzan los valores
más altos los minerales del grupo de la montmorillonita.

Hidratación.- Consiste en la reacción química mediante la cual el agua se


incorpora a un nuevo mineral, que puede pasar a formar parte de la estructura cristalina
de la especie resultante. La hidratación puede producir la expansión de la estructura
cristalina, aumentar la superficie susceptible a otras reacciones y por ende la aceleración
de otros procesos de descomposición.

Disolución.- El factor más importante que controla la velocidad de


desintegración de las estructuras cristalinas y de los procesos resultantes es la cantidad
de agua de disolución, (Gutiérrez Elorza, 2008). Este tipo de reacción afecta a sales
solubles en contacto con el agua. Estas sales son eléctricamente neutras, pero sus
aniones y cationes por separado atraen al agua que es un compuesto polar. El anión
queda cargado negativamente mientras que el catión lo hace positivamente. Se alteran
así las fuerzas de atracción existentes en el cristal de sal y se liberan los iones en
solución acuosa.

Hidrólisis.- Consiste en la reacción química que se produce entre los iones de


los minerales (químicamente una sal está constituida por una base y un ácido) y los
iones del agua (H+ y OH-), lo que conduce a la formación de nuevos componentes. Este

182
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

proceso es el más efectivo en la alteración de minerales alumino-silicáticos debido a la


presencia de cargas eléctricas en la superficie de los cristales.

1.2.3.- Meteorización biológica.

Básicamente la meteorización biológica consiste en el proceso de transformación


de las rocas y minerales por acción de los organismos, desde las bacterias a las plantas
superiores y animales. Estos procesos pueden ser de descomposición o de
desintegración.

Las bacterias, hongos, algas y líquenes son abundantes en los climas secos
debido en parte a la acción redistribuidora del viento. Estos organismos producen
meteorización en rocas y suelos. Las algas, líquenes y musgos son los vegetales que
están más presentes en la colonización de las rocas. Las algas se desarrollan sobre las
rocas húmedas, y los líquenes se adaptan fácilmente a la sequedad. Estos últimos
producen meteorización física por humedecimiento y secado, (Viles, 2004).

La bioalteración es fácilmente observable, ya que forma parte de las alteraciones


superficiales por el cambio de color. Esta actividad biológica produce cambios
sustanciales en la micromorfología superficial, de estas modificaciones se derivan un
conjunto de procesos físicos y químicos, (Ollier, 1984; Cooke et al., 1993).

Procesos físicos consisten en la destrucción mecánica causada por el


crecimiento de las raíces de las plantas, rizoides de musgos, hifas de hongos o algas
endolíticas perforantes. La desintegración de las rocas está controlada por la rotura de
los materiales, que se debe a la presión ejercida por las raíces en crecimiento y que
actúan como cuñas (Mitchell,1988)

La expansión y contracción de bacterias y líquenes, en relación con variaciones


de contenido en agua, produce la desintegración de la roca por disgregación granular y
descamación, tanto en superficie como en espacios confinados.

Procesos químicos causados por ácidos como: los aportados por las bacterias
nitrificantes o el fosfórico de los excrementos de las palomas. Las raíces de las plantas
pueden dar lugar a intercambio de iones y la acumulación de humedad que acompaña a
las algas proporciona un medio adecuado para otros mecanismos de meteorización
ajenos a la actividad biológica. Los procesos químicos se manifiestan por secreción de
ácidos orgánicos que atacan a los constituyentes de la roca, y generan quelatos que
ayudan a exportar cationes de poca solubilidad

Las bacterias heterótrofas producen por oxidación la mineralización de la


materia orgánica mediante ácidos débiles y orgánicos simples, mientras que las
bacterias autótrofas oxidan el azufre o los sulfuros y también los compuestos
nitrogenados.

Igual de importante es el aporte de dióxido de carbono a las disoluciones,


debidas a la respiración de la flora y la fauna existentes en el suelo y a los procesos de
descomposición de la materia orgánica.

183
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Otro aspecto es la relación de las costras biológicas con la erosión hídrica y


biológica (Thomas, 1988). La existencia de biocostras superficiales, reduce
sensiblemente la erosión, y aumenta la disponibilidad de agua para otras especies menos
exigentes.

Existen además otros procesos relacionados con la actividad animal. Las


hormigas (facilitan el paso de agua y el transporte de semillas al interior de los muros),
y los murciélagos, pequeños insectos, roedores y aves depositan semillas con sus
excrementos y actividad biológica.

184
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

2.- Materiales y métodos.

2.1.- Muestras y trabajo de campo. Se ha trabajado sobre un centenar de


muestras extraídas de antiguas canteras de Montoro y Marmolejo, y de edificios de
Montoro y Villa del Río. Unas inalteradas para estudiar su composición, y otras
alteradas para ver las variaciones sufridas. También se han observado, fotografiado y
estudiado las distintas alteraciones de cada uno de los edificios, para su posterior
clasificación e interpretación genética.

2.2.- Otras técnicas empleadas para estos estudios y que se han detallado en
capítulos anteriores han sido: Esclerometría, R.C.S, Medidas de las propiedades físicas
(densidad, porosidad, humedad, absorción, etc…), Microscopía óptica de polarización,
Difracción de rayos-X, Microscopía electrónica de barrido con microanálisis por
dispersión de energía, Espectrofotometría de reflectancia difusa.

2.3.- Técnicas específicas desarrolladas para el estudio de las alteraciones. Se ha


trabajado con: Índices de alteración, Ensayos de alterabilidad

2.3.1.- Índices de alteración. Muchos han sido los intentos para establecer
índices que puedan cuantificar el estado de meteorización de una roca dentro de un
afloramiento, una cantera, una obra pública o un edificio. Los hay ingenieriles tales
como los de Barton (1974), González de Vallejo (1985, 2003), Romana (1985) o
Bieniawsky (1973, 79 y 89), que caracterizan el macizo rocoso para el trazado de
infraestructuras lineales, basados en las propiedades de la matriz rocosa, de las
discontinuidades y de la puesta en obra; cuyo fin es caracterizar el macizo rocoso para
obras a escala métrica.

Otros utilizan la movilidad de los elementos químicos mayoritarios en los


procesos de alteración para escala más puntual. Son índices que en base a su
composición mineralógica, permiten conocer su estado de alteración. El cálculo de los
índices, se basa en la movilidad de los óxidos menos móviles, resistatos, frente a los
más móviles, de Ca, Na, K. Hay numerosas citas en las que se marca la movilidad de
dichos elementos dentro de una roca. El orden dado por los distintos autores para la
movilidad de los elementos dentro de un perfil de alteración granítico es prácticamente
el mismo: Na, Ca, Mg, K y Si son los más móviles, mientras que el Ti, Al y Fe son los
menos móviles. Los índices de alteración más utilizados en la literatura son los
siguientes: Reiche (1943), Parker (1970), Colman (1982), Englund Jorgesen. CIA
(1973), Nesbitt and Young. (1982).

Reiche.- Al haber distinto grado de movilidad entre unos componentes y otros,


la alteración y el paso del tiempo puede hacer que la concentración de unos elementos
se vea favorecida sobre la de otros. Basándose en esa idea Reiche (1943) ideó el índice
de alteración potencial, donde se trabajo con concentraciones expresadas en moles.

I= 100(K2O+Na2O+CaO+MgO-H2O)
SiO2+Al2O3+TiO2+Fe2O3+Na2O+CaO+MgO+K2 O

Cuando el índice de Reiche es alto, el material presenta una estabilidad baja ante
los agentes de meteorización, ya que la roca presenta una concentración alta de los

185
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

óxidos existentes en el numerador, que son los más móviles, y por tanto susceptibles de
ir desapareciendo de la roca; la roca es por tanto más alterable. Un índice bajo, indica
que los elementos más móviles no figuran apenas o han desaparecido durante la
alteración, además de que se han ido incrementando los valores del denominador. Eso
indica que la alteración está muy avanzada y que la roca se encuentra muy alterada.
Como se puede ver en la fórmula el agua se encuentra restando en el numerador, por lo
que a veces el índice de Reiche puede dar valores negativos.

Parker en 1970, propuso un nuevo índice de alteración, utilizando los valores de


las concentraciones de los elementos Na, Ca, Mg y K, ya que son los más móviles en
los procesos de meteorización. Cada uno de ellos ofrece una susceptibilidad diferente
para librarse de las redes minerales, por ese motivo aparecen las intensidades de las
energías de enlace elemento-oxígeno como divisores de la concentración del elemento
respectivo.

Ip= {[(Na)/0.35]+[(Mg)/0.9]+[(K)/0.25]+[(Ca)/0.7]}

Nesbitt & Young: Con el fin de estimar el grado de alteración química de la


roca y los sedimentos, se calcularon los valores del índice de alteración química (CIA,
chemical index of alteration) definido por Nesbitt y Young (1982). Este índice es una
medida del grado en que los silicatos primarios se alteran a arcillas secundarias, y se
define como CIA = 100 (Al2O3/ [Al2O3+CaO*+Na2O+K2O]), donde los óxidos se
expresan en proporciones molares y el CaO* representa solo el calcio contenido en los
silicatos. El valor promedio para la corteza continental no meteorizada es de 47,
mientras las arcillas tienen valores de (CIA) comprendidos entre 75 y 100. Mide el
grado de alteración de los feldespatos en relación con el protolito inalterado. El valor de
las plagioclasas y los feldespatos potásicos inalterados, como valor de la roca fresca, es
igual a 50. Índices de alteración química, CIA, más altos representan progresivamente
mayores grados de alteración. Los más cercanos a 50 son procedentes de un área fuente
menos alterada. Los valores anómalos CIA, se pueden deber a la presencia de altos
contenidos en Ca.

Englund Jorgensen: Es un índice compuesto por dos parámetros M1 y M2, los


cuales están representados por las siguientes expresiones matemáticas.

M1= FeO+MgO+Al2O3/K2O+Na2O+CaO

M2=Al2O3/FeO+MgO

Los índices de madurez de Englung Jorgensen, se pueden expresar en


representación triangular con vértices K2O+Na2O+CaO – Al2O3 – FeO+MgO.
Existiendo un aumento de madurez desde M1 hasta M2 (figura 5). Entendiendo
madurez como el grado alcanzado por un sedimento clástico en relación con el orden de
estabilidad.

2.3.2.- Ensayos de alterabilidad.

Estos ensayos tratan de reproducir en laboratorio y de forma acelerada los


procesos de alteración que inducen en la roca los agentes geológicos externos donde va

186
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

a ser situada en obra. Los procesos actuarán más o menos dependiendo de la superficie
específica sobre la que actúan los agentes geológicos externos y el grado de
accesibilidad de estos agentes al interior del material, y por tanto de la permeabilidad y
la porosidad del material. Desde un punto de vista práctico, esta facilidad de acceso de
los agentes externos se suele clasificar mediante la absorción.

Otra característica que influye sobre la alterabilidad es su composición


mineralógica.

Los ensayos de hinchamiento apenas afectan a las areniscas, ya que los


minerales de sílice son muy estables frente a los cambios de volumen. (Dapena, 1994).

2.3.2.1.- Ensayos de cristalización de sales.

La meteorabilidad de las rocas frente al efecto de la cristalización de sales, se


presenta cuando existe una sal en solución o una sal soluble formando parte de la roca, y
un gradiente de temperatura que produzca la evaporación.

Para el siguiente ensayo se utilizaron cubos de 5 x 5 x 5 cm, que se secaron en


estufa hasta peso constante.

Se preparó una disolución salina de sulfato de sodio (14 % en peso) en agua.

La disolución se mantuvo a temperatura constante 20ºC +/- 0.5ºC, y en ella se


introdujeron las muestras durante aproximadamente cuatro horas. A continuación se
sacaban y se introducían en estufa a 60ºC (con humedad controlada) durante 4 horas a
temperatura ambiente, se volvía a repetir el ciclo metiendo la muestra de nuevo en la
disolución salina, (así hasta 15 veces).

El resultado del ensayo se determina a través de la pérdida de peso de los


materiales ensayados, o bien determinando la variación de la RCS.

2.3.2.2.- Ensayo de hielo y deshielo.

El ensayo trata de reproducir el efecto que tienen las heladas en las rocas
saturadas que, al provocar un importante cambio de volumen en el agua, puede originar
fracturas importantes en las mismas. El resultado como en el anterior se obtiene por la
pérdida de peso seco.

Para el siguiente ensayo se utilizaron probetas de 5 x 5 x 5 cm, se secaron hasta


masa constante, y luego se metieron en agua desionizada durante 6 horas a 15 o 20ºC.
Más tarde se sacaron y se metieron en congelador durante otras 6 horas. Así durante 15
ciclos.

Al igual que el ensayo anterior, el resultado se determina a través de la pérdida


de peso de los materiales ensayados.

187
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

2.3.2.3.- Ciclos de calentamiento enfriamiento.

El ensayo consiste en someter probetas de roca de 5 x 5 x 5 a cambios de


temperatura similares al que puede tener lugar en la naturaleza, a fin de prever las
acciones originadas por las expansiones y contracciones que tienen lugar. Se realizaron
20 ciclos de 12 horas a 110º C, con lentas subidas y bajadas de temperatura para evitar
el choque térmico y la posible fractura violenta, posteriormente se dejaron 12 horas a
temperatura ambiente.

El fenómeno suele tener mayor importancia en la parte superficial de la roca, y


se mide por pérdida de peso.

2.3.2.4.- Ciclos de humedad sequedad.

En climas áridos y mediterráneos de influencia continental como los que


tenemos, las rocas como material de construcción para obras públicas y edificaciones,
sufren alteraciones en las partes del edificio que están sometidas a procesos de
humectación y desecación, en función de sus componentes y del estado en que se
encuentren.

El ensayo trata de cuantificar el debilitamiento en la red cristalina de los


minerales de la roca por la presencia y desaparición parcial de agua, tras 15 ciclos en
probetas como las anteriores. Las probetas se sumergen durante 12 horas en agua, para
luego secarse a 60ºC durante otras 12 horas. El resultado se mide nuevamente a través
de la pérdida de peso seco experimentada por las muestras.

188
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

3.- Resultados.

3.1.- Muestras. Se encuentran detalladas en el capítulo de mineralogía.

3.2.- Esclerómetro y RCS. Se encuentran detallados en las tablas 11 y 12 del


capítulo 4. Junto a la porosidad, permeabilidad y composición, otra característica que
influye en la alterabilidad de los materiales rocosos es la cohesión, ligada a los valores
de resistencia, y que está directamente relacionada con la capacidad de resistir los
esfuerzos generados por los procesos de aumento de volumen y alteraciones.

3.3.- Parámetros físicos.

En la tabla 1, se pueden observar los principales parámetros físicos calculados en


el capítulo 4, y que van a influir en mayor o menor grado en la estabilidad estructural de
la roca.

Tabla 1.- Valores de parámetros físicos de la arenisca de Montoro.


Porosidad % Densidad seca Humedad % Absorción %
Media 14 2,12 1,37 6,70
Máxima 23,2 2,56 7,04 11,40
Mínima 3,4 1,91 0,24 1,33
Desviación estándar 0,028 0,129 1,14 1,53

3.4.- Microscopía óptica de polarización y difracción de Rayos-X. Como se


vio en capítulos anteriores, los minerales mayoritarios de la roca estudiada son el
cuarzo, seguido de los feldespatos potásicos, microclina y ortosa. Componentes también
abundantes son las micas (moscovita y biotita), calcedonia, cloritas, illitas, caolinitas,
goethitas y hematites. De igual modo los principales procesos que afectan a la
estabilidad de los minerales son la corrosión, neoformación y transformación. En la
tabla 3, del capítulo 3, se pueden ver esquematizados.

3.5.- Análisis químicos (EDX). Mediante EDX, se obtuvieron las


composiciones químicas de las rocas, (capítulo 3). De los datos obtenidos se calcularon
los porcentajes de óxidos. En la tabla 2 se muestran los porcentajes máximos, mínimos
y medios de los distintos óxidos encontrados en las muestras analizadas, tanto
inalteradas como alteradas.

Tabla 2.- Principales óxidos de la arenisca de Montoro en %.

Areniscas de Montoro
SiO2 Al2O3 Fe2O3 K2O MgO TiO2 CaO
Media 70.96 12.97 5.50 5.11 0.81 0.51 3.3
Máximo 78.72 20.65 12.01 6.81 1.99 1.28 21.39
Mínimo 61.47 7.6 2.23 3.5 0.33 0.15 0.27
Areniscas alteradas
Media 44.61 10.75 7.83 3.71 1.2 0.5 10.15
Máximo 76.75 18.22 39.38 7.53 3.48 2.38 53.08
Mínimo 21.82 4.57 1.63 1.26 0.67 0 0.54

189
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

En las muestras alteradas, se encuentran también el Na-0.72; P-5.00; S-8.05; Cl-


0.53; Mn-2.1; Cu-4.85.

Igualmente se analizaron mediante la misma técnica las eflorescencias de los


sillares, dando los valores de óxidos representados en la tabla 3.

Tabla 3.- Principales óxidos de las eflorescencias de los sillares en %.

Eflorescencias de las areniscas de Montoro


SiO2 Al2O3 Fe2O3 K2O Na2O SO3 CaO
Media 6.69 0.34 0.48 75.1 0.46 11.51 4.76

3.6.- Color. El color rojo se debe a la existencia de un pigmento de óxido de


hierro, cuyo origen se suele interpretar tanto detrítico, de precipitación química o como
producto de alteración (Van Houten, 1961), y que ha sido suficientemente tratado en el
capítulo 5 correspondiente al color de la roca.

190
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

3.7.- Índices de alteración.

Se calcularon los índices de Reiche, Parker, CIA y Englung- Jorgensen. Los


resultados obtenidos para los valores de índices de alteración, son los representados en
la tabla 4 y figura 6.

Tabla 4.- Valores de los distintos índices de alteración obtenidos para las distintas muestras.
IR IP CIA M1 M2
Inés 1 12.12 2.73 59.82 1.87 3.92
Inés4 7.42 3.18 49.97 1.22 4.44
Mad13 5.16 3.62 68.78 2.9 3.13
mad14 6.76 2.75 70.53 3.2 2.98
Mar-01 8.2 3.15 55.41 1.67 2.9
Mar-03 4.17 3.4 61.73 2.37 2.14
Mar-07 6.26 3.14 53.01 2.23 1.02
Oso2 13.02 2.29 33.13 1.02 0.93
Oso4 4.65 3.61 65.2 2.56 2.71
Oso8 7.82 3.07 56.62 1.75 2.9
Paz3 6.3 3.4 59.67 2 2.8
Paz4 7.85 3.41 71.29 3.31 2.98
Ara1 12.12 2.81 53.9 1.82 1.8
Ara3 27.93 1.78 16.7 0.29 2.16
Ara7 8.54 3.11 73 3.96 2.16
Bal1 22.14 1.87 18 0.34 1.97
Bal2 8.7 3.06 65.3 2.51 3
caña3 4.15 3.47 66.2 2.92 2.02
caña6 4.39 3.56 63.3 2.58 2.01
caña9 4.27 3.55 60.8 2.64 1.43
gara2 6.31 3.59 56.6 1.83 2.43
gara3 6.33 3.44 60.6 1.93 3.86
M1 55.81 1.68 9.91 0.21 1.1
M2 18.2 2.56 34.38 0.87 1.49
M3 40.77 1.8 19.73 0.4 1.6
ph1 7.94 2.89 42.14 1.08 2.04
ph2 19.5 1.86 48.23 1.43 1.85
ph3 43.25 1.56 15.38 0.28 1.79
ph4 9.17 3.27 55.86 1.78 2.46
ph5 7.01 2.93 58 6.15 0.29
2m 62.69 1.55 4.53 0.11 0.75
1i 20.32 2.01 29.25 0.56 2.75
1ª 30.6 1.83 20.9 0.38 2.3
3ª 42.27 1.76 18.2 0.34 1.83
4ª 9.83 3.04 54.71 1.6 3.03
5ª 11.8 2.72 46.2 1.55 1.23
6ª 10.06 3.12 57.99 1.92 2.57
C0 21.74 1.98 36.1 1 1.32
C1 5.67 3.4 70.94 3.15 3.44
C2 62.45 1.56 10.4 0.16 2.82
C3 6.86 3 72.7 8.51 0.45
C6 6.42 3.01 68.25 4.13 1.09
C7 6.75 2.96 71.14 6.91 0.55
C10 10.25 3.27 72.91 3.88 2.74
C11 9.44 3.2 65.14 2.74 2.13
Medias 15.85 2.78 49.39 2.13 2.16

191
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

3.8.- Ensayos de alterabilidad.

Se realizaron sobre cinco tipos de muestras (“oso, caña, mad, pil y gara”).

3.8.1.- Cristalización de sales.

Para evaluar la alteración de las muestras se ha calculado el % en peso perdido en cada


una de ellas tras 15 ciclos (tabla 5).

Tabla 5.- Porcentajes en peso perdidos por las muestras tras los ensayos de cristalización de sales.

Medias oso mad Pil gara caña


% de pérdida en peso 8.4 2.87 1.41 0.4 0.15

Tipología de sales. Mediante difracción de rayos X se obtuvieron Nitrato


Potásico, Yeso en forma de Sulfato Cálcico Dihidratado, Cloruro Amónico Magnésico
Hexahidratado.

Los análisis químicos de las muestras nos dieron los resultados de las tablas 6 y
7, para aniones y cationes.
Tabla 6 y 7.- Concentración en mg/L de aniones y cationes de las sales de los sillares.

Anión Concentración en mg/L


Cl- 64 +/- 1
CO3H- 138 +/- 6
CO32- -
N-NO2- 1.5 +/- 0.02
N_NO2- 17 +/- 0.1
SO42- 23.48 +/- 0.32

Cationes Concentración en mg/L


K 24.75 +/- 0.08
Ca 39.00 +/- 0.10
Mg 11.56 +/- 0.06
Na 1.00 +/- 0.01

3.8.2.- Hielo deshielo.

Las pérdidas de masa (tras 15 ciclos) en % han sido las siguientes (tabla 8).

Tabla 8.- Porcentajes en peso perdidos por las muestras tras los ensayos de hielo deshielo.

Caña Pil Mad Gara Oso


% de pérdida en peso 0.09% 0.12% 0.15% 0.18% 0.07%

192
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

3.8.3.- Calentamiento enfriamiento.

Las pérdidas de masa en los ensayos de calentamiento y enfriamiento realizados en


laboratorio, han sido muy pequeñas tras 20 ciclos (tabla 9).

Tabla 9.- Porcentajes en peso perdidos por las muestras tras los ensayos de calentamiento
enfriamiento.

Caña Pil Mad Gara Oso


% de pérdida en peso 0.02 % 0.04 % 0.09 % 0.11 % 0.12 %

3.8.4.- Humedad sequedad.

No se producen alteraciones significativas, las pérdidas de masa tras 15 ciclos de


humectación y secamiento han sido las siguientes (tabla 10).
Tabla 10.- Porcentajes en peso perdidos por las muestras tras los ensayos de humedad
sequedad.

Caña Pil Mad Gara Oso


% de pérdida en peso 0% 0.07% 0.05% 0.07% 0.19%

193
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

4.- Discusión.

En capítulos anteriores ya se detallaron todos los parámetros físicos de la roca,


junto con la microscopía y el EDX, aún así, merece la pena realizar una serie de
comentarios respecto a las variaciones de contenidos en óxidos de la arenisca de
Montoro, en las muestras recogidas.

Se ha trabajado con arenizaciones y pulverizaciones, extrusiones de arcillas,


cambios de coloración y tonalidades, costras, nódulos y concreciones de óxidos,
desplacados y laminillas de arcillas, así como las alteraciones de diversa índole debidas
a morteros.

4.1.- Variaciones composicionales en contenidos en óxidos.

Al comparar los porcentajes de las muestras sanas con las de las mismas
alteradas, se observó que en las muestras alteradas los porcentajes de óxidos no varían
demasiado de los encontrados en las muestras sin alterar. Llama la atención la aparición
de nuevos compuestos (en las muestras alteradas), casi todos ellos relacionados con la
actividad humana, construcción, limpieza, agricultura, industria, etc..., (óxidos de sodio,
fósforo, azufre y calcio, junto a cloruros), a costa de los óxidos de sílice, como puede
verse en la tabla 2 y figuras 3 (a-h).

En muestras con cambio de coloración, los contenidos en óxidos de sílice no


variaron respecto a los de cantera, pero sí variaron los óxidos de hierro.

Los porcentajes mínimos de sílice se dan en costras y acumulaciones


(concreciones), generalmente a favor de los óxidos de calcio y de hierro. En los nódulos
de arcilla la variación es a favor de los óxidos de hierro.

Los óxidos de aluminio, varían poco respecto a cantera, en areniscas


mosqueadas, aumentan los óxidos de Al, de K y de Fe, y disminuye el de sílice.

Los óxidos de hierro, varían mucho, sobre todo en costras y concreciones


oscuras y rojizas, donde aumentan considerablemente y disminuyen en las coloraciones
grises y más claras.

Los óxidos de potasio, se mantienen más o menos constantes, presentando


máximos en areniscas mosqueadas, y mínimos en algunas arcillas alteradas, con pérdida
de óxidos de sílice, y a favor de nuevos óxidos como los de fósforo y calcio.

Los óxidos de magnesio, presentan valores similares, hay un aumento por


contaminación y/o acumulación en manchas negras, y en rellenos de huecos.

Los óxidos de titanio permanecen constantes, y en algunas manchas blancas


(pintura), aumenta el valor.

Los óxidos de calcio son los que más han aumentado, llegando a alcanzar
valores del 53% de CaO, (concreciones, costras y depósitos superficiales) generalmente
pueden ir ligados a procesos de circulación de aguas y pedogenéticos.

194
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Las muestras “M” están muy alteradas, pertenecen a un muro de contención del
casco histórico de Montoro situado en la calle Camino Nuevo, y están relacionadas con
procesos de degradación y depósito, fundamentalmente relacionados con el agua y los
cambios de temperatura. Respecto a los valores medios de los óxidos de cantera, se
puede decir que su contenido en Na ha aumentado, al igual que el de S, Cl y Ca. El de
Mg prácticamente se ha mantenido constante, el Fe ha podido tener una ligera variación
a la baja, y el de Al ha disminuido al igual que el Si, K y Ti. Únicamente en las
arenizaciones, los contenidos de estos últimos han permanecido más cercanos a los de
cantera.

Las muestras “PH”, son del puente de hierro sobre el Guadalquivir en Villa del
Río, que se encuentra rodeado de terrenos de labranza incluso debajo de él. En estas
muestras los óxidos de sílice permanecen constantes, aunque aparecen compuestos de P,
relacionados con la existencia de una labor agrícola intensiva en la zona, (aplicación de
abonos y productos fitosanitarios). Aparece un mayor porcentaje de óxidos de azufre
que el encontrado en cantera, debido probablemente a la contaminación agrícola, de
morteros y del tráfico rodado.

La muestra “PH3”, es una arcilla de alteración, (migración del sillar), que


muestra una composición química peculiar, con valores altísimos de fósforo y calcio y
muy bajos de sílice, posiblemente contaminada por productos químicos fertilizantes o
fitosanitarios.

Las muestras “XA” y “Xi”, son muestras de la fachada de la Parroquia de la


Inmaculada Concepción de Villa del Río, donde prácticamente se siguen los anteriores
patrones, mayor contenido en óxidos de sodio, fósforo, cloro, azufre y calcio que en
cantera, bajando la sílice.

Las muestras “CX”, son muestras de alteraciones encontradas en canteras de


Montoro, de donde también se han sacado las muestras inalteradas “Mad”. Son muy
variadas en su composición, ya que son costras carbonatadas y ferruginosas. Debe
destacarse la aparición de manganeso en ellas.

El aumento del sodio de las muestras de los sillares, debe estar relacionada con
la solubilidad de sales y su depósito en la superficie exterior.

Se observa un aumento de CaO relacionado con la contaminación en obra por


los morteros aplicados en construcción.

En las arenizaciones se produce una acumulación del cuarzo y en las


pulverizaciones disminuye por acumulación de finos.

En las concreciones rojizas se produce un aumento de los óxidos de hierro (en


detrimento del resto de los componentes), llegando a valores del 38% en algunas
muestras.

Se investigó también un mortero usado en la misma parroquia de Villa del Río


“2M”, con el 50% de Ca, que puede ser una fuente de contaminación para el resto de los
sillares.

195
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones
Al2O3 Al2O3
100 100

10 
 10
90  90 





a 80





20 m1
m2


e 80





20 ara1
ara3


 m3  ara7 
30 ph1 
 30 bal1 
70 
 ph2  70 bal2 
40 ph3  40 caña3 
60   ph4  60 caña6 
50 ph5  50 caña9 
50  2m  50  gara2 
 1i  gara3 
60 1a  60 ines 1 
40 40
3a  ines 4 

70 4a  70 mad13 
30  5a  30
 mad14 
 80 6a  80 mar1 
20 c0  20 mar3 
 c1  mar7 
90 90
c2  oso2 
10 10
 c3  oso4 
100 c6  100 oso8 
c7  paz3 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
c10  paz4 
MgO CaO c11  MgO CaO

Fe2O3 Fe2O3
100 100
10 10
90 90
b 80 
20 m1
m2


f 80
20 ara1
ara3


m3  ara7 
 30 ph1  30 bal1 
70 ph2  70 bal2 

40 ph3  40 caña3 
60 ph4  60 caña6 
50 ph5  
 50 caña9 
2m  gara2 

50 50
1i   gara3 
60 1a  60 ines 1 
40  40
 3a  ines 4 
70 4a   70 mad13 
30 5a  30 
 mad14 

  

 80 6a    80 mar1 
20  c0  20  mar3 
 c1    mar7 
  90 90
10
c2 
10  oso2 
 c3  oso4 
100 c6  100 oso8 
c7  paz3 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
c10  paz4 
Al2O3 MgO c11  Al2O3 MgO

Fe2O3 Fe2O3
100 100
10 10
90 90
c 80 
20 m1
m2


g 80
20 ara1
ara3


m3  ara7 
 30 ph1  30 bal1 
70 ph2  70 bal2 

40 ph3  40 caña3 
60 ph4  60 caña6 
50 ph5  50 caña9 
50  2m  50  gara2 
1i   gara3 
60   60 
40  1a
40
ines1
3a  ines4 
70 4a   70 mad13 
30  5a 

30  mad14 
  
   80 6a    80 mar1 
20  c0  20   mar3 
 c1 
 mar7 
90
c2 
  90
oso2 
10  10  
  c3  oso4 
   100 100
 c6  oso8 
c7  paz3 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
c10  paz4 
Al2O3 CaO c11  Al2O3 CaO

Fe2O3 Fe2O3
100 100


 10 10
90 90 
 20 m1  
  20 ara1 
80 m2  80  ara3 
d 
 30
m3
ph1


h 

 30
ara7
bal1


70  ph2  70  bal2 
40 ph3     40 caña3 
60  ph4  60 caña6 
  ph5    caña9 
50  50
50  2m  50 gara2 
 1i  gara3 
60  60
1a  ines1 
40 40
3a   ines4 
 70 4a  70 mad13 
30  5a  30 mad14 
80 6a  80 mar1 
20 c0  20 mar3 
 c1   mar7 
90 90
10  
 c2 
10  oso2 
 c3  oso4 
 100 c6  100 oso8 
c7  paz3 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 100 90 80 70 60 50 40 30 20 10
c10  paz4 
MgO CaO c11  MgO CaO

Fig. 3.- Representaciones triangulares de los óxidos contenidos en alteraciones de la arenisca roja de
Montoro. Columna izquierda. A) (Al, Ca, Mg), B) (Fe, Mg, Al), C) (Fe, Ca, Al), y D) (Fe, Ca, Mg). En la
columna de la derecha, (E, F, G y H), las mismas representaciones para muestras de cantera sin alterar.
Puede observarse la mayor dispersión de las muestras de la columna izquierda, y un acercamiento hacia
los picos de Ca y Fe, en las alteraciones, (columna izquierda).
196
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Se han llevado a cabo investigaciones para determinar el orden de pérdida de los


cationes más comunes. Polynov (1937) comparó el porcentaje de la composición de la
materia disuelta en los ríos para cuencas de drenaje en rocas ígneas con la composición
de este tipo de rocas y obtuvo el siguiente orden de pérdida: Ca2+ > Na+ > Mg 2+ >K+ >
SiO2 > Fe2O3 > Al2O3. Estudios posteriores indican que esta ordenación puede variar
con el tipo de roca. (Reiche, 1950 y Carroll, 1970).

Orden de eliminación de óxidos durante la meterorización según Goldich (1938)


es: Na, Ca, Mg, K, Si, Al y Fe.

Los minerales iniciales de la escala de Goldish (como las plagioclasas) que se


formaron a condiciones muy diferentes de las actuales, han desaparecido o no aparecían
en las rocas protolíticas originales de los sedimentos, mientras que permanecen los más
estables a bajas temperaturas, (cuarzo, moscovita, feldespatos y biotita).

4.2.- Cambios composicionales debido a la meteorización. Variaciones con el


protolito original.

Mediante el estudio de las rocas siliciclásticas frescas y las alteradas, se


determina el siguiente cambio composicional.

- Decrecimiento de Si, Mg, Ca, Na y K.


- Crecimiento de Fe, Al y Ti.

De la comparación de la mineralogía de las arenisca roja de Montoro, con la


mineralogía propuesta por Sánchez. Pérez et al (1988), para la asociación magmática del
Batolito de los Pedroches en la zona de Pozoblanco (Córdoba), se deduce que hay un
enriquecimiento en cuarzo y feldespato alcalino, y una disminución acusada de
plagioclasas hasta el punto de su completa desaparición.

La meteorización mecánica conduce a la apertura y formación de las


discontinuidades, así como a la apertura y fracturación de los granos minerales. La
meteorización química produce la pérdida de color de la roca y la descomposición
eventual de los minerales silicatados en minerales de la arcilla. (Chacón, 2000).

197
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

4.3.- Índices de alteración.

Índices de Reiche

70
60
50
40
30
20
10
0

Índices de Parker

4
3.5
3
2.5
2
1.5
1
0.5
0

Índice de Nesbbit & Young

80
70
60
50
40
30
20
10
0

Índices de Englund Jorgensen

9
8
7
6
5
4
3
2
1
0

Fig. 4.- Diagramas de barras de los distintos índices calculados, se puede observar la diferenciación
de los dos grupos de muestras: (inalteradas-izquierda y alteradas-derecha).

198
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

En las gráficas de la figura 4 se pueden diferenciar dos grupos de muestras. Las


primeras 22 muestras de cada gráfica son las correspondientes a rocas extraídas de
canteras, y las 23 restantes correspondientes a situaciones especiales de la piedra:
concreciones, alteraciones, acumulaciones, etc,…. Se deja ver esa dicotomía en todos y
cada uno de los índices de alteración.

4.3.1.- Índices de Reiche. Se obtiene una media para el primer grupo de


muestras de 8.84, mientras que para el segundo se eleva a 22.56. Dentro del primer
grupo hay tres muestras que se van a diferenciar de las restantes por dar índices
anómalos; son oso2, ara3 y bal1. Dentro del segundo grupo, también hay valores
similares a los del primer grupo, son sobre todo coloraciones dependientes de los óxidos
de hierro, ya que como vimos en el tema del color, variaciones muy pequeñas en la
concentración de los óxidos de hierro son suficientes para proporcionar cambios en las
tonalidades de la roca. Por tanto los cambios en las tonalidades de color apenas afectan
a los cambios de composición química media de la roca de cantera, (de colores más
comunes). Al presentar un índice de Reiche, relativamente bajo, el material posee cierta
estabilidad frente a los agentes de meteorización, ya que la roca presenta una
concentración baja de los óxidos existentes en el numerador de la fórmula de Reiche,
que son los más móviles. Por el mismo motivo los índices más altos se encuentran en el
grupo de las alteradas, en las que se observa una baja estabilidad ante los agentes de
meteorización, ya que la roca muestra una concentración alta de los óxidos existentes en
el numerador (más móviles) y por tanto susceptibles de ir desapareciendo en ella, lo que
origina situaciones más alterables. Podríamos comparar la roca con una fortaleza, que
conforme va siendo atacada, se hace cada vez más fácil de conquistar y de alterar. El
ataque a la fortaleza conlleva un orden de actuación: primero deteriorar la “muralla”,
conseguir puntos débiles de entrada, y luego acceder a ella a través de esos enclaves. Ya
vimos que el conjunto de situaciones negativas para la roca, eran las que la deterioraban,
y era necesario que actuasen unas para permitir trabajar a otras.

4.3.2.- Índice de Parker. Los índices de Parker también son diferentes para el
primer y el segundo grupo. Para el primer grupo obtenemos valores de 3.1, y para el
segundo grupo medias de 2.48. El valor de los índices de Parker disminuye a medida
que se pierden en la roca elementos formadores de bases. Los valores altos en las
muestras de cantera corresponden a etapas iniciales del comienzo de la alteración.
Conforme bajan los valores, los cationes se van perdiendo, ya que sobre ellos ha
actuado un intemperismo intenso. De nuevo aparecen los mismos índices anómalos en
las muestras de uno y otro grupo.

4.3.3.- Índice de Nesbbit & Young. El valor del índice CIA medio para las
muestras de cantera es de 56.34, mientras que para las alteraciones baja a 42.74.
Ya vimos, que el valor promedio para la corteza continental no meteorizada es
de 47, mientras las arcillas tienen valores de CIA comprendidos entre 75 y 100. El valor
de las plagioclasas y los feldespatos potásicos inalterados, (valor de la roca fresca), es
igual a 50. Los Índices de alteración química “CIA” más altos representan
progresivamente mayores grados de alteración, los más cercanos a 50 son procedentes
de un área fuente menos alterada. Los valores anómalos “CIA” se deben a la presencia
de mayores contenidos en Ca.

Los valores obtenidos para las rocas, indican claramente un grado incipiente de
alteración química, por cuanto son similares al valor de la corteza continental no

199
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

meteorizada. Además la similitud entre el CIA de las muestras y el de una roca


granítica, sugiere un predominio de la erosión física sobre la alteración química. Se
advierte entonces que cuando la meteorización química es baja, los elementos más
solubles son sólo parcialmente removidos.
El valor del índice de Alteración Química de las areniscas fluctúa entre 50 y 71,
lo que indica que el sedimento sufrió una alteración química moderada en su fuente o
durante el transporte.

Vuelven a repetirse valores anómalos con las mismas muestras que en índices
anteriores.

4.3.4.- Englund Jorgensen. Los índices de madurez de Englung Jorgensen para


las muestras estudiadas, presentan unas medias para las canteras de 2.13 para M1 y
2.53, para M2, en cuanto a las alteraciones 2.14 para M1 y 1.84 para M2.

Si los resultados se expresan en representación triangular, se obtendrían los


valores de la (fig. 5); la madurez aumenta desde M1 hasta M2.

K2O+Na2O+CaO
100

a 90
10

 20 m1 
80 m2 
 m3 
 30 ph1 
70 ph2 

 40 ph3 
60  M1 ph4 
50 ph5 
50  2m 
1i 
60 1a 
40  
3a 

 70 4a 
30  5a 

80 6a 
20   c0 
 c1 
 90 c2 
10
  c3 
100 c6 
c7 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 c10 
Fe+Mg Al2O3 c11 

M2

K2O+Na2O+CaO
100

b 90
10

20 ara3 
80 bal1 
bal2 
30 caña3 
70 caña6 

 40 M1 caña9 
60 gara2 
50 gara3 
50 ines1 
mad13 
60 mad14 
40
 mar1 
 70 mar3 
30 
 mar7 
 
   80 oso2 
20   oso4 
 oso8 
90 paz3 
10
paz4 
100 ara1 
ines4 
100 90 80 70 60 50 40 30 20 10 ara7 
FeO+MgO Al2O3

M2
Fig. 5.- Representación triángulas de los índices de Englund Jorgensen. A- Alteradas. B- Sin alterar. Se
puede observar la mayor madurez de las muestras del segundo diagrama, más cercanas a M2 y menos
dispersas que las primeras.

200
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Por tanto se puede observar que las rocas extraídas de cantera, presentan un
índice de madurez mayor que las alteradas. De nuevo las muestras ara3, bal1 y oso2,
son las que se encuentran con menor índice de madurez.

Índices de alteración.
a
80
70
60
50
40
30
20
10
0 Iné In M ma Ma M M os os os pa pa ara ara ara ba ba ca ca ca ga g
s 1 és 4 ad1 d1 r- 0 ar- 0 ar- 0 o2 o4 o 8 z3 z 4 1 3 7 l1 l2 ña ña ña r a2 ar a3
3 4 1 3 7 3 6 9

Índice de Reiche Índice de Parker Ïndice de Nesbbit & Young M1 M2

Índices de alteración.
b
80
70
60
50
40
30
20
10
0 m1 m2 m3 ph1 ph2 ph3 ph4 ph5 2m 1i 1a 3a 4a 5a 6a c0 c1 c2 c3 c6 c7 c10 c11

Ïndice de Reiche Índice de Parker Índice de Nesbbit & Young M1 M2

Fig. 6.- Comparación de los distintos índices de alteración, donde podemos observar que
Nesbbit & Young (CIA) y Parker son correspondientes, mientras que los índices de Reiche son
inversos a ellos; M2 parece guardar a veces cierta relación con Reiche, y M1 con los del primer
grupo, aunque no siempre. A Inalteradas. B  Alteradas.

201
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

En la figura 6 se pueden comparar la evolución y relación entre los distintos


índices de alteración. Los índices de alteración pueden explicar en parte, el estado de
alteración de la roca y su índice de alterabilidad. Los índices de Reiche y Parker por si
solos pueden inducir a conclusiones erróneas, ya que un mismo valor puede hablar de
un material alterado que ha perdido los elementos más móviles, o de un material que
por su naturaleza no los posee, y que por tanto puede llegar a ser muy resistente. En
cambio, si nos apoyamos en otros índices como los CIA, se puede efectuar una
discriminación del estado de meteorización de la roca. Como se dijo con anterioridad,
las muestras con índices de alteración anómalos normalmente presentan un alto
contenido en Ca.

Como también se comentó anteriormente las muestras de cantera, suelen dar


índices de Reiche bajos, de Parker y CIA altos, (poco alterados), salvo las excepciones
ya mencionadas (oso2, ara3 y bal1).

Dentro de las alteraciones, se encuentra gran dispersión de valores.

Las muestras M1 y M3, (muy alteradas), presentan índices de Reiche muy altos
(55.81-40.77); mientras M2, que es una alteración, presenta un índice de Reiche medio
(18.2) de alteración avanzada. Para M1 y M3, son muy bajos los índices de Parker, la
mayor parte de los cationes se han perdido ya que ha actuado sobre la muestra un
intemperismo intenso. Los índices CIA de las mismas muestras son muy bajos, pues
presentan un contenido en aluminio muy bajo y alto de sulfatos y calcio, lo que está
relacionado con la circulación de fluidos y depósitos de sales.

Las muestras PH, son muy variadas, las PH1 y PH4 son areniscas claras con
valores de índices de Reiche cercanos a los de cantera (7.94-9.17), diferenciándose en
un contenido menor de óxidos de hierro. Los valores del índice de Reiche son bajos,
bien sea porque presentan pocos elementos móviles o los han perdido por alteración. A
simple vista se puede observar que la roca es sana, por lo que tiene más fuerza la
primera opción. Los índices de Parker son altos (2.89-3.27), y los índices CIA son
cercanos a los valores promedios de la corteza continental no meteorizada, o a los de las
plagioclasas y feldespatos potásicos inalterados (valor de roca fresca). Por el contrario
PH5 es una mancha de óxido de hierro en la arenisca, que da valores de hierro mayores
de los normales pero con índices de alteración semejantes a PH1 y PH4.

PH3, es completamente diferente a las anteriores muestras. Se trata de un sillar


totalmente alterado, con extrusiones de arcillas, índices de Reiche alto (43.25 de
alteración avanzada), Parker bajo (1.56) e índice CIA muy bajo (15.38) por
acumulación de elementos en el denominador CIA. (Al+Ca+Na+K)

Las muestras NºA, son distintas manchas de la roca, con índices de Reiche muy
variables, los de Parker vuelven a ser contrarios a Reiche al igual que en todas las
muestras.

Las muestras cx son muestras con diversas coloraciones, (costras y rellenos de


cantera), con índices de Reiche, Parker y CIA parecidos entre ellas, excepto c2 que
parece ser un relleno o depósito carbonatado de origen edáfico con índices
completamente diferentes a los demás.

202
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

4.4.- Los procesos de meteorización y la arenisca roja de montoro.

Hay dos tipos principales de procesos que afectan a la piedra “molinaza”. Los
que no producen transformaciones química, y aquellos que sí lo hacen, y dentro de
ambos un subgrupo de aquellos procesos producidos por los seres vivos.

Entre los procesos que no producen transformaciones químicas, encontramos:


Lajamiento, crioclastia, termoclastismo, hidroclastismo y haloclastismo.

Los que producen transformaciones químicas: pH, Eh, cambio iónico,


hidratación, disolución e hidrólisis.

4.4.1.- No producen transformaciones químicas. Meteorización Física.

4.4.1.1- Lajamiento. Se observa lajamiento principalmente por descompresión


lateral; y se da en los edificios por la variación del campo de tensiones al colocar la
piedra en obra. Si ésta se coloca perpendicular a las superficies de estratificación, se
produce un aumento de presión por la carga litostática del edificio y origina procesos de
pérdida de cohesión intergranular, rupturas y disyunciones.

4.4.1.2.- Crioclastia. En los diagramas de Peltier (1950), capítulo 2, se pudo ver


que la acción de las heladas está ausente o es insignificante. Se vio que las
diferenciaciones obtenidas mediante los mencionados diagramas, son muy cualitativas y
bastante subjetivas (Derbyshire, 1973). Existen algunos días de heladas, en concreto 7.5
días de media, y más de 17 por debajo de 0 ºC al año, a lo que habría que sumar las
zonas del edificio con tenencia de agua capilar.

De los resultados de los ciclos de hielo y deshielo se extraen las siguientes


consecuencias: estos ensayos no parecen haber afectado a la roca en su aspecto externo,
pero al pasar el dedo por su superficie con una ligera presión, se nota que se desprende
algo de material de caras y aristas, sobre todo en las muestras que tienen una mayor
porosidad.

En las muestras “Caña” apenas se observan modificaciones, en las muestras


“Oso” en las que no parece haber modificaciones sobre las caras a simple vista, pero al
pasar el dedo sobre ellas y sobre las aristas, se produce pérdida de material.

En las muestras “Mad” y “Gara”, el aumento de la rugosidad o aspereza de la


superficie de las caras es significativo, así como el desprendimiento de unos pocos
granos de arena al pasar el dedo por caras y aristas (se observan más romas).

En las muestras “Pil” ocurre algo parecido, aunque en menor grado.

Las pérdidas de peso son mayores en “Mad” y “Gara” (como cabría esperar),
seguidas de “Pil”. “Caña” presenta una pérdida de peso mayor que “Oso”, lo que puede
deberse a una rotura de algún fragmento por efecto de los cambios de temperatura,
aunque “Caña” presente una resistencia mayor.

203
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

A causa de la escasa conductividad térmica de la piedra molinaza, de producirse,


los efectos de deterioro debidos a la crioclastia, se concentrarían en las zonas externas
del material.

4.4.1.3.- Termoclastismo. Los sillares orientados hacia el sur y hacia el oeste


son los que sufren más horas de insolación diarias, y por ello variaciones más bruscas
de temperaturas. La superficie de los sillares puede alcanzar temperaturas muy elevadas,
ya que la arenisca presenta un coeficiente de conductividad muy bajo. Este fenómeno
puede aumentar considerablemente la dilatación térmica de los granos de cuarzo de las
caras externas de los sillares, frente a las caras internas protegidas de la insolación y
expuestas al frescor del interior de los edificios, por tanto podría provocar efectos de
roturas de granos o de contactos entre granos, que facilitan el desprendimiento de los
mismos (arenización) en la superficie de los sillares.

El cuarzo es un material anisótropo y esa característica se manifiesta en todas


sus propiedades físicas. Por ejemplo: en cuanto a la dilatación térmica la figura que
representaría sería un elipsoide de revolución, que vendría definido por dos vectores
α(a) α(c) diferentes, cuyos coeficientes varían según el rango de temperaturas
considerado. A temperaturas experimentales comprendidas entre 20 y 155 grados, Raz
et al., (2002) proponen los valores de esos dos coeficientes α(a) = 16.5*10-6 K-1 (en la
dirección cristalográfica a) y α(c) = 10.9*10-6 K-1 (en la dirección cristalográfica c).
Estos coeficientes permiten relacionar la diferencia de temperaturas con la variación
longitudinal del material según la fórmula. (Zoghlami 2002).

ΔL/Lo = α * ΔT

Siendo:
ΔL: la variación por unidad de longitud.
α: el coeficiente (dependiente de la dirección en que se mide).
ΔT: la variación de temperatura.

La anterior autora propone unos valores en su tesis doctoral, de unas variaciones


diarias de temperaturas de 10ºC en invierno y de 15ºC en verano, para las fachadas
orientadas al norte. Para las orientadas al sur propone 15ºC en invierno (5 y 20ºC) y de
25ºC en verano (17 y 42ºC). Basta con echar un vistazo a los datos meteorológicos del
capítulo 2, para darse cuenta que muy bien se podrían extrapolar los cálculos realizados
por Zoghlami (2002), a nuestra zona.

“Estas diferencias de temperatura provocarán diferencias de dilatación tanto


entre los granos de la superficie de los sillares respecto a los del interior como entre
los granos monocristalinos que se encuentren juntos y soldados por presión-disolución
y con orientaciones cristalográficas diferentes. Estas diferencias de dilatación originan
un esfuerzo de cizalla en las superficies de presión-disolución que podría provocar la
desunión de estos contactos y por ende la desagregación de los granos. Esto
conllevaría una arenización”. Zoghlami (2002)

Para comprobar si este proceso es factible, se ha realizado una estimación de los


valores de esfuerzo que se producirían por efecto de la dilatación diferencial a partir de
los datos experimentales de Raz et al. (2002), obteniendo para la época invernal, que el
esfuerzo equivalente a la dilatación diferencial llega a un máximo de 7 MPa, mientras

204
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

que para verano se alcanzarían los 12 MPa. Los ensayos de compresión realizados sobre
las muestras de canteras y con el esclerómetro en las fachadas de edificios y canteras,
dan valores por encima de 30 MPa. Estos esfuerzos tendrían valores de rotura por
cizalla cercanos a 15MPa, calculados a partir de los círculos de Mohr, un orden un poco
mayor que los valores resultantes de la dilatación diferencial del cuarzo, por lo que este
mecanismo podría, dependiendo de las variaciones texturales de la roca, explicar en
algún momento los procesos de arenización en las rocas más débiles.

Fig. 7.- Representación gráfica de los valores de resistencia a compresión simple, junto a los
criterios de rotura de Mohr Coulomb. En abcisas la Resistencia a compresión y en ordenadas
la cohesión.

Para compresión uniaxial, podemos definir que el esfuerzo de cizalla es la mitad


del valor de la resistencia a compresión simple.

Los valores de dilatación diferencial para época estival calculados anteriormente


de 12 MPa, serían equivalentes a roturas por compresión simple de 24 MPa. Puede
verse en la figura 7, que únicamente una muestra (en concreto “Gara”, con R.C.S de
18.16 MPa) da valores por debajo de 24 MPa.

Con los datos de cohesión y de rozamiento interno propuestos por Ferrer (1998)
para rotura en areniscas, (de entre 8 y 24 MPa para la cohesión (c), y de entre 38º y 45º
para el ángulo de rozamiento interno (ф)), y aplicando los criterios de rotura de Mohr-
Coulomb, se puede observar que los valores de dilatación diferencial, no son suficientes
en la zona para romper una arenisca de calidad media, ya que todas las muestras sanas
están dentro de los rangos de cohesión y de ángulo de rozamiento interno de la
bibliografía.

La muestra “Gara” rompe con valores por debajo de las medias bibliográficas,
por lo que debe de tratarse de una muestra que se encontraba alterada, o que presenta
algún tipo de anomalía.

205
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Por sí sólos no son suficientes los esfuerzos de la termoclastia para producir


rotura, solamente podrían romper las muestras alteradas. Se hace necesario un ataque
previo, ya que con cohesiones y ángulos de rozamiento normales sería imposible la
rotura en este clima.

No hay que olvidar que los procesos que afectan a las rocas son sumatorios. Una
cosa es decir que un proceso por sí sólo no afecta a la roca y otra que no contribuya a su
deterioro.

4.4.1.4.- Hidroclastismo. Este mecanismo se puede observar en los sillares de


las iglesias y casas solariegas. Las areniscas están intensamente alteradas cuando están
orientadas a la solana y la meteorización es menor en la umbría. Hay que tener en
cuenta que la rotura de las rocas no sólo se debe a un único mecanismo, sino que por lo
general se superponen o alternan dos o más procesos. (Robinson y Williams, 1994).
Este efecto es complementario y sumatorio a todos los anteriores y siguientes, incluso la
existencia de agua es necesaria para los procesos de meteorización química, por tanto
aunque por sí sólo no ejerza mucha influencia, la existencia de agua es un problema real
para la roca.

Los ensayos de humedad-sequedad dieron como resultado que las muestras que
menos peso perdieron fueron las “Caña” como cabría de esperar, seguidas de “Mad”,
“Pil”, “Gara” y siendo las “Oso” las muestras (con tonalidades más claras) que más
perdieron.

4.4.1.5.- Haloclastismo. Ensayos de cristalización de sales (ataque de sulfatos).

Después del primer ciclo en las muestras “Gara” aparecieron algunas ampollas,
mientras que las demás permanecieron más o menos inalteradas.

Al finalizar el segundo ciclo, las ampollas de las muestras “Gara”


desaparecieron y dejaron entrever núcleos de arcilla, mientras que en los otros tipos de
muestras empezaron a mostrarse superficies más rugosas.

Al finalizar el tercer ciclo, en las muestras “Mad”, aparecen costras de sal al


secarse. Algunas muestras “Gara” comienzan a burbujear al introducirse en agua.

En el ciclo 4 las aristas han comenzado a desdibujarse (se hacen más romas) y
todas las muestras presentan algo de decoloración. Las muestras “Pil” y “Caña” son las
más resistentes. En el ciclo 5 las muestras “Oso” comienzan a presentar un pequeño
desplacado, las demás continúan el proceso, variando el color, se hace más mate, las
aristas se desgastan y las paredes se hacen más rugosas. En el ciclo 6 se hace patente
una clara arenización en todas excepto en las “Caña”, que son más resistentes debido a
su baja porosidad. En los restantes ciclos el deterioro se va haciendo más patente. En el
ciclo 12 algunas muestras “Oso”, rompen en dos mitades. En el ciclo 15 las rocas
presentaron un notable deterioro (Fig. 8a-e).

206
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

a b

c d

Fig.- (8a a 8e). Probetas sometidas a 15


ciclos de ataque por sales. (a) Oso, (b)
e Gara, (c) Mad. (d) Caña, (e) Pil.

Los porcentajes medios de peso perdido, no son coincidentes con la porosidad ni


con la permeabilidad por ascenso capilar, por lo que debe existir un tercer factor que
tenga mayor influencia que estos a la hora de romper por ataque de sulfatos. Los
porcentajes en peso si son coincidentes con los contenidos en hierro. Las muestras con
menos contenido en hierro total son las “oso” y las que más son las “caña”. Por ello el
tipo de cemento tiene influencia sobre el haloclastismo.

207
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Tipología de sales.

Las sales encontradas parecen tener un triple origen:

- Disolución de excrementos de palomas y murciélagos acumulados en los


tejados y oquedades, y su posterior infiltración a los sillares a través del agua
de lluvia. Aparecen como nitratos.
- Sales procedentes de las micciones humanas, roturas de conducciones de
aguas residuales y posterior ascenso capilar. Nitratos y Sales amoniacales.
- Sales procedentes de los materiales constructivos empleados, como los
sulfatos.

Las sales cristalizan tanto en la superficie de los morteros originando


eflorescencias, como a escasa profundidad en los sillares (subflorescencias), que
generan desplacados.

Las principales sales encontradas fueron: Nitrato Potásico, Yeso en forma de


Sulfato Cálcico Dihidratado y Cloruro Amónico Magnésico Hexahidratado.

4.4.2.- Meteorización química.

Los principales procesos de meteorización química que actúan sobre la arenisca


de Montoro, afectan sobre todo a los componentes minerales, y se detallaron en la
introducción del presente capítulo, y en el de mineralogía y petrología de la roca, por lo
que aquí sólo haremos una pequeña mención de ellos como causantes de las
alteraciones.

4.4.2.1.- Acidez-pH. Los valores de pH de las aguas naturales de lluvia, son


ligeramente ácidos, en torno a 5,6. El Na y el K, los hidróxidos de calcio y de magnesio,
los hidróxidos ferrosos, los de titanio y el carbonato cálcico se solubilizan en los pH de
las aguas naturales. Siendo los óxidos de aluminio y de titanio y el hidróxido férrico
insolubles en los intervalos señalados. La sílice a un pH alcalino, se puede disolver en
determinadas circunstancias (capítulo 3).

4.4.2.2.- Oxidación-reducción-Eh. En las rocas ígneas y metamórficas


(protolitos de la arenisca de Montoro), el hierro se presenta en dos estados, como ión
ferroso y como ión férrico. El ión férrico pasa con relativa facilidad de la roca al agua
por intercambio iónico y se oxida rápidamente debido a que su potencial de oxidación
es de Eh = - 771 mV, frente al existente en el agua de lluvia 300 ≤ Eh ≤ 700 mV. La
solubilidad del ión férrico es menor y precipita tiñendo la roca con los colores
característicos.

Los óxidos son los productos comunes de la oxidación, y entre los más
importantes están los de hierro (paso de Fe+2 a Fe+3) y aluminio, que precipitan en
condiciones de elevadas humedad y temperatura ambiente.

4Fe2+ + 3O2  2Fe2O3 (hematita)


4Fe2+O + 2H2O + O2  4Fe3+O(OH) (goethita)

208
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Los procesos de oxidación-reducción de minerales y matriz ferruginosa, se


detallaron en el tema del color.

4.4.2.3.- Quelación. Restringida a determinados enclaves de colonización


biológica.

4.4.2.4.- Cambio iónico. Es importante en los minerales de la arcilla por su alta


capacidad de cambio y como mecanismo frecuente, que en casos particulares como el
de la arenisca roja de Montoro puede llevar a variar el pH del medio, elevando su
alcalinidad por transformación de las micas y feldespatos potásicos en minerales de la
arcilla y óxidos de hierro. Estos procesos se detallan en el capítulo de mineralogía y
petrología.

4.4.2.5.- Hidratación. Los óxidos de hierro al hidratarse pasan a oxihidróxidos,


aumenta la presión intersticial disminuyendo la resistencia de las rocas, y aumenta la
plasticidad de las arcillas. En areniscas
representa un factor de debilidad importante por
el contraste de dureza con el armazón de trama,
y porque se disgrega más rápidamente que
éstos. El comportamiento plástico, la presencia
de agua y sus movimientos dentro del sillar,
unidos a la variación del campo de tensiones
generadas por el peso del propio edificio,
pueden hacer que las arcillas migren al exterior
por los planos de debilidad o zonas de mayor
porosidad (fig. 9), creando una porosidad
secundaria que facilitará los procesos de Fig 9.- Minerales de la arcilla
alteración. abandonando el sillar, por lo que en un
futuro será una acanaladura.
4.4.2.6.- Disolución. Afecta principalmente al movimiento de las sales solubles
dentro del sillar.

4.4.2.7.- Hidrólisis. Es uno de los principales mecanismos que provoca


neoformaciones mineralógicas.

Struillou (1969) basándose en la excelente correlación entre las cantidades de


sílice, sodio y potasio contenidas en las aguas de lluvia que bañan yacimientos
graníticos con feldespatos y micas, achacan un comportamiento del tipo cuarzo a tres de
cada 4 tetraedros SiO4-4, que tienen los polos saturados por los iones vecino Si+4 y Al 3+,
mientras que el cuarto tiene uno de sus cuatro vértices saturados por un ión Na+ o K+ y
solubiliza 10 veces más fácilmente.

En el caso de las plagioclasas Ca (Si2 Al2 O8), todos los tetraedros SiO4 -4
deberían ser solubles, pues están parcialmente saturados por iones Ca2+ y tienen una
posición equivalente en la estructura. (Suárez 2000).

En la gama de los pH del agua de lluvia, los feldespatos sódicos o potásicos no


perderían (por lavado), más que la cuarta parte de sus tetraedros (SiO4)-4, los
parcialmente saturados por un ión Na+ o K+; mientras que en los feldespatos cálcicos

209
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

(plagioclasas) se produciría la destrucción completa con la liberación del hidróxido de


aluminio.

El pH del agua de lluvia puede oscilar de neutra a ligeramente ácida, cuando


comienza a percolar por los macizos rocosos de silicatos alumínicos, alterándose con las
capas superiores todavía en los primeros estados de meteorización, lo que le hace
adquirir un carácter básico en función de los minerales que encuentra, (Buckman y
Brady, 1969), aumentando la capacidad de disolución de la alúmina y de la sílice.
(Magistad 1925; y Siever, 1962).

La presencia de feldespatos entre la trama (arena-limo) representa un riesgo de


transformación en minerales arcillosos, (tabla 11). A mayor contenido de feldespatos en
una arenisca hace que ésta sea más alterable. La hidrólisis de feldespatos actúa sobre las
areniscas haciéndoles perder su cohesión, y transformándolas en agregados arenosos, o
en una roca menos resistente por la tenencia de nódulos de arcilla. Este proceso se
detectó y se explicó con detalle en el capítulo de mineralogía.

Hidrólisis del feldespato potásico a caolinita.

4KAlSi3O8 + 22H2O  4K+ + 4(OH)- + Al4 (OH)8 Si4O10 + 8H4SiO4

Hidrólisis de la caolinita a gibbsita.

Al4Si4O10(OH)8 + 10H2O  4Al(OH)3 + 4H4SiO4

Tabla 11.- Minerales silicatados y sus principales productos de meteorización.

Mineral original Producto de meteorización Componentes eliminados


Cuarzo Cuarzo ---------------------------------
Argilominerales hasta
Feldespato SiO2, K+, Na+, Ca2+
bauxita
Argilominerales, limonita,
Anfíbol y piroxeno SiO2, Ca2+, Mg2+
hematita hasta bauxita.

4.4.3.- Meteorización biológica.

En la arenisca roja de Montoro, podemos encontrar indicios de meteorización


biológica, tanto física como química. La meteorización biológica produce bioturbación,
que es el proceso de ruptura por actividad orgánica que lleva a la fracturación y
remoción de rocas, sedimentos o suelos. Se da entre otras causas por los ciclos de
humectación y secado que se producen en las zonas de colonización liquénica y
bacteriana, que desintegran la roca por disgregación granular y descamación. Otra
forma de meteorización es la que ejercen las raíces que actúan como cuñas fracturando
y agrandando las grietas.

Algunos animales como las hormigas y las abejas forman huecos que facilitan la
circulación del agua y semillas por su interior. Las biocostras producen un efecto
contrario, (protector) frente a la erosión hídrica y biológica.

210
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

La meteorización química fundamentalmente se produce por los procesos de


disolución, intercambio catiónico y quelación, que se originan por la producción de
ácidos débiles y orgánicos simples, que dan lugar a la oxidación de sustancias. Esos
ácidos orgánicos atacan a la roca generando quelatos, que ayudan a exportar cationes de
poca solubilidad. Las plantas absorben nutrientes que pueden producir cambios en el
pH, dado que por lo común se absorben cationes básicos y se elimina hidrógeno con la
consecuente acidificación del medio. Los seres vivos aportan CO2 a las disoluciones por
respiración de la flora, fauna y de los procesos de descomposición, que conducen a la
formación de ácido carbónico y reducción de pH del medio. Todas estas reacciones se
trataron a nivel mineralógico en el capítulo 3.

Los excrementos de las aves, son ricos en fósforo y azufre, los fosfatos crean un
pH básico en medio acuoso, generando una acción degradante sobre las rocas ácidas,
como las que nos encontramos en el presente trabajo. En la tabla 12 tenemos un
resumen de los principales efectos y agentes causantes de la meteorización biológica.

El agua procedente de la lluvia o del rocío intenso se deposita sobre la roca,


quedando al principio adherida a las asperezas, formando una película que disuelve en
parte la fracción soluble del polvo, resto de excrementos de aves, productos de
meteorización, etc…., que se encuentran en la superficie, cuando el aporte líquido es
suficiente comienza a resbalar, siguiendo la línea de máxima pendiente (figuras 10 y
11). Por esta causa el agua se va concentrando en cualquier zona en que las líneas de
pendiente confluyan. (Llimona y Egea, 1985).

Este proceso en las edificaciones tiene varias consecuencias principales:

a) Las sales minerales y partículas arrastradas se concentran sobre una


superficie reducida, plana preferencial, o estirada en el sentido de la
pendiente.
b) Entre otros factores, el tiempo de permanencia del agua de escorrentía será
inversamente proporcional a la pendiente de la roca.
c) Al cesar el aporte de agua, esta superficie se mantiene mojada durante un
tiempo bastante superior a la media de duración del humedecimiento en el
resto de la roca. Las zonas inferiores de los salientes mantienen esa humedad
debido al agua de escorrentía, que literalmente viaja pegada a la pared y al
agua que se infiltra en la parte superior y que debido a su permeabilidad
atraviesa la roca a través de los poros.

211
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Figura 10.- Colonización


liquénica en superficies
inclinadas. Se puede
observar como la
colonización biológica es
preferencial sobre las caras
orientadas al norte. En
determinadas zonas de la
construcción donde las
piedras no son del todo
verticales, es más factible la
acumulación de polvo,
esporas y agua. Una vez
colonizada esa zona, existe
un crecimiento en las
cercanías más verticales.

Tabla 12.- Efectos de los principales agentes causantes de la meteorización biológica.

Acciones degradativas Indicadores Favorecidas por:


Bacterias - Pérdida de material pétreo - Pátinas biológicas. - Humedad
- Acidificación del medio. - Agujeros y fisuras
- Liberación de cationes solubles. - Debajo de costras
- Excreción de ácidos - Fachadas al norte
- Formación de pátinas
Algas - Preparan el sustrato para que lo - Visuales - Ídem
colonicen otros organismos. - Cambios de color
- Corroen y perforan
Hongos - Excreción de ácidos. - Las secreciones causan - Humedad
- Disminuyen pH. surcos en el mineral. - Fisuras y grietas
- Solubilizan iones. - Crean nuevos hábitats - Transportados por
- Oxidan cationes. para bacterias y algas. viento e insectos
- Oxidación enzimática del Fe y Mn - Anclaje para plantas
superiores.
Líquenes - Las hifas rompen la roca. - Incremento de masa. - Resistentes a la
- Los ácidos orgánicos solubilizan - Cambio de volumen desecación y a las
las bases catiónicas. entre sequía y humedad. temperaturas
- Capacidad de unión al extremas.
agua.
- Excreción de ácidos
orgánicos.
- Visuales

Musgos - Penetración de rizoides en la - Visuales. - Humedad


piedra. - Presencia de
- Desintegración de la roca. nutrientes.
- Producen ácidos y quelantes. - Sustratos calizos.
Plantas - Raíces. - Grietas, fracturas, - Animales que
superiores - Acidificación. percolación de agua. transporten
- Quelatos - Visuales. semillas.
- Nutrientes.
- Humedad.

212
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Figura 11.- Escorrentia y


percolación de agua en superficies
inclinadas donde se mantiene más la
humedad.

Entre otros factores que condicionan la actividad biológica de algas y líquenes,


se puede reseñar; el sol, la humedad, la disponibilidad de nutrientes y la pendiente de la
fachada del edificio.

Líquenes. Debido a la composición química de la roca, las comunidades


liquénicas presentes en las rocas son de naturaleza silicícola:

Figura 12.- Ejemplo de comunidad


liquénica silicícola sobre piedra
molinaza.

La composición y la cohesión influyen de forma notoria en la alterabilidad, y la


descomposición mineralógica, que está directamente relacionada con los procesos de
alteración en los que se producen transformaciones químicas. Estos procesos que
afectan a los minerales, tienen un reflejo externo en la apariencia de la roca, siendo el
origen de todas y cada una de las alteraciones que se estudian seguidamente con detalle.

213
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Subcapítulo.
Examen y descripción de las principales alteraciones

214
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Examen y descripción de alteraciones 216


1.- Recubrimientos superficiales 216
1.1. Alteración cromática 216
Limonitización 216
Otras coloraciones 216
Bioalteración cromática 218
Pátina 218
Alteración antropogénica 219
1.2. Depósitos superficiales 219
Costra negra 219
Biocostra 220
Biodepósito 220
Concreciones 220
Incrustaciones 221
Eflorescencias 221
2.- Pérdida de materiales sin formación de huecos 221
2.1. Acción mecánica 221
Erosión 221
Corrosión 221
Retroceso superficial 222
Alteración antropogénica 222
2.2. Pérdida de cohesión intergranular 223
Disgregación 223
Desagregación 223
Arenización 224
Pulverización 224
3.- Pérdida de material con formación de huecos 224
3.1. Acción mecánica 224
Escoriación 224
Estriación 224
Acanaladuras 225
Estrías vermiculares 225
Alteraciones antropogénicas 226
3.2. Acción físico- química 226
Picado 226
Alveolización 227
Cavernas 227
Cancerización 227
4.- Rupturas 228
Fracturación 228
Fisuración 228
Biofisuración 228
Fragmentación 229
5.- Disyunciones 229
Separación de placas 229
Descamación 230
6.- Deformaciones 230
Ampollas 230
7.- Conclusiones 232
8.- Bibliografía 234

215
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

5.- Examen y descripción de alteraciones.

Tras un estudio detallado de las alteraciones del material pétreo de construcción


de la zona, se han dividido dichas alteraciones en los siguientes grupos:

5.1.- Recubrimientos superficiales.

5.1.1.- Alteraciones cromáticas. Modificaciones superficiales que se manifiestan


en cambios de coloración, que pueden ser producidas por la presencia de vegetales,
sustancias químicas, minerales o materiales de construcción.

 Limonitización.- Se trata de una fina capa de recubrimiento superficial


compuesta por óxidos de hierro rojizos o amarillentos (goethita y limonita),
muy comunes en este tipo de rocas. Similares a las descritas por otros
autores en areniscas silíceas (e.g. Zoghlami, 2003). Se observan también
costras ferruginosas (compuestos de Fe(III)), muy consistentes y de
tonalidades marrones rojizas que se han encontrado en cantera. Al ser
raspadas del bloque, su microanálisis dio valores de Fe2O3 del 38.61% para
esas muestras. Se producen fundamentalmente por migración y/o
concentración de las sales de hierro, en determinadas superficies de los
sillares debido a la estacionalidad del clima.

(a)

Figuras 1a y b.- Alteraciones cromáticas por (b)


óxidos de hierro.

En el material pétreo de cantera se han encontrado recubrimientos blancos,


amarillos, rojizos, marrones, negros, etc...La mayor parte de los coloridos excepto los
blancos, tienen que ver con el hierro y el manganeso. La goethita, FeOOH, (coloración
amarilla), es predominante. Los depósitos blancos más relacionados con fenómenos
edáficos, son depósitos de calcita y de dolomita.

216
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

(a) (b)

(c)

(d) (e)

(f) (g)
Figuras de 2a a 2g.- Alteraciones cromáticas por concentraciones y precipitaciones
de compuestos químicos.

217
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Bioalteración cromática.- (algas, musgos o


líquenes. Suele aparecer en la zona norte,
ya que allí la insolación es menor y la
humedad se mantiene la mayor parte del
año, está relacionada con la percolación y
las filtraciones. En las piedras de las
afueras de las localidades, (por ejemplo:
puentes) las bioalteraciones aparecen más
desarrolladas, posiblemente relacionadas
con la menor contaminación, la falta de
limpieza de estos sillares, mayor número
de esporas, agua disponible en el ambiente
y el suelo, etc...

(a)

(c)
Fig. de 3a a 3c. Bioalteraciones cromáticas
por distintos tipos de organismos
(b)

 Pátina.- Capa oscura muy fina de alteración, que aparece con el tiempo.

Fig. 4.- Capa de pátina sobre


sillares.

218
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Alteración antropogénica.- Básicamente se trata de manchas sobre muros de


materiales empleados en la construcción o rehabilitación de la edificación:
cementos, yesos, pintadas…etc.

(a) (b)

Fig. 5a y 5b.- Diversas alteraciones antropogénicas superficiales. Pintada y por


contaminación de los morteros.

5.1.2.- Depósitos superficiales. Neoformación superficial de nuevas especies,


con formación de una capa dura.

 Costra negra.- Es de mayor grosor e intensidad que la pátina y es debida a la


circulación de vehículos.

Fig. 6. Costra gruesa producida por la


circulación de vehículos, en el Puente de
Hierro.

219
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Biocostra.- Líquenes, algas y briofitos.

(a) (b)
Fig 7a y 7b.- Biocostra de líquenes y algas en el Puente Romano.

 Biodepósito.- Capa gruesa depositada de origen orgánico.

Fig 8.- Biodepósito formado por


excrementos de palomas bajo un
posadero (Villa del Río).

 Concreciones.- Es masa gruesa, dura, adherente, más o menos compacta, a


veces con aspecto de estalactita o estalagmita y de la misma composición
que estas, (calcita y/o dolomita).

Fig. 9.- Concreciones producidas


por depósitos de sustancias en zonas
de circulación de fluidos, en un
 muro de Montoro.

220
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Incrustación.- Es una concreción incrustada en la roca. Un ejemplo es el de


óxidos de hierro (goethita y hematites) que han migrado por disolución.

Fig. 10.- Concreción (acumulación de óxidos de


hierro) producida por la migración de fluidos
por gradientes de presión.

 Eflorescencias.- Depósitos cristalinos poco coherentes de sales solubles.


Formados por la migración de sales magnésicas por capilaridad hacia el
exterior del sillar, y su posterior evaporación.

Fig. 11.- Migración de sales hacia en


exterior por efecto de los movimientos de
agua dentro del sillar, en la Iglesia de la
Inmaculada de Villa del Río.

5.2.- Pérdida de material sin formación de huecos. La pérdida de material con


o sin formación de huecos, puede ser consecuencia de acciones mecánicas o físico-
químicas.

5.2.1.- Acción mecánica.

 Erosión.- Eliminación de materia por la acción física de las partículas sólidas


transportadas por el viento o agua, que produce un redondeado de formas.

 Corrosión.- Proceso físico-químico, que origina la reducción del relieve.

221
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

(a) (b)
Fig. 12a y 12b.- Erosión y corrosión de sillares por efecto del viento y del agua en el Puente Romano
de Villa del Río.

 Retroceso superficial.- Algunos


sillares presentan una importante
variación del volumen superficial,
con lo que se produce un retroceso
del perfil original del sillar. El
mecanismo es la desagregación
granular y es una evolución de este
proceso hacia la arenización.

Fig. 13.- Retroceso superficial del


sillar sobre los pretiles del puente de
las Donadas de Montoro.

 Alteración antropogénica.- Por su carácter


abrasivo es característica la utilización de esta
piedra para el afilado de herramientas, siendo
muy demandada para este tipo de actividad.
Una alteración antropogénica característica de
la molinaza es el rebaje por instrumentos de
afilado, muy común sobre todo en las
construcciones que se encuentran de paso a
los accesos al campo, en las que existen
verdaderos “santuarios” del afilado, era típico
afilar allí la navaja antes de ir a las labores
agrícolas, huerto, búsqueda de espárragos,
pajaritos, etc…
Fig. 14.- Huellas de afilado de aperos y
navajas, sobre el Puente de Hierro de Villa
del Río.

222
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

5.2.2.- Pérdida de cohesión intergranular.

 Disgregación.- Estado avanzado de decohesión interna debida a la pérdida del


material cementante. Debilita las propiedades mecánicas, aumenta la porosidad
y caen granos o cristales ante el mínimo estímulo mecánico

(a) (b)
Fig. 15a y b.- Disgregación de materiales por pérdida del material cementante, en un muro de
contención de Montoro y en la iglesia de la Inmaculada de Villa del Río

 Desagregación.- Es una decohesión superficial con caída de fragmentos de la


roca madre.

Fig. 16.- Desagregación con caída de fragmentos de un


sillar en la Iglesia de la Inmaculada de Villa del Río.

223
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Arenización.- Decohesión interna, con desprendimiento de granos de arena.

(a)

Fig. 17a y b.- Arenización de sillares en muros de


Montoro.
(b)
 Pulverización.- Es la decohesión en forma de polvo al tocarla, o incluso de
forma espontánea.

Fig. 18.- Pulverización de sillar en muro de


contención de las calles de Montoro.

5.3.- Pérdida de material con formación de huecos.

5.3.1.- Acción mecánica.

 Escoriación.- Eliminación de materia en la superficie por acción mecánica


externa. (Fricción violenta que se manifiesta con desolladuras o rasguños).

 Estriación.- Son surcos horizontales o inclinados en las zonas de menor


adherencia del cemento natural, causados por fuerte acción eólica y fuerte
humedad interna. Se producen a favor de las laminaciones sedimentarias debido
a los cambios granulométricos, ya que se comportan como planos de
discontinuidad.

224
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Fig. 19.- Estriaciones sobre un sillar de


la Inmaculada de Villa del Río.

 Acanaladuras (Surcos grandes).- La desagregación granular se combina con la


textura laminada de origen sedimentario de la roca, creando formas de alteración
diferencial con aspecto de surcos paralelos. La erosión eólica y percolación son
factores que favorecen el desarrollo de estas formas, por eso su localización esta
relacionada con las zonas del monumento más expuestas al aire o la lluvia.

(a) (b)

Fig. 20a y b.- Acanaladura sobre un sillar en una casa de Villa del Río, y formación de
acanaladura en el Puente de hierro de Villa del Río.

 Estrías vermiculares.- Son surcos sinuosos semejantes a las trazas que dejan los
gusanos.

(a) (b)
Fig. 21a y b.- Estrías vermiculares en casas solariegas de Montoro.

225
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Alteración antropogénica.- Una típica alteración humana con formación de


huecos es la mala costumbre de marcar con objetos punzantes fechas y nombres
sobre los sillares.

(b)
Fig. 22 a y b.- Rasguños por tráfico en una
esquina de Montoro, y fecha sobre sillar en
(a) Villa del Río.

5.3.2.- Acción Físico-química.

 Picado.- Son pequeños agujeros aislados de aspecto puntiforme con eliminación


de materia, que se manifiesta a través de la formación de pequeñas cavidades no
conectadas entre sí.

(a) (b)
Fig. 23a y b.- Pequeñas cavidades formando picado sobre muros de la Iglesia de la Inmaculada
de Villa del Río.

226
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Alveolización.- Son pequeñas cavidades interconectadas. Suele darse en


materiales de alta porosidad, y se suelen intensificar por diversos factores como
la cristalización de sales, corrosión eólica o “choque” térmico que generan
oquedades de diverso tamaño, que
cuando superan el aspecto puntiforme
o milimétrico de la picadura “pitting”
se denomina alveolo. Se presentan
sobre todo en zonas de granulometría
mayor, o relacionados con planos de
debilidad.

Fig. 24.- Cavidades interconectadas


formando alveolado en un sillar de una casa
de Villa del Río.

 Cavernas.- Cavidades grandes y profundas.

(a) (b)

Fig. 25 a y b.- Cavernas en Iglesia de la Inmaculada de Villa del Río, y puente en Montoro.

 Cancerización (Mal de la piedra).- Estado de degradación avanzado.

Fig. 26.- Etapa más avanzada en la formación


de huecos. Cancerización de la piedra en
edificio de Montoro.

227
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

5.4.- Rupturas.- Accidentes mecánicos en la piedra que crean discontinuidades


en ella. Son producidas por: esfuerzos de origen estructural y por el asentamiento
diferencial del terreno, pérdida y alteración de morteros, que generan nuevos estados
tensionales de cizalla, estiramiento y compresión.

 Fracturación.- Es una acción mecánica. Las discontinuidades pueden haber sido


creadas por rupturas del material, pero sin entrañar pérdida de este ni
desplazamiento relativo de las dos partes.

 Fisuración.- Ruptura con desplazamiento o separación macroscópica de las dos


partes.

Fig. 27.- Fracturación y fisuración con y


separación de bloques, en el puente de las
Donadas de Montoro.

 Biofisuración.- Es la debida a las raíces de los vegetales.

(b)

Fig. 28a y b.- Fisuración por raíces en el puente


de la Donadas de Montoro y cantera.

(a)

228
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Fragmentación.- Es la ruptura con pérdida de material en forma de fragmentos


más o menos compactos.

Fig. 29.- Fragmentación, con caída de un trozo de sillar en la


Iglesia de la Inmaculada de Villa del Río.

5.5.- Disyunciones.- Separación abierta entre las partes de la piedra, paralelas a


la superficie.

 Separación de placas.- Levantamiento de placas paralelas a la superficie. En este


caso (Fig. 30) es muy probable que la piedra se colocase con las láminas de
sedimentación paralelas a la pared y esta haya sido la causa de la caída de estas
placas, pues esta alteración no suele darse en este
tipo de rocas. Es una posible solución
constructiva cuando se necesita una piedra o losa
de larga dimensión y poca profundidad. Al ser
colocada de forma vertical a como se formó (con
las estriaciones paralelas a la pared), se favorece
un debilitamiento de la roca en esos planos de
depósito, que se retroalimenta con la entrada de
agua y de los agentes externos. Lewis (1954);
Chapman (1956); Birot et al., (1968): relacionan
el lajamiento con la termoclastia y la
meteorización química. Twidale (1973 y 1982);
Vidal Romaní et al., (1995); Vidal Romaní y
Twidale, (1998); Twidale y Vidal Romaní, (2005)
con el relajamiento por pérdida de carga. y
compresión lateral por la nueva disposición de
Fig. 30.- Desplacado en casa de
la puesta en obra.
Villa del Río

229
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

 Descamación.- Es un despegado total o parcial de escamas de la superficie del


material aparentemente inalterado, debido a la dilatación térmica y la circulación
de fluidos.

Fig. 31.- Caída de escamas en sillares de


Villa del Río.

5.6.- Deformaciones.- La roca estudiada no suele tener comportamiento


plástico. Este tipo de alteraciones no suelen observarse salvo:

 Ampollas.- Formación de numerosos abultamientos en la superficie de la roca,


producidas por ataque químico con disolución del CO32-que deja hueco.

(a) (b)
Fig. 32a y b*.- Ampollas producidas por circulación de fluidos y precipitación de compuestos

En la tabla 1, podemos observar las distintas alteraciones detectadas en la roca,


junto a los mecanismos y agentes que han intervenido en su formación. Actuando sobre
ellos, podremos salvaguardar la roca de algunos de los procesos de degradación a los
que se refieren.

230
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

Tabla 1.- Alteraciones observadas en las edificaciones, con los mecanismos y los agentes que las
producen.
Monumento (formas de Mecanismos Agentes intrínsecos Agentes extrínsecos
alteración).
Arenización. Ciclos de dilatación Composición de la roca. Cambios bruscos de
Cavernas. térmica. Baja compactación. temperatura.
Alveolos. Pérdida de cohesión. Mala conductividad Lluvia ácida.
Picado. Ataque químico. térmica de los minerales
Pulverización, etc… iónicos.
Abrasión eólica Baja resistencia a la Alta velocidad del
abrasión. viento.
Baja compactación de la Viento cargado de arena.
roca.
Costras biológicas. Reacciones químicas Composición química de Crecimiento de líquenes,
producidas por plantas, la propia roca. algas, etc..., y los
hongos, etc... productos de deshecho
de su metabolismo.
Costras y pátinas no Precipitación de nuevas Alta permeabilidad de la Clima estacional y altas
biológicas. especies. roca. temperaturas.
Costras blancas y de Agentes contaminantes.
color. Humedad, pendiente y
orientación.
Pátinas de Migración de las sales Composición de la roca. Clima estacional.
envejecimiento y hacia la superficie de los Porosidad. Humedad.
tinciones. sillares. Presencia de sales
solubles.
Fisuras, fracturas. Sobrecarga. Tensiones Baja resistencia a la Actividad humana.
por cristalización de compresión. Gradientes de
sales en huecos, y por Comportamiento temperatura.
dilatación diferencial. anisotrópico del material Extracción de sales.
ante las nuevas tensiones Microfisuración de
de puesta en obra. extracción de cantera.
Separación de placas y Dilatación térmica, La propia estructura Clima estacional
descamación. circulación de fluidos. sedimentaria de la roca. Disposición de la roca
Sales. en obra y agua.
Biofisuración. Tensiones creadas por el Existencia de superficies Viento que transporta
crecimiento de las raíces de debilidad y huecos, semillas y el agua.
de la planta. con humedad en ellos.
Erosión, corrosión y Lajamiento, crioclastia, Composición de la roca, Agua y clima.
retroceso superficial. termoclastia, mala conductividad
hidroclastismo, térmica, presencia de
haloclastismo. sales, permeabilidad
Disolución, pérdida de Ataque químico Composición de la roca, Humedad, crecimiento
cohesión entre granos. alta permeabilidad y de líquenes, algas, etc., y
presencia de sales. sus productos de
desecho, lluvia ácida,
clima estacional y altas
temperaturas.
Escoriación, estriación, Ciclos de dilatación Diferencias estructurales Acción eólica.
acanaladuras, estrías térmica. por la sectorización de Humedad,
vermiculares, etc… Pérdida de cohesión. las propiedades físico-
Ataque químico. químicas de la roca.
Abrasión eólica.
Ampollas Sales en la matriz y Porosidad y existencia Clima.
taponamiento en la de arcillas hinchables.
porosidad.
Alteración Ataque químico y físico Composición de la roca, Hombre
antropogénica. utilidad y uso.

231
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

6.- Conclusiones.

Los índices de alteración en las areniscas, pueden servir de orientación para


caracterizar los distintos grados de alteración.

La roca presenta más debilidad cuando posee un cemento arcilloso, y es más


alterable a mayor contenido en feldespatos, que pueden transformarse en arcillas.

Las arcillas debido a su porosidad, plasticidad, humedad y las fuertes tensiones


generadas en la roca por la puesta en obra del edificio, pueden acabar migrando hacia
las zonas de menor presión, superficie exterior o planos entre sillares.

Las principales alteraciones están relacionadas con la destrucción del esqueleto y


con la desaparición de la fase cementante, tanto una como otra actúan creando una
porosidad secundaria, que retroalimenta el proceso y acelera la degradación.

Las condiciones medioambientales cambiantes respecto a las originales de


formación son la causa principal de los procesos de alteración de las areniscas.

La descompresión, los gradientes de temperatura, el agua y el hielo, son los


principales agentes extrínsecos destructores de la roca.

Como agentes intrínsecos se pueden citar, las propiedades físico-químicas y la


composición mineralógica y textural, que influyen notablemente en los procesos y
mecanismos de alteración.

Los morteros son una de las principales fuentes de contaminación.

Al tratarse de una comarca eminentemente rural, la contaminación agrícola tiene


mayor influencia que el tráfico rodado en el deterioro de los sillares.

La meteorización biológica actúa de dos formas fundamentales física y química.

Debido a que los edificios se encuentran a la intemperie, no se pueden evitar


muchos de los mecanismos y agentes que actúan deteriorando la roca; pero una vez
conocida la roca y sus procesos de deterioro, se podrían dar algunas recomendaciones,
para mejorar el aspecto mecánico y estético de los edificios así como para retrasar el
deterioro:

- Para aumentar el periodo de vida del edificio, lo mejor es elegir roca lo más
homogénea posible, sin planos o estratificaciones visibles; de cualquier
color, pero sin cemento arcilloso.
- Reforzar la cementación de los granos mediante el empleo de consolidantes.
- Por sus condiciones de anisotropía, es muy importante siempre que sea
posible colocar la roca con la estratificación horizontal, nunca vertical ya que
facilita la circulación de fluidos con el consiguiente aumento del deterioro.
- Impedir la circulación de agua (fase acuosa) por los sillares mediante el
empleo de hidrofugantes.
- Evitar la colonización de animales, plantas, líquenes y briofitas, mediante
limpieza y aplicación de biocidas, así como un control de plagas.

232
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

- Controlar en la medida de lo posible emisiones contaminantes cercanas a la


estructura (industria y tráfico rodado).
- Utilizar acciones puntuales frente a otros mecanismos y agentes: barreras y
toldos que minimicen la acción de los agentes atmosféricos.

233
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

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239
Capítulo 6 Estudio de las principales alteraciones

240
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Usos tradicionales y construcciones relevantes

241
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

USOS TRADICIONALES Y CONSTRUCCIONES RELEVANTES

1.- Usos tradicionales y algunas construcciones relevantes. 243


1.1.- Introducción: Arquitectura de escuela y popular. 243
1.2.- Objetivos. 245
1.3.- Factores influyentes sobre la arquitectura. 245
1.4.- Extracción de la piedra. 249
2.- Ejemplo de algunas construcciones de la comarca. 251
2.1.- Adamuz. 251
2.2.- El Carpio. 255
2.3.- Montoro. 257
2.3.1.- Otras construcciones de la Sierra de Montoro. 266
2.4.- Pedro Abad. 274
2.5.- Villa del Río. 277
2.6.- Villafranca. 284
2.7.- Andújar. 286
2.8.- Marmolejo. 297
3.- Otros usos. 300
4.- Bibliografía 305

242
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

1.- Usos tradicionales y algunas construcciones relevantes de la comarca.

1.1.- Arquitectura de escuela y popular.

Algunas de las construcciones de la comarca fueron realizadas por ingenieros o


arquitectos de indiscutible renombre en su tiempo (arquitectura culta y erudita, figura 1a
y b) y otras por personas del pueblo, que siguiendo patrones marcados por la
experiencia y la tradición, transformaron y dieron forma a la piedra para adaptarla a
cada una de las necesidades. Puede decirse que existe una arquitectura de escuela, culta
o erudita y otra más popular (anónima o tradicional).

Existen definiciones que marcan diferencias entre la arquitectura culta o erudita


(la realizada por profesionales mediante ejercicios planificados de diseño) y la
arquitectura donde la actuación del artesano sigue pautas heredadas durante
generaciones y perpetuadas merced a su evidente eficacia. Cuando esto se pone de
manifiesto en las construcciones populares, podemos decir que nos encontramos ante
una arquitectura de carácter tradicional. (Sánchez del Barrio, 1995).

(a)

243
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

(b)

Figura 1a y 1b.- Plano de la Casa y el Molino del Batán sito en la margen izquierda del Guadalquivir (a su paso
por la localidad de Montoro) efectuado por arquitectos o ingenieros de la época.

Otros autores prefieren referirse a “arquitectura anónima”, “arquitectura en


sentido común”, “arquitectura del rendimiento”, “arquitectura sin arquitectos” o
“arquitectura doméstica”. Los hay que no la consideran una arquitectura propiamente
dicha sino unas determinadas formas de construir.

244
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

1.2.- Objetivos.

• Estudiar la preferencia de determinados tipos de arenisca para la construcción


según la zona.
• Diferenciar diversas tipologías de extracción de la roca y de formas de
construcción.
• Poner en valor el patrimonio de la comarca.
• Llamar la atención sobre el abandono de determinadas construcciones.

1.3.- Factores influyentes sobre la arquitectura.

Sánchez del Barrio (1975), señala que hay al menos, cuatro factores determinantes
que influyen sobre la arquitectura popular y que no inciden con la misma intensidad en
la denominada culta o erudita:

- El clima predominante en la zona, los materiales propios del lugar y su


tradicional manejo y elaboración, la herencia artística y el concepto estético que
prevalece entre sus gentes, junto con las creencias y tradiciones enraizadas en la
zona.
- Los materiales empleados para la construcción en la comarca del Alto
Guadalquivir son: la madera, el barro crudo (adobes), el barro cocido en forma de
ladrillos y tejas, y la piedra, que es la que nos ocupa en el presente trabajo.
- La piedra se puede emplear de diversas formas, y según su forma y tamaño se le
suele dar distinta denominación.
- La fábrica de piedras sin labrar o poco labrada (con aparejo irregular) recibe el
nombre de “mampostería” y tiene distintas denominaciones según sea el aparejo y la
labra de sus piezas: ordinaria, concertada, careada, a hilada o de canto rodado
(figuras 2 y 3). Cada piedra empleada en la obra de mampostería se llama
mampuesto, y es la empleada en cercas, vallas y las viviendas de la clase humilde
junto al adobe y el tapial (técnica).

245
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

(a) (b)

Figuras 2.- Mampostería ordinaria (a) y a hilada (b).

(c) (d)

Figuras 2.- Mampostería concertada (c) y ciclópea (d)

246
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Figura 3.- Distintos tipos de


mampostería empleadas en la
comarca. (Extraído de
Sánchez del Barrio 1975)

Las piedras labradas reciben el nombre de “sillares” (sillarejos si son pequeños y


no perfectamente labrados) y se encuentran generalmente en las construcciones y
residencias de las clases sociales dominantes del medio rural. La construcción de obras
populares con sillar se encuentra favorecida por la existencia de gran cantidad de piedra
en la zona. El sillar es quizá uno de los materiales de construcción más caros que se
puede emplear, por lo que a veces su uso se restringe a las partes estructurales
importantes del edificio: zócalos, dinteles, jambas, aristas, etc., utilizando muchas veces
piezas que formaron parte de otras construcciones. Decía hace ya mucho tiempo Torres
Balbas (1946), “El sillar calizo medio descompuesto, que protege hoy la esquina de
una miserable casa de tapial contra el choque de los carros, fue tal vez hace millares de
años piedra de un muro ibérico, dovela de puente romano más tarde, batiente de una
puerta medieval”, y aún hoy en día sigue siendo así. Ejemplos: las columnas de la
Mezquita de Córdoba o los restos repartidos por toda Andalucía de Medina Azahara.
Últimamente se está produciendo el expolio de sillares, inscripciones y toda clase de
materiales de construcción en numerosas haciendas, molinos y lagares, para trasladarlos
a nuevos enclaves. En la actualidad muchas de las construcciones de las que se trata en
este capítulo, han sido literalmente saqueadas y algunas de sus inscripciones ya no se
encuentran en ellas. Otras muchas han sido derribadas con el consentimiento de las
autoridades, o destrozadas bajo criterios restauradores incivilizados e impropios, como
ocurrió con la casa solariega del Conde del Corchao o de los Aguayo. Fue familia de
gran abolengo en el municipio de Villa del Río, por ser los descendientes de Fernán
Ruiz de Aguayo (primer Señor de esos pagos) y que fue obsequio de Fernando III el
Santo allá por el siglo XIII. (Clementson, 1994), en agradecimiento por sus destacados
servicios, prestados en las campañas de la Reconquista.

247
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Ha sido una piedra fácil de trabajar y de extraer. Todo el pueblo de Montoro se


sitúa sobre un macizo de piedra molinaza, que según Madoz (1845-50) “Se sacaba con
tanta abundancia y facilidad que muchas de las casas se hallan construidas en parte
con la extraída del lugar del desmonte y cimientos del lugar que ocupan”.

La piedra molinaza es ubicua en la comarca de Montoro. Sus mejores


representaciones se encuentran en iglesias, casas solariegas y construcciones de obra
civil, como puentes, y quizá las más asombrosas por ser menos conocidas, son los
molinos y casas señoriales de la sierra (obras de carácter industrial-residencial). Las que
más pueden destacar por su majestuosidad son: “Las Prensas”, “Escalera”, “El
Comendador”, “La Rosa Alta”, “La Colorá”, “La Molina Plaza”, “Las Lomas”, “la Casa
Palacio de la “Fuensanta”, “Verdizales”, “El Castillo de la Aragonesa” y “San Camilo
de Lelis”.

Las areniscas amarillas, verdosas o grises presentan un cemento silíceo, y eran


más apreciadas para la construcción en la zona de Villa del Río (parte más oriental de la
zona de estudio), según algunos de los contratos de arrendamientos de canteras, de
principios del siglo XX que dicen literalmente “la piedra será lo más clara posible”.
(Cerezo 1910).

El motivo de esa selección era eliminar la posibilidad de matriz arcillosa que


confiere a la roca propiedades no aptas para la construcción. Podría tratarse de una
elección estética, pero si así fuese la tradición no sería pintar de rojo dinteles, esquinas,
zócalos de casas y marcos de puertas y ventanas, que se usan en las viviendas de
naturaleza más humilde para darles distinción, como si fuese molinaza. En la zona de
Montoro se valora más la roca con colorido rojizo. Allí apenas existe coloración clara y
algunas de estas areniscas rojas son las que han dado porosidades menores y mayores
resistencias a la compresión simple, debido principalmente a su textura y a su cemento
ferruginoso.

Figura 4.- Simulación mediante pintado de zócalos y marcos de puertas.

248
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

1.4.- Extracción de la piedra molinaza.

Por lo general estas rocas se


explotan en yacimientos que son
superficiales, por tanto se trata de
minería a cielo abierto. La extracción
va encaminada a la obtención de
grandes bloques de dimensiones lo
más homogéneas posibles, y en ella
debe evitarse la utilización de
explosivos, ya que producen
microfisuraciones de la roca y
estropean volúmenes importantes de
material.

Este proceso se inicia con la Figura 5.- Ejemplo de frente de cantera en las
hinca de potentes testigos o barrenas, inmediaciones de Marmolejo.
que fracturaban la roca y permitían
su extracción. Tradicionalmente las canteras pertenecían a agricultores o terratenientes
que permitían la explotación a los agentes de las obras mediante el pago de los metros
cúbicos extraídos para la obra, y de los daños efectuados por la maquinaria para el
acceso a la cantera. En otras ocasiones, indica Rosa Gito (1995) “las canteras
particulares se cedían para uso y explotación de los canteros sin que ello conlleve
ningún compromiso económico”.

Esta misma autora describe el método de


extracción de la roca: “Para extraer la piedra de la
cantera se comenzaba perforando la piedra con
barrenos de compresión haciendo agujeros de arriba
abajo utilizando brocas gruesas y profundizando, a
una distancia de 10 cm, unos de otros. A continuación
se introducen los pinchotes en los agujeros y se
martillea hasta que el bloque ceda. Una vez que se ha
extraído el bloque de piedra, con los mismos
utensilios, pero con brocas de menos tamaño, se
perfora el contorno de la piedra en función del
tamaño necesario.

Posteriormente se manda al aserradero para


convertirlo en placas. Debido a que la piedra
molinaza es muy abrasiva y desgasta mucho el
instrumento, y el disco que se utiliza para aserrar
Figura 6.- Huella de hinca de un
lleva pastillas de diamante, se trabaja a favor de veta
barreno para la extracción de la
piedra de forma que el disco se desgaste lo menos posible.
Con estas placas será con las que se trabaje para
realizar los diferentes encargos”. Gito (1995)

Estas placas son las que se utilizan hoy en día, imitando los antiguos sillares que
toda casa señorial de la zona debía poseer como signo de distinción. Se trata de una
piedra cara, y por ello actualmente los grandes sillares han sido reemplazados por placas

249
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

que los imitan. Unas casas se distinguen de otras, en el sentido de que no todas se
encuentran hechas con ese material, que se guardaba para las clases más pudientes. Se
considera un signo de distinción y buen gusto; por ello a veces algunos lugareños pintan
los cercos de las puertas y fachadas con tonos rojos, imitando los sillares auténticos.

Actualmente la extracción se realiza por métodos de corte en banco, que permite


obtener bloques muy regulares y de dimensiones preestablecidas. Al ser rocas blandas,
se utilizan máquinas cortadoras de disco adiamantado, cortadoras de brazo y cadenas
(motosierras). Las primeras son sierras circulares de disco “tipo amoladora”, y las
segundas constan de un motor y un espadín de acero de hasta 3,5 metros de longitud, y
una cadena de dientes de widia, que corre por el borde del espadín. Este es orientable y
permite hacer cortes verticales, horizontales e inclinados. Se trata de una máquina muy
versátil, cuyo principal inconveniente es el desgaste rápido de las pastillas de widia que
forman los dientes de las cadenas.

Por lo general una vez cortado el bloque en la vertical, se coloca otra sierra de
hilo que corta horizontalmente el bloque, que una vez fuera irá siendo cortado en
sillares o láminas dependiendo del tipo de empleo que se le vaya a dar. (Lombardero et
al, 1995).

Figuras 7 y 8.- Corte vertical


para la extracción de bloques
y cortadora de hilo horizontal

(7) (8)

A continuación y anexo al capítulo se muestran algunos ejemplos de la


arquitectura con piedra molinaza de la zona (las más significativas de los pueblos de la
comarca).

250
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.- Ejemplos de algunas construcciones con molinaza relevantes de la comarca.

2.1.- ADAMUZ. En esta población destacan la Iglesia Parroquial de San Andrés


Apóstol, el Oratorio de San Pío V, la Torre de Reloj, el Pozo de Santiago, y algunas
casas señoriales como las de “Los Riveras” y el “Pósito”. Su término municipal también
posee importantes cortijos de molinaza como los de San José de Llamas, Fuente Santa
la Alta y la Baja y Las Herreras.

• Iglesia de San Andrés. Se trata de una iglesia de tres naves sin crucero, muy
similar a las iglesias cordobesas de la Reconquista. Tiene un ábside poligonal en la nave
central y cuadrados en las laterales. Es de piedra molinaza con bóvedas de nervaduras y
plementería de ladrillo. A principios del siglo XVI se realizó una amplia reforma,
probablemente dirigida por Hernán Ruiz I y que afectó principalmente al nicho del
ábside y a la portada meridional.

Figura 9.- Iglesia Parroquial de


San Andrés Apóstol

• Casa de los Rivera. Es la única gran casa que se conserva en el pueblo,


conocida como “Casa de los Rivera”. En su interior (muy reformado) no queda nada
original, excepto un pozo de robusta traza que parece anterior a la fecha del actual
edificio, y la parte destinada a casa de labor y graneros, con grandes y robustas bóvedas
de medio cañón. Exteriormente tiene dos bellas portadas adinteladas: una es la entrada
al palacio y otra da al oratorio público (llamado de San Pío V). Son obras de fines del
XVII. El oratorio forma parte integrante de la casa (fundado por don Matías Yergo y
Torralba o Torralón) y es una iglesia de cajón de 14.80 metros de larga por 4.20 de
ancha. Está cubierta por bóveda de cañón, con lunetos y arcos fajones. Delante del altar
hay una pequeña cúpula, según fórmula impuesta en Madrid por Pedro de la Torre a
mediados del siglo XVII para subrayar el matiz barroco de la iluminación

251
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

(a) (b)

(c)

Figuras 10 (a, b y c).- Casa de los Riveras,


Oratorio de San Pío V y pozo interior.

252
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Torre del reloj. Fue mandada


construir en 1566 por D. Luis Méndez de
Haro, marqués de El Carpio. Es de base
cuadrada y sus medidas son: 4.5 metros de
frente por 4 de fondo y su altura en total es de
15 metros. La base es de piedra, y en ella hay
una lapida de piedra molinaza escrita en latín
en la que se explica quién la mandó construir
y en qué fecha. Tenía dos cuerpos lisos y por
último un tejado simple a cuatro aguas. La
torre actual no es la originaria, ya que
desapareció casi en su totalidad en la guerra
civil y la que se ve ahora es la restauración
que le hizo el arquitecto Sánchez Puch en
1953.

Figura 11.- Torre del reloj

• Pozo de Santiago. Este pozo público


fechado en el s. XVIII, formaba parte del
conjunto monumental de la Ermita de la
Soledad (ya desaparecida). Era descanso
obligado para el viajero que transitaba por el
Camino Real de la Plata, (extinta vía mineral
y comercial del medievo). Está realizado en
piedra molinaza y tiene forma prismática y
sección cuadrada, con un tejado a cuatro
aguas y pináculo prismático rematando al
tejado. Desde su construcción ha sido parada
de caminantes del Camino Real y caudal de
agua para los vecinos de las calles aledañas.

Figura 12.- Pozo de Santiago

253
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• El Abrevadero Medieval está construido sobre una infraestructura existente de


origen romano. Esta obra civil puede fecharse en torno a la Edad Media.

Figura 13.- Abrevadero


medieval. (Web Adamuz)

• Las Carniceras. Del complejo de


edificios de administración y gobierno formado
por el Ayuntamiento, las Carnicerías, la Cárcel y
el Pósito, que debió de levantarse hacia mediados
del siglo XVIII, junto con la torre del reloj, se
conserva la parte baja de la construcción que
albergaba las Carnicerías y la Cárcel, y que en su
piso superior servía de Pósito. Aún se conserva
una vieja reja de la cárcel. Esta planta baja está
formada por tres crujías perpendiculares al muro
de la fachada, cubiertas por recias bóvedas que
apoyan sobre gruesos muros, y por un patio
interior donde aún se conserva la rampa por la que
subían las bestias al Pósito para cargar y descargar
los granos. La parte edificada tiene 17.5 metros de
fachada y 13.5 metros de fondo. La parte superior
tuvo en el pasado varias columnas que sostenían
seis arcos, pero no queda constancia de nada más.

Figura 14.- Las carniceras (Web Adamuz)

254
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.2.- EL CARPIO. En esta población hay muchas portadas de viviendas en piedra


molinaza, pero destaca la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción, las
Grúas y la de la Ermita de San Pedro.

• La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora


de la Asunción. Construcción realizada en
mampostería, ladrillo y piedra molinaza, de tres
naves con cuatro tramos, crucero y cabecera
rectangular. Arcos de medio punto sobre
columnas toscazas soportan bóvedas de arista en
las naves laterales y en los brazos del crucero. La
nave central se cubre con bóveda de cañón,
mientras el crucero lo hace con cúpulas con
tambor sobre pechinas, que están decoradas con
los escudos de los marqueses de El Carpio. Es
interesante la Cripta, situada bajo la capilla
mayor, realizada para enterramiento de los
Señores de El Carpio. El exterior de la parroquia
es muy sobrio destacando las dos portadas
situadas en los lados norte y sur respectivamente.
La torre ubicada al sureste de la cabecera está
realizada en piedra molinaza y ladrillo y es de
planta cuadrangular.
Figura 15.- Nuestra Señora de la Asunción.

• Las Grúas. (Monumento declarado BIC el


29 de enero de 2002) Se encuentran situadas a
orillas del Guadalquivir, próximas a los restos del
llamado Castillo de Alcocer, a espaldas de la
ermita de San Pedro. En 1537 don Luis Méndez
de Haro preocupado por abastecer a sus tierras de
agua suficiente, sacó un cauce del río
Guadalquivir. Fue un precedente en las obras de
ingeniería que iba a realizar su sucesor. Las obras
se realizaron entre el 1561-1568. En la actualidad
solo queda la construcción en piedra. Han
desaparecido las ruedas mientras que las acequias
han sido transformadas y adaptadas a las
necesidades actuales.

Figura 16.- Las Grúas.

255
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Ermita de san Pedro. Está situada fuera de la población, en la margen izquierda


del Guadalquivir. Es una construcción en
ladrillo con planta y prebisterio rectangular. La
nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos,
dividida en cinco tramos con los
correspondientes arcos fajones apoyados en
pilastras. La cabecera se cubre con cúpula sobre
pechinas. La decoración de la nave es a base de
yeserías geométricas muy planas. La portada
principal es de piedra molinaza, y está formada
por un arco de medio punto al que le precede un
pórtico constituido por dos arcos de medio
punto que descansan sobre una columna central.
Sobre la portada se alza una sencilla espadaña
de dos cuerpos. La nave presenta en el exterior
unos contrafuertes, lo que permite considerar la
construcción como fechable en el s. XV, siendo
de época barroca toda la decoración de la nave y
la espadaña. En su interior se venera la imagen
del patrón de El Carpio, Nuestro Señor Ecce-
Homo.
Figura 17.- Ermita de San Pedro

256
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• 2.3.- MONTORO. Posee (a nivel comarcal) junto con la ciudad jienense de


Andújar el núcleo arquitectónico más importante. Son de destacar la Iglesia de Santa
María de la Mota, la Parroquia de San Bartolomé, la Parroquia de Nuestra Señora del
Carmen, la Iglesia de Santiago, la Iglesia de San Juan de Letrán, el Hospital de Jesús
Nazareno, el Ayuntamiento o Casa Ducal, el Puente de la Doncellas o Donadas, la
Ermita de la Virgen de la Fuensanta, las Aceñas o Azudas, las Tercias Catedralicias, la
Plaza de toros, la totalidad de la Plaza de España, las Casas solariegas (repartidas por
toda la localidad), y los Molinos de la sierra. (Todo
su centro histórico está declarado BIC desde 1969).

• Ermita de Santa Ana. Situada en el barrio


del Retamar de Montoro, (margen derecha del río).
Se denomina también “Humilladero de Santa Ana”.
Fue construida a finales del s. XVI, aunque de la
primitiva construcción solo se conserva un antiguo
pórtico con doble arco de medio punto sobre
columna central, tras el cual se encuentra la puerta
de la entrada formada por un arco de medio punto
con sillares de molinaza. La iglesia consta de una
sola nave dividida en dos tramos, mediante un arco
de medio punto con dobles molduras que descansan
sobre ménsulas voladas. El primer tramo está
cubierto con bóveda de cañón con lunetos, el
segundo va techado por bóveda de arista con
decoración en forma de estrella en la clave.
(Moreno, 2005)
Figura 18.- Ermita de Santa Ana
• Ayuntamiento. Ubicado en la Plaza de
España. Presenta una arquitectura labrada en piedra
molinaza. Estilísticamente se podría decir que se
encuentra a caballo entre el renacimiento y el
manierismo (albores del siglo XVI), (Moreno,
2005), aunque hay autores que lo atribuyen a
Hernán Ruiz I y lo fechan en la segunda mitad del s.
XVI. Presenta una fachada con dos cuerpos, el
primero abierto en el centro en bella portada con
arco de medio punto entre parejas de columnas
acanaladas que soportan el segundo. El cuerpo
superior es una reedificación barroca realizada en
torno al año 1700, y se caracteriza por el
escalonamiento de planos que se produce con el
contraste de pilastras y resaltados paramentos, todo
ello sobresaliendo entre ensombrecidas hendiduras
que contribuyen a crear un efecto de falsa
profundidad. A ello se acoplan los vanos con
orejetas del balcón corrido que abarca toda la
fachada. El edificio que actualmente ocupa parte
del antiguo colegio de “Niñas Educandas”, se amplia Figura 19.- Ayuntamiento
hacia un lateral con un arco rebajado de la antigua
cárcel. Tanto la sala de entrada en la planta baja, como el Salón de Plenos en la planta

257
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

superior, destacan por sus bellos artesonados de estilo mudéjar. Ambas dependencias se
comunican a través de una escalera en piedra molinaza. Antiguamente fue el Palacio
Ducal de la Casa de Alba.

• Ermita de la Virgen de Gracia. Situada a la


salida de la localidad (aproximadamente a 1 km. del
centro) en la antigua salida a Villa del Río. Edificio
antiguo de nave única reformado intensamente en el s.
XVIII. Tiene dos puertas, la principal orientada al sur y
la lateral orientada al este. Es una construcción de una
sola nave, cubierta con tres tramos de bóveda de arista
separados por arcos fajones que descansan sobre
pilastras, los primeros, y en colas de obispo los
segundos. La cabecera es plana y en el testero se abre el
hueco del camarín donde se venera la imagen de la
titular. (Moreno, 2005)

Figura 20.- Ermita de la Virgen de Gracia.

• Ermita de la Virgen de la Fuensanta. Es de


estilo barroco. Se halla aproximadamente a ocho
kilómetros de la localidad, en el pintoresco valle del
Corcomé. Se levantó por acuerdo del clero y las
autoridades de la época en el lugar donde la Virgen de
la Fuensanta se apareció a un pastor. La ermita se halla
precedida por un atrio, cerrado por verja de hierro. En
el interior hay tres naves separadas por arcos de medio
punto sobre pilares realizados en ladrillo y de sección
cuadrangular. La nave central aparece con cubierta
plana y las laterales con cañón apuntado un tanto
irregular. La cabecera forma en planta un gran cuadrado
de traza desigual, que según el hermano mayor
constituyo la ermita original, aunque otros autores
indican que más bien parece un añadido posterior
(Moreno, 2005). La ermita ha sido objeto de muchas
ampliaciones y reparaciones desde su construcción.

Figura 21.- Ermita de la Fuensanta

258
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Ermita de San Jacinto. Construida en


piedra molinaza y de estilo barroco, fechada
según portada en 1778, (próxima a la iglesia del
Carmen). Consta de una sola nave en la que
destaca su cúpula barroca de gallones toda ella
repleta de yeserías con policromías, las cuales
componen un suntuoso conjunto que parece una
versión en miniatura de la cúpula que cubre la
escalera de la iglesia de Santa Catalina en
Córdoba. Actualmente es la sede del museo
dedicado al pintor local Rodríguez Luna.

Figura 22.- Ermita de San Jacinto

• Hospital de Jesús Nazareno. (Calle


Salazar). En 1696 el Cardenal Salazar dio
licencia para la fundación del hospital,
prolongándose las obras hasta 1778. Posee dos
portadas, una perteneciente a la iglesia y otra al
hospital, ambas del s. XVIII. Dentro del complejo
conjunto de edificaciones y patios en piedra
molinaza, destaca su iglesia de nave única,
proyectada por Francisco Hurtado Izquierdo,
quién prácticamente reprodujo el esquema de su
iglesia de San Juan de Dios de Priego. Se trata de
una nave cubierta por bóveda de cañón con
lunetos, dividida en tres tramos por arcos de
medio punto con coro alto a los pies y está
dividida en ocho fragmentos. La parte inferior
está decorada por un zócalo corrido de azulejos.
(Moreno, 2005)

Figura 23.- Hospital de Jesús Nazareno

259
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Iglesia de Nuestra Señora del Carmen.


(Plaza del Charco). Antigua iglesia barroca
empezada en el año 1701 (Moreno, 2005),
correspondiente al Convento de Carmelitas
Descalzas fundado en Montoro en el año 1697. En
1981 pasó a convertirse en parroquia. Es una
típica iglesia conventual atribuida al carmelita
fray Bartolomé de San Pablo. Es planta de cruz
latina, con coro alto a los pies, compuesta de una
nave central y dos laterales en las que se
encuentran varias capillas cubiertas con bóvedas
de medio cañón, excepto el tramo central del
crucero que lleva cúpula. El frontón de remate de
la fachada exterior está soportado por pilastras.
Está construido en piedra molinaza perfectamente
labrada. Se centra con portada de dos cuerpos
apilastrados, cobijando el segundo la estatua de
San Juan de la Cruz. En su interior se conserva el
retablo barroco del altar mayor, los colaterales y
el retablo de la Soledad con bicromía en verde y
oro. Hay que destacar la talla anónima del Cristo Figura 24.- Iglesia de Nuestra Señora del
de las Penas, antiguo Cristo de la Salud del s. Carmen
XVII.

• Iglesia de San Juan de Letrán. (Plaza de


San Juan de Letrán). Antigua ermita radicada en el
colegio de “Niñas Educandas”, fundado en 1764 por
Juan Antonio del Peral. La ermita construida en el s.
XVI consta de tres naves, siendo la central mayor
que las laterales, que van cubiertas por bóvedas de
arista y separadas entre sí por arcos de medio punto
decorados con molduras dobles que apean sobre dos
fuertes columnas toscazas con basas de mármol
negro. (Moreno 2005). La portada está formada por
un arco con la clave resaltada, que apoya sobre
pilastras con molduras en forma de capiteles. En la
parte superior un friso y arquitrabes lisos y
coronados por un frontón con tres pináculos. Posee
dos coros y varios altares con sencillos retablos. En
la nave central hay un espacioso camarín con
grandes ventanales y vidrieras policromas,
construido en los últimos años del s. XIX.

Figura 25.- Iglesia de San Juan de Letrán

260
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Iglesia de San Sebastián. Se localiza hacia la


salida para Córdoba. Está formada por tres naves
separadas con arcos de medio punto sobre pilares
prismáticos, cubiertas con bóvedas de aristas
rebajadas, cuyos placados geométricos indican que se
efectuaron en una reforma dieciochesca.
Primitivamente esta iglesia estaría techada con
artesonados de madera. En el exterior destaca la
portada lateral en molinaza, con sus pilastras y arco
de pontones almohadillados. Sobre ella se monta una
espadaña barroca de principios del XVIII,
acompañada de aparatosas volutas y escalonadas
pirámides. Al lado hay otra portada, cegada en la
actualidad, que responde a un típico proyecto
manierista con medio punto flanqueado por
pilastrillas jónicas suspendidas y elevadas en
ménsulas.

Figura 26.- Iglesia de San Sebastián

• Iglesia de Santa María de la Mota.


Situada en lo más alto de lo que fue el
núcleo medieval y fortaleza. Por su
emplazamiento debió de ser la construcción
religiosa cristiana más antigua de Montoro.
Probablemente fue construida en los días
que siguieron a la Reconquista,
aprovechando el solar de una antigua
mezquita. Es de estilo gótico-mudéjar y
presenta tres naves con grandes arcos
apuntados que descansan en apoyos
alternantes: pilares prismáticos con medias
columnas adosadas a sus frentes interiores y
columnas monolíticas de gran tamaño. Los
capiteles presentan decoración muy diversa,
si bien predominan los temas vegetales.
Figura 27.- Iglesia de Santa María de la Mota.

261
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Iglesia de Santiago. (Calle Santiago). Las características arquitectónicas


responden cronológicamente a mediados del siglo XVI, existiendo datos de la cofradía
de la Vera Cruz del año 1554. Ubicada sobre un gran basamento de piedra molinaza que
salva el desnivel existente. Posee una única
nave que fue reformada en el s. XVIII,
como delatan las yeserías barrocas del arco
triunfal y la cúpula de la capilla mayor con
una vistosa decoración en tonos rojos y
azules. La fachada principal es de finales
del siglo XVI, compuesta por un arco de
medio punto configurado por sillares de
piedra molinaza que imitan dovelas, y que
descansan sobre pilastras rematadas por
molduras. Sobre al arco presenta un
arquitrabe, un friso y cornisa. En el tejado
se encuentra una espadaña de finales del s.
XVI o principios del XVII. En 1730 se
realizó la portada lateral. (Moreno, 2005).

Figura 28.- Iglesia de Santiago

• Parroquia de San Bartolomé.


(Plaza de España). El comienzo de su
construcción tuvo lugar durante el
episcopado de don Iñigo Manrique
(Moreno 2005), como consecuencia del
aumento de población de la época, y se
completó su construcción durante todo el S.
XVI. La construcción originaria es de estilo
gótico-mudéjar y se fue revistiendo de galas
renacentistas y manieristas. Tras la Guerra
Civil se emprendió la restauración que
define su actual imagen. El templo tiene
planta basilical, con tres naves y cabecera
compuesta por tres ábsides (el central,
poligonal y los laterales, rectos) cubiertos
por bóvedas góticas, que están separadas
por cuatro arcos formeros a cada lado
apuntados y doblados, que apean sobre
pilares con pilastras adosadas (Moreno,
2005). La cabecera es triple y provista de
Figura 29.- Parroquia de San Bartolomé bóvedas de terceletes con ligaduras,
destacando la capilla mayor por su
profundidad y disposición poligonal. Destaca la portada de piedra molinaza que se
acopla al muro de la epístola y hace de puerta principal del templo. Dicha portada es
propia de un gótico tardío (comienzos del s. XVI), atribuida a Hernán Ruiz I, es

262
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

adintelada, tiene el típico marco con motivos de galleta, elevándose sobre él un panel
con decoración de cuadrilóbulos, que soporta un medio punto de remate a manera de
frontón y todos los elementos se guarnecen de hojarasca gótica. Son típicas también de
este estilo las esculturas de San Bartolomé y Santiago, que coronan las columnas
laterales y la Virgen que preside y culmina el conjunto. La torre se emplaza hacia la
cabecera y en el primer cuerpo, que fue construido en 1548. Se construyó una portada
atribuida a Hernán Ruiz II, que posee un dintel moldurado y un frontón triangular
rematado en bolas flameadas. El primer cuerpo sostiene otro cuerpo. Hasta 1817 no se
terminó la torre con la construcción de un campanario neoclásico.

• Plaza de toros. (Plano de la Feria). Obra


civil del siglo XX construida siguiendo el estilo
del XIX con piedra molinaza. La primera plaza
data de 1860, fue reconstruida en 1884 y se
volvió a reedificar a principios de los años
cincuenta. El graderío del coso taurino está
construido en piedra molinaza, ampliado en
1961 con gradas de mampostería en la parte
alta. El diámetro del ruedo es de 39 metros y
cuenta con un aforo de 3500 espectadores.
Posee patio de caballos con abrevadero y
cuadras, ocho chiqueros, corrales y una
enfermería.

Figura 30.- Plaza de Toros

• Puente de las doncellas o de las


donadas. Situado sobre el río
Guadalquivir, enlazando el núcleo
principal de la localidad con el barrio de
El Retamar y con los caminos hacia la
Sierra. Posee cuatro grandes arcos de
medio punto labrados en piedra
molinaza, que unidos a su
emplazamiento, crean una de las vistas
más pintorescas de la localidad. Se
comenzó a construir en 1498 gracias a
las aportaciones de los lugareños, que se
vieron exentos de impuestos por los
Reyes Católicos. Los planos del mismo
se atribuyen al bruselés Enrique Egas, Figura 31.- Puente de las Doncellas
aunque fue el montoreño Pedro
Fernández quien dirigió las obras.
(Criado Hoyo 1932).

263
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Tercias catedralicias.
(Próximas a la iglesia de San Juan de
Letrán). El edificio de Las Tercias es
una grandiosa construcción de
carácter industrial destinada a
granero eclesiástico. Las obras
fueron llevadas a cabo en 1786 por
Francisco Luis de Mora. Puede
catalogarse dentro de las
construcciones denominadas "Tipo
con patio de fachada y nave",
constando de varias naves y un patio
en la parte delantera que se utilizaba
para la carga y descarga del grano.
Forman un conjunto rodeado por un Figura 32.- Tercias Catedralicias
muro de piedra molinaza. Su fachada
principal es de corte neoclásico contrastando con el resto del edificio. Actualmente
restaurada, es el museo del aceite.

• Torre de Villaverde. (En las afueras de


Montoro a unos dos kilómetros de la localidad,
declarada BIC el 25-06-1985). Arquitectura militar
gótica-tardía, edificada a partir de 1472 por D. Diego
de Aguayo en sustitución de otra construcción
anterior de origen árabe. Se alza en medio de la
campiña y presenta planta cuadrada con sillares de
molinaza dispuestos en alternancia soga y tizón con
ménsulas salientes. Existe una selección en el tamaño
de los sillares, siendo los de abajo de mayor tamaño
que los de arriba.

Figura 33.- Torre de Villaverde y escudo.


(Majuelos)

264
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Palacio de la Fuensanta. Construido en


1889 por el Marques de la Fuensanta del Valle y
proyectado por arquitectos madrileños. El
primer marqués de la Fuensanta del Valle fue
Feliciano Ramírez de Arellano, siendo el título
original “de la Valliere”, de origen francés. El
actual marquesado lo ostentan los Coello de
Portugal. Se trata de un edificio de planta
rectangular con dos torres en la fachada
principal de tres plantas cada una. Únicamente
se conservan los muros exteriores, ya que se han
perdido suelos, vigas y techo. El palacio tuvo
una corta historia, pues años después de la
guerra civil el palacio dejo de tener uso y se
desmanteló. Algunos de sus elementos
constructivos (entre ellos las rejas), parece ser
que pasaron a formar parte de algunas casas que
se construyeron por aquella época en Villa del
Río. Hoy en día pese a su estado de abandono,
su planta y los sillares se conservan fuertes y en
buen estado, a la espera de una ansiada Figura 34.- Casa Palacio de la Fuensanta
del Valle. Propiedad en la actualidad de la
restauración que le devuelva el esplendor de familia García Solís.
épocas pasadas.

Figura 35.- Palacio en el


año 1894. Fotografía
extraída del libro
“Devoción de la Virgen de
la Fuensanta de Montoro.

Casas solariegas. Son numerosas las casas solariegas del siglo XVI al XIX en esta zona
que pueden verse en el “Catálogo artístico y monumental de la ciudad de Montoro”
(Moreno, 2005).

265
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.3.1.- Otras construcciones de la Sierra de Montoro.

En las afueras de las poblaciones existen muchas construcciones de tanta o más


importancia que las existentes en los pueblos. Entre ellas están algunos de los grandes
cortijos de la sierra, como: La Atalayuela, Puerto Alto, Verdizales, Alcornocosas,
Casería de Isasa, Loma del Chaparro, La Simona, Chilares, Loma Arriana, El Madroñal,
Molino de Afán, Molino de Francisco Romero, Molino de Juan Plaza, Las Pesebreras,
Molino de Roa, San Fernando, San Fernando de Casay, Molino el Vallón, Las Monjas,
San José de Capillas, Santa Bárbara, etc.

• El Corregidor.

(a)

(b)
Figura 36 a y b.- Vistas del impresionante cortijo del Corregidor de Montoro. Lateral de la casa
solariega y el arco de entrada al patio y molino (a), y fachada principal de la zona noble (b).

Situado en el paraje de las Monjas dentro del pago de Santa Brígida. Se trata de
una construcción de la que hay testimonio escrito desde 1849 en el Registro de la
Propiedad de Montoro. Edificada aprovechando el desnivel de la pendiente sobre la que
se asienta, y construido sobre una amplia terraza elevada sobre grandes muros de
contención, que funcionan como un verdadero patio. Los límites terraza-patio están
marcados tan solo por pretiles de poca altura, pero su disposición hace de ellos
auténticas fortalezas. (Florido, 1996) Presenta un jardín cerrado por verja a la entrada
de la vivienda principal (señorío), desdoblada en dos pisos, atrás las viviendas de los
caseros, las cuadras, el aljibe, el molino y bodega en la parte inferior. Al igual que “Las
Prensas” perteneció a la Condesa de la Vega del Pozo, y se reformó entre 1896 y 1909,

266
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

cuando se levantó “Las Prensas” (Florido, 1996). Actualmente está en proceso de


reforma.

En la zona cercana al sector residencial se observa la cantera que se abrió para la


obtención de la piedra. (Olmedo, 2006)

• Escalera.

(a)
Figura 37 a y b.- Espadaña de entrada al cortijo de
Escalera y Capilla recientemente restaurada.

(b)

Esta situada en la zona sureste del término municipal de Montoro. La escritura


notarial fechada en 1868 y recogida por Florido (1996), hace mención de que el caserío
tiene fachada hacia el sur y comprende una superficie de tres mil cuatrocientos veinte
metros y trece decímetros cuadrados, distribuidos en casa principal, molino aceitero y
cortijo, una antigua capilla, con oratorio formando parte del caserío principal, y un
panteón familiar de más reciente construcción, aislado del resto de la edificación por un
jardincito, y puesto en comunicación por una galería interior.

Lo primero que llama la atención, es la esbeltez de su espadaña situada a la


entrada del recinto, que sobresale entre los olivos, dividida en dos cuerpos: el inferior
formado por dos arcos y el superior por un solo vano con remate. Actualmente la
mayoría de las dependencias originarias se encuentran modificadas o en estado de
abandono, ya que esta edificación ha sufrido una serie de transformaciones a lo largo
del tiempo, pudiéndose comprobar que de la construcción original solo queda el molino
de dos vigas y la recia torre de contrapeso ambos en ruina. El resto del conjunto
presenta un buen estado de conservación. (Majuelos, 2007).

Apartada del edificio principal se encuentra una capilla-panteón de estilo


neoclásico, recientemente restaurada, en cuya fachada se encuentra el escudo de armas
de don Francisco de Paula de Bernuy y Aguayo (VIII Marqués de Benamejí), fechado
en 1809 (Olmedo, 2006). Podría pensarse que los miembros de este linaje cordobés
hubieran sido los primitivos propietarios de Escalera. Varios de los marqueses de
Benamejí estuvieron sepultados en esta capilla, y el estilo neoclásico de la misma y la

267
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

fecha de las sepulturas denotan claramente que su construcción fue posterior al resto del
conjunto.

• El Cañaheral.

(a)
(b)

Figura 38 a.- Parte restaurada y habitada del cortijo del Cañaveral. 38 b.- Antigua iglesia
de la que se han expoliado algunas zonas, hoy en día convertida en almacén de aperos.
Situada en el cerro del mismo nombre, y sobre la cantera que hemos
denominado “Caña”. Esta cantera (por sus propiedades físico-químicas) es la que se
puede considerar de mayor dureza y calidad de las encontradas, y también por tanto, la
más difícil de trabajar. Está cantera abasteció a todas las construcciones de alrededor, al
ser un afloramiento de roca aislado de las otras zonas.

Los primeros testimonios escritos son del siglo XIX (por Ramírez y las Casas
Deza). El volumen principal se encuentra organizado en torno a dos patios (de molino y
de labor) y la fachada está dividida en dos secciones por la capilla, que en su
composición es similar a la que presenta la capilla de San Camilo, fechada en 1773
(Olmedo, 2006). Perpendicular a la fachada se encuentra la almazara. Presenta aljibe y
un conjunto de viviendas de reciente construcción.

268
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Las Prensas.

(a) (b)
Figura 39 a y b.- Parte noble del Complejo agroindustrial de las Prensas, e Iglesia

Situada en el pago del Charco del Novillo casi en el límite del Parque Natural de
Cardeña-Montoro. Las Prensas constituye un gran conjunto agroindustrial de singular
importancia por sus dimensiones y por sus características edificatorias. Es uno de los
pocos ejemplos de construcción reciente que se levanta en el Alto Guadalquivir, con
almazara hidráulica como delata su alta chimenea que denota la utilización del vapor
como fuente de energía (Olmedo, 2006). Nada haría pensar que se trata de una
almazara, si no fuera por la presencia de una chimenea y algunos rasgos como las
cubiertas metálicas (típicas de las estructuras industriales de esa época), que sugieren un
uso industrial (Majuelos, 2008).

Consta de un bloque principal donde se concentran las actividades importantes


(vivienda e industrial) y otras construcciones radiales para diversas funciones menores.
El bloque principal es de estructura palaciega en forma de U, con un amplio patio
frontal empedrado y cerrado en su parte delantera por unas rejas de rica ornamentación.
En torno al acceso se sitúan otras dependencias menores como la capilla, cocheras,
viviendas de aceituneros, fragua, etc. Destaca la capilla ejecutada en ladrillo y molinaza
bajo criterios eclécticos de la época, y el aljibe exterior que proporcionaba el agua
necesaria para el proceso industrial (Olmedo, 2006).

Fue construido por la Marquesa de la Vega del Pozo en el año 1891, a la vez que
se reforma el Corregidor (también de la misma propietaria). Debido a la cantidad de
materiales utilizados en su construcción (molinaza y ladrillo visto) y como recurso
decorativo en cornisas, ménsulas, impostas y arcos, la obra se demoró bastante tiempo,
dando lugar a que en Montoro se acuñara la frase “Va a durar mas que las obras de Las
Prensas” (Majuelos, 2008).

269
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• San Camilo de Lelis.

(a) (b)

(c)

Figuras 40 a, b y c.- Panorámica de San Camilo, con la fachada principal e iglesia. Molino interior,
y detalle de la entrada al molino. Inscripción hoy día expoliada.

270
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Situado en un paraje denominado cerro Molino próximo al río Yeguas. “San


Camilo de Lelis” también llamado “Monjas de San Camilo”, ya que algunos sostienen
que en este lugar existió una congregación religiosa. Cabe resaltar el estado de
abandono y los evidentes signos de expolio que se han perpetrado en esta almazara del
siglo XVIII. San Camilo es el edificio más representativo de las caserías montoreñas.

Así describían este conjunto en 1840. “San Camilo, magnifico plantío de olivar,
con 40.000 pies al pago del Charco del Novillo, seis vigas, cuatro de ellas de marca
mayor, excelente caserío y oratorio” (Ramírez, 1840). Todos los elementos se
mantienen, sí bien con las cubiertas hundidas en su mayor parte. En la Portada de la
capilla se puede leer: “Iglesia de San Camilo de Lelis construida a expensas del Coronel
Marqués de Monteolivar por los arquitectos Alonso y Franco Pérez Palomino P. E Hijo
en el año 1773”. En la capilla destaca la portada con frontón y espadaña de sillería.
Desapareció la verja de forja del que fue pequeño coro, es de una sola nave y se
encuentra precedida por una exedra con asientos laterales.

El edificio es una estructura de planta rectangular cerrada en torno a tres patios.


El central corresponde a las dependencias residenciales, señorío y capilla. El señorío
disponía de dos plantas, con la superior conectada mediante escaleras con una terraza
mirador y huerto.

El segundo patio es un amplio espacio abierto a los dos molinos. Se conservan


dos torres de contrapeso que albergaban las seis vigas a que hace referencia Ramírez y
Las Casas-Deza (1840) (una dos y otra cuatro). La primera almazara de dos vigas es
más parecida a la empleadas en el sur de Córdoba, y se diferencia de las de la sierra
montoreña, en que no posee comunicación entre la zona de prensado y la de molienda
(Olmedo, 2006). La segunda de cuatro vigas es muy similar a la de la Colorá y de lo
más llamativo, dentro del extraordinario conjunto, fue realizada por los mismos
arquitectos antes mencionados como consta en la inscripción de la figura 40c. Su torre
de contrapeso no tiene parangón, acaso la que se mantiene en La Colorá. (Majuelos,
2007). El tercer patio reúne labores secundarias y está ocupado por cuadras.

Según Majuelos (2007) los datos de las inscripciones pueden inducir a un error,
ya que si se consulta el Catastro de Ensenada de 1752, se comprueba que había un
molino de dos vigas en el pago del Charco del Novillo cuyo propietario era Gregorio de
Espinosa, (brigadier y vecino de Bujalance). Comprobada la relación familiar de dicho
señor con uno de los personajes que aparece en la inscripción antes mencionada, se
puede llegar a la conclusión de que esta almazara, data de antes de 1752 y que a partir
de 1773 se realizó una reforma, agregándose un nuevo molino de cuatro vigas y la
iglesia. En 1781 se le agrega el señorío.

271
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• La “Colora”.

(a) (b)

Figuras 41 a y b.- Fachada principal del Cortijo rural “La colorá” y patio interior.

Se construyó entre 1778 y 1788, como consta en algunas inscripciones


diseminadas por distintos puntos de la casa. El edificio conforma una estructura cerrada
en torno a un patio empedrado de losas de molinaza, presidido en su parte central por
una magnífica fuente del mismo material. La portada es de un arco de medio punto, de
cuya línea de imposta arrancan sendas pilastras, apeadas por ménsulas tratadas a modo
de placas recortadas (típico de la segunda mitad del s. XVIII). Las pilastras se elevan
hasta sustentar el piñón de la fachada en forma de frontón triangular, el cual alberga un
escudo nobiliario muy deteriorado por el paso del tiempo (Jordano, 2001).

La nave delantera de una sola planta está dedicada a habitaciones, repartiéndose


entre la amplia cocina para los trabajadores (con dos grandes campanas en los extremos
y una despensa contigua) y la vivienda de los caseros, ambas abiertas a una galería
interior que se continúa en los cuerpos laterales del edificio para dar paso: por una parte
a las habitaciones para el personal y por otra a la vivienda señorial. Esta última se
localiza a un segundo nivel sobre el cuerpo meridional, disfrutando de la vertiente más
soleada de la casa y del amplio panorama que se extiende hacia el Valle del
Guadalquivir. Actualmente todas estas estancias han sido remodeladas como
alojamientos para huéspedes. La nave está acompañada por una capilla cuyo acceso
principal (como corresponde a un espacio de uso público) se abre directamente al
exterior y se realza mediante una esbelta espadaña. Actualmente esta capilla se usa
como sala de exposiciones (Majuelos, 2008).

Hay que destacar el espacio dedicado a la molienda y elaboración de aceite,


ubicado en un cuerpo de grandes proporciones, que se sitúa perpendicularmente con
respecto a la crujía trasera. Esta focaliza de inmediato la atención en el amplio hastial de
su fachada y sobre su cubierta se alza la enorme y sólida torre, único contrapeso para las
cuatro vigas de la prensa de las que disponía este molino (Florido, 1996). La
distribución y formalización de esta almazara es muy similar a la de San Camilo,
(fechada en 1773) proyectada por los arquitectos Alonso y Franco Pérez Palomino.
(Olmedo, 2006).

272
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Separadas del edificio principal y justamente enfrente de la portada, se


encuentran dos pequeñas edificaciones también de molinaza, que sirvieron en su tiempo
para alojar animales (Majuelos, 2008). En la actualidad se usa como hotel rural.

• La Roza Alta.

El conjunto arquitectónico tiene un carácter industrial- residencial. Fue


construido en 1916, y en él se resumen todas las tradiciones constructivas montoreñas.
Como consecuencia del paisaje quebrado se aprovecha para su construcción un espacio
elevado. Está formado por una serie de construcciones perimetrales al gran patio de
labor. Nada más entrar al patio principal de trabajo se encuentra: la vivienda del
molinero, el molino con las salas de hornos, calderas y lavaderos, las dos naves para la
bodega, la vivienda de los caseros, el señorío con la capilla, las cuadras, gallineros,
cocinas de trabajadores y las cocheras. Desde el punto de vista constructivo destaca el
señorío, donde se ubica la esbelta torre mirador como baluarte y emblema de poder del
propietario. La fachada presenta una composición simétrica y piedra molinaza
combinada con azulejería. El resto de las construcciones son de carácter más funcional,
y están edificadas con piedra molinaza que refuerza las esquinas de cada una de las
construcciones. Los vanos están recercados con el mismo tipo de piedra, contrastando
vivamente con el encalado de los muros. El molino conserva todas las instalaciones de
principio del siglo XX, tales como el molino de tres rulos, las batidoras,
centrifugadoras, prensas hidráulicas, estanques de aclarado, y vagonetas metálicas sobre
raíles para el transporte. Destaca la almazara y su cubierta a dos aguas realizada por
medio de perfiles metálicos atirantados, que descansan sus pares sobre los muros de
cerramiento. (Sobrino 1998)

Otras construcciones importantísimas


dignas de mención son: el Arco de la Torre
Mocha, la Posada de San Rafael, el
Cementerio Municipal, y los molinos y
aceñas del río como el del Cascajal, las
Aceñuelas o las Aceñas de Fernando Alonso.

Figura 42.- Entrada al señorío con la torre mirador

273
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.4.- PEDRO ABAD. En esta localidad destacan: La Parroquia de Nuestra Señora de la


Asunción, El Santuario del Santo Cristo de los Desamparados, la Iglesia de las Esclavas
del Sagrado Corazón, y casas señoriales como las de la Plaza del comandante Porras.

• Parroquia de Nuestra Señora de la


Asunción. (En la Plaza de Andalucía, “el
Paseo”). Fue mandada construir por el obispo
Fernando Gutiérrez de los Ríos en el primer
cuarto del siglo XIV. Es una construcción en
piedra molinaza, de la que se conserva la
planta originaria de tres naves, separadas
entre sí, por arcos de medio punto y pilares
de forma rectangular en sus frentes mayores
y medias columnas en los menores. El templo
se arregló en el siglo XVI, añadiéndole la
capilla mayor con su bóveda gótica de
terceletas y moldurado arco triunfal algo
apuntado. Durante el siglo XVIII (siendo
obispo Caballero y Góngora) se realizaron las
bóvedas de aristas de las tres naves con
yeserías de rococó tardío. Sobre el arco
triunfal destaca la gran placa con rocallas,
motivos vegetales e insignias de San Pedro.
Figura 43.- Parroquia de Nuestra Señora de También en dicho siglo se adosan a las naves
la Asunción. laterales las capillas de planta rectangular
cubiertas por bóvedas de medio cañón. La
capilla de la Virgen del Carmen está adornada con culebreantes molduras típicas de la
zona ribereña del Guadalquivir.

• La Ermita del Santísimo


Cristo de los Desamparados, es el
auténtico origen de la villa. Desde
sus orígenes ha sufrido numerosas
reformas. La ermita consta de tres
naves separadas por arcos de medio
punto sobre columnas de piedra
molinaza. Preside el templo un gran
arco de medio punto del mismo tipo
de piedra, donde puede leerse las
indicaciones de un devoto del Santo
Cristo, el cual data la ejecución de la
Capilla Mayor en el siglo XVII. En
el año 1721 y 1960, se reedificó el
templo. De esta última fecha son sus Figura 44.- Ermita del santísimo Cristo de los Desamparados
bóvedas y adornos que fueron
reconstruidas al estilo del siglo XVIII. Original de esta centuria es el suntuoso camerín
del titular, profundamente recubierto de unas coloreadas yeserías vegetales. Es un
ejemplo del estilo barroco y toda una joya arquitectónica.

274
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Pósito Municipal (Ayuntamiento).


(Declarado BIC el 9-03-1983). Es uno de los
lugares más emblemáticos de la localidad, y todo
un ejemplo de adecuación de un edificio antiguo a
una necesidad nueva. Fechado en el año de 1785,
es un inmueble construido con piedra molinaza en
una sola planta sobre un montículo
natural. Consta de un hermoso escudo heráldico y
posee una fachada muy bella y sencilla.

Figura 45.- Pósito Municipal

• Biblioteca Municipal y Reloj. Es un


centro cultural de importancia vital para este
pueblo al encontrarse allí la colección
bibliográfica más importante de la comarca del
Alto Guadalquivir. Fue el antiguo ayuntamiento
(construcción sencilla pero notable) y posee una
bella fachada de piedra molinaza con dintel. Está
ubicado en el centro de la localidad y destaca el
hermoso reloj, fabricado en Sigüenza en el año
1927. Es uno de los pocos relojes existentes de
esta fecha en España que funciona.

Figura 46.- Biblioteca Municipal y reloj.

275
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Las calles de Pedro Abad conservan interesantes casas de diferentes épocas,


(modernistas, góticas, etc.) pero todas ellas con las típicas portadas de piedra molinaza.
Resalta el dintel del siglo XVI y tradición gótica, decorado con tracerías entrecruzadas y
unos animales pasantes que centran la cruz (ubicada en la calle Santa Rafaela María),
82. En la Plaza Comandante Porras sobresale por su belleza la casa número 1,
construida en 1818, y en cuya fachada se muestran dos cuerpos y una galería superior
abierta en tres arcos rebajados con sus correspondientes columnas.

(a)

(b)

Figura 47 a y b.- Dintel del siglo XVI y casa de la


Plaza Comandante Porras.

• Convento de las Esclavas del


Sagrado Corazón de Jesús. Es un edificio o
palacete de dos plantas con cinco ventanas
altas y otras tantas bajas. Fue la casa natal de
Santa Rafaela María y el oratorio es la
habitación donde nació dicha Santa. Una
hermosa escultura de bronce realizada por D.
Rafael Orti preside el oratorio. La fachada
del convento esta realizada en piedra
molinaza y en el dintel figura la fecha de
1844. El convento de la congregación de las
Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús es
digno de ser visitado.

Figura 48.- Convento de las esclavas.

276
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.5.- VILLA DEL RÍO. Destacan: las Aceñas Árabes, Casa-Palacio del Marqués de
Blancohermoso y Vizconde de los Llanos, Parroquia de la Inmaculada Concepción, la
Plaza del Ayuntamiento y Castillo, la Virgen de la Estrella, Convento de Jesús, Casa del
Vicario, Casa de las cadenas y casa de la calle Alta, (Familia Lope-Gaya).

• Las Aceñas Árabes. Esta


aceña es de época árabe, lo que puede
señalarse en base al gran volumen de
los sillares del arranque de los muros y
en el anclaje de los mismos, que deben
estar sobre unos cimientos de época
romana. Arquitectónicamente es de
forma circular, para así resistir mejor
el empuje del agua y sus fábricas y
cubiertas abovedadas son sillares del
tipo "molinaza". Constituye uno de los
ejemplos más interesantes de la
primitiva industria andaluza. La aceña
estuvo situada en el cauce mismo del
río. En época de estío o de poco
volumen hídrico la corriente del río era Figura 49.- Aceñas árabes
cortada por la azuda o dique que
formaban los tajamares y compuertas aliviaderos, y conducida hacia las pontanillas de
la aceña, donde su fuerza motriz movía las siete piedras de cubilla para moler el trigo
(Clementson, 1998). Hasta principios de este siglo, gentes del pueblo trabajaron en las
labores propias de la molienda.

• Casa-Palacio del Marqués de


Blancohermoso y Vizconde de los Llanos.
Esta casa fue construida a principios del siglo
XIX y es una muestra viva de un periodo de
la historia de la “Arquitectura Local”.
Presenta una fachada de traza neoclásica de
gran armonía, secuenciándose ventanas en el
piso bajo y balcones (sin apenas vuelo) en el
piso superior. Del edificio se destaca su
portada, una escalera de piedra y el patio
central. La portada cuenta con dos cuerpos
diferenciados, en el superior se halla un
amplio balcón, sustentado por la portada
inferior donde sobre un elevado podium, se
disponen dos parejas de columnas toscazas
(con fustes estriados), flanqueando la puerta
de entrada principal de la vivienda, cuyo
vano remata un arco de medio punto, y en el
entablamento alternan triglifos con metopas
romboidales, que descansan sobre las
Figura 50.- Casa Palacio del Marqués de columnas y 7 ménsulas adicionales. Las
Blancohermoso y Vizconde de los llanos. jambas del vano superior están ornamentadas
con finas semicolumnas jónicas y por

277
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

pilastras de piedra. El conjunto se remata con un frontón triangular y pináculos.


(Clementson, 1993).

• Parroquia de la Inmaculada
Concepción. (C/ Pablo Picasso). El edificio
en piedra molinaza, se comienza a gestar a
fines del siglo XVIII. Fue inaugurado en
1908, y su estilo se sitúa dentro del
Eclecticismo Historicista Neomedieval. Su
planta es rectangular, y se encuentra
dividida en tres naves. Posee cabecera plana,
a los pies de la nave principal y centrada se
encuentra la torre de campanas, rematada
con bóveda esquifada. El arquitecto fue
Moreno de Monroy.

Figura 51.- Parroquia de la Inmaculada


Concepción.

• Ayuntamiento.

(Declarado BIC el 25-06-1985). Castillo de la Reconquista (actual ayuntamiento), está


formado por dos torres rectangulares de piedra molinaza, de ellas la de poniente es más
rojiza. Se encuentran unidas por
un lienzo muralla que delimita
con lo que fue patio de armas.
En la torre de poniente estuvo
ubicada la primera iglesia local
(cedida por el señorío de
Aguayo), con el tiempo se
utilizó la totalidad del castillo
como iglesia. Destaca la portada
y el escudo de estilo gótico
tardío, obra del maestro Hernán
Ruiz I. El ayuntamiento lo
adquirió, y en 1915 se adaptó
para mercado de abastos. En
1986, tras una amplia
restauración se convirtió en el
Figura 52.- Torre de poniente del Castillo. actual ayuntamiento de la
localidad.

278
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Antigua casa consistorial.

Situada en la parte oriental


de la Plaza de la Constitución. La
adquirió el ayuntamiento por
permuta en 1866, y fue sede de la
segunda casa consistorial de la
que se tiene constancia. El
proyecto fue obra del arquitecto
Antonio María Escamilla. En
1967 se realizó otro proyecto de
ampliación y un despacho de
carnes, cuyo arquitecto fue José
Moreno de Monroy. Cuenta con
bajo y primera planta, en los
vanos con balcones, ventanas y
Figura 53.- Fachada del antiguo ayuntamiento en la Plaza puertas con emboladuras de
de la Constitución.
piedra y antepecho enfoscado,
que cubre el tejado. El reloj fue
añadido en 1889. El edificio se
restauró en 1988. (Clementson,
1994).

• Casa del Bar “La Estrella”.

Fue la primera sede del


ayuntamiento, de la que se tiene
constancia. Tendría unos 70 u
80 m2, contaba con dos
habitaciones en planta baja, con
escalera, pasillo y gran salón en
planta primera. Sobre su balcón
corredera, (en el mismo dintel
del vano central) aparece la
inscripción “CAROLUS III AS
MDCCLXXVII” (Carlos III,
Año 1777). Se atribuye su
autoría a “Ventura Rodríguez”.
Situado a poniente de la Plaza
de la Constitución, fue
Figura 54.- Fachada de la primera sede constitucional de permutada por el edificio
Villa del Río, hoy Bar La Estrella. anterior en 1866. Se podría
clasificar dentro del estilo
“Eclecticismo Historicista Neoclásico”. (Clementson, 1994).

279
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Casa Palacio de los Marqueses de


Monterreal.

Situado en la calle Alta 38, es un


edificio del siglo XIX. Destaca su portada en
molinaza de estilo neoclásico, dividida en dos
cuerpos. El inferior adintelado, con pilastras
y capitel jónico decoradas con argollas de las
que cuelgan sendos paños. Sobre las pilastras
descansa el entablamento que sustenta el
balcón adintelado, el cual también está
decorado con pilastras y rematado con un
frontón.

Figura 55.- Fachada de la Casa de los Marqueses de


Monterreal.

• Ermita de la Virgen de la Estrella.

Construida en 1520, y
reconstruida en 1738. De
estructura sencilla, presenta una
portada dieciochesca, con
decoración geométrica, y
coronando el edificio una
espadaña de ladrillo de dos
cuerpos (1899). Consta de una
única nave dividida en tres
tramos separados por pilastras,
que se cubren con bóveda
semiesférica. La cabecera del
retablo es del siglo XVIII. Tiene
un amplio atrio de entrada y los
Figura 56.- Ermita de la Virgen de la Estrella, con su antepechos, pavimento,
amplio altozano de piedra molinaza. contrafuertes, ménsula y
algunos detalles son de piedra
molinaza.

280
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Convento de Jesús.

Construido a finales del siglo XIX.


Anteriormente existía una ermita con atrio,
patio y casa de santero. Su planta era de gran
sencillez, de nave única abovedada y
cabecera cuadrada con cúpula. Sobre el solar
que ocupaba el atrio, se construyó el colegio
en 1894. Más tarde se realizó la construcción
de la torre y camarín de la ermita, añadiendo
una parte de la casa de al lado. En 1897 ya
funcionaba el colegio.

Figura 57.- Capilla y Convento de Jesús. Hoy colegio


concertado de primaria y secundaria obligatoria.

• Casa del vicario. (Plaza de la


Constitución). Se trata de una construcción
de carácter popular, que presenta interesantes
soluciones ornamentales como el sofisticado
balcón esquinado de la primera planta, cuyos
dos vanos constitutivos quedan separados por
una tosca columna balaustrada. Destaca su
portada en piedra molinaza de gran sencillez
y elegancia, y sobre el dintel de la puerta
aparece la inscripción JHS con un ciprés a
cada lado. El balcón lo sustenta un frontón
partido decorado con pináculos, y el vano
está coronado con un frontón.

Figura 58.- Casa del vicario, con su peculiar


balconada en esquina.

281
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Puente romano.

Figura 59.- Puente romano sobre el arroyo salado. Actualmente con gran deterioro y
peligro de desaparición.

El puente romano de Villa del Río es un ejemplo de arquitectura civil en


molinaza. (Declarado BIC el 3-06-1931). Está situado en la Vía Augusta sobre el río
Salado, (a un kilómetro de la población en dirección este). La mayoría de las opiniones
lo sitúan cronológicamente en la época de Augusto (S. I). Tiene una estructura
asimétrica formada por un arco central flanqueado por otros dos pequeños y un tercero
en el lado derecho (visto desde la fachada contracorriente). El arco central es de 8.90 m
de anchura, los laterales de 3.50 m el derecho y 3 m el izquierdo. El más pequeño de la
derecha tiene 2.60 m.

La diferente anchura de los arcos trae como consecuencia alturas también


diferentes. El central es el más alto y provoca un perfil apuntado en el puente, que tiene
arquillos de aligeramiento en los pilares cuya luz es de 1,10 m por 1,88 m de altura. En
el puente también se pueden observar tajamares triangulares en la fachada
contracorriente, que servían para encauzar las aguas hacia los arcos, y estaban formados
por sillares almohadillados que se unen perfectamente a su pilar correspondiente. El
tajamar es la cara apuntada de un pilar de puente que tenía como misión romper la
fuerza de la corriente.

• Casa de las cadenas, Destaca su bella portada en piedra molinaza de traza


barroca, coronada por un frontón partido con dos plintos a los lados y rematados con
bola. Sobre ellos, al lado derecho el escudo Real de España simplificado, y al izquierdo
el escudo de armas personales de don Alonso Baltasar Molleja Salcedo. El privilegio de
cadenas le fue concedido por el rey Felipe V, por haberse alojado en ella el Infante Don
Carlos- futuro Carlos III- en 1731. La casa fue reconstruida en 1776. En 1998 la
adquirió el Ayuntamiento de Villa del Río que la reformó para Centro Cultural. En esta
restauración se vieron restos de las cabezas de vigas embutidas en el muro, lo que indica
que el edificio primitivo no tenía la primera planta que tiene hoy, sino que se añadió
posteriormente. Se restauró por un “Taller de Empleo” en dos fases, y fue inaugurada el
29 de Noviembre de 2002, denominándose desde entonces Centro Cultural “Casa de las
Cadenas”. (Clementson, 2004). Hoy sede del Museo Histórico Municipal de la
localidad.

282
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Figura 60.- Casa de las cadenas. Hoy sala de


exposiciones.

• Casa familia Lope-Gaya.

Su estilo se podría clasificar como


Regionalismo Andaluz o Eclecticismo
Historicista, (obra de Moreno Monroy o Aníbal
González). Este edificio cuenta con dos plantas,
en cuya fachada destaca el ladrillo y la piedra
molinaza en los vanos de las puertas de acceso,
el zócalo, la esquina circular y las pilastras de
separación. La piedra procede de la cantera de
Santa Inés. El tejado queda cubierto por un
antepecho de ladrillo. Destacaba un sencillo
patio central de barro, que actualmente es de
mármol.

Figura 61.- Casa de la calle Alta 44. En la


actualidad ha perdido parte de los patios, granero,
bodega, pajar y cuadras.

283
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.6.- VILLAFRANCA. Destacan: la Ermita de Nuestra Señora de las Angustias, la


Biblioteca Pública, la Antigua sede de los mayordomos de Medinaceli y el Triunfo de
San Rafael.

• Ermita de Nuestra
Señora de las Angustias.
Erigida hacia 1770, donde se
elevaba la Ermita de San
Sebastián, presentando planta
de cruz latina. Sus muros son de
piedra molinaza típica de la
zona.

Figura 62.- Ermita de Nuestra


Señora de las Angustias

• Biblioteca Pública. Es del siglo XVII, y antiguamente hacía las funciones de


carnicería. Aún se aprecian los efectos del afilado de los cuchillos en la piedra
molinaza de su portada.
Bella fachada surcada
por pilastras y centrada
en un portal de piedra,
con un escudo entre
fragmentos del frontón.
Según una leyenda del
friso, el edificio se hizo
siendo corregidor de la
villa Francisco Javier de
Exea, lo cual delata su
carácter municipal.

Figura 63.- Biblioteca Pública.

284
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Antigua sede de los mayordomos de


Medinaceli. (calle Alcolea nº 16). Construida
a finales del siglo XVIII, se ajusta a los
esquemas de la tradicional arquitectura
dieciochesca. Se distingue, por su intensa
policromía en rojo y albero, y por los
vigorosos pilastrones que articulan sus
alzadas, componiendo varias calles con
vistosos ventanajes de arqueados
coronamientos. Actualmente es propiedad del
Ayuntamiento de Villafranca de Córdoba, y
aloja las dependencias municipales.

Figura 64.- Antigua sede de los mayordomos


de Medinaceli.

• Triunfo de San Rafael. (Calle Ayllón


Cubero). Recientemente reconstruido a
imitación del que en 1782 costearon por
devoción los caballeros José y Joaquín Avilés
Herrera.

Figura 65.- Triunfo de San Rafael

285
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.7.- ANDÚJAR. Es la ciudad con mayor población de las estudiadas, y junto con
Montoro, son las que cuentan con más monumentos. Una característica de las
construcciones en esta población y que la diferencia de las demás, es que se combina la
piedra molinaza y el ladrillo, influencia
quizás por su mayor proximidad a la zona de
Arjonilla y Bailén, (comarcas de cerámica
tradicional).

• Palacio de los Niños de Don Gome.


Es una elegante construcción en molinaza del
s. XVI, en la que destaca la sobria torre de
influencia italiana de dos cuerpos
profusamente decorados con: columnas,
pilastras, ménsulas, escudos y telamones con
plumero. En el cuerpo interior la portada
adintelada se resuelve a partir de un vano de
jambas almohadilladas y dovelas radiales,
composición enmarcada por columnas
dóricas con fuste estriado sobre pedestal,
coronadas por una cornisa sobre la que se
eleva el segundo cuerpo. El cuerpo superior
está centrado por el vano del balcón
enmarcado por pilastras coronadas por
Figura 66.- Palacio de los Niños de Don ménsulas, un frontón roto y curvado con
Gome pináculos. Se remata con un ático resaltado
sobre grandes ménsulas que sostienen una
cornisa sobre la que se apoyan fieras sedentes con escudos. Es la actual sede de la
Universidad de verano y sala de exposiciones municipal.

• Torre del reloj.

Es una construcción prismática de


piedra molinaza y ladrillo, (de base cuadrada)
a la que se accede por medio de una puerta de
arco peraltado de piedra, rematada por un
cuerpo de campañas con dos vanos en cada
cara y coronada por almenas sobre cornisa.
En la cara sur se sitúa su único acceso, con un
arco de medio punto peraltado en piedra. En
la cara oeste (dando a la plaza) se localiza el
gran escudo imperial de Carlos I y la esfera
labrada de un reloj plateresco. Su moderno
reloj fue instalado en la segunda mitad del
siglo XIX. La torre fue construida
posiblemente tras la victoria sobre los
comuneros, y fue terminada el 20 de agosto
de 1534.

Figura 67.- Torre del reloj

286
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Antiguas murallas. Fueron


declaradas monumento Histórico Artístico
(Decreto del 22 de abril de 1949). (BOE del 5
de Mayo de 1949). Son de origen almohade y
se construyeron hacia finales del siglo XII. Es
un trazado de unos 1740 metros, jalonado por
47 o 48 torreones, 4 torres albarranas
ochavadas y una avanzada con 12 puertas,
que posteriormente se reducirían a 6.
Fernando III las mandó reforzar del siglo XIII
al XV, en el siglo XVIII todavía estaban bien
conservadas. La técnica utilizada para su
construcción fue el tapial, aunque
ocasionalmente se utilizaban cadenas de
sillería y de ladrillo, que durante los siglos
XIX y XX desaparecieron en su totalidad. Se
conservan aisladamente varios torreones,
recubiertos en siglos posteriores con sillería
de molinaza.
Figura 68.- Antiguas murallas

• Torreón de la fuente sorda.

Antiguo torreón de la muralla


almohade de planta cuadrada, que en siglo
XV fue forrada de sillería de molinaza y
almenas de ladrillo. A él se ha adosado un
pilar con muro de la misma piedra, rematado
por el escudo de la ciudad del siglo XVI con
frontón curvo, que decora el frente central.

Figura 69.- Torreón de Fuente sorda

287
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Torreón de Tavira.

Pertenece a la antigua muralla


almohade y en el siglo XIV fue forrado con la
sillería de molinaza que se ve actualmente.

Figura 70.- Torreón de Tavira

• Torreón mirador de la casa de los Cárdenas y Valdivia.

Un edificio torre, construido por tres


cuerpos de tapial en el centro y de ladrillo en
las esquinas para reforzarlo. Los elementos
decorativos son de piedra molinaza.

La puerta de acceso se sitúa en la


fachada que constituye el chaflán, debajo de
una ancha cornisa que sirve de base al balcón
enmarcado entre grandes sillares de piedra,
rematado por un frontón triangular y
decorado por tres escudos heráldicos de
piedra. Una cornisa de ladrillo da paso al
último piso o mirador, todo de ladrillo con
modillones que sujetan el alero del tejado.

En la actualidad es la Sede de la
Delegación Municipal de Medioambiente.

Figura 71.- Torreón mirador de la casa de los


Cárdenas y Valdivia

288
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• El Puente Viejo.

Es un puente de piedra,
posiblemente de origen romano.
Tuvo dos grandes remodelaciones
por el cambio de curso del río
realizadas durante el siglo XV
(1490-1496) y el XIX (1826), y
arreglos parciales durante el siglo
XVIII. Cadiñanos (2000) lo
considera de origen medieval y no
romano (por los elementos
actuales) consecuencia de
reformas y añadidos.

Presenta doce ojos de arco


de medio punto, más dos arcos
escarzanos que sustituyeron a
Figura 72.- Puente viejo cinco de los 17 que presentaba
según Antonio Ponz (1780), que
se derrumbaron con las aguas en su desplazamiento hacia la margen izquierda. Entre los
arcos aparecen aliviaderos circulares y rectangulares con arcos de medio punto en las
pilas. Los estribos están equipados de tajamares triangulares piramidales aguas arriba y
semicirculares aguas abajo.

• Iglesia de San Bartolomé.

Está declarada Monumento Histórico


artístico (Decreto 3034/1982 de 15 de octubre
de 1992).

No hay constancia de cuándo empezó a


construirse. Alrededor de 1550 las obras
estaban bajo la dirección de los Castillo
(familia de canteros jienenses) Bernabé de
Lora y Benito del Castillo fueron los
responsables de su culminación. Después de
que concluyeran las obras, se añadió una
capilla sacramental y en el siglo XVIII se
llevó a cabo una restauración.

Figura 73.- Iglesia de San Bartolomé

289
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Iglesia de San Miguel.

(Tiene incoado el expediente de


declaración BIC por resolución de 29 de
septiembre de 1980). Es la iglesia más
antigua de la ciudad (época visigoda). Consta
de tres naves cuya cabecera es poligonal en la
parte central y plana en los laterales. Tiene
cinco tramos divididos por ocho pilares
cuadrados con pilastras adosadas, de las que
arrancan los arcos formeros y fajones, así
como los nervios de las cubiertas con mayor
altura en la nave central.

En el exterior se muestran fuertes


estribos, entre los que se sitúan las portadas:
la del oeste es de estilo plateresco (primer
tercio del siglo XVI) con vano de medio
punto entre columnas corintias sobre
pedestal, que sostienen un entablamento
encima del cual se colocan tres hornacinas
aveneradas. La portada norte es de vano de
Figura 74.- Iglesia de San Miguel medio punto doblado con conocopial,
mientras que la sur es un vano arcopial con
arquivoltas, que se unen en una clave coronada con la figura de San Miguel. La torre del
siglo XVI consta de tres cuerpos, y se remata con la cúpula que ha sufrido grandes
transformaciones, la última a finales del siglo XVIII, tras los daños causados por el
terremoto de Lisboa en 1755.

• Iglesia de Santiago.

(Tiene incoado
expediente de declaración BIC
por resolución de 29 de
septiembre de 1980). Es un
templo de estilo gótico tardío de
planta rectangular, dividida en
tres naves y terminada en
cabecera con muro corrido en
toda su anchura.

Presenta tres portadas: la


sur es de traza gótica con vano
apuntalado doblado con
arquivolta. La norte es de medio
punto sobre impostas coronadas
Figura 75.- Iglesia de Santiago. por una lápida vacía entre
pilastras, con escudos a los
lados, sobre la que se levanta

290
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

una espadaña de dos cuerpos rematada en frontón triangular, y una tercera conocopial
enmarcada por pináculos

En el interior solo queda el tramo de la


cabecera, cubierto con bóvedas estrelladas en
las laterales, y de tercletes con rombo inscrito
en el centro. El resto se cubre con bóveda de
cañón con lunetos, separadas por fajones que
apoyan en pilares cuadrados y cruciformes
(siglo XVII).

• Iglesia de Santa Marina.


(Tiene incoado el expediente de
declaración BIC, por resolución de 29 de
septiembre de 1980). Es un templo de origen
medieval de traza gótica, del que sólo quedan
las cubiertas de los dos tramos superiores de las
naves laterales, tiene bóveda de crucería con
ojivas y arcos formeros apuntados en ese
mismo tramo. El resto de la iglesia es de la
primera mitad del siglo XVII. Presenta una
planta de tres naves en cuatro tramos, la
cabecera es rectangular y cubierta por bóveda
Figura 76.- Iglesia de Santa Marina de cañón con lunetos. Tiene dos portadas: la
principal u oeste es de medio punto sobre
impostas con cornisa y hornacina cerrada por frontón con la figura de la Virgen encima,
y superpuesta en el mismo eje de la portada una ventana de medio punto enrejada. La
portada sur es un vano de medio punto sin decoración. El primer tramo de la torre es de
piedra molinaza, y el segundo de ladrillo. El resto de los muros están encalados. Fue
rehabilitada y en la actualidad es sala de exposiciones

• Iglesia de Santa María la Mayor.

(Tiene incoado expediente


de declaración BIC de 29 de
septiembre de 1980). Templo de
origen medieval construido sobre
una antigua mezquita. Sufrió
transformaciones en el siglo XVI y
XVII. De la primera época se
conservan las ventanas de medio
punto abocinadas del románico
tardío, los pilares góticos y las
bóvedas de nervaduras de los pies,
así como la estructura de planta del
salón. La reforma del siglo XVI
cambió la orientación del templo, y
Figura 77.- Iglesia de Santa María la Mayor a comienzos del siglo XVII se
remata la cabecera compuesta por
tres capillas.

291
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Presenta tres portadas: la norte es de factura renacentista, con un arco de medio


punto sobre impostas entre columnas elevadas sobre pedestal que sostienen
entablamento, a los lados dos hornacinas aveneradas, y encima una hornacina de medio
punto con la figura de la Virgen. La portada sur es similar a la anterior pero sin
decoración y enmarcada por pilastras toscanas que sostienen el frontón.

En esta iglesia se halla la "Oración del Huerto" de El Greco y el códice de


“Dichos de luz y amor”, original de San Juan de la Cruz.

(a)
Figura 78 a y b.- Iglesia de Santa María la Mayor,
fachadas sur y este
(b)

• Iglesia y Asilo de San Juan de Dios.

(Tiene incoado expediente de


Declaración de BIC por resolución de 29 de
septiembre de 1980). De la primitiva
construcción se conserva la portada de
acceso al Convento, y los resultados de las
reformas realizadas durante los siglos XVII
y XVIII.

Figura 79.- Iglesia asilo de San Juan de


Dios.

292
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

En 1563 Juan de Matienzo, prior de la parroquia de Santa María, hizo donación


de su casa y bienes para la fundación del Hospital de la Caridad. En 1625 se hicieron
cargo de este establecimiento de beneficencia pública los hermanos de San Juan de
Dios, que desde 1618 se encontraban en la ciudad. En 1808 el General Dupont lo
habilitó como "Hospital de Sangre", mientras mantuvo ocupada la ciudad. Durante la
desamortización, el edificio pasó por distintas suertes.

Fue remodelado para que pudiera albergar el Colegio de Jerónimo de la Cal,


donde se impartían clases de gramática castellana, latina, francesa, filosofía, botánica,
religión y urbanidad. Años después dejó de tener esta función y con ello comenzó su
deterioro. En 1855 fue cedido a las Madres de los Desamparados para que albergaran en
él a los ancianos necesitados. Su fundadora fue la madre Petra de San José (beatificada
en 1994). Las Madres de los Desamparados regentan también lo que en su día fue el
Asilo de Incurables de San Luis, que se encuentra unido a este edificio. Este asilo fue
creado por la Condesa de Gracia Real.

La iglesia se encuentra dentro de la línea de las conventuales de la localidad y


del barroco español. Destaca el Retablo Mayor de estilo barroco y en él, la Virgen de las
Angustias, probablemente es de comienzos del siglo XVII. En la parte derecha del
retablo se encuentra la talla policromada de San Juan de Dios y en la izquierda el
arcángel San Miguel.

• Iglesia de la Inmaculada Concepción y madres Trinitarias.

(Tiene incoado el expediente de


declaración BIC por resolución de 29 de
septiembre de 1980). Su construcción se
inició en el año 1602. Tiene dos fachadas:
la principal orientada al sur está tapiada, y
presenta una puerta con arcada de medio
punto de sillares labrados, coronada por
frontón recto. La portada del convento es de
piedra molinaza con vano de medio punto
sobre impostas con cornisa, que se remata
con un escudo de la Orden.

Figura 80.- Iglesia de la Inmaculada


Concepción y Madres Trinitarias

293
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Casa Palacio de los Segundos de Cárdenas.

Construida en la segunda mitad del


siglo XVI, fue remodelada a finales del siglo
XVIII. En el siglo XIX y primera mitad del
XX fue Cuartel de Caballería, después casa
de vecinos y en 1985 el Ayuntamiento lo
cedió al Ministerio de Hacienda, el cual se
encargó de restaurarla.

Su portada de piedra pertenece al


purismo, siendo de inspiración parecida a la
de Santa María, pudiéndose atribuir al mismo
maestro cantero (Domingo de Tolosa). Es una
gran casa solariega que ocupa toda una
manzana.

En su interior hay que destacar el


patio de sobriedad toscana con columnas de
piedra y arcos de medio punto de ladrillo. En
la parte superior presenta una doble arcada,
que se corresponde con una del inferior,
obteniéndose una vistosa movilidad.
Figura 81.- Casa Palacio de los Segundos
Cárdenas

• Fachada de los Pérez de Vargas.

Esta portada procede del Palacio de


los Pérez de Vargas, situado en la Plaza del
Castillo, y que fue trasladada aquí en los años
70 del siglo XX. Es de comienzos del siglo
XVII, y junto con la de Don Gome son las
únicas que se conciben en piedra en su
totalidad, lo que nos da una idea de la
magnitud del patrimonio de quien la financia
y de la altura de su cuna. A este palacio se le
conocía popularmente como "La Casa de las
Argollas", ya que su fachada tiene dos a cada
lado de la puerta. Dichas fachadas están
decoradas con unas cabezas cubiertas con
sombreros de tres picos, que se colocaron
después del "Motín de Esquilache" en 1766
(Ayuntamiento de Andujar 2009).

En esa época las malas cosechas de


trigo subieron el precio del pan, y el pueblo
Figura 82.- Fachada de los Pérez de se echó a la calle en señal de protesta. Así
Vargas expresaban los Pérez de Vargas su lealtad al
Rey Carlos III. La fidelidad de esta familia

294
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

hacia la monarquía fue constante. Asentados en la ciudad desde antiguo, probablemente


desde la conquista de ésta por Fernando III, intervinieron en la conquista de Sevilla en
1248, y lucharon en Trafalgar y en la Batalla de Bailén. Fueron protectores y patronos
de las clarisas.

La fachada está decorada con sillares resaltados de talla plana y rematada con
friso decorado con cinco pináculos. En sus esquinas aparecen los escudos partidos con
los linajes de los Pérez de Vargas y Gormaz sobre cueros recortados y yelmo.

• Palacio Albarracín.

Su portada de piedra molinaza se


vincula al gótico tardío (finales del siglo XV)
y preconiza la venida del Renacimiento. Fue
sede del Cabildo municipal, y en 1791
cuando el Cabildo se trasladó a la Plaza del
Mercado (hoy de España), los escudos fueron
borrados. Es en estos años cuando el edificio
es adquirido por la familia de los Albarracín
y de ahí su actual nombre. En el centro estaba
el escudo de armas de los Reyes Católicos, y
flanqueándolo de un lado el de la ciudad y
probablemente del otro lado el de armas del
corregidor, (en cuyo tiempo se construyó).

Figura 83.- Palacio Albarracín

• Casa cuna.

Este edificio perteneció


primitivamente al Colegio de los Jesuitas.
Tras su expulsión se dedicó a albergar la
Obra Pía de Juan Cacho de Santillana,
fundada en el siglo XVII, y dedicada a criar
niños expósitos o abandonados. Destaca su
portada labrada en piedra molinaza, fechada
en 1710. El edificio ha sido restaurado y
actualmente es sede de la Escuela Taller.

Figura 84.- Casa cuna.

295
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Palacio de los Coello de Portugal.

Es un claro ejemplo de la arquitectura


doméstica del siglo XVIII (barroca en su
concepción). La portada está dominada por la
simetría con grandes ventanas y rejas de forja
muy características. Su decoración se limita a
los elementos artísticos labrados en piedra
molinaza, como las cruces de San Andrés, y
los escudos de los linajes: en el flanco
derecho del balcón los de los Salcedo y
Aguilar y en el izquierdo el de los Argote. El
frontón partido que remata este vano,
contiene el de los Criado y Albarracín en el
flanco derecho, y en el flanco izquierdo el de
los Salcedo y Aguilar. La heráldica nos dice
quiénes fueron los moradores de esta casa
solariega, siendo los Coello de Portugal tan
solo unos de sus ocupantes.
Figura 85.- Palacio de los Coello de
Presenta esta casa una segunda
Portugal
portada de piedra molinaza en la calle Don
Gome. Tras la guerra civil fue escuela
pública y actualmente es la sede del Centro Municipal de Educación de Adultos "Pedro
de Escavias" (un antiguo regidor que tuvo la ciudad). La fachada de este edificio ha sido
remodelada por la Escuela Taller en su programa de recuperación de Oficios Artesanos
y del Patrimonio Histórico-Artístico.

• Convento de las Capuchinas.


Las Madres Capuchinas se
establecieron en este lugar en los últimos
años del siglo XVIII. En un principio estuvo
bajo el patronazgo del Ayuntamiento,
pasando más tarde a Juan Moreno Ponce de
León. Con el traslado de las Madres
Capuchinas alrededor de 1982 a su casa
conventual de Córdoba, todos los objetos
sagrados, reliquias, retablo de la iglesia y
demás elementos artísticos salieron de la
ciudad. La iglesia fue restaurada por la
Escuela Taller y actualmente alberga el
Museo de Artes Plásticas.

Figura 86.- Convento de las Madres Capuchinas.

296
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

2.8.- MARMOLEJO. Destacan el Castillo de la Aragonesa, el Puente renacentista, sus


dos iglesias y el cortijo del Ecijano.

• Castillo de la Aragonesa.

(Bajo protección de la Declaración


genérica del Decreto de 22 de abril de 1949, y
la Ley 16/1985 sobre el Patrimonio Histórico
Español). En el año 1993 la Junta de Andalucía
otorgó reconocimiento especial a los castillos
de la Comunidad Autónoma de Andalucía.

El Castillo de La Aragonesa (declarado


Bien de Interés Cultural en 1985), es el
asentamiento medieval mejor conservado del
término de Marmolejo. Edifico de origen
islámico, que tras la conquista se aprovechó
para transformarlo en residencia palaciega.

Es un recinto rectangular del que sólo


quedan los lienzos de tres de los lados,
(tapiales). El principal elemento interior es la
torre del Homenaje (con tres plantas), datada en
el siglo XIV. En los otros tres ángulos de la
Figura 87.- Castillo de la Aragonesa.
fortaleza se adosaron torres cilíndricas macizas.

• El Puente Renacentista del Balneario.

Se construyó entre 1550 y 1587, es una importante obra de ingeniería del


Renacimiento, que fue ejecutado en la segunda mitad del siglo XVI, y reconstruido en
parte en la segunda mitad del siglo XIX a iniciativa del Ministerio de Obras Públicas, y
reformado y puesto en valor en la primera década del siglo XXI a través de la
Consejería de Obras Públicas de la Junta de Andalucía.

El puente de Marmolejo
se halla enclavado junto al
Balneario, y tenía como
finalidad el paso entre la
campiña y el valle, en
momentos del siglo XIV de
intensa actividad ganadera. Se
halla situado en el Camino Real
de la Plata, (hacia Extremadura)
y es indispensable para
cualquier comunicación.

Consta de siete arcos de


medio punto y una longitud de
Figura 88.- Puente del Balneario sobre el Guadalquivir. 125 m, alcanzando una altura

297
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

de unos 25 m, sobre el nivel de base del cauce en su arco principal y una anchura de
calzada de 6 m. Su fábrica responde a dos épocas distintas: la del tramo antiguo (siglo
XIV) formada de tres arcos de medio punto, con sus pilas y tajamares de sillería regular
engarzada a la margen derecha, y la del tramo más reciente (siglo XIX) unido a la
margen izquierda y compuesto de cuatro arcos de medio punto de sillería concertada en
sus tímpanos, sillería regular en los frentes de los arcos y ladrillo en los cañones. A
finales del siglo XVIII hubo un amago de
restauración que no se hizo efectivo, ya que
la Real Academia de San Fernando no lo
valoró positivamente (Cadiñanos, 2000)

La primera reseña histórica sobre la


parte más antigua del puente, la
encontramos en el testamento del maestro
cantero Benito del Castillo (1600) donde
declaraba,”que yo he hecho por salario la
puente de la Yilla de Marmolexo sobre el
río Guadalquivir, y está por averiguar la
quenta”.

• La Iglesia Parroquial de Nuestra


Señora de La Paz. Los orígenes de esta
iglesia se remontan al siglo XIV. A esta
primitiva fundación se le añadió en los
siglos XV y XVI el crucero y en el XVIII
las dos portadas. Otros historiadores la datan
con posterioridad al siglo XVII. La Figura 89.- Iglesia Parroquial de Nuestra
configuración general que presenta Señora de la Paz.
actualmente, se debe a la reforma realizada a
finales del siglo XIX por el arquitecto
Justino Florez Llamas, bajo la lexicografía
historicista y ecléctica de la época, y que se
centró fundamentalmente en la torre y
fachada oeste. Presenta una portada con arco
de medio punto, pilastras toscanas a ambos
lados y entablamento con pináculos. En su
extremo se levanta la torre de base cuadrada,
campanario ochavado y chapitel.

• La Iglesia de Nuestro Padre Jesús


de Marmolejo, (llamada Ermita de Jesús) es
una de las muchas que existieron en la
localidad (Terrones, 1657). Es la única que
persiste, gracias a la consolidación llevada a
cabo en 1887 (sufragada por Teodoro Martel
y Teresa Bernuy, Condes de Villaverde la Figura 90.- Iglesia de Nuestro Padre Jesús de
Alta). Es de origen barroco y tiene planta Marmolejo.
rectangular cubierta por media naranja, coro,

298
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

presbiterio elevado (por el que se accede al camarín donde se venera la talla en madera
policromada de Jesús Nazareno del siglo XVI) y en el exterior dos portadas de piedra.
La principal tiene espadaña.

• Cortijo del Ecijano, a la salida de Marmolejo en dirección a Cardeña. Ejemplo


perfecto de arquitectura rural de Andalucía, cuyo aspecto actual data de 1792.

Figura 91.- Cortijo del Ecijano en la


carretera de Marmolejo a Cardeña.
Junto al Balneario de aguas “La
Paz”.

299
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

3.- Otros usos.

La arquitectura popular ha sabido utilizar la abundante “molinaza” de la zona


como materia prima para todo tipo de construcciones y enseres. Se han agrupado los
distintos elementos y construcciones, para dar una visión global de la utilidad y el uso
que la piedra tiene tradicionalmente en la comarca, en un apartado denominado “otros
usos”, y que se presentan a continuación.

• Obras hidráulicas. En ellas incluimos enseres, obras relacionadas con las


conducciones, almacenamiento de agua y podemos encontrar: aljibes, acueductos,
pozos, abrevaderos, fuentes, pilas, albercas, aceñas y molinos, etc…
• Puentes. Aparte de los estudiados existen otros muchos construidos con molinaza,
repartidos por toda la comarca.
• Elementos constructivos y decorativos de viviendas. Entre ellos están: fachadas,
dinteles, jambas, marcos de puertas y ventanas, balcones, cornisas, esquinas,
chimeneas, escaleras y peldaños, pavimentos, inscripciones y escudos heráldicos,
mesas, etc…
• Pequeña obra civil. Pueden citarse: vallas de caminos, escaleras y peldaños,
pavimentos, aceras, calzadas, asientos y bancos.
• Pequeña obra agrícola. Como: vallados y cercas, casetas, etc…
• Industria. Pueden ser: chimeneas, piedras de molino, molinos, almazaras, naves
industriales, silos, torres de comunicaciones, piedras de molienda y afilado etc…
• Religiosas. Como: iglesias, ermitas y campanarios.
• Defensivas. Castillos y muros de contención, murallas, torres.

Éste tipo de piedra se ha empleado en toda clase de construcciones, por ser la


piedra más cercana a la zona junto con el granito de los Pedroches.

• Obras hidráulicas

Figuras 100, 101 y 102.- Aljibe, pozo con acueducto y abrevadero.

300
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Figuras 103, 104, 105, 106, 107, 108.- Pozo, pila de lavar la ropa, abrevadero, puente, fuente y acueducto.

301
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Otros utensilios.

Figuras 109, 110, 111, 112,113, 114, 115.- Chimenea,


hogar, acera, calzada, contrafuerte, asiento con
respaldo y banco.

302
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

Figuras 116 y 117.- Escalera y piedra de molino

• Muros de contención y cercados

Figuras 118, 119, 120.- Muros


de contención y cercado

303
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

• Inscripciones y escudos heráldicos

Figuras 121, 122, 123 y 124.- Escudos


nobiliarios e inscripción

304
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

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Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

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Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

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Web Ayuntamiento Pedro Abad.

Web Ayuntamiento Villa del Río.

Web “Iglesia de Nuestra Señora de la Paz” Marmolejo.

307
Capítulo 7 Usos tradicionales y construcciones relevantes

308
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

ANEXO
Clasificaciones geomecánicas
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Clasificaciones geomecánicas.

La caracterización de las rocas y de los macizos rocosos y el estudio de su


comportamiento mecánico y deformacional son complejos, debido a la gran variabilidad
de características y propiedades que presentan, y al elevado número de factores que los
condicionan.

La finalidad de la mecánica de rocas, es conocer y predecir el comportamiento


de los materiales rocosos ante la actuación de las fuerzas internas y externas que actúan
sobre ellos. Cuando se excava un macizo rocoso o se construyen estructuras sobre las
rocas, se modifican las condiciones iniciales del medio rocoso, el cual responde a estos
cambios deformándose y/o rompiéndose.

Los macizos rocosos presentan un comportamiento geomecánico complejo como


medios discontinuos que son, que de una forma simplificada, pueden ser estudiados y
categorizados en función de su aptitud para distintas aplicaciones. Con este objetivo
surgieron las clasificaciones geomecánicas, que aportan, mediante la observación
directa de las características de los macizos rocosos y las realización de sencillos
ensayos, índices de calidad relacionados con los parámetros geomecánicos del macizo,
y sus características frente a los sostenimientos de túneles y taludes y la excavabilidad
de las rocas.

La descripción y medida de las características y propiedades de la matriz rocosa,


de las discontinuidades y de los parámetros del macizo rocoso proporcionan los datos
necesarios para la evaluación geomecánica global del macizo. A partir de estos datos, la
aplicación de las clasificaciones geomecánicas permite estimar la calidad, y los
parámetros resistentes aproximados del macizo en términos de cohesión y fricción.

Las características de los macizos rocosos consideradas para las distintas


clasificaciones, son las siguientes:

- Resistencia del material rocoso.


- Índice RQD.
- Espaciado de las discontinuidades.
- Orientación de las discontinuidades.
- Condiciones de las discontinuidades.
- Estructuras geológicas y fallas.
- Filtraciones y presencia de agua.
- Estado tensional.

Las clasificaciones geomecánicas más utilizadas en la actualidad son la RMR y


la Q. La primera se emplea tanto las caracterización de los macizos rocosos y sus
propiedades como para su aplicación en túneles. La segunda sólo para túneles.

La clasificación RMR fue propuesta por Bieniawski en 1973, con


actualizaciones en 1979 y 1989, constituye un sistema de clasificación de macizos
rocosos que permite a su vez relacionar índices de calidad con parámetros geotécnicos
del macizo y de excavación. La incidencia de estos parámetros en el comportamiento
geomecánico de un macizo se expresa por medio del índice de calidad RMR, rock mass
rating, que varía de 0 a 100.
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Las clasificaciones geomecánicas constituyen un procedimiento para la


caracterización de los macizos rocosos a partir de datos de afloramientos y sondeos, se
aplican principalmente en túneles, pero también se aplican a la caracterización de los
macizos rocosos en general, como medio para analizar geotécnicamente las rocas;
pueden servir para ver la calidad de la roca en profundidad de la cantera. Se ha realizado
el siguiente análisis, para de esta forma tener un conocimiento del macizo rocoso donde
se emplazan las canteras.

Se realizó un estudio con la clasificación geomecánica RMR de Bieniawski,


obteniendo los siguientes resultados.

Para las canteras se han obtenido:

• Para los macizos clase III


o Un coeficiente de rozamiento interno de entre 25º y 35º.
o Una cohesión de 2-3 Kp/cm2.
• Para los macizos clase II.
o Un coeficiente de rozamiento interno de entre 35º y 45º.
o Una cohesión de 3-4 Kp/cm2.

Para la medida de la resistencia a compresión simple se han tomado las medidas


obtenidas a partir del esclerómetro.

El RQD (rock quality designation) se mide en testigos de sondeo, pero ante esa
imposibilidad el índice RQD puede estimarse en afloramientos a partir de correlaciones
empíricas como la de Palmstrom (1975), que relaciona el RQD, con el número total de
discontinuidades que interceptan una unidad de volumen del macizo rocoso.

El módulo de Young define la relación lineal elástica entre el esfuerzo aplicado


y la deformación producida en la dirección de la aplicación del esfuerzo. Una roca dura
con comportamiento frágil presenta mayor módulo de Young, que una roca blanda con
comportamiento dúctil.

Las constantes adimensionales m y s dependen de las propiedades del macizo


rocoso, del tipo de roca y de la frecuencia y características de las discontinuidades. Los
valores de m y s: se pueden obtener a partir del índice RMR, y se encuentran tabulados
para macizos rocosos sanos y de buena calidad.

Criterio de rotura de Hoek & Brawn: es un criterio para macizos rocosos


isótropos, y tiene en cuenta los factores que determinan la rotura de un medio rocoso a
gran escala, como son la linealidad con el nivel de tensiones, la influencia del tipo de
roca y el estado del macizo, la relación entre la resistencia a la compresión y a la
tracción, la distribución del ángulo de rozamiento con el aumento de la tensión de
confinamiento, etc.

S1 y S3 son los esfuerzos principales mayor y menor en rotura.

A continuación presentamos los valores tabulados de cada una de las canteras


para la clasificaciones geomecánicas RMR de Bieniawski.
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Cantera Aragonesa.
Resistencia de la roca 37 MPa
RQD% 100
Separación de las diaclasas. m 0.5
Puntuación RMR 44
Clasificación de la roca Clase III: R. de media calidad.
Módulo de Young medio. GPa 7.079458
Módulo de Young máximo. GPa 11.32713
Módulo de Young mínimo. GPa 2.831783
Parámetros geomecánicos
Voladura M 2.030029
S 1.98483 E -03
Talud M 0.2747346
S 8.842699E -05
Criterio de rotura (S1-S3)2= 75.11*S3+2.717232
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 10.16*S3+0.1210565

Cantera Madueño.
Resistencia de la roca 50 MPa
RQD% 98.5
Separación de las diaclasas 0.4
Puntuación RMR 44
Clasificación de la roca Clase III de Media Calidad.
Módulo de Young medio. GPa 7.079458
Módulo de Young máximo. GPa 11.32713
Módulo de Young mínimo. GPa 2.831783
Parámetros geomecánicos
Voladura M 2.030029
S 1.98483E-03
Talud M 0.2747346
S 8.842699E-05
Criterio de rotura (S1-S3)2= 101.5*S3+4.962074
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 13.73*S3+0.2210675
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Cantera La Paz.
Resistencia de la roca 41 MPa
RQD% 98.5
Separación de las diaclasas 0.4
Puntuación RMR 49
Clasificación de la roca Clase III: R. de media calidad.
Módulo de Young medio. GPa 9.440609
Módulo de Young máximo. GPa 15.10497
Módulo de Young mínimo. GPa 3.776244
Parámetros geomecánicos
Voladura M 2.426917
S 3.459377E-03
Talud M 0.3926617
S 2.034684E-04
Criterio de rotura (S1-S3)2= 99.50*S3+5.815214
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 16.09*S3+0.3420303

Cantera Cañaheral.
Resistencia de la roca 58 MPa
RQD% 100
Separación de las diaclasas 0.4
Puntuación RMR 62
Clasificación de la roca Clase II: R. de buena calidad.
Módulo de Young medio. GPa 14
Módulo de Young máximo. GPa 22.4
Módulo de Young mínimo. GPa 5.6
Parámetros geomecánicos
Voladura M 3.229528
S 8.414677E-03
Talud M 0.6953233
S 7.718914E-04
Criterio de rotura (S1-S3)2= 187.3*S3+28.30697
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 40.32*S3+2.596643
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Cantera Santa Inés.


Resistencia de la roca 43 MPa
RQD% 98.5
Separación de las diaclasas 0.6
Puntuación RMR 59
Clasificación de la roca Clase III: R. de media calidad.
Módulo de Young medio. GPa 18
Módulo de Young máximo. GPa 28.8
Módulo de Young mínimo. GPa 7.2
Parámetros geomecánicos
Voladura M 3.468647
S 1.050866E-02
Talud M 0.8021006
S 1.077261E-03
Criterio de rotura (S1-S3)2= 149.1*S3+19.43051
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 34.49*S3+1.991856

Cantera Cañaveral.
Resistencia de la roca 50 MPa
RQD% 100
Separación de las diaclasas 0.6
Puntuación RMR 77
Clasificación de la roca Clase II: R. de buena calidad.
Módulo de Young medio. GPa 54
Módulo de Young máximo. GPa 86.4
Módulo de Young mínimo. GPa 21.6
Parámetros geomecánicos
Voladura M 6.597044
S 2.16373E-02
Talud M 2.901399
S 2.16373E-02
Criterio de rotura (S1-S3)2= 329.8*S3+194.1227
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 145.0*S3+54.09343
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Cantera Graillas I.
Resistencia de la roca 46 MPa
RQD% 95.5
Separación de las diaclasas 0.6
Puntuación RMR 49
Clasificación de la roca Clase III: R. de media calidad.
Módulo de Young medio. GPa 9.440609
Módulo de Young máximo. GPa 15.10497
Módulo de Young mínimo. GPa 3.776244
Parámetros geomecánicos
Voladura M 2.426917
S 3.459377E-03
Talud M 0.3926617
S 2.034684E-04
Criterio de rotura (S1-S3)2= 111.6*S3+7.320043
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 18.06*S3+0.4305391

Cantera Graillas II.


Resistencia de la roca 40 MPa
RQD% 95.2
Separación de las diaclasas 0.4
Puntuación RMR 41
Clasificación de la roca Clase III: R. de media calidad.
Módulo de Young medio. GPa 5.96
Módulo de Young máximo. GPa 9.53
Módulo de Young mínimo. GPa 2.38
Parámetros geomecánicos
Voladura M 1.823773
S 1.422193E-03
Talud M 0.2217432
S 5.363368E-05
Criterio de rotura (S1-S3)2= 72.95*S3+2.275508
de Hoek & Brown (S1-S3)2= 8.869*S3+8.581389E-02
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Se ha observado que hay dos tipos de macizos rocosos, los de buena calidad con
bloques de roca sana o ligeramente meteorizada, con juntas espaciadas de 1 a 3 metros;
y los de calidad media con varias familias de discontinuidades moderadamente
meteorizada con espaciados de 0.3 a 1 metros.

Los valores de R.C.S. son mayores en las canteras “Cañaveral” y “Cañaheral”,


siendo menores en la cantera de la “Aragonesa”, el espaciado de las diaclasas junto al
RQD eleva la puntuación RMR de la cantera “Aragonesa”, clasificándola de calidad
media, por el contrario en las canteras “Madueño”, “Paz”, Cañaveral” y “Graillas 2” la
conjunción de un menor RQD y espaciado rebajan la nota de calidad que les podría dar
su R.C.S. En el caso de “Cañaveral” es superado por “Cañaheral”, en puntuación
R.M.R; y en el caso de “Graillas 2”, presenta la menor puntuación de calidad RMR.

Los módulos de Young que ofrece el programa informático son tan variados, que
resulta difícil sacar algún tipo de conclusiones.
Anexo Caracterizaciones geomecánicas

Módulo de Young GPa Parámetros geomecánicos


R.C.S Espaciado diaclasas
RQD% RMR Clasificación roca
MPa (metros) Voladura Talud
Medio Máximo Mínimo
M S M S

Aragonesa 37 100 0.5 44 Clase III de media calidad 1.08 11.33 2.83 2.03 1.98 E -03 0.27 8.84 E-05

Madueño 50 98.5 0.4 44 Clase III de media calidad 7.08 11.33 2.83 2.03 1.98 E -03 0.27 8.84 E-05

Paz 41 98.5 0.4 49 Clase III de media calidad 9.44 15.1 7.77 2.43 2.46 E -03 0.39 2.03 E-04

Cañaheral 58 100 0.4 62 Clase II de buena calidad 14 22.4 5.6 3.23 8.41 E -03 0.69 7.71 E-04

Santa Inés 43 98.5 0.6 59 Clase III de calidad media 18 28.8 7.2 3.46 1.05 E -02 0.80 1.08 E-03

Cañaveral 50 100 0.6 77 Clase II de buena calidad 54 86.4 21.6 6.60 2.16 E -02 2.9 2.16 E-02

Graillas I 46 95.5 0.6 49 Clase III de calidad media 9.44 15.1 3.77 2.43 3.46 E -03 0.39 2.03 E-04

Graillas 2 40 95.2 0.4 41 Clase III de media calidad 5.96 9,53 2.38 1.82 1.42 E -03 0.22 5.36 E-05

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