Historia de La Lengua - Apuntes Completos 2020 PDF

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UNIVERSIDAD NACIONAL DE CÓRDOBA

FACULTAD DE FILOSOFÍA Y HUMANIDADES


ESCUELA DE LETRAS

HISTORIA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA
UNIDAD 1

- Alonso-Cortés Manteca, Ángel (2015) “La clasificación de las lenguas y el origen del lenguaje”. En:
Lingüística. Madrid. Cátedra. Págs. 631-666.
- Apunte de cátedra: Cuadro de fonemas y alófonos del español.
- Medina López, J. (1997) Lenguas en contacto. Madrid. Arco Libros. (Parte 1. Págs. 11-38)
- Lois, E. (1987) “Modelos de cambio lingüístico. Nuevas tendencias en lingüística histórica. Evaluación
de los aportes teóricos y de su aplicación en investigaciones concretas.” Buenos Aires. Informe
CONICET.
UNIDAD 2

- Apunte de cátedra: Los pueblos primitivos de la Península Ibérica.

- Echenique Elizondo, M. T. (2000) “La noción de sustrato en la actualidad y su aplicación a la historia


del español”. En: Revista de Investigación Lingüística, n° 2, vol. III. Págs. 199-224. En:
http://revistas.um.es/ril/article/download/4541/4411
LOS PUEBLOS PRIMITIVOS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

INTRODUCCIÓN.

Reconstruir el pasado lingüístico remoto del territorio que nos ocupa resulta, en gran
medida, una tarea ardua. Los testimonios con que contamos son escasos y heterogéneos.
En muchos de los casos, no contamos con textos aborígenes; en otros, la misma escritura,
aún no descifrada definitivamente, ha significado un obstáculo. En la mayoría de los pueblos,
debemos manejarnos con referencias que otras civilizaciones nos brindan sobre la Península, y
aún así, en ocasiones no se trata siquiera de testimonios directos.
El panorama es complejo y las investigaciones no siempre han arrojado resultados
definitivos y del mismo nivel respecto de cada uno de los pueblos a considerar. Así, aunque no
se conozcan bien esas lenguas antiquísimas, hay algunas sobre las que se tienen más noticias, ya
sea porque hayan perdurado en el tiempo (piénsese en el vasco), ya sea porque hayan dejado
testimonios más numerosos (celta).
Pero aunque no pudiéramos conocer en igual medida todas ellas, conociendo en parte los
pueblos que las hablaron podemos deducir su actitud ante su propia lengua y su posible reacción
ante la lengua extraña e invasora (latín).
Este trabajo pretende mostrar, aunque suscintamente, los rasgos sobresalientes de las
culturas prerromanas para comprobar la actitud de los usuarios ante su lengua materna (aprecio o
desprecio, conservación u olvido) y poder dilucidar el grado de interferencia que, como
probables sustratos, pudieron ejercer sobre el latín instalado en la Península desde el siglo III
a.J.C.

I. LAS FUENTES PARA EL ESTUDIO DE LOS PUEBLOS.

Las fuentes para el estudio de las primeras poblaciones peninsulares son bastante
heterogéneas.
A los resultados de las investigaciones de arqueólogos y etnólogos sobre el terreno
mismo, hay que agregar la tarea realizada por los lingüistas en aras a poder desentrañar los
escasos testimonios escritos encontrados. A todo esto hay que sumar las noticias que durante
siglos, fueron aportando otras civilizaciones (desde la Biblio a los textos griegos y romanos) y
que se cuentan entre las fuentes más antiguas y preciadas.
Entre estas últimas fuentes, hay algunas de valor incalculable para el conocimiento de las
diversas etnias peninsulares.

ORA MARITIMA: extenso poema compuesto por el poeta romano Rufo Festo Avieno,
con finalidad didáctica, hacia el año 400. Su importancia radica en haber incorporado a su obra
un periplo del siglo VI a.J.C.
En la antigüedad, era frecuente que los navegantes relataran sus hazañas por el mar. Ese
texto antiquísimo, de autor desconocido, habría sido refundido por Eforo en siglo IV a.J.C. y,
quizá retomado por un maestro del siglo I a.J.C., y habría llegado a manos de Avieno quien lo
incluyera en su composición.
En ese relato, se hace una detenida y pormenorizada enumeración de los pueblos de la
Península brindándonos el panorama que el mundo antiguo debió tener de Hispania hacia el siglo
VI a.J.C. No brinda mayores datos acerca de raza y cultura.
Dentro del grupo que incluye los periplos no puede dejar de mencionarse el de Pytheas,
navegante marsellés del siglo II a.J.C., en quien podemos ver ya emerger la conciencia del
carácter peninsular de Hispania.
Lamentablemente, sólo se conservan los periplos griegos, no conociéndose los fenicios y
cartagineses, cuya información hubiera aportado datos inestimables sobre la región.
Los periplos anteriores al siglo III a.J.C. abundan en noticias vagas e imprecisas. Sólo a
partir de la presencia romana, las noticias se van tornando más numerosas y confiables. Hispania
deja de ser un ámbito misterioso y desconocido.
A los periplos les siguen en importancias las obras de carácter geográfico de autores
griegos y romanos.

GEOGRAPHICA: compuesta hacia el siglo I a.J.C. por Estrabón, originario de Creta


pero establecido en Roma, quien nos ofrece información sobre España en el Libro III de su
monumental trabajo. Su visión es indirecta. Aunque nunca llegó a Hispania, supo valerse de
datos de viajeros, funcionarios y soldados romanos que participaron en la invasión, como así
también, de las obras de historiadores y geógrafos de gran exactitud como Polibio, Posidón y
Artemídoros. El valor de su obra radica en aportar noticias sobre zonas de la Península antes
desconocidas (norte e interior) y de hacerlo con realismo y precisión.

COROGRAFIA: de Pomponio Mela, posterior a Estrabón, probablemente nacido en


Cádiz. Ofrece referencias fidedignas aunque no brinda información lingüística. Realiza una
enumeración detallada de los accidentes litorales del NO y del Cantábrico con la mención de sus
tribus y pueblos.

NATURALIS HISTORIA: compuesta por Plinio el Viejo, funcionario romano en


Hispania, hacia el siglo I. Presenta gran interés para el conocimiento de la toponimia hispánica.

NOMENCLADOR GEOGRAFICO: inventario en griego, de alrededor de 8000 nombres


de pueblos y ciudades, no siempre igualmente preciso, obra del geógrafo griego Ptolomeo. No es
fuente directa.

Finalmente hay que mencionar los ITINERARIOS, objetos materiales, hitos con
anotaciones sobre caminos, ciudades y distancias, útiles para los viajeros. Se conservan dos que
aluden a la Península Ibérica:

ITINERARIO ANTONIANO: reconstruye el camino seguido por Marco Aurelio


Antonino Basiano, Caracalla (186-217). Durante su imperio se promulgó la Constitución
Antoniana, que otorgaba la ciudadanía romana a todos los habitantes del Imperio.

ITINERARIO DE CADIZ A ROMA: compuesto por cuatro vasos que indican los puntos
del recorrido, probablemente exvotos, fruto de la promesa de un enfermo.

Estas fuentes antiguas que resultan muy útiles, junto a los emprendimientos modernos de
la arqueología y la etnografía, para conocer la naturaleza de los pueblos que habitaron la
península a la llegada de los romanos, no nos ayudan a dilucidar los rasgos esenciales de las
lenguas por ellos habladas. El conocimiento de dichas lenguas constituye un verdadero problema
que trataremos de dilucidar.

II. LOS PUEBLOS.Aspectos étnicos, históricos y geográficos.


A la llegada de los romanos a la Península, el panorama que percibieron no fue
precisamente el de la unidad lingüística o cultural, que algunos estudiosos se empeñaron en tratar
de demostrar 1 .
Por el contrario, la Península aparecía fraccionada; pero aún dentro de ese
fragmentarismo pueden verse signos de cierta unidad.

1
Una larga tradición dentro de los estudios hispanistas se empeñó en demostrar la unidad de la lengua primitiva de
España, unidad que se conformaría en torno al vasco y al íbero. De esa opinión participaron Humboldt, Hubner y
Schuchardt, entre otros.
La Península aparecía notoriamente dividida en dos. Al sustrato peninsular heredado de la
Edad del Bronce se han unido dos nuevos elementos de distinta procedencia:

1.- El elemento mediterráneo: no indoeuropeo. Aportado por una colonización de un


importante grado cultural que viene a reforzar elementos mediterráneos anteriores.

2.- El elemento continental: indoeuropeo. Aportado por complejas invasiones que


generaron diversos movimientos de pueblos dentro de la península y cuya acción no se hallaba
acabada a la llegada de los romanos.

Así quedan configuradas dos Españas: una mediterránea e ibérica, otra continental o
europea que suele designarse como España céltica. Se trata de dos mundos cultural y
étnicamente distantes, asentados sobre realidades geográficas diversas y que al momento de la
llegada de los romanos estaban en vías de compenetración.
La España mediterránea, (zona costera del Levante y el Sur, además de Andalucía)
extensión con excelentes condiciones de medio, tierras ricas en minerales, con contactos
marítimos frecuentes con culturas mediterráneas, se encontraba propensa al desarrollo de una
cultura floreciente.
La España continental, (la Meseta, NO y O peninsulares), región escasamente poblada,
con condiciones de medio precarias, cuando no hostiles, zona de constantes migraciones, se
manifestaba menos apta para el desarrollo de tempranas civilizaciones potentes.
Esa diferenciación también halla su correlato en el orden lingüístico; de allí que el
tratamiento dado a los pueblos peninsulares se ordene del siguiente modo:

a) Pueblos no indoeuropeos
Tartesios e Íberos
mediterráneos

Pueblos que vía Africa entraron en Hispania en tiempos muy remotos a fines del
Neolítico o principios de la Edad del Bronce, y se establecieron definitivamente, por lo que
algunos autores los consideran población indígena, base étnica sobre la cual se conformara la
población hispánica.

b) Pueblos indoeuropeos
Ligures-Ambrones-Ilirios
o indoeuropeizados Celtas

Pueblos que en sucesivas oleadas penetrarán por los Pirineos. Hacen su incursión en
Hispania hacia finales de la Edad del Bronce.

c) Pueblo vasco: pueblo de antiquísimo arraigo en la zona pirenaica (2000 a.J.C.) que por
su probable procedencia caucásica y su particular espíritu no puede encuadrarse dentro de
ninguno de los grupos precedentes.

d) Pueblos de escaso paso


fenicios, griegos, cartagineses
por la Península

Pueblos que no se establecieron definitivamente sino que conformaron asentamientos


coloniales que servían a sus fines comerciales, escalas en sus periplos por el Mediterráneo y el
Atlántico. Llegan a Hispania a partir del 900 a.J.C. aproximadamente o antes.
LOS TARTESIOS
La historia de la existencia de este pueblo se ha hecho, a menudo, a base de datos vagos y
con una cantidad no escasa de fantasía.
Aun se discute su localización. Se la supone en un punto cualquiera de la desembocadura
del Guadalquivir, del Guadalete o del Tinto. Sus habitantes procederían del Asia Menor y
estarían emparentados con los etruscos y ambos vinculados con los Tirsenos de Lidia. Habrían
llegado a la Península procedentes de Africa en época remota.
El nombre griego de Tartessós con que se designa en los periplos a su capital, tendría la
misma raíz que el hebreo Tarschish que aparece citado en la Biblia. En Isaías (730 a.J.C.)
encontramos la mención más antigua a las naves de Tarschish. En textos bíblicos posteriores,
Ezequiel, Jeremías, Reyes, etc. se designa con ese nombre a un país lejano de Occidente, rico en
oro y plata, que comerciaba con Tiro en tiempos del rey Salomón. Por tanto, esta ciudad debía
existir hacia el año 1000 a.J.C.
En las fuentes griegas anteriores al 400 a.J.C., realizadas por autores contemporáneos a la
existencia y vigor de Tartessós, aparece mencionada con distintos valores: río Tartessós, la
ciudad misma, el imperio. Estas fuentes ofrecen ciertas garantías de veracidad.
Otros textos del mismo periodo, como el periplo recogido por Avieno, la sitúa en el bajo
Guadalquivir vinculándola con ciudades vecinas como la colonia griega de Mainake u otros
accidentes geográficos como el Lago Ligustino.
En tanto los testimonios posteriores al 400 a.J.C., a pesar de ser numerosos, ya no poseen
la misma fidelidad de los redactados cercanos temporalmente a los primergs tartesios. En estos
últimos, lo histórico a menudo se mezcla con lo mitológico. Los griegos, basándose
probablemente en tradiciones indígenas recogidas en sus viajes, crearon una mitología tartésica
que aparece vinculada al ciclo herakleida (de Hércules).
Hay, sin embargo, noticias ciertas de su historia que nos llegan a través de Herodoto que
menciona al rey Arganthonio, famoso por su longevidad, quien comenzara a reinar en el año 630
a.J.C. La presencia de este exponente de la monarquía nos muestra cuán avanzado se hallaba en
el sur el proceso de individualización del poder. Su apogeo se vio eclipsado por el avance
cartaginés, que, tras la victoria de Alalíe, empezara a gravitar notablemente en la zona
desplazando a los griegos.
De todas las fuentes existentes se deducen los mismos rasgos para este pueblo. Tartessós
siempre se destacó por su alta cultura y su extrema riqueza. En el siglo VI a.J.C. aparece en su
apogeo. A este imperio de límites imprecisos debieron pertenecer los íberos de Huelva, los
cilbicenos de Cádiz, etmaneos e ileates del Guadalquivir medio, los mastienos de Andalucía y
los cynetes del Algarve.
Dados a los frecuentes contactos comerciales a través del Mediterráneo, sus habitantes
siempre se hallaron abiertos a las novedades, ávidos de engrandecer su acervo cultural. Era
proverbial su hospitalidad y la facilidad para relacionarse y mestizarse con otros pueblos,
mediterráneos fundamentalmente.
Su desarrollada cultura se manifiesta en el hecho de que poseyeron una escritura propia,
la que sólo recientemente ha podido ser descifrada. Sus caracteres, aunque legibles, son
herméticos en su interpretación. Por las fuentes sabemos que poseyeron anales escritos y una
legislación en forma métrica que no han logrado conservarse.
Se deduce que debieron ser politeístas en comparación con otros pueblos del mismo
origen. Dedicaban templos a sus dioses, en ocasiones cavados en la roca. Entre los tartesios se
encontraban bien arraigados antiguos cultos mediterráneos, como el del Toro.
Su situación geográfica, en las proximidades del mar, los hizo eminentemente
navegantes. Extendieron sus viajes por el oeste hasta las Islas Británicas, la Bretaña francesa y la
costa NO de España. En estas regiones se han observado elementos culturales comunes, lo que
habla de frecuentes contactos.
En la Ora Maritima se afirma que tartesios navegaban hasta las islas Oestrymnides en
busca del estaño. Este tráfico debe ubicarse en plena época del Bronce. En dicha ruta comercial,
Gádir, colonia fenicia, se convirtió en el emporio del precioso metal y los tartesios debieron tener
el monopolio de las vías de acceso.
La organización política de Tartessós debió asemejarse más a una polis en el sentido
griego de ciudad-estado que a una urbs latina.
En un territorio pronta y profundamente romanizado, cuyos pobladores optaron por
incorporarse tempranamente a los modelos prestigiosos aportados por los invasores y con poco
aprecio por su propia lengua, se produjo el abandono de la lengua materna y la rápida
asimilación del latín. Así lo atestigua Estrabón, quien admite en tiempos de Augusto que los
turdetanos habían adoptado las costumbre romanas y habían olvidado la lengua materna.
En consecuencia, la pérdida de la lengua indígena en los albores de la invasión, hace
imposible la conservación o perduración de sus rasgos en la lengua romance.

LOS ÍBEROS
La designación de "Íberos" no siempre tuvo el mismo alcance. En los primeros textos
griegos aparece designando a los pueblos que habitaban, en general, las costas mediterráneas y
atlántico meridionales, habitantes de Huelva y de la región andaluza y no sólo de las márgenes
del Ebro. Caían bajo esta denominación los cynetes, gletes, tartesios, elbicinios, mastienos, etc.
En cambio, los textos posteriores hacen recaer esta denominación sobre la Península en su
totalidad.
Pero, ¿de dónde procede esta denominación y qué significa? Ya desde Herodoto
(mediados del siglo V a.J.C.) aparece la referencia a Iberíe como derivado del río Iber o Iberus.
De modo semejante aparece en Avieno la mención de Hiberia referida a un río Hiberus. Ambas
fuentes sitúan a dicho río en el SO peninsular, la zona mejor conocida y más frecuentada por
griegos y púnicos, es decir, muy lejos de sus dominios actuales. Por su ubicación cabe
identificarlo con el Tinto o el Odiel. Probablemente este río Iberus fuera un homónimo del gran
Ebro.
Por otro lado, según los estudios realizados por Antonio Tovar, Iberus o Ibarius, sería la
forma jónica del primitivo vasco ibar > ibai (río), ibar (ría). Faltaría precisar dónde se ubicaba
exactamente.
De otra forma, esa vacilación en la aplicación del concepto ha afectado también a los
estudiosos modernos que han visto oscilar sus opiniones: del extremo de pensar que la población
íbera era la única y auténticamente originaria de la península al extremo de recortar tanto sus
límites hasta tornar casi inexistente este pueblo.
Lo cierto es que existió una población étnica y culturalmente ibérica, situada hacia
Levante, de procedencia afromediterránea con importantes puntos en común con las poblaciones
del sur 2 .
Este pueblo, que hacia el siglo VI a.J.C. llevaba todavía una vida primitiva, salvo en la
región de Almería en contacto con Tartessós, llegó a desarrollar una cultura propia y con rasgos
diferenciales.
Supieron asimilar los influjos de otras civilizaciones más avanzadas como la helénica,
dando lugar a un arte peculiar con manifestaciones de una belleza singular como la Dama de
Elche. Asimismo las figuras de los vasos ibéricos tienden al realismo, a la forma natural,
persiguen las líneas curvas dando vida y movimiento a sus representaciones.
Tan vigorosos eran su arte, su espíritu, que ante el avance celta, aún habiéndose operado
un denso mestizaje, culturalmente triunfaría el elemento ibérico.
Su avanzado grado cultural se pone de manifiesto en la posesión de un sistema de
escritura que durante años trató de explicarse a la luz del fenicio o del vasco, pero que sólo
recientemente ha podido ser interpretado gracias a los esfuerzos de M. Gómez Moreno.

2
Según opinión de Caro Baroja y A. García y Bellidos, entre otros, debe admitirse el carácter indígena de la
población íbera (en contraposición a las oleadas celtas) aun aceptando en sus remotísimos orígenes la posibilidad de
que se tratara de un elemento africano occidental muy mestizado con aportaciones mediterráneas.
Lamentablemente existe un gran vacío de información. Las fuentes literarias existentes
manifiestan un total silencio entre el apogeo del antiguo mundo tartésico y las primeras décadas
de dominación romana.
Muchos de los rasgos de su cultura pueden deducirse de la comparación con otros
pueblos de procedencia mediterránea mejor conocidos.
La institución monárquica, al igual que en el sur, existe fuerte en Levante. Algunos reyes
que se destacaron fueron: Edecon, rey de los edetanos, o los ilergetes Indíbil o Ivandenio aunque
fueron más bien caudillos que reyes propiamente dichos al estilo de los tartesios. Estas
monarquías, en pleno proceso de expansión, fortalecimiento e intento de constitución de una
confederación, son más recientes y la llegada de los romanos vino a interrumpir este proceso.
Como en otras culturas mediterráneas, la sociedad estaría estratificada en castas en las
que los extremos serían los nobles y los esclavos. En Levante esta diferenciación social no debió
ser tan marcada. La prueba está en que, ante una amenaza de guerra, todo el pueblo participaba
en la defensa normal de las ciudades.
En el área levantina no podemos hablar estrictamente de ciudades, se trata más bien de
meros poblados. Un ejemplo de poblado ibérico lo constituye Ensérune, construido en lo alto de
un cerro y protegido por importantes defensas. Desde allí se erige en centro de una extensión
agrícola que le está subordinada.
En lo que se refiere a su religión, puede afirmarse que se trata de un pueblo con una
intensa vida espiritual. Así lo prueban la escultura religiosa ibérica y las variadas
representaciones en cerámica. Pero no obstante su importancia, su verdadero sentido no ha
podido ser desentrañado todavía.
En cuanto al ritual funerario, practicaban la incineración (reducción de un cadáver a
cenizas), lo cual parece contrastar con la tradición del país, donde en etapas anteriores se
practicaba la inhumación (enterramiento). Este cambio debió producirse tempranamente. Cuando
los fenicios y griegos llegaron se encontraron con pueblos incineradores. Este cambio podría
obedecer a un doble estímulo: el céltico peninsular y el marítimo de origen helénico.
Este doble influjo explica el hecho de que este cambio ritual se generalizara.
Las sepulturas se hallan agrupadas en necrópolis donde se entierran, junto a las cenizas
dentro de urnas, el ajuar del difunto o sus armas, si era guerrero. A veces, se encuentran túmulos
sobre las sepulturas y en algunas ocasiones, estelas con inscripciones en carcteres ibéricos.
Los íberos se dedicaron principalmente a la agricultura y la ganadería y también de modo
importante desarrollaron trabajos de alfarería. La agricultura no debió ser muy apreciada entre
los íberos, puesto que se elude su tratamiento en los diseños de la cerámica, no ocurriendo lo
mismo con la ganadería, profusamente reflejada.
Si bien el proceso de romanización en la zona levantina tuvo que enfrentarse con la fuerte
identidad ibérica; por otro lado, hay que recordar que éste fue uno de los territorios que
primeramente recibió la presencia romana y que mayor número de colonos de ese origen tuvo
que soportar. Si a esto agregamos el hecho de que la llegada de los romanos viniera a interrumpir
la unificación que intentaba llevarse a cabo, puede entenderse cómo esta zona terminó siendo
totalmente romanizada. Sin embargo, recordemos que los íberos conservaron su escritura en
plena época de Augusto, lo que da cuenta de la pervivencia de usos nativos.

PUEBLOS DE ORIGEN INDOEUROPEO O INDOEUROPEIZADOS


Larga, compleja y no definitivamente resuelta ha sido la discusión sobre la presencia de
pueblos de origen pre-celta en España. Bajo esta denominación abarcamos a los ligures,
ambrones e ilirios.
Podemos encontrar referencias a los ligures desde Hesíodo (siglo VII a.J.C.), pero la
vaguedad con que los designa como "pueblo general del Occidente", en rigor, nada dice sobre su
presencia en la Península.
Avieno sitúa a los ligures fuera de Hispania, en la zona alpina. Sólo hay una referencia,
aislada, al la go Ligustino que estaría indicando la presencia de algún elemento ligur en las
cercanías de Tartessós.
Otros autores los sitúan en territorio íbero del que habrían sido desalojados.
Como se ve, las fuentes antiguas no brindan ninguna información precisa sobre este
pueblo. Sin embargo, los investigadores en aras de explicar la presencia de elementos
indoeuropeos preceltas en Hispania en relación a la antigua población prerromana, han elaborado
dos hipótesis:

1.- HIPÓTESIS LIGUR: el origen de este pueblo continúa siendo un enigma. Se los
encuentra ubicados en el NO de Italia, pero se ignora desde dónde llegaron para instalarse allí.
Para Menéndez Pidal, defensor de la presencia ligur en Hispania, se trataría de un pueblo
de Europa central de carácter mediterráneo en parte indogermanizado, al que se inclina por
llamar "ambrón", según la designación familiar utilizada por Suetonio. Se trataría, entonces, de
un pueblo que desde Italia habría emigrado hacia occidente, quizá conjuntamente con oleadas
migratorias célticas, y que justificaría la presencia de topónimos y sufijos de ese origen en
territorio español.
Otros estudiosos hablan de una población preindoeuropea de las Galias o bien de una raza
no indogermánica, pobladora de la Europa occidental.
Por la seriedad y especificidad de los trabajos desarrollados por Menéndez Pidal, nos
quedamos con su hipótesis que juzgamos la más adecuada para España.

2.- HIPÓTESIS ILIRIA: el más ferviente defensor de esta hipótesis fue el investigador
Pokorny, que en su afán de justificar la presencia iliria en Hispania, atribuyó a dicho origen
infinidad de topónimos, muchos de los cuales son bastante discutibles.
El pueblo ilirio, situado al E de Italia, habría realizado una gran avanzada sobre territorio
ligur (indoeuropeizando a sus habitantes) y posteriormente habría penetrado en España.
Menéndez Pidal acepta con cierto recelo la tesis de Pokorny. Acepta la presencia iliria
patente en los nombres de ríos, propio de un pueblo que coloniza los llanos, a diferencia de los
celtas que han dejado su huella en los nombres de montañas.
En síntesis, este autor establece para España una presencia ambro-ligur-iliria
representativa de la "inmigración de un pueblo centroeuropeo ya en parte indoeuropeizado".
Todo estudio en base a topónimos para determinar la presencia de oleadas preceltas
tropieza con la grave dificultad de haberse perdido todo conocimiento de las lenguas ligur e
iliria. Sólo la comparación con topónimos de las regiones supuestamente habitadas por estos
pueblos en Europa central ha hecho posible la extracción de las escasas conclusiones que se
tienen hasta el momento.

LOS CELTAS
Sobre la masiva presencia celta en la Península, atestiguada por los antiguos y por los
vestigios culturales que dejaron, no hay ninguna duda y sí mucho que decir.
El nombre de "celtas" (κελτοι) aparece entre los autores griegos del siglo V a.J.C. para
designar a las poblaciones bárbaras de la zona templada de Europa. Pueblo de vertero origen
indoeuropeo, su paso y estancia por Hispania se remontan al año 900 a.J.C. El mecanismo de las
invasiones celtas ha sido un largo y complejo proceso de penetración a través de los Pirineos que
se asemeja grandemente a las invasiones germánicas, que siglos más tarde, terminarían con el
Imperio Romano.
Estos movimientos migratorios fueron precedidos por una lenta infiltración de elementos
de la cultura europea (invasión de los campos de urnas) sobre las poblaciones de signo
afromediterráneo, que durante la Edad del Bronce, prepararían el clima para posteriores
invasiones.
P. Bosch explica las invasiones indoeuropeas por presiones que estos grupos de Europa
central habían sufrido por parte de tribus germánicas que a la vez emigraban con ellos.
Este autor reconoce:

1.- Un primer empuje germánico que produce el dislocamiento de los pueblos célticos
centrales que progresivamente se van desplazando a través de Francia hasta penetrar en la
Península.

2.- Un segundo empuje que, a través de Bélgica, reinicia el ciclo de las presiones de un
pueblo sobre otro, motivando un nuevo ingreso en la Península por el norte.

Al llegar a España estos pueblos, presionados por los que les siguen, provocan la
dispersión en todas las direcciones. Por eso aunque los encontramos concentrados en el Norte,
NO y la Meseta, también hallamos núcleos celtas en el Sur. A través de esa misma complejidad
puede explicarse también la presencia de elementos lingüísticos diversos, como ambrones, ilirios
y germanos que vinieron a superponerse y mezclarse con los elementos indígenas.
El influjo de la cultura celta, su presencia en relación con la población indígena, está en
relación directa con el factor densidad poblacional al momento de la invasión.
Al desecarse la Meseta, sus antiguos pobladores se retraen hacia las montañas, donde
desarrollan una vida de tipo pastoril, o hacia las tierras del occidente atlántico, donde con
mejores condiciones de medios naturales desarrollan una rica cultura, hacia fines de la Edad del
Bronce.
Los celtas se sintieron rápidamente atraídos por este foco cultural que se desarrollaría en
el NO y si bien vencedores, fueron fuertemente influidos por la densa población indígena. En
cambio, las tribus indeuropeas establecidas en la Meseta, prácticamente deshabitada, se
encontraban en pleno proceso emigratorio a la llegada de los romanos y sólo las armas y la
diplomacia romana lograron fijarlos en terreno tan inhóspito. Por asentarse en territorio
escasamente poblado por habitantes indígenas, los pueblos celtas de la Meseta conservaron más
plenamente sus rasgos culturales. Otro caso es el de los celtíberos, que siendo los últimos en
llegar a la Península, fueron los menos influidos por el sustrato peninsular y los más reacios a la
romanización.
En la España céltica pueden distinguirse tres grupos principales según los diversos
criterios que, en base al examen lingüístico, han sido aplicados por Antonio Tovar:

a) distribución geográfica de las centurias;


b) distribución geográfica de las gentilidades.

Centurias y gentilidades son formas de organización político-social intermedias entre la


familia y la tribu, que en alguna medida se equiparan a los clanes. Aunque es muy difícil precisar
este concepto pues varía de una tribu a otra. Son formas de organización propias de pueblos
indoeuropeos y que, por el contrario, no aparecen entre los íberos.

c) Área ocupada por restos de lenguas o dialectos celtibéricos.


Aquí el criterio de demarcación que se ha seguido es exclusivamente lingüístico.

A) DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS CENTURIAS: este tipo de organización


aparece en la región poblada por los "Calaicos" (extremo noroeste). Calaicos o también galaicos,
su nombre se vincula con el de otros celtas, los galos. A la llegada de los romanos se
encontraban en proceso de expansión por lo que se explica, que tras largas luchas, su nombre se
extendiera a toda la región: Gallaecia.
Esta región, en consecuencia, será tardíamente romanizada (se iniciará la romanización
hacia el último tercio del siglo II a.J.C.) retrasándose en parte, por las sostenidas contiendas que
debieron sobrellevar los romanos con los cántabros, sus vecinos.

B) DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA DE LAS GENTILIDADES: abarca un área mucha


mayor (gran parte de la Meseta y la costa cantábrica, todo el centro y el oeste) y corresponde a
los territorios históricamente ocupados por los astures, cántabros, pelendones, vettones y
carpetanos.
Los astures, situados en la porción más occidental, culturalmente configuraron una zona
de contacto entre los galaicos y los pueblos de la Meseta. Al este de los astures se situaban los
cántabros, quienes se destacaron por la bravura y la resistencia que opusieron a los invasores
romanos. Situados en la zona montañosa, se caracterizaron por una extrema rudeza. La etnología
de este pueblo de costumbres próximas a los vascos y que lo distancian de sus vecinos, no puede
precisarse. Algunos les atribuyen origen ligur-ibérico-celta, otros los hacen indígenas
francocantábricos con influjo ibérico. En síntesis, sólo hipótesis. En cambio, sí puede afirmarse
que el territorio cántabro fue totalmente celtizado como lo demuestran los testimonios
lingüísticos y arqueológicos.
Entre los pueblos de la Meseta se encontraban los vacceos de proverbial belicosidad, ya
conocidos en tiempos de Aníbal, que al momento de la invasión romana estaban emigrando. Pese
a los esfuerzos de Roma, fue muy ardua la tarea de fijarlos y estabilizarlos.
Entre el Tajo y el Duero se encontraban los vettones, pueblo ganadero, de potente
personalidad manifiesta en la larga conservación de la onomástica céltica.
Más al sur, estaban los carpetanos, de origen dudoso, tal vez ligures, en los que se puede
observar la influencia de la avanzada cultura del Sur.
Vinculado con éstos dos últimos, pero en una situación bien diferente, sobre el margen
occidental, se encontraban los lusitanos, que algunos suponen de origen ibérico aunque no haya
podido comprobarse tal aserto. Existen importantes huellas de celtización, pero el elemento
indígena no puede descartarse. Extensión densamente poblada, de ricas ciudades, sus habitantes
fueron temidos por los romanos.

C) ÁREA OCUPADA POR LOS CELTÍBEROS: los celtíberos ocuparon la parte oriental
de la Meseta. Su estudio merece un capítulo aparte por sus rasgos peculiarísimos.
Se trata de un complejo racial que Diodoro (escritor de los tiempos de Augusto) explica
del siguiente modo:

"Estos dos pueblos, íberos y celtas, en otro tiempo habían peleado entre sí por causa del
territorio; pero hecha la paz, habitaron en común la misma tierra; después, por medio de
matrimonios mixtos, se estableció afinidad entre ellos y por esto recibieron un nombre común".

La presencia de los primeros celtas en este territorio data del siglo VI a.J.C. A éstos hay
que agregar oleadas posteriores. Puede remitirse a los siglos IV a III a.J.C. la configuración de
esta nueva personalidad racial del centro peninsular.
Se suele dividir el territorio, así lo hicieron los romanos, en dos:

1) Celtiberia ulterior: hacia el interior, actual provincia de Soria. Región montañosa y


áspera, sólo favorable para la ganadería, donde se observan construcciones defensivas del tipo de
los castros, correspondientes a la cultura hallsttática. En esta zona se asentaron los arévacos y
pelendones, pueblos pastores trashumantes.

2) Celtiberia citerior: hacia el este, limitando con los íberos. Es también en parte, zona
agreste; pero menos pobre que la anterior. En general, es llana y propicia para el cultivo de
cereales y hortalizas. Esto unido a su próspera metalurgia la erigió en una extensión rica.
En su territorio se hallaban comprendidas las tribus de los bellos tittos, los celtíberos
propiamente dichos y los lusones que algunos pretenden vincular con los lusitanos
atribuyéndoles carácter ibérico, lo que no ha podido ser comprobado. Más bien se trata de un
grupo celta y hermano de los celtíberos.

Esta división, como se ve, se fundamenta en diferencias geográficas, que los romanos
supieron aprovechar en su organización.
Pero si los celtíberos han sido frecuentemente considerados y atendidos por las fuentes
romanas ha sido, sobre todo, debido a la índole de su personalidad, por sus rasgos definidores
que de alguna manera heredaría el pueblo español.
Pueblo de un extremo orgullo y gran altivez, los celtíberos, despreciaban el peligro, se
mostraban indiferentes ante el dolor. El amor por la libertad era la bandera que esgrimían ante
los invasores. Pero así como se mostraban crueles con los enemigos que ponían en peligro su
independencia, también sabían ser buenos huéspedes y fieles a la palabra empeñada.
El más claro ejemplo de su valor lo constituye el episodio del sitio de la ciudad celtíbera
de Numancia, a la que sólo tras largo asedio y por el hambre, lograron sojuzgar los romanos.
Junto a los cántabros y vascos, los celtíberos constituyen la mayor oposición que los
romanos tuvieron que superar en la Península.
En todo el dominio celta puede observarse que no se había operado aún el proceso de
individualización del poder, propio de los pueblos ibéricos. La organización política típica era la
Asamblea popular y el Consejo de Ancianos. Sólo esporádicamente surgió el régimen del
caudillaje ante situaciones apremiantes como ante el caso de la presencia invasora romana. No
obstante, han llegado hasta nosotros los nombres de algunos príncipes celtíberos que parecen
denunciar un régimen aristocrático militar más que monárquico.
En lo referente al aspecto social hay que decir que aunque en algunas regiones (ej. zona
cantábrica) se mantuvieron algunos derechos femeninos que pudieran hacer pensar en una
organización matriarcal, tales resabios no son suficientes y pueden explicarse por el fondo étnico
indígena, no así por la configuración celta, fuertemente patriarcal.
Debieron existir diferencias sociales entre los celtas ya que con frecuencia se hace
mención a la presencia de siervos o esclavos, probablemente pertenecientes a una etnia diferente
sojuzgada. Las diferencias sociales parecen extremarse hacia occidente, entre los lusitanos (ej.
relato de las bodas de Viriato).
Pueblo eminentemente guerrero, vemos participar a los celtas como mercenarios en favor
de turdetanos o cartagineses, incluso fuera de la Península. Son característicos del área celta los
hábitats fortificados o fuertemente amurallados a modo de castillos inexpugnables aprovechando
los accidentes geográficos, denominados castros.
Desarrollaron la metalurgia del hierro a la par que dieron origen aun arte, muchas veces
poco valorado, por su aparente simplicidad. Frente a las manifestaciones realistas ibéricas
aparece el arte celta con su tendencia a las formas geométricas, más propio de un pueblo dado a
las abstracciones, vuelto sobre sí mismo.
En cuanto al aspecto religioso, no existió en la Península una clase sacerdotal comparable
a los druidas galos. En gran medida los celtas de la zona NO, al menos, incorporaron en sus ritos
el culto de las divinidades autóctonas, las que parecen estar en íntima relación con la Naturaleza.
En toda el área céltica se practicaron sacrificios de animales con carácter propiciatorio ritual e
incluso en algunas ocasiones, se practicaron sacrificios humanos, los que no debían resultar del
todo extraños en la Península ya que eran frecuentes entre los cartagineses.
La cultura del pueblo celta habría pasado por distintas etapas, atestiguadas de modo
desigual en la Península.
A la civilización de los "campos de urnas" (urnenfelder) que invade todo el Occidente
europeo llegando incluso a Hispania, le sigue la "civilización hallsttática" (yacimiento de
Hallsttat, en Alemania) que se caracteriza por la aparición y desarrollo de la siderurgia aplicada
sobre todo al armamento, y finalmente se completa esta evolución con la "civilización
lateniense" (yacimiento de La Tène, en Francia) o período clásico para esta cultura.
La primera y más antigua corresponde a un notable grado de producción y consumo de
objetos de bronce. El final de la Edad de Bronce parece señalar la desintegración social
igualitaria de los urnenfelder, y la progresiva diferenciación de una clase guerrera privilegiada
(estratificación social), a juzgar por las sepulturas del período hallsttático, ricas en armas
portentosas enterradas junto al muerto. En esta etapa puede apreciarse la coexistencia de ritos
funerarios de inhumación e incineración. El cadáver del jefe era llevado a la sepultura sobre un
carro en un importante ceremonial y enterrado con sus pertenencias (espadas, carro, alimentos,
etc.) en una cámara cubierta por un túmulo.
Del período hallsttático hay evidentes huellas en Hispania aunque en el área celta no ha
podido encontrarse ningún caso de inhumación. Los celtas que entraron en la Península eran
incineradores y sin duda, influyeron en la generalización del cambio de ritual funerario operado.
Las necrópolis peninsulares adoptan ambas formas de enterramiento:
- campos de urnas;
- túmulos.
Al contacto con las civilizaciones griegas y etruscas en la costa septentrional del
Mediterráneo, se opera un progresivo cambio en el mundo hallsttático que, alrededor del siglo IV
a.J.C., asimila completamente las influencias mediterráneas dando lugar a la cultura de La Tène.
Se trata de un arte aplicado a los pequeños objetos: joyas, fíbulas, vajilla, monedas,
cerámica, armas, escudos. En este arte pueden verse en una primera etapa influencias etruscas
(siglos V y IV a.J.C.), luego llega a un equilibrio clásico (siglo IV a.J.C.), el que concluye con un
período manierista (siglos III y II a.J.C.).
Los elementos celtas no son incorporados tal y como se dieron en la Europa occidental.
En Hispania se produce una asimilación y transformación que da lugar a manifestaciones
culturales originales. Son numerosos los objetos de arte donde se aplican los elementos
decorativos latenienses. En Castilla, se han encontrado las típicas espadas largas con
empuñadura detalladamente trabajada, propias de este período.
Como hemos podido observar a lo largo de estas líneas, al presencia celta en la Península
resulta de un peso avasallante, de allí que haya dejado huellas imborrables que se manifiestan en
la índole del pueblo español. El papel de la cultura celta se magnifica si pensamos que constituyó
un factor aglutinante, propiciatorio de una homogeneización lingüística y arqueológicamente
comprobada.
Siendo los últimos en llegar a Hispania y encontrándose en plena expansión, concretando
una simbiosis con las poblaciones de más larga data en la Península y poseyendo una gran
autoestima de sus cosyumbres, se resistieron tenazmente a la dominación romana. En mayor o
menor medida, resultaron un problema para las aspiraciones imperiales. El período de
bilingüísmo debió ser extenso, pues los celtas, orgullosos de su estirpe difícilmente abandonarían
su lengua; de allí que podamos atribuir a la lengua celta el carácter de sustrato respecto del latín
de los conquistadores.

LOS VASCOS
La zona del Alto Ebro aparece habitada por pueblos cuyo origen étnico ha sido difícil de
precisar. En esta región las fuentes antiguas ubican a várdulos, caristios, autrigones y vascones.
De todos ellos, el que reviste una importancia fundamental para nuestro estudio es el
pueblo vasco, cuya lengua desde un pasado remoto se extiende hasta nuestros días, único
ejemplo de pervivencia de una lengua prerromana en la Península. Aun así, resulta tarea ardua
poder reconstruir la lengua hablada por este pueblo en el pasado debido a la escasez de datos
epigráficos de la región y al hecho de que las influencias de pueblos vecinos e invasores
impusieron, sin duda, modalidades que nos alejan de la lengua originaria.
Más difícil resulta aún precisar su origen étnico. Durante mucho tiempo se defendió la
hipótesis de que se trataría de un pueblo de procedencia africana cuya lengua presentaría
coincidencias con las lenguas camíticas como el bereber, el copto, etc.
Más recientemente, ha podido vinculárselos con regiones muy lejanas de la Península,
desde donde habrían emigrado remotamente. Se les adjudica origen caucásico, lo que los hace
evidentemente diversos del resto de los habitantes hispanos. De todos modos, su presencia muy
antigua en Hispania los convierte en aborígenes.
También resulta de particular interés el conocimiento de su personalidad que durante
siglos ha permanecido inalterable.
Pueblo montañés, dedicado al pastoreo, no dado a frecuentes contactos relacionales con
otros pueblos, cerrado y habituado a la vida ruda del medio geográfico, desarrolló un carácter
áspero. En semejantes condiciones no pudieron desarrollar una cultura floreciente y destacada
como los centros del Sur y el Este. Sin embargo, poseyeron un rasgo definitorio: el apego a su
tierra y la conciencia del valor de su raza, por lo que rechazaron todo intento de sojuzgamiento
romano.
De hecho, el vasco fue el territorio más tardíamente dominado y nunca verdaderamente
romanizado. Aunque no puede negarse que de algún modo la cultura superior romana los haya
subyugado. La prueba está en el gran número de voces latinas acogidas por el vascuence aunque
adaptadas a las peculiaridades de su lengua.

Ej.: errota 'molino' < rota 'rueda'; pesta, besta < festa.

Tan fuerte es la conciencia de su identidad y disparidad respecto del resto de Hispania


que jamás fueron realmente incorporados y asimilados a la unidad española; conflicto que hasta
el día de hoy continúa sin resolverse.
Siendo ésta su naturaleza, jamás abandonaron su lengua, representación de la raíz más
profunda de la cultura de un pueblo. De allí que importantes rasgos de su lengua podamos
descubrirlos en el romance castellano. Pero la acción del vascuence no se limita a los tiempos
pretéritos en que ejerciera acción de sustrato, se extiende en etapas posteriores donde siguió
ejerciendo su influjo sobre el romance como adstrato.

PUEBLOS DE PERMANENCIA TRANSITORIA EN LA PENÍNSULA


En este apartado debe considerarse la presencia en la Península de pueblos que, a
diferencia de los anteriormente estudiados, no constituyeron núcleos de población estable debido
a la forma que revistió su asentamiento: colonias que con fines comerciales oficiaban de bases de
reabastecimiento e intercambio en las grandes rutas mercantiles del mundo antiguo. En esta
situación se encuentran las colonias fenicias, griegas y cartaginesas.
Los primeros en fijar su asiento en la Península fueron los fenicios. Tras la decadencia
aquea, Tiro y Sidón heredaron y ampliaron el comercio marítimo por el Mediterráneo.
No se sabe con exactitud cuándo llegaron a Occidente. Timeo (III a.J.C.) recoge una
tradición según la cual antes de la fundación de Gádir, primera colonia fenicia en territorio
hispánico (1100 a.J.C.), los fenicios ya navegaban con fines comerciales la zona, incluyendo el
norte de Africa. Según el testimonio de Estrabón (I a.J.C.) la expansión de los fenicios que
implicaba la fundación de colonias se produjo después de la caída de Troya. Según esta misma
fuente los fenicios habrían extendido sus viajes más allá del Estrecho de Gibraltar. De hecho, la
fundación de Gádir, nombre deformado por los romanos (Gades) y árabes (Qadis), actual Cádiz,
más allá de las columnas de Hércules, así lo indican.
Los fenicios habitaron primitivamente en la costa de Almería hasta Cartagena, luego se
extendieron hasta Málaga, donde los tirios allí establecidos se dedicaron al comercio y a la
industria, principalmente la de salazón. Estas industrias al prosperar en tiempos cartagineses
dieron lugar a las colonias de Malaka, Sexi y Abdera.
El poder fenicio debió ser grande ya que Estrabón alude a la lucha entablada entre tirios y
turdetanos, que terminara con el vasallaje de estos últimos.
Cuando hacia mediados del siglo IX a.J.C. Tiro queda sojuzgada por los asirios y hacia
fines del siglo VIII sufre duros asedios, comienza su declinación y la pérdida del dominio sobre
el mar. La decadencia de Tiro será remediada por el rápido auge de colonias más jóvenes como
Cartago.
Desde el año 654 a.J.C., los cartagineses se establecen en Ibiza, punto estratégico, ya que
era la escala obligada desde Oriente hacia el emporio de los metales. Hasta entonces ese puente
de islas: Italia, Sicilia-Cerdeña-Menorca-Mallorca-Ibiza, era utilizado por los griegos para llegar
a Tartessós. Pero fueron los cartagineses quienes se adelantaron en fundar allí una colonia que
llamaron Ebysos (Ebusus para los romanos, después Ibiza) "tierra de pinos" o "tierras del dios
Bes".
Los griegos desplazados del sur, se asentaron en el este. En las cercanías de Málaka
fundaron la colonia de Mainake y más al norte Massalía (600 a.J.C.), Alalíe (560 a.J.C.) y
Emporion (550 a.J.C.).
Los griegos debieron conservar a duras penas la colonia de Mainake; pero gozaron de
prestigio entre los tartesios. Así lo prueba el hecho de que Arganthonios, rey tartesio, hacia el
siglo VI a.J.C. asumiera una posición filhelenista (los tartesios verían en los griegos a sus
liberadores del monopolio cartaginés) y antipúnica en el conflicto que acarrearía la destrucción
de Alalíe y en consecuencia, la decadencia de Tartessós.
A la thalassokratia focense, que sólo duraría 50 años, le sucede el predominio naval
cartaginés.
Eliminada la competencia griega, Cartago empezó a pensar en la extensión de sus
dominios por el Mediterráneo, lo cual significaba entrar en una nueva rivalidad, esta vez con los
romanos.
La expansión se realizaría por vía terrestre, para lo cual se hacía indispensable el dominio
de la Península Ibérica. La presencia cartaginesa en Hispania nunca fue profunda, se limitó a la
zona costera con algunas incursiones en el interior. Tras la derrota en la Primera Guerra Púnica
se debilita su poder en la Península. Un ejemplo de la oposición que debieron encontrar en la
población hispana lo constituye el hecho de que Amílcar tardó nueve años en someter a los
íberos y nunca fueron asimilados bajo un régimen gubernativo estable como el más tarde
impondría Roma.
Es justamente en ocasión de la Segunda Guerra Púnica que se opera la penetración
romana en Hispania, hecho clave, año cero, para la historia de la lengua española.
La importancia de los pueblos estudiados en este apartado radica en que en mayor o
menor medida han dejado su huella cultural en el sur y este peninsulares. Sobre todo los griegos
en contacto con los íberos han permitido la presencia de elementos de las culturas del
Mediterráneo oriental que, fusionados con los indígenas, han originado un arte muy especial. En
todo caso, todos han contribuido al reforzamiento de los rasgos mediterráneos de los pueblos
preexistentes.
Y aunque como pueblos de permanencia transitoria, sin voluntad de afincamiento,
difícilmente pudieran dejar huellas en lo lingüístico, su presencia debió influir en la constitución
de los sistemas de escritura que florecieron en el este y sur de la Península.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
UNIDAD 3

- Väänänen, V. (1985) Introducción al latín vulgar. Madrid. Gredos. (Selección de capítulos: págs. 29-55).
- Lloyd, P. (1993) Del latín al español. I. Fonología y morfología históricas de la lengua española. Madrid. Gredos.
(Cap. I, págs. 1-15).
- Rodríguez-Pantoja, M. (2004) “El latín hablado en Hispania hasta el siglo V”. En: Cano, R. (coord.) Historia de la
lengua española. Barcelona. Ariel.

Textos:
- Appendix Probi. Edición de W. Heraeus en Archiv für lateinische Lexikographie und Grammatik. Leipzig. 1899.
Reproducido en Väänänen, V. (1985). [Fragm.]
Appendix Probi 47

baculus non vaclus


10 angulus non anglus
iugulus non iuglus
calcostegis non calcosteis
APPENDIX PROBI septizonium non septizodium
vacua non vaqua
15 vacui non vaqui
Se encuentra en un palimpsesto de Viena, 17, procedente de cultellum non cuntellum
Bobbio, fols. 49-52, a continuación de los Instituta Artium, de Pro- Marsias non Marsuas
bo, de donde el nombre; el códice fue copiado hacia el siglo VIII. † cannelam non canianus
Sittl (ALL 6, 1894, 557) le atribuyó origen africano, junto con Hercules non Herculens
G. Paris. W. A. Baehrens, por el contrario, se inclina a suponerlo 20 columna non colomna
italiano, quizá elaborado en la propia Roma, entre 200 y 320 d. C. pecten non pectinis
Su valor documental para la historia del latín es singularísimo, pues aquaeductus non aquiductus
sus datos vulgares aparecen confirmados en inscripciones y gramá- cithara non citera
ticos. crista non crysta
EDICIONES: Keil GL IV, 197-199 (reproducción de la de End- 25 formica non furmica
licher y Eichenfeld, Analecta Grammatica, Viena, 1837, 413-416); musivum non mus(e)um
W. Foerster, Wiener Studien 14, 1892, 294-296; W. Heraeus, exequiae non execiae
ALL 11, 1900, 301-331, y W. A. Baehrens, Sprachlicher Kommen-tar gyrus non girus
zur vulgärlateinischen Appendiz Probi, Halle, 1922, 5-8. avus non aus
ESTUDIOS: El más completo es el de W. A. Baehrens; además, 30 miles non milex
S. Silva Neto, Fontes do latim vulgar (O Appendix Probi), Río de sobrius non suber
Janeiro, 19462, 19563. figulus non figel
TEXTO: Seguimos la edición de Baehrens: masculus non mascel
lanius non laneo
porphireticum marmor non purpureticum marmur 35 iuvencus non iuvenclus
tolonium non toloneum barbarus non barbar
speculum non speclum equs non ecus
masculus non masclus coqus non cocus
5 vetulus non veclus coquens non cocens
vitulus non viclus 40 coqui non coci
vernaculus non vernaclus
articulus non articlus 13 septizodium Niedermann] septidonium V 28 girus Endlicher] gyrus V

1 marmur1? V
48 Antología del latín vulgar Appendix Probi 49

acre non acrum favilla non failla


pauper mulier non paupera mulier orbis non orbs
carcer non car<car> 75 formosus non formunsus
bravium non brabium ansa non asa
45 pancarpus non parcarpus flagellum non fragellum
Theophilus non Izophilus calatus non galatus
homfagium non monofagium digitus non dicitus
Byzacenus non Bizacinus 80 solea non solia
Capse(n)sis non Capsessis calceus non calcius
50 catulus non catellus iecur non iocur
[catulus non catellus] auris non oricla
doleus non dolium camera non cammara
calida non calda 85 pegma non peuma
frigida non fricda cloaca non cluaca
55 vinea non vinia festuca non fis<tuca>
tristis non tristus ales non <alis>
tersus non tertus facies non fa<cia?>
umbilicus non imbilicus 90 cautes non c<autis>
turma non torma plebes non plevis
60 caelebs non celeps vates non vatis
ostium non osteum tabes non tavis
Flavus non Flaus supellex non superlex
cavea non cavia 95 apes non apis
senatus non sinatus nubes non nubs
65 brattea non brattia suboles non subolis
cochlea non coclia vulpes non vulpis
cocleare non cocliarium palumbes non palumbus
palearium non paliarium 100 lues non luis
primipilaris non primipilarius deses non desis
70 alveus non albeus reses non resis
glovus non glomus vepres non vepris
lancea non lancia fames non famis

45 pancarpus V 47 homfagium V] monofagia Baehrens, omphacium 77 fagellum V 86 cloaca V 89 faces Baehrens facia? Díaz 94 in
Endlicher 53 in marg. ‘utrumque dicitur’ marg. ‘utrumque dicitur’
LATÍN VULGAR. – 4
50 Antología del latín vulgar Appendix Probi 51

105 clades non cladis vico strobili non vico trobili


Syrtes non Syrtis teter non tetrus
aedes non aedis aper non aprus
sedes non sedis 140 amycdala non amiddula
proles non prolis faseolus non fassiolus
110 draco non dracco stabulum non stablum
oculus non oclus triclinium non triclinu
aqua non acqua dimidius non demidius
alium non aleum 145 turma non torma
lilium non lileum pusillus non pisinnus
115 glis non liris meretrix non menetris
delirus non delerus aries non ariex
tinea non ti<nia> pe<rsica> non pessica
exter non extraneus 150 dys <entericus non disinte>ricus
chlamis non clamus opobalsamum non ababalsamum
120 vir non vyr mensa non mesa
virgo non vyrgo raucus non raucus
virga non vyrga auctor non autor
occasio non occansio 155 auctoritas non autoritas
caligo non calligo ip<se> non ip<sus>
125 terebra non telebra linteum non lintium
effeminatus non imfimenatus
botruus non butro ***
grus non gruis terraemotus non terrimotium
anser non ansar 160 noxius non noxeus
130 tabula non tabla coruscus non scoriscus
puella non poella tonitru non tonotru
balteus non baltius passer non passar
fax non facla anser non ansar
vico capitis Africae non vico caput Africae 165 hirundo non herundo
135 vico tabuli proconsolis non vico tabulu proconsulis obstetrix non opstitris
vico castrorum non vico castrae
141 passiolus? V 151 ambabalsamum V 153 racus Niedermann, an
115 liris V] <gl>iris Baehrens recte? 166 opstitris V Díaz (ALMA 1953, 207)
52 Antología del latín vulgar Appendix Probi 53

capitulum non capiclum tolerabilis non toleravilis


noverca non novarca basilica non bassilica
nurus non nura 200 tribula non tribla
82 socrus non socra viridis non virdis
neptis non nepticla constabilitus non constablitus
anus non anucla Sirena non Serena
tundeo non detundo musium vel musivum non museum
rivus non rius 205 labsus non lapsus
175 imago non. . . orilegium non orolegium
pavor non paor hostiae non ostiae
coluber non colober Februarius non Febrarius
adipes non alipes glatri non cracli
sibilus non sifilus 210 allec non allex
180 frustum non frustrum rabidus non rabiosus
plebs non pleps tintinaculum non tintinabulum
garrulus non garulus Adon non Adonius
parentalia non parantalia grundio non grunnio
c(a)elebs non celeps 215 vapulo non baplo
185 poples non poplex necne non necnec
locuples non locuplex passim non passi
robigo non rubigo numquit non nimquit
plasta non blasta numquam non numqua
bipennis non bipinnis 220 noviscum non noscum
190 ermeneumata non erminomata vobiscum non voscum
tymum non tumum nescioubi non nesciocube
strofa non stropa pridem non pride
bitumen non butumen olim non oli
mergus non mergulus 225 adhuc non aduc
195 myrta non murta idem non ide
zizibus non zizupus amfora non ampora
iunipirus non <ie>niperus
198 toleravilis non tolerabilis V 202 constabilitus V 207 ostiae non
175 (imaginis) Truszkowski 180 frustrum non frustrum V 184 celips hostiae V 218 minquit V corr. Heraeus
V? 196 zizibus Foerster] zizipus edd. 197 iunipirus V
UNIDAD 4

A) - Lapesa, R. (1981) Historia de la lengua española. Madrid. Gredos. Cap. 4.


- Apunte de cátedra: El romance en la época visigótica.
B) - Toro Lillo, E. (2006) Los árabes y el elemento árabe en español. Alicante. Biblioteca Virtual Miguel
de Cervantes. En: http://www.cervantesvirtual.com/nd/ark:/59851/bmcw09g6
- Apunte de cátedra: La presencia árabe en España.
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

EL ROMANCE EN LA ÉPOCA VISIGÓTICA

La importancia de las invasiones germánicas para la historia lingüística peninsular no


consiste en los escasos elementos góticos o suevos que han subsistido en los romances hispanos.
El hecho trascendental fue que, a raíz de las invasiones, sobrevino una grave depresión cultural y
se dificultaron extraordinariamente las comunicaciones con el resto de la Romania.
El Latín Vulgar de la península quedó abandonado a sus propias tendencias.
Ahora bien, de los siete siglos -poco más- que median entre el fin del mundo antiguo y
los primeros monumentos conservados de las literaturas románicas peninsulares, el período
visigótico es el menos conocido en lo que se refiere a los fenómenos del lenguaje.
Los escritores hispano-godos usan el Bajo Latín, y este mismo idioma se lee en las leyes
de la época, redactadas por eruditos.
España no tiene documentos notariales en la lengua del lugar, de esa época. Francia, sí.

Algunas fuentes:
1. San Isidoro con sus ETIMOLOGÍAS. Sólo explica el material léxico. No hace
comentarios fonéticos.
2. Las llamadas PIZARRAS VISIGÓTICAS (unas 80 o 90). En estas losetas de piedra
negra trabajadas con punzón y expresadas en Bajo Latín, se advierten visibles transformaciones
declinacionales, innovaciones en los regímenes sintácticos y en los verbos. En ellas no se
encuentra el romance, pero sí tendencias hacia el romance. Son difíciles de leer. El latín es
bárbaro. Fueron halladas en Avila, Cáceres, etc. En las pizarras escribieron conjuros, misivas,
algún borrador de texto importante como el testamento del rey Wamba.
Algunas características rescatadas para esta época del lenguaje oral llamado ROMANCE
VISIGÓTICO o PRE-ROMANCE CASTELLANO (fines del siglo VII y siglo VIII) son las
siguientes:

PROCESOS FONÉTICOS: en general proseguían y se generalizaban cambios consonánticos


iniciados en el Latín Vulgar en siglos anteriores.

SONORIZACIÓN DE SORDAS INTERVOCÁLICAS: se nota la resistencia por siglos a


este fenómeno. Aparecen como ejemplos:
ecclesiae > eglesie pontificatus > pontivicatus

EL GRUPO C + YOD (i en situación de diptongo) había llegado a la misma


pronunciación dento-alveolar que d + yod o que t + yod:
calcea > [kaltsa] virdia > [vertsa] potione > [potsone]

EL SONIDO RESULTANTE DE C O K, palatal, se hallaba todavía sonando parecido a


la ch [c], como en italiano:
pace > [pace] cervu > [cervu]
LA PALATALIZACIÓN no se había consumado en el siglo VI, por eso muchos nombres
propios visigodos no tienen tal pronunciación sino dental o interdental:
Rikimunds > Rezmondo (y no [ricimondo]

EN LOS GRUPOS DE CONSONANTES producidos por pérdida de vocal C'L, al igual


que L + YOD y G'L se evolucionó a [l] (elle):
oculum > oclum > oilo > [olo]
auriculam > oricla > oreila > [orela]
tegula > tegla.....[tela]
muliere > muljere....[muler]
LA K DE LOS GRUPOS KT y KS relajada en primero, ya había pasado a i: nocte >
noχte > noite maxilla > maχella > maisella
Los grados χt e it coexistían seguramente.

Otros fenómenos asomaban solamente en determinadas regiones (marcan así un principio


de escisión dialectal):

En la TARRACONENSE, al final de la época visigótica, habían comenzado a reducirse los


diptongos latinos: ai > e, au > o:
carraria > carraira > carrera auru > oro

El grupo mb > seguramente ya sonaba [m]: palumba > paloma

Por el contrario, otras zonas (Bética, Toledo, Valencia, Lusitania y Gallaecia) mantenían ai, au,
mb.

Desde que la corte visigótica se estableció en Toledo, el centro cultural, político y lingüístico de
la Península no estuvo en las comarcas más tempranamente romanizadas (Bética y
Tarraconense), sino en la región central. En esta zona central debió surgir un fenómeno vocálico
muy interesante: la diptongación de o y e tónicas. Al recibir el acento de intensidad, en vez de
sostener el mismo timbre para toda la articulación, se bimatizaron, cerrándose el momento inicial
ee, oo. De allí parten las diptongaciones:
ie uo
e ia y o ua
ue

Esta diptongación espontánea de e y o no alcanzó amplias zonas (Lusitania y parte de Gallaecia,


zonas de Bética y la Tarraconense oriental).

El tratamiento de ambas vocales cuando van seguidas de YOD establece otra división dialectal:
la zona de Castilla no diptongará: podiu > poyo sedeat > sea oculum > ojo
pero el resto de la zona central sí diptongará: pueyo, sieya, güeyo (en leonés y aragonés).1
La diptongación ante yod se oía mucho, estaba extendida.
En época visigóticas parece haber aparecido el refuerzo de la [l] inicial, que se hizo geminada
primero y luego palatal en muchas regiones (León, Cataluña, entre los mozárabes) pero no en
Castilla.
lupu > llobu (en leonés) llop (en catalán)
luna > lluna " lluna "
lingua > llengua " llingua "

Al terminar la época visigótica se hallaba el romance en un estado de formación incipiente, con


rasgos muy primitivos.2 No se había diferenciado grandemente de los romances
extrapeninsulares.3

Como hispanismos incipientes pueden señalarse:


a. la diptongación de o y e en sílaba trabada: porta > puerta, septem > siete;
b. la geminación o palatalización de l inicial: lingu > llengua
Estos dos fenómenos no eran generales en la Penísula ni carecían de paralelos en el exterior
(algunos casos se habían registrado fuera de ella).

Por encima de las variantes regionales que antes comentamos, había una fundamental unidad en
ese español balbuceante, naciente:
• Conservación de f y y iniciales: farina, yenesta (en gran parte del territorio).
• Se oía l en casos provenientes de L + YOD: filo y C'L: olo.
• Se oía χ en casos provenientes de KT y KS: noχte.
• Se oía ai en casos provenientes de KT: faito.
Los fenómenos que acabamos de señalar como características generalizadas en la Península
fueron distintos a los que más tarde propagaría el castellano al expandirse en la época de la
Reconquista: harina, hiniesta, hijo, noche, hecho.

Formas como auro, carraira, palomba, pueyo, etc., opuestas a las castellanas oro, carrera,
paloma, poyo, ocupaban mayor expansión en la época visigótica.
Se hablaba pues un ROMANCE PRE-CASTELLANO. Sólo en Cantabria apuntaban indicios de
un dialecto nuevo.

NOTAS:

1 En zona catalana e, o pasan a ié, ué y se reducen luego a i, u:


folia > fuela > fulla lectu > llieito > llit
2 Ofrecía grados iniciales, al terminar la época visigótica, por los que han atravesado otros
romances, como:
• Una dz intermedia entre la c latina y la asibilación:
radzimo (racimo)
• La y (yermano), era el primer resultado de la g latino-vulgar (germanis)
• La aspiración o debilitamiento del grupo kt, ks: se oía
no te ma ella

3 En los siguientes fenómenos se oía parecido a los romances extrapeninsulares:


• l (de li) : filu
n (de nj) : viña
• it (de kt) : faito, feito
• l (de c'l) : olo (de oculum)

Estos tres fenómenos los compartía con el Occidente de la Romania.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
HISTORIA DE LA LENGUA ESPAÑOLA

1. La presencia árabe en España. Consecuencias culturales, políticas y lingüísticas.


2. El aporte árabe al español desde el punto de vista léxico y morfosintáctico. Arabismos
sintácticos, semánticos y fraseológicos. ¿Aportes fonológicos?

La presencia árabe en la Península Ibérica la encontramos desde el siglo VIII al siglo XV,
mas a partir del siglo XI el grado de cultura retrocede notablemente. (En 1492, cae Granada).

Desde la mira de una historia externa a la lengua encontramos:


1. División peninsular en dos Españas: la España cristiana y la España árabe.
A la España cristiana la podemos localizar al norte del Duero y del Ebro, incluyendo
reinos, condados y taifas cristianos.
En esta zona ocurre:
• una pauperización del imperial visigótico.
• una pauperización cultural (una España con una cosmovisión más cerrada).
• un eje religioso: Santiago de Compostela.

A la España musulmana la ubicamos al sur, centro y este (del Atlántico al Mediterráneo).


A medida que la Reconquista se acentúe esta extensión se irá restringiendo.
En esta zona ocurre:
• unificación política alrededor del s. X.
• unificación cultural islámica, gran bagaje cultural y, por siglos, la más alta del
occidente europeo, superior a la cultura cristiana.
• sucesivas capitales (Córdoba, Toledo, Granada).
• progresiva unificación religiosa.

Esta España árabe ejercerá maestrazgo cultural a través de la Escuela de Traductores de


Toledo (s. XII) y la Escuela Alfonsí (s. XIII). La presencia árabe en España constituye la
apertura del mundo medieval que en los primeros tiempos es esencialmente latino-árabe. La
civilización musulmana se destaca por esa época como la principal guiadora de la humanidad.
Sobre las ruinas del Imperio Romano, que fue agresión de Europa contra Asia, se dilata el
flamante imperio damasquino, agresión de Asia contra Europa.

2. Desde el punto de vista de la composición social en la España cristiana vivieron los


cristianos nativos y todos aquellos que huyeron, a lo largo de los siglos, del territorio musulmán:
judíos, cristianos y enanciados (habitantes de frontera, bilingües).
En la España musulmana convivieron judíos, cristianos y árabes puros y no puros
(bereberes, berberiscos, moros, africanos). Los hispano-godos fueron llamados mozárabes y
vivieron entre árabes unos cuantos siglos.
Desde la mira de una historia interna de la lengua observamos:
1. En la zona cristiana, las siguientes lenguas:
a. Bajo Latín Medieval (BLM): registro escrito de los cultos y documentos
oficiales.
b. Latín Popular-Vulgar: registro oral y tecnolecto de notarios.
c. Romance: o romances nacientes.

Con la llegada de los árabes se fragmenta el romance visigótico y, en una segunda etapa,
comienza la fragmentación dialectal al norte debido a la división en reinos y la difícil
comunicación entre ellos (León, Aragón, Navarra, Castilla, Barcelona) por razones geográficas y
de seguridad.
Dentro de esa relativa unidad de rasgos, Cantabria, en el extremo norte, aparece como
única discrepante en lo lingüístico.

2. En la zona árabe, trilingüismo:


a. Árabe
b. Hebreo
c. Romance (dialectos mozárabes): derivado del L.V. transformado en romance
visigótico. Los mozárabes mantuvieron su romance arcaico, inalterado, a juzgar por los
documentos literarios (muwashahas y zéjeles), sobreviviendo en tierra árabe.

Si bien los contactos culturales fueron grandes (los árabes detentaban una cultura
superior en las ciencias, filosofía, artes, etc.), desde el punto de vista lingüístico el árabe no dejó
rastros de real interferencia en los sonidos y en lo morfosintáctico del futuro español; pero sí
trasvasó un cuadal numeroso de vocablos (unos 4 000).
La explicación, por un lado, se encuentra en que el árabe se inscribe dentro de una
familia camito-semítica y los romances hispánicos dentro de la familia del indoeuropeo. Por otro,
en que el verdadero contacto lingüístico se da en el sur, entre el árabe y los dialectos mozárabes,
pero la lengua española es continuación del dialecto castellano y con éste, los contactos no
fueron tan estrechos ni hubo bilingüismo. Cuando los mozárabes emigran al norte, no van
precisamente a Castilla sino a León.
También es importante destacar que tanto Fernando III, quien oficializó el castellano,
como Alfonso X, que hará de él la lengua científica, intentaron siempre mantener la identidad de
su propia lengua aun cuando permitieran la introducción de vocablos.

APORTE ÁRABE AL ESPAÑOL

PLANO LÉXICO
En este plano se registraron muchos sustantivos, pocos adjetivos (azul, añil) y un buen
número de verbos (halagar, acicalar, recamar).
Muchos arabismos perduran en la lengua literaria y dialectal. El elemento árabe es,
después del latino, el más importante del vocabulario español, que le debe (incluyendo
formaciones derivadas) más de 4 000 palabras.
Vocabulario:
- relativo a la agricultura y la jardinería: azúcar, arroz, alcaucil, zanahoria, algodón, azucena,
alhelí, acequia, aljibe.
- relativo a árboles y flores silvestres: toronja, algarroba, retama, arrayán, jara.
- relativo a la construcción y la casa: albañil, alcoba, azulejo.
- relativo al tráfico comercial: tarifas, aranceles, aduana, almacén.
- relativo a la minería: azufre, alumbre, azogue, albayalde.
- relativo a productos farmacéuticos: alcohol, jarabe, alcanfor (del sánscrito).
- relativo a manjares: alfajores, escabeche, arrope, almíbar.
- relativo a la vestimenta, tejidos, bordados: babuchas, borceguíes, jubón, barragán, marfil,
ajorca, alfiler.

La toponimia peninsular de origen árabe es nutridísima: Guadalajara, Guadalquivir,


altiplanicie, Alcalá.
Transmitieron también buen número de voces procedentes de diversas lenguas: ajedrez
(sánscrito), alquimia (griego), albérchigo (pérsico).
También pasaron partículas e interjecciones: ojalá, hala, hasta, de balde.

Nota: llamativamente faltan palabras referentes al sentimiento, vicios, emociones, deseos,


virtudes (algunas: hasana, hazaña, aleve)

APOGEO Y DECADENCIA DEL ARABISMO

La suerte de los arabismos hispánicos ha variado según las épocas. Hasta el siglo XI,
mientras la Península Ibérica estuvo orientada hacia Córdoba, se introdujeron sin competencia.
Desde la Baja Edad Media continúan pujantes pero ya luchan con el latinismo culto y con el
extranjerismo europeo. Desde el año 1 500 se inicia el retroceso. Nuevas técnicas, modas e
intereses suceden a los medievales y la cultura musulmana, en franca decadencia, no podía
ofrecer nada comparable al espléndido Renacimiento.
Frente a los demás romances, en el léxico hispano-portugués donde los arabismos
duraron más.

ARABISMOS SEMÁNTICOS, SINTÁCTICOS Y FRASEOLÓGICOS

1. Encontramos palabras y expresiones completamente románicas en cuanto al origen y


evolución formal de su significante, pero parcial o totalmente arabizadas en su contenido
significativo, pues fueron adquiriendo aceptaciones nuevas por la presencia mental de una
palabra árabe con que tenían algún significado en común:

órgano de la visión filo agudo de la espada


ojo acero
fuente de agua (ár. ayn) energía, fuerza, vehemencia (ár. dokra)
morada
casa
sede, ciudad (P. de Mío Cid) (ár. dar)

2. Los períodos extensos con coordinación copulativa se atribuyen a casos de arabismos


sintácticos. Pero es un tipo de estructura lingüística común en las etapas de lengua de escaso
cultivo literario. No es verdadera influencia lingüística árabe.

3. La lengua romance de la época tradujo igualmente fraseología arábiga en lo que atañe


a:
Que Dios guarde - Si Dios quiere -
Bendiciones y salutaciones Que Dios mantenga - Bendita o maldita
sea la madre que te parió.

Repertorio de cortesías que esta es su casa (cuando se la visita por primera vez)
podrían producir equívocos está a su disposición (cuando tenemos algo que gusta a otro)
a un extranjero ¿Ud. gusta? (cuando estamos comiendo y alguien se acerca)

En el plano de lo fonológico el árabe no influyó. Su estructura gramatical y fónica, como


la de todas las lenguas semíticas, era demasiado distinta del romance para que le fuera posible
dejar huellas.
El español parece no haber incorporado ningún fonema árabe. Aunque Nebrija y otros
estudiosos, observando que las antiguas grafías < ç > < x >, s (sh) y el sonido de la h
(aspirado) no tenían equivalentes en latín ni en griego, pero sí en árabe, creyeron que procedían
de éste. Mas la evolución autóctona de ciertas consonantes y grupos latinos en español habrían
producido los tres sonidos con absoluta independencia respecto del árabe: cabeça, dixo, home,
xabón. Lo que más se suele afrimar es que la s alveolar s pasó a palatal s por influencia
morisca, pero es muy dudoso. Quizás la presencia del árabe reforzó ese paso (los árabes no
sabían pronuncias la s ápico-alveolar y la convertían en palatal).

En lo morfosintáctico la incidencia fue escasa. Podríamos decir que la aparición del


artículo, nacido en el Latín coloquial del demostrativo ILLE, se reforzó por el contacto con el
árabe que lo tiene como categoría muy usual.
a - al a/zúcar al/helí al/mohada
(art. ár.)
Aunque si observamos estrictamente, el artículo árabe ingresó con valor de elemento léxico no
con valor de artículo, sino como parte de una palabra: a z ú c a r
art. palabra sustantivo

En el plano morfológico, lo que sí está probado como aporte del árabe es el sufijo -í de adjetivos
y gentilicios (a veces sustantivados):
marroquí - tunecí - muladí - Alfonsí (a modo de imitación)
Y, sin valor de sufijo propiamente dicho: carmesí - baladí - jabalí.
Como vemos, fuera del léxico y de las transposiciones semánticas comentadas, en lo
morfológico la incidencia es una y en lo fonético nada se ha probado.

Si pensamos en los 800-900 años de contacto entre musulmanes, cristianos, judíos...¿qué de


extraño tiene que la lengua, la religión, las costumbres, el arte, las letras e incluso rasgos básicos
del carácter español exijan que tengamos en cuenta ese entrelace? La España cristiana no fue
algo con existencia propia sobre la cual "cayó" el Islam. Se "hizo" mientras incorporaba e
injertaba en su vida lo que su enlace con la muslamía le forzaba.
Lo más original y universal del genio hispánico toma su origen en formas de vida fraguadas en
los 900 años de contextura cristiano-islámica-judaica.

En la Hispania del sur, bajo el dominio árabe, los romances nacientes a partir del Latín Vulgar se
llamaron "dialectos mozárabes".
Las características de esos dialectos aparecen registradas en las composiciones denominadas
JARCHYAS, fragmentos líricos que actuaban de colofón de las poesías llamadas
MUWASHAJAS. Éstas últimas escritas en lengua árabe, las jarchyas, en romance mozárabe de
la época (siglos IX, X, XI).

JARCHYAS / JARYAS VERSIÓN

Gar, ¿qué farayú? Dí, ¿qué haré?


¿Cóm vivrayú? ¿Cómo viviré?
Est -al- habib espro A este amado espero,
por el morrayu? por él moriré.

Garid vos, ay yermaniellas Decid vos, ¡ay hermanillas!


¿com'contener é mieu mali? ¿cómo contener mi mal?
Sin el-habib non vivreyú, Sin el amado yo no viviré,
ed volarei demandari. y volaré a buscarlo.

RESUMEN DIDÁCTICO ELABORADO PARA LA CÁTEDRA DE HISTORIA DE LA


LENGUA ESPAÑOLA POR LA PROF. MARÍA TERESA TONIOLO.
La invasión árabe. Los árabes
y el elemento árabe en español
© Elena Toro Lillo

La invasión árabe. Los árabes y el


elemento árabe en español

1. Introducción histórica.
En el año 711, grupos provenientes de Oriente y del Norte de África
(árabes, sirios y bereberes), de religión musulmana, al mando de Tarik, derrotaron
al rey visigodo Don Rodrigo en la batalla de Guadalete. Empezó así la dominación
árabe de la Península Ibérica que se prolongaría durante ocho siglos, hasta 1492,
momento en que el último rey nazarí rindió Granada a los Reyes Católicos.

La conquista fue rápida; en menos de ocho años conquistaron toda


Hispania a excepción de una pequeña franja en el Norte de la Península, donde los
núcleos de resistencia dieron lugar a los reinos cristianos peninsulares, que fueron
recortando progresivamente el espacio musulmán.

España se islamizó, su nombre fue Al-Andalus, adoptó en gran parte las


costumbres, la cultura y la lengua del invasor y esa influencia jugó un importante
papel en su evolución histórica.

1.1. Etapas histórica de Al-Andalus


La conquista (711-722): A partir de la derrota de Guadalete, Tarik, y
Muza, gobernador de Ifriqiya, recorrieron la Península y conquistaron sin esfuerzo
las grandes ciudades: Écija, Jaén, Sevilla, Mérida y Toledo (713), Zaragoza (714)
y la zona de Cataluña (716-719). La conquista no ofreció grandes hechos bélicos:
las ciudades hispanogodas ofrecieron poca resistencia, firmando pactos y
capitulaciones, y así la España conquistada, bajo el nombre de Al-Andalus, pasó a
ser provincia del Imperio musulmán.

Emirato dependiente de Damasco (711-755): Al-Andalus se hallaba


sometida al califa de Damasco, aunque sus gobernadores dependían de Ifriqiya
(Túnez). La capital estuvo en un primer momento en Sevilla pero pronto se
trasladó a Córdoba. Durante este periodo fueron frecuentes las luchas entre los
propios musulmanes, de diferentes etnias.

Emirato de Córdoba (756-929):

En el año 756 el príncipe omeya Abd Al-Rahman, único superviviente de


la masacre de toda su familia por parte de los Abbasíes de Damasco, llegó a Al-
Andalus, derrotó al emir Yusuf, representante del poder de Damasco, y se hizo
proclamar emir con el nombre de Abd al-Rahman I. En el año 773 rompió sus
relaciones con los Abbasíes y se proclamó emir independiente.

A pesar de sus intentos de unificación, éstos fracasaron y tanto él como sus


descendientes tuvieron que luchar no sólo contra los cristianos de Norte sino
también en su propio territorio, contra mozárabes y muladíes, como en el caso de
la rebelión de Omar Ibn Hafsun en la Serranía de Ronda, a finales del siglo IX,
que fue duramente reprimida por Al-Hakam I.

Estas luchas internas parecía debilitar el poder musulmán en Al-Andalus


cuando llegó al poder Abd al-Rahman III (912-961).

Califato de Córdoba (912-1031): Abd. Al-Rahman III consiguió devolver


la unidad al reino. Terminó con las revueltas internas y consiguió importantes
triunfos frente a los cristianos del Norte. Bajo su gobierno, la España musulmana
alcanzó su máximo esplendor. En el 929 rompió sus lazos religiosos con Oriente y
se proclamó califa 'Amir al-muminin' (jefe de los creyentes). Instaló su gobierno
en su nueva ciudad, Medina-Azahara, palacio de gran belleza por sus lujosas
estancias, sus jardines y sus fuentes.
Sus sucesores mantuvieron la unidad territorial y política de Al-Andalus.
Bajo el gobierno de Hisam II destacó la personalidad de su visir, un noble
cordobés, Abu Amir Muhammad, conocido por «Almanzor» (el victorioso por
Alá). Realizó múltiples campañas victoriosas contra los cristianos, conquistando
ciudades como Zamora, León, Barcelona y Santiago de Compostela (997). En esta
última ciudad se apoderó de las campanas de la Catedral y las hizo trasladar a
Córdoba a hombros de prisioneros cristianos. A su muerte (1002), las luchas
volvieron a apoderarse de Al-Andalus, lo que supuso el final del Califato.

Durante esta época, Al-Andalus vivió su época de mayor esplendor en arte,


arquitectura, ciencia, medicina, literatura. Córdoba era una de las ciudades más
grandes e importantes del Occidente.

Salón del Trono o Salón Rico. Medina-Azahara. Córdoba

Los reinos de taifas (1031-1492): El Califato se mantuvo oficialmente


hasta 1031. Hisam III fue el último califa nominal, pero sin poder. A su muerte,
Al-Andalus se dividió en treinta reinos: los reinos de Taifas. Entre ellos destacan
los de Valencia, Murcia, Toledo, Sevilla, Granada, Badajoz y Zaragoza. Esta
disgregación del poder animó a los reinos cristianos en su avance hacia el Sur,
conquistando Toledo en 1085, obligando a los reyes taifas a pagar parias y
poniendo la frontera entre ambos reinos en la línea del Tajo.
Ante esto, los reinos taifas llamaron en su apoyo a otros pueblos
musulmanes del Norte de África. En primer lugar a los almorávides «consagrados
de Dios», de origen bereber (1086-1140) y más tarde a los almohades
«unificadores» (1140-1214). Ambos, almorávides y almohades, defensores
estrictos del Islam, persiguieron ferozmente a los mozárabes, obligándolos a huir
hacia los reinos cristianos, en especial hacia Toledo.

Tras la derrota de las Navas de Tolosa (1212) y las sublevaciones del norte
de África, el imperio almohade desapareció definitivamente en 1224.

Los reinos de taifas fueron desapareciendo progresivamente ante la


expansión cristiana. En la segunda mitad del siglo XIII sólo quedaba ya el reino
nazarí de Granada, que se mantuvo durante doscientos cincuenta años, hasta su
conquista definitiva por los Reyes Católicos (1492).

La rendición de Granada. Pradilla

2. Situación lingüística
La llegada de los árabes rompió con todo el desarrollo histórico anterior:
no fueron sólo una superestructura de poder, como había ocurrido con los
visigodos, sino que pusieron en marcha procesos que dieron como resultado una
realidad no continuadora de la Hispania visigótica.
Con los conquistadores llegó, entre otras cosas, una lengua de naturaleza
bien distinta a las románicas: el árabe, con sus diferentes manifestaciones escritas
y orales, que se impuso como lengua oficial y de cultura.

Esta lengua, el árabe, actuó como superestrato del romance andalusí y


como adstrato de los otros romances peninsulares. Fueron muchos los que
dominaban ambas formas lingüísticas: Al-Andalus fue una sociedad bilingüe al
menos hasta el siglo XI o XII.

Rota la sociedad hispanogoda, los hablantes románicos se distribuyeron y


evolucionaron en situaciones completamente nuevas. Se continuaba con el latín de
Emérita, Hispalis, Curduba o Tarraco, pero era una lengua coloquial, carente de
normalización y fragmentada.

Lo que se perpetuó fue el habla de los enclaves de resistencia cristiana de


la zona astur y pirenaica donde, junto a los habitantes de la zona, se refugiaron los
miembros de la maltrecha aristocracia hispanogoda y cristianos que no deseaban
permanecer en Al-andalus. Fue en esos lugares (Oviedo, León, Burgos,
Barcelona ) donde nacieron los nuevos modos lingüísticos que se repartirán por
la Península durante la Conquista cristiana

Al-Andalus se vio inmersa en un nuevo proceso cultural y junto al árabe


coloquial o al escrito, en la zona conquistada se continuaba con el romance
hispánico: el mozárabe, «la variedad lingüística románica hablada en Al-Andalus,
especialmente hasta finales del siglo XI, no sólo por los cristianos que
permanecieron en territorio musulmán, sino también por los muladíes o conversos
al Islam y, en menor medida, por parte de la población conquistadora» (Galmés,
1999: 97). Los árabes la llamaron 'ayamiya ( > aljamía) «lengua de extranjeros»,
aunque esa denominación podía aplicarse a cualquier lengua no arábiga.

Es difícil establecer el alcance de este periodo de bilingüismo: se mantuvo


durante el Califato y las Taifas (siglo XI), pero a partir de ese momento la presión
de los reinos cristianos en la Reconquista y la llegada de nuevos pueblos africanos
(almorávides y almohades) a mediados del XII, hicieron que los mozárabes
emigraran hacia el Norte o fueran deportados. Esto no debió suponer la
desaparición de ese romance pero sí su debilitamiento: en las ciudades
reconquistadas en el siglo XIII no parece existir ningún núcleo de hablantes
mozárabes.

A pesar de ello, es innegable la existencia de este periodo bilingüe, no sólo


por la gran cantidad de arabismos en el romance sino por las constantes
interferencias romances que aparecen en las composiciones árabes: mowassahas,
jarchas y zégeles (Corriente, 1997)

El conocimiento de ese romance hablado en Al-Andalus -el mozárabe-


presenta grandes problemas, debidos sobre todo a la falta de documentación.
Podemos caracterizarlo gracias a los rasgos que se deducen de diferentes fuentes:
glosarios latino-árabes o hispano-árabes, tratados de Medicina o Botánica y los
restos literarios.

Tampoco es fácil delimitar la influencia que pudo tener sobre las otras
lenguas peninsulares; a pesar de que el mozárabe parece compartir ciertos rasgos
con otros dialectos, las fronteras lingüística de la Península fueron marcadas por la
expansión de los reinos cristianos.

Desde el siglo XIII, los musulmanes que vivían en zonas conquistadas por
los cristianos reciben el nombre de mudéjares. Estos siguieron utilizando su
lengua, el árabe, hasta que se prohibió su uso y ellos fueron obligados a
convertirse al cristianismo. Fueron los llamados moriscos, expulsados
definitivamente de la Península en 1609, bajo el reinado de Felipe II.

Con ellos acabó la presencia de comunidades de hablantes árabes en la


Península Ibérica.

La expulsión de los moriscos. V. Carducho. Museo del Prado


3. Influencia lingüística del árabe
A pesar de que, como ya hemos dicho, había hablantes que dominaban las
dos lenguas, las diferencias lingüísticas entre ellas eran tan grandes que el influjo
quedó en los aspectos más externos, sobre todo en el léxico.

Fonología

Tal como afirma Cano (1999:52) no hay en español ningún fonema


prestado del árabe ni ninguna pronunciación particular. «Todos los estudios
realizados sobre correspondencia de fonemas de una lengua a la otra han resultado
negativos: los respectivos sistemas fonológicos fueron siempre impermeables el
uno al otro».

Parece posible, y así lo recogen tanto Lapesa (1981:145) como Cano


Aguilar, que la influencia de los préstamos árabes modificara la frecuencia de
ciertos tipos de acentuación: se incrementaron las palabras oxítonas y
proparoxítonas y se produjo el aumento de polisílabas: almogávar, berenjena...

Morfología

En este campo, tampoco el árabe ha dejado demasiada influencia. Aún así


podemos destacar:

 La anteposición del artículo al- a numerosos sustantivos. La fusión de ese


artículo con el lexema del sustantivo permite el uso de artículos romances:
la almohada, el alhelí, el albarán En muchos casos, las palabras se han
formado con el artículo al- unido a la base latina (almeja < ár. al + lat.
mitulu, alpiste (< ár. al + lat. pistu).
 En el campo derivativo, el árabe nos ha dejado el sufijo -í, para formar
gentilicios (ceutí, marroquí, yemení ) u otros sustantivos o adjetivos
(jabalí, maravedí, muladí, baladí ). El término «alfonsí» aparece en el
siglo XIII para referirse a lo relativo a Alfonso X.
 En el campo de las preposiciones, de origen árabe es hasta (< ar. hatta) y
sus variantes adta, ata, hata, fasta . Lo son también las partículas marras,
de balde, en balde.
 Con respecto a los indefinidos, la voces fulano (< ár. fulan «uno»,
«cualquiera») y mengano (< ár. man kana «el que sea») son también de
procedencia árabe (Lleal, 1990: 190-195; Lapesa, 1981: 133-135)
 Las interjecciones hala, ojalá, guay y la antigua ya «Oh».
Calcos semánticos y Fraseología.

Se interpretan como calcos semánticos aquellas palabras y expresiones


románicas en cuanto a origen y forma pero parcial o totalmente arabizadas en
cuanto a su significado. Así, infante «niño que no habla» pasó a significar «hijo de
noble», «hijo de rey», apoyándose en el termino árabe walad «hijo», «niño»,
«heredero al trono». Parecido fenómeno se observa en hidalgo, fidalgo, hijodalgo;
hijo se relacionó con el árabe ibn «descendiente de primer grado», «relacionado
con». Casos como esos son casa («casa»/«ciudad»), plata («lámina»/«plata»)
(Cano, 1999: 54)

Además de estos calcos semánticos, el romance reprodujo textualmente


algunas fórmulas y frases hechas árabes, que viven en la actualidad con total
vigencia: si Dios quiere, Dios mediante, Dios te guarde, Dios te ampare...

Léxico: Los arabismos

Si en otros dominios, la influencia árabe no es muy notable, en el campo


del léxico sí lo es. Los arabismos del español suponen aproximadamente el 8% del
vocabulario total y se calcula que son unas 4000 palabras, incluyendo voces poco
usadas (Cano, 1999: 53)

Los arabismos abarcan casi todos los campos de la actividad humana y


según Rafael Lapesa (1981: 133) son, después del latino, el caudal léxico más
importante del español, al menos hasta el siglo XVI.

Así, encontramos arabismos referidos al conocimiento y la ciencia como:


algoritmo, guarismo, cifra . álgebra, redoma, alcohol, elixir, jarabe, cénit,
nombres de constelaciones como Aldebarán Referidos a instituciones y
costumbres: alcalde, alguacil, albacea, alcabala , a actividades comerciales:
arancel, tarifa, aduana, almacén, almoneda, almazara, ataujía, zoco, ceca a
urbanismo y vivienda: arrabal, aldea, alquería, almunia, alcoba, azotea, zaguán,
alfeizar, albañil, alarife, tabique, azulejo, alcantarilla, albañal, alfombra,
almohada En el campo de la vida doméstica, el vestido o el ocio encontramos:
laúd, ajedrez, azar, tarea, alfarero, taza, jarra, ajorcas, alfiler, aljuba, albornoz,
babucha, zaragüelles, albóndigas, almíbar, arrope...
Los hay también referentes a las labores agrícolas, en las que los árabes
fueron verdaderamente innovadores en los sistemas de cultivo y regadío: acequia,
aljibe, azud, noria, arcaduz y a plantas, flores y frutos: alcachofa, algarroba,
algodón, alfalfa, alubia, azafrán, azúcar, berenjena, almiar, aceite, azucena,
azahar, adelfa, alhelí, arrayán alerce, acebuche, jara, retama

También encontramos arabismos referidos a productos minerales, como


azufre, almagre, albayalde, azogue, almadén y nombres de aves rapaces, pues la
cetrería era uno de los deportes preferidos por los árabes: sacre, neblí, alcotán,
alcarabán, borní, alcándara

Las continuas luchas con los cristianos también proporcionaron una gran
cantidad de arabismos referentes a la guerra: aceifas, algara, adalid, atalaya,
alcazar, zaga, alfange, adarga, aljuba, adarve, tambor, añafil, alférez, acicate,
acémilas, jaeces, albarda, barbacana
Algunos arabismos se remontan a orígenes diferentes del propio árabe: así
del sánscrito nos llegó ajedrez y alcanfor, del persa, jazmín, azul, naranja,
escarlata y del griego llegaron voces como arroz, alambique, acelga, alquimia
en eso los árabes no hicieron sino continuar la labor de transmisores culturales
como en tantos otros campos.

Toponimia

Otro de los campos en los que la influencia árabe se deja notar es el de la


toponimia; en la Península Ibérica la toponimia de origen árabe es abundantísima
y no solo en las zonas de dominio musulmán sino también, aunque con menor
intensidad, en la Meseta y el Noroeste.

En muchos casos, su significado es descriptivo; así, Algarbe (< algarb «el


poniente»), La Mancha (< mandza «altiplanicie»), Alcalá y Alcolea (< alqalat «el
castillo»), Medina (< madinat «ciudad»), Rábida, Rápita (< ribat «convento
militar») , Iznajar (< hisn «zona o lugar fortificado»)

En otros casos son formas compuestas amalgamados: wadi «río» nos ha


dejado Guadalquivir «río grande», Guadalén «río de la fuente», Guadalajara «río
de las piedras» Abundan los que tienen por segundo elemento un nombre
personal: Medinaceli «ciudad de Selim», Calatayud «castillo de Ayub» o los
muchos Beni- (<ibn «hijo de»): Benicasim («hijos de Casim»). También
encontramos formas híbridas arábigo-romances: Guadalcanal «río del canal»,
Guadalupe «río del lobo». A veces, se forman añadiendo a una voz romance el
artículo árabe al-: Almonaster (< lat. monasterium), Alpuente (< lat. portellum).

Los árabes tomaron de los mozárabes la /c/ con que articulaban la /c/ latina
ante /e, i/. A eso se debe el predominio de /c/ en las transcripciones de voces
romances y sobre todo, la abundancia de ch por c en muchos topónimos de Al-
Andalus: Conchel (Huesca), Carabanchel (Madrid), Elche (Alicante)
Hornachuelos (Córdoba)

Fenómeno propio de árabe hispano es la imela: el paso de /a/ a /e/ y


posteriormente a /i/, que permite explicar topónimos como Hispalis > Isbilia >
Sevilla.

Características fonéticas de los arabismos

El paso de palabras árabes, tomadas del registro oral en la mayoría de los


casos, al romance exigió su reajuste fonológico y acomodación al sistema hispano,
pues muchos de los fonemas árabes no tenían correspondencia en español. Este
proceso se realizó del siguiente modo: (Quilis, 2003: 77-80) (Lapesa, 1981:142-
145)

VOCALISMO

El sistema vocálico de árabe, con tres fonemas /a, i, u/, dos grados de
abertura y distinción de cantidad se acomodó al del romance, con tres grados de
abertura y perdiendo la función distintiva de cantidad.

El diptongo au > o (hauz > alfoz, as-saut > azote)

El diptongo ai > e (mais > almez) o se conservó (baitar > albeitar).

CONSONANTISMO

En general, cabe destacar la conservación del carácter sordo o sonoro de


los fonemas árabes, que una vez adaptados siguieron la evolución de los
españoles. Sin embargo, hay una serie de fenómenos que merece la pena destacar
para poder entender la acomodación de ciertos fonemas árabes no existentes en el
español:
 Dado que el romance no tenía más sibilantes fricativas que la /s/ sorda y la
/z/ sonoras apicoalveolares, las sibilantes fricativas dentales árabes se
acomodaron a las africadas romances /ŝ / y / /, con grafia c o ç y z
respectivamente.
 Las aspiradas árabes se asimilaron con la única aspirada romance, la [ ],
alófono de /f/ y produjeron diferentes resultados: o bien se representaron
por [h], (alharaca, alheña), o bien fueron reemplazadas por /f/. De ahí las
alternancias en algunas formas: rahal /rafal, Alhambra / Alfambra, alholí /
alfolí.
En otros casos dieron como resultados /g/ o /k/: al-'arabiyya > algarbía.
A veces llegaron a desaparecer (sobre todo el 'ain árabe): 'arab > árabe,
al-'arif > alarife.
 Las terminaciones de los masculinos árabes eran consonantes o grupos
consonánticos no admitidos por el español desde el siglo XIV. En estos
casos:
-el romance añadió una vocal de apoyo: sucq > zoco, alard > alarde, algib
> algibe.
-en otros, se sustituyó esa consonante árabe por otra tolerable en romance:
al-'agrab > alacrán, al-muhtasib > almotacén.
 Los nombres árabes terminados en vocal acentuada eran insólitos en
español (sólo en la conjugación había casos: canté, salí), por ello se colocó
una consonante paragógica, asimilando así su forma a los sustantivos
habituales en español: al-kirā' > ant. alquilé > alquiler, al-bannā' > albañí
> albañil.

Una vez admitidos, los arabismos sufrieron los mismos cambios fonéticos
que el romance:

 Palatalización de geminadas: an-nil > añil.


 El grupo /st/ > /s/ (grafía c/ ç): musta'rib > moçarabe > mozárabe,
'ustuwan > çaguán > zaguán.
Este cambio afectó incluso a toponimos latinos: lat. Caesar Augusta > ár.
Saraqusta > Çaragoça > Zaragoza.
 En muchos préstamos antiguos se sonorizaron las oclusivas sordas
intervocálicas: al-qutun > algodón.

El uso de arabismos ha variado según las épocas; durante el Califato,


cuando el centro del poder era Córdoba se introdujeron sin obstáculos ni
competencia; sin embargo, durante la Baja Edad Media empiezan a retroceder
frente a los latinismos y extranjerismos. Después se inicia el retroceso; el propio
Villalobos (1515) recriminaba a los toledanos porque «al usar arabismos afean y
ofuscan la pulidez y claridad de la lengua castellana».

El avance de la conquista cristiana hace retroceder no sólo las fronteras


sino también los usos lingüísticos. Mientras los moriscos estuvieron en España sus
usos y costumbre tenían actualidad, tras su expulsión en 1609 muchos términos
árabes fueron desechados y sustituidos por formas romances, así alfayate y
alfageme fueron sustituidos por sastre, albeitar por veterinario

«Otros se mantuvieron en el habla regional, pero la gran cantidad de ellos


que subsiste con plena vida, muchos de ellos fundamentales, caracteriza el léxico
hispano-portugués frente a los demás romances» (Lapesa 1981: 156)

Yesería con motivos epigráficos. La Alhambra, Granada

4. Bibliografía
Alonso, A. (1964): «Las correspondencias arábigo-españolas en los sistemas de
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Sanchís Guarner, M. (1960): «El mozárabe peninsular», ELH, I, pags. 293-342.

La invasión árabe. Los árabes y el elemento


árabe en español
© Elena Toro Lillo
UNIDAD 5
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- Penny, R. (2001) Gramática histórica del español. Barcelona. Ariel. (Selección de capítulos)

Textos:
- AA. Cantar de Mío Cid. (1961) Edición crítica y paleográfica de R. Menéndez Pidal. Madrid. C.S.I.C.
- Valdés, J. de (1895) Diálogo de la lengua. Edición modernizada presentada por el Instituto Cervantes.
Sigue la edición de E. Boehmer Romanische Studien. Leipzig.
- CORDIAM (Corpus diatópico y diastrático de la lengua española) www.cordiam.org.
La lengua en la España de los Austrias: El siglo XVI
Roca Marín, Santiago

1. Introducción
El siglo XVI esta marcado por dos reinados que vienen a coincidir con las dos épocas que caracterizan
el Renacimiento en España; el primero corresponde a la época de Carlos V, primera mitad del siglo, y el
segundo a la época de Felipe II.
Estas dos épocas se caracterizan también desde un punto de vista político, social y cultural de forma
diferente:
El reinado de Carlos V está abierto a Europa y a todas las corrientes que de ella provengan, es un
periodo donde la influencia italiana tiene una gran presencia. Esto se puede apreciar en poesía, en filosofía y
en lo religioso; metro italiano, neoplatonismo y erasmismo.
El reinado de Felipe II se cierra al exterior y, tras la Contrarreforma, se convierte en el abanderado del
catolicismo. Este cierre de fronteras y de conversión católica influirá en todos los aspectos sociales y
culturales de la segunda mitad del siglo XVI; el misticismo y el ascetismo tendrán el campo abonado para su
desarrollo.
La lengua durante este siglo se convierte en lengua universal debido al poder expansionista del imperio
y a la labor de difusión que con él se llevó a cabo, amén de la importancia y calidad que la literatura de este
periodo supone.

2. Expansión del español


La fecha de 1479 supone la unidad de los dos reinos principales de la península tras el matrimonio de
Isabel de Castilla y Fernando de Aragón; en 1492 el reino nazarí es conquistado y en 1515 el reino de
Navarra se incorpora a Castilla, además de las Islas Canarias y de las colonias de ultramar. Esta unión
política influirá en el desarrollo y expansión de la lengua castellana. Esta fuerza política y cultural que
durante el reinado de Carlos V se hace fuerte en toda Europa y en las tierras americanas supondrá la
internacionalización de la lengua castellana, español, por todo el mundo. El español pasa a ser lengua
diplomática y adquiere una relevancia que hasta ese momento ninguna lengua nacional había adquirido.

2.1. El español en Europa


El reinado de Carlos V supuso el ascenso de España a primera potencia europea. La suma de territorios
que hereda el joven príncipe tras la muerte de sus padres es enorme y la relevancia política que conlleva este
hecho también lo es. En el periodo de Felipe II se consolida, pero comienza el declive y el cierre de las
fronteras, la hegemonía de España y del español irá dejando paso a Francia y al francés en el siguiente siglo.
El español adquiere una importancia que no había tenido hasta ese momento en las cortes europeas.
Juan de Valdés llega a afirma que en Italia «assí entre damas como entre cavalleros se tiene por gentileza y
galanía saber hablar castellano». En las zonas de dominio español se convierte en una lengua administrativa
y comercial, la necesidad lleva al aprendizaje. Así, en 1570, se proyectó la creación de una fundación de
estudios de español en Lovaina bajo el amparo del Duque de Alba. Lo mismo ocurría en Inglaterra como en
Francia. Ante tal demanda, comenzaron a aparecer gramáticas y diccionarios de español, hecho que continuó
en el siglo XVII. Como consecuencia de este prestigio se produjo una gran aportación de términos del
castellano a otras lenguas, sobre todo al francés y al italiano.

2.2. El español en los territorios conquistados


De la herencia dinástica que asume el nuevo y joven rey Carlos I, sin lugar a dudas, la de los nuevos
territorios de América es la más significativa en cuanto a la expansión y fuerza que el español tiene en ese
momento y tendrá hasta ahora. Esta extensión territorial conllevará una extensión y amplificación del uso
del español que deja de ser en poco tiempo la lengua de Castilla para convertirse en la de gran parte del
nuevo mundo además de la Península Ibérica como ya hemos visto. La conquista se produjo en un espacio
relativamente corto y el dominio territorial fue total.
Sin embargo, el español que se impone en América no está desgajado de conflictos, por una parte con
las propias lenguas amerindias, ya que si bien se intenta que todos conozcan el español, los religiosos
consideran más productivos para sus fines predicar en la lengua amerindia; por otra parte, la propia lengua o
dialecto llevado a las nuevas tierras por los colonizadores, que conllevó un proceso, posterior, de
homogeneización. Según datos aportados por Cano Aguilar (2002: 226) en el siglo XVI el mayor número de
colonizadores procedían de Andalucía, en concreto del Reino de Sevilla. Estos porcentajes fueron
cambiando según avanzaron los siglos y se asentaron otros colonizadores.

2.3. El castellano, lengua en España: el español


Al igual que ocurrió con otras lenguas peninsulares, por ejemplo el catalán, el nombre con el que se
denominaba al romance surgido en Castilla no se había unificado en un nombre concreto: romance, romance
castellano o de Casti(e)lla, lenguaje castellano o de Castiella, incluso lengua vulgar para distinguirlo del
latín.
La hegemonía política de Castilla hace que se imponga como lengua en toda la península el castellano.
Juan de Valdés (Lapesa: 1988:298), en 1535, dice: «La lengua castellana se habla no solamente por toda
Castilla, pero en el reino de Aragón, en el de Murcia con toda el Andaluzía y en Galicia, Asturias y Navarra;
y esto aun hasta entre gente vulgar, porque entre la gente noble tanto bien se habla en todo el resto de
Spaña». Debido a esta hegemonía señalada por Valdés afirma Lapesa (1988:299) que «el nombre de lengua
española (...), tiene desde el siglo XVI absoluta justificación y se sobrepone al de lengua castellana». Su uso
no es generalizado pero sí comienza a ser utilizado de forma mayoritaria, a partir de mediados del siglo XVI
es ya habitual. Este neologismo, español, viene a coincidir con una nueva realidad política. De hecho, es el
término utilizado en todas la lenguas extranjeras para referirse a la lengua que hablan todos los españoles y
así mismo aparece en todas las gramáticas y diccionarios. De la misma manera, se impone debido a su
carácter más abarcador y menos exclusivista entre los nuevos súbditos peninsulares no castellanos.
Pese a esta innovación en la denominación de la lengua, persistió el término castellano probablemente
con un valor más purista y como reivindicación más conservadora.

2.4. El español: la norma


Dos corrientes normativas subsisten durante este siglo, aquella que adscribe e iguala la norma a Toledo
y aquella que aboga por un modelo literario descargado de cualquier connotación localista.
La ubicación de la corte durante este siglo en Toledo fomenta ese apego hacia la norma toledana, norma
que no es concretada en ningún tratado gramatical y que entre otros rasgos se caracterizaba por la aspiración
de la h- inicial. La justificación de una u otra viene más por la vinculación que en un primer momento tienen
algunos autores a Toledo, como Valdés o Garcilaso que además representa el modelo del perfecto cortesano.
El ideal de la lengua literaria es reivindicado por poetas y escritores, sobre todo en la segunda mitad del
siglo XVI, como Fernando de Herrera o Gonzalo de Correas. Norma, la literaria, que es despojada de
cualquier localismo.

2.5. El español: sus gramáticas


Fue en 1492 cuando se publica la primera gramática titulada Gramática de la lengua castellana escrita
por E. Antonio de Nebrija que la considera como base de toda ciencia y como guía de la verdad y en 1517
publica su Ortografía, dando lugar al comienzo de una serie de estudios sobre el español por parte de
eruditos y gramáticos. Con esta gramática, Nebrija eleva a la categoría del griego o del latín al español y a la
vez la preserva de un contagio desmesurado de latinismo o extranjerismo. El castellano tiene su base
constitutiva en el latín pero también su propia idiosincrasia.

Juan de Valdés publica hacia 1530/40 el Diálogo de la Lengua, obra más apegada a la tradición y
menos sistemática aunque de gran intuición lingüística.
Le siguieron a esta un número bastante considerable de obras, tanto en España como en el extranjero y
sobre todo en el siglo XVII. Dentro del siglo XVI, podemos destacar la gramática publicada en Lovaina
entre 1555 y1559 de autor desconocido y la de Cristóbal de Villalón, publicada en Amberes en 1558. Entre
los diccionarios podemos señalar el Vocabulario toscazo-castellano de Cristóbal de las Casas publicado en
1570 y el de Percyvall español-inglés publicado en 1599.
3. La lengua: del español medieval al clásico.
En este siglo comienza a consolidarse de forma definitiva el español, proceso que culminara en el siglo
XVII. Los cambios que comenzaron a producirse en la Edad Media se estabilizan, a esto contribuyen varios
factores: los diversos estudios gramaticales, la producción literaria y el prestigio que adquiere la lengua
dentro y fuera de la península.

3.1. Plano fonético


La evolución y resolución de los cambios fonéticos medievales se estabilizan, prácticamente, en el siglo
XVI y constituyen la base del español moderno.

3.1.1. Las vocales


Se produce una disminución en las vacilaciones de timbre en las vocales no acentuadas:
• se prefiere /i/ por /e/, vanidad por vanendad.
• se prefiere /u/ por /o/, cubrir por cobrir.
• se produce el cierre de la vocal en /i/, /u/, en palabras que después optarán por la vocal media,
fenómeno que llega hasta el siglo XVII, quiriendo, puniendo.

3.1.2. Las consonantes


Los cambios fonéticos, como señala Cano Aguilar (2002: 237), más importantes se producen en las
consonantes de la época clásica, a partir de ellos se constituye el sistema del español moderno y de las
variantes americana y meridional:
• Desaparición fonética y gráfica de la F- inicial latina que es sustituida por H-, fallar pasa a hallar.
En Castilla no se pronunciaba ya en el siglo XVI pero sí en la zona centro y en las meridionales con
aspiración. Pese a su paulatina desaparición persiste en la primera mitad del XVI entre notarios y
personal relacionado con la administración, de ahí que en la actualidad persista el término jurídico
fallar junto a hallar..
• A lo largo de este siglo la distinción entre los fonemas /b/ y /v/, que en algunas regiones todavía
persiste, tiende a simplificarse en el fonema /b/, oclusivo bilabial sonoro.
• Se mantiene en la primera mitad del XVI algunos grupos consonantes que ya se habían simplificado
en el habla o transformado, cobdiciar, cobdo, dubda.
• También perduran en esta misma época formas vacilantes como san o sant, cien o cient.
• Simplificación del sistema fonológico medieval, se produce un ensordecimiento paulatino de las
sibilantes:
o s- y -ss- y s- se simplifican en /s/, fonema alveolar fricativo sordo;
o G, J y X se simplifican en /x/, fonema velar fricativo sordo.
o Z y Ç se simplifican en /q/, fonema interdental, fricativo, sordo.
• Simplificación de los grupos consonánticos latinos, conceto por concepto, manífico por magnífico.
• Como rasgos meridionales que comienzan a resurgir podemos señalar:
o El yeísmo, el fonema fricativo lateral /l/ se transforma en /y/ o /ž/.
o Confusión entre /-r/ y /-l/ finales de sílaba o palabra, aunque, como señala Lapesa (1988: 385),
son muy antiguas las primeras muestras de confusión, menestrare > menestral.
o Aspiración de la /-s/ final de sílaba.
o Comienza la tendencia a la desaparición de la /-d-/ intervocálica procedente de una /-t-/ latina,
sobre todo en los participios -ado, -ido.

3.2. Plano Morfológico


La mayoría de las modificaciones que se producen durante este siglo en el aspecto gramatical provienen
de la Edad Media, en ella, y sobre todo en el siglo XV, es donde comienzan estos cambios que se consolidan
a lo largo de los Siglos de Oro. Aunque en la primera época del siglo la vacilación y la inseguridad siguen
presentes.
En cuanto al verbo, Lapesa (1988: 393) señala la coexistencia de formas verbales como «amáis»,
«tenéis», «sois», con «amás», «tenés», «sos»; el imperativo «cantad», «tened», «salid» subsisten con
«cantá», «tené», «salí»; esta confluencia de formas arcaicas y modernas queda resuelta ya en el siglo XVII,
aunque será en el siglo XVIII donde se resuelva ya definitivamente las alternancias verbales. Esta vacilación
hace que en muchos casos la lengua literaria opte por las desinencias más antiguas.
En el pronombre personal, la opción por la forma más moderna nosotros, vosotros está generalizada a
mediados del siglo XVI. El clítico vos perdura durante este siglo, aunque se da la variación con os. Las
formas medievales de gelo y gela y sus plurales dan paso ya a finales del XV a la forma más moderna se lo
y se la y sus plurales.
En lo referente al uso del pronombre en la fórmulas de tratamiento, señala Girón Alconchel (en Cano
Aguilar, 2004: 826) que ya a finales del XV se había generalizado tú y vos para la confianza y vuestra
merced para el trato deferente, para el protocolario quedaría vuestra majestad.
El género en el nombre, durante el siglo XVI, no coincide con el del español moderno en algunos casos;
es a mediados del siglo cuando comienzan a resolverse estos cambios. Esto es debido, principalmente, a la
entrada de cultismos masculinos de persona terminados en -a, como artista, y femeninos en -o que no eran
de persona, como «la sinodo», por lo que se impuso el género correspondiente a su terminación como indica
Cano Aguilar (2002:243). En el número del nombre hay menos variación. En el adjetivo, se produce desde
principios del XVI la concordancia de género y número con el sustantivo.
Los diminutivos más frecuentes eran: -illo, -ico e -ito; siendo -ico la forma cortesana durante el siglo
XVI, sin las connotaciones aragonesas y murcianas de hoy como indica Girón Alconchel (en Cano Aguilar,
2004: 861). El superlativo -ísimo se generaliza en este siglo.

3.3. Plano Léxico


Durante el siglo XVI se produce uno de los mayores aumentos en el léxico del español que continuará a
lo largo el siglo XVII. Esto es debido a dos hechos importantes, por un lado, la importancia de España en el
mundo y, por otro, la gran literatura que se va a producir en este siglo. Esta incorporación se produjo desde
los propios mecanismos que la lengua tiene para crear nuevas palabras, derivación y composición, o por
préstamos, principalmente de las lenguas clásicas pero también de otras; Lapesa (1988:408) señala la
incesante entrada de cultismos, sobre todo en los textos literarios, aunque esta entrada de neologismos
clásicos es compensada por la utilización de léxico patrimonial. Cano Aguilar (2002: 251) ejemplifica con
una serie de cultismos extraídos de la obras lexicográficas de Nebrija, como: conversar, oratorio, pronóstico,
etc. Entre los helenismos con los que ejemplifica podemos señalar: anémona, cálamo, crisantemo y los
compuestos con -arquía (anarquía, etc.) y -cracia (democracia, etc.)

Palabras de origen italiano fueron muchas las que entraron a formar parte de nuestro corpus léxico
debido a la estrecha relación, política, cultural y artística que se estableció entre España e Italia. Lapesa
(1988:409) señala algunos campos léxicos donde principalmente entraron nuevos términos. Referidos a la
guerra, escopeta, centinela, etc.; a la navegación y comercio, fragata, mesana, piloto; a las artes y literatura,
esbozo, diseño, balcón; a la vida de sociedad, cortejar, festejar ; y un largo etcétera.
Palabras de origen francés también entraron a formar parte de nuestro corpus léxico, como refiere
Lapesa (1988:410), en los campos léxicos de prendas de vestir y moda, chapeo, manteo, etc.; de la vida
palaciega, sumiller, ujier, etc.
De origen portugués, también entraron palabras en nuestro acervo léxico. Lapesa (1988: 411)
menciona el campo léxico de la vida en la corte, sarao, y en lo sentimental la recalificación semántica de
soledad con el valor de «melancolía o añoranza»' en el valor de saudade; la nostalgia en echar de menos.
Los repobladores del Nuevo Mundo no tuvieron reparo en admitir el léxico amerindio para designar una
nueva realidad que desconocían y para la que no tenían un equivalente en ninguna de las lenguas próximas
culturalmente. Como ejemplo, canoa, huracán, cacique, etc.
La expansión territorial, el descubrimiento de nuevos mundos y nuevas lenguas, el auge de la cultura y
la ciencia hizo que el léxico del español creciera de forma significativa durante este siglo y que continuara
durante el siglo XVII.

4. La literatura en el siglo XVI


El Renacimiento español viene a coincidir plenamente con este siglo, dividido en los dos reinados que
lo abarcan: época de Carlos V y época de Felipe II, como se ha señalado anteriormente. La primera se
caracteriza por una poesía italianizante, por el platonismo y erasmismo, grosso modo; la segunda por la
defensa de los valores nacionales: misticismo y ascetismo, principalmente. De forma generalizada, podemos
establecer el siguiente esquema de la literatura en el Renacimiento:
• Lírica renacentista:
o Reinado de Carlos V:
▪ Garcilaso de la Vega
o Reinado de Felipe II
▪ Fray Luis de León
▪ San Juan de la Cruz
▪ Fernando de Herrera
• La prosa en el siglo XVI
o Novela
▪ El lazarillo de Tormes
o La transición al Barroco:
▪ Don Quijote de la Mancha
No obstante, habría que señalar que este primer Renacimiento español, a principios del siglo XVI, no
supuso una ruptura con las formas medievales, incluso, teniendo en cuenta el Humanismo que surge en el
siglo XV. Entre los poetas que lideran una visión hispana de la literatura sin influencia italiana habría de
destacarse a Cristóbal de Castillejo o escritores como fray Antonio de Guevara que mantiene rasgos de la
retórica medieval como indica Cano Aguilar (2002:232).
Sin entrar en valoraciones estilísticas, sí que es conveniente precisar cuál es el estilo de escritura
empleado en este siglo. El estilo imperante en el siglo XVI se puede resumir en el lema: ¡Escribe como
hablas!. Célebre es la frase de Juan de Valdés que recoge Oesterreicher (en Cano Aguilar, 2004:754-5):
«el estilo que tengo me es natural, y sin afetación ninguna escrivo
como hablo; solamente tengo cuidado de usar de vocablos que signifiquen
bien lo que quiero decir, y dígalo cuanto mas llanamente me es posible,
porque a mi parecer en ninguna lengua stá bien el afectación»

Sin ser un estilo coloquial, finge parecerse a un estilo natural, espontáneo, simple y ligero. Tiene
finalidad estética y no es una mímesis del lenguaje hablado. El exponente máximo de este estilo, sin lugar a
dudas, es Santa Teresa de Jesús.
Conforme avanza el siglo y comienza el aislamiento de España, como consecuencia de la
Contrarreforma, se va cambiando, como señala Cano Aguilar (2002:234), esta elegancia natural propia del
estilo de la primera época por una lengua más cargada.

5. Bibliografía
AA. VV. (1996): Introducción a la literatura española a través de los textos (de los orígenes al siglo XVII),
Tomo I. Madrid, Editorial Istmo. (6.ª edición)
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Fradejas Rueda, JM. (2000): Fonología histórica del español. Madrid. Editorial Visor Libros. (2.ª edición)
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La lengua en la España de los Austrias: el siglo XVII
José Antonio Candalija Reina
Francisco Ángel Reus Boyd-Swan (coaut.)

1. Introducción. Estado de la lengua


Durante el siglo XVII se produce una profunda transformación en el tratamiento del lenguaje que, como es lógico,
refleja vivamente la lengua literaria de la centuria: desde la literatura de Cervantes y Lope de Vega a principios del
siglo hasta Góngora, Quevedo o Gracián en las postrimerías, la evolución es radical. Si, como puso de relieve
Menéndez Pidal (El lenguaje del siglo XVI), en la época de Valdés y Fray Luis las características predominantes son
selección y no invención, en la de Góngora y Calderón predominará la invención sobre la selección.
En primer lugar surge Cervantes y, como continuador de la época anterior, es difícil de clasificar en una u otra de
las tendencias del momento. Su posición responde a los siguientes criterios:
1. Preferencia del español sobre el latín, demostrada en varias ocasiones, en las que ridiculiza el exceso de
latinismos;
2. La naturalidad y la selección. «La característica del habla de Sancho es la naturalidad (contrapuesta, sobre
todo, al lenguaje algunas veces afectado y ampuloso de D. Quijote). El refrán es uno de sus ingredientes y uno
de sus encantos. D. Quijote le critica, no el uso, sino el abuso, la falta de medida». La naturalidad es también
la norma de Cervantes cuando hace decir a D. Quijote: «Habla a lo llano, a lo liso, a lo no intrincado, como
muchas veces te he dicho y verás cómo te vale un pan por ciento». Y por eso defiende los refranes, porque
«no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia, madre de
las ciencias todas».
3. Defiende también el uso del neologismo;
4. Es necesario huir de la afectación. D. Quijote dice a Sancho cuando va a hacerse cargo del gobierno de la
ínsula: «Anda despacio; habla con reposo; pero no de manera que parezca que te escuchas a ti mismo; que
toda afectación es mala»;
5. Es partidario de una lengua nacional, por encima de toda diferencia regional, es decir, sin las supremacías de
las normas toledanas, burgalesas, etc.
Ángel Rosemblat ha estudiado la lengua cervantina y ha observado en ella las siguientes características:
1. Usa el tópico o lugar común. Toma de la lengua popular los tópicos más manidos, los modos adverbiales y
frases hechas y los modifica o acumula, o juega con ellos para obtener un efecto expresivo o humorístico;
2. Las comparaciones abundan en Cervantes, tomadas generalmente del habla popular y las utiliza en las
situaciones más inesperadas;
3. Del mismo modo procede con las metáforas, y aquí nos encontramos de nuevo en la doble vertiente del habla
popular y el habla culta. Cervantes toma las metáforas tradicionales y las emplea a su modo, como las
comparaciones;
4. Tanto en la prosa narrativa de Cervantes como en boca de sus personajes cultos o populares, es un recurso
importante el empleo de la antítesis: «[...] él se partió llorando y su amo se quedó riendo», «Sancho, amigo, no
te congoje lo que a mí me da gusto», etc.;
5. La sinonimia, tan utilizada ya en el siglo XVI, es usada también ampliamente por Cervantes;
6. La repetición de palabras o grupos de palabras era una de las agudezas y galas tradicionales de la lengua
poética, y alternaba con la también frecuente sucesión de sinónimos, como formas de amplificación;
7. También es frecuente el uso de la elipsis;
8. El juego de palabras, en el que se combinan la polisemia o la homonimia es también profusamente utilizado;
9. El juego con la forma de las palabras: «[...] y procura la cura de su locura»...
La obra de Lope de Vega coincide por un lado con Cervantes y por otro con Góngora. Dice Menéndez Pidal:
«Lejos de la serena firmeza que Cervantes muestra en el desarrollo de su estilo, Lope se nos muestra algo ambiguo y
aun contradictorio, tanto como en otros aspectos de su íntimo vivir. Defiende siempre la teoría de lo natural, pero en la
práctica no es nada exclusivista, sea por dificultades en la aplicación, sea por sugestiones ambientales». Escribe la
poesía docta para que no le llamen ignorante en Italia y Francia y la poesía natural para satisfacer su más íntima
inspiración y el gusto de su pueblo.
Si en tiempo de los Reyes Católicos se impone el buen gusto y con Valdés se exalta el buen juicio, Lope se basa
en la razón para su arte docto y antiguo, mientras que ese arte nuevo se funda en el gusto, sin el adjetivo buen. Según
Lope, el fin de la poesía popular es «dar gusto» y el gustar como deleite estético es independiente del raciocinio o
juicio; tan independiente que puede ser opuesto:
Porque a veces lo que es contra lo justo
por la misma razón deleita el gusto.

Según dice en el Arte Nuevo y ratifica años después en la Epístola a Claudio:

Que en lo que viene a ser arbitrio el gusto


no hay cosa más injusta que lo injusto.

Por ello en el lenguaje primará el gusto, tanto en la obra docta como en la natural. Lope lleva a escena el habla
conversacional de la época, al recoger todo lo cotidiano y, como escribe para la representación, se sirve también del
gesto y de la entonación. El vocabulario cotidiano de «sociedad de capa y espada» -dice Menéndez Pidal- toma la
divinización de la mujer que ya había comenzado en el siglo XV: los adjetivos divino y celestial con el verbo adorar
se hacen familiares en extremo; la amada es ahora una porción de cosas como gloria, cielo, serafín, ángel sacro, ángel
celestial… y el vocabulario amoroso es abundantísimo: dar y pedir celos, hacer afectos, hacer extremos, estar
rendidos, amartelados, etc.
Hay aún otro aspecto, que aunque no es nuevo, cultiva Lope: la poesía como ciencia, utilizado en el siglo XV,
recordado por Herrera y puesto en práctica en el XVII. Para Lope «no solo ha de saber el poeta todas las ciencias, o al
menos principio de todas, pero ha de tener grandísima experiencia de las cosas que en tierra o mar suceden…, porque
ninguna hay en el mundo tan alta o íntima de que no se le ofrezca tratar alguna vez, desde el mismo Criador hasta el
más vil gusano y monstruo de la tierra». Así el vocabulario aumenta considerablemente y en su poesía docta introduce
palabras tomadas de la arquitectura (plinto, arquitrave, acroteras, sinedras, trasdoses), de la pintura (bosquejo,
ancorque, genolí, esbelteza, encarnación), de la astronomía (eclíptica, híadas, hélices, textiles, coluros), de la
medicina (febricitante, intercadente), etc.
Junto a Lope aparece Góngora, con una total renovación del lenguaje. En una época de lucha y de fuerte
transición en el uso del lenguaje literario, Góngora tuvo admiradores, pero también detractores de su quehacer poético.
Como respuesta al Antídoto contra las Soledades de Juan de Jáuregui (1613), Góngora responde que ha elevado la
lengua castellana a la complejidad y perfección de la latina, convirtiéndola en un «lenguaje heroico que ha de ser
diferente de la prosa y digno de personas capaces de entenderlo», y defiende la oscuridad de su estilo, como una buena
arma para agudizar el ingenio. Las polémicas entre culteros o culteranos y sus contrarios arrecian y, como es lógico,
Lope se ve implicado en ellas. Lope siente una ligera admiración por Góngora, por su ingenio, pero no por la lengua
que quiere introducir.
Siguiendo a Dámaso Alonso, la lengua de Góngora se caracteriza por los siguientes rasgos:
1. El hipérbaton es el cultismo sintáctico más visible y debatido, en todas sus variantes (separación del sustantivo
de sus determinativos, del adjetivo atributo, del complemento introducido por la preposición de, del artículo
respecto al sustantivo, colocación del verbo al final de la frase, separación del verbo auxiliar del principal y
separación de la negación respecto al verbo);
2. Empleo del verbo ser con significado de «servir» o «causar»;
3. El uso del acusativo griego (acusativo de relación o de parte) tiene en Góngora forma de un participio y luego
un adjetivo;
4. El empleo, casi abuso, del ablativo absoluto;
5. La repetición de fórmulas como éstas: «A, si no B»; «A, si B»; «No B, sí A»; «No B, A», etc.
La influencia de Góngora continúa en Calderón, aunque en menor medida. La diferencia reside en el carácter de
sus obras respectivas ya que, mientras la poesía se escribe para ser leída y sobre ella puede meditar el lector, el teatro,
y sobre todo el calderoniano, debe representarse y el espectador debe captar todo lo que se dice y mal se podrían
entender desde el patio de butacas muchos de los pasajes de Góngora. Por ello, los fenómenos gongorinos se dan en
Calderón en menor intensidad y cuantía. Según Alvar-Mariner (1967), se pueden señalar los siguientes rasgos:
1. Anteposición del régimen a la palabra regente;
2. Anteposición del adjetivo;
3. Anteposición del infinitivo al verbo conjugado;
4. Separación por medio del verbo de dos elementos que deberían ir unidos;
5. Transposición del verbo al final de la frase;
6. Uso del ablativo absoluto.
Frente a los culteranos, surgieron los conceptistas. Primero, Quevedo y más tarde Gracián. Este último, según
Klaus Heder, distingue entre lo material (metro, medida silábica) y lo formal:
«Dos cosas hacen perfecto un estilo, lo material de las palabras y lo formal
de los pensamientos, que de ambas eminencias se adecua su perfección».

O dicho en frase propia de Gracián:


«Son las voces lo que las hojas en el árbol, y los conceptos el fruto».

O también:
«Puédese decir de los conceptos lo que de las figuras retóricas: ni todo el
cielo es estrellas, ni todo el cielo es vacío; sirven ellos como de fondos, para que
campeen los altos de aquellas, y altérnanse las sombras para que brillen más las
luces».
Distingue al mismo tiempo entre estilo natural y estilo artificial: el primero es sin afectación, casto y claro, es
«como el pan, que nunca enfada: gústase más de él que del violento, por lo verdadero y claro». El segundo es pulido
con atención y dificultoso, por lo que en las cosas hermosas en sí, la verdadera arte ha de ser huir del arte y
afectación; pero en este mismo género de estilo natural, hay también su latitud; uno más realzado que otro, o por más
erudición o por más preñez de agudeza, y también por más elocuencia natural. Así se desliza Gracián hacia el estilo
artificioso, donde el arte debe estar entre las «cuatro causas de la agudeza», junto al ingenio, materia y ejemplar.
El lenguaje del conceptista es obra meditada que se nutre de expresiones opuestas a las del culterano: en vez de
utilizar léxico cultista, usa voces populares, llegando a veces a reproducir los vocablos groseros del pueblo bajo; en
vez de innovar introduciendo extranjerismos, crea dentro del castellano, por derivación o composición, nuevos
vocablos (algunas veces burlescos, para ridiculizar creaciones culteranas). He aquí lo más destacado:
1. Utilizan cláusulas sueltas y concisas, en lugar de largos periodos hiperbatizados. «En vez de la erudición falsa
y pedantesca, propia de los culteranos, el conceptista aspira a poseer una cultura sólida de la que no hace
alarde»;
2. El juego de palabras es constante. Gracián opone «la milicia a la malicia», donde bajo la semejanza formal
léxica subyace su deseo de luchar contra la maldad;
3. Es muy frecuente en Gracián el uso de un mismo significante con dos significados. Cuando habla de los cisnes,
dice: «Como son tan cándidos, si cantan han de decir la verdad», donde cándido es, a la vez, «blanco» e
«inocente»;
4. Los contrastes y paralelismos son muy abundantes, tanto en Quevedo como en Gracián;
5. Gracián usa los sustantivos con función adjetiva.
En cuanto al vocabulario, éstas son las principales aportaciones:
• HELENISMOS:
o Términos zoológicos: anfibio, foca, parásito, rinoceronte.
o Geológicos: amianto.
o Medicinales: alopecia, cirro, embrión, epidemia, reúma, síntoma, tráquea.
o Químicos: fósforo.
o Matemáticos: cateto, diámetro, elipse, escaleno, hipotenusa, paralelo.
o Astronómicos, geográficos y náuticos: coluro, cometa, geografía, horóscopo, meteoro, náutico,
paralaje, pirata.
o Gramáticos, literarios y músicos: apóstrofe, apotema, cacofonía, crítico, dialecto, ditirambo, drama,
encomio, episodio, epopeya, filología, idilio, idioma, lacónico, léxico, liceo, lírico, metáfora, museo,
onomatopeya, palinodia, paradoja, paraninfo, patético, sinónimo, tropo.
o En el campo del pensamiento y la palabra: análisis, análogo, anónimo, antagonista, antipatía,
apología, axioma, categoría, díscolo, empírico, energía, entusiasmo, escéptico, ético, filantropia,
misantropía (más tarde cambiarán el acento), hipótesis, ironía, metamorfosis, método, problema,
símbolo, simpatía, tesis, tópico, efímero.
o En el campo de la Historia y la política: anarquía, década, democracia, diploma, economía, emblema,
emporio, época, étnico, génesis, monarca, patriota, poligamia, síndico.
o Referido al mundo antiguo: báratro, cariátide, disco, esfinge, falange, gimnasio, himeneo, mausoleo,
quimera.
o Términos religiosos: ateo, carisma, epacta, místico, neófito, prosélito, sarcófago.
o Términos introducidos «por un afán barroco de depurar y elevar el vocabulario, pues de todos existían
muy a mano sinónimos o cuasisinónimos»: antro, aroma, exótico, hecatombe, holocausto, panegírico,
pánico, pira, sandalia.
o Neologismos: anagrama, cetáceo, hipocondría, diagonal, metafísica.
• LATINISMOS:
o Góngora piensa en la necesidad de crear una lengua poética y con un fin eminentemente estético usa
el latinismo: emular, erigir, esplendor, nocturno, ostentar, cerúleo, crepúsculo, purpúreo, pluvia,
ponderoso.
o En Calderón no se detiene esta influencia latinista: funesta, inmóvil, exhalación, inmensidad,
capacidad, compostura, prodigio, forma, concepto, ejecución, aplausos, ostentación, representación,
apariencia, ornato, evidencia, instante, rústico, mísero, pálida, trémulo, piélagos, cólera, fábrica,
cándido, bellísimo, república.
o Menéndez Pidal ha señalado cómo en los poemas doctos de Lope entra el latinismo sin ninguna
dificultad: cálamo, epítima, semideo, filantía, equiparar, expeler, reciprocar, velívolas, undísono,
ignífera, belipotente, nemoroso, efebo, indeficiente, cristífero, penícoma, frangir, horóscopo, tulipán,
sistema, increpar, ileso, truculento, antropófago, sarcófago, apócrifo, esqueleto.
• GALICISMOS:
o De la vida militar: carabina, convoy, barricada, brecha, asamblea, foque.
o De la vida cortesana: contralor, galopín, chalán, hugonote, parque, calesa, etiqueta, peluca o perruca,
manteo, broche, galón, ocre.
o De la vida pública: taburete, hucha, menaje, marmita, carpeta, crema, fresa, panel, dintel, placa,
parche, acoquinar.
• OCCITANISMOS:
o Barrica, farándula, gabacho, gris, tartana.
• CATALANISMOS:
o Pantalla, forajido, volantín, revolución, bribón, rosicler.
ITALIANISMOS:
o En Literatura: novelador, parangonar, facecia, humanista, pasquín.
o En teatro: comedia del arte, arlequín, arnequín, bufón, trástulo, comediante, tramoya.
o En pintura y artes plásticas: colorido, contrapuesto, esquiciar, esquicio, mórbido, urchilla, verdacho,
verdetierra, esbelto, esfumar, esgrafiar.
o En arquitectura: apoyo, balaustre, campanil, cartela, casino, centina, cúpula, embasamiento, fachada,
filetón, florón, fumarola, imposta, planta, zócalo.
o En música: concierto, sordina, bandola, banqueta, violín, violón, cabriola, campanela, gambeta,
matachín, pavana, saltarelo.
o En la vida religiosa: piovano, plebe.
o En la vida militar: atacar, esguazar, duelo, leva, posta, tropa, pasacaballo, farseto.
o En la vida marítima: magujo, mandarria, góndola, drizar, aduja, filarete.
o En la vida comercial e industrial: balance, canje, cero, contrabando, julio, capichola, tabí, tercianela.
o En la vida social: afretelar, cortejar, chanza, espadachín, hipócrita.
o En juegos y recreos: carnaval, cucaña, estafermo, fogata, truco, empatar.
o En plantas y animales: garnacha, pistacho, vitela, hipogrifo, fenice.
o En geología: pantano, tramontar, fumarola.
o En la vida privada: serrallo, recamo, botarga, corbata, chancear.
• AMERICANISMOS:
o Procedentes de la lengua arahuaca: canoa, naboria, cayo, comején, iguana.
o Del arahuaco insular: huracán, sabana, bohío, hamaca, naguas, cacique, jíbaro, areito, carey, yuca,
batatas, maíz, ají, maní, tuna, tabaco, moniato.
o De la familia lingüística caribe: caribe, piriragua, manatí, caimán, colibrí, butaca, loro, mico.
o Del nahuatl: petate, petaca, papelote, tiza, chocolate, coyote, ocelote, tomate, cacao, aguacate.
o Del maya: henequén, posiblemente cigarro.
o Del chibcha: chucua, chicha, moque.
o Del quechua: guaco, guipo, quena, mate, gaucho, china, payador, jarana, pampa, puma, cancha,
guano, llama, vicuña, alpaca, puma, cóndor, papa, chirimoyo, coca, quina.
o Del aimara: tití, taita, tata, tola, chulpa.
o Del tupí-guaraní: maraca, catinga, jaguar, tapir, tiburón, yacaré, piraña, tapioca.
o Del araucano: maloca, poncho laucha, calchas.
• Algunos de estos términos se incorporaron a la lengua habitual todavía en el siglo XVI, pero otros los vemos
introducidos en la literatura del XVII, como:
o En Cervantes se ven: cacao, caimán, bejuco, huracán, caribe;
o En Quevedo: tabaco, chocolate, naguas;
o En Góngora: flechero parahuay, caribazo, mico, tiburón, batatas;
o En Lope: batatas, cacao, caimán, caribe, mico, naguas, tabaco, tiburón, vicuñas, aguacate, piragua,
huracán, maíz, guacamayo.

2. Cambios lingüísticos
Plano fónico
En los siglos XVI y XVII, la llamada época de los Austrias, o Siglo de Oro, suele fijarse, para el plano fónico el
nacimiento del español moderno. Según Rafael Cano (2004), frente a la lengua medieval y a la moderna, el español de
los siglos XVI y XVII combinaría revolución de las estructuras medievales y estabilización de las surgidas de esa
revolución.
En primer lugar, las modificaciones que afectan al sistema vocálico se refieren en esta época casi sólo a la
distribución en el léxico de determinados fonemas, o combinaciones. Por otro lado se centran de forma casi exclusiva
en la sílaba átona y, aunque tales situaciones de variación van disminuyendo, especialmente durante el siglo XVII, se
dan sobre todo en la lengua escrita, especialmente la literaria. Dicha variación puede agruparse en las siguientes
categorías:
1. Residuos de la alternancia medieval /ie-/-/i/ en determinadas palabras: la inmensa mayoría de casos de
prie(s)sa se concentra en el XVI , pero también Covarrubias, en su Tesoro (1611), remite en prisa a priesa,
forma bajo la que se define la palabra;
2. Hay alternancia /e/-/i/ y /o/-/u/ átonas, por motivos no sólo fonéticos sino también por incompleta fijación de
los paradigmas de la raíz verbal en la conjugación -ir. Hallamos en el XVII -e- en formas de verbos -ir ante
diptongo: seguiente o en verbos -ir donde la disimilación de la vocal radical no triunfo al final: recebir;
3. Las variaciones vocálicas en los cultismos siguen produciéndose, aunque varios de los casos señalados por
Lapesa ya no se documentan, al menos en CORDE (envernar, mormorar, sujuzgar, risidir). Sí hay en el siglo
XVII algún caso de intelegible (disimilación), también notomía (por anatomía: asimilación).
Según Lapesa (1981, 200), durante la segunda mitad del siglo XVI y la primera del XVII se producen cambios en
el consonantismo que suponen el paso del sistema fonológico medieval al moderno:
1. Continúa la distinción entre los fonemas /b/ oclusivo (escrito b) y /v/ fricativo (con grafía u o v);
2. Se extendió el ensordecimiento de la z, la -s- y la g/j que se confundieron con sus sordas correspondientes c/ç,
-ss- y x. Santa Teresa escribe tuviese, matasen açer, dijera, ejerçiçio, teoloxia;
3. En las sibilantes dentales se produjeron cambios en la forma y punto de articulación: el aflojamiento de las
africadas en fricativas, que al ensordecerse la sonora, se igualaron en un solo fonema interdental
correspondiente a la c, z actual;
4. La relajación de la d intervocálica, que había comenzado en el siglo XIV se propaga en las desinencias
verbales -ades > -áis, -ás, -edes > -és, -éis, -ides > ís;
5. Los grupos de consonantes latinos ct, gn, ks, mn, pt, se simplifican en el XVII: Alemán afirma que la escritura
latina no debe dominar la castellana y así debe escribirse y decirse sétimo y rechazarse contradictor,
escriptura.

Plano morfológico
La variación de género en los sustantivos no era exactamente la de hoy. Algunas soluciones que hoy han
desaparecido (o persisten como arcaísmos) están vigentes en el siglo XVII: la puente, la estambre, los doce tribus, que
aparece en el Quijote.
Los diminutivos más frecuentes eran, por este orden: -illo, -ico e -ito. En el siglo XVI el sufijo -ico era forma
cortesana, pero en el XVII aumentó el prestigio de -ito e -ico ganó rusticidad y evocación dialectal, lo que explica que
en el Quijote se use para caracterizar el habla rústica.
En el adjetivo era general la vacilación de la apócope de grande, primero, tercero, etc. El superlativo -ísimo se
generaliza en el siglo XVI, aunque a principios del XVII debió de sentirse como forma no patrimonial, porque
Cervantes lo aplica a sustantivos con fines humorísticos (escuderísimo, dueñísima) y Correas lo califica de no
castellano.
A mediados del siglo XVI ya se habían generalizado las formas compuestas de los pronombres personales
(nosotros, vosotros) frente a las simples: nos, vos. Las gramáticas de finales del XVI y del XVII sólo conocen las
formas actuales. Respecto de las fórmulas de tratamiento, en la competencia lingüística de los hablantes debió de
haber un sistema algo complejo, porque según Girón Alconchel (2004) recogiendo las observaciones de Correas (1626)
había una fórmula de respeto: vuestra merced; una fórmula para la confianza los inferiores: tú; luego había dos
fórmulas intermedias: él, ella, para referirse a otro interlocutor presente (al que debía tratarse de vuestra merced) y vos,
para inferiores, para iguales y -ya como arcaísmo- para el respeto reverencial al rey, a Dios, …
En la morfología verbal, destaca la sustitución de las antiguas formas de la primera persona del presente de
indicativo y todas las del subjuntivo de caer, traer y oír (cayo, trayo, oyo) por las formas con infijo velar /-ig-/ : caigo,
caiga, etc., a lo largo del siglo XVI y primera mitad del XVII. También alternan todavía hemos/habemos (o avemos).
Hasta el primer cuarto del XVII debió de estar favorecida por la posibilidad del uso transitivo de haber, que pedía la
forma plena (avemos esperanza), mientras que la forma acortada era una manifestación icónica más eficaz de su
empleo como auxiliar (hemos cantado). En los últimos años del siglo XVII se alcanza la regularidad actual.
En cuanto a los adverbios, demasiado, usado como adjetivo desde el siglo XV, se empieza a emplear como
adverbio cuantificador del verbo en el siglo XVI y en expresiones superlativas en el XVII.

Plano sintáctico
En sintaxis se producen importantes cambios, como la plena gramaticalización que se produce entre 1450 y 1630
de la originaria perífrasis haber (o ser) + participio, lo cual se manifiesta icónicamente en la pérdida de significado, de
variación morfológica y de independencia sintáctica que sufren sus constituyentes.
Durante los siglos XVI y XVII, la marcación de los complementos argumentales (CD con a, concordancia
sintáctica del CI mediante clítico, régimen preposicional del verbo) no alcanza todavía el grado de fijación del español
moderno, lo que hace que el estado de otros fenómenos conexos (leísmo y laísmo, colocación de los clíticos en la frase
verbal) tampoco sea el actual.
La construcción del régimen preposicional del verbo presentaba también variaciones que divergían de la lengua
moderna y que se pueden agrupar en tres tipos (Cano, 1984, 1999). En el primero alternan el régimen directo (CD) y
el preposicional. Hay alternancias medievales (matar/matar en) que se resuelven en el Siglo de Oro o después (huir
algo o alguien / huir de algo o alguien); otras empiezan en esta época (contemplar / contemplar en) y se resuelven en
el español moderno. Hay soluciones más complejas: encontrar en 1686 mantenía el régimen clásico, encontrar con
algo o alguien, sin que se hubiera alcanzado todavía la situación moderna, en la que se distinguen el régimen directo
(encontrar algo) y el régimen preposicional asociado al uso pronominal (encontrarse con algo). En el tercer tipo se
dan alternancias de régimen según la naturaleza categorial del complemento (nombre, pronombre, infinitivo u oración).
Esta variación ha terminado con la elección de un mismo régimen para todos los complementos, pero no faltan restos
del antiguo camino.
Durante los siglos XVI y XVII se avanza grandemente en el paso del sistema medieval de colocación de los
pronombres átonos en la frase al sistema moderno, aunque no de modo pleno hasta finales del XVIII o incluso el XIX.
El sistema moderno está regido por un doble principio morfológico y sintáctico: el infinitivo, el gerundio y el
imperativo seleccionan siempre la enclisis; en cambio, con el resto de las formas verbales la enclisis o la proclisis
están determinadas por la posición del verbo en la frase.
En las subordinadas sustantivas de verbo conjugado hay que anotar, en primer lugar, la generalización de la
preposición de delante de la conjugación que en las completivas de sustantivo y adjetivo (tengo miedo que venga >
tengo miedo de que venga), un cambio que se da entre 1550 y 1650, que es uno de los poquísimos cambios que
pueden caracterizar el período lingüístico que nos ocupa.
Teniendo en cuenta los cambios en la estructura del predicado y la oración compleja, podemos apuntar que
durante los siglos XVI y XVII (incluido el final de esta centuria) la sintaxis estaba siendo sometida a dos grandes
procesos que darían lugar, más tarde, a la sintaxis moderna. El primero, la marcación de los argumentos de la oración
y la extensión progresiva del dativo (lo que origina, por un lado, la fijación del régimen del verbo y la extensión del
CD con a, del leísmo y de la duplicación clítica del CI; y, por otro, la reducción y pérdida del laísmo). El segundo, la
extensión del artículo a las completivas y a las oraciones de relativo (lenta difusión del relativo compuesto el que).
Son dos procesos que conllevan el aumento de la nominalización, de la referencia y de la continuidad referencial,
como otros que ocurren en el ámbito de la oración compuesta y de la organización del discurso. En estos complejos
procesos de gramaticalización la prosa española se sitúa a las puertas de la misma modernidad lingüística, pero sin
terminar de entrar en ella (Girón Alconchel, 2003).
En la sintaxis de la oración compuesta destacamos que, dentro de las adversativas, el paso del siglo XV al XVI
conoció el declive de mas. Frente a ese término ambivalente se consolidaron pero para la relación restrictiva y sino
para la exclusiva. Sin embargo, se documenta un pero exclusivo (no A pero B) a lo largo del XVI y XVII, que en la
exclusiva enfática va a llegar hasta (No sólo A, pero B), va a llegar hasta el XVIII. Las partículas excluyentes más
usuales en los siglos XVI y XVII son sino y salvo, pero se crean otras nuevas: más de que, amén de, excepto,
exceptuando, si ya no.
El cambio más importante se produce en las condicionales por la extensión de hubiera cantado y hubiese
cantado, y por las confluencias de cantare y cantase, por una parte, y de cantara y cantase, por otra. De modo que a
finales del siglo XVI y principios del XVII cantara (ya imperfecto de subjuntivo) sustituye a cantase en la hipótesis
dudosa (si tuviera o tuviese diese o daría), y la hipótesis de futuro si tuviere daré desaparece sustituida únicamente
por si tengo daré, mientras que si tuviere daría deja su sitio a si tuviese o tuviera daría o diera.
Los cambios sintácticos señalados afectan a todos los niveles del análisis y significan un proceso de
regularización y estandarización de la estructura sintáctica que acaba, en gran medida, con el polimorfismo y la
pluralidad de normas medievales. La regularización y estandarización de la sintaxis significan, por otra parte, su
deslatinización.

Nivel textual
Y mientras la sintaxis intraoracional se deslatinizaba, la sintaxis interoracional y la organización del texto, en sus
líneas generales, imitaban muy a menudo la construcción del período latino (Cano, 1991 y 1992: 197). Hay que
señalar dos direcciones por donde avanza la evolución de los mecanismos de cohesión textual. En primer lugar, en
esta época se pasa de una sostenida ilación de cada enunciado y período del texto (expresada habitualmente por
conjunciones, más que por conectores discursivos) a un predominio de la yuxtaposición de esos grandes segmentos
textuales. En segundo lugar, desde mediados del siglo XVII se desarrolla la hipotaxis de los períodos y enunciados,
con un crecimiento muy considerable de la causalidad (relevancia de oraciones causales, condicionales, concesivas y
consecutivas) y de los conectores de causalidad y contraargumentación (Pons Borderías y Ruiz Gurillo, 2001).
Paralelamente, descienden los conectores aditivos, los marcadores no conectores (reformuladores, estructuradores de
la información y operadores argumentativos), la parataxis intraoracional y las estructuras subordinadas en
construcciones paratácticas: gerundios ilativos, oraciones de relativo continuativas, coordinación consecutiva. En el
paso del siglo XVI al XVII se incrementa esta evolución, sobre todo en la prosa ensayística, que se convierte en
modelo para cualquier tipo de expresión elegante, eficaz y moderna.

Conclusiones
La gramática del siglo XVII es una muestra de que el español clásico es un español intermedio entre el medieval
y el moderno. Pero no acaba en 1650. Lo que hace singular a este período son unos cambios (morfológicos y
sintácticos) que transforman la lengua medieval en moderna. Sin embargo, no hay una misma cronología para cada
uno de estos cambios.
En concreto, el siglo XVII puede dividirse a tal respecto en dos períodos:
1. Hasta 1648: que coincide con el reinado de Felipe II hasta la Paz de Westfalia, o desde Lazarillo hasta Gracián;
2. Desde 1648 hasta 1726, es decir, desde los últimos años del reinado de Felipe IV hasta el primer Borbón, o
desde Calderón hasta Feijoo.
La evolución interna de la lengua correspondiente a estos períodos puede resumirse como sigue: la
gramaticalización plena de haber como verbo auxiliar termina hacia 1640 y la regularización y estandarización de la
sintaxis intraoracional e interoracional dan un paso de gigante hacia 1726.
Pero no terminan, porque el proceso de gramaticalización de tiempos verbales, de determinación del SN,
marcación de las principales funciones oracionales, etc., nos muestra cómo se va estabilizando las zonas comprendidas
entre el núcleo duro y la periferia de la gramática.

Bibliografía
Cano Aguilar, R. (1991): «Sintaxis oracional y construcción del texto en la prosa española del Siglo de Oro», Philologia
Hispalensis, VI, pp. 45-67
Cano Aguilar, R. (1992): «La sintaxis española en la época del Descubrimiento», en J. A. Bartol Hernández et al. (eds.), Estudios
filológicos en homenaje a Eugenio de Bustos Tovar, I, Salamanca, Ediciones de la Universidad de Salamanca, pp. 183-19.
Cano Aguilar, R. (coord.) (2004): «Cambios en la fonología del español durante los siglos XVI y XVII» en R. Cano Aguilar:
Historia de la lengua española, Barcelona, Ariel, pp. 825-857.
Girón Alconchel, J. L. (2003): «Evolución de la cohesión en el discurso ensayístico entre 1648 y 1726» en J. L. Girón Alconchel
et al. (eds.): Estudios ofrecidos al profesor José Jesús de Bustos Tovar, I, Madrid, Editorial Complutense, pp. 331-360.
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Barcelona, Ariel, pp. 859-893.
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de Filología española, 81, pp. 317-35.
Lapesa, R. (1981): Historia de la lengua española, Madrid, Gredos.
Lapesa R. (2000): Estudios de morfosintaxis histórica del español, 2 tomos, R. Cano Aguilar y M.ª Teresa Echenique Elizondo
(eds.), Madrid, Gredos.
Quilis Morales, A. (2005): Introducción a la historia de la lengua española, Madrid, UNED.
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EL FENÓMENO YOD
DEFINICIÓN La YOD es una I como elemento de diptongo, que por tal motivo ofrece una articulación
más cerrada que en otras posiciones. Se escucha como semiconsonante (en radio [radjo]) o
como semivocal (en baile [baile]). En ambos casos, como semiconsonante (grafía fonética j)
o como semivocal (grafía fonética i) su articulación es más cerrada que la i vocal de mirlo o
libro. Los grafemas de la YOD han sido a lo largo de la historia del español <i, y, j>.

IMPORTANCIA
El sonido YOD suele desviar o alterar las resoluciones, transformaciones, tendencias o
“leyes fonéticas” que la historia de la lengua española registra.
EFECTOS
La YOD actúa inflexionando vocales y consonantes: las palataliza.

VOCALES CONSONANTES
La YOD actúa sobre la vocal anterior contagiándole su La YOD palataliza la consonante inmediata
cerrazón, lo que lleva en líneas generales, a cerrar en anterior o posterior y su influjo sobre la vocal está
un grado la vocal precedente. subordinado a su acción sobre la consonante.
a + i = e proba(v)i>probé Sobre consonante posterior:
ę + i = e lectu>lecho factum > faito > fecho > hecho
ẹ+i =i cereu>cirio
ǫ + i = o nocte>noche Sobre consonante anterior:
ọ + i = u co(g)itat>cuida muliere>muller>muger>mujer
Observaciones: las vocales /i/ y /u/ no reciben
inflexión por ser ya muy cerradas.
Observaciones a los efectos de YOD
1
Cuando la YOD palatalizó muy pronto la consonante, absorbiéndose en ella, no tuvo tiempo de influir sobre
la vocal: tristitiam>tristeza. No inflexiona la i, pues de haberlo hecho no se hubiese abierto en e. [YOD 1ª]

2
Cuando la YOD se conservó por más tiempo sin ser absorbida en la consonante, tanto más influyó sobre las
varias clases de vocales: lacte>laχte>laite>leche. Inflexiona incluso a la a. [YOD 4ª]

3 Es importante tener presente que la YOD flexional de los verbos cuyos infinitivos se inscriben en la historia
de la lengua en los grupos -ere, -ire, presionada la YOD por la analogía de otras formas verbales, siguió
caminos muy apartados, tanto en la inflexión vocálica como en la palatalización de las consonantes:
timeo>timo>temo (no cierra la vocal y desaparece), video>vidio>veo (no afecta a la consonante).

O LENGUA CONTEXTO FÓNICO EJEMPLOS


R Tendencia a reducir a
I diptongo vocales que se vine/a>vinea>vinia>viña
1° Latín
G hallaban fonéticamente en mul/iere> muliere>muller>mujer
origen Vulgar
E hiato, mecanismo propio del arane/a>aranea>arania>araña
N descuido de la lengua oral.
E 2° Surge por vocalización de una lactuca>laχtuca>laituca>lechuga
Romance
S origen consonante agrupada. auriculam>auricla>origla>oreila>orella>oreja
Surge por síncopa (pérdida de de magis>demais>demás
Latín
3° un sonido) en el interior de la amavi>amai>amé
Vulgar y
D origen palabra. sartagine>sartain>sartén
Romance
E majorinu>majrinu>merino
Surge por metátesis
(trastrueque de sonidos en la
Y 4° panaria>panaira>panera
Romance representación articulatoria
O origen basi/u>basiu>baiso>beso
que se ofrece en la
D imaginación, antes de hablar).
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EL FENÓMENO YOD
Y INFLEXIONA RESULTADOS ORIGEN
SUB-
O DESCRIPCIÓN EJEMPLOS
CLASE VOCALES CONSONANTES VOCALES CONSONANTES LENGUA MECANISMO
D
Consonantes
Modifica
románicas:
tempranamente No actuó.
Palataliza la
a la consonante Excepción: tristitia>tristeza
tj consonante No las tj>ẑ>ŝ>θ En el latín Diptongación
1ª anterior y verbos: aciariu>aciairu>acero
cj anterior (t o c) y inflexiona. cj>ŝ>θ vulgar. de hiatos.
desaparece. No metio > capitia>cabeza
desaparece.
actúa sobre las mido.
/ẑ/ = <z>
vocales.
/ŝ/ = <ç>

Permanece más Inflexiona Consonante


folia>folla>foja>hoja
lj tiempo. Aparece a las románica palatal:
apicula>abec´la>abeila>abella>abeja
k´l>g´l>il en el contexto vocales Diptongación
regula>reg´la>reila>rella>reja
t´l>il palabra delante abiertas ę, A la consonante lj>l>ž>š>x En el latín de hiatos y
ę>e vetulu>vet´lu>veilo>vello>viejo
2ª o detrás de la ǫ anterior o /ž/ = <g, gg, j> vulgar y en vocalización
ǫ>o
consonante a la impidiendo posterior. Consonante el romance. de
nj somniu>sueño
que inflexiona. su románica palatal consonantes.
gn>in ligna>leña
diptonga-
ng>nj regnu>reino
ción. /n/ = <ñ>
gj Tiene mayor podi/u>podiu>poyo
gj, dj > y
dj permanencia fugi/o>fugio>fuyo>huyo
Inflexiona
que las
a las
anteriores.
vocales
Tarda en actuar
abiertas ę,
sobre las
ǫ ę>e
consonantes e
impidiendo ǫ>o
inflexiona A la consonante En el Diptongación fovea>fovia>hoya
3ª su ẹ>i, ọ>u*
bj regularmente a anterior. bj, mj > y Romance. de hiatos. nerviu>nervio
diptonga-
mj las vocales bj, mj > bi, vi, mi vindemia>vendimia
ción. *A veces.
abiertas. Vacila labiu>labio
Vacila en
en su acción
cerrar más
sobre las
a las ya
vocales
cerradas.
cerradas. No
inflexiona a la a.
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EL FENÓMENO YOD (cont.)

Y INFLEXIONA RESULTADOS ORIGEN


SUB-
O DESCRIPCIÓN EJEMPLOS
CLASE VOCALES CONSONANTES VOCALES CONSONANTES LENGUA MECANISMO
D
Es la que más factu>faitu>faichu>fecho>hecho
kt
perdura. Es una Vocalización nŏcte>nǫite>noche
ks
YOD que dura Consonantes del elemento mataxa>madaisa>madeša>madeja
gr
mucho tiempo románicas: velar o de / l / ĭntěgru>entęiro>entero
ult
como tal. multu>muito>mucho
Aparece en el Inflexiona <ch> [ĉ] hasta el
rj materia>madeira>madera
contexto palabra vocales a>e siglo XVII era un
sj Generalmente Metátesis basiu>baiso>beso
generalmente abiertas y ĕ>ę>e sonido africado
pj palataliza la En el capiat>caipa>quepa
4ª adelante de la cerradas. ē>ẹ>i chicheante
consonante romance
consonante a la También ŏ>ǫ >o
posterior.
que inflexiona. inflexiona ō>ọ >u <j> [x] hasta el
Síncopa:
Actúa sobre la a. siglo XVII no era
pérdida grege>gree>grey
todas las velar, sino
de Síncopa cogitat>coida>cuida
vocales, incluso prepalatal frictativa
sonidos amavi>amai>amé
sobre la a. sorda / š /
latinos
Puede no
desaparecer.
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EL FENÓMENO YOD: RESUMEN

El especialista español R. Menéndez Pidal ha sistematizado el fenómeno YOD en cuatro clases siguiendo un principio de orden cronológico, en
cuanto a la acción de esta YOD sobre las consonantes y secundariamente sobre las vocales.

TIPOS DE YOD SUBCLASES CONTEXTOS EVOLUCIÓN


TY, CY evolucionan>ts,s,dz,c>
Primer tipo de YOD
ti, ci z,c (cons. Africada + )
a) contextos LY, C’L, (G’L), T’L li, cl, (gl), tl > ll > j
Segundo tipo de YOD Hay dos subclases
b) contextos NY, GN (in), ni, gn >ñ
a) contextos GY, DY, gi, di > <y
Tercer tipo de YOD Hay dos subclases >y o bi, mi
b) contextos BY, MY, vi, bi, mi >
(no altera la consonante)
a) contextos CT, X (ks, gs), ct, x > ch, x > j
b) contextos RY, SY, PY, ri, si, pi > ir,is,ip > inflex. vocales
Cuarto tipo de YOD Hay tres subclases b’) contexto GR, gr > ir > ir, inflex. vocales
c) contexto de síncopas varias > diptongo e inflexión de vocales
caídas de (g), (d), (v), etc.
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. HISTORIA
DE LA LENGUA ESPAÑOLA.

Ejercite la evolución de de las siguientes palabras desde el latín hasta el español


actual.

1. acūtu 40. farīna 79. nŏvu


2. affinitāte 41. fĕbre 80. ŏlōre
3. amīcu 42. fĕrru 81. ŏrphănu
4. apĕrīre 43. fĕsta 82. ŏssu
5. arbŏre 44. fīlu 83. ŏvu
6. auru 45. flōre 84. pagĭna
7. bĕne 46. formīca 85. paucu
8. bĭbĕre 47. fŏrte 86. pĕnsāmŭs
9. bŏnu 48. frēnu 87. pĕnsātĭs
10. bŭcca 49. græcu 88. pĕnsō
11. cabāllu 50. grŏssu 89. perdĭmŭs
12. cadĕre 51. gŭrdu 90. pĕrdĭt
13. cæcu 52. gŭtta 91. pĕtra
14. cælu 53. hĕdĕra 92. plŭmbu
15. campu 54. hĕrba 93. pœna
16. capŭt 55. hōra 94. pŏrcu
17. castĕllu 56. ĭntĕndĕre 95. pŏst
18. caule 57. jŏvĭs 96. pŭllu
19. causa 58. lacrĭma 97. raupa
20. cĕntu 59. lāna 98. rēgīna
21. chŏrda 60. latrōne 99. scōpa
22. cœna 61. lībrŭm 100. secūru
23. cŏllu 62. lĭngŭa 101. sĭlva
24. cŏlōre 63. lūna 102. solĭtarĭu
25. cŏrnu 64. lŭpu 103. spīna
26. cŏrpu 65. manu 104. spīrĭtu
27. crudelĭtāte 66. martĕllu 105. sŭmŭs
28. crūdu 67. mauru 106. tauru
29. cŭm 68. mĭnus 107. tempŏrānu
30. cŭppa 69. mĭttĕre 108. tĕnĕt
31. cŭrrĕre 70. mŏnstrō 109. thĕsauru
32. dēfĕndo 71. mŏvĕnt 110. trēs
33. delĭcatu 72. natīvu 111. ŭmbĭlīcu
34. dĕnte 73. nĕbŭla 112. ūmĭdu
35. dīco 74. nĕgāre 113. ūsu
36. domĭnĭcŭ 75. nĕgat 114. vĕntu
37. dŭple 76. nĭgru 115. verrūca
38. dūru 77. nŏve 116. vĕstīre
39. fabŭlat 78. nŏvĭtāte 117. vītta
Universidad Nacional de Córdoba. Facultad de Filosofía y Humanidades. HISTORIA DE LA
LENGUA ESPAÑOLA

Lista de palabras para ejercitar las evoluciones que obraron desde el Latín Vulgar (o Clásico)
hasta el Español Actual.

CON PRESENCIA DE YOD Y WAU

1. aciarium 30. fŏrtiam 59. perĭcŭlum


2. acūcŭla 31. fŏveam 60. pĭgrĭtia
3. apĭcula 32. fŭgio 61. platea
4. araneam 33. fūraneum 62. pŏdium
5. area 34. genuculu 63. pōtui
6. aurĭcula 35. gŭrgŭlium 64. praegnare
7. autŭmnum 36. ĭntĕgrum 65. primariam
8. badiu 37. jactare 66. probavi
9. capĭant 38. jenŭarĭu 67. profĕctu
10. caseum 39. lacte 68. pŭteum
11. cĕrĕvĭsĭa 40. lactūcam 69. quotīdĭanu
12. cicŏneam 41. lausia 70. radia
13. coagŭlare 42. lautia 71. rĕgulam
14. concĭlium 43. laxare 72. rēgulam
15. cŏrtĭceam 44. lēctu 73. rīpariam
16. cŭltĕllum 45. lĭgŭla 74. rŏtŭlare
17. cŭmĭnĭtĭare 46. lūctam 75. rŭbeu
18. cuniculum 47. majorīnum 76. sapiat
19. dīrēctu 48. malĭtĭam 77. sapui
20. durĭtĭa 49. mansĭōnem 78. sŏmnium
21. ericium 50. matĕrĭam 79. spĕcŭlum
22. factum 51. miraculum 80. stamĭnea
23. factūram 52. mulierem 81. taxone
24. fastidĭu 53. natĭōne 82. taxu
25. fīcariam 54. nĕrviu 83. tegula
26. fĭlĭctu 55. nŏcte 84. trĭfŏlĭu
27. fīlīum 56. oratĭōne 85. trīstĭtĭam
28. focacea 57. pactare 86. vidua
29. fŏliam 58. panariam
Poema de Mío Cid

Cantar I

1.
De los sos ojos tan fuertemientre lorando
tornava la cabeça & estávalos catando.
Vio puertas abiertas & uços sin cannados,
alcándaras vazías sin pielles & sin mantos
e sin falcones & sin adtores mudados.

Sospiró Mío Çid ca mucho avíe grandes cuidados.


Ffabló Mío Çid bien & tan mesurado:
«¡Grado a tí, Sennor, Padre que estás en alto!
¡Esto me an buelto míos enemigos malos!»
Allí pienssan de aguijar, allí sueltan las rriendas.

2.
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
e entrando a Burgos oviéronla siniestra.
Meçió Mío Çid los ombros & engrameó la tiesta:
«¡Albriçia, Álbar Ffánnez, ca echados somos de tierra!»

3.
Mío Çid Ruy Díaz por Burgos entrava,
en su conpanna LX pendones.
Exíenlo ver mugieres & varones,
burgeses & burgesas por las finiestras son,
plorando de los ojos tanto avíen el dolor.
De las sus bocas todos dizían una rrazón:
Poema de Mío Cid

«¡Dios, qué buen vassalo! ¡Si oviesse buen sennor!»

4.
Conbidarle íen de grado mas ninguno non osava;
el rrey don Alfonsso tanto avíe la grand sanna,
antes de la noche en Burgos dél entró su carta
con grand rrecabdo & fuertemientre sellada,
que a Mío Çid Ruy Díaz que nadi no l’ diessen posada,
e aquel que ge la diesse sopiesse vera palabra
que perderíe los averes & más los ojos de la cara
e aun demás los cuerpos & las almas.
Grande duelo avíen las yentes christianas;
ascóndense de Mío Çid ca no l’ osan dezir nada.
El Campeador adelinnó a su posada;
así commo legó a la puerta falóla bien çerrada
por miedo del rrey Alfonsso que assí lo avíen parado
que si non la quebrantas’ por fuerça que non ge la abriese nadi.
Los de Mío Çid a altas vozes laman,
los de dentro non les queríen tornar palabra.
Aguijó Mío Çid, a la puerta se legava,
sacó el pie del estribera, una ferida l’ dava.
Non se abre la puerta ca bien era çerrada.
Una ninna de nuef annos a ojo se parava:
«¡Ya Campeador, en buen ora çinxiestes espada!
El rrey lo ha vedado, anoch dél entró su carta
con grant rrecabdo & fuertemientre sellada.
Non vos osaríemos abrir nin coger por nada;
si non, perderíemos los averes & las casas
& demás los ojos de las caras.
Çid, en el nuestro mal vos non ganades nada;
mas ¡el Criador vos vala con todas sus vertudes sanctas!»
Esto la ninna dixo & tornos’ pora su casa.
Ya lo vee el Çid que del rrey non avíe graçia.
Partios’ de la puerta, por Burgos aguijava,
lego a Sancta María, luego descavalga,
fincó los innojos, de coraçón rrogava.
La oraçión fecha luego cavalgava;
salió por la puerta & en Arlançón passava.
Cabo essa villa en la glera posava,
Poema de Mío Cid

64

110.
«¡Mugier donna Ximena, grado al Criaador!
A vos digo, mis fijas don Elvira & donna Sol:
d’este vuestro casamiento creçremos en onor,
mas bien sabet verdad que non lo levanté yo;
pedidas vos ha & rrogadas el mío sennor Alfonsso
atan firmemientre & de todo coraçón
que yo nulla cosa no l’ sope dezir de no.
Metivos en sus manos fijas, amas a dos;
bien me lo creades que él vos casa, ca non yo.»

111.
Penssaron de adobar essora el palaçio;
por el suelo & suso tan bien encortinado,
tanta pórpola & tanto xámed & tanto panno preciado:
¡sabor abríedes de ser & de comer en el palaçio!
Todos sus cavalleros apriessa son juntados,
por los iffantes de Carrión essora enbiaron,
cavalgan los iffantes, adelant adelinavan al palaçio
con buenas vestiduras & fuertemientre adobados;
de pie & a sabor ¡Dios, que quedos entraron!
Reçibiólos Mío Çid con todos sus vasallos,
a él & a ssu mugier delant se le omillaron
e ivan posar en un preçioso escanno.
Todos los de Mío Çid tan bien son acordados,
están parando mientes al que en buen ora nascó;
el Campeador en pie es levantado:
«Pues que a fazer lo avemos ¿porqué lo imos tardando?
¡Venit aca, Álbar Fánnez, el que yo quiero & amo!
Affé amas mis fijas, métolas en vuestra mano;
sabedes que al rrey assí ge lo he mandado,
no lo quiero falir por nada de quanto ay parado;
a los ifantes de Carrión dadlas con vuestra mano
e prendan bendiçiones & vayamos rrecabdando.»
Estoz dixo Minaya: «¡Esto faré yo de grado!»
Levántanse derechas & metiógelas en mano;
a los ifantes de Carrión Minaya va fablando:
«Afevos delant Minaya; amos sodes hermanos.
Por mano del rrey Alfonsso que a mí lo ovo mandado
Poema de Mío Cid

65

dovos estas duennas amas son fijasdalgo


que las tomássedes por mugieres a ondra & a rrecabdo.»
Amos las rreçiben d’amor & de grado,
a Mío Çid & a su mugier van besar la mano.
Quando ovieron aquesto fecho salieron del palaçio
pora Sancta María a priessa adelinnando;
el obispo don Jherónimo vistios’ tan privado,
a la puerta de la eclegia sedíellos sperando,
dioles bendictiones, la missa a cantado.
Al salir de la ecclesia cavalgaron tan privado,
a la glera de Valençia fuera dieron salto;
¡Dios, que bien tovieron armas el Çid & sus vassalos!
Tres cavallos cameó el que en buen ora nascó.
Mío Çid de lo que veíe mucho era pagado,
los ifantes de Carrión bien an cavalgado.
Tórnanse con las duennas, a Valençia an entrado,
rricas fueron las bodas en el alcáçar ondrado;
e al otro día fizo Mío Çid fincar VII tablados,
antes que entrassen a yantar todos los quebrantaron.
Quinze días conplidos en las bodas duraron,
hya çerca de los XV días ya s’ van los fijosdalgo.
Mío Çid don Rodrigo el que en buen ora nascó
entre palafrés & mulas & corredores cavallos
en bestias sines al C son mandados,
mantos & pelliçones & otros vestidos largos;
non fueron en cuenta los averes monedados.
Los vassallos de Mío Çid assí son acordados
cada uno por sí sos dones avíen dados.
Qui aver quiere prender bien era abastado,
rricos tornan a Castiella los que a las bodas legaron.
Hya s’ ivan partiendo aquestos ospedados,
spidiéndos’ de Ruy Díaz el que en buen ora nascó
e a todas las duennas & a los fijosdalgo;
por pagados se parten de Mío Çid & de sus vassallos,
grant bien dizen d’ellos ca será aguisado.
Mucho eran alegres Diego & Ferrando,
estos fueron fijos del conde don Gonçalo.
Venidos son a Castiella aquestos ospedados,
el Çid & sos hyernos en Valençia son rastados;
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Juan de Valdés [Página principal] [Enviar comentarios] [Ficha de la obra] [Índice de la
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Diálogo de la lengua

Juan de Valdés

MARCIO - VALDÉS - CORIOLANO - TORRES

M. Pues los moços son idos a comer y nos an dexado solos, antes que venga alguno
que nos estorve, tornemos a hablar en lo que comencé a deziros esta mañana.
V. No me acuerdo de qué cosa queréis dezir.
M. ¿Cómo no? ¿No os acordáis que os dixe cómo, de aquello en que avíamos
platicado, me era venida a la memoria una honesta curiosidad, en la qual muchos
días ha desseo platicar con vos?
V. Ya me acuerdo; no tenía cosa más olvidada.
M. Pues nosotros por obedeceros y serviros avemos hablado esta mañana en lo que
vos avéis querido y muy cumplidamente os avemos respondido a todo lo que nos
avéis preguntado, cosa justa es que, siendo vos tan cortés y bien criado con
todo el mundo como todos dizen que sois, lo seáis también con nosotros,
holgando que hablemos esta tarde en lo que más nos contentará, respondiéndonos
y satisfaziéndonos a las preguntas que os propornemos, como nosotros avemos
hecho a las que vos nos avéis propuesto.
V. Si no adornárades esta vuestra demanda con tanta retórica, liberalmente me
ofreciera a obedeceros; agora, viendôs venir ataviado en vuestra demanda con
tantas razones, sospechando me queréis meter en qualque cosa enojosa, no sé qué
responderos, si primero no me dezís claramente qué es lo que queréis de mí.
M. Lo primero que de vos queremos es que, sin querer saber más, nos prometáis ser
obediente a lo que os demandaremos.
V. Confiando en vuestra discreción que no querréis de mí cosa que no sea razonable
y honesta, os prometo ser obediente.
M. No me contento con esso y quiero que a todos tres nos deis vuestra fe que lo
haréis assí.
V. ¿A qué propósito me queréis obligar tan estrechamente? ¿Avéisos por ventura
concertado todos tres para el mohíno? Ora sus, sea lo que fuere, digo que os
doy mi fe que responderé como mejor supiere a todo lo que esta tarde me
querréis preguntar. ¿Estáis contentos?
M. Yo por mi parte estoy contentíssimo.
C. A mí harto me basta.
T. Pues para mí no era menester más que la primera promessa.
V. Sus pues, començad a preguntar, que me tenéis confuso hasta saber qué misterios
son éstos que queréis entender de mí.
M. ¿Misterios? Y cómo, ¡si bien supiéssedes!
V. Sea lo que fuere, acabad ya; por amor de Dios, dezidlo.
M. Soy contento. Bien os devéis acordar cómo, al tiempo que agora ha dos años
partistes desta tierra para Roma, nos prometistes a todos tres que
conservaríades y entreterníades nuestra amistad, como avéis hecho, con vuestras
continuas cartas. Agora sabed que, después de vos ido, nosotros nos concertamos
desta manera: que qualquiera de nosotros que recibiesse carta vuestra la
comunicasse con los otros, y esto avemos hecho siempre assí, y con ello avemos
tomado mucho descanso, passatiempo y plazer, porque con la lición refrescávamos
en nuestros ánimos la memoria del amigo ausente, y con los chistes y donaires,
1
de que continuamente vuestras cartas venían adornadas, teníamos de qué reír y
con qué holgar; y, notando con atención los primores y delicadezas que
guardávades y usávades en vuestro escrivir castellano, teníamos sobre qué
hablar y contender, porque el señor Torres, como hombre nacido y criado en
España presumiendo saber la lengua tan bien como otro, y yo, como curioso della
desseando saberla assí bien escrivir como la sé hablar, y el señor Coriolano
como buen cortesano quiriendo del todo entenderla (porque, como veis, ya en
Italia assí entre damas como entre cavalleros se tiene por gentileza y galanía
saber hablar castellano), siempre hallávamos algo que notar en vuestras Cartas,
assí en lo que pertecía a la ortografía, como a los vocablos, como al estilo; y
acontecía que, como llegávamos a topar algunas cosas que no avíamos visto usar
a otros, a los quales teníamos por tan bien hablados y bien entendidos en la
lengua castellana quanto a vos, muchas veces veníamos a contender reziamente
quando sobre unas cosas y quando sobre otras, porque cada uno de nosotros o
quería ser maestro o no quería ser discípulo. Agora que os tenemos aquí, donde
nos podéis dar razón de lo que assí avemos notado en vuestra manera de scrivir,
os pedimos por merced nos satisfagáis buenamente a lo que os demandaremos: el
señor Torres, como natural de la lengua, y el señor Coriolano, como novicio en
ella, y yo, como curioso della.
V. Si me dixérades esto antes de comer, pusiéradesme en dubda si lo dezíades de
verdad o no, pero, considerando que es después de comer y creyendo que con
mostraros hombre del palacio avéis querido celebrar vuestro combite, me
resuelvo en no erceros nada de lo que dezís, y digo que, si queréis saber algo
de mí, devéis dexar los donaires por agora, pues sabéis que si yo tomo la mano,
ganaréis conmigo «lo que suele ganar un cossario con otro».
C. Mejor manera de burlar me parece la vuestra, pues, quiriendo «hazer del juego
maña», pensáis libraros de la fe que nos avéis dado; y engañáisos, porque de
ninguna manera os la soltaremos si primero no nos respondéis muy entera y
cumplidamente a todo lo que os preguntáremos sobre la materia propuesta, en la
qual se os ha dicho realmente lo que en vuestra ausencia passava y lo que
queremos de vos.
V. ¿Queréis que os diga la verdad? Aun con todo esso pienso que me burláis.
T. Si no queréis creer a ellos, creedme a mí, que todo lo que os dizen es la pura
verdad.
V. Más quisiera que fuera la pura mentira, porque me parece cosa tan fuera de
propósito ésta que queréis que apenas oso creeros.
M. Maravíllome mucho que os parezca cosa tan estraña el hablar en la lengua que os
es natural. Dezidme, ¿si las cartas de que os queremos demandar cuenta fueran
latinas, tuviérades por cosa fuera de propósito que os demandáramos cuenta
dellas?
V. No, que no la tuviera por tal.
M. ¿Por qué?
V. Porque he aprendido la lengua latina por arte y libros, y la castellana por
uso, de manera que de la latina podría dar cuenta por el arte y por los libros
en que la aprendí, y de la castellana no, sino por el uso común de hablar; por
donde tengo razón de juzgar por cosa fuera de propósito que me queráis demandar
cuenta de lo que sta fuera de toda cuenta.
M. Si os demandássemos cuenta de lo que otros escriven de otra manera que vos,
terníades razón de scusaros, pero demandándôsla de lo que vos escrivís de otra
manera que otros, con ninguna razón os podéis escusar.
V. Quando bien lo que dezís sea assí, no dexaré de scusarme, porque me parece cosa
fuera de propósito que queráis vosotros agora que perdamos nuestro tiempo
hablando en una cosa tan baxa y plebeya como es punticos y primorcicos de
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lengua vulgar, cosa a mi ver tan agena de vuestros ingenios y juizios que por
vuestra honra no querría hablar en ella, quando bien a mí me fuesse muy sabrosa
y apazible.
M. Pésame oíros dezir esso. ¿Cómo? ¿Y paréceos a vos que el Bembo perdió su tiempo
en el libro que hizo sobre la lengua toscana?
V. No soy tan diestro en la lengua toscana que pueda juzgar si lo perdió o lo
ganó; séos dezir que a muchos he oído dezir que fue cosa inútil aquel su
trabajo.
M. Los mesmos que dizen esso os prometo se aprovechan muchas vezes dessa que
llaman cosa inútil, y ay muchos que son de contraria opinión, porque admiten y
apruevan las razones que él da por donde prueva que todos los hombres somos más
obligados a ilustrar y enriquecer la lengua que nos es natural y que mamamos en
las tetas de nuestras madres, que no la que nos es pegadiza y que aprendemos en
libros. ¿No avéis leído lo que dize sobrêsto?
V. Sí que lo he leído, pero no me parece todo uno.
M. ¿Cómo no? ¿No tenéis por tan elegante y gentil la lengua castellana como la
toscana?
V. Sí que la tengo, pero también la tengo por más vulgar, porque veo que la
toscana sta ilustrada y enriquecida por un Bocacio y un Petrarca, los quales,
siendo buenos letrados, no solamente se preciaron de scrivir buenas cosas, pero
procuraron escrivirlas con estilo muy propio y muy elegante; y, como sabéis, la
lengua castellana nunca ha tenido quien escriva en ella con tanto cuidado y
miramiento quanto sería menester para que hombre, quiriendo o dar cuenta de lo
que scrive diferente de los otros, o reformar los abusos que ay oy en ella, se
pudiesse aprovechar de su autoridad.
M. Quanto más conocéis esso, tanto más os devríades avergonçar vosotros, que por
vuestra negligencia ayáis dexado y dexéis perder una lengua tan noble, tan
entera, tan gentil y tan abundante.
V. Vos tenéis mucha razón, pero esso no toca a mí.
M. ¿Cómo no? ¿Vos no sois castellano?
V. Sí que lo soy.
M. Pues ¿por qué esto no toca a vos?
V. Porque no soy tan letrado ni tan leído en cosas de ciencia quanto otros
castellanos que muy largamente podrían hazer lo que vos queréis.
M. Pues ellos no lo hazen y a vos no os falta abilidad para poder hazer algo, no
os devríades escusar dello, pues, quando bien no hiziéssedes otra cosa que
despertar a otros a hazerlo, haríades harto, quanto más que aquí no os rogamos
que scriváis, sino que habléis; y, como sabréis, «palabras y plumas el viento
las lleva».
T. No os hagáis, por vuestra fe, tanto de rogar en una cosa que tan fácilmente
podéis cumplir, quanto más aviéndola prometido y no teniendo causa justa con
que scusaros, porque lo que dezís de los autores que os faltan para defenderos
no es bastante, pues sabéis que para la que llamáis ortografía y para los
vocablos os podéis servir del autoridad del Vocabulario de Antonio de Librixa
y, para el estilo, de la del libro de Amadís de Gaula.
V. Sí, por cierto, muy grande es el autoridad dessos dos para hazer fundamento en
ella, y muy bien devéis aver mirado el Vocabulario de Librixa, pues dezís esso.
T. ¿Cómo? ¿No os contenta?
V. ¿Por qué queréis que me contente? ¿Vos no veis que, aunque Librixa era muy doto
en la lengua latina (que esto nadie se lo puede quitar), al fin no se puede
negar que era andaluz y no castellano, y que scrivió aquel su Vocabulario con
tan poco cuidado que parece averlo escrito por burla? Si ya no queréis dezir
que hombres imbidiosos por afrentar al autor an gastado el libro.
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T. En esso yo poco m'entiendo, pero ¿en qué lo veis?
V. En que, dexando aparte la ortografía, en la qual muchas vezes peca, en la
declaración que haze de los vocablos castellanos en los latinos se engaña
tantas vezes que sois forçado a creer una de dos cosas: o que no entendía la
verdadera sinificación del latín (y ésta es la que yo menos creo) o que no
alcançava la del castellano, y ésta podría ser, porque él era de Andaluzía,
donde la lengua no sta muy pura.
T. Apenas puedo creer esso que me dezís, porque a hombres muy señalados en letras
he oído dezir todo el contrario.
V. Si no lo queréis creer, id a mirarlo y hallaréis que por aldeano dize VICINUS,
por brío en costumbres MOROSITAS, por cecear y ceceoso BALBUTIRE y BALBUS; por
loçano LASCIUUS, por maherir DELIGERE, por moço para mandados AMANUENSIS, por
mote o motete EPIGRAMMA, por padrino de boda PARANIMPHUS, por ración de palacio
SPORTULA, por sabidor de lo suyo solamente IDIOTA, por villano CASTELLANUS y
por rejalgar ACONITUM. No os quiero dezir más porque sé que entendéis poco de
la lengua latina y porque me parece bastan estos vocablos para que, si los
entendéis, creáis que los hombres de letras que dezís no devían tener tantas
como vos pensáis, o no lo devían aver mirado con tanta atención como yo, y para
que veáis que no me puedo defender con el autoridad de Librixa.
T. Confiesso que tenéis razón.
V. Es tanta que, si bien la entendiéssedes, soy cierto me terníades antes por
modesto en el notar poco, que por insolente en el reprehender mucho. Mas quiero
que sepáis que aún ay otra cosa por qué no estoy bien con Librixa en aquel
Vocabulario, y es ésta: que parece que no tuvo intento a poner todos los
vocablos españoles, como fuera razón que hiziera, sino solamente aquéllos para
los quales hallava vocablos latinos o griegos que los declarassen.
T. Abasta lo dicho; yo estava muy engañado.
V. Pues, quanto al autor de Amadís de Gaula, quánta autoridad se le deva dar,
podéis juzgar por esto: que hallaréis, si miráis en ello, que en el estilo peca
muchas vezes con no sé qué frías afetaciones que le contentan, las quales creo
bien que o se usavan en el tiempo que él escrivió (y en tal caso no sería dino
de reprehensión) o que quiso acomodar su estilo al tiempo en que dize que
aconteció su historia, y esto sería cosa muy fuera de propósito, porque él dize
que aquella su historia aconteció poco después de la passión de nuestro
Redentor; y la lengua en que él escrive no se habló en España hasta muchos años
después. Esto mesmo se puede dezir de los vocablos. Quanto a la ortografía, no
digo nada, porque la culpa se puede atribuir a los impressores y no al autor
del libro.
M. Ora sus, no perdamos tiempo en esto; si no tenéis libros en castellano con cuya
autoridad nos podáis satisfazer a lo que de vuestras Cartas os preguntaremos, a
lo menos satisfazednos con las razones que os mueven a escrivir algunas cosas
de otra manera que los otros, porque puede ser que éstas sean tales, que valgan
tanto quanto pudiera valer el autoridad de los libros; quanto más que, a mi
parecer, para muchas cosas os podréis servir del Quaderno de refranes
castellanos que me dezís cogistes entre amigos estando en Roma, por ruego de
ciertos gentiles hombres romanos.
T. Muy bien avéis dicho, porque en aquellos refranes se vee muy bien la puridad de
la lengua castellana.
C. Antes que passéis adelante, es menester que sepa yo qué cosa son refranes.
V. Son proverbios o adagios.
C. ¿Y tenéis libro impresso dellos?
V. No de todos, pero siendo muchacho me acuerdo aver visto uno de algunos mal
glosados.
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C. ¿Son como los latinos y griegos?
V. No tienen mucha conformidad con ellos, porque los castellanos son tomados de
dichos vulgares, los más dellos nacidos y criados entre viejas, tras del fuego
hilando sus ruecas; y los griegos y latinos, como sabéis, son nacidos entre
personas dotas y están celebrados en libros de mucha dotrina. Pero, para
considerar la propiedad de la lengua castellana, lo mejor que los refranes
tienen es ser nacidos en el vulgo.
T. Yo os prometo, si no fuesse cosa contraria a mi professión, que me avría
algunos días ha determinadamente puesto en hazer un libro en la lengua
castellana como uno que diz que Erasmo ha hecho en la latina, allegando todos
los refranes que hallasse, y declarándolos lo menos mal que supiesse, porque he
pensado que en ello haría un señalado servicio a la lengua castellana.
V. También era Julio César de vuestra professión, pero no tuvo por cosa contraria
a ella con la pluma en la mano escrivir de noche lo que con la lança hazía de
día, de manera que la professión no os escusa. ¿No avéis oído dezir que «las
letras no embotan la lança»?.
T. Vos dezís muy bien y yo lo conozco; dadme a mí el sujeto que tuvo César, que
scrivía lo que él hazía y no lo que otros dezían, y estonces veréis si tengo
por deshonra escrivir; pero porque parece que scrivir semejantes cosas a ésta
pertenece más a hombres de haldas que de armas, no me he querido poner en ello.
V. Pues aunque yo no hago professión de soldado, pues tampoco soy hombre de
haldas, pensad que no os tengo de consentir me moláis aquí preguntándome
niñerías de la lengua; por tanto me resuelvo con vosotros en esto que, si os
contentan las cosas que en mis Cartas avéis notado, las toméis y las vendáis
por vuestras, que para ello yo os doy licencia; y que, si os parecen mal, las
dexéis estar, pues para mí harto me basta aver conocido por vuestras respuestas
que avéis entendido lo que he querido dezir en mis cartas.
M. Porque lo que en vuestras Cartas avemos notado es de calidad que ni lo podemos
tomar por bueno, porque no todos lo aprovamos del todo, ni lo podemos desechar
por malo, porque ay cosas que nos satisfazen y ay otras que no entendemos, es
menester que en todo caso nos deis cuenta, no solamente de lo que avéis
escrito, pero aun de lo que dello depende o puede depender. Vuestra fe y
palabra nos avéis dado y, aunque no queráis, la avéis de cumplir.
V. «No se haría más en el monte de Toroços» o, como acá dezís, «en el bosque de
Bacano»; y pues, como dizen en mi tierra, «donde fuerça viene, derecho se
pierde», yo me determino en obedeceros. Empeçad a preguntar, que yo os
responderé. Pero ya que assí lo queréis, será bien que todos tres os concertéis
en el orden que queréis llevar en vuestras preguntas, porque no os confundáis
en ellas; hazedlo assí, y entre tanto me salliré yo al jardín a tomar un poco
de aire.
M. Muy bien dezís; en merced os lo tenemos; andad con Dios, que presto os
llamaremos.
T. Pues avemos cogido y prendado a Valdés, aún no lo dexemos de ninguna manera sin
que primero lo esaminemos hasta el postrer pelo; porque yo lo tengo por tal,
que ninguna cosa escrive sin fundamento, y apostaría que tiene en sus Papeles
notadas algunas cosillas sobrêsta materia de que le queremos hablar. Esto creo
assí, porque no vi en mi vida hombre más amigo de scrivir; siempre en su casa
«sta hecho un San Juan Evangelista», la péñola en la mano, tanto que creo
escrive de noche lo que haze de día, y de día lo que ensueña de noche.
M. Bien dezís; y pues vos, que sois el más diestro en la lengua, sabréis mejor lo
que conviene preguntar, a vos toca ordenarlo de manera que no nos confundamos.
T. Antes yo me remito a qualquiera de vosotros que sois leídos, que yo más
m'entiendo de desordenar que de ordenar.
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M. Si os queréis governar por mí, haremos desta manera. En la primera parte le
preguntaremos lo que sabe del origen o principio que an tenido assí la lengua
castellana como las otras lenguas que oy se hablan en España; en la segunda lo
que pertenece a la gramática; en la tercera lo que le avemos notado en el
escrivir unas letras más que otras; en la quarta la causa que lo mueva a poner
o quitar en algunos vocablos una sílaba; en la quinta le pediremos nos diga por
qué no usa de muchos vocablos que usan otros; en la sesta le rogaremos nos
avise de los primores que guarda quanto al estilo; en la sétima le demandaremos
su parecer acerca de los libros que stan escritos en castellano. Al último
haremos que nos diga su opinión sobre quál lengua tiene por más conforme a la
latina, la castellana o la toscana. De manera que lo primero será del origen de
la lengua, lo segundo de la gramática, lo tercero de las letras (adonde entra
la ortografía), lo quarto de las sílabas, lo quinto de los vocablos, lo sesto
del estilo, lo sétimo de los libros, lo último de la conformidad de las
lenguas. ¿Conténtaos esta manera de proceder?
T. Es la mejor del mundo, con tal condición que la guardemos de tal manera que
ninguno se pueda sallir della.
C. Yo desseo siempre prevenir por no ser prevenido, y assí querría que pusiéssemos
escondido en algún lugar secreto un buen escrivano, para que notasse los puntos
principales que aquí se dixessen, porque podría ser que con este principio
engolosinássemos a Valdés de tal manera que le hiziéssemos componer qualque
diálogo de lo que aquí platicaremos.
M. Avéislo pensado muy bien; hágase assí: poned a messer Aurelio que, como sabéis,
es entendido en entramas lenguas, y ordenadle lo que ha de hazer, mientras que
yo voy a llamar a Valdés, que lo veo passear muy pensativo; pero mirad que
mandéis que el casero ste a la puerta, para que, si viniere alguno, sea quien
fuere, diga que no estamos aquí, porque no nos estorven; y, porque los que
vinieren lo crean y se vayan con Dios, mandad que los moços se passen a jugar
hazia la parte de la mar, porque de otra manera no haríamos nada.
C. Dezís muy bien; presto será hecho.
V. Ora sus, vedme aquí «más obediente que un fraile descalço quando es conbidado
para algún vanquete».
M. Soy cierto que la plática no puede andar sino bien y, porque no perdamos
tiempo, con licencia destos señores quiero yo tomar la mano.
T. Yo por mí tanto recibiré merced que vos hagáis todas las preguntas principales,
de manera que nosotros dos andemos sobresalientes.
M. Aceto la merced, y començando a preguntar, digo, señor Valdés, que lo primero
que querría saber de vos es de dónde tuvieron origen y principio las lenguas
que oy se hablan en España, y principalmente la castellana, porque, pues avemos
de hablar della, justo es que sepamos su nacimiento.
V. Muy larga me la levantáis; quanto que esto más es querer saber historias que
gramática, y, pues vosotros holgáis desto, de muy buena gana os diré todo lo
que acerca dello he considerado. Estad atentos, porque sobrêllo me digáis
vuestros pareceres. Y, porque la lengua que oy se habla en Castilla, de la qual
vosotros queréis ser informados, tiene parte de la lengua que se usava en
España antes que los romanos la enseñoreassen, y tiene también alguna parte de
la de los godos que sucedieron a los romanos, y mucha de la de los moros, que
reinaron muchos años, aunque la principal parte es de la lengua que
introduxeron los romanos, que es la lengua latina, será bien que primero
esaminemos qué lengua era aquella antigua que se usava en España antes que los
romanos viniessen a ella.
Lo que por la mayor parte los que son curiosos destas cosas tienen y creen, es
que la lengua que oy usan los vizcaínos es aquella antigua española. Esta
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opinión confirman con dos razones harto aparentes: la una es que, assí como las
armas de los romanos, quando conquistaron la España, no pudieron passar en
aquella parte que llamamos Vizcaya, assí tampoco pudo passar la lengua al
tiempo que, después de averse hecho señores de Spaña, quisieron que en toda
ella se hablasse la lengua romana. La otra razón es la disconformidad que tiene
la lengua vizcaína con qualquiera de las otras lenguas que el día de oy en
España se usan, por donde se tiene casi por cierto que aquella nación conservó
juntamente con la libertad su primera lengua. Desta mesma opinión fui yo un
tiempo, y creí que cierto fuesse assí, porque la una razón y la otra me
contentaron; pero aviéndolo después considerado mejor, y aviendo leído un poco
más adelante, soy venido en esta opinión: que la lengua que en España se
hablava antiguamente era assí griega como la que agora se habla es latina;
quiero dezir que, assí como la lengua que oy se habla en Castilla, aunque es
mezclada de otras, la mayor y más principal parte que tiene es de la lengua
latina, assí la lengua que estonces se hablava, aunque tenía mezcla de otras,
la mayor y más principal parte della era de la lengua griega. En esta opinión
he entrado por dos puertas. La una es leyendo a los historiadores, porque hallo
que griegos fueron los que más platicaron en España, assí con armas como con
contrataciones, y ya sabéis que estas dos cosas son las que hazen alterar y aun
mudar las lenguas; quanto más que se lee que griegos vinieron a abitar en
España, por donde es de creer que, no solamente guardaron su lengua, pero que
la comunicaron con las otras naciones, las quales, por ser, como es, rica y
abundante, la devieron de acetar. La otra puerta por donde soy entrado en esta
opinión es la consideración de los vocablos castellanos, porque, quando me
pongo a pensar en ellos, hallo que muchos de los que no son latinos o arávigos
son griegos, los cuales creo sin falta quedassen de la lengua antigua, assí
como quedaron también algunas maneras de dezir, porque, como sabéis, el que
habla en lengua agena siempre usa algunos vocablos de la suya propia, y algunas
maneras de dezir.
M. Cosa nueva es para mí, no lo que toca a las historias, sino lo que dezís que la
lengua castellana tenga tanto de la griega, y, si no me lo tuviéssedes a mal,
no lo querría creer hasta ver primero cómo lo prováis.
V. Aunque el creer sea cortesía, yo huelgo que desto que os he dicho no creáis más
de lo que viéredes.
M. Acetamos la licencia, y mirad que no os admitiremos los vocablos griegos que la
lengua castellana ha tomado de la sagrada escritura, como son escandalizar,
atesorar, evangelio, apóstol, ni otros que son como anexos a éstos, assí como
ciminterio y martilojo, ni tampoco los que parece sean de la medicina, como
cristel, paroxismo, efímera, gargarismo, porque quiero que en sí muestren su
antigüedad, porque de otra manera no valerá nada vuestra razón.
V. Bien me podría servir de alguno de los que avéis dicho, pero no quiero sino
dexarlos por no contender, y deziros algunos otros que a mi ver muestran ser
antiguos assí bien que bastan harto para que creáis que lo que digo es verdad;
éstos son apeldar por huir, malatía por enfermedad, cillero por 'el lugar donde
ponden la harina', fantasía por presunción, gaçafatón por 'cosa mal dicha',
tío, rávano, cara, carátula, cadira por silla; también creo que quedassen del
griego trévedes y chimenea, y aun brasa y abrasar, porque BRASO quiere dezir
hiervo, y açomar, masa, moço, mesta, cañada, barrio, cisne, pinjado, artesa,
tramar, truhán, mandra, celemín, glotón, tragón y tragar. Ay también algunos
que comiençan en pan-, y tienen del griego, como son pantuflos, pandero,
panfarrón, y otros muchos que deve aver en que yo no he mirado; ay también
otros vocablos que, aunque tienen del latín, parecen claramente ser forjados a
la sinificación de otros griegos que sinifican lo que ellos; destos es
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dexemplar, que en algunas partes de Spaña usan por disfamar; el qual vocablo
creo yo sea forjado desta manera: que soliendo dezir, como el griego dize
PARADIGMA que quiere dezir EXEMPLUM, el español, quiriendo hablar latín, habló
a su modo y dixo dexemplar; así como el francés, porque, hablando su lengua,
por sí dice OUI-DA, quando viene a hablar latín, no se contenta con dezir ITA,
sino añádele el -DA de su lengua y dize ITA-DA. Esto me parece que os deve
bastar quanto a los vocablos. Quanto a las maneras de dezir, si miráis en ello,
hallaréis muy muchas.
M. Ea, dezid algunas.
V. Porque Luciano, de los autores griegos en que yo he leído, es el que más se
allega al hablar ordinario, os daré dél los exemplos.
M. Más los quisiera de Demóstenes.
V. Y aun yo holgara de dároslos siquiera de Isócrates, pero contentáos con que os
dé de lo que tengo. Quando en castellano queremos dezir que 'uno tiene bien de
bivir' dezimos que tiene buena passada; desta mesma manera, quiriendo dezir
esto mesmo, dize Luciano CE DIARCI TON PORON; y en castellano, quiriendo dezir
'nuestra hazienda' o 'su hazienda' dezimos lo nuestro o lo suyo («Quien da lo
suyo antes de su muerte, merece que le den con un maço en la frente», adonde
dize lo suyo por 'su hazienda') y Luciano en la mesma sinificación dize TA
IMETERA. También, si en castellano amenazamos a un moço o muchacho, quiriendo
dezir que lo castigaremos, dezimos «Pues si yo te empieço», y de la mesma
manera dize Luciano MU CATIRXATO, que quiere dezir me empeçó, por 'me dio'.
Para confirmación desta mi opinión, aliende de lo dicho, puedo también alegar
la conformidad de los artículos y otras cosas, si no os contentáis con lo
alegado.
M. Antes abasta harto lo que avéis dicho, y de verdad parece harto aparente y
razonable esta vuestra opinión, y yo tanto de oy más la terné también por mía,
y lo mesmo creo que harán estos dos señores. Agora, presuponiendo que es assí
como vos dezís, que la lengua que en España se hablava antes que los romanos,
aviéndola enseñoreado, le introduxessen su lengua, era assí griega como es
latina la que agora se habla, proseguid adelante.
V. La vida me avéis dado en no querer contender sobrêsto, porque por no porfiar me
dexara vencer, haziendo mi cuenta que «más vale quedar por necio que ser tenido
por porfiado». Pero mirad que, si alguno querrá dezir que la lengua vizcaína es
en España aun más antigua que la griega, yo tanto no curaré de contender sobre
lo contrario, antes diré que sea mucho en buena hora assí como lo dirá, con
tanto que a mí me conceda el señor Torres lo que digo.
T. No os concederé yo tan presto lo que avéis concluido, porque Gayo Lucio y los
tres Cipiones, Claudio Nerón y Sempronio Graco, siendo romanos, latinos y
griegos, no hablaran con turdetanos, celtiberos, o iberos y cántabros por
intérpretes, si la lengua antigua de Spaña fuera griega, ni los mercadantes de
Fenicia avían necessidad de intérprete en el contratar de sus mercaderías con
los antiguos de Spaña, antes que cartagineses y romanos la combatiessen.
V. Abasta que la lengua latina, como he dicho, desterró de Spaña a la griega, la
qual assí mezclada y algo corrompida se platicó en España hasta la venida de
los godos, los quales, aunque no desterraron la lengua latina, todavía la
corrompieron con la suya, de manera que ya la lengua latina tenía en España dos
mezclas, una de la griega, según mi opinión, y otra de los godos. El uso desta
lengua assí corrompida duró por toda España, según yo pienso, hasta que el rey
don Rodrigo en el año de setecientos y diez y nueve, poco más o menos,
desastradamente la perdió, quando la conquistaron ciertos reyes moros que
passaron de África, con la venida de los quales se començó a hablar en España
la lengua aráviga, eceto en Asturias, en Vizcaya y Lepuzca, y en algunos
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lugares fuertes de Aragón y Cataluña, las quales provincias los moros no
pudieron sujuzgar, y assí se salvaron muchas gentes de los cristianos, tomando
por amparo y defensión la aspereza de las tierras, adonde, conservando su
religión, su libertad y su lengua, estuvieron quedos hasta que en Asturias,
adonde se recogió mayor número de gente, alçaron por rey de Spaña al Infante
don Pelayo, el qual con los suyos començó a pelear con los moros, y,
ayudándoles Dios, ivan ganando tierra con ellos, y assí como los sucessores
deste rey sucedían en el reino, assí también sucedían en la guerra contra los
moros, ganándoles quando una cibdad y quando otra, y quando un reino y quando
otro. Esta conquista, como creo sabéis, duró hasta el año de mil y
quatrocientos y noventa y dos, en el qual año los Reyes Católicos de gloriosa
memoria, ganando el reino de Granada, echaron del todo la tiranía de los moros
de toda España. En este medio tiempo no pudieron tanto conservar los españoles
la pureza de su lengua, que no se mezclasse con ella mucho de la aráviga,
porque, aunque recobravan los reinos, las cibdades, villas y lugares, como
todavía quedavan en ellas muchos moros por moradores, quedávanse con su lengua;
y, aviendo durado en ella hasta que pocos años ha el Emperador les mandó se
tornassen cristianos o se saliessen de Spaña, conversando entre nosotros, annos
pegado muchos de sus vocablos. Esta breve historia os he contado, porque, para
satisfazeros a lo que me preguntastes, me pareció convenía assí. Agora, pues
avéis visto cómo, de la lengua que en España se hablava antes que conociesse la
de los romanos, tiene oy la castellana algunos vocablos y algunas maneras de
dezir, es menester que entendáis cómo de la lengua aráviga ha tomado muchos
vocablos; y avéis de saber que, aunque para muchas cosas de las que nombramos
con vocablos arávigos tenemos vocablos latinos, el uso nos ha hecho tener por
mejores los arávigos que los latinos; y de aquí es que dezimos antes alhombra
que tapete, y tenemos por mejor vocablo alcrevite que piedra sufre, y azeite
que olio, y, si mal no m'engaño, hallaréis que para solas aquellas cosas que
avemos tomado de los moros no tenemos otros vocablos con que nombrarlas que los
arávigos, que ellos mesmos, con las mesmas cosas, nos introduxeron; y, si
queréis ir avisados, hallaréis que un al- que los moros tienen por artículo, el
qual ellos ponen al principio de los más nombres que tienen, nosotros lo
tenemos mezclado en algunos vocablos latinos, el qual es causa que no los
conozcamos por nuestros. Pero, con todos estos embaraços y con todas estas
mezclas, todavía la lengua latina es el principal fundamento de la castellana,
de tal manera que, si a vuestra pregunta yo uviera respondido que el origen de
la lengua castellana es la latina, me pudiera aver escusado todo lo demás que
he dicho; pero mirad que he querido ser liberal en esta parte, porque me
consintáis ser escasso en las demás.
T. Creo yo, según lo que conozco de vuestra condición, que, aunque os roguemos
seáis escasso, seréis liberal, especialmente desta mercancía en que con la
liberalidad no se desmengua el caudal.
M. No os ha respondido mal; y vos nos avéis muy bien satisfecho a nuestra
pregunta, porque, assí vuestra opinión acerca de la primera lengua, como acerca
de la corrupción de la latina, parece no se puede negar; pero, pues tenemos ya
que el fundamento de la lengua castellana es la latina, resta que nos digáis de
dónde vino y tuvo principio que en España se hablassen las otras quatro maneras
de lenguas que oy se hablan: como son la catalana, la valenciana, la portuguesa
y la vizcaína.
V. Diréos no lo que sé de cierta ciencia, porque no sé nada desta manera, sino lo
que por conjeturas alcanço, y lo que saco por discreción; por tanto me contento
que vosotros a lo que dixere deis el crédito que quisiéredes; y, con este
presupuesto, digo que dos cosas suelen principalmente causar en una provincia
9
diversidades de lenguas: la una es no estar toda debaxo de un príncipe, rey o
señor, de donde procede que tantas diferencias ay de lenguas, quanta diversidad
de señores; la otra es que, como siempre se pegan algo unas provincias
comarcanas a otras, acontece que cada parte de una provincia, tomando algo de
sus comarcanas, su poco a poco se va diferenciando de las otras, y esto no
solamente en el hablar, pero aun también en el conversar y en las costumbres.
España, como sabéis, ha estado debaxo de muchos señores, y es assí que, dexado
a parte que aun hasta Castilla estuvo dividida, no ha muchos años que Cataluña
era de un señor al qual llamavan conde, y Aragón era de otro señor al qual
llamavan rey; los quales dos señores vinieron a juntarse por casamientos, y
después por armas conquistaron el reino de Valencia que era de moros; y,
andando el tiempo, lo uno y lo otro vino a juntarse con Castilla; y los reinos
de Granada y Navarra tenían también sus señoríos, aunque ya agora, a su
despecho, el uno y el otro están debaxo de la corona de Castilla; y Portugal,
como veis, aun agora sta apartada de la corona de Spaña, teniendo como tiene
rey de por sí. La qual diversidad de señoríos pienso yo que en alguna manera
aya causado la diferencia de las lenguas, bien que qualquiera dellas se
conforma más con la lengua castellana que con ninguna otra; porque, aunque cada
una dellas ha tomado de sus comarcanos, como Cataluña que ha tomado de Francia
y de Italia, y Valencia que ha tomado de Cataluña, todavía veréis que
principalmente tiran al latín, que es, como tengo dicho, el fundamento de la
lengua castellana, de la qual, porque os tengo dicho todo lo que sé y puedo
dezir, no curo de hablar más. De la vizcaína querría saberos dezir algo, pero,
como no la sé ni la entiendo, no tengo que dezir della sino solamente esto,
que, según he entendido de personas que la entienden, también a ella se le an
pegado muchos vocablos latinos, los quales no se conocen, assí por lo que les
an añadido, como por la manera con que los pronuncian. Esta lengua es tan agena
de todas las otras de Spaña, que ni los naturales della son entendidos por ella
poco ni mucho de los otros, ni los otros dellos.
La lengua catalana diz que era antiguamente lemosina, que es agora lenguadoc;
hase apurado tomando mucho del latín, sino que no le toma los vocablos enteros;
y tomando algo del francés puro, y también del castellano y del italiano. La
valenciana es tan conforme a la catalana, que el que entiende la una entiende
casi la otra, porque la principal diferencia consiste en la pronunciación que
se llega más al castellano, y assí es más intelegible al castellano que la
catalana. La portuguesa tiene más del castellano que ninguna de las otras,
tanto que la principal diferencia que a mi parecer se halla entre las dos
lenguas es la pronunciación y la ortografía.
M. Siendo esto que dezís assí, ¿cómo en Aragón y Navarra, aviendo sido casi
siempre reinos de por sí, se habla la lengua castellana?
V. La causa desto pienso que sea que, assí como los cristianos que se recogieron
en Asturias debaxo del rey don Pelayo ganando y conquistando a Castilla
conservaron su lengua, assí también los que se recogieron en algunos lugares
fuertes de los montes Pirineos y debaxo del rey don Garci Ximénez, conquistando
a Aragón y Navarra conservaron su lengua, aunque creo que también lo aya
causado la mucha comunicación que estas dos provincias an siempre tenido en
Castilla. Y la causa por que, según yo pienso, en el Andaluzía y en el reino de
Murcia la vezindad de la mar no ha hecho lo que en las otras provincias, es que
los castellanos conquistaron estas provincias en tiempo que ya ellos eran
tantos que bastavan para introducir su lengua, y no tenían necessidad del
comercio de otras naciones para las contrataciones que sustentan las
provincias.
M. Bien me satisfazen essas razones, y, quanto a esto, con lo dicho nos
10
contentamos, y assí queremos que dexéis aparte las otras quatro lenguas y nos
digáis solamente lo que toca a la lengua castellana.
V. Si me avéis de preguntar de las diversidades que ay en el hablar castellano
entre unas tierras y otras, será nunca acabar, porque, como la lengua
castellana se habla no solamente por toda Castilla, pero en el reino de Aragón,
en el de Murcia con toda el Andaluzía, y en Galizia, Asturias y Navarra, y esto
aun hasta entre la gente vulgar, porque entre la gente noble tanto bien se
habla en todo el resto de Spaña, cada provincia tiene sus vocablos propios y
sus maneras de dezir; y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y
unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y otras, y el navarro
otros y otras, y aun ay otros y otras en tierra de Campos, que llaman Castilla
la Vieja, y otros y otras en el reino de Toledo. De manera que, como digo,
nunca acabaríamos.
T. No os queremos meter en ese labirinto; solamente, como a hombre criado en el
reino de Toledo y en la corte de Spaña, os preguntaremos de la lengua que se
usa en la corte, y, si alguna vez tocaremos algo dessotras provincias,
recibiréislo en paciencia.
V. Mientras me mandárades acortar la materia y no alargarla, de buena voluntad os
obedeceré.
M. ¿Creéis que la lengua castellana tenga algunos vocablos de la hebrea?
V. Yo no me acuerdo sino de solo uno, el qual creo se le aya pegado de la
religión; éste es abad, de donde viene abadessa, abadía y abadengo.
C. Este último vocablo es muy nuevo para mí; no passéis adelante sin dezirme qué
quiere dezir abadengo.
V. Porque en la lengua castellana de real se dice realengo 'lo que pertenece al
rey', quisieron los clérigos, con su acostumbrada humildad, por parecer a los
reyes, que de abad se llamase abadengo 'lo que pertenece al abad o abadía'.
T. ¿Paréceos a vos que fueron muy necios?
V. No m'empacho con clérigos. También saco por costal o talega es hebreo, de donde
lo ha tomado el castellano, assí como casi todas las otras lenguas que an
sucedido a la hebrea.
M. ¿Ay algunos vocablos deduzidos de la lengua italiana?
V. Pienso yo que jornal, jornalero y jornada an tomado principio del GIORNO que
dezís acá en Italia; es verdad que también se lo puede atribuir assí Cataluña.
T. Verdaderamente creo sea assí como dezís; nunca avía mirado en ello.
V. Bien creo que aya también algunos otros vocablos tan propios castellanos que,
sin tener origen de ninguna otra lengua, con el tiempo an nacido en la
provincia.
M. Quanto al origen de la lengua basta harto saber lo que nos avéis dicho. Agora
querríamos saber de vos, en lo que pertenece a la gramática, qué conformidad
tiene la lengua castellana con las otras lenguas de que ha tomado vocablos con
que ataviarse y componerse.
V. Muy larga me la levantáis, si queréis meterme en reglas gramaticales; pero,
porque no digáis que no os obedezco, diré lo que assí de presto se me ofrecerá.
M. Nosotros nos contentamos con esso.
V. Quanto a la conformidad, digo que se conforma la lengua castellana con la
griega en esto, que tiene, como ella, sus artículos.
T. ¿A qué llamáis artículos?
V. A el, la y lo, los y las.
T. Ya lo entiendo.
M. ¿De qué manera usáis destos artículos?
V. El ponemos con los nombres masculinos diziendo el hombre, y la ponemos con los
nombres femeninos diziendo la muger; y lo juntamos a los nombres neutros
11
diziendo lo bueno; pero déste solamente tenemos singular, y no plural como de
los otros, que tenemos los para masculino, diziendo los hombres, y las para
femenino, diziendo las mugeres.
C. ¿Y para los otros casos tenéis artículos?
V. Para el genitivo masculino tenemos del, diziendo del hombre, y para el femenino
de la, diziendo de la muger. Aunque yo creo, assí en el un género como en el
otro, sobre el artículo del nominativo se añade un de, sino que en el masculino
se pierde la e, y por no dezir deel hombre dezimos del hombre.
T. Sin dubda creo que sea assí.
V. Estos mesmos artículos sirven para el ablativo, porque quando dezimos «Del lobo
un pelo y ésse de la frente», aquel del lobo sta en ablativo. De la mesma
manera en el dativo y acusativo ponemos sobre el artículo del nominativo una a,
sino que en el masculino perdemos la e, diziendo «Dixo el asno al mulo: ¡harre
allá! orejudo», adonde aquel al sta por a el. En el femenino no se pierde nada,
porque dezimos «Dixo la sartén a la caldera: ¡tira allá! cul-negra». De la
mesma manera hazemos en el artículo neutro que en femenino, porque assí
poniendo un de sobre el artículo del nominativo formamos el del genitivo y
ablativo, y poniendo una a formamos el del dativo y acusativo, porque dezimos
de lo para genitivo y ablativo, y a lo para dativo y acusativo: «De lo contado
come el lobo», etcétera; y assí como en el singular dezimos el, del y al en el
género masculino, y la, de la y a la en el femenino, assí en el plural en el
masculino dezimos los, de los y a los, y en el femenino las, de las y a las; el
artículo neutro ya he dicho que no tiene plural.
M. Harto basta lo dicho quanto a la conformidad de los artículos; proseguid
adelante.
V. Con la lengua hebrea se conforma la castellana en no variar los casos, porque
en el singular tienen todos ellos una sola terminación, y en el plural otra,
assí como bueno y buenos, hombre y hombres. Con la mesma lengua se conforma en
poner en muchos vocablos el acento en la última, y en usar algunas vezes el
número singular por el plural; y assí dize mucha naranja, passa o higo, por
muchas naranjas, passas o higos. Confórmase también en juntar el pronombre con
el verbo, diziendo dadle y tomaráse como parece por este refrán: «Al ruin dadle
un palmo, y tomaráse quatro». Con la lengua latina se conforma principalmente
en algunas maneras de dezir, y en otras, como avéis oído, se conforma con la
griega. Confórmase también con el latín en el a.b.c, aunque difieren en esto,
que la lengua castellana tiene una j larga que vale por gi, y tiene una que
nosotros llamamos cerilla, la cual haze que la c valga por z; tiene más una
tilde que en muchas partes puesta sobre la n vale tanto como g.
T. De manera que, según esso, podremos bien dezir que el a.b.c. de la lengua
castellana tiene tres letras más que el de la latina.
C. Aun hasta en esto queréis ganar honra; sea mucho en buena hora.
V. Quanto a la gramática, con deziros tres reglas generales que yo guardo, pensaré
aver cumplido con vosotros; las quales a mi ver son de alguna importancia para
saber hablar y escrivir bien y propiamente la lengua castellana.
T. Conmigo tanto, y aun sin dezir ninguna, cumpliríades.
M. ¿Por qué?
T. Porque nunca fui amigo destas gramatiquerías.
M. Y aun por esto es regla cierta que «tanto aprueva uno quanto alcança a
entender»; vos no sois amigo de gramatiquerías, porque no sabéis nada dellas,
y, si supiéssedes algo, dessearíades saber mucho, y assí por ventura seríades
amigo dellas.
T. Puede ser que sería assí, no lo contradigo. Dezid vos vuestras tres reglas;
quiçá, sabidas, aprovaré la gramática.
12
V. La primera regla es que miréis muy atentamente si el vocablo que queréis hablar
o escrivir es arávigo o latino, porque, conocido esto, luego atinaréis cómo lo
avéis de pronunciar o escrivir.
M. Sta bien, pero esso más pertenece para la ortografía y pronunciación que para
la gramática.
V. Assí es la verdad, yo os digo lo que se me ofrece; ponedlo vosotros en el lugar
que quisiéredes.
M. Bien dezís, pero sería menester que nos diéssedes alguna regla la qual nos
enseñasse hazer diferencia entrêssos vocablos.
V. Quanto que yo no os sabría dar más que una noticia confusa, la qual os servirá
más para atinar que para acertar.
M. Con essa nos contentaremos; dezídnosla.
V. Quanto a lo primero, presuponed que por la mayor parte todos los vocablos que
viéredes que no tienen alguna conformidad con los latinos y griegos son
arávigos; en los quales casi ordinariamente veréis h, x o z, porque estas tres
letras son muy anexas a ellos, y de aquí procede que los vocablos que tienen F
en el latín, convertidos en el castellano, la F se torna en h, y assí de FAUA
dezimos hava; y aun por la mesma causa en muchas partes de Castilla convierten
la S latina en x, y por sastre dizen xastre; lo mesmo hazen comúnmente
convirtiendo la C latina en z, y assí por FACIUNT dizen hazen; las quales todas
son pronunciaciones que tienen del arávigo, pero son tan recibidas en el
castellano que, si no es en el sastre y otros como él, en los demás se tiene
por mejor la pronunciación y escritura aráviga que la latina. Esto os he dicho
porque, si viéredes un vocablo con una destas tres letras, no penséis luego que
es arávigo hasta aver esaminado si tiene esta mudança de letras o no. Quanto a
lo demás, sabed que casi siempre son arávigos los vocablos que empieçan en al-,
como almohada, alhombra, almohaça, alhareme; y los que comiençan en az-, como
azaguán, azar, azagaya; y los que comiençan en col-, como colcha, colgajo,
cohecho; y los que comiençan en ça-, como çaherir, çaquiçamí, çafio; y los que
comiençan en ha-, como haxa, haragán, harón; y los que comiençan en cha-, chi-,
cho-, chu-, como chapín, chinela, choça, chueca; y los que comiençan en en-,
como enhelgado, enhaziado, endechas; y los que comiençan en gua-, como
Guadalherza, Guadalquevir, Guadarrama; y éstos por la mayor parte son nombres
de ríos o de lugares; y los que comiençan en xa-, xe-, como xáquima, xerga. De
los vocablos latinos enteros no es menester daros regla, pues sin ella vosotros
los conoceréis, como también atinaréis en los corrompidos poniendo en ello un
poco de diligencia y trabajo; pero advertid que, assí como en los vocablos
arávigos no sta bien al castellano aquel pronunciar con la garganta que los
moros hazen, assí tampoco en los vocablos latinos no conviene pronunciar
algunas cosas tan curiosamente como las pronunciáis los latinos; esto digo por
la superstición con que algunos de vosotros hablando castellano, pronunciáis la
s.
M. Digo que tenéis mucha razón, y que tengo este aviso por muy bueno, considerando
que tampoco nosotros pronunciamos en el latín los vocablos que tenemos de la
lengua griega y de la hebrea con aquella eficacia y vehemencia que los
pronuncian los griegos y hebreos.
V. La segunda regla consiste en saber poner en cada vocablo su propio artículo;
quiero dezir juntar con el nombre masculino y neutro sus propios artículos, y
decir: «El abad de donde canta de allí yanta» y «Al ruin quando lo mientan
luego viene»; y juntar con el nombre femenino los artículos femeninos, diziendo
assí: «La muger y la gallina por andar se pierde aína», y «El polvo de la oveja
alcohol es para el lobo»; de manera que ni al nombre masculino pongáis artículo
femenino, ni juntéis con el femenino artículo masculino.
13
UNIDAD 6

- Sánchez Méndez, J.P. (2003) Historia de la lengua española en América. Barcelona. Tirant Lo Blanch.
Págs. 17-59.
- Obediente Sosa, E. (2000) Biografía de una lengua. Cap. “El español en América”. Costa Rica. LUR.
- Fontanella de Weinberg, M.B. (1992) El español de América. Parte I, cap. III: “Desarrollo de los
principales rasgos del español americano”. Madrid. Mapfre. Págs. 55-111.
- Iparraguirre, C. (2015) “Hacia una definición del español neutro”. Revista Síntesis. N° 5. Universidad
Nacional de Córdoba. https://revistas.unc.edu.ar/index.php/sintesis/article/view/13159.
- Bravo García, E. (2011) “El español internacional: valoración actual y usos específicos”. En: Congosto
Marín, Y. y E. Méndez García de Paredes (eds.) Variación lingüística y contacto de lenguas en el mundo
hispánico. Madrid. Vervuert Iberoamericana.
HISTORIA DE LA LENGUA
ESPAÑOLA EN AMÉRICA

JUAN SÁNCHEZ MÉNDEZ


Universitat de Valencia

tlrant lo blllanch
Valencia, 2003
UNIVERSIDAD DE SEVILLA
rae. Filología· Biblioteca
'" n,

16
Juan Sánchez Méndez

cios. El uso que cada uno hace de ese legado común nunca debe
convertirse en algo que nos separe. No nos referimos a la
unidad de la lengua o su temida fragmentación a laque muchos
han dedicado brillantes páginas, sino a la tolerancia hacia el
otro y sus diferencias, tan legítimas como las nuestras. Como
veremos a lo largo de estas páginas, a pesar de las diferencia que Primera Parle
han escandalizado a unos en pro de la unidad idiomática o que INTRODUCCiÓN
otros han potenciado en busca de una pretendida identidad, se
mantiene por encima de todo una unidad que, lejos de ser
monolítica, es variada, flexible, amplia y rica en variedades y
1. CUESTIONES GENERALES SOBRE LA EVOLU-
formas que, por paradójico que pudiera parecer, pertenecen a
una tradición común, a una historia conjunta que nos une en
CIÓN DE LA LENGUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA
lugar de separarnos a través de los siglos. No existe hasta el momento ningún estudio que se haya
ocupado de la historia del español de América de modo global.
Esto no quiere decir que la diacronía de la lengua en el Nuevo
Mundo no haya interesado a numerosos investigadores desde,
Juan Sánchez Méndez al menos, finales del siglo XIX, si bien, el auge de los estudios
de índole histórica se desarrollará a partir de la segunda mitad
Universitat de Valencia
del siglo :XX.
La mayoría de los trabajos y estudios históricos, algunos de
gran valor, se ha centrado siempre en aspectos parciales de la
evolución lingüística: bien en el Oligen y desarrollo de determi-
nados rasgos, bien en la historia de la lengua en determinadas
,
'"
1 regiones del continente. Todos ellos hacen posible esbozar un
panorama general de los principales hitos y hechos que carac-
I terizan el devenir histórico de la lengua en América. Pero,
lamentablemente, no es posible en estos momentos sintetizar
conclusiones a partir de estudios diacrónicos que nos permitan
entender la evolución lingüística de Hispanoamérica en sus
detalles, ya que la misma visión general adolece a veces de
carencia de datos sobre algunas zonas, por lo que han de ser
inferidos a partir de lo que conocemos del estado actual de la
lengua y de los dispersos hechos que nos vienen del pasado.
Mientras hay algunos países como México o Argentina que
cuentan con abundantes estudios de índole histórica, otras
zonas apenas han comenzado a presentar investigaciones con-
18 Juan Sál1chez Mél1dez 19
Historia de la lengua espail01a en América

cluyentes en época reciente, como Puerto Rico. Pero para el zaron a aparecer hasta mediados del siglo xx. Aunque eran
resto de regiones contamos sólo con una vaga descripción otros los intereses que en ese momento acuciaban a la investi-
aproximativa, cuando no inexistencia total de estudios. Por lo gación y dejaban en un segundo plano la evolución histólica,
tanto, el lector encontrará inevitables lagunas en la exposición dos fueron, principalmente, las razones que impidieron no sólo
de todo lo que sigue, que están a la espera de un estudio la elaboración de un estudio totalizador del espaüol americano
científico exhaustivo que arroje luz sobre estos y otros proble- (cfr. G. de Granda, 1994, 17-18), sino también la investigación
mas de la historia de la lengua en América. histórica de muchos de sus aspectos: por un lado, el gran
Adoptaremos un criterio y punto de vista general (a veces desconocimiento, hasta mediados del siglo XX, de la realidad
demasiado general por la escasez de datos) en detrimento de lingüística americana. Basta revisar la bibliografía existente
detalles concretos de importancia, cuyo desconocimiento, a hasta ese momento para comprobar que gran parte del esfuer-
falta de ser estudiados, nos obliga a actuar con cautela a fin de zo de la investigación estaba centrado en el estudio de los
evitar imprecisiones y falsedades. Sin contar con estudios de principales rasgos que definían al español de América
seguimiento exhaustivo de aspectos lingüísticos y de reooiones globalmente. Como veremos más adelante, apenas aparecían
enteras particulares, sólo podemos servirnos de obras de ~lcan­ consideraciones diacrónicas como centro de interés, si no era
ce general que se apoyan muchas veces en observaciones para apoyar o rechazar determinadas características. Por otro
parciales. Por lo tanto, este libro pretende ser más una intro- lado, la investigación estaba condicionada por la inadecuación
d~cci?n a la historia de la lengua española en América que una o carencia de fl.lentes apropiadas para el estudio de la evolución
hIstoria en sÍ. Nuestro principal objetivo, más que el de intentar de la lengua en el continente. Hasta época muy reciente no han
abarcar todos los aspectos posibles, ha consistido en una comenzado a publicarse creptomatías que ofrecen transcrip-
sistematización y ordenación de lo que sabemos hasta ahora l. ciones de documentos coloniales suficientemente fiables.
El hecho de que la historia de las distintas variedades america- Podemos seüalarcuatro etapas en la investigación diacrónica
nas del español (y a veces las variedades mismas) sea en del espaüol americano a lo largo del siglo XX (B. Fontanella,
ocasiones poco y mal conocida invita a la prudencia. 1992). La primera llega hasta la década de los aüos 60. Durante
Si bien las consideraciones diacrónicas de diversa índole este tiempo los trabajos estaban más centrados en la discusión
sobre el español americano aparecen desde el primer momento de distintas teorías sobre el origen de diversos fenómenos más
en los trabajos del gran filólogo colombiano Rufino José Cuer- o menos generales que caracterizan el español de América que
vo, con el que se inicia en propiedad el estudio científico del en su evolución en sÍ. Tres fueron las principales posiciones que
español en América, los estudios de perfil histórico no comen- se expusieron, de las cuales las dos últimas originaron una
apasionada y agria discusión que ocupó varias décadas de
réplicas y contrarréplicas entre ilustres lingüistas. Esto, en
última instancia, manifestaba la ausencia de una documenta-
El Proyecto Coordi11ado para el Estudio Histórico del Espmlo[ de América ción exhaustiva que arrojase luz sobre los problemas aborda-
de la Asociación de Lingüística y Filología de América Latina (ALFAL) dos. Tan urgente se hizo conocer el origen de los principales
pretende llenar las lagunas existentes a través de trabajos realizados rasgos del español americano y tan contrastadas -y enfrenta-
d~sde las distintas zonas y la confrontación sincrónica y diacrónica de las
dIversas variedades americanas a fin de ofrecer un estudio global de
das- fueron las hipótesis vertidas al respecto que se abandonó
todos los aspectos implicados. casi por completo toda aquella investigación de la historia del
20 Juan Sál1chez Mélldez Historia de la lel1gua espafíola en América 21

español americano que no guardase relación con la etapa de últimas teorías, pero a medida que la documentación, tanto
orígenes. americana como peninsular, iba arrojando luz sobre el tema, la
investigación fue decantándose cada vez más hacia los argu-
La primera de las posiciones teóricas sobre el origen de los
mentos andalucistas, si bien con importantes matizaciones que
fenómenos más característicos de las modalidades americanas
fue postulada por R. Lenz, quien, a principios de siglo, sostuvo veremos más adelante.
que los rasgos más característicos del español de Chile podrían Tal predilección por la defensa de estas teorías dio frutos
deberse a influencia de substrato indígena. Esta hipótesis fue muy provechosos y no sólo avanzó en nuestro conocimiento
seguida con entusiasmo por otros lingüistas en un momento en sobre unos tiempos cruciales e importantes de gestación de las
el que las teorías de substrato comenzaban a aplicarse modalidades americanas, sino que estimuló el avance en otros
sistemáticamente entre los romanistas para explicar la frag- campos de interés (como los estudios demográficos sobre la
mentación lingüística de la Romania y las caracteristicas más colonización en la primera centuria en América) y abrió nuevas
sobresalientes de algunos romances. América se había conver- vías de investigación, que, en conjunto, configurarán el estadio
tido en el campo de experimentación ideal en el que transplantar siguiente.
las teorías más importantes sobre la fragmentación del latín A fines de la década de los sesenta se inicia una segunda
para ver cómo operaban en la diversificación del castellano. etapa caracterizada por monografías y trabajos aislados limita-
Esta teoría fue abandonándose poco a poco a medida que dos a un lapso temporal corto y a una zona poco extensa,
aumentaba el conocimiento de la realidad dialectal hispánica. generalmente para tratar en profl.l11didad algún problema lin-
A su vez, el centro de interés se fue desplazando hacia otros güístico específico basándose en un rico corpus de documen-
temas, como el del origen de los principales rasgos del español tos. Una investigación ejemplar en este sentido fue la de OIga
americano (seseo, yeísmo, confusión de líquidas, etc.). Cock Hincapié (1969), sobre el origen y evolución del seseo en
La segunda teoría a la que se han adherido numerosos Colombia. Lo importante de los estudios que se desarrollan en
investigadores de prestigio (Wagner, Menéndez Pidal, Lapesa, esta época es que tienen en común el haber utilizado documen-
etc.) sostiene que la génesis de la mayor parte de los rasgos tos contemporáneos a los hechos para analizar y seguir en
generales del español americano se d<,;be al influjo que los profundidad la evolución de un determinado rasgo (fonético,
andaluces y gentes venidas de otras regiones meridionales de la morfológico o sintáctico) en un período limitado mediante la
Península y Canarias tuvieron en la conformación de las diver- utilización de una rigurosa metodología lingüística.
sas hablas (teoría andalucista). Frente a esta teoría surge
A partir de la década de los ochenta empieza una nueva etapa
contemporáneamente otra completamente opuesta, denomi- en la investigación de historia de la lengua española en Améri-
nada teoría poligenética, en la que destacan otros notables ca. Junto con la continuación de estudios específicos, comien-
lingüistas como P. Henríquez Ureña o D. Alonso. Para estos zan a aparecer importantes contribuciones referidas a la tra-
autores los rasgos más destacados del español americano se
yectoria total y plurisecular de la lengua en todos, o en muchos
debieron a un desarrollo independiente al margen de las len-
de sus niveles, en varios territorio más o menos amplios: por
guas indígenas y del andaluz. Las similitudes de muchos de ejemplo, Puerto Rico, estudiado magistralmente por M. Álvarez
estos rasgos con los meridionales de España se debieron en Nazario (1982 y 1991); Quesada Pacheco (1992) para Costa
todo caso a un desarrollo paralelo, no a una influencia directa. Rica; Tucumán, en el Noroeste de Argentina, investigado en
Hasta los años sesenta siguió debatiéndose en torno a estas dos profundidad y con rigor por E. Rojas (1985); la zona bonaeren-
22 Juall Sállchez Mél1dez Historia de la lengua espail0la eH América 23

se de la que se ocupó exhaustivamente B. Fontanella o el un novedoso marco teórico del que hablaremos más adelante,
estudio de J. Sánchez Méndez, para Venezuela y Ecuador ha venido publicando diversos artículos, agrupados en 1994, en
(1988). Estos trabajos se caracterizan por apoyarse en un los que trata con rigor la formación y evolución de las varieda-
riquísimo acopio documen tal y la mayoría constituye modelos des americanas. No hemos de olvidar el importante y volumi-
de construcción histórica rigurosa y completa. El hecho de que noso conjunto de trabajos editado por César Hernández (1992),
se trate de estudios globales permite tanto la visión de conjunto en el que se recogen contribuciones de diferentes autores, que
de la evolución de los distintos fenómenos lingüísticos como la permiten una valiosa visión de conjunto sobre la evolución
comparación fyuctífera entre diversas zonas. histórica Y la situación actual de la lengua en los distintos
Junto a estos trabajos siguieron apareciendo a lo largo de la países.
década de los ochenta y noventa otros estudios más limitados Asimismo, se han multiplicado los esfuerzos para paliar la
en el espacio y el tiempo, como, el de A. García CmTillo (1988) escasez de fuentes documentales transcritas de forma rigurosa
para México en el siglo XVI, el de Eva M" Bravo (1987) para la y fiable, como la importante colección de documentos colonia-
Audiencía de la Guadalajara en el siglo XVII, el de Luis Choy les Mexícanos de Concepción Company o el proyecto aprobado
(1999) para el español de Cuba en el siglo XVI. Otras investiga- en 1987 de la Asociación de Lengua y Filología de América
ciones se han centrado en un solo autor, como el estudio Latina (ALFAL), Proyecto coordinado de estudios de la historia
imprescindible de J. M. Lope Blanch (1985) sobre el habla de del espafiol de América, que ya ha publicado dos volúmenes de
Diego de Ordaz (que a varios años de su primera publicación transcripciones de documentos de toda la América colonial.
constituye un modelo por su rigor metodológico), o en una Por otro lado, los problemas generales para el estudio
determinada obra en la que aparece una voluntad lingüística diacrónico del español de América, la periodización de su histo-
digna de estudio para conocer el estado de lengua en la época ria, los puntos concretos que quedan pendientes de explicación
en la que esa obra se escribió, como, por ejemplo, el de M.
satisfactoria, etc. han sido tratados y señalados, entre otros, por
Román (1994) sobre el ilustrado dominicano Peguero. G. L. Guitarte (1991), W. Roth (1986), J. Lüdtke (1998), M. Alvar
En la década de los años noventa se inicia la cuarta etapa. (1996) o R. Lapesa (1996), quien plantea importantes cuestiones
Aunque necesariamente de modo esquemático, comienzan a pendientes para describir adecuadamente la evolución de la
aparecer trabajos que presentan la totalidad de los procesos y lengua en el continente, a la vez que muestra los pm-ámetros
tendencias evolutivas que han dado lugar históricamente a la desde los que encauzar esta investigación. Por su parte, J. A. Fraga
constitución del español de América. A la vez, parten de un (1999) ha dedicado también un extenso estudio a la historia del
nuevo enfoque teórico en el que insertar los hechos basado en español de América, en el que se ocupa, principalmente, de las
la aplicación de los modelos de la sociolingüística y la antropo- influencias regionales y de otras lenguas en la conformación de
logía para hablar de amplios procesos de koinización y las distintas hablas americanas.
estandarización, que, mediante el diferente cumplimiento de Todo este esfuerzo, producto del interés creciente por el
ambos en las áreas americanas, se constituyen en la raíz desde tema desde la década de los ochenta, nos permite establecer un
la que explicar las distintas modalidades. En 1992 aparece el marco general desde el que diseñar las líneas generales que han
importante manual de B. FontanellaEI español de América, que guiado la historia del español en el Nuevo Mundo desde 1492
dedica aproximadamente la mitad de su libro a la evolución hasta la época moderna. A ello dedicaremos las siguientes
histórica de la lengua. Paralelamente, G. de Granda, dentro de páginas.
24 Juan Sdl1chez Mél1dez Historia de la lengua espail01a en América 25

2. PERIODIZACIÓN DE LA HISTORIA DE LA LEN- etapas clásica y moderna del español general), por lo que su
GUA ESPAÑOLA EN AMÉRICA segmentación en períodos supone muchas veces un «hilar
fino», de ahí la falta de unanimidad proyectada en diversas
2.1. Introducción propuestas de clasificación a la luz de las diferentes teorías que
explican la configuración del español americano.
Aunque hay buenas razones metodológicas para dividir la
historia interna y eterna de una lengua en períodos, el proceso No obstante, la propia historia de la lengua en América
del cambio lingüístico es en sí mismo imperceptible y continuo. contiene unas características en su evolución que facilitan y
La segmentación de este continuo histórico tiene siempre un justifican su segmentación, como son:
componente de arbitrariedad con el que cada estudioso proyec- 1. El hecho de tratarse de una lengua transplantada, utiliza-
ta su propio modelo de segmentación. Sin embargo, es fácil
da por distintos grupos con una variada gama de usos lingüísticos
percibir que las lenguas cambian más deprisa en unos períodos y dialectales en un nuevo espacio y una nueva sociedad que han
que en otros debido a multitud de factores que en cada momen- de construir, lo que da razón de una especial complejidad
to conviene precisar. Hay una ilusión de discontinuidad moti-
sociolingüística;
vada en la coincidencia de estos factores, como, por ejemplo,
los huecos en la documentación histórica entre diversos perío- 2. La distinta evolución lingüística, histórica y social de cada
dos o la relativa estabilidad de las lenguas literarias a través de una de las nuevas variedades que se van formando en la
porciones muy largas de tiempo. Además, marcar segmentos inmensidad americana a medida que se cumple su consolida-
discretos en el cOl1til1uum histórico tiene la utilidad de hacer ción;
aprehensible la evolución misma de los hechos lingüísticos y la 3. Las diferentes situaciones de lenguas en contacto;
contextualización apropiada para cada una de las etapas que se
van cumpliendo. 4. Los deseos de reivindicación de los patrones propios en
detrimento de los generales o la adscripción a una tradición
Por su parte, la división en etapas de la historia del español cultural distinta contrapuesta a la común, motivada por anhe-
en América presenta algunas particularidades que conviene los de independencia lingüística. Si admitimos que los hechos
tener presente. No es lo mismo establecer una segmentación en externos al sistema lingüístico inciden sobre los hechos inter-
periodos en un corte temporal amplio que en otro relativamen- nos del propio sistema, también podemos admitir que las
te corto, como es el del español del Nuevo Mundo. La división especiales circunstancias históricas de todo tipo que se imbrican
en períodos concretos de la evolución lingüística que lleva, por en el español llevado a América desde 1492 tendrán una
ejemplo, desde el latín vulgar hablado en la Península hasta los incidencia mucho más profunda en su distinta configuración
romances modernos actuales ofrece un lapso temporal lo que, por ejemplo, en la Península.
suficientemente largo como para descubrir en él «etapas» más
o menos delimitadas, ya que en cada caso el contexto histórico,
social, cultural y lingüístico cambia considerablemente. De
esta manera podemos percibir claramente las diferencias entre
la etapa de romanización, prerromance, medieval, clásica y
contemporánea. Sin embargo, la historia del español en Amé-
rica tiene quinientos años (que corresponderían sólo a las
26 Juan Sál1chez !v1élldez Historia de la lel1gua espwlola en América 27

2.3. La propuesta de Guillermo Guitarte


Cuenro Período colonial Independiente
Sobre las dos etapas distinguidas por Cuervo, Guillermo
Guitarte Orígenes Florecimiento del Peaje u la Época Estado actual
mundo colonial época inde- indepen- Guitarte (1979/83) estableció cinco etapas más precisas que
pendiente diente ayudaban a entender y contextualizar mejor los diversos esta-
Fraga
dios de la historia del español americano. Su propuesta gozó de
Tres de las principales propuestas de periodización gran aceptación, si bien ha sido matizada y modificada después
a la luz de las nuevas teorías que han aparecido en la actualidad.
Guitarte establece cinco períodos que comprenden tres etapas
2.2. La propuesta de Cuervo y dos lapsos de transición entre ellas. Resumiendo su trabajo,
el autor distingue los siguientes períodos:
La primera división de la historia del español americano la
ofreció el lingüista colombiano Rufino José Cuervo, iniciador 1) Orígenes y f017naciól1 del espafiol americano (1492 hasta
de los estudios lingüísticos sobre el español de América. Cuervo las conquistas de México y Perú en 1519 y 1531 respectivamen-
distinguió dos grandes etapas que denominó colonial e inde- te). Abarca el lapso en que los dominios castellanos en América
pendiente. Para dichas etapas estableció criterios distintos de se reducen a las islas y costas meridionales del Caribe. Esta
los meramente políticos, pues la etapa colonial abarcaba hasta etapa se caracteriza por el transplante del español al Nuevo
casi finales del XIX, mucho después de la independencia de las Mundo por medio de gentes venidas de distintas regiones
distintas repúblicas americanas. En la época colonial se produ- dialectales peninsulares y su adaptación a las nuevas tierras y
jo la adaptación del castellano a la nueva realidad (su circunstancias, lo que da lugar al surgimiento de una nueva
americanización propiamente dicha), a la vez que con el tiem- modalidad ultramarina en la que ya aparecen las característi-
po se producía su distinta configuración regional según las cas propias de lo que podríamos denominar español america-
diversas circunstancias históricas que actuaron en cada zona y no. La importancia de este período radica en que encien-a la
su desarrollo dentro de una tradición cultural y lingüística clave para entender la singularidad del español americano.
común a todas, que era España. En la época independiente, Otros autores, como Boyd-Bowman (1956), lo denominan
después de cuatro siglos, el español de cada área americana ya etapa antillana, que Guitarte rechaza por su exclusivismo
había alcanzado y consolidado sus rasgos definitorios y los geográfico y no temporal.
centros de influencia cultural y lingüística serán distintos para Durante este período la lengua se acomoda a las nuevas
cada república, lo que permite la creación de distintas normas circunstancias y este español, ya americanizado, será el que se
hispánicas dentro de una tradición común. Esta tradición se expanda por el continente en las siguientes décadas. En su
consolida en este período de acercamiento a una norma culta acomodación será decisiva la confluencia de hablantes de
compartida por todos, frente a los intentos de escisión y las distinta procedencia dialectal y la nivelación lingüística que
fuerzas centrifugas del convulso y apasionado siglo XIX ame- lleva a la creación de una modalidad colonial del castellano
ricano. como resultado de un proceso de selección y simplificación. En
esta nivelación destacaron los andaluces, mayoritarios. En la
siguiente época de expansión continental la nueva vmiante
amerícana pasará del Caribe al continente, donde tendrá que
28 Juan Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espail0la en América 29

convivir con otros modos de habla no meridionales llegados bién supone el surgimiento de la cultura propiamente hispano-
con las oleadas migratorias procedentes del norte y centro americana, manifestada, entre otras cosas, por la existencia de
peninsular. Esto explicaría la generalización de rasgos fonéti- una literatura desarrollada que seguirá los modelos y corrien-
cos típicamente meridionales, como el seseo, producto de esta tes artísticas de los grandes autores del Siglo de Oro español.
primera nivelación. Los primeros que utilizaron esta modali- Esta literatura, más hispánica aún que hispanoamericana, será
dad fueron «los isleños», primer tipo americano en el que se la base en la que cristalice la literatura propiamente americana
resuelve la cristalización de la cultura colonial. El lenguaje de fines del XVIII.
especial de estos isleños o «lenguaje de las islas» debió de 3) Peaje a la época independiente (último tercio del XVIII a
convertirse en marca de gmpo frente a los que se iban incorpo- primeros decenios del XIX). Es un período de transición
rando después, y fue el llevado a México y Perú, lo que explica marcado por la convulsión cultural y social que evolucionó
que los panamericanismos procedan en su mayor parte de este hacia la independencia de las distintas repúblicas. Esta etapa
momento. Las Antillas, por tanto, se convierten en el trampolín está dominada por la Ilustración americana, que, aunque más
de la conquista y, consecuentemente, de la expansión del breve que la española, fue de gran profundidad y sus conse-
español. Su importancia es tal que por sí solas conforman todo cuencias tendrán gran calado en la época siguiente. El ilustrado
un período histórico. hispanoamericano desarrollará un nuevo lenguaje, con el que
2) Florecimiento del mundo colonial (siglo XVI al último expresa una línea de pensamiento que trata de buscar su propia
tercio del XVIII). Este período describe la consolidación y el identidad. Por eso, no sólo será el maestro de los generales y
desarrollo del español como lengua de una sociedad colonial políticos que consigan la independencia, sino que también se
variada en la que interactúan factores de diversa índole y de constituye en el fundador propiamente dicho del pensamiento
gran complejidad sociolingüística. y la literatura hispanoamericana de la época siguiente.
La característica general a lo largo de esta etapa es el 4) Época independiente (siglo XIX). Constituye también otro
transplante cultural en el que, frente al período anterior, en que período de transición. El siglo XIX hispanoamericano es espe-
predominaba la iniciativa individual, ahora se impone el domi- cialmente convulso y rico en acontecimientos de todo tipo que
nio de los procesos institucionales que regulan el nuevo marco afectan a todos los órdenes de la vida, entre ellos el intelectual
de convivencia. Cada región indiana se distinguirá por su grado y el lingüístico. Junto a esto, se produce la hispanización de la
diverso de vinculación con España y con el resto, y en ambas mayor parte del territorio americano a la vez que nuevos y
orillas se irán concluyendo todos y cada uno de los cambios que numerosos contingentes migratorios colocarán al español en
caracterizan la inestabilidad del sistema en el Siglo de Oro. A la contacto con otras lenguas europeas, como, por ejemplo, el
vez que se va conformando la mayoría de los pueblos hispano- italiano.
americanos, los nuevos aportes migratorios y las nuevas co- Desde lo que nos interesa, el siglo XIX estará caracterizado
rrientes de repoblación, que introducen progresivamente la por una lucha y conflicto continuo entre los ideales de la época
lengua por el continente, van creando diferentes centros de colonial y los nuevos revolucionarios surgidos con la indepen-
prestigio lingüístico desde los que comienzan a irradiarse dencia. A su vez, cada país inicia una historia al margen del
rasgos lingüísticos más aceptados socialmente, en gran parte resto. En los intelectuales y en la sociedad americana
de origen castellano norteño. Además de la constitución de las decimonónica aflorarán de manera marcada muchos de los
distintas variedades lingüísticas americanas, el período tam- conflictos que ya fueron anunciados en la Ilustración y que
30 Jual1 Sál1chez Mélldez Historia de la lengua espai'iola eH América 31

ahora tratan de llevarse a sus últimas consecuencias. Por un españoles o americanos. Dicho de otra forma, la identidad
lado, surgen nuevos centros de prestigio lingüístico y americana no excluye, sino que necesariamente incluye la
estandarización en cada zona. Hay una consciente separación herencia peninsular, que en ningún momento subordina Amé-
del modelo peninsular que representa el paulatino aflorar de rica a España, sino que en todo caso une a todos los hablantes.
las características del español de América a modelos y estilos Por esta razón no es de extrañar que gran parte de los mejores
superiores de habla. A la vez que se acentúa la divergencia con gramáticos del español del siglo XIX sean precisamente hispa-
respecto a España, el aislamiento mutuo y la debilitación de la noamericanos como Bello, Baralt o Cuervo, en quienes es
tradición hispánica común fomentan divergencias análogas constante e! deseo de continuar un modelo culto de lengua al
entre los distintos países. que han de subordinarse todos, españoles y americanos.
Producto de la nueva situación social y política son los 5) El siglo XX. Una vez asumidas y encauzadas plenamente
planteamientos, apasionados muchas veces, procedentes de las consecuencias de la independencia, este último período
grupos adversarios a la norma hispánica común, que tratarán, supone el siglo de la integración, la tolerancia y el respecto por
aunque de forma dispersa y sin unas propuestas coherentes, de las diferencias de! otro dentro de un nuevo marco hispánico
establecer una norma lingüística propia de América o de cada común que, con e! transcurso del siglo, se irá consolidando y
nueva nación. Se trata de un proyecto de independencia lin- definiendo mejor. El modernismo inicia un reencuentro con la
güística que explica no sólo, en parte, los intentos de reforma tradición anterior a la de la independencia sin renunciar a los
ortográfica que no llegaron a prosperar, sino también la fútil y presupuestos propiamente hispanoamericanos. El sentido de
absurda idea de que se podían crear «lenguas nacionales», participación en la vida de una lengua común lleva a la creación
como «la lengua nacional de los argentinos» de finales del XIX de las distintas academias americanas de la lengua, concebidas
sobre la base de un lenguaje popular idealizado. Tras esta como parte integrante de la Real Academia Española. A su vez,
actitud se escondían graves y contradictorios conflictos inter- se consolidan las distintas normas del español de manera que
nos surgidos de una crisis de identidad que trataba de buscarse la norma común a todos los hispanos se verá enriquecida por
en los nuevos presupuestos ideológicos e históricos nacidos las particularidades (muchas menos de las que se cree) de las
con la independencia. Si la situación no fuese de por sí bastante otras normas legítimas. No hemos de olvidar, por otro lado,
compleja, hay que sumarle también la inclinación intelectual otros aspectos cruciales de este siglo, como la consolidación de
hacia otros modelos no españoles, como el francés, cuya una literatura brillante que será conocida a nivel mundial,
cultura y lengua deslumbró y entusiasmó a gran parte de la junto a los nuevos retos que impone la vida moderna: creci-
intelectualidad americana que se sustraía, así, al modelo espa- miento demográfico enorme, industrialización, cultura de
ñol. masas, el contacto e influjo del inglés de Estados Unidos, etc.
Por otro lado, el ideal de lengua colonial, lejos de desapare- Posteriormente, en otro trabajo Guitarte (1992) sintetiza
cer, será defendido con ahínco por otro grupo nutrido de estas cinco etapas en tres períodos:
intelectuales cuyo modelo de habla culta seguirá siendo el
a) Período de unidad como un todo en la época colonial, en
peninsular. Más que de apego a los modelos coloniales, lo que
el que el único centro del mundo hispánico era Madrid, con el
hay detrás de estos hombres es un temor a la fragmentación subcentro sevillano. América era zona periférica, cuyo modelo
lingüística y un deseo de salvaguardar la herencia y la lengua
lingüístico seguía siendo el de la Corte, difundido a través de las
común a todos los hispanos, independientemente de que sean
ciudades virreinales.
32 Juan Sál1chez Méndez Historia de la lengua espaiíola en América 33

b) Período de divergencia. Todo el siglo XIX. Se produce la Fraga (1990), sobre el modelo de Guitarte y aplicando
independencia de las distintas repúblicas americanas y se criterios sociolingüísticos a la investigación histórica, amplía
desarrolla un fuerte nacionalismo y una gran actividad intelec- este período de orígenes a una etapa mucho mayor, de un siglo
tual encauzada a la búsqueda de una nueva identidad. Se ymedio, que denomina etapa fundacional. Ese sería el lapso de
reduce la comunicación entre las distintas áreas, lo que condu- tiempo necesario para que quedasen configuradas básicamen-
ce a la evolución divergente de las distintas variedades ameri- te las principales modalidades americanas, que constituirán la
canas del español. Es también la época de intentos de escisión base de las siguientes adaptaciones y cambios según los distin-
lingüística y de reformas ortográficas. tos factores históricos que posteriormente influirán en su
evolución. La época antillana supone la primera nivelación,
c) Período de convergencia. El siglo XX. Aparición de las
Academias Asociadas de la lengua española, aparición de las presidida por el predominio de las formas andaluzas. En la
normas americanas y unidad de un modelo culto de lengua. Los siguiente etapa de expansión por el continente, esa lengua
andaluzada, americanizada en el caribe por la nivelación
modernos medios de comunicación de masas acercan entre sí
dialectal de los primeros colonos, pasa al resto de zonas
las distintas variedades y se hace más intensa la comunicación
entre los distintos países de habla española. americanas, en la que ha de convivir con modelos de habla no
meridionales que van llegando con las sucesivas oleadas
migratorias del centro y norte de España. Durante todo el siglo
2.4. Otras propuestas de periodización XVI se produce el asentamiento de los europeos en el continen-
te, se fundan ciudades, se establece y se mejora el sistema de
Las distintas matizaciones que ha recibido la clasificación gobierno colonial, basado en las cortes virreinales, las audiencias
de Guitarte, por lo demás aceptada en sus presupuestos bási- y las gobernaciones indianas. De esta forma, a mediados del XVII,
cos, se han centrado, sobre todo, en la primera etapa de ya están conformadas las diferentes variedades del español ame-
formación del español de América, que Guitarte circunscribe al ricano según la mayor o menor presencia de rasgos meridionales
período antillano. En general se destaca la brevedad del perío- o castellanos en su base y en su evolución posterior.
do que el autor maneja: demasiado breve para que aparezca
Por otro lado, otros estudiosos, como G. de Granda (1994),
una generación de hablantes nativos en esta nueva modalidad. señalan que la división que propone Guitarte es demasiado
A la vez, se señala que la aclimatación del español al Nuevo
historicista, esto es, da demasiada importancia a los hechos
Mundo, o su americanización, en las Antillas es la primera,
históricos externos al sistema en detrimento de los hechos
pero no la única.
lingüísticos internos, que quedan distorsionados o condiciona-
Las Antillas suponen el origen de una de las modalidades dos cuando se subordinan en exceso a los hechos históricos.
caribeñas del español americano, y su importancia radica no Aunque volveremos a tratar el tema en el apartado de la teoría
tanto en haber sido la primera como en el hecho de ser un de la koinización y estandarización, adelantaremos que Gran-
componente más (pero decisivo, pues explica la generalización da rechaza como primaria la dimensión socio histórica y propo-
de algunos de sus rasgos, como, por ejemplo, el seseo, en todas ne partir, como estructura básica para la segmentación histó-
las variedades americanas) en las siguientes nivelaciones rica, de una dimensión exclusivamente lingüística, según los
dialectales que se producirán en el continente y que serían el diferentes tipos de procesos lingüísticos que intervienen en la
origen del resto de las modalidades americanas. conformación de cada variedad americana, sin olvidar la di-
34 Juan Sál1chez Mélzdez

mensiónhistórica, pero subordinada ala primera. En este caso,


Granda señala una primera etapa amplia que llegaria hasta
mediados del siglo XVI, en la que un español koiné andaluzada
se difundiria por toda América. Después actuarian las oleadas
estandarizadoras, en unas regiones más que en otras, que irian
diluyendo los rasgos meridionales a medida que se incorpora- Segunda Parle
ban los rasgos norteños del castellano, más prestigiosos y ORíGENES DEL ESPAÑOL DE AMÉRICA
susceptibles de estandarizarse. (SIGLO XVI)
Por lo tanto, y resumiendo, no hubo un momento inicial en
la formación del español de América, sino varios de ellos, según
las distintas zonas de asentamiento de los colonos. En todo 3. PRINCIPALES LENGUAS Y PUEBLOS DE LA AMÉ-
caso, más que de un período determinado conviene hablar de RICA PREHISPÁNICA
un proceso que se extendió a lo largo del siglo XVI por todo el
continente. La etapa antillana es el origen de una de las 3.1. Introducción
modalidades del español de América, que, por ser la primera,
exportará sus rasgos al intervenir en las sucesivas nivelaciones El momento inicial de presencia humana en América se
dialectales que se irán fraguando en América a medida que se estima entre cuarenta a cincuenta mil años antes de la llegada
vayan estableciendo los nuevos colonos. de Colón. Se trata de las grandes migraciones de pueblos de
origen asiático que en varias oleadas cruzaron el Estrecho de
Por otro lado, también conviene matizar la brevedad del Bering, convertido en puente natural en los tiempos de la
tercero de los períodos distinguidos por Guitarte, "peaje a la última glaciación (L. Sánchez, 1981).
época independiente». En todo caso, a la luz de los documentos
coloniales, se observa que desde mediados del siglo XVIII se Cuando los europeos llegan a las tierras americanas encon-
percibe un cambio cualitativo importante en los escritos, que traron que estaban pobladas por grupos humanos que tenían
manifiestan una preocupación lingüística mucho mayor que instituciones de variado nivel. Descubrieron también monu-
los textos anteriores: restitución de los grupos cultos mentos y leyendas que revelaban la preexistencia de civilizacio-
consonánticos, simplificación de la ortografía siguiendo la nes de cierta antigüedad. Había sociedades constituidas en
propuesta académica, vocabulario de la ilustración, acerca- distintos niveles, que se preocupaban de perpetuar su memoria
miento a modelos lingüísticos más prestigiosos y ocultación de por medio de monumentos, tenían imaginación poética plas-
meridionalismos, etc. Esto nos lleva a iniciar este tercer perío- mada en leyendas y, en algunos casos, la organización indígena
do en la segunda mitad del siglo XVIII, en la que ya se han hallada había alcanzado un alto y peculiar grado de desarrollo
consolidado desde hace tiempo las distintas modalidades en muchos aspectos.
lingüísticas americanas, comienza a gestarse la ilustración y las Cuando se inicia la colonización europea, el continente
reformas borbónicas de todo tipo empiezan a dar sus frutos, aparece dividido en tres grandes áreas culturales o superáreas
permitiendo una mayor comunicación entre las distintas regio- (Laviana, 1996,6-7.):
nes entre sí y con la metrópoli y una articulación más eficaz del
1. La América tribal, que ocupaba el tercio septentrional de
mundo colonial.
Norteamérica y el tercio meridional de Sudamérica. Entre los
36 lHall Sál1chez Mélldez Historia de la lengua espail01a en América 37

pueblos nómadas o seminómadas, muchos de los cuales queda-


rán fuera de la acción colonizadora española, había multitud
de tribus, como la de los esquimales, los semínolas, comanches,
sioux, apaches, navajos, tupís, guaraníes, patagones, etc.
2. La América Nuclear, integrada por los dos grandes focos
de civílización en el continente: Mesoamérica, con el Imperio
azteca o mexica y los Andes centrales cuna de la civílización Inca.
3. La América Intermedia o área Circuncaribe, que com-
prendía los Andes septentrionales, Baja Centroamérica y Cari-
be, habitada por pueblos sedentarios, con grado de civilización
diverso.
Lo relativo a la demografia indígena en el momento de la
colonización y conquista contiene todavía abundantes lagunas
y las estimaciones que se han realizado varían considerable-
mente. Los cálculos para establecer la población indígena de
fines del siglo XV son muchos y dificilmente conciliables y van
desde los ocho millones de seres a los cien, organizados en
sociedades de distinto grado de complejidad, desde simples
bandas nómadas hasta imperios militaristas. Algunos autores
han señalado unos quince millones de habitantes para cada
una de las grandes culturas azteca, inca y chibcha. Otros, al
contrario, afirman que la tecnología indígena, aun la más
desarrollada, no podía sostener esta densidad y fijan la pobla-
ción en unos 8,4 millones o, como hace Rosenblat (1967a), en
unos 13,4 millones. En cualquier caso, sea cual fuere el número
de población indígena, el hecho es que disminuyó drásticamente
tras la conquista europea, debido al trato recibido, el choque
cultural y la alienación, y las enfermedades europeas que ellos
desconocían (las grandes causantes en el 80% de los casos, muy
por encima de otras causas, de la mortandad que despobló, por
ejemplo, las Antillas en unos decenios). Casi un siglo tardó el
indígena en adaptarse a las enfermedades europeas y al choque
de la conquista y, tras la primera catástrofe inicial, comenzó a
recuperarse y crecer, especialmente en las zonas de grandes
culturas, ya que en otras, como las Antillas, la desaparición fue Principales grupos indígenas de la América prehispánica según L. A. Sánchez
.casi total. (1981,59)
38 Juan Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espafiola en América 39

Por otro lado, junto con los variados pueblos indígenas, los en las distintas áreas en las que arraigue el español, con la
castellanos también se toparon con una situación de diversidad activación consecuente de los respectivos fenómenos propios
lingüística sin parangón con lo que conocian. El territorio de toda situación de lenguas en contacto.
estaba atomizado por multitud de innumerables lenguas indí-
Desde el punto de vista lingüístico, la evangelización de los
genas. Algunos cálculos (Tovar, 1985) indican la existencia en
distintos pueblos amerindios tiene aspectos fundamentales y
aquellos tiempos de unas 170 grandes familias lingüísticas que,
decisivos en la configuración de la América colonial y de la
a modo de troncos, se habían ramificado profusamente en
América indígena, cuyos efectos se dejan sentir vivamente en la
numerosas lenguas y éstas, a su vez, en numerosos dialectos y
actualidad. Los europeos descubrirán la importancia de la
subdialectos, que con frecuencia se habían distanciado mucho
existencia, previa a su llegada, de las grandes lenguas amerindias
entre sí. Sólo para América meridional se estiman unas dos mil
extendidas por el continente para facilitar no sólo la comunica-
hablas locales o variedades dialectales. A veces en una pequeña
ción, sino también la organización de los indígenas. Para
región los castellanos se encontrarán con poblaciones indíge-
acelerar el proceso de evangelización los frailes se servirán no
nas que hablaban cinco o seis lenguas muy diferentes entre sí.
del castellano, sino de estas lenguas indígenas ya extendidas
Esto ya lo recoge Colón, quien, sorprendido por este hecho
que, a su vez, constituían una magnífica llave de entrada en el
cuando llega a las costas centroamericanas, anotará en su
mundo indígena (Rosenblat, 1964). A estas lenguas se las
diario: «no se entienden los unos con los otros más que nós con
denominará lenguas generales, usadas por los españoles y
los de Arabia». Sin embargo, como ha señalado Humberto
extendidas a través de los gmpos indígenas que hablaban
López Morales (1998, 59) y como veremos más adelante, la
lenguas menores junto con el español parcialmente. Esto impli-
atomización lingüística del territorio americano habría de
có un bilingüismo creciente en amplias zonas conquistadas. Se
favorecer también la difusión del español.
dio incluso la paradoja de que gracias a la dominación española
Esta fragmentación lingüística tan vasta es muestra del y la labor de los misioneros, estas lenguas alcanzaron una
aislamiento interno que facilitó la proliferación ele comunida- difusión, estudioy cultivo muy superior al que habían tenido en
des humanas aisladas por las dificultades de comunicación la época de máximo esplendor de los imperios precolombinos.
impuestas por el marco geográfico o la carencia de animales de En aquellos sitios, muy abundantes en época colonial, en los
carga. La amplia gama de situaciones de un extremo a otro de que los pequeños núcleos de colonizadores españoles convivie-
América dio lugar a una gran variedad de lenguas y de culturas ron con pueblos indígenas numerosos y de gran diversidad
con muy diverso grado de desarrollo y tecnología, que iba desde política, social y cultural, la situación fue de extraordinaria
los pueblos cazadores recolectores a civilizaciones tan avanza- complejidad.
das que eran parangonables con las europeas en muchos
Las principales lenguas o familias lingüísticas indígenas que
aspectos.
dejarán su huella en distinto grado en las diversas modalidades
A pesar de esta gran cantidad de lenguas, tan sólo unas pocas del español amelicano son muy pocas si se tienen en cuenta la
(no llega a una decena) pueden considerarse verdaderamente extraordinaria diversidad lingüística del continente, concreta-
mayoritarias e importantes. Estas pocas son las que nos intere- mente nueve: el arawak, el caribe, el nahuatl, el maya, el
san, pues además de ser las principales fuentes de donde el quechua, el aimara, el chibcha, el araucano y el tupí-guaraní.
castellano extraiga el componente básico de su léxico de origen
indígena, también estarán presentes en mayor o menor medida
luan Sál1chez Méndez Historia de la lellgua espailola en América 41
40

3.2. El arahuaco (o arawak)


Constituye una gran familia lingüística que comprendía
más de un centenar de lenguas habladas por numerosas
tribus, que se extendían desde las Antillas hasta el Chaco y
desde las vertientes de la selva andina al oeste hasta el
Atlántico: desde el extremo meridional de Florida, al norte,
hasta el Paraguay septentrional, al sur; y desde el océano
Pacífico (ya en costas del Perú) al oeste, hasta la desembo-
cadura del Amazonas, al este. Fue la primera familia lingüís-
tica con la que entraron en contacto los castellanos, de ahí
que se puedan encontrar numerosos indigenismos origina-
rios de este grupo lingüístico en el español de todo el continente
americano y en la lengua general. Otros términos han pasado
incluso a otros idiomas
Se ha estimado que el foco de dispersión de estos pueblos
estariaen Mesoamérica ySudamérica. Conocidos comoarahuacos,
eran agricultores organizados en cacicazgos o señorios. Pueblo de
gran movilidad y portador de tipos superiores de una cultura que
!;',ú,.,d AIMARA
todavía se encontraba en un nivel neolítico, habían perdido ya
_ ARAHVACO
gran parte de su ten·itodo de expansión en las Antillas a la llegada
~~~~~ ARAUCANO de los europeos, por lo que se presentaban normalmente fragmen-
• CARIBE tados geográficamente y retirados a lugares inaccesibles, cedien-
~CHIBCHA do el pasp a otras tribus guetTeras de aparición más reciente. En
. . QUECHUA
la actualidad, el grupo de indígenas que habla un dialecto del
arahuaco es relativamente pequeño. Gran parte de sus hablantes
_MAYA
no superó los primeros decenios de la colonización europea.
1::w;:;:1
"",,,,, Lenoua_ emparentadas con al MAYA

~ NÁHUATL 'i UTO-AZTECA


A la modalidad arahuaca que se habló en las islas caribeñas
de Haití, Santo Domingo, Puerto Rico, Cuba, Jamaica, etc. se
~ TUP(wGUARANI'
la denominó taíno. Al principio, con este nombre se designaba
O Otn:lS ton9UOs
a la tribu arahuaca que los castellanos encontraron en la isla de
Haití (T. Buesa y J. M". Enguita, 1992,51). Estos taínos habían
Lenguas indlgenas de Hispanoamérica llegado a Cuba aproximadamente unos doscientos cincuenta
años antes del arribo de los españoles. Otros habitantes indíge-
nas de las Antillas eran los sibonoyes, que procedían de una
emigración mucho más antigua (cirea VI d. C.). Se asentaron
(Según T. Buesa, y J. M" Enguita, 1992, 37)
42 Juall Sál1chez Mél1dez HistorÍa de la lengua espaiiola e1l América 43

también en Cuba, procedentes de las Antillas orientales. El aficionados a la música, danza, ritos mágicos y eran buenos
tercer grupo lo constituían los guanatahabeyes, de los que se navegantes. Su lengua dejará también abundante léxico que se
conoce poco. Se establecieron en la región más occidental de difundirá por todo el continente.
Cuba. Taíno pasó después a referirse a la lengua hablada por
esta tribu. La trágica desaparición de muchas tribus durante la
conquista y colonización de las Antillas y el hecho de no 3.4. El nahua
pertenecer a una de las grandes lenguas de civilización
Los aztecas o mexicas tienen su origen en un pueblo guerre-
prehispánica, fueron las causas para que su lengua nunca
ro que desde mediados del siglo XII y tras un largo período de
alcanzara el carácter de lengua general. Debido a la dificultad
constantes luchas con otras tribus, había logrado dominar e
de su notación fonética, el estudio de esta lengua es aún muy
influir en un vasto territorio del área mesoamericana que
poco preciso. Se sabe que las raíces del sustantivo, verbo y
comprendía casi todo México y parte de Centroamérica hacia
adjetivo son iguales y las variaciones morfológicas se forman
1430. En el momento de la conquista, su capital, México-
por medio de afijos.
TenochtitIan, era el impresionante centro administrativo de un
complejo conglomerado político que se denominaba imperio o
3.3. El caribe confederación de señoríos, con el cual los pueblos sometidos
tenían diverso grado de dependencia (según la forma en la que
Es otra de las grandes familias lingüísticas de Sudamérica, se había producido la adhesión) o eran independientes salvo
tanto por su número de hablantes, como por su área de por la obligación de pagar tributos. De costa a costa, la mayoría
expansión, similar a la del arahuaco y al tupí-guaraní, con los de las poblaciones reconocía el dominio azteca, que, sin embar-
que tiene en común su difusión fluvial y la economía basada en go, parecía haber alcanzado su máxima expansión, pues había
el cultivo de la mandioca. Los caribes, que dominaban en las zonas que escapaban a su control en las que se había generali-
Antillas menores, eran muy temidos porsu combatividad feroz. zado un rechazo profundo hacia los mexicas con los que se
Se sabe que estaban en plena expansión a la llegada de los veían obligados a luchar en las famosas Guerras floridas.
castellanos y se hallaban a lo largo las Antillas, a cuyo mar El nahua es una de las lenguas de la gran familia uta-azteca.
cedieron su nombre, Honduras Británica, Guatemala y peque- Pese a los numerosos dialectos que se hablaban en la zona
ños enclaves de FIOlida y parte de los territorios de Colombia, comprendida entre el Itsmo de Panamá y la llanura de Oregón
Venezuela, Guayanas y Norte de Brasil, de donde habían y entre el occidente del Pacífico y el Golfo de México, el uto-
desplazado a los arahuacos. Hoy se conserva su lengua a orillas azteca se convirtió en la raíz idiomática unificadora, de la cual
del Caribe, en las Guayanas y en las cuencas del Orinoco y del derivaron las demás lenguas locales con diferencia de grado. El
Amazonas, desde las costas colombianas del Pacífico hasta el nahua era la principal lengua de civilización del imperio mexi-
Pará brasileño. Su núcleo más compacto estaba en las Guayanas cano, una de las más grandes y desarrolladas civilizaciones
yen Venezuela, donde destacaron también los cumanagotos, prehispánicas, y se extendía por la mayor parte del Méjico
tribu casi extinguida en la actualidad, que habitaba en la costa actual y parte de Centroamérica, donde, disgregado hoy en
venezolana desde la Península del Paira hasta el Cabo Codera. numerosas variedades dialectales, todavía es hablado en algu-
Eran un pueblo dedicado fundamentalmente a la pesca. nas regiones por varios miles de personas, muchas de ellas
Culturalmente los caribes son semejantes a los arahuacos: bilingües. Se ha estimado que en el siglo XVI entre 2 y 5
44 Juan Sál1chez Mé11Clez Historia de la le11gua espafíola en América 45

millones de indígenas lo hablaban. Su área de expansión estaba los estados mexicanos de Chiapas, Tabasco y la península de
en el centro de México-Tenochtitlán. Yucatán y estaba integrada por diversos pueblos como los
Fue la lengua de civilización y de comercio del imperio yucatecos, los itzáes, quichés, cakchiqueles y otros.
azteca, por lo que se hallaba lo suficientemente extendida como Hacia 1500 toda la región vivía una fase de piofl.mda desin-
para que los misioneros europeos la convirtieran en lengua tegración política, abandono de ciudades, violencia y luchas
general de evangelización, lo que contribuyó aún más a su internas. Testimonio de la importancia cultural que alcanza-
difusión. Durante los siglos XVI y XVII se escribió en esta ron los mayas son tres manuscritos que han llegado hasta
lengua abundante literatura con el alfabeto introducido por los nosotros, junto con abundantes bajOlTelieves de inscripciones
españoles, que sustituyó al pictográfico de época precolombi- jeroglíficas. Su escritura está en proceso avanzado de descifra-
na. El nahua no era un idioma oficial uniforme. Se subdividía miento, y se han advertido ciertos elementos silábicos en sus
en un conjunto de dialectos: los más importantes eran el signos. El maya estaba fragmentado en numerosas variedades,
náhuatl (en el que es frecuente encontrar el fonema ti después algunas desaparecidas hoy y otras mal conocidas. Desde el siglo
de las vocales), el náhual (que reemplazaba este fonema por l) XVI, con los frailes y misioneros que lo cultivaron, originó una
yel náhuat (que usaba la t). El náhuatL también llamado azteca importante literatura. En la actualidad cuenta con varios miles
clásico, era el dialecto hablado en la capital. Se trata de una de hablantes en zonas de Yucatán y Campeche y abarca el
lengua aglutinante e incorporante; se sirve de numerosas par- oriente de los estados de Tabasco y Chiapas, Honduras Britá-
tículas (prefijos y sufijos) y asocia dos o varias palabras en una nicas y parte de El Salvador. Esta lengua está constituida
sola, especialmente incorporando el objeto de la acción al esencialmente por raíces con frecuencia monosilábicas y a
verbo mismo. Sus formas verbales son muy ricas y variadas y veces disilábicas, a las cuales se afijan numerosas partículas
el vocabulario ofrece un gran desarrollo gracias a la derivación que indican las diferentes categorías gramaticales.
y la abstracción.

3.6. El ehibeha
3.5. El maya
Los chibchas eran verdaderos maestros en la metalurgia del
Es una familia lingüística que dio algunas de las más impor- oro y la tumbaga (aleación de oro y cobre); entre ellos sobresa-
tantes lenguas de civilización que conoció América en época lían los indios de Bogotá y Tunja, auto denominados muiscas,
precolombina. Su filiación lingüística no es segura aún. Se la ha organizados en dos grandes señoríos cuyos jefes tenían el título
unido a la familia uta-azteca (al igual que el nahua) derivada de de zipa y zaque, respectivamente. Con"esponde a un gran tronco
su tronco penutiano. Otros la agrupan en la familia maya- lingüístico, el más importante de la región noroccidental de
quiche, del tronco lingüístico maya-zaque. Sea como fuera, en América de Sur y Centroamérica, perteneciente al ámbito
maya se expresó uno de los más avanzados pueblos de América, mesoamericano, pero con importantes coincidencias léxicas
que tuvo su esplendor mucho antes de que aparecieran los con lenguas de regiones centrales de la América meridional.
europeos. Cuando los castellanos entraron en contacto con esta Algunas de las lenguas pertenecientes a este tronco desapa-
importante cultura ya sólo hallaron restos de lo que fue aquella recieron sin dejar huella y otras persisten en la actualidad.
civilización. El área maya estaba comprendida por el territorio Ocupaba un área muy extensa a la llegada de los europeos. La
que hoy forman Guatemala, El Salvador, Belice, Honduras y familia chibcha ocupó una posición prominente en el plano de
46 Juan Sánchez Mélldez Historia de la lengua espaiiola e11 América 47

las relaciones intercontinentales y se extendía por todo Pana- conjurar la enorme diversidad cultural y lingüística de los
má, la mayor parte de Costa Rica y Nicaragua, tal vez Hondu- pueblos sometidos. Sin embargo, la rápida expansión de los
ras, en contacto con el maya, y gran parte de Colombia. A pesar incas se volverá poco después en su contra. La gran extensión
de su importancia, no llegó a constituir una lengua muy del imperio plantearía graves problemas para la administra-
extendida antes de la llegada de los españoles (sí que llegó a ser ción y la comunicación y dificultaría también la deseada
lengua general en el Nuevo Reino de Granada), por lo que tuvo integración lingüística y cultural, pese a la política de desplaza-
menos fortuna que otras lenguas. La lengua más importante de miento de poblaciones.
este tronco es el chibcha o muisca de Bogotá, vehículo de una
de las altas culturas indígenas. La forma en que el quechua se imponía a los pueblos
sojuzgados recuerda mucho a la de Roma. Los hijos y familia-
res de los jefes de las tribus conquistadas eran educados en esta
3.7. El quechua lengua, lo que dio lugar a un bilingüismo histórico andino que
sería continuado con otros presupuestos y lenguas por con-
Fue la lengua del importante imperio incaico, llamada quistadores y misioneros españoles. Los incas advirtieron en el
también quichua, lengua del Inga por los españoles o nma-simi quechua un elemento aglutinador de la diversidad lingüística y
(<<lengua del indio», nombre genérico que se aplicaba a cual- cultural de su imperio, por lo que lo convirtieron en la lengua
quier lengua amerindia y opuesto a castilla-simi «lengua de general. Los pueblos dispares, sometidos al elemento unifica-
Castilla») por los incas. Hoyes una de las lenguas indígenas dor que constituyó el imperio incaico, adoptaron la lengua de
más importante de la América moderna. Según las crónicas, en los incas y adquirieron una cultura común. Esto mismo harán
el siglo XVI ya presentaba la fragmentación lingüística obser- los misioneros europeos, que utilizaron el quechua como
vada hoy. Era la única lengua de la América meridional preco- lengua general de evangelización, aprovechando y continuan-
lombina que había desempeñado el papel de una lengua de do la práctica anterior, de manera que se pudo conjurar la
civilización. Se cree que su foco originario estaba en la costa riqueza lingüística de la América andina. En este sentido,
central peruana. Los incas y sus súbditos directos se sirvieron también fue importante la claridad de su fonetismo.
de ella como vehículo de una de las grandes organizaciones Esta es también la razón por la que, ya desde época incaica,
estatales más notables que ha conocido la humanidad, exten- muchas lenguas de los pueblos del antiguo imperio desapare-
diéndola a lo largo de un imperio vastísimo: desde la costa del
cieron. El quechua sustituyó en muchas regiones al aimara y
Pacífico hasta las altas cumbres andinas y desde Ecuador hasta
otras lenguas indígenas. En época colonial, con los misioneros,
el Noroeste argentino (Tucumán), yel centro de Chile.
y por su carácter de lengua general de evangelización y de
El imperio incaico era mucho más joven que el mexica. A lengua franca, el quechua se expandió mucho más allá de los
partir de 1438, con la coronación de Pachacuti, se había ido territOlios del imperio, en puntos muy distantes entre sí a los ,
formando uno de los mayores imperios territoriales de la que nunca llegaron los incas: Santiago del Estero en Argentina,
historia, el Tawantinsuyu o Imperio incaico, con capital en la región del Amazonas superior y las zonas meridionales de
Cuzco, que, en menos de un siglo, se extendió a lo largo de más Colombia. Constituye la lengua iridígena de mayor difusión
de cuatro mil ldlómetros. Estaba gobernado por el Inca o americana y es usada hoy por millones de hablantes (muchos
soberano deificado, con una economía controlada por el Esta- bilingües) en Perú, Bolivia, Ecuador, Sur de Colombia, Noroes-
do y una religión oficial, que, junto con la lengua, tratará de te argentino y núcleos aislados del norte de Chile surgidos tras
48 Juan Sánchez Nléndez Historia de la lengua espafiola en América 49

migraciones modernas. Fue declarado oficial en Perú de 1975 archipiélago de Chiloé. También se prolongaba sobre gran
a 1979 y luego lengua nacional. parte de la Pampa argentina hasta casi Buenos Aires. Se
Los dialectos del quechua se agrupan en dos grandes grupos, caracterizaban por su carácter guerrero y por su tenaz resisten-
con subdialectos a veces muy distanciados entre sí: los dialec- cia a los europeos, que se prolongará a lo largo de toda la
tos septentrionales, o del Chinchaysuyo, y los dialectos meri- colonia, con avances y retrocesos continuos que no concluirán
dionales, o del Taruantisuyo. Para unos cuenta con cinco hasta el siglo XIX. El término araucano se refería originaria-
vocales; otros, en cambio, hablan de tres vocales y de e/o como mente a los nativos de la zona de Arauco, donde se estableció
variantes combinatorias. Su morfología es rica y especialmente la primera fortaleza castellana. Los indios se llamaban a sí
adaptada a la formación de derivados sufijados. Existen nume- mismos mapuches, que quiere decir «gente de la tielTa», deno-
rosos sufijos verbales con los que se indican las modalidades minación que empleaban también para referirse a su lengua. El
aspectuales y las funciones gramaticales. quechua, difundido por los incas en el norte de chile influyó
también en el araucano, dejando en él numeroso léxico. Por su
parte, el araucano influyó asimismo notablemente en los gru-
3.8. El aimara pos lingüísticos meridionales. Hoy aproximadamente medio
millón de personas lo hablan en Chile y unos pocos miles en
Es otra de las grandes lenguas sudamericanas. Se han Argentina, con dialectos poco diferenciados. Su morfología
observado estrechas relaciones lingüísticas y culturales con el viene caracterizada, entre otros rasgos, por un dual. la
quechua, que han llevado a algunos a agruparlo junto con éste. posposición del adjetivo y el desplazamiento del sujeto al final.
Sin embargo, este parentesco ha sido puesto en duda y se
coincide en que aún necesita estudio. En todo caso, el contacto
secular con el quechua explicaría la presencia de abundante 3.10. El tupí-guaraní
léxico común y los rasgos fonéticos y morfológicos que com-
parten. El aimara es, tal vez, la lengua más antigua (y por tanto, Corresponde a una gran familia lingüística hablada origina-
la de mayor extensión) de la época preincaica que, a la llegada riamente por pueblos guerreros basados en la agricultura.
de los castellanos, ya había retrocedido considerablemente a Debieron de ocupar la región comprendida entre el Paraná y el
favor del quechua. Era la lengua de diversas tribus del pueblo Paraguay, centro originario desde el que se realizó su disper-
aimara: colla (la más numerosa), lupaca, collagua, pacase, sión fluvial y costera para dirigirse, a lo largo de la costa
caranca, chanca, quillagua y omasuyu. Hoyes hablado por más atlántica, hacia el Norte y más tarde remontar el Amazonas
de un millón de personas en comarcas de Bolivia, Perú y puntos hasta casi su. nacimiento y algunos de sus afluentes, particular-
del altiplano chileno septentrional. Tiene tres vocales, no posee mente los meridionales. El guaraní, por tanto, se hallaba en
géneros y utiliza numerosos sufijos; el verbo se coloca al final plena expansión, como vehículo de una cultura agrícola supe-
de la frase. rior a la de los pueblos que sometían, cuando los europeos
(castellanos y portugueses) lo conocieron. Era la lengua domi-
nante en los citados territorios entre el Paraná y el Paraguay y
3.9. El araucano en los territorios vecinos de las actuales provincias argentinas
de Corrientes, Entre Ríos, Santa Fe y Misiones. También se
Los araucanos eran un pueblo que se extendía por el centro
extendían por toda la costa brasileña.
del actual Chile, desde Copiapó, al norte del país, hasta el
50 Jua1l Sál1Chez. Mél1dez Histaría de la lengua espaiíola eH América 51

Tanto los castellanos como los portugueses se percataron de 4. LA CONQUISTA y COLONIZACIÓN DE AMÉRICA
esta enorme difusión y de su carácter relativamente sencillo,
sobre todo en la fonética, pero también en la morfología y 4.1. Etapas de la conquista y colonización
sintaxis y, desde el último tercio del siglo XVI, fue extendido y Lo que conocemos como conquista y colonización de Amé-
cultivado ampliamente por los misioneros (especialmente los rica contiene unas características propias que la singularizan
jesuitas), considerado lengua general como medio de evangeli- frente a otras expansiones similares de la historia. Se trata de
zación y de relación con los indígenas. Su difusión fue tal que un proceso expansivo que se inicia a finales del sigl()_2[Y.Lse
sobrepasó ampliamente al español y, especialmente, al portu- desarrülIahasta fiñii1es defXViñ-;-cuando s"é iri';;-rporen pro~-·o
gués brasileño, casi como única modalidad lingüística de los -gresiVáffientelasáreas marglIl.aÍ;;-s de la expansión. Si!!~J11bar­
sectores populares, ya no sólo indígenas, de la vida colonial. go, laauténtica conquista, esdecir, laincorporación ala cororía
La familia tupí-guaraní cubre una larga serie de dialectos y "casú';lIana dé la mayor pai'tedel territorio americano, el some-
subdialectos, a veces de difícil clasificación, pero el tupí- Hrrilento de los pueblos indígenas más avanzados ylaconsoli-
guaraní antiguo conocia dos variedades importantes: dación de los principales núcleos de población desde los que se
proyectará después la América colonial, se produce durante la
a) El dialecto norte o tupí propiamente dicho, del que deriva primera mitad del siglo XVI. Concretamente, el año 1542 puede
el l1eengatu, llamado lingua geral por los portugueses. Durante ser considerado un punto de inflexión emblemático, pues en
los primeros siglos de dominación portuguesa del Brasil fue la
ese año lo esencial de la A~éricaesP<lñClla Ya esJaºac ClI1C]uis-
lengua más extendida y hablada en sus colonias.
tado y las Leyes ÑíTe-vds;"proll1ulgadas en esa fecha, pretenden
b) La variedad sur o guaraní propiamente dicho, origen del . organizar y articular el ten-itorío y regular las relaciohesentre
guaraní moderno y sus dialectos. Se extiende hoy por vastos conC¡uistadorés y conquistados. De esta manera, al primer
territorios de América del Sur. Pero sólo constituyen áreas período caracterizado, como veremos, por la iniciativa indivi-
lingüísticas continuas ciertas zonas de este territorio, como la dual, se impone ahora el orden institucionaL Apenas 50 años
del guaraní de Paraguay, lengua popular, hablada por más de después de que Colón arribase a las Antillas ya se había
95% de la población, y cooficialjunto con el castellano, y las de perfilado la cartografía del Nuevo Mundo, que, tras el descubri-
sus vecinos argentinos y brasileños. Esta difusión actual debe miento del Pacífico, ya no será considerado Asia.
mucho, en parte, a la política lingüística que practicaron los
Un aspecto característic0311e..J11ªrc.ó_",stªrá]:JÍ.cI~){pa12~i9n fue
jesuitas, a cuyo cargo corrió la evangelización de la zona y a las el hecho de que lasexpeélIdones de exploración dieran inmedia-
particularidades históricas de aislamiento y penuria económi-
tamente paso a I?sde conqLlÍstapnmero y colonización después:
ca de Paraguay durante la colonia y su difícil situación en el Coñej"üis(iiYcolól1]ziidóníbal1: por tanto, emparejadas:" ..
siglo XIX, cuando la guerra contra Argentina y Brasil práctica-
mente despobló la joven república. Convertida en lengua de las Podemos distinguir tres etapas claramente.cl~Jil11itadas en la
misiones jesuíticas, el guaraní conoció una extensión de tipo expansión castellana por elNllevoMundo (Laviana, 1996,22):
monolingüe comparable a la de una lengua europea y tuvo gran a) la época de conquistas antillanas o tempranas (1502-1519);
cultivo literario, de ahí el arraigo que conserva, superior al de b) la época de conquistas continentaleS o intermedias (1519-
otra lengua indígena americana. 1549) y c) la época de conquistas interiores o fáfi:lúls (desde
1550 en adelante y sin solUCIÓn de ccíhfini.íidad). "
52 Juan Sál1c1zez Mélldez Historia de la le1lgua espailo1a en América 53

En la primeraetapa (1502-1519) las em¡;u::eJiaS_eli:P_emcLQna- de kilómetros cuadrados en algo más de tres décadas (unos
rias son a la vez de e){paIl_sión territoriaJs_c,QIQgización. Supo- nueve mil kilómetros de norte a sury seis mil de este a oeste) por
nen también los ensayos de constitución y ac!i~taéión de la un conjunto reducido de aventureros, que, en algunos casos, no
nueva sociedad colonial, que comienza a instaurarse tras repe- pasaron del puñado. Lo más relevante serán las conquistas de
tidos fracasos e intentos iniciales y que servirá, si no de modelo México y el Incario (Perú). México, conquistado entre 1519 y
ya que las circunstancias eran muy cambiantes, sí de valiosa 1521, se convirtió en foco de irradiación hacia el norte (Nueva
experiencia a las colonizaciones que poco después se realicen Galicia entre 1529-1536) y sur (Guatemala, en 1524). Perú,
en el continente. conquistado desde Panamá entre 1531 y 1533, fue base de
partida de nuevas conquistas hacia el norte (Quito, en 1534) y
La conquista propiamente dicha comienza en1502, con las
hacia el sur (Chile, en 1540). Enla década de los cuarenta nacen
expediciones sistemáticas,de Nicolás deüvando,~G¿hern¡idor
las primeras ciudades españolas en los actuales Ecuador, Perú
ele la Española. LªEspañolª fue, por tanto, la prim~racéll1.l¡L<!~
y Bolivia. A partir de 1547 comienza la definitiva conquista de
'!§.eJiJmnjelJl0. c:I~los,,,:astel¡ª!IQS y de la conqu~ta posterior,
Venezuela y Colombia (1550). Además, surgirán otros procesos
desde donde partirán las expediciones que colonizarán el
autónomos desde subnúcleos de conquista, como el del Río de
actual Puerto Rico (1508-1511) y Jamaica (1511), siempre
la plata (1534).
escasa de población, Ese mismo año se eg¡¡bleceJ¡'ll'rJmera
~é)~c:le, admini:;;Jri\cióJJ~(llQJ;¡ti\l.d.""ArnéJ,i<;ª,JaAudiencia de La tercera etapa es más lenta y queda fuera de la era de
_.SaIl!?j)()ll1.iQgo, que habría de regir la administracióILc:I,e todas conquista. Desde la segunda mitad del siglo XVI y bien entrado
las Antillas durante el siglo XVI. En 1509 comienzan los el XVII sevan incorporando Nueva Vizcaya y Nuevo México, La
primeros asentamientos enlas costas del continente. Concreta- Florida y Costa Rica. Desde el Alto Perú (actual Bolivia) y
mente, se fundó en el Golfo de Darién la ciudad de Santa María Asunción salen las expediciones hacia el sur argentino: en 1573
del Darién, que servirá de base para la posterior conquista de se establece Santa Fe; en 1580 se produce la segunda y defini-
Panamá en 1519. Entre 1511 y 1514 se produce la incorpora- tiva fundación de Buenos Aires; en 1587 se funda Corrientes.
ción de Cuba. Característica de este primer período es la Durante el XVII la expansión continúa por el norte de México
explotación de los primeros ingenios de azúcar y de los lavade- y se logra penetrar en las cuencas del Orinoco y el Amazonas.
ros auríferos, lo que tuvo dos importantes consecuencias: a) la También, desde el Consejo de Indias se ordena la colonización
formación de capitales indianos que se reinvertirán en las jesuítica de Paraguay y Uruguay, a la vez que se logran notables
posteriores campañas y b) la rápida desaparición de la pobla- avances en la reducción de los indios araucanos en Chile. El
ción indígena en las Antillas Mayores, producto de las duras último gran movimiento expansivo se produce a lo largo del
condiciones de trabajo y las epidemias, lo que provocó varias siglo XVIII, con especial actividad en su último tercio: la
expediciones hacia regiones cercanas (islas y costas del conti- incorporación de California, Nayuit y Texas duplica el territo-
nente) para la captura de esclavos. La Habana, junto con rio de México e incentiva la repoblación, especialmente cana-
Darién, se constituirán en los dos núcleos sobre los que se ria, del sur de los Estados Unidos con el fin de detener el avance
proyecte la expansión continental de la siguiente etapa. desde el norte de franceses e ingleses.
La segunda etapa (1519-1549) es la más compleja, intensa y
espectacular, y también la más dramática en todos los sentidos.
Supone el esfuerzo titánico de incorporar unos ocho millones
54 lua11 Sál1chez Mél1dez Historia de la lengua espaiiola ell América 55

4.2. La hueste indiana. El poblamiento hispánico


En general, y salvo excepciones, la conquista se apoyó en la
iniciativa privada. No hubo ningún plan elaborado para ello
por parte de la Corona, que únicamente se limitó a legitimar,
mediante capitulaciones, las conquistas hechas. La
institucionalización de América no vendría hasta el definitivo
asentamiento colonial, y no sin tensiones. No es de extrañar,
por tanto, que América no fuera empresa del ejército castella-
no, que existía bien organizado en el siglo XVI e interviniendo
en diversos puntos de Europa. Los famosos tercios nunca
actuaron en América (Laviana, 1986). La labor quedó a cargo
de la iniciativa de un grupo de aventureros y soldados de
fortuna, bajo la dirección de un caudillo o capitán, que gozaba
de prestigio y de la confianza de sus hombres, con el aporte
financiero que ellos podían reunir o que intereses privados
aportaban y el permiso real para actuar en nombre de la Corona
y conquistar una determinada porción del territorio.
Estos conquistadores, que constituyeron un número muy
VIflREINA 10 DEL PERÚ
reducido (se estima que no pasaron de diez mil) integran la
llamada hueste indiana (Ballesteros Gaibrois, 1985), caracteri-

/
zada por la total voluntariedad de sus integrantes. La mayor
parte de los conquistadores y colonizadores pertenecía a secto-
res humildes de la sociedad peninsular. Registrados en las
listas de embarque como hombres de bien, hijos de ... , en un 80%
procedían de los sectores populares, esto es, marineros, artesa-
nos, labradores, profesionales urbanos, etc. El 20% restante
estaba constituido por hidalgos pobres, que dirigirán la mayor
Las Audiencias virrcinales, siglo XVI
parte de las expediciones y contagiaban sus aspiraciones a los
demás, y gentes de estratos urbanos medios: escribanos, ciru-
(Según F. Morales Padrón, 1986,45) janos, clérigos, etc.
Este primer grupo de gentes llegad,!? a América co!]stituye
~Ll}úcleo primario en el qüése produjo la fli"elacióIl d~ los.
distintQs_ªiª-l.ef_tosr~i.'2¡:!~l~§, ...I'2s primerosen~litir{im:..i.rl}{l'.
variedad americanizada, acriollada si se quiere, de la len-
gua, qTJeluegoex15bTtarán a todo el continente. Sin'-embar-
56 luan Sál1chez Atlél1dez Historia de la lengua espaiiola e11 América 57

go, la fisonomía de estos grupos y su lengua habría de Por otro lado, la colonización americana tendrá, dadas sus
cambiar sustancialmente a medida que se fueron consoli- características, un marcado carácter urbano. También se esta-
dando las fundaciones que establecieron, se institucionalizó blecieron grandes plantaciones y haciendas ganaderas, se ex-
y reguló la vida colonial y se produjeron nuevos aportes plotaron minas y se desarrolló en algunas áreas una floreciente
migratorios. industria textil. A partir de aquí comienzan las sucesivas olea-
A partir de las primeras experiencias colonizadoras isleñas das colonizadoras. En general, estaban constituidas por hidal-
del Caribe, adquirió consistencia la expansión continentafy la gos y pequeña nobleza empobrecida, junto con artesanos
fundación de los primeros núcleos urbanos y políticos. A la vez urbanos. Los estamentos más débilmente representados eran
se constituyó una nueva sociedad de gran originalidad y extre- la alta nobleza y el campesinado peninsular, pues ambos
ma novedad. De hecho, la experiencia caribeña, aunque f1.le compartían la seguridad económica que no les hacía atractiva
valiosa, sirvió de poco en el continente, dadas las diferencias la idea de abandonar España. Algunos, como Humberto López
enormes entre las distintas zonas: territorios inmensos, socie- Morales (1998), han visto en esto último un aire urbano en las
dades indígenas muy desarrolladas, tribus belicosas y una gran jóvenes colonias alejadas de la lUsticidad de las zonas campe-
heterogeneidad lingüística. sinas españolas, que tendrá su reflejo en el naciente español
americano. Sólo con el establecimiento de las cortes virreinales
Es caracteristico de la expansión el hecho de que el proceso comienzan a llegar individuos de la auténtica nobleza, altas
descubridor transcurriera paralelo al de índole fundacional, dignidades eclesiásticas, mandatarios y funcionarios de diver-
basado en la tradición de la repoblación peninsular durante la so rango, notarios, abogados, catedráticos, escritores, etc.
Reconquista, y que se efectuase por pequeños núcleos que
debieron vencer inconvenientes de todo signo para lograr el La Corona percibió pronto la estrecha relación entre
asentamiento productivo en las nuevas tierras. Esto último poblamiento y dominio del territorio. Por eso, desde los prime-
imprimió un sello de gran originalidad en el sistema fundacional ros tiempos, adoptará una política oficial poblacionista, cuyo
americano, que, aunque inspirado en la tradición castellana, rasgo característico será la autolimitación basada en criterios
hubo de adaptarse a las nuevas condiciones exigidas por las políticos y religiosos que tratarán de proteger la exclusividad,
tierras y las nuevas circunstancias. El principal objetivo de los castellana al principio y española después, frente a otras poten-
colonizadores era la creación de una sociedad patrimonial, cias extranjeras y asegurar la integridad ideológica de las
basada en la propiedad de la tielTa y en el sistema de la tierras conquistadas. Así, salvo contadas excepciones, se prohi-
encomienda l , de origen romano y de fuerte tradición feudal be que pasen a indias extranjeros, musulmanes,judíos, gitanos,
extremeña y castellana durante la Reconquista. conversos, protestantes y condenados por la Inquisición. El
emigrante, en teoría, debía ser español, cristiano viejo y de
buenas costumbres. La emigración estuvo, por tanto, restringi-
da y controlada por la Corona (excepto la emigración ilegal,
Mediante la encomienda los colonizadores eran recompensados con constante durante toda la época colonial, aunque poco signifi-
repQ/1imiel1tosde indios por su conttibución a la conquista. Estos indios cativa) mediante el preceptivo perrniso o licencia de embarque,
estaban obligados a e~tregar su trqbajo o una parte de su producción al que debía solicitarse en la Casa de Contratación de Sevilla y,
colono encomendero. Este, a cambio, debía instruirlos en la fe cristiana.
Implantada por primera vez en Santo Domingo (1502) pervivió hasta que desde 1546, en el Consejo de Indias de Madrid. Los minuciosos
fue abolida en 1720. registros de salida de personas y buques nos proporcionan una
58 Juan Sánchez Méndez Historia de la lengua espafíola en América 59

información bastante completa sobre la emigración legaF, que, 2,8%, otros, 6,7%. Entre andaluces y extremeñgss\lman casila
aunque poco significativa en términos numéricos, pues consti- mitad de todos los pnlnero'S: corüñizadores; lo que habría de ser
tuye sólo una parte del total, es muy rica en información [undamentalpará4'l~coiisIiJili::iÓIléléfnaciente espm'í;lameri-
cualitativa (nombres, procedencia, estados, etc.). cano; como veremos l11ásadelante. La presenciacanar:iaJill,_
Manejando datos relativos al tonelaje y cargamento de los _pºcº . sigrufiCfltivajllE~il1sÍJ?Lo, pero irácreciendojJrogresiva-
mente hasta alcanzat:.su.nÚlllero-máxJmo.e!te1 siglo XVIrí. En
barcos que cruzaban el Atlántico para estimar el número
e;ta última centuria se produce también lai;;corporación a
mínimo de pasajeros que podían transportar, además de las
América de na",arros, gallegos, catalanes, valencianos y
mercancías, víveres y tripulación, algunos estudiosos, corno M.
baleares 3 •
M6rner (1960), han calculado que entre 1506 y 1600 emigraron
unos 240.200 peninsulares, esto es, unos 2.600 al año como Sin embargo, conviene señalar que estas cifras de poblado-
promedio. Este número es similar al calculado, con otros res son sólo referidas a una parte de la sociedad colonial, por lo
procedimientos, por Boyd-Bowman (1964), que fijó en unos demás minoritaria, ya que el grueso de la población estará
200.000 el total de emigrantes durante el siglo XVI. Estas cifras, constituido por mestizos, africanos e indígenas, de los que
las máximas posibles considerando la capacidad y las limita- hablaremos más adelante.
ciones de la navegación de la época, representan porcentajes
muy pequeños de la población de la Península de entonces.
Además, la emigración era esencialmente masculina. La mujer 5. EL PUNTO DE PARTIDA: LA SITUACIÓN HISTÓ-
será la gran ausente de la empresa americana. Al principio sólo RICA DEL CASTELLANO QUE LLEGA A AMÉRICA
un 10% de las licencias oficiales se refieren a mujeres. Desde
mediados del siglo XVI aumenta la proporción de mujeres 5.1. La base del español americano
hasta un 25% del total. En todo caso, las cifras son mínimas y Pese a que pueda parecer una obviedad, se hace necesario
explica la abundancia de uniones mixtas y el cruce racial en las insistir en el hecho de que la lengua que llegó a América no era
clases bajas y medias de las nacientes sociedades americanas un bloque monolítico y unifom1e, y de hecho ninguna lengua lo
(Konetzke, 1979). es. ¡;<:I español que ll.s:gaaJ=AntiJlas...tIinesJj.~]CV y se expanf!<=Y
En_.C:l1anto a la procedencia regionalde los. colonizad.9res, .:~::lu~e:n.Ant~.r:i.c:a~111as cen tll!:i-ª§.IDggieg!~ll compJ.<,~ .. '
~~tasedecantó preferentemente por los meridi()I1~IL"s.S.egún j<:0rrtegrado...poL1!!!ª.s_t;Ei~...cIe,.2ubsistemas originados e l1Ja
Igs.datosqut=manejaBoyd-Bowman (1964), entre 1493 y 1502, variaciÓn diatópica, diafásica y dms1i'[[cFresulfilrlté-de su-evo-
el 32% de los colonizadores de la Española eran andaluces, luciÓn medieval.Y§ll_eWámiQíi.]Jorra-PE:níl1SuT~t~oñ EiReconquis-
proporción que se mantiene tres décadas después. Durante las -ta,enlaque i'uterviene la propia cronología d~I;;';;~p~;'¡sió;'¡
primeras décadas del siglo XVI, la proporción de colonizadores p;;iil!1Su1aJ:y_eLcontacto con vaJjedades.romances afines.
fue la siguiente: Andalucía, 29,4%; Extremadura, 18,2%; Castilla Hace ya tiempo que A. Zamora Vicente (1967,378), hacién-
la Vieja, 19,3%; Castilla la Nueva, 11 ,5%; León, 12,1%, vascos, dose eco de una tradición anterior, afirmaba: «El fundamento

2 3
La relativa al siglo XVI puede consultarse en el Catálogo de pasajeros a Frago (1999) realiza un exhaustivo análisis de la contribución de cada
Illdias, Sevilla, 1940·1985 publicado por el Archivo General de Indias. región española en el Nuevo Mundo.
Biografia
de una
1en gua
Nacimiento, desarrollo y expansión del español
-------- ·--~--~------

Enrique Obediente Sosa


EL ESPAÑOL EN AMÉRICA

l. ESPAÑA EN AMÉRICA

La presencia española en el continente americano comienza


con la llegada de Cristóbal Colón el12 de octubre de 1492 a la isla
de Guanahani, llamada por él San Salvador. Después de pasar por
otras islas del archipiélago de las Bahamas, el Almirante se dirigió
al sur y descubrió la isla de Cuba;. navegando de allí hacia el
oriente, llegó a Haití, denominada por él Española. Allí levantó el
fuerte de Navidad (25 de diciembre), primer establecimiento
europeo en América, donde Colón dejó una guarnición de
cuarenta hombres, luego de lo cual regresó a España convencido
de haber llegado a las costas orientales de la India.

Las tierras que Colón llamó "las Indias" fueron repartidas


entre España y Portugal mediante la bula Inter cetera del papa
Alejandro VI (1493); allí se trazaba una línea divisoria que iba de
norte a sur, a una distancia de cien leguas al occidente de las islas
Azores y de Cabo Verde, atribuyendo a España las tierras situadas
al oeste, y a Portugal las que quedaban al este de dicha línea. Esta
división no satisfizo a Portugal, pues le dejaba poco espacio
marítimo libre frente a la costa africana. Protestó entonces y
obtuvo de España una modificación del anterior reparto,
concretado en el Tratado de Tordesi!las (1494), que sustituyó la
línea anterior por otra que corría 370 leguas al oeste de las islas de
Cabo Verde.

El segundo viaje de Colón (1493-1496) fue organizado para


colonizar las tierras descubiertas. En este viaje llegaron 1.500
hombres con los elementos necesarios para el arraigo de los
expedicionarios: herramientas, semillas y animales. Al desembarcar
en la Española constató que el primer asentamiento no existía: los
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

indígenas habían destruido el fuerte y matado a los españoles. del Magdalena, se organizó la colonización de lo que sería llamado
Funda entonces una nueva colonia a la que llamó !sabela en honor Nueva Granada, y desde Coro, establecida en 1527, la del actual
de la rema de Castilla. Esta colonia, sin embargo, tampoco logró territorio de Venezuela.
afianzarse debido a lo msalubre del lugar; Bartolomé Colón,
her~ano del desc~bridor, decide entonces trasladarla al sur de la En aproximadamente media centuria España había
Isla. se fundaba as¡ Santo Domingo (1496).
explorado, conquistado y colonizado (al menos en buena parte) las
tierras que habrían de formar su imperio en el poniente del
Asiento de las primeras autoridades coloniales de América mundo.
Sant~ Dommgo se convirtió pronto en una verdadera ciudad
espanola, punto de llegada de todos los que venían a hacer la Uno de los primeros objetivos de los españoles en América
"empresa a~_ericana"; fue, por tanto, el foco originario americano fue extraer la mayor cantidad de riquezas para llevarlas a la
de !ffadiaciOn. española, punto de partida de expediciones y metrópoli, cosa que exigía un fuerte aparato administrativo, puesto
conqmstas hacia el resto de las Antillas y el continente. desde el comienzo en manos de militares y eclesiásticos. Crearon
puntos estratégicos de poderío allí donde se encontraban las
Diver~as explora~iones en el área del Caribe prepararon la riquezas, para cuya explotación no tenían otra salida que recurrir
gran e~edic10n de Hernan Cortés, quien logró alcanzar la meseta a la mano de obra indígena. El rey recompensaba los afanes y
de_ Anahuac (15!9-1521), donde se hallaba lo mejor de la civiliza- sacrificios de la conquista otorgando títulos, cargos públicos, bienes
CIOn Ydelimpeno aztecas, y donde pudo establecerse para futuras raíces, pero los cargos de honor no podían aportar riqueza
conqmstas Y~xplorac10~es. A partir de aquí se realizó la conquista económica si no se disponía de mano de obra abundante. Surge así
Y col~mzac10n de Amenca Central y se organizaron también la encomienda, por la que el beneficiario disfrutaba del trabajo y
expediciOnes al norte con la esperanza de encontrar países tributo de los indios a cambio de instruirlos. Hoy no cabe duda de
m~rav!llosos donde abundara el oro. Por el sur, los españoles se que muchos encomenderos tomaron en serio su obligación de
one,ntaron, una vez d~scubierto . el Mar del Sur (el océano instruir a sus encomendados en la fe y primeras letras, pero es
Pacifico), haCia los terntonos del Imperio inca. Las noticias que igualmente cierto que una buena parte de aquéllos vio a "sus
;obre las nquezas delBüú habían traído los exploradores indujeron indios" únicamente como instrumentos de producción.
'l FranCI~co PI~arro y Diego de Almagro a organizar en 1524 la
oxpedl_ciOn hacia esas tierras, pero no fue sino hasta 1531 cuando A causa del afán por lograr grandes beneficios y para
iespues de m~chas y variadas vicisitudes, lograron hacer la; acallar las voces que protestaban por el trato dado a los indios, se
mmeras conqUistas en el mmenso territorio del imperio de los inicia la trata de negros, comercio que dio origen a la introduccíón
ncas. ~esde estas tierras andmas se organizó la conquista de Chile en América de un nuevo elemento étnico-cultural: el africano.
· del Río de la Plata.
La presencia europea en América transformó el modo de
Mientras esto ocurría en el sur del continente, se conquista- vida de los indios, pero al mismo tiempo las culturas indígenas
·a, desde otros focos, la parte norte de Suramérica. En efecto, causaron un impacto en los usos y costumbres de los europeos. Es
esde Santa Marta, fundada en 1525 cerca de la desembocadura necesario tener en cuenta el momento histórico en que tienen

384 385
Biografía de una lengua

Extensión del español en América


lugar los contactos entre colonizadores e indígenas, y también la
influencia del cristianismo y los fenómenos de mestizaje para
comprender las crisis derivadas de los contactos que llevaron a
coexistir, de manera más o menos sutil, a hombres provenientes de
diversos lugares de la tierra. Desde el caso de la extinción o
exterminio de los indígenas en unos lugares, hasta el de otros en
que los indígenas eran la masa dominante de población, los
resultados del encuentro entre colonizadores y naturales ofrecen
matices variados según las características de los protagonistas de
ese encuentro. Esto repercutiría en la estructura social y cultural
de las distintas regiones americanas sometidas al dominio de la
corona de Castilla.

España creó todo un aparataje administrativo ad hoc para


las colonias americanas, de modo que la justicia, el comercio, la
educación, en fin, todos los aspectos de la vida en este lado del
mundo quedaron minuciosamente reglamentados, al menos en ' · OCEANO ATLÁNTICO
1
teoría. ~·
~ ~-
Hacia comienzos del siglo XIX, el territorio americano
sujeto a España estaba dívidido en las cuatro circunscripciones de
primera jerarquía (o virreinatos) siguientes (entre paréntesis, año
de creación de la entidad):

Nueva España (1535): abarcaba México y parte del sur y el


oeste de los Estados Unidos.
Perú (1542):circunscripción territorial que comprendía toda OCEANO PACÍFICO
la América del Sur bajo dominio español, excepto la costa
venezolana; fue perdiendo extensión con la creación de los
virreinatos de Nueva Granada y del Río de la Plata, hasta quedar
reducido al actual Perú.
Nueva Granada (creado en 1717, fue suprimido en 1724,
para ser reconstituido en 1739): comprendía Panamá, Colombia,
Venezuela y Ecuador.

386
'
Enrique Obediente Sosa

Rio de La Plata (1776): comprendía las actuales repúblicas


de Argentina, Uruguay, Paraguay, Chile y Bolivia.

Ese inmenso territorio contaba, según la estimación que


hiciera Humboldt hacia 1823, con una población de 16.785.000
habitantes, repartidos en los siguientes grupos: indios 46%, mesti-
zos 30%, criollos 18%, negros 5%, españoles 2%.

El ejemplo de las colonias inglesas del norte, las ideas


liberales europeas del. siglo XVIII, la ineficacia del sistema
administrativo centralizado llevaron al descontento de la
aristocracia criolla y al establecimiento de bases para la revolución,
que se tradujo en violentos y sangrientos combates que tuvieron
lugar a todo lo largo y ancho del continente. El imperio español
comenzó así a desintegrarse y se inició un repliegue del dominio
territorial de España en la medida en que los americanos iban
ganando las batallas, siendo la última la de Ayacucho (1824). Con
el triunfo del movimiento independentista surgieron diversas
repúblicas que se correspondían, en líneas generales, con los
territorios administrativos de la época colonial. España conservó
solamente las islas de Cuba y Puerto Rico, perdidas en 1898 como
consecuencia de la guerra con los Estados Unidos, con lo cual se
puso fin al imperio colonial español.

2. LA IMPLANTACIÓN DEL ESPAÑOL EN AMÉRICA

El proceso de hispanización lingúística de América


comenzó hace cinco siglos, cuando se inició el trasplante a nuevos
y extensos territorios de la lengua oriunda de Castilla. El español
r americano es, por tanto (y valga la perogrullada), una extensión del
r español europeo: no puede soslayarse, en efecto, el hecho histórico
r
irreversible de que la lengua española tuvo una expansión colonial.
I
i
Por ello se ha comparado el proceso, y con razón, al de expansión
del latín en Europa.

i 387
t
t
-- ,"-' \.....,, 0 L ~, \....- G

Tal proceso se inicia con el mismo Colón, quien escribe en


su Diario que tiene la intención de llevar algunos indios a España Pedro Borges1 que
para que aprendan español, y después hacerlos volver para que
sirvan de intérpretes a los conquistadores. Esto lo llevó a cabo en , no arece haberse seguido una
dos ocasiones pero fracasó, bien porque los indios murieron en con anterioridad a esta epobcab,l p e su enseñanza estuviera
1 ¡ 'spro a eesqu
España, bien porque, dado el mosaico lingüístico americano, el norma gener~ y o ma antenidas por los misioneros en
sujeta a las diferentes posturas m 1 s franciscanos y agustinos lo
papel de intérprete de aquéllos quedó abortado al no conocer sino este punto. Aunque constad quMe, o desde la década de 1520 y
su propia lengua. _ elas e exrco .
ensenaron en sus escu , 1 oncilio de MéXIco, nos
- 1 erpetuo e tercer e 1
que. su ensenanza
, o . par que no fu e asign . atura obligada en as
La penetración de la cultura española se hizo posible en la arnesganamos a opm , bio en los internados. De
medida en que surgían intérpretes, comúnmente llamados lenguas; 1 tales ' pero SI en caro . da la
' estar generaliza
escuelas e emen l
, . ' d b"'
éstos eran indios que, por gusto o forzados, habían convivido con · MeXICO no e IO
hecho, en de miSmo 1585 se aboga por su
- rlo puesto que en . .
españoles aprendiendo su lengua. Los hubo también españoles que, costumbre e hensena . ·ustificar su conveniencra,
t se tiene que J d
por convivir con los indígenas, aprendieron su idioma; éstos eran enseñanza Y as a . araníes mucho más avanza as
o frailes o sobrevivientes de expediciones anteriores que, para mientras que en las reducci~nes gul ·glo XVIII sólo lo hablaban
q 'dldemasenesi _
seguir viviendo, se vieron en la necesidad de insertarse en ue. la .mayona e tas ían contactos ' fr ecu entes con los espanoles
comunidades autóctonas. los mdiosdeque
a pesar m~n en. en e11as de eolegios para niños nobles.
la enstencia

La hispanización de América fue, por consiguiente, un h .nstitutos enseñaban latin y no


proceso lento. A medida que avanzaba la conquista, los españoles - Es 1de notar
. ual queque m~c osd¡ades , donde las asignaturas, lo
las umvers¡
se encontraban con nuevas lenguas, lo cual los desesperaba. La espanol,
mismo quea 1g
en Europa, se dictaban en aquella lengua.
Corona recomendaba la enseñanza del español pero los que
estaban en el lugar de los acontecimientos, particularmente los . . ra conveniente o no enseñar
misioneros, veían qne esto era imposible debido tanto al desinterés La Corona vac!laba entre .s! e . d!.ctada por la apremiante
· di as convemenc1a .
de los indios por aprenderlo como a la dificultad que implicaba el español a los m gen , . o era el adoctrinamiento en
para ambas partes habérselas con lenguas de estructuras tan labor evangelizadora. Como ~-pnm~n principio que fueran los
disímiles. la fe cristiana, se recomedn. o en las lenguas indigenas, y que
.. l s que apren ¡eran .. 1 go
miSIOneros o , 1os m . d!·os que qms1eran; ue ,
·
aprendieran espa ñol solo . "bl e verter bien el contem"do
Dos elementos, sin embargo, fueron decisivos en este - d que era JmposJ .
proceso de hispanización: la introducción de la imprenta (la t convencida Es pana e ordena ue «a todos los indws sea
primera, en México en 1535) y la creación de una estructura de la fe en las lenguas m~genas~n ella laqdoctrina Christiana, para
educativa colonial. Es sabido que las escuelas y colegios impartían enseñada la lengua Espanola;/ 1 Misterios de nuestra Santa Fe
que se hagan más capaces e os
las asignaturas en la propia lengua del territorio, y que no es sino
a partir del siglo XVIII cuando se introduce la enseñanza del
español debido a las órdenes reales que insistían en ello. Dice

388
I - - - - - - - - .- - - -. M drid Albambra, 1986, citado por
1. En Misión y civilizactón en Amenca,

Quilis 1992b, pág. 48.


a •

l 389
Ent"ique Obediente Sosa
CatL
o zc_a, aprovechen para su salvac .ó .
su gobzerno y modo de vivir>• (Rea; ~!dconszgan otras utilidades en dominios y sólo se hable el castellano)), como reza en su título.
marzo de 1634)' Esa e ula de Felipe IV del 2 de
• S «Otras Util (;l d
med~da, a tener las herramient~ a es» se referían, en buena Sólo quedarían virtualmente exentos de esta disposición
enganar por los españoles y pod n~cesanas para no dejarse aquellos lugares «en que se hallen inconvenientes en su práctica,
tes que, por lo general traducíaer ¡queJarse sin ayuda de intérpre- [para lo cual] deberán representármelo con justificación, a fin de que
convenía. ' °
n que les convenía y según les en su inteligencia resuelva lo que fuere de mi Real agrado, por ser así
mi voluntad», tal como concluye dicha Real Cédula.
Según apunta Quilis (1992b, pág. 58),
A decir verdad, lo que impulsó realmente la hispanización
En ~te tono transcurren los años h . de América fue el mestizaje; en efecto, las uniones de españoles e
En el aparece la figura del b'. asta el remado de Carlos III indias fueron el puente más firme y seguro entre los dos pueblos
·
An tomo arzo JSpo de M'"· 6 100 ·
Lorenzana y Bu"t . . 1 don Francisco
1 ron amigo p al d y culturas. Siendo los españoles escasos y las españolas más escasas
exponente del despotis il ' erson el rey y típico
para que los indios mex::no ustradft ~n 1768, publicó las Reglas aún, sin los mestizos no habría sido posible ni la conquista ni la
hispanización del Nuevo Mundo.
tem?oral, donde abogaba ~::;~de zces en lo espiritual y en lo
obii~atoria del español no sólo cona; ente ~~r la enseñanza
me~o único para lograr los ob"etivo:es ~e~Igtosos, sino como Pero la implantación del español en América repercutió
soctales de la Corona en 1 I ~di políticos, económicos y obviamente sobre la misma lengua recién llegada, al entrar en
insistió ante el rey hasta quas .. n as. El arzobispo Lorenzana contacto con los idiomas autóctonos. Las realidades desconocidas
letra las recomendacion e este aceptó y siguió al pie de Ia que se iban desplegando ante los ojos atónitos de descubridores y
mientras que el absolnt· est Fprolpuestas por su súbdito. Así conquistadores debían ser nombradas por bocas españolas,
. JS a e zpe II fue b" '
ma t ena de lengua ellib 1 C a Ierto y hberal en necesidad que daría origen a nuevas acepciones de viejas palabras
abril de 1770proU:uJg e:a arios III fue absolutista. El16 de hispanas y a la introducción de palabras de las lenguas habladas
a 1a <amosa Real Cédul fi l
que se destie!Ten los diferentes id. a «a n de conseguir por los naturales, y ello desde los mismos inicios. Ya en el Diario
zomas de que se usa en aquellos t de Colón aparecen las primeras palabras antillanas, en un conjunto
l
, v·zsto lo cualpar integrado por canoa, hamaca, ajes, cacique, cazabe, nitaine, tuob,
'ece una exageración lo d"
en sn E:oquencia espaflola en arte de 16o'!~e. ~ce Bartolomé Jiménez Patón t caona, nocay, ají y tiburón. Añádanse a esta lista bohío y guanín,
1 ambas interpretadas erróneamente por Colón, que pensó que
soy .testigo apasionado alabando cosa tan . porque no me imputen que
digrudad, y excelencia de la lengua E - propna nuestra como no es la
r eran nombres propios de lugar, topónllnos como Cuba; también
t caribe, primer gentilicio antillano que aparece en un texto
con lo que otros muchos antes que spa;::'la: no quiero prouar mi intento
r castellano3 .
ánimo tan Español como el mio ni~~ an ~ho por ser tan hijos suyos Y de
Indias todas que se han ganad n decu que es tan general que en las
o se enseña po rt
que los Romanos conquistaron el m
.
r a e como la Lanna en tiempo
t
de Lüdtke 1998, pág. 17. undo ... » (el resaltado es nuestro). Tomado I
t 3
López Morales 1998, págs. II-12.
390
r' 391

r
t
La introducción y asimilación general de palabras indígenas
no se dieron, sin embargo, de la noche a la mañana ni como un . , mueho de lo que see mostraba
los significados difena bajo sencillas
tanto cuidaba en la
simple trasvase de formas, más o menos adaptadas a la estructura . . El padre Las Casas, qu . .
fonológica del castellano; al contrario, fue un proceso más bien apanenctas. . . t dría que escnbtr: «a veces
transmisión de los amencamsmos, . e~ muchas de las nuestras, y
lento y complejo llevado a cabo en varias etapas. De acuerdo con
una palabra en aquella lengua reqhme d las suyas». y el Inca
Manuel Alvar (1992) la "recepción de americanismos" pasó por las Prebende mue as e . d ·
siguientes etapas. una nuestra com 11 os diría que «cast no eJan
Garcilaso, al escuchar a los caste- a~ ~e sabe más iñora de diez
vocablo sin corrupción» y «el espano q e un ~ismo vocablo
1') En un primer momento, los descubridores proceden a describir, las muchas cosas qu .
mal que bien, en castellano las realidades americanas que les eran partes las , nueve,
( , 39) porEn la me d"d 1 a en
que la lengua se aindtaba,
nuevas. Se refieren entonces, por ejemplo, a las hamacas como significan». , pag.año la · se fue re1egando ' "pero quedó -desde b ,los
redes de algodón, los pumas son llamados leones y las quenas, la expresiOn esp . . . b"l" .. e que otros hombres aca anan
P di el dtcctonano t mgu "'
flautas. Este procedimiento, que nada matiza, no puede evidente- rimeros . as- . .
bazles)) «&ran d es se ñores y caciques))' «aJles o
escribir <(arezto y ' o·
mente dar cuenta de aquello que los descubridores pretenden dar
a conocer a sus compatriotas; aquellas palabras, utilizadas en ;:lientos», ~naborías o vasallos•" (pág. 39).
América, han comenzado a significar otras cosas, han dejado de
- 1 fue americanizando• al mismo
tener sus resonancias castellanas para adquirir otras, con lo cual De esta manera el e~pano se "b ht"spanizando. Siguiendo
comienza "el acriollamiento de las voces tanto para designar nuevas 1 mdigenas se 1 an . --
realidades como adaptar el español a su nueva circunstancia" (pág. atiempo que
Manuel las enguas
AJvar , 40-42)' el proceso de americamzacton
(1992, pags.
38). del español,

2') El paso siguiente fue "buscar la forma en que el europeo tenga


conciencia de las discrepancias" (pág. 38). Surge así la oposición
sistemática entre cosas de la tierra o de las Indias y las de España
¡ q
Española: los espano
·~n a la nueva rea¡1"dad' se inició en la
ue no es sino adaptaciO d"
- les apren reron e
f il"t, 1 penetrac1on
aprendizaje, se ac 1 o a
¡ taíno y gracias a este
'
. , de te'rminos locales: a
nte para designar a todo un
lengua dejó de e;nplearse ~~~em:radisíaca, pero se aindió; no
¡

o de Castilla, sirviéndose del posesivo para marcar la diferencia:


mundo que surgta co~o V:tslO dp 's se hizo mestiza en todas
"cuando Colón habla de ratones de India se refiere a las 'hutías'; si . · , mo que a ema
sólo se amencamzo, s t . onio inalienable de to a
d
Díaz del Castillo pondera las camisas de la tierra está pensando en aquellas voces que pasaban a ser pa nm
los 'huipiles'; cuando las Relaciones de Yucatán hablan de las 1
gallinas de las grandes de esta tierra se refieren a los 'pavos', lo
mismo que si hablan de gallos de los indios [... )" (pág. 38). ás voces aportaron al españo! de los
t ' Las lenguas indígenas que m . ¡ XVI son el náhuatl, el taíno y el
conquistadores y pob!adores del s~~ el 80% de los indigeuisn;os. Los
3•) La tercera etapa consistió en la adopción del término quichua, que en conjunto repr:se el de la flora, la alimentaCióny los
amerindio. "Peripecia no exenta de riesgos, porque el español oía r campos semánticos más favorecidosn~~~a nueva realidad natural Y social de
lo que su propio sistema le permitía oír o porque el contenido de ¡ oficios, algo que era de esperarse a
. Ver Zamora Munné 1976 para una
relación pormenorizada de los

t Aménc~. ¡
indigerusmos en la engua. de los conquistadores.
392
393
+
t
1

~.--
t
Ent'ique Obediente Sosa
la comunidad. Y gracias al español las lenguas de Am • ·
tuvi . . ibl . enea
eron ~~r~;m1 es migraciones, porque en la Española el En ese proceso de americanización, la lengua española
castellano ~ICIO su proceso de adaptación a la nueva realidad, llegó incluso a adoptar un morfema: el sufijo {-eco, -a}(del náhuatl
pero tambten el de adopción de palabras que le entraban a -écatl), formador de gentilicios, el que encontramos en 'guatemal-
raudal~; lo qu~ se ~prendió en Santo Domingo o en Cuba era
teco', 'yucateco', !azteca', etc.
ya espanol patnmomal como aquél que venía de Castilla¡ y· ·
[...] a leJa.
. Sabemos que todo esto era más que cierto: en su
admrrable Vocabula!W en lengua castellana y mexicana (1571) 3. RASGOS DEFINITORIOS DEL ESPAÑOL AMERICANO:
fra~ ~onso ~e Melina da como entrada en la sección castellan~ REVISIÓN CRÍTICA
a term,mos tamos (ax; ~atata, batea, batey, canoa, maíz, etc.) y en
Yncatan tenemos preciosos testimonios, algunos de los cuales El español hablado y escrito en América presenta una serie
vamos a transcribir (los términos subrayados son siempre taínos): de características que Jo diferencian de la lengua común del
«arman la casa con varazón entretejida y la atan con unas Jatas centro-norte de España. A este respecto se ha hecho ya un Jugar
q~e llaman ar, y en español se dicen bejucos)); «hay grandes común decir que, en relación con la modalidad castellana de la
ceihas, q~e llaman los naturales yaxché"; «el maíz se llama en su lengua, los rasgos que diferencian y definen al español americano
lengua YJllil», etc. [... ]. son los siguientes: su esencial y originario andalucismo, su notable
. . El español se va aindiando, al mismo tiempo que homogeneidad, el estar lleno de vulgarismos y arcaísmos, además de
hisp. .an~ a las lenguas indígenas. Pero los americanismos se la notable presencia de marinerismosy, por supuesto, de amerindis-
ha~xan xdo castellanizandq; cada uno oyó como pudo, y las mos y afronegrismos.
vanantes fueron muchas y se perpetuaron deformadas. De un
mundo tan modesto como el antillano hemos visto una
proye.cción inusitada sobre las grandes culturas de América al 0
Esto, tomado muchas veces sin someterlo a crítica, ha sido
que sm .I~s españoles ja~ás se hubiera producido.[ ... ] Así,pa~ó más el producto de una impresión generalizada que el resultado de
un a~UVIon de voces antillanas al español de Méjico o del Perú, previos y profundos estudios de la lengua usual tal como se ejercita
lo illlSmo que las plantas o los animales [... ]. en Jos diversos territorios de la América hispanohablante. A partir
. • [... ] El español iba mestizando también a las lenguas de Jos años '60, sin embargo, comenzó una nueva etapa de la
mdígenas y cobraba nueva fisonomía con los intercambios. dialectología hispanoamericana marcada por el empeño de
Charles de Rochefort [...] vio cómo los caribes "han tomado filólogos y lingüistas de estudiar seriamente las distintas hablas del
muchas de las palabras de los españoles, por haber sido estos los continente con una metodología adecuada, así como por ir directa-
priD:~ros cristianos con los que establecieron contacto,>. y Pedro mente a las fuentes documentales origínales, todo con el fin de
Gu~xerrez ~e Santa Clara, cronista del Perú, escribió en sus determinar cuán verdadera o falsa era la caracterización que se
Quznque_nanos [c. 1603]: «En los reinos del Perú y en todas sus había hecho del español americano.
pr.ovmc~as .hay muchas y diversas palabras castellanas que los
illlSmo md10s naturales de ellas las hablan [...] y estas dichas Juan Lope Blanch ha puntualizado en parte el tema que
palabras castellanas no tienen aquel significado que suenan sino nos ocupa en un excelente artículo titulado La falsa imagen del
que quieren decir otras cosas en su modo de hablar». '
español americano, artículo publicado en 1992 y en el que expresa

394
395
lo siguiente:
cambios comunes experimentados por Andalucía y América eran,
no obstante el fondo de verdad ue para Henríquez Ureña, meros desarrollos paralelos convergentes.
e:stas ,apreciac~ones sobre el espa~ol ~:~ ~a.ber en a!gunas de Su postura, basada en comparaciones entre una y otra modalidad
snnpl~zcan ellas, en gran medida en~, cons~dero que de hablas, quiso confirmarla mediante los datos estadísticos de que
amencana, cuando no la d f ' la realidad Imgüistica disporúa sobre el origen de los españoles que poblaron América,
Pienso, en consecuenct'a e orman y aun alteran radicalmente. datos que presentó clasificando a aquellos pobladores, dialectal-
.
h ISpanoamericanas ' que esa caracte · ·... d
debe ser p e· d nzacion e las hablas mente, en cuatro grupos: hablantes de español del norte peninsular
· . re 1Sa aomat· d
e, mclusive, rechazada en otros ( , 31 IZa a en unos casos (41,7%), hablantes de español del sur peninsular (42,5%),
pags. 5-316).
hablantes de dialectos intermedios (6,7%) y hablantes de zonas
En lo que sigue trataremos de · ,. laterales (9%); no constituyendo, pues, los meridionales una
uno de los puntos de la cuesf, reVJsar cnttcamente cada
aplastante mayoría, mal podría pensarse que hubiera podido
delinear más nítidamente lo e Ion planteada con el objeto de
imponerse su dialecto, fue la conclusión a la que llegó.
del español americano. oncermente a los rasgos definitorios
En el otro extremo de la polémica estaba Wagner, quien,
en 1920, defendía el andalucismo del español americano,
3.1. Andalucismo
matizando, no obstante, su postura con dos importantes precisio-
nes: la primera, que más que influencia andaluza habría que hablar
Una de las preguntas más deb . de influencia meridional, concepto, por supuesto, más amplio, y la
americano ha sido la relativa a sus , a ti das. respecto al español segunda, que extensos territorios de América habrían quedado
americano ¿es la conti·nu . , ongenes dialectales: el español fuera de tal influencia.
, ac10n de un d' 1 .
especifico? ¿O es el resultad d Ia ecto penmsular
españoles? ¿0, por el contrario e~ e una mezcla de dialectos La polémica entre ambos filólogos terminó (sin zanjarse)
de este continente? La cuestió~ etuna m~dahdad propia y original con la publicación en 1931 de los datos demográficos ya señalados,
rótulo 'base del esnan- l . ' Iqueta a cornentemente con el aspecto este retomado años después por Pe ter Boyd-Bowman, para
, . r o amencano' dio p'
polemica entre dos famosos filóÍ . Ie a una ya legendaria
r quien las teorías formuladas no pasaban de ser ingeniosas hipótesis
Henríquez Ureña y Max Le Id Wogos. el domimcano Pedro r mientras no se aclararan, por una parte, la demografía, y por la
opo
como era de esperarse, otros filólog
como de América.
agner a la
r '... que se sumaron,
os Y tnguistas tanto de España
J otra, la cronología de la colonización americana con las circunstan-
cias específicas que marcaron el proceso en cada uno de los
territorios americanos. En cuanto a la demografía, la investigación
El primero de los nombrad
., realizada por Boyd-Bowman sobre documentación procedente,
titulada Observaciones sobre el españo~sd e;:
u?a serie ?e artículos principalmente, del sevillano Archivo General de Indias arroja
1921 y 1931 rechazaba 0 .
'
e menea publicados entre
, P r mexacta y vaga 1 ..
•l como resultado que, para el período 1493-1600, el mayor
andaluza del espan-ol a . • a supuesta fihación porcentaje de españoles emigrados era efectivamente oriundo de
mencano y afir b
la lengua usual en América t , , ma a que, por el contrario, r Andalucía; aunque el autor reconoce que la lista de pasajeros a
ema un ongen Independiente; los
t Indias elaborada por él (más de 56.000 personas) no representa
396
I 397
'
f
t
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

más del 20% de la emigración total del período, permite, sin


em~argo, entrever claramente las tendencias de la emigración habían generalizado allí para los dias del descubrimiento; 2•) en
penmsular. Podemos resumir sus cifras en el cuadro siguiente: tierras meridionales ya se había dado la aclimatación de no pocos
elementos léxicos de otros dialectos peninsulares por las
Españoles emigrados entre 1493 y 1600 por regiones particulares circunstancias de repoblamiento de esas tierras a raíz
del proceso de reconquista. Esto quiere decir que el dialecto
Andalucía 36,9% andaluz ya estaba configurado para el momento de la colonización
Extremadura 16,4% americana, no sólo en sus peculiaridades de tipo fonético sino
Castilla la Nueva 15,6% también de léxico, el cual incluía vocablos que, procedentes de
Castilla la Vieja 14,0%
Otras
otras tierras españolas (sobre todo occidentales), echaron raíces en
17,1%
el habla de Jos andaluces. Esa modalidad de lengua española fue
la que salió de España rumbo a las Indias, y si ésa era el habla del
(En 'Otras' incluimos los _valores correspondientes al aporte del contingente mayoritario de emigrados no debería extrañar que
resto de las regwnes espanolas y de extranjeros (2,8% del total)). exista un particular "parentesco" entre ella y la modalidad
americana. Al respecto dice Frago Gracia (1994b) en su obra de
Las cifras de Boyd-Bowman indican a las claras dos cosas: claro y revelador título Andalucía y español de América: Historia de
1ª) que en la empresa americana participaron gentes de todas ]as un parentesco lingüístico, lo siguiente5:
regwnes españolas; 2•) que hay una nítida preponderancia de
andaluces. Si se añade el hecho de que las pocas mujeres Por esta vía (por la ruta de la intensa actividad mercantil
emigradas eran también de Andalucía (55,4% en promedio para el entre América y Andalucía] vinieron los indoamericanismos
período es~diado), entendemos que los naturales de esta región léxicos y por el mismo camino, pero en dirección contraria, hacia
hayan podido eJercer un Importante papel en la difusión de su el Nuevo Mundo afluyeron muchas palabras andaluzas que no
habla. ~te hecho se ve reforzado aún más por la indiscutible tardarían en transformarse en lo que los lingüistas llamamos
pnmaCia andaluza en el período inicial o antillano (1493-1519), americanismos léxicos. Ningún grupo regional español con más
momento en que se forma la modalidad lingüística que habría de asiduidad ni en mayor número que el andaluz hizo la carrera de
llevarse a Tierra Firme. Indias. [... ]
[ ... ]
Por lo 4.ue en páginas anteriores se ha ido argumen-
Otro aspecto del problema que debía ser dilucidado tenía tando, se llega a la- conclusión de que el andaluz condicionó
que ver con la cronología de los cambios lingüísticos comunes al enormemente la configuración del español americano tanto en
mediodia peninsular y a América; pues bien, hoy no cabe ya la su vertiente fonética como en la del léxico. Si en este segundo
menor duda de que aquéllos ya se habían cumplido en Andalucía nivel lingüístico pudo ser determinante, como de hecho lo fue,
antes de que tomara cuerpo la empresa americana. A Frago Gracia el papel de enlace entre España y América que a Andalucía le
le cabe probablemente el mérito mayor de haber demostrado dos correspondió -otro tanto cabe decir en la cuestión de los
hechos de particular relevancia en el tema que estamos discutien-
do: 1") que los cambios fonéticos propios del sur de España ya se

398
fi 5
Las citas están tomadas de las páginas 189-194.

[ 399
indoamericanismos-, otro factor hubo de ser más importante en diez y Nueve djas del mes de mayo de quinjentos y diez
la transmisión del fonetismo andaluz a los no andaluces en Anos en este dja: podja ser las ~inco oras despues de
Indias. Es obvio, pues, que de un fenómeno sociocultural, en el medyo dja estando en las casas del Reverendo senor luys
más amplio sentido del término, se trata, consecuencia del de soria canonjgo en la santa yglesja desta yibdad de
contacto interdialectal que trajo consigo la emigración, cuyo seujlla que son en esta dicha yibdad en la colla9ion de
contingente destacadamente más numeroso fue el formado por santa maria en la calle de ximjos en presencia de mj el
los oriundos del sur, y ello durante los tres siglos que van del bachille [sic] mateo de la quadra y de los testigos dj uso
XVI al XVIII. escriptos el dicho senor lnys de soria Razono por
Bastantes andaluces regresaron a su terruño [... ] pero palabra y dixo que por quanto A el era enbjada vna caxa
muchísimos más [... ] permanecieron el resto de sus vidas en el de madera la qual era la que Ante sy tenja y el la queria
Nuevo Mundo [... ]. Y estos fueron los que en América escnben hazer Abrir y ver las cosas que (en) ella venjan que
textos idénticos en lo fonético a los redactados por sus parientes pedja y pidjo A mj el dicho escribano publico mjrase y
de Andalucía, y, en definitiva, quienes allí sembraron y cultivaron viese y dello le diese testimonjo y fe quando menester lo
la semilla de su peculiaridad lingüística.6 vviese ['hubiese']. E luego el dicho senor canonjgo
mando de9arrajar la dicha caxa la qual era vieja de
Para ilustrar lo expresado arriba por Fraga Gracia, madera de longor de cinco palmos. E Asy Abjerta la
reproducimos a continuación la transcripción de parte de un dicha caxa se hallaron las cosas sygujentes seys jarros de
documento sevillano de 1510 que refleja el habla andaluza', y en barro de las yndias dos hamacas vna caratula tres bateas
el que además aparecen dos seguros indigenismos léxicos (hamaca vna hachuela con vna piedra Atravesada verde de forma
y macana) y otro probable (batea)': de hacha vn vestydo de prumaje un tyrador de frecha
syn cuerda vna macana vna copa que pares9ia de oro y
en~ima de todo lo sobredicho vn líens;o basto de dos
domjngo diez y nueve de mayo dja del espíritu santo de
1510
varas poco mas o menos por cobertor de lo sobredicho
[... ].
En la muy noble y muy leal gibdad de seujlla domjngo
collacjon: collación o colación 'barrio', 'territorio de una parroquia'
deqarrajar. descerrajar
6
Recordemos que todas las conclusiones a las que llega Frago Gracia son frecha: flecha; la forma con -r- era la más usual en la Edad Media.
producto del análisis de documentos originales de la época escritos tanto en
España como en América.
7
Pero afirmar la preponderancia del andaluz no significa
Recuérdese lo dicho en los apartados correspondientes a la lengua de los negar el influjo de otras regiones en la configuración del español
siglos XV y XVI. americano. Esto lo tiene muy claro Frago Gracia, quien continúa
8 diciendo:
Para las divergencias sobre el origen de 'batea', ver Corominas y Pascual,
s. v. Transcribimos el texto a partir del facsimil reproducido en Frago Gracia
!994b, láminas XXVIII y XXIX. Hemos transcrito como y la conjunción ¿Todo, en la historia del español americano, se debe a
copulativa, representada casi siempre en el documento por el signo tironiano. los andaluces? Imposible imaginar siquiera tal supuesto [... ].

400 401
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

vinculado a la Generación del Centenario, movimiento intelectual


España entera, con sus diferencias lingüísticas regionales y sus mexicano que, entre otras cosas, rechazaba la visión de Hispanoa-
distintas aportaciones migratorias, participó en la colonización de mérica como un mero reflejo de España, es decir, como un
América. [... ]
continente sin originalidad, sin identidad propia, y en consecuencia,
[...]
como una realidad culturalmente secundaria y subordinada. Ahora
Hubo, pues, influencias multidialectales, en mayor o
menor medida, según las áreas, niveladas por un efecto de bien, como toda identidad cultural está acompañada de una
síntesis, además de contacto con las lenguas indígenas y con el identidad lingüística, Henríquez Ureña se vio forzado a rechazar
elemento africano, aparte de que en la segunda mitad del siglo a priori el andalucismo, pues la subordinación lingüística implicaba
xvrn la emigración norteña, tomada en su conjunto, pasa a subordinación cultural; para él, el español y lo español que recibió
predominar sobre la de la mitad sur peninsular. Pero Andalucía América fue modificado ya en tiempo de la colonia tanto por el
es un compendio de la dialectología española, pues recoge no medio como por las mezclas, con lo cual el continente adquirió
pocos occidentalismos norteños [... ].Y en cuanto al canario, de entonces una identidad propia. Se trataba, en suma, en la postura
innegable presencia en el español de América, habría que del dominicano, de reinvindicar para la América de lengua
considerar lo apuntado por Alvar: 11hablamos también de española un puesto digno y propio en el concierto de las culturas
andalucismo a secas, sin tener en cuenta que puede no ser ya de del mundo.
un andalucismo directo, sino adaptado en las Islas Canarias y,
desde ellas, trasplantado al Nuevo Mundo11 • De otro lado, José del Valle (1998) cree que también
detrás de la teoría andalucista hubo "prejuicios ideológicos": "Los
Y concluye el investigador aragonés con estas palabras: motivos ideológicos que yacen bajo la teoría andalucista hay que
buscarlos, a mi modo de ver, en la relación entre el problema de
No, no todo lo hizo Andalucía en América, pero sí más los orígenes del español de América, la construcción de la historia
que las otras regiones españolas, de las que había recibido
cultural hispánica y el tema de la unidad frente a la variedad en el
bastantes aportes lingüísticos que luego naturalizaría y haría
propios, y si se pasa por alto este fundamental principio, toda
español" (págs. 136-137). Partiendo del análisis de diversos estudios
investigación diacrónica americanista que se emprenda resultará sobre la unidad y la variedad de la lengua española, que
fallida. Porque a sus hijos, especialmente a los que al Nuevo demuestran todos preocupación por la posible fragmentación
Mundo emigraron sin retorno, les tocó el papel de actores lingüística y el consecuente debilitamiento de la cultura hispánica,
principales en la deslumbrante escena sociolingüística, donde sin
entreactos se representó el nacimiento del español americano.
r el autor concluye que detrás de la teoría andalucista estaba el
ánimo de justificar la concepción unitaria de la lengua. "No basta
-dice del Valle- con observar coincidencias lingüísticas en ambas
Pero volvamos una vez más a la polémica andalucista. Hoy orillas y afirmar que esas peculiaridades del habla llegaron a
sabemos que detrás de las posturas originales pesaban razones de América en boca de andaluces. Es necesario demostrar la solidez
tipo ideológico que explican y en cierto modo justifican las
posiciones encontradas de los adberentes de dichas teorías. El
primero en estudiar la ideología que yace bajo la teoría de
fí del tronco común, y es ésta la labor en que se empeñan los
andalucistas" (pág. 140). Por otra parte, del Valle trae a colación
una cita de Menéndez Pida! (quien se declaró a sí mísmo
¡'
Henríquez Ureña fue Guillermo Guitarte (1958), según el cual es "sustancialmente dentro de la vieja opinión andalucista»), para el
necesario tener en cuenta que el filólogo dominicano estaba
403
402
~uCCCCCCC~ ..__..
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~ "-...- <~ '---- ~ '-..../ -.__./ '-~

cual <<Si un idioma no es el reflejo del alma de un pueblo, es una


síntesis de la historia del desenvolvimiento intelectual del pueblo entonces. Hoy por hoy muchos investigadores que se ocupan de los
que lo habla•, lo que lleva al joven investigador a sacar la siguiente orígenes del español americano prefieren enfocar ~1 asunto desde
conclusión: "Quiere esto decir que si la lengua sintetiza la historia d. stinta óptica. Partiendo del hecho mcuestiOnable de la
de un pueblo, la fragmentación de aquélla será síntoma de la h~terogeneidad de la lengua en su modalidad americana (aspecto
desintegración de éste. Es por eso que la historia, y, con ella, la antes no ignorado pero sí minimiza~o), co~sider~n que, enpnmer
historia lingüística común son legitimadores esenciales de la lugar, no existe un español de Amenca, smo multzples v~ne_dades
identidad cultural de cualquier comunidad y, por lo tanto, la teoría de español en América si se toman en cuenta cnten~s diatopic;'S
andalucista es necesaria para forjar la unidad lingüística, histórica (geográficos), diastráticos (según clases sociales) y diafasicos (s~gun
y cultural de España y América" (pág. 140). estilos y registros de habla) 10 • En segundo lugar,. qu~ dicha
modalidad es el resultado de un proceso de comeiZaCión que
Producto de la polémica andalucista es la expresión español obedeció a diversos factores estrechamente vmculados:
atlántico, acuñada en 1958 por Diego Catalán para afirmar, contra
la postura antiandalucista, "las conexiones lingüísticas entre a) En primer término, a la integración, .en el perío~o
América y los puertos atlánticos de España". Tal expresión, basada · · ·al de elementos de distinto ongen dialectal pemnsular e Isleno
en las similitudes de carácter fonético-fonológico que se observan ~~~o ' roducto de la acomodación lingüística de los diversos
entre las hablas americanas y las del suroeste peninsular, no gozó interlo~tores. Como ya se dijo, hubo pluralidad de ongen _de los
de una aceptación generalizada; para algunos investigadores, la españoles que intervinieron en la conquista y colomzaCion del
expresión no es feliz, pues, por utilizar un término geográfico, territorio americano; en efecto, acudieron p_ara llevar a cabo tal
parece no incluir a las hablas americanas del Pacífico; para otros, empresa hombres de todas las regiones espanolas ( au~que con un
simplifica demasiado la realidad lingüística del español, pues no neto predominio de gentes del sur de España), que debian reumrse
existe tal entidad unitaria que abarque a las hablas andaluzas, en Sevilla, único puerto autorizado durante n:ucho tiempo para el
canarias y americanas, y si bien ese "español atlántico" posee unos ran viaje; allí permanecían meses y aun anos antes de que la
cuantos rasgos comunes, en él no pueden incluirse, por ejemplo, ~ edición saliese. Durante ese tiempo de espera,. y luego a :o
las tierras interiores o altas de la América hispana'. h~o de la travesía, se fue creando una especie de comé \que sena
reforzada luego en suelo americano): castellano mendionalcon
Hoy la polémica andalucista carece de vigencia, al menos 1 entos dialectales del habla de las diversas regiOnes de ongen
en los términos en que fue planteada en la primera mitad del siglo ~:'~s viajeros, constituyeron, pues, la base del españ~l .que se
XX: basta comparar los argumentos y razones de aquellos filólogos trasplantó a América. Ello explica el que la lengua en Amenca sea¡
con los de, por ejemplo, Frago Gracia, cuyo andalucismo es de en líneas generales, similar a la modalidad mendiOnal de
otro tono y basado en hechos incontrovertibles desconocidos para castellano y no a la septentrional, y que, por otro lado, pen:Ivan en
amplias zonas ciertos dialectalismos penmsulares e ISlenos que
9
Para más detalles, ver J. Enguita Utrilla 1992 en César Hemández (coord.)
1992, págs. 100-101.
10 De lo que acabamos de expresar nos ocuparemos con más detenimiento en
las páginas siguientes.
404
405
Biografía de una lengua

identidad criolla".
nunca llegaron a generalizarse en la lengua común de España.
Entre esos dialectalismos españoles que florecieron en América se En resumidas cuentas, y para cerrar este punto, el originario
pueden señalar los siguientes: en el nivel fonético, la presencia de andalucismo no es una invención caprichosa, es una realidad
lar asibilada, común en la Rioja, Navarra y Vascongadas y buena histórica; ya desde el siglo XVII hubo observador;~ que compara-
parte de América, pero ausente de la norma general castellana; en ron el españo!.americano con el dialecto andaluz ; ahora bien,
el nivel léxico, los llamados meridionalismos (andalucismos y
canarismos) y occidentalismos. Entre los andalucismos podemos si alguna huella dejó el andaluz en el esp~ñol de An:érica, ello
mencionar limosnero lmendigo',juma borrachera',ñoña ~excremen­
1 no pudo tener lugar sino en el mismo penodo colonial, cuan~o
hubo una comunicación verdaderamente intensa entre Andalue1a
to', prometer 'asegurar', etc.; canarismos que echaron ralees son . . ul . 13
botarate ~manirroto', ensopar 'mojar', mordida 'rnordisco',parejero y los domm1os tramarmos .
'confianzudo', 'vanidoso'. En cuanto a los occidentalismos Esa habla que, llegada al Nuevo Mundo, sufrió un pro<;<'so
(galleguismos y leonesismos, principalmente) llegados a América de reajuste y nivelación en las Antillas, fue la que, desde allí, se
directamente o a través de bocas andaluzas, tenemos bosta difundió por el resto del continente, de modo que es ese dialecto
'excremento del ganado vacuno y caballar', botar 'tirar, arrojar', específico de la lengua española el que constituye el lazo que une
cardumen 'banco de peces',fundo 'finca', laja 'piedra grande y lisa', el español de América al español de España en la época colomal.
lamber 'lamer',piola 'cordel', renco 'cojo', tranquera 'puerta rústica Afirmar otra cosa es querer negar las e~Iden~¡as y comphcar y
en un alambrado', etc. entenebrecer la historia del español amencano ·

b) En segundo término, el proceso de coineización también 3.2. Homogeneidad


es el resultado de la asunción de las variables que adquirieron
prestigio y las que significaron una simplificación, como valores Respecto a la homogeneidad o uniformidad del español
propios de la nueva comunidad (la constituida por los "españoles americano varias cosas hay que precisar. En torno a este tema ha
americanos"), variables así convertidas en definitorias de su nueva habido ophüones encontradas: por una parte, la de los que afirman
y propia identidad cultural. Así, como la lengua que atravesó el
Atlántico no era enteramente uniforme (estaba llena de no pocas
fluctuaciones, antiguas unas, recientes otras, y fonéticamente n Más detalles al respecto en J. del Val!e 1998' págs. 140-146, y Frago
fragmentada -recuérdese lo dicho sobre la lengua de los siglos XV Gracia 1994b.
y XVI-), el trasplante a América sirvió en cierto modo de
catalizador de un proceso de nivelación dialectal que sirvió 12 Ver testimonios en Frago Gracia 1994b, págs. 17-18.
también para que floreciera el consiguiente sentimiento de
13 Frago Gracia 1994b, pág. 18.

14 cf. Lüdtke 1998, en particular pág. 31.

407
406
que el español que se habla en América es homogéneo o unitario; conquistadores y colonizadores, Juego durante la travesía, y,
por otra, la de los que creen que es heterogéneo y diverso. finalmente, con la convivencia en las nuevas uerras (sltuacwnes
Consideramos que Lope Blanch (1982) tiene razón al afirmar que todas que los obligaban a conformar una . lengua bastante
"el español hablado en América, no obstante su unidad esencial, homogénea), explique, en buena parte, la esencial urudad, siendo
revela una profunda diversidad" (pág. 66) pero que la diversidad consecuencia de la llegada de la lengua a es:os
extensos territorios en distintos momentos y de la Implantaci?n,
dentro de la acusada diversidad de las hablas hispanoamericanas, más 0 menos desigual, de dialectalismos peninsulares y cana;ws,
existe una esencial homogeneidad en lo que a la estructura indigenismos y africanismos en lo que hoy es la Amenca
general de la lengua respecta. El sistema fonológico, el morfosin- hispanohablante.
táctico y aun el léxico es, básicamente, el mismo. Se trata, claro
está, de una misma lengua. (pág. 75). En este punto de la diversidad debe añadirs~ un factor de
suma importancia: el sociohistórico, refer:do .al distmto grado de
Diez años después señala el investigador hispanomexicano desarrollo cultural de los diversos terntonos colomales y su
que si con los términos 'homogeneidad' o 'uniformidad' se quiere desigual relación con la metrópoli. Este hecho no ha de perderse
decir que los hispanoamericanos se entienden entre sí cualquiera de vista si se quieren entender ciertas pecuhandades divergentes
sea su procedencia nacional ello es indudablemente cierto: todos del español americano; recordemos que en el_ proceso de
hablamos la misma lengua española. "Pero de ahí a decir que el irradiación hacia América de las novedades lmguisticas que se
español de la enorme América es sólidamente homogéneo media producían en España a lo largo de los siglos XVI-XVIII, los
un abismo" (1992, pág. 316). Basta ver las distintas realizaciones de primeros receptores fueron obviamente los pobladores de los
ciertos fonemas o parte del léxico cotidiano de un hispanoamerica- centros urbanos de primera categoría (las capitales vnremales,
no común para darnos cuenta de que no existe un español de este sobre todo) y los puertos que más tráfic? mantenían co_n las
lado del mundo que sea una especie de bloque monolítico en el ciudades portuarias españolas. Esto explican~, ciertamente solo en
que todo es idéntico desde Río Grande hasta Tierra del Fuego. parte, el que muchos particularis:nos mendwnales fueran con el
Esta realidad, añadimos nosotros, no es algo críptico capaz de ser tiempo desplazados de ciertos terntonos am~ncanos, de modo que
apreciada sólo por especialistas, por el contrario, es un hecho del fenómenos usuales allí en el siglo XVI expenmenta~on un proceso
que todo hispanoamericano se da cuenta y del que tiene de sustitución, por lo cual aquéllos no se dan mas en. e~ habla
conciencia; en efecto, todo americano hispanohablante sabe si el actual; la temprana difusión de mendionalismos no sigmficc, pues,
otro es de su misma región (continental o nacional) o si, por el necesariamente su arraigo en todas partes.
contrario, es oriundo de otra región distinta de la propia. La
heterogeneidad del español americano es, pues, un hecho
innegable tanto como lo es su unidad esencial. 3.3. Vulgarismo

Resumiendo, podemos decir que seguramente el proceso En lo que concierne al carácter vulgar del español
de nivelación lingüística que se dio, primero en el sur de España americano debido supuestamente, a la baja condición soCial de
antes del viaje, en tanto que punto de encuentro de futuros quienes tr~splanta;on la lengua a América, el gran filólogo que fue

408 409
Biografía de una lengua
- - - - - - - --------- - - - - -
Enrique Obediente Sosa
Ángel Rosenbla~ ya demostró hace más de treinta años 15 que la
ellllgmción espanola fue, al menos en su origen, de relativamente 1497, dieron dos provisiones. La primera, que cualesquiera
alto mvel cultural, superior en promedio al de las sociedades personas, hombres o mujeres, que hubiesen cometido hasta ese
europeas de la é~?ca. Contrariamente al tópico, la conquista y día crimen de muerte o heridas, o cualquier otro delito (salvo
pnmera colomzac10n de América no se hicieron con malhechores herejía, crimen de lesa majestad, alta traición, alevosía, muerte
m delicuentes, pero, señala Rosenblat (1977, pág. 9), "como en segura o hecha con fuego o saeta, falsificación de moneda,
sodonúa, o haber sacado moneda, oro o plata u otras cosas
toda falsedad suele haber algo de cierto, conviene analizarlo".
vedadas del reino), fuesen a servir a la Española a la orden del
Antes que dar un breve resumen de su exposición, permítasenos Almirante, y sirviesen a su costa dos años los que mereciesen
reproducu parte del análisis rosenblatiano del tema que nos ocupa. muerte, y un año los demás, y que pasado ese tiempo pudiesen
volver libres a Castilla. La segunda, que los delincuentes que
C~l~n no encontraba tripulantes para su insólito viaje. mereciesen ser desterrados a una isla o a cavar metales, los
Una prOVISlon real del 30 de abril de 1492 dio "seguro, o desterrasen a la Española por el tiempo que les pareciese a los
salvoconducto, a los que fuesen con él para que no les hicieran justicias del reino. ¿Cuántos penados se acogieron a esas ventajas
daño, .en sus personas o bienes, por razón de ningún delito y cuáles fueron los resultados?
cometido hasta ese día ... n. Consta que se acogieron a esa Femández de Oviedo, que escnbía en la Española, dice
provisión cuatro personas de la cárcel de Palos [.. .]. [... ] que las tres carabelas que envió Colón desde Canarias
Los cuatro desterrados volvieron con Colón a la trajeron trescientos hombres sentenciados y desterrados a estas
Península [.. .].
islas. Con los demás -agrega-, fueron la salvación de la tierra:
Al preparar la armada de 1493Jos Reyes recomendaron 11
porque entre aquella gente hubo muchos hombres valientes y
(29 de mayo): «Toda la gente que fuere en los navíos, si ser especiales personas".
pudiere, sean personas conocidas e fiables ... ll [ ••• ] .
[ ... ]
Sobraron los voluntarios para las diecisiete naves las Las dos primeras carabelas de Colón salieron de
mejores de Andalucía, en las que fueron unos 1.500 hombres, Sanlúcar en febrero de 1498 [...].Llevaba 90 hombres a sueldo:
seleccionados severamente. Pero ante el fracaso de esta 9 escuderos (es decir, hidalgos), 12labradores, 68 ballesteros o
primorosa expedición (las Indias quedaron infamadas, pues peones de trabajo y pelea, un marinero. Además un cléri~o y un
muchos habían vuelto "enfermos e pobres e de tan mala color, cirujano. Y diez 11homicianos": seis castellanos, y dos muJeres Y
que parecían muertos 11, dice Fernández de Oviedo), Colón pensó dos varones ude egibto 11 (es decir, dos parejas de gitanos).
de nuevo, para su tercer viaje, en los penados de las cárceles.( ... ] El resto de la expedición -Colón con seis naves- salió en
Respondiendo a su súplica, los Reyes Católicos, el22 de junio de mayo. No hay nínguna noticia de que llevara delincuentes [... ].
[ ... ]
En la armada de Ovando (1502), en la que llegaron más
" En "Bases del español en América. Nivel social y cultural de los de 2.500 personas, venía también un desterrado: Sebastián de
conquistadores y pobladores del siglo XVI", Actas de la Primera Reunión Ocampo, que había sido condenado a .muerte "por ci.~rta
Latinoamericana de Lingüfstica y Filologfa (Viña del Mar, 1964), Instituto cuestión" con un vecino de Jerez. Era un h1dalgo gallego cnado
Caro Y Cuervo, Bogotá, 1973, págs. 293-371, trabajo rehecho y ampliado en de Isabel la Católica [... ].
Los conquistadores y su lengua, Universidad Central de Venezuela, Caracas, Una Real Cédula delll de abril de 1505, de la reina
1977. doña Juana, revocaba la autorización de enviar malhechores a

410
411
Cv ccc
India. Sin duda llegaron, ocultos en las bodegas o con autoriza- rezién venido de España[ ... ]; oyremos al Es~añol nacido~:!~:
ción especial[... ]. Son ingrediente inevitable de toda sociedad, y Indias hablar tan pulido, cortesano y cunos~, y ~n 'fi . 1
en las Indias podían contar con mayor campo de acción, con eámbulos delicadeza y estilo retórico, no ensena~o nt artt Cla '
mayor impunidad. Pero ya se ve que no tuvieron peso real en la ;:o natura~ que parece ha sido criado toda s';;'da en corte, y
obra colonizadora, y asignarles importancia es dejarse llevar por encompama -- de gente muy hablada y discreta.
una leyenda y perder la perspectiva de la formación americana.
(1977, págs. 9-14).
Aunque esta fue la situación de la población en las grandes
Todo comentario al texto es, creemos, superfluo. . d I di no es menos cierto que en terntonos m~~os
cmdades e n as, . . fueron llegando a Amenca

En cuanto a campesinos, apenas si los hubo entre los


~~~~~~~~:~o~nd~~~~~~~~~:r~~~~a formación cultur~l" (Lo~se
primeros pobladores; sobre el particular dice Lope Blanch (1992, 1992 - 325). En la sociedad amencana hab¡a, pu ,
pág. 323) que Blanch ' pag. . ma Es aña de entonces,
como en toda sociedad, como en la mis B1 ~ (1992 pág 326)
gente de todo tipo y nivel, y precisa Lope anc , .
en el Catálogo de pasajeros a Indias consta que, entre 1539 y 1559 que
(es decir, en época ya de paz, con la conquista de los territorios
americanos en gran parte consumada, situación favorable para Ia lo que no debe olvidarse es la elevada proporción d: hombr~
letrados y aun verdaderamente cultos e~t:e l~s quel ;c~e=inó
emigración de campesinos, poco afectos a las armas), de un total
de 4.540 asientos, sólo aparecen 25 labradores y un hortelano, en conquista y primera colonización de Amenca,n~ ::ranen:toria-
1
cambio, figuran 827 hombres de letras' (clérigos, bachilleres, ue las colonias españolas del Nuevo Mundo . . . ilo
q fu . de delincuentes ni destierro de crmunales, lll as
licenciados, etc.), lo cual -en relación con los 2.000 emigrantes mente re glO bres analfabeta~, sino virreinatos que llega;o~ a
cuya profesión consta- representa el41 %, frente a sólo 1,3% de de muchedum . l cultural Tildar de vulgar o de
labriegos. alcanzar sorprendente ntve . rushco
., y
a todo el español de América es incurrir en genera1tzaclon
simplificación caprichosa y falsa.
De haber sido gente inculta en su mayoría, como lo
pretendieron algunos, la que vino a poblar América, ¿se habrían
fundado tan tempranamente (primera mitad del siglo XVI) las 3.4. Arcaísmo
universidades de Santo Domingo, Lima y México? Y ese grado de
cultura se reflejaba, obviamente, en la lengua, que los americanos
Pasemos ahora a revisar lo de los ar~aísmos, de los que,
manejaban, al parecer, mejor que los mismos españoles, según supuestamente, está plagado el español amencano.
testimonio del médico andaluz Juan de Cárdenas, quien en 1591
observaba lo siguiente:
Los especialistas en dialectología hispánica, particularmente
Para dar muestra y testimonio cierto de que todos los nacidos en
Indias sean a una mano de agudo, tracendido y delicado ingenio,
quiero que comparemos a un [aldeano] de los de acá con otro .16 .
Problemas y secretos maravzllosos de las Indias ' tomado de Lope Blanch
1992. pág. 325, nota 27.
412 413
Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

los españoles, han venido diciendo que una de las características De las citas arriba recogidas aparece claro que los autores
relevantes del español extrapeninsular, y más concretamente del mencionados, al hablar de arcaísmos en las variedades extrapenin-
español americano, es el arcaísmo, es decir, el mantenimiento de sulares del español, hacen, más que una referencia temporal de
voces, de significaciones, de formas gramaticales y de estructuras ciertos elementos lingüísticos respecto al sistema español, una
sintácticas anticuadas. La noción de arcaísmo hace referencia, pues, referencia geográfico-dialectal donde el punto de comparación es
al tiempo, al considerar ciertos elementos lingüísticos como el habla de Castilla. La norma castellana, identificada erróneamen-
desaparecidos o en vías de desaparición en relación con el presente te a veces como español general, se erige en patrón o modelo, de
de un sistema dado. Por no citar sino a algnnos de esos dialectólo- allí que consideren arcaico todo elemento de la lengua que haya
gos, encontramos en la famosa y clásica Dialectología Española de desaparecido de aquélla; lo cual equivale a decir que es arcaico
Alonso Zamora Vicente (1979) las signientes afirmaciones todo aquello que no esté en uso en España, y ello a pesar de que
referidas al español de América: "el fondo patrimonial idiomático en la mayoría de las comunidades hispanohablantes extrapemnsula-
[americano] aparece vívamente coloreado por el arcaísmo" (pág. res (que, de paso, constituyen casi el 90% de los que hablan
378); "el voseo no es otra cosa que un rígido arcaísmo" (pág. 407); español) se mantengan vívos aquellos elementos. Ya, de hecho, es
"el léxico americano es [... ] abundante en arcaísmos" (pág. 423). contradictorio hablar de "mantenimiento de arcaísmos", pues la
Rafael Lapesa, por su parte, nos dice ignalmente en su Historia de noción de vitalidad en el uso y la de anticuado se excluyen
la Lengua Española (1980) que "en la morfología y sintaxis el mutuamente. Hoy no es posible identificar la lengna española c~n
español de América mantiene arcaísmos" (pág. 581 ), y su léxico, en una de sus modalidades; hay, ciertamente, una norma comun
el que "perduran arcaísmos" (pág. 597), abunda en paíabras que en panhispánica, pero hay también al mismo tiempo tantas normas
España "han desaparecido" (pág. 591)17• De entre los arcaísmos particulares como naciones hispanohablantes. Por eso el concepto
léxicos, Zamora Vicente (1979) señala, entre otros, los signientes: de arcaísmo es relativo, al ignal que el de vulgansmo, pues
barrial 'barrizal', botar 'arrojar, echar a la basura', bravo 'enojado', depende de lo que considere tal una u otra norma.
candela 'fuego', cuero 'piel', curioso 'hábil', dizque 'dicen que,
supuestamente', esculcar 'registrar',frazada 'manta', fundo 'finca', El problema de fondo es la definición misma del término
lindo 'bonito', liviano 'ligero', llamado 'llamamiento', pararse •arcaísmo'; éste, de acuerdo con la definición del DRAE, es un
'ponerse de pie', prometer 'asegnrar', sentirse 'resentirse, estar elemento anticuado en relación con un momento determmado; se
trata, por tanto, de un término no absoluto sino relativo, como lo
dolido'.
es cualquier cosa que tenga que ver con el tiempo. Pero, ¿cual e~
el criterio para saber si una forma o una estructura son anticuadas.
·Durante "cuánto tiempo debe una palabra no ser usada para que
17
De otras modalidades del español no peninsular se ha dicho lo mismo; ~ase a ser •anticuada"'?, como se pregnnta Albe~to ~ineau (1984,
bástenos estas citas: "no es raro el uso de algún arcaísmo castellano" en el pág. 632). La respuesta no es simple po;que Impl:cana tener tatos
español de Filipinas (Zamora Vicente 1979, pág. 453). Antonio Qnilis objetivos de frecuencia durante un penodo sufiCientemente argo,
(1992b, pág. 274) afirma, por su parte, que la lengua hablada en Guinea y en el que estén representados todos los dialectos. y tod?s los
Ecuatorial mantiene "voces y giros que en el español general han dejado de registros de una determinada lengna, empresa SI no nnposible al
usarse".

414 415
Enrique Obediente Sosa

menos muy difícil de llevar a cabo. Por ello es preferible restringir absoluto ninguna garantía respecto al uso; todos los lingüistas
el concepto de arcaísmo y limitarlo a dialectos particulares, saben que hay formas y estructuras que prácticamente no aparecen
considerados en sí mismos, sin establecer comparaciones con otros jamás en la lengua literaria pero que se usan a diario en el
dialectos. Así podemos acercarnos más a la realidad si nos interactuar comunicativo de la gente. Además, ¿por qué privilegiar
referimos a los arcaísmos de tal o cual dialecto en Jugar de en este punto a la lengua escrita sobre la oral? No olvidemos que
pretender hablar de los arcaísmos de la lengua, los cuales se toda lengua es mucho más que su registro literario.
reducirían muy probablemente a aquellas palabras cuyo referente
fue una realidad que dejó de existir en el uso, tales como adarga, Deberíamos, entonces, restringir el concepto de arcaísmo
tonsura, maravedí, etc., y unas pocas estructuras morfosintácticas -ya lo hemos dicho- a aquellos elementos que han dejado de
(por ejemplo, las formas verbales de 2• plural en -des o los tiempos usarse de manera general en un dialecto dado, sin hacer referencia
compuestos de los verbos intransitivos con el auxiliar ser), pequeño al dialecto del vecino. Más aún, creemos que nos acercamos más
conjunto, dentro de la totalidad del sistema, que, a nuestro juicio, a la verdad si calificamos tales elementos de no usuales en tal o
constituye los únicos y verdaderos arcaísmos de la lengua. Por cual dialecto sin incluir el aspecto temporal que contiene la
poner un caso, el pronombre vos sólo podría ser considerado definición del término 'arcaísmo', que preferimos quede reservado
arcaísmo en el español de España, mas no en el de América dada -insistimos en ello- a formas, significados y estructuras realmente
su vitalidad en extensas zonas de este continente, en consecuencia, pretéritos de la lengua, del sistema en su totalidad.
desde el momento en que es usual en una de las modalidades de
la lengua no puede ser calificado de arcaísmo en el sistema. Es
esta también la opinión de Zamora y Guitart (1982, pág. 146), Esto de los "arcaísmos americanos" está en estrecha
quienes sólo admiten el concepto de arcaísmo para un dialecto relación con el estado de la lengua que trajeron los colonizadores,
determinado, dando como ejemplo la voz fiñe 'niño', arcaísmo en que, como es sabido, es el de los siglos XVI y XVII. Mientras en
la lengua actual de Cuba. En Venezuela podrían ser, por ejemplo, España algunos de los elementos de la lengua de ese período, o de
locha, fracción monetaria que no existe más, o la expresión la anteriores, se fueron relegando poco a poco, en América quedaron
cátedra, equivalente a 'bueno, chévere' (Esa película es la cátedra), arraigados en el uso general de los hablantes. En la conservación
voces no usuales ya e incluso desconocidas por buena parte de la de ciertos elementos lingüísticos así como en la asimilación de
población. otros nuevos venidos más tarde desde España, influyó también,
cosa que a veces se olvida, el hecho de que no todos los territorios
Otros autores, por su parte, limitan la noción de arcaísmo americanos recibieron el español al mismo momento m con la
a aquellas formas y estructuras desaparecidas de la lengua común misma intensidad: mientras el área del Caribe y México lo
y literaria, se hallen o no vigentes en hablas dialectales, pero esto recibieron tempranamente, el Cono Sur lo va a hacer más tarde,
en lugar de resolver el problema lo complica porque, en primer lo cual explica, en parte, las diferencias dialectales entre ambas
lugar, no es nada fácil establecer con rigurosa exactitud las zonas. Recuérdese que la lengua española está en pleno proceso
fronteras de "la lengua común" y, en segundo lugar, el hecho de de transformación durante el tiempo de la empresa americana, por
que alguna forma no aparezca en la lengua literaria no es en lo tanto, áreas colonizadas en tiempos relativamente distantes van

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~'
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~

Biogt"afia de una lengua


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--- ··--~---~
Enrique Obediente Sosa

a presentar diferencias de acuerdo con el estado de la lengua de


los colonizadores". Pero es el caso que muchas de las voces dadas como
marinerismos americanos no son realmente tales; en efecto, no
pocos de esos términos ya tenían en España, en otros tiempos o en
3.5. Marinerismos determinadas circunscripciones dialectales, la significación que son
las corrientes hoy en el español de América; por ello decíamos al
Mención aparte merecen los llamados marinerismos léxicos principio que en esto de los marinerismos se mezcla lo temporal
del español americano porque en ellos se entremezcla lo temporal con lo dialectal. Analicemos algunos de los más comúnmente
(algunos, como veremos, forman parte de los mal llamados dados y veamos en qué medida son realmente marinerismos
'arcalsmos') con lo dialectal peninsular, sin que falte en otros la americanos o términos que, marineros en su origen, están en la
original innovación americana. ' ' lengua general o en determinada área dialectal española.

Se entiende por marinerismos lé¡¡jcos el conjunto de voces abarrotar. Con diversas acepciones traslaticias en las que es común
que ~an expenmentado una ampliación del significado para la idea de 'llenar al máJtimo', 'abarrotar' es un término marino que
refenrse a realidades de tierra firme. El cambio obedece, como se significó primero asegurar la estiba de un buque llenando los
ha afirmado, a un hecho histórico: la. multitud de hombres de mar huecos con barrotes; esos espacios fueron después llenados con
que participaron en el proceso de conquista y colonización de cualquier objeto, en especial con artículos alimenticios que
Aménca favoreci~ la e~tensión. de su jerga, la cual, desde muy ocupaban poco espacio; de ahí la palabra abarrotes como nombre
temprano, se cargo de SignificaciOnes no marineras al ser aplicada de estos fardos. En América, 'abarrotes' amplió su significación al
a otras realidades con las que el referente original marino tenía designar los mismos artículos que los fardos contenían, y luego el
alguna semejanza. Hay que tener presente, sin embargo, que los establecimiento donde se vendían. Además, combinando las ideas
mannensmos se extienden no sólo por boca de marinos sino de 'llenar' y de 'mercaderías' surgió la de 'saturar de productos el
también por boca de todos los demás pasajeros, quienes durante mercado, de manera que se deprecian por su excesiva abundancia'.
la preparación del viaje y en el transcurso de la travesía se
impregnaban de aquel léxico del que no podían fácilmente amarrar. Se dice que en su acepción de 'atar, sujetar cualquier
d~sembamzarse una vez Ileg~dos a tierra; a la extensión y cosa', es un marinerismo americano por extensión de su primera
afia~amiento de los mannensmos en tierra firme contribuyó significación: 'sujetar el buque en el puerto por medio de anclas y
también, ciertamente, el que las comunicaciones en América se cadenas'. Procedente del neerlandés a través del francés (lengua en
hicieran principalmente por vía acuática (marítima y fluvial), por que sólo tiene uso náutico), el verbo ha sido en español de empleo
tanto, en embarcaciOnes, con lo cual el lenguaje marinero siguió general: "en muchos de los ejemplos castellanos más antiguos se
forzosamente en uso después de haber cruzado el océano. trata de amarrar un hombre a un árbol o a una columna"
(Corominas y Pascual, s. v. ), de modo que lo que ocurre en el
español americano es la conservación del significado no restringido
1
y su preferencia por este verbo frente a 'atar' u otros sinrilares.
' Ver Moreno de Alba 1993, págs. 16-17.

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Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

balde. La palabra, cuya significación primera es la de 'cubo para no es de extrañar dada la semejanza que existe entre uno y otro
sacar y transportar agua en las embarcaciones', extendió su objeto".
significado para referirse a 'cualquier recipiente parecido al cubo,
estadía. Aunque valga por 'detención' en general, se ha especializa-
destinado a diversos usos', significación que, ciertamente, es la
usual en América. Dicen Corominas y Pascual (s. v.) que el empleo do en España como 'detención de un buque en puerto', mientras
marítimo del vocablo es "el más generalizado en España, y la que en América es el término usual para si~car lo. q~e en la
Acad[emia)lo dio como único hasta que Román fue causa de que península se hace mediante el vocablo 'estanCia, es dec1r, perma-
se rectificara parcialmente esta definición. Román se fundaba en nencia durante cierto tiempo en un lugar determinado'. En este
el uso americano, que ha generalizado balde a cualquier clase de cambio influyó, sin duda, la especialización que en buena parte de
cubo", pero en seguida añaden que "lo mismo ocurre en Asturias América adquirió la voz 'estancia': 'hacienda, finca'.
[... ], en Galicia, Portugal, Canarias, el Alto Aragón [... ] y en
Andalucía". De acuerdo con sus investigaciones, el vocablo "es un fletar. Del sentido original de 'alquilar un buque' .se pasó al de
préstamo del gallego-portugués (de donde su empleo, sobre todo •contratar cualquier tipo de transporte'; del sustantlvo correspon-
náutico y marítimo). Allí no es un utensilio de fabricación diente, dicen Corominas y Pascual que en "el castellano de
moderna, sino de factura tradicional y empleo universal y aun América generalizó flete su significado en el de 'pago de cualqmer
rústico, no sólo marítimo". De modo que en la acepción dada medio de transporte', de acuerdo con la tendencia continent~l a
como americana se trataría otra vez de la conservación de un
dialectalismo.

botar. "Significó antiguamente 'lanzar, arrojar, tirar', con aplicación


.
extender los términos marinos al uso terrestre". En algunos pruses
americanos flete pasó a designar el caballo mismo con que se
'
practicaba el transporte, y luego todo caballo .

a cualquier objeto [... ], extensión semántica hoy conservada casi en guindar. La significación general de 'subir algo .a lo alto' ~iene del
toda América [... ] y en las hablas leonesas y gallegoportnguesas lenguaje de los marinos, para qmenes el verbo s¡gnif¡cab~ levantar
[... ]. En el resto de España el vocablo alcanzó menor vitalidad y algo por medio de guindastes o poleas'. De este significado
pronto tendió a tomar el matiz de 'arrojar con violencia' [... ),y a surgieron fácilmente otros: 'colgar', 'descolgar' y 'ahorcar', que se
especializarse en empleos especiales, como 'echar al agua un barco' encuetran tanto en América como en Astunas.
[1535) [... ). En América es uno de los tantos occidentalismos
hispánicos" (Corominas y Pascual, s. v. ). Estamos, como se mazamorra. Término náutico que designaba la 'comida hecha a
desprende de lo dicho, ante el caso de mantenimiento en América base de migajas de galleta destinada a la tripulación de un barco',
de un antiguo significado que se hizo dialectal en la Península.

" Para la etimología y el movimiento semántico del étimo a los derivados,


chinchorro. Es, en su origen, término marino con que se designa un
tipo de red para pescar y una especie de bote pequeño; en ver Corominas y Pascual s. v. 'chinche'.
América pasó a designar principalmente un tipo de hamaca, lo cual 20 Ver Morínigo 1993, s. v. 'flete'.

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Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa
----~~ ---···-.----····-·-~-·------·'"··~

término que "se popularizó y generalizó en América: F[ernánde ]z lenguaje de los marinos: 'dilección que se toma para encaminarse
de Oviedo emplea maqamorra por lo menos cuatro veces a un lugar, especialmente tratándose de buques'; con este sentido
aplicándolo a unas puches de maíz, a una pasta de cacao o a una se popularizó tempranamente, reflejo de lo cual es "el empleo, hoy
especie de gachas preparada con leche de coco" (Corominas y general en tierras de América, para 'dilección' en general, en viajes
Pascual, s. v. ). Hoy designa en América diversos platos que tienen o meros paseos por tierra'' (Corominas y Pascual, s. v. ).
en común el ser hechos de maíz, y en sentido traslaticio, 'mezco-
lanza, confusión'. sucucho. De voz náutica con la significación de 'rincón estrecho
que queda en las partes más cerradas de las ligazones de un
rancho. Quienes consideran que esta palabra es un marinerismo buque', se hizo general en América con la acepción de 'rincón,
parten de la acepción 'lugar de la embarcación donde se aloja a la chiribitil', acepciones también registradas en Andalucía (Cádiz) y
marinería'; la cuestión, sin embargo, no es simple, pues habría que Galicia.
preguntarse si fue esa la significación primera del término, o si, por
el contrario, es una ampliación de la originaL Corominas y Pascual zafar. En castellano ha sido término náutico con el sentido de
(s. v.) afirman que el término significó en un principio 'alojamien- 'desembarazar la nave de cosas innecesarias'. Pero ya existía desde
to'; "en los SS. XVI y XVII rancho era palabra bien conocida en antiguo en gallego (s. XIII) con el sentido de 'irse', de ahí pasó
todos los países donde se ha hablado cast., designando toda clase luego a aplicarse a la nave que era desencallada. Estas significacio-
de viviendas provisionales o simplemente lugares donde se alojaban nes han permitido el empleo más amplio que el verbo tiene en
o acomodaban, con carácter más o menos pasajero, toda clase de América, donde, como intransitivo, transitivo o pronominal
gente nómada o viajera: soldados, indios, marinos, pescadores, (zafarse), ha adquiridido los valores de 'liberar', 'desatar', 'escapar'
gitanos, pastores y vagabundos. Era sobre todo una palabra de e incluso el de 'descoyuntar un hueso'. Como se ve, el uso
soldados, y éstos la aplicaron a las chozas y guaridas de los indios americano de este verbo refleja tanto innovación como conserva-
americanos, de donde quedó luego como nombre de vivienda ción de acepciones dialectales antiguas21 •
pobre y rural de los habitantes de América, aun los criollos. [... ] al
uso americano contribuirían los marinos [... ] pero fue sobre todo
a los soldados conquistadores del Nuevo Mundo a quienes cupo la 3.6. Amerindismos
mayor parte en la difusión y arraigo de este vocablo en América,
que es donde hoy conserva mayor vitalidad [... ] con algunas Nadie puede negar que el español americano tiene
variantes de sentido". Frago Gracia (1999, pág. 288) señala que de elementos procedentes de las lenguas indígenas; como era de
"procedencia meridional es rancho 'finca de campo, estancia"'. esperarse, las lenguas aborígenes americanas debían necesariamen-
te dejar su huella en el español trasplantado al Nuevo Mundo,
rnmbo. Designó primitivamente cada uno de los 32 espacios en que como ocurre siempre en situaciones de lenguas en contacto. Lo
se divide la rosa de los vientos y en que se considera repartido el
horizonte; era, por tanto, un término cosmográfico; pero pronto
predominó la acepción derivada una vez que el vocablo pasó al
n Para detalles sobre la etimología, ver Corominas y Pascual, s. v.

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Bíografía de una lengua


Enrique Obediente Sosa

que hay que revisar, sin embargo, es el grado y difusión de los 2•) Por el otro, los que están presentes en el habla porque
mismos. No nos referimos aquí a los elementos amerindios la realidad lingúística lo propicia, es decir, el bilingüismo existente
específicamente léxicos, que pasaron al español general, y' de éste' en ciertos espacios americanos donde alguna lengua aborigen está
a otras lenguas europeas, por la necesidad de nombrar las nuevas aún en uso. En este caso no sólo pasan vocablos sino incluso
realidades que América le ofrecía al mundo22, sobre lo cual precisa elementos morfológicos; por ejemplo, en las regiones de habla
Lope Blanch (1992, pág. 330) lo siguiente: quichua aparece el morfema posesivo {-i} de esta lengua en voces
españolas, quizás con valor expresivo: naranjitay 'mi naranjita'; en
La mayor y más importante -en cuanto generalizada dentro de
el área del guaraní encontramos el morfema de plural {-kuera}
la lengua española general- contnbución léxica de las lenguas
reemplazando al español {-(e)s}: amigokuera 'amigos', pero en
indoamericanas al enriquecimiento de la española la
proporcionaron las lenguas de las Antillas, tahíno, arahuaco y
ambos casos el fenómeno queda restringido al habla informal,
caribe, por haber sido las primeras que entraron en contacto con familiar. Por eso dice Lope Blanch (1992, pág. 330) que "el edificio
la lengua castellana. Esos antillanismos quedaron integrados, gramatical de la lengua española -su estructura morfosintáctica y
desde antiguo, al vocabulario hispánico general, de manera que aun la fonológica- se mantiene firme y compacto, sin que la
no contribuyen a caracterizar al español americano frente al influencia de los idiomas amerindios haya penetrado apenas en él".
europeo.
Otros elementos que han sido considerados como herencia
Nos referimos, entonces, a aquellos otros que sólo se dan de las lenguas indigenas son la entonación y el ritmo del español
en el español de determinados territorios americanos y que americano. No han faltado, ciertamente, quienes afirmen que tales
proceden de alguna de las lenguas autóctonas. Respecto a estos elementos prosódicos de las hablas hispanoamericanas, distintos
elementos hay que hacer la siguiente distinción: según las diversas regiones y bien diferentes de lo que se encuentra
en la Península, sean de origen prehispánico, opinión esta no
1•) Por un lado, aquéllos que forman parte del léxico aceptada por todos los investigadores. Los estudios realizados hasta
español de un determinado territorio por responder a referentes el momento no han sido concluyentes. Una cosa, sin embargo, es
(naturales o culturales) más o menos únicos o particulares a él, y cierta: en cuanto a entonación y ritmo, algunos hispanoamericanos
que desde antiguo están en uso a pesar de la desaparición de la (particularmente de la zona del Caribe) pueden eventualmente ser
lengua indígena de que proceden. Nótese, no obstante, que, de tomados por canarios pero nunca por peninsulares, pues no hay en
manera general, estos indigenismos léxicos no son numerosos en las hablas españolas europeas nada semejante a ninguno de los
ningún territorio hispanoamericano, aunque la frecuencia de uso
de algunos de ellos sí puede ser muy elevada23 •
llegan a 200 las voces que se conocen y usan en el habla urbana, con un
22
índice de aparición de apenas el 0,09%, y el de Zaída Pérez para Venezuela
Ver el punto 2.2. d) del capitolo La España Imperial. (Presencia indfgena en el español de Venezuela, Tesis doctoral, Universidad
23
Central de Venezuela, Caracas, 1996), donde de un corpus de 180 palabras
Véanse, por ejemplo, el estudio de Lope Blanch para México (Léxico de origen indigena sólo 12 fueron reconocidas por más del 50% de los
indfgena en el español de México, El Colegio de México, 1979), donde no informantes.

424 425
Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

dejos o tonillos propios de América. africanas, como: a) la no inversión del sujeto en las frases
interrogativas ('¿Qué tú quieres?'); b) la doble negación ('yo no
quiero no'); e) construcciones del tipo 'hijo macho'/'hija hembra'.
3. 7. Africanismos
Aunque no se descarta la posibilidad de influencia africana en
algunos de estos casos de orden gramatical, es de todo punto
El español americano está teñido de africanismos, sobre inexacto considerarlos todos como resultado de tal influencia, y
todo en los territorios donde la población negra o mulata fue o es mucho menos aún los de tipo fonético de acuerdo con lo que ya
aún importante: Antillas, litoral continental del Caribe, costa del hemos tenido la ocasión de examinar26•
Pacífico desde Panamá hasta Perú, región de La Plata24 • Pero esa
huella africana no tiene ni la profundidad ni la extensión que Al parecer, no se ha tomado suficientemente en considera-
algunos han querido ver, particularmente los criollistas25 , muchos ción el que
de los cuales han atribuido a influencia africana ciertos rasgos
fonéticos y gramaticales del español de América que otros estudios los africanos llegados a América hablaban multitud de lenguas,
han encontrado en testimonios hispánicos anteriores al momento de modo que nunca constituyeron un sustrato, una fuerza
en que se produjo el contacto del español con el elemento negro, lingüística núnimamente uniforme, lo cual sin duda limitó mucho
e incluso en zonas en las que tal contacto nunca se dio. su posibilidad de interferir en la lengua dominante (Frago Gracia
1999, pág. 195).
Se han dado como rasgos fonético-fonológicos producto de
la influencia de las lenguas africanas, entre otros, los siguientes: a) Aduce este investigador como prueba de ese "panorama
el paso de /j/ y /lf/ a /JI/ (llamar > ñamar, chato > ñato); b) la babélico" varias citas del P. Sandoval (ss. XVI-XVII), de las cuales
confusión de /-V y /-r/; e) el debilitamiento de /-s/. Y de carácter sólo retenemos la última: •pues nos consta que en un navío donde
gramatical, algunos que serían calcos lingüísticos de lenguas vienen más de seiscientos negros de tan variadas y diversas castas
como hemos dicho, y que no se entienden si no es cuál y cuál los
unos con los otros», ante lo cual se pregunta Frago Gracia (1999,
24
De esta región desapareció prácticamente la población negra debido, pág. 196):
principalmente, a su liquidación como consecuencia de ponerla expresamente
como carne de cañón en las guerras de independencia, a la venta de negros ¿Era fácil, así, que las lenguas africanas de los esclavos influyeran
al· Brasil antes de que allí se suprimiera la esclavitud, y a matanzas notablemente en la de sus dueños? Muchas lenguas de los
planificadas para deshacerse de este componente poblacional. La historia dominados frente a solo una de los dominadores, aquéllos
señala que en un momento del período colonial, 40% de la población de incapaces de comunicarse en sus respectivos idiomas nativos y el
Buenos Aires era negra. español como único medio de aglutinar idiomáticamente a todos,
25
De las hablas criollas de base española -como la de San Basilio de
Palenque en el norte de Colombia- no hablaremos aquí por no ser,
estrictamente hablando, modalidades de la lengua española. Para aquéllas y 2
' Para más rasgos fonéticos de supuesta influencia africana, ver el resumen
las hablas semicriollas, ver Perl y Schwegler (eds.) 1998. que trae Lipski 1994, págs. 144-147.

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Biogi-afía de una lengua Enrique Obediente Sosa
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españoles y criollos con indios y negros, mestizos y mulatos [... ]. procedentes de lenguas del continente negro se desconoce su
Evidentemente, superficial penetración es la que pudieron obrar etimología. No pocos autores han dado como africanismos no sólo
aquellos idiomas africanos en el de los conquistadores [... ]. términos de los cuales se ignora la lengua origínaria sino aun otros
[...] que son de probada raíz hispánica, tales como burundanga,
[...] Efectivamente, las lenguas africanas limitada acción
mondongo, tángana y probablemente bululú, palabra que, al
ejercieron sobre el español, fuera de los enclaves donde el
cimarronaje redundara en hablas auténticamente mezcladas o
parecer, es de origen expresivo. Compulsando diversos trabajos y
criollas, y ello en casos en que el palenque o cumbe probable- diccionarios podemos actualmente afirmar que son ciertamente
mente sería lugar de predominio de un grupo africano sobre afronegrismos las palabras que siguen'':
otros minoritarios.
banana, bemba, bongo, cachimba, -o-cacimba, cumbé, macaco,
En cuanto a africanismos léxicos, algunos de ellos fueron mambo, mandinga, marimba, ñame, quilombo, quimbombó (o
introducidos en la lengua no por los esclavos sino por los propios quingombó) y zombi.
españoles, como es el caso de ñame, banana, guineo, malagueta. No
olvidemos que ya antes de la colonización americana y mucho De las siguientes, sólo puede decirse que muy probablemente lo
antes que se diera la trata de esclavos en América (s. XVI), sean: funche, guarapo, malanga, mucama, ñangotarse y samba.
España había entrado en contacto con el africano subsahariano, no
sólo por las correrías mercantiles a lo largo de la costa occidental Podemos concluir este apartado de los africanismos con las
de África sino por la misma entrada de negros (desde el siglo XV) siguientes bien ponderadas palabras de Lipski (1994, pág. 152):
en suelo español, via Portugal, los cuales alcanzarían a formar
[fodo indica] que ninguna innovación importante en la
grandes concentraciones en Sevilla, Cádiz, Huelva e incluso pronunciación, la morfología o la sintaxis del español de América
Valencia. Esta presencia africana sirvió para que la sociedad se _debe exclusivamente a la presencia de hablantes de lenguas
española conociera elementos propios de ese continente. Es africanas o a alguna forma de lengua afro-hispánica, criolla o de
entonces de este modo como los españoles, y más particularmente otro tipo. El español colonial contenía ya las semillas de la
los andaluces y canarios, conocen ciertos frutos de la tierra que reducción consonántica, la nasalización vocálica, las preguntas sin
introducirían luego, con sus nombres autóctonos, no sólo en inversión, la anteposición de los sujetos de los infinitivos, la
España sino también en América. Ciertamente, en sú arraigo y conservación de los pronombres sujeto explícitos, etc. En zonas
difusión pudo haber intervenido la población de origen africano donde grandes cantidades de africanos hablaban de forma
que habría de asentarse en tierras americanas. distinta a los colonos blancos, la contribución africana se limitó
a reforzar procesos ya en marcha y a llevarlos a su conclusión
lógica. Esto no significa negar la indudable influencia africana en
El léxico de origen africano se encuentra, por lo demás,
mal estudiado27 ; de la mayoría de vocablos supuestamente
28
Nos limitamos a algunos vocablos (todos registrados en el DRAE, excepto
mambo) que son más o menos usuales, o por lo menos bien conocidos, en el
27
Ver Lipski 1994, pág. 143. español de América, menos, quizá, en el español de España.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

gran parte del español de América; solamente es una llamada de 4. ¿EL ESPAÑOL DE AMÉRICA O EL ESPAÑOL EN AMÉRI·
atención sobre la costumbre de atribuir orígenes africanos a CA?
fenómenos que con toda probabilidad existían ya en el español
peninsular e hispanoamericano.29
Ya adelantamos, cuando tratamos del andalucismo del
español americano, que actuahnente los investigadores, partiendo
del hecho de la heterogeneidad (relativa) de la lengua en el
* * * conjunto de las naciones hispanoamericanas, están de acuerdo en
que no existe un español de América sino múltiples variedades de
español en América. El uso de una u otra preposición ha sido
Todo Jo que llevamos examinado nos lleva a la necesidad
objeto de polémica desde hace algunos años, pues, como veremos,
de profundizar un poco sobre lo que se esconde (o se hace permite distintas interpretaciones.
patente) en la expresión español de América.
Ya en los años cuarenta, González de la Calle se hacia la
siguiente reflexión:

muy pronto el castellano hablado en América mereció ser


considerado [... ] como el castellano de América, el castellano
americano [...]. El castellano de América, en medio de sus
obligadas diversidades y de sus múltiples matices, es indudable-
29
mente tal: castellano de América [...]. Castellano en América y
Comentando esta cita de Lipski, dice Frago Gracia (1999, al final de la castellano de América; es decir, idioma localizado y enraizado en
nota 137, pág. 192): "(pero no se trata de probabilidad, sino de seguridad)", un continente y convertido en carne y sangre de ese mismo
y le reprocha a Lipski el "no negar <la indudable influencia africana en gran continente? 0
parte del español de América»". Aunque, como ya vimos, tal influencia es
magrísima, no podemos objetivamente negarla, al menos en el léxico, así sea
mínima, prueba de lo cnal los dos datos siguientes: "El examen de las
Moreno de Alba (1993, págs. 13-14) es de la opinión que
primeras doce horas de grabación para el estudio de la norma culta de La debiera preferirse la preposición en porque "lingüísticamente
Habana reveló la presencia de cuatro afronegrismos: conga, 11Uljá, 11Ullanga hablando, no hay una entidad americana que pueda oponerse,
y ñame, lo que constituye tan solo el 0,01 por 100 del total de palabras de como un todo, a otra totalidad (el español europeo)". Más explícito
estos textos. [... ]. Aun trabajando con nómina pasiva, con el vocabulario que resulta Orlando Alba (1992, pág. 63) cuando sostiene que hablar
se reconoce aunque no se usa, solo se consiguieron 34. [ ... ]. En Puerto Rico de 'español de América' frente a 'español de España', supone
se hicieron estudios de vitalidad a partir de una nómina de 131 afronegrismos
[... ].La norma activa está constituida solo por el26,7 por 100; el restante
73,2 por 100 recoge el vocabulario que está en proceso hacia la mortandad
30
o que ya ha llegado a la etapa final" (López Morales 1998, págs. 100-101). "Orientaciones doctrinales para la investigación lingüística y filológica del
Como se ve, los afronegrismos léxicos, de mayor vitalidad en otros tiempos, castellano en América", en Universidad Nacional de Colombia, 1 (1944),
aún no han desaparecido del todo, algo queda todavía. págs. 42 y 59, citado por Moreno de Alba 1993, pág. 14.

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Biografía de una lengua Enrique Obedíente Sosa

la existencia de dos realidades o entidades lingüísticas unitarias, estructuras menores. [... ] la lengua española sigue siendo el
susceptibles de ser clasificadas o encasilladas dentro de categorías sistema lingüístico de comunicación común a veinte naciones, no
homogéneas. Implican [tales designaciones], de hecho, un grado obstante las particulares diferencias -léxicas, fonéticas y, en
elevado de generalización que simplifica exageradamente la menor grado, morfosintácticas- que esmaltan el uso en unas y
variada realidad lingüística del extenso mundo hispanohablante. otras. Diferencias que -repito una vez más- se producen entre
[... ].Lo que se suele llamar «español de América» es un conjunto todos esos veinte países, sin permitimos establecer dos grandes
de dialectos, un suprasistema o diasistema, es decir, una modalidades bien diferenciadas -española y americana- por
abstracción irrealizable en sí misma ya que no es un «modo de cuanto que, además, existe mayor afinidad entre algunas
hablar)) único. modalidades americanas y españolas que entre ciertas
modalidades hispanoamericanas entre sí.
Joaquín Montes, por el contrario, no acepta sino la
expresión 'español de América' porque, a su juicio, Esa unidad esencial entre el español americano y el
europeo ha sido una constante; ya lo había señalado en 1606
el uso de en [... ] parece envolver una concepción del español Bernardo de Aldrete en su obra Del origen y principio de la lengua
americano como algo ajeno, importado y no creado (o cocreado) castellana o romance que oi se usa en España:
por los americanos en su uso diario a lo largo de cinco sigloi1 .
La lengua de España, i de partes tan remotas, como éstas [Orán,
A esta objeción responde Moreno de Alba (1993, págs. 13- Melilla, La Gomera, las cíudades de México y el Perú, y las
14) diciendo que "ciertamente parece convincente esa opinión, Filipinas] todas es vna; los que van destos re:inos a aquellos no
pues no puede uno sino estar de acuerdo en que español de hallan lengua diuersa, algunos vocablos, i dialectos diferentes,
América, como español de México o español de España, son como los ai en Cordoua, Seuilla, Granada, i en cada ciudad,
entidades históricas identificables", pero, aunque el español aldea, pero la lengua vna.
americano tiene su propia fisonomía, no es menos cierto que
mantiene "su unidad esencial con el europeo". Lo cual ya había Por nuestra parte, estamos de acuerdo en seguir hablando
sido señalado por Lope Blanch (1982, pág. 76), pues las investiga- del 'español de América' si de tiene un valor espacial: con ello se
ciones (por si alguna duda quedara) han demostrado que las estaría significando una modalidad geográfica del idioma español;
estructuras mayores son las mismas en las hablas urbanas de si, por el contrario, de tiene un valor privativo o exclusivo, no
Hispanoamérica y de España: podemos aceptarlo, porque sólo hay un español, una lengua
española, con tantas variedades o dialectos como regiones y grupos
La estructura fundamental de la lengua española es la misma en sociales hispanohablantes. Por ello consideramos preferible el
todas partes; difieren sólo sus elementos secundarios o sus empleo de la preposición en para referirnos no sólo al español
americano sino a todas las variedades de español, las habladas en
Castilla, en Andalucía, en Guinea, en Venezuela, en Paraguay, etc.
31
"Breve noticia sobre la investigación lingüística en la Cuba de hoy",
Thesaurns, Boletín del Instituto Caro y Cuervo, XLN, 1989, pág. 644.
Citado por Moreno de Alba 1993, pág. 13.

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Biografia de una lengua
Enrique Obediente Sosa

Esto es más necesario hoy en día cuanto que, gracias a las por algunos autores tratando de delimitar áreas dialectales", pero
investigaciones realizadas en los últimos años, se ha podído todos los intentos de división realizados hasta ahora han resultado
comprobar que la casi totalidad de los rasgos considerados antes insatisfactorios, bien por los parámetros escogidos, bien por la
como propios, exclusivos u oriundos de la lengua empleada en escasez de trabajos monográficos macro y microrregionales que
América no son tales, pues han sido detectados en España en den cuenta del habla de todo el continente, lo cual ha impedido
documentos que datan de antes de la colonización americana, trazar isoglosas que reflejen de manera confiable la real situación
rasgos que no llegaron a formar parte de lo que habría de ser la dialectal de América.
norma centro-norteña peninsular moderna, bien porque cayeron
allí en desuso, bien por tratarse de dialectalismos que no calaron Quisiéramos para concluir este apartado retomar las
en aquélla; piénsese, por ejemplo, en el yeísmo: Amado Alonso lo nociones de sustrato, adstrato y superestrato aplicadas esta vez a la
creía anterior en América que en España (1967a, pág. 12), cuando historia del español comprendida su expansión americana. En esta
hoy sabemos que no es así. Por ello suscribimos la afirmación de óptica, el sustrato estaría constituido, también, por aquellos
Lapesa (1980, pág. 569) según la cual para todos los fenómenos elementos de lenguas autóctonas desaparecidas que dejaron huellas
lingüísticos que se dan en el español de América existen "preceden- en el español general, por ejemplo, las palabras procedentes del
tes en el Medíodía peninsular, algunos de los cuales remontan a taíno que se hablaba en las Antillas, como ajf, barbacoa, batata,
los siglos X y XII", pero -agregamos nosotros- hay otros hechos bohío, cacique, canoa, enagua, guayaba, hamaca, huracán, maíz,
cuyos precedentes están en el norte de España, como ya hemos manf, sabana, etc. El adstrato lo formarían los elementos
tenido ocasión de ver32 • Lo auténticamente americano estaría, en procedentes de una lengua aún viva introducidos a consecuencia de
consecuencia, prácticamente restringido a los aportes amerindios una situación geográfica o social particular; es el caso, por ejemplo,
y, en mucho menor medida, afroamericanos. Con esto no del morfema español {-eco, -a} de origen náhuatl. El superes trato,
queremos decir, sin embargo, que América no haya producido en fin, lo constituirían los elementos africanos que entraron al
innovaciones en la lengua o que carezca de originalidad (de lo cual español con la llegada de los esclavos negros; sus lenguas desapare-
hablaremos en el punto siguiente), pero sí resaltar que, considera- cieron no sin antes dejar huellas (mínimas, como ya sabemos) en
da globalmente, la estructura general y fundamental del español la nuestra; valgan como ejemplos las palabras banana, mambo,
americano es la misma que la del español del otro lado del quilombo, etc.
Atlántico.

Frente a la esencial unidad de la lengua española está, ya


lo hemos dicho, su innegable diversidad, manifiesta entre una y
otra orilla del Océano y entre las distintas regiones americanas.
Esta diversidad del español americano ha querido ser evidenciada

32
Para la historia del español americano, ver Frago Gracia 1999, libro de 33
Para una visión amplia y crítica del tema, ver Orlando Alba 1992; Moreno
indispensable lectura. de Alba 1993, págs. 117-140; Moreno Fernández (ed.) 1993.

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Biografia de una lengua Enf'ique Obediente Sosa
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5. CARACTERÍSTICAS GENERALES DEL ESPAÑOL EN 5.1. Fonología
AMÉRICA34
Siendo, en líneas generales, el castellano meridional la
Pretender exponer las características generales del español modalidad española implantada en América, se deduce que buena
americano es casi una temeridad, e incluso una contradicción, si parte de los rasgos de la lengua hablada en este continente los
recordamos lo dicho sobre la diversidad de la lengua. Pero como tenga en común con aquella modalidad. Lo primero, pues, que hay
no es menos cierto que hay una serie de elementos que le dan una que señalar es que toda América es zona de seseo; es decir, el
relativa homogeneidad respecto a otras modalidades del español, sistema consonántico hispanoamericano carece del fonema
es por lo que nos atrevemos a dar una visión sucinta, general y interdental /9/, lo cual constituye la única diferencia fonemática de
ciertamente simplificada de los rasgos más sobresalientes que le carácter general existente entre el español americano y la norma
imprimen ese color particular a la lengua usual de los americanos. castellana; las otras diferencias son de carácter más localizado o de
No quisiéramos que el lector perdiera de vista lo expuesto sobre tipo fonético, entre las cuales señalamos las siguientes.
los rasgos definitorios del español en América, lo cual le perntitirá
apreciar en su justa dimensión en qué consiste lo característico,
la gran originalidad de esta modalidad: en la incorporación y 1) La mayoría de los dialectos americanos (al igual, por lo demás,
asimilación, al mismo tiempo, de una serie de elementos hispánicos que los españoles, como ya tuvimos ocasión de ver) son yeistas, o
que en España están dispersos en el tiempo o en los espacios sea, no tienen en su inventario consonántico el fonema lateral
dialectales; esa síntesis, en la que se hallan, por supuesto, palatal /Á/, confundiéndolo con el fricativo /j/, de modo que, por
aportaciones lingüísticas de otro origen; ~s lo que nos per.ntite ejemplo, calló y cayó son vocablos homófonos. La situación, no
afirmar, y no creemos exagerar, que Amenca es un compendio de obstante, no es tan simple como pudiera parecer dada la existencia
la dialectología hispánica. del llamado zeismo, a saber, la existencia en algunas áreas de un
segmento fricativo prepalatal, el cual puede ser sonoro ([3]),
ensordecido ([3]) o francamente sordo (ffi), dependiendo de las
localidades y de factores extra y sociolingüísticos, tales como clase
social, sexo, edad y registro de habla; este segmento prepalatal se
ha convertido en caracterizador, para el hablante común, del
34 La descripción que sigue sólo pretende dar una idea de conjunto de lo que
español rioplatense.
· es el español americano, conscientes como estamos de la imposibilidad de
presentarlo aquí en todos sus detalles, no sólo por todo lo ya dicho sino
De acuerdo con Zamora y Guitart (1982, págs. 92-93), se
también porque el objetivo primero de esta obra es de carácter histórico y no han atestiguado en América al menos las cuatro situaciones
tanto dialectológico propiamente dicho. Para más detalles remitimos al lector, siguientes:
de modo particuíar, a las siguíentes obras: César Hernández Alonso (coord.)
1992; Tomo LXXll (fascícuíos 3° y 4°, 1992) de la Revista de Filologfa -dialectos con /31 y /j/ en oposición fonológica, siendo el
Española, completamente dedicado al español de América; John Lipski 1994; primero de los términos equivalente funcional del fonema /Á/ de la
Mannel Alvar (dir.) 1996b; Humberto López Morales 1998.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa


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norma castellana. Los hablantes de estos dialectos distinguen entre En posición final de sílaba (interna y de palabra),
ca/3ló 'calló' y ca/j/ó 'cayó'. -encontramos, como realizaciones de /-s/, los segmentos [-s], [-h] y
el cero fonético (elisión), dependiendo de las regiones y de factores
-dialectos con solo /31, el cual aparece en lugar tanto de /f./ sociolingüísticos más o menos complejos.
como de /j/, "con excepción de las palabras que empiezan con hie-
en la escritura", que tienen ü.J; así, 'calló' y 'cayó' se realizan ambas
ca[3]ó, pero 'hielo' se pronuncia [J.]elo, como en la norma 3) Aunque el español de América conserva, de manera general, la
castellana. oposición entre las dos vibrantes apicales (la simple /r/y la múltiple
Ir!), ocurre en él, sin embargo, un fenómeno fonético que se da en
-dialectos con un único segmento /31 como realización de no pocas regiones 35 , a saber, la presencia de lar asibilada ([f]).
las grafías <ll, y, hie->. Este elemento aparece como realización de /r/ (pe[f]o, [f]osa), de
/-r/ en posición final (ma[t]) y en los grupos <tr> y <dr>
-dialectos con /31 y /Á/, siendo el primero el equivalente (teat[f]o, pod[f]é); no realiza nunca, como se ve, el fonema
funcional de /j/; sus hablantes distinguen, pues, ca/3ló 'cayó' de vibrante simple en posición intervocálica, con lo cual queda
asegurada la oposición fonológica.
ca/f./ó 'calló'.
Otro hecho, aunque mucho menos extendido, es la
En cuanto al fonema /j/, presenta, según las regiones, articulación velar o uvular de la vibrante múltiple; si bien se ha
diversas realizaciones. En algunas se dan los alófonos fricativo [J.] encontrado en algunos puntos del Caribe hispanohablante, se
y africado [d.5] de la misma manera como en la norma castellana considera como peculiar de Puerto Rico, donde, no obstante, es
(ma[J.]o- cón[d.5]uge); en otras, tales alófonos son más variantes pronunciación variable relacionada con factores sociolingüísticos.
libres que variantes contextuales; en otras, finalmente, /j/ tiende
sistemáticamente a pronunciarse débilmente, como [j]: ma[j]o,
[j]egar 'llegar', [j]elo 'hielo'. 4) El fonema continuo posterior sordo lx/ se realiza en América
bien como una fricativa velar no estridente [x], bien como una
faríngea [h], bien como una glotal [h], más raramente como una
2) Aunque existen en América, al igual que en España, divers::s palatal [~](sonido este que, hasta donde sepamos, sólo se registra
realizaciones del fonema fricativo alveolar sordo /s/, las mas en Chile). Así, pues, el único fonema continuo posterior sordo del
generalizadas aquí (que no las únicas) son las no apicales, es decir, sistema presenta toda una gama de alófonos: unos orales (velar y
las de tipo predorsal, lo cual hace que el español americano suene, palatal), otros suborales (faríngeo y glotal), repartiéndose las
en líneas generales, menos siseante que el peninsular. En ciertas regiones según el predominio de unos u otros. Nótese, sin
zonas se registra el fenómeno denominado ceceo, que -como
sabemos- consiste en pronunciar el fonema /s/ con un timbre
similar al de [9], fenómeno, sin embargo, menos extendido que en 35
Incluso en Venezuela, a pesar del silencio al respecto en los tratados de
Andalucía. dialectología: ver nuestro trabajo de 1996.

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

embargo, que es común el que en una misma región, e incluso en vocalismo breve y relajado de las tierras altas ([p"s]'pues', ["n'ton-
un mismo hablante, se den más de uno de los alófonos menciona- s<•lsj'entonces'), frente al estable y pleno de las tierras bajas", y 2)
dos. la alternancia de i-e y de u-o en territorios de adstrato quichua
y aimara (m[i]sa por 'mesa', ch[e]cas por 'chicas', c[u]lumpio por
'columpio', j[o]sticia por 'justicia'). En este último caso, sin
5) De acuerdo con el tratamiento de las consonantes posnucleares,
embargo, se trata de confusiones producidas por hablantes que
Zamora y Guitart (1982, págs. 157 y ss) distinguen dos grandes
tienen esas lenguas indigenas como lengua materna y no han
tipos de dialectos en español: los conservadores y los radicales,
adquirido plenamente todavía el españoL
según la menor o mayor distancia, respectivamente, entre lo
fonológico y lo fonético. Así, un dialecto en el que la pronuncia-
Últimamente se han hechos estudios experimentales que
ción de /'esto/ sea(' esto] será conservador (como el de Salamanca), han revelado fehacientemente que existen diferencias vocálicas
en tanto que uno en el que se pronuncie [' ehto] será considerado (fonéticas) entre hispanohablantes monolingúes, en lo que a grado
radical (como el de Cuba). Refiriéndose específicamente al Nuevo de abertura y localización se refiere, llegando incluso a proponerse
Mundo, dicen los autores que los dialectos radicales americanos se tal variabilidad como parámetro diferenciador de subáreas
caracterizan por dos fenómenos generales: dialectales, diferencias que constituyen, al menos en algunos
territorios, marcadores o indicadores de identidad regional".
-la posteriorización de obstruyentes y nasales en posición
posnuclear: los segmentos pertenecientes a esas clases se realizan
como velares o glotales, por ejemplo: a[g]mirar 'admirar', re[7]til 5.2. Morfosintaxis
'reptil', e[h]cuela 'escuela', a[h]tosa 'aftosa', ca[u]ció[.!J] 'canción',
etc. En este nivel podemos señalar los siguientes fenómenos.

-la neutralización fonética de las líquidas: /-l/ y /-r/ finales 1) Ausencia general en todo el continente de la segunda persona
se pronuncian con el mismo segmento fonético: a[l]te por 'arte' plural vosotros (y las formas verbales y pronominales correspon-
(lambdacismo), a[r]guno por 'alguno' (rotacismo), fenómeno cuya dientes), reemplazada, como en Andalucía, por ustedes, que funcio-
extensión y valoración social varía de uno a otro territorio. na como plural tanto de usted como de tú. El sistema pronominal
para la segunda persona es, pues, distinto del de la norma estándar
castellana (NEC):
6) En el español americano no hay diferencias en lo que respecta
al sistema fonológico vocálico. La variabilidad, que es de orden
fonético, es menos conspicua, al menos hasta donde se sabe,
porque aquí es necesario apuntar que el vocalismo americano ha 36
Ver Henríquez Ureña 1921 y Ángel Rosenblat 1967.
sido menos estudiado que el consonantismo; la literatura
37
dialectológica apenas si reporta dos hechos notables: 1) el Sobre esto, véanse, por ejemplo, Maria Vaquero 1996 y Enrique
Obediente et al. [en prensa].

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Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

NEC América
pi. sg. pi.
El mantenimiento de esta forma de tratamiento se debe a
sg.
IÚ vosotros tú ustedes razones de tipo sociohistórico. Recordemos que vos, de forma de
usted ustedes usted ustedes tratamiento respetuoso que era, fue pasando a lo largo de los
siglos XVI y XVII a forma para dirigirse a inferiores, pero el
pronombre había llegado al Nuevo Mundo cuando aún conservaba
2) Mantenimiento, en muchas regiones, del pronombre personal para muchos su anterior valor. Ahora bien, en la sociedad
vos como forma de tratamiento informal. El uso de este tratamien- americana que estaba gestándose, los conquistadores y primeros
to no es, sin embargo, el mismo en todos los territorios voseantes, pobladores, que se sentían nobles por ser los pioneros de la
dependiendo de si en el habla coexiste con él o no el pronombre empresa americana, adoptaron las formas de cortesía y tratamiento
tú, en cuyo caso el empleo de vos está ligado a determinadas que se estilaba entre los miembros de la aristocracia española, y
situaciones de comunicación. ello con el fin de marcar su rango en el grupo humano donde
estaban insertos. Es el proceso de hidalguización del que habla
Las regiones de voseo no tienen, sin embargo, las otras Rosenblat (1973, pág. 371):
formas pronominales correspondientes (os y vuestro): Vos venís y te
[... ] ya en la misma hueste conquistadora, y aún más al
llevás tus libros. Aunque hay varias formas verbales que acompañan
constituirse la sociedad hispanoamericana, se produjo una
al pronombre vos según las regiones, las más difundidas son, para nivelación igualadora hacia arriba, una 'hidalguización' general.
cada una de las conjugaciones, -ás, -és, -ís: vos tomás, vos comés, La victoriosa empresa de la conquista hizo que todos se sintiesen
vos decís. En el imperativo sólo aparecen las formas sin -d final, señores, con derecho a títulos, y adoptasen como modelo los
usuales en España hasta el siglo XVII: tomá, comé, vení 38• usos, entre ellos los usos lingüísticos, de las capas superiores.

Pero, ¿,por qué existe el voseo en América? Consideramos Ello dio pie para que se establecieran rígidos comparti-
oportuno detenermos un poco en este punto para entender mejor mientos donde la movilidad social era nula. En este medio
el fenómeno. En capítulos anteriores ya tuvimos ocasión de conservador, las jerarquías estaban más claramente definidas que
examinar el origen y evolución del pronombre vos, forma que en la misma España: basta pensar en los innumerables grupos o
pervive en aproximadamente una tercera parte de la América estamentos sociales en que se repartían los individuos según el
hispanohablante. Su uso, considerado por algunos dialectólogos linaje, la prosapia y los mil matices del color de piel. Por ello echó
como un "arcaísmo", según anotamos en su lugar, es uno de los raíces tan fuertes el vos y vuestra merced, siendo el tú mucho
rasgos característicos del español americano, "aun cuando pueda menos usual, como se ve en las cartas privadas que los emigrados
observarse también su presencia en algún pueblo de Andalucía o a Indias escribieron a sus parientes residenciados en la metrópoli".
de otras regiones de España" (E. Rojas 1992, pág. 144).

38 Para una visión completa, histórica y sincrónica, del voseo, ver Páez
39
Urdaneta 1981. Ver la recopilación de cartas privadas hecha por Enrique Otte (1993).

442 443
Biografia de una lengua Enrique Obediente Sosa

Pero llegó un momento en que la sociedad española cuanto a formas de tratamiento infonnal:
comenzó a experimentar cambios que se vieron reflejados en la
lengua, particularmente en las formas de tratamiento, y esas -regiones de uso exclusivo de tú
innovaciones sociolingüísticas cruzaron el Atlántico... Pero -regiones de uso predominante de vos
entonces, ¿por qué unas regiones americanas adoptaron los nuevos -regiones de uso compartido de tú y vos
usos españoles y otras no? La respuesta hay que buscarla, según -regiones de uso predominante de usted.
Lapesa (1992, pág. 276), en el -regiones de uso compartido de tú y ustecfú

mayor o menor influjo de las cortes virreinales de Méjico y Lima,


de las universidades y demás focos irradiadores de las 3) En América, contrariamente a lo que ocurre en España, el uso
modificaciones que la norma lingüística iba experimentando en de los sufijos de diminutivo {-illo, -e te, -ín} es prácticamente nulo;
España; también responden a la más temprana o más tardía formas como librillo, pobrete, pequeñfn suenan extrañas a los
e:q¡ancipación respecto de la metrópoli Unos y otros factores hispanoamericanos.
intervienen en una realidad tan significativamente sociocultural
como es la repartición geográfica de los tratamientos de
confianza. En las áreas donde ese influjo cultunil fue más 4) En la esfera del verbo hay que señalar que "tanto desde el
poderoso, o más duradera la dependencia de España, la antigua punto de vista de la frecuencia cuanto de la significación o sentidos
contienda entre tú cantas, tienes o dizes y vos cantás o cantáis,
que cada tiempo del paradigma verbal puede adquirir, se perciben
tenés o tenéis y dezís dirigidos a un solo interlocutor, se resolvió,
diferencias [en el español americano ]·en relación con el español
como en España, a favor de tú cantas, tienes y dices. Pero en las
zonas más alejadas de las cortes, como la América Central, que
peninsular" (Moreno de Alba 1993, pág. 182). Lo más notable al
nunca fue virreinato, el Río de la Plata, que no llegó a serlo respecto es lo siguiente:
hasta 1777, y los Llanos de Colombia y Venezuela, triunfó un
sistema mixto, a la vez arcaizante y renovador, con formas a) la preferencia del español americano por la perífrasis de
pronominales correspondientes a tú y a vos, distribuidas según futuro ir a + infinitivo en detrimento de la forma sintética en -ré41 ;
sus funciones, y con formas verbales desusadas en España desde
los siglos XVI y XVII o que la evolución fonética o la analogía b) el distinto valor tempo-aspectual del pretérito simple y
había hecho ambivalentes (vos cantás, vos tenés, vos sos, vos te del compuesto en una y otra modalidad. El pretérito simple tiene
guardás tu plata; vení, poné, tomá; vos estás, vos das, vos vas, vos carácter perfectivo aunque la enunciación incluya el momento
eras, vos fuistes, vos venías, vos quisieras, etc.) con vacilaciones o
diversas preferencias entre vos tengas y vos tengás, vos querrás y
vos querrés, sin que falten en algunas zonas vos cantáis, tenéis o
tenís. 40
Sobre esta alternancia en el español de Venezuela, ver Álvarez y Barros
[en prensa].
Todo lo que llevamos dicho explica, en buena medida, el
que hoy se distingan en América cinco situaciones distintas en 41
Es tendencia también en el castellano septentrional según vimos en 2. 7)
del capítulo El español en España.

444 445
Biografía de una lengua Enrique Obediente Sosa

prese?-te ('Ya llegué'); el compuesto, por su parte, expresa acciones 5.3. Léxico
durativas que, aunque iniciadas en el pasado, se continúan en el
pres~nte ('Estos último~ meses ha llovido mucho'); es, pues, en el El léxico es, sin duda, el componente más "superficial" y
espa~ol an:enca~o, un Imperfecto. Esta es la razón por la que el móvil de toda lengua, en el que se refleja la manera como una
pretento Slffiple aparece dominantemente en los casos donde el comunidad aprehende y ordena la realidad; ello explica el que sea
español general de la Pemnsula prefiere el compuesto: «Buenos en este componente donde encontremos las mayores diferencias
días. ¿Cómo pasó la noche?»" (Lapesa 1980, págs. 587-588) 42 • entre el español americano y el de España, porque el mundo
hispanoamericano no es idéntico al europeo. Pero esas diferencias
no deben ocultarnos el hecho fundamental y primario de que, en
5) En cuanto a la sintaxis, lo más notorio en el español hablado y esencia, el vocabulario en una y otra modalidad de la lengua es el
escrito.enAn:érica quizá sea la ilógica pluralización del pronombre mismo; no nos cansaremos de insistir en ello: se trata de la misma
lo (ob¡eto directo) cuando va acompañado de un se (objeto y única lengua, salpicada, sí, de particularidades en cada uno de los
mdirecto plural): 'se l?s dije' por 'se lo dije', construcción que se díversos países, regiones y comarcas donde se piensa, se habla y se
explica por la necesidad que siente el hablante de llevar a escribe en español; en todos esos territorios hay una' visión general
superficie una marca de plural (ausente en el pronombre se) que del mundo' igual, producto de ese "filtro" que constituye toda
de¡e patente que el objeto indirecto está constituido por varias lengua.
personas. Otro hecho notorio es la anteposición del posesivo en
construcciones vocativas ('¡Ven acá, mi niño!'), la del pronombre Las diferencias en el léxico vienen dadas por todos aquellos
sujeto en las oraciones interrogativas ('¿Y qué tú opinas?', '¿Por elementos que ya tuvimos ocasión de analizar, a saber, regionalis-
mos peninsulares e isleños, "arcaísmos", marinerismos, amerindis-
qué vos decís que fui yo?') y la del pronombre sujeto de infinitivo
mos y africanismos, y sobre los cuales no vamos a volver, el
('Dámelo para yo hacerlo', 'a un mes de ella irse') 43 • conjunto de los cuales pudiéramos etiquetar con el rótulo de
americanismos léxicos. Pero este concepto no es tan evidente como
pudiera creerse en un primer momento; efectivamente, diversas
42
Para otros fenómenos menos generales, o de los cuales no pueda afirmarse concepciones hay de lo que constituye un americanismo.
aún que difieren con respecto al uso en España (por ejemplo, la preferencia Esencialmente encontramos entre los especialistas dos visiones
de la forma en -ra sobre la forma en -se del pretérito de subjuntivo), ver
Moreno de Alba 1993, págs. 182-189 y la bibliografía que cita.
¡.' respecto a lo que debe ser considerado como tal:

f_
43
Para más fenómenos de orden sintáctico, ver Kany 1969; téngase, sin
a) La primera, basada en un criterio etimológico o
embargo, en cuenta que ciertas construcciones recogidas por Kany no son ni
propias ni exclusivas de la modalidad americana de la lengua, al menos no
históriCo, afirma que son americanismos los términos nacidos en
lo son hoy, como, por ejemplo, la pluralización de /u;¡/Jer impersonal ('habían An:érica. Esto llevaría a identificar americanismo con indigenismo,
muchas personas'), o la inversión de las expresiones nada más, nunca más, pero, ¿pueden considerarse reahnente americanism(JS -preguntan
que en buena parte de América, así como en Andalucía y Canarias, son más los oponentes- vocablos que son comunes a todos los hispanoha-
nada, más nunca.

446 447
Enrique Obediente Sosa
blantes, vocablos que forman parte del acervo léxico general, corr~o
tomate, chocolate, canoa, etc.? Dejando de lado lo de los americanismos, señalemos, para
terminar esta brevísima relación, algo que es mdrscutrble en lo que
b) La segunda es la que toma como criterio el uso general al uso del vocabulario respecta: América, frente a España,
actual. Según esto, son americanismos las voces que en América manifiesta cierta preferencia por determinados términos. En efecto,
tienen distinta o nueva acepción, indiferentemente de su origen, mientras la lengua usual en la Península designa con un vocablo tal
¡
como estancia, lagarto, coger, concha, etc. El problema que se 0 cual cosa o acción, el español amen_ca~o preflere en ~gunos
plantea con este criterio es que si se consideran americanismos las casos otro para los mismos referentes; asi, termmos cuasismonllllos
palabras que se usan en toda América y son totalmente inusuales 1 de la lengua son perfectos sinónimos (referenciales y funciOnales)
en España, muy probablemente no encontremos ninguna; hay, al comparar entre sí ambas modalidades lingüístlcas. Son qemplos
ciertamente, términos conocidos en toda Hispanoamérica pero que 1¡ • • - 45
de ello los siguientes :
también lo son aunque sea en algunas partes de España; de igual
manera que hay otros que sólo son usuales en ciertas regiones o
r América España
países de América. f
almuerzo comida
apartamento plSO
Otros especialistas, más eclécticos, piensan que deben ser 1 apurarse apresurarse, darse prisa
¡
considerados americanismoSias voces de uno y otro grupo, pero bravo 1 enojado enfadado
-nos preguntamos- ¿los 'regionalismos americanos' (voces de 1 carro* coche
reducida difusión espacial) son también 'americanismos '? Como se !
¡
cachete mejilla
ve, no es fácil zanjar la cuestión, razón que ha llevado a ciertos ' chequera talonario de cheques
lexicógrafos a proponer que en lugar de diccionarios de cocinar cocer
americanismos y de otros -ismos (mexicanismos, venezolanismos, 1 comida cena
conserje portero
etc.), se elaboren diccionarios generales que registren, en lo
demorarse tardar
posible, todo el vocabulario usual de un determinado país, sea cual desempleado parado
sea el origen de cada palabra y su difusión en el mundo hispanoha- dirección señas
blante44.
1
~
44 't
f
el Diccionario del habla actual de Venezuela de Núñez y Pérez (1994). Sobre
El proyecto más avanzado, hasta donde sepamos, es el del Diccionario del el punto de los diccionarios, véase Hacia un nuevo dzccwnano de
español de México, coordinado por Luis Fernando Lara, proyecto del que americanismos en López Morales 1998, págs. 175-184.
han salido el Diccionario jimdamental del español de México (Fondo de 45
Cultura Económica, 1982), el Diccionario básico del español de México (El Marcamos con un asterisco pospuesto las palabras que el Diccionario de
Colegio de México, 1986) y el Diccionario del español usual en México {El .¡; la Real Acadenria considera americanismos. Nótese que hacemos una
Colegio de México, 1996). Otro diccionario que, en cierta medida, se ' comparación sobre la base de lo que es más general, por ello puede ser que
inscribe en esta óptica pero a una escala mucho menor que los mexicanos es algún lector no esté de acuerdo respecto a uno u otro vocablo por la
experiencia del uso de su propio dialecto.
448
449

- -- -
Biografía de una lengua
Enrique Obediente Sosa

durazno melocotón
echar/poner gasolina repostar
modalidades, en conjunto, constituyen ese gran sistema conocido
estampilla sello universalmente como español. Hay que resaltar, además, que las
fósforo cerilla d1ferenc1as entre la lengua usual en Europa y la americana se han
jugo zumo ido atenuando en los últimos años gracias al intenso intercambio
lindo bonito cultural que existe entre ambas partes: la literatura, el cine y ]a
manejar* conducir televisión están desempeñando un importantísimo papel en la
manubrio manillar nivelación lingüística del español, sin que esto signifique un
media* calcetín abandono o desprecio por el propio color local.
papa patata
pararse* levantarse, ponerse de pie
pelear reñir 6. MUESTRAS DE ESPAÑOL AMERICANO
pena* vergüenza
plomero fontanero
suéter* jersey
Además de las ya dadas en otros capítulos, presentamos
tomar beber
aquí algunas muestras del español escrito no literario procedentes
vidriera escaparate del período colonial, y otras de la lengua literaria moderna que
reflejan el español hablado en los países de donde son oriundos los ·
autores; finalmente, un segmento de transcripción de habla real46•
A esta lista podemos agregar formas que sólo son distintas,
respecto a las usuales en el español europeo, por el lugar d~J A) Fragmentos de documentos de la época colonial procedentes de
acento, siendo las más comunes (s1 no las umcas) las s1gmentes. la actual Venezuela (en nada diferentes, por lo demás, de los
escritos en otros territorios americanos y de los producidos por las
América España mismas fechas en España). Se trata de: 1) un informe oficial de un
funcionario ciertamente culto; 2) una carta particular de un
chofer chófer emigrado andaluz a su esposa residente en Sevilla (ambos del siglo
várice varice XVI); 3) finalmente otro, más tardío (finales del XVIII): un
video video pasquín que esclavos negros hicieron circular en Caracas. Los tres
documentos están tomados de E. Rojas (comp. y ed.), 1999, rv.
Venezuela, números 2, 4 y 22, respectivamente.
* * *
A pesar de las diferencias señaladas (fonéticas, morfosintác- 46
Para muestras de habla, ver los distintos coqms recogidos para el proyecto
ticas y léxicas), la modalidad americana, conform~da por d¡versas multinacional Estudio del español hablado culto, proyecto auspiciado por la
variedades es eso una modalidad de una !lllsma y umca lengua, de Asociación de Lingüistica y Filología de América Latina (ALFAL). La
manera an~Joga a'lo que encontramos en España. Ambas grandes muestra que reproducimos está tomada de Carmen L. Domínguez y Elsa
Mora (coords.) 1998, págs. 149 y 165.

450 451
~yUUUUUUUU~~~~~~~~~~~~
. Biografía de una lengua Enrique Obediente So·sa

1) Carta que envía Andrés de Villacorta, teniente de alcaide de la hecho por su hermano por el tiempo pasado [... ) no se
fortaleza de Cumaná, participando a las autoridades de Cubagua hescusa a ninguna manera que no traigais vna libra de
la destrucción de dicha fortaleza por un terremoto (Nueva Cádiz, ~afran [...) visto esta presente vuestra merced me hara
1º de septiembre de 1530). merced vn dia despues aber rre~ebido estas de yr en
debosion en romeria a nuestra senora de otrera [...]
[... ) oy jueves primero de setiembre de mill y quinientos
y treynta años a ora de las nueve se levanto la mar de
tal manera ques cosa milagrosa a los que la vieron y esto 3) Pasquín que circuló en Caracas (8 de mayo de 1790)
dentro desta tierra donde estaba situada esta fortaleza
y con ello dio vil bramido la mar y tenblo la tierra en que desgrasias, que de llantos. que de muertes. Ce Ace
tres vezes media ora y abriese por muchos lugares y con saver al publico como hestamos citados para que la Real
el tenblor cayo esta fortaleza hasta los ~imientos hagolo cedula que a Benido de Su Majestad a favor de nosotros
saber a vuestras mer~edes todos para que en nombre del los hesclavos ce publique Mas a fuersa que con boluntad
Rrey les rrequiero provean gente y armas y lo que de los blancos y de la Real audiencia cin señalar dia ni
mucho conviniere para sustentar esta tierra donde no yo hora. A pesar de todos los blancos y blancas de hesta
hare [sic]lo que soy obligado hasta la muerte y vuestras Ciudad de Caracas.
mercedes hagan el socorro-con brevedad [... )

B) Textos literarios
2) Carta de Agostino a su mujer Ana de Santiago en Sevilla
(Borburata, 23 de enero de 1564). 1) En la sombra flotaba el aliento de José Ramón,
los brazos de José Ramón, las manos de José Ramón.
[... ]le podreis dezir de mi parte y mustrarle hesta carta ~Van a venir, José Ramón. Que van a venir.
que si hel biene que hautes que sean dos años podria ~No, Rosita, no. No seas así. No seas maluca. No
dar de comer a su hermano y haun a su padre. [... ].e si Rosita. Un ratico no más.
acaso ni uno ni otro destos dos quisiesen benir rrogar a Le sentía el aliento sofocante sobre los ojos,
pedro de la puente vuestro cunado que hos quiera dar sobre los oídos, llenando la sombra.
a Joan su criado porque hos acompane u hos sirba e ~Déjeme quieta, José Ramón. Por vida suya. Déjeme
quando todo hos faltare buscar un moso donde quiera quieta. Mire que voy a gritar. Voy a gritar.
por alli que benga con bos. [... ) yo rrogare al señor ~Rosita, si yo te quiero. Y o es que te quiero, Rosita.
francisco de arra~ayn por mis cartas que able a tos esos ~Suélteme.
otros señores de mi parte e que hos faborescan aquel
~Rosita.
que pudieren. Cierto querría hescnbir a todos particular-
~Suélteme. Fresco. ¡No me toque! ¡No me toque!
mente pero no puedo a causa que no ay papel en esta
~Rosita. Rosita linda.
tierra [... ]. yo hube vna nueba en las yslas que no me
contento mucho que me dezian que francisco ramos ~¡Suélteme! No me apurruñe. Me está ahogando.
estaba en la caree! en lisbona por vna fian~a que abia Las dos caras sudorosas se tocaban. Jadeaban.

452
Biogt'afia-de una lengua
Enrique Obediente Sosa·-

Hablaban. sigilosamente entre el jadeo..


-Una especie de manía mosaica. Te la pasás bajando del
-Jesús, José Ramó-n. No.
Sinaí.
No oía la voz del hombre. Lo sentía multipli-
-Me gusta -dijo Oliveira- que las cosas queden siempre
cado, inmenso.
lo más claras posibles. A vos parece darte lo mismo que
-No. ¡Puaj! Esa boca le sabe a puro aguardíente y a
en plena conversación Gekrepten intercale una historia
tabaco en rama. ¡Suélteme! ¡No me muerda! absolutamente fantasiosa de un dentista y no sé qué
-Ay Jesús. No. Eso no. pollera. N o parecés darte cuenta de que esas irrupcio-
Se debatía con fuerza. Asfixiadamente. nes, dísculpables cuando son hermosas o por lo menos
-No, negrita. ¿Qué fue? Un ratico nada más. inspiradas, se vuelven repugnantes apenas se limitan a
-No. Eso no. escindir un orden, a torpedear una estructura. Cómo
Era entre ahogo y llanto. hablo, hermano. (Julio Cortázar (1914-1984), Rayuela,
-Ya está bueno, José Ramón. Y a está bueno. Déjeme. 1963)
-Quietecita, mi amor, quietecita. Si no pasa nada.
Calladítos así. Calladítos. Sabroso. (Arturo Uslar Pietri
(1906), "La noche del rabopelado" en Treinta hombreS y 3) ¡Diles que no me maten, Justinol Anda, vete a decirles
sus sombras, 1949) eso. Que por caridad. Así diJes, que lo hagan por
caridad.
maluca: mala -No puedo. Hay allí un sargento que no quiere oír
apunuñar. apretar, manosear hablar nada de ti.
-Haz que te oiga. Date tus mañas y dile que para sustos
ya ha estado bueno. Dile que lo haga por caridad de
2) -¿Todo eso te sucedió? -dijo Oliveira. Dios.
-Oaro -dijo Gekrepten-. ¿No ves que se lo estoy -No se trata de sustos. Parece que te van a matar de a
contando a Talita? veras. Y yo ya no quiero volver allá.
-Son dos cosas distintas. -Anda otra vez. Solamente otra vez, a ver qué consigues.
-Ya empezás, vos. ~No. No tengo ganas de ir. Según eso, yo soy tu hijo. Y,
-Ahí tenés ~le dijo Oliveira a Traveler, que lo miraba si voy mucho con ellos, acabarán por saber quién soy y
cejijunto-. Ahí tenés lo que son las cosas. Cada uno cree les dará por afusilarme a mí también. Es mejor dejar las
que está hablando de lo que comparte con los demás. cosas de este tamaño.
-Y no es así, claro -dijo Traveler-. Vaya noticia. -Anda, Justino. DiJes que tengan tantita lástima de mí.
-Conviene repetirla, che. N omás eso diles.
-V os repetís todo lo que_ supone una sanción contra Justino apretó los díentes y movió la cabeza
alguien. díciendo:
-Dios me puso sobre vuestra ciudad -dijo Oliveira. -No.
-Cuando no me juzgás a mí te la agarrás con tu mujer. Y siguió sacudíendo la cabeza durante mucho
-Para picarlos y tenerlos despiertos -díjo Oliveira. rato.
-Dile al sargento que te deje ver al coroneL Y cuéntale

454 455
Enrique Obediente Sosa
Biografía de una lengua

lo viejo que estoy. Lo poco que valgo. ¿Qué ganancia del día, de dos de la tarde a.:. cinco y media, seis de la tarde, y
sacará con matarme? Ninguna ganancia. Al fin y al cabo nos mandaban aquellos trabaJonones y... ay, no jotra era fuerte
él debe de tener un alma. Dile que lo haga por la a nú me costaba mu,cho esfuerzo, entonces yo saq~é todas la~
bendita salvación de su alma. materias en e:'-!'añol, primero, ¿porqué? por el horario ... ¿ve?,
Justino se levantó de la pila de piedras en que que me pemutra entonces llegar a cocinar y ...
estaba sentado y caminó hasta la puerta del corral. Inv.: Ciaro. .
[... ]
Luego se dio vuelta para decir:
Inv.: Y era el fin de semana para ustedes.
-Voy, pues. Pero si de perdida me afusilan a mi
Hab.: Y~ era el fin ... con n~osotros, agarrábamos y nos íbamos para el
también, ¿quién cuidará de mi mujer y de los hijos? .
paramo, o nos acostabamos aquí ... a ver televisión ... o nos íbamos
-La Providencia, Justino. Ella se encargará de ellos.
para Jají... o nos íbamos p~ra Tabay, o nos íbamos para la finca,
Ocúpate de ir allá y a ver qué cosas haces por mi. Eso
pero siempre juntos, ya cuando N. empezó a crecer (<no que yo
es lo que urge. (Juan Rulfo (1918-1986), "Diles que no
no voy porque... >J, entonces nos íbamos los dos. Pero él nunca me
me maten" en El llano en llamas, 1953)
faltó e.n ese aspecto.
Inv,: Las marramucias las hacía pero en el día.
47
Hab.: Pero entre semana, ay, entre semana era un vagabundo. Decía
C) Muestra de habla una señora de se:rvicio que yo tuve ('uy, ese esposo suyo sí es
vagabundo» [[risas]] Sí... y que éL. a mi no me faltaba nada en
Hab.: ... el primer semestre eso fue ... como ... como que si no hubiera ... mi casa.
como que si yo ... no estuviera estudiando, o sea, a mí no me
[...]
costó, no me costó en lo absoluto, no tuve necesidad de
amanecer, pero cuando empecé Inglés, no joda... marramucia: cochinería, acción baja o grosera
Inv.: ·Ahí empezó lo bueno ...
Hab.: Coño, ahí tenía yo que estudiar... día y noche ¿oyó?, porque
empezando que mandan un ... muchísimos trabajos, segundo que
yo ... este ... de lo que me acuerdo es de bachillerato ... del
vocabulario más que todo, de gramática no, y exigen mucho de
gramática, de Inglés, y e ... y entonces yo estaba ... me costaba
mucho, hab ... tenía que estudiar mucho, me me esforzaba mucho
¿ve?, con todo y con eso la llevaba con dieciséis, y era baja la
nota, para mí era baja ...
Inv.: Sí, y mucho esfuerzo ...
Hab.: Sí, y era mucho el esfuerzo que tenía que hacer y entonces ...
este ... y tenía que... y tenía clases a las siete de la mañana a doce

47 El hablante es una mujer de Mérida de Venezuela de 41 años, secretaria,


con estudios uníversitarios incompletos.

456
M.a BEATRIZ FONTANELLA DE WEINBERG

EL ESPAÑOL
DE AMÉRICA

EDITORIAL
M APFRE
III

DESARROLLO D E LOS PRINCIPALES RASGOS


DEL ESPAÑOL AM ERICA N O

E v o l u c ió n f o n o l ó g ic a

La etapa de la conquista y colonización de la m ayor parte del te­


rritorio am ericano coincide con un conjunto de complejos cambios fo­
nológicos que se producen en el español peninsular y que dan com o
resultado dos sistemas diferenciados entre sí y distintos, a su vez, del
español medieval. Estos procesos de cambio en m archa tienen com o
consecuencia que en el prim er siglo de vida americana lleguen hablan­
tes con diferentes sistemas fonológicos.

C o nso na n tes

Sibilantes

Las sibilantes constituyen un subsistema particularm ente afectado


por los cambios en los siglos xvi y xvn, ya que los cuatro fonemas
medievales sufren una serie de transform aciones que dan com o resul­
tado dos sibilantes en el centro-norte de España y una en la región de
Andalucía, simplificación esta últim a que es conocida com o seseo. A
América llegaron hablantes con y sin seseo, aunque desde los primeros
tiem pos fue ganando terreno la solución simplificadora, que se fue im ­
poniendo rápidam ente. Así, en el caso de Nueva Granada —estudiado
por Olga C ock l—, la am plia m ayoría de los docum entos m uestra con­

1 O . Cock, op. cit.


56 E l español de América

fusiones de sibilantes dentales («5» y «z», en la grafía medieval) con


alveolares («ss» y «s»).
Las confusiones aparecen tanto en los docum entos de criollos e
indios com o en los de los españoles procedentes de zonas no sesean­
tes, pero de larga perm anencia en América, lo que muestra que el fe­
nóm eno era característico ya de la incipiente koiné que se estaba for­
m ando en estas tierras. Por otra parte, las confusiones se dan en todas
posiciones, contradiciendo la hipótesis de A m ado Alonso sobre distin­
tas etapas en el seseo americano. Lo tem prano de los prim eros docu­
m entos seseantes m uestra que el fenóm eno llegó de la Península Ibé­
rica y no se gestó en América.
La situación que describe Olga C ock para Nueva Granada es ge­
neral a todas las restantes regiones estudiadas. Así, Boyd-Bowman en­
cuentra seseo en cartas de andaluces escritas en Veracruz en el siglo xvi
y Álvarez Nazario 2 en su estudio sobre Puerto Rico observa ya en la
prim era m itad del siglo xvi num erosas confusiones de sibilantes en to­
das posiciones. U n caso similar es el del español bonaerense, en que
encontram os en el siglo xvi un am plio predom inio de autores se­
seantes 3. Tam bién en la región del T u c u m á n 4 se observa la confusión
de sibilantes desde los prim eros tiem pos de la colonización, particular­
m ente en los criollos, cuyos docum entos de fines del siglo xvi y prin­
cipios del x v i i —que son los prim eros con los que se cuenta— presen­
tan en todos los casos confusiones.
En lo que hace a la fusión de sordas y sonoras, Lope Blanch en­
cuentra que en el habla de Diego de O rdaz hacia 1530, las alveolares
han perdido la oposición de sonoridad, m ientras que las dentales aún
la m antienen. A m edida que avanza el siglo xvi esta oposición se pier­
de totalm ente en las distintas regiones americanas.

Evolución de / s / y / ¿ /

O tro fenóm eno que aparece atestiguado en el siglo xvi es la con­


fusión de /s / y / z / medievales —cuya grafía era «x» y «j, g»— en un

2 M. Alvarez N azario, op. cit.


3 M. B. Fontanella de W einberg, E l español bonaerense, cit.
4 E. Rojas, op. cit.
Desarrollo de los principales rasgos 57

único sonido sordo. En casi todas las regiones hasta ahora estudiadas,
las confusiones son abundantes en la segunda m itad del siglo xvi. En
cambio, en la prim era m itad de ese siglo, tanto Álvarez Nazario en
Puerto Rico com o Lope Blanch en México, encuentran autores que aún
distinguen.
En la segunda m itad del siglo el proceso de confusión se genera­
liza. En las regiones de conquista más tardía, com o la bonaerense y la
del Tucum án, colonizadas en la segunda m itad del siglo xvi, las con­
fusiones se encuentran desde el prim er m om ento. El sonido resultante
aparece representado en algunos casos p o r «h», lo que testim onia que
su pronunciación, p o r lo m enos para algunos hablantes, había dejado
de ser palatal para convertirse en velar o aspirada. Así, Álvarez Nazario
recogió en Puerto Rico, de la segunda m itad del siglo xvi, las grafías
ovehas «ovejas», hornal «jornal» y la grafía ultracorrecta Xigüey del to­
pónim o «Higüey». El m ism o proceso se encuentra en las cartas de an­
daluces escritas en Veracruz, tal com o lo testim onian las ultracorreccio-
nes Genera «Herrera», gaser «hacer», gizo «hizo», etc., y en el norte de
la Nueva España, donde aparecen grafías com o rrehistro «registro», ma-
hestad «majestad» y San Hosed «San José» 5.

Yeísmo

El yeísmo es un fenóm eno atestiguado desde los prim eros tiempos


de conquista. Sin embargo, su avance, según lo m uestran los docu­
m entos posteriores, no fue rápido y am plio com o en el caso del seseo,
sino que en m uchas regiones actualm ente yeístas sólo se generalizó si­
glos más tarde, m ientras que otras zonas com o Paraguay y el nordeste
argentino perm anecieron al margen.
Claudia Parodi, que estudió el yeísmo en América durante el siglo
xvi, encontró testim onios correspondientes a los actuales territorios de
México, H onduras, Perú, Venezuela y C uba 6. Para el caso de México,
tam bién existen otros testim onios del m ism o siglo publicados p o r Gui­

5 P. Boyd-Bowm an «A sam ple o f sixteenth century “C aribbeah” Spanish phono-


logy», cit.
6 C. Parodi, op. cit.
58 El español de América

llermo Guitarte y Peter Boyd-Bowman 7. En cambio no se ha encontra­


do docum entación de yeísmo para los siglos x v i y x v i i en Puerto Rico
ni en la región bonaerense 8. En cuanto a la región del Tucum án, aun­
que se han hallado algunas confusiones de los dos prim eros siglos, son
tam bién m uy poco frecuentes.
En los casos más tem pranos, los autores peninsulares que presen­
tan seseo —según señalan Guitarte y C laudia Parodi— son oriundos de
lugares actualm ente yeístas, tales com o Sevilla, Santander, Valladolid y
C iudad Real. Lo tem prano de estos testimonios corrobora, por un lado,
que su origen es peninsular, y, por otro, su procedencia multirregional
muestra que no es exclusivamente andaluz. Sin embargo, com o hem os
señalado, su arraigo en América fue lento —su generalización en la re­
gión bonaerense podem os estimarla hacia fines del siglo xvm y en T u­
cum án en el xix, por ejem plo—, por lo que la posterior vinculación
con los puertos andaluces debió tener im portantes consecuencias en el
triunfo del fenóm eno en distintas regiones.
En el caso de la región bonaerense, existen testim onios desde fi­
nes del siglo xvm de que la realización del fenóm eno /y / resultante de
la fusión de /A/ y /y / tenía para algunos hablantes una pronunciación
rehilada de tipo [z], puesto que en un sainete gauchesco se reproduce
la [z] portuguesa con la grafía «y»: «suyecto, yente». Esta pronuncia­
ción habría coexistido hasta fines del siglo xix en variación con la no
rehilada, [z];—[y], probablem ente con condicionam iento so cial7. En
nuestro siglo la pronunciación general es [z], que, según está atestigua­
do, desde 1930 sufrió un proceso de ensordecim iento en algunos ha­
blantes. En la actualidad coexisten realizaciones sonoras, ensordecidas
y plenam ente sordas —[z],— [z],— [s]— socialmente condicionadas, ya
que entre los hablantes más jóvenes y entre las mujeres el predom inio
de las variantes sordas y ensordecidas es m ucho m ayor 10.

7 G. L. G uitarte, «Notas para la historia del yeísmo», Spracbe und Geschichte. Festch-
riftfü r Harri Meier zum 65, Geburtstag (1971), pp. 179-198; y P. Boyd-Bowman, «A sam-
ple o f sixteenth “C aribbean” Spanish phonology», cit.
8 M . Álvarez N azario, op. cit., y M. B. Fontanella de W einberg, E l español bonaeren­
se, cit.
9 M . B. Fontanella de W einberg, «Un nuevo aporte sobre el rehilam iento bonae­
rense del siglo xix», Anuario de Letras, XXVII (1989), 269-274.
10 M. B. Fontanella de W einberg, Dinámica social ele un cambio lingüístico, M éxi­
co, 1979.
Desarrollo de los principales rasgos 59

/ f / inicial

D urante el siglo xvi, la /£/ inicial había caído en Castilla la Vieja,


mientras que en Castilla la Nueva y Andalucía había dado lugar a /h /,
que aún se m antenía. Los docum entos americanos del siglo xvi m ues­
tran que m ientras algunos hablantes m antenían aún la aspiración —re­
presentada gráficamente por «f» y «h», en variación— otros ya no la
pronunciaban, pues aparecen en sus docum entos num erosas om isiones
de todo signo gráfico.
Álvarez Nazario señala que en Puerto Rico, en la prim era m itad
del siglo xvi, predom inan las grafías «h» que indican la realización del
fonem a, aunque ya aparecen algunas ausencias esporádicas; en la se­
gunda m itad del siglo, éstas se hacen m ucho más frecuentes, lo que
muestra que para m uchos autores ya había caído en la pronunciación.
En la región del Tucum án, Elena Rojas encuentra tam bién numerosas
om isiones de «f» o «h» en la segunda m itad del siglo xvi, m ientras que
en la región bonaerense, casi el 50 °/o de los autores de la segunda m i­
tad del siglo xvi presentan om isiones de cualquier signo gráfico en pa­
labras con / f / inicial medieval, que en el siglo xvn se extienden a la
casi totalidad de los autores.

Aspiración y pérdida de -s

Ya en el siglo xvi existen amplios testim onios de aspiración y pér­


dida de /-s/ en las distintas regiones americanas. Así, Boyd-Bowman
encontró om isiones en las cartas de andaluces residentes en México
—tales com o demole «démosle», decisey «dieciséis» y mimo «mismo»— al
igual que en otras fechadas en Guatemala, Panamá, Nueva Granada,
Cartagena, Tunja, Q uito, Lima, Arequipa, Potosí, Chile y [Río de la]
Plata. Álvarez Nazario halló om isiones esporádicas en Puerto Rico de
los siglo xvi y x v i i y tam bién hem os encontrado casos en docum entos
de los dos prim eros siglos de la región bonaerense, al igual que Elena
Rojas en la del Tucum án. En estas dos últimas regiones la situación
varía en el siglo xvm, ya que en Buenos Aires el fenóm eno avanza n o ­
toriam ente y aparecen num erosos testim onios de aspiración y pérdida
de /-s/, entre los cuales hay om isiones, com o satre, esta misma tierras,
otros indio, ju n to con ultracorrecciones, Baustista, Santiago Lesteros, y
60 El español de América

confusiones con otras consonantes finales cuya realización tam bién era
m uy relajada, según se ve en grafías com o Costazar, exasto, exastitud. El
fenóm eno se había extendido a las capas más elevadas de la población,
puesto que autores criollos destacables p o r su elevada cultura presentan
om isiones de /-s/. En cambio, en el habla de T ucum án la caída de /-s/
no sólo no se increm enta en el siglo xvm sino que parece estar redu­
cida a los hablantes de bajo nivel educacional, según señala Elena Ro­
jas. A ctualm ente ambas regiones presentan una aspiración generalizada
en posición preconsonántica y variación entre /-s/ y cero, condiciona­
da socialm ente, en posición final de palabra.

Confusión y caída de /- // y /-r /

Este fenóm eno aparece tam bién am pliam ente registrado desde el
siglo xvi en distintas regiones de América. Así, en Puerto Rico, Álvarez
Nazario encuentra testim onios tem pranos de confusiones tales com o
ervanil «albañil» (1511) y Boyd-Bowman presenta varios casos que fi­
guran en las cartas de colonos andaluces de M éxico —foltra, folta, frota
«flota», bulra «burla», Escobad «Escobar», me gorgaria «me holgaría», en­
tre otros—, los cuales no sólo afectan la posición final de sílaba, sino
otras posiciones, especialmente en los grupos form ados p o r obstruyen­
te más líquida. Boyd-Bowman ofrece asimismo ejemplos de docum en­
tos procedentes de otros lugares de América, tales com o Puebla, Vera-
cruz, Guatemala, Santo D om ingo, Panamá, Cartagena, Tunja, Q uito,
Lima, Arequipa, Potosí y Cuzco.
En el español bonaerense el fenóm eno tam bién aparece docum en­
tado reiteradam ente en docum entos de los siglo xvi y xvn. En el siglo
x v i i i se increm enta aún más, de tal m odo que las grafías confundidoras
alcanzan una frecuencia m uy alta y el fenóm eno abarca a casi la m itad
de los autores, lo que m uestra que es un rasgo am pliam ente generali­
zado. El fenóm eno más frecuente es la confusión de /- // y /-r/, tal
com o en Belmudez, melcachifle o Cormena. En otras formas se pierde la
líquida, com o en ato «alto», enfemero y natura «natural». Otras palabras
presentan confusiones con diferentes fonemas com o en Insan «Ilsán» o
Costazar «Cortázar», lo que no resulta sorprendente, ya que —según in­
dica Lapesa— la nasalización es un resultado habitual de las líquidas en
Desarrollo de los principales rasgos 61

regiones confundidoras u , m ientras que las confusiones con A / son sin


duda el resultado de que este fonem a tam bién se articulaba m uy rela­
jado en posición final de sílaba. En la prim era m itad del siglo xix el
fenóm eno retrocede notablem ente en el español bonaerense, de tal
m odo que en la segunda m itad de ese siglo ya se lo encuentra sólo en
el habla rural.
En la región de Tucum án, la situación es totalm ente diferente, ya
que Elena Rojas afirma:

Respecto de la confusión corriente en Andalucía y el Caribe entre


/-r/ y /-!/, opino que no tuvo difusión en Tucumán. Pues... sólo he
descubierto una única forma [en un documento de 1606] que se re­
pite tres veces dentro de un texto de una misma persona 12.

Si bien, con seguridad, llegaron a la región hablantes con este fe­


nóm eno, al igual que a las otras partes de América, la casi total ausen­
cia en los docum entos m uestra su falta de arraigo en tierras tucum anas.

Caída de sonoras intervocálicas

Ya en el siglo xvi aparecen testim onios de este fenóm eno en dis­


tintas regiones americanas. Boyd-Bowman presenta varios casos halla­
dos en cartas del siglo xvi, escritas en C iudad de México —perdió «per­
dido», plea «plega», que «quede», to, tos «todo», «todos», alma «agua»—,
y en otros lugares, com o Zacatecas, Guatemala, Panamá, Venezuela y
Lima. En el caso del español bonaerense, si bien no se encuentran tes­
tim onios en docum entos de los siglos xvi y xvn, estos son frecuentes
en el siglo xvm , m ientras que en la prim era m itad del siglo xix se ha­
cen cada vez más esporádicos, hasta que a partir de 1850 resultan ex­
clusivos del habla rural y del habla urbana de los niveles m enos cultos.
En Tucum án, el fenóm eno no aparece en docum entos de origen ur­
bano, pero sí en la poesía rural, a partir de sus prim eros registros, en
el siglo xix. U na situación similar se da en Puerto Rico, en cuya do­

11 Cfr. R. Lapesa, Historia de la lengua española, cit., p. 385.


12 E. Rojas, op. cit., p. 83.
62 El español de América

cum entación de los siglos xvi y xvn Álvarez Nazario no encuentra tes­
tim onios de caída de consonantes sonoras aunque señala su abundante
presencia en la poesía costum brista desde sus primeros textos de prin­
cipios del siglo xix.

Fenóm enos v o c á l ic o s

D urante la etapa de conquista y colonización del territorio ameri­


cano persisten aún las fluctuaciones en las vocales átonas —especial­
m ente entre e ~ i y o ~ u— que fueron características del español m e­
dieval. Lapesa considera que en el territorio peninsular estas
fluctuaciones van dism inuyendo a lo largo del siglo xvi y que sólo per­
duran algunos casos de cierre de e, o en i, u hasta el siglo x v i i . Si bien
estas fechas es posible que se retrasen a m edida que se avance en los
estudios docum entales del español peninsular, por el m om ento parece
que el fenóm eno perduró más en el habla americana.
En efecto, en el caso del español bonaerense, las fluctuaciones vo­
cálicas persisten con gran vitalidad hasta fines del siglo xvm. Así, por
ejemplo, en docum entos de 1744 de autores criollos encontram os, en­
tre otros, los siguientes casos: filipe, Getrudes, Selidonio, delixencia, sepol-
tura, dispobladas, eregidas e incontrarse. El fenóm eno retrocede a prin­
cipios del siglo xix, en el que pasa a ser característico del habla
subestándar y en especial del habla rural. En T ucum án parece haberse
dado una situación similar, con la prolongación de este fenóm eno has­
ta fines del siglo xvm en los distintos niveles socio-lingüísticos y su
lim itación posterior a los niveles más bajos.
T am bién Álvarez Nazario señala que, pese a que en Puerto Rico
en el siglo x v i i las vacilaciones son m enos frecuentes que en el x v i , el
fenóm eno persistió, ya que se m antiene hasta la actualidad en el habla
rural.
Boyd-Bowman, en su vocabulario del siglo xvm 13, tam bién recoge
num erosos térm inos con fluctuaciones vocálicas en diferentes regiones
hispanoam ericanas, entre los que podem os citar escondidizo (Potosí,
1705), invio (Guatemala, 1716), desertación (Venezuela, 1723), ensotarse

13 P. Boyd-Bowman, Léxico Hispanoamericano del siglo x v m , M adison, 1982.


Desarrollo de los principales rasgos 63

(México, 1780), buquichico y procidencia (Lima, 1792), impírico (Santo


D om ingo, 1763), y torcidura (Lima, 1791).
O tro fenóm eno vocálico presente en el español am ericano, que ha
ido retrocediendo p or presión norm alizadora, es la tendencia a la dip­
tongación de grupos vocálicos por el cierre de /e / y / o / ante o tras
vocal, lo que se pone de m anifiesto tanto por las grafías «i, u» en lu­
gar de «e, o», com o p or ultracorrecciones. El proceso va acom pañado
algunas veces de desplazam ientos acentuales com o en [maéstro] >
[máistro]. En el español bonaerense estos fenóm enos se prolongan con
total vitalidad hasta fines del siglo xvm en el habla culta, de la que
retroceden en el siglo xix, aunque perduran en el habla rural y en
la urbana subestándar. Ejemplos de grafías con diptongación presentes
en autores cultos del siglo xvm son los siguientes: Juachín, Juaquina,
Maisttro, Piones, deonisio y deonisia, Lauriano y arcedeano. El volum en La
Lira Argentina, que recoge poesías bonaerenses de las dos primeras dé­
cadas del siglo xix m uestra por su m étrica la dislocación de acento en
grupos formados p or vocales abiertas o medias y cerradas, en palabras
com o país/países, traído, veia y ahi. T am bién encuentra usos similares
en los siglos xvi y x v ii Álvarez Nazario en Puerto Rico y los registra
en diversas regiones americanas Boyd-Bowman en su léxico.
Son frecuentes, asimismo, las confusiones de las grafías «ei» y «ai»,
que podem os suponer revelan que para m uchos hablantes /e i/ > /ai/.
En el español bonaerense este fenóm eno se prolonga en el habla culta
hasta las primeras décadas del siglo xix. Por otra parte, el diptongo /e u /
presentaba realizaciones m onoptongadas. En el Río de la Plata éstas se
manifiestan hasta principios del siglo xix en el habla culta por las gra­
fías «u, o»: Usevio, Ustaquio, Ugenia / Ogenia, Ularia / Olaria, Ostacia.
En Puerto Rico Álvarez Nazario ha encontrado tam bién la evolución
/eu / > /e / en grafías del siglo x v i i : San Estado «San Eustacio».

D e sa r r o l l o m o r f o f o n o l ó g ic o

El período de conquista y colonización am ericana coincide con


frecuentes vacilaciones en la realización fonológica de num erosas pala­
bras. Esto es especialmente notable en el caso de m uchas formas ver­
bales, para cuya representación se seleccionó luego uno de los alter­
nantes, en español m oderno.
64 E l español de América

Así, p or ejemplo, para el futuro y condicional eran frecuentes las


formas verbales de futuro con metátesis del tipo de porné, verné, temé.
Lapesa afirma que estas formas perduraron en el español peninsular
hasta fines del siglo xvi. Álvarez Nazario, por su parte, señala estas for­
mas com o características de la prim era m itad del siglo xvi, en Puerto
Rico. En cambio, en algunas zonas americanas, tales com o la bonae­
rense y tucum ana, se las encuentra hasta bien entrado el siglo x v i i . Así,
en el español bonaerense aparece terna en un docum ento de 1678 y en
T ucum án propornan en uno de 1619.
H asta fines del siglo x v i i perduran en América las realizaciones
asimiladas y palatalizadas de las secuencias de infinitivo y pronom bre,
que según Lapesa decayeron en Castilla después de fines del siglo xvi.
De tal m odo, en las primeras décadas del siglo x v i i hallam os en el es­
pañol bonaerense las grafías yrritalle, volvello, podelles, hazelles, etc. En
Puerto Rico, Álvarez Nazario encuentra estas grafías hasta 1662. Por su
parte, Elena Rojas señala que en T ucum án el apogeo de este uso se
encuentra en la prim era década del siglo x v i i , en que aproxim adam ente
el 80 % de los casos posibles presenta esta asimilación y su uso se pro­
longa hasta fines de ese siglo, aunque ya en declinación.
Formas verbales de gran difusión y luego eliminadas del habla cul­
ta son los perfectos de traer en trux-, Truxe, truxo, truxeron, etc., que se
encuentran en los siglos x v i y x v ii tanto en el español bonaerense cul­
to com o en el puertorriqueño. Estas formas, aunque desplazadas luego
del habla estándar, perduraron m ucho más en el habla rural y , así por
ejemplo, en el español rioplatense aparecen am pliam ente representadas
en la literatura gauchesca de la segunda m itad del siglo xix.
En los siglos xvi y x v ii aparecen además otras formas verbales, que
luego serán eliminadas del habla culta, aunque en m uchos casos per­
duran en el habla rural. Así, Álvarez Nazario registra en Puerto Rico
en el siglo xvi so «soy», complir, compla, trajieron, dijieron, andove, estove,
oviesen, dizir, vide, vidieron, y participios com o suspensos, divisos, instruto
«instruido», conclusos, seydo, proveydo, entre otros. En el español bonae­
rense, p o r su parte, encontram os oviese, ouisse, ymos «vamos», seido e in­
daga, en el siglo xvi, y reduziese, reduxiese, reduzgan, reproduzgo y nazga,
en el siglo x v i i . En el siglo xvm perdura aún en el habla culta bonae­
rense vido, junto a conduzgan, pretiende, introducid, proveída, resolvido y
debría. Casi todas estas formas persisten hasta fines del siglo xix en el
habla rural de la región.
Desarrollo de los principales rasgos 65

U na alternancia que tuvo gran difusión en el habla culta de dife­


rentes regiones de América Hispánica es la del presente de subjuntivo
entre haya y haiga. En la región bonaerense la form a haiga tuvo gran
difusión en la segunda m itad del siglo xvm y el prim er tercio del xix,
época en la que alcanza a los más altos niveles sociales y culturales. A
partir de la segunda m itad del siglo xix haiga retrocede a los niveles
socioeducacionales más bajos, en particular al habla rural, donde apa­
rece am pliam ente registrada p o r los poem as gauchescos y aún persiste
en algunos hablantes hasta la actualidad.
Pese a que Lapesa señala que en los siglo xvi y x v i i se va delim i­
tando el uso m oderno de el ante sustantivo fem enino sólo en el caso
en que el nom bre com ience en a tónica, en el español am ericano se
encuentran num erosas vacilaciones que m uestran que la variación per­
dura p o r m ucho más tiem po. Así, en el español de Puerto Rico apare­
cen en esos siglos varios ejemplos que m uestran el uso de el ante a
átona —el Audiencia, el artillería, el Aguada— y de la ante a tónica: la
agua. Estos usos parecen generales en América tal com o m uestran nu­
merosos ejemplos existentes en la correspondencia publicada por
O tte 14. En el español bonaerense esta variación, junto con la vacila­
ción de un/una, se prolonga a los siglos xvm y xix, en que encontra­
mos en el habla culta la Aula, una Alm a, la Acta, la ala y la arpa.
En el caso de los alom orfos de plural usados con los temas n o ­
minales finalizados en [i] tam bién existen variaciones. En el español
bonaerense encontram os estas alternancias durante el siglo xvm en el
plural de la form a paraguay «paraguayo», con valor de gentilicio, que
presenta tres formas de plural: paraguays ~ paraguayes ~ paraguayos.
Tam bién buey presenta el plural bueis, además de bueyes.
Existían num erosos sustantivos con conform aciones fonológicas
que luego fueron desplazadas en la totalidad o la m ayor parte del es­
pañol am ericano. U n factor que incidió en estos cambios fue el em­
pleo de sufijos derivativos que posteriorm ente fueron reemplazados por
otros, tales com o en las siguientes formas usadas en el español de Puer­
to Rico de los siglos xvi y xvn, que cita Álvarez Nazario: siguranga «se­
guridad», relevación «relevo», nación «nacimiento», avería «haber», pedi­
mento, pedimiento «pedido», perdimiento «perdición», reparo «reparación»,

14 E. O tte, Cartas privadas de emigrantes a Indias. 1540-1616, Sevilla, 1982.


El español de América

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j*CJdí»‘&‘ -h>¿s-•/<-’■<,i*~-->r -y,íC*ny¿C^ ^ uavX j w Í J U c*s+*t*¡>

Figura 2. Carta del tesorero Hernando de Montalvo al rey (Buenos Aires,


28-VIII-1587, en Archivo de Indias).
Desarrollo de los principales rasgos 67

altor «altura», grandor «tamaño», temperamento «temperatura», mandador


«mandatario», habitador «habitante», mercaduría «mercadería», etc.
Entre los sufijos derivativos cuya selección ha variado figuran al­
gunos conform adores de gentilicios. Así, en la región bonaerense, el
gentilicio correspondiente a T ucum án en los siglos x v i a x v i i i era tu-
cumanes/tucumanesa, posteriorm ente reem plazado p o r tucumano/tucuma-
na. Tam bién es diferente en el siglo x v i i i , com o ya anticipam os, el
gentilicio referido a Paraguay, que es paraguay —y no paraguayo— con
tres plurales en variación: paraguais, paraguayes, paraguayos. Es posible
que este últim o plural haya dado lugar, p o r regresión, al singular para­
guayo.
O tro factor que daba lugar a diferentes representaciones fonológi­
cas de sustantivos era la aglutinación del artículo o falso corte con res­
pecto al mismo. Dos casos m uy frecuentes en el español bonaerense
del siglo x v i i i son los de cera «acera», y leste «este», que eran con m u­
cho las dos formas más usuales de am bos sustantivos y a las que p o ­
dem os ver usadas conjuntam ente en el siguiente ejemplo:

de Leste a Poniente, cera al Norte (Buenos Aires, 1771)15.

Las dos formas aparecen registradas en el Diccionario de Autorida­


des, aunque con carácter secundario con respecto a acera y este, lo que
parece indicar que en el español peninsular —a diferencia del bonae­
rense— tanto cera com o leste eran las formas de m enor frecuencia.
O tros sustantivos en los que se observan fenóm enos similares son
lestero «Estero», elegido «ejido» y Lojenia «Eugenia». La prim era forma
aparece reiteradam ente en el topónim o «Santiago del Estero», del que
aparecen las siguientes grafías SLtiago de Lestero, santiago Lesteros, Santia­
go de Lestero. Posiblemente en el falso corte de Santiago de Lestero haya
influido la form a leste, a que acabamos de referirnos, interpretándose
lestero —al ser parte de un topónim o— com o u n derivado de aquélla.
En el caso de elegido «ejido», es posible que a la aglutinación del artícu­

15 A partir de aquí, cuando n o haya otra aclaración, los ejem plos correspondien­
tes al español bonaerense me pertenecen y en la m ayoría de los casos están tom ados de
M. B. Fontanella de W einberg, E l español bonaerense, cit., m ientras que los de Puerto Rico
y T ucum án están tom ados de M . Álvarez N azario, op. cit., y E. Rojas, op. cit.
68 E l español de América

lo se haya sum ado la confusión entre ejido y elegido «participio de ele­


gir». La forma Logema «Eugenia», que aparece dos veces en un docu­
m ento escrito p o r un funcionario en el que finalm ente la propia inte­
resada firma Eugenea, revela el frecuente uso de artículo con nom bre
propio, que en este caso lleva a su aglutinación.

E v o l u c ió n g r a m a t ic a l

C om o nuestro propósito es presentar sólo algunos de los caracte­


res más destacados de la evolución del español am ericano, nos deten­
dremos en particular en aquellos fenóm enos en los que se produjeron
cambios y sobre los que contam os con material suficiente. Analizare­
mos en prim er lugar algunos aspectos de los usos verbales, luego los
pronom inales y, p or últim o, la frase nom inal.

Usos VERBALES

Delimitación del uso de distintos verbos

D urante el siglo xvi se delim itan en el español peninsular las fun­


ciones del verbo haber, perdiendo vigencia su uso com o transitivo, que
cede a tener. E n la prim era m itad del siglo xvi era aún frecuente el uso
de haber com o transitivo, tal com o lo encuentra Lope Bíanch en las
cartas del conquistador Diego de O rdaz escritas entre 1529 y 1530 16:

aya esta por suya... (1529).


no pude yo aca aver el perdón... (1529).

Por otra parte, la casi total identidad de valores de haber y tener


lleva en m uchos casos al uso conjunto de am bos verbos, com o lo re­
gistra Álvarez Nazario para las primeras décadas del siglo xvi en Puerto
Rico:

16 J. M . Lope Blanch, E l habla de Diego de Ordaz, contribución a la historia del español


americano, M éxico, 1985.
Desarrollo de los principales rasgos 69

lo ayays e tengays al dicho adelantado... por tal capitán (1518).


la provisión rreal que de su alteza he e tengo... (1521).
los pleitos e cabsas... que... esperamos auer e tener e mover (1521).

En la región bonaerense, cuya colonización es de las últimas dé­


cadas del siglo xvi, los docum entos presentan haber con valor transitivo
sólo en frases hechas tales com o haber menester, haber lugar, haber San­
ta Gloria— en las que sin duda perduró cuando ya había dejado de ser
em pleado en otras construcciones. Así, en docum entos fechados en
Buenos Aires en 1607 encontram os:

que estavan pobres de servicio los encomenderos y que cada vno avia
menester su yndia...
Suspendiendo aquella entrada Para quando huviere lugar...
Com o La Christiandan Lo a menester...

Estos usos perduran en el español bonaerense, aunque con fre­


cuencia cada vez m enor hasta principios del siglo xix:

una casa qe hubo por Donación... (1804).


una quinta que hubo por Herencia (1804).
en un apuro a menester perder parte... (1813).

Por su parte, Elena Rojas ha encontrado usos similares en T ucu­


m án hasta fines del siglo pasado:

una arroba de cafe... para mi amigo H, que há menester muy frecuen­


temente (1882).

Haber aparecía tam bién en constm cciones de carácter tem poral en


las que posteriorm ente sería desplazado por hacer. Este uso está am plia­
m ente registrado en Puerto Rico por Álvarez Nazario a lo largo de los
siglos xvi y xvii :

puede aver dos meses que vinieron... finco canoas de caribes (1520).
ha siete u ocho años que no hay indios (1534).
le a sido mandado a muchos años (1579).
esta población a 30 años que se principió (1679).
70 El español de América

En siglos posteriores, este em pleo fue desplazado en Puerto Rico


al habla rural, donde perdura hasta la actualidad.
En el español bonaerense tam bién se utilizó durante los siglos xvi
y x v ii haber en construcciones temporales.
D urante el siglo x v i ii com pitieron estos usos con los de hacer, de
tal m odo que m ientras algunos autores em plean aún exclusivamente
haber, en otros predom ina casi con exclusividad hacer, sobre todo hacia
fines del siglo x v i i i . Las construcciones con haber perduran hasta la se­
gunda m itad del siglo xix en el habla culta, tanto en Buenos Aires
com o en Tucum án:

cortádos ha muchos años (Buenos Aires, 1863).


era ba poco un niño mimado (Tucumán, 1883):

Ju n to a estos usos de haber que son conservación de construccio­


nes que posteriorm ente desaparecieron de la lengua, encontram os un
fenóm eno que posee actualm ente gran difusión y arraigo en el español
de América: el uso de haber con flexión de núm ero en construcciones
existenciales, que en el habla norm ativa no flexionan para plural:

en esta flota que vino de España pensé que hubieran algunas cartas
(Valle de Casma, 1570).
otras mujeres hablan honestas (Potosí, 1715).
todo el tiempo que hubieren guerras (Lima, 1722).
las calzadas que havian en las lados de las casas (Buenos Aires, 1782).
que hayan leyes (Buenos Aires, 1833).
hubieron bastantes {ídem).

Tam bién se em plean construcciones tem porales con hacer en


plural:

hacen días bloquean a Valparaíso (Valparaíso, 1814).


hacen como ocho días (Buenos Aires, 1838).

Entre los casos en los que ha habido cambios en la delim itación


de las funciones de los distintos verbos, debem os incluir el uso de tener
+ participio, con un valor similar al de la frase verbal de los tiem pos
com puestos, form ada actualm ente por haber + participio. H em os en­
Desarrollo de los principales rasgos 71

contrado reiteradam ente estos usos en distintas regiones americanas


durante los siglos xvi y xvn:

Su Alteza lo tiene mandado (Puerto Rico, 1515).


los Padres q tengo a VM, Supcado enbie a esta provincia (Buenos Ai­
res, 1607).
el poblejuelo que los portugueses tienen comenzado a haqer (Buenos
Aires, 1609).
tengo escritas cuatro letras (Cuzco, 1581) 11.
Ya tengo hecho testamento (Oruro, 1614)18.
tiene pobladas las mayores y mejores (Puerto Rico, 1679).

En la región de Tucum án, Elena Rojas encuentra estas construc­


ciones hasta fines del siglo xix:

dos cavallos andadores que le tengo dados (Tucumán, 1777).


El día en que Ud. fue pedida como se lo tenía anunciado fue de m u­
cho trabajo (Tucumán, 1896).

En cuanto al verbo ser, Lope Blanch y Álvarez Nazario señalan su


uso en México y Puerto Rico en la prim era m itad del siglo xvi com o
auxiliar en los tiem pos com puestos, en lugar de haber:

Herrera es ido a las islas de Canaria (México, 1530).


el es ido a España (Puerto Rico, 1529).
después que Ortal era salido de la tierra... (Puerto Rico, 1536).
Juan de Villa... es ido a Castilla (Puerto Rico, 1550).

En Tucum án estos usos se observan hasta la segunda m itad del


siglo x v iii:

dicho encomendero que es ido al Valle Calchaquí (Tucumán).

Tam bién aparecen en los dos prim eros siglos usos que m uestran
la supervivencia de ser en funciones que m odernam ente corresponden
a estar, tal com o en predicados locativos:

17 En O tte, op. cit., p. 490.


18 Ibidem, p. 544.
72 E l español de América

La Ysla de Sta. Cathalina qs entre S. uifente y El Río de la Plata...


(Buenos Aires, 1587).
La ciudad de bera de las corrientes que es sesenta leguas mas abajo
de la asumpon... (Buenos Aires, 1607).
La tercera población es en el valle de San Blas de Cuanco (Puerto
Rico, 1679).

O en frases hechas que actualm ente llevan estar, com o ser a cargo:

en los tres años que a sido a mi cargo (Tucumán, 1673).


efectuado en discurzo de año y medio que a sido a su cargodho Cu­
rato (Buenos Aires, 1692).

En T ucum án estos usos perduran aún hasta el siglo x v iii:

Pedro de más de sesenta años casado con Hilaria con dos hijos que
no supieron sus nombres, son en Calchaquí (Tucumán, 1711).
allí era la puerta del potrerillo (Tucumán, 1706).

Se encuentra, asimismo, el uso de ser p o r estar en frases verbales


pasivas, que expresan el resultado de una acción anterior, construcción
que en m uchas regiones ya se encontraba en vías de desaparición, des­
plazada p or estar + participio:

en la manera que dicha es (Puerto Rico, 1515).


e dado siempre Larga y qupiosa Relación en todas mis cartas a V mg.
como soy obLigado (Buenos Aires, 1587).
soy casado con Barbula (Tucumán, 1608).

En Tucum án algunas de estas construcciones perduran hasta la se­


gunda m itad del siglo x v i i i :

declaro que fu i casado con... (Tucumán, 1777).

Futuro perifrástico

D urante la etapa de la colonización americana aún funcionaba


com o frase verbal el futuro de indicativo, perm itiendo la intercalación
Desarrollo de los principales rasgos 73

de pronom bres átonos. En Puerto Pico este fenóm eno parece haberse
dado sólo en las primeras décadas del siglo xvi, según los ejemplos de
Alvarez Nazario:

e hacerse han en esta ysla a nuestras costumbres e ponerse han en pue­


blos (1518).
Partirme e de aquí (1521).

En otras regiones, sin embargo, estos usos se prolongan hasta fi­


nes del siglo xvi:

venirse han juntos (La Paz, 1569) 15>.


suplicárselo eis (Guamanga, 1570) 20.
pedírselos heis... gastarlos heis (Lima, 1590) 21.
mostrársela eis (Lima, 1595) 21.

Uso de los distintos tiempos verbales

En los valores de los distintos tiem pos verbales tam bién tuvieron
lugar m arcados cambios a partir de la época de la colonización am e­
ricana. Así, p o r ejemplo, en la lengua llevada a México en los pri­
meros tiem pos, Lope Blanch señala un conjunto de rasgos, a través de
su estudio del habla em pleada por Diego de O rd a z 23. Entre estos
usos, figura el de la forma verbal en -ra (cantara) tanto con valor de
subjuntivo com o de indicativo. De tal m odo, aparece con valor de
pluscuam perfecto de subjuntivo:

a él mejor le fuera esperar «hubiese sido».

Pero tam bién puede equivaler a la form a en -ría con valor nega­
tivo:

19 Ibidem, p. 514.
20 Ibidem, p. 484.
11 Ibidem, p. 446,
22 Ibidem, p. 450.
J. M. Lope Blanch, E l habla de Diego de Ordaz, cit.
74 El español de América

pensando que la hizieran [«harían», pero no la hicieron] como juezes


sin pasión.

La form a en -se, por su parte, tenía el valor de im perfecto de sub­


juntivo, para expresar la posibilidad y el deseo:

lo que fuese necesario (Puerto Rico, 1509).


su Magestad mandó se diese a la Iglesia (Puerto Rico, 1647).

En etapas posteriores la forma en -ra com partirá este uso y en al­


gunas regiones term inará desplazando a la term inación en -se con ese
valor.
El futuro de indicativo era em pleado en oraciones hipotéticas y
relativas, de las que luego sería desplazado por otras formas verbales:

podía ser que algunas personas la querrán ver (México, 1529) 24.
se busca... tal persona que no hará lyviandades (Ibidem).

En cuanto a los usos del pretérito simple y com puesto, Lope


Blanch afirma que la form a simple (canté) se utilizaba predom inante­
m ente «para expresar acciones puntuales pretéritas, sucesos que perte­
necen a un pasado ya ajeno al “ahora” en que se sitúa el hablante»,
m ientras que el com puesto (he cantado) expresaba especialmente «las
acciones reiteradas o habituales que habiéndose iniciado en el pasado,
se prolongan al «ahora» (pasado imperfecto) o se sienten com o parte
de la época —amplia— en que está situado el hablante (pasado ac­
tual)» 25. Estas diferencias en los usos del pretérito simple y com puesto
pueden observarse en docum entos del siglo xvn en Puerto Rico:

las principales y que primero se descubrieron y poblaron fueron Sto. D o­


mingo, Cuba y Puerto Rico (Puerto Rico, 1647).
De los años 30 a 40 governaron en aquella plaza dos caballeros (ídem,
1679).
mucho embarasos de residencias y pesquisas que ha ávido y ay (idem,
1662).

24 Ibidem.
25 Ibidem, p. 121.
Desarrollo de los principales rasgos 75

oy... a venido a considerable ruina (idem, 1679).

U n tiem po en total decadencia era el pretérito anterior, del cual


hay m uy escasos ejemplos. U no de estos encontró Elena Rojas en un
docum ento altopem ano de principios del siglo xvn:

sabed que nos... hubimos mandado dar e librar una nuestra carta e pro­
visión real (La Plata, 1608).

En cam bio el futuro de subjuntivo —en sus formas simple y com ­


puesta— presentaba aún gran vitalidad en los siglos xvi y xvn en todas
las zonas estudiadas hasta ahora, ya que según señala Elena Rojas, era
«el tiem po del subjuntivo que ofrecía m ayor cantidad de ejemplos, des­
pués del presente» 26.
El hecho de que aparezcan en contextos totalm ente familiares y,
en m uchos casos, en personas de m ínim o o nulo entrenam iento esco­
lar —lo cual se percibe por su rudim entario m anejo general de la len­
gua escrita— m uestra claramente que no se trata de u n rasgo de la len­
gua notarial o peculiar de la lengua escrita. Los siguientes ejemplos,
tom ados de textos publicados por O tte, m uestran su profusión en car­
tas familiares:

hacé acá lo que os pareciere que es mejor... que ellos hagan de vos y
de mi lo que Ellos quisieren y por bien tuvieren... Si no viniéredes saca
recados en Tafra de cómo sois mi mujer y lo demas que fuere menes­
ter, y si viniéredes... (México, 1574).
Que la que os trajere pagaré acá todo lo que con vosotros gastare...
(Lima, 1599).
Diego Cogollado os dará cincuenta pesos... y todo lo demás que hu-
biéredes menester... Si fueredes casado, con vuestra mujer e hijos si
los tuviéredes y si no soltero... (Lima, 1604).

La profusión de su uso se m antuvo hasta la prim era m itad del si­


glo x v ii i en la región bonaerense, tal com o puede observarse en el si­
guiente ejemplo:

26 E. Rojas, op. cit., p. 105.


76 E l español de América

Por todo aquel tiempo que su magtd hubiere concedido o concediere a las
familias que están alistadas en España y a las que pasaren an de
gozar de todo aquello que su Magtd hubiere concedido o concediere a
dhas familias Europeas por aver de correr con igualdad en todo
ecepto si su Magtd hubiere preferido (Buenos Aires, 1726).

Ya en la segunda m itad del siglo x v i ii se nota una marcada alter­


nancia en construcciones equivalentes de estos usos con los de presen­
te de subjuntivo y con las formas en -ra y -se, que finalm ente despla­
zarían a los futuros de subjuntivo. Esta alternancia puede observarse en
una serie de docum entos bonaerenses, referidos a la fabricación de pan,
de contenido prácticam ente idéntico, en los que aparecen indistinta­
m ente unas y otras formas:

Ponerle sello a el pan que amasare en su casa (Buenos Aires, 1782).


Ponerle sello a el pan que amasasen (idem).
Ponerle sello a el pan que se amasase en su casa (idem).

Verboides

Los verboides presentan una serie de peculiaridades en su uso, que


han sido analizadas detenidam ente por Rojas y Álvarez Nazario 27 y en
las que no entrarem os en detalle aquí. Señalaremos, sí, que su abun­
dancia llama la atención del lector actual ya que en num erosas ocasio­
nes en que el español m oderno emplearía proposiciones subordinadas
con verbo personal y aún oraciones independientes nuestros docum en­
tos de los siglos xvi y xvn ofrecen construcciones con verboides. El
siguiente fragm ento, escrito en Buenos Aires, constituye un ejem plo de
este tipo de usos reiterados de formas no personales:

los tales governadores an sido muy Remisos por sestar en el mando y


gogar tal como lo an echo los demás desde domingo martinez de Yra-
la a esta parte no se les dando nada de abrir puerta sino estarse Enze-
rrados en el paraguay asta pocos años a cerrando los caminos no dando
Lugar a que puedan a Visar nadie a. Vmg... (Buenos Aires, 1587).

27 E. Rojas, op. cit., y M. Álvarez Nazario, op. cit.


Desarrollo de los principales rasgos 77

U na profusión similar se observa en el siguiente texto tucum ano


del siglo xvn, citado por Elena Rojas:

...se ve el efecto queriendo quedarse con dichas ocho fanegas de trigo


no queriendo entregármelo siendo myo; byniendo por mi cuenta y riesgo
que habiendo corrido alguno el dicho trigo de incendio robo y otro
caso contingente dijere que no venga fletado (Tucumán, 1655).

U SO S PRONOMINALES. E l VOSEO

Pronombres átonos

Los pronom bres átonos m ostraban en el español am ericano de los


siglos xvi y xvn gran libertad en cuanto a su ubicación en la oración.
De tal m odo, un conjunto de construcciones presentaba un orden que
luego fue dejado de lado en el español m oderno. Así, aún era frecuen­
te el uso de enclíticos si el verbo iniciaba la oración, orden que había
sido obligatorio en el español medieval:

dieseles misa y la doctrina los domingos... (Buenos Aires, 1607).

En el caso de las construcciones con im perativo resultaba posible


la anteposición del pronom bre:

y de mi parte se lo rogad (Lima, 1595).


vista esta, os id (La Plata, 1616) 2S.

T am bién seguía siendo posible el uso proclítico del pronom bre


ante infinitivo o gerundio, com o podem os ver en los siguientes ejem­
plos:

No soy más largo por no os importunar (Lima, 1592).


con grandísimos deseo de os ver y tener acá con nosotros (El Cuzco,
1561).
no se les dando nada de abrir puerta (Buenos Aires, 1587).

28 Cfr. O tte, op. cit.


78 E l español de América

Inclusive se observa que una m isma construcción puede aparecer


con el orden de los pronom bres invertido:

Dios me os guarde y me os deje ver (Lima, 1595).


Dios os me deje ver en esta tierra (Lima, 1592) 29.

En los tiem pos verbales com puestos, los pronom bres átonos p o ­
dían aparecer intercalados entre el verbo principal y el verboide:

helo mandado EXecutar en el. El Prim° ame descomulgado (Tucumán,


1586).

Tam bién podían ubicarse pospuestos al participio, com o en el si­


guiente ejemplo:

y auiendo entendido lo tratado los dichos Indios y yo dadoselo a en­


tender, a el dicho Pe y enbiadoles mensajeros a dar qtta dello... (Bue­
nos Aires, 1607).

A lo largo del siglo x v i i , los usos de pronom bre antepuesto al in­


finitivo se hacen cada vez m enos frecuentes aunque se encuentran
ejemplos aislados todavía en el siglo x v i i i :

...las demás tierras para arriba son de los indios de Vetiche por los
aver dejado su primer encomendero (Tucumán, 1706).
Y firmo... en este papel p r no le aver sellado (Buenos Aires, 1747).

Pronombres relativos e interrogativos

Hasta m ediados del siglo x v ii i perdura el uso de quien relativo o


interrogativo com o invariable para plural:

son molestados de los diaguitas de guerra de calchaquí de quien an


Rebebido muchos daños (Buenos Aires, 1582).

29 Ibidem.
Desarrollo de los principales rasgos 79

los Yndios Mocovies con quien an peleado varias veces (Buenos Aires,
1689).
que las familias que se esperan de España hallen otras... con quien
comunicar y comerciar (Buenos Aires, 1726).
dos sujetos que se ignora quien son (Montevideo, 1730).
los Santos a quien se dedicaron (México, 1746).

Este uso coexistía con el plural quienes, que finalm ente lo des­
plazó:

se alio en ella sus esclavos quienes dijeron (Buenos Aires, 1726).

H asta m ediados del siglo x v ii i se m antiene el uso de cuyo/a com o


introductor de interrogativas indirectas:

Preguntándola como se llamaba y cuya fija era (Tucumán, 1655).


Poniendo... cuia es la casa, quanto tiene de frente a la calle (Buenos
Aires, 1738).

Pronombres indefinidos

D urante el siglo xvi encontram os usos de hombre, el hombre com o


un indefinido, con el valor de «uno», «yo»:

que no se perdiese la miseria que el hombre [«yo»] ha ganado con tan­


to trabajo (Lima, 1590) 30.
Dinero os enviara para ayuda al camino, mas no sabe hombre [«uno»]
de quien se fie (Guamanga, 1568).

Hasta la prim era m itad del siglo x v i ii coexisten para el plural cual­
quier y cualesquier en regiones en las que hoy son desusados:

sin embargo de qualquier Provissiones (Buenos Aires, 1607).


sin embargo de cualesquier alegaciones (Tucumán, 1704).
para que en aquella Población y otras cualesquier partes (Buenos Aires,
1726).

30 Ibidem.
80 E l español de América

Pronombres personales

El uso del pronom bre nos com o sujeto o térm ino de com plem en­
to se considera que fue desplazado entre los siglos xvi y x v i i del espa­
ñol p en in su lar31. Álvarez Nazario señala que nos predom ina sobre no­
sotros en la prim era m itad del siglo xvi en Puerto Rico. Otras regiones
m uestran un uso m ucho más conservador. Así, en Tucum án, Elena
Rojas afirma que «nos tiene absoluto predom inio sobre nosotros hasta
la segunda m itad del siglo x v i i , en que esta últim a com ienza a aparecer
con preferencia», y encuentra ejemplos de nos hasta las últim as décadas
del siglo x v i i i :

...emos criado y educado a Dn. Pedro Arcos, hijo de nos (Tucumán,


1788).

En el e s p a ñ o l b o n a e r e n s e nos se e m p l e a , a u n q u e e s p o r á d i c a m e n t e ,
h a s t a l a p r i m e r a m i t a d d e l s ig lo x v iii:

la qual lista hemos hecho nos los Capitanes dn Manuel de Esparza,


dn Thomas Seco y dnJuan Miguel de Esparza... (Buenos Aires, 1738).

Para la segunda persona del plural la form a vos alterna con os


com o pronom bre objeto en docum entos del siglo xvi, tal com o se ob­
serva en los siguientes ejemplos, tom ados de un m ism o docum ento:

por el qual vos mandamos (Puerto Rico, 1518).


hasta el dia queste vos fuere presentado (idem).
os informéis (idem).

La elim inación de la oposición de form alidad entre vosotros y vues­


tras mercedes ( > ustedes) —que finalm ente tendrá com o consecuencia la
pérdida generalizada de vosotros— parece haber ocurrido desde las pri­
meras épocas del español am ericano, tal com o lo m uestra el siguiente
ejemplo de mezcla de am bos paradigmas, tom ado de una carta del si­
glo xvi publicada p o r O tte:

31 Véase R. Lapesa, Historia de la lengua española, cit., p. 397.


Desarrollo de los principales rasgos 81

También pagarán todo lo que debieredes al monasterio en que habíais


estado recogidos..., que en todo lo habéis mirado como yo lo he
esperado de vosotros (Los Reyes [Lima], 1563).

Estas mezclas paradigmáticas perduran hasta principios del siglo


xix, según puede observarse en los siguientes ejemplos, escritos por un
bonaerense:

Vosotros discurren y disponen mui bien pqe están en la tierra de la jara­


na... (Tucumán, 1812).
Habéis de ser victimas vos y Thomas, si os quedáis en esa de un suceso
adverso... yo estoy ya fuera de esa plaza y aunqe no tenga tan bue­
na vista como ustedes... (idem).

Usos para segunda persona de singular

Dada la com plejidad de las formas usadas para segunda persona


de singular, las analizaremos en forma particular. Esta com plejidad co­
m ienza en el m om ento m ism o de la introducción del español en A m é­
rica, ya que en los siglos xv y xvi, en que se efectúa el poblam iento
de la mayoría de las regiones, se producen grandes cambios en el sis­
tema de fórmulas de tratam iento empleadas en la Península Ibérica, tal
com o señala M arta de Pierris:

Las maneras lingüísticas de dirigirse a un solo individuo cambian,


conviven, alternan y evolucionan a lo largo del período inmediata­
mente anterior al descubrimiento y conquista de América y aún en la
época contemporánea con esos sucesos 32.

En efecto, los pronom bres usados en el período medieval para se­


gunda persona singular eran tú, com o fórm ula familiar, y vos, com o
fórmula de respeto. En el siglo xv com enzó a usarse en el trato cortés

32 M . de Pierris, «El preludio del voseo en el español medieval», Romance Philology,


XXXI (1977), p. 236.
82 E l español de América

un conjunto de fórmulas integradas p o r vuestra + sustantivo abstracto,


en concordancia con verbos en tercera persona singular, de las que
pronto adquiere especial im portancia Vuestra Merced, que se ubica en
el polo de m áxima form alidad y respeto. De tal m odo, en la prim era
m itad del siglo xv, alternaba con Vuestra Alteza, com o fórm ula para
dirigirse al rey, m ientras que en la segunda m itad de ese siglo amplía
su uso, em pleándose en variación con vos.
Ya en la prim era m itad del siglo xvi parece haberse constituido un
sistema básico integrado por tú, vos y Vuestra Merced, de m enor a m a­
yor formalidad. G radualm ente, el uso de Vuestra Merced va ganando
espacio, m ientras que las demás fórmulas ven reducido su uso.
En este sistema, obviam ente, vos ha quedado desplazado del extre­
m o de m áxima formalidad, que ocupaba en la etapa medieval, y pasa
a desem peñar un papel interm edio, que —com o veremos más adelan­
te— irá variando y adquiriendo m ayor com plejidad en sus valores prag­
m áticos a lo largo del tiempo.
A América llegan estas formas básicas junto con otras varias de
respeto. Nicolás del Castillo M athieu m uestra que en la prim era m itad
del siglo xvi vos aún era em pleado en América con un valor casi equi­
valente a Vuestra Merced en usos de respeto 33. A lo largo de los siglos
xvi y x v i i , la existencia de una sociedad fuertem ente estratificada con­
diciona una interacción verbal m arcadam ente formal, que se refleja en
las fórmulas de tratam iento, en el uso de un sistema sum am ente com ­
plejo, que incluye fórmulas especializadas para usar con el rey, los
m iem bros de la nobleza, las Audiencias, los obispos, el C abildo, etcé­
tera.
Así, Boyd-Bowman recoge en su Léxico del siglo x v i i un conjunto
de fórmulas usadas en América Hispánica que estaban integradas por
su o vuestra / vuessa + sustantivo abstracto: Su Alteza, Su Excelencia, Su
Magestad, Su Santidad, Su señoría, Su Señoría Illustrísima, Su Señoría Re­
verendísima e Illustrísima, Vuesa Merced, Vueseñoría, Vuestra Alteza, Vues­
tra Excelencia, Vuestra Majestad, Vuestra Paternidad, Vuestra Real Magnifi­
cencia, Vuestra Reverencia, Vuestra Señoría.

33 N. de! Castillo M athieu, «Testim onios del uso de “vuestra m erced”, “vos” y “tú ”
en Am érica (1500-1650)», Thesaurus, XXXVII (1982), pp. 602-644.
Desarrollo de los principales rasgos 83

El uso de un com plejo sistema de tratam iento resulta tam bién evi­
dente en las Actas del C abildo de Buenos Aires en las que encontra­
mos una proliferación de fórmulas de tratam iento, tal com o puede ob­
servarse en el siguiente texto:

Y aviándose leído su mrd propuso —que esta deligencia se le encargo


por su altesa y assi cumpliendo con el dicho mandato de su parte
la haze manifiesta a Su Sa. Y su Sa dicho Cavildo... dijeron se guar­
de y cumpla (Buenos Aires, 1665) 34.

La profusión de fórmulas honoríficas de tratam iento constituye un


aspecto del «estilo cortés» vigente en los registros orales más eleva­
dos, en los docum entos públicos y en la correspondencia formal de la
época.
La presencia de un rico conjunto de fórmulas de tratam iento, que
se ubicaban en el sector de m áxima formalidad, trajo com o consecuen­
cia el uso en la interacción lingüística de un sistema de fórmulas su­
m am ente com plicado tal com o puede observarse en el siguiente cua­
dro en el que hem os seleccionado algunas de las formas más usadas:

Relaciones de solidaridad Relaciones de poder

V. Magestad

V. Alteza

Su Señoría

V. Merced

vos

34 Archivo general de la nación, Acuerdos del Extinguido Cabildo de Buenos Aires,


Buenos Aires, 1914, tom o 12, p. 236. C itado en M. B. Fontanella de W einberg, E l voseo
bonaerense. Visión diacrónica, Bahía Blanca, 1989.
84 El español de América

Si com param os este sistema con el medieval, en que vos ocupaba


la porción superior del espectro, vemos que la inclusión de nuevas for­
mas de respeto lo fue desplazando notoriam ente hacia abajo. El resul­
tado de este desplazam iento es que en el siglo x v i i vos presenta un
valor sem ántico y pragmático m uy com plejo, que va desde usos de res­
peto con alto grado de formalidad, en los que conserva su valor ante­
rior, hasta su em pleo con un valor de m ínim a form alidad, en el que
alterna con tú en el extremo inferior del espectro.
' En los docum entos rioplatenses, los usos elevados de vos apare­
cen, p or ejemplo, en las Actas del C abildo de Buenos Aires, en las que
se lo emplea —con sus correspondientes formas verbales y pronom ina­
les— en las designaciones oficiales de cargos de elevada jerarquía, tal
com o podem os observar en el siguiente texto, en el que se designa a
un «Escribano de su Magestad»:

Os doi poder y facultad para que por el dicho tiempo de dos años
uséis y exergais el dicho ofissio Bos y vros.
thenientes que nombraredes en todas las cosas y cassos a el anejas... y
como os fue rematada y con calidad que usseis el dicho ofissio...
que os guarden y agan guardar todas las honrras graqias mercedes
franquessas livertades y preheminenfias que por rrafon del dicho
ofissio os deben ser guardadas... (Buenos Aires, 1664) 35.

El valor formal de este uso queda ratificado por hallarse en un


contexto de estilo cortés —véase el em pleo de térm inos com o honrras,
grafías, mergedes, típicos del vocabulario cortés— y por el hecho de que
el m ism o autor utiliza poco después, para referirse a otro escribano, la
fórm ula SSa «su señoría». En el m ism o volum en aparece tam bién vos
em pleado en otras designaciones de cargos de elevada jerarquía, com o
en nom bram ientos para regidores del Cabildo. En unos de estos casos,
después de la designación hecha íntegram ente de vos y sus correspon­
dientes formas verbales, se habla del designado del siguiente m odo: «Su
merced el C apitán A m ador de rrojas y Azebedo».
Pero, com o ya hem os indicado, el uso de vos no se limita a estos
empleos propios del «estilo cortés», sino que en el habla coloquial, sin
duda p o r el hecho de que vuestra merced y sus formas derivadas —vues-

35 Ibidem, pp. 144-145.


Desarrollo de los principales rasgos 85

sasted, vuessarced, usted— iban consolidándose com o formas empleadas


en situaciones de respeto recíproco, aún en relaciones familiares, vos
va ocupando cada vez porciones más bajas dentro del espectro sem án­
tico.
Así, en la colección epistolar publicada por O tte, que com prende
cartas familiares escritas entre 1540 y 1616, enviadas desde diferentes
puntos del territorio americano, la form a exclusiva de tratam iento es
V M en todas las relaciones asimétricas en el sentido de m enor a m ayor
poder y es tam bién la forma predom inante en relaciones simétricas.
De tal m odo, em plean V M con exclusividad los hijos para dirigir­
se al padre y a la madre, los sobrinos para dirigirse a los tíos y los
yernos a los suegros. Es tam bién la fórm ula usada con personas que
no integran la familia o con parientes lejanos. Entre prim os, se usa V M
recíprocamente en forma predom inante, con sólo algunas excepciones
de uso de vos que quizá se expliquen por una relación m uy especial,
tal com o la que podría haber condicionado el haberse criado juntos.
Tam bién predom ina m arcadam ente, en la relación entre herm anos, en
las que alcanza un 75 % de los casos, m ientras que en los restantes se
emplea vos (en algunos casos en variación con tú).
Vos y V M alternan en form a equilibrada en el tratam iento de tíos
a sobrinos, en el que sin duda confluyen por un lado la relación de
poder, que induciría a un trato de vos (o vos ~tú), y, p o r otro lado, la
relativa lejanía (si com param os con padre - hijo), que condiciona el tra­
to de VM.
Vos es la fórm ula predom inante en las relaciones entre esposos
—en algunos casos esporádicos alternando con V M y en otros con tú—,
lo que muestra que es la form a por excelencia que expresa la intim idad
recíproca.
Por últim o, en las relaciones de padre o m adre a hijo, las fórmulas
usadas son vos o tú —de un m odo casi equilibrado— o ambas alternan­
do. El hecho de que prácticam ente la única relación para la que se usa
tú sea la de padres a hijos —y aún en esta relación, en dos tercios de
los casos se escoja vos— m uestra la reducción de usos de tú y su limi­
tación a la relación en que el poder alcanza su máxima expresión, si
pensamos en el carácter fuertem ente autoritario de la familia española
en los siglos xvi y x v i i . El siguiente gráfico esquematiza los usos que
hem os expuesto hasta ahora y pone de manifiesto, por una parte, el
descenso de valores de vos con respecto a los usos de principios del
86 E l español de América

siglo anterior, y por otra el total retroceso del uso de tú reducido a su


m ínim a expresión:

Tratamiento a ajenos a la familia V.M. tú


Tratamiento a parientes lejanos pn
/
Primo a primo
/
Cuñado a cuñado
kj
Hijo a padre /
Sobrino a tío /
/
Yerno a suegro
/
Hermano a hermano / /
Tío a sobrino / /
A
Esposo a esposa /
Esposa a esposo /
Padres a hijos / 0
El m arcado descenso en los valores de vos lo lleva a alternar fre­
cuentem ente con tú, la forma em pleada en las situaciones de máxima
expresión del poder, según acabamos de ver. La alternancia de ambas
formas da lugar a m enudo a la mezcla de paradigmas, que se observa
ya en los prim eros conquistadores, tal com o el uso de Bernal Díaz del
Castillo que señala Lapesa 36 y está reiteradam ente presente en las car­
tas reproducidas por O tte:

No hagáis otra cosa si quieres que nos vamos... (Lima, 1566).


^Sino a vos a quien suplico procure[s] licencia para venirte a estas partes
con vuestra mujer e hijos (Lima, 1592).
Pon por obra de... para esta tierra, que Diego Cogollado os dará cin­
cuenta pesos... (Lima, 1604).
Le diréis que os lo de... y si vinieres aca, dame la orden como te vuel­
vas a casar a tus hermanos... (Cuzco, 1570).

El hecho de que se usara Vuestra Merced com o forma de respeto


recíproco y que vos fuera quedando reducido a usos asimétricos hacia

36 R. Lapesa, op. cit., p. 154.


Desarrollo de los principales rasgos 87

hablantes de m enor rango social o a usos de gran intim idad ocasionó


que su em pleo —cuando se esperaba un tratam iento de v u e s tr a m erced—
fuera considerado un insulto, tal com o ha sido señalado por diferentes
au to res37.
En el ám bito hispanoam ericano existe abundante docum entación
de este valor despectivo de vos, tal com o puede observarse en los si­
guientes ejemplos procedentes de Chile:

llamándome de vos con ira (1570) 3S.


comenzó con airadas palabras e injurias a llamarme de vos...
lo comenzó a tratar mal diciéndole de vos tantas veces...
rriñó con el presidente públicamente en el Audiencia...
e le dijo de vos, que se quitase la gorra e que no era para ser oficial
del rey...

En el siglo x v ii encontram os un testim onio, igualm ente chileno,


que m uestra que tam bién en este uso despectivo alternaban y tenían
un valor equivalente vos y tú:

hablando dicho obispo a este declarante y a dicho señor comisario


de vos y de tú como si hablara con sus negros.

Las mezclas de los paradigmas de vos y tú avanzan notoriam ente


entre el siglo xvi y el x v i ii , según pone de manifiesto el material reco­
gido por Boyd-Bowman, ya que mientras en su léxico del siglo xvi las
confusiones son esporádicas (bajo los lemas t ú [pron.], t u [adj.], v o s
y v u e s t r o , sumados, encontram os en total 51 ejemplos, en los cuales
aparecen sólo 3 confusiones), en el siglo x v i i se nota un avance (bajo
los m ism os lemas aparecen 27 ejemplos, con 8 confusiones) y en el
siglo x v i i i se generalizan (sobre 18 ejemplos, 13 confusiones). T anto
los ejemplos de Boyd-Bowman com o las cartas publicadas por O tte

°7 Véase J. Pía Cárceles, «La evolución del tratam iento de Vuestra Merced», RFE,
X (1923), pp. 245-280; C. E. Kany, American-Spattish Syntax, Chicago, 1967; R. Lapesa,
«Personas gramaticales y tratam ientos en español», Homenaje a Menéndez Pidal, IV (1970),
pp. 141-167; e I. Páez U rdaneta, Historia y geografía hispanoamericana del voseo, Caracas,
1981.
38 Esta cita y las siguientes están tom adas de J. T. M edina, Colección de documentos
inéditos para la Historia de Chile, Segunda Serie, 3 tom os, Santiago de C hile, 1959.
88 E l español de América

m uestran una perduración del voseo y una amplia extensión geográfica


de los paradigmas mixtos, que incluyen zonas hoy tuteantes com o M é­
xico y Lima, lo que contradice lo anteriorm ente considerado sobre una
rápida generalización del tuteo en esas z o n a s 39 y pone de manifiesto
que hubo una etapa com ún a la casi totalidad de América Hispánica,
que precedió al desplazam iento del voseo o a la im posición generali­
zada de un paradigma voseante, según la región. Resulta particular­
m ente interesante el hecho de que la im posición del tuteo exclusivo es
más reciente de lo que se creía hasta ahora y que en los siglos x v i i y
x v i i i encontram os mezclas de voseo y tuteo en México y Perú 40.

Las confusiones no se lim itaban a los usos informales del lengua­


je, sino que se deslizaban en la lengua literaria, tal com o puede obser­
varse en uno de los poem as laudatorios que preceden a la prim era edi­
ción de La Argentina de M artín del Barco Centenera (1602), escrito por
Diego Guzm án, «vecino de Oropesa en el Perú»:

Sin duda te inspiró el famoso Argento...

A vos digo el muy docto Centenera

Dichoso el Argentino y su ribera,


Pues siendo hasta aquí casi increyble,
le eternizáis de oy mas entre la gente.

En el caso de la región bonaerense —la única en la que se ha es­


tudiado sistem áticam ente la evolución del voseo—, en el siglo x v i i i tie­
ne lugar una polém ica lingüística y literaria en la que se discute, entre
otros temas, la m ezcla de los paradigmas de tú y vos. La cuestión arran­
ca con dos poem as com puestos en 1786 por Juan Baltasar Maziel,
prestigioso sacerdote nacido en Santa Fe y dom iciliado hacía más de
veinte años en Buenos Aires. En estos poemas, escritos en alabanza al
virrey y a la Audiencia, aparecen confusiones de los paradigmas de tú
y vos, las cuales dan lugar a que un contem poráneo, cuya identidad no
está aclarada, afirme con respecto al prim ero de ellos que «se conoce

39 Véase, por ejem plo, lo señalado p o r M enéndez Pidal, «Sevilla frente a Madrid»,
cit., p. 157.
40 I. Páez U rdaneta, op. cit., por ejem plo, postula una cronología diferente, que no
resulta com patible con la docum entación.
Desarrollo de los principales rasgos 89

que está hecho de priesa por el descuido con que sé usa del tu y del
vos».
En cuanto al segundo soneto, el m ism o com entarista señala:

En este soneto como en el antecedente se observan los defectos de la


mezcla de consonantes agudos, y descuido en vos, y tu.

Maziel, a su vez, en una carta a un amigo se defiende de estas


críticas afirmando:

La distribución del tú y del vos, que es el segundo reparo, no tiene


regla que la fije y todas dependen de la fantasía de el poeta.

El crítico, al atribuir la confusión de paradigmas a que el poem a


«está hecho de priesa, p o r el descuido con que se usa del tú y del vos»,
parece indicar que se trata de un rasgo propio del habla coloquial, que
debe ser evitado en una com posición poética realizada con cuidado.
Por su parte, la afirmación del autor de que «la distribución del tú y
del vos... no tiene regla que la fije» confirm a que se trata de un rasgo
generalizado, lo que queda definitivam ente corroborado p o r el hecho
de que el m ism o Maziel, en la carta a su amigo en la que rechaza las
críticas, mezcla profusam ente formas de voseo y tuteo:

Mi dueño:
La noticia que me das de haverse censurado en el prim0 de mis dos
sonetos...
Vos sois buen testigo de la indiferencia con que he mirado el turbión
de papelones que cayeron sobre aquellos dos pobres sonetos...

Yo celebraré que nro Censor, dándose por entendido, me proporcione


la ocasión que deseo para decir lo mucho que omito pr. no moles­
tar más Va. atención. Dios te guarde entre tanto m s. a. 41.

En otros docum entos bonaerenses de la época encontram os tam ­


bién mezclas de paradigmas de voseo y tuteo, tal com o en las siguien­
tes cartas de las porteñas Gabriela y Rosa Basabilbaso:

41 Biblioteca del Congreso de la N ación, Archivo del Dr. Juan M aría Gutiérrez. Epis­
tolario, tom o I, Buenos Aires, 1979, pp. 46-50.
90 E l español de América

Hermano Manuel si te queréis aser cargo délas dos capellanías la una


de mil y Doscientos pessos afavor délos Srcs Prevendados, podéis aser
el Boleto firmado por Vos aver si los que corren con otras Capella­
nías quieren transpassar a tu cargo
Gabriela de basabilbaso
(Carta de Gabriela Basabilbaso a su hermano Manuel, s/f [1784],
Archivo General de la Nación, Sucesiones 4310,
Sucesión de Manuel Basabilbaso).

Hermano áseme el favor de prestarme sincuenta pesos que nesesito...


i perdona la molestia... tu ermana que te estima
rosa de Basabilbaso
(Carta de Rosa Basabilbaso a su hermano Manuel,
10 de mayo de 1776, AGN, idem).

Estas cartas parecen anticipar —especialmente en lo pronom inal—


los sistemas de voseo más m odernos que encontram os en el habla bo­
naerense a partir del siglo xix ya que se usa vos com o térm ino de com ­
plem ento y te, tu com o pronom bres objeto y posesivo, junto a formas
verbales de voseo.
La situación descrita para Buenos Aires en e l siglo x v i i i em palm a
perfectam ente con la del siglo x ix 42, que nos muestra en su prim er ter­
cio la lenta constitución de un paradigm a para el habla urbana, aún
con algunas alternancias. Este paradigm a estaba integrado en lo pro­
nom inal p or t ú —vos com o sujeto, vos com o térm ino de com plem ento,
te com o pronom bre objeto y tu com o posesivo, y, en lo verbal, por la
alternancia de formas voseantes y tuteantes para im perativo, m ientras
que en los restantes m odos se daban formas tuteantes.
C om o conclusión, podem os afirmar que para la constitución del
voseo m oderno debemos suponer, a partir del sistema medieval de tra­
tam ientos y en base a la docum entación hasta ahora estudiada, una
sucesión de cambios —algunos ocurridos a fines de la Edad M edia, en
territorio peninsular, y otros com unes con vastas zonas de América
Hispánica— que anteceden al voseo, tal com o lo conocem os en los dos
últim os siglos.

42 M. B. Fontanella de W einberg, «La evolución del voseo bonaerense en el si­


glo xix», Estudios Filológicos, 20 (1985), pp. 9-24.
Desarrollo de los principales rasgos 91

Hasta el siglo xrv los dos tratam ientos usuales eran el tú familiar
y el vos más formal. En el siglo siguiente se introduce en el tratam ien­
to entre los hablantes de clase alta Vuestra Merced, lo que va a ocasio­
nar un desplazam iento hacia valores m enos formales de vos y favorecer
las alternancias de tú y vos. D urante los siglos xvi y x v i i coexisten un
uso conservador, en que aún perdura el em pleo de vos con valor de
respeto, y un uso innovador, en el que vos era em pleado con valor de
confianza e intim idad, alternando en m uchos casos con tú y con con­
fusión de paradigmas. A lo largo de los dos siglos, el uso que hem os
llam ado innovador fue avanzando notoriam ente, tal com o puede ob­
servarse p or la m ayor frecuencia en las confusiones pronom inales y
verbales de los docum entos trabajados por Boyd-Bowman para el siglo
x v i i . Es posible que en este siglo el uso formal de vos haya quedado

ya reducido al «estilo cortés». Por últim o, en el siglo x v i i i Vuestra Mer­


ced > usted es ya prácticam ente el tratam iento formal por excelencia,
m ientras que tú ~ vo s, con amplia m ezcla de formas pronom inales y
verbales en su paradigma, queda com o uso para tratam iento íntim o en
el eje de solidaridad y para el trato con inferiores en el eje de poder.

C o n s t r u c c i o n e s c o n a r t íc u l o s , d e m o s t r a t iv o s y p o s e s iv o s

En las frases nom inales persistieron durante la etapa colonial es­


tructuras que fueron desplazadas luego de la lengua. Entre éstas pode­
mos m encionar la construcción integrada por artículo + posesivo + sus­
tantivo que Elena Rojas encuentra en Tucum án:

en dote y casamiento con la nuestra hija (Tucumán, 1611).

Tam bién aparece con cierta frecuencia la secuencia demostrativo +


posesivo + sustantivo, que en la región bonaerense encontram os hasta
principios del siglo xix:

este mi distrito (Buenos Aires, 1738).


este mi recurso (Buenos Aires, 1803).
. . . . . . ^
Existen, asimismo, construcciones similares en que la función de
dem ostrativo está desem peñada por el participio dicho, que puede estar
precedido, o no, de artículo:
92 El español de América

cuatro mil y setenta pesos de la dicha su dote (Tucumán, 1607).


de quien el dicho su padre era devoto (Puerto Rico, 1647).

En la región bonaerense estas construcciones perduran hasta m e­


diados del siglo xvm:

y la dha su mug de quarenta años (Buenos Aires, 1744).


dho su hijo (idem).
según rrelazion hecha en dha su casa (idem).

La misma posición puede estar ocupada por un indefinido:

otra su hermana (Buenos Aires, 1738).

Tam bién encontram os el uso del posesivo átono, precediendo a


un sustantivo apositivo:

una negra su esclava (Buenos Aires, 1747).


otro niño su nieto de la dha Sra (idem).

En cuanto al uso del artículo, difiere en varios aspectos del es­


pañol estándar actual. Así, existen num erosos casos en que los n o m ­
bres de pila van precedidos de artículo. Elena Rojas señala este uso en
los siglos x v ii y x v iii com o característico del nivel social bajo en T u ­
cumán:

una yegua del Pablillo estaba en su chacra (Tucumán, 1653).

En el español bonaerense lo encontram os durante el siglo x v i i i y


principios del xix en todos los niveles sociales, dado que el últim o de
los siguientes ejemplos pertenece a M anuel Belgrano, uno de los ho m ­
bres más cultos de su época:

en su compañía María de la Trinidad y elynasio (Buenos Aires, 1747),


Ijas de la joaquina (Buenos Aires, 1778).
y mil besos a la Dominguita (Buenos Aires, 1806).

Recordamos el ejemplo ya citado:


Desarrollo de los principales rasgos

Notificaz11 a da lojenia [Eugenia] Texeda (Buenos Aires, 1782),

donde es evidente que la form a lojenia es el resultado de la aglutina­


ción del artículo, producida por su uso habitual precediendo al sustan­
tivo propio.
En la región bonaerense no hem os encontrado casos de nom bres
de pila precedidos de artículo durante los siglos xvi y x v i i , p or lo que
parece tratarse de una innovación que en el siglo x v i i i avanza en el
habla urbana culta, donde perdura hasta principios del siglo xix, m ien­
trasque luego retrocede rápidam ente a otros niveles sociolingüísticos,
de tal m odo que en el siglo xx es exclusiva del habla rural y de los
hablantes urbanos de bajo nivel educacional.
Desde el siglo xvi aparece tam bién el artículo ante nom bre y ape­
llido, ante apellido solo o precediendo a don, en usos actualm ente des­
plazados del habla estándar, com o en los siguientes ejemplos tom ados
de cartas publicadas por O tte:

el Márquez (Cuzco, 1565).


el Diego de León (Lima, 1591).

En el español bonaerense estos usos se prolongan hasta la primera


m itad del siglo xix:

el Carranza... es hombre de bien (1814).


el D. Félix Joatf Troncoso no ha parecido (idem).

Existen, además, otras construcciones nom inales en las que la len­


gua m oderna usa artículo y en los siglos anteriores se le omitía. Entre
éstas podem os citar el uso de señor, sin artículo precedente, que Álva­
rez Nazario encuentra en el siglo x v ii (en variación con las construc­
ciones con artículo) y que nosotros hem os hallado en el español bo­
naerense hasta el siglo xix:

' altar de Señor San Joseph (Puerto Rico, 1647).


convento del Señor Santo Tlmmas (idem).
Que viva señor Bolívar (Buenos Aires, 1825).
94 E l español de América

Tam bién en el español de T ucum án Elena Rojas encuentra en el


siglo x v ii ausencia de artículo en estructuras que actualm ente lo in­
cluyen:

mi padre legítimo que sea en gloria (1608).


a cabo de los dichos cuatro años (idem).
capa de res a doze pesos vara (idem).
puse por Dios nuestro señor y una señal de cruz que hice (1620).
desde presente año habrá... treinta fanegas (1660).
no les quitéis sus mujeres y hijos..., sobre que os encargo la concien­
cia... (1655).

Estos usos perduran en el español bonaerense en construcciones


tem porales hasta la prim era m itad del siglo xix.

desde 1 de marzo (1783).


carta de 12 de marzo (1808).
en primera oportunidad (1812).
tu mui apreciable de onze de ppdo (idem).

Otras construcciones en las que el uso del artículo difiere del m o­


derno son las formadas por nom bres propios de lugares que llevaban
artículo y hoy ya no lo llevan, com o las siguientes encontradas en el
español bonaerense:

la España (1804).
regresarás con tpo al Tucumán (1812).
se halla en el Rosario (idem).
La America (idem).
desde el Gualeguaychú (1839).
ha visitado la Francia (1842).
—"I
En las construcciones distributivas aún se em pleaban en el siglo
xix los encabezadores el uno... el otro, m ientras que actualm ente ya no
se usa el artículo ante el prim er indefinido:

te mando dos libras... la una libra es de tu encargo y la otra... (Bue­


nos Aires, 1813).
Desarrollo de los principales rasgos 95

Género de los sustantivos

En la historia del español americano, una serie de sustantivos cam ­


biaron su clasificación genérica. Así, Álvarez Nazario señala los siguien­
tes casos en que el género de los sustantivos difiere de los usos m o­
dernos:

con buenas cobres (Puerto Rico, 1582).


los ríos que salen a la mar (Puerto Rico, 1647).
la primera puente (idem).

Tam bién en el español bonaerense encontram os ejemplos que m ues­


tran la persistencia de clasificaciones genéricas luego abandonadas:

pretenden darle otra color (1607).


la nauegafion de la mar (idem).
vn Religioso del mismo Orden de S Franco (1616).
Por el mal costumbre en que estaban (idem).
en qc hay Mucha desorden (1692).
un aposento cubierto de teja con m uy corta frente (1738).
obedeci el superior orden de V.E. (1790).
la presente Monzón (1816).
las modales y costumbres de Buenos Aires (1834).

Elena Rojas presenta tam bién num erosos cambios genéricos en el


español de Tucum án:

ante la fin y muerte del susodicho mi ermano (1608).


por la otra frente contraria a la entrada (1609).
vivian enfermos de la color tan quebrada (1680).
pagado^/ dote de mi mujer (1695).
Me preocupa la color de los soldados (1841).
las fuertes calores están produciendo su efecto (1884).

Formación de diminutivos

Alvarez Nazario señala que en los siglos xvi y x v i i predom ina en


Puerto Rico el sufijo -illo para la form ación de dim inutivos, del que da
96 E l español de América

ejemplos extraídos de distintos docum entos, tales com o higuíllo, man-


ganillo, arbolillo, hazendillas (1582), armadillos y banderilla (1647). Este
sufijo perdura asimismo lexicalizado en num erosos nom bres de espe­
cies vegetales y topónim os puertorriqueños. En los docum entos encon­
tró sólo un ejemplo de form ación en -velo, m ientras que -ico presenta
num erosos ejemplos en la form ación de hipocorísticos, entre los que
Álvarez Nazario cita Antonico, Ysabelica, Martenico, Antoñico, Diaguico,
A n ic a y Juanico/a, todos extraídos de docum entos de la prim era década
del siglo xvi. T am bién encontró Álvarez Nazario num erosos usos del
sufijo -ito, sobre todo en hipocorísticos —Frangesquita, Juanito, Francés-
quito, etc.—, uso que finalm ente se im pondría en el habla puertorri­
queña.
En el español de Tucum án, hasta el siglo x v iii predom inan en los
docum entos estudiados por Elena Rojas -illo, -illa con 60 % de los ca­
sos, frente a -ito, -ita que se da en u n 37 % de las oportunidades. Los
sufijos -ico, -ica y -uelo, -uela aparecen sólo esporádicam ente. El predo­
m inio de -illo perdura hasta fines del siglo x v i i i , «época en que alter­
naba más o m enos equitativam ente aún con -ito, -ita». A partir de prin­
cipios del siglo xix, la balanza se inclina a favor de -ito, cuyo uso está
actualm ente generalizado.
En el caso del español bonaerense, la situación es similar en los
siglos xvi y x v ii a las ya m encionadas, con un predom inio de -illo so­
bre los demás sufijos, aunque presenta un uso relativamente alto -uelo,
a tal pu n to que encontram os un 52 °/o de -illo, 47 % de -uelo y sólo un
4 °/o de -ito. Sin embargo, desde principios del siglo x v i i i , el cambio en
la frecuencia de los distintos sufijos es notable, con un avance total de
-ito, que revierte totalm ente la situación. De tal m odo en el conjunto
del siglo x v iii -ito presenta un 86 °/o de uso, -illo un 10 °/o, -uelo 3 °/o e -
ico 1 «/o. El porcentaje de -ito en el siglo x v ii i no sólo m uestra una di­
ferencia marcada con la situación planteada por Elena Rojas para Tu­
cum án sino que parece señalar que el avance de esta forma fue m ucho
más acelerado en el Río de la Plata que en el español peninsular, ya
que el porcentaje de -ito en el español bonaerense supera holgadam en­
te los de casi todos los autores peninsulares del siglo x v i i i estudiados
por N áñez Fernández 43. El reem plazo de -illo por -ito parece estar fo­

43 E. N áñez Fernández, E l diminutivo. Historia y funciones en el español clásico y mo­


derno, M adrid, 1973, pp. 346-350.
Desarrollo de los principales rasgos 97

nológicam ente condicionado en e l siglo x v i i i , ya que entre las formas


que no presentan -ito encontram os mulatillo (30 veces, frente a 1 mula-
titó), nietecilla, tirantillo y cuartico, que parecen m ostrar la voluntad de
eludir la secuencia /t...t/. En el español am ericano actual aún hay re­
giones, com o la de Bogotá, donde se evita esta secuencia en la selec­
ción de dim inutivos, de tal m odo que el sufijo general es -ito, mientras
que el que sigue a bases term inadas en / 1/ es -ico44. Es posible que en
el habla bonaerense durante el siglo x v ii i el avance de -ito encontrara
m ayor resistencia tras base finalizada en / 1/, m ientras que luego se ge­
neraliza aún en ese contexto.

L é x ic o -

La evolución del com ponente léxico del español de América plan­


tea un gran interés, ya que refleja más directam ente que ningún otro
la relación con la enorm e riqueza y variedad cultural del m undo ame­
ricano. Por otra parte, la misma com plejidad del léxico, unida a su m e­
nor sistematicidad, com parado con los restantes com ponentes de la
lengua, significa una gran dificultad para realizar un análisis detallado
de este aspecto. Por tanto, intentarem os presentar tan solo algunas lí­
neas que perm itan observar ciertos rasgos significativos del vocabulario
del español apiericano.

La a d a p t a c ió n l é x ic a a l a r e a l id a d d e l N uevo M undo

C o n respecto a la etapa inicial del español de América, lo prim ero


que llama la atención son los enormes problem as que plantea a los
introductores de la lengua en el continente la necesidad de poseer una
term inología apropiada para designar una realidad totalm ente nueva,
que com prende elem entos hasta entonces desconocidos de la fauna, la
flora, los accidentes geográficos, la toponim ia y aún de las relaciones
sociales, la vida cultural y la organización institucional. Ya el propio

41 Véase M. B. Fontanella de W einberg, «Algunas observaciones sobre el dim inu­


tivo en Bogotá», Thesaurus, 17 (1962), pp. 556-573.
98 El español de América

descubridor de las nuevas tierras nos testim onia esta problem ática en
su Diario de Viaje, señalando su desconocim iento de la realidad que
está observando y a la que m uchas veces nom bra sólo genéricamente
con térm inos com o verduras, árboles o frutas:

Ni se me cansan los ojos de ver tan hermosas verduras y tan diversas de


las nuestras (Cristóbal Colón, 19 de octubre de 1492) 45.
llevo la mayor pena del mundo, que veo mil maneras de árboles que
tienen cada uno su manera de fruta (ídem, 22 de octubre de 1492).
lleno de árboles hermosos y verdes y diversos de los nuestros, con jlo-
res y con su fruto cada uno a su manera (idem, 8 de octubre de 1492).

Las alternativas que se presentaron a los prim eros pobladores de


habla hispana para nom brar esta nueva realidad fueron dos: en prim er
lugar, recurrir a term inología europea referida a elem entos similares y,
en segundo lugar, introducir el nuevo elem ento junto con su designa­
ción, en las lenguas amerindias. El propio C olón recurre prontam ente
a ambas posibilidades:

Había gran cantidad de palmas de otras maneras que las de Guinea y


las nuestras (ídem, ^8 de octubre de 1492).
Vinieron luego a los navios más de diez y seis almadías o canoas (idem,
1 de noviembre de 1492).
...redes en que dormían que son hamacas (idem, 3 de noviembre de
1492).
Aquel indio traía unas uvas bermejas como nueces (idem).
En un lugar que llamaban bohío (idem).
de mames, que son como zanahorias (idem).

C uando se opta por usar térm inos españoles, m uchas veces se se­
ñala que se trata de referentes similares pero no idénticos con la acla­
ración de que son «americanos», «de la tierra», «de allá», o aún con la
aposición o equivalencia de indigenismos com o en los siguientes ejem­
plos tom ados de M ejías46:

45 C. C olón, Diario de Colón, M adrid, 1962.


46 H . Mejías, Préstamos de lenguas indígenas en el español americano del siglo x v ii, M é­
xico, 1980.
Desarrollo de los principales rasgos 99

cameros de la tierra que no están domésticos «guanacos» (Charcas,


1638).
ay cuyes que son los conejos de alia (La Plata, 1625).
estos carneros o llamas son de dos maneras (Perú, 1625).
lana de las ovejas pacos (Perú, 1615).

Por otra parte, el uso de térm inos hispánicos con modificadores


para designar elem entos propios de la realidad americana lleva m uchas
veces, p or oposición, a reforzar esos mismos vocablos con aclaraciones,
com o de Castilla, para hablar de los referentes originarios.
La com plejidad cultural presente en la vida am ericana se manifies­
ta ya por la diversa procedencia de los mismos topónim os con los que
se designó la nueva geografía: térm inos indígenas, com o México, Bogo­
tá, Paraguay o Uruguay, traslado de topónim os europeos, con o sin la
aclaración de nueva, com o Nueva España, Nueva Granada, N ueva A n ­
dalucía, N deva León, Córdoba o La Rioja\ denom inaciones religiosas,
com o Santo Domingo, San Juan, Santiago, Santa M aría de los Buenos A i­
res o Santa Fe de la Vera Cruz\ térm inos descriptivos, com o Río Colo­
rado, Río Negro, Río Salado o Río de las Piedras', denom inaciones que
revelaban las expectativas de riquezas, com o Río de la Plata, La Plata o
E l Dorado-, y hasta térm inos m íticos y fabulosos, com o Río de las A m a ­
zonas y Patagonia, «tierras de Patagón, gigante de novela de caballerías».
La adaptación del español al m edio am ericano se puede observar
tam bién en la acuñación de nuevas expresiones, formadas en su m a­
yoría p or térm inos hispánicos, referidas a los principales grupos h u ­
m anos —españoles e indígenas— que coexistieron desde las primeras
etapas en tierras americanas. Veremos a continuación las expresiones
empleadas en el territorio rioplatense durante los siglos xvi y x v i i 47.
La población de origen peninsular, y aun los criollos descendien­
tes de peninsulares, eran denom inados genéricam ente españoles. Así, rei­
teradam ente se distingue entre curas de indios y curas de españoles. Sin
embargo, m uy tem pranam ente se com ienza a distinguir entre la pobla­
ción de origen hispano nacida en el Viejo y en el N uevo M undo y ya
en un docum ento de 1587 aparece una denom inación peyorativa refe­

47 N o considerarem os aquí a los pobladores de origen africano —aún poco n um e­


rosos en la región— ni a los grupos con mezcla étnica que los tienen com o com po­
nentes.
100 El español de América

rida a los peninsulares en boca de un castellano arribado a tierras ame­


ricanas varios años antes:

Com o Los vieron Entrar por aquella Laguna Entendieron ser [que
eran] chapetones venidos despaña...

El térm ino chapetón perdura en el Río de la Plata y se incluye en­


tre las designaciones peyorativas que en la etapa de la independencia
americana proliferaron para calificar negativamente a los españoles.
En cuanto a los descendientes de españoles, nacidos en territorio
am ericano, existen num erosos giros que los caracterizan:

los manfevos nacidos En esta tierra (1587).


los hijos de la Tierra (1607).
naturales de la tierra (idem).
Hijos de la propia proVincia (idem).
los Naqidos en la tierra (1608).
hijos de estas Provincias (1678).
los naturales destas Provincias (idem).

H abitualm ente se habla en forma global de los «mancebos de la


tierra» o «hijos de estas provincias», pero en algunos casos se diferencia
entre los descendientes puros de españoles (criollos) y los mestizos:

trabaja todo lo que puede En enseñar a estos manzevos nacidos en esta


tyerra criollos y mestizos (1587).

En cuanto a la connotación que estas denom inaciones im plican,


varía notoriam ente, según quien las emplea. Así, un gobernador de T u­
cum án, de origen peninsular, afirma:

Los nacidos en la tierra... serían demuy poco efecto en la guerra de


Chile... lagente no es inclinada a trauajar de ninguna man’ antes
son muy grandes olgaganes y bagamundos

En cambio, el prim er gobernador criollo, Hernandarias, y un sa­


cerdote tam bién nativo tienen una visión m ucho más positiva de los
«mancebos de la tierra». De tal m odo, Hernandarias considera que un
religioso «hijo de la tierra» actúa
Desarrollo de los principales rasgos 101

movido del servicio de Dios, y hacer en su patria... sin tener otro in-
teresse (1607).

Por su parte, el sacerdote Gregorio Suárez C ordero afirma que, si


el rey confiara responsabilidades en ellos lograrían

conservar y acresentar estas Provincias Pues como hijos de ellas Las mi­
rarían con el cariño de tales (1678).

En cuanto a la población indígena, existe un am plio vocabulario


para su designación. Los térm inos más genéricos y neutrales para desig­
narlos son indios y naturales. Éstas son las denom inaciones que emplea
reiteradam ente Hernandarias, por ejemplo.
O tros autores utilizan además distintos térm inos, que indican sub-
partes del conjunto de indígenas y algunas veces conllevan un m atiz
peyorativo. Así, el gobernador Alonso de M ercado y Villacorta, por
ejemplo, denom ina Naciones —con su prim itivo significado de «razas»
(Coram inas, 1954-1957)— o Parcialidades a los distintos núcleos indí­
genas y gentío a un conjunto de indios-, además distingue entre indios
propiam ente dichos (varones adultos) y las mujeres o niños, a los que
denom ina piezas:

Délas dos Campañas fueron 200— Yndios y 600— Piezas las Pricione-
ras (1670).

Por su parte, el obispo A ntonio de Azcona Im berto (1678) los de­


nom ina, con un criterio religioso, los gentiles o el gentilíssimo.
Se em plean asimismo térm inos de carácter peyorativo —referidos
originariamente a otros grupos considerados tam bién negativam ente—
com o los siguientes, que utiliza el gobernador José de Herrera y Soto-
mayor:

son los que unicam" han quedado de los gandules agressores, por qe
alos demas como en la Citada Refiero a V.M. los mataronluego
la parcialidad de Inos charrúas amigos... apressandola chusma (1686).

Gandul es térm ino originariam ente tom ado del árabe, em pleado
para designar a los m oros jóvenes y belicosos, y luego utilizado con
102 El español de América

los indios, m ientras que chusma se refería en principio a los galeotes y


en América pasó a significar «mujeres y niños indígenas».
O tro aspecto que m uestra la necesidad de una term inología nueva
para América es la designación de los diferentes tipos de fincas y vi­
viendas rurales usuales en el N uevo M undo. En el caso de las fincas
rurales, las designaciones habituales que se utilizan en los docum entos
rioplatenses son estancias y chácaras o chacras —las segundas por lo ge­
neral de m enor extensión que las primeras—, m uchas veces en forma
conjunta. Así, p or ejemplo, en un docum ento bonaerense de cuatro
fojas escrito en 1682 aparecen dos veces Estancias y chacras, dos veces
chacras y una vez estancias o chacras.
Para las viviendas rurales m uy hum ildes se emplea la denom ina­
ción ranchos o su dim inutivo ranchillos:

sus Casas no son mas qe vnos Ranchos de quatro Tapias de Pura tierra
sin pimientos algunos, y la Armaron de Palos vastante para sustentar
Texa, o la Paja qe en las mas sirue de Texa... (1680).
unos Ranchillos, de Paja ó tierra... sin esperanza de mejorarse por la
gran proueza delajente... (idem).

T am bién se encuentra en nuestro material rioplatense del siglo xvi


el verbo ranchar o ranchear ( < francés ranger) «instalarse», del que según
C oram inas proviene rancho y, el derivado ranchería «conjunto de ran­
chos*'.

acordo de ranchar a la boca adonde los estavan mirando (1587).


estando yo en una ranchería en San Salvador, q nos dejo ally el ade­
lantado (1587).

En los tres térm inos básicos m encionados, estancia, chacra y ran­


cho, se han dado tres soluciones diferentes a la necesidad de contar con
un vocabulario apropiado a la nueva realidad. Estancia es un térm ino
hispánico de existencia previa con distinta significación «lugar donde
uno está, mansión», pero ya en una etapa tem prana del asentam iento
peninsular en América com enzó a emplearse con el valor sem ántico de
«finca rural». Chacra o chácara es un indigenism o de origen quechua
con el valor de «heredad de tierras de cultivo o huerta». Por últim o,
rancho era palabra recientem ente acuñada que significaba «vivienda
Desarrollo de los principales rasgos 103

provisional», originariamente del verbo ranchar o ranchear que era en


esa época un préstam o reciente del francés, ya que aparece atestiguado
por prim era vez en español en el siglo xvi.
La solución de utilizar térm inos hispánicos para la nueva realidad,
o acuñar nuevos derivados o expresiones formadas en base a ellos, se
vio tem pranam ente desbordada por la realidad americana y —com o ya
hem os visto— los prim eros hispanizadores optaron en num erosas opor­
tunidades p or introducir en la cultura europea el nuevo elem ento ju n ­
to con su denom inación americana, es decir, con el térm ino con el
que se lo denom inaba en la lengua indígena del lugar. De tal m odo,
ya en las primeras etapas de vida americana se introduce una gran can­
tidad de designaciones indígenas provenientes del taino, la prim era len­
gua con la que los conquistadores entraron en contacto. Del taino pro­
ceden térm inos que luego se extendieron no sólo a todo el español
americano y peninsular, sino que en algunos casos, por designar ele­
m entos propios de las nuevas tierras que se incorporaron a la vida del

ote yo ¿'j,Ue*se, otm- toc¿cc.


TjvtefaÁcLoC (>}'. ¿e £p,e *'£°í ,
-i.?¿ít potaCgo típ
tctjtéx- e¿€iip -npetooOcos KÓry
Cc'üéo ise, Á&s Á&Jlo lc m i e n t o ^

Figura 3. Carta de Romana Josepha López de Anaya a su hijo Juan José de An-
chorena (San Nicolás de los Arroyos, Buenos Aires [1808], en Archivo General de
la Nación Argentina).
104 El español de América

Viejo M undo, pasaron luego a otras lenguas europeas. Así, por ejem­
plo, son de origen taino b a ta ta , b a tea , cacique, c a n o a , ca o b a , carey, e n a ­
g u a , h a m a c a , ig u a n a , m a í z , m a n í y s a b a n a , entre otros.
Algunos tainismos son luego reem plazados regionalm ente en tie­
rras americanas p or térm inos procedentes de otras lenguas indígenas,
tal com o ocurre con a j í y m a i z a l que en México son reem plazados por
chile y m ilp a ya en el siglo xvi. Por su parte, p a m p a y y a n a c o n a despla­
zan en el área de influjo quechua a s a b a n a y n a b o r ía , m ientras que en
los territorios de influencia guaraní m a n d io c a desplazó a j y u c a 4*.
Precisamente el taino, junto con el náhuatl y el quechua, fueron
las lenguas que m ayor núm ero de indigenismos proporcionaron. Del
náhuatl proceden ag u a c a te , cacao, c a m o te, coyote, chile, chocolate, h u le, j i ­
ca ra , p e ta c a , ta m a l, to m a te ; m ientras que en el quechua se originan a c h i­
ra , c a n ch a , có n d o r, coya, cuis, chacra, c h a sq u i, choclo, g u a n a c o , g u a n o , locro,
lla m a«animal», m a te , o jota, p a l ta , p a p a , p o r o to , p u m a , q u in u a , ta m b o , v i z ­
ca ch ay z a p a llo , entre otras.
En los prim eros tiem pos, los indigenism os aparecen m uchas veces
definidos p o r los autores de los textos, sin duda en un esfuerzo porque
resultaran inteligibles más allá del contexto inm ediato en que fueron
escritos. Mejías señala dos tipos de definiciones posibles:

1) Aparecen definidos por otro término indígena en un contexto es­


pañol. Ejemplo, «El aguacate que en Perú llaman Palta, es árbol gran­
de, fresco y frondoso».

2) Aparecen definidos en español en un contexto español. Ejemplo,


«Otros [indios] esgrimen diestramente con macanas (así llaman a sus
espadas); cachi, que quiere decir sal, chasque o correo de a pie».

El cam po sem ántico más permeable a la introducción de présta­


mos fue el referido a la flora, seguido de los de la fauna y la organi­
zación social. Mejías da los siguientes porcentajes, para los textos del
siglo x v i i con los que trabajó:

48 Mejías, op. cit., p. 19.


Desarrollo de los principales rasgos 105

Flora 29,2 %
Organización social, administrativa 14,0 %
Fauna 12,5 %
Minería 7,4 %
Prendas de vestir y adorno 7,2 %
Alimentos, bebidas y narcóticos 6,8 %
Enseres, utensilios y mobiliarios 6,5 %
Agricultura y ganadería 5,2 %
Otros 1 2 ,2 %

En la región rioplatense, por ejemplo, casi todos los docum entos


de los siglos xvi y x v i i incluyen u n cierto núm ero de préstam os pro­
cedentes de lenguas indígenas y su frecuencia varía de acuerdo con el
estilo del autor y la tem ática del texto, ya que los docum entos que se
centran en la descripción de la naturaleza americana son los que ofre­
cen un m ayor núm ero de indigenismos. A título de ejemplificación,
reproducim os dos fragmentos de un docum ento de 1582, en el que se
describe la región de Tucum án, uno de los textos en que aparece un
núm ero elevado de préstamos:

tienen muchas cagas y aves como son liebres venados gieruos guana­
cos conejos avestruces viscachas armadillos quirquinchos galápagos jigua­
nas...

Es tierra muy abundante de papas quinoa.mays.y frisóles gapallos trigo


mayz y gevada y todas legunbres algarroba y chañar y tienen la puna
cerca donde tienen gran suma de caga guanacos.vicuñas y tarugas...

Esta carta presenta 49 préstam os diferentes —incluyendo top ó n i­


mos y gentilicios—, algunos de los cuales se repiten más de 10 veces,
por lo que en el texto aparecen en total 130 indigenismos. Los campos
semánticos en que se concentran estos préstam os son reducidos. Pre­
dom inan los topónim os de los que aparecen dieciséis, los gentilicios,
que son doce, y los térm inos referidos a la flora, diez. C on m enor fre­
cuencia, aparecen denom inaciones de la fauna (seis), de accidentes na­
turales (tres) y térm inos que hacen a la organización económico-social
(dos). En cuanto al origen de los indigenismos, con la excepción de
los gentilicios y topónim os, que p o r sus características pertenecen en
su mayoría a lenguas locales —cuya procedencia exacta es m uchas veces
106 El español de América

desconocida— los veintiuno restantes se dividen en dos grandes proce­


dencias: el taino y el quechua, la gran lengua regional. Así, del que­
chua provienen catorce vocablos -yuca, chañar (4 v.), chañarales, chaca-
ras, guanacos (4 v.), viscachas, quirquinchos, vilca, papas, quinoa (2 v.),
(sapallos, puna (3 v.), vicuñas y taruga—, en tanto siete tienen origen tai­
no: xagueyes (4 v.), sabanas, caciques (2 v.), mayz/mays (-7 v.), tunas, y gua­
nas y cabuya.
O tra cuestión interesante en cuanto a la incorporación de indige­
nismos son las vacilaciones fonológicas que presentan en los primeros
tiem pos, hasta que se adopta una form a con cierta fijeza. A título de
ejemplo, veremos lo referido a los térm inos Uruguay y Jujuy.
La palabra Uruguay aparece en 1587, en un docum ento en que se
utilizan dos formas alternativas:

otro rrio q. llaman el uray... (1587).


otro rrio que entra en dicho rrio Luray q. se dize yapipy... (idem).

En el segundo caso, el autor ha realizado un falso corte, incluyen­


do la / del artículo com o parte del topónim o. U n falso corte similar
aparece en la m isma carta con el topónim o Iguazú, que está escrito Li-
guazú.
El gobernador Hernandarias, por su parte, em plea regularm ente la
form a Vruay:

En este río del vruay entre la giud deberá Y puerto de Santa catalina...

Las vacilaciones se prolongan hasta fines del siglo x v i i , ya que en


un docum ento de 1680 se usa la form a Uraguay, quizá por influjo de
Paraguay, de uso m ucho más frecuente:

está en la Riuera del Rio Uraguay...

C o n respecto a Jujuy, en 1583 encontram os la form a Joyui:

estáenlamitad de elballequellaman de Joyui.

A unque las formas predom inantes son Jujuy o Xuxui, aún en 1678
se usa una forma diferente:
Desarrollo de los principales rasgos 107

Las Ciudades Zircunvefinas de Jexuy y Salta...

M e j í a s 49 o f r e c e t a m b i é n v a r i o s e j e m p l o s d e v a c i l a c i o n e s e n la a d a p ­
t a c i ó n d e i n d i g e n i s m o s a l e s p a ñ o l , t a l e s c o m o q u e sq u é m il, q u e sq u e m ill,
q u isq u é m il, q u is q u im il, q u e sq u e m i, q u e sq u e m e; chube, c h u m b i, c h u m p i; y
gua yra , h u a y ra .

El d e s a r r o l l o d e l a v i d a u r b a n a y e l l é x ic o

A l o la r g o d e l o s s ig lo s x v ii y x v m , lo s p r o g r e s o s e n la s c o n d i c i o ­
n e s d e la v i d a u r b a n a , p r o d u c i d o s e n g r a n p a r t e d e la s r e g i o n e s h i s p a ­
n o a m e r i c a n a s —a u n q u e c o n c r o n o l o g í a s d i f e r e n t e s — t r a j e r o n a p a r e j a d a s
la e x i s t e n c i a d e u n a c o m p l e j a a c t i v i d a d s o c i a l , c u y a m a n i f e s t a c i ó n l i n ­
g ü í s t ic a e s u n a m p l i o v o c a b u l a r i o , e n s u g r a n m a y o r í a d e o r i g e n h i s ­
p á n i c o , r e f e r i d o a la v i d a c o t i d i a n a . D e t a l m o d o , d i v e r s o s c a m p o s l é ­
x i c o s , c o m o e l d e l v e s t u a r i o o e l d e lo s e n s e r e s d o m é s t i c o s , a d q u i r i e r o n
u n a lto g ra d o d e r iq u e z a y c o m p le jid a d .
A s í, p o r e j e m p l o , e n l o q u e h a c e a l v e s t u a r i o , e n e l e s p a ñ o l b o ­
n a e r e n s e , d e l s ig lo x v i i , a l m a r g e n d e p a l a b r a s c o m o b a tá n , c a lzo n cillo ,
z a p a to s , z a p a tilla s , casaca, c a m isa , c a p a o p o lle r a , q u e se h a n m a n t e n i d o
—a u n q u e e n m u c h o s c a s o s c o n lig e r a s v a r i a c i o n e s s e m á n t i c a s — e n c o n ­
t r a m o s m u c h a s o t r a s h o y d e s u s a d a s , ta le s c o m o a r m a d o r o j u b ó n , « v e s ­
t i d u r a q u e c u b r e d e s d e lo s h o m b r o s h a s t a la c i n t u r a » ; b a s q u in a , « r o p a
q u e l l e v a n la s m u j e r e s d e s d e la c i n t u r a h a s t a lo s p ie s » , cabriolé, « c a p o t e
c o n m a n g a s o a b e r t u r a s p a r a s a c a r lo s b r a z o s » ; c alceta, « p r e n d a q u e se
pone d e b a jo d e la m e d i a » ; c a p in g o , « e s p e c ie d e s o b r e t o d o » ; c a p o tillo ,
« c a p o t e c o r t o » ; c ito y é n , « e s p e c ie d e c a p o t e » ; c o tilla , « v e s t id u r a i n f e r i o r
d e la m u j e r q u e se a j u s t a a l c u e r p o » ; c u p id o , « c in t a e s t r e c h a p a r a s u j e ­
ta r s e e l c a b e l l o la s n i ñ a s y j ó v e n e s » ; c h u p a , « p r e n d a q u e c u b r e e l t r o n c o
c o n c u a t r o f a ld illa s » ; ju s tillo , « v e s t id o i n f e r i o r s i n m a n g a s q u e c i ñ e e l
c u e r p o » ; c h u p e tín , « e s p e c ie d e j u s t il l o » ; m a n te llin a , « m a n t i ll a » ; m arsellés,
« e s p e c ie d e g a b á n c o r t o s i n m a n g a s » ; p a l e t i n a o p a l a ti n a , « e s p e c ie d e
c o r b a t a q u e u s a n la s m u j e r e s e n i n v i e r n o » ; p a r la m e n ta , « e s p e c ie d e p a ­
ñ o l e t a c o n c a p u c h a » ; p e to , « v e s t i d u r a q u e se p o n e e n e l p e c h o p a r a e n -

45 Véase Mejías, op. cit., pp. 16 y 17.


108 El español de América

tallarse»; p o lo n e s a , «gabán corto y ceñido de mujer»; regalillo, «manguito


que usan las mujeres»; sevillé, «deshabillé»; so r tú , «sobretodo»; v o la n te ,
«especie de sobretodo».
T am bién se em pleaban, aunque con marcadas diferencias sem án­
ticas con respecto al español actual, los térm inos tra je y v e s tid o , ya que
«el prim ero [traje] alude al conjunto de prendas estrictam ente fem eni­
nas, com puesto de pollera y casaca elaboradas en una misma tela; el
segundo [vestido] hace referencia tanto al conjunto de prendas m as­
culinas com o femeninas, pero que pueden o no estar confeccionadas
de una misma tela» 50.
En este am plio léxico aparecen junto a térm inos de origen hispá­
nico com o a r m a d o r , j u s tillo o regalillo, otros de claro origen francés, ta­
les com o c ito y én , se v illé (d esh a b illé) o so r tú , cuyo uso —aunque m uy pro­
bablem ente llegaron a nuestras costas a través de España— se explica
por el particular prestigio de lo francés en cuanto a m oda. Este presti­
gio se ve corroborado por el hecho de que, según señalan Porro, Astiz
y Róspide 51, en un inventario porteño del año 1791 se denom ina al
traje de tipo español com o traje «a la antigua», m ientras consta que los
hom bres más jóvenes usaban el llam ado «traje militar», de inspiración
francesa, aunque lo com binaban con la capa, típicam ente hispana.
T am bién la inspiración francesa se nota en el enriquecim iento del co­
lorido, que gradualm ente se va apartando de la sobriedad hispana, que
reducía el uso del color al blanco, negro y azul.
La riqueza léxica es aún más notable en el caso de las telas y lla­
ma la atención que, salvo unos pocos casos com o b o m b a s í, b r a m a n te ,
b n n , b ro ca d o , c o tín , d a m a s c o , encaje, g a sa , lie n z o o sa r g a , la m ayoría de
las denom inaciones no ha perdurado en el habla cotidiana bonae-ren-
se. Enum erarem os a continuación las denom inaciones recogidas en el
estudio citado: a le m a n is c o , a le p ín , a m a p o la , a n a fa y a , a ñ a sc ó te, a n g a rip o la ,
b a y e ta , b re ta ñ a , b rilla n te , b u ra to , c a m e tó n , c a p u llo , c a r tu lin a , castorcillo, cla­
rín , coco, coleta, cordellate, cordoncillo, c o to n ía , c o to n la n , crea, cristal, c úbica,
c h in a , d in a m a r q u e s a , d roguete, elefante, e sp ig u illa , esp o lín , e sp u m illó n , e s ta m ­
bre, e sta m e ñ a , esto p illa , fe lip ic h ín , glasé, g ro d e tu r, g u in g a y , h o la n d illa , im p e ­

50 Ibidem, p. 8.
51 N. R. Porro, J. E. Astiz y M. Róspide, Aspectos de la vida cotidiana en el Buenos
Aires virreinal, Buenos Aires, 1982, p. 308.
Desarrollo de los principales rasgos 109

rio, in d ia m lla , ir la n d a , je r g a , la m a , lila, lis ta d illo , lis ta d o , lo d en , m e zc lilla ,


m orlés, m u s e lin e ta , m u s u lm a n a , p e q u í, p e rc a la , p e r s ia n a , p ic o te , p r in c ip e la ,
p ru n e la , rásete, r a tin a , sarcelé, sa tín e te , sayalete, se m p ite r n a , sisile a n a , tercia-
la n a , terliz, tisú , to cu y o , tirple, trué, velillo , v itré , z u r a t e 52. La com plejidad
que presenta este cam po léxico se ve reforzada por el hecho de que
hay además num erosas telas que presentan dos o más designaciones
alternativas: b a y e tilla o s e ra fin a ; b a y e tó n o m o le tó n ; c a m b r a e ta o c a m b r a -
y e ta ; caserillo o lila ila ; cregüela o coleta; c h a m elo te, ca m elo te o c a m e lló n ; g o r-
g a rá n , m e la n ia o c o rd o n cillo de sed a ; g rise ta , h e rm o silla , im p e r ia la , lu s tr in a
o p r u s ia n a ; la m p a r illa , d u r a y o d u r o is ; m a h ó n , p o r t a m a ó n o n a n q u ín ; m e r-
lín o m a r lí; p a l ia c a t o p a la c a te ; p e r p e tu a n a , p e rd u ra b le , rom pecoche, m a n fo r ,
m o n fo r t o p ie d r a d e l d ia b lo ; p la n tilla , p o n te v í, p o n t i v í o p u n t i v í ; rengo o
rengue. En la existencia de esta abundante sinonim ia debe de haber in­
cidido, sin duda, el hecho de que m uchos de estos térm inos son prés­
tamos relativamente recientes, por lo que alternan formas con diferente
grado de adaptación o que penetraron por diferentes vías, tal com o se
observa en casos com o c h a m elo te, c a m elo te o c a m e lló n ; m a n f o r o m o n fo r t;
d u r a y o d u ro is. T am bién debe de haber actuado en este aspecto el peso
de la m oda que puede haber ocasionado que se im pusieran nuevas de­
nom inaciones para telas conocidas con otros nom bres. En cuanto al
origen de los diferentes elem entos léxicos, encontram os nuevam ente
junto a designaciones de origen hispano —castorcillo, c a p u llo , esp ig u illa ,
m e z q u illa , se m p ite r n a , p e r d u r a b le — num erosas de procedencia francesa,
com o glasé, g ro d e tu r, g u ig a y , trué, sa tín ete , tisú , v itr é , etc., a las que se
sum an en este caso térm inos de otros orígenes, incluyendo orientales,
com o p e q u ín , n a n q u í n o p e r c a la (persa p e r k a ld ) . Esta riqueza léxica en
m ateria de telas es, sin duda, una consecuencia directa de «la “preocu­
pación constante” del com ercio extranjero —legal e ilegal— por ganar el
m ercado rioplatense» 53.
T am bién entre los enseres dom ésticos encontram os elem entos lé­
xicos hoy inusuales, aunque la riqueza de este vocabulario no es com ­

52 Ibidem, pp. 345-346.


53 En el conjunto de América, el vocabulario era, obviam ente, aún m ayor. De tal
m odo, Boyd-Bowman, en la introducción a su Léxico Hispanoamericano d e l siglo x v i i i , da
un am plio vocabulario referido a telas, que coincide en gran parte con el bonaerense,
aunque incluye m uchos térm inos que n o aparecen en esta región, así com o en los textos
bonaerenses hay formas no incluidas p o r Peter Boyd-Bowman.
110 El español de América

parable a la del correspondiente a la indum entaria. Entre los referidos


al servicio de com edor aparecen —junto con p la to s , fu e n te s , ta z a s , p o c i­
lios, v a so s, c opas y otros térm inos que han perdurado— escudillas, «vasijas
semiesféricas»; jic a r a s , «vasijas pequeñas»; p a la n g a n ita s p a r a dulces, m a n ­
cerinas-, «platos con una abrazadera en el m edio donde se colocan las
jicaras», tem bladeras-, «vasos anchos con dos asas a los lados», f l a m e n q u i ­
llas-, «platos o fuentes pequeñas», fra sq u e ra s-, «cajas con divisiones en las
que se llevan irascos», vaseras-, «cajas en que se guardan vasos», salvillas-,
«platitos o soportes», azafates-, «bandejas de plata», cañutos-, «bombillas
para mate» y a p a rta d o re s «implementos usados para apartar la yerba».
En las designaciones de la batería de cocina tam bién se incluían tér­
m inos y giros hoy desusados en el habla cotidiana de la región, tales
com o a lm ir e z , «mortero pequeño de metal»; a rte sa o b a te a de a m a s a r ,
b a s tid o r p a r a ta p a r e l a m a s ijo , trébede, «aro o triángulo de hierro con tres
patas, que sirve para poner al fuego sartenes, peroles, etc.»; a n a fe , «hor­
nillo portátil»; p u c h e r o , «vasija de barro para cocer la comida»; fr e id e r a ,
«recipiente de hierro con pies y m ango para freír», p e sc a d e ra , «recipiente
para cocinar pescado»; p e ro l, «vasija de metal semiesférica», y c a zo , «es­
pecie de perol con m ango largo».
Por últim o, entre los lexemas usados para designar elem entos de
la higiene personal encontram os térm inos com o a g u a m a n il, «jarro para
echar agua en la palangana», lebrillo, «vasija ancha para tom ar baños»;
b a c ía , «recipiente para remojar la barba»; a lm o fía , «vasija para lavarse las
m anos o cara»; v e r d u g u illo , «navaja estrecha para afeitar»; p l u m a s p a r a
d ien te s, «plumas para lim piar los dientes» o e sc a rm e n a d o r, «instrum ento
para lim piar y desenredar el pelo».
La obsolescencia de este am plio léxico referido a varios aspectos
de la vida cotidiana pone de m anifiesto la existencia de im portantes
cambios en los usos y costum bres personales y de interacción social
ocurridos en los dos últim os siglos en el ám bito am ericano. C om o ya
hem os señalado, en los térm inos referidos a vestuario y telas, tanto la
am plitud del vocabulario com o su obsolescencia parecen más marca­
dos que en los referidos a aspectos dom ésticos, lo que puede explicarse
en prim er lugar p or la incidencia que en estos aspectos tiene la m oda
y en segundo térm ino por el carácter portuario de Buenos Aires refor­
zado p o r la apertura que su comercio tiene en la segunda m itad del
siglo xvm, la que —unida al am plio com ercio ilícito existente— deter­
m ina que sea un punto de confluencia de productos textiles prove­
Desarrollo de los principales rasgos 111

nientes de diversas regiones del m undo, m uchos de los cuales penetra­


ron junto con sus correspondientes designaciones.

El v o c a b u l a r io in t e l e c t u a l d e f in e s d e l s ig l o x v iii

Y PRIN CIPIO S DEL SIGLO XIX

En la segunda m itad del siglo x v i i i y primeras décadas del siglo


xix se expande en América Hispánica un nuevo vocabulario intelectual
que va a manifestarse sobre todo a través del naciente periodism o. La
corriente ideológica que ha de nutrir este m ovim iento es el iluminis-
mo, que alcanza su m ayor difusión en España en la segunda m itad del
siglo x v i i i y llega a nuestras costas poco después.
Este nuevo enfoque, que intenta transform ar la realidad material
y espiritual, com prende una innovación en las ideas económicas, cien­
tíficas, políticas y filosóficas, e im portará con ellas un vocabulario re­
novado que las va a expresar. Si bien este vocabulario es en su casi
totalidad el acuñado en España para satisfacer las crecientes necesida­
des de nuevos térm inos, com o consecuencia de la renovación cultural
producida p or la introducción de las ideas de la Ilustración, la in n o ­
vación léxica en algunas regiones, com o el Río de la Plata, es en pro­
porción más im portante, ya que anteriorm ente no existía un vocabu­
lario intelectual com parable con una relativamente am plia difusión. En
este sentido, podem os considerar que en el español bonaerense se rea­
liza un proceso de intelectualización léxica «adaptación al objetivo de
hacer posibles form ulaciones precisas y rigurosas y si es necesario abs­
tractas» 54, ya que anteriorm ente no contaba con un vocabulario inte­
lectual de similar im portancia.
D ebido a los particulares acontecim ientos políticos que se desarro­
llan en el ám bito hispanoam ericano durante las primeras décadas del
siglo xix, la introducción del léxico ílum inista se divide claram ente en
dos etapas: la primera, que corresponde al período prerrevolucionario,
pone el acento en aspectos de la econom ía, el comercio, la producción

54 B. H auránda, citado en P. L. Garvin y M. M athiot, «La urbanización del idiom a


guaraní», en P. L. G arvin e Y, Castro, Antropología de estudios de etnolingüística y sociolin-
güística, M éxico, 1974, p. 305.
Hacia una definición del español neutro
Carolina Iparraguirre
[email protected]

Resumen
Este artículo es una síntesis del Trabajo Final de Licenciatura ―Hacia una definición del español neutro‖, el
cual propone un estudio reflexivo del concepto español neutro.
Aun cuando la comunidad de hablantes reconoce el término y lo utiliza en diversas esferas culturales, no
existe un consenso acerca de su significado. Es por esto que esta publicación pretende ser un aporte no solo
para las ciencias del lenguaje, sino para todo ámbito en el que es utilizado.
Las investigaciones crecen en el diálogo, ya sea que pertenezcan o no a la misma rama de estudio. En este
caso, conceptos propios del campo de la economía y del diseño fueron imprescindibles a la hora de esbozar
la definición presentada.
Teniendo en cuenta su intención interdisciplinar, este artículo puede pensarse, entonces, como una invitación
a la reflexión compartida y un punto de partida para una posible compleción futura.

Palabras clave: español neutro – diseño - valor económico del español

1. Introducción pertenecientes a niveles socioculturales medio-

―El español neutro, con mucho de sentido común, altos y altos [López Morales 2006: 476].
se dirige a una audiencia mundializada apelando a
su mancomunidad lingüística internacional,
Si consideramos, entonces, el número de
afinando su hilo para caber por el ojo de todas las hablantes, el grado de intercomprensión actual y
agujas‖.
la extensión geográfica que presenta esta lengua,
María Antonieta Andión Herrero [2008: 9]
es entendible que existan intereses socio-

El español es una de las lenguas más habladas en económico-políticos que abogan por mantener y

el mundo. En este momento, se estima que expandir su unidad, por lo que encontramos

posee más de 450 millones de hablantes y las planificaciones lingüísticas y estrategias de

proyecciones indican que este número irá mercado que persiguen dicho fin.

acrecentándose con el paso de las décadas. Es En octubre de 2006, se llevaron a cabo cinco

lengua oficial en dieciocho países y cooficial en encuentros en San Millán de la Cogolla (La Rioja,
Letras / 232

tres y, si bien presenta una manifiesta diversidad España), del 26 al 29, conocidos con el nombre

lingüística, el grado de intercomprensión que de ―Acta Internacional de la Lengua Española‖, en

existe entre los participantes de la comunidad es los que especialistas internacionales de

elevado y mucho más entre usuarios diferentes disciplinas reflexionaron acerca del

Licenciatura en Letras Modernas. Directora de TFL: Mgter. Mariela Masih


Recibido: 28/05/15 / Aceptado con modificaciones: 15/07/15
español como activo cultural y económico. Rafael las traducciones y los medios masivos de
Escuredo, presidente de la Fundación Biblioteca comunicación, ya que se buscó una ―neutralidad‖
de Literatura Universal, en la presentación que que minimizara el costo de la producción de
tituló ―Un proyecto de futuro‖, explicó: diversos contenidos, como noticias, libros y

Cuando en enero de 2006 conversaba con mi películas, destinados a ser distribuidos a la mayor
amigo Rogelio Blanco, director general del
cantidad de territorios hispanohablantes
Libro, Archivos y Bibliotecas de España, sobre
la gran cantidad de actividades económicas y posibles. Desde la década del 90, y mucho más
culturales que utilizan la lengua española
en nuestros días, Internet ha acrecentado el
como materia prima, y la importancia que
tendría para los países hispanohablantes debate acerca de qué español utilizar en la World
conocer el peso económico del español en el
conjunto de sus industrias culturales, Wide Web (WWW) o, como se han animado a
descubrimos con sorpresa que nos traducir, Malla Mundial Mayor (MMM). El carácter
encontrábamos ante uno de los aspectos
menos estudiados y, por tanto, más instrumental que presentaba y sigue
desconocidos del idioma español. Nuestra
presentando el español neutro para los ámbitos
sorpresa fue aún mayor al comprobar que
mientras países como Estados Unidos, comerciales lo propone como un ideal de
Francia y el Reino Unido llevan años
comunicación al servicio de las nuevas
estudiando y conociendo la importancia
económica del idioma en el Producto Interior tecnologías. Sin embargo, en el área de las
Bruto (PIB) de sus respectivas economías,
[sic] en el caso del español, un idioma ciencias del lenguaje, hubo estudiosos
hablado por 450 millones de personas, no interesados en el tema que no trabajaron dicha
existe un sólo [sic] estudio que dé cuenta,
siquiera aproximada, de su valor económico variedad, o al menos no con esa terminología:
en el conjunto de los países hispanos [Torres
Robles 2006: 3]. Junto a la etiqueta «español neutro»
conviven otras menos marcadas: Raúl Ávila
(2001) habla de «español internacional»,
Si bien el valor económico del español no era
Violeta Demonte (2001), de «supradialecto
estudiado por disciplinas lingüísticas, diversas estándar» y María Josefina Tejera (2003), de
«tercera norma del español de América»;
prácticas, como el periodismo internacional, las
todos ellos, representantes de la visión
traducciones editoriales y los doblajes y «lingüística» de los hechos [López Morales
2006: 491].
subtitulados de películas, demostraban que había
un interés económico en nuestra lengua. En esos En el presente artículo, proponemos un estudio

contextos, el término español neutro comenzó a reflexivo del concepto español neutro, el cual ha
Letras / 233

utilizarse para nombrar a aquella variedad que la tenido pocas repercusiones en las disciplinas

comunidad lingüística no habla, pero entiende, lingüísticas, aun cuando la comunidad de

pues carece de regionalismos, y cobró fuerza en hablantes lo reconoce en diversas esferas

el ámbito comercial-empresarial relacionado con culturales. Del mismo modo, pretendemos


realizar un aporte al formular una definición, ya
que las existentes en los diferentes ámbitos en Como decía antes, lejos de partir de un
principio altruista por limpiar, fijar y dar
los que se utiliza varían mucho entre sí, sin que esplendor a nuestro idioma, la idea de
se logre un consenso respecto de qué es el emplear el español neutro tiene un claro
fundamento comercial: es mucho más barato
español neutro. Cabe destacar que, si bien el hacer una sola traducción al español, que
concepto es definido desde una perspectiva hacer dos, tres o veinte. Además de los
programas o máquinas y sus respectivos
lingüística, no desconoce la diversidad de usos a manuales de instrucciones, el uso de una
única versión reduce los costos que conlleva
los que responde.
la creación de textos complementarios,
publicitarios, promocionales, documentación
de ayuda, material de formación y cursos,
2. Fundamentación etcétera, y agiliza el entendimiento entre las
sucursales hispanohablantes de las grandes
―Lamentablemente, los traductores tienen que empresas, además de favorecer la
atenerse a las reglas impuestas por las empresas. compatibilidad de un programa o una
Así vemos que se anuncian como especialistas en
máquina (independientemente del país en el
"español neutro". Lo peor es que, como el tal
que sean vendido) y el intercambio de
"español neutro" es una creación puramente
artificial, algunos ni siquiera saben muy bien de
materiales entre varios países destinatarios
qué se trata‖. [Castro Roig 1996: 2].
Lucila Castro [2004: 2]
Aunque esta variedad lingüística es reconocida
El objetivo de esta publicación es responder a la
en diferentes esferas culturales y, de hecho, ha
pregunta ¿qué es el español neutro?
sido trabajada en numerosos artículos por
Si bien este concepto es utilizado en ciertas distintos especialistas, pareciera que no existe un
esferas culturales con asiduidad, no existen consenso acerca de su nombre, su definición y,
acuerdos respecto de su definición, aun cuando por sobre todo, su descripción. Las ciencias del
el desarrollo de la llamada industria cultural y el lenguaje y sus instituciones representativas
denominado proceso de globalización han tienen una deuda pendiente:
extendido su uso.
Hasta ahora, sin embargo, a pesar de los
intentos, todavía no se han desarrollado
En este contexto, el estudio del español neutro,
propuestas claras que permitan sistematizar
también llamado español internacional o el uso del llamado español neutro, como
factor que podría ayudar a garantizar la
panespañol, se presenta como una propuesta
citada robustez del sistema. ¿Quién debería
enriquecedora en el campo de la sociolingüística, hacerlo (...): las Academias, las empresas,
instituciones como el Instituto Cervantes...?
ya que esta variedad surge principalmente de
Letras / 234

[García Izquierdo 2009: 32].


una necesidad de expansión empresarial y no
Quizás el principal obstáculo que encontramos
responde, al menos explícitamente, a políticas
en los estudios sobre el español neutro es que
lingüísticas ni a proyectos disciplinares:
puede ser considerado contrario al espíritu de
valorización y reconocimiento de la riqueza de
las variedades lingüísticas y su relación con las ―No se puede restringir más el concepto diseño a
las disciplinas proyectuales tales como
identidades de los pueblos: arquitectura, diseño industrial y diseño de
comunicación visual. Pues en las disciplinas
… el problema del llamado español neutro es, científicas también se diseña‖.
en su origen y en parte, precisamente un Gui Bonsiepe [2005: 4 y 5].
problema relacionado con el mantenimiento
de la identidad lingüística de los pueblos de Las investigaciones respecto del español neutro
habla hispana frente a las reglas de la
deben ser enmarcadas en la sociolingüística,
globalización [García Izquierdo 2009: 27].
cuyo objeto de estudio es la lengua y las
Teniendo en cuenta lo expuesto hasta el
variedades lingüísticas que presenta en relación
momento, el valor del presente artículo reside en
con variables sociales [López Morales 1989].
el nicho que el estudio del español neutro posee
La sociolingüística, al considerar la naturaleza
en los estudios lingüísticos, no solo por las
social del lenguaje, debe atender a las
problemáticas que la definición del concepto en
problemáticas que la prescripción, la
sí supone, sino también por los desafíos que para
normalización, la neutralización y la
los estudios variacionistas implica.
estandarización instalan en la sociedad.
Ya sea por su estrecha relación con el fenómeno Si bien la naturaleza viva del lenguaje se
de la globalización y de la expansión del español, evidencia en sus variedades lingüísticas, el
ya sea por la necesidad de abastecer a otras estudio de los procesos por los cuales se
disciplinas de información relevante, ya sea por el pretende crear una variedad del español que
interés que puede despertar en la evite, paradójicamente, las variaciones y
sociolingüística, el español neutro es un tema de responda a necesidades comerciales, sociales y
estudio significativo para las ciencias del políticas debe ser considerado importante.
lenguaje. Los fenómenos sociales que dan lugar al
nacimiento y a la utilización del español neutro
hacen que este no pueda ser pensado como una
3. Marco teórico
variedad lingüística espontánea cuyo nacimiento
―Desde la segunda mitad del siglo XX los es impensado, sino, muy por el contrario, lo
estudios sobre la variedad lingüística se ponen de
relieve en las disciplinas que, como la configuran como una construcción consciente
sociolingüística y el análisis del discurso, incluyen
en la descripción de la lengua factores externos fruto de las decisiones disciplinares o
Letras / 235

que explican su uso. Estas disciplinas establecen


empresariales que responden a lógicas de
relaciones entre fenómenos internos al sistema
(cuestiones de pronunciación, lexicología, mercado. Se puede presuponer, entonces, que
morfosintaxis) y fenómenos sociales y
situacionales determinantes para su descripción...‖. existe una instancia en su constitución durante la
Centro Virtual Cervantes [2014]
cual se utiliza el llamado método proyectual:
El método proyectual, por lo tanto, se orienta Gómez, 2003). Y mucha la controversia que ha
a la resolución planificada y lógica de generado...‖.
problemas que admiten soluciones óptimas Isabel García Izquierdo [2009: 19]
o, simplemente, satisfactorias. Una de sus
preocupaciones es determinar el grado de En este apartado describiremos algunos de los
adecuación de la solución propuesta a la que podrían considerarse antecedentes respecto
realidad demandante. El método proyectual
está orientado a hacer aparecer estas del estudio del español neutro. Para ello,
soluciones y a materializarlas, más allá de
propondremos como ejes ordenadores en la
que se trate de objetos materiales o no‖
[Ledesma, en Arfuch 2011: 36 y 37]. presentación las esferas sociales en las que se ha
utilizado este concepto.
De esta manera, el uso de este concepto
perteneciente a la esfera académica del diseño
4. a Traducciones
nos permite ampliar nuestro marco teórico.
... el diseño se incluye en la trama formada
Lila Petrella, en su ponencia ―El español ‗neutro‘
por la economía, la función, la técnica y la de los doblajes, intenciones y realidades‖ [1997],
organización social. Entra a formar parte de
la red de producción económico-social y, expone los resultados a los que arribó en su
desde entonces, otorga a sus productos un proyecto de investigación «El español de Buenos
valor económico y un valor simbólico
compartido por amplios sectores sociales‖. Aires» acerca del español neutro de los
[Ledesma, en Arfuch 2011: 26].
subtitulados y doblajes de películas ficcionales. Si
El español neutro, entonces, será estudiado como bien no define qué es, sí presenta una
una variedad lingüística del español que descripción, puesto que caracteriza esta variedad
responde a una búsqueda de solución por parte lingüística en el ámbito de las traducciones, y el
de instituciones y empresas. Analizaremos, por objetivo de su ―creación‖: su uso comercial.
tanto, cuál es el valor económico y el valor La autora sostiene que los productos fílmicos,
simbólico que adquiere en diferentes contextos nacionales o internacionales, cuya distribución
sociales a partir de su puesta en ―uso‖. está pensada para todo el mercado
hispanohablante presentan guiones, subtitulados

4. El español neutro: antecedentes y doblajes en una lengua que pretende prescindir


de peculiaridades regionales. Dicha búsqueda
―Son muchas las denominaciones que ha recibido
esta posible variedad del español: español neutro está avalada por la legislación argentina en la Ley
—la más extendida en el ámbito de la traducción y
Letras / 236

del desarrollo del software—, castellano general 23.316 (sancionada en 1986 y reglamentada en
(más utilizada en América Latina), español común
(Millán, 1998), español internacional (Gómez, 2013), en cuya elaboración se prescindió del
2003) o español estándar (―variedad a caballo
asesoramiento de lingüistas [Petrella 1997: 2].
entre el español hispanoamericano y el español
peninsular‖, en opinión de la empresa de Además de pionera, esta investigación es
traducción técnica SLS Internacional, citada por
especialmente crítica y nos permite conocer que
el panorama de la traducción en el ámbito Un artificio, pues, diferente de la norma culta,
con carácter descriptivo, no prescriptivo, que
cinematográfico de la década del 90 dejaba unificase los usos estructurales y léxico-
mucho que desear. Sin embargo, la autora no se terminológicos (semi)especializados entre los
diferentes hablantes del español.
muestra contraria a la utilización del español La posible existencia, pues, de dicho español
neutro, pero sí solicita un análisis desde las neutro, que homogeneizase determinados
usos, facilitase la cohesión de la lengua en
ciencias del lenguaje, para que se centren en el determinados contextos y, como
consecuencia, propiciase su consideración
llamado núcleo receptivo con el objetivo de que
como lengua de prestigio no es todavía una
los rasgos dialectales puedan ser comprendidos y realidad, pero tampoco un mito [García
Izquierdo 2009: 34 y 35].
no necesariamente producidos, y una
preparación formal para aquellos que llevan Ahora bien, aun cuando estima que es posible la

adelante las tareas de traducción. creación y la posible sanción de este ―artificio‖,


no dilucida quién sería responsable de su
Isabel García Izquierdo, por su parte, en sus configuración, pero sí reconoce que debería
artículos ―El español neutro y la traducción de los
existir una preocupación por cuidar los
lenguajes de especialidad‖ [2006] y ―El español
sentimientos de pertenencia a las comunidades
neutro en los discursos de especialidad: ¿mito,
lingüísticas de los hispanohablantes. Asimismo,
utopía o realidad?‖ [2009], recupera la
considera que los especialistas pertenecen a
importancia y la necesidad del español neutro en
esferas socioprofesionales que trascienden los
el ámbito científico. Considera que la límites dialectales y, en el marco de sus discursos
comunicación entre la comunidad científica de especialidad, es necesaria una variedad
internacional se vería beneficiada si se utilizara
común que permita una comprensión lingüística
una lengua neutralizada que, por una parte, tal que responda a sus intereses.
permitiera una intercomprensión fluida y que,
Por último, reconoce que dicha variedad
por la otra, posibilitara hacerle frente a la
posibilitaría la expansión del español tan
interferencia constante de la lingua franca por
esperada por los especialistas que estudian su
excelencia, el inglés. También reconoce que la valor económico, debido a que la comunicación
sistematización de usos lingüísticos neutros del especializada que tiene lugar en ámbitos
campo específico o especialidad puede ser de
internacionales favorece a los idiomas para ser
Letras / 237

gran ayuda a los traductores [2006: 49].


lenguas de prestigio [García Izquierdo 2009: 25].
Aun cuando desmiente la existencia real del
español neutro, intenta explicar en qué consistiría Álvaro Villegas, un traductor de textos médicos

y esboza una definición: dirigidos a pacientes, al igual que Isabel García


Izquierdo, reflexiona acerca de las traducciones
en los ámbitos científico-técnicos. En su artículo variedad del español para comprender los textos
―El espanglés y la utilidad del español neutro‖ científicos [Villegas 2006: 321].
[2006], busca aclarar el significado de estos dos
En el ámbito de la traducción literaria es Julia
términos frecuentes en la esfera social y
Benseñor, en su artículo ―El castellano neutro:
académica en la que se desenvuelve como
sobre tremolinas y escándalos‖ [1993], quien
profesional y remarcar el hecho de que no
intenta esbozar una definición del español neutro
poseen ninguna filiación entre sí.
y analizar algunos conceptos propios de la
Una vez más, el español neutro es pensado como
sociolingüística para guiar el trabajo de
una variedad artificial, que es susceptible de ser
traductores y evitar posibles confusiones.
aprendida, en la que se prescinde de
La autora nos explica que las editoriales
regionalismos y se utilizan formas léxicas o
argentinas publican libros para toda
gramaticales que permiten conformar productos
Hispanoamérica y, por lo tanto, exigen que los
exportables, no ofensivos para los integrantes de
traductores utilicen un ―castellano común‖, es
las diferentes comunidades lingüísticas del
decir, una variedad lingüística en la que se
español.
eliminen las expresiones dialectales y se
El espanglés, a diferencia del español neutro, no
neutralicen las voces propias de las diferentes
es una variante natural o artificial del español,
regiones para lograr una ―comunicación
sino un fenómeno lingüístico que tiene lugar en
inteligible‖ entre todos los hispanoablantes. Si
Estados Unidos, pues consiste en las mezclas o
bien existen detractores de esta variedad
interferencias que se dan entre el español y el
lingüística, Benseñor considera que es necesaria.
inglés en las diferentes comunidades latinas que
Advierte, a su vez, que existe una confusión
habitan ese país, las cuales ofrecen una gama de
acerca de la labor que debe llevar a cabo el
usos diferenciados de acuerdo con el origen que
traductor, porque el español neutro de ninguna
cada una presente [Villegas 2006: 318].
manera debe neutralizar las marcas que
El autor sostiene que el español neutro puede
responden a variedades socioculturales. En las
aprenderse para responder a las exigencias del
traducciones literarias, los cronolectos y los
mercado, pero no así el espanglés. Insiste en que
sociolectos, así como algunos rasgos individuales
no son los traductores quienes deben escribir
Letras / 238

del habla de los personajes, deben respetarse, ya


discursos de especialidad para los residentes de
que, de lo contrario, se perdería la riqueza
Estados Unidos que se comunican fusionando las
expresiva de los textos ficcionales y las obras se
dos lenguas, sino que son los hablantes de este
fenómeno los que deberían aprender alguna
volverían monótonas e inverosímiles [Benseñor toma 'muestras' de normas asociadas a
núcleos o comunidades de prestigio más
1993: 3]. concretos dentro del mundo hispánico y las
Para la autora, el ―castellano neutro‖ es expande por todos sus usuarios‖ (Andión
2008a) [Andión Herrero 2008: 9].
malinterpretado, puesto que solo debe ser
considerado al trabajar con el eje regional con el La autora considera que el llamado español

objetivo de lograr el entendimiento de los textos neutro o internacional es un ―milagro lingüístico‖

por parte de todos los hispanoparlantes que permite que millones de hispanohablantes

[Benseñor 1993: 4]. se puedan comunicar con un alto nivel de


intercomprensión y lo relaciona con un
interesante modelo aplicado a la didáctica del
4. b Enseñanza del español como segunda
español que describe, en el cual conceptos como
lengua
estándar, norma y variedades dialectales son
En ―La diversidad lingüística del español: la
fundamentales [Andión Herrero 2008: 1].
compleja relación entre estándar, norma y
Si bien el análisis y la propuesta de la autora se
variedad‖ [2008], María Antonieta Andión
circunscriben al ámbito de la enseñanza, nos
Herrero realiza un interesante análisis sobre los
permiten pensar en un método proyectual para
desafíos a los que se enfrenta el español como
lograr un español neutro, puesto que algunos de
segunda lengua en el siglo XXI, principalmente
sus lineamientos de trabajo pueden ser
¿qué español enseñar?
retomados por aquellos estudiosos o
En primer lugar, considera que es necesario
profesionales que se propongan embarcarse en
enseñar una lengua homogénea que pueda ser
la ardua tarea de diseñar una variedad lingüística.
producida y comprendida por el estudiante de
español como segunda lengua en cualquier
4. c Medios masivos de comunicación
región hispanoparlante, una abstracción que
Alejandro Guevara es el autor de dos libros,
pareciera tener su correlato solo en las diferentes
Locución. El entrenador personal [2006] y El
normas cultas que posee nuestro idioma.
español neutro. Su realización hablada en
En este marco teórico, propone una definición
audiovisuales, web y telemarketing [2013], en los
del español neutro, en la que se piensa esta
que se analiza qué es el español neutro, cuál fue
Letras / 239

variedad lingüística como una posible


su origen, cuáles son sus características y qué
concretización de la koiné tan estudiada e
importancia reviste para la locución, el doblaje, la
idealizada por los teóricos de la lengua:
WEB y la venta telefónica. Si bien ninguna de las
En los márgenes del estándar se encuentra el
español neutro, ―modelo estandarizado que dos obras posee referencias bibliográficas que las
sin perder los filtros restrictivos de lo común,
posicionen entre los estudios académicos del comprendida por la mayor cantidad de
español, no podemos dejar de nombrarlos, hispanohablantes posibles, quienes son
porque se presentan como una bibliografía pensados en términos de audiencias [Ávila 2001:
consultada por personalidades de los medios, 1].
como Chris Crommet, el vicepresidente de CNN
Humberto López Morales, en ―El léxico
en Español [2007].
hispanoamericano actual. ¿Globalización o no
Las definiciones que propone el autor carecen de
globalización? Esta es la cuestión‖ [2003],
una conceptualización lingüística o presentan
también ha estudiado el español internacional o
imprecisiones y vaguedades disciplinares.
globalizado, pero sostiene que se diferencia del
Este tipo de bibliografía es la que debe invitar a
llamado español común, ya que el primero es
estudiosos de la lengua a realizar análisis
utilizado y promovido por los medios de
documentados que se presenten como fuentes
comunicación pública. Para marcar esta
confiables en el estudio del español neutro.
distinción, el autor nos brinda ejemplos que dan
En el ámbito académico, el artículo ―Los medios
cuenta de los dos usos. Por una parte,
de comunicación masiva y el español
encontramos palabras, como ―pulmón‖ o ―avión‖,
internacional‖ [2001], de Raúl Ávila, ha logrado
que poseen un uso compartido entre todos los
establecerse como una bisagra en los estudios
hablantes del español, lo que permitiría atribuir a
acerca del español neutro o internacional y
la lengua la calificación de ―común‖. Estos
demarcó un antes y un después, puesto que,
términos, que son más que abundantes, son
mediante trabajos de campo, demostró que el
considerados indispensables para la
léxico utilizado por los medios masivos de
comunicación internacional. Por la otra, palabras
comunicación fuera de ser simplificado y
regionales, como ―bordillo‖, ―banqueta‖ o
susceptible de ―malos usos‖, como muchos
―senda‖, dan paso a vocablos neutrales, como
sostenían, no solo es denso, sino también se
―acera‖, que se constituyen como
corresponde con las normas cultas y permite que
homogeneizadores del vocabulario y,
los hablantes conozcan otras, además de la
respondiendo al proceso globalizador imperante,
propia [Ávila 2001: 6 y 7].
neutralizan las variedades lingüísticas propias de
Con respecto a la importancia de esta variedad
Letras / 240

las comunidades en favor de un español


lingüística mediática, el autor sostiene que la
―internacional‖. La intercomprensión, en estos
lengua que se busca utilizar en los medios y en
casos, se da gracias a que los hablantes
las industrias culturales responde a propósitos
entienden las voces neutralizadas, aun cuando no
económicos y políticos y, por lo tanto, debe ser
las utilicen. Según el autor, son los medios El autor sostiene que son los medios de
masivos de comunicación, como la prensa comunicación los que, respondiendo a la era de
hispánica difundida por Internet, la CNN en la globalización, presentan al español
español y las telenovelas, los que, a través de sus internacional como una necesidad, hasta tal
productos comerciales, favorecen la llamada punto que, en Hispanoamérica, los locutores y
nómina pasiva de los hablantes [López Morales los actores de doblaje se especializan para
2003: 2, 3 y 7]. ―neutralizar‖ su pronunciación y entonación y
Es interesante remarcar que en ―El futuro del poder ponerle voz a publicidades o doblajes
español‖ [2006], Humberto López Morales [Gómez Font 2012].
retoma muchas de las ideas trabajadas en el
texto nombrado con anterioridad y sí utiliza la 4. d Atención telefónica
terminología ―español neutro‖ para nombrar a la Cecilia de Castro, periodista del diario Clarín, en
variedad lingüística que permite la su artículo ―Cómo platicar en castellano neutro‖
internacionalización del español a través de [2005], describe, con ánimo jocoso, cuál es la
voces neutrales; sin embargo, aclara que ese metodología de trabajo respecto de la lengua
nombre suele utilizarse con un matiz peyorativo. utilizada en los centros de atención telefónica
El coordinador general de la Fundación del para toda Hispanoamérica que en los últimos
Español Urgente, Alberto Gómez Font también se años se han instalado en Argentina. A manera de
expide respecto del español neutro en el mundo ejemplo nombra la consultora de Edgardo
de los medios masivos de comunicación en su Visñuk, que brinda un curso, Neutralización del
artículo ―Español neutro, global, general, Idioma Español (NIE), a ―telemarketers‖. Allí,
estándar o internacional‖ [2012]. En este trabajo, profesionales del doblaje enseñan a los
a partir de un revisionismo, intenta sistematizar empleados de empresas internacionales, como
algunas de las ideas más reconocidas en torno IBM, Hewlett Packard y Visa, a disimular las
de esta variedad, partiendo de su nombre y su entonaciones y las pronunciaciones propias de su
―definición‖: variedad lingüística.

Al hablar sobre la modalidad del español que no 4. e Nuevas tecnologías de la información y


Letras / 241

es propia de ningún país en concreto y que


puede funcionar bien en todo el ámbito
las comunicaciones
hispánico se utilizan distintas denominaciones Xosé Castro Roig, un traductor que fue uno de
(…).
Son, pues, distintos nombres para una misma los primeros en estudiar el español neutro, en ―El
realidad, si bien los dos más usados son español neutro‖ [1996], se centra en la
neutro e internacional [Gómez Font 2012].
implicancias que las nuevas tecnologías poseen 4. f Estudios lingüísticos
en el uso del lenguaje y sostiene que las En su libro El español internacional [2008], Eva
comunicaciones y la informática propician un Bravo García presenta un panorama del español
español ―comercial‖, hecho que no pasa internacional o español neutro. Sus aportes
desapercibido para las grandes empresas de representan una introducción al concepto, que
electrónica e informática: permite establecer cuál es su situación ―actual‖:
Así pues, cada vez más, los grandes su contexto, su descripción, su valoración en el
fabricantes de maquinaria, electrónica,
informática y productos para el consumo de
mundo hispanoparlante y sus usos. Si bien la
todo el mercado hispanohablante comienzan extensión del trabajo no favorece un desarrollo
a ver conveniente el abaratamiento de costes
en la producción de instrucciones y exhaustivo de los temas presentados, posibilita
documentación de sus productos mediante un acercamiento a un panorama complejo.
el empleo de una sola versión española para
todo el mercado hispanoamericano. Una En primer lugar, la autora remarca que, aunque
intención nada altruista, sino comercial, que,
existe un interés comercial a la hora de utilizar y
sin embargo, va en beneficio de nuestra
lengua y nuestra cultura... [Castro Roig 1996: difundir el español neutro, interés que responde a
1].
la expansión de las tecnologías de la
Este beneficio para la lengua y la cultura no es comunicación, este no es el factor más
otro que el que en 2006 se vería confirmado por importante a la hora de analizar los fenómenos
la I Acta Internacional de la Lengua: el valor que asociados a esta variedad lingüística. Quizás
el español tiene y la rentabilidad que conlleva su considera más importante como causa de su
ingreso en un mercado competitivo. requerimiento el prestigio de los propios medios
El autor considera que el uso de un español al que aparece asociado [Bravo García 2008: 20].
técnico neutro, que permite la intercomprensión La visión que presenta Bravo García acerca del
de los hispanohablantes de diferentes países, es español neutro no es negativa, especialmente
una demostración de madurez del sector porque considera que la expansión territorial de
tecnológico. Para ejemplificar este avance, nuestra lengua española promueve su uso como
recuerda que los primeros teclados carecían de lengua vehicular, ya que se presenta como ideal
―ñ‖, hecho que pudo ser revertido gracias a que para fines comunicativos, sin ir en detrimento de
los hispanohablantes utilizan la maquinaria las variedades lingüísticas propias de los
Letras / 242

producida, exigen traducciones de los manuales hablantes [Bravo García 2008: 23].
de uso y comienzan a consumir programas en
español y no ya en inglés [Castro Roig 1996: 1]. En su artículo ―El valor de la diversidad en la
conciencia lingüística‖ [2007], Uta Helfrich
presentó una investigación acerca de la 5. El valor económico del español
conciencia y la actitud lingüística frente a los
Así, lo que convierte a la lengua en un activo de
conceptos homogeneizadores español neutro y valor económico es, ante todo, la función que
brota de su cualidad más primigenia, la de ser una
panespañol que manifestaron, en una encuesta
herramienta de comunicación social. En este
en línea realizada en 2006, dos grupos de estudio sentido, la lengua, como la moneda, es un medio
de cambio, de intercambio: crea mercado.
de nivel cultural alto procedentes mayormente Juan Carlos Jiménez [2012: 45]

de Hispanoamérica.
El estudio tenía como fin último recoger las El estudio del español como un activo económico

apreciaciones de estudiantes y profesionales tuvo sus inicios en 2006 con los cinco encuentros

respecto de las consecuencias lingüísticas que dieron nacimiento a la I Acta Internacional

asociadas al proceso de globalización y la de la Lengua Española: ―Activo cultural y valor

homogeneización que se prevé implicará en la económico creciente‖ (San Millán de la Cogolla,

lengua española, puesto que “... la dirección en España, del 26 al 29 de octubre 2006), cuyo

que evolucionará la lengua no es en absoluto análisis de las Debilidades, Amenazas, Fortalezas

calculable ni controlable desde arriba, sino su y Oportunidades (DAFO) de nuestro idioma,

desarrollo dependerá más bien esencialmente de conclusiones y líneas de actuación fueron

las actitudes de los hablantes” [Helfrich 2007: 3]. publicados en el libro El español activo cultural y

Al preguntarles acerca de la importancia de una valor económico creciente, coordinado y

lengua homogénea, los encuestados redactado por Alfonso Roble Torres.

reconocieron su necesidad para ciertos fines En las conclusiones, se explicitaron como factores

específicos, pero su consecución era considerada a tener en cuenta la falta de investigaciones que

un ―peligro‖ por la posible pérdida de identidad y existía hasta el momento, la necesidad de

la necesidad de ser instituida a partir de normas estudios sociolingüísticos con el fin de

prescriptivas. proporcionar datos y, por sobre todo, la

Respecto del español neutro, el autor considera existencia de un campo de estudio fértil:

que, mientras que algunos lingüistas y legos en La falta de datos sobre el valor económico de
la lengua en el conjunto de la comunidad
el tema consideran que colaboraría con la hispanohablante se debe, en gran medida, a
la carencia de investigaciones sobre esta
creación de una norma panhispánica, esta
Letras / 243

materia en cada uno de los países de nuestra


variedad no es más que una “estrategia de área lingüística. En ese sentido, las
conclusiones del encuentro de San Millán
marketing”, cuya existencia es incierta [Helfrich
producto de las reflexiones de más de
2007: 3]. setenta expertos de Europa, América y África,
ponen de manifiesto la existencia de un
campo inédito para la investigación y el
análisis por parte de economistas, lingüistas, Rogelio Blanco, en el ―Discurso inaugural‖ en la
universitarios y profesionales independientes.
Sus estudios y propuestas serían una
IV Acta del Congreso Internacional de la Lengua
aportación de indudable interés para conocer, Española, reconoce que los editores son los
con datos fiables y contrastados, el evidente
valor económico de la lengua y sus industrias precursores en el desarrollo del valor económico
culturales en los países de habla hispana del español [Blanco 2010: 4].
[Escudero, en Torres Roble 2006: 4].
De lo expuesto hasta el momento, podemos
La serie de encuentros en San Millán se convirtió
inferir que, si bien el estudio y las investigaciones
así en una ―punta de iceberg‖, pues diferentes
lingüísticas respecto del valor económico de
instituciones y expertos ahondaron en el análisis
nuestra lengua ven un crecimiento exponencial a
y los estudios del valor económico del español.
partir de la I Acta Internacional de la Lengua
Un número importante de especialistas se
Española, mucho antes era reconocido por el
hicieron eco de la propuesta e investigaron,
mundo empresarial, y su riqueza en términos
desde diferentes campos de estudio, las
monetarios venía siendo explotada por
relaciones que se podían establecer entre el
numerosas industrias, como en el mundo de la
español y la economía. El Instituto Cervantes, por
edición de libros; en los diferentes medios
su parte, comenzó a redactar informes
masivos de comunicación: prensa, radio,
denominados El español, una lengua viva, en los
televisión y cine; en el universo de Internet:
que se presentaron y presentan datos que son
plataformas digitales, comercio en línea, páginas
considerados fuentes fiables de información para
web y contenidos; en el desarrollo de software:
realizar estadísticas, establecer comparaciones,
sistemas operativos, juegos y programas
reconocer variables, etc.
informáticos; en las escuelas de idiomas, entre
Ahora bien, aun cuando en 2006 en los estudios
otros [Torres Roble 2006: 7].
lingüísticos no se poseía una verdadera
No podemos dejar de considerar que las cifras
conciencia acerca de los vínculos entre idioma y
que se proyectan acerca del número de
economía, en otras esferas sociales, como en el
hablantes de español en el futuro incrementan el
campo de la producción y la distribución
interés económico. Si se plantean proyecciones
audiovisual y editorial, y en campos de estudio
en torno a nuestro idioma, los hablantes de
asociados, como el de las traducciones, se
español hacia 2030 constituirán el 7,5% de la
Letras / 244

reconocían y explotaban dichas relaciones. Es


población mundial [Caffarel Serra 2014: 21].
justamente en estos contextos empresariales
El contexto socio-académico nos invita a
donde el concepto español neutro fue
reflexionar acerca de qué variedad lingüística se
haciéndose lugar y cobrando importancia.
pone en juego al hablar del valor económico del
español. Algunos análisis simplemente nombran hablando de la utopía cumplida del diseño
universal?‖.
una lengua común que se supone debe gozar de Leonor Arfuch [2011: 208]

un grado alto de homogeneidad, para abaratar


costos en negociaciones, lograr una En el campo de las ciencias sociales, existen

intercomprensión fluida entre hispanohablantes reconfiguraciones. No es de extrañar que los

de cualquier territorio y ―colocar‖ a la lengua en estudios que se centran en el ser humano y su

el campo visible de los empresarios [Jiménez vida en sociedad se desarrollen y, con el paso del

2012: 215]. Sin embargo, otros estudiosos, como tiempo, se propongan nuevos enfoques

pudimos apreciar en el apartado anterior, ya metodológicos y líneas de análisis consideradas

trabajaban y llevaban a cabo sus investigaciones novedosas.

en torno a esta variedad del español que se En las últimas décadas, comenzó a reclamar su

supone es la preferida por las empresas para lugar entre estas disciplinas el estudio del diseño.

lograr mayores ganancias en sus intercambios Hay quienes sostienen que tuvo su nacimiento a

comerciales y favorecer la comprensión en comienzos del siglo XX, con las vanguardias

esferas transnacionales. Las compañías artísticas; hay quienes aseguran que en la

relacionadas con la comunicación son las que segunda posguerra con los medios masivos de

propugnaron y propugnan por una lengua comunicación y la industrialización a gran escala.

internacional desde un primer momento [López Lo que sí se sabe es que es notoria la escasez de

Morales 2003: 9]. teoría en cuanto a su posicionamiento y a su

Sea cual fuere el interés que revistan los estudios autonomía respecto de las ciencias de la

realizados en los que el español es pensado comunicación y de las artes aplicadas [Arfuch

como un activo económico, sí podemos asegurar 2011].

que se lo considera un gran negocio en el Aun cuando pareciera no terminar de cobrar

mercado internacional, en las comunicaciones forma un aparato crítico que permita delinear su

multimediales y en el ―mundo científico‖. estatuto disciplinar, se considera que existe una


estrecha relación entre el diseño y diversas
prácticas sociales, especialmente la comunicación

6. El diseño y la cultura. El contexto que permite que esta


Letras / 245

―... parecería que ningún objeto, por insignificante interdependencia tenga lugar es la lógica de
que sea, pudiera escapar a la compulsión del
diseño. Cuando se habla de mundialización, de mercado, puesto que las exigencias comerciales
extrañas simultaneidades, de ciudades en las
antípodas que ofrecen las mismas imágenes,
reclaman repensar a la comunicación y a la
marcas, costumbres, íconos, ¿no estaremos
cultura como productos susceptibles de ser diversos ―productos‖ que responden a una lógica
diseñados [Arfuch 2011: 10]. de mercado de los medios masivos de
Si bien el diseño como disciplina se encuentra en comunicación? ¿No se concreta su habitabilidad
sus albores, en lo que respecta al español neutro cuando los ―productores‖ y los ―consumidores‖ la
como práctica social, comunicativa y cultural, eligen por sobre otras variedades?
podría echar luz sobre una posible definición; en Pareciera que tanto el español neutro como el
primer lugar, porque este se presenta como un diseño responden al funcionamiento propio del
fenómeno de época que responde a una lógica mercado que tiene lugar a partir de mediados del
de mercado, como pudimos analizar en el siglo XX con la incorporación de los medios
apartado precedente, y, en segundo lugar, masivos de comunicación y la producción a gran
porque esta variedad lingüística puede ser escala. Según Norberto Chaves [en Arfuch 2011],
pensada como un ―servicio‖ susceptible de debe establecerse en esta época la diferencia
formar parte de un método proyectual. entre el diseñador como comunicador y el
En su artículo ―Diseño Gráfico, ¿un orden diseñador/artista, ya que el primero, respondiendo
necesario?‖, María del Valle Ledesma busca a lógicas del comercio y de la masividad, investiga,
definir qué es el diseño y, en esa búsqueda, contextualiza e interviene para proporcionar una
encontramos claves para pensar el español solución requerida y es una pieza fundamental en
neutro. La autora considera que se puede explicar los sistemas de producción para el consumo.
a partir del entrecruzamiento de tres aspectos, Al estudiar en el apartado anterior el español
que no necesariamente tienen que ser pensados como activo económico, analizamos que tres
como etapas secuenciales: la prefiguración o actividades llamaban la atención en cuanto a su
planificación, la materialización proyectual o productividad: la enseñanza del español como
puesta en práctica y la habitabilidad social o segunda lengua, la llamada industria cultural y las
aceptación por parte de la comunidad. Cabe empresas relacionadas con las nuevas
aclarar que la acción proyectual no implica solo tecnologías de la comunicación y la información.
producción de objetos concretos, sino también Aun cuando el diseño no esté explícitamente
de servicios que van a ser los que determinen asociado a estas tres actividades, no cabe la
“modos culturales del habitar” [Ledesma, en menor duda de que intervino en la producción y
Letras / 246

Arfuch 2011: 38 y 39]. medió en el consumo de sus productos y no


¿No se busca, acaso, una solución económica al solamente contribuyó al crecimiento de su valor
utilizar el español neutro? ¿No se materializa el económico y utilitario, sino también al simbólico,
proyecto de esta variedad lingüística en los
evidenciado en el reconocimiento otorgado por población cuya primera lengua es el español y el
los estudiosos del fenómeno. creciente interés por aprenderlo como segunda,

Gui Bonsiepe [2005] es quien hace hincapié en la el promisorio uso del idioma en la WEB y la

indiferencia con la que se trata a esta disciplina aspiración a que nuestra lengua pueda ser

en el mundo académico. El autor sostiene que en considerada vehicular en las ciencias hacen que

toda disciplina científica se diseña, y no solo en instituciones y empresas busquen estrategias

las llamadas artes aplicadas, puesto que siempre para lograr una unificación de la variedad

que aparezca implicado un acto proyectual, aun lingüística, cuyo resultado, pretendido o no, sea

cuando después sea invisibilizado en su uso el acrecentamiento de su valor en el mercado y

porque logra su habitabilidad en una dinámica su configuración como activo económico.

cultural, hay diseño. Como ya adelantamos, es el diseño la disciplina

Prestando atención a esta advertencia, a que consideramos media entre la variable

continuación propondremos una definición del lingüística y la económica a la hora de definir al

español neutro que permita articular, desde una español neutro.

perspectiva sociolingüística, el valor económico Sabiendo que hay vocablos y giros lingüísticos
del español, el diseño, los contextos de uso y las que no son entendibles por todos los hablantes
variedades lingüísticas. de español, quienes trabajan en torno del
llamado neutro tienen que decidir qué palabra se
ajustará a los requerimientos solicitados y, por lo
7. Hacia una definición del español neutro
tanto, proponer una solución que puede o no ser
En este trabajo proponemos pensar al español
retomada por otros ―diseñadores‖ de esta
neutro como un concepto que surge del
variedad lingüística en otros contextos o
entrecruzamiento de tres campos de estudio
situaciones:
diferentes: la economía, la lingüística y el diseño.
Christopher Crommett explicaba hace pocos
Como expusimos, las esferas sociales en las que meses en Chicago, que el español usado en
se utiliza el español neutro se han desarrollado a la famosa cadena de televisión era el
resultado de la necesidad de conseguir una
partir de la llamada industria cultural y han comprensión a nivel mundial, con un
lenguaje claro, simple, de uso general, que
encontrado su apogeo en el denominado
Letras / 247

evitaba extranjerismos, punto este último


proceso de globalización. que constituye una preocupación especial
para ellos, que transmiten desde los Estados
El extenso territorio hispanoparlante y la Unidos. Los periodistas de CNN, los
corresponsales, redactores, editores y
búsqueda de una intercomprensión generalizada
presentadores, continuaba explicando el
entre los hablantes, el crecimiento de la Director de la cadena, se sirven de
instrumentos (manuales de estilo, siguiente versión, lo que provoca unos gastos
diccionarios, búsqueda de recursos en adicionales y una incomodidad a los usuarios
Internet) y de estrategias (consultas entre que no habrían sido necesarios con una
colegas, mensajes del público) para realizar planificación previa [Castro Roig 1996: 3].
un manejo adecuado del idioma. Se sigue un
proceso de depuración idiomática que De lo expuesto hasta el momento, podemos
comienza en la redacción, continúa en una
inferir que los ―mediadores‖ que hemos
revisión obligatoria y termina con la
verificación de salida al aire [López Morales nombrado a lo largo del trabajo, de un modo u
2003: 5].
otro, presentan contenidos diseñados en español
Como una de las características del diseño es neutro. ¿No son acaso ―diseñadores‖ quienes
hacer-ver invisibilizándose [Arfuch 2011], es decir deciden arman un vocabulario neutro y otorgan
que en el producto o servicio se invisibiliza el lineamientos lingüísticos de trabajo que deberán
proceso, en el caso del español neutro son pocos ser tenidos en cuenta por empresas de atención
los consumidores que se preguntan por el diseño al cliente, por traductores o por los productores
de la lengua utilizada o por su naturalización. de contenido en los medios masivos de
Entonces, podríamos decir que de los tres comunicación? ¿No está ―diseñando‖ una
aspectos del método proyectual citados variedad lingüística aquel que decide enseñar un
(planificación, materialización y habitabilidad), español que nadie habla, pero que todos
solo se presenta un grado alto de conciencia en comprenden o quien pretende implementar
los hispanohablantes acerca de la tecnologías de la información y la comunicación
materialización. que sean consumidas por toda la comunidad
En cuanto a la habitabilidad, podemos decir que hispanohablante?
es el diseño quien modifica el estatuto del A partir de todo el recorrido realizado hasta esta
producto o servicio ofrecido, pues los instancia en busca de una definición de español
consumidores lo incorporan en su vida hasta tal neutro, a continuación presentamos aquella que
punto que, en caso de que la oferta se cambie, creemos pone en relación las variables descriptas
exigen versiones que se correspondan con los y permite, en el cruce de fronteras entre
―modelos‖ ya incorporados: disciplinas diferentes, dar cuenta de los usos que
del concepto se realizan en las diferentes esferas
Independientemente de la calidad de la
Letras / 248

traducción y la revisión, aquel equipo empleó sociales nombradas.


términos exclusivos de México en su
traducción (turnar por forward; charola de El español neutro es, entonces, una variedad
entrada/salida por In/Out Box, etc.) que lingüística diseñada para responder a los
provocó las protestas de muchos otros
usuarios hispanohablantes y forzó a requerimientos de instituciones y empresas y
CompuServe a enmendar la traducción en la
formar parte de la lógica del mercado. simplificación que implica y el empobrecimiento
Sostenemos que: de vocabulario que supone. Como hemos

+ es una variedad lingüística, porque es un uso trabajado, el fenómeno es mucho más complejo

particular del español que tiene lugar frente a y no solo presenta un vocabulario denso, como

situaciones comunicativas (alcanzar una bien sostiene Raúl Ávila, sino que de ninguna

uniformidad lingüística absoluta en el núcleo manera se piensa como lengua de uso cotidiano,

receptivo de los hablantes), geográficas (lograr el sino como variedad lingüística diseñada para

mayor alcance territorial posible) e históricas ciertos contextos específicos: contenidos

(formar parte de productos propios de la mediáticos, traducciones comerciales, difusión

industria cultural). científica, entre otros.

+ es diseñada, debido a que existe un método El Trabajo Final de Licenciatura presentado de

proyectual a partir del cual se planifica ninguna manera pretende clausurar las

(investigación, documentación y selección de discusiones teóricas en torno a su definición, sino

vocabulario sintópico, sinstrático y sinfásico más bien abrir las fronteras de estudio a otras

[Coseriu 1992: 29], etc.), se ejecuta disciplinas, con sus posturas críticas y sus

(asesoramiento o realización del servicio) y se paradigmas, pretensión propia de las

incorpora un valor social que es aceptado por los sociolingüística al relacionar las lenguas con

usuarios e, incluso, solicitado. variables que exceden en sí el hecho lingüístico,


pero que pueden determinarlo. En este caso, el
+ responde a los requerimientos de instituciones
diseño y la economía.
y empresas, que pretenden abaratar costos y
difundir un único producto o servicio a toda la Quizás no estamos acostumbrados a relacionar

comunidad hispanohablante. las palabras diseño y variedad lingüística, porque


por mucho tiempo solo consideramos familiares
8. Conclusiones expresiones como ―diseño industrial‖, ―diseño
―El español es un país que le permite circular gráfico‖, ―diseño de software‖ y, quizás, ―diseño
a uno por una variedad ilimitada de paisajes
de interiores o de indumentaria‖; sin embargo,
sin que lo detengan en ninguna frontera, una
identidad fluida y flexible que nos permite como sostiene Gui Bonsiepe [2005] en toda
ser de muchos lugares y de uno solo‖.
Letras / 249

disciplina científica se diseña siempre que


Antonio Muñoz Molina [2007:1]
aparezca un acto proyectual, aun cuando este
sea invisibilizado en su uso. Es justamente el
Frente a la riqueza de la variedad que el español
método proyectual el que nos permite
ofrece, el español neutro muchas veces es
comprender por qué el español neutro es una
entendido como un peligro por la presunta
variedad lingüística diseñada y el que nos brinda reflexión y posible compleción futura. De más
un marco conceptual para las descripciones de está decir que se necesita una caracterización
las metodologías utilizadas por aquellos que exhaustiva de las diferentes formas que cobra
trabajan con dicha variedad. esta variedad de acuerdo al diseño que se

Como hemos planteado en todo el trabajo, necesite, puesto que no es lo mismo una

vivimos en un mundo y en un tiempo en el que traducción científica que una literaria, como

los modos de comunicar y la circulación de la pudimos constatar en los artículos de Villegas y

información crece exponencialmente. No es Benseñor respectivamente.

casual que el vehículo principal para lograr este Para terminar, retomamos la idea de que el
crecimiento sea el lenguaje y, por esto, esté español neutro es hijo de la era de la
siendo estudiado como un bien económico comunicación y de los medios masivos y, por lo
susceptible de análisis especulativos y trabajos tanto, aun cuando existan resistencias a su uso,
―productivos‖ que responden a las lógicas de no puede negarse que llegó para quedarse en las
mercado. esferas de producción de información.

Este nuevo contexto propulsó los estudios Al comenzar este artículo, describimos la
lingüísticos en los que el valor económico del situación del español neutro en el campo
español cobró importancia y el español neutro, disciplinar y las problemáticas que aparecían
considerado una variedad lingüística diseñada asociadas. Una en particular es la que dio sentido
para conformar productos que se inserten en el a nuestras reflexiones: la falta de una definición
mercado y brindar soluciones, empezó a ser que pudiera dar cuenta de todos los usos que
tenido en cuenta por diferentes estudiosos del presenta el término. Creemos que hemos dado
lenguaje, ya sea para criticarlo, ya sea para un paso en ese sentido y, entre todos los paisajes
profundizar en su análisis. del español, comenzamos a recorrer aquel que

Como el título de esta presentación lo indica, la desdibuja fronteras y nos permite ser de

idea es comenzar un recorrido hacia la definición múltiples lugares y de uno solo.

del español neutro y, si bien la propuesta ha sido


9. Bibliografía
presentada, no implica un estudio cerrado, pues
ANDIÓN HERRERO, María Antonieta (2008), ―La
Letras / 250

es conocido por todos que las disciplinas y sus diversidad lingüística del español: la compleja
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Letras / 252
EL ESPAÑOL INTERNACIONAL:
VALORACIÓN ACTUAL Y USOS ESPECÍFICOS
EVA BRAVO GARCÍA
Universidad de Sevilla

El español internacional es una modalidad de uso actual que tiene su ámbito de aplicación y
difusión preferente en el extenso mundo de las comunicaciones y en otros escenarios
profesionales, como la enseñanza de la lengua española y el diseño de programas educativos.
Cumple en ellos una función específica y actúa como factor de homogenización e
intercomunicación. Para conseguir sus objetivos, necesita desarrollar unos criterios de
selección y de estandarización que sean aceptados por amplios grupos sociales y que le
permitan afrontar las necesidades de inmediatez comunicativa y alcance general, frente a la
pluralidad lingüística de los receptores.
La difusión y el calado social que tienen hoy estos medios de comunicación es tal que hace
que esta modalidad llegue a un buen numero de usuarios de la legua española, inserta en una
variedad de productos que interesan a hablantes de todos los niveles sociolectales. Por ello, es
interesante reflexionar acerca de los usos específicos que hoy se asignan a esta modalidad y
cuál es la valoración que cosecha, lo que permitirá ponderar tanto su proyección de futuro
como posibles espacios nuevos de actuación.

1. El "español internacional" en el marco de la lengua española.

El español es hoy una lengua de proyección internacional, reconocida y valorada tanto por el
número de hablantes que la respalda como por la comunidad cultural que la sustenta. En estos
momentos -en los que nos aproximamos a los 400 millones de hablantes- su expansión
prestigiosa es evidente. La geografía del español está formada por un grupo de países que
integra al 98,7% de sus hablantes, que se extienden por el continente americano desde los
Estados Unidos hasta el Cono Sur. El resto se encuentra al otro lado del océano Atlántico,
donde es lengua oficial en España y Guinea Ecuatorial.
En el caso de la Península Ibérica, los últimos decenios muestran una disminución del
número de habitantes para los que el español es su única lengua. La causa fundamental hay
que buscarla en las políticas lingüísticas autonómicas que tienen como finalidad impulsar las
lenguas de sus respectivas regiones en las edades más tempranas y en los niveles iniciales de
enseñanza. En este sentido los datos del último Censo del año 2001 indican que un 41 % de la
población nacional vive en zonas donde hay otras lenguas propias; en ellas, un 42,1% domina
esa otra lengua (la entiende, la sabe leer y escribir), con márgenes muy amplios entre el 56%
de gallegos que se dicen bilingües y el 23% para navarros y valencianos. Si a estos datos se
suman los que la entienden y hablan, la cifra de individuos que se pueden comunicar
verbalmente en una lengua que no es el español sube al 63,6%.
Será interesante cotejar esta situación con los datos que ofrezca el próximo censo, pero todo
hacer prever un aumento de los hablantes "bilingües", pues las actuales políticas lingüísticas
no favorecen una expansión del español ni una situación lingüística equitativa en las
autonomías que reconocen otra lengua.1 Esta situación no tiene paralelismo en
Hispanoamérica, donde los hablantes de español son ampliamente mayoritarios: superan el
99% en Argentina, Chile, Colombia, Cuba, El Salvador y Honduras. Sólo baja del 90% en
Bolivia (87,9%), Guatemala, (86,4%), Perú (82,8%) y Paraguay (63%). Por el contrario, en
España es lengua de uso habitual para un 74%, sólo algo superior al 67,6% de Guinea
Ecuatorial.2

1
Un panorama actual de la situación lingüística peninsular puede encontrarse en Herreras (2006).
2
Los datos que se manejan son resultado del cotejo de distintas fuentes, entre ellas Ethnologue, Agencia EFE,
A lo largo de esta geografía, el español no es simplemente una lengua oficial o comercial,
sino lengua materna, con lo que ello implica en los procesos de transmisión cultural y
lingüística -sin perjuicio para otras lenguas autóctonas que en cada caso son reconocidas y, en
mayor o menor medida, impulsadas. De ahí que en muchas ocasiones no pueda ser
comparable el número de hablantes de español y el de otras lenguas ampliamente extendidas
como el inglés, pues muchos de los hablantes de ésta lo son en determinado ámbito
profesional o social, pero en modo alguno es para ellos una lengua que alimente su cultura e
intereses, que explique su mundo y sus creencias. El elevado índice de comunicatividad del
español y la magnitud de sus nexos culturales se ha puesto de relieve en las últimas décadas,
captando la atención de nuevos ámbitos profesionales y desarrollos de mercado; estos
factores hacen hoy de la lengua española uno de los idiomas prioritarios en el aprendizaje de
una segunda lengua, pues son más de 60 millones de personas las que lo aprendido en todo el
mundo (Ethnologue 2005:560).
Más que los grandes flujos migratorios o un espectacular aumento de la natalidad, son las
sociedades modernas y el uso de los medios de comunicación que ellas han propiciado los
principales agentes de la expansión de un idioma que ofrece hoy numerosas oportunidades de
proyección social. Por todo ello, interesa considerar la importancia del español no sólo a
partir de la tasa de población, sino de la internacionalización de esta lengua como efecto
derivado de su rango cultural y de las demandas que se generan en estas sociedades
avanzadas.

2. Un español con matices.

La lengua es un hecho inseparable de la evolución social de un pueblo y se convierte en


espejo de sus historias y acciones, proyectando una imagen de dicha comunidad fuera de sus
fronteras; por ello el nombre de una lengua en modo alguno es un asunto menor para sus
hablantes. En torno al término que la designa se agolpan sentimientos, matices, relevancias
que determinan la aceptación o rechazo de un nombre que, pese a que inicialmente sólo tenía
un valor descriptivo o se limitaba a marcar una procedencia, acaba siempre levantado
reacciones y creando expectativas. Esta polémica parece afectar a la mayoría de las lenguas
con cierto recorrido histórico y puede llegar a tal punto que en ocasiones parece que el
nombre es tanto o más importante que la propia lengua.
En el caso de la modalidad que nos ocupa, muchas de las designaciones que van apareciendo
obedecen precisamente al deseo de esquivar las connotaciones que ha ido adquiriendo otra
previamente usada, desplegándose cada una en una curiosa variedad de matices, empezando
por el propio nombre del idioma (castellano o español). Prácticamente en todos los casos que
se señalan a continuación, alterna el uso de castellano o español -y en menor medida latino-,
atribuyéndoles connotaciones diferentes utilizadas para decantarse por u otro. En estas
preferencias intervienen matices socio-nacionales, la percepción respecto a la vinculación
histórica con la antigua metrópoli y los sentimientos, a veces encontrados, que esta herencia
suscita. Sin embargo, todas las designaciones que se manejan, focalizan una visión del
español entendido más que nunca como vehículo de expresión de un mundo cultural que,
trascendiendo su cuna peninsular originaria, se identifica con una comunidad lingüística
amplia y centrada en el continente americano. De esta forma, se genera un incuestionado
concepto de hispanidad vertebrado por una lengua común.

2.1. De lo común hacia lo global.

INE (España), cuyas referencias se indican en la bibliografía.


El uso de los términos español panhispánico, panespañol o español global incide en la
consideración de una modalidad que puede ser universalmente válida para todos los usuarios
de la lengua española, sobrepasando las fronteras nacionales. Este tipo de designaciones
destaca el carácter supranacional: es un español de todos, que vale para todos los actos
comunicativos entre hablantes de distintas procedencias geográficas o sociales, seleccionando
rasgos que desplazan el eje lingüístico del modelo peninsular para acercarlo a las formas
hispanoamericanas, a las que se les da un nuevo rango de influencia en el modelo común. En
señalar esta noción plural coinciden diversos autores, como rasgo esencial de la unidad y la
diversidad del español:

La pluralidad de normas en español (normas entendidas como modelos de hablar culturalmente el


español) se ha tenido en cuenta a la hora de elaborar la normativa que nos ofrece el Diccionario
panhispánico de dudas, recientemente publicado.
La norma, entendida ahora como conjunto de reglas, se basa tanto e el español europeo como en
la lengua española desarrollada en el continente americano, lo que hace, por fin, que nuestra
mirada sea panhispánica y no específica de un solo modelo (Aleza 2006:32).

Español panhispánico parece una designación redundante, pero el uso de este adjetivo sólo
quiere oponer esta modalidad a los usos nacionales del español y sobrepasar las tradicionales
distinciones dialectales del tipo "español de España" frente a "español de América".
Panhispánico es, por otra parte, el adjetivo utilizado en documentos de organismos oficiales
como la Real Academia de la Lengua y el Instituto Cervantes. Está incluido en el título del
Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) de la RAE, que define este adjetivo como
'perteneciente o relativo a todos los pueblos que hablan la lengua española' (DRAE).
En la concepción académica, la norma panhispánica está vinculada al hablante culto y aunque
recomienda el conocimiento de todas las variedades del español, puntualiza que

en última instancia, sólo el dominio del registro culto formal que constituye la base de la norma y
el soporte de la transmisión del conocimiento, permite a cada individuo desarrollar todo su
potencial en el seno de la comunidad. Por esa razón, todas las recomendaciones que aquí se
expresan deben entenderse referidas al ideal de máxima corrección que representa el uso culto
formal (DPD 2005).

La Academia insiste en el carácter normativo del estándar culto, el cual puede no


corresponder con el que se utiliza en el mundo mediático, pues muchas necesidades de
comunicación en este ámbito son novedosas y elementos recientemente incorporados aún no
han sido testados en el uso culto. De otra parte, en el español de los medios se acogen
variantes nacionales, siempre que no sean muy marcadas y no produzcan algún tipo de
rechazo en otro sector del público. En conclusión, el uso que la Academia y los medios hacen
del término panespañol no es exactamente sinónimo, aunque la aspiración básica sea en
esencia la misma. En todo caso, en el uso mediático el panespañol no es un modelo en el que
todo lo español cabe, sino sólo aquello que es común, que une y vincula, aquello que tiene
referente en la dilatada cultura que ha brotado de la lengua española; en ese sentido es un
factor que potencia la unidad defendida por esta veterana institución.
En el ámbito de la enseñanza de lenguas, algunas instituciones también usan el adjetivo
panhispánico. En el año 2004 el Instituto Cervantes firmó con la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM) un acuerdo para establecer en este centro un Diploma
Panhispánico de Español, con el fin de ofrecer una titulación de validez general en el ámbito
internacional y con sede en el continente americano. El uso del término panespañol revela ya
el deseo de ambas instituciones de enseñar y promover un español válido para todo los países
americanos y especialmente en el uso internacional de nuestra lengua. El proyecto debe
cumplir el requisito previo –como consta en la documentación del Instituto Cervantes- de
"definir los instrumentos de medición de la competencia lingüística en español como lengua
extranjera con un criterio panhispánico".
La denominación español global se crea por analogía a muchas otras que también contienen
este adjetivo desde que se popularizara la expresión aldea global de Marshall McLuhan; de
aquí economía global, política global, mercado global, etc., con la que se resalta sobre todo
la proyección mundial del sustantivo al que acompaña. En ocasiones se usa en este mismo
sentido, pero con menor frecuencia, español universal o español mundial.
El adjetivo global está también vinculado con una idea de progreso y su amplio uso
comunicativo internacional, que no es sólo reciente ni obedece a un proceso de colonialismo
económico, sino a una asentada identidad entre lengua, cultura y nación:

... es en Hispanoamérica donde el español ha llegado a ser incuestionablemente una ideología de


progreso.
[...] esta ideología de progreso le viene al español de su condición de lengua internacional. Por
supuesto, cuando una lengua internacional (esto es, inter-nacional: que se habla por varias
naciones) funciona, además, como lengua puente , como instrumento de comunicación válido para
intercambios científicos o comerciales entre cualesquiera seres humanos, su condición de lengua
de progreso se hace aún más patente y sus defensores pasan a considerarla lengua global (López
García 2007:41).

2.2. El valor de lo internacional.

Español (o castellano) internacional es una etiqueta que incide en el carácter vinculante de la


lengua compartida por todos los países de habla hispana, una modalidad que trasciende las
características del país propio y, eliminando lo local o rural, hace posible un uso no marcado
en cualquiera de los territorios de habla hispana. Se resalta la internacionalidad como una
virtud, un valor a favor de la difusión y la mejor aceptación de los productos que la
contemplan, al tiempo que se garantiza una comprensión general y un escaso índice de
rechazo.
Esta denominación es la que cuenta con una implicación comercial más directa. La lengua es
un bien económico que repercute en beneficios si se dan ciertas condiciones de mercado.
Constituye un patrimonio inherente a una comunidad social que no sólo no se agota con su
uso, sino que aumenta su valor cuanto más se utiliza y difunde. Su repercusión ha llamado la
atención de expertos del ámbito económico, que reclaman un mayor conocimiento de
predicciones sobre el español en la publicidad, las comunicaciones, la administración y la
educación, que permitan medir el impacto del español como valor económico:

La defensa del español como idioma franco, por el impresionante número de sus hablantes,
por su deseable presencia en los organismos internacionales y por su potencial aptitud como
medio de comunicación en la ciencia y la técnica, necesita el conocimiento lo más preciso
posible del significado económico de cuantas actividades humanas se desarrollan bajo la
necesaria presencia de la lengua española (Martín Municio 2003:13).

De la mano de la globalización, las lenguas más difundidas en los últimos años son vistas
como un valor de cambio y como agentes de producción, es decir, como activos
socioeconómicos que dan recursos y potencian la riqueza de sus usuarios. Aumentar la
difusión de una lengua revierte en una mejora del mercado económico, que no ve
desperdigado sus esfuerzos orientando sus producciones en idiomas diversos, con el
consiguiente ahorro en el coste económico y una clara mejora en la viabilidad.
La competencia internacional de la lengua es un reto en el mundo de la traducción oral y
escrita, pues la elección de un término u otro, una construcción morfológica o una entonación
marcada provocan malentendidos o, cuando menos, enajenan el significado de un acto
comunicativo. Garantizar una comprensión correcta por encima de las barreras nacionales y
sociales es la baza que juegan las importantes empresas de traducción, conscientes de que
ofrecer una redacción unívoca es un reto factible en un idioma tan rico y plural como el
español.
Este concepto de un español internacional tiene gran viabilidad en la enseñanza y aprendizaje
de la lengua y satisface el deseo de los aprendices de obtener una competencia lingüística que
no esté labrada en exceso con marcas nacionales. La denominación español general que
sugiere Francisco Moreno coincide básicamente con estos usos:

Hay profesores y estudiantes que buscan un modelo de "español general" –decididamente


preferimos general a estándar-, un modelo lo más general posible, una norma lingüística
abarcadora. El referente, desde tal posición, podría estar en ese español de las películas de Walt
Disney (español de Disneylandia) o de la CNN que, siendo de muchos lugares, en todos se
entiende sin que las diferencias se aprecien como extrañas (Moreno Fernández 2000:81).

2.3. El uso del adjetivo "neutro".

Español (o castellano) neutro, acento neutro o simplemente neutro, son términos muy
utilizados en el continente americano, especialmente en los países lingüísticamente más
“marcados”, donde con frecuencia la competencia en esta modalidad "neutra" llega a
convertirse en requisito obligatorio para los profesionales de la comunicación y de la
telemercadotecnia. En estos casos neutro significa ausencia total de marca, por lo tanto
manejar ese estilo implica garantizar la ausencia de rasgos nacionales o locales, que son
considerados como interferencias indeseadas en la promoción de los productos y personajes
del mundo mediático (locutores, actores, traductores, etc.).
El neutro no muestra indiferencia ante los rasgos propios nacionales, regionales o locales,
pero sí un afán de superación pues las peculiaridades que vinculan al origen pueden suponer
una limitación real en la práctica profesional; por consiguiente, se establece en estos países
una frontera nítida entre el discurso nacional y el considerado internacional. Todo ello puede
repercutir en el proyección del profesional de los medios tanto dentro como fuera de su
patria, o en el funcionamiento en el mercado de un determinado producto.3 Por eso es muy
frecuente el uso de este adjetivo precisamente en países con rasgos lingüísticos característicos
o que se perciben más singularizados respecto a la norma estándar general, como Argentina,
Chile, Uruguay, etc.
En el caso de Argentina el uso de (español) neutro es tan general, que el hablante popular
llega a entender con frecuencia que neutro es simplemente "lo no argentino". Los distintos
gobiernos de este país han respaldado el uso de esta modalidad, hasta el punto de que una
Ley de 1986 avala la conveniencia del doblaje a idioma castellano neutro ofreciendo
exención de impuestos a los productos que se adecuen a este procedimiento:

El doblaje para la televisión de películas y/o tapes de corto o largo metraje, la presentación
fraccionada de ellas con fines de propaganda, la publicidad, la prensa y las denominadas series
que sean puestas en pantalla por dicho medio y en los porcentajes que fija esta ley, deberá ser
realizado en idioma castellano neutro, según su uso corriente en nuestro país, pero comprensible
para todo el público de la América hispano hablante (Artículo 1).

Una reglamentación posterior a la citada ley, precisa qué debe considerarse como neutro: "Se
entenderá por idioma castellano neutro al hablar puro, fonética, sintáctica y semánticamente,

3
Las preferencias de los espectadores y consumidores son algo complejas, pero en muchos países se cuida
usar una modalidad neutra para productos de ámbito nacional, con el interés de no marcar ningún tipo de
preferencias por normas regionales o locales intranacionales.
conocido y aceptado por todo el público hispanohablante, libre de modismos y expresiones
idiomáticas de sectores".
Pese a su difusión –o quizá por ello-, el adjetivo neutro es el que ha acumulado una mayor
cantidad de opiniones y referencias adversas. En muchas ocasiones podemos encontrarlo
empleado con franco menosprecio, especialmente bajo el argumento de que este calificativo
esconde en realidad un español mermado, que augura una época de carencia comunicativa y
de empobrecimiento idiomático. Con frecuencia, se plantea que si se rompe la conexión con
una identidad nacional ¿qué virtud puede tener una lengua que no es de nadie? Así entendido,
el neutro es una suerte de lengua “descafeinada” con la que ningún individuo puede
identificarse, por lo que no puede tener futuro.
La misma connotación negativa trasluce en término español acultural, utilizado sobre todo en
el mundo de las editoriales para hacer referencia a las creaciones y traducciones que evitan
las marcas de origen. Se publican libros aculturales que, aunque parezcan ir contra la raíz
misma de la creatividad, son bien recibidos en general por las empresas que pretenden tener
una difusión internacional.

2.4. Las marcas geográficas.

Un cuarto grupo de designaciones hace referencia a marcas geográficas, usadas siempre que
se quiere incidir en la contraposición de dos tipos lingüísticos:
a) Un español más tradicional y conservador hablado en España, llamado español castellano,
español de España, español ibérico o simplemente español.
b) Otro unificado, que es el que se utiliza en la América hispanohablante -con especial
atención en incluir a los hispanos de Norteamérica- y poniendo el centro de gravedad en este
continente; es el generalmente llamado español latino o español hispano.
En el ámbito de la traducción audiovisual de procedencia anglosajona, la distinción más
frecuente es español castellano / español latino, para la indicar la modalidad por la que se ha
optado en la traslación. Son etiquetas habituales, que identifican a los productos y los
contraponen a otras variedades locales (español cubano, español argentino, etc.).

Pese a los matices que contienen las designaciones anteriormente descritas, hay que señalar
que en numerosas ocasiones empresas e instituciones las usan indistintamente,
considerándolas sinónimas en lo esencial que es ese carácter general del español; en otros
casos, la preferencia por una de ellas frente a las demás encierra un matiz fruto sólo de una
distinción personal o de la popularidad que haya adquirido en un entorno laboral o social.
Las tendencias actuales parecen apuntar que en el mundo de la traducción se han extendido
las designaciones con el adjetivo neutro; en el del doblaje americano (hispano y anglosajón)
de cine y televisión la preferencia es por latino (entendiendo que el latino es el más general
frente a castellano, vinculado sólo a España); en los productos de mercado y en el ámbito
empresarial se usa con mayor frecuencia español/castellano internacional. Si estos
indicadores se mantienen, español latino y español internacional se están generalizando en
Internet -donde el español es la segunda lengua- como términos para hacer referencia a este
estándar. La intensa aplicación en el mundo de la traducción audiovisual y de la difusión
mediática favorece particularmente el uso de estas dos etiquetas por encima de las demás
posibilidades mencionadas.

3. La selección de la diversidad.

Es un hecho que la lengua la hacemos todos los hablantes de todas las épocas y que, en una
visión diacrónica, los fenómenos que la caracterizan se mueven a lo largo del tiempo tanto
por la escala de estratificación social como a través de la geografía en la que se habla dicho
código idiomático. De aquí que la Real Academia abogue por el uso del estándar culto de
cada época, como estrato fruto de un proceso de nivelación y adecuación comunicativa, y le
atribuye la consideración de norma estándar, es decir, la que sirve como modelo o referencia
de la lengua española en un determinado momento temporal:

Por su carácter de lengua supranacional, hablada en más de veinte países, el español constituye, en
realidad, un conjunto de normas diversas, que comparten, no obstante, una amplia base común: la
que se manifiesta en la expresión culta de nivel formal, extraordinariamente homogénea en todo el
ámbito hispánico, con variaciones mínimas entre las diferentes zonas, casi siempre de tipo fónico
y léxico. Es por ello la expresión culta formal la que constituye el español estándar: la lengua que
todos empleamos, o aspiramos a emplear, cuando sentimos la necesidad de expresarnos con
corrección; la lengua que se enseña en las escuelas; la que, con mayor o menor acierto, utilizamos
al hablar en público o emplean los medios de comunicación; la lengua de los ensayos y de los
libros científicos y técnicos. Es, en definitiva, la que configura la norma, el código compartido
que hace posible que hispanohablantes de muy distintas procedencias se entiendan sin dificultad y
se reconozcan miembros de una misma comunidad lingüística (DPD).

Pero en el ejercicio cotidiano y vital de la lengua, será finalmente la competencia lingüística


personal la que nos dé la pauta acerca de la pertinencia o no de un determinado uso. En los
medios de comunicación, esta competencia dependerá de la formación propia del profesional
y de su autonomía lingüística, es decir, del grado y amplitud de conocimientos lingüísticos y
culturales que le permitan seleccionar, valorar y ponderar el uso de un determinado recurso.
De aquí que actualmente un número considerable de locutores deba prestarse a reaprender su
lengua materna española, pues las peculiaridades locales de su pronunciación o de sus usos
morfológicos le impiden una deseada proyección profesional plena.
Aunque la diversidad lingüística del mundo hispánico es en sí un activo, puede convertirse en
una dificultad a la hora de compendiar los rasgos lingüísticos y el vocabulario con los que se
pueda representar a todos los hablantes. Dicho proceso de selección debe librarse en distintas
esferas:

a) La selección lingüística propiamente dicha rastrea en los distintos planos de la


lengua los rasgos dialectales y sus connotaciones. Es un trabajo delicado donde se pondera no
sólo la vigencia de uso de una determinada variante articulatoria, léxica o morfosintáctica
sino -lo que es más importante- sus evocaciones en el mundo hispanohablante. Con
frecuencia, si notamos que nuestra comunicación no es plenamente entendida, o al menos
tenemos dudas, podemos rectificar nuestra expresión (cambiar una articulación, seleccionar
otra palabra). En ciertos ámbitos no hay una segunda oportunidad y a veces tampoco un
feedback, de ahí el especial cuidado en el acierto comunicativo.

b) La selección dialectal pondera el uso de realizaciones muy idiosincrásicas -y en


algunos casos socialmente estimadas-, pero que marcan inequívocamente un origen. Es el
caso del voseo, por ejemplo, que aunque no es exclusivo de Argentina identifica a este país
dentro del mundo hispánico, en buena medida a causa de la importancia en el pasado de la
exportación de producciones cinematográficas argentinas por el continente americano.
En países con producción nacional parece ganar en la aceptación del mercado interno el
dialecto hablado en la capital, pero éste es sólo el primer escalón en un continuo proceso que
tiene que aspirar a lo panhispánico si aspira también al mercado internacional. De ahí que los
fenómenos lingüísticos autóctonos se trasladen a un nuevo paradigma en el que son
considerados en cuanto a su recepción como rasgos aproximantes o rasgos diferenciadores y
en virtud de ello, incluidos o no en la modalidad internacional.
c) La selección sociolingüística está en relación directa con el medio de comunicación
y con el tipo de programa; los procesos de adaptación son en ocasiones sumamente
complejos. Algunos medios priman la comunicación oral o bien la impresa y requieren estilos
distintos; otros, como la televisión, inciden particularmente en una disolución de la esfera de
lo público y lo privado y esto tiene una clara repercusión en el lenguaje, que debe acercar a
ese mundo privado. En definitiva, el reto consiste en conseguir una aproximación entre la
lengua de la vida cotidiana y la lengua usada de los medios, sin que ésta se baje a lo vulgar ni
se distancie por la vía culta del usuario.
La identidad no proviene sólo del uso de una misma lengua, sino de contextos comunes,
construidos en la interacción cotidiana con hablantes que comparten patrones discursivos y
modelos de contextualización. Este proceso de selección es singularmente factible en una
lengua de baja estratificación como es el español, frente a otras como el inglés en las que
tanto las diferencias lectales como las que existen entre lengua escrita y lengua oral son
significativamente más profundas.

d) La selección internacional, en la que conviene hacer un doble proceso de


discriminación según la difusión que se proyecte y el grado de contacto con el inglés. Esta
doble selección viene requerida dado tanto por la importancia de la proximidad con esta
lengua en el universo de los media como por el hecho de que Estados Unidos es el principal
país generador de productos mediáticos destinados al consumo propio y al mercado
internacional no sólo hispano sino también de cualquier otra lengua.
Una primera nivelación básica es la que se produce en la selección dentro del español en el
propio contexto estadounidense, donde se escoge un uso que vincule a las diversas
comunidades que componen ese melting pot lingüístico hispano frente al inglés (compuesto
por caribeños y mexicanos en su mayoría, pero con importantes componentes de otros
países). Los hispanos que trabajan en los medios tienden a simplificar su español, en parte
por el contacto con el inglés y en parte porque quieren evitar los regionalismos y
particularidades propios si éstos pueden interferir en la comprensión con hispanos de otro
origen con los que trabajan o para los que realizan sus producciones. Es la técnica
rudimentaria que habitualmente se pone en práctica en una redacción cuando hay
profesionales de distinta procedencia hispanoamericana: en primer lugar se ve cómo se dice
algo en cada país, después se busca cuál es la expresión más genérica y comprensible para
todos y, finalmente, se comprueba que no existe connotación indeseable o humorística del
término elegido para individuos procedentes de algún país. El diccionario es una ayuda, pero
lo que determinará la elección es el uso sociolectal.
En un segundo momento, esta selección se exporta al resto del mundo hispanohablante
retocando lo necesario para que llegue con eficacia a todos. Este proceso se da con mucha
frecuencia en la traducción de desarrollos de mercadeo, publicidad, vocabulario profesional
específico, etc. y se debe tanto a la fuerza de los medios de comunicación estadounidenses
como a los deseos de los grupos hispanoamericanos pujantes por introducirse en ese
mercado.

4. Usos específicos del español internacional.


4.1. El mundo de los media.

Crear un español internacional no es sólo determinar un sociolecto popular para las


telenovelas y otro culto para los informativos, sino también muchos otros lectos que sirvan
para identificar a los distintos personajes-tipo y situaciones de interlocución que se producen
en el mundo mediático. No estamos propiamente ante una creación artificial, sino una
decantación de usos que se ensayan y someten a pruebas de adaptación o rechazo.
Las necesidades para desarrollar esta modalidad van más allá de lo que puede ofrecer la
consulta de las obras académicas. Buena parte de la tarea de las Academias de la lengua
consiste en censar lo que ya ha sido filtrado en la norma culta y opinar sobre algunas
variantes y neologismos, pero no tiene la suficiente agilidad para resolver las dudas que sobre
la marcha pueden aparecer en el mundo de los media. Además, los profesionales del sector se
quejan de que en ocasiones esta institución propone usos léxicos excesivamente cultos o
literarios, distantes de la oralidad; otros contenidos están ausentes de forma práctica, como lo
referido a la entonación y la dicción. En este sentido se ha expresado recientemente el
responsable de CNN en español Chris Crommet (2007) quien, a pesar de no ser partidario de
un español absolutamente falto de todo matiz, considera que

las prescripciones tradicionales de las academias de la lengua frecuentemente no se prestan para


los informativos televisivos. No tienen la claridad ni la concisión necesarias. Y no toman en
cuenta que la televisión estamos escribiendo para el oído, no para el ojo. La redacción nuestra es
para ser leída en voz alta y comprendida sobre la marcha por el televidente que la escucha. [...] El
punto fundamental es que procuramos un español simple, directo y expresivo, que proyecte la
idea tan precisamente como sea posible. Al mismo tiempo, pretendemos que sea comprendido por
nuestro público en todas las latitudes a las que llegamos. Pero no queremos acentos desabridos ni
palabras lavadas, ni construcciones gramaticales que, aunque correctas, no sean gratas y
accesibles al oído.

Desde la creación de la imprenta, el desarrollo de medios en soporte escrito ha conferido a la


lengua impresa valor normativo y fuerza estandarizadora. Las nuevas tecnologías conceden
cada vez más importancia a la inmediatez de la expresión oral -con o sin imagen de apoyo-,
por lo que es necesario un reajuste a la hora de esbozar un estándar de lengua hablada. Las
necesidades son diferentes en las entrevistas orales, en la oratoria político-diplomática, en la
comunicación verbal o en las noticias y documentales; estos dos últimos establecen un puente
entre lo escrito y lo oral, pues el texto debe estar ya concebido para trascender a la escritura.
No hablamos como escribimos, pero sí hay en las técnicas lingüísticas mediáticas un esfuerzo
consciente en escribir previamente atendiendo a "cómo va a sonar" después. En lo escrito se
acepta mejor el estándar normativo tradicional, pero en la comunicación oral (videos,
llamadas) o pseudoral (blogs o bitácoras, chats, correo electrónico, servicios de call center,
etc.) que llegan hoy con gran empuje a muchos ámbitos socio-profesionales y alcanzan éxito
en la sociedades avanzadas, es donde hay mayor demanda de usos lingüísticos inmediatos y
claros, universalmente comprendidos.
Las agencias de prensa han intentado atender a esas necesidades urgentes e inmediatas de
ciertos medios creando sus propios sistemas de consulta. A partir de ellos se elaboraron los
libros de estilo que han gozado de cierto protagonismo; sin embargo, el desarrollo de esta
modalidad internacional ha puesto de manifiesto la insuficiencia de estos materiales. El
español internacional no parece estar en los "manuales de estilo" elaborados por y para
distintas empresas, sino en un consenso de un determinado grupo social que desarrolla sus
actividades en el ámbito de los media. En estos compendios se ha ido dando acogida
creciente a temas que no son estilísticos, muchos de los cuales tienen que ver más con una
deontología profesional (recomendaciones de conducta o de ética profesional), posición del
medio respecto a asuntos conflictivos o tabúes para una sociedad, o con posiciones
ideológicas; algunos se detienen incluso en establecer usos y costumbres propios (ropa,
presencia física, gestos, comportamiento profesional, etc.).4
Por otra parte, ya se ha puesto de manifiesto que muchos de estos manuales son copias casi
literales de otro o de varios (Gómez Font 2004), con lo que hay ausencia total de reflexión y

4
Como ejemplo de esta variedad de contenido y del tratamiento de la modalidad lingüística dialectal puede
verse el libro de estilo de Canal Sur (Allas Lorente y Díaz Salgado, 2004).
análisis en la elección de soluciones lingüísticas propuestas, realizadas en ocasiones por
personas ajenas al ámbito filológico. Muchos están concebidos para un medio concreto -de
un país y un público bien determinado-, por lo que no son aplicables a otros contextos
mediáticos y mercantiles; incluso algunos libros de estilo de televisiones regionales se
ocupan más del estándar dialectal de la lengua y de la aceptación de costumbres locales, que
de la proyección internacional de sus emisiones. Dadas las circunstancias, estos prontuarios
parecen tener un uso más restrictivo que creativo y generan cierta insatisfacción en su propio
espacio de difusión profesional.
En España, la Fundación Español Urgente (Fundéu) -fruto de un acuerdo entre la Agencia
EFE y una entidad bancaria- está vinculada con la Real Academia y se ha marcado como
principal objetivo "colaborar con el buen uso del idioma español, especialmente en los
medios de comunicación, cuya influencia en el desarrollo de nuestra lengua es cada vez
mayor". Para ello ofrece desde su creación en el año 2005 un servicio de consulta, así como
actividades y publicaciones que permitan reflexionar sobre la lengua.
Esta entidad aspira a convertirse en referente de los medios de comunicación a ambos lados
del Océano y a proporcionar criterios uniformes de uso, además de respuestas rápidas a
consultas; incluso expide un certificado de calidad idiomática a las publicaciones que se
atienen a sus normas y se ofrece para ser contratada por empresas e instituciones para
controlar la calidad lingüística de sus documentos. Así resume el proceso el presidente de la
Agencia Efe (Grijelmo 2006:17):

El hecho de que una misma noticia pueda publicarse en una veintena de países sin necesidad de
tocarle una coma constituye en sí mismo un camino de ida y vuelta: por una parte, es preciso que
las frases redactadas resulten comprensibles en un territorio tan grande, lo que obliga a ese mimo
con las palabras; y por otro lado (que en realidad es el mismo), esa unidad del idioma en las
noticias contribuye a la unidad del idioma en las sociedades que hablan español.

Las entidades consultoras de este tipo pueden muy bien cumplir una función asesora, para
unificar decisiones sobre lo novedoso en la lengua, pero si se les confiere atribuciones de
dictado lingüístico, existe el riesgo de llevar a un español que ningún hispanohablante sienta
como propio. Junto a estas instituciones consultivas, sería muy conveniente fomentar
actividades que doten de instrumentos al profesional de los medios, para que éste encuentre
por sí mismo las opciones lingüísticas correctas, sin perder la vinculación con su público ni la
creatividad personal tan importante en determinados géneros periodísticos y literarios. En
este sentido, conviene recordar que

sería interesante no identificar correcto con normativo. Si no se nos impone una norma, podemos
aceptarla libremente, pero debemos tener presente que esa norma no es más correcta que otras
posibles simplemente porque la acepten o ensalcen determinadas instancias sociales" (Moreno
Cabrera 2000:16).5

El profesional, en definitiva, debería ser capaz de seleccionar usos del español conocidos y
prestigiosos, gracias a una noción lingüística propia que debe ser desarrollada a lo largo tanto
de su experiencia personal como de su formación académica y laboral. De aquí que en
muchos foros se recomiende a los interesados simplemente leer mucho y escribir mucho para
desarrollar esas destrezas, aumentar la competencia léxica y adquirir una propiedad

5
"Las normas prescriptivas académicas actúan sobre la lengua literaria y por ese mismo hecho suelen ser
aceptadas por todos los hispanohablantes. Pero precisamente porque no es en la lengua literaria en donde
cada región o cada país logran una identificación propia, cada uno recurre a la valoración de sus usos locales
o populares en contraste con las normas literarias y crea lenta, implícita y tendencialmente sus propias
normas (Lara 2004:67).
sintáctica; todo ello repercutirá de manera inmediata en un correcto dominio de la lengua que
los plantes de estudio de las Facultades de Comunicación no parecen cultivar
suficientemente. La solución, pues, debe pasar por fomentar la autonomía lingüística de un
profesional bien formado gramatical y culturalmente, para poder responder en tiempo real a
las dudas e innovaciones que genera su propio quehacer.

4.2. El mercado cultural lingüístico.

El uso de un español estandarizado y adaptado a las necesidades comunicativas del mundo


empresarial, facilita enormemente la coordinación y la gestión. Documentos internos de
empresas con proyección internacional, proyectos, presentaciones, cartas, etc. adquieren
fluidez entre sus destinatarios cuando se pactan usos lingüísticos y un vocabulario que evite
la ambigüedad. Los escenarios de política internacional recurren también a usos
estandarizados en los que la figura del traductor ocupa un lugar esencial. Como no podría ser
de otra manera, algunos aspectos se convierten en áreas preferenciales, como el léxico, y las
firmas cuidan la denominación de sus productos en la documentación interna y externa
(publicidad, imagen de la marca, etc.) velando por la univocidad, adecuación y el éxito
comunicativo.
La habilidad de conseguir una escritura y discurso preciso pasa por la selección lingüística y
la evaluación de las reacciones del público. Pero el ámbito en el que de una manera inmediata
podemos captar esta necesidad de nivelación es el de las jergas profesionales, especialmente
la informática, a la que tenemos acceso cotidiano a cada vez que entramos en Internet; por
ejemplo, en muchas páginas de ventas podemos encontrar el término carretilla en vez de
carro (de la compra), para evitar la confusión con carro ('automóvil'). Esta dificultad es
cotidiana para la empresas de traducción, que no pueden limitarse a las soluciones
"académicas", que en algunos casos están lejanas a la realidad lingüística de sus clientes:

While we generally consider the Real Academia Española (RAE) to be the "final-say" authority
on matters of grammar and lexicography, we find that several terms considered inappropriate by
the RAE are accepted –and preferred by our clients- due to their common use. An example of this
would be the word accesar for to access, a term not recognized by the RAE and yet prominent
and commonplace in Mexico city streets signs. Years ago we were taken to task by an American
client who had spent years living in Mexico for using acceder when "everybody knows" accesar
is the correct term! (Churilov y Paolillo, 2007:16)

Lo que se busca, en realidad, es una solución lingüística integral que permita al profesional
abordar con seguridad el desempeño de su actividad que alcanza a los documentos oficiales e
institucionales, conferencias, instrucciones, etc., en incluso a cierta literatura. Todo ello viene
a probar una vez más la trascendencia cultural y económica que para los intercambios
nacionales tienen las estrategias discursivas mediáticas, que se muestran instrumento eficaz
en el fomento de la coordinación lingüística.
La norma lingüística mediática y su difusión, constituye un factor de relevancia social que
afecta a la implantación de nuevos usos en una comunidad lingüística. Desde una perspectiva
sociológica se argumenta que estos procesos de globalización lingüística constituyen un
factor favorable para la supresión de fronteras sociales, esgrimiendo este hecho precisamente
como una de las ventajas de los actuales medios de comunicación frente a otros más antiguos,
que preseleccionaban el estatus social del individuo con requisitos de formación y nivel
cultural o económico (dominio de destrezas como la lectura o la escritura, habilidades
técnicas, poder adquisitivo, etc.). Una lengua común contribuye a la desaparición de barreras,
al igual que el acceso de todos los grupos sociales a los contenidos mediáticos compensa el
protagonismo en muchas facetas de la clase alta; desde este punto de vista, por ejemplo, se
aduce que los programas reality esbozan un concepto diferente de lucha de clases y lucha por
el territorio. En consecuencia, se valora a los media actuales como más igualitarios y
niveladores de la sociedad. Para los sociólogos, que observan con atención su influencia en el
desarrollo y comportamiento de los individuos, el uso de una lengua común garantiza
igualdad de oportunidades, de influencias y de acceso a todos los productos.

Dentro de este ámbito, un mercado emergente es el de la enseñanza del español, que tiene
una faceta docente y de difusión cultural y otra netamente empresarial. El español
internacional se está mostrando como un instrumento eficaz en los distintos procesos de
enseñanza y aprendizaje de la lengua española, tanto en situaciones en las que esta lengua
está inserta en comunidades bilingües o multiculturales, como en aquellos procesos de
aprendizaje del español fuera de ese entorno.
Sin duda, los medios pueden ser un instrumento de educación quizá no bien ponderado hasta
ahora, pues cada día se diversifican más y surgen nuevas posibilidades. A través de ellos, no
sólo se difunde un modelo al que los hablantes reconocen como culto o correcto y que
consideran digno de imitación, sino que éstos pueden aprender y ampliar su competencia
lingüística gracias al tiempo que pasen haciendo uso de sus ofertas. Hay que considerar,
además, la facilidad de poder practicarlo oyendo televisión, radio, cine, o trabajando con
periódicos digitales. El valor actual de la cultura de masa y la trascendencia de sus modelos
en los jóvenes son factores a los que hay que estar atento, dadas las posibilidades
profesionales que para nuevas generaciones ofrece el entorno de Internet.
El atractivo del español es lingüístico y cultural: la uniformidad en el nivel culto de la lengua
española está reforzada por la unidad de norma; al mismo tiempo, cuenta a su favor con una
unidad ortográfica que se plasma en una amplia cultura científica y una incomparable
tradición literaria. Los aprendices de español proceden de distintas lenguas maternas pero
persiguen una meta común: adquirir la suficiente competencia comunicativa para el uso que
personalmente se hayan marcado. En algunos casos el objetivo es muy alto, pues se desea
desarrollar una actividad profesional o social en cualquier país de habla hispana o en
cualquier empresa que tenga mercado en estos países; en otros, sólo se persigue un nivel
básico de comunicación para la vida cotidiana.
La competencia profesional del docente en lengua española exige hoy un conocimiento del
español unificado que sea susceptible de ser enseñado con éxito. Los estudiantes de lengua en
un país hispano no sólo deben dominar aspectos formales, sociales y creativos de la lengua
materna, sino recursos y estrategias para poderla enseñar –si es su aspiración profesional- en
cualquier lugar del mundo o a hablantes de la más variada procedencia geográfica que
puedan acudir a su país.
Por otra parte, las instituciones oficiales están empezando a mostrar una atención hacia una
modalidad plurinacional. Además del ya citado Diploma de Panespañol de la UAM,
acreditado por el Instituto Cervantes, en el III Congreso Internacional de la Lengua Española
celebrado en Rosario (2004) se propuso un nuevo tipo de evaluación denominado Certificado
Internacional de Español (CIE). Con él se formula un sistema paralelo al que manejan la
UNAM (EPLE, Examen de Posesión de la Lengua) y el Instituto Cervantes (DELE, Diploma
de Español), destinado específicamente al mundo universitario y profesional.
Estas propuestas persiguen alcanzar tanto un sistema de equivalencia internacional de los
diplomas como un instrumento para medir no sólo conocimientos consolidados, sino también
las etapas en el desarrollo de adquisición de la lengua, eligiendo muestras representativas del
habla culta hispanoamericana en un afán de resaltar la unidad dentro de la diversidad. Aún
hemos de ver qué desarrollo tendrá el "Sistema Internacional de Certificación del Español",
aprobado en el contexto del reciente Congreso de Cartagena (2007), que tendrá carácter
panhispánico y promete no obstante "respetar las variedades lingüísticas de los países
hispanohablantes".
En resumen, parece razonable concluir que, por esta y otras iniciativas tomadas en niveles
oficiales, "todo parece apuntar a un posible desplazamiento del liderazgo ideológico,
económico y académico del sector del español para extranjeros hacia el continente
americano" (Moreno Fernández, 2007:4).

La opción de un lenguaje estandarizado podría afectar también a ámbitos fuertemente


vinculados con la creación, la originalidad y el individuo, como es el caso de la literatura. En
Hispanoamérica está creciendo el debate sobre la conveniencia de usar el neutro y su
presumible repercusión en la lectura, ya que a las editoriales les resulta mucho más rentable
adoptar un estándar que garantice un mayor abanico de clientes. La pionera en el mundo
editorial fue Reader's Digest y desde entonces empresas internacionales y publicaciones
periódicas prestigiosas han seguido su ejemplo.
Aparentemente estamos ante un caso paradójico, pues la nivelación lingüística parece ir
directamente contra lo que es relevante en un autor, es decir, su impronta lingüística personal,
su juego con el lenguaje, la selección de una palabra y su singular connotación, etc.; en
resumen, todo el potencial que puede ofrecer el idiolecto del creador, que permite elevar la
lengua por encima de lo común estilizándola y extrayendo nuevas evocaciones.
Sin embargo, el uso de un estándar internacional no afecta a todos los tipos literarios y
tampoco es una tendencia nueva, pues enlaza con las críticas al excesivo criollismo, rasgo
que ha acompañado a una parte sustancial de la creación literaria hispanoamericana y que
marcó singularmente las obras de ciertas épocas, como las elaboradas en torno a los distintos
procesos de independencia. Cada cierto tiempo surgen por parte de los propios escritores
observaciones a favor de una normalización en la expresión y de la búsqueda de la
originalidad creativa, sin llegar a retorcer el lenguaje ni identificar dicha originalidad con lo
críptico, alejando incluso al lenguaje literario de la lengua nacional o la variante regional.6
Pero en el continente americano se alzan voces en contra que hablan de libros aculturales y
ponen de relieve la merma que supone el uso de un español para la transmisión de la cultura
específica de un país o región. Desde este punto de vista, se entiende que si la literatura debe
transmitir una cultura, no podrá hacerlo si utiliza una modalidad lejana a la realidad en la que
ésta se desarrollo; si el universo individual de un autor debe convertirse en el de otra persona,
es preciso que éste se traduzca a un lenguaje claramente vinculante para el receptor, no al
aséptico neutro. Pero los defensores de una mayor generalización en los usos, declaran que la
intención es hacer de la literatura cauce para una lengua nacional estandarizada, pero sin
llegar a extremos: no se pretende publicar a "un Borges neutro", pues como él mismo decía:

¿Qué zanja insuperable hay entre el español de los españoles y el de nuestra conversación
argentina? Yo les respondo que ninguna, venturosamente para la entendibilidad general de nuestro
decir. Un matiz de diferenciación sí lo hay: matiz que es lo bastante discreto para no entorpecer la
circulación total del idioma y lo bastante nítido para que en él oigamos la patria. No pienso aquí
en los algunos miles de palabras privativas que intercalamos y que los peninsulares no entienden.
Pienso en el ambiente distinto de nuestra voz, en la valoración irónica o cariñosa que damos a
determinadas palabras, en su temperatura no igual. No hemos variado el sentido intrínseco de las
palabras, pero sí su connotación. Esa divergencia, nula en la prosa argumentativa o en la
didáctica, es grande en lo que mira a las emociones. Nuestra discusión será hispana, pero nuestro
verso, nuestro humorismo, ya son de aquí. Lo emotivo –desolador o alegrador- es asunto de ellas
y lo rige la atmósfera de las palabras, no su significado (Borges 1998:156).

6
Sirvan como ejemplo estas palabras escritas por Pocaterra en 1913 que reivindican la sencillez y el gusto por
la defensa de una lengua general: "Yo no aspiro a ser criollista del Distrito federal, ni a formar atmósferas
criollas a fuerza de terminologías populares o de "floración de cafeto"; no señor: Cuando yo me puse a
escribir este libro ¡qué lejos estaban de mí los "herméticos" de las Gradillas y las bibliografías de la
camaradería letrada! Mis personajes piensan en venezolano, hablan en venezolano, obran en venezolano".
Tampoco es un modelo que se aplique obligatoriamente a todo tipo de publicaciones; el
mundo editorial recurre con frecuencia al estándar en las traducciones, en obras destinadas a
la exportación, obras científico-técnicas, prensa periódica, revistas y publicaciones derivadas
de productos de Internet (chats, blogs, obras on-line, etc.); en la creación personal son los
propios autores los que deciden su lecto creativo.
Otras voces de preocupación en el ámbito de la literatura surgen en relación con el hábito de
la lectura, pues se teme que esta modalidad internacional pueda provocar un distanciamiento,
sobre todo en lectores iniciales. La lectura puede resultar desanimante si el tema del libro no
es atractivo o no viene incentivado por otras referencias previas como la popularidad de un
autor o de un personaje internacional como Harry Potter. En este sentido, el mismo
argumento –el uso de un estándar del español internacional- es utilizado a favor y en contra
del fomento de la lectura; para unos es una virtud el uso de una modalidad internacional que
saque al hablante de su localismo, mientras que otros resaltan el factor de extrañamiento que
puede provocar el uso de una modalidad que no se siente propia, sobre todo en lectores
iniciales. En otros casos, se constata simplemente que disminuye el número de lectores en el
mundo hispanohablante y aumenta el uso de otras publicaciones con vías de transmisión
diferentes (soporte electrónico, audiolibros, etc.).
Quizás el libro cambie de formato, pero la literatura en español vive desde hace décadas una
época de esplendor, que podemos ver sintetizada hoy en el homenaje recientemente ofrecido
a Gabriel García Márquez por el millón de ejemplares de su obra Cien años de soledad:
Este milagro –dice el escritor bogotano- es la demostración irrefutable de que hay una cantidad
enorme de personas dispuestas a leer historias en lengua castellana, y por lo tanto un millón de
ejemplares de Cien años de soledad no son un millón de homenajes al escritor que hoy recibe,
sonrojado, el primer libro de este tiraje descomunal. Es la demostración de que hay millones de
lectores de textos en lengua castellana esperando, hambrientos, este alimento (Congreso de
Cartagena, 2007).

5. Recapitulación.

La política lingüística y la política mediática no tienen por qué seguir caminos divergentes
cuando el fin es común: llegar a la mayor cantidad de individuos con un estándar que ofrezca
univocidad y corrección. Como fin indirecto, este estándar mediático logra una unidad
lingüística que refuerza los sentimientos de comunidad de lengua frente a variantes o
influencias externas, actuando como elemento a favor de la cohesión. La finalidad primordial
de este español internacional no es la ejemplaridad lingüística o la creación literaria, sino el
deseo de favorecer la accesibilidad para todos los hispanohablantes y la eficacia
comunicativa, asumiendo si fuera preciso soluciones exonormativas comúnmente aceptadas.
En ámbitos donde la intercomunicación fluida sea un requisito esencial, el español
internacional ofrece un patrón lingüístico cuidado, elegante y plural; el hablante, por su parte,
sabe contextualizar perfectamente cuándo usar esta modalidad, cuándo es pertinente y cuándo
no, por lo que no hay motivos para ver en él un amenaza sobre la idiosincrasia lingüística
propia o nacional. Tampoco es legítimo desprestigiar esta modalidad considerándola como
una puerta abierta al extranjerismo, ya que ha demostrado ser un filtro para la entrada del
anglicismo y un banco de pruebas para los neologismos.
La forma que la lengua española adopta en los medios procede del consenso lingüístico de los
hablantes relacionados con su uso, tanto de los profesionales que la hacen como de los
receptores. Es necesario llevar al profesional a desarrollar tanto estrategias de autonomía
lingüística como criterio propio en la toma de decisiones, que le permitan ejercitar su
formación personal y su conocimiento idiomático. En definitiva, saber qué se dice, cómo se
dice y por qué se dice de una determinada manera. Esto comporta pautas de reflexión
lingüística y de aprendizaje que deben reformularse para atender a las necesidades concretas
y al ámbito de desempeño profesional, con frecuencia muy próximo al inglés.
De otra parte, si queremos ayudar al futuro del español, hay que tener muy en cuenta la
aceptación que nuestra lengua tiene en los Estados Unidos. De una parte, los anglohablantes
entienden que el español es una lengua de gran capacidad comunicativa e interés profesional
ya en el entorno de su propio país y, pos supuesto, en ámbitos internacionales. De otra, está el
hablante de herencia: para los hispano-norteamericanos el bilingüismo es una ventaja y no
está en conflicto con su identidad y rango social.7 El español vincula lengua y raza, el inglés
lengua y nación; ambas lenguas están vinculadas y juntas abren un camino conquistado en la
sociedad norteamericana.
Visto desde la situación actual, el español del futuro es sin duda panhispánico, pues es el que
favorece la unidad y cohesión de la lengua y garantizará su vitalidad a través del uso social y
mediático.

6. Referencias bibliográficas.

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7
Un panorama del español en los EE.UU. puede verse en Ortiz López y Lacorte (2005).
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