Finita
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Vamos a presentar dos resultados básicos acerca de los espacios normados más sencillos, los
de dimensión finita. En primer lugar, un teorema probado por F. Hausdorff en 1932, afirmando
que, para cada N ∈ N , todas las normas en K N son equivalentes. De hecho obtendremos un
resultado formalmente más fuerte, del que se deducen varias consecuencias relevantes. Por otra
parte, veremos un clásico teorema probado por F. Riesz en 1918, que nos da una caracterización
puramente topológica de los espacios normados de dimensión finita.
Lema. Para N ∈ N , todo operador lineal, de KN con la topología usual, en cualquier otro
espacio normado, es continuo.
Pasamos a probar un primer resultado clave sobre espacios normados de dimensión finita.
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5. Espacios normados de dimensión finita 66
Teorema de Hausdorff. Toda biyección lineal entre dos espacios normados de dimensión
finita es un isomorfismo.
Este teorema suele enunciarse diciendo que, para cada N ∈ N , todas las normas en K N
son equivalentes. Se puede comprobar que tal enunciado es equivalente, valga la redundancia,
al que hemos usado, pero nos parece menos conveniente, porque lo queramos o no, al hablar
de K N tenemos presente su base usual, mientras que si hablamos de un espacio normado de
dimensión N , está claro que no estamos pensando en ninguna base de dicho espacio.
Fijado N ∈ N , el teorema anterior deja bien claro que K N , con cualquier norma, es salvo
isomorfismos, el único espacio normado de dimensión N , pero da una información adicional
que conviene resaltar. Si X e Y son dos espacios normados de dimensión N , el teorema no
sólo nos dice que X e Y son isomorfos, sino que toda biyección lineal de X sobre Y es un
isomorfismo. Merece la pena detenerse a explicar el mayor interés de esta segunda afirmación.
Si X es un espacio vectorial de dimensión N , la forma natural de definir una norma en X
es bastante obvia: usar coordenadas. Fijada una base de X , tenemos una biyección lineal de X
sobre K N , que nos permite trasladar a X cualquier norma de K N , por ejemplo, la euclídea.
La norma que obtenemos en X depende obviamente de la base que hemos usado, dos bases
distintas dan lugar a dos biyecciones lineales distintas Φ1 , Φ2 : X → K N , con las que obtenemos
dos normas distintas, dadas por k x k1 = k Φ1 (x) k y k x k2 = k Φ2 (x) k para todo x ∈ X . Si
el teorema anterior sólo dijese que dos espacios normados de la misma dimensión finita son
isomorfos, tendríamos tan sólo un isomorfismo, de X con la norma k · k1 sobre X con la
norma k · k2 . Esto es evidente, Φ2−1 ◦ Φ1 es un tal isomorfismo, que de hecho es isométrico. Sin
embargo, el teorema asegura que la identidad en X es otro isomorfismo, es decir, que ambas
normas son equivalentes. Así pues, en X existe una única topología común a todas las normas,
que no depende de la base que podamos usar para definirla, o para trabajar con ella.
5. Espacios normados de dimensión finita 67
5.2. Consecuencias
El teorema de Hausdorff tiene varios corolarios destacables, algunos de los cuales equivalen
al propio teorema. En primer lugar, el lema previo tiene ahora una versión más general:
Cabe preguntarse lo que ocurre cuando es el espacio de llegada de nuestro operador lineal
el que tiene dimensión finita. La respuesta es el siguiente resultado que generaliza lo que ya
sabíamos para funcionales lineales.
En cualquier espacio normado, todos los subespacios de dimensión finita son cerrados.
Como última consecuencia del teorema de Hausdorff, obtenemos una condición suficiente
para que un subespacio cerrado de un espacio normado esté complementado. Recordemos que,
si M es un subespacio de un espacio vectorial X , la codimensión de M en X es la dimensión
del cociente X/M , que coincide con la de cualquier complemento algebraico de M en X.
5. Espacios normados de dimensión finita 68
x= ∑ fγ (x) uγ ∀x ∈ X
γ∈Γ
Obsérvese que, para cada x ∈ X , esta suma es en realidad finita, pues sólo hay un número finito
de sumandos no nulos. Podemos entonces definir
x
= ∑ fγ (x) ∀x ∈ X
γ∈Γ
pues de nuevo, cada una de estas sumas es finita. Es completamente evidente que de esta forma
hemos definido una norma en X.
Sea E una base de X , que es un conjunto infinito, luego contiene un conjunto infinito y
numerable E0 = un : n ∈ N . Para definir un funcional lineal en X , basta definirlo en E ,
cosa que puede hacerse de forma totalmente arbitraria, y extenderlo por linealidad.
5. Espacios normados de dimensión finita 69
Por tanto, existe un funcional lineal f en X , que verifica f (un ) = n k un k para todo n ∈ N .
De hecho, si exigimos, por ejemplo, que se tenga f (u) = 0 para todo u ∈ E \ E0 , entonces f
es único. Puesto que f un /kun k = n para todo n ∈ N , vemos que f no está acotado en la
esfera unidad de X , luego no es continuo.
Ahora podemos observar también que el teorema de Hausdorff está muy lejos de ser cierto
en espacios de dimensión infinita:
Sea f un funcional lineal en X que no sea continuo, cuya existencia acabamos de probar, y
sea u ∈ X tal que f (u) = 1 . Consideramos el operador lineal T : X → X definido por:
T (x) = x − 2 f (x) u ∀x ∈ X
Para cada x ∈ X tenemos f T (x) = f (x) − 2 f (x) f (u) = − f (x) , de donde
T T (x) = T (x) − 2 f T (x) u = x − 2 f (x) u + 2 f (x) u = x ∀x ∈ X
lo que prueba que T es biyectivo con T −1 = T . Finalmente, como x − T (x) = 2 f (x) u para
todo x ∈ X , si T fuese continuo, f también lo sería.
Por llamativo que parezca, este resultado es consecuencia directa del anterior. Para abreviar,
llamamos X1 al espacio normado que se obtiene, considerando en X , la norma de partida k · k1 .
Tenemos una biyección lineal T : X1 → X1 , que verifica T = T −1 , y no es continua. Definimos
entonces
x
=
T (x)
2 1
∀x ∈ X
con lo que obviamente tenemos una norma k · k2 en X, y llamamos X2 al espacio normado que
se obtiene dotando a X de esta nueva norma. Se cumple la segunda parte del enunciado, puesto
que T es un isomorfismo isométrico, de X2 sobre X1 . En particular, tenemos T ∈ L(X2 , X1 ) ,
pero también T = T −1 ∈ L(X1 , X2 ) .
Como T ∈ L(X2 , X1 ) , si la topología de X1 contuviese a la de X2 se tendría T ∈ L(X1 , X1 )
cosa que no es cierta. Pero como T ∈ L(X1 , X2 ) , si la topología de X2 contuviese a la de X1 ,
se tendría igualmente T ∈ L(X1 , X1 ) . Por tanto, las topologías de X1 y X2 no son comparables,
como se quería.
5. Espacios normados de dimensión finita 70
Hemos visto anteriormente que la esfera unidad de ciertos espacios de Banach, como l p
con 1 6 p 6 ∞ , o c0 , no es un conjunto compacto. Pues bien, el lema anterior permite probar
fácilmente que lo mismo ocurre en todo espacio normado de dimensión infinita:
Demostración. Fijemos ρ ∈ R , con 0 < ρ < 1 , por ejemplo ρ = 1/2 . Las bolas abiertas
de radio ρ , centradas en puntos de S , forman un recubrimiento de S por abiertos, del que podrá
extraerse un subrecubrimiento finito. Existen por tanto n ∈ N y z1 , z2 , . . . , zn ∈ S tales que
n
[
S⊂ x ∈ X : k x − zk k < ρ (2)
k=1
Tomando M = Lin z1 , z2 , . . . , zn } , por un corolario al teorema de Hausdorff, sabemos que M
es cerrado en X, y de hecho veremos que M = X , con lo que X tendrá dimensión finita. En
efecto, si fuese M 6= X, el lema anterior nos daría un x ∈ S tal que d(x, M) > ρ , y en particular
se tendría k x − zk k > ρ para todo k ∈ {1, 2, . . . , n} , en clara contradicción con (2) .
Fijado un espacio normado X , observemos que la esfera unidad S es compacta si, y sólo si,
lo es la bola unidad B = {x ∈ X : k x k 6 1} . Se tiene claramente B = t x : t ∈ [0, 1] , x ∈ S ,
luego B es la imagen de [0, 1] × S por el producto por escalares de X, que es una función
continua. Así pues, si S es compacta, [0, 1] × S también lo es, y deducimos que B es compacta.
Recíprocamente, si B es compacta, S también lo es, ya que S es un subconjunto cerrado de B .
Recordemos que toda bola cerrada en X , de radio positivo, se obtiene a partir de B mediante
una homotecia y una traslación, que son homeomorfismos de X. Por tanto, si B es compacta,
todas las bolas cerradas en X son compactas. Esto implica que todo subconjunto cerrado y
acotado de X es compacto, de donde a su vez se deduce que B es compacta. En resumen,
la esfera unidad de X es compacta si, y sólo si, todo subconjunto cerrado y acotado de X es
compacto. Esta propiedad no depende de la norma concreta de X, se conserva por isomorfismos,
pero no es una propiedad topológica, porque la acotación no lo es. Por un camino algo diferente,
llegaremos a una propiedad que sí es puramente topológica.
Si B es compacta, todas las bolas cerradas de X son compactas, luego todo punto de X
tiene un entorno compacto, es decir, X es un espacio topológico localmente compacto. Pero
recíprocamente, si X es localmente compacto, y K un entorno compacto del origen, K contiene
una bola cerrada centrada en el origen y de radio positivo. Dicha bola es un subconjunto cerrado
de K , luego es compacta y, mediante una homotecia, deducimos que B es compacta.
El teorema de Riesz, junto con las observaciones anteriores, y otros teoremas conocidos,
nos permite obtener el siguiente resultado:
Resaltamos lo más llamativo del teorema anterior: la afirmación (i) , que sólo involucra la
topología de X , y no su estructura de espacio vectorial, es equivalente a (v) , que sólo involucra
la estructura de espacio vectorial de X , pero no su topología.
Para trabajar en espacios normados de dimensión infinita, la conclusión más relevante que
debemos extraer del teorema anterior es la escasez de conjuntos compactos en tales espacios.
Como lo bola unidad no es compacta, ninguna bola cerrada de radio positivo puede serlo, luego
un conjunto compacto no puede contener bolas no triviales:
En general, una tal mejor aproximación puede no existir, y cuando existe, puede no ser única.
Se dice que A es un conjunto proximinal en X, cuando todo punto x ∈ X tiene al menos una
mejor aproximación en A . Es claro que para ello A tiene que ser cerrado en X , pues para x ∈ A
se tiene d(x, A) = 0 , luego si existe y ∈ A tal que k x − y k = 0 , se tiene x = y ∈ A . Es natural
preguntarse hasta qué punto es cierto el recíproco, pregunta cuyo estudio es uno de los objetivos
generales de toda una rama de la Matemática, la Teoría de Aproximación.
Cuando el conjunto A está contenido en un subespacio de dimensión finita, es fácil probar
que la pregunta planteada tiene respuesta afirmativa:
En la demostración anterior, la compacidad juega un papel clave, lo que nos hace sospechar
que el resultado no va a ser cierto en general. Lo comprobamos relacionando el problema con
otro que ya conocemos.
5. Espacios normados de dimensión finita 73
Si f = 0 no hay nada que demostrar, así que suponemos f 6= 0 , y vamos a ver que
f (x)
d x , ker f = ∀x ∈ X
kfk
| f (x) | k u k | f (x) |
kx−yk = = = d x , ker f
| f (u) | kfk
luego y es una mejor aproximación de x en ker f .
5. Espacios normados de dimensión finita 74
Conocemos casos en los que no se verifica la afirmación (ii) del enunciado anterior, que
dan lugar a subespacios cerrados de ciertos espacios normados, que no son proximinales. Por
ejemplo, tomando ( )
∞
n−1
M = y ∈ l1 : ∑ y(n) = 0
n=1 n
Esta versión del lema de Riesz permite construir, en cada espacio normado de dimensión
infinita, una sucesión de puntos de la esfera unidad que claramente no tiene ninguna sucesión
parcial convergente.
n, m ∈ N , n 6= m =⇒ k xn − xm k > 1
Nótese que, usando la versión original del lema de Riesz, tendríamos, para cada ρ ∈]0, 1[ ,
una sucesión {xn } en la esfera unidad de X , tal que k xn − xm k > ρ para n, m ∈ N con n 6= m .
Por supuesto, esto ya impide que {xn } pueda tener una sucesión parcial convergente, mostrando
que la esfera unidad de X no es un conjunto compacto. Pero tiene interés saber que siempre se
puede tomar ρ = 1 .