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EdiTril

sí decía una canción de Miguel Ríos,


hablando de la música y de todo lo
que nos da, nos quita, nos evoca y nos
hace recordar; de todo lo que representa
en las vidas de quienes no podemos vivir sin
ella como soundtrack de nuestra vida. Una
canción, una letra o simplemente un acorde
nos puede transportar en el tiempo y el espacio
a momentos vividos o a lugares olvidados en
un dos por tres; por eso la música es el arte por
antonomasia, el arte per se, el más abstracto, el
más inasible, el más etéreo y a la vez, sin duda,
el más poderoso; por eso la música —como
diría Sanz— «no se toca».
Algarabía 119 se nutre de música, y sólo de música, con
un especial que seguramente a todos los melómanos
en acto o en potencia les va a encantar. Empezando con
el mito aquel de que oír a Mozart hace a los bebés más

1
inteligentes, junto con una semblanza del último de los
clásicos y el primero de los románticos: el gran Ludwig
van Beethoven; y otra más del gran flaco, majadero, de
oro: Agustín Lara.
Hay en este número puros y asombrosos números sobre
la industria musical; un flashback a un hoyo musical muy
sui generis del sur de la Ciudad de México: el Hip 70;
una explicación muy clara de la música pentáfona y de
la bien temperada; una historia por demás pintoresca
de la radio en México; una lista de los instrumentos del
almacén Leverkühn en Dr. Faustus, salida de la pluma
del genio Thomas Mann. Además, un mapa muy
minucioso de la orquesta; un recorrido por las obras
literarias más famosas que se han adaptado al teatro
musical y una visita al festival de la Isla de Wight.
Juan Arturo Brennan se lamenta de lo que él llama
«confusionismo» musical, y su lamento va acompañado
de un glosario muy completo al respecto; yo me
superburlo de la manera de clasificar la música del
iTunes y añoro los años en los que cada canción tenía
un valor intrínseco —igual que los cassettes en los que
las grabábamos—, para terminar presentándoles a los
que son para nuestros lectores los diez intérpretes más
populares del desamor y la ardidez.
Hacemos también un recorrido por nuestra educación
musical básica —con flauta Yamaha y anécdotas
incluidas—, y terminamos con algunas frases venenosas
de lo que algunos músicos pensaban de otros.
Desde el solfeo y Mozart, lo más clásico de lo clásico,
hasta José José y las grabadoras de cassette a cassette,
lo más ordinario de lo ordinario: todo cupo en esta
Algarabía, así que le recomiendo, lector, que ponga la
rola de su preferencia y la empiece a leer ya.

María del Pilar Montes de Oca Sicilia

Decires
Te encanta cantar, ¿verdad?
P’s, ¿por qué no aprendes?
Decir de mi hermano Fer cuando me oye cantar, que es muy seguido

2
3
DirecTri

Dirección general: María del Pilar Montes de Oca Sicilia
Dirección editorial: Carlos Bautista Rojas
Dirección de arte: Victoria García Jolly
Dirección administrativa: Érika Juárez Jiménez
Dirección comercial: Claudia Martínez Saavedra
Dirección de circulación: Armando Salazar Sánchez
*  *  *
Editora: María Luisa Durán Almazán
Editora adjunta: Ingrid Constant Saavedra
Jefa de redacción: Luisa E. Martínez Cadena
Redacción: Jazmín Amaro, Ilse Lyssen Pérez Morales,
Fernanda Sánchez, Ilah Alexandra de la Torre Ávila
Diseño: Cinthia Boulos Mansour, Alejandra Hernández Mosti,
Jessica Iniesta López, Natalia Kiehnle Montejano,
Rebeca C. Moreno Luquín, Miguel Núñez Franco
Equipo digital: Vanessa Mena, Cristina Reynoso, Giovanna Silva Mora,
Rodrigo Toledo Aguirre
Corrección: Patricia Arredondo
*  *  *
Coordinación de proyectos: Mónica Alfaro Altamirano
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Coordinación de supervisión: Alma Delia González López
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Gerencia comercial: Alejandro Flores Álvarez
Ventas y publicidad: Eunice Flores Patterson, Randhú Enzastiga García
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Colaboradores
Carlos Bautista Rojas, Juan Arturo Brennan, Ingrid Constant Saavedra, Ma. Luisa Durán, Dante
Escalante, Ricardo Garibay, Alejandra Hernández Mosti, G.G. Jolly, Claudia Martínez Saavedra,
María del Pilar Montes de Oca Sicilia, Rulia Paloma Moravi, Sergio Neri, Luis Javier Plata Rosas,
Quino, Mario Santos, Elmer Sosa


Consejo editorial
Manuel Alonso de la Florida Rivero, Eugenia Blandón Jolly, José Ángel Blandón Jolly, Dante
Escalante Mendiola, Malusa Gómez, Ignacio Gómez Gallegos, Fernando Montes de Oca
Monroy, Fernando Montes de Oca Sicilia, Francisco Javier Nuño Morales, Ernesto Sánchez
de la Osa, Pilar Sicilia y Sicilia, José Vicente Sicilia Rosado, María Ángeles Soler Arechalde,
Alejandro Velázquez, Mario Zaragoza Ramírez


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Agosto, 2014, año xiv. Algarabía, léeme y sabrás, editada por Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Editor
responsable: María del Pilar Montes de Oca Sicilia. Número de certificado de reserva: 04-2010-041314213600-102.
Certificado de licitud de título núm. 13853 y certificado de licitud de contenido núm. 11426. ISSN núm. 2007-1019
otorgado por la Dirección de Reservas de Derechos Agencia Nacional ISSN. Impreso por Compañía Impresora El
Universal, S. A de C. V. Calle Allende No. 174, Col. Guerrero, C. P. 06300. México, D. F. Tel. 5117-0190. Tiraje certificado
por Lloyd International, S. C., folio 10306, referencia 10107 Lloyd International. Circulación y ventas certificadas por
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Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta publicación puede ser reproducida total o parcialmente sin citar la fuente.
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Editorial Otras Inquisiciones, S. A. de C. V. Pitágoras 736-1, col. Del Valle, C.P. 03100, México, D. F.

4
5
Índice

NuesTra porTada

Guillermo
Prestegui,
Beethoven,
composición
sobre el óleo
original de
Joseph Karl
Stieler, 1820;
técnica mixta,
2014.

18 Causas y azares
Nuestra educación musical
por Carlos Bautista Rojas

34 Ideas
Canciones inconseguibles —o de
la necesidad de tener un lápiz a la
mano
por María del Pilar Montes de Oca Sicilia

44 Semblanzas
Agustín Lara: el «músico poeta»
por Ricardo Garibay

58 ArTe
Beethoven
por G.G. Jolly

12 Puros números
La industria musical
por Ingrid Constant Saavedra

16 Palabrafilia
suato
por Claudia Martínez Saavedra

6
24 Aunque usted así lo crea
Oír a Mozart, ¿nos hace más inteligentes?
por Luis Javier Plata Rosas

26 Literatura
De los libros al escenario: el musical
por Rulia Paloma Moravi

42 En algún lugar...
Hip 70

50 ¡Eureka! / Íconos y grafías


Teclas blancas vs. teclas negras
por Mario Santos

56 Desde el palco
Festival de la Isla de Wight

70 Está en chino
«Confusionismo» musical
por Juan Arturo Brennan

84 La lista
El taller de Adrian Leverkühn /
La orquesta sinfónica

88 Top 10
Cantantes del desamor

90 Ideas
El ritmo de las ondas. La radio en México
por Ma. Luisa Durán

104 Genio y Figura


Julián Carrillo Trujillo

106 ¿Qué onda con...


el Sonido 13?

108 De dónde viene


Géneros musicales para dummies
por María del Pilar Montes de Oca Sicilia

112 Taquitos de lengua

116 Del tingo al tango

7
E el úer 120

En septiembre tendremos:
• Semblanza:
Lo Mauricio no quita lo
Garcés
• Reflexiones sobre el cine
documental
• García Márquez y sus
embalsamados
• El placer de la lectura: José
Emilio Pacheco

La redacción de Algarabía agradece a los músicos Mario Santos y


Felipe Pérez Santiago la revisión técnica de esta edición especial.

Para consultar las fuentes y referencias completas de


los artículos de este número, escanee con su celular
este código, o visite www.algarabia.com

Nota: Como principal referente de la lengua, usamos el Diccionario del Español de


México —dem—, elaborado por el Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios de
El Colegio de México. Sólo citamos el Diccionario de la Real Academia de la Lengua
Española —drae— cuando no existe otro referente académico.
Fe de erratas: En Algarabía 118, página 52, la nota al pie número 7 dice «es un
excelente coagulador», debe decir «es un excelente anticoagulante»; en el
Acertijo, página 87, en vez de «levar», debe decir «levas».

8
9
una probadita  De nuesTros libros

Un libro literalmente picante que, entre citas,


anécdotas, datos históricos, albures y mucho
más, descubrirá la esencia mexicana del chile.

Los mexicanos
comemos alrededor
de 15 kg anuales de chile
15kg
per cápita, lo que equivale
a ¡1.25 kg al mes!

«Me traes como


chile frito
en cazuela.»
Decir de Dante Escalante cuando
lo traen de un lado para el otro

La palabra picarse
también significa «enviciarse,
hacerse adicto, obsesionarse»;
proviene del efecto causado
por el chile en sus consumidores.

La información
de esta sección
fue tomada de:

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10
11
estadísticas P e

por Ingrid Constant Saavedra

C on la aparición de los formatos digitales, muchos


pronosticaron la muerte de la industria musical. He aquí
algunos datos sobre su economía, que se empieza a adaptar a
las nuevas necesidades del público.

Giras de
5 Bon Jovi
conciertos
Ganancia: 1 030 082 884 dls.
Asistencia: 12 333 668 más
Shows: 578 exitosas
4 Madonna
Ganancia: 1 140 230 941 dls.
Asistencia: 9 694 079
Shows: 382
3 Bruce Springsteen
Ganancia: 1 196 116 507 dls.
Asistencia: 15 010 773
Shows: 727
2 u2
Ganancia: 1 514 979 793 dls.
Asistencia: 20 536 168
Shows: 526

The Rolling
Stones
Ganancia: 1 565 792 382 dls.
Asistencia: 19 677 569
Shows: 538

12
Glastonbury Coachella Lollapalooza Corona Capital Vive Latino
país Reino Unido ee. uu. ee. uu. México México
asistencia 130 mil 80 mil 160 mil 120 mil 60 mil
artistas 300 150 150 70 120
ganancia 50 47 32 9.3 6.5

Ganancias de festivales
en millones de dólares
—venta de boletos—

9% 1%
51%
derechos de reproducción otros
—radio, Internet, anuncios,
Ganancias
televisión, cine, videojuegos
mundiales físicas
—venta de
álbumes 2013—

ganancias en millones de dólares


físicas digitales

39%
derechos de reproducción

4 473
digitales
10%
4000

3 012
3000 4%

16%
ventas
físicas y
2000 digitales
—2013—
60% 1 365 1 303
6%
956
12%
21%
1000 13%
44% 23%
135
50% 47% 3%
30% 80% 73% 44% 64%

EE. UU. Japón Alemania Reino Francia México


Unido

13
2008 2013 formato
1% 1% otro
3% 8% servicios de streaming con anuncios
6% 19% servicios de streaming con suscripciones
26% 5% servicios para móviles
Formatos
64% 67% compra y descarga de ventas
digitales
Más de 28 millones de personas pagaron por
suscripciones a servicios musicales por Internet como
Spotify o Deezer en 2013, un crecimiento de 40%
comparado con el año anterior. Existen cerca de
450 servicios de este tipo en más de 100 países

Repartición 24.4 % gastos generales del minorista


de ganancias
por cada cd
18.2 % gastos generales de la disquera
15.0 % promoción y marketing
Los sitios de descarga 10.6 % ganancias de la disquera
pirata de música 10.0 % regalías del artista
tuvieron una ganancia
por publicidad por 5.6 % distribución
casi 227 millones de 5.1 % regalías de publicación
dólares en 2013
5.0 % ganancia del minorista
5.0 % empaque y manufactura
1.1 % sindicatos de músicos

Merchandising
—playeras, pósters, etcétera—
hasta 225 mil dólares por concierto Otras
Marcas de ropa, accesorios formas
hasta 750 millones de dólares anuales de hacer
dinero
Perfumes
hasta 5 millones de dólares al día
YouTube
hasta 2 millones de dólares anuales
Apariciones en televisión
—por ejemplo, jueces de concursos—
hasta 18 millones de dólares anuales

Se calcula que las ventas de


perfumes de músicos generan
un estimado de 1.3 mil
millones de dólares
anuales.

*Fuentes: Rolling Stone, Billboard, ifpi, Almighty Retail, Times, Merca 2.0,
Fortune, Huffington Post

14
15
palabrafilia

por Claudia Martínez Saavedra

t ARCAÍSMO
Mi abuela solía repetir esta palabra muchas veces, por lo que
para mí es muy familiar, aunque a nadie más he oído decirla.
La usaba cuando en la tele o en la calle veía a alguien —por lo
regular hombre— de complexión delgada y muy, muy alto.

El drae define esta palabra como «tonto, falto de


entendimiento». Y los sinónimos con que se relaciona son:
imbécil, bobo, estúpido, idiota, memo, mentecato, torpe, tarado,
entre otros. Eso sí, Francisco J. Santamaría, en su célebre
Diccionario de mejicanismos, aclara que es «zonzo, simple; menos
despectivo que baboso».

A pesar de no conocer a fondo a estas personas, por el simple


hecho de ser tan delgadas y altas, mi abuela se refería a ellas
como suatas, tal vez porque sus movimientos eran más lentos
y porque, de cierta manera, la altura los hacía encorvarse y
parecer torpes.

16
pasión por las palabras

Una tía se casó con un francés que medía casi dos metros;
era muy delgado, güero, y el poco español que hablaba lo
pronunciaba despacio, con ese acento parisino que a mi abuela,
en vez de cautivarla, le ponía los pelos de punta, por lo que
lo encasillaba como «el suato más suato de todos los suatos».

Recuerdo que me decía cosas


como: «No sé cómo Doña
Florinda está enamorada del
Profesor Jirafales, si es un
suato», o «Mira, m’ijita, ese
hombre está guapo pero se
ve muy suato».

Mi abuela era incapaz de


usar insultos como estúpido
o idiota para ofender a
alguien; tal vez por eso se
apropió de esta palabra un
poco más sutil.

Responda a qué bandas pertenecen los siguientes logos.


AcerTijo

La primera persona que responda correctamente, a partir


del 12 de agosto,* a [email protected] recibirá un regalo
sorpresa cortesía del munal.**
Ganador de la edición 117: Isaac Abraham Cabrera
González
La respuesta es:
Horizontales: El grupo de cuatro cifras es 2-2-6-8, el de
tres cifras es 6-9-3 y el de dos cifras es 12-6. Cada uno de los
grupos suma 18.

* Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad,
teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada
dos números.
** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 121. El plazo para recoger
el premio vence el 31 de octubre de 2014.

17
el origen de  Causas y azares
muchas cosas

Nuestra
educación
por Carlos Bautista Rojas
ilustrado por Elmer Sosa

¿Por qué la mayoría de los mexicanos carecemos


de formación musical? ¿Qué pasa en la educación
secundaria para jamás volver a tener ganas —salvo
contadas excepciones— de tocar un instrumento en
la vida? Presentamos una breve reflexión sobre estas
experiencias.

Japón, 1972.

C uenta la leyenda que Luis Echeverría


Álvarez, el entonces presidente de la
República, al llegar al aeropuerto de Tokio,
fue recibido por cientos de niños nipones que
interpretaban melodías mexicanas con diversas
flautas dulces: barrocas, escolares, de pico…;
la misma leyenda afirma que este concierto
emocionó tanto al Presiso que instruyó al
entonces secretario de Educación Pública
para que, a partir de ese momento, en todas las
escuelas públicas de México la flauta dulce se
convirtiera en el instrumento oficial para la
enseñanza musical.

18
Flauta dulce o muerte
Por supuesto, una instrucción así de arbitraria, sin la
menor preparación logística ni docente —¿de dónde se
iban a sacar cientos de miles de maestros en educación
musical para todas las escuelas del país?— no auguraba
nada bueno, pero aquella era la época en que si el
mandatario decidía vestir de guayabera en un evento
oficial, de inmediato toda la nómina gubernamental
aparecía uniformada con la misma prenda y sin el menor
cuestionamiento —como ahora el saco y la corbata son
de rigor en las ceremonias oficiales, así se trate de la
presentación de un libro o de una fiesta infantil.
«Haiga sido como haiga sido» la orden de que así
sería la educación musical en México, lo cierto es que
hasta la fecha la flauta dulce es el «único instrumento
admitido» en esta disciplina, sin importar si algún
alumno ya sabe tocar la guitarra, los teclados o algún
otro instrumento: «¡Flauta dulce o no entra a mi clase!»
—aún recuerdo nítidos los gritos de varios profesores de
«educación artística» cuando les argumentaba que ya
sabía tocar el piano...

19
«Heredarás las babas»
Aunque ahora es muy sencillo conseguir una flauta dulce
en cualquier papelería, o incluso en el supermercado,
hace 40 años era necesario buscar el instrumento en
una sucursal Yamaha porque, si uno se atrevía a llegar a
la clase con cualquier otra marca, además del consabido
regaño, lo único seguro era llevarse algo más que un
zape o un jalón de pelo. Las tiendas musicales eran una
opción pero, luego de que miles de niños buscaran al
mismo tiempo el susodicho instrumento, comenzó
uno de los peregrinajes más infructuosos y menos
registrados de nuestra historia patria.
Por la misma razón que conseguir la flauta era un asunto
más de suerte que de recursos, las primeras que llegaron
a los salones escolares fueron robadas de inmediato.
Las madres de estos niños descuidados decidieron
marcar la nueva flauta de su hijo con barniz de uñas
para distinguirla del resto... pero al poco tiempo todas
las flautas tenían marcas similares. Por ello, las
madres llegaron al extremo de grabar las
iniciales —en algunos casos el nombre
completo— de su hijo en la flauta con un
cuchillo o un clavo caliente; con el uso,
las letras —enormes, burdas, ilegibles—
resaltaban debido a la mugre que ya no
salía ni limpiándola con alcohol.
Y hablando de higiene, ¿quién no
recuerda el bonito momento en que
la flauta empezaba a chorrear baba
—literal— luego de algún rato de uso? Por
supuesto: la primera reacción era sacudirla

Brge vebl
E
Eva Perón. Yo creo que sería mejor no hablar de
ella. Fue peor quizá que su marido. Hablaba
de los descamisados, de sus pobrecitos
trabajadores, y se compraba tapados de piel
que costaban una fortuna.

20
El objeto de mi afecto

Flauta dulce Yamaha

ɅɅ Enla marca—
1965 Torakusu Yamaha —fundador de
comenzó la producción de
instrumentos de viento, incluida la flauta
dulce.

ɅɅ Elabscuerpo de la flauta está construido de resina


y consta de tres partes —base, cuerpo y
boquilla. Torakusu Yamaha.
ɅɅ Los modelos de flautas Yamaha más comunes son
yrs-23 y yrs-24b —ambos modelos ofrecen
buena resistencia al aire, lo cual mejora el
control y la precisión de los sonidos.

ɅɅ Su—incluye
precio oscila entre $80 y $100 por unidad
dos accesorios: funda de algodón
y tabla de digitación.

—sin albur— y más de un compañero cercano quedaba


atónito preguntándose cómo es que empezaba a llover
bajo techo.
El colmo de la escasez de instrumentos vino cuando
los estudiantes heredaron la flauta a sus hermanos
menores: a las marcas del nombre anterior se añadían
los del actual —y así en lo sucesivo, según la cantidad de
hermanos que se tuvieran—, pero por más asquerosas
que fueran estas manchas, jamás lo serían tanto como la
saliva acumulada por los años —¡yerrrghhh!

«¡Hay camotes!»
Los primeros intentos de emitir algún sonido con la
flauta dulce eran estridentes y desagradables, más
cercanos al silbato del camotero que al concierto que
conmovió al presidente; y si esto lo multiplicamos
por un promedio de entre 30 y 50 niños por clase, es
entendible por qué más de un maestro de educación
musical, en su intento de «despertar la sensibilidad
artística» de sus alumnos, sólo sintiera despertar un
instinto asesino que devolviera el silencio.

21
Por ello, no faltó el maestro que «prohibiera ensayar en
clase»: «Practiquen en su casa; aquí sólo se toca en día
de examen»; cuántas personas, de pronto, no vieron
perturbado su entorno por un niño que intentaba, una y
otra vez, reproducir las primeras notas del «Himno a la
alegría» sin hacer sangrar los oídos de sus vecinos. Que
no se reportaran de pronto asesinatos de estudiantes
en masa es prueba de que los mexicanos «aguantamos
vara» —aparte de que nos encanta el escándalo y el
ruido.

Días de examen
Como todo «instrumento de aliento» la flauta es un
objeto delicado que, si no se limpia, guarda y emplea
con sumo cuidado, su sonido se altera. Imagínese
a qué sonaban esas flautas que se usaban para jugar
«espadazos» durante el recreo o las horas muertas,
que se desarmaban al chingadazo y que, seguro, muy
pocas veces se limpiaban.
A pesar de que las clases eran —en su mayoría, pues
en algún punto seguro hubo excepciones notables—
insulsas y aburridas, limitadas a «copien de la página
tal a tal y ensayen en su casa tales canciones», y de que
jamás se tomaban en cuenta los gustos musicales de
los alumnos —ni por accidente se le hubiera ocurrido a
un maestro pedir opinión alguna—, no faltaba el teto,
el ñoñazo que hacía todo al pie de la letra y, a pesar de
tener todo en contra, aprendía a tocar el instrumento,
si no con maestría, sí por lo menos de forma «pasable».
Y a estos ñoñazos —como en cualquier otra materia—
se recurría los días de examen para que ellos ejecutaran
la melodía a calificar: mientras uno
simulaba tocar moviendo los dedos,
quien sí sabía tocar se apiadaba de
nuestra impericia aprovechando que
el maestro, harto de oír 30 veces el
«Himno a la alegría», ni volteara a
ver al alumno en cuestión.

El cuaderno vacío
Un poco menos complicado,
pero igual de azaroso, era
encontrar el cuaderno
pautado cuyo rango de
vida era harto predecible:

22
forrarlo del color que
hubiera pedido el
profesor —entonces
libros y cuadernos debían
forrarse con papel y
plástico—, membretar
el nombre del alumno,
grupo, grado y materia.
Después de tal ceremonia,
del cuaderno pautado no llegaba a usarse más allá de su
primera hoja —luego de marcar las notas musicales en
la escala de sol— y ya. Así que el mismo cuaderno servía
para el año entrante: sólo se le arrancaba la primera
hoja. Y al año siguiente: lo mismo.
Ese cuaderno podría ser la prueba pericial de por qué
nuestra educación musical es casi nula y por qué jamás
pasamos de memorizar una que otra canción como
«Martinillo», «Las mañanitas», «Cielito lindo» y, ya los
muy doctos, «La marcha de Zacatecas».
Seguramente, este artículo le hizo recordar sus
experiencias con la «educación musical». Compártalas
con nosotros en [email protected]; las más destacadas
se publicarán en nuestra página web.
El autor de esta nota se considera una víctima más de los horrores de la
educación musical obligatoria en México, y le achaca su abandono a la
práctica de la misma. Aunque reconoce que gracias a ella sabe qué música
no le gusta —en particular las baladas, el pop y el «rock en español»—: por
mediocre e insulsa, como esas clases­—. Sígalo en Twitter como @alguienomas

melocólico
nuevas
palabras
que hacían
falta
Proviene del griego μέλος, mélos, ‘música’, y χολή, colé,
‘bilis’. Dícese de la persona que se estremece hasta las
lágrimas cuando escucha música. Es alguien con una
sensibilidad musical notoria, al grado de que al exponerse
a ella, su cuerpo reacciona con una emoción parecida a la
nostalgia. Todos hemos experimentado la melocolía cuando
escuchamos una melodía que nos remonta a una época
anterior, sin importar si nos gustaba o no en el pasado. Por
otro lado, los melocólicos más radicales pasan vergüenzas
al conmoverse con piezas musicales que hasta a ellos les
resultan repulsivas.
«Cuatro de whiskey y una de José Alfredo bastan para
despertar mi lado melocólico.»
Con información extraída de Jorge Mux, El exonario; Buenos Aires: Grijalbo, 2006.

23
desenmascara
creencias  Aqe sTed í l cre
falsas

Mito:
oír a Mozart nos hace
más inteligentes
por Luis Javier Plata Rosas

S. Neri

No existe un solo estudio científico que confirme


que poner música clásica a los bebés mientras duermen
incremente su intelecto.
La popularización de esa falacia se debió al libro que
en 1997 publicó el compositor Don Campbell, El efecto
Mozart: el poder de la música para sanar el cuerpo, fortalecer
la mente y liberar el espíritu creativo, que tenía como
«sustento» un brevísimo artículo de una cuartilla que
se publicó en 1993 en la revista Nature, con base en un
experimento realizado a 36 estudiantes universitarios,
pero sin resultados concluyentes. Por supuesto,
Campbell uso su «espíritu creativo» para extender esa
humilde cuartilla en 18 libros que le dieron un negocio
muy lucrativo.
En 2007 el Ministerio Alemán de Educación e
Investigación hizo una revisión exhaustiva de todas las
publicaciones «científicas» sobre el tema. El veredicto:
no importa que se oiga a Mozart, Franck Pourcel,
Paquita «la del Barrio» o Lady Gaga: escuchar música no
incrementa la inteligencia de nadie.

Disponible para Kindle en www.amazon.com


www.algarabia.com

24
25
sobre autores
y obras LiTeraTura
reconocidas

D
al escenario
e los ibros

l musical
E
por Rulia Paloma Moravi

¿Se imagina qué pensaría Bram Stoker si viera a su oscuro


personaje Drácula cantando y bailando? O bien, ¿qué
diría T. S. Eliot si tuviera la oportunidad de escuchar
a los gatos de su poema maullar melodiosamente?
Y Victor Hugo, ¿qué haría si su jorobado estuviese
lamentándose con las gárgolas al ritmo de una balada?
O Shakespeare y Cervantes, ¿cómo reaccionarían
al ver sus obras más queridas cantaditas y bailadas?
Nunca lo sabremos, pero estamos seguros de que
no les sería indiferente y que más de uno pegaría un
grito de: «¡Esto no lo escribí yo!».

E l teatro musical surgió a finales del siglo


xix, y tuvo su auge en la primera mitad
del xx, sobre todo en Inglaterra y los ee. uu.
Tiene como antecedentes a la ópera y a géneros
teatrales jocosos y burlescos como el sainete,
el entremés, la comedia musical, el vodevil,
la zarzuela e incluso el teatro de la antigua
Grecia.

26
No obstante, el musical logró consolidarse como
género teatral y cinematográfico gracias a varios
elementos: siempre está en el idioma de la audiencia
—a diferencia de la ópera y la opereta—; los diálogos
hablados tienen la misma importancia que los cantados;
los actores deben ser actores en primer lugar, y luego
cantantes y bailarines; el baile es indispensable para
retratar las acciones; los momentos de
mayor intensidad dramática se resuelven
por medio de las canciones; está dividido,
generalmente, en dos actos; y la música se
compone ex profeso para el musical y suele
ser de corte popular.

La obra literaria como semillero


A pesar de que este género ha tenido
inspiración en diversas fuentes, la literatura
ha sido uno de los semilleros más importantes.
Tal es el caso del famosísimo musical Cats,
basado en el poemario de T. S. Eliot, Old
Possum’s Book of Practical Cats —El libro de los
gatos habilidosos del viejo Possum— (1939).
La historia de los «gatos jélicos» —tribu
de felinos inventada por Eliot— que se reúnen durante
una noche especial para elegir al gato que tendrá la
oportunidad de renacer. Fue adaptada por el compositor

27
británico Andrew Lloyd Webber, en 1981; su estreno
fue en West End y, un año más tarde, se presentó en
Broadway.1
Representada durante más de 21 años en Londres y 18
en Nueva York, ésta es una de las obras musicales más
taquilleras de todos los tiempos, de la que su autor no
tuvo noticias pues murió antes de poder ver a sus gatos
jélicos cantando bajo la luna rasgada. La danza y las
canciones son los elementos principales, ya
que casi no hay diálogos hablados. Así que la
habilidad de Webber para adaptar los versos de
Eliot a canciones —que van del pop, el rock
y el music hall al jazz— fue fundamental para
crear un culto alrededor de estas melodías,
tal como sucede con «Memory», que ha sido
interpretada por diversas personalidades
—Barbra Streisand, Sarah Brightman y
Heather Headley, entre otras.
Otro musical memorable que causó
polémica durante su estreno fue Les
Misérables —Los miserables— (1862), de
Victor Hugo. Mientras que para los críticos
literarios fue «un crimen», al público le
encantó y aún se arremolina para verla. Se
estrenó en 1980 en París, aunque ahí sólo duró
tres meses; sin embargo, en 1985, después de
haber sido adaptada al inglés, se representó
en Londres con un éxito enorme y, dos años
más tarde, en Nueva York. Desde entonces y
hasta hoy es una de las obras con más puestas
simultáneas en todo el mundo —15—. La música original
es de Claude-Michel Schönberg; las letras en francés de
Alain Boublil, y en inglés, de Herbert Kretzmer.
Ni el propio Victor Hugo imaginaría cómo su criminal,
Jean Valjean, gozaría de tanta popularidad, y menos
cantando. Además de la obra del escritor francés, el
mismo musical ha sido adaptado en varias ocasiones
al cine. Cabe mencionar la más reciente versión
cinematográfica bajo la dirección de Tom Hooper
—con las actuaciones de Hugh Jackman como Jean
Valjean, Russell Crowe como Javert, y Anne Hathaway
como Fantine—, galardonada en 2013 con tres premios
de la Academia.
1  Son los sitios donde están los teatros comerciales de mayor importancia,
en Londres y Nueva York, respectivamente.

28
Al inicio de la película Cabaret
hay una escena donde se recrea
el cuadro Retrato de la periodista
Sylvia von Harden, del pintor
expresionista Otto Dix

Otro ícono del musical son las adaptaciones de Notre


Dame de Paris —Nuestra Señora de París— (1831), también
de Victor Hugo. Esta obra de once libros situada en
el siglo xv, en París, cuenta la historia de la gitana
Esmeralda, quien es acusada injustamente de la muerte
de su amado y condenada a morir. Quasimodo, el
jorobado de Notre Dame, agradecido por el apoyo que
en otro momento recibió de ella, la salva y le da asilo en
la catedral.
Lo llamativo de esta obra es la gran cantidad y variedad
de adaptaciones que ha tenido. El teatro, el cine, la
animación, la televisión, la música, el ballet y la radio
son evidencia clara del alcance de la obra del autor
romántico. De hecho, a partir de estas adaptaciones
el nombre también se adecuó a Jorobado de
Notre Dame y la historia ha tenido distintos
enfoques dependiendo de a quién esté
dirigida. Por ejemplo, en la animación que
hizo Disney se centra más en Quasimodo y
tiene un final feliz, donde él es aceptado por
la sociedad y reconocido como un héroe.

Otros experimentos
En las adaptaciones de obras literarias al
musical ha habido todo tipo de experimentos.
Tal es el caso de montajes extraños como A
Midsummer Night’s Dream —Sueño de una noche
de verano— (1595), de Shakespeare, que lleva
cinco años representándose en un
teatro de Harvard como una versión
«disco» de la original. El título de
esta adaptación es Donkey show. Pero
también ha habido proyectos fallidos.
Por ejemplo, Breakfast at Tiffany’s, de
Truman Capote, y Big Fish, de Daniel
Wallace, se intentaron adaptar a musicales

29
El musical Chicago está basado en una obra
de teatro homónima escrita por la periodista
Maurine Dallas Watkins en 1926. Es el
espectáculo estadounidense con más
popularidad en el West End

Oliver!
Otras grandes obras literarias que fueron adaptadas con éxito al musical son:

obra original
Charles Dickens, Oliver Twist (1839)
adaptación y estreno
Lionel Bart; West End, 1960*

El hombre de la Mancha
obra original
Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo don
Quijote de la Mancha (1605)
adaptación y estreno
música de Mitch Leigh y letras de Joe Darion;
Broadway, 1965

El fantasma de la Ópera
obra original
Gastón Leroux, Le Fantôme de L’Opéra (1910)
adaptación y estreno
música de Andrew Lloyd Webber y letras de
Charles Hart; West End, 1986

Wicked
obra original
Gregory Maguire, Wicked: The Life and Times
of the Wicked Witch of the West —Wicked:
Memorias de una bruja mala— (1995)
adaptación y estreno
Stephen Schwartz; Broadway, 2003

Drácula, el musical
obra original
Bram Stoker, Dracula (1897)
adaptación y estreno
música de Frank Wildhorn y letras de Don Black
y Christopher Hampton; California, 2001**

*Su adaptación cinematográfica (1968) fue galardonada por la Academia


como mejor película.
** También existe una adaptación argentina anterior: Drácula, el musical,
con música de Ángel Mahler y escrita por Pepe Cibrián. Fue estrenada en
Buenos Aires en 1991.

30
en teatro, pero no funcionaron. Sin embargo, la historia
del musical tiene varios éxitos representados tanto en el
teatro como en el cine.
Uno de ellos y de los más conocidos es el de Cabaret
(1972), película con Liza Minnelli, Michael York y
Joel Grey como personajes principales. Aunque
muchos conocen esta cinta de Bob Fosse,
quizá pocos sepan cuál es su origen. La
inspiración es la obra de teatro I Am a
Camera, de John van Druten, estrenada en
1951. Ésta, a su vez, tuvo como inspiración
el libro Goodbye to Berlin —Adiós a Berlín—
(1939), de Christopher Isherwood, situado
en esa ciudad durante los años 30. En esta
novela, Isherwood es el narrador-personaje
que se enamora de Sally Bowles, la
cabaretera.
Otro que cabe en esta categoría es
West Side Story, adaptación de la obra de
William Shakespeare, Romeo and Juliet
—Romeo y Julieta— (1597). Este musical
fue compuesto por Arthur Laurents,
con música de Leonard Bernstein
y letras de Stephen Sondheim. Fue
estrenado en Broadway, en 1957.
Al igual que Cabaret, la película West
Side Story —Amor sin barreras— (1961) está
inspirada en la obra musical, más que
en Shakespeare. Ésta fue dirigida por
Robert Wise y Jerome Robbins, y como
protagonistas tuvo a Natalie Wood y a
Richard Beymer.
La mayoría de los musicales que mencionamos
guardan poco parecido con la obra original, y
no es de extrañar, debido a que se trata de lenguajes
distintos. Además, las exigencias del musical obligan
a que la obra literaria se adapte al espectáculo, y no
viceversa. Por eso es que en muchos casos, más que
adaptaciones propiamente, se trata de una reescritura
que da como resultado una obra nueva.

A Rulia Paloma le gustan cantaditas y bailadas, de todo un poco, aunque las


prefiere bien leídas.

Los mejores momentos de las adaptaciones al musical más


famosas de la historia: escanee este código con su celular o
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31
Al finalizar una fiesta no faltan
las canciones «de dolidos»,
¿cuál es la que siempre canta?
L il y u repueT

«Acá entre nos»


20% Vicente Fernández
«Ella»
18% José Alfredo Jiménez
«Por tu maldito amor»
15% Vicente Fernández

47% Otras

Los resultados son los tres más votados:


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32
33
pensamiento
sobre todo lo  IDE
demás

No pongas el cassette si no quieres amor, si piensas que estas


cosas son de gente mayor. No pongas el cassette si quieres
jugar, si te es indiferente hablar del verbo amar.
Parchís, «No pongas el cassette»

34
Pues sí, señoras y señores, niñas y niños: somos muchas
las personas que vivimos antes del iTunes, antes de la
era digital. Y cuando digo «vivimos» me refiero a que
fuimos jóvenes, melómanos o no, que perseguíamos
por cielo y tierra las canciones que nos gustaban; que
las buscábamos, las añorábamos y nos las aprendíamos
de memoria.

por María del Pilar Montes de Oca Sicilia


ilustrado por Sergio Neri

35
É ramos preparatorianas, íbamos en un
Jetta por la vieja carretera de Acapulco
—todavía no habían inaugurado la
Autopista del Sol—, pasábamos por el
aún famoso Cañón del Zopilote con un
calor de más de 40 grados, y poco a poco
se nos iban terminando las cervezas de la
hielera, mientras el hielo se evaporaba.
Javier —conductor y dueño del auto— cantaba al
unísono, con Tamara y conmigo, la canción que se había
repetido más de diez veces en el cassette que sonaba
en el autoestéreo portátil y removible —porque se los
robaban y los tenías que sacar del coche—: «Queridaaaa,
ven a mí que estoy sufriendo, ven a mí que estoy
muriendo… mira mi soledad, mira mi soledad que no
me sienta nada bien»; era un cassette tdk que tenía
anotado con plumón rojo: «Buenas, muy buenas, nuevas,
español», encima del texto «concierto de Emerson Lake
and Palmer», que estaba tachado, también con rojo.
Recuerdo que los cassettes estaban en cajas alargadas
que barajaban «joyitas musicales» de Pink Floyd, The
Who, The Eagles —cuyo «Hotel California» habíamos
oído y cantado palabra por palabra una interminable
cantidad de veces en algún otro viaje, después de sacar
la letra, leerla y preguntarnos si a ciencia cierta decía
«one smell of colitas» y por qué—. También Asia, Toto,
Bosé, Alejandra Guzmán, Mijares, Yuri, Emmanuel,
Juan Gabriel —autor de la susodicha canción— y obvio,
superobvio, siempre y mucho: José José, eran los
protagonistas.
Los cassettes resultaban en cierto modo pequeñas obras
de arte que se hacían con cuidado, mucho tiempo

Dimes
Eso que me cuentas de mi ex, que está muy
mal, que se divorció, que lo despidieron,
y así, es música para mis oídos.

Decir de la mujer que «ya casi» supera al exmarido

36
Cada canción tenía un valor en sí misma,
las cantabas tantas veces que terminaban siendo
parte de ti

y esmero; eran para uno, o para presumir a los amigos,


o para regalarle a una amiga, y sobre todo para flirtear,
conquistar, regodearse en el otro o simplemente para
mandarlo a freír espárragos. Graciela cuenta que cuando
ella se fue a vivir a Cancún, Fréderic —su novio de por
entonces— le empezó a enviar cassettes dedicados. Los
primeros traían canciones de amor total: «Te amaré»
de Miguel Bosé, «Con olor a hierba» de Emmanuel o
«How deep is your love» de los Bee Gees; el siguiente
fue menos romántico, más seco y desenfadado, tenía
canciones como «Buenos días amor» de José José,
«Temblando» de Hombres g y «Tu nombre me sabe
a hierba» de Serrat; la última pieza enviada ya era
auténticamente «de dolor y contra ellas»: «Te solté
la rienda» —la versión de Maná—, «Inocente pobre
amiga» de Juan Gabriel, y «Sin tu latido» de Aute.
Así funcionaba esto. Procurábamos tener en la casa
cassettes vírgenes y un estéreo en el que se pudiera
grabar directo de los lp’s; en el principio de los tiempos,
mi papá grababa del disco a la grabadora de cinta gruesa
de carrete, en la sala de la casa, pidiéndonos a todos
que por favor no hiciéramos ruido porque «¡estoy
grabando!», lo cual era poco menos que imposible,
con el consecuente resultado de cintas con las voces

37
de Olga Guillot o Agustín Lara salpicadas de pasos en la
escalera, ladridos de perro o gritos de niños.
Después la onda era grabar «de cassette a cassette», y
con eso Panasonic, Nakamichi y Sony hicieron su agosto
al vender grabadoras enormes que, además, servían
como ruido de fondo para que en las fiestas amenizaran
Miguel Ríos, Joaquín Sabina, Charly García, Soda
Stereo o Los Fabulosos Cadillacs. Y es que antes de los
cassettes, lo único que había para grabar —porque los
lp’s y singles eran sólo de fábrica— era ese tipo de cintas
o cartuchos de ocho tracks que, dicen por ahí, eran muy
fidedignas y casi un objeto de culto —Munts, Audiovox,
Sanyo—, que duraron muy poco tiempo —fueron algo
así como los laserdisc— y que dieron su paso a los más
prácticos, útiles y económicos cassettes «compactos»,
que permanecieron desde los 70, durante toda la
década de los 80 y hasta la aparición de los cd.1

Piezas únicas
Aquí voy a regresarme un poco para hablar de los lp’s
y de esa emoción única que provocaba el tener uno
nuevo. Cuando tu papá accedía a comprarte uno —en
Sanborns o en el Mercado de Discos—, tenías que
escoger uno y sólo uno, y entonces durante una semana,
o dos, se convertía en el objeto más preciado de tu vida.
Desde quitarle el plástico, sacarlo de su sobre
y ponerlo despacito en el tornamesas o en
el tocadiscos, cuidando que no se fuera
a rayar —porque si se rayaba no había
remedio—, hasta sacar el sobre con las
letras y aprendértelas de memoria, como
lo hicimos mi hermano Fer y yo con el
disco de The Wall. Mi amigo Luis dice:
«parece que estoy viendo y oliendo un disco
de Rush que compré en una tienda de discos
“ya más caros”, ¡cómo lo atesoré!».
Pero, en su defecto, cuando no tenías la
letra impresa —porque no había manera de
googlearla— y la canción era en inglés, pues tenías
que sacarla frase por frase, palabra por palabra.
Del lp al cassette había gran diferencia, porque
este último era práctico y llevable —y como ya dije,

1  Que, aunque al principio no podían grabarse porque eran cd-roms


—Read Only Memory— acabaron, como el átomo, por no poder hacerle
honor a su nombre.

38
accesible—; aunque también tenía sus grandes bemoles:
nunca podías pararlo en el momento adecuado, querías
volver a oír una canción pero siempre te pasabas —«¡ay,
ya te pasaste!»— y terminabas oyendo enterita la
canción previa para luego oír «la tuya». Además, muchas
veces estaban apretados y no giraban, o muy flojos y la
cinta se atoraba en la grabadora —esto era muy usual—,
lo que podía derivar en tres alternativas:
que la cinta se rompiera y se tuviera que pegar
con un diurex transparente; esto era una
verdadera odisea manual y táctil de la cual yo
nunca salí avante.
que la cinta se estirara y se hiciera delgadita
a tal punto que quedara inservible; entonces
había que diseccionarla y realizar el
procedimiento desde el punto 1.
que la cinta se enredara pero no se rompiera
sino que quedara como acordeón; entonces
había que estirarla con un lápiz o una pluma
Bic, para lograr que volviera a funcionar.
Podía pasar también que lo dejaras en el coche y se
derritiera, y entonces sí ya no había futuro posible.
Los guardábamos en cajitas transparentes que casi
siempre estaban perdidas o que no correspondían con la
cinta; así, a veces te sorprendía la voz de Pete Towsend
en una caja que decía «Lupita D’Alessio», o viceversa
—eso era peor.
Porque sí, los cassettes se regrababan, y no una sino
varias veces, sobre todo si eran de los caros —como
tdk, Teak, Pioneer, Maxell, Sony o basf; de cromo o de
metal, ¡que podían durar hasta 120 minutos!—, de ésos
que te daba algún novio que había querido quedar bien:
le había quitado las tapitas de arriba, convirtiéndolo
en un ítem ingrabable, pero tú ya habías encontrado
la manera de hacerlo «servir» de nuevo: bastaba un
cachito de diurex bien estirado que permitiera que la
grabadora no percibiera los huecos de la parte superior
—también eran populares las técnicas de «rellenado»
con papel de baño mojado—; el proceso concluía
cuando tachabas la frase «Pat Metheny y John Cale
para Pili con todo mi » y la cambiabas por «Buenas
español de amor» o «Para bailar inglés y español» o
«Silvio y Pablo en la plaza de toros». Esos cassettes eran

39
A mi amiga Teresina un galancillo le grabó una
canción de Fito Páez —«Un vestido y un amor»—
que se repetía una y otra vez durante 90 minutos

joyas porque, a decir verdad, tu mamá sólo te compraba


de esos que vendían en el súper: Ampex, Memorex,
o algunos más «patito» que ni nombre tenían, y que
aunque también los podías regrababar, terminaban por
morir más pronto que tarde.

Nos las arreglábamos...


En ese entonces —a diferencia de ahora, en la era del
iTunes, en la que es tan sencillo y accesible comprar una
canción—,2 conseguir una rola era algo casi imposible;
no había manera, de no ser porque vendieran el lp o
el cassette en México —lo cual era poco probable— y
que de alguna forma tuvieras el dinero para comprarlo,
o bien, que alguien te lo prestara y lo pudieras grabar.
Recuerdo que mi primo Roberto puso una vez un
cassette de Alberto Plaza, un chileno que tiene una
supercanción llamada «Cuándo vendrás» y que a mí me
encantaba; le pedí que me lo prestara y me lo quedé.
Me llamaba diario —obvio a mi casa, porque en ese
entonces tampoco había celulares— muy enojado para
pedírmelo de vuelta.
A principios de los 80 mi papá acondicionó en el
ático de mi casa un cuarto que era lo mááás moderrrrno
de aquel tiempo. Tenía grabadora de cartuchos,
cintas profesionales, dos tornamesas, dos decks, ¡y un
micrófono! Obviamente, este lugar fue durante toda esa
década «nuestra guarida», la mía, la de mis hermanos y
la de todos mis amigos —incluyendo al «Negro», que

2  Todo Miles Davis cuesta $80 pesos, «algo debe andar mal», dice Héctor
de Mauléon —o bien, digo yo.

40
se la pasaba ahí y que fue apodado «Alex Sin-deck»—,
así como de mi prima Gra, de Claudia y de «la Pelona»,
con quienes tenía la desfachatez de grabar nuestra voz
encima de la de Yuri, Daniela Romo o Tatiana —sin
saberlo, inventamos el karaoke antes de que el término
fuera importado de Japón—: era una especie de Siempre
en Domingo casero que quedó grabado para la posteridad
en cassettes que todavía están por ahí empolvados en
algún cuarto de casa de mi mamá.
El chiste de los cassettes era oírlos en el coche,
en los trayectos —que, por entonces, en esta ciudad
no eran tan largos como los de ahora—, o en la fiesta;
oírlos, oírlos y volverlos a oír hasta que las rolas se
desgastaran: me acuerdo de cómo mi amiga Gabriela y
yo, en la prepa, nos la pasábamos en mi viejo Maverick
oyendo un cassette de Lolita que acabó hecho pedazos,
literalmente. Y es que de la Ciudad de México a
Cuernavaca, Acapulco o Yucatán, tu mejor compañero
era un cassette. Esto es algo que ha quedado atrás; algo
que, hoy en día, ya nadie quiere ni puede hacer.

La autora de este artículo agradece las valiosas memorias de sus amigos y


contemporáneos, sobre todo la invaluable y excelente memoria de Javier
Nuño Morales que, como siempre, sabe y recuerda más que todos.

underground
expresiones
de difícil
traducción
/ ʌndəgraʊnd /
Del inglés under, ‘abajo’, y ground, ‘tierra’. En esa
lengua su primera acepción es la de ‘subterráneo’
—de ahí que así se le llame al metro en algunos
países—. La segunda, que es la que se usa en el
resto de los idiomas, es «oculto, concebido en
secreto». El término comenzó a usarse con un
nuevo sentido para describir a la música que se
alejaba del mainstream —lo establecido—, que era
transgresora y de contracultura. Por extensión
describe expresiones artísticas de vanguardia,
poco convencionales. También puede aplicarse a
movimientos sociales o políticos de resistencia,
radicales y no conformistas.
«Tu banda nunca la va a armar, y no por underground,
sino por chafa.»

41
breves de
geografía  En algún lugar...
e historia

En la avenida Insurgentes sur de la Ciudad de


México, entre las calles de Encanto y Olivo, en
la colonia Florida, estuvo un lugar que albergó
una parte entrañable de la contracultura
mexicana. Fue Hip 70, una tienda de discos que
abrió Armando Blanco —participante del movimiento
estudiantil de 1968— a finales de los años 60. Ofrecía
acetatos, instrumentos, pósters, libros y demás souvenirs
especializados en el rock, prohibido por el gobierno durante la
década de 1970 —cualquier manifestación artística que pudiera
«despertar la rebeldía» de los jóvenes, tras la represión del 68 y
el festival de Avándaro de 1971, estaba censurada.
El éxito de esta tienda permitió que creciera hasta tener un
pequeño foro para los rockeros nacionales y una productora de
discos. En Hip 70 tocaron bandas que sólo podían hacerlo en
la clandestinidad, como Three Souls in My Mind, que hoy es el
guadalupano Tri de Alex Lora, y los punk Dangerous Rhythm,
que luego fueron Ritmo Peligroso y acabaron cantando «Dé-ja-
la tran-quila por fa-vor» con una onda tropicalosa.
Con el paso de los años, el rock dejó de estar proscrito y
Hip 70 dejó de existir. Quienes la conocieron cuentan que su
techo y sus muros estaban cubiertos de pósters de los grandes
del rock, que ahí se podían hallar acetatos inconseguibles
—incluso piratas— y que el dueño prendía incienso, en un vano
intento por cubrir el intenso aroma a marihuana que llegaba
hasta la calle.

IciiT • principio de una obra literaria

La doctora Weiss, a sus 40, sabía que su vida había


sido arruinada por la literatura.

Anita Brookner, El debut (1981)

42
43
vida y milagros
 Semblanzas

por Ricardo Garibay

Ricardo Garibay, sin duda, uno de los escritores más


notables que ha dado México es, por desgracia,
también uno de los menos recordados. Por su fuerza
expresiva, por su nervio, por la seguridad de su trazo,
Garibay sorprenderá vivamente a quienes no lo
conozcan. He aquí un fragmento de su extraordinaria
capacidad narrativa que emplea para describir cómo
era en realidad el llamado «Flaco de oro».

44
A gustín Lara es —para decirlo con
palabras que podrían ser suyas— una de
las esencias del alma mexicana. Su pecado fue
—macizamente durante 70 años— la cursilería.
No he conocido a nadie que asumiera con
tanto orgullo y robustez la baratura de la vida
como excelencia. Se embriagaba recitando las
letras de sus canciones, y golpeaba de pronto
el teclado: «Esto es poesía, chinga’o, ¡y que
no me vengan a mamar! ¿Eh, hijo? Tú eres un
dínamo, tú di lo que sientes, ¡qué joder!». «Sí,
maestro, claro, qué joder», decía yo, y él volvía
al piano recitando:

Como dos puñales


de hoja damasquina
tus ojazos negros
ojos de acerina
clavaron en mi alma
su mirar de hielo
regaron mi vida
con su desconsuelo…

—¿Eh, hijo? ¿Eh? Que no vengan a mamar.


—Por supuesto, maestro, que no vengan.
Me llamaba «Dínamo»: «Tú eres un dínamo,
recuérdalo». Un día llegué con un carrito de madera
y unos libros entre las redilas del carrito. El carrito
era para mi hijo, 1957 o 1958. Se le aguaron los ojos y
llamó a gritos a su mujer: «Mira, cabresta, primorosa, la
síntesis de la inteligencia y la humanidad, del amor y del
espíritu. Libros en un carrito. ¡Hijo, tú eres un dínamo
de luz y de energía, cómo chingados no!».
Iba yo a su casa tres veces por semana, en las tardes,
porque Antonio Badú1 había arreglado que el maestro
me contara su vida. Yo con eso haría un guión y la
película dejaría millones. El productor era el poderoso
Gabriel Alarcón. Seis meses duró el asunto, el cuento
de su vida, porque marchábamos a paso de tortuga. De
mucho de lo que contaba, decía: «Esto no lo pongas,
Dínamo. Todavía hay muchos jodidos que me mandarían
matar». Otras veces se eternizaba engolosinado y
lacrimoso hablando de un amor, sobre todo de una

1  Actor y cantante mexicano considerado un emblema del Cine de oro.

45
María Parker de la casa de Ruth, «que era un genio
en el derrame». Otras veces nos poníamos hasta el
cepillo —esto era frecuente— con coñac francés que en
aquel tiempo costaba 5 mil pesos la botella. Otras veces
me decía la criada: «De que el señor está servido y no lo
puede recibir». «¿Servido?», preguntaba yo. «De que le
tocó pulque en la comida, con sus compadres, y se pone
cabreado y luego ya se duerme». Otras veces bajaba
su mujer, y todo era acosarla, injuriarla, golosamente,
retarla a que se confesara «a lo pelón». «¡No escondas,
no escondas tu suculento y delicioso pasado!». Algunas
veces contaba:
Yo, Dínamo, esperanza de las letras, te lo voy a decir:
yo fui un cabrón desde niño. Un niño maravilloso, con
el arcoíris en las manos, con el cielo y el viento en la
carrera, pero un cabrón bien hecho […]
Se veía exangüe, pero lo poseía una extraña y colérica
energía que le iba brotando de todas partes conforme
transcurrían las sesiones. Impaciencia, irritación y
desdén lo dibujaban cuando lo conocí. Me hacía sentir
que se refugiaba en el pasado para recuperar el encanto
de la vida. Prácticamente había vivido cuanto puede
vivir un hombre de su condición. Nada le guardaba
sorpresas ni misterio. Veía llegar con seca desconfianza
a hombres y mujeres. Lo hastiaban las cosas, los
nuevos contratos, las situaciones más imprevisibles.
Se adormecía contento repasando su historia. Pero poco
a poco el gozo del pasado acaba y vuelve el presente.
Destapaba otra botella, servía suspirando, decía:

iificci
omo no quería que se le molestase mientras escribía
Los infortunios de la virtud, el Marqués de Sade fue a
asegurarse de que la puerta de su calabozo
estuviera bien cerrada. Comprobó que habían
echado cerrojo desde fuera, con doble vuelta de
llave. Con un suspiro de satisfacción, corrió el pestillo
interior —que había obtenido de la benevolencia del director
de la prisión—, volvió a sentarse a su mesita y continuó
escribiendo.

Jean Ferry [trad. de José de la Colina]

46
Mandaba cobrar sus regalías.
«Me roban en todo el mundo.
Esta miseria es lo que consigo
rescatar». Me mostraba los
papeles. De 120 mil a 200 mil
pesos mensuales. Agriamente
revisaba los papeles. Los botaba.

«Por qué ha de pasar la vida, Dínamo; por qué tiene que


pasar. Todo era tan bello, tan sublime. Aquellas mujeres
con sus mejillas de coloretes, sus ojos y sus lunares
pintados con hueso de mamey, y su boca de corazón.
Aquellas muchachas frescas, trascendiendo a jabón
de olor, arregladas cual debe, con sus faldas negras, su
fleco, sentadas todas en la sala grande, esperando a los
clientes.»
No parecía querer a nadie. Con respeto y mucha
gentileza hablaba de María Félix y de nadie más; con
amor lloroso hablaba del «Garbanzo»,2 su primer
maestro, acaso el único que tuvo, que le enseñó a
explotar a las mujeres. «¡Era un gran señor! Mira,
Dínamo, fíjate bien; me decía el Garbanzo: “No
pierdas el tiempo, no te apendejes, las mujeres son un
pañuelo para sonarse la verga.” ¡Éste era el Garbanzo!
Tenía sus muchachas, por Cuauhtemotzín, cada una
en su cuarto. Y se presentaba ya tardeando, y una por
una: “¡Qué armas portas, cabrona!”. Y el mulazo donde
cayera, para que empezaran a apoquinar la lana de la
jornada. —¿Por qué les pegaba, maestro, si de todos
modos le iban a entregar el dinero? —Sí, sí, sí, pero
tenían que sentir el rigor […]».

En todo el mundo, en todos los idiomas


Tenía un radio de gran potencia. Me decía: «Qué
país quieres oír, ¿Argentina?». Movía los botones
y localizaba Argentina. En alguna estación estaban
tocando su música. «¿Cuál ahora? ¿París? ¿La Habana?
¿Nueva York? ¿Marruecos?». Invariablemente alguien
cantaba una canción de Lara. «Estoy en todo el mundo,
en todos los idiomas. Si escribes un libro con lo que te

2  Rodolfo Rangel fue, además de guía e inspiración musical, entrañable


amigo de Lara.

47
De izq. a der.: Agustín Lara, Lina Salomé y Pedro Vargas en Los tres bohemios
(1957 ); Agustín Lara al piano; con Sofía Álvarez en Flor de fango (1942).

cuento, venderemos más ejemplares que Mein Kampf, de


Hitler. ¡Y que no me vengan a mamar!».
A la tercera copa comenzaba su buen humor, su amor
por el mundo, sus gratitudes, sus lágrimas. Los muebles
de la casa monumentales estaban forrados de plástico.
Alfombras dobles, gordísimas. Junto al gran piano de
concierto, un perro de peluche de dos metros de altura.
Abriendo la puerta principal, sobre una saliente de
mármol, sus manos de oro macizo y la leyenda: «Mis
pobres manos, alas quebradas». Cuadros infames,
coloridos. Homenajes enmarcados de gentes mil y de
paisanos veracruzanos. Del dedo meñique derecho le
colgaba una cruz de oro diminuta. «No, no creo mucho,
pero se ve chingona, ¿o qué no? “Qué buen puntách”,
como dice “el Loco” Valdés».

Voz opaca y terrorosa


Ya lo sabemos: era de breve talla y sumamente delgado,
de cabeza pequeña, frente huidiza, cabellos engomados
y una cicatriz de navajazo que le abría la línea de la boca
hasta la oreja. Su facha era insignificante.
Su voz opaca y terrosa. Nada en él era
bello. Todo en él enamoró a las mujeres
y le acarreó la reverencia de los hombres.
Su música y sus letras eran y son la
melcocha que al menor rasguño fluye
del dolor del deseo o del hartazgo de la
alcoba. Qué curioso, contra lo que se
cree, no hay amor en sus canciones; hay
el embeleso, el hambre, la adoración
por el cuerpo de la mujer, y la mujer
es vista como un objeto precioso
y es sentida como un universo de
irresistible pecado. Para Lara el
cuerpo de las mujeres —creo que
nunca se dirige a su espíritu— era
una geografía tan inagotable

48
Vengo contando lo que le veía y le oía a Agustín
Lara, porque se cumplen muchos años de su
muerte, porque en nuestro país nadie quiere mirar
a los hombres como son ni como eran —para poder
denigrarlos o exaltarlos impunemente—, y porque
vale la pena adentrarse en las maneras de un
artista popular cuya obra ha trascendido como la de
ningún otro mexicano

como misteriosa, y la urgencia carnal era la única


vocación considerable. De algún modo nunca dejó la
adolescencia en su lado más triste, que es un apetito
indefinido y rencoroso frente al sexo enemigo. Según su
obra y según lo que le conocí jamás llegó a la madurez.
La madurez de Lara está en su talento musical, en esa
piel musical tan melódica y de tan escasa elaboración,
y en su omnímoda cursilería. […]
En Lara se dibujan marcadamente algunas actitudes
donde pueden reconocerse sin esfuerzo las maneras
mexicanas. Por ejemplo: es poco niño pero es
plañidero; es arrogante pero canta lloroso su orfandad;
es gentil de dientes para fuera, pero alimenta
puntualmente la iracundia y el desprecio por los otros.
Ése es el mundo de Agustín Lara, un mundo fácil,
paladeable, orgásmico y nocturno, donde el pueblo
ha hallado la mejor expresión de sus más íntimos afanes.
Más sobre «el Flaco de oro»: escanee este código

Y acaso la valía del ya mundial músico-poeta consista


con su celular o visite www.algarabia.com

en haber asumido su grosor y su alambicada ignorancia,


de frente, sin tapujos, sobreponiendo con despectiva
autoridad los defectos de origen a los remotos datos
de la verdadera inteligencia.

Con un legado de cerca de media centena de obras —novelas, cuentos,


ensayos, crónicas y reportajes, así como guiones para cine, teatro y
televisión—, Ricardo Garibay (1923-1999) es uno de los escritores y
periodistas más prolíficos en la historia de las letras mexicanas. Este texto
fue editado y seleccionado por Fernando Fernández, léalo en «Siglo en la
brisa»: www.oralapluma.blogspot.mx

49
la ciencia
platicadita /
signos y códigos  ¡Erek! / Íconos y grafías
por descifrar

eclas blancas
vs. teclas
negras
por Mario Santos

Todos tenemos alguna relación con la música.


Este vínculo no es superficial, ya que la
música ocupa un lugar relevante en nuestra
vida: como testigo de nuestras relaciones
humanas, vehículo para meditar o relajarnos,
elemento fundamental en la percepción que
hemos tenido de muchas películas, aliada
indispensable en la compañía y en la soledad,
elemento primordial para disfrutar de una
reunión o en un antro bailando, anécdota que
contar un lunes cualquiera después de haber
asistido a un concierto; nos ha acompañado a
través de un tocadiscos en casa de los abuelos
o por medio de un reproductor mp3 al que hoy
cuidamos con especial atención; es, además,
esencial compañera en nuestros amores
y desamores.

50
A lgunos tenemos una relación cercana o
incluso profesional con la música, vivimos a
diario con ella; otros son musicófilos declarados
aunque no sean músicos profesionales, y la mayoría
de la gente ha intentado en algún momento tocar
en el piano un fragmento de Para Elisa, de Beethoven,
o su célebre «Himno a la alegría» en la flauta de la
secundaria. La música está en todas partes disfrazada
de son jarocho, de un inspirado cuarteto de
cuerdas, de una rockera canción de Led Zeppelin,
de una sinfonía de Mozart, de un ragtime de Scott
Joplin, de canto de ballenas en la brisa del mar y de
muchas otras formas, siempre cercana y dispuesta
a hacer contacto con nosotros.

Cinco teclas negras


¿Alguna vez ha intentado saber cómo suena tocar exclusivamente
las teclas negras de un piano? Resulta un hecho curioso que
si sólo tocamos estas teclas, todo sonará «bien», armónico;
descubrimos además que nuestra improvisación nos recuerda
vagamente a una composición oriental… ¿Oriental? Sí, yo lo
descubrí a los 10 años de edad, pero nunca comprendí por qué
ocurría hasta que ya en la escuela de música un maestro nos lo
explicó en la clase de armonía.
En Occidente, la música está basada en un sistema de afinación
denominado «sistema temperado», que contiene doce
notas disponibles para crear música en cualquier instrumento
afinado de acuerdo a él. Comúnmente decimos que tenemos
siete notas en el universo musical: do, re, mi, fa, sol, la y si,
pero olvidamos incluir las cinco notas correspondientes a las
teclas negras del piano, de tal manera que no son siete, sino
doce. El uso de estas doce notas produce las melodías que
conocemos en todo el acervo musical occidental, incluyendo
a la música clásica y popular. La combinación simultánea de
estas notas produce los intervalos1 y los acordes con los que
acompañamos o armonizamos una melodía.
Además del sistema temperado, existen otros sistemas de
afinación que fueron característicos de muchas culturas
en el pasado. Estos sistemas son utilizados actualmente
en distintas prácticas musicales de los países de Oriente y
Medio Oriente, en las culturas indígenas nórdicas y celtas,
en la música africana, flamenca, y en muchas otras más.
1  v. en este número Palabrotas: «Glosario musical»; pp. 71-80.

51
El teclado
El teclado está formado por un plano de teclas blancas y otro
de teclas negras que son más cortas y están insertadas entre
las primeras, en grupos de dos y de tres notas. Esta secuencia
se repite varias veces a lo largo del teclado, dejando a las notas
graves hacia la izquierda y las notas agudas hacia la derecha.

(2) (3) (2) (3)

Grave Agudo

Teclas blancas

Las siete teclas blancas corresponden a la secuencia de las


notas que todos conocemos: do, re, mi, fa, sol, la y si.

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si

Las teclas negras tienen dos nombres que se toman a partir


de las blancas entre las que se encuentran insertadas. La tecla
negra que se encuentra entre do y re se llama do sostenido o
re bemol. En general, el término sostenido —cuyo símbolo es
— se utiliza para denominar las notas que se encuentran un

guapachoso, sa
1. De guachapa, variedad de guaracha que estuvo en auge en Cuba
en la década de 1960. Por extensión hoy refiere, particularmente,
a la música tropical, y de forma general a la música bailable.
•  Según él es metalero, pero en su casa sólo se oye música
guapachosa.

2. Dícese de alguien que es muy alegre, que incita a la diversión.


•  Mi amiga, la colombiana, es muy guapachosa, siempre está
de buen humor.

52
semitono —intervalo mínimo entre una nota y otra— más agudo
de la nota que se toma como base para nombrarla, y el término
bemol —cuyo símbolo es —, para las notas que se encuentran
un semitono más grave.

Do # Re # Fa # Sol # La # Do # Re # Fa # Sol # La #

Re b Mi b Sol b La b Si b Re b Mi b Sol b La b Si b

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si

Al considerar dos notas distintas en el teclado se establece


una distancia entre ellas, denominada intervalo. En el ejemplo
vemos que entre las notas sol y re existe un intervalo:

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si

intervalo

Al tocar simultáneamente dos notas que se encuentran a


un semitono de distancia, se produce un sonido extraño o
inestable. Observe cómo entre las notas mi-fa y si-do, por
no haber teclas negras entre ellas, existen semitonos:

Do # Re # Fa # Sol # La # Do # Re # Fa # Sol # La #

Re b Mi b Sol b La b Si b Re b Mi b Sol b La b Si b

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si Do

semitonos

En otras culturas, como en la antigua música carnática de la


India, la música africana, flamenca, sefardí, árabe, e incluso en
la misma música prehispánica, esta distancia puede ser menor,
de tal modo que, además de los conocidos semitonos, existen
notas que se encuentran afinadas a distancias menores, por
ejemplo, a ¼ de tono.
Finalmente, a la distancia que existe entre dos notas que se
encuentran a una distancia de dos semitonos se le llama tono.
Observe en el teclado las distancias o intervalos de un tono.

53
Do # Re # Fa # Sol # La # Do # Re # Fa # Sol # La #

Re b Mi b Sol b La b Si b Re b Mi b Sol b La b Si b

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi Fa Sol La Si Do

E scala pentáfona
Las cinco teclas negras del piano representan la escala pentáfona
o escala pentatónica, característica de la música de Japón, China
y de los países del Oriente extremo, así como del popular
blues estadounidense. Crear melodías o acordes con una escala
pentáfona es relativamente sencillo, pues las distancias entre
cualquiera de las cinco notas de esta escala se encuentran
a distancias mayores al semitono, evitando así las tensiones
auditivas características del semitono.

1 1 1⁄2 1 1 1 1⁄2 1
tono tono tono tono tono tono

Escala
pentáfona sobre
las teclas negras

Do Re Mi Fa Sol La Si Do Re Mi

Tomemos las notas de la escala pentáfona usando sus


nombres con bemoles: re b, mi b, sol b, la b y si b. Veamos en el
siguiente cuadro las distancias entre cada una de las notas que
corresponden a las teclas negras del piano:
notas distancia
de re b a mi b
de mi b a sol b
1 tono —2 semitonos—

de sol b a la b
1 ½ —3 semitonos—

de la b a si b
1 tono —2 semitonos—

de si b a re b
1 tono —2 semitonos—
1 ½ —3 semitonos—

Al no haber semitonos en la escala pentáfona, podemos tocar


libremente lo que sea y nunca existirá el riesgo de que suene
tenso o inestable.

El poder del semitono


La presencia o ausencia de semitonos en una escala produce
un efecto sonoro que culturalmente ha marcado la diferencia
entre muchos estilos y tipos de música en todo el planeta.
Las escalas pentáfonas dirigen nuestra percepción hacia

54
Consonancia y disonancia

Consideremos un fenómeno de equilibrio que ocurre


en la música y que es análogo a la relación fundamental
existente en el universo: el orden y el caos, el ying y el yang,
la consonancia y la disonancia…

La escala mayor ofrece la posibilidad de combinar las siete


notas —do, re, mi, fa, sol, la, si— y generar consonancias y
disonancias. Una consonancia ocurre cuando dos notas
poseen una afinidad sonora, de tal forma que al tocarlas
juntas se produce un sonido estable, relajado y sin tensión.
Si en un piano se tocan repetidamente las notas do y sol al
mismo tiempo, se escuchará un intervalo consonante.

Una disonancia es justamente lo contrario: si aporrea el


piano de tal manera que por ahí le pegue a dos notas que
están a un semitono de distancia —por ejemplo, mi y fa—,
aquello sonará terrible:* el resultado será un intervalo
disonante.
* Desde el punto de vista sonoro, y no desde una apreciación
estética —ésta siempre es relativa.

Chopin escribió un hermoso estudio llamado «Sobre


las teclas negras» —Op. 10 No. 5—, en el que
aproximadamente 90% de las notas que se tocan son
teclas negras del piano

la música oriental;2 la inclusión de semitonos permite


escuchar disonancias que proveen a la música de ciertas
tensiones auditivas, y que producen sensaciones igualmente
interesantes que los sonidos estables: escuche algo de
la música de Arnold Schönberg o Ígor Stravinski y lo
comprobará.
De estos ingredientes y de muchos otros recursos
extraordinarios nos nutrimos los compositores para producir
los colores y texturas auditivas que producen en el espectador,
oyente atento y perpetuo de nuestras creaciones, los efectos
emocionales tan maravillosamente diversos que experimenta al
oír una obra musical de cualquier índole.
2  Como en la hermosa obra para piano «Pagodes», de Claude Debussy,
compositor francés impresionista que amaba estas escalas; o en la tradicional
melodía china «Jia Ren Qu», interpretada por la actriz Zhang Ziyi en la
película La casa de las dagas voladoras (2004).

Mario Santos es compositor y músico mexicano; pedagogo, conferencista


e investigador en educación musical. Ganador de un Grammy Latino en
2008 como productor musical, miembro de los comités de socios votantes
del Latin Academy of Recording Arts and Sciences. Actual titular de los
Talleres de Musicalización en la Facultad de Filosofía y Letras de la unam.

55
breves de
cine y artes
escénicas Dede el plc

C ada verano, de 1968 a 1970, y luego


del 2002 hasta nuestros días, se
celebra este festival de rock en el lugar
que le da nombre: la Isla de Wight,
localizada al sur de Inglaterra, en el
Canal de la Mancha, a unos kilómetros
de la costa de Hampshire.
Las primeras tres ediciones se llevaron a cabo en
distintos puntos de Wight; fue a partir de 2002 que
Seaclose Park, al noreste de Newport —capital de la
isla—, se convirtió en el escenario oficial de este
evento.
Imágenes, entrevistas y testimonios del festival
de 1970: escanee este código con su celular o

1970. La policía no pudo controlar a los casi 600 mil


asistentes. En aquel año, el festival incluyó en su lista
de invitados nada más y nada menos que a Jimi
Hendrix, Miles Davis, The Doors, Jethro Tull y
visite www.algarabia.com

Leonard Cohen, entre otros; la euforia y el alboroto


derivaron en peleas y saqueos que rebasaron las
fronteras del campamento y afectaron a los habitantes
de la isla, quienes consiguieron que, durante más de
30 años, esta gran fiesta musical apagara sus luces.
Las alineaciones. Reconocido como el festival
más importante del verano en Reino Unido,

56
Volker Sierka, Festival de la Isla de Wight, 1970.

es célebre por su concepto visual —obra de


Dave Roe, con colores y formas que reviven
la era del peace & love—, así como por sus
carteles, que incluyen tanto a músicos
legendarios como a los más sonados del
momento.
Durante su primera etapa —antes de la cancelación por
disturbios—, artistas como Bob Dylan, The Who y
Jefferson Airplane pisaron el escenario; en años recientes
se han presentado bandas como The Rolling Stones, The
Police, Pearl Jam, The Strokes y Red Hot Chilli Peppers,
así como cantantes de la talla de Paul McCartney, Bruce
Springsteen y David Bowie, entre otros.

LRll

De aquel
amor de música
ligera
nada nos libra, nada
más queda.

Soda Stereo, «De música ligera»

57
creadores y sus  ArTe
obras

Beethoven por G.G. Jolly

Deseo probar que cualquiera que actuare recta


y noblemente puede, sólo por eso, soportar el infortunio.

Joseph Karl Stieler, Beethoven con el manuscrito


de la Misa solemne, 1820. Pág. der.: Carl Traugott
Riedel, Retrato de Beethoven en su juventud, 1801.
Si es verdad aquella metáfora de San Agustín que pinta
a los seres humanos con aceitunas y oro en bruto, y
hace de la vida el proceso de molienda mediante el
cual la Providencia extrae del sufrimiento el más puro
aceite y el oro de más quilates, Beethoven es el caso
paradigmático.

E s por ello quizás que ansiaba ser


comprendido y aun justificado por la
posteridad: «¡Oh, hombres que me juzgáis
malevolente, testarudo o misántropo, cuán
injustos sois conmigo! Ignoráis la razón de
que parezca así», escribió.
Ya en vida autorizó un primer intento biográfico y,
tras su muerte, dejó innumerables partituras inéditas,
bocetos, cartas y un diario; legó una biblioteca leída
y subrayada y, en especial, 400 de los llamados
«cuadernos de conversación», que contienen la charla
cotidiana y sin censura de un «hombre sordo que
escuchaba lo infinito», como lo llamó Victor Hugo.
Ludwig nació en Bonn, en el Electorado eclesiástico
de Colonia; su padres fueron Johann van Beethoven,
un tenor mediocre y, a ratos, maestro de piano y violín,
y Maria Magdalena Keverich. Fue bautizado el 17 de
diciembre de 1770, pero tal vez nació el 16, pues ese día
celebraba su cumpleaños.
Johann inició brutal y caprichosamente la educación
musical de su hijo al percatarse de su talento, con la
esperanza de volverlo un redituable niño prodigio.
Aunque él mismo creía ser un Leopold Mozart —muy
lejos estaba de ello— recurrió a varios conocidos
para instruir al pequeño Ludwig. Tampoco éste era un
nuevo Wolfgang Mozart, pero sí un intérprete virtuoso
del clavecín y el órgano que, solitario y retraído en un
mundo de fantasía, comenzó a componer piezas para
piano y canciones hacia los 11 años.

59
«El primero de los románticos...»
Con el tiempo empeoró el alcoholismo de Johann y, a
la par, la situación de la familia, de la que Ludwig pasó
a ser sostén y líder. Este Beethoven adolescente respiró
los aires del Sturm und Drang1 y la Aufklärung;2 si bien
nunca fue un intelectual de las letras o las ideas, sí era
un lector voraz y se rodeó de amigos que cojeaban de
la pata filosófica. No extraña, pues, que una de las más
bellas frases de Immanuel Kant, centro de gravedad de
la Ilustración alemana, fuera adoptada por Beethoven
para resumir su cosmovisión: «Dos cosas llenan mi
ánimo de creciente admiración y respeto a medida que
pienso y profundizo en ellas: el cielo estrellado y la
ley moral dentro de mí». De allí, podemos aventurar,
asimiló ideas como: la aristocracia del mérito y la virtud,
el concepto de artista heroico, un teísmo naturalista, la
fe en el progreso, la fraternidad universal o la ética del
deber. No le falta razón a Romain Rolland cuando afirma

1  «Tempestad e ímpetu»: corriente literaria y artística alemana de finales


del siglo xviii cuyos mayores exponentes fueron Friedrich Schiller y Johann
Wolfgang von Goethe. v. Algarabía 102, marzo 2013, «Todos somos
románticos»; pp. 66-109.
2  La Ilustración alemana.

L ciT

Mira, no pido mucho,


solamente tu mano, tenerla
como un sapito que duerme así contento.
Necesito esa puerta que me dabas
para entrar a tu mundo, ese trocito
de azúcar verde, de redondo alegre.
¿No me prestás tu mano en esta noche
de fin de año de lechuzas roncas?
No puedes, por razones técnicas.
Entonces la tramo en el aire, urdiendo
cada dedo,
el durazno sedoso de la palma
y el dorso, ese país de azules árboles.
Así la tomo y la sostengo,
como si de ello dependiera
muchísimo el mundo,
la sucesión de las cuatro estaciones,
el canto de los gallos, el amor de los hombres.

Julio Cortázar, «Happy New Year»

60
A los 12 años de
edad Beethoven
logró viajar a Viena,
donde Mozart
pudo escucharlo
interpretar una
melodía
Autor desconocido, 1783.

que Beethoven era, ante todo: un hijo de la Ilustración


del siglo xviii, un clásico, que hubiera detestado el
sentimentalismo, la falta de lógica y la imaginación
desordenada de los románticos del xix.

«...y el último de los clásicos»


La muerte de sus padres y un cambio radical de contexto
rompieron el silencio creativo de su adolescencia, con
lo cual dio el salto definitivo hacia la grandeza. Esto
sucedió en 1792, cuando se le patrocinó un viaje a
Viena, la capital musical de Europa, para estudiar nada
más y nada menos que con el mayor de los compositores
vivos, Joseph Haydn (1732-1809).
Al cumplir los 30 años, este hombre robusto y fuerte,
sobrio y trabajador, temperamental y enérgico,
dominaba ya como intérprete virtuoso, imbatible
improvisador, maestro de la música de cámara y creador
siempre polémico. Algunos miembros de la nobleza de
Viena, más abiertos, lo mimaban y parecían tolerar sus
desplantes, irreverencia y desfachatez, dando la razón a
su sentencia: «Hay y ha habido mil príncipes, pero sólo
un Beethoven». Su siguiente paso fue retomar el género
sinfónico esculpido por Haydn y partir de las alturas
formales y las profundidades metafísicas donde Mozart
lo había dejado. El éxito parecía estar a la vuelta de la
esquina, y el futuro, garantizado…

Entre la resignación y el suicidio


Es entonces que su oído empezó a fallarle… Intentó
refugiarse en una mujer —una heroína a la manera de
Leonora, salvadora del preso Florestán, en su única
ópera, Fidelio (1805)—. Beethoven, sensibilísimo a la
belleza a pesar de ser más bien «feo», nunca dejó
de enamorarse ni de fascinar a las mujeres. Pero su

61
cuna plebeya y fortuna aún incierta le descalificaban
como prospecto serio. Este violento ir y venir pendular
entre enamoramientos y decepciones hasta lograr
una melancólica resignación impregna buena parte
de su obra: desde las enormes ansias de felicidad que
hallamos en su Septeto o la 1ª sinfonía hasta las dolorosas
sonatas Op. 10/3 y 13; o el contraste entre el desgarre
feroz de la Op. 30/2 y la integración de las pasiones en la
Op. 57.3
Todo esto le arrojó hasta el borde de la desesperación
en el otoño de 1802. Consideró el suicidio. Sólo el
arte se lo impidió. Decidió no dejar este mundo hasta
no producir toda la música que hervía en su interior.
No es coincidencia que, a partir de este momento,
se desate una fuerza de la naturaleza de proporciones
homéricas —de la que habla Rolland— en guerra
permanente contra el Destino, por la cual vieron la luz
la monumental 3ª sinfonía, la imponente 5ª, las sonatas
Op. 26, 31, 47, las oberturas «Egmont» y «Coriolano» o
el concierto Emperador.

Antes de conseguir
fama y estabilidad
económica,
Beethoven se
alquilaba para
«poner música»
a canciones
populares
Joseph Willibrord Mähler, Retrato, 1804-1805.

La mayor exaltación del espíritu


Con ese temperamento logró soportar el ostracismo
antes que la adulación, o la pobreza antes que el
servilismo; sensible e irritable en extremo, sumamente
generoso a la vez que desconsiderado, capaz de
despreciar a sus superiores e inferiores sociales
como de amar a la Humanidad hasta el paroxismo.
En la música de este periodo tiene preponderancia
la totalidad, el aquí y el ahora del desarrollo —o
lucha— donde lo singular —el individuo— cobra
3  A Ludwig van Beethoven le son atribuidas 138 composiciones, a las
cuales numeró como Opus —Op.—. Fue uno de los primeros compositores
en hacerlo.

62
sentido —se redime—: una metáfora de su vida y su
mejor intento de reconciliar una existencia disonante
y adversa, plantándole cara y combatiéndola, hasta el
advenimiento de una paz universal.
Se trata de un excepcional coraje y búsqueda del
Deus intimimior intimo meo,4 que no es otra cosa que la
mayor exaltación del espíritu humano, quizá una de las
formas más puras de religiosidad —como atestiguan
Fidelio, la «Oda a la alegría» o el cuarteto Op. 132, por
mencionar tres obras que se refieren explícitamente
a la divinidad—. De esta forma, Beethoven logró la
independencia creativa con la que Mozart apenas pudo
soñar y de la que Haydn disfrutó sólo en su vejez.

Renunciar al amor antes que al arte


Un breve periodo de calma le sobrevino cuando estuvo
comprometido con Therese von Brunswick, fuerte
aspirante a ser la «bienamada inmortal» de la famosa
carta que reza: «mi ángel, mi todo, mi otro yo», «el
amor lo exige todo, cual debe», «lo que nos espera
debe ser, y será» —inscripción que abre
el cuarteto Op. 135 y que Milan Kundera
ha hecho célebre—. Si bien tampoco
prosperó esta relación, la calma sirvió
a Beethoven para componer sus obras
más reposadas: las sinfonías 4ª y 6ª,
las canciones «A la amada lejana»
Op. 68 o la sonata «Therese» Op. 78.
Al final, puede ser que haya renunciado
a la compañía femenina de manera
semiconsciente, como otro más de los
sacrificios en aras de su arte.
Gustav Hacia el final de las guerras napoleónicas, compuso
Landgrebe, unas cuantas obras patrióticas que lo encumbraron
1911.
hasta una efímera fama —la «Victoria de Wellington»
Op. 91—. Pronto opacado por la jovialidad de Rossini,
despojado por la muerte de amigos y bienhechores,
arruinado, abatido y reducido a la sordera casi total,
se recluyó en soledad. Durante esos lúgubres años
dedicó la mayor parte de sus energías a arrebatar
la custodia de su sobrino Carl a su cuñada, a quien
juzgaba indigna. Época oscura y terrible que acabaría
por destruirlos a él y al muchacho, cuyo suicidio

4  «El Dios más íntimo que mi yo más íntimo», a decir de San Agustín en
Confesiones, x.

63
Arriba izq.: Página de uno de los muchos cuadernos de conversación.
Der.: Última página de la carta a la «amada inmortal». Abajo: Auricular
fabricado para Beethoven por Johann Nepomuk Maelzel hacia 1812-1813.

fallido en 1826, probablemente, hirió de muerte a su


brutalmente amoroso tío.

La única felicidad
Sin embargo, si a este Beethoven, que era el
«sufrimiento encarnado», el mundo le rehusó la dicha,
él creó alegría forjada de su propia miseria para darle al
mundo, como apunta Rolland. Por entonces, escribió:
«Sumisión completa a tu destino. No puedes vivir más
en ti mismo, sólo para los demás. La única felicidad
que te resta está en el arte. Oh, Dios, dame fuerza para
vencerme a mí mismo». Vencido, salieron de su pluma
la monstruosa y conmovedora sonata «Hammerklavier»
Op. 106; la enciclopédica y titánica Misa solemne, que
el propio Beethoven calificó como su mejor obra
—es la de mayor escala y complejidad—, donde lo sacro
retrocede ante lo humano y el centro de gravedad es
el futuro de la Humanidad —la gigantesca fuga sobre
la resurrección en el «Credo»—; y la archiconocida
9ª sinfonía, que culmina extáticamente con la «Oda a la
alegría» de Friedrich Schiller: «¡Abrazaos, millones de
seres, en este beso que abarca al mundo entero!».

64
«La música para
mí es un sueño.
Uno que no
puedo oír»

Franz Klein, Máscara mortuoria, 1827.

Tras el sensacional triunfo de esta última, le sobrevino


una ola de optimismo tal que comenzó a planear viajes,
esbozar una 10ª sinfonía, una ópera sobre el Fausto
de Goethe y un oratorio sobre Saúl y David que lo
catapultaría por encima de los maestros del género,
Händel y Bach. Mas su salud se lo impidió. «El alma más
heroica del arte de la modernidad», «el mayor y mejor
amigo de quienes sufren» —Rolland de nuevo— logró
apenas componer sus obras más íntimas y vanguardistas,
que anunciaban ya la complejidad musical del siglo xx
escanee este código con su celular
Escuche las obras mencionadas:

—los últimos cuartetos para cuerda—, antes de morir,


o visite www.algarabia.com

el 26 de marzo de 1827, en Viena. Lo hizo tal como


vivió: entre truenos y con el puño alzado, desafiando
el dolor, transfigurado ya en fino aceite y oro puro.

Gabriel García Jolly es, sobre todo, un melómano irredento que intenta ser,
con poco éxito, un transgresor y un sobreviviente como Beethoven. Puede
leerlo en www.ululatus-sapiens.blogspot.com y seguirlo en Twitter como
@el_tirapiedras

Periodista, docente y compositor que fue alumno de


Manuel M. Ponce y que fundó la Orquesta Sinfónica
de México.
Adivia quié

Las primeras dos personas que respondan correctamente,


a partir del 12 de agosto,* a [email protected] recibirán un
regalo sorpresa cortesía del munal.**
Ganadora de la edición 117: Elsa Gabriela Penguelly Cruz.
Respuesta: Ken Kesey (1935-2001) realizó su primera novela
bajo la influencia de drogas psicotrópicas.

* Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad, teléfono,
e-mail, y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números.
** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 121. El plazo para recoger el
premio vence el 31 de octubre de 2014.

65
anecdotario Ð boc e boc

Si hay alguien aquí a quien no haya insultado aún,


le ruego me perdone.
Johannes Brahms

U no podría suponer que los grandes


compositores, cuyos nombres nos inspiran
respeto, eran del mismo modo respetuosos
colegas o admiradores de sus antecesores,
como cuando Wagner dijo: «Creo en Dios,
Mozart y Beethoven». Pero no siempre era
así, algunos —como Brahms, conocido por
insultar a diestra y siniestra— vomitaban
con desprecio y crueldad sus opiniones; sin el
menor remilgo desdeñaban el talento de otros
compositores.
Ante los sorpresivos y mordaces comentarios, no nos
queda más que soltar la carcajada y, en más de un caso,
estar totalmente de acuerdo con la lengua despiadada
y viperina que hizo tal afirmación. Éstos son algunos
ejemplos, eso sí, acompañados de los retratos de los
músicos atacados:

«Una tina de puerco


y cerveza.»
Hector Berlioz acerca de George
Friederich Händel

«Es hermoso y aburrido. Demasiadas piezas


acaban mucho después que el final.»
Ígor Stravinski sobre el oratorio Theodora de Händel

66
«Todos los movimientos
finales de Bach suenan como
el funcionamiento de una
máquina de coser.»
Arnold Bax

«Me gusta tu ópera, creo que


le pondré música.»
«Me parece que
Ludwig van Beethoven sobre tu ópera tiene
Leonora, del compositor demasiadas
Ferdinando Paer [¡y lo hizo!] notas.»
Emperador José ii
«Cuando muera Rossini sobre El rapto del
¿quién se va a encargar serrallo de
de promover su música?» Wolfgang A. Mozart
Richard Wagner acerca
Gioacchino Rossini

«Wagner tiene
hermosos momentos,
pero terribles
cuartos de hora.»
Gioacchino Rossini

«Es un compositor «Qué bueno


sólo para que esto no es
interpretarse con la música.»
mano derecha.» Rossini sobre la
Wagner acerca de Sinfonía Fantástica
Frédéric Chopin de Berlioz

«Él me da la impresión
de ser sólo un niño «Es la parodia más
malcriado.» insípida de la música.»
Clara Schumann acerca de Tchaikovski sobre la
Franz Liszt ópera Boris Godunov, de
Modest Músorgski

«¡Pero qué bastardo


sin talento!»
Piotr Ilich Tchaikovski cuando
intentó tocar la música de
Brahms

«Escuchar su música es como la sensación


encantadora y grotesca que produce comer
bombones asados con nieve.»
Claude Debussy acerca de Edvard Grieg

67
«El equivalente musical de la estación
Saint Pancras.»*
Sir Thomas Beecham acaba con Sir Edward Elgar

*En el metro londinense, Saint Pancras es el equivalente a la estación


Pino Suárez, en la Ciudad de México.

«Escuchar la «La audiencia esperaba el


5a Sinfonía de océano. Algo grande, algo
Ralph Vaughan colosal, pero en su lugar
Williams sirvió un vaso de agua
es como agitada.»
quedársele
Louis Schneider se lamenta
viendo a una
sobre El mar, de Debussy
vaca durante
45 minutos.»
Aaron Copland «Él estaría mejor paleando
nieve que garabateando notas
en el pentagrama.»
Richard Strauss acerca de Arnold
Schönberg

«Este músico no fue más que


un ceño fruncido de seis y
medio pies de altura.»
Stravinski acerca de Sergéi
Rachmaninov

«Que él hubiera fabricado casquillos


de bala durante la guerra habría sido mejor
para la música.»
Camille Saint-Saëns acerca de Maurice Ravel

«Bach en «Me gustó mucho


las notas
su ópera. Todo menos
equivocadas.»
la música.»
Sergei Prokófiev
Benjamin Britten sobre El
acerca de
progreso del libertino de Stravinski
Stravinski

«Todo lo que necesitas para


escribir como él es un frasco
grande de tinta.»
Stravinski sobre Olivier Messiaen

68
69
«Confusionismo»
musical
por Juan Arturo Brennan
ilustraciones de Quino

S in duda, uno de los temas más fascinantes en el ámbito


del lenguaje es el del argot de las profesiones, carreras y
oficios. Ocurre con frecuencia que cuando un grupo de colegas
de cualquier especialidad se reúne para hablar de los asuntos
que les competen, los outsiders y legos ahí presentes suelen
quedarse con un palmo de narices, sin entender una palabra
de lo que se dice. En este sentido, algo aún más interesante es
el hecho de que en ocasiones la terminología especializada se
presta a confusiones, equívocos y polisemias, incluso entre los
conocedores y los practicantes.

Tal es el caso de la música —y no dudo que haya muchos


otros—, que por complejas razones históricas, lingüísticas
y pragmáticas, es un terreno idealmente fértil para lo que yo
llamo «confusionismo semántico», un tema que, explorado
a fondo, rendiría para innumerables páginas. Seré breve, sin
embargo, sacándome de la manga aleatoriamente algunos
ejemplos de este divertido y a veces desconcertante asunto.

70
Glosario del «confusionismo»
musical
acorde. Del latín accordare, «estar o poner de acuerdo», refiere al grupo
de tres o más sonidos simultáneos que forman una unidad armónica.
Entre más notas tiene un acorde, se produce
mayor densidad sonora y, en consecuencia,
una mayor tensión auditiva. Los acordes están
formados por distintos intervalos, y pueden
ser de distintos tipos: mayores, menores,
aumentados, disminuidos, suspendidos,
híbridos, acordes de séptima, poliacordes, etcétera; cada uno refleja
distintas sensaciones y provoca un distinto efecto psicológico, que
percibimos consciente o inconscientemente.

afinación.1 Es el procedimiento de regular la altura de un instrumento


musical. En los instrumentos de cuerda, la tensión de las cuerdas se
ajusta girando las clavijas hasta que alcancen el tono deseado. Los
instrumentos de viento se afinan ajustando la longitud del tubo —por
ejemplo, el tubo de afinación de algunos instrumentos de metal, la
abrazadera de la lengüeta de un oboe y la parte de la embocadura de
una flauta, entre otros—. Los instrumentos de percusión con parche se
afinan tensando el parche mediante diferentes mecanismos.

El oboe en la orquesta es el instrumento que da la nota —la 440 Hz—


que todos siguen para afinar sus propios instrumentos.

agudo. Del latín acutus, ‘puntiaguado’, es el conjunto de frecuencias más


elevadas en el registro de los sonidos.

allegro. Voz italiana que significa ‘brillante, vivo’. El término se usó en


un principio más como una marca expresiva que como una indicación
de tiempo —«allegro vivace, allegro maestoso», «rápido y vivo, rápido y
majestuoso»—, pero ahora significa simplemente ‘rápido’. Se usa para
una pieza o movimiento ágil, en particular para el primer movimiento
de una sonata, sinfonía u obra similar con varios movimientos.

armonía. Del griego harmonia, ‘alma, unión’, en música hace referencia


a sonidos concordantes; en la música tradicional es lo que sienta la
base de la melodía —acompañamiento—; es una de las tres disciplinas
tradicionales en la formación académica musical —junto con el
contrapunto y la fuga.

arpegio. Del italiano arpeggio, ‘toque de arpa’, es la serie sucesiva de


las notas que forman un acorde. En lugar de tocar simultáneamente las
notas del acorde, se tocan una tras otra y se crea un efecto armónico
distinto, pero con la misma función que el acorde

Re b
tiene en su forma original.

bemol. Alteración que desciende un semitono


cromático a una nota natural; el doble bemol altera
dos semitonos cromáticos descendientes. Re

1  v. El libro de los ¿porqués y qué onda con…?: «¿Qué onda con la afinación?»; México:
Algarabía editorial, 2011; pp. 155-156.

71
Nota por nota
Sin ir más lejos, ahí está la designación misma de las notas
musicales. Les asignamos ciertos nombres, pero en la cultura
anglosajona las definen con letras. Nuestro do es a , el re es
b, el mi es c, y así sucesivamente, ¿cierto? ¡Falso! Por razones
complejas y enredadas, la escala que para nosotros comienza
en el do, para ellos comienza en la c. Nuestra tonalidad de
mi mayor ellos la designan como e major, por ejemplo. Por si
fuera poco, en Alemania han añadido leña seca a este fuego
de confusión musical con algunas peculiaridades. A la nota que
nosotros llamamos mi bemol, y que en inglés se define como
e flat, los alemanes suelen designarla con la letra s. Y para
la nota si, que en inglés es señalada con la letra b, la usanza
germánica toma la letra h.

Sistemas de notación
español, italiano,
francés do re mi fa sol la si

inglés c d e f g a b

alemán c d e f g a h

Ya establecida esta lección de solfeo básico, paso a otros


temas diversos, sin un orden particular. Si usted encuentra en
un cd o en un programa musical en vivo una obra dividida
en varios movimientos, que no sea una sinfonía o un concierto
—más tarde volveré sobre estos términos—, puede tratarse
de una suite —de ballet, de concierto, sinfónica o de música

72
cantata. Literalmente, «pieza para
ser cantada», en oposición a sonata,
«pieza instrumental para ser tocada».
El término se aplica a una variedad
de géneros, pero con más frecuencia
a obras para una voz sola con
acompañamiento instrumental y a
menudo de carácter casi dramático.
Johann Sebastian Bach es uno de

L. Costa, el Viejo
los compositores que utilizaron este
género con mucha frecuencia.

claves. De clavis, ‘llave, cerradura’, símbolos gráficos presentes desde


la Edad Media bajo la forma de letras —f, c, g— utilizadas en el
pentagrama para describir la altura y dar nombre a las notas. Las claves
usadas en la actualidad son tres: la de
fa, que se utiliza para escribir las notas
de tesitura baja, la de do, para notas de
tesitura media, y la clave de sol, utilizada
para escribir las notas de tesitura aguda.
A cada instrumento se le escribe en
determinada clave, dependiendo de
su tesitura.

coda. Del latín cauda, ‘cola’, es: 1. La sección conclusiva de una obra
o del movimiento de una obra; representa la parte final o conclusión
de cualquier obra musical. Una coda breve o coda interna de un
movimiento recibe el nombre de codetta. 2. Símbolo característico que
aparece como referencia para el músico, en la sección conclusiva de
una obra musical o movimiento. En una composición musical es común
encontrar secciones que se repiten idénticas; en lugar de escribirse
dos veces en la partitura, en la práctica se utilizan signos de repetición
específicos que indican la instrucción de regresarse al punto de la
partitura que corresponde a la sección que debe repetirse. Uno de esos


símbolos es precisamente coda, que indica que el músico debe ir a la
parte final de la obra. Su representación gráfica es:

color. En la música, este término se aplica a la cualidad del sonido que


llamamos timbre, es decir, a la característica del
sonido gracias a la cual podemos diferenciar
entre un instrumento y otro. Distinguimos una
flauta de un piano,
gracias al timbre o
color tan distinto
que ambos
instrumentos
poseen.

dinámica.
Categoría general de los matices e intensidades, tiene que ver con el
volumen: piano p —‘suave’—, forte f—’fuerte, intenso’—, mezzopiano
pp —’medio suave’—, mezzoforte ff —’medio fuerte’—, pianissimo
ppp —muy suave— y fortissimo fff—’muy fuerte’.

ppp pp p f ff fff

73
incidental, cada una con sus características propias—, un
divertimento, una partita, una casación, o varias cosas más,
y en ocasiones las diferencias son muy, muy sutiles.

Sinfonía y concierto
El gran género de la música orquestal, la sinfonía, no puede
estar ajena a la ambigüedad. Algún académico especializado
y más o menos tieso dirá que es una obra para orquesta
construida en cuatro movimientos según la forma sonata.
Sí, muy bien; el problema es que hay sinfonías con un solo
movimiento, o con siete, y otras tantas en las que a la
orquesta se añaden voces solistas y/o coros.

Para darle sabor al caldo, resulta que en el periodo barroco


una sinfonía era simplemente la obertura de una ópera, una
cantata o un oratorio, y nada tenía que ver con la forma
sonata, porque ésta aún no existía. Y es justamente el término
sonata uno de los que mayor «confusionismo» musical ha
causado. Tan sencillas que eran las cosas allá por el siglo xvi:
una cantata era música para cantar, una balada —ballata—
era música para bailar, y una sonata era música para sonar
—tocar—. Interpolo: hoy en día una balada, ya sea que la
cante «el Buki» o Luis Miguel, nada tiene que ver con el baile
renacentista.

Al paso del tiempo, el término sonata llegó a describir una


de las formas musicales más complejas, y aquí el equívoco
puede ser mayúsculo. Me explico: más arriba escribí que una
sinfonía es, por así decirlo, una forma sonata para orquesta. En
lo general, se trata de una estructura en cuatro movimientos,
el primero de los cuales, por convención, es llamado allegro de
sonata. Y la forma de éste implica una exposición de temas,

L fre de elícl
Ludwig van Beethoven [Gary Oldman]:
It is the power of music to carry one directly into the mental
state of the composer.
Ludwig van Beethoven:
El poder de la música reside en que puede llevarnos al estado
mental del compositor.

Tomada de la película Immortal Beloved —Amada inmortal— (1994), escrita y


dirigida por Bernard Rose.

74
Del griego μουσικός, musikós, «propio de o relativo a las musas»,
música

quienes en la mitología son, siguiendo a Hesíodo,* nueve:


Calíope, Clío, Érato, Terpsícore, Urania, Euterpe,
Melpómene, Polimnia y Talía.** Son
protectoras e inspiradoras de las ciencias
y artes liberales, pero en origen, de la
poesía, que en la antigua Grecia se reunía
sin distinción con la música y la danza
como arte unitario. Con el tiempo musa se
convirtiría en sinónimo de numen o inspiración
que, hasta nuestros días, busca todo buen
artista. La música es el arte de los sonidos.

*  Hesíodo, Teogonía. Obras y fragmentos; Madrid: Gredos, 1997.


**  v. Algarabía 12, marzo-abril 2004, Arte: «Las musas»; pp. 52-54.

divertimento. ‘Diversión, recreación’. El divertimento del siglo


xviii, que generalmente se creaba para instrumentos solistas. Viena
fue la capital del divertimento, aunque el término también se utilizó
ampliamente en Alemania del sur, Bohemia e Italia.

escala. Del francés échelle,


y éste del griego gamma,
tercera letra del alfabeto
griego y nombre de la nota
sol. Es la sucesión ordenada
de notas, descendentes o
ascendentes, sobre la cual se
construye una melodía.

forma. Del latín forma,


‘molde, objeto moldeado,
forma’, es el término utilizado para
referir y describir la estructura o
encadenamiento de secciones que
constituyen una composición musical.
La forma representa el esquema sobre el cual esta construida una obra
musical. La forma es el esquema específico que un compositor decide
seguir para desarrollar una obra musical en el tiempo.

grave. Del latín gravis, ‘pesado’: 1. Las frecuencias más bajas del registro
de sonidos. 2. También puede calificar el carácter y el tempo de una obra
lenta, solemne.

intervalo. Del latín intervallum, es la distancia que separa dos puntos


en el espacio y en el tiempo, en música es el espacio que hay entre
una nota y otra. Se distingue, por una parte, entre intervalos armónicos
—sonidos simultáneos— y los intervalos melódicos —sonidos
sucesivos—; y por la otra, entre intervalos consonantes, que constan
de dos sonidos que poseen afinidad sonora o relajamiento auditivo, y
los intervalos disonantes, que constan de dos sonidos que carecen de
afinidad sonora, produciendo una tensión auditiva. En el plano acústico,

75
La palabra sinfonía —del griego συν, syn, ‘juntamente’,
y φωvή, phoné, ‘sonido’— se menciona por vez primera
hacia finales del siglo xvi con el significado de «música
de conjunto»; se usaba como sinónimo de concierto y no
tenía ninguna de las implicaciones estructurales que
adquirió en el siglo xviii

su desarrollo, una reexposición y una coda o conclusión. Así


que al allegro de sonata suelen seguir otros tres movimientos
de características individuales diversas, y la suma del todo
resulta en una forma sonata. ¿Queda meridianamente claro?

Por lo general se cierra un concierto sinfónico tradicional con


la interpretación de una sinfonía, que suele ser precedida, antes
del intermedio… ¡por un concierto! Veamos… un concierto es una
sesión de interpretación musical en vivo, cuyo programa está
conformado, generalmente, por varias obras. Por tradición,
una de ellas suele ser un concierto, una obra escrita para un
instrumento solista, destacado y protagónico, acompañado por
la orquesta. El término concierto se usa también para describir
un acto de ejecución musical en el que los participantes tocan
—o cantan— al unísono. Es decir: «el próximo fin de semana
asistiré a un concierto sinfónico en cuyo programa estará
incluido un concierto para piano, durante su ejecución el solista
y los músicos de la orquesta tocarán en concierto». ¡Uff!

Instrumentos de confusión
En una orquesta sinfónica suele haber dos tipos de corno: uno
de ellos, de la familia de las maderas; el otro, de los metales.1
El caso es que al corno-metal suele llamársele corno francés,
y al corno-madera, corno inglés. Este último es un nombre
cabalmente espurio, porque ni es corno ni es inglés, sino

1  Desviación: una flauta traversa moderna está hecha totalmente de metal,


pero pertenece a la familia de las maderas. Faltaba más.

76
un intervalo se define por una relación de frecuencias expresada
en Hertz.

Para hallar un intervalo deben contarse los grados incluyendo el de


partida y el de llegada:

Intervalo Ejemplo Contar


Segunda (2) do-re do-re, 1-2
Tercera (3) do-mi do-(re)-mi, 1-(2)-3
Cuarta (4) do-fa do-(re-mi)-fa, 1-(2-3)-4
Quinta (5) do-sol do-(re-mi-fa)-sol, 1-(2-3-4)-5
Sexta (6) do-la do-(re-mi-fa-sol-)-la, 1-(2-3-4-5)-6
Séptima (7) do-si do-(re-mi-fa-sol-la)-si, 1-(2-3-4-5-6)-7
Octava (8) do-do do-(re-mi-fa-sol-la-si)-do, 1-(2-3-4-5-6-7)-8

El unísono se forma cuando una misma nota es tocada por dos voces
diferentes. A excepción del unísono, los demás nombres de los intervalos
están en femenino: una octava, una tercera, una sexta, etcétera.

melodía. Resultado de la interacción entre la altura de los sonidos y el


ritmo. La melodía es el elemento de la música que produce los temas
o identidades que normalmente recordamos de toda obra musical.

movimiento. Término relacionado con


las formas musicales —generalmente
con sonata, sinfonía, concierto, cuarteto
de cuerdas, etcétera—, que consiste
en un número determinado de partes,
cada una denominada movimiento.
En la mayoría de los casos, los
movimientos están separados entre sí
mediante una pausa breve.

nota. 1. Signo que indica la altura y la


duración —o en ocasiones sólo la altura o sólo la duración—. 2. Sonido
emitido —«tocar una nota», «una falsa nota».

obertura. Pieza de música instrumental compuesta como introducción


de una ópera, oratorio, ballet o cualquier otra obra dramática, o bien
como pieza independiente de concierto. En el periodo barroco el
título Ouvertüre se empleaba a veces en una suite para teclado o para
orquesta, o bien para su movimiento inicial. En la Inglaterra del siglo xviii,
el término se usaba como sinónimo de sinfonía.

oratorio. Obra sacra de grandes dimensiones para voces solistas, coro


y orquesta, que se interpreta en un concierto, a diferencia de la ópera
donde la trama se representa teatralmente. Existen oratorios seculares,
aunque principalmente conocemos los oratorios cuyos argumentos
están relacionados con la religión cristiana.

partita. 1. A finales del siglo xvi y durante el xvii la palabra se aplicaba a


una colección de variaciones, como lo indican los títulos de numerosos

77
En inglés, al
fagot se le llama
bassoon, pero la
palabra alemana
Posaune, que se
parece mucho,
no designa al
fagot, sino al
trombón

de origen francés.2 Se trata de un oboe más grave que el


tradicional, y por su tamaño, resulta que el tudel —tubo al
que va sujeta la doble caña en la que sopla el intérprete—
debe estar angulado, y no recto, para comodidad del
ejecutante. ¿Angulado? Ajá, o sea, anglé en francés, que
suena exactamente igual que anglais —‘inglés’—. Entonces,
el corno inglés no es tal: es un oboe angulado. Y ya que ando
en éstas, sin meterme en más complicaciones afirmo que
estos divertidos laberintos de confusionismo musical se
vuelven más enredados y divertidos de un idioma a otro.

Pián pianito
Antes de extenderme hasta el divertido infinito de este
asunto, concluyo con una de las más evidentes confusiones
de la semántica musical. La palabra piano quiere decir ‘suave’
en italiano, y al instrumento que hoy conocemos como piano
originalmente se le llamó pianoforte porque, a diferencia del
clavecín —que no es lo mismo que un clavicordio ni que un
clavinova—, en él se podía regular el volumen del sonido, que
podía ser suave o fuerte. O sea: el nombre original del ilustre
piano quería decir «suavefuerte». Y aunque usted no lo crea,
un pianoforte no es lo mismo que un fortepiano… aunque se
parecen un poco. Otro día le cuento.

2  v. Algarabía 112, Causas y azares / De dónde viene: «No soy de aquí


ni soy de allá: los falsos adjetivos»; pp. 53-57.

Juan Arturo Brennan es guionista, narrador, crítico musical en el periódico


La Jornada y la revista Pauta, y profesor en el Centro de Capacitación
Cinematográfica. También es creador, productor y conductor de programas
culturales de radio y televisión. Como coautor del guión de la película El año
de la peste —en colaboración con Gabriel García Márquez— obtuvo un Ariel
y una Diosa de Plata.

78
Del latín modus, ‘manera, medida‘, es lo que define las escalas
modo

tradicionales: mayores o menores; a las escalas no convencionales se les


llama «modo a las siete escalas griegas».

Tomando una escala cualquiera como base, los modos son cada una
de las escalas derivadas formadas a partir de los grados 2°, 3°, 4°, 5°, 6°
y 7° de la escala base. Ésta es la escala mayor formada por siete notas
llamadas grados que aparecen descritos como un número:

do re mi fa sol la si do esta escala se llama escala mayor, escala jónica o 1° modo


1 2 3 4 5 6 7 1 (escala base).

Sobre esta escala que se toma como base, se construyen escalas o modos,
iniciando a partir de cada uno de sus grados:

re mi fa sol la si do re escala dórica o 2° modo de la escala mayor (comienza a partir del 2° grado)

mi fa sol la si do re mi escala frigia o 3° modo de la escala mayor (comienza a partir del 3° grado)

fa sol la si do re mi fa escala lidia o 4° modo de la escala mayor (comienza a partir del 4° grado)

sol la si do re mi fa sol escala mixolidia o 5° modo de la escala mayor (comienza a partir del 5° grado)

la si do re mi fa sol la escala eólica o 6° modo de la escala mayor (comienza a partir del 6° grado)

si do re mi fa sol la si escala locria o 7° modo de la escala mayor (comienza a partir del 7° grado)

Los modos contienen las misma notas que la escala


mayor, pero al tener como origen distintos grados,
cada una ofrece diversos contextos musicales. Como
ejemplos: el 5° modo mixolidio suena a la música celta,
la música de los pueblos de Inglaterra, Escocia, Irlanda,
etcétera. El 3° modo frigio suena a la música flamenca,
árabe, etcétera. ¿Por qué? Porque cada uno de estos
Bouzouki, modos, teniendo su origen en la Grecia antigua, se
instrumento propagaron y fueron adoptados por los pueblos
tradicional de distintas zonas de Europa; el mixolidio, por
irlandés. ejemplo, hacia los países bretones; el
frigio hacia los pueblos sarracenos
del sur de España, Marruecos y los
pueblos árabes, entre otros.

volúmenes de música instrumental,


en especial para teclado. 2. En el
siglo xviii se aplicaba indistintamente
a toda pieza instrumental con varios
movimientos perteneciente a la suite
o a la sonata.

partitura. Del latín partitio,


‘separación, división, reparto’, es la
notación impresa o manuscrita de
obras musicales en pentagramas,
tablaturas o cualquier otro
procedimiento gráfico.

79
ritmo. Del latín rhythmus, ‘movimiento, batimiento regular, medida,
cadencia’, estructura sobre la que se organizan las
duraciones, los timbres o los acentos sucesivos de una
frase musical. Una simple pulsación de duraciones
sucesivas regulares, cuando no tiene ni acentuación, ni
timbres diferentes, aún no se considera ritmo; cuando
uno solo de sus elementos varía —duración, timbre
o acento—, entonces se considera ritmo. El ritmo
es el elemento que provoca la sensación de
movimiento, el impulso que relaciona a la danza
pulso
con la música, que genera puntos climáticos en
cualquier pieza musical.

silencios. Del latín silentium, y éste de silere, ‘estar


en silencio’; son el grupo de signos gráficos que
indican la interrupción del sonido en la obra musical.

síncopa. Del latín syncopa, ‘romper’, es la prolongación sobre el tiempo


siguiente de una nota atacada en la parte débil del tiempo precedente;
o bien, la prolongación sobre el tiempo siguiente de una nota atacada
sobre el tiempo débil anterior.

solfeo / solfeggio. Cuerpo de conocimientos teórico-prácticos


comprendidos dentro de la enseñanza musical, en el cual se estudian
y practican los rudimentos musicales, dentro de ellos: la teoría musical,
la lectura musical y el entrenamiento auditivo. Dentro del solfeo se
estudian todos los aspectos necesarios para: 1. aprender a leer partituras,
2. comprender y reproducir, con la voz o mentalmente, cómo suena una
idea musical escrita, 3. comprender y escribir una idea musical que está
sonando —transcripción—, 4. entonar con precisión ideas musicales
escritas.

suite. Género instrumental que


consiste en una sucesión de
movimientos relativamente cortos y
congruentes entre sí. Como la forma
instrumental más importante del
periodo barroco, los movimientos de
la suite se basaron en diferentes tipos
de danzas estilizadas, por lo general
en la misma tonalidad y en ocasiones
E. Bond

relacionadas temáticamente. Los


movimientos o secciones típicas de una suite son: allemande, courante,
sarabande, bourrée, menuet, gavotte y, generalmente al final, una ágil y
movida gigue.

tempo. Esta voz italiana viene del latín tempus, ‘tiempo’; refiere a la
velocidad con la que se interpreta una obra musical; los principales
tempos son, del más lento al más rápido: largo, larghetto, adagio,
andante, moderato, allegro, presto; el tempo también puede indicarse por
medio de un valor metronómico, medido en pulsos por minuto o bpm
—beats per minute, en inglés— que marca la velocidad de la pulsación
correspondiente a cada tiempo del compás.

tonalidad. Del latín tonus. Sinónimo de tono; se designa así la escala


mayor o menor utilizada en una obra. Cuando se crea una obra en
determinada escala, la tónica de dicha escala es el «centro tonal». Esto

80
quiere decir que la pieza tiene su eje en esa nota, aunque existan
diferentes modulaciones —cambios de tono— durante la composición.

tensión. Término que en música se utiliza para denominar una relación


entre dos sonidos que no tienen afinidad sonora, produciendo una
sensación disonante o tensa armónicamente. Dentro de la construcción
común de los acordes, se denominan
«tensiones» a los sonidos superiores
del acorde, siendo éstos disonantes
con respecto a los sonidos inferiores.
Dependiendo de ciertos estilos y
costumbres musicales, los acordes
presentan un mayor o menor número
de tensiones.

unísono. Del latín medieval unisonus, ‘un solo tono’, «en unísono»; es el
resultado de la emisión de la misma altura de nota o la misma melodía
por dos o varias voces o instrumentos.

El CDR DEL E

Edgar Degas (1834-1917), La orquesta en la ópera, óleo sobre tela,


57 × 46 cm, 1870.
Corriente: Impresionismo. Colección Museo D’Orsay.

81
El episTolario
fragmentos de cartas célebres

El humor de George Harrison


En 1968 George Harrison (1943-2001) le sugirió a uno de sus
fans que aprendiera a tocar la cítara, y su discípulo epistolar
descaradamente le pidió dinero para comprar una. Ésta es la
respuesta que el «beatle silencioso» le envió.

Rishikesh, Himalayas
India, 6 de abril
Querido Iván,
Ésta es una amiga mía, creo que
debes conocerla. Se llama Mary
y sólo viene a inicios de la primavera,
después del periodo del monzón.
Acabo de prestarle mis últimos 100
dólares. Desafortunadamente no
tuviste suerte, así que tendrás que
quedar satisfecho con mis mejores
deseos.
Sigue practicando, y la mejor de
las suertes para tu grupo y para ti.
George Harrison

¿Qué palabra significa «levantar la voz,


descomponerse, faltando al respeto»?
La dichosa palabra

La primera persona que responda correctamente a partir del


11 de agosto a [email protected]*, ganará un regalo sorpresa,
cortesía del munal.**
Ganadora de la edición 117: Mariana Carlock Rodríguez.
La respuesta es: La palabra que significa «lleno, sin huecos ni
vanos, sólido.» es macizo.

*Para obtener el premio y no ser descalificado, se debe enviar nombre completo, edad,
teléfono, e-mail y dirección completa. Limitado a un premio por participante por
cada dos números.
** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 121. El plazo para recoger
el premio vence el 31 de octubre de 2014.

82
83
enumeraciones
vertiginosas  La lisTa

El taller de Adrian Leverkühn


Thomas Mann (1875-1955), uno de los escritores más
sobresalientes del siglo xx, destacó por su crítica a la
turbulenta sociedad de su época. Ejemplo de ello es
Doctor Faustus (1947), obra en la que refleja su visión
del nazismo y el fin de la dominación alemana mediante
la historia de Adrian Leverkühn, un músico que vende
su alma al Diablo para convertirse en el mejor. En
el siguiente fragmento, Serenus —amigo del artista
y narrador de la historia— enlista los instrumentos
musicales que el tío de Adrian atesoraba en su taller.

A excepción del piano que el padre adoptivo de


Adrian dejaba a las casas especializadas, había
ahí expuesto todo lo que suena y canta, todo lo
que ganguea, rechina, gorjea, zumba y retumba, incluso
un instrumento de teclado, el piano de campanas, la
siempre grata celesta.
Se encontraban allí en los aparadores o en cajas cuyo
exterior, como los ataúdes de las momias, reflejaba la
forma de lo que llevaban dentro, una serie de violines, de
amarillo o pardo barniz, con sus ágiles arcos sujetos a la
tapa del estuche: […]
El melodioso violoncelo, cuya perfecta forma es
debida a Antonio Stradivarius, estaba representado
por numerosos ejemplares, así como su predecesora, la
viola da gamba de seis cuerdas, que con él comparte los
honores en ciertas antiguas obras, la vida corriente y esa
otra hermana del violín, la viola alta. […]
No faltaban allí tampoco diversos ejemplares de violín,
el violín gigante, ni el engorroso contrabajo, capaz de
majestuosos resultados, cuyo pizzicato es más sonoro
que la percusión de los timbales y cuyas tonalidades altas
tienen un velado encanto que muchos no sospechan.
Y asimismo su equivalente entre los instrumentos de
viento: el contrabajón, construido en dimensiones
dobles que las de su hermano, el jocoso fagot, jocoso
porque se trata de un instrumento bajo sin verdadera
fuerza de tal sonoridad curiosamente débil y temblona,

84
Pieter Claesz, Naturaleza muerta con instrumentos, 1623.

casi caricaturesca. Cuán elegante no era, sin embargo,


con su soplador torcido y las relucientes llaves y palancas
de metal de su complicado mecanismo.
Y qué encanto no tenía la hilera de los modernos
caramillos, técnicamente perfeccionados, provocando
la habilidad del virtuoso en todas sus formas: el oboe
bucólico, el corno inglés tan apto para los cantos de
tristeza, el clarinete de innumerables llaves, tan sombrío
en sus registros bajos, tan brillante y plateado al elevar
el trono, el corno di basseto, el clarinete bajo. Ninguno
de esos instrumentos, cada uno en su estuche forrado de
terciopelo, faltaba en casa del tío Leverkühn. […]
¿Y qué decir del brillante coro de los instrumentos
de metal? La linda trompeta, de la que parece que ha
de surgir espontáneamente la clara señal, la canción
irónica, la suave cantilena; la complicada trompa de
válvulas, instrumento preferido de los románticos, y la
voluminosa y pesada tuba, pasando por el trombón de
varas y el cornetín. Se encontraban incluso en el almacén
de Leverkühn verdaderas rarezas de museo, como un par
de trompas de bronce retorcidas como cuernos de toro.
Pero vistas las cosas con ojos de muchacho, y así las
vuelvo a ver ahora al recordarlas, no había allí nada
tan divertido, tan magnífico, como la gran colección
de instrumentos de percusión. […] Cuán distinto era
aquí el tambor de aquel otro que nos regalaron cuando
teníamos seis años y que en seis días quedó deshecho. […]
No olvidemos tampoco en esta enumeración los
curiosos platillos que sólo los chinos y los turcos saben
fabricar, porque sólo ellos conocen el secreto de forjar el
bronce a mano, y que el ejecutante, después del choque,
levanta triunfalmente sobre el auditorio; el retumbante
tam-tam; el tamboril gitano; el triángulo sonoro, con
uno de sus ángulos abierto; el címbalo moderno; las
bien vaciadas y chasqueantes castañuelas. Todo ello
dominado por la espléndida y dorada arquitectura
del arpa a pedales de Erard: así hay que imaginar el
almacén del tío Nikolaus para comprender la irresistible
atracción que ese paraíso silencioso, en el que bajo
cien formas distintas se anunciaban los más armónicos
sonidos, ejercía sobre nosotros. §

85
La orquesta sinfónica
La orquesta, concebida como el conjunto de músicos
que tocan diversos instrumentos —originalmente
refería al espacio dentro de un anfiteatro donde los
bailarines danzaban—, tuvo sus inicios en el siglo xvi,
y con el tiempo ha crecido y se ha complementado,
añadiendo en sus filas diversos instrumentos hasta
adquirir las características actuales que incluyen a un
conjunto aproximado de 80 músicos —dependiendo
de la orquestación y requerimientos de cada obra—.
Son cuatro las secciones en que se distribuyen los
instrumentos:1 cuerdas —violines primeros [1], violines
segundos [2], violas [3], violonchelos [4], contra-
bajos [5], arpa [6]—, alientos de madera [7] —piccolo,
flautas, oboes, clarinetes, fagotes y corno inglés—,
alientos de metal [8] —cornos, tompetas, trombones
y tuba— y percusiones [9] —timbales, bombo,
platillos, claves, piano, celesta, entre muchos más—.
Presentamos una de las distribuciones más comunes
de los instrumentos dentro de la orquesta.
1  v. Algarabía 53, febrero 2009, Causas y azares: «Instrumentos de placer»;
pp. 74-83.

 l exic
ejemplos de nuestra forma de hablar

tipludo
Esta palabra que no registran los diccionarios —ni siquiera los de
mexicanismos— se refiere a un tono agudo de voz que escalda y percute
los oídos; proviene de la palabra tiple —de origen incierto—, que es
como se define a la voz humana más aguda, a una guitarra pequeña y a
una especie de oboe soprano.
Si una tiple se distingue por un registro de voz agudo pero entonado
—como el de una soprano—, lo tipludo también es agudo, pero al
grado de la tortura.
•  ¿Le bajas tantito a la tele? Esa comentarista es más tipluda que un
par de gatos cogiendo.

86
Plano de la orquesta
9
9
8
7
6

87
9
2 3
5
1 4
Director
los diez más
de todo Tp 10

Cantantes del desamor

Antes, el repertorio de estos cantantes anunciaba


el fin de la fiesta, el momento en el que los invitados
tenían que abandonar el lugar con las penas a medio
ahogar; hoy, cuando suenan sus canciones, uno se aferra
al trago y afina la garganta para cantarlas a todo pulmón,
porque con el tiempo se han convertido en el revival de
la fiesta —y, por qué no decirlo, del borracho—, cuando
parece que todo ha terminado.

Por ello, presentamos un Top 10 de los intérpretes más


populares en las «tornafiestas», según la encuesta
realizada a nuestros lectores en www.algarabia.com:
Para ver los resultados completos de la encuesta, escanee
este código con su celular o visite www.algarabia.com

Total de votos 1779

88
89
pensamiento
sobre todo lo  IDE
demás

El ritmo
de las ndas.
a radio
enMéxico
por Ma. Luisa Durán
ilustrado por Dante Escalante

Hace casi 150 años un científico descubrió la existencia


de ondas electromagnéticas que le permitirían a la
humanidad comunicarse sin cables y a través de largas
distancias, pedir socorro en situaciones de desastre,
intercambiar noticias y, por supuesto, escuchar música
en otros idiomas o en el propio, de diversos géneros
y para todos los gustos, música para disfrutar, cantar,
bailar y compartir.

90
¿En dónde estará el nido
de esta canción mecánica?
Las antenas insomnes del recuerdo
recogen los mensajes inalámbricos
de algún adiós deshilachado.
Manuel Maples Arce, «T.S.H.»

S e registra que la primera


transmisión radiofónica tuvo lugar en
Massachusetts durante la Nochebuena
de 1906. La Brant Rock Station
transmitió una lectura de la Biblia y
la canción «O Holy Night». Tuvieron
que pasar 15 años para que este invento
llegara a México.

91
Ondas mexicas en los años 20
El 27 de septiembre de 1921, desde el teatro Ideal,
localizado en la calle Dolores del centro de la Ciudad
de México, los hermanos Adolfo Enrique y Pedro
Gómez Fernández realizaron la primera transmisión
de radio mexicana: la hija de Adolfo cantó el «Tango
negro» y el tenor José Mojica —que luego fue un
famoso cantante y actor, aunque dejó la artisteada para
meterse de monje— interpretó «Vorrei morire». El
programa duró menos de dos horas, pero bastó para
iniciar una larga y fructífera historia.
Un mes después, en Monterrey, Constantino de
Tárnava, quien ya llevaba varios años experimentando
con las ondas, lanzó su propia estación, que nombró
Tárnava Notre Dame —por la universidad donde había
estudiado—. Él también presentó un par de canciones
y melodías instrumentales.
En aquellos tiempos las emisiones
eran una o dos veces por semana,
duraban menos de dos horas y las
oían sólo unas cuantas personas,
porque tener un aparato receptor
era un privilegio. Sin embargo,
el interés creció con rapidez
y hacia finales de 1922 ya
había 32 estaciones y miles
de oyentes que se reunían
alrededor de los pocos radios

Jrge Tiee rz


En un 10 de mayo siniestro una maestra emprendedora
se empeñó en que sus alumnos mostraran su amor filial
haciendo objects d’art con papel cartoncillo y engrudo. La
experiencia que adquirí en esos días fue valiosa: sirvió para
convencerme de que no había yo nacido para ejercer ninguna
de las artes manuales.
Pasó el tiempo. De un niño redondo, como la familia de mi madre,
me convertí en un joven alargado, como la de mi padre. Un 10 de mayo llevé
a mi madre a comer en el Centro Vasco y después fuimos al cine Alameda.
Había un tumulto de «cabecitas blancas».
—Es la última vez que salimos en 10 mayo— dijo ella.

frases, citas y retazos de la filosofía desmitificadora de Jorge Ibargüengoitia

92
Los radios cambian

Al igual que los programas, los géneros y las voces, los receptores de radio
fueron cambiando con el tiempo:

galena bulbos
cristal de sulfuro tubos de vidrio
de plomo al vacío

transistores circuito
amplifican la señal integrado
mediante una un chip o pastilla
corriente eléctrica que recibe y
amplifica la señal

am y fm
La diferencia esencial está en el tipo de modulación de las ondas:

am modula la
amplitud de las
ondas; la recepción
es más sencilla

fm modula la
frecuencia de
las ondas; mayor
fidelidad de sonido

que había en el país para compartir la experiencia que


las ondas transmitían.
En mayo de 1923 se estrenó la primera estación más
o menos comercial, cuya propiedad compartieron
el periódico El Universal y el radio aficionado Raúl
Azcárraga Vidaurreta —hermano de Emilio—. Su
nombre fue El Universal-la Casa del Radio y ostentó las
siglas cyl. El 14 de septiembre de ese año salió al aire
la estación de El Buen Tono, fundada por la cigarrera
del mismo nombre. Años después fue renombrada
xeb y desde la década de 1960 llevaría el apellido que
conserva hasta ahora: «la B grande de México».
En 1929 se llevó a cabo una Conferencia Mundial
de Telecomunicaciones, donde se establecieron las
iniciales que identificarían a las estaciones de cada país;
a las radiodifusoras mexicanas les tocaron las letras xe.

93
¿Que cómo eran los programas de radio de los años 20?
Las más socorridas eran las tertulias, donde una plática
agradable del locutor se entretejía de forma natural con
lecturas de poemas y canciones interpretadas en vivo
por los sopranos y los tenores de moda.

Las décadas doradas


Sin duda, los años 30, 40 y 50 fueron los más
esplendorosos para la radio mexicana —todavía
no llegaba la televisión a robarle audiencia—. En
estas décadas se establecieron las grandes cadenas
radiofónicas y la programación se enriqueció con
las estrellas que engalanaron los estudios.
Los contenidos se diversificaron, había programas
para todos los públicos y edades: las radionovelas
se alternaban con crónicas deportivas, musicales,
noticiarios y programas infantiles. Las estaciones de
radio más importantes de esta época fueron la pionera
xeb, así como la xew y la xeq, ambas propiedad del
empresario Emilio Azcárraga Vidaurreta —abuelo
del actual dueño de Televisa—, cuya mayor aportación
a la radio fue hacerla comercial, con el modelo
estadounidense de patrocinadores y programas que
gustaran a un creciente número de radioescuchas.
Era un lujo asistir a un estudio donde se transmitían
los programas en vivo ante un público, con grandes
locutores y artistas. Las risas no eran grabadas, los
aplausos eran reales cuando, por ejemplo, Pedro de Lille
—uno de los locutores más emblemáticos de la época—
presentaba en su programa La hora azul el piano de Juan
García Esquivel y la interpretación de Emilio Tuero. Se

En 1942 Guillermo
Salas fundó la xeoy-am
—actualmente nrm
Comunicaciones—, con
programas que
promocionaban
la belleza del
territorio mexicano.
Fue la primera radio
turística del mundo

94
De día podemos oír la radio mientras trabajamos,
estudiamos o realizamos cualquier actividad física,
a pasármelo bien
Esta noche voy

pero por la noche, sobre todo los viernes y los


sábados, vivimos la experiencia musical de otra
manera, aprehendemos las melodías en compañía
de amigos, parejas, una buena cena y algunas
—o muchas— bebidas que nos alegran el
rato. Los lugares cambian, la
música permanece.

escuchaban gritos y suspiros de las mujeres, desmayadas


de amor ante la gallarda figura y la aterciopelada voz del
«barítono de Argel».
El «Flaco de oro» tenía su propio programa, La hora
íntima de Agustín Lara, donde acompañaba en el piano las
voces de sus invitados: Pedro Vargas, Amparo Montes,
Toña «la Negra», Juan Arvizu, las hermanas Águila, los
Panchos, la tres Conchitas y muchos más. Para los niños
estaban el programa de Manuel Bernal, el «tío Polito»,
y los 15 minutos diarios de cuentos y canciones de
Francisco Gabilondo Soler, «Cri-Crí».
A lo largo del día los programas difundían los géneros
musicales de moda: chachachá, mambo, danzón, bolero,
balada, las rancheras de Lucha Reyes y el swing de las
grandes bandas. Mientras que Pedro Infante y Jorge
Negrete eran ídolos de las multitudes, los compositores
eran tan reconocidos y admirados como quienes
cantaban sus temas: Gonzalo Curiel, Consuelito
Velázquez, Luis Arcaraz, Tomás Méndez, María Grever,
Manuel Esperón, José Ángel Espinoza «Ferrusquilla»
y Gabriel Ruiz, por mencionar sólo unos cuantos.
Los locutores eran personajes clave para mantener
viva la atención de la audiencia: todos tenían voces
y estilos que los diferenciaban entre sí. Además de
De Lille, destacaron «el Bachiller» Álvaro Gálvez y el
también actor de cine Arturo de Córdova; los cronistas
deportivos Pedro «el Mago» Septién —beisbol— y Pepe
Alameda —toros—; los galanes de radionovelas Manuel
López Ochoa y Edmundo García; y las radioactrices

95
Vuelve al cabaret años 40 y 50. Los hay de
postín, como el Ciro’s,
Desde finales de los años 20 nacen
un restaurante-bar
en México los cabarets, lugares de
—la denominación
diversión donde se mezclan baile,
«cabaret» es
música, espectáculos, comida y bebidas
considerada vulgar
embriagantes, donde vamos a bailar
en esta época— súper
la música que oímos en el radio. Estos
elegante dentro del
sitios alcanzan su esplendor en los
hotel Reforma, cuyos
espectáculos se transmiten
en la xew. O para obreros
y ricachones por igual,

Pura Córdova y Emma Temo, y muchas otras voces que


abrillantaron esta etapa de la radio mexicana.
Los patrocinadores, como Colgate Palmolive,
chocolates La Azteca y la mueblería Lerdo Chiquito, se
presentaban con elaborados jingles y lemas publicitarios:
«Fabricantes de paz», «Haga de su casa un hogar», «Un
orgullo de la industria nacional»...

De la w a la q, etcétera
El talento detrás de muchos de los programas y
descubridor de estrellas era Enrique Contel, director
artístico de la xew en los años 30 y de la xeq en los
40. Contel le había propuesto a don Emilio Azcárraga
la fundación de la xeq para dar cabida a artistas y
empleados que no podían estar en la w por falta
de espacio. Así que por cada talento de la w,
la q generó el propio, y las dos estaciones
pertenecientes a una misma cadena
radiofónica compitieron en calidad y
talento.
La xew, «la voz de la América Latina
desde México», salió al aire el 18 de
septiembre de 1930 a las 8 de la noche,
con 5 mil watts de potencia —que
pocos años después serían 50 mil—.
El 31 de octubre de 1938 comenzó sus
transmisiones la xeq, gracias a una
asociación de Azcárraga con la
Columbia Broadcasting System.

96
Qué rico el mambo

Una variación del cabaret


es el salón de baile,
como en el Ba-ba-lú. En el Waikiki canta al que nomás se va a
Pedro Infante; Agustín Lara toca en el Agua bailar danzón, mambo,
Azul; en La Fuente canta un muy joven Javier chachachá, ritmos
Solís; en el lujoso Río Rosa baila Tongolele; el cubanos... en general,
galán Mauricio Garcés es cliente del Bagdad. música tropical. Uno
Muchos de estos lugares cierran sus puertas a llega para escapar de las
principios de los años 60, pues el regente de preocupaciones mundanas
la Ciudad de México, Ernesto Uruchurtu, no y hacer sudar el cuerpecito
quiere que nadie se desvele. con unos buenos ritmos.

En 1974, José Gutiérrez Vivó estrenó Monitor,


un programa larguísimo de noticias
cuyo concepto ha sido copiado
por las demás radiodifusoras y
hasta la fecha sobrevive. Así, la
radio hablada les robó tiempo
a las emisiones musicales

A mediados de los años 50, la radio comenzó a cambiar:


en 1955 empezaron a llegar a las radiodifusoras las voces
gringas del rock & roll que emocionaron a los jóvenes:
Paul Anka, Elvis Presley, Buddy Holly, Jerry Lee Lewis,
Bill Haley, etcétera.
Además, muchas estaciones vieron que sus producciones
eran menos costosas si en vez de hacer programas en
vivo transmitían canciones grabadas —ya no tenían que
contratar orquestas y cantantes ni albergar público en
sus estudios todo el tiempo—, así que empezó un nuevo
tipo de programas musicales, que consistieron en barras
de canciones intercaladas con publicidad. Las décadas
gloriosas de programas en vivo estaban por finalizar.

Mucha charla y pocos ritmos


A lo largo de las décadas de 1960 y 1970 los aparatos
de radio fueron cambiando los bulbos por los
transistores. Grandes grupos se apoderaron de las ondas

97
Coca-Cola—, whisky con soda y bebidas
refrescantes sin alcohol, pues la idea
no es comer ni ponerse borracho, sino
danzar hasta que se acaben las suelas de
Los caballeros que no llevan pareja
los zapatos.
pueden bailar con las ficheras. El Salón
México, el Los Ángeles, el California
Dancing Club, el Colonial —a donde
llegan las prostitutas a bailar por puro
gusto antes de comenzar su turno
laboral—. Las damas usan llamativos
vestidos y muchos caballeros visten de
pachucos. Sirven cubas libres —ron con

y uniformaron los contenidos radiofónicos en su afán


de competencia y comercialización. Se fortalecieron
Radiorama, Grupo acir, Radio Centro y Radio Fórmula,
principalmente. La música, los estilos de conducción y
hasta las voces de los locutores eran similares. Sólo unos
cuantos géneros musicales se oían en la radio comercial;
quien quisiera oír variedad, podía sintonizar Radio
Educación. Como una buena parte de la población
mexicana tenía tele, los melodramones migraron a la
pantalla chica y las radionovelas declinaron.
A principios de los años 60 comenzaron a encumbrarse
artistas de rock & roll mexicanos que se limitaban a
traducir y adaptar las canciones de rock en inglés de la
manera más fresa posible. Pedro Infante y Jorge Negrete
habían muerto en los 50 y nuevos galanes cantantes los
sustituyeron en el gusto del público. Enrique Guzmán
y César Costa encabezaban la lista de las estrellas
rocanroleras mexicanas, de la que también formaron
parte Manolo Muñoz, Julissa, Angélica María, Alberto
Vázquez, los hermanos Carrión y Johnny Laboriel.

El ltí e l ti
• Non omnes qui habent citharam sunt citharoedi.
• No todos los que tienen una cítara son citaristas —es decir,
el instrumento no hace al músico.

Varrón

98
Hay buen rock & roll esta noche los filósofos hay cafés existencialistas,
que sirven cocteles exóticos y donde
Llegan los años 60 y con ellos el rock
corren ciertas sustancias experimentales
& roll. Para «la chaviza» se ponen de
y, por tanto, ilegales. Los románticos
moda los cafés cantantes, a los cuales
empedernidos y los revolucionarios
se va por las tardes a tomar café, postres
van a las peñas, no a bailar, sino a tomar
y malteadas, pero también a ligar y a
una copita y oír canciones de
bailar rock & roll, con todo y crinolinas,
protesta y trova cubana; si se
vaselina y chamarras de cuero. También
aprenden sus larguísimas
sobreviven los tés danzantes, donde los
letras —que no repiten
«niños bien» bailan sanamente ritmos
ni una estrofa— hasta
juveniles de 5 de la tarde a 11 de la
las cantan.
noche y, obviamente, se toma té. Para

Agustín Lara decía


que La hora azul
«era el monumento
más grande a todo
lo cursi que se ha
inventado... pero
cómo lo oían»

En 1958 salió al aire la xeph Radio 590, la cual promovía


contenidos juveniles, sobre todo rock & roll, pero
también música popular de diversos géneros. Casi diez
años después, en agosto de 1967, se transformó en La
Pantera que, rugiendo, transmitió éxitos de rock hasta
1987: desde The Beatles, Credence Clearwater Revival
y The Doors, hasta grupos «nuevos», como Santana.

Dos décadas más


Los años 80 se caracterizaron por el boom de la
frecuencia modulada —fm—, que existía desde los años
50, pero los aparatos receptores de esta banda eran
carísimos, por lo que todos se inclinaban por oír am.
Las radiodisfusoras gestionaron con los fabricantes de
radios para que los aparatos con fm bajaran de precio y
las estaciones con sonido estereofónico se volvieran las
favoritas de la audiencia.
Ya desde los 70, una pléyade de artistas extranjeros
inundaba las ondas mexicanas con baladas pop,

99
Feel the beat from the tambourine frente a frente y lleva el ritmo «echando
tipo», cada quien a su manera: la chica
En la década de 1970 las discoteques
agitando su larga cabellera y el chico
—para diferenciarlas de las discotecas o
sacando el pecho para verse más galán.
tiendas de discos— son la sensación. La
Mientras tanto, la contracultura se reúne
gente llega a bailar música disco, beber
en los hoyos funkies, sitios prohibidos
y ligar. En la pista, decorada con luces
por el gobierno donde
de colores del techo al piso, se danza al
se toca rock nacional en
ritmo de los Bee Gees, Gloria Gaynor
vivo y a escondidas.
y otros representantes
del género. El baile no
es taaan espectacular:
la pareja se pone

canciones simples y pegajosas: de España llegaron


Mocedades, Camilo Sesto y Rocío Dúrcal; de
Sudamérica José Luis Rodríguez «el Puma», Roberto
Carlos y la pareja formada por Diego Verdaguer y
Amanda Miguel. Se sumaron a los mexicanos que
resultaron profetas en su tierra: José José, Juan Gabriel,
Yuri, Lupita D’Alessio, Emmanuel y tantos más...
Además del muuucho amor y desamor que proclamaban
esas baladas, la radio siguió tocando tropicales y
rancheras, pero también dejó escuchar un género que
el gobierno había censurado en los años 70 con el
propósito de evitar movimientos estudiantiles similares
a los de 1968 y 1971: el rock en español.
En 1984 nació Rock 101, en la banda fm del grupo Radio
Mil. Fundada por Luis Gerardo Salas, dio a conocer rock
alternativo en inglés e inició la promoción de roqueros
mexicanos, españoles y argentinos con la campaña
«Rock en tu idioma». Se difundieron las canciones de
Caifanes, Soda Stereo, La Unión, Nacha Pop, Maldita
Vecindad y los Hijos del Quinto Patio, Enanitos Verdes,

FrezT
La música expresa aquello que no se puede
decir pero que es imposible callar.

Victor Hugo

100
A los hijos del rock & roll... Noches de amor y libertad
bienvenidos
Los centros nocturnos son perennes:
A mitad de los años 80, quienes El Patio subsiste por más de cinco
quieren diversión nocturna se van décadas. En sucesivas fases de gloria se
a la disco o a los nuevos antros, de presentan en su escenario Josephine
entre los que sobresalen Rock Stock Baker, Édith Piaf, Sammy Davis Jr.,
y Rockotitlán, decorado en art nacó y Ray Coniff, Paul Anka, Lola Beltrán,
donde se presentan grupos de rock en Raphael, Emmanuel, Yuri, Juan Gabriel
español: Botellita de Jerez, Sombrero y José José —por mencionar sólo
Verde —después Maná—, Kenny y los unos pocos—, quienes brindan su
Eléctricos y Las Insólitas Imágenes de espectáculo muy cerca del público, que
Aurora —después Caifanes y Jaguares. cena y bebe vestido lujosamente; en

Hombres g y muchos otros grupos que refrescaron


el género.
Los 90 trajeron a la radio la música grupera, que se
popularizó con Bronco, Los Bukis, Los Temerarios
y otras agrupaciones que pusieron a muchos a cantar y
bailar cumbias, tropicales y norteñas. También en esta
década comenzó, de manera incipiente, la era digital.

La era digital
La música ya no es la principal apuesta de las más de mil
estaciones que conforman la radio nacional en el siglo
xxi. Los programas puramente musicales se diluyen
entre los informativos, de opinión y misceláneos. Por
otra parte, Internet nos permite descargar o transmitir
en segundos cualquier canción que queramos, sin
necesidad de plantarnos ante un radio a esperar que la
pongan.1 Las estaciones en la red son tan especializadas

La radio comercial difundió


los géneros musicales de
moda, con lo cual desplazó a
otros tipos de música, como
la folklórica

1  v. en este número Ideas: «Canciones inconseguibles —o de la necesidad


de tener un lápiz a la mano—»; pp. 34-41.

101
los 90 le hace competencia el Premier, donde
Luis Miguel presenta sus baladas, boleros y
rancheras. Actualmente, ambos recintos están
abandonados.

En el México de hoy quedan pocos cabarets y


unos cuantos salones de baile, reminiscencias
de épocas de esplendor. Chavorrucos,
nostálgicos y melómanos empedernidos
regresan a las peñas y a los antros
retro que aún salpican con sus luces
las noches citadinas. Los escenarios
se transforman, los géneros musicales
evolucionan, la música permanece.

En los años 50
había casi 200
estaciones de radio;
a mediados de la
década de 1990,
el número creció
hasta superar 1 200
radiodifusoras

que las podemos hallar por temas, artistas, artistas


afines a otros artistas, géneros, géneros afines a otros
géneros, sencillamente no tienen fin.
Por ahora, la radio comercial difunde menos de 15
géneros musicales. Si queremos oír algo que no sea
pop, rock o banda, hay que cambiarle a las estaciones
culturales o de plano recurrir a Internet. Al final,
tenemos la posibilidad de sintonizar una estación
universal y oír en inglés las viejitas pero bonitas del
su celular o visite www.algarabia.com
sus inicios? Escanee este código con
¿Recuerda cómo sonaba la radio en

rock. O, si nos gusta la música romántica en español,


siempre podemos escuchar boleros de los 30, 40,
50, 60, y baladas de los 70 y hasta de los 80 que,
querámoslo o no, siguen siendo música ligada a
nuestro recuerdo.

Ma. Luisa Durán es periodista y no olvida una noche de insomnio en la


que oyó 19 veces «Skyfall», de Adele, en una estación de radio por Internet
especializada en música de Bond, James Bond.

102
103
Gei y figr
minibiografías

Se dice que debido a un

Julián Carrillo Trujillo


temblor, Julián Carrillo nació
de forma prematura, siendo
el menor de una familia de 19
hijos.
De niño formó parte del coro
de su pueblo donde, al poco

(San Luis Potosí, 1875 - Ciudad de México, 1965)


tiempo, su maestro lo alentó
a estudiar en la capital de
San Luis Potosí. En 1895 fue enviado al Conservatorio
Nacional de Música de la Ciudad de México y tuvo
como maestros a Melesio Morales y Francisco Ortega,
entre otros compositores.
Sin embargo, Carrillo tuvo que suspender su
educación musical debido a una enfermedad hepática
que casi lo mata, y no se reincorporó del todo sino
hasta 1899, cuando participó en un concurso musical
en el cual el general Porfirio Díaz le otorgó una beca
para continuar con sus estudios en Europa.
En el Congreso Internacional de Música de 1900,
celebrado en París, Carrillo propuso nombrar las
notas nuevas con monosílabos para facilitar el solfeo.
En Leipzig compuso su primera sinfonía y ganó el
concurso internacional de violín en 1904.
En 1913, ya de vuelta en México, fue nombrado
profesor de composición, contrapunto, fuga e
instrumentación en el Conservatorio Nacional, pero
por los acontecimientos revolucionarios decidió
exiliarse en Nueva York, donde fundó y dirigió la
Orquesta Sinfónica América, y publicó su Teoría del
Sonido 13. Con ella, Carrillo
se convirtió en pionero del
microtonalismo —intervalos
menores que un semitono—
y en uno de los compositores
más vanguardistas de la
historia.

104
105
respuestas
sencillas a
preguntas  ¿Qé d c...
inusitadas

el Sonido 13?
Con apenas 10 años de edad,
Julián Carrillo hizo experimentos
con su violín para saber qué
había más allá de las 12 notas
musicales. Por eso, usó una
navaja con la que marcó las
divisiones de tonos en las
cuerdas de su violín hasta
obtener 16 tonos distintos
—microtonos.
Los microtonos son unidades de escala musical cuya magnitud
es menor al semitono, por ejemplo: el sonido que hay entre un
si y un si bemol.

0 16 32 48 64 80 0
Así se escribe en dieciseisavos de tono.

Al comprobarse que un tono puede dividirse en más de 16


microtonos —Carrillo llegó a registrar hasta 128 divisiones de
tono—, se descubrieron nuevos sonidos y escalas en la música.
Varios estudiosos y teóricos de la música, así como fabricantes
de instrumentos, se dedicaron a realizar reformas en la
Más sobre el Sonido 13: escanee este código con

fabricación de pianos, arpas, flautas y guitarras para reproducir


estos dieciseisavos de tono.
su celular o visite www.algarabia.com

El descubrimiento de Carrillo rompió con la clasificación


clásica de los 12 tonos —de ahí el nombre de Sonido 13—,
revolucionó la música moderna y ha abierto una enorme gama
de posibilidades creativas.
El Sonido 13 no es exclusivo de las obras abstractas
contemporáneas, su tonalidad ya se usaba en la música
tradicional; como en los cantos árabes y las melodías de la
India; similar a un piano desafinado.

106
107
Géneros
musicales
para
dummies por María del Pilar Montes de Oca Sicilia
ilustrado por Alejandra Hernández Mosti

D ecía Borges, en su cuento «El idioma analítico de


John Wilkins», que el doctor Franz Kuhn atribuía a
cierta enciclopedia china que se titula Emporio celestial de
conocimientos benévolos, una clasificación de los animales
en: «(a) pertenecientes al Emperador, (b) embalsamados, (c)
amaestrados, (d) lechones, (e) sirenas, (f) fabulosos, (g) perros
sueltos, (h) incluidos en esta clasificación, (i) que se agitan
como locos, (j) innumerables, (k) dibujados con un pincel
finísimo de pelo de camello, (l) etcétera, (m) que acaban de
romper el jarrón, (n) que de lejos parecen moscas».

Es por demás apuntar la hilaridad que causa esta clasificación


que sólo el cerebro de Borges podría haber concebido, pero
a mí me trae siempre a la mente otras clasificaciones —sin
duda toda clasificación es arbitraria— por demás ilógicas,
absurdas o ¿enquéchingaosestabanpensando? Como la que
hacen en Blockbuster de las películas: Acción, Aventura,
Comedia, Familiar, Extranjeras y Cine de Arte. ¿Extranjeras?

108
origen de palabras y frases

¿Qué significa? ¿Todas las demás son mexicanas? Gringas,


supongo, pero, ¿Cine de arte? ¿Qué significa? ¿Por qué unas
están tasadas con una vara —la del género— y otras con otra
—la del público o la nacionalidad?

Lo mismito pasa cuando entramos en los entresijos de lo


que los gringos consideran «latino». Para ellos latino es un
champurrado de lo hispano con lo prehispánico, el flamenco,
los toros, el chile, el mambo, la fiesta, el bossa nova, la salsa y
todo lo que nos gusta a los que somos pobres y prietos, flojos
y fiesteros.

Así, no tiene por qué ser diferente cuando de hacer


clasificaciones de géneros musicales se trata, y las hacen ellos,
eso es insoslayable, puesto que inventaron el iTunes, el mp3
y 4, y toda la tecnología y parafernalias adyacentes. Es así
que encontramos cosas como el bubblegum dance, el Christian
unblack metal o la folktronica mezclados con cosas tan
absurdas que Borges se levantaría de su tumba para brindar
—aunque no bebiese— con y por ellos.

adulto contemporáneo.
Así como lo oye, es una mezcla de música vocal de
los 60 —Frank Sinatra, Nat King Cole— con el soul, el
rock y el r&b. Pero pueden estar en esta clasificación
desde Christina Aguilera, Céline Dion, George Michael
y Whitney Houston, hasta Luis Miguel.

alternativa. ¿Qué alterna?


O, ¿por qué diablos es alternativa?
¿O indie o underground? ¿Por qué se
encuentran alternando The Cure con
Blur, Oasis, r.e.m., Pearl Jam, Sonic
Youth o Nirvana?

clásica. Lo que entendemos los


simples mortales como «música clásica»
es todo, y cuando digo todo es todo
aquello que se opone a la música popular
—desde Mozart hasta lo que ahorita está
componiendo Philip Glass—. Puede ser coral,
polifónica, barroca, solista, romántica, de
cámara, de orquesta, ópera, de películas,
etcétera.

109
easy listening. ¡Mis
polainas!, que obviii significa «fácil
de escuchar». Se supone que es
originalmente música instrumental
diseñada para ser escuchada de fondo,
es amable con el oído y a veces tiene
letra. Herb Alpert, Tony Bennett, Michel
Bublé, Frank Sinatra, Dionne Warwick y
cualquiera en inglés, eso sí —porque si
no, no es fácil de oír.

electrónica. Aquí la clasificación pasa por


otro corte: ¿cómo es producida la música? Y es que en
este caso se trata de instrumentos electrónicos,
como computadoras y sintetizadores. Heredera
del disco y el funk, con sonidos «futuristas» que
resultan en cosas horribles como dance, drum and
bass, dubstep, house, industrial, synth pop, techno,
trance y trip hop, y que entre los «viejitos»
mexicanos —de más de 35—
se conoce como punchispunchis.

heavy metal. O simplemente


metal, es la típica que se toca a todo volumen,
ruido y distorsión de las guitarras y que
pusieran de moda Led Zeppelin y Black
Sabbath, junto con Iron Maiden, Judas Priest,
Metallica, Mötorhead y Slayer.

todice el dctr crrigt dice eldocto


datos inútiles para romper el hielo

Las termitas comen madera el doble de


rápido cuando se les pone música de heavy
metal.
110
latina. «Les ando di y di». Aquí
se encuentra todo lo que está en
español sin importar el género: bossa
nova, bolero, merengue, ranchera,
tango, bachata, reggaetón, etcétera;
en general, lo que consideran latino es
pop y balada e incluye desde Cristian
Castro, Enrique Iglesias, Pitbull, Ricky
Martin y Shakira hasta Soledad Bravo,
Mercedes Sosa o Silvio Rodríguez.

pop. Es una abreviación de popular.


¿Y qué música no lo es? Beethoven
y Liszt fueron muy populares; los
Tigres del Norte y Yo-yo Ma también.
Los Beatles pueden ser los más
populares, al igual que Carlos Gardel.
Para los creadores de esta clasificación, lo
pop es sólo lo actual: música de ondita nueva
―y, evidentemente, en inglés―. Aquí hacen
de las suyas Backstreet Boys, Michael Jackson,
Madonna y Elvis Presley, pero también Rihanna,
Britney Spears, Miley Cyrus, Lady Gaga y todas
ésas a las que les da por encuerarse.

world music. Me rindo, me mato,


me jalo los pelos, no puedo más: «música del
mundo». ¿Qué chinga’os? Pues aquí se reúnen
todos los géneros que no están enraizados en la
música popular de los ee. uu. o el Reino Unido, o
sea, todo lo que no cupo en las clasificaciones
anteriores, sobre todo si se trata de música
tradicional o indígena ―que para los paradigmas
estadounidenses resulta exótica: desde los
acordeones de los Balcanes hasta el didgeridoo
australiano―. Se le llama worldbeat a las
fusiones de músicas tradicionales con otros
estilos y sonidos populares, pero ¡ojo!: tanto
Lila Downs como Atahualpa Yupanqui pueden
caber aquí y, si se descuidan, hasta el buen Cuco
Sánchez.

111
TqiT Ð leg

de la lengua y
la lengua de nunca acabar sus hablantes

Lingüística comparada
La hipótesis de que todas las lenguas provienen de un antepasado común
o una protolengua, ha ocupado la labor lingüística desde el siglo xviii. Esta
idea surge a partir de la lingüística comparativa en la que se encuentran
semejanzas y cognados —palabras de forma similar con el mismo
significado— en varias lenguas, con lo cual se deduce su parentesco.
A continuación presentamos una tabla de transcripciones fonéticas en la
que esto se corrobora:

lengua uno dos tres cabeza ojo oído nariz boca diente
sueco en tvo tre hyvud øga øra næsa mun tand
germanas

alemán ajns tsvaj draj kopf augә ōr nāze munt tsānt


inglés wә tuw θrij hεd aj ijr nowz mawθ tuwθ
francés õē/æ dø tRwa tεt œj šRεj ne bus dã
romances

italiano uno due tre tεsta okjo orekjo naso boka dεnte
español uno dos tres kabesa oxo orexa naso boka djente
rumano un doj trej kap okj ureke nas gurš dinte
polaco jeden dva tši glova oko uxo nos usta zõp
eslavas

ruso adin dva tri galava oko uxo nos rot zup
búlgaro edin dva tri glava oko uxo nos usta zšb
finlandés yksi kaksi kolme pæ silmæ korva nenæ sū hamas
otras

vasco bat bi hiryr byry begi belari sydyr aho orts


náhuatl ce ome yeyi cuaitl ixtelolotl nacaztli yacatl camalotl tlantli

las redes sociales


barbarie en la red y su asombrosa
Lo que vimos: Seda el paso ortografía

Cómo se dice: Ceda el paso.

palabras de
la lengua fresca cuño reciente

gag. ‘Chiste’. Según el dem, es la «escena ridícula que espontáneamente


añade un actor a su papel y produce un efecto cómico en el
espectador». En origen refería sólo a chistes en películas, pero, por
extensión, hoy se aplica también a los de cualquier espectáculo.
categoría gramatical: sustantivo
tipo de neologismo: anglicismo
uso: «¿Ya fuiste a ver su show? Se avienta un gag buenísimo sobre
“feminazis” que siempre incomoda a varias».

112
nombre del mes
Enrique
Nombre derivado del germánico
Haimirich. Se compone de haim,
‘morada, casa, patria’, y rik o rich,
‘jefe, caudillo, poderoso’. Significa
«el jefe del hogar», «el director
de su morada» o «el príncipe de
la casa». Así han sido llamados
numerosos monarcas europeos;
entre los santos están Enrique  ii
de Alemania —siglo xi— y el
Hans Holbein el Joven, Enrique viii, 1540.
obispo de Upsala —siglo xii—.
El nombre existe en una gran variedad de idiomas, por ejemplo, alemán:
Heinrich, Heinz; inglés: Harry, Henry; italiano: Enrico; finlandés: Hikki. En
México su hipocorístico es Quique, y para Enriqueta es Queta.

etimologías
del latín al español

latín - conclavare  >  conchabar - español


mexicanismos
la lengua de todos los días de uso diario

abonero, a. Comerciante que vende a pagos parciales. También


se le llama así a los empleados de cobranza a domicilio.

Llevo meses recordándole a Lupe que me debe dinero,


¡ha de creer que soy abonero!

modismos y
de estos lares... localismos

asegún
Este adverbio significa «según las circunstancias»; puede usarse también
como sustantivo, en plural, con el sentido de ‘condiciones, estipulaciones’.
—Empecemos con este guión y después decidimos qué cambiamos, asegún
las reacciones del público.
—El contrato, con todo y sus asegunes, nos convenía a todos.

y de otros lares

abrelatas
En Honduras, esta palabra compuesta hace referencia no sólo al utensilio
de cocina; coloquialmente, funciona como eufemismo de pene.
—Pepe será un balín sin cerebro, pero tiene el abrelatas más grande
que he visto.

113
Tone pa’ lo pregunTone

La primera persona en responder si las siguientes afirmaciones son verdaderas


—blanco— o falsas —negro—, a [email protected] a partir del 11 de agosto,*
recibirá un regalo sorpresa, cortesía de Maratón.**

1. Al igual que Beethoven, Wolfgang Amadeus Mozart compuso


sólo nueve sinfonías.
2. Antonio Vivaldi fue el principal músico del género barroco.
3. La ópera Thais contiene un soberbio solo de violín llamado
«Meditación».
4. El «Ave María» es una dulcísima canción de Carl Orff.
5. El Concierto para piano No. 5, «Emperador», fue dedicado
por Beethoven a Napoleón Bonaparte.
6. Chopin fue un niño prodigio de la música, como Mozart y
Beethoven.
7. Dafne, de Jacopo Peri, está considerada como la primera
ópera de la historia.
8. La ópera Falstaff está basada en un personaje de varias obras
de Shakespeare.
9. El célebre «Bolero» fue escrito para la actuación solista de la
bailarina Isadora Duncan.
10. Chopin compuso el hermoso poema sinfónico «Sueños de
amor».
Ganadora de la edición 117: Perla Lissette Pérez Recamier.

Las respuestas correctas fueron:


1. Blanco.
2. Negro. La heroína proviene de la morfina. La mariguana y el hachís
de la Cannabis sativa.
3. Blanco.
4. Negro. Es lo contrario, la morfina proviene del opio.
5. Blanco.
6. Negro. Se usaban para bajar de peso.
7. Blanco.
8. Negro. Es una droga alucinógena.
9. Blanco.
10. Blanco.

* Para obtener el premio y no ser descalificado se debe enviar nombre completo, edad, teléfono, e-mail
y dirección completa. Limitado a un premio por participante por cada dos números.
** El nombre del ganador y la respuesta se publicarán en Algarabía 121. El plazo para recoger el
premio vence el 31 de octubre de 2014.

114
115
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Mercadillo Bazar De 11 am a 8 pm. Av. Hidalgo 289, Col, Del Carmen
9 y 10 de agosto Coyoacán; Ciudad de México.

Feria Veracruz De 10 am a 9 pm. Corredor cultural de Atarazanas,


Del 21 al 24 de agosto Callejón Julio S. Montero s/n, Zona Centro; Veracruz.

Facultad de Artes y Diseño De 9 am a 8 pm. Av. Constitución 600, Col. Barrio La


Del 18 al 22 de agosto Concha, Xochimilco.

Feria Pachuca De 10 am a 6 pm. Polideportivo Carlos Martínez Balmori,


Del 22 al 31 de agosto Ciudad del Conocimiento; Pachuca de Soto, Hgo.

Radio en vivo:
Reporte 98.5 fm, Desde la banqueta, sábados cada 15 días,
de 4 a 5 pm. www.reporte.com.mx
Ibero 90.9 fm, Sonic Boom, segundo martes de cada mes,
11 am. www.ibero909.fm
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jueves 3:15 pm. www.estamosalaire.com
La Hora Nacional, domingos 10 pm, en sintonía por cadena nacional.
De 10:30 a 11 pm, en estaciones locales de Baja California Sur,
Chihuahua, Tabasco y Zacatecas. www.lahoranacional.gob.mx
ABC Radio xeabc 760 am, miércoles de 1 a 2 pm.
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Pido la palabra, lunes 9 pm. www.rtvgro.net/radio/97-7
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miércoles 11 am. www.sonidoestrella.com.mx
Radio mujer 1040 am, La cuerda, miércoles 3:30 pm.
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viernes de 2 a 3 pm.
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Los 40 principales 101.7 fm, La Corneta, todos los viernes
de 1 a 3 pm. www.los40.com.mx
Radio red 88.1 fm y 1110 am, La red de Radio red, el último
Domingo de cada mes, de 2 a 3 pm.
Radio Trece 1290 am, Noticias, Sábados 11 am.

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Animal nocturno, Aztecatrece, viernes a la media noche, cada
15 días.
Comunidad, Excélsior tv, sábados 6 pm. Canal 127 de
Cablevisión y Sky. Por Internet: www.excelsior.com.mx/tv

Periódicos: El asegurador, los días 15 y último de cada mes.


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