Acción Reivindicatoria en Materia Civil
Acción Reivindicatoria en Materia Civil
Acción Reivindicatoria en Materia Civil
Profesor: Autor
(a):
Abg. Lya Sivila. Gabriela Y. Delgadillo
G.
C.I.: 26.203.957.
Definición
El autor Aguilar, J. (2007). expone que la acción reivindicatoria es: “Aquélla en la
cual el actor alega que es propietario de una cosa que el demandado posee o detenta
sin derecho para ello y, consecuencialmente, pide que se le condene a la devolución de
dicha cosa”.(p. 29).
Por su parte el autor Nuñez, R. (2013) expone que la acción reivindicatoria puede
definirse como: “El instrumento típico de protección de la propiedad de todo tipo de
bienes, muebles o inmuebles, por cuya virtud, se declara comprobada la propiedad a
favor del actor, y, en consecuencia, se le pone en posesión del bien para hacer efectivo
el ejercicio del derecho”. (p. 13).
Se tiene que, la acción reivindicatoria es una acción de naturaleza real, que puede
ejercitarse contra cualquiera que perturbe o lesione la relación en que el titular del
derecho se encuentra con la cosa. Al respecto también es de observar, que la doctrina
ha establecido que la acción reivindicatoria es la más importante de las acciones reales
y la fundamental y más eficaz defensa de la propiedad, así mismo ha indicado que para
que proceda la acción reivindicatoria, es necesario por una parte, que el demandante
sea propietario y demuestre la misma, mediante justo título y por la otra parte, que el
demandado sea poseedor o detentador.
Caracteres
Respecto a esto el autor Cabanellas, G. (2010) explica que:
Condiciones
El autor Vásquez, A. (2003) expone que: “Tradicionalmente se afirma que para la
procedencia de la reivindicación se requiere que concurran tres grupos de condiciones
o requisitos, unos relativos al actor, otros al demandado y otros a la cosa”. (p.130). Tal
como se explica a continuación:
b) Que esté privado o destituid o de la posesión de la cosa; esto implica que, para
entablar la acción de do minio, el dueño de la cosa no debe estar en posesión de ella.
c) Que se trate de una cosa singular. No obstante, si una cosa pertenece a varias
personas puede reivindicarse a través de cuotas, siempre y cuando se encuentre en
pro indivisión; lo que no puede reivindicarse son las universalidades jurídicas, tales
como la herencia, pues para ella existe la acción de petición de herencia.
Una vez que el demandado queda en calidad de poseedor vencido este deberá:
1. Restituir la cosa en el plazo que el juez señale. Si se ordenó el secuestro, como
medida preventiva, pagará además los gastos que demande el secuestro, los
gastos de custodia y conservación; esto es el caso y tendrá derecho para que el
poseedor de mala fe se los reembolse.
2. Si el poseedor fue de buena fe, el demandante peticionario del secuestro
sufragará de su peculio los gastos de la medida precautoria.
En este caso es muy importante diferenciar el poseedor de buena fe y el de mala
fe; aquél que actuó de mala fe prácticamente tiene que responder por todos los
gastos que nazcan por parte del proceso, además del pago de indemnización y
los frutos de los cuales se adueñó, entre otros; en cambio el que actuó de buena
fe se libera de la mayoria de los gastos que nacen, ya que no sería lo correcto
que todo corra a su cuenta cuando obviamente no ha actuado de forma
maliciosa.
3. Las prestaciones accesorias deberán ser reclamadas en la demanda y su
devolución o pago deben estar ordenados en la sentencia. Si se omite, el
reclamo puede hacerse en otro juicio.
4. En la restitución de toda cosa se entregaran los títulos (escrituras) que
conciernen a su propiedad, si se encuentran en poder del demandado.
En caso de que el bien presente deterioro el poseedor vencido de mala fe (y
únicamente este) deberá pagar los deterioros causados por su culpa, es decir,
por su descuido o dolo; mientras que el poseedor de buena fe solo responderá
por las cosas que haya destruido para provecho propio.
En cuanto a los frutos también hay distinción entre el poseedor de buena fe y
el de mala fe:
1. El poseedor de mala fe está obligado a pagar los frutos naturales y civiles
percibidos, además de los que el dueño pudo haber obtenido con mediana
inteligencia y actividad teniendo la cosa en su poder.
2. El poseedor de buena fe no está obligado a pagar los frutos naturales y
civiles que ha percibido previo a la citación de la demanda interpuesta; los
frutos de los que se aproveche después del conocimiento de esto sí estará
obligado a restituirlos.
En cuanto a las mejoras que se pudo introducir al bien se clasifica entre
necesarias, voluntarias o útiles.
Las necesarias son aquellas imprescindibles para la sustentabilidad del bien y que
no se llegue a causar un perjuicio o deterioro sobre él. Como por ejemplo: agregar
tuberías más resistentes para evitar filtraciones de agua.
Las voluntarias son aquellas que pese a no ser imprescindibles, son agregadas
para prestar un servicio mejor del bien. Como por ejemplo: reforzar las compuertas
de bodegas.
Las útiles son las que agregan un valor por encima del que ya se consideraba del
bien. Como por ejemplo: agregar cámaras de vigilancia a una finca para mayor
precaución.
Cabe resaltar que la restitución de las mejoras dependerá del poseedor. Si fue de
buena fe, las mejoras que realizo antes de la citación pueden ser abonadas a su
nombre, por lo que el reivindicador deberá pagar el avaluó de dichas mejoras. En
cambio si tiene calidad de mala fe, este solo tiene derecho a llevarse los materiales, en
caso de que los materiales al separase pierdan algo de su avaluó, el reivindocador no
tendrá la obligación de pagar el precio restante.
Los autores del Derecho Civil, de una manera uniforme, suelen hacer hincapié (sic),
cuando tratan de la acción reivindicatoria, en la pregunta básica de: ¿Qué debe probar
el actor?. A este respecto, indican que tres requisitos son esenciales para que la acción
prospere, a saber:
a) la identificación del objeto reivindicado,
b) el dominio o propiedad sobre la cosa y
c) que el demandado tenga la posesión indebidamente.
Por otra parte según el maestro Gert Kumerow, en su obra "Compendio de bienes y
derechos reales (sic), pág. 340, la acción reivindicatoria (sic) es real, petitoria y de
naturaleza esencialmente civil que consagra el artículo 548 del Código Civil. Esta
acción supone la prueba del derecho de propiedad por parte del demandante".
Por su parte, en sentencia del 27 de Abril de 2017, con ponencia del magistrado
Guillermo Blanco Vázquez, en el juicio de Ana Gabriela Contreras Balestrini y Noemi
Del Carmen Balestrini De Contreras contra SILENCIADORES LOS LLANOS
PALENCIA ARAQUE C.A., en el expediente Nº 000626, sentencia Nº RC.000229 ,
estableció respecto de la reivindicación el siguiente criterio:
“De los criterios jurisprudenciales antes transcritos, se evidencia que en los juicios
de reivindicación como el de autos, la acción de reivindicación se halla condicionada a
la concurrencia de los siguientes presupuestos:
1) El derecho de propiedad del reivindicante;
2) El hecho de encontrarse el demandado en posesión de la cosa reivindicada;
3) La falta de derecho de poseer del demandado y;
4) La identidad de la cosa reivindicada, esto es, que la cosa reclamada sea la
misma sobre la cual el demandante alega derechos como propietario.
También, indica el criterio de esta Sala, que el actor al ejercer la acción
reivindicatoria debe solicitar al tribunal la restitución del derecho de propiedad, apoyado
en que tiene justo título y quien posee, usa y disfruta el inmueble sin ser el propietario
del bien.
Por lo tanto, considera la Sala que en los juicios de reivindicación los jueces tienen
la obligación de determinar si se cumplen o no los presupuestos concurrentes a los
cuales se halla condicionada la acción de reivindicación para poder declarar la
procedencia o improcedencia de la acción reivindicatoria.” Cabe resaltar que la
sentencia es importante porque ratifica el criterio de la Sala según el cual los requisitos
de procedencia de la reivindicación son concurrentes.
CAPÍTULO II
NORMATIVA LEGAL
2. Que la persona a la que reclama posea, sin título alguno: Es decir, se requiere
no sólo que el demandado no sea propietario, sino que además tampoco tenga otro
título que le permite estar en posesión de ese bien, por ejemplo, que sea usufructuario
es decir que tenga atribuido el uso y disfrute de la cosa, otro ejemplo que sea
arrendatario, mientras el contrato de arrendamiento esté en vigor no cabe esta acción
reivindicatoria. Hay que identificar, sin género de duda, lo que se reclama.
Pero hay que tener claro que las cosas muebles hurtadas o robadas no podrán ser
prescritas por los que las hurtaron o robaron, ni por los cómplices o encubridores, al no
haber prescrito el delito o falta, o su pena, y la acción para exigir la responsabilidad
civil, nacida del delito o falta.
De lo descrito se puede concluir que, es requisito sine qua non, para que proceda la
acción de reivindicación, que ésta sea realizada por el propietario, en contra del
poseedor o detentador, y que se demuestre esa propiedad mediante justo título, pero
¿qué debemos entender por justo título? En cuanto a esto, la doctrina y la
jurisprudencia han sido contestes en admitir que la propiedad sólo se demuestra
mediante documento que acredite la misma, debiendo cumplir dicho documento con las
formalidades de Ley que le permitan gozar de autenticidad necesaria; por lo que en tal
sentido: en el caso de autos, al tratarse de la reivindicación de un bien inmueble, el
medio idóneo para probar el derecho de propiedad sobre dicho inmueble ante el
poseedor, necesariamente tiene que ser título registrado (...)’. (Sentencia del 16 de
marzo de 2000, de la Sala de Casación Civil).
De igual forma, expresan los autores de Derecho Civil en forma unánime que, para
vencer en la acción reivindicatoria, el demandante debe probar su derecho de
propiedad. El autor Louis Josserand, sostiene que, si el demandado en reivindicación
está en posesión ‘LATO SENSU’, corresponde al demandante, al supuesto propietario,
la carga de la prueba conforme al derecho común, ACTORI INCUMBI PROBATIO (...)’
CONCLUSIONES
RECOMENDACIONES
AGUILAR, J. (2007). Fundamentos del derecho civil. Tomo III, Volumen I, Bosch Casa
Editor a, S. A., Barcelona, España.
Fuente: http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scc/abril/197840-RC.000229-27417-2017-
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