Voynich
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Voynich
Los HOMBRES DE NEGRO representan una sinarquía que tiene como base (abominable,
por cierto) hacer desaparecer los libros que hablan de los secretos de la Naturaleza, del
lenguaje de los animales, de las fuentes de saber desconocidas que se encuentran latentes en
el hombre. Permanentemente la conspiración continúa de un modo silencioso e irreversible;
sus huellas las podemos encontrar tanto en Oriente como en Occidente.
Libros tales como Die Rosenkreuzer; Zur Geschichte einer Reformation; La magia negra,
de Estanislao de Guatia; Estudios de los Mahatmas, sus misterios y sus soluciones, de Saint
Yves d'Alveeydre, desaparecieron sin dejar rastros. No obstante, aún tenemos acceso a
otros libros que se encuentran dentro de la categoría de los "prohibidos". Los más
interesantes son, El papiro Voynich, Nefer-Ka-Ptah y el Libro de Thot, y Las estancias de
Dzyan.
EL DOCUMENTO VOYNICH
Las Islas Británicas se destacaron durante los siglos XVI al XVIII por su soberanía
marítima y la hegemonía de su Armada. Fue un país que dio al mundo los más avezados
"Lobos de Mar".
La idea de lanzarse a los mares y a su conquista fue de un solo hombre, de origen inglés: su
nombre es John Dee. Fue él quien concibió la idea de un meridiano básico: el de
Greenwich, así como también fue él quien introdujo por primera vez dos globos terráqueos,
que trajo desde Lovaina junto con los instrumentos de navegación marítima. Un solo
hombre conquistó la fama que incluso hoy tienen las Islas Británicas como soberanas del
mar. Pero, ¿quién era John Dee? Nació en Londres en el año 1527 y falleció en 1608. Era
notorio por sus extraordinarios conocimientos de matemática y también por ser un
destacado científico inglés.
El duque era amigo de Mr. Dee; en una oportunidad, realizando requisas, encontró en una
pequeña abadía en el Condado de Essex un manuscrito cuyas páginas semejaban papiro. El
texto estaba escrito en forma cifrada y había sido copiado del original (según rezaba el
Prólogo) por Roger Bacon, considerado el gran mago de su siglo.
El Prólogo decía lo siguiente: "Esta es copia fiel del original que se encuentra guardado
bajo las montañas que corren sobre la costa Oeste de un lejano lugar situado en el extremo
sur del planeta".
Teniendo en cuenta que el "copista" del manuscrito, el científico Roger Bacon, había
nacido en 1214 y dejado de existir en 1294, queda bien claro que no se había descubierto
América, y sin embargo, de acuerdo a la mención del Prólogo, ese "lejano lugar" que tiene
una cadena montañosa que corre sobre su límite Oeste: la Cordillera de los Andes, sería un
país del extremo Sur de América.
John Dee trató de descifrarlo, pero no pudo. Sólo logró establecer que la primera parte del
escrito decía que ese libro contenía "los secretos de los mundos olvidados y subyacentes".
En 1586 John Dee regala al emperador Rodolfo II el famoso libro-papiro. A partir de 1666
el misterioso documento pasa de mano en mano y recorre el mundo gratuitamente; nadie
logra descifrarlo; hasta que en 1962 llega a Estados Unidos, y se encuentra a la venta hasta
nuestros días. Su valor sobrepasa el millón de dólares; un tal Kraus, alemán residente en
Nueva York, es quien lo tiene, esperando un posible comprador.
Se pierde el rastro del Documento hasta 1914, en que se lo vuelve a encontrar en el pueblo
de Frascatti, Italia: era propiedad de unos jesuitas que allí tenían un convento, lugar donde
se guardaba el Documento. El famoso e indescifrable escrito tomará el nombre que
actualmente lleva: Voynich, a causa de que el editorialista, W. Voynich, es quien compra a
estos jesuitas el extraño documento en ese año. Se lo lleva a Estados Unidos. En 1916, un
caballero de los tantos que habían sido consultados con la finalidad de descifrar el
documento, el señor Adolph Cyrus Roidingereht, pide poder hacerlo, pues uno de sus
antepasados había sido amigo de Roger Bacon y regaló a su pariente una guía de traducción
de un código secreto que utilizaban los habitantes protohistóricos del extremo Sur del
planeta y que actualmente obraba en su poder por derecho de legado.
Al poner el señor Roidingereht manos a la obra descubre que el libro hablaba de una
civilización desaparecida cuyos integrantes eran seres de no más de un metro de altura, y
que dominaban la fuerza de gravedad, que poseían máquinas que les permitían horadar la
roca construyendo grandes ciudades subterráneas y que intercomunicaban con el resto del
planeta por debajo de la Tierra; inclusive nombra una máquina llamada "Nilotrosa"
(¿alguna relación entre el río Nilo, los egipcios y sus avanzados conocimientos de
psicotrónica?).
Cada página del Documento está pintada de un color diferente, todos ellos muy vivos y
brillantes, semejantes a los del aura humana. Sobre una de estas páginas hay una especie de
diccionario de botánica con plantas dibujadas, que son muy singulares: algunas de ellas
parecen tener ojos; son especies desconocidas en nuestro planeta.
Hasta aquí lo que pudo descifrar Roidingereht del Documento Voynich, pues el 22 de enero
de 1917 desapareció misteriosamente sin dejar rastro: daba la impresión de haberse visto
obligado a huir precipitadamente, pues su pipa aún humeaba sobre el cenicero; sin
embargo, el indescifrable libro había quedado abierto en una de las partes donde figuraban
los planos de una extraña máquina semejante a la de las turbinas de los modernos jets... a
un costado de una hoja un modelo a escala de lo que sería en la actualidad el avión
Concorde...
Sin embargo, aún hasta nuestros días es ardua la tarea de estos "conspiradores contra el
conocimiento oculto"; somos muchos los que poseemos fotografías de las páginas del
extraño documento. Es preciso que el mundo conozca el verdadero contenido del Voynich.
Una pequeña parte del protohistórico documento dice así:
"Posee el ser humano una energía muy especial que se gesta en la parte superior del cerebro
y su medida es la del ‘volucielo’. Esta es la tercera organización cerebral independiente,
cuya sede se encuentra en la columna vertebral. Cada zona intervértebra tiene relación
particular con el conocimiento asequible por el ser humano y actúa a modo de archivo o
depósito. Las zonas intervértebras están relacionadas íntimamente con el conjunto
‘sonomedular’, que tiene, al igual que el volucielo, su centro de actividad en la parte
superior de la cabeza".
Esto es una llamada de atención al mundo y a los Hombres de Negro. Al mundo porque el
Documento Voynich habla de una "Tercera Organización Cerebral", que es aquella
mediante la cual las civilizaciones desaparecidas lograron sus impresionantes
conocimientos, dado que sabían poner en funcionamiento ese "sonomedular" cuya
utilización significa descubrir nuestra identidad divina.
Ya es demasiado tarde para que los Hombres de Negro puedan rescatar la enorme cantidad
de copias del Documento Voynich que circulan alrededor del planeta, y si seguimos
descifrando el famoso pero no menos temible Documento, tal vez descubramos la
verdadera identidad de este grupo cuya misión es implantar el "Reino de la Ignorancia"
sobre nuestro viejo y querido planeta... Tierra.