Barreras para El Aprendizaje y La Participacin

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Barreras para el aprendizaje y la participación. Desde un enfoque inclusivo.

En el Glosario de Términos sobre discapacidad de la Comisión Política Gubernamental en


Materia de Derechos Humanos, se asienta que:
Las Barreras para el aprendizaje y la participación, son todos aquellos factores del contexto
que dificultan o limitan el pleno acceso a la educación y a las oportunidades de aprendizaje
de niñas, niños y jóvenes. Aparecen en relación con su interacción en los diferentes
contextos: social, político, institucional, cultural y en las circunstancias sociales y
económicas.
Desde el enfoque de la educación inclusiva, este concepto rebasa al de necesidades
educativas especiales ya que se centra en la interacción con el contexto y no como un
problema inherente al alumno.
Tradicionalmente, las necesidades educativas especiales han estado centradas en el alumno y
se ha buscado ‘mejorías’ centrándose en el mismo (éste enfoque es derivado del modelo
clínico-terapeútico que ha permeado a la integración educativa). Desde un enfoque de la
Educación Inclusiva, la visión requiere de grandes cambios, los cuales deben concentrarse en
los contextos en los cuales los alumnos participan.
Ello implica la consideración de los diferentes ambientes en los cuales los niños y jóvenes
interactúan, crecen y se desarrollan. Para los fines de este Blog, hemos de concentrarnos en
los ambientes de la escuela y la familia.
Siguiendo la línea de previamente trazada por la educación especial las barreras pueden
reconocerse en cuatro campos específicos:

1. DE ACTITUD.- Se identifican las barreras manifiestas con respecto a la actitud de las y


los actores que interactúan con el alumno (maestros, compañeros de grupo, colectivo, padres
y madres de familia, entre otros). Son las barreras que obstaculizan la participación y el
aprendizaje como el rechazo, la segregación, la exclusión, etc.
A este respecto, hay mucho más por profundizar. Ésta es una de las barreras más difíciles de
derribar y tiene que ver principalmente con las actitudes de los y las docentes regular y
especial, que van desde el rechazo encubierto hasta el rechazo abierto, tales como: la
negación de cupos, la falta de atención e integración a las actividades del aula y de la
comunidad escolar, la falta de planeación de actividades y adecuaciones específicas que
permitan la participación de todos los niños y niñas de acuerdo a sus necesidades específicas
y a sus características individuales (entre ellos  se encuentran los niños y niñas con
necesidades educativas especiales, asociados o no a discapacidad).
Otro de los actores clave que pueden constituirse en barreras actitudinales son los padres, los
cuales en ocasiones no asumen un rol adecuado (a veces pueden pasar como estrictos,
sobreprotectores, etc.), y en los casos que exista una discapacidad, aún con el problema del
duelo no elaborado, adoptando actitudes sobreprotectoras, de rechazo, etc., limitando su
participación.
Por último estarían los propios compañeros del/los niños, los cuales podrán aceptarlo, o
rechazarlo (lo cual se traduciría en burlas, agresión (bullyng).
En ocasiones también se da que los madres y padres del grupo de los propios niños,
presentan actitudes de rechazo hacia algún(os) otro(s) niños, sobre todo hacia aquellos que
cursan con dificultades en su conducta, ello también puede limitar su participación en el aula
o en la escuela.
2. DE CONOCIMIENTO. - Son las barreras que ponen de manifiesto el desconocimiento
de la situación general del alumno o alumna, sobre la discapacidad y/o aptitudes
sobresalientes, por parte de todos los involucrados (familia, maestros, equipo de apoyo,
escuelas, etc.).
Bajo el paradigma de la integración educativa (derivado del modelo clínico-terapeútico), se
ha priorizado en dar o conocer el diagnóstico que presenta el alumno, dejando de lado
cualquier tipo de intervención desde el contexto regular escolar; lo cual limita la
participación de los niños y niñas que pueden presentar requerimentos específicos cuando no
especiales.
En el enfoque de la Educación Inclusiva, es preciso tener en cuenta que más que el
diagnóstico y/o la necesidad educativa específica o especial que pudiera presentar cualquier
niño, la barrera se encuentra en la limitada cantidad de estrategias y repertorio de técnicas
lúdicas mediante las cuales puedan desarrollarse las competencias; lo anterior está
íntimamente ligado al conocimiento del docente y a su preparación, lo cual se hace extensivo
en relación a los padres de familia y de los mismos decentes de la educación especial.
Desde una perspectiva profesional, esta barrera constituye un problema grave para el
desarrollo y retos de la educación inclusiva.

3. DE COMUNICACIÓN. - Son las barreras que interfieren en el proceso de comunicación


y que obstaculizan los flujos de interacción en los diferentes contextos con el alumno. Entre
ellos se encuentra la calidad de la misma, los tiempos en que se da, etc.
Quizá este aspecto es uno de los más descuidados en el ámbito del aula, la escuela y la casa.
Desde dentro del aula las barreras de comunicación pueden existir desde lo que es el idioma,
los niveles de comprensión de los alumnos, el léxico y estilos de comunicación de los
docentes, etc. Respecto a la escuela, yo lo enfocaría principalmente en el estilo de
comunicación de los y las docentes, lo cual al no ser de naturaleza asertiva, puede generar
malos entendidos y dificultades en la interacción, que afectaría el trabajo en equipo de la
escuela, necesidad inherente a la educación y escuela inclusiva.
Aunado a las barreras de comunicación por razones de idioma, niveles y estilos, se
encuentran los sistemas de comunicación, que van desde el lenguaje oral y escrito, hasta los
sistemas alternativos y aumentativos de la comunicación, los cuales deben privilegiarse en
algunos casos, ante la existencia de niños y niñas con necesidades educativas especiales
asociados a discapacidad, y que muchas veces no se ensaya en el contexto de la escuela
regular y se confina a los espacios terapéuticos.

4. PRÁCTICAS. – Barreras identificadas en el entorno que obstaculizan la participación y el


aprendizaje. Entre ellas se encuentran las de acceso, de metodología y evaluación. La
identificación de las barreras, debe ser congruente con los resultados de la evaluación
psicopedagógica y el informe, ya que los apoyos que se determinen para la intervención,
deberán tender a eliminar dichas barreras.
Las barreras de este tipo van desde el hecho de no contar con rampas, adaptaciones en baños,
material pedagógico diverso, etc. y el diseño  universal en muebles y  materiales, hasta lo que
es:
– la Planeación, la cual muchas es veces es de carácter homogéneo, no toma en cuenta la
diversidad del aula y menos a aquellos niños y niñas que presentan algún tipo de necesidad
específica o especiales.
– la Metodología, de naturaleza similar a la anterior (homogénea), no contempla los estilos y
ritmos de aprendizaje de los alumnos, ni ensaya diferentes estrategias y métodos de
aprendizaje.
– la Evaluación, por consiguiente en la misma situación (homogénea).
Las barreras derivadas de estos aspectos de la Práctica docente, constituyen un lastre para la
Educación Inclusiva, pues ésta es sinónimo de Diversidad y de Planeación, Metodología y
Evaluación Inclusiva e incluyente.
Desde una perspectiva inclusiva, se precisa que se deje de pensar que las barreras para el
aprendizaje y la participación, existen sólo en el niños, es necesario partir de las propias
Prácticas Docentes,y revalorar la Planeación, las Metodologías y la Evaluación, respecto a si
son inclusivas e incluyentes.
Motivo por lo cual cabría hacerse tres preguntas clave:
1. Al planear, ¿pienso en un grupo heterogéneo y diverso?
2. Al proponer metodologías, diseñar estrategias y actividades ¿pienso en un grupo
heterogéneo y diverso?
3. Al evaluar ¿pienso en un grupo heterogéneo y diverso?
Si se responde no, a alguna de las preguntas anteriores se precisa revisar la Práctica docente y
reformularla, así como asesorarse en la Educación Inclusiva. De igual forma si se detectan
barreras en las actitudes (propias o del personal de la institución), en el conocimiento o la
comunicación.
En todos estos aspectos deben permear los preceptos de la Educación Inclusiva, como un
modelo que da respuesta las necesidades de todos los alumnos, independientemente de sus
condiciones.
Fuentes:
– Glosario de Términos sobre discapacidad de la Comisión Política Gubernamental en
Materia de Derechos Humanos. (PFEEIE).
– Material del Programa del Fortalecimiento para la Educación Especial y la Integración
Educativa (PFEEIE).
– El entrecomillado son mis aportaciones.

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