Clase 8 Petrarca PDF
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INTRODUCCIÓN
Petrarca nació en 1304 y murió en 1374 (Pueden encontrar datos biográficos en el texto de
Petronio Historia de la literatura italiana, capítulo IX). Fue coronado clérigo en 1341.
Parece, pues, que lo que Petrarca buscaba al tomar las órdenes menores y aceptar la
protección de los Corona era el ocio imprescindible para poder ser un intelectual puro: tal
vez el primero de la historia de nuestra cultura. Petrarca terminó por ser considerado como
el más importante escritor de su tiempo, solo comparable a sus amados clásicos romanos,
Fue el fundador del movimiento humanista y el punto de partida de la libertad que los
Las obras de Petrarca nacieron del trabajo de toda una vida. Son obras orgánicas
que fueron sometidas a un trabajo de revisión profundo que afectaba no solo a la forma
literaria sino también al contenido. Según Petronio, se observan una serie de evoluciones
a) Evolución cultural: su posición frente a la cultura clásica fue variando. Primero se acercó
de manera “receptiva”, en la que podía refugiarse como si fuera un mundo ideal, más tarde
le pareció que esa cultura debía ser estudiada con el objeto de extraer de ellas enseñanzas
una cultura fundada en lo interior. Esta crisis fue una de las bases del naciente
humanismo. Petrarca partió del dolce stil novo que ya se había convertido en una fórmula,
interior (influenciado por San Agustín). Hubo una evolución que acompaña la cultura de la
época y que se encamina hacia una separación con respecto al mundo medieval. Tanto en
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Petrarca como Dante, la tradición clásica cede finalmente ante la cristiana. Petrarca como
arquitecto renacentista: apuntala los muros endebles de la lírica amorosa vernácula con las
sólidas columnas clásicas de dos temas morales de peso: el paso del tiempo y la vanidad de
c) La lengua. Existe una separación entre las obras escritas en vulgar y las escritas en latín.
Y esto lo diferencia con Dante. Mientras éste creía, por un lado, en el prestigio de la
consideraba que el latín era una lengua inmutable y que había una continuidad entre el
sentirse excluido de la edad de oro y una aguda conciencia estilística de la distancia que
separaba el latín clásico del medieval. Petrarca puso en primer lugar al latín: redactó
incluso las notas de pie de página, las obras de las que esperaba la fama, los escritos de
largo del siglo XIII, el latín había reducido su papel a lengua de cultura especializada,
académica. Es decir, se estaba formando una casta de intelectuales que usaba el latín como
instrumento lingüístico para diferenciarse del vulgo. La supremacía teórica del lenguaje
culto sobre el vulgar incidió en todos los humanistas. Sin embargo, en sus escritos,
Petrarca huye de los extremos (el vocabulario del registro vulgar y la jerga escolástica) para
encontrar la elegancia léxica en una vía media, al paso que cultiva la armonía y la eufonía
clásicas pesando con esmero la proporción de los versos bimembres y las antítesis.
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1. PETRARCA, EL HUMANISTA
Según Panofky (1975), «la idea de una renovación bajo la influencia de modelos clásicos
fue concebida y formulada por Petrarca» (p.42). De hecho, formuló una original teoría
sobre la historia que se baso en la postulación de una escisión entre dos períodos: el clásico
ser venerado en Roma y adorado por los emperadores romanos» como el principio de una
esplendor» (Panofsky, 1975, p.42). Al sostener que los romanos paganos habían vivido en
historia.
sobre todo «una depuración de la dicción y gramática latinas, restauración del griego y la
vuelta desde los compliadores, comentaristas y autores originales de la Edad Media a los
religiosidad profunda y fuertemente influida por los santos padres y el deseo de lograr una
autonomía moral modelada sobre el ideal estoico de los filósofos paganos; entre la
gencia de llevar una vida activa, interviniendo en la turbulenta política de los estados
un lado el anhelo de Petrarca de crear una ética de índole filosófica, no opuesta pero sí
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religiosidad está enraizada en el Medioevo. Es precisamente la narración de esa angustia
incapaz de renunciar al mundo a favor de una vida espiritual lo que reviste de subjetivismo
y realidad su obra.
En la epístola que recoge la subida al monte Ventoso (Familiares IV, i), una de las
naturaleza de toda la literatura europea y el relato de una excursión que tuvo lugar
probablemente en 1343. Los eruditos concuerdan en que fue redactada en 1353, aunque
esté fechada en 1336. El dato revela la manipulación a la que ha sometido Petrarca los
anhelo de Petrarca por experimentar una conversión espiritual a la manera de san Agustín
comprender la concepción literaria y la visión moral del poeta. En 1336 Petrarca tenía 33
años, la edad a la que san Agustín, siguiendo el modelo de Cristo, se había convertido.
Como destinatario de la carta figura Dionisio del Santo Sepulcro, monje agustino, del que
Petrarca había recibido el ejemplar de las Confesiones que tanto preciaba, el mismo que
abre al azar al llegar a la cima y cuya lectura, al igual que le había sucedido a Agustín de
aunque lo sea, represen ta también un proceso de ascesis que se hace eco de varios
episodios bíblicos sin dejar de ser una cuidadosa y medita da emulación, vital y literaria, de
los clásicos. La cumbre del Ventoso es, como se ha escrito, «un camino a través de la
hombres de otros tiempos y lugares. La alusión, el diálogo con figuras del pasado a través
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de la mimesis, el «juego de espejos» detectado por F. Rico en el Secretum, sustituye en
elementos que se recogen en los escritos humanistas posteriores, en los que conviven el
contemplar la realidad desde la cima de la montaña, pero la suya es una mirada que en el
momento clave se vuelve hacia sí mismo, hacia la verdad de sus dudas y de la flaqueza de
gloria terrenal que, por otro lado, ve como el principal impedimento para la conversión
allá del espíritu, lo que importa. (Extraído del «Prólogo», de Maria Morrás a Manifiestos
del humanismo)
base del movimiento cultural de alcance fundamental. A partir de ellos se delineó y definió
Antigüedad clásica no se veía como una antítesis con el mensaje cristiano ni quedaba
ella. (Piensen en el Virgilio dantesco). Para Petrarca el mundo antiguo es una «fase de
afectuosa como hay pocos ejemplos en la historia» (Petronio, p.129). Aún con su fe
cristiana, Petrarca advierte en aquellos grandes paganos una fuerza de humanidad que se
los hace ver como modelos ideales de su vida. Su ideal parece ser el de una especia de
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2. IL CANZONIERE, SU FORMACIÓN
El Cancionero fue escrito desde el 1335 hasta 1373-1374. Se estima que Petrarca empezó a
reunir sus fragmentos entre 1336 y 1338. La primera redacción data de entre 1356 y 1358 y,
Codice degli abrozzi (Vaticano Latino 3196)1 manuscrito del propio Petrarca. Una
forma Chigidel manuscrito Vaticano Chigiano L.V. 176 copiado por Giovanni Boccaccio
Latino 3195, en parte idiógrafo (copiado por un copista bajo la supervisión del autor) y en
parte autógrafo, en el que trabajó Petrarca hasta su muerte. Además de estos tres
manuscritos se conservan dos que muestran redacciones intermedias entre los anteriores:
versos en vulgar fuera conocido con ese nombre. El título original era Rerum vulgarium
fragmenta. Petrarca solía llamar nugae, es decir, naderías o inepcias, a sus rimas o
Epístola ad Pisones de Horacio que dice: «versos pobres y naderías canoras», verso que tal
vez relacionase nuestro poeta, por lo que se refiere a su primera parte, con acuñaciones de
su admiradísimo Cicerón tales como inops verbis (pobre de palabras; tal vez por tratarse
1 La formación del Canzoniere podemos seguirlo a través del Codice Vaticano Latino 3196, un cuaderno
formado por hojas cosidas que se remotan a años distintos y que contienen poemas de Petrarca en distintas
fases de elaboración, acompañadas a veces por apostillas latinas. Se observa en él como volvía, a distancia a
veces de décadas, sobre sus versos en vulgar; como a veces en distintas ocasiones reunía colecciones cada vez
más completas, y cómo al ampliar y enriquecer el Canzoniere no sólo corregía sino que cambiaba de ligar los
poemas, pasando estrofa de uno a otro, y escribiéndolos a distancia de años con respecto al acontecimiento al
que se referían.
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Son 366 textos pero si dejamos de lado el primero, que es un Proemio, tenemos uno
por cada día. Son 317 sonetos, 29 canciones; 8 sextinas, 7 baladas (canto cortesano del
escritura del mismo poema, repite el mismo verso, estribillo, al final de cada tres estrofas.
Está construido por octosílabas y las rimas están cruzadas); 4 madrigales (composición
lírica breve de tema amoroso; utiliza una combinación libre de versos endecasílabos y
Petrarca cifró su gloria poética en sus versos en latín y no en sus rimas en vulgar, que
años, de manera que la obra poética final se corresponde con un propósito perfectamente
que Petrarca no puso título. Que la división es cosa del poeta, y no de los editores, es hoy
de titular a la primera «In vita di Madonna Laura» y a la segunda «In morte di Madonna
Laura». Wilkins afirma que en la segunda parte se encuentran las rimas consecuencia del
interior, y no uno histórico o exterior, el que determina la división en dos partes del libro.
La primera forma del Cancionero estaba encabezada por el soneto XXXIV, lo que
significa que todavía era este libro una pura glorificación del amor de Petrarca por Laura,
colección. Es importante recordar una fecha clave para el conocimiento de esta obra, el 6
de abril de 1327, viernes santo. Ese día Petrarca vio por primera vez a Laura en Aviñón. La
Laura era en realidad solo un símbolo del «laurel» poético. También es notoria la
imprecisión física con la que está escrita la obra. Petrarca tan solo habla de los ojos,
siempre inevitablemente bellos (i belli occhi), el bello gesto (il bel viso) y los dorados
cabellos (i capei d'oro). Apenas hay otras referencias físicas. Y los tres adjetivos que
acompañan a los rasgos de Laura se mantienen a lo largo de la obra sin que el paso del
tiempo pueda alterarlos. Tan solo el fragmento «Era el cabello al aura desatado» sugiere
que aquel hermoso brillo se haya apagado. Pero toda la descripción recrea el pasado en que
eran bellos los ojos, rubios los cabellos y bello el gesto y contribuye a la imagen invariable
utiliza variadas figuras retóricas para expresar sus sentimientos: antítesis, metáforas,
juegos de palabras («el aura, Laura ... »). Pero también aparecen imbricados con poemas a
la amistad, políticos, morales, patrióticos o anecdóticos que, al poder ser fechados más
Petrarca debe su inmortalidad literaria a una obra escrita en una lengua en la que
no creía. Hijo de un notario florentino exiliado, el vulgar toscano era únicamente su lengua
materna; el latín era la lengua habitual con la que solía escribir, mantener correspondencia
y hacer las apostillas en su Cancionero. Por ejemplo, en algún margen escribe «Hoc placet
pre omnibus»(esta versión me gusta más que las demás) o «Dic aliter hic (dígase aquí de
distinto modo)». Pero quiso componer poesía en una nueva lengua que le daba la
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caracteriza por la vaguedad y por la simplificación. Petrarca excluye de su vocabulario
tanto los cultismos excesivos como las palabras excesivamente bajas, de suerte que su libro
se compone tan solo de 3.275 voces poéticas. Con ello logra crear una lengua franca que los
tratadistas del Cinquecento, con Pietro Bembo a la cabeza, coronaron como la lengua
italiana para la poesía. Hay una musicalidad recogida y elegante, levedad y suavidad en el
puesto que sus poemas de amor no suelen ser ocasionales, es decir, no obedecen a la
mayoría son sonetos y las canciones tienden a no llegar a los cien versos o a excederlos en
pocos), tal vez porque, como dice su autor, «la alegría, como el dolor, prohíben los
discursos largos». Las formas métricas cultivadas por nuestro poeta pueden ayudar, y de
escuela siciliana (primera mitad del siglo XIII) de poesía cortés y llega hasta él con los
poetas estilnovistas y sus epígonos, pero también a reconocer sus trazos de unión con la
estilnovistas, llegó a escribir una poesía que, prescindiendo del alegorismo de éstos, y
comparable con la Beatriz dantesca en cuanto figura alegórica post mortem, dado que la
condición humana.
sentimientos. Mientras que Dante está interesado por la realidad exterior, Petrarca se
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decanta por la interior, de modo que redacta su vida personal regalándonos su historia
personal. Su poesía está influenciada por el amor cortés, ya que los temas que trata son los
heredados de la lírica provenzal que a través de la escuela siciliana habían llegado a los
poetas toscanos del Dolce Stil Novo. Pero Petrarca supera a los estilnovistas al introducir
por primera vez en la historia de la literatura europea una gran intensidad de sentimientos.
Además, la mujer ya no es esa donna angelicata con la que los estilnovistas trataron de
resolver la tragedia cristiana del amor humano, sino que Laura, la amada de Petrarca se
poesía de Dante. Petrarca es un poeta psicológico, que estudia todos sus sentimientos y los
insatisfacción, halla una respuesta. Petrarca trata de que su caos interior no se refleje en
sus poemas pues es el único modo que tiene de control, de salvación. De ahí su afán por la
perfección formal, que deriva en que sus poemas no sean una expresión inmediata y
contra la que poco o nada han podido la razón, los saludables consejos de los moralistas,
los ejemplos ajenos ni las verdades de la religión, y a la que sólo la muerte de la mujer
amada ha logrado otorgar un carácter nuevo (lo que justifica su división en dos partes),
amante y la amada ha sido templando, es cierto, pero sin privarlo de su carácter terrenal.
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La fama de Petrarca se debió a una manera de concebir la actividad literaria y desde este
punto supone también un cambio radical. Desaparece con él la figura del «ciudadano-
característica figura del notario, juez, mercader y del ciudadano dedicado a su actividad y
trabajo en la vida de la ciudad, y surge la del literato de profesión, del estudiosos que vive y
pretende seguir viviendo del trabajo de la pluma y que por ello acepta la hospitalidad y
munificencia de quien sea pensando que «el cuerpo puede vivir en cualquier sitio, porque
lo que cuenta es el espíritu, y este puede ser libre en todas partes» (Petrarca, Fam. XVIII,
10).
3. PETRARCA: EL SONETO
Sicilia) un poeta y notario nacido a principios del siglo XIII y fallecido en torno al año
Siciliana. Estaba familiarizado con las convenciones líricas y el lenguaje amoroso de los
en occitano. Se originó en la poesía del siglo XI y XII y, con el desarrollo y la difusión de las
Europa medieval). A pesar de todo, la estrofa ya estaba documentada en 1220, año que
coincidiría con la juventud de este siciliano. En cualquier caso, la nueva estructura poética
viajó rápidamente por Italia, primero al sur y luego a las regiones centrales. Aquel
incipiente soneto presentaba una métrica endecasílaba y una rima con la forma ABAB –
nombre procede del provenzal, ya que en la lírica trovadoresca se empleaba esta estrofa
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En la toscana, Guittone d’Arezzo (1235 – 1294) introdujo una variante en los cuartetos,
éste fue Guido Guinizelli (1230 – 1276), uno los escritores italianos más influyentes de la
época y precursor de una nueva estirpe de poetas conocida como Dolce stil novo. A esta
generación de la segunda mitad del siglo XIII pertenecen autores como Guido Cavalcanti,
Cino da Pistoia, Lapo Gianni o Dante Alighieri. Todos ellos cultivaron en mayor o menor
medida el soneto. De éste último destaca la obra Vita nuova, donde Dante ensayó el soneto
influencia es enorme en la poesía occidental ya que originó una nueva corriente conocida
Laura. Estos poemas están compuestos por cuartetos, no serventesios, y tercetos de rima
variada, una estructura que terminará inspirando a los autores castellanos. Por tanto, fue
ritmos del endecasílabo2 a maiore con acento en la sexta sílaba y a minore con acentos en
la cuarta y la octava, lo que determina que en la poesía culta española (que, a partir de
Boscán y Garcilaso, adopta los metros italianos), sean estos los ritmos más habituales. Del
otro, influye en cuáles serán las estrofas que se cultiven a partir de entonces en la poesía
2 El verso endecasílabo posee un ritmo particular articulado en torno a tres ejes rítmicos o acentos; de ellos,
dos al menos son obligatorios, en la sexta y décima sílaba (endecasílabo propio), aunque también son
correctos los endecasílabos con acentos en cuarta, octava y décima sílaba (endecasílabos sáficos).
En rigor, el único acento obligatorio en el endecasílabo es el de la décima sílaba. Efectivamente, un
endecasílabo puede definirse como «aquel verso cuyo último acento cae en la décima sílaba». Como en
castellano la mayor parte de las palabras son graves (o llanas), la mayor parte de las veces el verso constará
de once sílabas. Pero esto no es esencial. Los versos cuya última palabra es aguda («amor, amor, un hábito
vestí»), y que manifiestamente tienen diez sílabas, son a pesar de todo endecasílabos por derecho propio, lo
cual no constituye una excepción ni una licencia. En el caso inverso, de última palabra esdrújula, el
endecasílabo contará con doce sílabas. En cualquier caso, llamar endecasílabos, a versos de diez o doce
sílabas puede parecer engañoso. Lo realmente esencial es que el último acento caiga en la décima sílaba.
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culta: sextina, balada, madrigal, canción y soneto. Perfecciona y afina el madrigal; fija
de la lírica europea occidental. Su preferencia por los sonetos compuestos por cuartetos y
no serventesios y con tercetos con esquema CDE CDE o CDC DCD (junto al CDE DCE).
Italia por influencia del provenzal sonet, nombre de una melodía breve y ligera, una
canción.
El Soneto XXXIV era el que introducía el primer conjunto de poemas de Petrarca, servía
como Proemio. Según la crítica, fue escrito antes de 1337 y fue colocado como apertura de
la primera redacción del Cancionero en 1342. El soneto I aparece como poema de apertura
a partir de la segunda redacción entre 1347 y 1350 y lo mantendrá en esa posición en las
sucesivas publicaciones. La canción CCLXIV abre la segunda parte del libro (mal llamada
—«En muerte de Laura»— y anuncia la nueva manera y la nueva poesía de Petrarca que se
diferencia de la serie anterior, ya sea por los motivos en relación con las reflexiones
poética. La datación de escritura es incierta, oscila entre 1343 y 1345 hasta 1348 (año de la
muerte de Laura).
manera explícita como implícita, el modelo de poesía al que Petrarca se adscribía, pero
también asume el papel de ser modelos de poesía para el lector que puede convertirse en
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un futuro poeta, un imitador del estilo poético de Petrarca. Cada uno de estos textos puede
XXXIV
Apolo, si el deseo ha perdurado (A)
que te inflamaba en la tesalia onda, (B)
y si a la amada cabellera blonda, (B)
tras tantos años, no la has olvidado, (A)
Dafne era la amada de Apolo que fue transformada en planta (mito que se basa en
por duplicado y entrelaza al poema y a Laura: el amor de Apolo por Dafne es idéntico al
de Petrarca por Laura. De esta forma, el amor de Apolo aparece como revelación,
inspiración y tensión hacia la poesía. El amor por Laura empuja al poeta a contarlo en
actividad que se debe honrar públicamente. (El laurel no es solo símbolo del honor
debido a la poesía sino que representa su antiguo carácter sacro). La poesía, además,
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cumple una función positiva y de apertura, ya que supera las dudas y las dificultades, y
su realización es positiva tanto por quien la escribe como por quien la lee.
Sirma: tercetos.
a) En este soneto que tiene la función de Proemio, hay una apelación al lector, quien
aparece identificado de dos maneras: como quien escucha con atención y participación
una historia de amor en versos (amor no correspondido y por eso infeliz y
atormentado), y como lector con una sensibilidad semejante a la del poeta, no sólo en
relación a similitudes culturales sino, especialmente, por compartir la misma
3 Cuando escribe “rimas sueltas”, es una expresión en italiano que traduce el título de la colección Rerum
Vulgarium fragmenta. Tipo de poesía propuesta: aparece caracterizada por la variedad de géneros, de metros
empleados, como también por lo fragmentario de los textos poéticos. Es decir, el conjunto de rimas no
pertenece a ningún género de poesía con trama fija; es una construcción poética amplia y compleja y la
relación entre los mismos textos es el motivo de la escritura y de la composición que tiene que ver con la
experiencia amorosa, la propia vida y los acontecimientos que le sucedieron al poeta.
4Ya sea por la forma estilística elegida que varía indicando la capacidad del autor de probar metros y versos
diversos de poesía, o ya sea por la naturaleza misma de la colección que no obedece a una regla orgánica,
proyecto definido o fijado de una vez por todas.
5 El arrepentimiento es el tema central del poemario.
6 Caracterizan el significado del poemario: la dimensión poética, la ética (comportamiento público)y la
religiosa. El comportamiento público y privado subraya la diferenciación entre la actuación del autor
(determinada por la experiencia amorosa) y el juicio negativo expresado por sus contemporáneos. La
consecuencia es doble: aumenta la reflexión privada y el ensimismamiento y propone como tema central la
diferencia entre los valores eternos y los mundanos (propios de la experiencia individual).
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experiencia amorosa. De modo que disminuye la importancia del código amoroso
(amor cortés) y aumenta la experiencia en el amor.
CCLXIV
Yo voy pensando, y al pensar me asalta
7 Los primeros cuatro versos subrayan la relación entre la definición de una nueva manera poética, un estilo
nuevo, junto a una nueva posición modificada en relación con la función de la poesía y la literatura, ambas
determinadas por la constitución de una nueva posición intelectual. Según esta elección, se establecen todas
las reflexiones incluidas las que tienen en el centro al sujeto mismo. Por eso el “yo” se traduce en
participación y emoción. El cambio aparece ya sea en las diversa experiencias como en la formas de la
representación poética a la que se liga. El tema y la conciencia nueva tienen su base en la reflexión sobre la
muerte. Esta reflexión está llena de emociones y evidencia un estado de peligro (espiritual) y de angustia.
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Mísera, ¿no comprendes
de la que yo quisiera
en donde no acertaba
8El poemario está construido a partir de un diálogo interior. La conciencia y la percepción del paso del
tiempo se evidencian en la indecisión y la incapacidad del poeta en discernir entre el bien y los intereses
mundanos. En definitiva, por la voluntad de ejercitar un control sobre sus impulsos y su cuerpo.
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y tu vista al girar del cielo guía
y a su eterna armonía:
de ojos un movimiento
si el griego o el latino
9 Las palabras claves son “recuerdo” “Memoria”. Laura y su amor son representados en el pasado, es decir, a
través del alejamiento de la memoria. El enamoramiento, la fuerza del amor y el poder que eso ejerce sobre el
sujeto son los lazos que impiden al poeta mirar más allá de la perspectiva mundana. Esto es la base de la
confrontación entre el placer y la felicidad terrena y la beatitud celestial.
10Esta estrofa desarrolla el tema de la identificación entre el amor a Laura y el amor a la poesía. Dos pasiones
fundamentales para el poeta, dos deseos que dominado su existencia; particularmente la búsqueda de la
fama y de la gloria a través de la poesía: noble y contradictoria ambición.
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a cuantos nacen cerca los excluye;
11Subraya la potencia y el dominio del amor; el poder y la fuerza del amor por Laura actúan también en la
dedicación plena de la poesía. El dominio del amor frente a la meditación sobre la muerte demuestran y
revelan la fragilidad y la debilidad moral del poeta.
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Y éste[139] también en voz alta reclama
y pinta en mi mirada
y de otro, no me absuelve
12Manifiesta el contraste entre el deber y la debilidad de la voluntad: es uno de los temas fundamentales de la
posición intelectual de Petrarca, quien expresa en la forma de conflicto interno la incertidumbre y necesidad
de elegir y decidir, pero también como conflicto entre el examen espiritual y la necesidad de un
comportamiento público decidido y explicito
13 Envuelve una verdadera recapitulación y replanteo del tiempo de vida transcurrido. La experiencia de una
vida es recordada y las señales se vuelven evidentes a través del paso del tiempo y de las transformaciones
físicas el individuo. En el centro está la experiencia del sujeto, con sus contradicciones y sus debilidades. La
meditación sobre muerte está en el centro de una nueva manera poética: esta elección no resuelve el
contraste entre reflexión y moral separados del tiempo mundano y la presencia constante del amor por la
poesía y por Laura.
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Canción, mi corazón está más frío,
Canción de 7 estrofas, 18 versos cada una de ellas, y una despedida. Alternancia de 7 versos
con heptasílabos y endecasílabos. Inicia la segunda parte del Cancionero y señala una
nueva posición intelectual y literaria del poeta.
El amor aparece no sólo como tema dominante, sino como hilo conductor de la colección,
sentimientos, pero también vivencias interiores y los efectos que esta experiencia produce
versos, pero también es la ocasión para una experiencia intelectual que modifica
profundamente los juicios, los actos, las elecciones culturales de Petrarca. El amor por la
14Saludo. En el centro está la percepción del tiempo y de la vida transcurrida que se escapa pero que domina
al sujeto mismo. La conclusión es (similar a la de Secretum): suspensión del juicio, una posición de espera.
Sin embargo, más significativa porque la asume frente a la presencia cercana de la muerte. La confrontación
entre eternidad y vida mundana que huye no de certezas ni define de manera estable una posición intelectual
y religiosa. Queda, sin embargo, una forma de incertidumbre intelectual u de dificultad de elecciones éticas.
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literatura y el amor por Laura están íntimamente unidos. Las composiciones amorosas de
trascendencia del amor de Petrarca. Hay, por ejemplo, tres canciones dedicadas
(«Gentil señora, veo/ en vuestros ojos una dulce lumbre/ muestra el camino que al cielo
muestra por ella una adoración parecida al sentimiento religioso. La amada se ubica en un
estadio superior. El fragmento XC incluye gran parte de los tópicos que incluyen la
Liberada incluso del bellísimo simbolismo teológico propio de las mujeres del stil
nuovo, o por lo menos de algunas de ellas, la amada de Petrarca puede soportar uno más
mundano, más adaptado, también, a los tiempos del humanismo: la de premio a la belleza
poética creada, o desvelada, por éste, es decir, la de viva corona de laurel. Laura es el
femenino de lauro, es decir, laurel, y ello ha dado lugar a que, ya desde los tiempos de
nuestro poeta, se pensase que se trataba de una figura totalmente simbólica, y no de una
mujer real. La comparación de la amada con un laurel no es, por cierto, invención de
siglo XIII, al enumerar las cosas en que la mujer hermosa es convertida por los poetas,
nombra a la palma, el laurel, el cedro del Líbano, el olivo y el pino. Pero lo nuevo en
Petrarca es que esta transformación es llevada hasta un extremo que va mucho más allá del
fonético, de Laura con l'aura, es decir, el aire, que termina por hacer de la amada un
cuyas hojas se coronaba a los héroes y a los poetas, y el secreto que mantuvo Petrarca,
verdadero nombre) de su amada, hizo que se pensase que no se trataba sino de un objeto
poético.
Según Petrarca, Laura era un modelo de virtudes. El poeta afirma que en su amor
por Laura no «ha habido nada torpe ni impuro, nada culpable, salvo la desmesura». Pero
la desmesura no es, en realidad, la única culpa de que podía acusarse Petrarca, pues la
lectura del Cancionero deja bien claro que el poeta siente haberse alejado, por culpa de este
amor, del camino que lleva a Dios o, por lo menos de haber descuidado sus deberes para
con él, con los consiguientes perjuicios para quien tenía, como él, una ánimo
profundamente cristiano. Nos encontramos, pues, ante la tragedia cristiana del amor
angelicata (la mujer angelical) a partir de la estupenda canción de Guido Guinizelli "Al cor
gentil rempaira sempre Amore" y que Dante sublimó en la figura, entre real y alegórica, de
Beatriz. Y no es que Petrarca diese un paso atrás respecto a sus predecesores, sino que,
siendo sus planteamientos profundos distintos de los de éstos, el problema (dado que su
amor no revestía un carácter alegórico, aunque se encontrase, por así decirlo, en simbiosis
con la alegoría del laurel), sólo queda resuelto con la muerte y la beatitud de Laura, una
beatitud en la que se atenúa el aparato alegórico mencionado y sólo queda el alma de una
mujer que ha amado y cuya virtud, movida por el deseo de su propia salvación y la de su
amante, ha sacrificado a ella la satisfacción de sus instintos. Ésta es, o así nos parece, la
novedad, humanísima, y cristianísima, del amor cantado en el Cancionero, sin que sea
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Lo que parece cierto es que la tragedia del amor petrarquesco reside en la contradicción
dimanantes de un mismo objeto amoroso. Por eso hemos dicho que el Cancionero es un
testimonio de la tragedia cristiana del amor humano. Si añadimos a esto el fino y continuo
la lectura de este segundo libro que su autor habría deseado al considerarlo no como un
simple libro de amor, sino como la expresión de las contradicciones del amor en un ánimo
dimensión al Cancionero, sino que también añade la suya la propia razón natural,
Petrarca da lugar a que, no Laura, sino el propio poeta sobresalga en el Cancionero como
protagonista, puesto que no son los acontecimientos exteriores del amor por ella sino sus
repercusiones en la vida íntima del escritor los que constituyen su materia afectiva. La obra
elaboración, sin duda idealizadora, de la poesía petrarquesca, se nos aparece en las rimas
como una mujer viva, pintada más realísticamente que las amadas, en nada inferiores a
ella del stil nuovo, es decir, como un ente histórico, fuesen cuales fuesen su nombre y su
tuvo que enlazar con la poesía anterior al estilnovismo, es decir, con el realismo de dicha
CLXXVIII
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me asegura y me espanta, arde y enfría,
mima y desdeña, llama y se desvía,
ora me da esperanza y ora pena15,
15El amor es una fuerza que hace perder la razón, obligando al poeta a manifestar comportamientos y actos
contradictorios entre sí. Y hace que declare su estado de ánimo, como el llanto, el dolor, y el tormento, y que
los haga públicos.
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El tema de la naturaleza es fuente y base de un gran repertorio, de un archivo para hacer
poesía. No es sólo la realidad externa, aparece también como lo más alejado de la
experiencia del hombre culto y civil que transcurre gran parte de su vida (incluso los
momentos más decisivos) en la ciudad o en la sociedad. La naturaleza aparece como el
tema que permite criticar el desarrollo de la sociedad humana, es el término de
confrontación con la civilización. Por la naturaleza se originan dos experiencias
fundamentales en la vida de Petrarca: el amor por Laura y el amor por la Poesía. La
transformación, la metamorfosis del poeta moderno se nutre, asimismo, del mito clásico y
de la tradición en la cual revalida la grandeza y la importancia de la relación entre amor y
quehacer poético. Esto se puede observar en los poemas XXIII
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La reflexión sobre el tiempo, sobre lo natural, lo percibido por el individuo a través de la
vida y la reflexión sobre ella, aparece como uno de los motivos de más modernidad y de
biológico que guía y regula a todos los seres animales, a toda la creación, y la conciencia y
meditación del hombre sobre la duración del propio tiempo de vida. El tiempo eterno (la
contradicho por el descubrimiento continúo del paso y la finitud del tiempo concedido a
los humanos. Aquello que pertenece a los hombres es un tiempo finito, un tiempo que pasa
de referencia no es más que una certeza con sombras, que aparece ahora resquebrajada.
El tiempo del hombre está representado por Petrarca a partir de la diferencia con el
tiempo divino. El primero tiene una fecha de caducidad, el segundo es eterno; el primero
pasa desde esta amplia dimensión a la lectura de la experiencia, de la vida cada hombre, es
decir, del individuo: en este plano, la experiencia es el momento decisivo y para el poete la
experiencia es fundamentalmente la del amor y del encuentro con Laura. De esta manera,
se abre un nuevo espacio que luego será fuente de reflexiones y turbaciones para el poeta:
poesía son valores internos en el tiempo del hombre; son poderosos intereses que lo
los valores y los significados de aquella misma experiencia. Por ejemplo, en el poema XXII
amor es el motivo, la ocasión que produce este saber que no es sólo teoría sino que deriva
temporal.
crítica: la duración de la vida y el sentido son confrontados con los valores eternos y
3.6.SOLEDAD E INDIVIDUO
La pasión y el amor acechan a la soledad del poeta: el tormento y la reflexión son causas de
alejados de la gente para poder, al mismo tiempo, dar rienda suelta a sus propios
sentimental, características del ser humano. De modo que podríamos decir que la poesía
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de Petrarca revela dimensiones escondidas y no dichas de la interioridad, de una realidad
cerrada adentro del cuerpo y que finalmente se impone como interés preminente.
solitaria (La vida solitaria), una obrita en la que se ocupa de la soledad en cuanto
conversación con los mejores ingenios del pasado y del presente mediante lecturas de sus
obras, y la posibilidad de producir las propias con objeto de que sean el mejor y más
interés y una atención poderosísima sobre la esfera individual sino que pone en conflicto la
esfera pública con la privada. Se abre una pugna entre el mundo de la sociedad pública y
instituciones, y empuja al sujeto hacia la recuperación de intereses del mundo natural que
de la poesía, un posible nuevo tema literario que se funde y se une a los estados de ánimos,
En el soneto XXXV el poeta busca la soledad, ya sea para alejarse de la sociedad en la cual
experiencia sentimental. El amor es la causa del conflicto con la sociedad pero también
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empuja al poeta a una relación de correspondencia con la naturaleza. En el CXXIX ,
naturaleza que le permite a Petrarca reflexionar pero también abandonar el propio drama
BIBLIOGRAFÍA
Wilkins, E.H. «Petrarca», en Revista Los Hombres, N° 103, Centro Editor de América
Latina.
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