VIRGILIO
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Traducciones con modificaciones de J. Echave-Sustaeta (Gredos) y de Luis Rivero; Juan A. Estévez; Miryam Librán; Antonio Ramírez de Verger (CSIC-Alma Mater)
VI 847-853: La misión de los romanos
Excudent alii spirantia mollius aera Otros forjarán bronces de muy blando resuello
(credo equidem), vivos ducent de marmore vultus, (lo creo de verdad), sacarán rostros vivos del mármol,
orabunt causas melius, caelique meatus pronunciarán mejor los discursos y las rutas del cielo
describent radio et surgentia sidera dicent: describirán a compás y señalarán astros nacientes:
tu regere imperio populos, Romane, memento tú, romano, acuérdate de gobernar las naciones con tu mando
(hae tibi erunt artes), pacique imponere morem, (éstas serán tus artes) y de poner tu impronta a la paz,
parcere subiectis et debellare superbos. de ser benévolo con los sometidos y de aplastar a los soberbios.
VI 860-871, 882-886: Epicedio de Marcelo
Atque hic Aeneas (una namque ire uidebat Y entonces Eneas, viendo que iba con él
egregium forma iuuenem et fulgentibus armis un joven de extremada belleza y esplendente armadura
–sed frons laeta parum et deiecto lumina uultu–): –pero triste su frente y los ojos vueltos hacia el suelo–
“quis, pater, ille uirum qui sic comitatur euntem? «¿Quién es, padre, ese joven que acompaña a Marcelo en su camino?
fillius, anne aliquis magna de stirpe nepotum? ¿Un hijo? ¿O es acaso un descendiente de su larga estirpe?
qui strepitus circa comitum! quantum instar in ipso! ¡Qué estrépito en torno de él! ¡Qué noble aplomo en su figura!
sed nox atra caput tristi circumuolat umbra”. Pero vuela ciñendo su cabeza la negra noche con su aciaga sombra.»
Tum pater Anchises lacrimis ingressus obortis: A esto el padre Anquises le responde rompiendo en lágrimas:
“o gnate, ingentem luctum ne quaere tuorum! «No inquieras, hijo mío, el duelo inconsolable de los tuyos.
ostendent terris hunc tantum fata nec ultra Los hados no harán sino mostrárselo a la tierra,
esse sinent. nimium uobis Romana propago mostrarlo, no más que eso. Demasiado poderoso os parecía, dioses,
uisa potens, superi, propria haec si dona fuissent. el linaje romano si este don vuestro fuera duradero.
(...) (...)
heu miserande puer! si qua fata aspera rumpas... ¡Ay, joven infortunado! Si de algún modo pudieras romper tus duros hados...
tu Marcellus eris. manibus date lilia plenis tú serás Marcelo. Dadme lirios a manos llenas.
purpueros spargam flores animamque nepotis Quiero esparcir sobre él purpúreas flores, prodigarle al alma
his saltem accumulem donis et fungar inani de mi nieto al menos este don, rendirle este vano
munere.” homenaje.»
XII 919-952: La victoria de Eneas
Cunctanti telum Aeneas fatale coruscat Mientras vacila, Eneas blande contra él la lanza en que va su destino.
sortitus fortunam oculis, et corpore toto Logran sus ojos la ocasión que buscaban y con todas sus fuerzas
eminus intorquet: murali concita numquam la arroja desde lejos: no hay piedra disparada por máquina
tormento sic saxa fremunt nec fulmine tanti de guerra que cruja con tan estridor ni estalla nunca el rayo
dissultant crepitus. uolat atri turbinis instar con tan hórrido estruendo. Como negro turbión vuela la lanza
exitium dirum hasta ferens orasque recludit portadora de la horrenda muerte. Le atraviesa los bordes
loricae et clipei extremos septemplicis orbis: de la loriga y los aros externos del séptuplo escudo:
per medium stridens transit femur. incidit ictus silbando atraviesa el muslo por medio. Cae herido,
ingens ad terram duplicato polite Turnus. enorme, Turno, a tierra, doblando la rodilla.
consurgunt gemitu Rutuli totusque remugit En un gemido se alzan los rútulos, resuenan alrededor
mons circum et uocem late nemora alta remittunt. las montañas todas y su eco rebota por los sotos escarpados.
ille humilis supplex oculos dextramque precantem Turno, tendido en tierra, eleva suplicante los ojos y la diestra
protendens “equidem merui nec deprecor” inquit; implorando: «Lo merezco y no pido piedad», dice;
“utere sorte tua. miseri te si qua parentis «haz uso de tu suerte. Pero si la aflicción de un padre
tangere tua potest, oro (fuit et tibi talis puede tocarte el alma –tú también has tenido un padre, Anquises,
Anchises genitor), Dauni miserere senectae que sabía de dolor)– compadécete de la vejez de Dauno
et me, seu corpus spoliatum lumine mauis, y devuélveme a los míos, a mí o, si lo prefieres, mi cuerpo privado
redde meis. uicisti et uictum tendere palmas de vida. Has vencido; los ausonios me han visto
Ausonii uidere, tua est Lauinia coniunx: tender, vencido, mis manos. Tuya es Lavinia como esposa:
ulterius ne tende odiis”. stetit acer in armis no lleves más allá tu rencor». En pie, feroz en su armadura,
Aeneas uoluens oculos, dextramque repressit; revolviendo los ojos, Eneas frena su diestra;
et iam iamque magis cunctantem flectere sermo y ya el ruego de Turno había empezado a ablandar su ánimo
coeperat, infelix umero cum apparuit alto cada vez más vacilante, cuando vio en lo alto de sus hombros
balteus et notis fulserunt cingula bullis el infeliz tahalí y brillaron en su cinto las bolas de oro, bien conocidas:
Pallantis pueri, uictum quem uulnere Turnus eran las del joven Palante, al que, vencido, Turno logró
strauerat, atque umeris inimicum insigne gerebat. herir. Él lo ostentaba sobre sus hombros por divisa fatal.
ille, oculis postquam saeui monumenta doloris Cuando Eneas hundió la mirada en el trofeo, en aquel recuerdo
exuuiasque hausit, furiis accensus et ira de su amargo dolor, ardiendo en furia, en arrebatada
terribilis: “tune hinc spoliis indute meorum cólera: «¿Y tú, vistiendo los despojos de los míos
eripiare mihi? Pallas te hoc uulnere, Pallas te me vas a escapar? Es Palante, Palante quien con esta herida
immolat et poenam scelerato ex sanguine sumit”. va a inmolarte y se venga en tu sangre de tu crimen».
hoc dicens ferrum aduerso sub pectore condit Mientras dice esto, hirviendo de ira hunde toda su espada
feruidus; ast illi soluuntur frigore membra en pleno pecho. El frío de la muerte le relaja los miembros
uitaque cum gemitu fugit indignata sub umbras. y su vida huye gimiendo, indignada, a lo hondo de las sombras.